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Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Hey, heeeeeey.
Hola, Julie.
Algún día te cansarás de mí, y no te podrás librar. Muaaaaaaaajajajaja *risa malvada* *tipo Profesor Heinz Doofenshmirtz*
Ooooooooookei.
Esta novela también me gusta.
Lena y Draquito son tan amorosos. Creo que las peleas entre parejas, o en este caso futura pareja, son lo tuyo. Siempre, pero siempre, tienes algún tema por el cual los personajes se peleen. Y por más tontas que sean, me sacan una sonrisa. Bueno, también una que otra lágrima, ¿por qué será?
Ya, te digo lo mismo que en el otro comentario y me voy.
SEGUILA.
Besitosssssss.
Atte: Mila.
Hola, Julie.
Algún día te cansarás de mí, y no te podrás librar. Muaaaaaaaajajajaja *risa malvada* *tipo Profesor Heinz Doofenshmirtz*
Ooooooooookei.
Esta novela también me gusta.
Lena y Draquito son tan amorosos. Creo que las peleas entre parejas, o en este caso futura pareja, son lo tuyo. Siempre, pero siempre, tienes algún tema por el cual los personajes se peleen. Y por más tontas que sean, me sacan una sonrisa. Bueno, también una que otra lágrima, ¿por qué será?
Ya, te digo lo mismo que en el otro comentario y me voy.
SEGUILA.
Besitosssssss.
Atte: Mila.
Milapotato
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Después de 19 años Harry se ha casado con Ginny los cuales han tenido 3 hijos: James, Albus y Lily la pequeña. Ron se caso con Hermione teniendo 2 hijos: Rose y Hugo. George rehizo su vida sin Fred : se casó con Angelina teniendo a 2 hijos Fred y Roxanne. Percy quien al casarse con Audrey tuvo a Molly y Lucy, Bill se caso con Fleur y tuvieron 3 hijos: Victorie, Dominique y Louis.
Estamos en el año 2022 en donde Harry y sus amigos se han graduado,casado y han tenido hijos,si como lo leíste han tenido hijos y para hacer un recuento corto pero entendible les diremos quienes son y sus historias dentro del foro.
James Potter esta en el último año de Hogwarts, ha logrado junto a Fred, Louis y Frank alborotar Hogwarts, pero siempre intentando conseguir a su pelirroja.
Albus Potter esta en su sexto año y junto a su prima, Rose y Scorpius, han formado el trio dorado.
Jonathan está en séptimo curso, Diego y Claire junto a él son el trío plateado.
Lo peor es que unos Slytherin han logrado traer de vuelta a Voldemort. Cayendo sobre Albus el destino de ser el elegido, aunque no esta solo porque cuenta con grandes amigos y su trio dorado.
¿Pero y si capturan a Lily? ¿Y si Dominique se hace mortifaga? ¿Victorie embarazada? ¿Rose se vuelve mala? ¿COnseguira Albus matar al que no debe ser nombrado?
Si quieres saber mas Registrate!! no esperes mas para averiguarlo.
http://hpfourtimeone.foroactivo.com Foro renovado
Estamos en el año 2022 en donde Harry y sus amigos se han graduado,casado y han tenido hijos,si como lo leíste han tenido hijos y para hacer un recuento corto pero entendible les diremos quienes son y sus historias dentro del foro.
James Potter esta en el último año de Hogwarts, ha logrado junto a Fred, Louis y Frank alborotar Hogwarts, pero siempre intentando conseguir a su pelirroja.
Albus Potter esta en su sexto año y junto a su prima, Rose y Scorpius, han formado el trio dorado.
Jonathan está en séptimo curso, Diego y Claire junto a él son el trío plateado.
Lo peor es que unos Slytherin han logrado traer de vuelta a Voldemort. Cayendo sobre Albus el destino de ser el elegido, aunque no esta solo porque cuenta con grandes amigos y su trio dorado.
¿Pero y si capturan a Lily? ¿Y si Dominique se hace mortifaga? ¿Victorie embarazada? ¿Rose se vuelve mala? ¿COnseguira Albus matar al que no debe ser nombrado?
Si quieres saber mas Registrate!! no esperes mas para averiguarlo.
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Lena♥Styles
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
NUEVA LECTORA!!!! veo que no la has seguido -.- y eso me molesta, espero que mientras estes de vacaciones. puedas seguirla. Soy danna. no lucy, y soy de venezuela. asi que ya sabes... SIGUELAAAAA!!
lucy99 messer
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Hola hola hola, Milagros is here!!
Bueno, ¿que decirte? Tu manera de escribir, oh mierda, no te das una idea lo buena que es!
Me encantaaaaaaaaaaaaaaa!
AMO A HELENA!!! LA ADORO!
Siguela cuando puedes si?
Besosssssssss
Bueno, ¿que decirte? Tu manera de escribir, oh mierda, no te das una idea lo buena que es!
Me encantaaaaaaaaaaaaaaa!
AMO A HELENA!!! LA ADORO!
Siguela cuando puedes si?
Besosssssssss
Miluh.
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
hola k ase ? Te persigo en todas tus novelas o k ase?
bueno ñ.ñ Vengo a obligarte a que sigas,ZEñora julieta :3
por cierto
OLA K ASE?
bueno ñ.ñ Vengo a obligarte a que sigas,ZEñora julieta :3
por cierto
OLA K ASE?
LaBrujaNavegante
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Capítulo 2
"Cara Rajada"
"Cara Rajada"
La estación de King Cross estaba plagada de muggles como todos los primeros de septiembre, y esto, al igual que siempre, molestaba de sobremanera a los Malfoy.
La familia rubia avanzaba en hilera, siendo encabezada por un hombre de largos y pulcros cabellos que lucía traje negro y rostro endurecido, cuyo nombre era Lucius. Detrás de él iba su esposa, con mentón alzado, expresión de asco, y un tirante moño que volvía sus rasgos aún más afilados. Y en la punta, con porte elegante y traje similar al de su padre, estaba Draco; él acarreaba su baúl y lechuza, apacible, siguiendo a sus progenitores como si fueran el farol que iluminaba su camino en medio de tantos muggles.
Junto al Malfoy menor, llevando también un baúl y una jaula, estaba Helena Goodfellow. La chica se había puesto en campaña para “darle color a la mansión Malfoy” durante toda la semana, así que sus ropas eran de tonalidades resaltantes; una camisa roja con un chaleco de jean encima, junto a unos pantalones de mezclilla en tonalidades violetas que se volvían más claras cuanto más cerca de las puntas estaba, cerrando con zapatillas que iban a juego con el chaleco. Se había dejado la melena pelirroja suelta, y llevaba colgados pendientes redondos y brillantes; en conclusión, a los tres Malfoy les parecía casi insulso. Narcissa, que incluso había tomado aprecio por la chica, se decepcionó ligeramente de su atrevimiento; Draco sólo sonrío divertido al verla bajar por las escaleras aquella mañana, pensando que ella sola podía vestir de esa manera como método de huelga ante la “falta de color” -quizás Lunática Lovegood también-; Lucius sencillamente le dedicó un único gesto de asco cuando se hubieron reunido frente a la chimenea para viajar con polvos Flú hasta aquellas zonas de Londres.
Lena había conocido a Lucius luego de haber regresado de comprar con Draco en el Callejón Diagon.
Él la había examinado despectivamente, y había soltado un cortés “Mucho gusto, señorita Goodfellow” antes de volver a sumirse en sus propios aires de realeza durante toda la cena. Desde un comienzo a Lena le había parecido que el señor Malfoy era un amargado y aburrido hombre, y no entendía por qué había aceptado que ella se quedara en su hogar -haciéndose cargo incluso de sus gastos-, cuando ni siquiera tenían idea de si ella era verdaderamente una “sangre pura” -cosa que parecía preocupar mucho a la familia entera-. Era uno de los misterios que Lena tenía para resolver.
— Draco, Helena, ya pueden pasar. Nos veremos en las vacaciones—, dijo castamente Cissa, apuntando con un fino dedo hacia un pilar de ladrillos que mediaba entre el andén 9 y el 10. “9 ¾”, pensó Lena, “tiene sentido”. Aunque la pelirroja no tenía idea de cómo iba a cruzar aquella pared.
Otro punto a destacar, era que Narcissa se tornaba más agria y distante cuando su marido estaba en casa, motivo que a Lena le hacía meditar respecto a su matrimonio.
El rubio asintió levemente, y le lanzó a la confundida Lena una mirada de reojo, comprobando que ella miraba con ojos entornados en aquella dirección como esperando que algún túnel secreto se abriera frente a ellos. Reprimió una sonrisita divertida ante su ingenuidad, y puso una mano sobre el caño con el cual la chica acarreaba su carro.
— Sígueme el paso— musitó solamente, dándole poco tiempo a Lena para pensar antes de echarse a andar rápidamente hacia el pilar, llevando tanto su carro como el de ella. La pelirroja dio un respingo, y alcanzó al rubio con velocidad, sosteniéndose del mismo caño y cerrando fuertemente los ojos antes de que el “impacto” contra el ladrillo llegara. Pero esto no sucedió. Al contrario, lo único que golpeó a la chica fue una onda de voces y ulúlelos, acompañados incluso por algún que otro grito de éxtasis ante el aparente reencuentro entre compañeros.
Lena, que ya se había sorprendido en el Callejón, quedó maravillada al contemplar que el Expreso de Hogwarts también era tal y cual de esplendoroso como todos en América comentaban. Admiró cada cosa en el lugar, incluso aquel cartel que indicaba “Andén 9 ¾”, y el suelo linóleo que parecía brillar como todo allí (o quizás solo era ella y su entusiasmo).
— Wow— articuló bajo todo el bullicio, con ojos bien abiertos cual inocente niño. Draco rodó los ojos ante su reacción, aunque internamente le causó gracia. Todo lo que ella hacía le resultaba hilarante, ahora que lo pensaba.
— Muévete o te chocarán— advirtió a la pelirroja, quien apresuradamente se corrió del camino de llegada con una mueca.
— ¿A dónde voy ahora? — Le cuestionó, dudosa de hacia dónde dirigirse. Todos allí parecían saber exactamente qué hacer, y saludaban a sus amigos o compañeros. Pero ella no tenía ninguna de las dos cosas, así que sólo quería subir al tren y aguardar que arrancara.
— Tú… tú tienes que ir…— Draco se detuvo para dar un profundo bostezo. Lena había podido notar las ojeras en el chico desde el día después de las compras, pero no había dicho nada; aunque ahora comenzaba a picarle la curiosidad, así como un leve sentimiento similar a la preocupación.
— Tú tienes que dormir, ¿sabes? — Apuntó sagaz, arqueando ambas cejas. — ¿Qué haces por las noches? ¿Combatir el crimen? ¿O cometerlo? — Ironizó con sonrisa burlesca, para acaparar aquella estúpida preocupación.
— Já. Muy graciosa— repuso él igual de sarcástico. — Eso no es asunto tuyo, Goodfe…— Pero antes de que Draco terminara la frase, frente a ambos apareció un muchacho pelinegro de rasgados ojos, que no terminaba de parecer oriental. Tenía una leve sonrisa.
— ¿Cómo has estado Draco? — Preguntó primeramente, y apenas terminó otro chico, esta vez moreno, apareció junto a él.
— ¿Nos has extrañado? — Secundó con cierta burla. Lena, sorprendida de ver que el rubio tuviera amigos, lo miró expectante con ojos bien abiertos. Draco se limitó a revolear la mirada.
— Oh por supuesto que sí— ironizó el Malfoy. — Blaise, Theo, ella es Helena. Helena, ellos son Zabini y Nott— presentó vagamente, pues había captado la mirada elocuente de la chica. Lena sonrío cortésmente a ambos, sin percibir las pícaras miradas que los chicos le lanzaban a su amigo.
— Un placer, Helena— soltó Blaise, haciendo una leve inclinación.
— Llámenme Lena, por favor— se apresuró a aclarar la chica. Theo alzó las cejas.
— Lena. Vaya, eres la novia más bonita que Draco ha tenido hasta ahora, pero no le digan a Pansy— confesó el pelinegro, haciendo que tanto la pelirroja como el Malfoy dieran un respingo, e intercambiaran una mirada de asco, seguido de un colectivo meneo desenfrenado de cabezas.
— No, no— soltaron al unísono. Theo y Blaise se miraron divertidos. — Nosotros no…— Ambos se interrumpieron, pues hablar al mismo tiempo no era alentador.
— Yo no salgo con Malfoy— explicó Lena firmemente, torciendo los labios de sólo pensarlo.
— Y evidentemente yo no salgo con Goodfellow— añadió el rubio, igual de asqueado. — Nunca, ni loco, jamás.
— De acuerdo, lo hemos malinterpretado— interrumpió Theo. — Supongo que entonces no habrá que soportar a Pansy llorar.
— Gracias a Merlín— coincidió el moreno.
— Perfecto. Ahora que todo está aclarado, tú tienes que entrar al tren— indicó Draco a la pelirroja, apuntando la locomotora. Lena frunció el ceño, llevándose una mano al pecho con fingida ofensa.
— ¿Me estás echando? — Inquirió escéptica. Zabini y Nott soltaron un exagerado “Uhh” para añadir leña al fuego, ganándose una fulminante mirada de su líder.
— Exactamente— contestó él, secamente. Lena jadeó indignada. — ¿Dónde están Crabbe y Goyle? Necesito que suban mi equipaje—, comentó, comenzando a caminar entre el gentío, dejando atrás a la Goodfellow.
— Nos vemos luego, Lena— saludó Theo, con un gesto de la mano y una mirada de disculpa.
— Lo mismo digo— secundó Blaise, encogiéndose de hombros como diciendo “No hay nada que pueda hacer”.
— Nos vemos— masculló ella amargamente, viéndolos desaparecer entre el gentío. Entonces se encontró con que estaba sola en medio de una estación, rodeada de personas que no conocía, y sin saber qué hacer. Dio un suspiro, tomó su baúl y su lechuza, y caminó como pudo hasta el primer andén que vio con puerta abierta. Los pasillos estaban casi vacíos, por lo que pudo escoger libremente un compartimiento, en el cual se esmeró para acomodar su equipaje, empleando fuerza que no sabía que tenía.
Cuando terminó, se desplomó pesadamente sobre uno de los asientos en la esquina contra la ventana. Miró a través del cristal, a los alumnos que despedían a sus familias, y no pudo evitar sentirse acongojada. Pensó en los días en que creyó que su vida era perfecta junto a sus padres, y tuvo que morderse el labio para no llorar. Traición, traición, y traición. Era la única palabra que se repetía cada vez que pensaba en ellos.
— Disculpa, ¿podemos sentarnos aquí? No hay compartimientos libres— Dijo alguien desde la puerta, con voz risueña. Lena giró la cabeza, encontrándose con una rubia de ojos celestes y vestimenta casi tan estrafalaria como la suya propia. Detrás de ella, otras tres personas parecían cuchichear. Recién entonces se dio cuenta de que el tren ya había emprendido marcha, y esto le sorprendió; ¿tan embobada quedaba cuando pensaba?
— Claro— cedió con una leve sonrisa, abandonando su sufrimiento interno. La rubia entró sin vacilación, tomando asiento frente a ella. A Lena se le hizo parecida a una ninfa del bosque, con sus ropas coloridas y sus pendientes de rábanos haciendo juego con sus rasgos dulces y de fantasía.
Detrás ella apareció un muchacho regordete, que aparentemente había sido empujado por la pelirroja que había tras de él. El castaño avanzó y se sentó en la otra punta del mismo asiento que la rubia. Luego llegó la pelirroja, riéndose abiertamente del primero, sentándose al lado de Lena sin dudar. Y cerrando el grupo estaba un pelinegro de ojos verdes tapados por gafas redondas, con flequillo rebelde cayendo sobre su frente. Lena lo reconoció, con un ligero gesto de sorpresa.
El ojiverde se sentó del lado opuesto a las pelirrojas, en medio de Luna y Neville. Él también sonreía, delatando que se había reído del castaño al igual que su amiga.
— Yo soy Ginny, Ginny Weasley— se presentó la pelirroja, simpáticamente —. Ella es Luna Lovegood— señaló a la rubia, que de momento a otro se había perdido tras las hojas de una revista titulada “el Quisquilloso”, y esta le dedicó una fugaz sonrisa con aquella mirada risueña —. Él es Neville Longbottom— esta vez apuntó al castaño, que tenía las mejillas coloradas por la vergüenza. — Y este otro es Harry, — hizo un gesto hacia el ojiverde. La Goodfellow se percató de que no había mencionado el pequeño detalle de que su apellido era “Potter”.
— Mucho gusto, mi nombre es Helena Goodfellow. Pero díganme Lena. — Sonrío una vez más. Ella no se consideraba súper carismática, pero al momento de socializar no tenía cobardías. Fijó su mirada grisácea en el pelinegro —. Tú eres Harry Potter, ¿cierto? He oído hablar mucho de ti— comentó sin reparos, notando que él desviaba la mirada aparentemente abochornado por el reconocimiento.
— Sí, soy yo— murmuró en confirmación, dando un suspiro —. Espero que sean cosas buenas.
— Lo son— afirmó la chica, enigmáticamente —. Te vi en el Callejón Diagon, con un muchacho pelirrojo y una castaña— confesó, y luego de una corta pausa añadió: — Mencionaste a Draco Malfoy.
El rostro de Harry abandonó su aparente bochorno para inundarse de curiosidad. Una pequeña arruga se formó en medio de sus cejas.
— ¿Conoces a Malfoy? Nunca antes te había visto por aquí, no eres de sexto. — Había cierto recelo en su voz.
— Sí, lo conozco. Y sí, sí soy de sexto. Pero soy nueva— explicó Lena tranquilamente, sin entrar en detalles —. Por la manera en que dices su apellido deduzco que no se llevan bien.
Lily y Neville soltaron una risa ante aquella afirmación, e incluso a Harry le dio cierta gracia.
— Por supuesto que no. Harry y Malfoy se llevan horriblemente mal. De hecho, Malfoy se lleva así con todos en Hogwarts, — afirmó Neville con gracia.
— Excepto por su grupito de retraídos Slytherins— acotó Ginny, rodando los ojos.
— No me extraña en absoluto. Malfoy es un pesado, — admitió Lena, pensando en las dos semanas y media que habían pasado juntos. Draco sólo sabía burlarse, criticar y darse aires de realeza. Eso se le volvía insoportable, por lo que sus discusiones no escaseaban. Aunque no podía estar del todo de acuerdo con lo de “retraídos Slytherins”; Blaise y Theo no parecían malos tipos.
— Veo que tú tampoco soportas a Malfoy— dijo Harry, aliviado de saber que ella no era del bando enemigo. Lena revoleó los ojos.
— En absoluto. No imaginan lo que es soportarlo todos los días. — Hizo una mueca.
— Créenos que sí— se apresuró a afirmar Nev, asintiendo con fervor —. Hace seis años que lo cruzamos en todos lados.
— Los compadezco. Yo sólo conviví con él dos semanas y media y ya no lo soporto, — arrugó la nariz al final, generando una risita en Luna, que había asomado sus ojos sobre la revista unos segundos. Todos miraron a la rubia en silencio, hasta que volvió a esconder su rostro tras El Quisquilloso otra vez. A Lena le pareció ligeramente extraña.
— ¿Cómo conoces a Malfoy si eres nueva? — cuestionó Ginny interesadamente, y Lena se preparó para una larga charla.
Siempre lo mismo; contar que unos tipos la secuestraron, que otro sujeto la salvó y la dejó en las afueras de Londres, que corrió hasta la casa más cercana y se topó con Malfoy en el camino, y finalmente que su familia la acogió en su hogar. Cuando terminó, todos la miraban evidentemente sorprendidos, como si les costara creer que los Malfoy pudieron haberla acogido en su mansión tan amablemente.
— Entonces, ¿no sabes quiénes son tus padres? — preguntó Harry, aparentemente curioso por el asunto. Lena carraspeó la garganta, desviando la mirada hacia la ventana con parquedad. No le gustaba hablar del asunto.
— No— musitó simplemente, abandonando por unos momentos sus aires carismáticos y agradables. Los demás parecieron entender el mensaje en su semblante.
— Y, ¿dices que vienes de América, no? — indagó Ginny para romper la tensión. Lena asintió, volviendo a sonreír.
— Sí, de Portland.
— ¿No te parece extraño que el hombre que te salvó te haya traído a la otra punta del mundo? — Nuevamente fue Harry quien preguntó.
El pelinegro entornaba los ojos en su dirección, como si la pelirroja fuera un espécimen muy extraño, pensando cuán conveniente sería que Hermione estuviera allí para verla. Sentía que había algo mal con Lena; ella le resultaba muy agradable y todo, pero algo en la boca de su estómago le molestaba cuando la miraba fijo, algo que le advertía “peligro”. Su historia le resultaba enigmática y alocada, probablemente encerraba muchos misterios, y eso molestaba curiosamente a Harry; sentía que algo en ella iba mal, pero no sabía qué. ¿Cómo esa pelirroja menuda podía resultar peligrosa de algún modo? Si lo pensaba bien se sentía estúpido, pero había aprendido a seguir su intuición. Investigaría al respecto y ya.
— De hecho, mi vida entera me parece extraña, Harry Potter— contestó la chica, bajando la voz una octava, algo brillando en sus ojos grises. Sí, definitivamente aquella muchacha simpática y rizada guardaba muchos secretos. Nuevamente hubo un incómodo silencio, que fue roto por la misma Lena —. Sólo sé que debo avanzar— dijo, suspirando y esbozando una sonrisa melancólica —. El pasado no siempre es el mejor aliado cuando se trata de seguir adelante, así que prefiero borrarlo y vivir el presente. Actualmente, mi vida gira en torno a Hogwarts y a los Malfoy, me guste o no. Intento no perseguirme. — Se encogió de hombros, echándose para atrás el cabello, luciendo despreocupada.
— Eso es admirable— admitió Ginny, ofreciéndole una sonrisa. Sentía, al igual que los otros, cierta pena por Helena. Ella no se imaginaba estando pérdida al otro lado del mundo, viviendo con una familia desconocida (los Malfoy, para colmo), y mantenerse firme diciéndose que debía olvidar el pasado. Sí, aterraba sólo imaginarlo.
Lena no dijo nada, se limitó a sonreír, y acto seguido contó un chiste sobre algo referente al pasado y escrutos explosivos, que hizo reír a todos. Aún así, Harry no dejó de sentir esa molesta sensación de que algo no cuadraba en ella.
El muchacho pelirrojo y la chica castaña que Lena había visto con Harry en el Callejón llegaron a mitad de camino, cuando el crepúsculo brillaba sobre los campos irlandeses. Helena se enteró que ellos se llamaban Ron Weasley y Hermione Granger, ambos eran prefectos de Gryffindor y por eso habían estado ausentes. El tal Ron reaccionó atragantándose con sus ranas de chocolate cuando le mencionaron que Lena vivía con Malfoy; ni siquiera saber del asunto del sacrificio le dio tanto horror. Lena dedujo que ellos realmente no querían a Malfoy.
— Te compadezco— había dicho el Weasley, luciendo muy serio, sentado junto a Harry frente a la Goodfellow —. Si yo fuera tú y tuviera que soportarlo todos los días, ya le habría roto la cara a Malfoy.
— Se la habrías roto de todos modos— había convenido Harry, luciendo divertido.
— Buen punto.
El resto del viaje fue muy ameno, aunque tanto Harry como Ginny fueron llamados por un tal Slughorn. Helena consideraba que todos ellos, incluso la risueña Luna y la analítica Hermione, eran el tipo de persona de las que quisiera ser amiga. Aunque teniendo en cuenta lo incierto que era su futuro, temía hacer amigos en Hogwarts. ¿Y si ellos la encontraban? ¿Si iban a buscarla hasta Londres? Ugh. Se estremecía de sólo pensarlo; era su mayor miedo, y nunca dejaba de perseguirla.
También se sorprendió deseando estar con Malfoy. No malinterpreten; no es como si él fuera muy agradable o algo, pero a fin de cuentas era alguien que conocía. Les gustara o no, ambos estaban involucrados desde el mismo instante en que se encontraron durante aquella tormenta. Algo bobo, pero en aquellos momentos, tras remover las cenizas de su pasado y contar de vuelta su historia, necesitaba una de los estúpidos comentarios irónicos de ricitos de oro, o una discusión pequeña al menos, como para distraerse; al menos para escapar de las garras del cuestionario de Hermione.
Así que dejándose llevar por sus impulsos, aprovechó que fueron a ponerse las túnicas al baño para escabullirse al vagón de Slytherin. Le había preguntado a Hermione dónde quedaba, alegando que debía encontrarse con Malfoy antes de llegar a la estación. La Granger pareció creerle, porque le dio indicaciones, e incluso le dijo que si se demoraba demasiado se podían encontrar bajo “el farol” (Mione aseguró que ella lo reconocería), que ella misma se encargaría de llevar su lechuza. Definitivamente, Hermione Granger le agradaba, fuera de todo su asunto perspicaz y analítico.
Caminó por el andén de las serpientes con paso cauteloso, como si alguien pudiera salir en cualquier momento de su compartimiento para gritarle que ella no pertenecía allí. Si Malfoy formaba parte de aquella casa los demás debían ser (mayormente) tan agradables como él. Merlín quiera que no.
Finalmente avistó en uno de los compartimientos una inconfundible cabellera rubia, y se detuvo. Sólo que cuando se asomó por la ventana se encontró con que Draco tenía su cabeza apoyada en el regazo de la irritante Pansy, luciendo bastante distraído. Algo en la escena le molestó, y decidió dar la vuelta y marcharse, cuando escuchó una puerta abrirse, y luego un:
— Eh, Lena— que sonaba como a Theo. Helena maldijo por lo bajo por su mala suerte, y giró, ofreciendo una sonrisa.
— Oh, chicos, ¿qué hacen? — Cuestionó, procurando no delatarse, manteniendo firmemente la sonrisa.
— Vamos a cambiarnos— contestó el pelinegro; el ojigris a su lado seguía sin hablar, y no había rastros de Zabini.
— Ah…— Realmente no sabía qué decir. Theo pareció notarlo, porque tras un minuto de silencio dijo:
— Bueno, lo dejo. Supongo que buscabas a Draco. — Y se marchó. Lena quiso gritarle que se quedara, pero se abstuvo. Tras soltar un pesado suspiro, finalmente miró a Draco directamente, cosa que venía evitando; él estaba ceñudo, parado frente a la puerta cerrada de su compartimiento.
— ¿Qué demonios haces aquí, Goodfellow? Creí haberte dicho que te mantuvieras alejada— musitó duramente, pareciendo molesto.
— Pues resulta, Malfoy— comenzó a decir, más osada de lo que se sentía —, que te guste o no debes ayudarme un poco con el asunto de adaptarme. Literalmente me dejaste a la deriva en el andén, y no voy a dejar que me suceda lo mismo cuando lleguemos. — Por supuesto que ella no diría que de hecho necesitaba un poco de su insoportable carácter para tranquilizarse un poco, ni que de hecho ya tenía el asunto de la llegada cubierto; era demasiado penoso.
— ¿Estás diciendo que necesitas de mi ayuda para hacer algo tan sencillo como bajar de un tren? — Espetó incrédulo, enarcando una ceja blonda. Nadie se asomaba desde los otros compartimientos, ni siquiera Pansy, y sólo se oía el constante ruido de las ruedas del tren girando—. ¿No será que ya me extrañabas? — burló entonces, cruzándose de brazos. Lena no pudo evitar sonrojarse profundamente, y pronto la sonrisa burlesca de Draco se transformó en una mueca de incredulidad —. No me digas que es en serio.
Ah, ahora Helena se sentía definitivamente humillada. ¿En qué había pensado al ir a buscarlo? Torpe, torpe, torpe.
— No lo sé. Necesito ver una cara conocida— farfulló, demasiado abochornada como para mirarlo directamente. No quería mostrarse débil tampoco.
Draco permaneció en silencio unos segundos que parecieron eternos, evidentemente sin saber qué decir exactamente. En el fondo, sentía algo de compasión por la pelirroja, pues su historia no era para nada agradable, y probablemente fuera difícil todo el cambio para ella; pero él era Draco Malfoy, ¿cómo podía actuar frente a esa situación? Simplemente no era lo suyo tener tacto.
— ¿A mí, de veras? ¿No que me odiabas, Goodfellow? ¿O ya te diste cuenta de que me amas? — Repuso finalmente, aferrándose a lo único que sabía usar cuando no tenía idea de cómo reaccionar: el sarcasmo. Y al parecer eso funcionó, porque Lena esbozó una sonrisa, acompañada de un ruedo de ojos.
— Eres tan imbécil, Malfoy— suspiró, aunque eso era exactamente lo que buscaba al ir por él —. Primero muerta antes que amándote.
Él la miró con astucia, aliviado de haber salido de la situación de no saber cómo proceder.
— No estés tan segura. Todas terminan amándome; aunque no lloraré si tú no lo haces, no es como si tuvieras buen gusto— repuso, ladeando una sonrisa que de hecho no quería esbozar.
— ¿Dices que no tengo buen gusto? Oh, eres un inmaduro. Eres tú el que usa sacos todo el tiempo— contraatacó, alzando ambas cejas.
— ¿Cuál es tu problema con mis sacos? Tú vistes como payaso, yo prefiero lo elegante. ¿Qué está mal con eso? — Se quejó, frunciendo el entre cejo y llevando una mano protectora a la solapa de su traje. Ella sonrió burlescamente.
— Oh, nada— contestó sarcástica, y él aumentó su ceño fruncido.
— No sabes apreciar la elegancia de mi vestimenta— musitó en excusa él, cruzándose de brazos. Ella soltó una risa, suave y contagiosa, y él se encontró a sí mismo crispando las comisuras de sus labios… hasta que se percató de que la situación era rara y totalmente fuera de lugar; él no podía estar riendo con ella. ¿Qué demonios pasaba por su mente?
Lena pareció darse cuenta de qué pensaba Draco, porque paró de reír, carraspeando, y suspiró. — ¿Me acompañaras cuando lleguemos a Hogsmeade? — preguntó de todos modos.
— No— contestó, y algo lo obligó a añadir: — No estoy de humor para soportar una escena de celos de Pansy.
La mención de la odiosa pelinegra hizo que Lena hiciera una mueca. No le gustaba en absoluto esa chica. — Ella no tiene por qué tener celos— murmuró, encogiéndose de hombros, con un apretado nudo en el estómago. Él la miró en silencio unos momentos, como estudiándola, y finalmente con un chasqueó confirmó:
— En absoluto. No es como si fueras un peligro.
Lena frunció los labios; estaba subestimándola. ¿Sugería acaso que él no podría jamás sentirse atraído por ella? Era ofensivo. No es que a ella le importara, pero él no parecía estar verdaderamente enamorado de su novia, y probablemente ya la hubiese engañado unas cuantas veces (pura suposición en consideración a las miradas que las féminas le mandaban a Draco, y la manera en que él se las devolvía), así que el sí estaba diciendo que ella no le parecía atractiva. De pronto quiso golpearlo.
— Puedo serlo si quiero, Malfoy— gruñó, frunciendo el ceño y de brazos cruzados como los del muchacho. Él enarcó una escéptica ceja otra vez.
— ¿Te golpeaste la cabeza en el recorrido hasta aquí, Goodfellow? Creo que estás alucinando.
Lena lo fulminó con la mirada. — Eres un imbécil. Ya verás cuando…
— ¿Cuándo qué? — Interrumpió, con una sonrisa desafiante en el rostro.
— Puedo ser atractiva si quiero, Malfoy— contestó sin flaquear, con el mentón en alto y un brillo especial de rabia en los ojos. Él soltó una única risa, irónica.
— No creo en milagros, Goodfellow— burló, y sin darle tiempo a responder giró sobre su espalda y marchó por el mismo camino que Theo, dejando a la pelirroja con el rostro acalorado de fastidio y la boca abierta.
— Estúpido, estúpido, estúpido Malfoy— farfulló entre dientes, haciendo un mohín algo infantil. Luego pasó una mano por su encrespada melena, y giró sobre sus talones de vuelta a su compartimiento.
Ya vería cómo iba a tragarse sus palabras ese Ricitos de Oro.
_____________________
Hola! Una eternidad y media después, ya regresé. Lo siento taaaaaaaanto por desaparecer :_ Tengo algo con empezar novelas, dejarlas, y que queden así de varadas; sólo que ahora me puse como propósito continuarlas a todas, so... Gracias por sus comentarios chicas! Realmente responderles a estas alturas sería medio en vano, así que las mencionaré:
- #Morgenstern; a ti sí te respondí. Me lees en casi todas e.e Gracias chicuela!
- Mina (no me sale tu corazoncito :c). Oh, no importa si el comentario es corto o largo, con el simple hecho de que comenten soy todo lo feliz que una puede ser.
- Sand-Ma7. Gracias! ^^ Bueeeeeeno, como habrás notado Lena fue a Slytherin... Es todo parte de la trama, ya se enterarán más adelante e.e Muchas gracias, de nuevo! Amo los capítulos largos!
- mary de mellark. Gracias querida! ^^
- Milaaaaaaaaanesaaaaa! AJAJAJAJAJAJAJAJ, no me importa tenerte en todas mis novelas, sabes que te adoro, so idk. Ya sabes que amo hacer a los personajes todos peleones :3 Es mi ideal de pareja, porque si no hay peleas no hay amor (?) ahq.
- lucy99 messer. Welcome! ^^
- Miluh. AWwwwwwwww, graciaaaaaaas! (ya suena cliché lo mío :C) Me sacaste una sonrisa :33 Las Milagros nacieron para hacerme sonreír (?)
- LaBrujaNavegante. AJAJAJAJAJAJAAJ, vos también paseas por varias de mis novelas xD Me siento halagada (?) Gracias a tu comentario recordé que tenía esta novela e.e Thanks!
Yyyy, eso es todo. No puedo creer tener ya tantas lectoras! Espero que me perdonen y sigan a la novela, que la pobrecita no tiene nada que ver con mi falta de constancia u.u De nuevo: Gracias a todas por sus comentario; son simplemente maravillosas.
Ya, me voy antes de que me de lo cursi. Besos!
C.J. Potter
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Holas, holitas, caracolitas (?)
AMO. A. LENA.
Sinceramente, ¡me encanta!
JKSDHJKSJHDKJSHKDJHSKJDHSKJHD *-* ¡Y su ropa, es tal cul!
Draco es gilipollas, sip. Nah, mentira, le quiero mucho. Pero se pasa demasiado. Tendría que haber acompañado a Lena y tendría que haber estado con ella y no con la puta de Pansy T.T
Y me importan un comino los celos de Pansy, ojalá se pudra en...no sé donde (?)
No quiero que Harry investigué a Lena, no sé porque, pero no quiero que lo haga >.<
Buuuuuuuuuueno, criaturita del señor, me ha encantado el capítulo y me alegra que la hayas seguido.
XOXO<3
AMO. A. LENA.
Sinceramente, ¡me encanta!
JKSDHJKSJHDKJSHKDJHSKJDHSKJHD *-* ¡Y su ropa, es tal cul!
Draco es gilipollas, sip. Nah, mentira, le quiero mucho. Pero se pasa demasiado. Tendría que haber acompañado a Lena y tendría que haber estado con ella y no con la puta de Pansy T.T
Y me importan un comino los celos de Pansy, ojalá se pudra en...no sé donde (?)
No quiero que Harry investigué a Lena, no sé porque, pero no quiero que lo haga >.<
Buuuuuuuuuueno, criaturita del señor, me ha encantado el capítulo y me alegra que la hayas seguido.
XOXO<3
#Morgenstern
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
¡Por Dios, has aparecido, has resucitado, demos gracias al Señor! Okno, vale. Lena es la jodidísima fucking ama. O sea, la amo. Amo lo ruda y lo sensiblera que es a la vez, su carácter, su sarcasmo, su fuerza de valor, sus discusiones de con Malfoy... ah, y amo a Malfoy. Él puede ser un egocéntrico y un maldito distante, pero tiene sus motivos, yo le comprendo, le daré amor JJAJAJAJAno, qué triste. Me alegro tanto que hayas subido por fin, dios, estaba desesperada por esta novela, creí que no la seguirías nunca (exageración mode on). Y bueno, sube el siguiente pronto, no te demores tanto pls, amo esta novela.
¡Chau, besos!
¡Chau, besos!
Mina ♡
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
JAJAJAAJAJAJAJAAJAJAJAJ, tengo una manía con hacer a las protagonistas de mucho carácter (complicadas, bue). Lena es de mis favoritas, a decir verdad. Verdad que viste muy cul? e.e#Morgenstern escribió:Holas, holitas, caracolitas (?)
AMO. A. LENA.
Sinceramente, ¡me encanta!
JKSDHJKSJHDKJSHKDJHSKJDHSKJHD *-* ¡Y su ropa, es tal cul!
Draco es gilipollas, sip. Nah, mentira, le quiero mucho. Pero se pasa demasiado. Tendría que haber acompañado a Lena y tendría que haber estado con ella y no con la puta de Pansy T.T
Y me importan un comino los celos de Pansy, ojalá se pudra en...no sé donde (?)
No quiero que Harry investigué a Lena, no sé porque, pero no quiero que lo haga >.<
Buuuuuuuuuueno, criaturita del señor, me ha encantado el capítulo y me alegra que la hayas seguido.
XOXO<3
AJAJAJAJA, sip, Draquis es medio pendejo, la verdad. Tiene sus momentos, aún así... A eso me refiero, se comporta como un inmaduro dejando a la pobre Lena a la deriva. Amo a Theo y Blaise, Kath, sólo tenía que decirlo xD
Si Harry descubre el secreto de Lena (que ni ella conoce), sería escandaloso... TUN TUN TUNNNNNN *misterio*. Ya se enterarán, de todos modos.
Gracias por comentar queridita :3 y gracias por seguirme leyendo pese a ser una escritora irresponsable e.e
Besishos virtuales ^^
C.J. Potter
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Mina ♡ escribió:¡Por Dios, has aparecido, has resucitado, demos gracias al Señor! Okno, vale. Lena es la jodidísima fucking ama. O sea, la amo. Amo lo ruda y lo sensiblera que es a la vez, su carácter, su sarcasmo, su fuerza de valor, sus discusiones de con Malfoy... ah, y amo a Malfoy. Él puede ser un egocéntrico y un maldito distante, pero tiene sus motivos, yo le comprendo, le daré amor JJAJAJAJAno, qué triste. Me alegro tanto que hayas subido por fin, dios, estaba desesperada por esta novela, creí que no la seguirías nunca (exageración mode on). Y bueno, sube el siguiente pronto, no te demores tanto pls, amo esta novela.
¡Chau, besos!
Mina! Tengo la sensación de que me seguis en varias noves. Re wow :3
AJJAAJAJAJAJAJAJAJAJ, Regresé. Soy como Lord Voldemort, eh? xD
Amo a Lena (bueno, amo a la mayor parte de mis protagonistas). Es como un balance, creo yo; generalmente las personas que más duras se muestran son las que más sentimientos tienen. Quién no ama a Malfoy, pls? JAJAJAJAAJAJAJAJAJAJaj, todos a darle amor a Malfoyyy (L *nos lanza avadas a todas*
Aw, pero exagerar es lo lindo de la vida. Si no dramatizáramos todo sería aburrida, pff (soy especialista en dramatizar, por cierto). Aw, thank you Mina :3
Besos querida, nos leemos pronto ^^
C.J. Potter
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Capítulo 3
"Leones & Serpientes"
Cumpliendo las expectativas de Lena, Hogwarts era el lugar más maravillosamente mágico que hubiese visto alguna vez. Con sus torres y atalayas, sus ventanales góticos, sus puertas de madera legendariamente antiguas, sus marmoleas estatuas, incluso con sus paredes de piedra grisácea, era un magnífico lugar, del tipo al que Lena le gustaría esbozar en sus cuadernos. Podría mirar el castillo por horas y horas sin parar, buscando cada nimio detalle en su estructura para poder retratarlo. ¡Y ni siquiera le interesaba la arquitectura!
Por dentro era aún más maravilloso. El vestíbulo, con sus cuadros en constante movimiento, sus suntuosas escaleras, y los relojes de arena con los puntos de cada casa, despedía arcaísmo. Y el Gran Comedor, con sus mesones y abovedado techo que no parecía tener fin, reflejando el cielo oscuro, era un precioso espacio en el cual uno verdaderamente disfrutaría comer. Helena comenzaba a ponerse dramática con el asunto.
Un tal profesor Longbottom la había detenido en la entrada al comedor, indicándole que ella debía ir con los niños de primero a seleccionarse casa. Así que ella se había despedido de Hermione y Ron (Harry no aparecía en ningún lado, y Ginny se había marchado con su novio Dean), y había ido con el regordete profesor hacia una habitación más pequeña, plagada de niños de once años. Allí esperó hasta que finalmente entraron al Gran Comedor, y entonces comenzó a sentirse nerviosa, pues los alumnos cuchicheaban curiosos, apuntándola y dándole escépticas y descaradas miradas. Al parecer no era común recibir nuevos estudiantes a esas alturas.
Había un banquito y un sombrero frente al grupo de los sin-casa, y ella estaba preguntándose de qué demonios iba la Ceremonia cuando el sombrero comenzó a cantar. Sí, a cantar. Algo sobre cuatro casas, y la importancia de permanecer siempre juntos frente a la adversidad, aún en tiempos oscuros.
Ella debía admitir que el mensaje que transmitió el sombrero le daba escalofríos. Sabía que actualmente Reino Unido padecía el regreso del Innombrable; en Estados Unidos era muy conocida la historia del genocidio que éste causó, pues en sus tiempos aquella bestia había extendido sus garras incluso hasta allí. Y también sabía, (aunque era pura intuición), que Draco Malfoy tenía algo que ver con eso. ¿Él lo había dicho, no? Formaba parte de los chicos malos. Y el asunto de una inminente guerra no era algo en lo que quisiera pensar.
El profesor Longbottom comenzó a llamar a los alumnos por sus nombres, y uno a uno los niños se acercaron al banquito y se colocaron el sombrero, quien fue determinando sus correspondientes casas. Lena sabía que Harry, Ron, Hermione, Ginny y Neville eran de Gryffindor, y que la tal Luna correspondía a Ravenclaw. Deseó ir a alguna de esas casas, para estar con ellos. También buscó a Draco con la mirada, sin poder evitarlo, y lo encontró sentado entre Theo y Parkinson, luciendo totalmente desinteresado en lo que estaba ocurriendo a su alrededor, pues la textura de la mesa parecía resultarle más llamativa. Qué imbécil.
— Goodfellow, Helena— dijo el profesor, y ella dio un paso adelante, atrayendo nuevamente los cuchicheos. Quiso rodarles los ojos a los curiosos, pero en su lugar caminó al banquito y tomó asiento, colocándose el sucio y remendado sombrero. Éste habló.
— Mm… ¿Qué tenemos aquí?... Interesante…— farfullaba con voz pergaminosa, y la pelirroja quiso gritarle ‘¿¡Interesante qué!?’, pero se contuvo—. Podría ponerte en Gryffindor…
— Por favor— murmuró, suspirando de alivio. Sentía todas las miradas clavadas en ella, y avistó a Ginny junto a un buen mozo muchacho moreno; la Weasley le subió los pulgares en apoyo.
—…pero sería un insulto teniendo en cuenta quién eres— añadió el trapo—. Lo llevas en la sangre, y sin dudas perteneces a…— Y los colores del rostro de Lena se drenaron antes de que el sombrero exclamara: — ¡SLYTHERIN!
La mesa de las serpientes comenzó a aplaudir en respuesta, pero Lena no estaba para nada feliz. Asustada, corrió su mirada hacia sus nuevos compañeros, y como si supieran dónde ir sus ojos se toparon con otros metálicos, grises como los suyos, pero fríos como témpanos de hielo. Supo en ese instante que Draco Malfoy estaba tan pasmado como ella con la nueva noticia, pues había dejado de contemplar la mesa para mirarla ceñudo. Reprimió un quejido, y con parsimonia que no sentía se quitó el sombrero y caminó hasta su mesa.
Theo no tardó en hacerle señas, y Lena deseó que el pelinegro no fuera tan amigable. Tragó con fuerza y caminó hacia ellos; Blaise se ubicaba al frente de Draco y Parkinson, mientras que los dos gorilas que Lena había visto en su compartimiento flaqueaban al moreno. Recibió la envenenada mirada de Pansy con mayor tranquilidad que a la filosa mirada del Malfoy, quien podría haberla desintegrado en aquel instante si las miradas matasen.
— Bienvenida Lena— saludó Theo, con una amable sonrisa—, siéntate con nosotros.
La pelirroja devolvió la sonrisa, aunque forzadamente, y se empeñó en zafar del asunto; al parecer Theo no notaba (o no quería notar) la asesina mirada que su blondo amigo le estaba dando. — Gracias Theo, pero no hay espacio— apuntó tensamente, oyendo de fondo a una niña quedar en Ravenclaw, y luego los aplausos de su mesa.
El muchacho miró a su alrededor, y efectivamente así era. Entonces le lanzó al chico de quinto sentado a su lado una mirada elocuente, y éste se puso de pie enseguida, desplazándose hacia la otra punta de la mesa. Cuando terminó de mover los cables, Theo giró a verla de nuevo, otra vez con una sonrisa. Ella estaba algo boquiabierta.
— Listo. Ya puedes sentarte.
— Esto… No era necesario— murmuró encogida, tomando asiento junto a él de todas formas. Se sentía algo idiota parada y sin rumbo.
— Oh, descuida.
— Theodore— gruñó Draco, con mirada fulminante. El pelinegro giró a ver a su amigo tranquilamente, con sus aires algo risueños. Lena se preparó para oírlo.
— ¿Qué pasa Draco?
El rubio lo miró elocuente, pero Theo pareció no comprender del todo. — No la quiero a ella con nosotros— musitó duramente, como si de hecho “ella” no estuviera allí, a un cuerpo de distancia.
Theo alzó las cejas con genuina sorpresa, y a Lena le sorprendió que el muchacho no hubiese notado lo reacio que Draco era con ella.
— ¿Por qué no? Creí que dijiste que vivía contigo— convino el Nott, entornando los ojos en evidente confusión. Blaise, quien al parecer sí había captado la pugna entre la Goodfellow y el Malfoy, soltó una risa camuflada, dedicándole a Lena una mirada comprensiva.
— Eso no significa que me agrade— obvió el rubio, algo exasperado por la ignorancia de su amigo. Pansy sonrió satisfecha, y le dedicó a Lena una mirada altiva desde detrás de la espalda de su novio. La pelirroja sólo le enarcó una ceja, totalmente desinteresada.
— ¿Por qué no? — Repitió Theo, arrugando la frente en incomprensión—. Parece agradable.
— Pero no lo es.
— ¿Seguro?
— Nott. Creí que a los que había que explicarles dos veces eran Crabbe y Goyle.
Blaise y Pansy soltaron una risa, aunque ni los mencionados ni Lena entendieron del todo. Theo, por su parte, rodó los ojos. — Por favor, la chica es Slytherin, va a nuestro año, y no conoce a nadie. ¿Qué tanto cuesta aceptarla en nuestra mesa?
Lena quiso aclarar que de hecho no era su mesa, pues era un mesón enorme para toda la casa, pero supo que era un detalle que ambos sabían y que hablaban de algo más bien significativo. Draco frunció el ceño y, de nuevo, si las miradas matasen…
— Déjalo, Theo— interrumpió Lena, antes de que el rubio dijera algo hiriente. No se dio cuenta de cuándo, pero la Selección parecía haber terminado ya, y en algún momento la comida había aparecido en la mesa. El azabache la miró escéptico, y el rubio clavo su ceño fruncido en ella; le mantuvo la mirada, gris con gris—. No necesito su permiso para sentarme aquí.
Malfoy esbozó una ladina sonrisa irónica. — No quieres desafiarme, Goodfellow— advirtió amenazadoramente. Ella devolvió la fría sonrisa.
— ¿Quién dijo que no, Malfoy? — replicó, con un brillo desafiante en sus orbes tormentosos.
Él se limitó a darle otra de esas amenazadoras miradas, prometiendo venganza, para luego girar y volver a ensimismarse en cosas irrelevantes, como si desconectara su cerebro del mundo. Lena también se enderezó, y recién entonces notó que tenía todas las miradas de aquel pedazo de mesa clavadas en ella; lucían sorprendidos.
— ¿Qué? — espetó, y enseguida todos volvieron a sus comidas, cuchicheando entre sí.
— Eso fue interesante— comentó Blaise, quien aún sonreía divertido. Lena le dedicó una tímida sonrisa, mientras se servía todo un poco de las delicias frente a ella.
— ¿Qué? ¿Qué me amenazara o que yo lo amenaza a él?
El moreno ensanchó su sonrisa. — Ambas.
Lo que siguió de la cena fue más ameno. Lena conversó abiertamente con Blaise y Theo respecto a los profesores, informándose todo un poco sobre la escuela; cabe mencionar que al toparse con la mirada de uno de los maestros, un tal Severus Snape, había sentido cierto cosquilleo de reconocimiento en su mente, pero se fue tan rápido como llegó. También intercambió varias miradas con sus conocidos del tren, y de alguna manera le alivió que Ginny le dedicara una sonrisa tranquila, pues había temido que por ser ahora una Slytherin ellos la repelieran automáticamente. Observó con curiosidad cuando Harry entró en la sala, con sangre en la nariz y expresión ida; no demoró mucho en enterarse, gracias al imbécil de Draco, que él había sido quien rompió su nariz en el tren.
— La rata de Potter quiso escuchar nuestra conversación— había comentado el rubio con sorna, lanzando una despectiva mirada en dirección al mencionado—. Por supuesto que noté que él estaba allí, así que lo petrifiqué y le di una patada, para que supiera con quién se estaba metiendo. Deberían haber visto su cara. — Hizo mímica de la situación, y de inmediato todos comenzaron a reír, salvo Lena, quien frunció el ceño.
— Uy, eres tan temible, — burló sarcásticamente la pelirroja sin mirarlo, mientras comía sus papas. No tardó en sentir las dagas plateadas de Draco clavadas en ella, agujereando su sien izquierda. Giró a verlo con expresión impasible.
— ¿Crees que no lo soy? — Algo en su mirada hizo que Lena meditara su respuesta, pero al final se dijo que era una tontería y contestó sin reparos.
— No lo eres.
Draco esbozó una sonrisa tétrica, como si él supiera algo que ella no, y volvió a hacer lo de siempre: girar y fingir que ella ya no existía, dejando promesas silenciosas a su paso. Quiso golpearlo, pero en su lugar terminó con aquellas deliciosas papas.
Cuando la cena acabó oyó el discurso de Dumbledore, respecto al celador no queriendo nada que tuviera que ver con “Sortilegios Weasley” (Lena había visto aquel local en el callejón Diagon aquel verano), sobre no adentrarse en el Bosque Oscuro, y algo sobre que su mano (ennegrecida y medio muerta) estaba bien. Luego comenzó la perorata sobre Voldemort, y nuevamente su mirada descendió a su rubio compañero de casa, con algo de duda. De veras sospechaba que a eso se refería él al decir que era de los malos, pero algo en aquel pensamiento le molestaba.
Todos comenzaron a ponerse de pie para ir a las Salas, y allí vio a Hermione obrando de prefecta, guiando a los más pequeños. Por su parte, Slytherin tenía como unos de los prefectos, a nada más y nada menos que Draco y Pansy. Eso debía ser una broma. La pelinegra se esmeró en reprenderla por nimiedades durante todo el trayecto a las mazmorras, e incluso dentro de la Sala Común. Cuando una tal Daphne Greengrass (amiga de la boba, pero más amistosa) le comentó que las habitaciones eran individuales, Lena sintió alivio. En su escuela de América debía compartir con todas las de su año (sin mencionar que no existían las casas), y ella realmente no habría tolerado más de un minuto la voz chillona de la odiosa Parkinson.
La habitación consistía en una cama adoselada con edredón color plata, una elegante y antiquísima cómoda para depositar su ropa, un escritorio totalmente vacío que hacía de plataforma para la jaula de su lechuza, y un baño también individual (otro gran alivio). Lena no demoró en desvestirse y enfundarse su piyama, para luego acurrucarse bajo las mantas de seda, sintiéndose completamente agotada.
Aquella noche, Lena soñó con tambores, una mesa de sacrificios, y una daga de plata dirigida a su corazón.
***
— ¡Despierta!
Un grito fue lo que despertó a Helena la mañana siguiente, y lo próximo que supo fue que estaba sudorosa y temblando en su nueva cama, totalmente destapada y con un rostro familiar a su lado. Daphne lucía algo abrumada, aún envuelta en un corto camisón blanco que parecía suave como la seda de las sábanas. Lena se incorporó hasta quedar sentada, sintiéndose alterada y jadeante.
— ¿Te sientes bien? — preguntó la castaña, con la frente arrugada en preocupación. Estaba arrodillada junto a su cama, algo despeinada. La Goodfellow recorrió la habitación desorientada, reparando en que apenas comenzaba a vislumbrarse el sol a través de la ventana. Pasó una mano por su rostro, sintiendo sudor y lágrimas secas. Quiso gritar.
— Sí— articuló por fin, meneando la cabeza algo pasmada—. ¿Qué pasó?
Daphne torció el gesto. — Creí que estabas muriéndote o algo así. Me desperté cuando te oí gritar, y cuando entré aquí tú estabas retorciéndote y llorando; prensé que estabas despierta, pero luego me acerqué y tú… Dijiste palabras muy raras. — Sus rasgos estaban modificados para lucir confundidos —. Tenías los ojos abiertos. Estaban rojos.
Oh. Momento incómodo.
La pelirroja suspiró con pesadez, poniéndose de pie lentamente. Caminó descalza hasta la ventana, y se sentó en el diván que había debajo, abrazando sus piernas. — Lamento que hayas tenido que ver eso— bisbiseó amargadamente. Daphne no escondió su sorpresa.
— ¿Esto sucede a menudo?
Lena chasqueó la lengua. — Desde que era pequeña. Según mis padres son secuelas de algún trauma que no recuerdo, pero honestamente ya no sé si es cierto. De todos modos, sólo sucede las noches de luna menguante, así que no sucederá más de un par de veces al mes, y me encargaré de insonorizar la habitación para entonces. — Ofreció una leve sonrisa de disculpa a la Greengrass, pero ella no lucía muy convencida.
— ¿No deberías ir a ver a Madame Pomfrey? — sugirió, y ante la cara de incomprensión de Lena, añadió: — La enfermera. Ella debe tener algo para las pesadillas.
La sonrisa que esbozó Helena a continuación fue más sincera que la anterior. Los Slytherins no parecían tan malos como había creído en un comienzo; quizás no debería haber prejuzgado a toda una casa sólo por Draco y Pansy. Theo, Blaise, y aquella chica Daphne eran muy amables con ella. — No hay cura para esto, ya he intentado con todo. Aún así, gracias por interesarte, y por despertarme— dijo, más espabilada que segundos atrás. La castaña asintió, y con un “nos vemos luego” se marchó del cuarto.
Lena no pudo volver a conciliar el sueño, así que resignada se metió en la ducha de su nuevo baño, estrenando gustosa la bañera de patas. Todo en el lugar era como sacado de alguna película sobre la edad medieval; muy de ensueño.
Tras pasar dos horas enteras dibujando el Gran Comedor y la fachada delantera de Hogwarts en su cuaderno de dibujos, decidió bajar a comer. La Sala Común no estaba tan vacía para esos momentos.
Blaise la llamó, sentado en una butaca frente al fuego. Ella caminó hacia él tras vacilar un poco, hundiéndose bajo la luz anaranjada de la hoguera en lugar de en la verduzca que destilaba la ventana que daba al Lago Negro (el cual, por cierto, no lucía para nada negro).
— Hey, ¿cómo dormiste, Lena? — preguntó el moreno gentilmente, mientras ella tomaba asiento en la butaca a su lado. Al comienzo, la pelirroja temió que él también la hubiese oído gritar, pero entonces comprendió que era puro formalismo. Forzó una sonrisa.
— Bastante bien. Estuve pensando que Salazar Slytherin tendría que haber sido diseñador de interiores. ¿Tú?
Su comentario hizo reír a Blaise, y Lena pudo apreciar que tenía una risa atractiva, cosa que bajo el bullicio del comedor no había podido notar la noche anterior. De hecho, todos los Slytherin que había conocido eran como salidos de un catálogo de ropa interior, (salvo Crabbe y Goyle, claro). Quizás Draco había escogido a sus amigos por eso, pues tanto Theo como Blaise eran demasiado agradables como para ser del tipo de persona que congeniaría con Ricitos de Oro… Luego se dio cuenta de que tal pensamiento era muy egoísta y prejuicioso de su parte, y lo borró de su mente.
Conversó con Blaise poco más de media hora, hasta que Theo bajó (acompañado de una castaña, por cierto), y se unió a la conversación. La siguiente en llegar fue Daphne, quien al parecer conocía a ambos, y se integró a un debate sobre los mejores partidos del Torneo Mundial de Quidditch. Todo iba bien hasta que Draco y Pansy llegaron (juntos de las habitaciones de los hombres, cosa que hizo a Lena rodar los ojos). Enseguida la charla cesó, y el rubio ocupó lugar junto a Daphne, quien miraba a cualquier lado menos a él; Parkinson se sentó presumidamente sobre su regazo, como si Malfoy fuera una especia de premio de concurso que ella había ganado.
— ¿Por qué callan cuando yo llegó? — espetó Draco, sin rodeos.
— Porque nadie quiere una rabieta tuya respecto a lo desagradable que soy y cómo deben ignorarme desde tan temprano, Malfoy. ¿No es obvio? — burló Lena, también yendo al punto. Daphne camufló una risita. Él se limitó a enarcar una ceja.
— ¿Crees que me pasaré todo el rato preocupándome por eso? Tengo cosas más importantes que hacer que planear cómo borrarte a ti del mapa, Goodfellow— replicó imperturbable, acariciando distraídamente el muslo de su novia, quien fulminaba a la pelirroja con la mirada.
Lena ignoró la extraña piedra en su estómago, que seguramente se debía a sus palabras. — Mejor para mí; menos tiempo que perder.
Y la conversación continuó donde había sido abandonada, aunque ni Malfoy ni Parkinson comentaron nada. Él parecía abstraído en alguna otra cosa, en otra galaxia, y ella disfrutaba jugando con sus cabellos. Lena intentó no mirar mucho, pero su mirada no dejaba de escaparse hacia los tortolitos, y tampoco dejaba de sonreír cuando veía lo tonta que quedaba Pansy al ser tan olímpicamente ignorada. Al cabo de unos pocos minutos, se pusieron de pie y caminaron hasta el Comedor.
Daphne no había mencionado nada respecto a su pesadilla.
***
La primera clase fue Defensa Contra las Artes Oscuras.
Daphne acompañó a Lena hasta el salón del tercer piso, y la pelirroja lo agradeció enormemente, pues de otra forma se habría perdido por completo entre tanto lío de pasillos y escaleras móviles. Comenzaba a pensar que Daphne sería su amiga, y la idea la entusiasmó; hacía tiempo no tenía amigas.
Fuera de la sala, haciendo fila a un lado de la puerta, se topó con Hermione Granger, cargada de libros y con expresión abrumada. No dudó en acercarse a ella. — Hey, Hermione— saludó con una sonrisita, consciente de que Daphne se había quedado agazapada tras ella, cautelosa. La chica alternó su mirada entre Lena y Greengrass, como debatiendo algo, pero al final se quedó en Helena, con una sonrisa.
— Hola Lena. ¿Cómo lo estás llevando? — cuestionó, corriéndose un mechón de cabello tras la oreja. Su melena era ondulada pero lisa, y estaba atada en una desecha coleta. Lena pasó sus ojos sobre los libros de Hermione, y contestó:
— Al parecer mejor que tú… ¿Qué son todos estos libros el primer día?
Mione suspiró pesadamente. — Runas Antiguas. Desbordó tareas en una sola clase, y apenas tengo dos días… Ah, tienes suerte de no haber aplicado— se lamentó la castaña, aunque por lo que sabía de ella Lena dudó que realmente se lamentara haber quedado para cursar runas. La pelirroja sonrió aún más ampliamente.
— Sí. Prefiero Aritmancia— asintió—, Runas es un dolor de trasero. Y en absoluto sirve si quiero ser auror.
Hermione alzó las cejas en sorpresa. — ¿Quieres ser auror?
— Es mi sueño.
— Harry también quiere— comentó con vaguedad. Luego su mirada se volvió a posar en Daphne, quien se había alejado un poco y miraba altiva—. ¿Has hecho amigos?
Lena miró sobre su hombro a Daph, sorprendiéndose al encontrarla como si fuera una serpiente lista para morder. A ella le parecía muy agradable, tal y como Hermione o Ginny, pero al parecer Mione no pensaba lo mismo, ni viceversa. — Oh, sí. Ella es Daphne Greengrass; Daphne, ella es Hermione Granger— presentó, aunque por la miradas que se dieron Lena sospechó que ya se conocían.
— Un gusto— saludó Mione, canónica. Daphne se limitó a hacer un gesto desdeñoso de cabeza, y ya no hubo tiempo para que Lena interviniera, pues Harry y Ron llegaron, y casi al instante el profesor Snape abrió la puerta.
Aún algo confundida, entró en el salón de clases, seguida por Daphne, quien ya lucía más tranquila. Tomaron asiento al frente, y Lena no tuvo tiempo de preguntarle respecto a aquella escena, pues Snape comenzó a hablar.
— Si no me equivoco, hasta ahora han tenido cinco profesores de esta asignatura. — Lena no pudo evitar sorprenderse; ¿cinco? ¿Qué demonios? ¿El puesto estaba maldito o algo así? Por alguna razón no quiso saber qué había sucedido con sus predecesores—. Naturalmente, todos estos maestros habrán tenido sus propios métodos y sus propias prioridades. Teniendo en cuenta la confusión que eso les habrá creado, me sorprende que tantos de ustedes hayan aprobado la MHB de esta asignatura. Y aún me sorprendería más que aprobaran el EXTASIS, que es mucho más difícil. — Empezó a pasearse por el aula y bajó el tono de voz; los alumnos estiraban el cuello para no perderlo de vista. — Las artes oscuras son numerosas, variadas, cambiantes e ilimitadas. Combatirlas es como luchar contra un monstruo de muchas cabezas al que cada vez que se le corta una, le nace otra aún más feroz e inteligente que la anterior. Están combatiendo algo versátil, mudable e indestructible.
A Lena le sorprendió vagamente la manera en que hablaba de las Artes Oscuras, como si fueran un bebé y sus palabras un arrullo. Dedujo también, por las miradas tensas de los Gryffindor, y por la manera tan admirable en que habían hablado los Slytherins de él, que Severus Snape era un profesor del cual tener cuidado. A menos que ser Slytherin fuera algo que la volviera automáticamente inmune a su fiereza.
— Por lo tanto— continuó el profesor, subiendo un poco la voz—, sus defensas deben ser tan flexibles e ingeniosas como las artes que pretenden anular. Estos cuadros, — añadió, señalando unos retratos que no Lena no había visto hasta el momento, donde había personas sufriendo, heridas o mutiladas, en ocaciones deformadas, — ofrecen una acertada representación de los poderes de los magos tenebrosos. En éste, por ejemplo, pueden observar un maleficio Cruciatus. — Era una bruja que gritaba de dolor. A Lena se le erizaron los cabellos de la nuca, y comenzó a respirar agitadamente. — En este otro, un hombre recibe el beso de un Dementor. — Era un mago con la mirada extraviada, acurrucado en el suelo pegado a una pared. — Y aquí vemos el resultado del ataque de un Inferius. — Era una masa ensangrentada, tirada en el suelo. Lena torció el gesto.
— Entonces, ¿es verdad que han visto Inferius? — preguntó una morena con aires hindúes y la corbata de Gryffindor, cuya voz era chillona. — ¿Es verdad que los están utilizando?
Lena dedujo, con expresión tensa, que con “los están” se refería a los famosos y temibles mortífagos de los que todo mundo hablaba; los seguidores de Lord Voldemort.
— El Señor de las Tinieblas utilizó Inferi en el pasado— respondió Snape—, y eso significa que deberían deducir que puede volver a servirse de ellos. Veamos…
Se dirigió por el otro lado del aula hacia su escritorio, y una vez más la clase entera lo observó desplazarse con su negra túnica ondeando. — Creo que son novatos en el uso de hechizos no verbales. ¿Alguien sabe cuál es la gran ventaja de esos hechizos?
Hermione levantó la mano como palanca, y tras meditarlo unos segundos Lena decidió levantar la suya también. Todas las miradas se clavaron en ella, como si estuviesen desacostumbrados a que cualquiera que no fuese Hermione respondiera algo. Snape, por su parte, pareció satisfecho de ver que alguien más quería contestar.
— Adelante, señorita Goodfellow— cedió el hombre, y Lena volvió a sentir que lo conocía del algún lugar, cosa que era imposible. Hermione bajó su mano decepcionada, y miró expectante a la chica.
— Lo ventajoso de usar hechizos no verbales es que el factor sorpresa estará a tu favor; al no clamar los hechizos, el contrincante no sabrá qué clase de conjuro usarás, y lo atraparás desprevenido— respondió con voz firme, pero con las mejillas encendidas como cada vez que recibía demasiada atención. Snape asintió.
— Cinco puntos para Slytherin. — Lena sonrió satisfecha. — Tal y como dijo la señorita, quienes aprenden a hacer magia sin vociferar los conjuros cuentan con un elemento sorpresa en el momento de lanzar un hechizo, estarán aventajados. No todos los magos pueden hacerlo, por supuesto; es una cuestión de concentración y fuerza mental, de la que algunos…— una breve pausa—, carecen. Ahora— continuó Snape— se colocarán por parejas. Uno de ustedes intentará embrujar al otro, pero sin hablar, y el otro tratará de repeler el embrujo, también en silencio. Pueden empezar.
Lena se puso de pie y caminó junto con Daphne hasta un hueco en la gran sala, preparándose para atacar. A decir verdad, en su antigua escuela había cursado durante tres años una materia que se basaba únicamente en hechizos no verbales, pero consideró que no era necesario comentarlo. Se posicionó con la varita alzada frente a Daphne, y dejó que ella fuera primera. Su rostro en forma de corazón se tensó en concentración, pero tal y como supuso nada sucedió. Tras unos vanos tres minutos la Greengrass desistió.
— Tú inténtalo— suspiró, rendida—. De todos modos seré sanadora.
Lena ocultó una risita, pues Snape pasaba cerca de ellas, y se preparó, alzando la varita. “Expelliermus”, pensó, agitándola, y ante la sorpresa de Daphne un rayo salió de ella, haciendo que la castaña se impulsara hacia atrás hasta golpear su espalda contra la de un Gryffindor, que cuando giró el rostro Lena reconoció como Dean, el novio de Ginny.
— Veinte puntos para Slytherin— dijo Snape, carente de expresión, y continuó paseándose por la sala. Aquellos que habían volteado sorprendidos a ver a Helena regresaron a sus tareas, algo desalentados por la facilidad con que la chica nueva realizaba los hechizos.
— ¿Cómo hiciste eso? — soltó Daphne, tras acercarse a la pelirroja con ojos bien abiertos. Lena se encogió de hombros.
— Era la mejor de mi clase en Hechizos no Verbales— explicó, posicionándose otra vez para entrar a duelo. Daphne se mostró aún más sorprendida.
— ¿Tenías una asignatura llamada así?
— Te sorprenderías la cantidad de asignaturas con nombres absurdos que tenía.
Siguieron practicando, aunque sólo Daphne se esforzaba, pues habían decidido que Lena no necesitaba realizar ningún hechizo. De vez en cuando la castaña se exasperaba y soltaba cosas como “por Merlín, preferiría hacer un millón de traducciones rúnicas”, “incluso ver a McGonagall en bañador haría que mi cabeza doliera menos”, “¡no necesito esto para ser sanadora!”, o “¿crees que verdaderamente sirva eso del “factor sorpresa” si para lanzar un hechizo no verbal debo permanecer una hora con cara de Crabbe intentando realizar una ecuación aritmática?”, y Lena no podía evitar reírse, recibiendo miradas filosas de Snape que la hacían callar, pero sin ningún descuento de puntos ni advertencia. La calma se interrumpió cuando el profesor reprendió a Ron Weasley por su falta de resultados.
Se había puesto frente a Harry con expresión llana, y había agitado su varita. Claro que Harry había conjurado una defensa en voz alta, haciendo tambalear a Snape contra unos bancos. Mala idea.
— ¿Recuerdas por casualidad que les ordené que practicaran hechizos no verbales, Potter? — cuestionó con voz severa el hombre de cabellos grasientos y nariz ganchuda.
— Sí— contestó Harry fríamente, erguido en una postura evidentemente agresiva e inflexible. Anotado: a Harry Potter le desagrada Severus Snape; a Draco Malfoy le resulta digno de admiración. Todo cobra sentido.
— Sí, «señor»— lo corrigió Snape.
— No hace falta que me llame «señor», profesor— replicó Harry, imperturbable. Varios alumnos soltaron grititos de asombro, incluida Daphne. Lena, por su parte, se limitó a observar a Harry con otros ojos; aquel chico de despeinados cabellos azabaches y amable mirada verdosa era verdaderamente la némesis del mago más temido de todos los tiempo… o sólo un adolescente muy inconsciente del peligro.
— Castigado. Te espero en mi oficina el sábado después de cenar— dictaminó Snape implacable, como si estuviera muy acostumbrado al asunto de dar castigos—. No acepto insolencias de nadie, Potter. Ni siquiera del “Elegido”.
Y minutos después la clase acabó, mientras Lena se preguntaba a qué se habría referido Snape con lo del “Elegido”. ¿Elegido de qué? ¿Sería respecto al Torneo de los Tres Magos? Eso había ocurrido hacía dos años, no tendría mucho sentido. La pelirroja comenzaba a pensar que habían demasiados secretos en esa escuela tan fantástica.
Lena tuvo que separarse de Daphne para marchar a Aritmancia, no sin antes hacerle prometer que le iba a contar sobre el asunto. Hermione Granger estaba en esa clase, y sorprendentemente (al menos para Lena) ella sabía incluso más que la pelirroja, la cual solía ser la mejor en su escuela de América. Verdaderamente no le importaba; Hermione parecía más feliz que ella siendo la mejor alumna.
Luego de eso, finalmente tuvo un receso, pero se lo pasó buscando a su amiga, quien al final resultó estar en el Gran Comedor, parloteando con una rubia que Lena no conocía. Se unió a ella con una sonrisa, y juntas se encaminaron hacia el aula de pociones. Recién entonces se atrevió a preguntar.e qué sucedía con Harry.
— Potter— bufó Daphne, sacando a Lena de su ensimismamiento. Iba rumbo a la sala de pociones, junto el resto de la clase de Slytherin y Gryffindor—. Se cree la gran cosa por ser el Elegido. Qué iluso.
Helena ladeó la cabeza ligeramente hacia un costado, como una mascota que no acaba de comprender algo. — ¿A qué se refieren con «el elegido»?
La castaña le lanzó una mirada incrédula, pero al final pareció determinar que era natural que ella no supiera, porque dijo: — La gente rumorea que el año pasado, cuando el Innombrable fue visto en el Ministerio, Potter estaba allí. Dicen que hay una profecía, en una sala de misterios de la que nadie sabe nada, que indica que él es el elegido para derrocar a quién-tú-sabes una vez más, y por siempre. — Se encogió despectivamente de hombros—. Yo creo que sólo es un presumido que se pavonea en su absurda fama. Lo detesto.
Helena asimiló todo, y luego desvió sus ojos grises para analizar a su nueva amiga. Daphne lucía sinceramente contrariada, como si de veras odiara al buen Harry Potter. Una incipiente sospecha burbujeó en su cabeza, pero la borró enseguida; no era momento para desconfiar.
— A mí me parece agradable— comentó ella, suspirando un poco. Daphne la miró como si estuviera loca de remate, lo que provocó una casta risa en Lena—. Oh vamos, seamos honestos Daph, ustedes detestan a todos los Gryffindors. Harry es sólo la cara que representa a toda la casa, o algo así; al igual que ellos los detestan a ustedes. Me pregunto por qué.
La castaña sacudió su melena, en obvio desacuerdo, pero ya no pudo contestar pues acababan de llegar al aula de pociones, y un rechoncho hombre canoso los esperaba en la entrada, con una túnica verdosa algo ajustada y un tupido bigote sobre sus finos labios. Sonreía a todos mientras indicaba que pasaran, con sus pequeños ojos pueriles analíticos paseándose sobre todos ellos. Su mirada se tildó unos segundos de más en Lena, y algo destello en ellos antes de que los apartara bruscamente.
La clase resultó tranquilizantemente rápida, gracias a una competencia impuesta por Slughorn respecto a quién lograba realizar la poción de los muertos en vida con mayor eficacia; Harry Potter fue quien ganó, llevándose consigo una codiciada ampolla de Felix Felixis. Lena no tuvo oportunidad, aunque al menos la suya resultó mejor que la de Daphne, la cual había salpicado la mano de la castaña y dejado una gruesa y olorosa costra de extraño color violeta.
Al final del día Helena se sentía agotada, y Daphne refunfuñaba mientras embadurnaba su costra con una pomada verduzca, sentada junto a la pelirroja frente al fuego de la Sala Común de Slytherin. Refunfuñaba sobre lo inútil que le resultaba pociones si pretendía ser sanadora, tal y como hacía cuando no resultaba buena en algo. Lena se limitaba a sonreír y dar consuelos sarcásticos, que Daph devolvía con un revoleo de ojos.
— Ha sido un día productivo, ¿no crees? — comentó la pelirroja, mirándose ociosamente los cordones de sus zapatillas. En Hogwarts las niñas debían usar zapatos de vestir bastante horrendos, y ella definitivamente no calzaría semejantes cosas, ni aunque la obligaran; por suerte no fue necesario, ya que ningún profesor pareció fijarse en el detalle.
Daphne bufó. — DCAO, Cuidados de las criaturas mágicas, Pociones, y una visita a la enfermería. Honestamente, sigo sin saber por qué apliqué para CCM— farfulló, irritable—. Hagrid no deja de traer bichos mortíferos. ¿Quién quiere saber cómo domesticar a una larva de magma, por Merlín? ¡Eso no me sirve en absoluto si pretendo ser sanadora!
Lena soltó una risotada, que llamó un poco la atención entre tanto silencio. La Sala Común de Slytherin era como una biblioteca; todos parecían susurrar para que nadie oyera sus secretos, como si a alguien realmente le interesara. — Si tanto te quejas de lo inútil que son las materias para tu futura carrera, deberías pedirle a Madame Pomfrey por algunas prácticas. Ya sabes, eso serviría…
El rostro de la castaña se iluminó de golpe, mientras cerraba la tapa de la pomada. — ¡Eso es brillante! Mañana mismo iré a pedírselo, cuando le devuelva este remedio. ¡Te debo una, Lena!
— Sólo fue una sugerencia. No es como si me hubiese costado mucho.
— ¡Aún así! Gracias. Cuando me gradué como sanadora con el título de alumna estrella, te mencionaré en mi discurso— aseguró, guiñando un ojo.
Lena río, y siguieron fantaseando sobre el momento de su graduación y qué harían antes el último día de clases en séptimo año. De una extraña manera, surgió el tema de la rubia que estuvo con Daphne en el receso, y Helena no pudo evitar preguntarle quién era.
— Oh, era mi hermana menor Astoria. Está en quinto. — Y luego, en voz más baja y cómplice había añadido: — Es la prometida de Draco.
Honestamente, Lena dio un brusco respingo ante estas palabras. — ¿La qué? — Exclamó, notablemente horrorizada. No es que le interesara en absoluto la situación sentimental de Malfoy, pero en primera él salía con Parkinson, y en segunda apenas y sí tenía dieciséis años. No era como si la gente de esa edad se comprometiera todos los días.
Ajena a su horror, Daphne soltó una risita baja. — No te asustes. Fueron nuestros padres y los suyos los que arreglaron su unión cuando eran niños, para preservar “la sangre”, así como hicieron conmigo y mi hermano mayor. No están obligados a hacerlo sin embargo; aún tienes posibilidades.
Deliberadamente, Lena pasó por alto la última parte y, algo curiosa preguntó: — ¿Quién es tu prometido?
La castaña crispó sus labios en un gesto medio amargo, medio melancólico, y contestó: — Theodore Nott.
La castaña crispó sus labios en un gesto medio amargo, medio melancólico, y contestó: — Theodore Nott.
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Bueeeeeeeeno! Subo un pequeño capítulo. Es como el inicio, SO BORING! Pero prometo que se pondrá interesante a partir de ahora (proceso lento, claro). Gracias por sus comentarios chicas :3 Nos leemos pronto! ^^
Última edición por C.J. Potter el Jue 28 Nov 2013, 3:31 pm, editado 3 veces
C.J. Potter
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Holiiiiii. Dios, he amado este tercer capítulo. Tuvo de todo. Draco, acción, comedia, Draco, suspense, Draco. En fin, me ha encantado. Lo de las pesadillas de Lena no sé qué pensar, creo que tiene algo que ver con Voldemort, no sé por qué. Y Daph me cae tan bien khasdjk pobre de ella que tiene que casarse con Nott, no gusta mucho ese chico. Aunque Blaise sí, él es el mejor. Pero Pansy no, ugh, la odio. Tan altiva y superior por ser la novia de Draco. Bitch, soy Rayis, me lo acabo llevando en todas las novelas JAJAJAJAno, perdón por el retraso mental.
Siento mucho cometar tan tarde, es que hace siglos que no me meto en el foro ni para leer, comentar o responder, lo tengo abandonado. La puta escuela me tiene esclavizada, estoy deseando que lleguen las vacaciones de Navidad.
En fin delfín Serafín, síguela pronto, esta novela me está gustando muchísimo, y sobretodo tu forma de escribir. Te expresas genial y casi pareces una escritora profesional. Si no supiera nada de adaptaciones de Harry Potter ni nada de eso, casi pensaría que esto es un libro. Un beso enorme y por favor, no te demores en publicar o me moriré de angustia. ¡Bye!
Siento mucho cometar tan tarde, es que hace siglos que no me meto en el foro ni para leer, comentar o responder, lo tengo abandonado. La puta escuela me tiene esclavizada, estoy deseando que lleguen las vacaciones de Navidad.
En fin delfín Serafín, síguela pronto, esta novela me está gustando muchísimo, y sobretodo tu forma de escribir. Te expresas genial y casi pareces una escritora profesional. Si no supiera nada de adaptaciones de Harry Potter ni nada de eso, casi pensaría que esto es un libro. Un beso enorme y por favor, no te demores en publicar o me moriré de angustia. ¡Bye!
Mina ♡
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Siempre decís que los inicios de tus novelas son aburridos y que después se va haciendo interesante, pero onda que yo soy la única boluda que se re mil entusiasma cuando empezas una novela porque enseguida le encuentro lo interesante y me dan ganas de que me hagas ya la novela para que pueda leerla yo solita. Sí, como leíste. ah
No sé qué decirte, sabes que me encantan los capítulos siempre, ni hablar si hablamos de Draco Lucius Malfoy Black, o sea, duh. Y Jamie, obviamente. Todavía no me explico cómo carajo hiciste para que me enamore de Potter, en serio, es de mis amores platónicos ahora.
Y bueno, Draco me enamora mucho en la novela, tipo que re joputa es, pero si dejara su orgullo y mala cara entonces sería todo un tiernito enamoradiso de la rayis. Me lo imagino así y me caigo de la risa porque sería tan raro. Un Malfoy amoroso no es algo usual.
En fin, me encantó y quiero que la sigas yayayayaya. Sin presión, pero seguila yayayayaya. ah, bueno, mejor me voy. Te quiero hasta la luna, ida y vuelta, en tortuga, con una patita quebrada. Sí, así de tierna soy :3
Por cierto, por ahí arriba pusiste la parte que va al final. Chica desatenta. ah
Bueno, ¡chao! Nos leemos pronto, Julie, tkm <3
No sé qué decirte, sabes que me encantan los capítulos siempre, ni hablar si hablamos de Draco Lucius Malfoy Black, o sea, duh. Y Jamie, obviamente. Todavía no me explico cómo carajo hiciste para que me enamore de Potter, en serio, es de mis amores platónicos ahora.
Y bueno, Draco me enamora mucho en la novela, tipo que re joputa es, pero si dejara su orgullo y mala cara entonces sería todo un tiernito enamoradiso de la rayis. Me lo imagino así y me caigo de la risa porque sería tan raro. Un Malfoy amoroso no es algo usual.
En fin, me encantó y quiero que la sigas yayayayaya. Sin presión, pero seguila yayayayaya. ah, bueno, mejor me voy. Te quiero hasta la luna, ida y vuelta, en tortuga, con una patita quebrada. Sí, así de tierna soy :3
Por cierto, por ahí arriba pusiste la parte que va al final. Chica desatenta. ah
Bueno, ¡chao! Nos leemos pronto, Julie, tkm <3
Milapotato
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Pls, sube pronto, me muero por saber qué pasa en el siguiente capítulo.
Besis asfgjkl.
Mina ♡
Re: Stand by me [Draco Malfoy & Tú]
Me presento, me llamo Luhana, pero algunos me dicen luha, luh, o pastelito por mi pelo rosa cx y tengo 17 y soy de Uruguay n_n
EEEEEEEEEEEEn fin *se siente german garmendia* ¿Sabes lo que es estar enamorada? Bueno, si lo sabes déjame decirte que ASI ME SIENTO CON TU NOVELAAAAAA:ilusion:
Es absolutamente GRANDIOSAAAAAA :enamorado:
Amo con toda mi vida a Helena, es tan, tan, linda(?) Y me encantan sus celos escondidos y su atracción por Draco :maloso: Estaría bueno un POV de él a ver que opina de todo esto, pero es solo una sugerencia(?)
Amo como redactas, siento que estoy leyendo un libro de verdad, amo como describes todo y y y te amo a ti(?) :omg: okno xD
Espero que subas pronto, muy pronto, ya mismo, te estoy esperando :ñomñom:
Cuentas con una fiel lectora que vendrá a derramar babas por el sexy Malfoy y por la que me imagino es una sexy Lena :-w-:
Por cierto, Lena me recuerda a la prota de Delirium, ay, a ella también la amo montones.
En fin, me desvié(?)
Como te decía, deberías dedicarte a ésto, pareces una gran escritora n_n
Y y y, perdona mi estupidez (?) Nos leemos pronto cielo, cuentas conmigo para lo que precises.:bye:
EEEEEEEEEEEEn fin *se siente german garmendia* ¿Sabes lo que es estar enamorada? Bueno, si lo sabes déjame decirte que ASI ME SIENTO CON TU NOVELAAAAAA:ilusion:
Es absolutamente GRANDIOSAAAAAA :enamorado:
Amo con toda mi vida a Helena, es tan, tan, linda(?) Y me encantan sus celos escondidos y su atracción por Draco :maloso: Estaría bueno un POV de él a ver que opina de todo esto, pero es solo una sugerencia(?)
Amo como redactas, siento que estoy leyendo un libro de verdad, amo como describes todo y y y te amo a ti(?) :omg: okno xD
Espero que subas pronto, muy pronto, ya mismo, te estoy esperando :ñomñom:
Cuentas con una fiel lectora que vendrá a derramar babas por el sexy Malfoy y por la que me imagino es una sexy Lena :-w-:
Por cierto, Lena me recuerda a la prota de Delirium, ay, a ella también la amo montones.
En fin, me desvié(?)
Como te decía, deberías dedicarte a ésto, pareces una gran escritora n_n
Y y y, perdona mi estupidez (?) Nos leemos pronto cielo, cuentas conmigo para lo que precises.:bye:
✝ Lu Wayland
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