Re: Abrázame fuerte.- [Liam Payne]

por **ailubush** Dom 30 Jun 2013, 6:09 pm

LuciaBJ escribió:Uy q bieeeen
Q Allie ya empieza a sentir algo x Payneeeeeeee!!
JIJI estoy muuuu happy!! Y eso q e tenido un dia maliiiiiiisimo!! :(
Espero q la sigas prontitoooo
Muchos besitooos! :*

Jajajajaa, en realidad sentira algo por Zayn pero es un secreto! jajajajja
Ya la sigoo, chiquii! :) Gracias por comentar y estar siempre aqui!

por **ailubush** Dom 30 Jun 2013, 6:10 pm

BMC escribió:Que hermosos capss, amo tanto a liam!
Segui pronto!
Besossss

Graciiias!
Ya la sigoo, besitoos!

por **ailubush** Dom 30 Jun 2013, 6:11 pm

Capitulo dieciocho

La semana siguiente comenzó algo complicada. El lunes Asali sufrió un alto pico de fiebre, lo cual nos tuvo a todos bastante nerviosos. Su estado comenzaba a ser más delicado cada día. El cambio de aire; de clima; y mismo el cambio a su nueva “familia”, como nos llamaba ella, afectaba cada vez más su enfermedad. Zayn la llevaba todas las tardes a la tienda de campaña para que le curen las heridas y relajen sus espasmos musculares. Siempre se iban a las cinco de las tarde, y luego de quince minutos regresaban. Pero el lunes no fue así… Cuando habíamos terminado con las clases, Morgana y yo, pasamos por el salón donde deberían encontrarse los muchachos. Nos atendió un Liam sonriente, preguntamos por el moreno y contestó que todavía no había regresado. Inmediatamente con mi compañera nos dirigimos al área médica, al llegar entramos buscándolos con la mirada.

El ambiente que se respiraba allí dentro era un mezcla entre ganas de vivir y resignación. Varias personas, entre ellas algunos niños, se encontraban dentro de diferentes camas. Las enfermeras iban de aquí para allí llevando distintos instrumentales o papeles en sus manos. Lo sorpréndete de este momento, era que todos sonreían. Enfermeras, acompañantes, médicos y hasta pacientes, sonreía, regalaban sonrisas de agradecimiento. Agradeciendo estar allí o todavía estar con vida. Sonreían alentándose, diciéndose que no se rinda, que sigan luchando, que sigan adelante. Era increíble cómo, a pesar de todas las dificultades con las que vivían, allí todos eran muy agradecidos. Luego de pasear mi vista una vez más por aquella habitación, queriendo registrar ese momento para siempre, me centré en la cama situada en una esquina. Según nos informó una enfermera antes de acercarnos, hacia media hora intentaban disminuir la temperatura corporal de la niña, y todavía no lo habían conseguido. Mi vista se volcó en el muchacho, sentado a la derecha de la cama que refugiaba a la niña, sosteniendo entre sus manos una manito más pequeña. Zayn forzaba una sonrisa, sin embargo sus ojos mostraban cuanto le afectaba esta realidad. Sonrió levemente en cuanto nos vio, como tranquilizándonos. Definitivamente ese hombre tenía un gran instinto protector. Creo que si él mismo pudiera sentir el dolor por otro, lo haría sin dudarlo.

— ¿Cómo te sientes, Asi? — le cuestionó Morgana a la niña, mientras se sentaba a su lado y le acariciaba suavemente la cabeza.

La niña contestó que se sentía bien, sólo un poco cansada. Mantuvieron una conversación entre risas, y leves cosquillas. Las palabras no me salían, quería decirle que todo estaría bien, que no se preocupe. Pero simplemente estaba muda. Verla allí, tendida en una cama, luchando por salir adelante y no rendirse, era algo sumamente fuerte para mí. Sentí que si yo hubiese estado en ese lugar, no hubiese sido lo suficientemente fuerte para luchar como lo hacía ella. Creo que el hecho de estar entre la vida y la muerte, debe ser sofocante, frustrante, agotador y triste. Sin embargo ella no demostraba tristeza. Zayn se dio cuenta de lo que me pasaba, por lo que se levantó de la silla. Y se acercó a mí, no sin antes avisarle a la niña que volvería con ella. Cuando estuvo bastante cerca, clavo sus ojos en los míos y paso su brazo por mis hombros.

— Vamos afuera — susurró en mi oído. Asentí lentamente con mi cabeza, al tiempo que el regalaba una pequeña sonrisa a Asali. Comenzamos a caminar hacía la salida manteniendo el silencio entre ambos. El sol, escondiéndose, apenas nos iluminó cuando salimos de allí. Sin todavía decir nada, Zayn sacó dos cigarrillos de su paquete y me ofreció uno. Gustosamente lo acepté, mientras me sentaba en la hierba.

— ¿Estará bien? — pregunté sin todavía mirarlo. Estaba allí sin poder hablar normalmente. Aquella imagen, dentro de la campaña, me dejó sin habla. ¿Por qué las personas tenían que sufrir tanto?

— En cuanto le baje la fiebre, podrán revisarla bien — suspiró mi amigo, al tiempo que inhalaba de aquél objeto. Me limité a mover mi cabeza suavemente arriba y abajo — No te asustes, todo irá bien.

— Eso espero — mi voz sonó desesperada. Realmente estar allí y ver como viven algunas personas, como sufren, era angustiante.

— Tranquila — sonrió él y palmeó mi espalda. Se notaba que Zayn era el que más sufría con todo esto, que para él era bastante difícil. Sin embargo no bajaba los brazos, ni perdía las esperanzas. ¿Cómo podía ser tan fuerte? ¿Cómo hacía para no quebrarse en ese momento?

— Es que… Verla ahí, a ella y a los otros niños — dije sin poder terminar mi frase. Notaba como mis ojos comenzaban a aguarse, nunca en mi vida había presenciado algo como lo de hacía un rato.

— Hey, no llores — dijo mientras me tomaba en un abrazo — Te entiendo, pero ten fe, Allie.

Así nos quedamos unos minutos, abrazados. Diciéndonos sin decir, que nos entendíamos. Que para los dos era difícil. Pero también diciéndonos que todo irá bien, que nada malo pasará. Creo que eso es algo bueno del ser humano, no tenemos el poder de leer el futuro, pero tenemos esperanza. Imagínense una situación como la que ambos estábamos viviendo en ese momento, imagínense vivirla sin esperanza. Imaginen que ya supiéramos que todo saldría mal, que siempre pensáramos que saldría mal. Sería algo horrible, sería triste, angustiante, sería insoportable. La esperanza, la fe, son cosas únicas e increíbles. Esperanza, esperar y nunca desesperar. Esperar que las cosas que uno desea pasen, se hagan realidad. Poner empeño, esforzarse para que eso suceda. Así es la vida, estar en constante espera, estar luchando, esforzándose para que las cosas sucedan. Así aprendemos, así tomamos experiencia. Y sí, hay veces que las cosas no funcionan, ni salen como nos gustaría. Pero realmente, considero que vale la pena el camino hasta allí. A veces nos rendimos, a veces no llegamos a la meta. ¿Y eso es malo? Para mí, no lo es. Todo tiene un motivo, y si nos rendimos será porque a no estamos preparados para pasar por eso. No, no es malo. Es bueno, no somos Dios. Somos ser humanos comunes y corrientes. Algunos ante una situación pueden más que otros, otros no. Somos iguales y diferentes a la vez.

— Vamos adentro — susurró Zayn a mi lado, sacándome de mis pensamientos. Tomé su mano para levantarnos. Al llegar al lado de la cama, Asali nos esperaba con una gran sonrisa.

— ¿Dónde estaban? — cuestionó suavemente la niña.

— Afuera, hablando — dije mientras tomaba su mano entre las mías. Estar allí, que mi amigo me aliente, me dé esperanzas, me hizo sentirme capaz de afrontar esta situación. No creo que la situación ya no me afecte, pero lo tolero — ¿Ustedes dos de que charlaban?

— Ven, es secreto— contestó llamándome para que me acerque y así susurrarme algo. Acerqué mi oreja a su boca — Le pediré a Zayn que se case conmigo…

— Oh, eso es genial — comenté sonriéndole. Aquella niña era vida pura, no podía creer que estuviera pasando por todo esto. Mis ojos se movieron al muchacho que estaba a mi lado y comencé a reír.

— ¿De qué se ríen ustedes? — cuestionó riendo también — ¿Hay algo que debería saber?

— Cosa de chicas — dijo Morgana mientras las tres reíamos.

Nos quedamos un rato así, conversando y riendo, hasta que una enfermera nos informó que debíamos irnos. Zayn se quedaría un rato más con la pequeña, nos despedimos prometiendo que si seguía allí, volveríamos a verla. Con Morgana nos dirigimos directamente al edificio donde estaban nuestras habitaciones. Mi intención era darme una ducha e intentar a llamar a Louis para ver como iba Madrid. No tenía ganas de otra cosa que no sea estar tirada en la cama leyendo, o hablar con mi amigo. Había sido un día agotador en cuanto a emociones.

— ¡Aquí están! — dijo alguien detrás nuestro. Ambas volteamos a ver de quien se trataba, y automáticamente vi su rostro el mío cambio — ¿Cómo esta Asali?

— Su fiebre no baja, Zayn se quedó con ella — contestó mi compañera, al ver que yo no parecía dispuesta a hablar.

— Ojala mejoré — comentó el muchacho de ojos miel. Sus ojos se posaron en mí, y me sonrió como lo venía haciendo hace un par de días — ¿Tú estás bien?

— Sí… Me iré a dormir, adiós — dije huyendo de aquella situación. No me sentía capaz de hablar bien con él. Desde la noche del viernes seguía evitándolo, todavía tenía su chaqueta en mi habitación. Había olvidado completamente devolvérsela… ¿O eso era sólo una excusa? Debo confesar, que esta mañana cuando me desperté y la vi colgada, me acerqué a ella. El perfume que desprendía era algo que me volvía loca, quizás por eso no se la devolvía. No, no estoy enamorada de él, simplemente es un hombre que huele bien. Y si huele bien, ¿Por qué no me quedaba allí absorbiendo su aroma en vez de huir? ¿Qué pasaba conmigo cuando ese muchacho se hacía presente? ¿Por qué me seguía quedando muda? Habíamos compartido un lindo momento la última vez y lo extraño era que, aunque no quisiera aceptarlo, me gustaría repetirlo.

por **LuciaBJ** Lun 01 Jul 2013, 5:50 pm

NONONO TU ME QUIERES ENGAÑAR DICIENDOME Q SE ESTA ENAMORANDO DE ZYAN PERO YO SE Q NOOO JAJAJA A MI NADIE ME ENGAÑAAAAAAAA BUAJAJAJAJA
Okno olvidalo jajjajja esq son las 1:50 jajja asi q mi cabeza desvaria jeje

por **ailubush** Miér 03 Jul 2013, 3:23 pm

LuciaBJ escribió:NONONO TU ME QUIERES ENGAÑAR DICIENDOME Q SE ESTA ENAMORANDO DE ZYAN PERO YO SE Q NOOO JAJAJA A MI NADIE ME ENGAÑAAAAAAAA BUAJAJAJAJA
Okno olvidalo jajjajja esq son las 1:50 jajja asi q mi cabeza desvaria jeje

Jajajajaja, si ya tu sabes todoo, dime como terminara porque yo no lo see! JAJJAJAJAAJAA
Te dejo otro capitulo, mi fiel lectora! Te quieroooo :)

por **ailubush** Miér 03 Jul 2013, 3:25 pm

Capitulo diecinueve

Nunca me había sentado a pensar sobre la lluvia, hasta ese día. Amo y odio la lluvia. Contradictorio, lo sé. ¿Han pensado alguna vez que la lluvia puede ser vida y muerte a la vez? ¿Es eso posible? ¿Ser vida y muerte a la vez? No sé si en todos los casos, pero en el de aquel fenómeno natural sí lo es.

VIDA. La lluvia llena mares, ríos, océanos para que no desaparezcan. Los mantiene en constante movimiento, los mantiene activos, les da vida. La lluvia riega siembras, le da agua a aquellas semillas o plantas. Les da alimento, les da fuerzas para crecer. Y allí donde alguna vez pusimos una semilla, cuando la lluvia llega a ella, le da vida. Cuando las gotas caídas del cielo llegan a nosotros, uno puede sentirse totalmente vivo. Estar bajo la lluvia, observando el cielo oscurecido, totalmente mojado, eso vida. Sentir como cada partícula de agua moja tu cuerpo, sentir como ellas caen con fuerzas sobre ti, sentir el frío luego de estar un rato bajo ese torrente de agua. ¿Sí eso no nos hace sentir vivos, entonces que lo hace?

MUERTE. La lluvia tiene la capacidad de convertirse en otros fenómenos como tsunami, tornados, tormentas, entre otras cosas. Cuando cae como catarata sobre lugares que no están preparados para semejante cantidad de agua, puede causar muertes. Muertes de humanos, plantas, animales. Muerte, quitar vida. La lluvia puede destruir ciudades, familias, hogares. La lluvia puede ahogarnos, puede ahogar plantas y así quitarles la vida también.

La lluvia tiene esa doble capacidad, puede darnos o quitarnos.

Lluvia por las mañanas y lluvia por las noches. ¿Por qué algunos odiamos los días de lluvia y amamos las noches en las que aparece? Sí, lo días lluviosos han de ser molestos, tener que cumplir nuestras obligaciones con tanta humedad de por medio, es realmente detestable. En cambio, por las noches suena relajante. Escuchar como las gotas golpean el techo como si fueran una melodía, eso es único. Para algunos, incluso es romántico. La lluvia puede ser romance, amor.

El jueves amanecimos con un gran manto grisáceo que nos separaba del cielo azul que solía cubrirnos, y así persistió durante casi todo el día. Ya pasado el mediodía el cielo amenazaba con derrumbarse sobre nosotros, sin embargo todavía se mantenía en su lugar. De vez en cuando se escuchaba algún que otro trueno, algún grito de furia viniendo desde arriba de nosotros, lo cual produjo que algunos niños se aterraran. Las nubes seguían amontonadas formando una capa solida sobre nosotros, que no parecía con intención de disolverse.

Ya habíamos terminado las clases por ese día. Morgana había acompañado a Zayn a ver a Asali, la cual todavía seguía en observación médica. Me tocaba la tarea de acomodar el salón y déjalo listo para el día siguiente. No era algo muy complicado, pero a veces esas tareas suelen dar un poco de pereza. Ese día habíamos trabajado con papeles de colores, haciendo carteles con distintos valores. La idea del trabajo era hacerlos para luego colgarlos en la sala y que cada día los niños recuerden eso. Respeto, solidaridad, honestidad, alegría, bondad, amor, amistad, entre otras cosas. Queríamos que esto sea parte de cada día de sus vidas, que incluyan esos valores en su vida cotidiana. Aunque allí las personas son muy educadas y bondadosas, nos pareció buena idea que los niños los recuerden todos los días. Gracias a este mini “proyecto”, el suelo había quedado salpicado de trozos de papel de diferentes colores. Las tijeras y plasticolas decoraban las mesas, junto con algunas migajas y tazas de lo que fue la merienda.

Cuando comencé a guardar todos los útiles en sus respectivos lugares, el sonido de la lluvia se hizo presente. Parecía una melodía lenta que luego comenzaba a sonar más fuerte. Observé a través de la ventana, gotas caían con fuerza, como queriendo hacerse notar. Los suelos de tierra estaban comenzando a convertirse en lodo, las plantas y árboles bailaban al ritmo del viento. Los cristales ya se encontraban, delicadamente, salpicados. En realidad aquel tipo de lluvia parecía una de esas tormentas que asustan, de esas que crees que serán eternas. En Ghana las lluvias eran precarias, rara vez llegaban a ser como la de ese día.

Seguía mirando hacia afuera, preguntándome como haría para salir de allí sin quedar totalmente mojada. Suspiré contra el vidrio, empañándolo. A veces, algunas tormentas lograban aterrarme. Recuerdo una noche luego de lo de George, mi madre no estaba en casa sólo me encontraba con la ama de llaves. Aquella noche el cielo se vino abajo, llovió tanto que nos habíamos quedado sin energía eléctrica. Recuerdo que estaba aterrada, en la oscuridad de mi habitación aparecían diferentes imágenes que eran formadas por los objetos y la luz del exterior. Y creo que en ese momento me daba miedo lo mismo, la energía eléctrica. Corrí mi rostro del cristal, paseando mi mirada por el salón, buscando alguna vela por las dudas. A la vista no había nada, por lo que decidí sacar esa idea de mi cabeza y comportarme como una persona de veintidós años. Creo que era lo más lógico en ese momento. Me dispuse a realizar las tareas, así poder salir de ahí lo más rápido posible. Limpié las mesas, dejándolas totalmente libres y comencé con el piso. Barrer no era algo que me encante, pero lo toleraba. Hice aquella tarea bastante rápido, mientras tarareaba algunas canciones que por algún motivo estaban en mi cabeza. Estaba por levantar la basura, cuando escuché un golpe en la puerta, lo cual me hizo sobresaltarme por completo. Levanté mi mirada y desde el otro lado un par de ojos me miraban. Caminé hacia la puerta para abrirla y allí estaba él. Su rostro ligeramente salpicado por algunas gotas de agua, su pelo se encontraba prácticamente seco ya que llevaba un paraguas. ‘¡Qué inteligente!’ me dije a mi misma. Jamás había pensado en empacar un paraguas, y él sí. Su camisa blanca algo húmeda se pegaba a su torso, y aquella imagen dejaba un gran campo para la imaginación. Sobre esta una chaqueta azul totalmente mojada, al igual que sus jeans. Me miró regalándome una sonrisa típica de él.

— ¿Puedo pasar? — preguntó con una sonrisa.

— Pasa — tartamudeé. Él entró sin dejar de sonreír, dejó su paraguas a un costado. Se sacó la chaqueta colocándola sobre una silla, terminado esto se volteó a verme. No sé porque, no pregunten pero me sonrojé. Sus ojos clavados sobre los míos, creaban una situación tensa. Y como ya era costumbre, su presencia hacía que mi interior se revolucionará.

— Zayn ha dicho que iba con Morgana a la tienda de campaña — comenzó a explicarse — así que imagine que estarías aquí. Y cuando ha comenzado a llover pensé que quizás no tenías paraguas, por eso vine…

— Gracias — dije sonriendo algo embobada. Aquel gesto, el gesto que estaba teniendo en ese momento. Nadie, nadie había hecho eso por mí. Nadie había ido hacia donde yo me encontraba para ofrecerme su protección y no me moje. Quizás Louis lo hubiese hecho, pero jamás habíamos estado ante una situación así. Estaba realmente sorprendida y agradecida

— ¿Ya has terminado aquí? — cuestionó paseando su mirada por todo el salón.

— Sí, eso creo — musité mirando hacia todos lados como lo estaba haciendo él.

— De todas formas… — empezó a decir mientras se volteaba a ver el exterior a través de los cristales de la puerta — creo que es mejor esperar a que pare un poco. ¿No?

— Sí — susurré. Me sentía extraña, no quería que pare de llover. Quería quedarme allí con él, cosa que antes parecía aterrarme. Y de nuevo mis preguntas mentales. ¿Qué pasa conmigo que ahora quiero disfrutar de su compañía? — me fijaré si hay algo de beber. ¿Quieres?

— ¿Te acompaño? — sus ojos todavía sobre los míos. Daba la sensación de que ninguno podía romper esa conexión de miradas, como si ambos tuviéramos los pies clavados al suelo y no pudiéramos movernos.

— Sí quieres…

— Han quedado lindos los carteles — alagó mirando los mismos que colgaban de las paredes.

— Gracias — sonreí — los chicos hicieron un gran trabajo.

Caminamos, en silencio, hacia la pequeña cocina que se encontraba a un costado del salón. Me dirigí hacia el refrigerador, sintiendo su mirada clavada en mi espalda. Busqué dentro algunas latas de Coca-Cola, que Zayn guardaba siempre ahí. Saqué dos y me dispuse a buscar dos vasos. Liam seguía en silencio, observando atentamente todos mis movimientos. Le ofrecí una vaso que había servido y él lo acepto con una sonrisa. Quería salir de allí, aquel ambiente era algo pequeño y empezaba a sentirme incomoda. Comencé a caminar hacia el salón otra vez, moviendo mi cabeza como guiándolo a que me siga. Él entendió mis movimientos y me siguió. Me senté sobre una mesa, con mis piernas colgando sobre esta, y él se ubicó en una silla frente mío. Había una considerable distancia entre nosotros, lo cual me permitía columpiar mis pies un poco.

— Parece que no parará — comentó rompiendo el silencio.

— Sí — suspiré observando hacia la ventana. Volví mi vista a él y la clavé en sus ojos. Me observaba detenidamente, se notaba pensante, como si estuviera buscando las palabras exactas para comenzar a hablar. Me intrigaba, quería saberlo. ¿Qué estaba pensando aquel muchacho en ese momento? — ¿Qué?

— ¿Qué, qué? — respondió sonriendo. Su pregunta me hizo gracia por lo que comencé a reír.

— ¿Qué tanto miras, Payne? — cuestioné divertida.

— ¿Acaso está prohibido mirar? — preguntó él desafiándome.

— No, no está prohibido. Pero debería — le contesté, usando las mismas palabras que una vez él había pronunciado — Es un poco intimidante…

— Lo siento — susurró bajando un poco la mirada — No pretendía incomodarte.

— Está bien.

— Allie… — comenzó con un tono más suave. Su rostro se mostraba serio, sus ojos volvieron a los míos pero esta vez algo nerviosos — ¿Todavía me odias?

Aquella pregunta me dejó sorprendida. ¿En algún momento había dicho que lo odiaba? Nunca había pensado en odio cuando me refería a él. Sí, lo detestaba cuando se ponía en el rol de chico arrogante y estúpido, pero jamás hable de odio. Sin embargo, se notaba en su rostro cuanto le había costado formular aquella pregunta. ¿Qué clase de hombre será él? ¿Cuánto tiempo habrá pensado en eso? ¿Cuánto tiempo habrá estado con esa pregunta en su cabeza?

— ¿Cuándo he dicho que te odiaba? — esas palabras fueron las primeras que salieron de mi boca. Verlo allí, sentado frente a mí, esperando casi desesperado por aquella respuesta, había movido algo en mi interior.

— No lo has dicho, pero es lógico luego de como me comporté — respondió arrepentido.

— No es lógico — dije regalándole una suave sonrisa — Mira Liam, el odio es algo muy fuerte. Tan fuerte como el amor… Y no es fácil sentirlo, no lo sientes por cualquiera…

— Más de una vez sentí que me odiabas — comentó un poco aliviado — y… Odio el odio.

— Y yo — contesté riendo ante sus últimas palabras.

— Gracias — soltó levantándose y tomándome en un abrazo. Eso me dejó totalmente petrificada. Liam Payne me estaba abrazando, y yo le estaba correspondiendo. Cerré los ojos para poder sentir profundamente aquel contacto, para poder sentir su calor. Aquel abrazo era único, parecía como si dijera “Perdón, perdón, perdón, perdón” muchas veces. No sé porque, pero me gustaba, se sentía bien estar bajo sus brazos.

— No es nada — susurré en su oído. Él apretó un poco más mi cuerpo contra el suyo, y en ese momento creí morir. Creí que podía perder totalmente en él, si así lo quería.

— Sí lo es, gracias Allie — respondió él, también susurrando en mi odio. Mi cuerpo no respondía, un escalofrío recorrió mi espalda. Aquello nunca me había pasado, no se sentía como un abrazo de Louis. Esto era totalmente diferente. ¿Qué estaba haciendo este hombre conmigo?

por **LuciaBJ** Miér 03 Jul 2013, 5:48 pm

Uyyyyyyyyyy q interesanteeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!
TENGO BAAAAD NEWS :(
ME VOY A UN CAMPAMENTO EL VIERNES DE MADRUGADA ASI Q HOY ES EL ILTIMO DIA Q ME QUEDA PARA CONECTARMEEEE!! (xq tengo q dormir jeje)
Aunq a lo mejor algun dia q me dejen el movil me paso x aqui y x el grupo :D
Besooooos :*
teq

por **ailubush** Dom 07 Jul 2013, 2:23 am

Capitulo veinte

La lluvia seguía derramándose sobre Tamale, y no parecía con intenciones de irse. Hacía una hora que Liam y yo estábamos refugiados en aquel salón. Luego de aquel contacto, la situación con él se había vuelto un poco tensa. Ambos nos encontrábamos nerviosos, intentábamos hablar tranquilamente pero la realidad, es que no era posible. Las ganas de volver a estar entre sus brazos otra vez, eran inmensas. Absorber su aroma, sentirme segura, protegida, quería eso otra vez. ¿Cómo hizo Liam para cambiar mi parecer con un simple abrazo? Bueno no tan simple, porque había tenido un gran efecto en mí. ¿Cómo funcionan los abrazos? ¿Alguna vez lo han pensado? Yo siempre he visto a los abrazos como un gesto de cariño, de apoyo. Aunque a veces, personas que no tienen nada que ver contigo te los dan igual. Creo que valen de acuerdo a lo que el otro quiera decirte a través de este, y a lo que tú quieras interpretar. ¿Cómo hace un gesto para cambiarnos el estado de ánimo? En realidad la pregunta sería… ¿Cómo hizo el abrazo de Liam para cambiar mi estado de ánimo? Sí, él tenía el poder de revolucionar mi interior. Pero con ese gesto me había dejado totalmente atontada. Nunca, jamás había sentido algo parecido a lo que sentí con ese contacto. Y eso me tenía algo perturbada y preocupada. Esto era algo nuevo para mí, un sentimiento nuevo, una sensación nueva. Y a veces, suelo temerle a lo nuevo, a lo desconocido.

Él se encontraba dándome la espalda, mirando hacia afuera por la ventana. Se veía pensante, como resolviendo sus propios pensamientos. ¿Estaría él nervioso como yo lo estaba? ¿Qué pasaría por su mente?

— Liam… — susurré tímidamente, rompiendo el silencio. El muchacho, lentamente, volteó a verme — ¿A quién te hago acordar?

Esa pregunta la venía formulando en mi cabeza hace varios días, necesitaba saber quién era la persona de su recuerdo. Necesitaba saber de él, su historia. Tenía curiosidad sobre su pasado, quería saber quién era Liam Payne. Sí, hace unas semanas no quería ni verlo. ¿Pero las cosas cambian, no? Me encontraba observándolo, su rostro reflejaba sorpresa, sorpresa ante mi pregunta. Sus ojos me miraban expresivos, intentado comprender mis palabras. Me regaló una pequeña sonrisa y volvió su vista a la ventana nuevamente.

— A una persona — contestó secamente.

— ¿Puedo saber a quién? — insistí.

— Nadie importante — dijo al momento que volteaba y me sonreía. Su rostro me decía que aquella conversación había acabado allí, no contestaría más aunque siguiera preguntando — Sigue sin parar… Nos quedaremos un rato más.

— ¿No podemos irnos ahora aunque llueva? — con mi pregunta anterior había arruinado el buen clima que tenía entre ambos. Ahora me sentía incomoda de nuevo, sabía que Liam estaba pensando en mis últimas palabras.

— No — contestó. Mi rostro cambió a asombro, me quedé observándolo ante su tono autoritario — No quiero que te enfermes.

Mi corazón comenzó a palpitar rápidamente ante sus palabras, no podía creer que él estuviera preocupándose por mí. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué a mí? Me quedé mirándolo fijamente a los ojos, necesitaba saber si realmente lo sentía así o sólo era una excusa. Sin embargo, él expresaba sinceridad, preocupación.

— No me enfermaré, Liam — dije con tono de niña mientras sonreía.

— Allie, siempre estás sintiéndote mal — comentó él tranquilamente mientras se acercaba a mí — no te pondré en riesgo para que te enfermes.

— Soy grande… — estaba desafiándolo. ¿Acaso yo estaba buscando que me rogara que me quede con él? No, no podía hacer semejante estupidez.

— Vete si quieres — comentó como si no le importase — Pero luego deberías trabajar enferma, y podrías poner en peligro a los niños. O a tus propios compa…

— Ya… Lo entendí — interrumpí su discurso — Tu ganas, esperaré.

— Así me gusta — sonrió satisfecho. Cambié mi expresión y refunfuñé como una niña pequeña.

— Sólo por esta vez, Payne — dije levantando mi dedo y señalándolo — La próxima vez ganaré yo.

— Ya veremos, Bush — contestó riendo ante mi papel de niñita.

Media hora después de eso, pudimos volver al complejo. La lluvia había dejado un suelo lodoso, en cual era fácil resbalar. Liam estuvo a punto de hacerlo, pero automáticamente se sostuvo de mí y no cayó. Luego de eso, el camino fue puras risas. A la vista se notaba que ambos habíamos cambiado de actitud ante el otro, que había dejado el orgullo atrás. Debía aceptar que él no era tan malo después de todo, que podíamos llevarnos bien. Me sentí más segura, ya no lo veía como el muchacho arrogante de la avioneta. Ahora era un posible amigo, un aliado. No sabía cómo sería la relación en un futuro, pero me gustaba disfrutar de Liam que en ese momento estaba a mi lado. El Liam que había ido a buscarme con un paraguas para que no me moje, el mismo que me había abrazado hace un rato. El mismo muchacho que se había preocupado por mi salud, era con él con quien quería relacionarme. Definitivamente, algo en mi interior había cambiado. No sé si estaba bien o mal, pero ya no podía negarlo. Liam me había cambiado.

— Hemos llegado — dijo sacándome de mis pensamientos. Estábamos bajo el paraguas, en la puerta del edificio donde se encontraba mi habitación.

— ¡Tu chaqueta! — exclamé recordando aquel objeto colgado en mi habitación. No me apetecía mucho devolvérsela, ya que acercarme a ella cada mañana se había vuelto casi costumbre. Sí, quizás sea un poco tonta.

— Oh, no lo recordaba…

— Si quieres puedes subir a buscarla — comenté intentando que mi voz salga lo más normal posible. Antes de que pudiera contestar mi móvil comenzó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo y miré a Liam, pidiéndole que me esperara — Debo atender.

— Atiende, te espero — dijo sonriendo.

— ¿Diga? — la llamada venía de mi casa. ¿Helena? No, no me llamaría.

— Allie. ¿Cómo estás? — mi pequeña hermana se encontraba al otro lado de la línea. Mi sonrisa era visible, echaba mucho de menos a esa niña.

— ¡Hola! — contesté contenta — Estoy bien y ¿Tu?

— Bien — chilló en mi oído — Ayer he ido de compras con Louis… Te echo de menos, All.

— Y yo a ti, amor — respondí con ternura. Podía sentir la mirada de Liam en mi espalda, como si estuviera intentado escuchar la conversación… O quizás sólo soy una paranoica, que quiere que él le preste atención. Sí, eso era — Escucha, te llamo luego ¿Sí?

— Está bien. Adiós.

— Adiós — dije antes de colgar. Volteé a ver al muchacho que se encontraba a mi lado, en su rostro había algo diferente — Disculpa, tenía que contestar…

— No te preocupes — comentó con una sonrisa fingida — Luego la recojo, ¿Sí?

— Pero… ¿No quieres llevártela ahora? — pregunté ante su cambio de humor.

— No, luego me la alcanzas. Debo ir a hacer unas cosas — dijo apresuradamente.

— Okey — dije algo sorprendida ante su cambio de actitud para conmigo.

— Adiós Allie — se acercó y besó mi mejilla. Por segunda vez en el día, Liam producía un escalofrío en mi cuerpo.

— Adiós — susurré cuando él ya se había retirado.

¿Qué había pasado? Habíamos tenido una buena tarde, en de un momento para el otro, todo se había derrumbado. La actitud de Liam me había dejado completamente perpleja, no entendía. No lo entendía. ¿Por qué? Allí estaba, parada bajo una leve llovizna, viéndolo alejarse. ¿Alguna vez se han sentido como en la cima del mundo? ¿Han sentido que nada podía ser mejor que ese momento? Y luego… ¿Han sentido como caían en menos de un segundo? Así me sentía yo. La tarde con el muchacho de ojos miel, había sido increíble. Me había sentido bien con él, más allá de los momentos de incomodidad, me sentía bien. Y después, él se marchó. Con él y con su huida, se fue todo lo bonito de esa tarde. ¿Había dicho algo que lo molesto? Siempre era yo quien huía de él, pero ahora él huyó de mí… No, no había huido. Yo estaba paranoica. ¿Acaso Liam se habría ido por algo referido a mí? No, seguramente se había ido porque realmente tenía algo que hacer. Sí, era eso. ‘¡Basta, Allie! Mucho Payne por hoy’, me dije. Quería dejar de pensar en él, pero… ¿A quién quería engañar? No dejaría de pensar en él.

por **Karrie58** Dom 07 Jul 2013, 3:13 pm

Seguro Liam estaba de chismoso, escuchó a Allie decir mi amor y se puso celoso!!! Turi ruri ruri

Beibi, será mucho pedirs si te ruego, imploro y duplico que hagas un maratón?!?! :ilusion:

Me encanta tu nove! :bye:

por **ailubush** Mar 09 Jul 2013, 11:43 pm

Capitulo veintiuno

Su aliento cálido chocaba contra el mío, sus labios entreabiertos, invitándome a besarlos. ¿Acaso íbamos a besarnos? ¿Qué estaba haciendo? Mis ojos se cerraron fuertemente, al sentir como él comenzaba a acercarse.

— No temas — susurró sobre mi boca. Asentí con la cabeza, al tiempo que aquella odisea comenzaba. Sus suaves labios entraron en contacto con los míos, lo sentí sonreír. Lentamente, su lengua se hizo paso dentro de mi boca. Su calor me estaba invadiendo, mis piernas temblaban, sin embargo le correspondí. Aquella sensación era magnifica, era única. ‘¡Me estaba besando! ¡Nos estamos besando!’ Nuestras lenguas estaban bailando a un ritmo que era marcado por nuestras respiraciones entrecortadas, y algunos gemidos que ambos emitíamos. Sus manos bajaron a mi espalda baja tomándome, con suavidad, más cerca de su cuerpo. Nos vimos obligado a separarnos, por unos segundos, por la falta de oxígenos. Sin abrir los ojos, ni decir nada, aquella danza comenzó otra vez. Se sentía tan bien, me sentía completa. Sus manos vagaban lentamente, sin prisas, por mi espalda. Cada toque, cada caricia como diciéndome que me quería más cerca de él. Ambos pudimos sentir la canción estaba por llegar a su fin, la falta de aire empezaba a hacerse presente de nuevo entre los dos. Por lo que los besos que se fueron reduciendo, hasta ser sólo unos roces entre nuestros labios. Sus ojos se clavaron en los míos, apenas la distancia se hizo considerable entre ambos. Volvió a acercarse a mi rostro, sólo para robar un nuevo beso de mis labios. Intenté sonreírle, pero me fue imposible. Sentí como mi piel se erizó ante su mirada, estaba nerviosa. Un par de pupilas negras me miraban, rodeadas por sus iris color miel, perfectamente marcados. A esta distancia podía apreciar como aquellos puntos negros desprendían pequeñas rayas color café, bañando así parte de sus iris. Esa mezcla, entre café y miel. Era perfecta. ¿Café y miel? Dulce, dulzura. Sus ojos eran dulces, al igual que sus labios. Sus pestañas se curvaban delicadamente sobre sus parpados y la parte baja de sus mejillas. Dándole así, más belleza a su mirada. Eso era una de las cosas más lindas que había apreciado en mi vida, definitivamente aquella mirada debía ser una maravilla de la naturaleza. Sin embargo, algo no iba bien en mí. Bajé mi vista de aquel rostro, para encontrarme con mis pies. Ante este gesto, él levantó mi rostro y me observó detenidamente. Él lo notó, notó que algo no estaba yendo de la mejor manera — ¿Qué pasa?

— Liam, esto no está bien…

— Vamos, Allie. Sólo nos divertiremos un rato — susurró en mi oído, atrayéndome más a su cuerpo — Luego todo será igual.

— No, Liam — contesté firmemente. “¿Sólo nos divertiremos un rato?” ¿Con quién se creía que estaba hablando? Debo confesar que nunca besé a un hombre porque sí, siempre que lo hice fue por algún motivo. Okey, no sé porque acaba de besar a Liam, y hasta hace un minuto atrás no me arrepentía. Jamás había besado por impulso como lo había hecho hace un momento. Tuve épocas en que no besaba por asco a las bacterias que contiene la saliva, o también por querer esperar a un tal llamado “Príncipe Azul”. Quizás sean estupideces, de hecho lo fueron. Pero en esos momentos eran mis creencias, por llamarlo de alguna manera. Y si bien, ya no esperaba a mi príncipe, me había resignado, no iba a tener una aventura con la primer persona que se me cruce. Y menos, si ese era Liam Payne. Mi compañero y aquí vería todos los días. Ya bastante con haberlo besado… ¿O para mí no era suficiente? — No, no nos divertiremos… Disculpa.

— Allie — dijo tomándome más cerca de él, mientras evitaba que abandone el lugar entre sus brazos — si no juegas con las personas, los demás no te querrán.

¿Los demás no me querrán? ¿Jugar? Claro que no jugaría. ¿En que estaba pensando ese muchacho? Hace sólo un par de días había estado abrazándome y ahora quería “jugar” conmigo. ¿Había sido una estrategia, portarse bien y luego esto?

— Suéltame… — dije seriamente.

— Ya te lo he dicho, Allie… Así nadie te querrá — su voz sonaba a burla. Seguía forzándome más cerca de él

— ¡He dicho que me sueltes! — chillé comenzando a forcejear. ¿Qué paso con ese muchacho? ¿Por qué estaba haciendo esto?

— Nadie te querrá, como no lo hizo tu padre — dijo Liam. Golpeé su mejilla con la palma de mi mano, jamás había golpeado a alguien. Lo hubiese hecho si tenía a George delante, pero no había tenido situación.

El sudor bañaba mi cuerpo, aquella pesadilla hizo que mi corazón se acelerará. ¿Qué había sido eso? ¿Por qué Liam aparecía en mis sueños? ¿Por qué nombraba a mi padre? Miré mi reloj que marcaba sólo las cuatro de la mañana, no volvería a dormir esa noche. Las imágenes parecían reales cuando las volvía a vivir en mi mente. Aquello fue real, pensaba. ¿Cómo había hecho para colarse en mis sueños? Lagrimas comenzaron a caer de mis ojos, odiaba los recuerdos de mi padre, odiaba tener que hablar de él, o que me hablen. Empecé a preguntarme por qué. ¿Por qué aparecían ellos dos en un mismo sueño? Oculté mi rostro entre mis manos, mientras comenzaba a tranquilizarme. Necesitaba tranquilizarme.

Durante ese día, intenté ignorar a Liam. Lo cual fue una tarea fácil, ya que él apenas me dirigía la mirada. Los recuerdos de aquella pesadilla se mantenían vivos en mi mente, y eso no era bueno. Por una parte estaba el beso, aquél contacto tan real, aquella sensación que sentía al recordarlo. Pero por otro, estaba mi padre. ¿Qué quería decirme mi inconsciente con ese sueño? ¿Cuál era el mensaje? ¿Cuál era la parte que debía tomar en cuenta? ¿Será que desearía besar a Liam? ¿O será que no dejé mi pasado atrás?

Dejar el pasado atrás. ¿Suena difícil, no? ¿Cómo se hace para dejar el pasado atrás y sólo enfocarse en el presente y el futuro? ¿Es eso posible? A veces el pasado suele sofocarnos, agobiarnos, como aquellos monstruos de la infancia. Parece como un ser con vida propia que no nos quiere soltar y nos persigue hacia dónde vamos. ¿Y por qué queremos que nos suelte? ¿Qué quede atrás? ¿Qué pasa cuando tememos a nuestro pasado? ¿Cuándo lo escondemos de los demás? Algunas veces intentamos guardarlo en una cajita, bajo millones de llaves y que no salga de ahí. Sin embargo, uno no sabe cómo, él logra salir a luz otra vez y agobiarnos. ¿Será que lo escondemos por qué sentimos vergüenza? ¿O será que tememos a que se repita? Ese es mi caso. Temo a mi pasado, tengo miedo que se repita de nuevo. Y a la vez lo agradezco. Agradezco haber vivido lo que viví, sino no sería lo que soy hoy. Sino no hubiese viajado a Ghana, sino no hubiese tenido aquel sueño. Sin mi pasado, no tendría historia, no tendría mi historia. Sin mi pasado, sería otra persona, no la que hoy está contando esto. El pasado es lo que fuimos y lo que somos. Aquellos dolores, caricias, sentimientos, situaciones que vivimos nos marcaron, para ser lo que somos.

Considero que el pasado no puede dejarse atrás, que el pasado es y será parte de nuestro presente y futuro. Quizás, si mi padre no se hubiese ido, Emma no estaría en mi vida hoy. Quizás si mi padre no me hubiese echado la culpa de sus fracasos, yo no hubiese aprendido, y quizás estaría repitiendo su historia. Quizás si mi madre no se hubiese ido por un mes, dejándome sola con mi abuela por no poder superar su fracaso, yo hoy estaría sola. Quizás si Louis no hubiese llegado a tiempo cuando sucedió lo de George, hoy estaría golpeada, y quizás Louis no sería alguien tan importante en mi vida.

¿Dejar el pasado atrás? ¿Por qué dejarlo? ¿No es mejor aliarnos a él y que se convierta en nuestro compañero? ¿No es mejor que esté presente y nos aconseje antes de que algo salga mal? Odio mi pasado, lo detesto. Detesto los años en que viví entre lágrimas, violencia, golpes, peleas, los odio… Pero lo mejor de haber vivido eso, es que tengo en claro lo que no quiero en mi futuro. No quiero abandonos, no quiero violencia, no quiero lágrimas si no son por alegría, no quiero golpes. No quiero padres que abandonen, no quiero sentirme sola, ni tampoco que los demás lo hagan. Recordar a mi padre, las situaciones del pasado, solían deprimirme y a la vez alegrarme. ¿Contradictorio? Sí. Me deprimía porque creo que nadie merece vivir nada de lo que he vivido. Y me alegraba, porque a pesar de muchas piedras en el camino aprendí a saltarlas, a superarlas, a esquivarlas. Y sí me vuelvo a equivocar, no importa. Lo importante no es no tropezar con la misma piedra dos veces, sino la forma en que uno se levanta ante esa caída.

— Estás pensativa… — comentó una voz a mi lado. Al voltear me encontré con dos grandes gemas azules, automáticamente sonreí.

— Hola Niall — dije sonriendo, mientras lo observaba.

— ¿Cómo estás?

— Bien — suspiré — ¿Y tú?

— Un poco cansado… Pero bien — dijo sin dejar de sonreír. Amaba las personas que mantienen siempre las sonrisas en su rostro, eso significaba que a pesar de todo son lo suficientemente fuertes para ayudar a otros con tan sólo un gesto — No te he visto mucho… ¿Dónde andabas?

— Oh, ha llegado Asali y estuvimos un poco ocupados.

— Sí, algo me contaron los chicos — contestó con ternura — ¿Ella está bien?

— Tuvo unos días malos, pero saldrá adelante — dije optimista. Sabía que era difícil la situación de la pequeña, pero no perdía las esperanzas — Ella es fuerte.

— Sí, lo sé. Zayn la adora — asentí con la cabeza, ya que aquello era verdad. El moreno adoraba a ese chiquita. Recordé cuando me dijo que le pediría casamiento a mi amigo, y al instante volví a sonreír- esa situación era un claro ejemplo de la fe y la esperanza — El sábado habrá fiesta de nuevo…

— ¿Tu sólo me hablas para salir en las noches? — bromeé.

— No te veo casi nunca, Allie — contestó más serio.

— Era broma, tonto — dije riendo.

— El miércoles es el cumpleaños de Liam, así que el sábado festejaremos — ¿El miércoles el cumpleaños de Liam? — ¿Te apuntas?

— Supongo… — tartamudeé. Debería arreglar las cosas con él antes de ese día, no sería justo que vaya a festejar con él estando “enojados”. A mi mente llegaron las imágenes del beso, del contacto de su mano con mi cintura. Por un momento deseé que eso hubiese sido real.

por **ailubush** Mar 09 Jul 2013, 11:45 pm

Pulguita58 escribió:Seguro Liam estaba de chismoso, escuchó a Allie decir mi amor y se puso celoso!!! Turi ruri ruri

Beibi, será mucho pedirs si te ruego, imploro y duplico que hagas un maratón?!?! :ilusion:

Me encanta tu nove! :bye:

Jjajajaa, bienvenidaa! ¿O ya estuviste por aqui? Bueno, quizas si este un poco celoso, pero ya veremos jajaajaja...
No me rueges, ni me implores, por favor! Intento subir siempre que puedo, pero por ejemplo este capitulo lo escribi tres veces y ninguna fue parecida a la anterior jajajajaa, intentaré hacer maraton, pero no te lo puedo prometer! :) jajajaja
Gracias por estar aqui, leyendoo! Me alegro que te gustee :)

por **Karrie58** Miér 10 Jul 2013, 11:24 pm

Aaaaah beibi, ok primero, perdón por mi intensidad, pero de verdad me encanta tu nove y soy adicta a ella, pero prometo que no vuelvo a rogar, implorar, suplicar que subas porque entiendo que eso de escribir historias que te enganche capítulo a capítulo y de principio a fin no es fácil, nada fácil y por eso beibi tienes mi respeto y admiración total. Así qué perdón, perdón por ser uno cosita molona (o como decimos en México chingaquedito Jejejejeje) :amor:

Ahora sobre el capi, te lo juro que me tienes intrigada sobre la historia con ese tal George e insistoooo Liam estaba de chismoso y por chismoso se puso celoso!! Turiruriruri jajajajaja

Ojalá Allie y Liam se reconcilien para el Cumple de Liam y se den sus besos, tal y como lo soñó Allie, pero sin la parte de "si no juegas, la gente no te querrá" grrrrrrr odio esas frases intimidatorias #%$£¥¡ hombres abusivos :muere:

Ok, perdón me proyecté con mis traumas personales, jejejejejrj

Síguela cuando puedas que estaré al pendiente!

Kssssss

por **ailubush** Jue 11 Jul 2013, 11:15 pm

Pulguita58 escribió:Aaaaah beibi, ok primero, perdón por mi intensidad, pero de verdad me encanta tu nove y soy adicta a ella, pero prometo que no vuelvo a rogar, implorar, suplicar que subas porque entiendo que eso de escribir historias que te enganche capítulo a capítulo y de principio a fin no es fácil, nada fácil y por eso beibi tienes mi respeto y admiración total. Así qué perdón, perdón por ser uno cosita molona (o como decimos en México chingaquedito Jejejejeje) :amor:

Ahora sobre el capi, te lo juro que me tienes intrigada sobre la historia con ese tal George e insistoooo Liam estaba de chismoso y por chismoso se puso celoso!! Turiruriruri jajajajaja

Ojalá Allie y Liam se reconcilien para el Cumple de Liam y se den sus besos, tal y como lo soñó Allie, pero sin la parte de "si no juegas, la gente no te querrá" grrrrrrr odio esas frases intimidatorias #%$£¥¡ hombres abusivos :muere:

Ok, perdón me proyecté con mis traumas personales, jejejejejrj

Síguela cuando puedas que estaré al pendiente!

Kssssss

Jjajaajaja, no pasa nada si me imploras o ruegas! Yo lo digo porque no se si podre cumplirlo, y me sentiría mal si no lo hago! jajajajaaja. Y es verdad, no es fácil escribir, porque yo nunca tuve esta historia planeada de principio a fin, cada capitulo varia de acuerdo a mis días, a como voy viviendo y a lo que me sucede. No sé si serán buenos, pero es una forma de escribir lo que soy :)
Y con respecto a tus traumas personales, tranquila. Aquí yo proyecto los míos, así que tu puedes también. :)
Sigo aquí, debajo de este comentario! Ojala te guste el siguiente capitulo, besos chiquii!

Ahh, y dime tu nombree, por favoor!! :) jajaajajjaa

por **ailubush** Jue 11 Jul 2013, 11:21 pm

Capitulo veintidós

Habíamos terminado de almorzar, Morgana y Zayn acomodaban el salón para lugar darle una sorpresa a Liam por su cumpleaños. En el momento de saludarlos, los nervios se habían apoderado de mí. Sin embargo, fueron reemplazados por una horrible sensación de angustia cuando me respondió con un frío “Gracias” y una sonrisa forzada. ¿Qué pasaba con él? Recordaba una y otra vez todos los momentos que habíamos compartidos, intentando encontrar algo que haya salido mal. Discusiones, disculpas, más discusiones, disculpas otra vez, risas, el abrazo y por último, el sueño. No, no podía haberse enterado de eso. Aparte su actitud para conmigo había cambiado antes de eso, estaba rompiendo mi cabeza por encontrar las respuestas.

Estaba sentada sobre el césped, a las afuera de los salones. Aquel día la naturaleza brillaba con todo su esplendor, el cielo azul volvía a cubrirnos luego de la lluvia. El sol nuevamente había ganado otra batalla a las nubes grises que habían intentado apoderarse del cielo. A esta hora Ghana se tornaba silenciosa, no sé si las personas descansaban en ese horario, pero siempre se vivía paz a esa hora. Por momentos algunas aves nos deleitaban con cantos suaves, cantos de relajación, llenando de su música cada instante. Miraras para donde miraras, veías vida. Cientos de árboles, plantas, nos rodeaban. Las aves volaban sobre nosotros, danzaban, y luego se posaban en un árbol a descansar. Vida en los árboles, vida en el aire, vida en todos lados. Era sorprendente, porque así como había vida, había mucha muerte. Quizás más muerte que en cualquier parte del mundo. Aquí no sólo morían personas, sino también animales. Abundaba vida, pero también causas para la muerte. Me recosté sobre el césped, dejando que el rocío humedezca levemente mi ropa. Intenté sacar a Liam de mi cabeza, y enfocarme en ese paisaje. Cuando vivía con mi madre, solía pasarme horas tirada en el parque de su casa, dejando que el mundo siga su curso, mientras yo absorbía su paz. Algunas noches también lo he hecho, dejando que la luna me ilumine y me llene de su energía. Esperando, a veces, encontrar alguna estrella nunca vista. Ese era un tipo de terapia, por así llamarlo, que tenía. Creo que Helena creía que estaba loca, de hecho creo que a veces se sentía un poco decepcionada conmigo. Sé que algunas veces me veía raro, y sé que todavía esperaba que sea su hija perfecta. Le hubiese gustado que sea de esas mujeres obsesionadas con sus prendas, su cabello y con los zapatos. Y lamentablemente, para ella, era casi lo contrario. Recuerdo que hemos discutido miles de veces, por mi sencillez. Ella cree que la imagen es algo muy importante, o quizás que lo es todo. Mientras que para mí es sólo un complemento. Siempre lo he dicho y lo repetiré, considero que es importante que alguien te quiera por lo que eres y no por la ropa que llevas puesta. Cuando uno se enoja con sus padres suele empezar a preguntarse diferentes cosas, por ejemplo como es que somos sus hijos. ¿Nunca les ha pasado? Recuerdo a mi madre, y a veces me cuesta creer que realmente lo sea. Somos polos opuestos en muchas cosas, polos opuestos pero no de los que se atraen o complementan. Por ejemplo, ella adora viajar por el mundo, mientras que yo prefiero pasar las vacaciones dentro de mi casa y disfrutar mi hogar. Helena ama ir de tienda en tienda buscando cualquier cosa para comprar, y yo detesto hacerlo. Ella ha cometido errores, que no sé si cometeré, no leo el futuro, pero puedo asegurar que los evitaría. No digo que sus errores hayan sido a propósito, pero ella eligió la forma de llevar su vida, y yo no elijo esa forma. En cuanto a mi padre, no recuero mucho. A veces creo que mi mente construyó un muro para no dejarme recordar esos años y así no dañarme. Construí ese muro para cuidarme, construí para curarme. Intento volver atrás y recordar algún momento, pero las imágenes en mi cabeza son casi nulas. Es como si los hechos no hubieran sucedido, lo único que quedo en mí son sentimientos. El dolor de sentir el abandono, el dolor de algunas palabras, la angustia de ser maltratada por mis padres, el tener que pagar por sus fracasos, el dolor de que hoy mi padre no se interese en mí, que no sepa quién soy. Son cosas con las que vivo, pero tengo en claro que no las quiero en mi futuro, no me gustaría ser la portadora de tantos dolores.

Durante esas terapias que solía tener, pensaba este tipo de cosas y eso me ayudaba a superar y aprender a vivir con mi pasado, con lo que soy. Aunque esos momentos sobre el césped dejaron de existir cuando me mudé a mi departamento, allí no tenía un parque donde desprenderme del mundo humano y trasladarme al de la naturaleza. Hacía varios años que no me echaba a ver el cielo sobre mí, por lo que quería disfrutar ese momento. Cerré fuertemente los ojos, intentando que el aire que inhalaba limpie mi cuerpo, me purifique. Imposible, imposible era darme ese momento para mí y dejar de pensar en Liam. Necesitaba hablar con él, necesitaba saber que le pasaba. Sonará raro pero no toleraba el hecho de que él esté alejado, que me ignore. ¿Qué le pasaba? Su sonrisa seguía intacta en su rostro, pero cuando sus ojos se posaban en mí, ésta se desvanecía.

— Levántate del suelo podría picarte algún insecto — su voz sonaba autoritaria. ¿Me ignoraba y luego me protegía? ¿A dónde pretendía llegar?

— ¿Por qué me ignoras? — cuestioné sin responder su pregunta, todavía acostada y con los ojos cerrados.

— Yo no te ignoro — dijo nervioso, sentándose a mi lado.

— Claro Liam, y yo soy Superman — contesté sarcásticamente, mientras volteaba a verlo. Sus ojos miel estaban clavados en mí, una pequeña sonrisa apareció en su rostro ante mis palabras. El sol lo iluminaba marcando perfectamente sus facciones, y aquello me dejo embobada. Su cabello, que todavía seguía corto, había crecido unos cuantos centímetros en el mes que llevábamos allí. Daba la impresión de que si uno pasaba su mano por este, todavía pinchaba un poco. El sueño de unas noches atrás apareció en mi cabeza otra vez, por lo que me vi observando sus labios. El inferior, un poco más grande que el otro, se entreabría dejando ver una perfecta hilera de dientes blancos. Su boca parecía suave, dulce, y sinceramente, tenía ganas de probarla. NO, me dije a mi misma. Cerré los ojos, intentando reprimir ese deseo — Tu actitud cambio luego del día de lluvia… ¿Hice algo mal?

— No, Allie — suspiró corriendo su mirada al horizonte — He sido yo. Discúlpame, no estuve bien…

— ¿Ha pasado algo? — abrí los ojos automáticamente. ¿Por qué me preocupaba tanto por él? ¿Qué pasa con él, conmigo?

— No — sonrió tranquilizándome. Le respondí el gesto, y me perdí en sus ojos. Se creaba una conexión entre ambos, que hacía que mi interior se revolucionara una y otra vez.

— Feliz cumpleaños, Liam — solté sinceramente. Me levanté, poniéndome a su altura y besé su mejilla. No pregunten por qué, fue un impulso. Rápidamente volví a mi lugar, sonrojándome. ¿Por qué me dejé llevar por mis impulsos? ¡Maldición!

— Gracias — dijo. Tomó mi mano entre las suyas, y observó esa unión durante unos segundos. Me vi obligada a ver lo mismo que él miraba, intentando entender porque sus ojos seguían en eso todavía. Sus dos manos cubrían la mía por arriba y por debajo, con su pulgar acariciaba suavemente mis nudillos. Observar eso, sentirlo, hizo que mi pulso se acelere. Sus ojos volvieron a los míos, mientras mi respiración se volvía más costosa — Discúlpame… A veces soy impulsivo… Tú no tenías nada que ver.

— No te preocupes — tartamudeé. Era difícil entender que pasaba entre ambos en esos momentos, jamás había sentido algo parecido en mi vida. ¿Me estaré enamorando? ¿Y él de mí? Esta idea me aterro. No, no podemos enamorarnos el uno del otro sin más. Eso sucede en las novelas o en las series de televisión, no en la vida real. Intenté calmarme y esconder mi rostro, así él no se daba cuenta de lo que pasaba por mi mente en esos momentos. Lo miré otra vez, esperando parecer tranquila, y él simplemente me sonrío. Volví a caer, volví a perderme en sus ojos, en su sonrisa.

— El sábado iremos a festejar. ¿Vendrás, no?

— Sí, Niall me ha comentado algo — comencé nerviosa — ¿Irán todos, verdad?

— Sí, unos cuantos — comentó levantando sus hombros, como si no le importase quienes irían — Nos divertiremos.

“Sólo nos divertiremos un rato. Luego todo será igual.” Esas palabras vinieron a mi cabeza, haciendo que lo mirara con desconfianza. ¿Por qué aquel maldito sueño tenía que volver a mi cabeza cuando estábamos llevándonos bien? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

— Liam… — dije tratando de esconder mi nerviosismo — Los niños tienen algo para ti, ¿Vamos?

— Allie… ¿Estás bien? — cuestionó mirándome detenidamente.

— Sí — contesté sonriendo falsamente, para salir de aquella situación. Me levanté y le extendí mi mano, la tomó gustoso. — Pero vamos ahora, sino me matarán por entretenerte.

— ¿Me estabas entreteniendo? — preguntó sorprendido, al tiempo que una risa escapaba de su boca.

— No — me defendí rápidamente. ‘¡Allie, cálmate! Me dije. Traté de sonreír, no dejando ver mi nerviosismo. Todavía aquellas palabras retumbaban en mi cabeza — Es sólo que… Todos están esperándote…

— Allie, ¿Estás bien? — repitió frenándome y mirándome a los ojos. Me vi forzada a observarlo también, su rostro era de preocupación.

“No, Liam. Estoy fatal. Odio ese sueño, odio recordar tus palabras. Odio recordar el roce de tus labios con los míos, odio no saber si algún día pasará de verdad. Odio que repitas esas palabras y me hagas desearte por segunda vez en el día, odio que tengas el poder de cambiar mi estado de ánimo. Odio no saber que pasa conmigo y no poder manejarlo, odio no ser capaz de mirarte a los ojos en algunas situaciones. Odio que hayas entrado en mi vida, pero amo que estés en ella.” Pensé para mí. Cerré los ojos y los volví a abrir, regalándole una sonrisa. Él no tenía la culpa de mi embrollo mental, bueno sí tenía parte de la culpa, pero no debía saberlo.

por **Karrie58** Sáb 13 Jul 2013, 11:49 am

Hiiiiiii there! Yo me llamo Karina, mis amigos me llaman Karrie, asi que puedes llamarme Karrie :omg:

Pfffffff no te digo!!! Apenas medio "arreglan las cosas" y Allie recuerda su sueño y Hora es ella la que evade a Liam!!! :jajajaj:

Pffffff2 me mató esa escena de los dos agarrados de la mano bajo el cielo de Ghana :enamorado:

Ya estoy intrigada sobre la sorpresa de los niños a Liam y ver (imaginarme) su carita de emoción al verla :corre:

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