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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
hay dios !
eso no puede estar pasando !
por favor síguela !
eso no puede estar pasando !
por favor síguela !
fernanda
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Maldita Marcie!!!!! Maldito Patch!!!! :caliente:
aaaaaaaaaaaaa!!!!!
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaaaaaaaaaaaa!!!!!
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Vale_Gajardo
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
¡MALDITA SEA, ELLA!
NO ME DEJARAS DORMIR!
SI DUERMO SOÑARE CON PATCH, Y NO QUIERO!
VIVO EN LA NOVELA, SIENTO EL DOLOR REAL.
SIGUELA PRONTO ELLA, NO QUIERO LEER CRESCENDO SI NO ES POR TU ADAPTACION!
XOXO
JAVI'S JONAS
NO ME DEJARAS DORMIR!
SI DUERMO SOÑARE CON PATCH, Y NO QUIERO!
VIVO EN LA NOVELA, SIENTO EL DOLOR REAL.
SIGUELA PRONTO ELLA, NO QUIERO LEER CRESCENDO SI NO ES POR TU ADAPTACION!
XOXO
JAVI'S JONAS
JaviOfJonas
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
aaaaaaaaaaa! crei q seria mi patch de nuevo
aii q decepcion! :c
como dice javi
vivo la novela! tambien siento asi como si fuera real
aww q trizte enserio :c
espero el prox capitulo!
aii q decepcion! :c
como dice javi
vivo la novela! tambien siento asi como si fuera real
aww q trizte enserio :c
espero el prox capitulo!
1DStylesJB
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooo.......OSEA...
ACABO DE ESCAPARME DE MI CASTIGO Y CON KE ME CONSIGO..... CON KE
SCOTT ES UN NEPHILIM (CREO KE SE ESCRIBE ASI AJAJAJA =P) MI PADRE ANDA APARECIENDO POR TODOS LADOS... Y HAY ALGO MALO AHI DETRAS DE ÉL... Y KE PATCH NO DEJA DE ANDAR CON LA Z*RRA... P*RRA... P*TA DE MARCIE... OSEA KE LE PASA.. Y PARA MAS COLMO AHORA LA BESA..... COMO SE ATREVE A BESARLA Y LUEGO METERCE EN MIS SUEÑOS Y BESARME TAN APASIONADAMENTE... ¬¬ ERES UN PERRO.... DESGR*CIADO.... CON QUE CARA VIENES A METERTE EN MI KSA... EN MI CUARTO Y EN ""MIS SUEÑOS""..... COMO TE DETESTO PATCH.... ELLA......DIOSSS COMO NOS HACES ESO? PORQUE ERES TAN MALA? NI SIQUIERAS NOS DICES CUANDO SUBIRAS EL OTRO CAP... Y SINCERAMENTE ESTOY SUFRIENDO UN ATAQUE DE ANSIEDAD... Y PSICOLOGICO BASTANTE GRAVE... VAN A TENER KE INTERNARME..... LA NOVELA ESTA EN SU MEJOR PUNTO.... ELLA VALE... NO PUEDES DEJARNOS ASIIIIIII....CAPPPPPPPPPPPP... KIERO CAPPPPP...
ANHELO CAPPPPPP.... SABES LO DIFICIL KE ME ES BUSCAR DE DONDE CONECTARME... XQ AHORA PARA AUMENTAR MI CASTIGO ME KITARON EL CELULAR... Y AHI SI QUE ME FREGUE... XQ DESDE HACE UNOS DIAS NO EH PODIDO LEER DESDE EL CEL... ¬¬ ME KIEROOO MORIRRRR... SOLO YO ESTOY CASTIGADA CUANDO ESTA NOVELA ESTA ULTRA MEGA GENIAL x'( BUENO BESOS... CUIDATE.... Y SIGUENOS ESCRIBIENDO CAPS.... BYE...
ACABO DE ESCAPARME DE MI CASTIGO Y CON KE ME CONSIGO..... CON KE
SCOTT ES UN NEPHILIM (CREO KE SE ESCRIBE ASI AJAJAJA =P) MI PADRE ANDA APARECIENDO POR TODOS LADOS... Y HAY ALGO MALO AHI DETRAS DE ÉL... Y KE PATCH NO DEJA DE ANDAR CON LA Z*RRA... P*RRA... P*TA DE MARCIE... OSEA KE LE PASA.. Y PARA MAS COLMO AHORA LA BESA..... COMO SE ATREVE A BESARLA Y LUEGO METERCE EN MIS SUEÑOS Y BESARME TAN APASIONADAMENTE... ¬¬ ERES UN PERRO.... DESGR*CIADO.... CON QUE CARA VIENES A METERTE EN MI KSA... EN MI CUARTO Y EN ""MIS SUEÑOS""..... COMO TE DETESTO PATCH.... ELLA......DIOSSS COMO NOS HACES ESO? PORQUE ERES TAN MALA? NI SIQUIERAS NOS DICES CUANDO SUBIRAS EL OTRO CAP... Y SINCERAMENTE ESTOY SUFRIENDO UN ATAQUE DE ANSIEDAD... Y PSICOLOGICO BASTANTE GRAVE... VAN A TENER KE INTERNARME..... LA NOVELA ESTA EN SU MEJOR PUNTO.... ELLA VALE... NO PUEDES DEJARNOS ASIIIIIII....CAPPPPPPPPPPPP... KIERO CAPPPPP...
ANHELO CAPPPPPP.... SABES LO DIFICIL KE ME ES BUSCAR DE DONDE CONECTARME... XQ AHORA PARA AUMENTAR MI CASTIGO ME KITARON EL CELULAR... Y AHI SI QUE ME FREGUE... XQ DESDE HACE UNOS DIAS NO EH PODIDO LEER DESDE EL CEL... ¬¬ ME KIEROOO MORIRRRR... SOLO YO ESTOY CASTIGADA CUANDO ESTA NOVELA ESTA ULTRA MEGA GENIAL x'( BUENO BESOS... CUIDATE.... Y SIGUENOS ESCRIBIENDO CAPS.... BYE...
Stephany
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
TAN OBCESINADA ESTOY QUE YA AVERIGUE QUE EL LIBRO HUSH HUSH LO VENDEN ACA EN VENEZUELA.. TENGO EL PRECIO Y TODO... INCLUSO LA MITAD DEL DINERO... Y KE CRESCENDO SALDRA EN MARZO xD GRACIAS A TI TENDRE OTRA SAGA POR COLECCIONAR... ME VUELVO ADICTA TANTO A LOS LIBROS O A LA LECTURA KE NO VOY A PARAR DE LEERLO ESO LO JURO xD GRACIAS POR OFRECERME ESTA NUEVA OBCESION.....xD STOY LOCA POR ESE ANGEL CAIDO.... PATCH ERES UN PERRO PERO ME HACES DELIRAR xD JJAJAJAJAAJ AHORA SI ME VOY XQ ME PILLAN Y YA NO SE QUE ME IRAN A KITAR JAJAJA xD BESOS ELLA TKM
Stephany
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
JaviOfJonas escribió:¡MALDITA SEA, ELLA!
NO ME DEJARAS DORMIR!
SI DUERMO SOÑARE CON PATCH, Y NO QUIERO!
VIVO EN LA NOVELA, SIENTO EL DOLOR REAL.
SIGUELA PRONTO ELLA, NO QUIERO LEER CRESCENDO SI NO ES POR TU ADAPTACION!
XOXO
JAVI'S JONAS
Me pasa lo mismo!!! siento el dolor!! :crybaby: :crybaby: :crybaby: como pudiste hacerlo patch!! hijo de p.. ,la concha de tu m.. :caliente2: ..casi lloro de nuevo pero soy mas fria q la mierda para llorar :¬¬:
siguela!!!!!!!!!!!!!!! che me puso triste :sad: falta mucho para q vuelvan?? por favor no me digas q al final de la nove porq me corto una teta!! Ok no! :risa: :risa:
:crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby:
jb_fanvanu
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
jb_fanvanu escribió:JaviOfJonas escribió:¡MALDITA SEA, ELLA!
NO ME DEJARAS DORMIR!
SI DUERMO SOÑARE CON PATCH, Y NO QUIERO!
VIVO EN LA NOVELA, SIENTO EL DOLOR REAL.
SIGUELA PRONTO ELLA, NO QUIERO LEER CRESCENDO SI NO ES POR TU ADAPTACION!
XOXO
JAVI'S JONAS
Me pasa lo mismo!!! siento el dolor!! :crybaby: :crybaby: :crybaby: como pudiste hacerlo patch!! hijo de p.. ,la concha de tu m.. :caliente2: ..casi lloro de nuevo pero soy mas fria q la mierda para llorar :¬¬:
siguela!!!!!!!!!!!!!!! che me puso triste :sad: falta mucho para q vuelvan?? por favor no me digas q al final de la nove porq me corto una teta!! Ok no! :risa: :risa:
:crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby:
Hahaha... siii me pasa lo mismo!!
porque la dejas ahiii!!! :crybaby:
lo unico que quiero es que todo se aregle y vovlamos a ser felices !!
sin la estupida de marcie ofreciendosee!! ¬¬
como hace eso!!... aaaaww!!
SIGUELA SIGUELAAA!!!
patch aun me quiere y por eso no me entrega el anillo verdad??.... el quiere areglar las cosas (?!!!
dime qe es esooo!!... no quiero que todo acabe asii!! :sad:
tienes que seguirla y lo mas pronto posibleee!!
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAA!! :D
CrazyxJonas
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Vale_Gajardo
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Ola chiks!!! no se cual de sus coments me mato mas :risa: ahahaah que les parece si formamos un club de odio contra marcie???? yo me apunto :happy: hahha ok...aqui le dejo cap!
bessos
Capitulo 35:
bessos
Capitulo 35:
Abrí los ojos.
Hice clic en la lámpara, mi visión retorno a todo color.
Me senté, un ardiente destello de adrenalina calentando mi piel. Llegando a mi cuello, busqué la
cadena de plata de Patch, pero no estaba allí. Arrastré mis manos a través de las sábanas arrugadas, pensando que se había caído mientras dormía.
Pero la cadena se había ido.
El sueño era real.
Patch había descubierto una manera de visitarme mientras dormía.
-------------------
El lunes, después del colegio, Vee me dejó en la biblioteca.
Me tomé un momento fuera en la entrada para llamar a mi madre para nuestro control diario. Como de costumbre, me dijo que el trabajo la estaba manteniendo ocupada, y yo le dije que el colegio me estaba haciendo lo mismo.
Dentro de la biblioteca, cogí el ascensor para ir al laboratorio multimedia de la tercera planta, comprobé mi e-mail, curioseé Facebook, y le eché un vistazo a Perez Hilton.
Sólo para torturarme, volví a buscar en Google, La Mano Negra.
Aparecieron los mismos links. En realidad, no había esperado nada nuevo, ¿no? Finalmente, sin ningún sitio en el que remolonear, saqué mi libro de química y me resigné a ponerme a estudiar.
Era tarde, cuando lo dejé para ir a buscar una máquina expendedora. Por fuera de la ventana orientada al oeste de la biblioteca, el sol se estaba ocultando profundamente en el horizonte, y la noche se estaba acercando rápidamente.
Pasé de largo el ascensor, prefiriendo ir por las escaleras, sintiendo la necesidad de hacer un poco de ejercicio. Había estado sentada durante mucho tiempo, por lo que mis piernas estaban empezando a entumecerse.
En el vestíbulo, metí unos cuantos dólares en la máquina expendedora y me llevé unas galletas y un zumo de arándanos de vuelta a la tercera planta. Cuando volví al laboratorio multimedia, Vee estaba sentada en mi escritorio, con sus brillantes tacones amarillos apoyados en mi silla. Su expresión era una mezcla de diversión petulante e irritación. Sostenía un pequeño sobre negro en el aire, cogido entre dos de sus dedos.
—Esto es para ti —dijo, dejándose caer el sobre en el escritorio—. Así como esto. —Ofreciéndome una bolsa de panadería, enrollada en la parte de arriba—. Pensé que quizás tendrías hambre.
A juzgar por el desprecio en la expresión de Vee, tuve una mala sensación sobre la tarjeta, y aproveché la oportunidad de prestar atención a lo que había dentro de la bolsa.
—¡Magdalenas!
Vee sonrió. —La señora de la panadería me dijo que eran orgánicas. No estoy segura de cómo se hace una magdalena orgánica, y no estoy segura de por qué cuestan más, pero ahí tienes.
—Eres mi héroe.
—¿Cuánto tiempo más, crees que estarás?
—Treinta minutos, como máximo.
Ella dejó las llaves del Neon al lado de mi mochila.
—Rixon y yo vamos a comprar algo de cenar, así que tendrás que ser tu propio chófer esta noche.
Aparqué el Neon en el garaje subterráneo. En la fila B. Sólo me queda un cuarto del depósito, así que no te vuelvas loca.
Cogí las llaves, intentando ignorar el desagradable aguijón de mi corazón que, instantáneamente, reconocí como celos. Estaba celosa de la nueva relación de Vee con Rixon. Celosa de sus planes para cenar. Celosa de que ahora ella estaba más cerca de Patch, de lo que lo estaba yo, porque aunque Vee nunca lo hubiera mencionado, estaba segura de que se tropezaba con Patch cuando estaba con
Rixon.
Por lo que yo sabía, los tres veían películas juntos por la noche. Los tres, descansando en el sofá de Rixon, mientras yo me sentaba en la granja sola.
Quería, desesperadamente, preguntarle a Vee sobre Patch, pero la verdad era, que no podía. Había roto con él. Tenía que afrontar la responsabilidad de mis acciones.
Por otra parte, ¿qué daño iba a hacer una pequeña pregunta?
—Oye, Vee.
Ella se volvió, ya en la puerta. —¿Sí?
Abrí la boca, y ahí fue, cuando recordé mi orgullo. Vee era mi mejor amiga, pero también era una bocazas. Si preguntaba por Patch, me arriesgaba a que él lo oyera de segunda mano. Él descubriría por el momento tan duro que estaba pasando, intentando olvidarlo.
Puse una sonrisa. —Gracias por las magdalenas.
—Cualquier cosa por ti, nena.
Después de que Vee se fuera, le quité el envoltorio a una de las magdalenas y me la comí a solas, con el sosegado zumbido mecánico del laboratorio.
Hice otra media hora de tareas, y me comí dos magdalenas más, antes de que finalmente me atreviera a mirar el sobre negro, situado en el borde de mi visión periférica. Sabía que no podía evitarlo toda la noche.
Rompiendo el precinto, saqué una tarjeta negra con un pequeño corazón, estampado en relieve, en el centro. La palabra lo siento estaba escrita en su interior. La tarjeta estaba perfumada con un perfume agridulce. Me llevé la tarjeta a la nariz y respiré profundamente, intentando reconocer el aroma extrañamente embriagador.
El olor de fruta quemada y especias químicas, aguijoneándome todo el camino hasta el fondo de la parte posterior de mi garganta. Abrí la tarjeta.
Automáticamente coloqué la tarjeta a un brazo de distancia.
Patch. No sabía qué hacer con su disculpa, pero no me gustaba la conmoción que ésta causaba en mi
interior. Sí, él había sido un idiota. ¿Y pensó que una tarjeta comprada podría solucionarlo? Si era así, estaba subestimando el daño que había causado. Había besado a Marcie.
¡La besó! Y no sólo eso, sino que había invadido mis sueños. No tenía ni idea de cómo lo había hecho, pero cuando me desperté por la mañana, sabía que había estado allí. Era más que un pequeño desconcierto. Si podía invadir la privacidad de mis sueños, ¿Qué más podía hacer?
—Diez minutos para cerrar —susurró una bibliotecaria desde la puerta.
Envié mi redacción de tres párrafos sobre los aminoácidos a la impresora, luego recogí mis libros y los metí dentro de mi mochila. Cogí la tarjeta de Patch, vacilé una vez, y después la rasgué varias veces y tiré los trozos a la papelera. Si quería decir lo siento, podía hacerlo en persona. No a través de Vee, y tampoco en mis sueños.
A mitad de camino, por el pasillo, para recoger mi trabajo impreso, extendí la mano, para estabilizarme, hacia el pupitre más cercano. El lado derecho de mi cuerpo se sentía más pesado que el izquierdo, y mi equilibrio flaqueó.
Di otro paso, y mi pierna derecha se dobló, como si estuviera hecha de papel. Me agaché, agarrando el pupitre con ambas manos, arropando mi cabeza entre mis codos para conseguir que la sangre fluyera a mi cerebro, de nuevo.
Una sensación cálida y somnolienta se arremolinaba a través de mis venas.
Enderezando mis piernas, terminé en una posición inestable, sin embargo algo no estaba bien con las paredes. Estaban estiradas, anormalmente largas y estrechas, como si estuviera mirándolas a través de un espejo en una casa de la risa. Parpadeé fuerte varias veces, Intentando enfocar mi visión en un punto concreto.
Mis huesos parecían estar llenos de hierro, negándose a moverse, y mis párpados se cerraron ante las espantosas luces fluorescentes. Llena de pánico, ordené que se abrieran, pero mi cuerpo no reaccionó.
Sentía cálidos dedos enroscarse alrededor de mi mente, amenazando con arrastrarme al sueño.
El perfume, pensé vagamente. En la tarjeta de Patch.
Ahora estaba sobre mis manos y mis rodillas. Extraños rectángulos se oscilaban por todo alrededor, girando delante de mí. Puertas. La sala estaba alineada con puertas abiertas. Pero, cuanto más rápido me arrastraba hacia ellas, más rápido se distanciaban hacia atrás. En la distancia, oí un sombrío tic toc. Me alejé del sonido, ya que estaba lo suficientemente lúcida como para saber, que el reloj
estaba en el fondo de la sala, al lado opuesto de la puerta.
Momentos después, me di cuenta de que mis brazos y mis piernas ya no se movían, la sensación de arrastrarse no era más que una ilusión en mi cabeza. Una alfombra áspera y de calidad industrial amortiguaba mi mejilla.
Luché una vez más por levantarme, después cerré los ojos, todas las luces haciendo espirales a lo lejos.
Me desperté en la oscuridad.
El aire fresco artificial estremecía mi piel, y el sosegado zumbido de las máquinas susurraba a mí alrededor. Tenía mis manos debajo mí, pero cuando intenté levantarme, puntos púrpuras y negros bailaban a través de mi visión. Me tragué la textura de grueso algodón en mi boca y rodé sobre mi espalda.
Ahí fue cuando recordé que todavía estaba en la biblioteca. Al menos, estaba bastante segura de que era donde estaba. No recordaba haber salido. ¿Pero qué estaba haciendo en el suelo? Intenté recordar cómo había llegado aquí.
La tarjeta de Patch. Había aspirado el perfume picante y amargo. Un poco después, me había desplomado en el suelo.
¿Había sido drogada?
¿Me había drogado Patch?
Tumbada allí, con el corazón latiendo a mil por hora, mis ojos parpadeando tan rápidamente que terminaba uno y empezaba el otro. Intenté levantarme una segunda vez, pero sentía como si alguien hubiera plantado una bota de acero en el centro de mi pecho. Con un segundo esfuerzo, más enérgico, me moví hasta sentarme. Aferrándome a una mesa, me impulsé lentamente hasta ponerme de
pie. Mi cerebro protestó por el vértigo, pero mis ojos localizaron la señal de salida verde y borrosa, encima de la puerta del laboratorio multimedia. Me tambaleé hasta allí.
Giré la manivela. La puerta se abrió una pulgada, después se atascó. Estaba a punto de empujar más fuerte, cuando algo colocado en el otro lado de la ventana de la puerta captó mi atención. Fruncí el ceño. Eso era raro. Alguien había atado uno de los extremos de una cuerda larga, a la manivela exterior de la puerta, y el otro extremo a la manivela de la puerta de una sala de más abajo.
Golpeé mi mano contra el cristal.
—¿Hola? —grité atontada—. ¿Puede oírme alguien?
Intenté abrir la puerta de nuevo, tirando con todas mis fuerzas, las cuales no era muchas, ya que mis músculos parecían derretirse como mantequilla caliente, al minuto de intentar ejercitarlos. La cuerda estaba atada, con tan fuerza entre las dos manivelas, que sólo pude separar la puerta del laboratorio,
aproximadamente, cinco pulgadas fuera del marco. Ni de cerca lo suficiente para pasar por ella.
—¿Hay alguien ahí? —grité a través de la abertura de la puerta—. ¡Estoy atrapada en la tercera planta!
La biblioteca respondió con silencio.
Mis ojos, ahora, estaban completamente adaptados a la oscuridad, y encontré el reloj de la pared. ¿Las once? ¿Podría ser correcto? ¿En serio había dormido más de dos horas?
Saqué mi teléfono móvil, pero no había cobertura. Intenté conectarme a Internet pero, repetidamente, era informada de que no había redes disponibles.
Mirando, desesperadamente, alrededor del laboratorio multimedia, fijé mis ojos sobre cada objeto, buscando algo que pudiera usar para salir. Ordenadores, sillas giratorias, archivadores… nada que me sirviera. Me arrodillé junto a la rejilla de ventilación y grité
—¿Puede oírme alguien? ¡Estoy atrapada en el laboratorio multimedia de la tercera planta! —Esperé, rezando por oír una respuesta. Mi única esperanza era que estuviera, todavía, el bibliotecario por ahí,
terminando un trabajo de última hora, antes de salir. Pero quedaba, escasamente, una hora para medianoche, y sabía que las probabilidades estaban en mi contra.
Fuera, en la biblioteca general, los engranajes se pusieron en funcionamiento, mientras la cabina del ascensor al final del pasillo, subía desde la planta baja.
Estiré mi cabeza hacia el sonido.
Una vez, cuando tenía cuatro o cinco años, mi padre me llevó al parque para enseñarme como montar en bicicleta sin ruedas de entrenamiento. Al final de la tarde, podía montar todo el camino, alrededor del circuito de cuarto de milla, sin ayuda. Mi padre me dio un gran abrazo y me dijo que era hora de irse a casa y enseñárselo a mi madre. Le rogué que me dejara dar dos vueltas más, y acordamos una más. A medio camino de la vuelta, perdí el equilibrio y me caí.
Mientras estaba enderezando mi bicicleta, vi un gran perro marrón no lejos de ahí. Estaba mirándome. En ese momento, mientras nos quedamos mirándonos el uno al otro, oí una voz susurrar, no te muevas. Cogí aire y lo retuve, a pesar de que mis piernas querían correr tan rápido como pudieran a la seguridad de mi padre.
Las orejas del perro se levantaron y empezó a ir hacia mí en una agresiva carrera.
Temblé de miedo pero mantuve mis pies quietos. Cuanto más se acercaba el perro, más quería correr, pero sabía que en el momento en que me moviera, el instinto de caza del animal reaccionaría. A mitad de camino, el perro perdió el interés en mi cuerpo inmóvil y se largó en una nueva dirección.
Le pregunté a mi padre si había oído la misma voz que me dijo que me quedara quieta, y él dijo
que era el instinto. Si lo escuchaba, nueve de cada diez veces tomaría la decisión correcta.
El instinto me estaba diciendo ahora. Sal de ahí.
Agarré un monitor del escritorio más cercano y lo lancé contra la ventana. El cristal se hizo pedazos, dejando un gran agujero en el centro. Cogí la perforadora de tres agujeros de la mesa de trabajo en equipo la coloqué justo en el centro de la puerta, y la utilicé para quitar el vidrio restante. Luego arrastré una silla, me subí a ella, aseguré mi zapato en el marco de la ventana y salté fuera hacia el
pasillo.
El ascensor siseó y vibró más fuerte, pasando por la segunda planta. Corrí por el pasillo haciendo un sprint. Impulsé mis brazos fuertemente, sabiendo que tenía que alcanzar el hueco de la escalera, contiguo al ascensor, antes de que el ascensor ascendiera más y quien quiera que estuviera dentro, me viera. Tiré de la puerta de las escaleras, gastando varios preciosos segundos mientras me
tomaba tiempo para cerrarla, sin hacer ruido, detrás de mí. En el otro lado de la puerta, el ascensor se detuvo. La puerta corredera se abrió y alguien salió.
Usé la barandilla para impulsarme más rápido, manteniendo mis zapatos ligeros sobre las escaleras.
Estaba a medio camino de bajar al segundo tramo cuando la puerta de las escaleras se abrió por encima de mí.
Me detuve a mitad de un paso, sin querer alertar de mi localización a quien quiera que estuviera ahí arriba.
—¿__________________?
Mi mano se deslizó sobre la barandilla. Era la voz de mi padre.
—¿______________? ¿Estás ahí?
Tragué fuertemente, queriendo gritarle. Entonces recordé el ayuntamiento.
—Deja de esconderte. Puedes confiar en mí. Déjame ayudarte. Sal de donde estés, para que pueda verte.
Su tono era extraño y exigente. En el ayuntamiento, cuando escuché, por primera vez, la voz de mi padre hablándome, ésta era suave y gentil. Esa misma voz me había dicho que no estábamos solos y que tenía que irme. Cuando habló de nuevo, su voz era diferente. Sonaba forzada y engañosa. ¿Y si mi padre había intentado contactar conmigo? ¿Y si había sido ahuyentado y la segunda y extraña
voz era alguien fingiendo ser él? Fui golpeada por el pensamiento de que alguien pudiera estar haciéndose pasar por mi padre para atraerme.
Unos pesados pasos descendían las escaleras en una carrera, sacándome fuera de mis especulaciones. Él venía detrás de mí.
Bajé, ruidosamente, por las escaleras, sin preocuparme por guardar silencio.
¡Más rápido! Me grité a mí misma. ¡Corre más rápido!
Él fue ganando terreno, a poco más que un tramo de distancia. Cuando mis zapatos alcanzaron la planta baja, empuje la puerta de la escalera para salir, atravesé el vestíbulo, me precipité por las puertas delanteras y me adentré en la noche.
El aire era cálido y tranquilo. Yo estaba corriendo por los escalones de cemento que bajaban a la calle, cuando cambié de planes en una fracción de segundo. Me subí a la baranda situada a la izquierda de las puertas, dejándome caer unos diez pies más o menos a un pequeño patio de hierba que estaba abajo.
Por encima de mí, las puertas de la biblioteca se abrieron. Me apreté contra la pared de cemento, con mis pies revolviéndose entre la basura y los rastrojos.
Al minuto oí el lento taconeo de zapatos descendiendo los escalones de cemento, y corrí hacia abajo del bloque. La biblioteca no tenía aparcamiento propio, sino que compartía un garaje subterráneo con el Palacio de Justicia. Bajé corriendo por la rampa del garaje, pasando por debajo de la entrada del estacionamiento, y me adentré en el garaje buscando el Neon. ¿Dónde había dicho Vee que había
aparcado?
Fila B...
Corrí hacia el pasillo y vi la parte trasera del Neón sobresaliendo de una plaza de aparcamiento. Metí la llave en la puerta, me dejé caer detrás del volante y encendí el motor. Sólo había conducido el Neon hasta la rampa de salida, cuando un SUV oscuro dio la vuelta en la esquina. El conductor aceleró el motor, dirigiéndose directamente hacia mí.
Puse la segunda marcha del Neon y pisé el acelerador, pasando por delante del SUV, segundos antes de que me bloqueara la salida y me quedara atrapada en el interior del garaje.
Mi mente estaba demasiado agotada para pensar con claridad acerca de mi destino. Pisé a fondo el acelerador, durante otros dos bloques más, saltándome un stop, y después gire en Walnut. El SUV aceleró en Walnut detrás de mí, manteniendo mi ritmo. El límite de velocidad subió a cuarenta y cinco, y los carriles se bifurcaron en dos. Aceleré el Neón hasta cincuenta, agitando mis ojos entre la carretera y el espejo retrovisor.
Sin señalizar, maniobré bruscamente el volante, encaminándome hacia una calle lateral. El SUV se subió a la acera, siguiéndome. Giré dos veces más a la derecha, dando la vuelta a la manzana, y volví a Walnut. Me desvié bruscamente, colocándome delante de un Coupé de dos puertas, color blanco,
encajonándolo entre el SUV y yo. El semáforo de delante se puso ámbar, y aceleré en la intersección mientras la luz se volvía roja. Con los ojos pegados al espejo retrovisor, vi al coche blanco pararse. Detrás de él, el SUV se detuvo en seco.
Inhalé varias respiraciones profundas. Mi pulso latía en mis brazos y mis manos se sujetaban con fuerza al volante. Conduje por Walnut cuesta arriba, pero tan pronto como estuve al otro lado de la colina, crucé el tráfico en sentido contrario y giré a la izquierda. Brincando sobre las vías del ferrocarril, abriendo mi camino a través de un barrio oscuro y en ruinas, con casas de ladrillo de un solo piso.
Yo sabía dónde estaba: Slaughterville.
El barrio se había ganado su apodo hacía más de una década, cuando tres adolescentes se habían asesinado los unos a otros en un patio de recreo.
Yo aminoré la marcha cuando una casa situada al fondo de la calle me llamó la atención. No había luces. Un garaje individual abierto y vacío se situaba en el extremo posterior de la propiedad. Di marcha atrás al Neon subiéndolo en la entrada y metiéndolo dentro del garaje. Después de comprobar, por tercera vez, que las cerraduras estaban puestas, apague los faros. Esperé, temiendo que en cualquier momento las luces del SUV pudieran aparecer por la calle.
Hurgando en mi bolso, saqué mi celular.
—Hey —respondió Vee.
—¿Quién más tocó la tarjeta de Patch? —exigí, agolpando las palabras.
—¿Huh?
—¿Te dio Patch la tarjeta directamente? ¿Lo hizo Rixon? ¿Quién más la ha tocado?
—¿Quieres decirme de qué se trata?
—Creo que fui drogada.
Silencio.
—¿Crees que la tarjeta estaba drogada? —Vee repitió dubitativamente al final.
—El papel estaba rociado con perfume —le expliqué con impaciencia—. Dime quién te la dio. Dime exactamente cómo la conseguiste.
—En mi camino a la biblioteca para dejar las magdalenas, Rixon me llamó para ver dónde estaba —relató lentamente—. Nos encontramos en la biblioteca, y Patch viajaba en la camioneta de Rixon. Patch me dio la tarjeta y me pidió que te la diera. Te llevé la tarjeta, las magdalenas, y las llaves del Neon y salí de nuevo para reunirme con Rixon.
—¿Nadie más tocó la tarjeta?
—Nadie.
—Menos de media hora después de oler la tarjeta, me desplomé en el suelo de la biblioteca. Y no me desperté hasta dos horas después.
Vee no respondió de inmediato, y casi pude escuchar cada pensamiento suyo, tratando de digerirlo. Al final dijo:
—¿Estás segura de que no era cansancio? Llevabas en la biblioteca mucho tiempo. Yo no podría estudiar tanto tiempo las tareas sin necesidad de echarme una siesta.
—Cuando me desperté —continué—, había alguien en la biblioteca conmigo. Creo que era la misma persona que me drogó. Me han perseguido a través de la biblioteca. Salí fuera, pero me siguieron por Walnut.
Otra pausa desconcertada.
—A pesar de que no me gusta mucho Patch, tengo que decirte, no me lo imagino drogándote. Es un chiflado, pero tiene sus límites.
—Entonces, ¿quién? —mi voz fue un pequeño chillido.
—No lo sé. ¿Dónde estás ahora?
—Slaughterville.
—¿Qué? ¡Sal de allí antes de ser asaltada! Ven. Pasa la noche aquí. Resolveremos esto. Averiguaremos lo que pasó. —Pero las palabras parecían un consuelo vacío.
Vee estaba tan perpleja como yo.
Hice clic en la lámpara, mi visión retorno a todo color.
Me senté, un ardiente destello de adrenalina calentando mi piel. Llegando a mi cuello, busqué la
cadena de plata de Patch, pero no estaba allí. Arrastré mis manos a través de las sábanas arrugadas, pensando que se había caído mientras dormía.
Pero la cadena se había ido.
El sueño era real.
Patch había descubierto una manera de visitarme mientras dormía.
-------------------
El lunes, después del colegio, Vee me dejó en la biblioteca.
Me tomé un momento fuera en la entrada para llamar a mi madre para nuestro control diario. Como de costumbre, me dijo que el trabajo la estaba manteniendo ocupada, y yo le dije que el colegio me estaba haciendo lo mismo.
Dentro de la biblioteca, cogí el ascensor para ir al laboratorio multimedia de la tercera planta, comprobé mi e-mail, curioseé Facebook, y le eché un vistazo a Perez Hilton.
Sólo para torturarme, volví a buscar en Google, La Mano Negra.
Aparecieron los mismos links. En realidad, no había esperado nada nuevo, ¿no? Finalmente, sin ningún sitio en el que remolonear, saqué mi libro de química y me resigné a ponerme a estudiar.
Era tarde, cuando lo dejé para ir a buscar una máquina expendedora. Por fuera de la ventana orientada al oeste de la biblioteca, el sol se estaba ocultando profundamente en el horizonte, y la noche se estaba acercando rápidamente.
Pasé de largo el ascensor, prefiriendo ir por las escaleras, sintiendo la necesidad de hacer un poco de ejercicio. Había estado sentada durante mucho tiempo, por lo que mis piernas estaban empezando a entumecerse.
En el vestíbulo, metí unos cuantos dólares en la máquina expendedora y me llevé unas galletas y un zumo de arándanos de vuelta a la tercera planta. Cuando volví al laboratorio multimedia, Vee estaba sentada en mi escritorio, con sus brillantes tacones amarillos apoyados en mi silla. Su expresión era una mezcla de diversión petulante e irritación. Sostenía un pequeño sobre negro en el aire, cogido entre dos de sus dedos.
—Esto es para ti —dijo, dejándose caer el sobre en el escritorio—. Así como esto. —Ofreciéndome una bolsa de panadería, enrollada en la parte de arriba—. Pensé que quizás tendrías hambre.
A juzgar por el desprecio en la expresión de Vee, tuve una mala sensación sobre la tarjeta, y aproveché la oportunidad de prestar atención a lo que había dentro de la bolsa.
—¡Magdalenas!
Vee sonrió. —La señora de la panadería me dijo que eran orgánicas. No estoy segura de cómo se hace una magdalena orgánica, y no estoy segura de por qué cuestan más, pero ahí tienes.
—Eres mi héroe.
—¿Cuánto tiempo más, crees que estarás?
—Treinta minutos, como máximo.
Ella dejó las llaves del Neon al lado de mi mochila.
—Rixon y yo vamos a comprar algo de cenar, así que tendrás que ser tu propio chófer esta noche.
Aparqué el Neon en el garaje subterráneo. En la fila B. Sólo me queda un cuarto del depósito, así que no te vuelvas loca.
Cogí las llaves, intentando ignorar el desagradable aguijón de mi corazón que, instantáneamente, reconocí como celos. Estaba celosa de la nueva relación de Vee con Rixon. Celosa de sus planes para cenar. Celosa de que ahora ella estaba más cerca de Patch, de lo que lo estaba yo, porque aunque Vee nunca lo hubiera mencionado, estaba segura de que se tropezaba con Patch cuando estaba con
Rixon.
Por lo que yo sabía, los tres veían películas juntos por la noche. Los tres, descansando en el sofá de Rixon, mientras yo me sentaba en la granja sola.
Quería, desesperadamente, preguntarle a Vee sobre Patch, pero la verdad era, que no podía. Había roto con él. Tenía que afrontar la responsabilidad de mis acciones.
Por otra parte, ¿qué daño iba a hacer una pequeña pregunta?
—Oye, Vee.
Ella se volvió, ya en la puerta. —¿Sí?
Abrí la boca, y ahí fue, cuando recordé mi orgullo. Vee era mi mejor amiga, pero también era una bocazas. Si preguntaba por Patch, me arriesgaba a que él lo oyera de segunda mano. Él descubriría por el momento tan duro que estaba pasando, intentando olvidarlo.
Puse una sonrisa. —Gracias por las magdalenas.
—Cualquier cosa por ti, nena.
Después de que Vee se fuera, le quité el envoltorio a una de las magdalenas y me la comí a solas, con el sosegado zumbido mecánico del laboratorio.
Hice otra media hora de tareas, y me comí dos magdalenas más, antes de que finalmente me atreviera a mirar el sobre negro, situado en el borde de mi visión periférica. Sabía que no podía evitarlo toda la noche.
Rompiendo el precinto, saqué una tarjeta negra con un pequeño corazón, estampado en relieve, en el centro. La palabra lo siento estaba escrita en su interior. La tarjeta estaba perfumada con un perfume agridulce. Me llevé la tarjeta a la nariz y respiré profundamente, intentando reconocer el aroma extrañamente embriagador.
El olor de fruta quemada y especias químicas, aguijoneándome todo el camino hasta el fondo de la parte posterior de mi garganta. Abrí la tarjeta.
Fui un idiota anoche. ¿Me perdonas?
Automáticamente coloqué la tarjeta a un brazo de distancia.
Patch. No sabía qué hacer con su disculpa, pero no me gustaba la conmoción que ésta causaba en mi
interior. Sí, él había sido un idiota. ¿Y pensó que una tarjeta comprada podría solucionarlo? Si era así, estaba subestimando el daño que había causado. Había besado a Marcie.
¡La besó! Y no sólo eso, sino que había invadido mis sueños. No tenía ni idea de cómo lo había hecho, pero cuando me desperté por la mañana, sabía que había estado allí. Era más que un pequeño desconcierto. Si podía invadir la privacidad de mis sueños, ¿Qué más podía hacer?
—Diez minutos para cerrar —susurró una bibliotecaria desde la puerta.
Envié mi redacción de tres párrafos sobre los aminoácidos a la impresora, luego recogí mis libros y los metí dentro de mi mochila. Cogí la tarjeta de Patch, vacilé una vez, y después la rasgué varias veces y tiré los trozos a la papelera. Si quería decir lo siento, podía hacerlo en persona. No a través de Vee, y tampoco en mis sueños.
A mitad de camino, por el pasillo, para recoger mi trabajo impreso, extendí la mano, para estabilizarme, hacia el pupitre más cercano. El lado derecho de mi cuerpo se sentía más pesado que el izquierdo, y mi equilibrio flaqueó.
Di otro paso, y mi pierna derecha se dobló, como si estuviera hecha de papel. Me agaché, agarrando el pupitre con ambas manos, arropando mi cabeza entre mis codos para conseguir que la sangre fluyera a mi cerebro, de nuevo.
Una sensación cálida y somnolienta se arremolinaba a través de mis venas.
Enderezando mis piernas, terminé en una posición inestable, sin embargo algo no estaba bien con las paredes. Estaban estiradas, anormalmente largas y estrechas, como si estuviera mirándolas a través de un espejo en una casa de la risa. Parpadeé fuerte varias veces, Intentando enfocar mi visión en un punto concreto.
Mis huesos parecían estar llenos de hierro, negándose a moverse, y mis párpados se cerraron ante las espantosas luces fluorescentes. Llena de pánico, ordené que se abrieran, pero mi cuerpo no reaccionó.
Sentía cálidos dedos enroscarse alrededor de mi mente, amenazando con arrastrarme al sueño.
El perfume, pensé vagamente. En la tarjeta de Patch.
Ahora estaba sobre mis manos y mis rodillas. Extraños rectángulos se oscilaban por todo alrededor, girando delante de mí. Puertas. La sala estaba alineada con puertas abiertas. Pero, cuanto más rápido me arrastraba hacia ellas, más rápido se distanciaban hacia atrás. En la distancia, oí un sombrío tic toc. Me alejé del sonido, ya que estaba lo suficientemente lúcida como para saber, que el reloj
estaba en el fondo de la sala, al lado opuesto de la puerta.
Momentos después, me di cuenta de que mis brazos y mis piernas ya no se movían, la sensación de arrastrarse no era más que una ilusión en mi cabeza. Una alfombra áspera y de calidad industrial amortiguaba mi mejilla.
Luché una vez más por levantarme, después cerré los ojos, todas las luces haciendo espirales a lo lejos.
Me desperté en la oscuridad.
El aire fresco artificial estremecía mi piel, y el sosegado zumbido de las máquinas susurraba a mí alrededor. Tenía mis manos debajo mí, pero cuando intenté levantarme, puntos púrpuras y negros bailaban a través de mi visión. Me tragué la textura de grueso algodón en mi boca y rodé sobre mi espalda.
Ahí fue cuando recordé que todavía estaba en la biblioteca. Al menos, estaba bastante segura de que era donde estaba. No recordaba haber salido. ¿Pero qué estaba haciendo en el suelo? Intenté recordar cómo había llegado aquí.
La tarjeta de Patch. Había aspirado el perfume picante y amargo. Un poco después, me había desplomado en el suelo.
¿Había sido drogada?
¿Me había drogado Patch?
Tumbada allí, con el corazón latiendo a mil por hora, mis ojos parpadeando tan rápidamente que terminaba uno y empezaba el otro. Intenté levantarme una segunda vez, pero sentía como si alguien hubiera plantado una bota de acero en el centro de mi pecho. Con un segundo esfuerzo, más enérgico, me moví hasta sentarme. Aferrándome a una mesa, me impulsé lentamente hasta ponerme de
pie. Mi cerebro protestó por el vértigo, pero mis ojos localizaron la señal de salida verde y borrosa, encima de la puerta del laboratorio multimedia. Me tambaleé hasta allí.
Giré la manivela. La puerta se abrió una pulgada, después se atascó. Estaba a punto de empujar más fuerte, cuando algo colocado en el otro lado de la ventana de la puerta captó mi atención. Fruncí el ceño. Eso era raro. Alguien había atado uno de los extremos de una cuerda larga, a la manivela exterior de la puerta, y el otro extremo a la manivela de la puerta de una sala de más abajo.
Golpeé mi mano contra el cristal.
—¿Hola? —grité atontada—. ¿Puede oírme alguien?
Intenté abrir la puerta de nuevo, tirando con todas mis fuerzas, las cuales no era muchas, ya que mis músculos parecían derretirse como mantequilla caliente, al minuto de intentar ejercitarlos. La cuerda estaba atada, con tan fuerza entre las dos manivelas, que sólo pude separar la puerta del laboratorio,
aproximadamente, cinco pulgadas fuera del marco. Ni de cerca lo suficiente para pasar por ella.
—¿Hay alguien ahí? —grité a través de la abertura de la puerta—. ¡Estoy atrapada en la tercera planta!
La biblioteca respondió con silencio.
Mis ojos, ahora, estaban completamente adaptados a la oscuridad, y encontré el reloj de la pared. ¿Las once? ¿Podría ser correcto? ¿En serio había dormido más de dos horas?
Saqué mi teléfono móvil, pero no había cobertura. Intenté conectarme a Internet pero, repetidamente, era informada de que no había redes disponibles.
Mirando, desesperadamente, alrededor del laboratorio multimedia, fijé mis ojos sobre cada objeto, buscando algo que pudiera usar para salir. Ordenadores, sillas giratorias, archivadores… nada que me sirviera. Me arrodillé junto a la rejilla de ventilación y grité
—¿Puede oírme alguien? ¡Estoy atrapada en el laboratorio multimedia de la tercera planta! —Esperé, rezando por oír una respuesta. Mi única esperanza era que estuviera, todavía, el bibliotecario por ahí,
terminando un trabajo de última hora, antes de salir. Pero quedaba, escasamente, una hora para medianoche, y sabía que las probabilidades estaban en mi contra.
Fuera, en la biblioteca general, los engranajes se pusieron en funcionamiento, mientras la cabina del ascensor al final del pasillo, subía desde la planta baja.
Estiré mi cabeza hacia el sonido.
Una vez, cuando tenía cuatro o cinco años, mi padre me llevó al parque para enseñarme como montar en bicicleta sin ruedas de entrenamiento. Al final de la tarde, podía montar todo el camino, alrededor del circuito de cuarto de milla, sin ayuda. Mi padre me dio un gran abrazo y me dijo que era hora de irse a casa y enseñárselo a mi madre. Le rogué que me dejara dar dos vueltas más, y acordamos una más. A medio camino de la vuelta, perdí el equilibrio y me caí.
Mientras estaba enderezando mi bicicleta, vi un gran perro marrón no lejos de ahí. Estaba mirándome. En ese momento, mientras nos quedamos mirándonos el uno al otro, oí una voz susurrar, no te muevas. Cogí aire y lo retuve, a pesar de que mis piernas querían correr tan rápido como pudieran a la seguridad de mi padre.
Las orejas del perro se levantaron y empezó a ir hacia mí en una agresiva carrera.
Temblé de miedo pero mantuve mis pies quietos. Cuanto más se acercaba el perro, más quería correr, pero sabía que en el momento en que me moviera, el instinto de caza del animal reaccionaría. A mitad de camino, el perro perdió el interés en mi cuerpo inmóvil y se largó en una nueva dirección.
Le pregunté a mi padre si había oído la misma voz que me dijo que me quedara quieta, y él dijo
que era el instinto. Si lo escuchaba, nueve de cada diez veces tomaría la decisión correcta.
El instinto me estaba diciendo ahora. Sal de ahí.
Agarré un monitor del escritorio más cercano y lo lancé contra la ventana. El cristal se hizo pedazos, dejando un gran agujero en el centro. Cogí la perforadora de tres agujeros de la mesa de trabajo en equipo la coloqué justo en el centro de la puerta, y la utilicé para quitar el vidrio restante. Luego arrastré una silla, me subí a ella, aseguré mi zapato en el marco de la ventana y salté fuera hacia el
pasillo.
El ascensor siseó y vibró más fuerte, pasando por la segunda planta. Corrí por el pasillo haciendo un sprint. Impulsé mis brazos fuertemente, sabiendo que tenía que alcanzar el hueco de la escalera, contiguo al ascensor, antes de que el ascensor ascendiera más y quien quiera que estuviera dentro, me viera. Tiré de la puerta de las escaleras, gastando varios preciosos segundos mientras me
tomaba tiempo para cerrarla, sin hacer ruido, detrás de mí. En el otro lado de la puerta, el ascensor se detuvo. La puerta corredera se abrió y alguien salió.
Usé la barandilla para impulsarme más rápido, manteniendo mis zapatos ligeros sobre las escaleras.
Estaba a medio camino de bajar al segundo tramo cuando la puerta de las escaleras se abrió por encima de mí.
Me detuve a mitad de un paso, sin querer alertar de mi localización a quien quiera que estuviera ahí arriba.
—¿__________________?
Mi mano se deslizó sobre la barandilla. Era la voz de mi padre.
—¿______________? ¿Estás ahí?
Tragué fuertemente, queriendo gritarle. Entonces recordé el ayuntamiento.
—Deja de esconderte. Puedes confiar en mí. Déjame ayudarte. Sal de donde estés, para que pueda verte.
Su tono era extraño y exigente. En el ayuntamiento, cuando escuché, por primera vez, la voz de mi padre hablándome, ésta era suave y gentil. Esa misma voz me había dicho que no estábamos solos y que tenía que irme. Cuando habló de nuevo, su voz era diferente. Sonaba forzada y engañosa. ¿Y si mi padre había intentado contactar conmigo? ¿Y si había sido ahuyentado y la segunda y extraña
voz era alguien fingiendo ser él? Fui golpeada por el pensamiento de que alguien pudiera estar haciéndose pasar por mi padre para atraerme.
Unos pesados pasos descendían las escaleras en una carrera, sacándome fuera de mis especulaciones. Él venía detrás de mí.
Bajé, ruidosamente, por las escaleras, sin preocuparme por guardar silencio.
¡Más rápido! Me grité a mí misma. ¡Corre más rápido!
Él fue ganando terreno, a poco más que un tramo de distancia. Cuando mis zapatos alcanzaron la planta baja, empuje la puerta de la escalera para salir, atravesé el vestíbulo, me precipité por las puertas delanteras y me adentré en la noche.
El aire era cálido y tranquilo. Yo estaba corriendo por los escalones de cemento que bajaban a la calle, cuando cambié de planes en una fracción de segundo. Me subí a la baranda situada a la izquierda de las puertas, dejándome caer unos diez pies más o menos a un pequeño patio de hierba que estaba abajo.
Por encima de mí, las puertas de la biblioteca se abrieron. Me apreté contra la pared de cemento, con mis pies revolviéndose entre la basura y los rastrojos.
Al minuto oí el lento taconeo de zapatos descendiendo los escalones de cemento, y corrí hacia abajo del bloque. La biblioteca no tenía aparcamiento propio, sino que compartía un garaje subterráneo con el Palacio de Justicia. Bajé corriendo por la rampa del garaje, pasando por debajo de la entrada del estacionamiento, y me adentré en el garaje buscando el Neon. ¿Dónde había dicho Vee que había
aparcado?
Fila B...
Corrí hacia el pasillo y vi la parte trasera del Neón sobresaliendo de una plaza de aparcamiento. Metí la llave en la puerta, me dejé caer detrás del volante y encendí el motor. Sólo había conducido el Neon hasta la rampa de salida, cuando un SUV oscuro dio la vuelta en la esquina. El conductor aceleró el motor, dirigiéndose directamente hacia mí.
Puse la segunda marcha del Neon y pisé el acelerador, pasando por delante del SUV, segundos antes de que me bloqueara la salida y me quedara atrapada en el interior del garaje.
Mi mente estaba demasiado agotada para pensar con claridad acerca de mi destino. Pisé a fondo el acelerador, durante otros dos bloques más, saltándome un stop, y después gire en Walnut. El SUV aceleró en Walnut detrás de mí, manteniendo mi ritmo. El límite de velocidad subió a cuarenta y cinco, y los carriles se bifurcaron en dos. Aceleré el Neón hasta cincuenta, agitando mis ojos entre la carretera y el espejo retrovisor.
Sin señalizar, maniobré bruscamente el volante, encaminándome hacia una calle lateral. El SUV se subió a la acera, siguiéndome. Giré dos veces más a la derecha, dando la vuelta a la manzana, y volví a Walnut. Me desvié bruscamente, colocándome delante de un Coupé de dos puertas, color blanco,
encajonándolo entre el SUV y yo. El semáforo de delante se puso ámbar, y aceleré en la intersección mientras la luz se volvía roja. Con los ojos pegados al espejo retrovisor, vi al coche blanco pararse. Detrás de él, el SUV se detuvo en seco.
Inhalé varias respiraciones profundas. Mi pulso latía en mis brazos y mis manos se sujetaban con fuerza al volante. Conduje por Walnut cuesta arriba, pero tan pronto como estuve al otro lado de la colina, crucé el tráfico en sentido contrario y giré a la izquierda. Brincando sobre las vías del ferrocarril, abriendo mi camino a través de un barrio oscuro y en ruinas, con casas de ladrillo de un solo piso.
Yo sabía dónde estaba: Slaughterville.
El barrio se había ganado su apodo hacía más de una década, cuando tres adolescentes se habían asesinado los unos a otros en un patio de recreo.
Yo aminoré la marcha cuando una casa situada al fondo de la calle me llamó la atención. No había luces. Un garaje individual abierto y vacío se situaba en el extremo posterior de la propiedad. Di marcha atrás al Neon subiéndolo en la entrada y metiéndolo dentro del garaje. Después de comprobar, por tercera vez, que las cerraduras estaban puestas, apague los faros. Esperé, temiendo que en cualquier momento las luces del SUV pudieran aparecer por la calle.
Hurgando en mi bolso, saqué mi celular.
—Hey —respondió Vee.
—¿Quién más tocó la tarjeta de Patch? —exigí, agolpando las palabras.
—¿Huh?
—¿Te dio Patch la tarjeta directamente? ¿Lo hizo Rixon? ¿Quién más la ha tocado?
—¿Quieres decirme de qué se trata?
—Creo que fui drogada.
Silencio.
—¿Crees que la tarjeta estaba drogada? —Vee repitió dubitativamente al final.
—El papel estaba rociado con perfume —le expliqué con impaciencia—. Dime quién te la dio. Dime exactamente cómo la conseguiste.
—En mi camino a la biblioteca para dejar las magdalenas, Rixon me llamó para ver dónde estaba —relató lentamente—. Nos encontramos en la biblioteca, y Patch viajaba en la camioneta de Rixon. Patch me dio la tarjeta y me pidió que te la diera. Te llevé la tarjeta, las magdalenas, y las llaves del Neon y salí de nuevo para reunirme con Rixon.
—¿Nadie más tocó la tarjeta?
—Nadie.
—Menos de media hora después de oler la tarjeta, me desplomé en el suelo de la biblioteca. Y no me desperté hasta dos horas después.
Vee no respondió de inmediato, y casi pude escuchar cada pensamiento suyo, tratando de digerirlo. Al final dijo:
—¿Estás segura de que no era cansancio? Llevabas en la biblioteca mucho tiempo. Yo no podría estudiar tanto tiempo las tareas sin necesidad de echarme una siesta.
—Cuando me desperté —continué—, había alguien en la biblioteca conmigo. Creo que era la misma persona que me drogó. Me han perseguido a través de la biblioteca. Salí fuera, pero me siguieron por Walnut.
Otra pausa desconcertada.
—A pesar de que no me gusta mucho Patch, tengo que decirte, no me lo imagino drogándote. Es un chiflado, pero tiene sus límites.
—Entonces, ¿quién? —mi voz fue un pequeño chillido.
—No lo sé. ¿Dónde estás ahora?
—Slaughterville.
—¿Qué? ¡Sal de allí antes de ser asaltada! Ven. Pasa la noche aquí. Resolveremos esto. Averiguaremos lo que pasó. —Pero las palabras parecían un consuelo vacío.
Vee estaba tan perpleja como yo.
Ionee
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Quiero a Patch!!!!!!!!!!!!!!!!
siguelaaaaaaaa
siguelaaaaaaaa
Vale_Gajardo
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Quiero ver mas a Patch!! lo extraño! :( jaja
SIGUELA!!!!
PD: Me uno al club del odio contra Marcie! :x
SIGUELA!!!!
PD: Me uno al club del odio contra Marcie! :x
Invitado
Invitado
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
ESO NO FUE PRODUCTO DE MI IMAGINACION=?? :pale: YO PENSABA QUE SI!!! WAA!! QUE ESTA PASANDO!!!!
SSIIGGUUEE!!!
SSIIGGUUEE!!!
gabby
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
jonatica4ever escribió:Quiero ver mas a Patch!! lo extraño! :( jaja
SIGUELA!!!!
PD: Me uno al club del odio contra Marcie! :x
ESTOY DE ACUERDO...QUIERO A PATCH!! Y ME UNO AL CLUB=)
gabby
Re: "Love The Way You Lie" (Joe & Tu) ♥ 2da Temporada♥
Vale_JB.Kev escribió:Quiero a Patch!!!!!!!!!!!!!!!!
siguelaaaaaaaa
gabby
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