Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 8. • Comparte
Página 2 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Chiaro. Per me non c'è nessun problema-respondió él y luego sonrió.
-Gracias, H-dijo Sharon y luego me miró.
-Español, por favor-dije y los dos rieron.
-Que sí, que no hay problema-dijo mi amiga.
Miré a Harry.
-¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando el tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Sharon tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.
-No-me respondió-. Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo-rió.
-No, digo, sí-sacudí la cabeza-. Quiero decir, gracias por llevarme.
-A H le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar el Tour-bromeó Sharon.
-Y para mí sería todo un placer-se rió el interpelado, y mostró to|das las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.
-Gracias-musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.
Me había asustado un poco un inusual hecho, desvié completamente mi atención de mi mejor amiga y su novio a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Harry muy atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo en él causaba una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja a mis espaldas, y pude ver la sonrisa de Harry volar hacía Sharon. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrada por él. Por supuesto, era el joven más apuesto con el que me había topado en toda mi vida. Me reí discretamente, qué suerte la de Sharon.
-¿Te quedas a cenar?-preguntó ella, luego de un rato- ¿Sabes? Con ________ se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Louis-explicó ella sin esperar la respuesta de su novio a la primer pregunta.
-No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar-torció el gesto-. Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le comentaré a Louis hoy.
¿Debería preocuparme? Sabía que Sharon ocultaba muy dentro de ella la idea de emparejarme con alguien, pero al pensar en el hecho… ¿qué tan malo podría llegar a ser si se trataba del hermano de Harry? Seguro también era apuesto.
-Hasta mañana, vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas-dijo H a su novia y luego besó su frente.
-Gracias, amor.
-________-me giré a mirar a H de nuevo al escuchar mi nombre-. Mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses-sonrió.
De pronto sentí una emoción que no pude explicar, una ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.
-Hasta mañana-musité y le devolví la sonrisa.
Sharon y H salieron hasta la puerta en donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, por que a fin de cuentas, su manera de decirse adiós era algo que a mí no me incumbía.
Luego de que oí la puerta cerrarse, Sharon se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.
-¿No es perfecto?-preguntó.
-¿Qué cosa?-inquirí, confundida.
-Mi novio-musitó, con aire de orgullo.
Yo reí, pero no dije nada. Aun cuando Sharon me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto, pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras enfrente de mi amiga.
-¿A qué hora te irás mañana?-pregunté.
-A las seis.
-¿De la tarde?
-De la mañana.
Abrí los ojos como platos y la miré.
-¿Seis de la mañana? Y ¿a qué hora vendrás?
-No lo sé-musitó y luego torció el gesto-. La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.
-Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?
-Por que si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así-se encogió de hombros.
-Voy a extrañarte-hice un puchero.
Ella rió.
-Me extrañarás más si consigo el trabajo, por que saldré hasta las ocho de la noche-volvió a reír y esta vez yo me uní a su risa.
-Shar, estoy cansada, me acostaré ya-dije.
-¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.
-Ocho cuarenta-corregí-, y sí, estoy muy cansada y quiero dormir.
Bueno, de lo que había dicho, sólo la primer parte era cierta por que tenía miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.
-Está bien. Buenas noches.
-Buenas noches-me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.
-¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano-me avisó-. H vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevará al Puente de los suspiros.
Me detuve antes de entrar a la habitación.
-Genial-mascullé, y sonreí.
Me introduje a mi habitación y me arropé para dormir, luego me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, y alcanzaba a percibir el sonido del televisor proveniente de la sala.
Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Sharon se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Harry. Pero aun no sabía por qué esa idea me entusiasmaba tanto.
Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sharon del otro lado.
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-¡________, levántate ya!-gritó.
Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.
-¡Bestia!-volvió a golpear la puerta-Harry vendrá en cualquier momento.
¿Harry? Abrí los ojos, completamente despierta y aventé la sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sharon corría de un lugar a otro en busca de algo.
-Yo creí que no te levantarías nunca-farfulló.
-¿Qué buscas?-pregunté.
-Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí-apuntó al sofá.
Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría Harry en llegar?...
…¿Por qué me pregunto eso?
-Busca en tu cuarto, Sharon-musité.
Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.
-________, por favor abre-me gritó Sharon desde su cuarto.
Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.
-Buenos días-me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.
-Buenos días, Harry-le devolví la sonrisa-. Pasa.
Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los apretados pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.
-Bonita pijama-musitó mirando mi atuendo.
Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenada. Nadie, exceptuando a Sharon, me había visto en pijama.
-Gracias-murmuré.
-¿Dónde está Sharon?
-En…
-¡Aquí!-la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.
-Hola, preciosa-dijo él y luego se acercó para besarla.
Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto. Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.
Me vestí rápidamente y me hice una coleta de lado
-¡_______! Debo irme-gritó Sharon, desde algún lugar cercano a la puerta.
Salí del cuarto no sin antes tomar mi cámara fotográfica.
-Te veo más tarde, espero se diviertan-dijo-. Los amo, a los dos.
-¡Suerte!-dije, pero ella ya había cerrado la puerta.
Miré entonces a Harry, quien se encontraba parado mirándome a mí.
-Creí que íbamos a desayunar en pijama-musitó, divertido al notar mi cambio de ropa.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas y bajé la cabeza.
-Es muy temprano para desayunar-musité.
El rió.
-¿Entonces… quieres que nos vayamos ya? El camino no es muy corto.
-Claro-sonreí y él me hizo seña de que saliera del departamento.
Tomé mi bolso y me lo crucé por el cuerpo, echando allí mí cámara; luego él me abrió la puerta y me dejó pasar primero. Se deslizó después hacía mi lado y caminó junto a mí, su perfume, mezcla de miel y frutas tropicales se introdujo en mi nariz.
-¿Escaleras o ascensor?-preguntó.
-Escaleras, es el tercer piso-decidí.
Sonrió como si le hubiera gustado mi elección. Esperó a que yo me adelantara y luego me siguió muy cerca.
Cuando salimos del edificio, caminé hacia la derecha, muy decidida.
-¿A dónde vas?-preguntó Harry y me giré a mirarle, entonces me di cuenta de que ya no me seguía sino que estaba parado y reía.
-Pues, a tomar un taxi o un autobús-me encogí de hombros, confundida.
El rió con ganas y sus carcajadas atronaron en mis oídos como la entonación de una cascada al caer al lago.
No comprendí qué le resultaba tan gracioso y fruncí el ceño.
-No pensarás que tomaremos un taxi hasta allá, ¿verdad?-dijo, medio serenado-. Porque si es así, no creo que tengas el dinero suficiente como para pagar el viaje, recuerda que no está muy cerca el lugar-río de nuevo-. Y no hay autobuses hasta ese lugar, a menos de que tomes tres o cuatro.
Me quedé en silencio y relacioné sus palabras con sus acciones.
-¿Te estás burlando?- volví a fruncir el ceño.
La carcajada melodiosa que aun salía de su garganta enmudeció, y su rostro se volvió serio y cauteloso.
-No-dijo.
-¿Entonces por qué te ríes?-enarqué una ceja.
-Porque me pareció un poco… gracioso-aun bajo las gafas de sol, su expresión era como la de un niño que es regañado por su madre.
-Para mí no es gracioso-dije, severa pareciendo enojada.
-Lo siento yo…
Estallé en fuertes risotadas interrumpiendo su disculpa y se me quedó mirando extrañado.
-¡Caíste! Creíste que me había disgustado-alcancé a soltar entre risas.
Su rostro dejó la seriedad y precaución y se dibujó en él una bella sonrisa.
-Eres mala-musitó y luego río.
-Sólo a veces-reí-. Pero bueno, ya hablando en serio, ¿en qué nos vamos a ir?-inquirí.
-En mi auto-dijo, como si fuera obvio y luego apuntó hacía el vehículo que tenía a un lado.
Era un Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro.
-En tu auto…-musité- claro, debí imaginarlo-reí, sintiéndome tonta.
El me sonrió y luego abrió la puerta del copiloto.
-Sube-me indicó.
Me acerqué y me ayudó a subir, tomando mi mano para servir como un apoyo. Algo en mi estómago se movió y estaba segura de que no era la fierecilla; porque ahora permanecía muy quieta.
-Gracias-musité, ruborizada.
-De nada-me sonrió de nuevo, haciendo que el color se profundizara más.
Ya hasta estaba pensando que lo hacía a propósito.
Puse el estuche de la cámara sobre mis piernas.
El subió a su asiento, y encendió el motor de la camioneta para ponerla en marcha.
-Bonito vehículo-dije.
-Gracias, pero me gusta más el de mi hermano-rió con franqueza-. ¡Oh! Ahora que recuerdo, dice que le encantaría salir para conocerte.
-¿Qué?
-La idea de Sharon-aclaró.
-Oh, claro, pues… en ese caso, genial-musité.
-Te va a agradar, es muy buena persona-me dijo, mientras manobriaba con el volante del auto para dar vuelta en una calle.
-¿Tratas de hacer lo mismo que Sharon?-inquirí, entrecerrando los ojos y mirándole.
-¿Qué?-la nota de confusión en su voz no me pareció falsa.
-Buscarme pareja-dije.
El rió y se quitó las gafas de sol, dándole paso libre a la vista de sus bellos ojos.
-¿Sharon hace eso?
-Lo está haciendo, estoy segura-musité y luego me crucé de brazos, acomodándome en el asiento.
El volvió a reír.
-Pues juro que no lo hago con esa intención-sonrió y se detuvo en una luz roja.
-¿Y cómo puedo creerte?-inquirí, enarcando una ceja.
Rió de nuevo, divertido por mi juicio.
-¿No basta con que lo haya jurado?-preguntó, escandalizado y divertido.
-No tanto-negué con la cabeza.
Seguimos avanzando cuando la luz se puso en verde.
-Bueno, creí que a lo mejor tenías pareja ya-dijo.
-¿Y qué te hizo pensar eso?
-Pues, eres muy linda-se encogió de hombros-; no veo porqué no.
Me quedé helada y me fue imposible formular algún pensamiento en ese instante. Yo le parecía linda a él.
El rubor corrió de nuevo por mis mejillas, pintándolas de rojo.
-Gracias…-musité.
-¿Ya me crees?-sonrió.
-Quizá.
Su risa estalló de nuevo y puso los ojos en blanco.
-Si que eres terca ¿no?
-No, sólo un poquito dura de convencer.
-Está bien, está bien. Esa es una cosa por la que no se me ocurrió emparejarte con mi hermano, otra es que Louis está enamorado de una chica misteriosa.
-¿Una chica misteriosa?
Se encogió de hombros.
-Lo conozco muy bien como para saber que está enamorado, el problema es que no me quiere decir de quién.
-Bueno, todos tenemos derecho a la privacidad-me encogí de hombros y el me miró-. Una amiga me lo dijo una vez.
-Bueno, creo que tienes razón-sonrió resignado-. Aunque me gustaría saber.
-Eres curioso-adiviné.
-Mucho-admitió.
Dio la vuelta a una calle y siguió derecho. Miré por la ventana polarizada, maravillándome con el encanto de Venecia, sus edificios, sus calles, todo me parecía fantástico.
-Qué bonito-susurré.
-¿Qué es bonito?-preguntó y mi atención volvió a él.
-La ciudad, la gente, todo…
Él volvió a reír.
-Sí, la primera vez que visitas Venecia sueles enamorarte del lugar.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?-pregunté.
-Casi dos años.
-¿Dos años?-abrí los ojos como platos.
-Casi. Bueno, a decir verdad… año y medio.
-Wow, ¿por qué…?-me quedé a la mitad de mi interrogante, recordando las palabras de Sharon: “Me contó que era de Arizona, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó…”
-Por qué, ¿qué?
-¿Así que vienes de Arizona?-dije, tratando de evadir mi pregunta anterior, borrarla de la conversación o algo por el estilo.
-Sí, Casa Grande, allí nací-respondió-. Pero, por qué ¿qué?-volvió a insistir.
-Nada, sólo me equivoqué de palabras, es todo-reí, nerviosa.
Me miró con los ojos entrecerrados, no del todo convencido y luego posó su atención en el objeto que tenía sobre mis piernas.
-¿Qué es eso?-preguntó.
-Oh, mi cámara.
-¿Eres fotógrafa?-se asombró.
-Sí, y adoro serlo.
-Te gusta el arte entonces-concluyó.
-Por supuesto.
-¿Sabes? A mi gusta la música.
-¿Tocas algún instrumento?
-Sí, la guitarra, el pandero, el teclado y la batería, un poco.
-¡Wow! Eres talentoso entonces.
El sonrió, halagado por mi comentario.
-Gracias.
Siguió conduciendo y cada movimiento que él hacía me provocaba una sensación rara de encanto, en ese momento la respuesta de la pregunta que Sharon me había hecho se escuchó en mi cabeza: sí, él era perfecto.
Luego de unos minutos más, su voz interrumpió el silencio.
-Llegamos-avisó, entusiasmado.
Miré hacía el frente, a la izquierda y me maravillé con lo que vi.
Bajé del auto al igual que él y sentí cuando el frío me rozó los brazos. Los cabellos que se salían de la boina se movieron.
-Ven, vamos. Tenemos que ir a una de las góndolas-hizo un movimiento de cabeza indicándome que le siguiera.
Nos acercamos más y pude ver el agua del canal y otras tres personas que querían subir al negro trasporte de madera. Me paré justo antes de subir. Harry me miró.
-¿Qué pasa?-preguntó.
-He oído que las aguas de los canales de Venecia son profundas-dije, con temor.
El río.
-¿Tienes miedo?...
Última edición por daffybieber el Sáb 20 Abr 2013, 8:13 pm, editado 1 vez
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-N-no-mentía, pero tampoco quería que él pensara que soy una cobarde, aunque lo era.
El volvió a reír.
-Ven, no tengas miedo, estas cosas son muy seguras-me extendió la mano para que yo la tomara y su cálido tacto era algo que no podía rechazar jamás.
Me tomó de la mano, sujetándome fuertemente y haciéndome sentir completamente segura, era como si el infantil miedo de antes se hubiera evaporado como el aliento frío que sale de la boca y no tarda más de tres segundos en desaparecer.
Subí a la góndola y él se sentó a mi lado, mientras que las otras tres personas se situaban delante de nosotros. El gondolero comenzó a remar y el bote a moverse, me estremecí un poco. Harry me miró, y en su mirada había una ternura que brillaba, ese par de ojos almendrados me brindaban una auténtica protección con el resplandor que soltaban.
-¿Estás bien?-preguntó y su voz se llenó de dulzura.
-Perfectamente-musité, atontada.
Me sonrió, y aquella sonrisa hizo que miles de burbujas se inflaran en mi estómago y flotaran en él.
Miré hacia arriba, sintiéndome más segura que hace unos segundos y me topé con cielo grisáceo. Luego miré hacía mis lados, los ladrillos se elevaban formando un edificio barroco y arcaico de color beige. Oía el murmullo de las personas delante de nosotros, un murmullo ininteligible para mí, puesto que su idioma era diferente al mío; mientras que el gondolero pasaba el remo por el agua y hacía mover la góndola provocando que la brisa me acariciara el rostro bajo la boina.
-¿Sabes por qué se llama El puente de los suspiros?-preguntó Harry, interrumpiendo mi análisis del paisaje.
-¿Por qué?
-Bueno, este puente une al Palacio del Duque con la antigua prisión de la Inquisición. Da acceso a los calabozos del palacio y los prisioneros veían desde aquí el cielo y el mar por última vez, y suspiraban.
-Nada romántico-me reí.
-No, pero la gente le ha dado tanta fama que el nombre les sirvió a unos poetas para inspirarse en ese género literario.
Me reí, encantada por su brillante explicación.
-¿Por qué te ríes?-preguntó, divertido.
-Porque pareces de esos maestros de colegio y me haces sentir como alumna.
-Perché in questo caso sono felice di essere il vostro insegnante-rió.
No sabía qué había dicho, pero sea lo que sea me hizo ruborizar, el acento italiano adornaba su melodiosa voz de terciopelo y hacía que las burbujas en mi estómago se agrandaran más.
-Tendré que aprender italiano-mascullé.
El soplo cálido de su risa me acarició el rostro, apartando la brisa de la gélida mañana.
-Lo que dije fue: Que en ese caso, yo estoy encantado de ser tu profesor-dijo-. Y si quieres, puedo enseñarte italiano también.
-Me gustaría-mi sonrisa se volvió tímida y oculté el rubor debajo de la sombra de la boina.
Harry no sólo era un adonis en persona, sino que ¿tenía que resultar tan terriblemente encantador también?
Tomé la cámara fotográfica y saqué un par de fotografías a la construcción barroca que admiraba, por accidente o casualidad, mi lente capturó también el bello rostro de oro que tenía a mi lado.
Cuando el viaje terminó y pisamos tierra firme, el estómago me rugió de hambre, recordé entonces que no había desayunado ni tomado nada. Até mis brazos alrededor de mi barriga y rogué porque mi estómago se callara.
-¿Tienes hambre?-adivinó Harry.
Hice un mohín por haber sido descubierta y luego asentí sin decir nada, completamente apenada.
-Conozco un buen restaurante aquí cerca, ven-me sonrió, emocionado. O al menos eso era lo que parecía y me hizo seguirlo.
Dirigí una mirada al Chevrolet negro y Harry volvió a adivinar mis expresiones.
-No está tan lejos, podemos ir caminando, ven-me sonrió de nuevo, y esa sonrisa ató una cuerda a mi cuerpo, obligándome a seguirle hipnotizada.
Apresuré mi paso y llegué hasta su lado, me sentía… tonta; él parecía un modelo de revista y yo… una adolescente común y corriente; pero aquello no me impidió caminar junto a él. Yo lo consideraba un privilegio y no sabía por qué.
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
No tengo palabras para describir ese cap.
Simplemente,fue tan asdfghjkl
No se como decirtelo,creo que no encontrare palabras.
Solo,por favor,
SIGUELA!!!!!!!!!!
Simplemente,fue tan asdfghjkl
No se como decirtelo,creo que no encontrare palabras.
Solo,por favor,
SIGUELA!!!!!!!!!!
Alexandra Vega
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-¿Qué te gusta? Además de tomar fotografías, claro-preguntó.
-Mmm… bueno, la lluvia, oír cómo cae y golpea el techo-musité.
-Eso es relajante… y realmente bello.
-¿Y a ti? Además de la música.
-Bueno, soy un poco intrépido, me encanta ir de aquí para allá, ya sabes, por eso me gusta viajar; ir por todo el mundo sería fantástico-la emoción brillaba en sus ojos haciéndolos lucir realmente encantadores.
-Egipto-dije.
-¿Disculpa?
Me reí.
-Egipto es el lugar al que me gustaría ir, suena algo loco pero… no sé, está tan alejado de todo esto que sería ese el lugar perfecto para escapar de mis problemas.
-Wow… eso, suena bien.
-Hubiera deseado tener las posibilidades de haberlo hecho cuando mis padres…-me quedé a la mitad de la frase, sintiendo de pronto algo que me raspó el pecho.
-¿Cuándo tus padres…?-inquirió.
-Murieron…-musité.
Su expresión cambió, aquella bella y deslumbrante expresión de galán de pantalla fue sustituida por una cara de total ternura.
-Oh… lo siento mucho-su consuelo me hizo sentir inexplicablemente mejor- ¿Quieres contarme o prefieres no hablar del tema?
Me quedé en silencio un rato, y luego de mi boca comenzaron a salir las palabras sombrías.
-Murieron en un accidente automovilístico. Un idio’ta conducía ebrio y se pasó la luz roja… mis padres fueron los que rindieron cuentas a la muerte-la voz se me quebró, hablar de aquello no me era tan fácil-. Tres años de eso y aun me duele bastante-admití, con un hilo de voz-. Hubiera deseado ir yo con ellos para morir también-mascullé.
-Oye-se paró delante de mí e interrumpió mi caminar, me hizo también alzar la vista para mirarle, su rostro estaba serio-, no digas eso-me dijo-. Las cosas suceden por alguna razón, si tú estás aquí ahora con vida es porque Dios quiere que lo estés.
En sus ojos había una dulzura que no me había topado desde que mis padres me daban mis presentes de cumpleaños o navidad, y que inexplicablemente me invadía todo el fuero interno y me daba una paz eficaz. Ese par de ojos almendrados en los que ahora me reflejaba me sacudieron el corazón y la tristeza que había en él, se alejó.
-Gracias-murmuré.
-¿Estás mejor?-preguntó- Lamento haberte hecho hablar de eso.
Cada que él me preguntaba aquello, no podía siquiera pensar en algún adjetivo negativo, no mientras tenía sus ojos verdes reflejándome a mí.
-Estoy… bien-sonreí.
-Bueno, démonos prisa, supongo que mueres de hambre; pero antes prométeme algo-levantó una de sus cejas y la expresión divertida volvió a su bello rostro.
-Dime.
-No estarás triste hoy, yo no lo permitiré-me dijo y enterneció cada célula dentro de mi cuerpo.
Sonreí.
-Prometido-musité.
Su sonrisa apareció en aquel rostro angelical y mi corazón se aproximó a mi pecho.
-Genial, entonces vamos-se colocó a mi lado de nuevo y me hizo caminar junto con él.
Sharon era muy, pero muy afortunada. Ahora sí que le tenía envidia.
Seguimos caminando y tras unos minutos, me mostró un pequeño restaurante propio de un hotel, y con mis torpes ojos y mi casi nulo aprendizaje del idioma italiano pude entender un letrero en la parte superior de la verde lona que decía Bonvecchiati. La primera reacción de mi cuerpo fue la sorpresa, aquel establecimiento era muy bello y parecía de verdad costoso.
-Te encantará la comida, ya verás-me dijo, con el entusiasmo palpable en su voz.
-Mmm… no es un poco ¿caro?-pregunté, terriblemente avergonzada ya que no contaba con mucho dinero italiano en mi bolsillo.
-No encontrarás mejor restaurante que este, anda, ven. No te preocupes por el dinero-me sonrió y me tomó del brazo, algo que me erizó la piel allí en donde él la estaba tocando, haciendo que una vibra recorriera mi espalda.
Me jaló hasta allí y habló en italiano al mozo quien luego de unos segundos nos acomodó en una mesa cerca de la orilla de la terraza, en donde debajo corría un canal de agua.
Me senté en la silla que el mozo recorrió para mí y luego Harry tomó su asiento enfrente de mí. El mozo, un sujeto calvo y refinado nos dio un par de menús y se retiró; inmediatamente hice un mohín al no entender nada en aquella carta color tinto.
-¿Qué quieres?-me preguntó Harry, amablemente.
Mi mirada revoloteó una vez más por la carta ininteligible y la expresión de confusión saltó a mi rostro. La entonada carcajada de Harry rebotó en mis oídos con ese encanto inspirador propio.
-¿Qué tal si pedimos lasaña? ¿Te gusta?-inquirió.
-Sí-me sentí tonta y avergonzada y puse la carta del menú sobre la mesa, junto a la que Harry también había dejado.
Ordenó en italiano al mozo que de nuevo se había acercado y desvié mi atención hacía las aguas del canal que se abría paso debajo de nosotros por todo el largo de la calle.
-Grazie mille-la inconfundible voz de Harry me hizo voltear a mirarle y mientras le agradecía al mozo, escruté su bello rostro.
Sus ojos poseían un brillo especial, un brillo que opacaba ferozmente al fulgor de las estrellas y seguramente las hacía ponerse celosas; ya que este resplandor que sus ojos soltaban era tan bello y delicado y por supuesto, capaz de iluminar a toda una ciudad en tinieblas, también. Sus labios rosados parecían el cojín de plumas bordado en seda de alguna realeza y al estirarse, formaban una bellísima sonrisa de ensueño, como la de un niño tatuada en la cara de un galán de revista. Su rostro era perfecto con ese tapiz de piel clara como las perlas, todo perfectamente proporcionado.
-¿Tengo algo?-preguntó y me hizo aterrizar.
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-Emm… no-el color se me subió al rostro al haber sido descubierta en mi análisis visual de aquella maravilla que era su rostro.
Después de un silencio incómodo, en el acomodo de ideas, nuevas sensaciones y miles de cosas que hacían que mi estómago se moviera, una luz llegó a mi razón y pudo conectar con mi lengua y hacer salir mi voz.
-Amm… me decías que Louis había aceptado. ¿Cuándo sería?-dije.
-Bueno, si quieres, mañana mismo-comentó, animado.
-Mañana… ¿Pero qué tal si le dan a Sharon el trabajo?
-Buen punto, entonces sería quizá hasta el domingo-reflexionó.
-No falta mucho, de todas formas-dije, sabiendo que mañana era viernes.
El mozo llegó y colocó los platos delante de nosotros. El olor a queso fundido de la lasaña se adentró en mi nariz y mis tripas rugieron. La sonrisa de Harry apareció fugaz en sus labios y el rubor tímido en mis mejillas.
Mientras comíamos saqué varias fotografías del lugar y justamente como la vez anterior, el rostro de Harry apareció furtivo entre algunas. No sabía qué pasaba, no sabía por qué cada vez que Harry hablaba me maravillaba tanto, no sabía tampoco por qué cuando me miraba algo se removía en mi estómago, ni tampoco sabía por qué cuando mencionaba mi nombre me sentía especial. Eso me obligó a pensar en Sharon y sin saber tampoco por qué, me sentí culpable de pronto.
Todos mis intentos por hacer que él no pagara mi comida fueron en vano.
-Soy un caballero-terminó por decir y antes de que yo le refutara algo tendió el dinero sobre la mesa.
Me llevó de regreso hasta el departamento de Sharon, mientras que la fierecilla rogaba encontrar alguna manera de extender el tiempo y si era posible hacerlo parar. Aquello me daba miedo, por que yo también lo deseé.
Cuando llegamos, él subió conmigo, encaminando sus pasos junto con los míos.
-Espero que a Sharon le hayan dado el trabajo-musité, mientras mis pies medio cansados, subían desganados los escalones del edificio.
-Yo también. Sueña con eso desde hace tiempo-concordó.
-Exacto, sé que la haría bastante feliz estar dedicando su tiempo a algo que le gusta bastante hacer-sonreí.
Abrí el departamento y oí el chasquido de la llave al quitar el seguro, entonces Harry siguió mis pasos y se adentró también. Una rara combinación entre la extrañeza y la emoción creció repentinamente en mi fuero interno.
Me le quedé mirando cuando cerró la puerta.
-Son las tres treinta, seguro que le dieron el empleo-dijo, observando el reloj que colgaba de la pared.
-¿Tú crees?-pregunté, mientras sentía a la fierecilla celebrar de emoción y no precisamente por una buena razón.
-Sí, ¿te molesta si la espero?-preguntó, jugando con una manzana que había tomado de algún lugar en la cocina.
-No, por supuesto que no, siéntate.
La fiera celebró aún más, el tiempo con Harry se me había expandido, al menos hasta que Sharon llegara. Esa última idea no le agradó del todo a la fierecilla.
El día terminó, Sharon había llegado pasadas de las cinco de la tarde anunciando jovialmente su nuevo empleo y Harry, luego de tres horas se había marchado. Ahora yo me encontraba recostada en la cama, mirando el techo de nuevo, como en la noche anterior; haciendo un análisis del día trascurrido y trayendo a mi mente aquel perfecto rostro, maravillándome al recordarlo.
Rebusqué entre las amarillas hojas de aquel grueso libro de anuncios un buen laboratorio para imprimir las fotos que había tomado ayer. Sharon había partido temprano a su empleo y llegaría tarde, así que tenía que buscar alguna manera de pasar el rato.
Refunfuñé para mis adentros por no entender nada de lo que me mostraba el libro y me pregunté entonces cómo podría encontrar el laboratorio si no sabía siquiera leer el anuncio. Definitivamente tenía que aprender italiano. Aquella idea me hizo pensar en Harry y reí como tonta al recordarle. Pero eso abrió paso una pregunta que me hizo fruncir el ceño… ¿Por qué?
Sin embargo, no era tan tonta como para no entender absolutamente nada de ese anuncio, me ubiqué un poco al distinguir las imágenes y garabateé la dirección en un papel de aquel lugar que parecía ser lo que yo buscaba.
Salí del departamento con la dirección en mente que afortunadamente había encontrado en la guía, mientras trataba de acomodar mi cámara fotográfica en el morral color verde olivo que cruzaba por mi pecho. Mis pies siguieron caminando entre tanto que intentaba introducir toda la cámara y de pronto mi andar se vio interrumpido al chocar con otro cuerpo.
-¡Lo siento!-dijimos ambos al unisón.
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Los caps. estuvieron de maravilla.
SIGUELA
Te amo!!!!
SIGUELA
Te amo!!!!
Alexandra Vega
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Levanté la mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana y pálida hacía lucir oscuros sus ojos, sin embargo poseían un hermoso color Siena con motas de luz y las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y formaron una bonita sonrisa curiosa.
-Hola-pronunció.
-Hola-dije, medio atontada por el bello rostro juvenil que tenía justo enfrente.
-Perdóname. Es que soy un poco distraído-musitó, ligeramente ruborizado.
-No, no; la distraída soy yo-dije y luego me reí.
-Soy Liam Payne-me estrechó la mano.
-________ -me presenté.
-Eres americana-adivinó.
-Sí, California, de allí vengo.
-¿En serio? Yo nací en Texas. Soy americano también; pero con raíces europeas-explicó.
Ahora había entendido entonces, por qué me había hablado desde un principio en español; pero luego dirigí la mirada hacía la puerta del departamento en el que él iba a introducir la llave antes de que yo le chocara.
-¿Vives aquí?-balbuceé, al captar el trío de números que formaban el trecientos ocho.
-Sí, con mi tía; te dije que tenía raíces europeas.
La vieja gruñona con la que Sharon me había dejado la llave de su apartamento era tía del lindo muchacho que me sonreía en este instante. Abrí los ojos ante la sorpresa.
-¿Eres sobrino de la señora Montórfano?-inquirí.
-Sí, ¿la conoces?
-Sí, bueno no-dije y su expresión pasó a ser una mueca de confusión-. Mi amiga me dejó la llave de su departamento aquí y sólo pasé a recogerla, de allí conozco a tu tía-expliqué.
-¡Oh! ¿Eres tú la linda chica que se mudó con Sharon?-preguntó, como si hubiese completado un rompecabezas en su memoria.
-Sí y… gracias por lo de ‘linda’.
-Oh, bueno, eres linda-musitó y se encogió de hombros-. ¿Vas a algún lado?
-Sí, a un laboratorio de fotografía. ¿Sabes dónde queda la calle Squero de San Trovaso?-pregunté, mirando el papelito arrugado en mi mano y tartamudeando al leer el nombre de la calle.
-Sí, es cerca de uno de las canales hacía el norte.
-¿Está muy lejos?
-No, puedes ir caminando; son como cinco cuadras de aquí.
-Oh, gracias.
-Puedo llevarte si quieres, tengo auto-ofreció.
-No, gracias, hoy caminaré, tengo tiempo de sobra-musité con aplomo.
-Oh, está bien, ¿puedo invitarte luego un café? Para conocernos, digo, vamos a ser vecinos-se encogió de hombros un tanto avergonzado y ligeramente ruborizado.
-Claro, me encantaría.
-Hasta luego, entonces.
-Hasta luego-dije-. Oh, y grazie mille-murmuré lo que había aprendido de Harry el día de ayer, cuando agradeció al mozo.
Liam me sonrió.
-Di niente, bella ragazza-pronunció.
Me ruboricé un poco y le dije adiós con la mano; luego bajé las escaleras y me encaminé por las calles de Venecia esperando encontrar lo que buscaba.
Luego de unos minutos y de contabilizar mentalmente las cinco cuadras que Liam me había mencionado, miré hacía el pequeño recuadro blanco ubicado en el muro externo del último edificio de la cuarta calle: Squero de San Trovaso. Sonreí satisfecha al haber acertado en mi búsqueda. Tenía la calle, pero aun me faltaba el laboratorio, decidí caminar hacía la izquierda, en donde los números ascendían, tenía que encontrar el doscientos treinta y siete.
Afortunadamente lo encontré, además de que pude visualizar fuera del lugar el letrero en letras grandes y negras que decía “Photo Lab”. Eso hasta un torpe puede entenderlo.
Crucé la acera y me adentré en el lugar solitario y oscurecido, solamente iluminado por las luces del exterior que traspasaban por el ventanal, pero aquello no redujo ni un poco los escalofríos.
-¿Hola?-musité, esperando a que alguien en el oscuro lugar me respondiera.
-¡Tonta máquina!-gruñó una voz fina y delicada que salió de detrás de los almacenes. Una voz de mujer.
Me quedé pasmada, y mis pies se quedaron congelados en el mismo lugar en donde se habían parado.
-¿Hola?-volví a repetir, ahora un poco temerosa.
_______________________________________
1/2
¿Quien será?... ¿Una amiga? ¿Enemiga? Oh Dios mío,___________ ¿te gusta Liam? Y entonces, ¿Qué pasa con Harry?
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Luego, una bella chica se asomó de detrás de aquellos grandes almacenes y me miró con sus grandes ojos pardos.
Su piel pálida, albina, mostraba las pecas esparcidas por su joven rostro y el color caramelo de sus ojos artísticamente coloreados resplandeció con la luz del exterior. Su cabello, alisado y con un color castaño platinado, estaba acomodado en capas y caía juguetón sobre sus hombros. Me sonrió, con sus labios rosados coloreados con brillo.
-Hola-me dijo, amable.
-Amm… hola.
-¿Hablas español verdad?-preguntó.
Asentí con la cabeza sólo una vez.
-Genial, entonces, ¿en qué puedo ayudarte?-me regaló una sonrisa bastante extensa, llena de amabilidad en donde pude distinguir los frenillos en sus dientes; y a pesar de eso, era bastante fina y delicada.
-Bueno yo…-tartamudeé- quería, quiero-corregí- revelar algunas fotos-dije.
-Oh, claro, sólo, ¿podrías esperarme un poquito? Tengo problemas allá atrás con esa tonta máquina de fotocopiado-hizo un mohín.
-Claro-reí.
Se perdió de mi vista en aquella densa oscuridad detrás de los almacenes de los que antes había salido pero aun podía escuchar con claridad sus refunfuños hacía la máquina.
-Eres americana, ¿verdad?-dijo.
-Emm… sí-intenté adivinar el lugar exacto del que provenía su voz, elevando mi cabeza sólo un poco para poder ver algo-. ¿También tu?
-No, pero me encanta el continente. ¿De dónde vienes?
-California.
-¿En serio?-saltó de pronto del lado contrario al que se había metido y me hizo pegar un brinco.
-Sí-balbuceé.
-¡Qué emoción! Siempre he querido ir a América, pero aun me falta mucho por vivir aquí así que-se encogió de hombros-. Me llamo Fernanda, nombre americano, ya lo sé-parloteó poniendo los ojos en blanco-, pero a mis padres también les gusta todo lo relacionado con America-me extendió la mano-; por cierto, dime Ferni, es que Fernanda… bueno, como que no me queda-explicó.
-Un gusto enorme, Ferni. Soy ______.
-¡Qué bonito nombre, ______! Me encanta-dijo e hizo que me riera, halagada.
-Gracias, Ferni.
Aquella linda chica hizo que el tiempo que esperaba para que mis fotografías fuesen reveladas, se me pasara en un santiamén; platicaba conmigo y me hacía sentir como si me conociera desde hace años, además de que el entusiasmo que aplicaba en cada palabra me hacía sentir cómoda y familiarizada, Sharon era casi igual.
-¿Quién es el chico lindo de las fotografías?-me preguntó, mientras sacaba tales papeles del ácido cianhídrico y los colgaba en el lazo con cuidado- ¿Un modelo?
-No-reí-. Es el novio de mi mejor amiga.
-¿Y lo tomaste como modelo?
-No exactamente-musité.
-Pues, sale en la mayoría de las fotografías-alzó sus delineadas cejas con gesto de acusación-. Y es muy guapo, déjame decirte.
-¿Insinúas algo?-entrecerré mis ojos en ella.
-No. Para nada-negó con su cabeza rápidamente e hizo que me riera.
-Fue accidental que mi lente captara su rostro, nada más-expliqué.
-Está bien, está bien. Yo no dije nada. Pero ¿por qué no sale tu amiga?-acusó, indirectamente.
-Porque ese día sólo íbamos él y yo-murmuré y sus ojos grandes y acusadores se posaron sobre mí, con cierta expresión de emoción.
-No es lo que piensas-manoteé torpemente como diciéndole que parara a sus especulaciones-. Sharon no pudo llevarme y ofreció a Harry, es todo.
-¿Sharon? ¿Harry?
-Oh, mi amiga y su novio.
Me dio una sonrisa cómplice que de momento no entendí.
-Pero es bastante guapo, ¿no?-insistió.
-Pues, sí. La verdad, lo es.
Sus ojos se posaron discretos sobre mí y pude notar su sonrisa en aquel cuarto oscuro en el que estábamos revelando las fotos. Pero no dijo nada.
Había sido increíble haber socializado con Ferni, era el primer día que la conocía y me trataba como si fuéramos amigas de toda la vida, algo que por supuesto, me agradó completamente.
Decidí comer fuera, algún restaurante pequeño y no tan extravagante como al que Harry me había llevado el día anterior, además de que no tenía el capital monetario para pagarme algo así.
Cuando llegué al departamento, vi algo que me resultó extrañamente perturbador; abrí la puerta justo en el momento equivocado, quizá si me hubiera apurado o tardado dos segundos hubiera sido mejor que llegar en el instante justo en que los labios de Sharon se aferraban a los de Harry como si fuera una cuerda atada a otra. Algo golpeó cerca de mi corazón y la fierecilla enloqueció en su pequeña jaula.
-¡Perdón!-musité, terriblemente incómoda cuando sus miradas se posaron sobre mí. Algo que jamás me había pasado cuando veía a Sharon besar así a Jairo, su ex novio.
-No te preocupes, _______-dijo Sharon, amable y luego se acercó. Harry sólo me sonrió-. ¿Dónde has estado todo el día, bestia?
Me reí.
-Matando el tiempo-dije-. Sin ti aquí es muy aburrido-hice un mohín.
-¿Te fuiste a vagar sola por las calles de Venecia?-abrió sus grandes ojos cafés.
-No tuve más opciones, tampoco me iba a quedar sentada aquí mirando televisión todo el día.
-¿Qué hay en el sobre?-observó el grueso sobre amarillo que sujetaba en mi mano izquierda, en donde Ferni me había entregado las fotos que había revelado.
No tenía problema alguno en hacerle saber que eran las fotos que había tomado un día antes, el problema era que no sabía cómo explicarle por qué el rostro de su novio aparecía en la mayoría; tampoco sabía por qué tenía miedo de eso.
-Bue… bueno. Nada importante, fotografías-me encogí de hombros, nerviosa.
-¿De las que tomaste ayer?
-Ajá.
-¡Quiero verlas!-exclamó, entusiasmada.
Por instinto sujeté el sobre con más fuerza en mi mano, produciendo arruguitas en el papel y haciéndolo crujir; mientras que mis ojos se abrían como platos.
-Emm… no son muy buenas, Shar-tartamudeé.
-Cómo no van a ser buenas si eres una excelente fotógrafa. Anda, muéstramelas-insistió y quiso arrebatarme el sobre.
Lo llevé inmediatamente a mi espalda, resguardándolo. ¿Qué me costaba darle el maldito sobre y explicarle que el rostro perfecto de su novio se había fugado en unas cuantas fotos? ¿Qué de malo había en eso?
-Emm… mañana, mañana te las muestro, estoy muy cansada hoy, además, aun tengo que eliminar bastantes, hay muchas que no me gustan-dije, torpemente.
-Hay algo ahí que no quieres que vea, ¿cierto?-me miró con gesto acusativo.
Las manos comenzaron a sudarme y el corazón a latir más acelerado de lo normal. No sabía por qué me sentía como el culpable de un delito en el momento que es interrogado y a punto de ser descubierto en su fechoría.
-Sí, claro que lo hay. Fotos horrendas que no quieres ver. Dame un minuto, las ordeno y te las muestro, ¿está bien?-musité, torpe.
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-Yo también quiero verlas-anunció Harry, que en todo el rato sólo había estado pendiente de la plática entre Sharon y yo.
-Emm… sí, denme un segundo, ya vengo-me escabullí hasta mi habitación y cerré la puerta tras de mí, sin esperar alguna palabra de alguno de ellos.
Me senté sobre la cama con las piernas cruzadas y tomé el sobre amarillo entre mis manos; saqué de él las fotografías y lo primero en lo que mis ojos se enfocaron fue en el bello rostro que adornaba aquel papel impreso. Harry era tan hermoso, a su manera. Su despampanante sonrisa, deslumbraba perfecta.
Revisé todas las fotografías, una y otra vez.
-Maldición-farfullé.
De las trece fotos que tenía en la mano, sólo tres eran antiestéticas. Tres eran las que no tenían el rostro perfecto de Harry adornando la imagen. El problema era que Sharon había notado el grosor del sobre y llevarle sólo tres fotos resultaba ilógico cuando juntas no hacían ni medio centímetro.
Suspiré y tomé las otras diez fotografías para guardarlas en el cajón de mi escritorio, debajo de todo el montón de papeles que ya tenía allí. Salí de mi habitación con el trío de fotos en la mano, esperando no encontrar alguna otra escena que me hiciera sentir incómoda y deseosa de cubrirme los ojos.
Sharon y Harry hablaban tomados de la mano, él jugaba con sus dedos. Traté de ignorar la irritante punzadita junto a los latidos aplomados de mi corazón.
-Aquí están-las coloqué sobre el pretil de la cocina, en donde ambos estaban.
-¿Sólo tres?-rezongó Sharon.
-Te dije que no eran muy buenas-me encogí de hombros-. Las otras están horribles-mentí, porque a decir verdad, eran las más hermosas-. Además no tomé muchas.
Allí, Harry pudo haberme desmentido, él sabía cuántas veces había disparado el lente de mi cámara capturando las escenas; pero no dijo nada, sólo observó tranquilo cada una de las fotos sobre el azulejo del pretil.
Decidí cambiar de tema, antes de que alguna objeción por parte de Sharon insistiera.
-¿Sabías que la señora Montórfano tiene un sobrino?-pregunté a mi amiga, mientras que iba al refrigerador por un vaso de leche.
-Sí, Liam. ¿Por qué?-inquirió, y me sentí satisfecha de haber logrado el cambio de ruta en la conversación.
-Hoy lo conocí-dije, sirviéndome la leche en el vaso que había tomado de la alacena.
-¿En serio?
-Sí, me lo topé esta mañana; es lindo-tomé de mi vaso y pude captar que la mirada de Harry se apartó de las fotografías y se posó curiosa en nosotras, en mí.
Era sábado por la mañana, y yo buscaba de todo para matar el tiempo libre sin Sharon; así que le acepté el café a Liam, supuse que era un buen pretexto para burlar las horas.
Liam me llevó a un café cerca del departamento en donde me acordé inmediatamente del día en que pasé con Harry, sin embargo, la emoción no era la misma.
-¿Puedo preguntar por qué viniste a Venecia?-me dijo, cuando la chica nos estaba acomodando nuestras tazas sobre la mesa.
-Bueno, vine primeramente para visitar a Sharon. Y para tomar un descanso de mi vida cotidiana-expliqué, dándole un sorbo a mi café.
El sabor a capuccino vagó por mi boca hasta mi garganta.
-Oh, ¿entonces vives con tus padres?-inquirió.
-No-dije, y salió mucho más seco de lo que esperaba-. Mis padres murieron en un accidente.
-Oh, perdóname, no debí preguntar-su bello rostro de ángel se tornó comprensivo.
-No, no te preocupes-musité.
-¿Sabes? Mis padres también murieron-comenzó a jugar con la taza mientras su mirada se fue profundizando en el líquido oscuro que contenía.
Esperé hasta que él decidiera continuar, pendiente de la siguiente palabra que dijera.
-Bueno, en realidad, sólo mi madre murió cuando me dio a luz a mí. Mi padre, bueno, el hombre que embarazó a mamá; se fue-explicó, su voz tomó un tono agrio.
-Oh-musité.
No sabía qué más decir, pero lo entendía muy bien, al menos ambos teníamos algo en común ahora. No teníamos padres.
-¿Desde entonces has vivido con tu tía?-pregunté.
-Sí. Mi tía me ha cuidado bastante bien, ha hecho un excelente trabajo por diecinueve años y no podía estarle más agradecido.
Ahí caí en la cuenta de que Liam estaba en la gloriosa etapa de las diecinueve primaveras.
-Qué linda tu tía-dije, y recordé cuando dije, o más bien pensé, que era todo una vieja amargada.
El me sonrió y me recordó a la sonrisa de Harry. Si tuviera que comparar, sería bastante difícil darle el puesto número uno a alguien. Pero había una vocecilla en mi cabeza que susurró fugaz el nombre de Harry.
La tarde con Liam fue excelente, su forma de ser tan maduro y natural fue lo que resulté admirando, además de su bello rostro delicado, por supuesto. Cuando me di cuenta de la hora, fue cuando llegamos al departamento de nuevo. Eran las siete pasadas con quince minutos.
-La pasé muy bien, Liam, muchísimas gracias-dije apenas puse un pie fuera del ascensor, cuando me di cuenta entonces de que la puerta del departamento de Sharon era adornada por un bello ángel de oro. Que mantuvo su mirada sobre nosotros y sus brazos cruzados con indiferencia; siempre tan elegante.
Me sorprendí de ver allí al dueño de la mayor parte de mis pensamientos. Aunque enseguida me retracté de esa idea; Harry no tenía por qué convertirse en dueño de mi materia gris.
-Cuando quieras repetirlo, estoy más que dispuesto-me dijo, con esa sonrisa bonita sobre su rostro, haciendo que mi mirada se posara de nuevo en Liam.
Dirigió luego la mirada a Harry y con un movimiento de cabeza lo saludó. Éste respondió de la misma manera.
-Hasta pronto- Liam se acercó y me besó la mejilla.
Pude sentir el cálido y suave contacto de sus labios contra ella, pero mi cabeza seguía funcionando tan perfectamente como antes. Ningún pensamiento interrumpido, ningún atontamiento interno, simplemente nada.
Sin embargo, sí la mirada de Harry sobre el acto. —
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Oh Dios,los caps. fueron tan perfectos
Por favor,no deshagas mi esperanza de que entre Harry y Rayita pase algo.
Por favor,no deshagas mi esperanza de que entre Harry y Rayita pase algo.
Alexandra Vega
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
-Hasta pronto, Liam-dije.
Cuando lo vi introducirse a su departamento, me giré a mirar a Harry, quien seguía parado allí, de brazos cruzados y mirándome.
-¿Decidiste hacerle caso a Sharon?-bromeó.
-¿Qué?-inquirí, confundida.
Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.
-Sí, eso de buscarte pareja-musitó, pero la broma ya no le salió como tal.
Exploté en estruendosas carcajadas.
-Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor-expliqué-. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Sharon.
Él río.
-¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré-bromeó, divertido.
-No hace falta, ella lo sabe-abrí la puerta y Harry se introdujo detrás de mí-. ¿Si sabes que Sharon llega hasta las ocho verdad?-dije, sarcástica.
-Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras que la espero.
-Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega-pensé… esperen, esperen, no lo pensé, ¿lo dije?
-Gracias, qué linda-musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro-. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a mi hermano, Louis, ¿lo recuerdas?-dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.
-Emm… sí, estoy emocionada-farfullé.
-Louis también.
Así, planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico. El tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces; era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad; pero sólo hasta que llegaba Sharon, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse “amor” ésta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo. Porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.
-¡Bestia, arriba!-Sharon tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que se fuera a trabajar.
Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Sharon me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tañarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.
Me paré con pereza y abrí la puerta, Sharon estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.
-Ponte algo lindo, algo verde, a Louis le gusta el verde-dijo.
-Estás loca-musité y me di la me di vuelta para vestirme.
-Si quieres gustarle a Louis, escucha mis consejos-gritó desde la cocina.
-No quiero gustarle a Louis, ¡ni siquiera lo conozco!-me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrada del esfuerzo de Sharon por emparejarme.
-Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.
-Eres perversa-la fulminé con la mirada.
-Pero así me quieres-me sacó la lengua y me vi obligada a reír.
-Tonta-dije.
Me vestí con una blusa azul turquesa y con unos jeans entubados, sólo por llevarle la contraria a Sharon. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Harry.
Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces, y allí junto al ángel de oro, reposaba otro. Era muy parecido a Harry, sin embargo, su cabello era rizado, casi como el de Liam; pero estos rizos se encontraban un poco más despeinados; su piel, casi del color de la de su hermano, hacía lucir sus ojos verdes, y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.
-Hola-musité.
-_______, mira, él es Louis-me dijo Sharon, empujándome por el codo hacía el par de ángeles.
Extendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.
-Hola-me dijo.
No estaba muy segura, pero sentía dentro de mí como dos partes; una, atenta a Louis; pero la otra, atenta a Harry. Seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.
-Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde vamos a ir?-preguntó Sharon.
-¿Quieren desayunar en…?-la voz de Harry habló por fin, y yo, completa, me perdí en ella.
Dejé de oír entonces la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraban a mantener la vista en Harry.
Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron. ¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.
-¡______!-me sacudió Sharon.
-¿Eh?-musité, terriblemente desconcertada.
-¿Que si quieres desayunar pizza?-me preguntó.
-Amm… sí-dije.
¿Cuánto tiempo me habían estado hablando?
-Vamos, entonces-concluyó Harry.
Nos dejaron pasar primero y luego, en la Hybrid de Harry nos dirigimos a un pequeño local de pizza, que desprendía el aroma a salsa abarcando alrededor de unos tres metros y medio.
Nos sentamos en una mesa, Harry y Sharon en un lado y Louis y yo en el otro. Ambos enfrente de ambos.
-Pidamos la pizza típica, para que ______ pueda probarla. Apuesto a que jamás has probado una hecha en Italia.
-Eso es obvio, Sharon, ya sabes que no-dije, riendo.
Luego de unos minutos, la pizza estaba servida enfrente de nosotros; y el olor a queso y salsa se desprendía en cada movimiento mínimo de la pizza. Me sirvieron dos rebanadas, que inmediatamente me comí, ya que sabía delicioso; mientras que intercambiábamos la típica información de los que recién se conocen.
Yo miraba a Harry sólo cuando nadie me observaba a mí, evitando ser descubierta mientras lo apreciaba en cada paso que daba, cada gesto que hacía y cada palabra proveniente de sus labios. Él era hermoso a su propia manera y ni siquiera se daba cuenta de eso.
Última edición por daffybieber el Miér 03 Jul 2013, 2:42 pm, editado 1 vez
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
Al terminar, fuimos a caminar a uno de los tantos canales. A la fierecilla no le gustó para nada que Sharon y Harry se adelantaran, dejándonos atrás. Miré la unión de sus manos y la compatibilidad entre ambos, era como si estuvieran hechos el uno para el otro, las sonrisas entre ambos, las miradas, sus gestos, su aspecto; todo era como si al juntarlos formaran un equilibrio, el ying y el yang. Algo golpeó en mi estómago, se sintió como si dentro hubieran tirado una piedrita a alguna de sus paredes. Como cuando un bebé patea, pero no en esa forma tierna.
-_______-Louis musitó mi nombre y me giré a mirarlo-. Eres muy distraída, ¿no?-rió.
-¿Disculpa?
-Te llamé como tres veces y parecía como si fueras en tu propio mundo-explicó.
-Oh, sí, perdóname-gesticulé con la mano.
-¿Piensas en algo acerca de ellos?-adivinó, increíblemente rápido, haciendo un asentimiento de cabeza en dirección a su hermano y mi amiga.
-¿Eh? ¿Por qué dices eso?-pregunté, nerviosa.
-No sé, quizá porque te les quedaste mirando con profundidad-se encogió de hombros.
Reí, aun más nerviosa.
-La verdad, sí-admití-. Pienso que de verdad están hechos el uno para el otro-dije y la fierecilla no estuvo para nada de acuerdo conmigo y me rasguñó allí dentro.
El ceño de louis se frunció y su mirada se posó en el suelo, mirando sus pies al caminar.
-Sí-farfulló.
-No te oyes muy convencido-acusé, repentinamente curiosa.
-No, sí lo estoy-balbuceó, pero se le escondía entre su voz algún cierto matiz de resignación-. Sharon es muy buena-la miró y sonrió-, tiene una sonrisa muy bonita, como muy sincera; sus ojos grandes y cafés son como si de verdad fueran la ventana de su alma; sus lindos gestos cuando te habla te hacen reír… ¿has notado que cuando se encuentra con alguien se emociona muchísimo? Y luego ese abrazo que te da, emocionada-musitó, completamente perdido.
-Espera, espera… ¿tú…?-no pude terminar la pregunta, me llevé las manos a la boca cuando Louis me miró con sus ojos verdes como platos, como si haya soltado un secreto que no quería decir.
-¿Qué?-preguntó, con la voz temblorosa.
-¡Tú estás enamorado de Sharon!-adiviné.
Ahora comprendía lo que Harry me había dicho el otro día, lo de que su hermano estaba enamorado de una chica misteriosa. Por supuesto, no le quería decir, porque la “chica misteriosa” era su mismísima novia.
-¡¿Qué?!-bramó, y pude jurar que vi el sudor perlar su frente.
-Por favor, ¡soy mujer, a mi no me engañas!-no sabía por qué pero una sonrisa empezó a expandirse por mi rostro.
-¡Ssshh!-gesticuló, nervioso hasta más no poder.
-¡Entonces es cierto!-la sonrisa se expandió hasta convertirse en un agujero extenso en mi rostro.
-No digas nada, por favor-me suplicó.
Me llevé ambas manos a la boca, tratando de aplacar mi emoción.
-________, nadie lo sabe-dijo, angustiado.
-Tranquiló, descuida yo no… se lo contaré a nadie-prometí, aun medio emocionada.
-¡Soy un pésimo hermano!-exclamo, gesticulando desesperado- ¿Quién se enamora de la novia de su propio hermano?
-Oye, tranquilo-a juzgar por su expresión, parecía como si estuviera a punto de llorar. La fierecilla cantaba de placer y esta vez yo desconocía el por qué-. No eres el único, he oído bastantes casos-enrosqué mi brazo al suyo, como si ya le tuviera la suficiente confianza para hacerlo; pero él no se quejó.
-Sí, pero no es bueno que me pase precisamente a mí, ¿sabes lo que es tener que soportar cada beso, o caricia entre ellos; cuando por dentro duele?
-Sí-dije, inmediatamente; sin saber por qué, era como si la otra parte fuera la que hubiera hablado.
-¿Ah sí? ¿Te has enamorado del novio de tu hermana?
-Pues no, soy hija única-reí, pero volví a la seriedad de nuevo-. Pero te entiendo, extrañamente. Sé cómo se siente. Es como si quisieras escapar de la escena cuando ellos se besan, salir corriendo y borrar el recuerdo en tu mente; pero mientras más lo intentas, se vuelve más nítido.
-¡Exacto! Vaya, nunca pensé que hubiera una persona que me entendiera en ese aspecto.
-¿En qué aspecto?-de pronto la voz de Harry apareció en la conversación, materializándose con Sharon junto a nosotros.
Ambos los miramos con los ojos abiertos de par en par.
- Harry, ¿recuerdas lo que te dije acerca de la privacidad de las personas?-inquirí.
-¿Es el primer día que se conocen y ya tiene secretos entre ambos?-preguntó, queriendo sonar divertido, pero pude identificar en su voz algún tono amargo muy bien escondido.
-¡¡Uuuyy!!-bromeó Sharon, atada de la cintura de Harry.
La fierecilla refunfuñó palabras ininteligibles.
Miré a Louis, quién mantenía su mirada fugaz, primero mirando el piso, luego a mí, después a Sharon y por último a Harry, para después volver al piso. Imaginé que estaba ideando alguna forma de salir del embrollo.
-¿Sabes Sharon?-dije, como si nada- Creo que invitaré a salir a Liam-solté, no muy segura de lo que estaba haciendo; pero si algo había que distrajera a Sharon de emparejarme con Louis, era emparejarme con alguien más.
Funcionó, la mirada de todos se posó sobre mí. La de de Louis, agradecida por haber cambiado de tema; la de Sharon, resplandeciendo de emoción; y la de Harry, sería, rara.
-¿En serio?-gritó de emoción.
-Sí, la verdad es que es un chico muy agradable y muy lindo además-dije, al fin y al cabo eso sí era verdad.
-¿Y cuándo?-se soltó de la cintura de Harry y ató su brazo al mío, haciéndome caminar y separándome de Louis.
Ellos nos siguieron muy de cerca.
-No lo sé, mañana quizá-me encogí de hombros, indiferente.
-¿Entonces te gusta Liam?-preguntó y miré por la colilla del ojo a Harry, quien iba un paso atrás de nosotras junto con Louis; repentinamente atento, de nuevo.
¿Qué iba a decir? si decía que sí, Sharon especularía bastante hasta llegar a los planes de boda, era capaz; si decía que no, entonces no concordaría en nada con lo que yo había dicho antes, y quedaría como… una tonta.
-Pues… emm…-tartamudeé.
-¡Chicos miren eso!-interrumpió Louis, señalando hacía una góndola- ¡Quiero subir!
-¡Yo también!-dijo Sharon.
-¿Qué dicen, chicos?-preguntó Louis.
-Emm… bueno, yo… paso-musité, no tenía muchos ánimos de subir y andar sobre las aguas.
-Yo también-dijo Harry, con las manos en los bolsillos-. Vayan ustedes, nosotros los esperamos.
Capté la situación entonces, Harry y yo, solos de nuevo. La fierecilla brincó de alegría, y su grito era completamente entendible: ¡Sí, sí, sí, sí!
-¿Quieres ir, Sharon?-preguntó Louis.
-Sí, hace mucho que no me subo a una, pero quiero que Harry y ______ vengan también.
-Perdóname, Shar; de verás, yo paso. Puedes ir tú, Harry-dije al interpelado-. No se preocupen por mí, yo los espero.
-No, vayan ustedes-dijo él-. Esperaremos aquí-sonrió y besó la frente de Sharon.
-Aguafiestas-se quejó Sharon, pero igual se alejó junto con Louis hacía la góndola.
Pero antes, Louis me miró y me guiñó un ojo disimuladamente, entonces caí en la cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con él; sacarme de una situación incómoda.
Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a Harry.
Última edición por daffybieber el Miér 03 Jul 2013, 2:42 pm, editado 1 vez
daffybieber
Re: "Manual de lo PROHIBIDO" [Harry Styles y tu] [ADAPTACION]
jaja, pues ya verás lo haque pasa entre harry y la rayis! yo lloré :oops:
daffybieber
Página 2 de 8. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
Temas similares
» Manual de lo prohibido (Harry Styles y tu)
» Manual de lo prohibido- Harry Styles.
» Manual de lo prohibído (Harry Styles)
» Manual de Lo Prohibido . |Harry Styles|
» Manual de lo prohibido [Harry Styles]
» Manual de lo prohibido- Harry Styles.
» Manual de lo prohibído (Harry Styles)
» Manual de Lo Prohibido . |Harry Styles|
» Manual de lo prohibido [Harry Styles]
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 2 de 8.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.