Please, don't leave me. || Zayn Malik.

– Sky… Sky… –
Harry me llamó a la realidad. La realidad en donde estaba perdiendo a mi amado. Parpadeé y dirigí mi vista hacia él. Sus ojos estaban colorados, pero había limpiado sus lágrimas. Una vez más gotas saladas comenzaron a brotar con fuerza de mis ojos color cielo; una vez más recibí un abrazo consolador de su parte.
– Ha-a-zza. – Estaba ahogada en mis propias lágrimas y hablar, en este momento, me estaba costando bastante. – Ha-a-azza n-no qui-e-ro per-per-der-lo –
– Sh, tranquila… - Acarició suavemente mis no muy bien formados rulos. – No lo perderás.
Tomé una gran bocanada de aire intentando no hablar entrecortadamente esta vez. – No podré vi-vir sin él, no se vivir sin é-él. –
– Skylar, escúchame - Me separó de él y posesionó sus manos en mis hombros. – Zayn logrará salir de esta, ya lo veras princesa. –
– ¿Y si no lo logra? ¿Y si me deja s-sola? No podría soportarlo, Hazza. –
– Debes ser fuerte, así él lo será. – Esta vez fui yo la que lo abrazó.
***
Me sentía débil y mi cabeza palpitaba. Lentamente abrí los ojos y me levanté de aquel pasto. Giré sobre mí mismo observando mí alrededor y fruncí el ceño. No recordaba haber estado allí nunca. Pasto, cielo, un gran árbol y tranquilidad. Todo se sentía tan extraño.
– ¿Hola? – Grité y lo único que recibí a cambio fue una brisa. Nada.
Cerré mis ojos con fuerza pretendiendo despertar de un absurdo sueño donde solo estaba yo y un hermoso paisaje. A diferencia de eso, imágenes comenzaron a reproducirse en mi cabeza…
El semáforo cambió a verde. Avancé. Una bocina sonó, miré a mi izquierda. Un auto gris se acercó a toda velocidad. Luego un impacto, dolor, voces –más bien gritos–, frío, sirenas, más dolor, silencio…
¿Qué es todo esto?
Abrí los ojos repentinamente y palpé todo mi cuerpo buscando heridas, molestias o dolor, pero no sentía nada.
Comencé a caminar sin seguir ningún camino. Y fue en cuestión de segundos cuando logré ver una figura borrosa a lo lejos. A medida que avanzaba lograba verla con claridad. Era… ¿Skylar? Si, era ella, mi princesa. Vestía un vestido blanco y no traía zapatos. Sus ojos estaban de un celeste increíble y su cabello color azabache caía levemente ondulado hasta la mitad de su espalda. Estaba tan hermosa. Pero, ¿Qué hacía en este lugar? ¿Qué hacíamos aquí?
Me acerque a ella casi corriendo y mis manos fueron hacia sus mejillas, para acto seguido depositar un beso en sus rosados labios. La extrañaba y era extraño porque lo hacía mucho más de lo que alguna vez lo había hecho antes. Pero el beso no fue, debido a que apenas hice contacto con ella dejé de tocarla. Estaba fría, demasiado, tanto que dolía.
– Zayn. – Musito mirándome a los ojos.
– ¿Por qué estás tan fría, amor? ¿Qué haces aquí? ¿Qué es este lugar, Sky?– Pregunté aplastando las palabras.
– Zayn, no soy Skylar. –
– Vamos, no juegues conmigo. – Dije con una media sonrisa en mi rostro y volví a acariciar su mejilla. Auch, estaba tan fría que quemaba. – ¿Esto es una especie de sueño?
– No soy ella, Zayn, soy un ángel. Tú has decidido verme como ella, en realidad, tu inconsciente. Y esto es cuando… mueres. – ¿Qué?
– ¿Estoy muerto? – Cuestioné atónito.
– Estás muriendo. – ¿Qué? – Has sufrido un grave accidente al que tu cuerpo ha sobrevivido. Tu alma ha venido aquí a morir, pero no puede, está incompleta. – El clima calmo había cambiado, una tormenta parecía estar por llegar. – Ya no puedes vivir en tu mundo y créeme que no desearías vivir aquí. – Dijo mirando el cielo que se había oscurecido. – Debes liberarte, Zayn. –
– No... – Negué con la cabeza. – No puedo.
– Zayn... –
– No, no entiendes, ángel. Solo una persona puede liberarme. –
– ¿Quién? –
– Ella. –