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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
karencita_mb escribió:estaaaa preciosiiisimoo en la fotoooooooooooooo
sjfdjhfhf ese diabloo si es sexyyyyyyyyyyyyy
meee encantoo el cap
ojalaa que no le hagaa nadaaaaaaa cuando esten solitoos en la casaaaaa
sahfdfj
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Jajajaj Vamos a ver si no hacen nada :33 !! Hehehe! A la noche seguro que la sigo ! No me maten! Pero me estoy por mudar y bueno tengo que ir guardando mis cosas (son muchas) Y Aparte ayudarla a mama y todo eso !! En la noche La Sigoo!!! Besoteeess y Abrazootees (? :)))))
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
aaaawww gracias por contestarme!!!!
me haces muuuy felizzz!!!
que buenoooooo somos vecinas mica!!!!
venga te haré "propaganda" a tu novela aunque en realidad ella solita es encantadora y seguro que pronto tendrás muchisimos seguidores!!!
bss :bye:
me haces muuuy felizzz!!!
que buenoooooo somos vecinas mica!!!!
venga te haré "propaganda" a tu novela aunque en realidad ella solita es encantadora y seguro que pronto tendrás muchisimos seguidores!!!
bss :bye:
vicky19
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
Capítulo 4:
Maldita sea, mi alma al Diablo. Creo si Sea lo ve, no me lo cree. Suspire levemente y entre a la cocina. Tenía algo de hambre. Lo busque con la mirada, y lo encontré jugando con los adornos de mi mesita de té.
- ¡Oye! No hagas eso – le dije. Levanto la vista y me miro.
- Siempre me pregunte, ¿Por qué las mujeres son tan detallistas? – dijo y dejo mi pequeño Buda en su lugar.
- No lo sé, solo lo somos – dije y volví a lo que estaba haciendo.
Tome el cuchillo y comencé a cortar las frutas. Podía sentir su fija mirada en mí. Sin dejar de cortar levante la vista y sí, me estaba mirando. Sonrió levemente y comenzó a acercarse hacía la cocina.
- ¿Cuántos años tienes? – le pregunte.
- Oh preciosa, eso no se le pregunta a un hombre – me dijo divertido. Reí con ganas.
- Creo que es a las mujeres – dije divertida.
Se acerco un poco más a donde estaba yo. Tomo una manzana del canasto y la froto contra su camisa. La acerco a su boca y le dio un rico mordisco. Se relamió los labios para juntar el jugo que se estaba cayendo por ellos.
- Se enojo mucho cuando hice eso – me dijo después de tragar el pedazo de manzana.
- ¿Quién? – le pregunte.
- Dios – me dijo. Estaba por tirar la manzana, pero se la quite y la corte para mi ensalada de frutas.
- ¿Se enojó? – dije sin entender.
- No sabes cuánto – dijo algo divertido – Ese día se enojo tanto que se le formaron arrugas en la frente. Pero yo le dije: ‘Barba, tú tuviste la culpa, ¿Para qué haces frutas que no quieres que coman?’ Con eso se enojo mucho más.
- ¿Es verdad que tú eras un ángel antes? – le pregunte. Me miro bien.
- No, no es verdad – me dijo y sonrió – Siempre fui el Diablo. Cuando hice que Adán y Eva comieran la manzana, fue para estar a iguales con Dios
- ¿A iguales? – dije al no entender.
- Si, Dios tenía todo. Hombres buenos, animales lindos y peludos, agua pura, aire limpio y no había nada más. Yo tenía que tener algo ¿No te parece? – me dijo. Lo mire divertida – Vivir ahí abajo solo, no era divertido. Y eso que a veces subía a su casa a jugar boliche con él
- ¿Con Dios? – le pregunte.
- Si preciosa, ¿Con quién sino? – Me pregunto – Cuando ellos dos comieron la frutar, nació una persona muy importante para mí – lo mire bien.
- ¿Quién? – le pregunte con cierto grado de molestia.
- Rachel – me dijo. Deje cortar fruta y lo mire. Era una mujer.
- Una mujer – dije y volví a cortar.
- Si, pero no cualquier mujer – dijo. Sentí un cierto sentimiento de furia – Ella es la muerte – lo mire sorprendida.
- ¿La… la Muerte? – pregunte.
- Si, es mi hermana. Y con ella vinieron mis otros hermanos los Demonios.
- Mira, esto ya me está resultando un poco tonto ¿Piensas que voy a creerte todo eso? – le pregunte. Rió.
- No me creas si no quieres preciosa – me dijo y salió de la cocina.
Vi como se alejaba. ¿Se cree que soy tarada? ¿Qué es eso de que la muerte se llama Rachel y que él jugaba al boliche con Dios? Por dios, necesito sacar a este hombre de mi casa, ya mismo. Salí de la cocina y entre a la sala. Él estaba sentado en uno de los sillones.
- Preciosa, ¿Tienes algo que tenga un poco de alcohol? – me pregunto. Me gire a verlo.
- Si, tengo un poco de Whisky – le dije y me acerque a mi pequeña cantina. Me agache y busque un vaso. Tome el Whisky y se lo alcance.
- Gracias preciosa – me dijo y tomo. Se puso de pie y camino hasta mí.
Mi respiración se agito más de lo normal al tenerlo tan cerca. Me lleva una cabeza y media de alto, es grande y fuerte. Su sola presencia es poderosa. Me miro fijo a los ojos, ¿Cómo puede ser que el Diablo tenga unos ojos tan lindos? Levanto su mano y acaricio mi cabello. Mi piel se erizo por completo. Su mirada se poso en mi boca, que se encontraba semi-abierta a causa de que me estaba costando respirar.
- Linda boca, preciosa – me dijo y volvió su mirada a la mía – Ahora necesito que me digas que es lo que quieres a cambio de tu alma
- ¿Qué es lo que quiero? – le pregunte nerviosa. Él aun estaba cerca de mí.
- Si, ¿Qué es lo que quieres? – me preguntó.
- Yo… yo no lo sé – dije después de unos segundos de silencio.
- ¿No lo sabes? – me dijo algo sorprendido. Negué con la cabeza.
- No – le dije. Mordió sus labios y se alejo de mí. Casi llore cuando hizo eso. Solo con tenerlo cerca me siento… bien.
- Bueno, tienes una semana para pensarlo preciosa – me dijo. Lo mire algo sorprendida.
- ¿Una semana? – pregunte.
- Si, y si en una semana no sabes lo que quieres, me llevo tu alma igual. Sin nada a cambio – me dijo. Mi corazón se congelo.
- No, no puedes hacerme eso – le dije sin poder creerlo.
- Claro que puedo preciosa, soy el Diablo – me dijo. Se quito el saco y lo colgó por una de las sillas.
Ahora se podía notar con más perfección cada fibra fuerte de su cuerpo. Se desacomodó la corbata y desabotono los primeros botones de su camisa, dejándome a la vista un poco de su carne desnuda. Mordí mi labio inferior con fuerza. Juro que ya me podía imaginar saboreando su piel. Me miro y se miro a él mismo.
- ¿Quieres tocar un poco? – me preguntó. Me sorprendí ante su pregunta.
- No, no. Voy a cambiarme – le dije y entre a mi habitación. Me apoye contra la puerta cuando la cerré.
Dios mío, este hombre es demasiado! Sacudí un poco mi cabeza y me aleje de la puerta. Busque mi ropa de dormir. No sé si será apropiado ponerme mi camisón de seda con él aquí, pero no me importa. Me saque esa incomoda ropa de oficina y me puse mi camisón. Antes de poder detenerme a pensar salí de la habitación para dirigirme al baño. Sentí su caliente mirada sobre mí.
- Uuuuh, eso es lo que más me gusta de haberle dado de comer la manzana a Adam y Eva – me dijo. Me gire a verlo – La tentación vino con eso preciosa
- Eres demasiado hablador, ¿Sabias? – le dije y entre al baño. Sonrió y se puso de pie. Caminó hasta el baño donde estaba yo cepillando mis dientes. El se apoyo por el marco de la puerta.
- Lindas piernas, lindo trasero, linda boca, lindo cuerpo – dijo sin dejar de mirarme. Lo mire fijo – Linda, preciosa
- Gracias, eres muy considerado – le dije irónica. Rió por lo bajo.
- Y muy graciosa – me dijo y se acerco un poco más a mí. Me voltee para quedar frente a él.
- Aléjate – lo amenacé.
- Mmmm – dijo y volvió a pasar su lengua por sus labios – Eres tan amenazante, preciosa
Poso su mano por el costado de mi cintura y con un solo tirón me pego su fuerte cuerpo. Mis piernas temblaron levemente y su mirada miel me dejo sin habla. Su pelo estaba levemente desordenado, excitándome. Se inclino hacía mí y sentí el calor de su aliento contra mi cuello.
- Eres tan excitante, preciosa – me susurro al oído. Un escalofrió bajó por mi columna. Reprimí un gemido. Hasta su voz era excitante.
- Lo mismo digo – dije sin pensarlo.
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
omgggggggg
- Eres tan excitante, preciosa
- Lo mismo digo
concuerdo con _____ ahqueeeee! jajajjaa
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
me encantooo el capituloooooooo
- Eres tan excitante, preciosa
- Lo mismo digo
concuerdo con _____ ahqueeeee! jajajjaa
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
me encantooo el capituloooooooo
karencita_mb
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
aaawwwwww O_o
me muerooooo!!!!
por dios!!!
que poder de control que tiene esta chica!!! mira que si yo lo tengo taaan cerquita me le tiro encima!!!!!!!!!
venga a calmarnos un poco... jajajjajajajajajaja..... uuuuufffffff
por favor otro capitulo por que pica muuucho este final asi de calenchu!!!
bss vicky :bye:
me muerooooo!!!!
por dios!!!
que poder de control que tiene esta chica!!! mira que si yo lo tengo taaan cerquita me le tiro encima!!!!!!!!!
venga a calmarnos un poco... jajajjajajajajajaja..... uuuuufffffff
por favor otro capitulo por que pica muuucho este final asi de calenchu!!!
bss vicky :bye:
vicky19
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
Nueva y fiel lectora me encanto el cap enserio!
∞ Vale Payne 1D ∞
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
MARATON!!! 1/3
Capítulo 5:
Cerré los ojos cuando su lengua paso por el costado de mi mandíbula y termino en mi oreja. Gemí levemente. Bajo su mano por mi cadera hasta el borde de mi camisón. Comenzó a subirlo lentamente. Su mano estaba tan caliente que me estaba quemando. Gruñó en mi oído cuando pose mis manos en la cremallera de sus pantalones.
- Eres juguetona – me dijo mientras seguía mordisqueando mi cuello.
- Solo un poco – le dije y le baje el cierre. Se alejo un poco para mirarme a los ojos. Bajo sus manos hasta donde estaban las mías y las cubrió.
- No sabes las ganas que te tengo, pero no puedo hacerlo – me dijo y subió el cierre.
- ¿Qué? – le dije sin poder creerlo. Apretó los dientes.
- mier.da _______, no digas eso! – me dijo y se alejo un poco más. Lo mire algo confusa – Ya te dije que me vuelve loco tu ‘que’.
- ¿Me estás diciendo que no puedes hacerlo? – le pregunte. Maldito perro, ¿para qué me toco entonces?
- Tanto Dios, como yo no podemos tener relaciones carnales – me dijo. Abrí bien mi boca.
- ¿Me estás diciendo que nunca tuviste sexo? – le dije sin poder creerlo.
- Hace una eternidad que vivo y… no, nunca lo tuve – dijo y me miro bien – Pero no sabes las ganas que tengo de tenerlo ahora
- Eres el Diablo, ¿No se supone que tú haces lo que quieres? – dije y volví mi vista al espejo, para terminar de arreglarme.
- No todo es como piensan que es – dijo. Revolee los ojos y salí del baño. Él camino tras de mí.
- Quieres dormir, puedes dormir en el sillón. Quieres comer, hay algo en la heladera. Quieres mirar la tele, ahí está el control – le dije y entre a mi habitación.
Me acosté en mi cama, algo… enojada. No sé porque lo estoy, pero me molestó que haya hecho eso. Si no puede tener sexo, entonces que ni me mire. Es demasiada tentación, para ser virgen. ¿Cómo será tener relaciones sexuales con el Diablo? Y más si él es así de atractivo y poderoso. Comencé a girar entre mis sabanas, no podía dormir. Me puse de pie y abrí la ventana, para que corriera un poco de viento. Me volví a acostar y cerré mis ojos. ¿Qué es lo que quieres a cambio de tu alma _______? ¿Qué?
De repente sentí algo apoyarse contra mi espalda y una mano caliente se poso en mi vientre. Mi respiración se paralizo. Sentí piel desnuda apoyarse contra mi cuerpo. Rápidamente me gire, para encontrarlo en mi cama.
- ¿Qué estás haciendo? – le pregunte. Sonrió divertido.
- Hace frió preciosa – me dijo. Mire hacía la ventana y estaba nevando.
- ¿Ahora también puedes controlar el clima? – le dije y lo mire.
- Correcto – dijo.
Mis pechos se endurecieron al verlo sin camisa frente a mí. ¡Oh, Dios! Este hombre es perfecto. Cada parte de su cuerpo se contorneaba por firmes músculos. Carne fibrosa y dura. Mordí levemente mi labio inferior.
- ¿Puedes salir de mi cama? – le pregunte algo molesta y me aleje de él. Rió por lo bajo.
- Ya te lo dije, hace frió y no me gusta – me dijo y me abrazo por atrás de nuevo.
- Pues, lárgate – le dije y me aleje de sus fuertes brazos.
- Vamos preciosa, ¿estás enojada? – me pregunto, mientras pegaba más su cuerpo al mío.
Podía sentir su erección contra mi trasero. Eso me estaba volviendo totalmente loca. Me apretó más contra él. ¡Por Dios! Va a volverme loca, me gire entre sus brazos para quedar frente a él. Lo mire fijo a los ojos, él también lo hizo. Mire su boca, estaba semi abierta.
- ¿Puedes besar? – le pregunte. Sonrió levemente.
- No, no puedo – me dijo. Gruñí por lo bajo.
- ¿Nunca has besado a nadie? – le pregunte sin poder creerlo.
- No, nunca – dijo.
- Eres raro – le dije y saque mi mirada de él. Tomo mi mentón con su mano y levanto mi rostro, para que lo mirara.
- ¿Por qué? – me pregunto.
- Porque siempre pensé que el Diablo era vil y despiadado. Mentiroso, y muy, muy malo. No que era virginal y casto – le dije. Rió por lo bajo.
- Soy vil, soy malo, hasta despiadado. Pero me toca ser virginal y casto preciosa, lo lamento – me dijo. Lo mire fijo.
¿Qué pasa si lo besó? ¿Qué pasa si me atrevo a hacer eso que él no puede hacer? Baje mi mirada a su boca, su respiración era caliente, como mi cuerpo en este momento por él. Por lo menos solo tocarlo.
- Mentira, si puedo besar – dijo rápido y tomo mi boca desesperadamente.
Gemí levemente cuando su lengua se mezclo con la mía. ¡Oh por Dios! Su beso era tan exigente, nunca nadie me había besado así. Me tomo de la nuca e hizo más profundo aun. Giro y quede encima de él.
Su mano comenzó a pasar por mis muslos, subiendo a su paso el camisón. Mordió mi labio inferior y gemí otra vez por eso. Giro de nuevo y quedó encima de mí. Se alejó y me miro fijo.
- De verdad no podía besarte – me dijo agitado. Lo mire bien ¿Entonces porque lo había hecho?
- ¿Por qué? – le pregunte agitada también, mientras sentía el peso de su maravilloso cuerpo entre mis piernas.
- Porque soy el Diablo, no un hombre – me dijo.
- Es solo un beso, no dejaras de ser el Diablo por eso – le dije. Sonrió de costado y se acerco de nuevo a mi boca. Rozando sus labios con los míos.
- De verdad, eres la primera mujer a la que he besado – dijo. No puedo creerle al Diablo, eso es mentira.
- No hace falta que me mientas – dije reprimiendo un gemido, cuando sus manos pasaron por el costado de mi cintura. Aun rozaba mis labios.
- No puedo hacerlo contigo, pero puedo darte placer preciosa – dijo sobre mi boca.
Abrí un poco mis labios, esperando a los suyos. Lo primero que sentí fue su lengua, que pasó sobre mi boca, luego un exigente movimiento. Abrí mis ojos para observarlo, y él lo estaba haciendo. Su mirada miel intensa me quemó por dentro mientras me besaba. Como buena atrevida, tome su labio inferior y lo mordí levemente. Gruñó profundo e hizo más apasionado el beso…
Me desperté algo exaltada en mi cama.
- ¿Tuviste una pesadilla? – me preguntó. Estaba parado en el marco de la puerta de mi habitación. Lo mire bien
- ¿Qué… que haces ahí? – le pregunte algo confundida aun. Todo había sido un sueño.
- No me gusta que se enojen conmigo – dijo. Lo mire bien
- No sé de qué estás hablando, Liam – le dije. Sonrió de costado y se acerco a la cama.
- Te enojaste preciosa, te enojaste porque no puedo tener relaciones sexuales contigo – me dijo. Sentí mi garganta cercarse.
- Pero, por favor – le dije nerviosa - ¿Quién te dijo que yo quiero tener sexo contigo? – le pregunte. Me miro fijo.
- Tu cuerpo – me dijo.
- ¡Vete al Diablo! – le dije enojada. Rió con ganas.
- Vente conmigo – dijo sin dejar de reír. Lo mire furiosa.
- Mira Liam, si no te molesta quiero dormir. Mañana Richard estará insoportable en la oficina y no tengo ganas de soportarlo – dije. Arqueo una de sus cejas.
- Pues, no tenemos porque soportarlo – me dijo y chasqueo los dedos.
- ¿Qué hiciste? – le pregunte.
- Ya lo veraz preciosa, ya lo veraz – dijo sin dejar de sonreír seductoramente —
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
MARATON!! 2/3
Capítulo 6:
Lo mire bien y se puso de pie. Sonrió levemente y camino hasta la puerta. Mientras caminaba me percate de lo que tenía puesto. Llevaba puestos unos pantalones de dormir y una musculosa blanca.
- ¿Cuándo y cómo te cambiaste? – le pregunte. Se giro a verme.
- ¿Cuándo? Hace 5 minutos mientras tenías un sueño erótico conmigo y ¿Cómo? Como todo el mundo – me dijo. Sentí la sangre en mis mejillas. Puede saber mis sueños.
- No, no eso – dije nerviosa – Sino, que ¿Cómo, si no tenías ropa? – le dije.
De repente yo ya no tenía un camisón de seda negro, sino uno rojo. Rojo como el fuego. Me mire bien y luego lo mire a él. Sonrió de costado y me miro fijo haciendo que mi respiración se agitara.
- Eso responde a tu pregunta preciosa. Y te ves condenadamente bien con ese camisón rojo – me dijo. Mi cuerpo ardió de deseo por él.
- ¿Puedes irte? Quiero dormir – le dije y me volví a acostar. Sentí que se acercaba a mí de nuevo.
- Hasta mañana preciosa, que sueñes conmigo – me susurro al oído y besó mi frente.
Cuando sentí la puerta de mi habitación cerrarse, deje que toda esa tensión saliera de mi cuerpo. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué es lo que tengo que hacer? Debo estar loca. Sí, creo que estoy muy loca. El Diablo en mi casa, sensualmente provocador, condenadamente sensual. ¿Qué va a ser de mí? Solo deseo que esto sea un sueño...
1, 2, 3 desaparece. ¡Woou, esto sí que es divertido! Maldita sea, me pone de muy mala gana no poder hacer eso, cuando tengo unas ganas tremendas de hacerlo. Barba, creo que vamos a tener que discutir esa pequeña cuestión hermano. Deje en la mesa el muñequito con el que estaba jugando y me recosté en el sillón. Ahora ella debe estar pensando que es lo que quiere a cambio de su alma. Una excitante mujer está durmiendo en la habitación que está a mi lado. Una mujer extrovertida y audaz. Rachel diría que soy un pelele. Según ella, yo por ser el Diablo, ya tendría que tener un hijo. Como Dios. Una mujer a la cual mantener a mi lado por el resto de la eternidad. Como Dios. Rachel esta por así decirlo enamorada de un hombre llamado James, el cual también lo está de ella. Dice que ahora sabe porque las personas pueden llegar a morir por amor, es algo que se siente en medio del pecho y te hace sentir muy vulnerable. Algo que nunca me paso, porque no creo y no tengo ganas de enamorarme. Es muy cursi. Nunca estuve con una mujer, por el simple hecho de que nunca desee tanto a una. ______ _______ en este momento es lo que más deseo de este mundo.
¡Maldita sea! ¡Maldito tren! Me senté en mi cama, mientras escuchaba como las ruedas del tren hacían un horrible ruido contra las vías. Mire mi reloj de mesa. 7:30 a. m. La misma hora de siempre. Lentamente, mientras mi cuerpo iba despertando sus sentidos y movimientos, me destape. Mi camisón ¿era rojo? No… mi camisón era negro.
¡Liam!
Rápidamente me puse de pie y salí de la habitación. Lo busque con la mirada, pero no estaba. Tal vez si todo haya sido un sueño y yo realmente estoy loca. Hasta que de lejos empecé a escuchar el sonido de la ducha. Me acerque y con cuidado abrí la puerta. El agua caía excitantemente por su bien formado cuerpo. ¡Dios, eso era mucho mejor que en mis sueños! ¿Cómo sería tocarlo? ¿Será real? Giro dándome la espalda. Mi mirada se poso en el final de su espalda. Un raro tatuaje, de raros colores, se movía con cada pequeño movimiento de su cuerpo. ¡Es maravilloso! Mordí levemente mi labio inferior.
- Puedes pasar preciosa – me sobresalte ante su profunda voz. Aun me daba la espalda – Si quieres, puedes bañarte conmigo – salí rápidamente de allí.
Entre a mi habitación, algo agitada, y cerré bien la puerta. Nerviosa abrí mi closet y empecé a buscar ropa. Ropa, ropa ¡Maldita sea! ¿Qué co.ño es lo que voy a buscar aquí? Si mi ropa de trabajo está en el armario de la sala. Tocó 3 veces.
- ¿Si? – dije y seguí buscando algo que no iba a encontrar. La puerta se abrió.
- Hola preciosa, ¿Cómo has dormido? – me pregunto y entró por completo. Sin mirarlo, ya que no podía hacerlo, tome una toalla y salí de allí. Salió detrás de mí.
- Bien, ¿Y tú? – le pregunte nerviosa. Entre al baño.
- Excelente – dijo. Gire y cuando lo hice choque levemente contra su duro pecho. Su respiración choco contra mi rostro. Me miro fijo.
- Se hace tarde para el trabajo – dije y me aleje de él.
- No, ya no – dijo. Lo mire extrañada. El teléfono empezó a sonar. Lentamente me acerque a él.
- ¿Hola? – conteste.
- ¿Qué hace mi amiga? – dijo con voz chillona. Respire aliviada.
- Sea – dije y sonreí levemente - ¿Dónde estás? – le pregunte.
- Buen día, ¿Cómo has estado? Que yo sepa no dormí allí anoche – dijo. Reí por lo bajo.
- Buen día amiga, estoy bien ¿y tú?– le pregunte. Rió divertida.
- Bien, muy bien – dijo pícara. Con eso ya me di cuenta a que se refería.
- Estas con Jared - dije afirmándolo.
- Pues claro que si – me dijo y rió – Te manda saludos.
- Igual – dije divertida.
- Oh, antes de que me vaya de tema - dijo
- Como siempre – le dije. Se quejo – Bueno, ¿Qué pasa?
- Tenemos vacaciones – dijo. Mire a Liam y él me sonrió.
- ¿Qué? – le pregunte. Escuche un gruñido frustrado de mi amigo el Diablo. Lo volví a mirar y me hizo un gesto de molestia.
- Si, no sé que le pasó a Richard que le dieron vacaciones y nos dio vacaciones a todos – me dijo.
- ¿Me estás hablando enserio? – dije sin poder creerlo aun.
- Lo mejor de todo es que tenemos salario incluido. ¡Vacaciones pagadas _______! – dijo emocionada.
- Es grandioso – le dije emocionada también.
- Te lo dije – me dijo Liam. Sonreí por lo bajo.
- ¿Estas con alguien ______? – me pregunto Sea. Volví mi cabeza a la conversación.
- Mmmmmh, si – le dije después de unos segundos.
- ¿Con quién? – me pregunto cómplice.
- Alguien… – le dije como para no darle importancia.
- ¡Preciosa! ¡Apúrate cariño, el desayuno se enfría! – dijo fuerte. Me gire a verlo.
- ¡Esa es la voz de nuestro nuevo jefe en Administración, _______! – dijo sin poder creerlo mi amiga.
- Bueno, sí. Es él – dije y deje de mirarlo. Sea rió
- No puedo creerlo, ¿Y qué tal? ¿Es bueno? – me preguntó. Reí con ganas. Si ella supiera que no puede tener sexo. Creo que se muere.
- No lo sé. No me acosté con él – dije y le dedique una fija mirada. Sonrió divertido.
- ¿Cómo que no te acostaste con él? – Dijo como si eso fuera imposible – _______, ese hombre está que arde
- Lo sé, lo sé. Pero no pasó nada – le dije.
- Pues, aun no puedo creerlo – me dijo. Ambas reímos.
- Bueno amiga, gracias por la noticia. Voy a seguir durmiendo – dije. Sea aclaro su garganta.
- Si, claro. Como si fuera fácil dormir con un súper bombón en tu casa – me dijo. Reí divertida – Yo también voy a seguir durmiendo
- Sí, claro. Mientras tienes en la cama a un maniático del sexo – le dije. Soltó una carcajada.
- Le diré eso – dijo divertida – Adiós amiga, nos vemos luego
- Claro cariño, adiós – dije y colgué. Lentamente me gire a verlo.
- Hablan como cotorras – me dijo. Sonríe levemente.
- ¿Cómo hiciste eso? – le pregunte. Silbó haciéndose el tonto – Voy a bañarme
- ¿Necesitas ayuda? – me pregunto. Mis pasos se congelaron – Podría pasarte la esponja por la espalda
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
MARATON!! 3/3
Capítulo 7:
- No, gracias – le dije y entre al baño.
Suspire aliviada cuando cerré la puerta. Prendí el agua y espere que la bañadera se llenara. Ya que no tenía que ir a trabajar me daría un merecido baño de inversión. Me quite la ropa, ate mi pelo en un rodete y entre a la tibia agua. Mi cuerpo se relajo completamente. La espuma parecía entrar en los poros de mi piel. Cerré levemente mis ojos para relajarme por completo. Nada se oía a mí alrededor. Todo era calmo y silencioso. Mis sentidos se agudizaron. Sentí una gran mano pasar por mi nuca. Abrí rápidamente mis ojos y gire para encontrarme con su mirada miel.
- ¿Qué haces aquí? – le pregunte nerviosa.
- Déjame ayudarte, preciosa – me dijo con la voz ronca.
Tomo la esponja y comenzó a pasarla por mi hombro. Gire lentamente para que pudiera pasarla bien por mi espalda. Sentía el roce de sus fuertes dedos por mi piel. Era delicado y profesional. Era tan ardiente su contacto.
- ¿Una pregunta? – le dije luego de unos largos minutos.
- La que quieras – dijo sin dejar de pasar la esponja por mi espalda.
- ¿Puedes besar? – pregunte. Mi garganta se seco.
- Claro que sí, pero nunca lo he hecho. Es algo que no me gustaría compartir con cualquiera – dijo. Sin que me viera sonreí levemente.
Gire y quedamos muy cerca. Yo estaba totalmente desnuda. El agua y la espuma cubrían mi cuerpo. Su mirada se poso en mi boca. Mi respiración se agito un poco. Era tan bello. Nunca había conocido a un hombre tan hermoso como él. Mordí mi boca levemente sin dejar de mirar la suya. Una boca es llamativa. De labios perfectamente masculinos y finos. Parecían suaves y que estaban completamente llenos de deseo. Subí mi mirada a través de la de él. Esa mirada miel claro que parecían prometer el paraíso mismo.
- ¿No se supone que el Diablo tiene cuernos y una cola larga y roja? – le pregunte. Soltó una carcajada, aun cerca de mi rostro.
- Ay preciosa, como me haces reír – dijo divertido y se puso de pie. Camino hasta la puerta – Cuando salgas te cuento todo lo que quieras saber. El desayuno está listo.
- De acuerdo – le dije. Liam salió y con él se llevo todo el fuego que había allí.
Luego de estar unos cuantos minutos dentro del agua, salí. Entre a mi habitación y me puse algo cómodo. Unos jeans y un top negro. Encima de eso una camisa sin mangas color turquesa. Salí de la habitación y el olor a medialunas lleno por completo mi cuerpo. Me acerque a la cocina y la mesada estaba bien puesta. De todo había allí. Tostadas, medialunas, rosquillas, tartas de fruta. Lo mire bien.
- No hace falta que pregunte como has hecho todo esto, ¿no? – le dije. Levanto la mirada y sonrió.
- Creo que no preciosa – me dijo. Me acerque hasta él y me senté – Lo siento si es mucho, pero me gusta comer bien
- No, está perfecto – dije y tome una tostada. Mi panza se quejo por eso.
- Mejor come una rosquilla, preciosa – dijo divertido y me la alcanzo. Reí por lo bajo y la tome.
- ¿Hay café? – le pregunte. Se dio vuelta y tomo un paquete. Starbucks - ¿Fuiste hasta ahí? – dije y tome el café.
- No, no hizo falta – me dijo. Negué divertida – Sobre tu pregunta en el baño. No, no tengo cuernos y tampoco tengo una cola larga y roja – reí con ganas.
- ¿Y qué tienes de especial? – le pregunte y tome un poco de café.
- Ya lo viste. Un lindo tatuaje en el final de mi espalda – la sangre se concentro en mis mejillas – Eso es el centro de todo mi poder – me dijo.
- ¿Por qué nunca has besado a nadie? – le dije. Dejo de tomar y me miro fijo.
- Casi siempre los que venden su alma son hombres o en su defecto mujeres pero de muy avanzada edad.
- Tú no eres muy joven que digamos – dije divertida. Rió por lo bajo.
- Una sola vez una chica de unos 18 años me vendió su alma por ser la modelo más famosa del mundo – dijo. Los celos me invadieron.
- ¿Te gustaba? – le pregunte.
- Era linda, muy linda. Pero era demasiado pequeña, no tenía experiencia en la vida y nada de eso. Una adolescente. Me dio pena llevarme su alma luego, pero un trato es un trato – dijo. Lo mire con odio.
- No contéstate mi pregunta – le dije. Me miro fijo – Te gustaba – dije casi afirmándolo.
- No preciosa, no me gustaba – dijo. Mis raros celos desaparecieron – Tú me gustas, y mucho.
- ¿Qué quieres hacer hoy? – le pregunte nerviosa.
- Hay muchas cosas que quiero hacer – me dijo. Y creo que entendí aquello.
- Que gracioso – dije irónica. Rió divertido.
- Y mira esto es muy raro para mí. Por lo general no tengo que esperar mucho tiempo para que me digan que es lo que quieren a cambio de su alma – me dijo. Lo mire bien.
- Lo siento – dije algo apenada.
- No tienes porque, me encanta estar contigo – lo mire bien de nuevo.
Terminamos el desayuno y juntos lavamos las cosas. Me siento muy rara, me siento muy distinta. Está ayer no era yo. No sé qué me pasa. No sé qué pasa por mi cabeza. Tengo miedo de algo que nunca sentí en mi corta vida. Algo que no tiene sentido, ni forma para mí. Algo aturdida salí de la cocina.
- ¿Qué pasa? – me preguntó. Esta vez no lo mire.
- Nada – dije por lo bajo. Se acerco a mí y maldije eso. Tomo mi rostro con una de sus manos y lo elevo para que lo mirara.
- ¿Quieres que lea en tus pensamientos? – me preguntó. Me sobresalte.
- No, no – le dije y me aleje de él – Ni se te ocurra hacer eso
- Entonces dime, ¿Qué te pasa? – dijo serio. Por primera vez desde que me lo encontré me causo miedo.
- Tengo miedo – dije mientras trato de inventarme algo.
- ¿Miedo? ¿De mí? – preguntó. Lo mire fijo. Estábamos, por suerte, bastante alejados.
- No, de mí – le dije. Frunzo el ceño - ¡Pero no importa! ¿Vamos?
- ¿A dónde? – dijo algo confundido.
- ¿Has ido alguna vez a una feria? – le pregunte.
- No, nunca – me dijo. Sonreí levemente.
- Entonces vamos a una – le dije risueña y tome mi bolso
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
amee la maratooon
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
karencita_mb
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
Maraton 1/5
Capítulo 8:
Lo mire de reojo mientras caminábamos por la feria. Él miraba extrañado y curioso. Parece un niño. Es tan tierno. Y al mismo tiempo tiene algo tan siniestro y excitante. Frunzo el ceño cuando vio a un gran grupo de niños jugando y corriendo. Lo mire divertida.
- ¿Pasa algo? – le pregunte. Se giro a verme.
- Si, nunca he estado con tanta gente en un mismo lugar – me dijo.
- Eres muy antisocial para ser el Diablo – le dije divertida.
- ¿A si? – me preguntó mirándome.
- Si – le dije sin dejar de reír. Él también lo hizo. Es tan devastador cuando sonríe.
- ¿Y qué haremos? – preguntó. Me gire a verlo.
- Jugaremos un poco – dije y tome su mano para arrastrarlo hasta uno de los juegos.
- Buen día, ¿Desean jugar? – nos preguntó el hombre del lugar.
- Si. Dos fichas, por favor – le dije. Me paso 6 pelotas.
Tenía que tirar la mayor cantidad posible de botellas, para ganar un oso. Mire a Liam, estaba bastante serio. Un poco más de lo normal. Parecía que algo le molestaba o dolía, no sé bien con exactitud. En un acto fallido me encontré colocando mi mano en su nuca. La arrastre hasta sus cabellos y acaricie su cuero cabelludo.
- ¿Qué sucede? – le pregunte. Corrió su mirada a la mía.
- Me gusta que acaricies mi pelo – me dijo. Deje de hacerlo y trague saliva.
- Déjame enseñarte como se hace esto Liam – le dije. Rió por lo bajo.
Tire la primera pelota y falle. Rió. Lance la segunda y volví a fallar. Volvió a reír. Tome la última que me quedaba. La tire. ¡mi.er.da, falle! Liam reía divertido, y pude notar como el hombre de la tienda también estaba tentado a reírse.
- Oh preciosa, no pensé en reírme tanto – dijo mientras refregaba sus ojos.
- Veamos si tú puedes hacerlo – le dije y me acerque a su oído – Señor Diablo.
Le di las otras tres pelotas. Se acerco más al estante. Lanzo la primera pelota. Varias botellas cayeron. Lo mire sorprendida. Lanzo la segunda y más botellas cayeron. Solo quedaba una botella. Se giro a verme.
- Así es como se hace, preciosa – me dijo y lanzo la pelota sin dejar de mirarme. La última botella cayó. Gire sorprendida ante el sonido de eso.
- Felicitaciones, ha ganado el premio mayor – le dijo el hombre. Le alcanzo un oso enorme y peludo. Era extremadamente lindo.
- Toma preciosa, para ti – me dijo y me lo dio. Tome el oso y lo mire a él.
- Es muy lindo – dije bobamente. La última vez que me habían regalado un oso tenía 14 años. Y era del tamaño de mi mano
- Como tú – dijo. Mordí levemente mi labio inferior.
- ¿Quieres comer algodón de azúcar? – le pregunte.
- No es de mi agrado – dijo. Lo mire divertida.
- Bueno, lo tendrá que ser – dije desafiante.
Seguimos caminando hasta encontrar un puesto de manzanas acarameladas, palomitas de maíz, caramelos, chupetines y algodones de azúcar. Compre el más grande y mullido de todos. Me acerque hasta él.
- Vamos, come un poco – le dije. Me miro bien.
- De verdad preciosa, no es de mi agrado – dijo sin dejar de mirar el colorido dulce que tenía en mis manos.
- ¿Lo has probado? – le pregunte. Me miro.
- No, pero algo que es rosa y se te pega en las manos como chicle no debe ser nada agradable – me dijo. Reí divertida.
- Oh vaya, eres peor que un niño. Pruébalo, juro que te gustara – dije.
Me miro sin estar muy seguro. Tomo un pequeño pedazo con la punta de los dedos. De verdad parecía un niño al cual estabas obligando a comer verduras. Lo levanto lentamente hasta su boca y lo comió con cierto asco. Yo solo lo miraba.
- ¿Y? – pregunte.
- Es asqueroso – dijo frunciendo el ceño.
- ¡No seas mentiroso! – le dije divertida.
- ¡Yo no miento! – dijo como si eso fuera lo más verdadero que hubiera dicho en su vida.
- Si claro, y yo soy Megan Fox – dije. Rió con ganas.
- Ay, preciosa eres tan graciosa – me dijo. Tome un poco de algodón y lo metí en mi boca.
- Y tú eres tan extraño – le dije.
Volvimos a caminar. Y sin darme cuenta las horas fueron pasando. La noche se hizo presente en Los Ángeles, fue tan rápido. Es tan extraño todo esto, es extraña la sensación de estar con él. Hay momentos en los que se me olvida y pienso que es un hombre normal, común y corriente. Pero cuando recuerdo que y quién es se me eriza la piel. Este hombre, que ni siquiera es un hombre, solo ha venido a mí con la intención de llevarse mi alma. Nada más que eso.
- ¿Tienes hambre? – me pregunto cuando llegamos al departamento. Lo mire.
- No, estoy que exploto – le dije. Se quito el saco y ese deseo ardiente hacía él me consumió.
- Y si. Si te la pasaste comiendo porquerías – dijo.
- ¡Ay, aja! ¿Ahora eres mi padre? – le pregunte.
- No, gracias a Dios – dijo. Lo golpee levemente en el brazo. El teléfono comenzó a sonar. Corrí hasta el.
- ¿Hola? – dije.
- Tiene un mensaje de voz, desea escucharlo – dijo la fría voz de la operadora. Fruncí el ceño – Para escuchar su mensaje marque 1.
- ______, soy Sea. Parece que no estás en casa, linda. ¿Dónde y con quien estarás? ¡Ay ya me lo imagino! Bueno, pero después me cuentas sobre eso. Solo llamo para decirte que esta noche tampoco voy a casa. Jared está más ardiente que nunca y no voy a dejarlo en estas condiciones solo. Nos vemos mañana cariño, te quiero.
Deje el teléfono y reí por lo bajo. De verdad está loca. Negando divertida con la cabeza volví hacía la sala. Mi querido invitado estaba sin camisa. Todo el aire salió de mi cuerpo. Mis piernas temblaron levemente. Ese pantalón negro se amoldaba bien a sus masculinas piernas y cada músculo de su estomago parecía estar hecho de roca y carne fibrosa. Mordí mi labio al imaginarlo sobre mí, su peso calentando mi cuerpo. Sus fuertes manos sosteniendo las mías mientras estábamos íntimamente unidos. Sacudí mi cabeza.
- Voy a tomar un poco de aire – le dije y salí de ahí antes de volverme loca.
Subí hasta el último piso de mi edificio. Entre a la abandonada terraza. Este lugar está más desierto que el desierto de Sahara. Mire hacia el cielo. Era azul oscuro y por la luz de la cuidad apenas se veían las estrellas. La luna estaba blanca y casi redonda. Una linda noche.
Ni frió, ni calor. Ni viento, ni humedad. Nada. Me senté en el suelo y saque un cigarrillo. No había fumado en todo el día, algo muy raro en mí. Ahora necesitaba uno con desesperación. Lo prendí. Aspire ese envenenado humo que lograba calmarme un grado. Suspire levemente y me puse de pie. Me acerque hasta las rejas de la terraza. La gente se veía pequeña, la cuidad ruidosa.
- Es tan misterioso todo, ¿Verdad? – me sobresalte ante su profunda voz en mi oído. Me gire a verlo. Estaba tan cerca que solo debía estirarme y podría besarlo.
- ¿Qué… que haces aquí? – le pregunte nerviosa. —
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
Maraton 2/5
Capítulo 9:
- ¿Por qué te fuiste así? – me pregunto.
- No, por nada. Solo necesitaba tomar un poco aire – le dije. Me miro fijo a los ojos. Sus ojos eran más oscuros y llamativos que horas atrás.
- ¿Has bailado alguna vez con el Diablo a la pálida luz de la luna? – me pregunto. Mi corazón se acelero.
- No – le dije despacio.
Se inclino hacía adelante y besó la punta de mi nariz suavemente. Cerré los ojos ante el dulce contacto. Luego bajó más su rostro y acaricio su nariz con la mía. Abrí mis ojos para encontrarme con los suyos muy cerca de los míos. ¡Oh Dios mío! Su boca estaba a dos centímetros de la mía. Mi respiración se agito. Se quedo ahí quieto, mirándome fijo. Su nariz contra la mía. Su respiración pesada caía sobre mis labios.
- ¿Bailas conmigo? – me dijo.
- No hay música – dije tratando de mantenerme de pie. Su mirada me estaba ahogando.
- Eso no es problema – me dijo.
Coloco una de sus manos en mi cintura. Desde lejos una suave melodía empezó a llegar a mis oídos. Pronto el lugar se lleno de música. Me acerco más a él. Coloque una de mis manos en un su hombro. Comenzamos a bailar. Su mirada estaba fija en la mía. Mis pies se movían al ritmo de los suyos.
- Eres tan hermosa – me susurro al oído. Mordí mi labio inferior.
- ¿Por qué me haces esto? – le pregunte invadida por las ganas de besarlo.
- Juro que no es mi intención – dijo.
Apoye mi cabeza sobre la parte posterior de su hombro. Suavemente se escuchaba el latir de su corazón. ¿El Diablo tiene corazón? Al parecer sí. Deje que la música, y el momento me llenaran por completa. Les juro que podría pasarme horas así con él. Cerré los ojos y deje que mis pies se movieran casi solos.
Se quedó dormida. Sin ningún problema la alcé en brazos y bajamos hasta su departamento. Esta situación ya me estaba cansando. ¿Qué voy a hacer con esto? Yo soy el Diablo, tampoco puedo seguir así. Entramos a la habitación y suavemente la apoye en la cama.
- No, no te vayas – me dijo con la voz dormida. La mire bien – Por favor, quédate conmigo.
Sin pensarlo demasiado me acosté a su lado. Ella se acomodó contra mí. Su bello rostro quedó sobre mi pecho. Tontamente me encontré colocando uno de mis brazos alrededor de ella. De verdad me siento un imbécil. Es solo una simple mujer ¿Qué tiene de especial?
- Tal vez, ella es – dijo una voz muy familiar para mis oídos. Levante la vista y busque con la mirada.
- ¿Rachel? – pregunte. De repente se apareció ante mí.
- Hola hermanito, ¿Cómo estás? – me preguntó.
- Rach – le dije asintiendo – Ya lo vez, mírame. Parezco un ******* humano – rió por lo bajo.
- Tranquilo, te ves bien – me dijo divertida.
- ¿Cómo están las cosas allí abajo? – dije al recordar mi casa y mis hermanos.
- Bien, por ahora puedo controlarlos. Con un potente grito, se quedan quietos.
- Pobres, me deben extrañar – le dije. Ella asintió levemente - ¿Qué te trae por aquí?
- Tú, Liam. Me tienes preocupada. Sabes que como toda hermana, tengo instintos. Y los míos están a punto de explotar. ¿Qué te sucede?
- No lo sé, Rach – le dije y mire hacía _____ que seguía durmiendo profundamente.
- Creo que el problema es lo que tienes sobre el pecho – me dijo mi hermana.
La mire bien. ¿A qué se refería con eso? Se acercó un poco más a la cama en donde me encontraba yo acostado con una mujer en mis brazos. Rachel clavó la mirada en _____, provocando que se moviera un poco.
- Ella es, hermanito – me dijo.
- ¿Eh? – le dije sin entender.
-¡Ay, aja! ¡No te hagas el tonto! Sabes de lo que estamos hablando. Ella es la persona que el destino ha puesto para tu camino.
- Jajaja, que graciosa eres – le dije, pero ella no rió. Mire a ______.
- No te rías del destino – me dijo.
- El destino es un pelele, no siempre sale todo como él dice – dije.
- La mayoría de las veces si – dijo ella.
Lentamente me fui alejando de ella, para no despertarla. La acomodé bien en la cama y la tape. Con Rachel salimos de la habitación, antes de despertarla. Mi hermana rió divertida al ver en donde estaba durmiendo.
- ¿Te resulta gracioso? – le pregunte algo molesto.
- Pues, lo siento. Pero si – me dijo y volvió a reír – Ay, ya hermanito. No te pongas de mal humor.
- Juro que me siento muy extraño, Rachel – le dije
- Lo sé, por eso vine – dijo ella.
- ¿Qué debo hacer? - pregunte. Ella se acerco a mí y se sentó a mi lado.
- Eres el Diablo. El ser más temido de todo el mundo. Eres malo, despiadado, vil y muy mentiroso. Pero aunque no puedas creerlo tienes algo bueno.
- Si, claro – dije irónico. Me miro fijo.
- ¿Acaso piensas que el yin-yan fue hecho por un loco que estaba ebrio? – me preguntó. Me gire a verla – Dentro de lo bueno, siempre hay algo malo. Dios no es perfecto hermano, te lo ha demostrado. Y aunque todo el mundo crea que si, no es así. Y dentro de lo malo, siempre hay algo bueno.
- ¿Qué es? – le pregunte confundido.
- Busca dentro de ti, busca que ya lo vas a encontrar – dijo y se puso de pie – Solo sigue a tu… no tan usado, corazón.
Desapareció. Me dejo, aquí, con una extraña sensación dentro. La duda. Nunca tuve duda en mi vida. Siempre fui seguro de mi mismo, de mis acciones. Nunca sentí nada por nadie. Ni lastima, ni admiración, ni amor. Bueno, tal vez cariño por mi hermana y un poco de aprecio por mis hermanos. Eso es algo bueno. Creo. Me puse de pie y camine hasta la habitación. Ella dormía profundamente. Guiado por lo que Rachel llama, mi corazón, me acerque a la cama y me acosté junto a ella. Se movió un poco y me abrazo contra ella. Su aroma inundo mis sentidos. Cerrando los ojos, vi pasar frente a mí la soledad de mi eternidad.
Miika_Directioner
Re: ~Un pacto con el Diablo~(Liam Payne Y Tu)
Marton 3/5
Capítulo 10:
Comencé a moverme lentamente. Apreté los ojos al sentir la claridad de la luz sobre ellos. Mi cuerpo aun estaba dormido. Sin abrir, aun, los ojos moví mis piernas y lo que sentí me dejo inmóvil. Alguien estaba en la cama conmigo. Lentamente comencé a girar, para encontrarme a un ángel a mi lado. O eso parecía. Dormía, dormía profundamente. Lo mire bien. Cada poro de su rostro, parecía estar descansado. Sus dorados cabellos, estaban levemente desordenados. Sentí un impulso por acomodarlos. Y cuando al fin todo mi cuerpo despertó, recordé que anoche estaba bailando con él y ahora estaba aquí, durmiendo con él. Lentamente me puse de pie, no quería despertarlo se veía tan lindo así. Con cuidado salí de la habitación. Me duche, rápido y salí. Volví a entrar a la habitación y él seguía durmiendo. Ahora ocupaba casi toda la cama. Lo mire bien. Había algo distinto en él hoy. No lo sé bien. Tome mi ropa y salí de ahí para cambiarme. Cuando termine comencé a hacer el desayuno. Desde lejos escuche el sonido de las llaves. Ella entró.
- ¡Buen día! – dijo elevando la voz.
- ¡Shh! – le dije desde la cocina. Ella entró y me miro.
- ¡Hola! ¿Qué tal? Hace como dos o tres días que no te veo – me dijo. Se acercó a mí y me saludo.
- ¡Baja la voz! – le dije en voz baja. Me miro bien - ¿Cómo has estado?
- Ay, ni te imaginas. Nunca he estado mejor en mi vida – dijo y ambas salimos de la cocina, para sentarnos en la sala.
- Ya me imagino, como debe haber quedado el pobre de Jared – dije divertida. Rió por lo bajo.
- Creo que por una semana no podrá moverse.
- ¡Sea! – dije divertida y ambas reímos.
Él salió de la habitación. Ambas nos volteamos a verlo. La mandíbula de Sea cayó al suelo al verlo, parado allí. Él me miro bien y luego miro a mi amiga. Liam solo traía puestos unos calzoncillos y una musculosa blanca que se apretaba bien a su cuerpo.
- Hola – saludó con voz rasposa, supuse que se acababa de despertar.
- Ho… hola – le dijo Sea. Él me miro a mí.
- Preciosa, ¿Puedes venir un segundo? – me preguntó.
- Claro – dije y me puse de pie.
Camine hasta la habitación y entramos. Cerré la puerta y me gire a verlo. Cuando lo hice algo sintió romperse dentro de mí. Como dije antes, mientras él dormía se veía distinto. Y si que lo estaba. Sus ojos eran más claros, mucho más claros. Asombrosamente llamativos. Mire el color de su pelo y era también más claro del que recuerdo. Y ahora que lo miraba mejor, no tenía esa apariencia siniestra de siempre.
- ¿Qué… qué sucede? – le pregunte.
- Hice un trato con Dios – me dijo. Lo mire extrañada.
- ¿Qué cosa?
- ¿Me ves distinto? – me preguntó.
- Un poco – le dije.
- Tengo cinco días para probarle que hay algo bueno en mí – dijo y camino hacia la ventana – Por ahora él tiene la mitad de mis poderes, por eso he dormido. Casi nunca duerno, ya que no es necesario.
- ¿Y? – dije intrigada.
- Si no logro demostrarle que hay algo bueno en mí, nunca más podré salir del infierno. A lo que me refiero es que viviré allí abajo, por siempre.
Lo mire aterrada. ¡Eso no podía ser así! Algo debíamos de hacer. Él no podía quedarse allí para el resto de la eternidad. ¿Qué haría yo? Mi cuerpo se congelo al escuchar mis pensamientos. ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué me preocupa tanto que no pueda salir nunca más?
- Tranquilo, encontraremos algo bueno en ti – le dije.
- ¿Vas a ayudarme? – me preguntó.
- Claro que si – le dije y sonreí levemente. Él también lo hizo – Ahora, cámbiate que esta Sea ahí afuera.
- No puedo cambiarme – me dijo y me gire a verlo.
- ¿Por qué? – le pregunte.
- Él se llevo algunos de mis poderes, y uno de esos era el de poder vestirme chasqueando mis dedos.
- ¿Me estas queriendo decir que no tienes otra ropa de la que tienes puesta? – dije sin poder creerlo. Liam asintió – Esto no podía ser peor.
- Lo sé – dijo divertido.
- Bueno, quédate aquí. Salgo, despacho a Sea y vemos que hacemos – le dije y salí de la habitación.
Mi rubia amiga se acercó a mí rápidamente, me tomo del brazo y me jalo hasta la cocina. La mire extrañada, estaba realmente perturbada.
- Juro que casi entro a buscarte, pensé que estabas teniendo sexo con él. Pero luego dije que no era posible, porque no se escuchaba nada – me dijo nerviosa. Reí divertida.
- Ya te dije que no pasó nada con él – dije divertida. Me miro bien.
- ¡Claro, ______! ¡Y yo soy Madonna! – me dijo irónica. Camine hasta la sala.
- Juro que te estoy diciendo la verdad – le dije. Me miro sin poder creerlo.
- Pero… pero él estaba en calzoncillos – dijo y miro hacía la puerta – Además te llamó preciosa.
- Que hayamos dormido en la misma cama, no significa que hayamos tenido sexo amiga mía – dije y me senté en el sillón – Y que me diga así, tampoco.
- _______, ¿Qué pasa contigo? ¿Acaso estas ciega o qué? Ese hombre está que arde y tú ¿no le has tocado un pelo? – me preguntó.
- No, no es eso – dije. Ella me miro bien – No te asustes, pero…
- Pero, ¿Qué? – dijo algo ansiosa.
- Yo…
- ¿Tú, que? – dijo más nerviosa que antes.
- No lo quiero solo para una noche – le dije lo más bajo que pude para que el que estaba en la habitación no escuchara. Mi amiga abrió la boca.
- ¿Estas enamorada?
- No… no lo sé, Sea. Pero con él es distinto que con los demás – dije y me puse de pie. Ella también lo hizo.
- Ya era hora, amiga – me dijo algo emocionada y me abrazó. Le respondí el gesto.
Pero mientras descubría ese sentimiento dentro de mí me di cuenta de algo. Estoy enamorada de alguien que ni siquiera es humano. Alguien que nunca sintió amor en su vida, alguien que es vil y no perdona el alma de nadie. Estoy enamorada del Diablo, perdidamente enamorada de él.
Miika_Directioner
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