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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
ssisisiisissisiss yupii
#Fire Rouge..*
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
MARATON :lol!: :lol!: :lol!:
CAPÍTULO TRECE
No fue Nick quien le trajo a _________ las ropas después. Él la había enviado con Aimee, quien tenía un sarcástico humor, pero si él quería ser un cobarde después de haberla encerrado, que así fuera. Además, le gustaba Aimee que tenía un picante sentido del humor y aguda inteligencia.
Esto también le daba tiempo para planear una venganza sobre el alto Gótico que la irritaba hasta la distracción.
Sin nada mejor que hacer, _________ se dio una ducha en el pequeño cuarto de baño, cuidando de no mojarse las suturas. Estaba extremadamente cansada de estar descansando en cama. No entendía como podía sentirse tan bien dado lo que le había sucedido. Honestamente estaba un poco dolorida del casi fatal desenlace.
Era tan extraño.
No queriendo estar a solas donde los pensamientos de Dimitri y la preocupación por su equipo la hicieran lastimarse, dejó la habitación y se dirigió al área del bar, buscando distracción. Cuando salió, Justina y Katherine se levantaron de una pequeña mesa redonda donde habían estado sentadas… Justina mirando hacia la puerta de _________ y Katherine escaneando el bar a su alrededor de ellas.
No sabía dónde estaban las otras sacerdotisas, pero el hecho de que esas dos estuvieran allí la hizo arquear una ceja.
—¿Qué estáis haciendo? —les preguntó, curiosa acerca de su nerviosa vigilancia.
Katherine apartó la mirada avergonzada.
—Estamos vigilándote para asegurarnos que nadie te molesta.
Bueno, al menos el hombre no las había mantenido encerradas en la habitación. Debería estar agradecida por algo de libertad.
—¿Órdenes de Nick?
Justina sonrió.
Finalmente encontré a alguien que es incluso más mandón que tú. ¿Quién sabe? Por no mencionar que él es mucho más fiero.
Ja, Ja, pensó _________ sarcásticamente. Ella no encontraba eso particularmente divertido… más aún, porque ella estaba recibiendo el final de su mangoneo.
—¿Dónde está?
Probablemente fuera acechando a la pelirroja o a alguna otra mujer.
Katherine indicó por encima del pasamano que bajaba a la zona del almacén. _________ bajó la mirada, entonces jadeó cuando vio al hombre de regreso en el escenario en el cual no habían puesto un foco sobre él. No había error en el gigante vestido de negro que tocaba una guitarra negra adornada con llamas rojas.
Justina se unió a ellas en el pasamano.
—El guitarrista de la banda se pilló dos dedos justo antes que se supone que tocarían, así que le rogaron a Nick que lo sustituyera.
_________ se quedó absolutamente atónita cuando vio sus largos dedos volar sobre el cuello en perfectos acordes.
—Apártate.
Justina sonrió abiertamente.
—Yeah, lo sé, es impresionante, ¿No?
No, él daba bandazos pasando de lo impresionante e iba directo al reino del dios de la guitarra. Debido a que ella misma tocaba, podía apreciar fácilmente el talento que llevaba a hacer que pareciera y lo hiciera sonar sin tanto esfuerzo. No cometió ni un simple error.
Y cuando rompió en un agudo Solo rivalizado por Hendrix, Rhodes o Van Halen, el público se volvió loco.
Antes de que _________ se diese cuenta de lo que estaba haciendo, se dirigió bajando las escaleras para verle tocar desde cerca.
Nick normalmente no miraba al público esas pocas veces que había tocado con los Howlers… lo cual era sólo durante las sesiones de prueba o cuando el bar estaba cerrado a cualquier cosa no sobrenatural, pero por alguna razón sintió una poco característica compulsión a hacerlo ahora.
Él vio inmediatamente a _________ al frente con Justina y Katherine detrás de ella.
El tiempo pareció detenerse cuando se encontró aquellos preciosos ojos marrones que siempre parecían mirar a través de él, directamente a su alma. Mientras se quedaba ante ella, se olvidó de todo, especialmente cuando finalmente oyó sus pensamientos acerca de aquellas personas que lo rodeaban.
¿Por qué vives en las sombras alejado de todo el mundo? Deberías salir al frente y brillar con ese talento. Nunca he oído un mejor guitarrista. ¿Cómo lo haces? ¿Naciste con una guitarra en las manos?
Ella lo miraba con respeto. Eres tan hermoso, Nicholas. Todo en ti. ¿Por qué te ocultas del mundo y de mí en particular? Yo jamás te lastimaría…
La sinceridad de aquellas palabras lo alcanzaron como nada lo había hecho antes. Pero más que ellas, eran otros vislumbres que finalmente tuvo de ella. Algunos de ellos nunca los habría supuesto. Su alma era tan hermosa. Su corazón increíblemente amable. Él solía tratar con aquellos que, al igual que él, estaban hastiados. Aquellos que sólo esperaban lo peor de otras personas y del mundo.
Pero ella no. Incluso ella veía el mal a su alrededor con una infantil esperanza.
Dioses, como quería tocar esa pureza. Sentir la mágica manera en la que ella veía lo mejor en las personas, incluso, aunque no se lo merecieran. Más que nada, quería verse a sí mismo de la manera que ella lo hacía. Ser la persona que ella pensaba que era, en vez del animal que él mismo sabía que era.
Sólo durante un minuto.
Ese tendría que ser el mayor regalo que nadie le había dado y ella ni siquiera se daba cuenta de que lo había hecho. Era sólo quién y qué era ella. Eso era lo que lo hacía perfecto.
Y quería devolverle el favor cuando terminaran el repertorio de Godsmack que estaban tocando. Él fue hacia el cantante de la banda, Angel Santiago, quien tenía el largo pelo marrón y una pícara sonrisa, y le susurró.
Angel sacudió la cabeza, riéndose.
—Por ti, tío, cualquier cosa. —Angel fue a donde estaban los otros, mientras Nick ajustaba el micrófono frente a él para acomodarlo a su altura.
Un instante después, Nick dio un respingo cuando un foco se volvió directamente sobre él. Él nunca había soportado ese tipo de atención y cada parte de él quería huir para esconderse.
Pero _________ tenía una estúpida fantasía y la parte de él que ella había tocado sin saberlo quería dársela.
La garganta seca por la vergüenza y el miedo, encontró su mirada.
—Esto es para _________.
El abrió con los acordes de “Save´ Me” de Nikelback. Al momento de hacerlo, quiso morir cuando se dio cuenta de lo malamente jodido que estaba… en público. El club estaba lleno de gente y animales en forma humana que sabían quién y lo que él era. Seres que matarían por saber quién era _________ y por qué él le dedicaba esa canción cuando jamás había hecho tal cosa.
Más que eso, debía haber enfadado a _________ por vincular su nombre al de él. Maldición. Lo sabía perfectamente. Nadie quería ser visto con él. Jamás.
¿Cuándo iba a aprender el más básico de los hechos? Las personas decentes no querían estar con él en público. Él era una vergüenza. Una abominación.
Pero ya era demasiado tarde. Todo lo que podía hacer era ver de pasar por esto y esperar que ella no hiciera pública su bofetada por el atrevimiento cuando esto terminara.
Soy un idiota.
_________ no podía respirar mientras oía la canción de Nick. Él tenía una voz asombrosa. Baja y profunda, esta la hacía temblar.
Buenos dioses del Olimpo…
Nunca antes había escuchado esa canción pero la letra era hermosa…
Las puertas del cielo no se abren para mí.
Con esas alas rotas estoy cayendo.
Y todo lo que veo eres tú.
Esas letras le trajeron lágrimas a los ojos. Durante toda su vida, había tenido la fantasía de que un guapo tío de una banda cantara para ella. Sabía lo que estúpido que era, pero allí estaba ahora Nick de entre todos los hombres cantando para ella.
Era tan irreal y tan maravilloso. Más que nada, la hacía querer llorar.
Y cuando la canción terminó, y los focos se apagaron. Nick dejó la guitarra sobre el stand de la batería y saltó bajando del escenario.
—Nos tomaremos veinte minutos de descanso —dijo el cantante principal.
_________ apenas lo oyó mientras Nick se acercaba lentamente a ella y por primera vez vio la vacilación en su poderoso andar. Inseguro, se detuvo ante ella.
Nick se encogió, temeroso de su reacción.
—Lo siento si yo… —él iba a decir avergonzarte, pero antes de que consiguiera terminar la frase, ella le quitó las gafas y lo agarró en el más fiero besos que jamás había conocido.
Todo a su alrededor retrocedió cuando los labios de ella prendieron fuego a todo su cuerpo. Este no era exigente o doloroso. Era un beso de compromiso. De cariño.
Uno que le hizo gruñir de necesidad cuando ella cubrió su cara con sus manos, arrastrándolas bajando por su cuerpo para sostenerle tan cerca de ella que la cabeza le giró con incredulidad.
Y en ese momento, todo lo que quiso era estar dentro de ella. Para tenerla sosteniéndole así mientras sin que hubiese nada entre ellos. Solo piel contra piel.
_________ no podía respirar cuando saboreó a Nicholas. Su cuerpo era tan increíblemente duro. No dudaba que no hubiese una simple molécula que no estuviese musculada y definida. Excepto por sus labios. Eran tan suaves como un susurro y sabían a puro poder masculino.
—Maldición, Nick, consigue una habitación.
Nick se tensó ante el sonido de la voz de Dev cuando el oso pasó junto a él. Pero todavía estaba incrédulo de que _________ lo hubiese agarrado de esa manera en público. Ninguna mujer había hecho algo así antes. Él siempre había estado relegado a las sombras… a lugares donde nadie podría verlos juntos.
CAPÍTULO TRECE
No fue Nick quien le trajo a _________ las ropas después. Él la había enviado con Aimee, quien tenía un sarcástico humor, pero si él quería ser un cobarde después de haberla encerrado, que así fuera. Además, le gustaba Aimee que tenía un picante sentido del humor y aguda inteligencia.
Esto también le daba tiempo para planear una venganza sobre el alto Gótico que la irritaba hasta la distracción.
Sin nada mejor que hacer, _________ se dio una ducha en el pequeño cuarto de baño, cuidando de no mojarse las suturas. Estaba extremadamente cansada de estar descansando en cama. No entendía como podía sentirse tan bien dado lo que le había sucedido. Honestamente estaba un poco dolorida del casi fatal desenlace.
Era tan extraño.
No queriendo estar a solas donde los pensamientos de Dimitri y la preocupación por su equipo la hicieran lastimarse, dejó la habitación y se dirigió al área del bar, buscando distracción. Cuando salió, Justina y Katherine se levantaron de una pequeña mesa redonda donde habían estado sentadas… Justina mirando hacia la puerta de _________ y Katherine escaneando el bar a su alrededor de ellas.
No sabía dónde estaban las otras sacerdotisas, pero el hecho de que esas dos estuvieran allí la hizo arquear una ceja.
—¿Qué estáis haciendo? —les preguntó, curiosa acerca de su nerviosa vigilancia.
Katherine apartó la mirada avergonzada.
—Estamos vigilándote para asegurarnos que nadie te molesta.
Bueno, al menos el hombre no las había mantenido encerradas en la habitación. Debería estar agradecida por algo de libertad.
—¿Órdenes de Nick?
Justina sonrió.
Finalmente encontré a alguien que es incluso más mandón que tú. ¿Quién sabe? Por no mencionar que él es mucho más fiero.
Ja, Ja, pensó _________ sarcásticamente. Ella no encontraba eso particularmente divertido… más aún, porque ella estaba recibiendo el final de su mangoneo.
—¿Dónde está?
Probablemente fuera acechando a la pelirroja o a alguna otra mujer.
Katherine indicó por encima del pasamano que bajaba a la zona del almacén. _________ bajó la mirada, entonces jadeó cuando vio al hombre de regreso en el escenario en el cual no habían puesto un foco sobre él. No había error en el gigante vestido de negro que tocaba una guitarra negra adornada con llamas rojas.
Justina se unió a ellas en el pasamano.
—El guitarrista de la banda se pilló dos dedos justo antes que se supone que tocarían, así que le rogaron a Nick que lo sustituyera.
_________ se quedó absolutamente atónita cuando vio sus largos dedos volar sobre el cuello en perfectos acordes.
—Apártate.
Justina sonrió abiertamente.
—Yeah, lo sé, es impresionante, ¿No?
No, él daba bandazos pasando de lo impresionante e iba directo al reino del dios de la guitarra. Debido a que ella misma tocaba, podía apreciar fácilmente el talento que llevaba a hacer que pareciera y lo hiciera sonar sin tanto esfuerzo. No cometió ni un simple error.
Y cuando rompió en un agudo Solo rivalizado por Hendrix, Rhodes o Van Halen, el público se volvió loco.
Antes de que _________ se diese cuenta de lo que estaba haciendo, se dirigió bajando las escaleras para verle tocar desde cerca.
Nick normalmente no miraba al público esas pocas veces que había tocado con los Howlers… lo cual era sólo durante las sesiones de prueba o cuando el bar estaba cerrado a cualquier cosa no sobrenatural, pero por alguna razón sintió una poco característica compulsión a hacerlo ahora.
Él vio inmediatamente a _________ al frente con Justina y Katherine detrás de ella.
El tiempo pareció detenerse cuando se encontró aquellos preciosos ojos marrones que siempre parecían mirar a través de él, directamente a su alma. Mientras se quedaba ante ella, se olvidó de todo, especialmente cuando finalmente oyó sus pensamientos acerca de aquellas personas que lo rodeaban.
¿Por qué vives en las sombras alejado de todo el mundo? Deberías salir al frente y brillar con ese talento. Nunca he oído un mejor guitarrista. ¿Cómo lo haces? ¿Naciste con una guitarra en las manos?
Ella lo miraba con respeto. Eres tan hermoso, Nicholas. Todo en ti. ¿Por qué te ocultas del mundo y de mí en particular? Yo jamás te lastimaría…
La sinceridad de aquellas palabras lo alcanzaron como nada lo había hecho antes. Pero más que ellas, eran otros vislumbres que finalmente tuvo de ella. Algunos de ellos nunca los habría supuesto. Su alma era tan hermosa. Su corazón increíblemente amable. Él solía tratar con aquellos que, al igual que él, estaban hastiados. Aquellos que sólo esperaban lo peor de otras personas y del mundo.
Pero ella no. Incluso ella veía el mal a su alrededor con una infantil esperanza.
Dioses, como quería tocar esa pureza. Sentir la mágica manera en la que ella veía lo mejor en las personas, incluso, aunque no se lo merecieran. Más que nada, quería verse a sí mismo de la manera que ella lo hacía. Ser la persona que ella pensaba que era, en vez del animal que él mismo sabía que era.
Sólo durante un minuto.
Ese tendría que ser el mayor regalo que nadie le había dado y ella ni siquiera se daba cuenta de que lo había hecho. Era sólo quién y qué era ella. Eso era lo que lo hacía perfecto.
Y quería devolverle el favor cuando terminaran el repertorio de Godsmack que estaban tocando. Él fue hacia el cantante de la banda, Angel Santiago, quien tenía el largo pelo marrón y una pícara sonrisa, y le susurró.
Angel sacudió la cabeza, riéndose.
—Por ti, tío, cualquier cosa. —Angel fue a donde estaban los otros, mientras Nick ajustaba el micrófono frente a él para acomodarlo a su altura.
Un instante después, Nick dio un respingo cuando un foco se volvió directamente sobre él. Él nunca había soportado ese tipo de atención y cada parte de él quería huir para esconderse.
Pero _________ tenía una estúpida fantasía y la parte de él que ella había tocado sin saberlo quería dársela.
La garganta seca por la vergüenza y el miedo, encontró su mirada.
—Esto es para _________.
El abrió con los acordes de “Save´ Me” de Nikelback. Al momento de hacerlo, quiso morir cuando se dio cuenta de lo malamente jodido que estaba… en público. El club estaba lleno de gente y animales en forma humana que sabían quién y lo que él era. Seres que matarían por saber quién era _________ y por qué él le dedicaba esa canción cuando jamás había hecho tal cosa.
Más que eso, debía haber enfadado a _________ por vincular su nombre al de él. Maldición. Lo sabía perfectamente. Nadie quería ser visto con él. Jamás.
¿Cuándo iba a aprender el más básico de los hechos? Las personas decentes no querían estar con él en público. Él era una vergüenza. Una abominación.
Pero ya era demasiado tarde. Todo lo que podía hacer era ver de pasar por esto y esperar que ella no hiciera pública su bofetada por el atrevimiento cuando esto terminara.
Soy un idiota.
_________ no podía respirar mientras oía la canción de Nick. Él tenía una voz asombrosa. Baja y profunda, esta la hacía temblar.
Buenos dioses del Olimpo…
Nunca antes había escuchado esa canción pero la letra era hermosa…
Las puertas del cielo no se abren para mí.
Con esas alas rotas estoy cayendo.
Y todo lo que veo eres tú.
Esas letras le trajeron lágrimas a los ojos. Durante toda su vida, había tenido la fantasía de que un guapo tío de una banda cantara para ella. Sabía lo que estúpido que era, pero allí estaba ahora Nick de entre todos los hombres cantando para ella.
Era tan irreal y tan maravilloso. Más que nada, la hacía querer llorar.
Y cuando la canción terminó, y los focos se apagaron. Nick dejó la guitarra sobre el stand de la batería y saltó bajando del escenario.
—Nos tomaremos veinte minutos de descanso —dijo el cantante principal.
_________ apenas lo oyó mientras Nick se acercaba lentamente a ella y por primera vez vio la vacilación en su poderoso andar. Inseguro, se detuvo ante ella.
Nick se encogió, temeroso de su reacción.
—Lo siento si yo… —él iba a decir avergonzarte, pero antes de que consiguiera terminar la frase, ella le quitó las gafas y lo agarró en el más fiero besos que jamás había conocido.
Todo a su alrededor retrocedió cuando los labios de ella prendieron fuego a todo su cuerpo. Este no era exigente o doloroso. Era un beso de compromiso. De cariño.
Uno que le hizo gruñir de necesidad cuando ella cubrió su cara con sus manos, arrastrándolas bajando por su cuerpo para sostenerle tan cerca de ella que la cabeza le giró con incredulidad.
Y en ese momento, todo lo que quiso era estar dentro de ella. Para tenerla sosteniéndole así mientras sin que hubiese nada entre ellos. Solo piel contra piel.
_________ no podía respirar cuando saboreó a Nicholas. Su cuerpo era tan increíblemente duro. No dudaba que no hubiese una simple molécula que no estuviese musculada y definida. Excepto por sus labios. Eran tan suaves como un susurro y sabían a puro poder masculino.
—Maldición, Nick, consigue una habitación.
Nick se tensó ante el sonido de la voz de Dev cuando el oso pasó junto a él. Pero todavía estaba incrédulo de que _________ lo hubiese agarrado de esa manera en público. Ninguna mujer había hecho algo así antes. Él siempre había estado relegado a las sombras… a lugares donde nadie podría verlos juntos.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
YUPI!!! Qe bn! :P
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
El hecho de que ella lo hubiese besado abiertamente…
Era el cielo.
Mordiéndose el labio, _________ se apartó para ver su cara salpicada de rojo. Si era de rabia, esfuerzo o vergüenza, no podía decirlo con seguridad.
—Lo siento. Espero no haberte ofendido.
Nick sacudió la cabeza mientras tendía la mano a su mejilla. Tirando de ella contra él, enterró la cara en su pelo e inhaló la dulzura de su esencia, Era una esencia en la que quería bañarse hasta estar cubierto con cada pulgada de su piel y marcarle como suyo.
_________ cerró los ojos ante el más estrecho abrazo que jamás había tenido. Ella lo abrazó de regreso y lo sostuvo mientras la gente pasaba a su alrededor. Nunca había sido partidaria de las muestras de afecto en público, y aún así con él era diferente.
Nada parecía importar excepto estar con él aquí mismo y ahora.
Nick apretó los ojos cuando las crudas emociones lo atravesaron. Déjala ir. Empújala a un lado. Eso era la cosa más sensata que podía hacer. La más segura.
Pero no podía. Había vivido toda su vida para otras personas, intentando complacerlas y fallando con cada intento. Primero había sido su padre humano, después su tío. Los clientes que había tomado.
Y entonces Artemisa.
Nunca había sido lo bastante bueno para merecer su amor. Lo bastante bueno para que ellos le hicieran sentirse de la manera en que lo hacía _________. Para ella, él no era ni puta ni dios. Ninguna profecía o un tipo de vergüenza.
Sólo era un hombre.
Y ese hombre quería hacerle el amor.
No seas estúpido. No lo hagas. Sólo conseguirás herirte, Nick. Lo sabes bien.
Artemisa te hará sufrir hasta que ruegues por la muerte… y entonces te torturará incluso más.
Aún así cuando miraba en esos profundos ojos marrones que lo veían como un humano con sentimientos, estuvo perdido. Más que nada, estaba cansado de no tomar nada para si mismo. De sacrificarse por la felicidad de otras personas mientras él no tenía a nadie que lo hiciese sentir así de importante.
De repente anhelaba tener a alguien que lo sostuviera cerca y lo aliviara. ¿Sería eso tan egoísta?
Su resolución se volvió bajo el peso de la conciencia. Jodido si lo era.
Si tenía que pagar por eso después, lo haría. Había sufrido insoportablemente por mucho menos que _________. Y ella iba a curar cada cicatriz.
Dando un paso atrás, tomó su mano en la de ella y la condujo escaleras arriba y a su habitación. Él cerró la puerta, aislándolos de los sonidos y las personas de abajo, entonces se volvió a mirarla.
_________ no estaba preparada para la ferocidad de su beso cuando la presionó contra la pared. Había sido siempre tan reservado y frío que ella nunca había sospechado cuan sexy podría ser para él perder el control de esta manera.
El hecho de que ella fuera la única que lo conducía a esto, sólo la ponía más caliente. Sus labios la atormentaron cuando sus manos empezaron a desabotonarle la blusa. Ella tragó ante el calor golpeando a través de ella. Nunca antes había estado con un hombre.
Y apenas le conocía.
Y aún así se dio cuenta de que Pam tenía razón. Si no dormía con Nick, se arrepentiría de ello durante el resto de su vida. No había nada en él que la hiciera impaciente y calmada. Algo que tocaba su corazón de una manera que nadie lo había hecho antes.
Quería estar con él. Sostenerlo cerca y no dejarle ir jamás.
Nick se apartó de sus labios y abrió el último botón de su blusa. Sus pechos, cubiertos por encaje púrpura, eran pequeños e invitantes. Adorables y perfectos. Él continuaba esperando a que ella lo empujara a un lado y lo rechazara.
No lo hizo.
Respirando profundamente, alcanzó el broche dorado entre sus pechos. Sus miradas se encontraron y la cruda hambre allí prendió fuego en él cuando abrió el sujetador y liberó los pechos a su mirada. Ahuecó el derecho en su mano, asombrado de la suavidad de su piel cuando su tenso pezón acarició su palma. Muriéndose por saborearlo, hundió la cabeza para succionarla suavemente.
_________ jadeó cuando él revoloteó su lengua sobre el pezón. Con cada lametón, su estómago se contraía bruscamente. Su boca estaba tan caliente cuando succionaba y jugueteaba. Su respiración le quemaba la piel. Ella ahuecó su cabeza hacia ella, incapaz de creer cuando placer le daba.
Él se movió hacia el otro pecho mientras le desabrochaba los pantalones. _________ se sintió ya mojada.
—Tócame por favor. —rogó ella, muriéndose por algo que saciara el fuego en su interior.
Nick la complació cuando deslizó la mano bajo la cinturilla de sus braguitas. Dejó que el pequeño vello acariciara sus dedos mientras hundía su mano bajando furtivamente hasta que pudo deparar los tiernos pliegues de su cuerpo y correr su dedo bajando su hendidura.
Ella hizo un estrangulado lloriqueo de placer. Sonriendo con satisfacción, hundió la mano más abajo para dejar que su humedad cubriera sus dedos antes de mover la mano para masajearla.
_________ chilló cuando sintió su cuerpo explotando con placer. Nunca antes había tenido un orgasmo. Era crudo y era increíble e incluso un poco aterrador. Las palabras no podían describir lo que sentía. Ella se agarró a Nick cuando él continuó incrementando el éxtasis. Él se hundió de rodillas frente a ella.
Todavía temblorosa y húmeda, bajó la mirada para encontrar esa hambrienta mirada plateada. Él se estiró para bajarle los jeans por las piernas con un fiero intento que la dejó incluso aún más sin respiración. Ella deslizó una pierna y después la otra así de modo que quedó completamente desnuda de la cintura para abajo. Su camisa estaba abierta.
Nick no podía respirar cuando le echó un vistazo de esa manera. Era tan hermosa y todo lo que él quería era complacerla… tener sus manos sobre su cuerpo, sin lastimarlo o exigir su sumisión para hacerla sentirse más poderosa. Solo simplemente complacerle. Calmarlo. Se llevó su delicada mano a los labios de modo que pudiera saborear la punta de sus dedos. La esencia y su dulce sabor endurecían su pene hasta el punto de no poder hacer otra cosa que atacarla donde estaba. Pero quería saborearla lentamente.
La única cosa en el universo en la que sobresalía era en esto y quería que ella conociera la altura de sus habilidades.
Ella se estiró bajando a acariciarle el pelo de la nuca. Nick enterró la cara contra su muslo y mordisqueó la tierna piel allí mientras ella le acariciaba la mejilla.
—Por favor, no me tires del pelo —jadeó en un ronco susurro, sin querer que nada estropeara ese momento.
—Yo nunca te lastimaría, Nick.
Y eso era por lo que él se estaba arriesgando a la ira de una diosa para estar con ella. Por una vez en su vida, quería hacerle el amor a alguien que no le hiciera sentirse igual que la mierda por ello. Cubriendo su mano con la suya, giró la cara para que así pudiera besar su suave palma.
_________ estaba atónita por su ternura. Él le recordaba a un cervatillo cuando le succionaba los dedos. Y cuando él levantó la mirada para verla, ella vio el puro dolor y tormento en su interior. Su alma estaba tan desnuda como su cuerpo lo estaba para él.
Le lamió la palma en una sensual pasada antes de alcanzar a enterrar sus labios contra el centro de su cuerpo.
_________ lloriqueó cuando el placer la cegó. Se estiró por su pelo, sólo para contenerse a sí misma. En vez de eso, se aferró al pomo de la puerta con una mano y se mordió los nudillos de la otra.
Su cuerpo cobró vida propia mientras la lamía y jugueteaba con su lengua. Alzó sus manos para separar sus pliegues de modo de su lengua pudiera lamer y hurgar profundamente en su interior.
Nick gozó en el sabor de la parte más privada de su cuerpo. Los restos de su último orgasmo lo hacían hambriento del suyo propio, pero más que eso, hacía que quisiera oírla gritar su nombre.
Muriéndose por estar profundamente dentro de ella, deslizó su dedo en su interior, entonces se congeló cuando encontró lo último que se esperaba.
Se congeló interiormente.
—¿Eres virgen?
_________ frunció el ceño ante el veneno en su voz cuando escupió la palabra como si esta la disgustara.
—¿Eso es un problema?
Él se alejó de ella como si hubiera descubierto leprosa.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No pensé que importara.
Él le dedicó una fiera mirada que hizo que se cerrara la blusa
—Importa. ¡Maldita sea, mujer!
Ella se quedó completamente asombrada por su inesperada respuesta. ¿Por qué estaría tan enfadado por el hecho de que nunca hubiese estado con otro hombre?
—Pensé que a los hombres les gustaba tener vírgenes.
Nick se pasó la mano a través del pelo mientras luchaba para mantener su temperamento bajo control. Pero no era rabia lo que sentía. Había shock, culpa y un hambre por ella, tan profunda que no estaba seguro cómo podía contenerse con ella.
—Yo no soy la mayoría de los hombros. —Él recogió los jeans del suelo y se los tendió.
Ella jadeó ante él.
—¿Y qué es esto? ¿Vas a dejarme sólo porque nunca he estado con nadie?
—Eso es exactamente lo que voy a hacer. —intentó llegar a la puerta, pero ella se puso frente a esta mientras le miraba con su propia brillante furia.
—Oh el horror de esta situación, —dijo ella, su tono tan espeso con el sarcasmo que él necesitaría una motosierra para cortarla—. Que me dirías si bajo las escaleras y me lío con el primer hombre que vea, ¿Sería entonces lo bastante buena para ti?
Los celos lo atravesaron ante el mero pensamiento.
Ella entrecerró su mirada sospechosamente.
—Tampoco te gusta esa idea, ¿verdad?
Nick se quedó sin respiración cuando imágenes de ella con cualquier otro lo atravesaron. No, no la quería con nadie más, pero al mismo tiempo no quería ser el primero para ella. No quería lastimarla y honestamente, no quería que lo recordase o se arrepintiera de algo. Ella se merecía algo mejor que eso. Alguien mejor que él con quien acostarse.
—¿Cómo puedes ser virgen a tu edad?
—No tengo noventa años, Nicholas. Buena desgracia. Te lo dije, he tenido malas experiencias con los hombres. Cada vez que intentaba dormir con uno, sucedía algo. O alguien nos interrumpía o… en un caso el tío se cayó de la cama cuando se subió a ella y se rompió la clavícula.
Ella tomó su cabeza en las manos y lo obligó a mirarla.
—Yo quiero estar contigo, Nick. Sin ataduras. Sin compromisos. Soy una mujer adulta y no voy a acecharte. Solo quiero amarte durante un rato.
Esas palabras lo abrasaron y al mismo tiempo quiso maldecir por que le hacían imposible el alejarse de ella.
—No te mereces estar tendida en una habitación en un bar para tu primera vez.
—Y eso es justo aquí, porque yo quiero estar contigo. Tú eres el único hombre al que he conocido que pensaría en eso.
Porque él sabía lo que era ser despiadadamente violado y estar angustiado por ello. Por alguna razón, la primera vez se quedaba en la memoria de todo el mundo. Eso fue por lo que siempre se aseguró de tener especial cuidado con vírgenes y por que había sido tan bueno en lo que hacía. Nadie se merecía ser humillado de la manera en que él lo había sido. Llorar por el dolor de esto y que se burlaran mientras él rogaba piedad.
Deja tu maldito lloriqueo, puta. Esto terminará cuando yo acabe contigo. Él le había abofeteado con tanta fuerza con el dorso de la mano, que le había roto la nariz. Ahí tienes. Ese dolor apartará el otro de tu mente.
¿Por qué con todos los poderes que tenía no podía purgar sus propios recuerdos? ¿Por qué once mil años no eran suficientes para hacer que el dolor se desvaneciera?
Todo lo que quería era un momento libre de esos recuerdos. Un lugar a salvo donde nadie le recordara lo que le habían hecho. De lo que se había hecho a si mismo.
_________ frunció el ceño ante las sombras que vio en los ojos de Nick como si algún doloroso recuerdo lo torturase. Ella quería aliviar ese dolor más que nada. ¿Por qué no la dejaba?
—¿Nick?
Él alcanzó a bajar la mano sobre la cicatriz donde la habían operado.
—No deberías salir de la cama.
—No me duele. No lo entiendo, pero no me duele. Y no quiero volver a la cama sola. ¿Vas a hacer que te suplique?
Nick curvó los labios.
—Tú no suplicas por nada.
Ella le bajó la cabeza de modo que pudiera besarle.
Nick gruñó cuando ella removió en su interior un parte animal que le asustaba. Pero se negaba a admitirlo.
—No voy a tomarte igual que a una puta en el cuarto de atrás, _________. Deja que acabe de tocar con los Howlers.
Ella lo miró con sospecha.
—¿Entonces volverás?
La vacilación en sus ojos hizo que se doliera por él. Él dejó escapar un profundo suspiro antes de hablar.
—Volveré.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Ella le besó la punta de la nariz, esperando que él estuviese siendo honesto con ella.
—Voy a retenerte con eso.
Nick tragó. No tenía que hacerlo. Una vez hacía una promesa, estaba enlazado por las leyes del universo a verla cumplida o morir.
—Descansa hasta que yo vuelva. —la besó en profundidad.
_________ se derritió ante la sensación de su brazo alrededor de ella mientras le ahuecaba la mejilla con su otra mano y hacía estragos en su boca.
Él se echó atrás y dejó escapar otro profundo suspiro como si luchase por la fuerza para dejarla ir.
Ella le sonrió.
—No me hagas esperar demasiado.
Él asintió mientras la dejaba vestirse.
_________ se puso la ropa antes de salir otra vez para encontrar a Justina y Katherine de vuelta en las escaleras. El calor incendió sus mejillas hasta que recordó que esa habitación estaba completamente insonorizada.
—¿Me puedes dejar el teléfono móvil?
Justina lo sacó y se lo tendió.
Ella llamó a Pam.
—Hey, dulzura… no, estoy bien. Estoy en el Bar Santuario a la altura de Ursulines. ¿Alguna posibilidad de que os tenga a las dos aquí?
—Claro. Estaremos allí enseguida.
_________ colgó el teléfono y se lo devolvió a Justina.
—Sólo para vuestra información, voy a salir fuera unos minutos, volveré pronto.
La expresión de Katherine se volvió severa e inamovible.
—No vas a air a ningún lado sin nosotras. Tenemos órdenes estrictas de mantenerte a salvo a toda costa.
Nick… casi podría golpearle por esto, pero entonces otra vez esa parte protectora que adoraba de él era lo mejor. Al menos algunas veces.
Incapaz de lucha, _________ alzó las manos.
—Bien. Solo no se lo digáis a Nick. Saldremos a dar una vuelta y regresaremos antes de que él termine el próximo bloque.
Katherine no parecía convencida.
—No estoy tan segura de eso.
—Oh, vamos. Será a la vuelta de la esquina. Estaremos bien. Además la avanzadilla va por delante. Sabremos estar atentas.
Katherine todavía se resistía.
—Yo confío en ella —dijo Justina— Es testaruda, pero no estúpida. _________ no lo haría si pensase realmente que hay un problema.
Katherine finalmente cedió.
—De acuerdo. Así que, ¿A dónde vamos?
_________ sonrió abiertamente.
—Es una sorpresa.
El hecho de que ella lo hubiese besado abiertamente…
Era el cielo.
Mordiéndose el labio, _________ se apartó para ver su cara salpicada de rojo. Si era de rabia, esfuerzo o vergüenza, no podía decirlo con seguridad.
—Lo siento. Espero no haberte ofendido.
Nick sacudió la cabeza mientras tendía la mano a su mejilla. Tirando de ella contra él, enterró la cara en su pelo e inhaló la dulzura de su esencia, Era una esencia en la que quería bañarse hasta estar cubierto con cada pulgada de su piel y marcarle como suyo.
_________ cerró los ojos ante el más estrecho abrazo que jamás había tenido. Ella lo abrazó de regreso y lo sostuvo mientras la gente pasaba a su alrededor. Nunca había sido partidaria de las muestras de afecto en público, y aún así con él era diferente.
Nada parecía importar excepto estar con él aquí mismo y ahora.
Nick apretó los ojos cuando las crudas emociones lo atravesaron. Déjala ir. Empújala a un lado. Eso era la cosa más sensata que podía hacer. La más segura.
Pero no podía. Había vivido toda su vida para otras personas, intentando complacerlas y fallando con cada intento. Primero había sido su padre humano, después su tío. Los clientes que había tomado.
Y entonces Artemisa.
Nunca había sido lo bastante bueno para merecer su amor. Lo bastante bueno para que ellos le hicieran sentirse de la manera en que lo hacía _________. Para ella, él no era ni puta ni dios. Ninguna profecía o un tipo de vergüenza.
Sólo era un hombre.
Y ese hombre quería hacerle el amor.
No seas estúpido. No lo hagas. Sólo conseguirás herirte, Nick. Lo sabes bien.
Artemisa te hará sufrir hasta que ruegues por la muerte… y entonces te torturará incluso más.
Aún así cuando miraba en esos profundos ojos marrones que lo veían como un humano con sentimientos, estuvo perdido. Más que nada, estaba cansado de no tomar nada para si mismo. De sacrificarse por la felicidad de otras personas mientras él no tenía a nadie que lo hiciese sentir así de importante.
De repente anhelaba tener a alguien que lo sostuviera cerca y lo aliviara. ¿Sería eso tan egoísta?
Su resolución se volvió bajo el peso de la conciencia. Jodido si lo era.
Si tenía que pagar por eso después, lo haría. Había sufrido insoportablemente por mucho menos que _________. Y ella iba a curar cada cicatriz.
Dando un paso atrás, tomó su mano en la de ella y la condujo escaleras arriba y a su habitación. Él cerró la puerta, aislándolos de los sonidos y las personas de abajo, entonces se volvió a mirarla.
_________ no estaba preparada para la ferocidad de su beso cuando la presionó contra la pared. Había sido siempre tan reservado y frío que ella nunca había sospechado cuan sexy podría ser para él perder el control de esta manera.
El hecho de que ella fuera la única que lo conducía a esto, sólo la ponía más caliente. Sus labios la atormentaron cuando sus manos empezaron a desabotonarle la blusa. Ella tragó ante el calor golpeando a través de ella. Nunca antes había estado con un hombre.
Y apenas le conocía.
Y aún así se dio cuenta de que Pam tenía razón. Si no dormía con Nick, se arrepentiría de ello durante el resto de su vida. No había nada en él que la hiciera impaciente y calmada. Algo que tocaba su corazón de una manera que nadie lo había hecho antes.
Quería estar con él. Sostenerlo cerca y no dejarle ir jamás.
Nick se apartó de sus labios y abrió el último botón de su blusa. Sus pechos, cubiertos por encaje púrpura, eran pequeños e invitantes. Adorables y perfectos. Él continuaba esperando a que ella lo empujara a un lado y lo rechazara.
No lo hizo.
Respirando profundamente, alcanzó el broche dorado entre sus pechos. Sus miradas se encontraron y la cruda hambre allí prendió fuego en él cuando abrió el sujetador y liberó los pechos a su mirada. Ahuecó el derecho en su mano, asombrado de la suavidad de su piel cuando su tenso pezón acarició su palma. Muriéndose por saborearlo, hundió la cabeza para succionarla suavemente.
_________ jadeó cuando él revoloteó su lengua sobre el pezón. Con cada lametón, su estómago se contraía bruscamente. Su boca estaba tan caliente cuando succionaba y jugueteaba. Su respiración le quemaba la piel. Ella ahuecó su cabeza hacia ella, incapaz de creer cuando placer le daba.
Él se movió hacia el otro pecho mientras le desabrochaba los pantalones. _________ se sintió ya mojada.
—Tócame por favor. —rogó ella, muriéndose por algo que saciara el fuego en su interior.
Nick la complació cuando deslizó la mano bajo la cinturilla de sus braguitas. Dejó que el pequeño vello acariciara sus dedos mientras hundía su mano bajando furtivamente hasta que pudo deparar los tiernos pliegues de su cuerpo y correr su dedo bajando su hendidura.
Ella hizo un estrangulado lloriqueo de placer. Sonriendo con satisfacción, hundió la mano más abajo para dejar que su humedad cubriera sus dedos antes de mover la mano para masajearla.
_________ chilló cuando sintió su cuerpo explotando con placer. Nunca antes había tenido un orgasmo. Era crudo y era increíble e incluso un poco aterrador. Las palabras no podían describir lo que sentía. Ella se agarró a Nick cuando él continuó incrementando el éxtasis. Él se hundió de rodillas frente a ella.
Todavía temblorosa y húmeda, bajó la mirada para encontrar esa hambrienta mirada plateada. Él se estiró para bajarle los jeans por las piernas con un fiero intento que la dejó incluso aún más sin respiración. Ella deslizó una pierna y después la otra así de modo que quedó completamente desnuda de la cintura para abajo. Su camisa estaba abierta.
Nick no podía respirar cuando le echó un vistazo de esa manera. Era tan hermosa y todo lo que él quería era complacerla… tener sus manos sobre su cuerpo, sin lastimarlo o exigir su sumisión para hacerla sentirse más poderosa. Solo simplemente complacerle. Calmarlo. Se llevó su delicada mano a los labios de modo que pudiera saborear la punta de sus dedos. La esencia y su dulce sabor endurecían su pene hasta el punto de no poder hacer otra cosa que atacarla donde estaba. Pero quería saborearla lentamente.
La única cosa en el universo en la que sobresalía era en esto y quería que ella conociera la altura de sus habilidades.
Ella se estiró bajando a acariciarle el pelo de la nuca. Nick enterró la cara contra su muslo y mordisqueó la tierna piel allí mientras ella le acariciaba la mejilla.
—Por favor, no me tires del pelo —jadeó en un ronco susurro, sin querer que nada estropeara ese momento.
—Yo nunca te lastimaría, Nick.
Y eso era por lo que él se estaba arriesgando a la ira de una diosa para estar con ella. Por una vez en su vida, quería hacerle el amor a alguien que no le hiciera sentirse igual que la mierda por ello. Cubriendo su mano con la suya, giró la cara para que así pudiera besar su suave palma.
_________ estaba atónita por su ternura. Él le recordaba a un cervatillo cuando le succionaba los dedos. Y cuando él levantó la mirada para verla, ella vio el puro dolor y tormento en su interior. Su alma estaba tan desnuda como su cuerpo lo estaba para él.
Le lamió la palma en una sensual pasada antes de alcanzar a enterrar sus labios contra el centro de su cuerpo.
_________ lloriqueó cuando el placer la cegó. Se estiró por su pelo, sólo para contenerse a sí misma. En vez de eso, se aferró al pomo de la puerta con una mano y se mordió los nudillos de la otra.
Su cuerpo cobró vida propia mientras la lamía y jugueteaba con su lengua. Alzó sus manos para separar sus pliegues de modo de su lengua pudiera lamer y hurgar profundamente en su interior.
Nick gozó en el sabor de la parte más privada de su cuerpo. Los restos de su último orgasmo lo hacían hambriento del suyo propio, pero más que eso, hacía que quisiera oírla gritar su nombre.
Muriéndose por estar profundamente dentro de ella, deslizó su dedo en su interior, entonces se congeló cuando encontró lo último que se esperaba.
Se congeló interiormente.
—¿Eres virgen?
_________ frunció el ceño ante el veneno en su voz cuando escupió la palabra como si esta la disgustara.
—¿Eso es un problema?
Él se alejó de ella como si hubiera descubierto leprosa.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No pensé que importara.
Él le dedicó una fiera mirada que hizo que se cerrara la blusa
—Importa. ¡Maldita sea, mujer!
Ella se quedó completamente asombrada por su inesperada respuesta. ¿Por qué estaría tan enfadado por el hecho de que nunca hubiese estado con otro hombre?
—Pensé que a los hombres les gustaba tener vírgenes.
Nick se pasó la mano a través del pelo mientras luchaba para mantener su temperamento bajo control. Pero no era rabia lo que sentía. Había shock, culpa y un hambre por ella, tan profunda que no estaba seguro cómo podía contenerse con ella.
—Yo no soy la mayoría de los hombros. —Él recogió los jeans del suelo y se los tendió.
Ella jadeó ante él.
—¿Y qué es esto? ¿Vas a dejarme sólo porque nunca he estado con nadie?
—Eso es exactamente lo que voy a hacer. —intentó llegar a la puerta, pero ella se puso frente a esta mientras le miraba con su propia brillante furia.
—Oh el horror de esta situación, —dijo ella, su tono tan espeso con el sarcasmo que él necesitaría una motosierra para cortarla—. Que me dirías si bajo las escaleras y me lío con el primer hombre que vea, ¿Sería entonces lo bastante buena para ti?
Los celos lo atravesaron ante el mero pensamiento.
Ella entrecerró su mirada sospechosamente.
—Tampoco te gusta esa idea, ¿verdad?
Nick se quedó sin respiración cuando imágenes de ella con cualquier otro lo atravesaron. No, no la quería con nadie más, pero al mismo tiempo no quería ser el primero para ella. No quería lastimarla y honestamente, no quería que lo recordase o se arrepintiera de algo. Ella se merecía algo mejor que eso. Alguien mejor que él con quien acostarse.
—¿Cómo puedes ser virgen a tu edad?
—No tengo noventa años, Nicholas. Buena desgracia. Te lo dije, he tenido malas experiencias con los hombres. Cada vez que intentaba dormir con uno, sucedía algo. O alguien nos interrumpía o… en un caso el tío se cayó de la cama cuando se subió a ella y se rompió la clavícula.
Ella tomó su cabeza en las manos y lo obligó a mirarla.
—Yo quiero estar contigo, Nick. Sin ataduras. Sin compromisos. Soy una mujer adulta y no voy a acecharte. Solo quiero amarte durante un rato.
Esas palabras lo abrasaron y al mismo tiempo quiso maldecir por que le hacían imposible el alejarse de ella.
—No te mereces estar tendida en una habitación en un bar para tu primera vez.
—Y eso es justo aquí, porque yo quiero estar contigo. Tú eres el único hombre al que he conocido que pensaría en eso.
Porque él sabía lo que era ser despiadadamente violado y estar angustiado por ello. Por alguna razón, la primera vez se quedaba en la memoria de todo el mundo. Eso fue por lo que siempre se aseguró de tener especial cuidado con vírgenes y por que había sido tan bueno en lo que hacía. Nadie se merecía ser humillado de la manera en que él lo había sido. Llorar por el dolor de esto y que se burlaran mientras él rogaba piedad.
Deja tu maldito lloriqueo, puta. Esto terminará cuando yo acabe contigo. Él le había abofeteado con tanta fuerza con el dorso de la mano, que le había roto la nariz. Ahí tienes. Ese dolor apartará el otro de tu mente.
¿Por qué con todos los poderes que tenía no podía purgar sus propios recuerdos? ¿Por qué once mil años no eran suficientes para hacer que el dolor se desvaneciera?
Todo lo que quería era un momento libre de esos recuerdos. Un lugar a salvo donde nadie le recordara lo que le habían hecho. De lo que se había hecho a si mismo.
_________ frunció el ceño ante las sombras que vio en los ojos de Nick como si algún doloroso recuerdo lo torturase. Ella quería aliviar ese dolor más que nada. ¿Por qué no la dejaba?
—¿Nick?
Él alcanzó a bajar la mano sobre la cicatriz donde la habían operado.
—No deberías salir de la cama.
—No me duele. No lo entiendo, pero no me duele. Y no quiero volver a la cama sola. ¿Vas a hacer que te suplique?
Nick curvó los labios.
—Tú no suplicas por nada.
Ella le bajó la cabeza de modo que pudiera besarle.
Nick gruñó cuando ella removió en su interior un parte animal que le asustaba. Pero se negaba a admitirlo.
—No voy a tomarte igual que a una puta en el cuarto de atrás, _________. Deja que acabe de tocar con los Howlers.
Ella lo miró con sospecha.
—¿Entonces volverás?
La vacilación en sus ojos hizo que se doliera por él. Él dejó escapar un profundo suspiro antes de hablar.
—Volveré.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Ella le besó la punta de la nariz, esperando que él estuviese siendo honesto con ella.
—Voy a retenerte con eso.
Nick tragó. No tenía que hacerlo. Una vez hacía una promesa, estaba enlazado por las leyes del universo a verla cumplida o morir.
—Descansa hasta que yo vuelva. —la besó en profundidad.
_________ se derritió ante la sensación de su brazo alrededor de ella mientras le ahuecaba la mejilla con su otra mano y hacía estragos en su boca.
Él se echó atrás y dejó escapar otro profundo suspiro como si luchase por la fuerza para dejarla ir.
Ella le sonrió.
—No me hagas esperar demasiado.
Él asintió mientras la dejaba vestirse.
_________ se puso la ropa antes de salir otra vez para encontrar a Justina y Katherine de vuelta en las escaleras. El calor incendió sus mejillas hasta que recordó que esa habitación estaba completamente insonorizada.
—¿Me puedes dejar el teléfono móvil?
Justina lo sacó y se lo tendió.
Ella llamó a Pam.
—Hey, dulzura… no, estoy bien. Estoy en el Bar Santuario a la altura de Ursulines. ¿Alguna posibilidad de que os tenga a las dos aquí?
—Claro. Estaremos allí enseguida.
_________ colgó el teléfono y se lo devolvió a Justina.
—Sólo para vuestra información, voy a salir fuera unos minutos, volveré pronto.
La expresión de Katherine se volvió severa e inamovible.
—No vas a air a ningún lado sin nosotras. Tenemos órdenes estrictas de mantenerte a salvo a toda costa.
Nick… casi podría golpearle por esto, pero entonces otra vez esa parte protectora que adoraba de él era lo mejor. Al menos algunas veces.
Incapaz de lucha, _________ alzó las manos.
—Bien. Solo no se lo digáis a Nick. Saldremos a dar una vuelta y regresaremos antes de que él termine el próximo bloque.
Katherine no parecía convencida.
—No estoy tan segura de eso.
—Oh, vamos. Será a la vuelta de la esquina. Estaremos bien. Además la avanzadilla va por delante. Sabremos estar atentas.
Katherine todavía se resistía.
—Yo confío en ella —dijo Justina— Es testaruda, pero no estúpida. _________ no lo haría si pensase realmente que hay un problema.
Katherine finalmente cedió.
—De acuerdo. Así que, ¿A dónde vamos?
_________ sonrió abiertamente.
—Es una sorpresa.
Era el cielo.
Mordiéndose el labio, _________ se apartó para ver su cara salpicada de rojo. Si era de rabia, esfuerzo o vergüenza, no podía decirlo con seguridad.
—Lo siento. Espero no haberte ofendido.
Nick sacudió la cabeza mientras tendía la mano a su mejilla. Tirando de ella contra él, enterró la cara en su pelo e inhaló la dulzura de su esencia, Era una esencia en la que quería bañarse hasta estar cubierto con cada pulgada de su piel y marcarle como suyo.
_________ cerró los ojos ante el más estrecho abrazo que jamás había tenido. Ella lo abrazó de regreso y lo sostuvo mientras la gente pasaba a su alrededor. Nunca había sido partidaria de las muestras de afecto en público, y aún así con él era diferente.
Nada parecía importar excepto estar con él aquí mismo y ahora.
Nick apretó los ojos cuando las crudas emociones lo atravesaron. Déjala ir. Empújala a un lado. Eso era la cosa más sensata que podía hacer. La más segura.
Pero no podía. Había vivido toda su vida para otras personas, intentando complacerlas y fallando con cada intento. Primero había sido su padre humano, después su tío. Los clientes que había tomado.
Y entonces Artemisa.
Nunca había sido lo bastante bueno para merecer su amor. Lo bastante bueno para que ellos le hicieran sentirse de la manera en que lo hacía _________. Para ella, él no era ni puta ni dios. Ninguna profecía o un tipo de vergüenza.
Sólo era un hombre.
Y ese hombre quería hacerle el amor.
No seas estúpido. No lo hagas. Sólo conseguirás herirte, Nick. Lo sabes bien.
Artemisa te hará sufrir hasta que ruegues por la muerte… y entonces te torturará incluso más.
Aún así cuando miraba en esos profundos ojos marrones que lo veían como un humano con sentimientos, estuvo perdido. Más que nada, estaba cansado de no tomar nada para si mismo. De sacrificarse por la felicidad de otras personas mientras él no tenía a nadie que lo hiciese sentir así de importante.
De repente anhelaba tener a alguien que lo sostuviera cerca y lo aliviara. ¿Sería eso tan egoísta?
Su resolución se volvió bajo el peso de la conciencia. Jodido si lo era.
Si tenía que pagar por eso después, lo haría. Había sufrido insoportablemente por mucho menos que _________. Y ella iba a curar cada cicatriz.
Dando un paso atrás, tomó su mano en la de ella y la condujo escaleras arriba y a su habitación. Él cerró la puerta, aislándolos de los sonidos y las personas de abajo, entonces se volvió a mirarla.
_________ no estaba preparada para la ferocidad de su beso cuando la presionó contra la pared. Había sido siempre tan reservado y frío que ella nunca había sospechado cuan sexy podría ser para él perder el control de esta manera.
El hecho de que ella fuera la única que lo conducía a esto, sólo la ponía más caliente. Sus labios la atormentaron cuando sus manos empezaron a desabotonarle la blusa. Ella tragó ante el calor golpeando a través de ella. Nunca antes había estado con un hombre.
Y apenas le conocía.
Y aún así se dio cuenta de que Pam tenía razón. Si no dormía con Nick, se arrepentiría de ello durante el resto de su vida. No había nada en él que la hiciera impaciente y calmada. Algo que tocaba su corazón de una manera que nadie lo había hecho antes.
Quería estar con él. Sostenerlo cerca y no dejarle ir jamás.
Nick se apartó de sus labios y abrió el último botón de su blusa. Sus pechos, cubiertos por encaje púrpura, eran pequeños e invitantes. Adorables y perfectos. Él continuaba esperando a que ella lo empujara a un lado y lo rechazara.
No lo hizo.
Respirando profundamente, alcanzó el broche dorado entre sus pechos. Sus miradas se encontraron y la cruda hambre allí prendió fuego en él cuando abrió el sujetador y liberó los pechos a su mirada. Ahuecó el derecho en su mano, asombrado de la suavidad de su piel cuando su tenso pezón acarició su palma. Muriéndose por saborearlo, hundió la cabeza para succionarla suavemente.
_________ jadeó cuando él revoloteó su lengua sobre el pezón. Con cada lametón, su estómago se contraía bruscamente. Su boca estaba tan caliente cuando succionaba y jugueteaba. Su respiración le quemaba la piel. Ella ahuecó su cabeza hacia ella, incapaz de creer cuando placer le daba.
Él se movió hacia el otro pecho mientras le desabrochaba los pantalones. _________ se sintió ya mojada.
—Tócame por favor. —rogó ella, muriéndose por algo que saciara el fuego en su interior.
Nick la complació cuando deslizó la mano bajo la cinturilla de sus braguitas. Dejó que el pequeño vello acariciara sus dedos mientras hundía su mano bajando furtivamente hasta que pudo deparar los tiernos pliegues de su cuerpo y correr su dedo bajando su hendidura.
Ella hizo un estrangulado lloriqueo de placer. Sonriendo con satisfacción, hundió la mano más abajo para dejar que su humedad cubriera sus dedos antes de mover la mano para masajearla.
_________ chilló cuando sintió su cuerpo explotando con placer. Nunca antes había tenido un orgasmo. Era crudo y era increíble e incluso un poco aterrador. Las palabras no podían describir lo que sentía. Ella se agarró a Nick cuando él continuó incrementando el éxtasis. Él se hundió de rodillas frente a ella.
Todavía temblorosa y húmeda, bajó la mirada para encontrar esa hambrienta mirada plateada. Él se estiró para bajarle los jeans por las piernas con un fiero intento que la dejó incluso aún más sin respiración. Ella deslizó una pierna y después la otra así de modo que quedó completamente desnuda de la cintura para abajo. Su camisa estaba abierta.
Nick no podía respirar cuando le echó un vistazo de esa manera. Era tan hermosa y todo lo que él quería era complacerla… tener sus manos sobre su cuerpo, sin lastimarlo o exigir su sumisión para hacerla sentirse más poderosa. Solo simplemente complacerle. Calmarlo. Se llevó su delicada mano a los labios de modo que pudiera saborear la punta de sus dedos. La esencia y su dulce sabor endurecían su pene hasta el punto de no poder hacer otra cosa que atacarla donde estaba. Pero quería saborearla lentamente.
La única cosa en el universo en la que sobresalía era en esto y quería que ella conociera la altura de sus habilidades.
Ella se estiró bajando a acariciarle el pelo de la nuca. Nick enterró la cara contra su muslo y mordisqueó la tierna piel allí mientras ella le acariciaba la mejilla.
—Por favor, no me tires del pelo —jadeó en un ronco susurro, sin querer que nada estropeara ese momento.
—Yo nunca te lastimaría, Nick.
Y eso era por lo que él se estaba arriesgando a la ira de una diosa para estar con ella. Por una vez en su vida, quería hacerle el amor a alguien que no le hiciera sentirse igual que la mierda por ello. Cubriendo su mano con la suya, giró la cara para que así pudiera besar su suave palma.
_________ estaba atónita por su ternura. Él le recordaba a un cervatillo cuando le succionaba los dedos. Y cuando él levantó la mirada para verla, ella vio el puro dolor y tormento en su interior. Su alma estaba tan desnuda como su cuerpo lo estaba para él.
Le lamió la palma en una sensual pasada antes de alcanzar a enterrar sus labios contra el centro de su cuerpo.
_________ lloriqueó cuando el placer la cegó. Se estiró por su pelo, sólo para contenerse a sí misma. En vez de eso, se aferró al pomo de la puerta con una mano y se mordió los nudillos de la otra.
Su cuerpo cobró vida propia mientras la lamía y jugueteaba con su lengua. Alzó sus manos para separar sus pliegues de modo de su lengua pudiera lamer y hurgar profundamente en su interior.
Nick gozó en el sabor de la parte más privada de su cuerpo. Los restos de su último orgasmo lo hacían hambriento del suyo propio, pero más que eso, hacía que quisiera oírla gritar su nombre.
Muriéndose por estar profundamente dentro de ella, deslizó su dedo en su interior, entonces se congeló cuando encontró lo último que se esperaba.
Se congeló interiormente.
—¿Eres virgen?
_________ frunció el ceño ante el veneno en su voz cuando escupió la palabra como si esta la disgustara.
—¿Eso es un problema?
Él se alejó de ella como si hubiera descubierto leprosa.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No pensé que importara.
Él le dedicó una fiera mirada que hizo que se cerrara la blusa
—Importa. ¡Maldita sea, mujer!
Ella se quedó completamente asombrada por su inesperada respuesta. ¿Por qué estaría tan enfadado por el hecho de que nunca hubiese estado con otro hombre?
—Pensé que a los hombres les gustaba tener vírgenes.
Nick se pasó la mano a través del pelo mientras luchaba para mantener su temperamento bajo control. Pero no era rabia lo que sentía. Había shock, culpa y un hambre por ella, tan profunda que no estaba seguro cómo podía contenerse con ella.
—Yo no soy la mayoría de los hombros. —Él recogió los jeans del suelo y se los tendió.
Ella jadeó ante él.
—¿Y qué es esto? ¿Vas a dejarme sólo porque nunca he estado con nadie?
—Eso es exactamente lo que voy a hacer. —intentó llegar a la puerta, pero ella se puso frente a esta mientras le miraba con su propia brillante furia.
—Oh el horror de esta situación, —dijo ella, su tono tan espeso con el sarcasmo que él necesitaría una motosierra para cortarla—. Que me dirías si bajo las escaleras y me lío con el primer hombre que vea, ¿Sería entonces lo bastante buena para ti?
Los celos lo atravesaron ante el mero pensamiento.
Ella entrecerró su mirada sospechosamente.
—Tampoco te gusta esa idea, ¿verdad?
Nick se quedó sin respiración cuando imágenes de ella con cualquier otro lo atravesaron. No, no la quería con nadie más, pero al mismo tiempo no quería ser el primero para ella. No quería lastimarla y honestamente, no quería que lo recordase o se arrepintiera de algo. Ella se merecía algo mejor que eso. Alguien mejor que él con quien acostarse.
—¿Cómo puedes ser virgen a tu edad?
—No tengo noventa años, Nicholas. Buena desgracia. Te lo dije, he tenido malas experiencias con los hombres. Cada vez que intentaba dormir con uno, sucedía algo. O alguien nos interrumpía o… en un caso el tío se cayó de la cama cuando se subió a ella y se rompió la clavícula.
Ella tomó su cabeza en las manos y lo obligó a mirarla.
—Yo quiero estar contigo, Nick. Sin ataduras. Sin compromisos. Soy una mujer adulta y no voy a acecharte. Solo quiero amarte durante un rato.
Esas palabras lo abrasaron y al mismo tiempo quiso maldecir por que le hacían imposible el alejarse de ella.
—No te mereces estar tendida en una habitación en un bar para tu primera vez.
—Y eso es justo aquí, porque yo quiero estar contigo. Tú eres el único hombre al que he conocido que pensaría en eso.
Porque él sabía lo que era ser despiadadamente violado y estar angustiado por ello. Por alguna razón, la primera vez se quedaba en la memoria de todo el mundo. Eso fue por lo que siempre se aseguró de tener especial cuidado con vírgenes y por que había sido tan bueno en lo que hacía. Nadie se merecía ser humillado de la manera en que él lo había sido. Llorar por el dolor de esto y que se burlaran mientras él rogaba piedad.
Deja tu maldito lloriqueo, puta. Esto terminará cuando yo acabe contigo. Él le había abofeteado con tanta fuerza con el dorso de la mano, que le había roto la nariz. Ahí tienes. Ese dolor apartará el otro de tu mente.
¿Por qué con todos los poderes que tenía no podía purgar sus propios recuerdos? ¿Por qué once mil años no eran suficientes para hacer que el dolor se desvaneciera?
Todo lo que quería era un momento libre de esos recuerdos. Un lugar a salvo donde nadie le recordara lo que le habían hecho. De lo que se había hecho a si mismo.
_________ frunció el ceño ante las sombras que vio en los ojos de Nick como si algún doloroso recuerdo lo torturase. Ella quería aliviar ese dolor más que nada. ¿Por qué no la dejaba?
—¿Nick?
Él alcanzó a bajar la mano sobre la cicatriz donde la habían operado.
—No deberías salir de la cama.
—No me duele. No lo entiendo, pero no me duele. Y no quiero volver a la cama sola. ¿Vas a hacer que te suplique?
Nick curvó los labios.
—Tú no suplicas por nada.
Ella le bajó la cabeza de modo que pudiera besarle.
Nick gruñó cuando ella removió en su interior un parte animal que le asustaba. Pero se negaba a admitirlo.
—No voy a tomarte igual que a una puta en el cuarto de atrás, _________. Deja que acabe de tocar con los Howlers.
Ella lo miró con sospecha.
—¿Entonces volverás?
La vacilación en sus ojos hizo que se doliera por él. Él dejó escapar un profundo suspiro antes de hablar.
—Volveré.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Ella le besó la punta de la nariz, esperando que él estuviese siendo honesto con ella.
—Voy a retenerte con eso.
Nick tragó. No tenía que hacerlo. Una vez hacía una promesa, estaba enlazado por las leyes del universo a verla cumplida o morir.
—Descansa hasta que yo vuelva. —la besó en profundidad.
_________ se derritió ante la sensación de su brazo alrededor de ella mientras le ahuecaba la mejilla con su otra mano y hacía estragos en su boca.
Él se echó atrás y dejó escapar otro profundo suspiro como si luchase por la fuerza para dejarla ir.
Ella le sonrió.
—No me hagas esperar demasiado.
Él asintió mientras la dejaba vestirse.
_________ se puso la ropa antes de salir otra vez para encontrar a Justina y Katherine de vuelta en las escaleras. El calor incendió sus mejillas hasta que recordó que esa habitación estaba completamente insonorizada.
—¿Me puedes dejar el teléfono móvil?
Justina lo sacó y se lo tendió.
Ella llamó a Pam.
—Hey, dulzura… no, estoy bien. Estoy en el Bar Santuario a la altura de Ursulines. ¿Alguna posibilidad de que os tenga a las dos aquí?
—Claro. Estaremos allí enseguida.
_________ colgó el teléfono y se lo devolvió a Justina.
—Sólo para vuestra información, voy a salir fuera unos minutos, volveré pronto.
La expresión de Katherine se volvió severa e inamovible.
—No vas a air a ningún lado sin nosotras. Tenemos órdenes estrictas de mantenerte a salvo a toda costa.
Nick… casi podría golpearle por esto, pero entonces otra vez esa parte protectora que adoraba de él era lo mejor. Al menos algunas veces.
Incapaz de lucha, _________ alzó las manos.
—Bien. Solo no se lo digáis a Nick. Saldremos a dar una vuelta y regresaremos antes de que él termine el próximo bloque.
Katherine no parecía convencida.
—No estoy tan segura de eso.
—Oh, vamos. Será a la vuelta de la esquina. Estaremos bien. Además la avanzadilla va por delante. Sabremos estar atentas.
Katherine todavía se resistía.
—Yo confío en ella —dijo Justina— Es testaruda, pero no estúpida. _________ no lo haría si pensase realmente que hay un problema.
Katherine finalmente cedió.
—De acuerdo. Así que, ¿A dónde vamos?
_________ sonrió abiertamente.
—Es una sorpresa.
El hecho de que ella lo hubiese besado abiertamente…
Era el cielo.
Mordiéndose el labio, _________ se apartó para ver su cara salpicada de rojo. Si era de rabia, esfuerzo o vergüenza, no podía decirlo con seguridad.
—Lo siento. Espero no haberte ofendido.
Nick sacudió la cabeza mientras tendía la mano a su mejilla. Tirando de ella contra él, enterró la cara en su pelo e inhaló la dulzura de su esencia, Era una esencia en la que quería bañarse hasta estar cubierto con cada pulgada de su piel y marcarle como suyo.
_________ cerró los ojos ante el más estrecho abrazo que jamás había tenido. Ella lo abrazó de regreso y lo sostuvo mientras la gente pasaba a su alrededor. Nunca había sido partidaria de las muestras de afecto en público, y aún así con él era diferente.
Nada parecía importar excepto estar con él aquí mismo y ahora.
Nick apretó los ojos cuando las crudas emociones lo atravesaron. Déjala ir. Empújala a un lado. Eso era la cosa más sensata que podía hacer. La más segura.
Pero no podía. Había vivido toda su vida para otras personas, intentando complacerlas y fallando con cada intento. Primero había sido su padre humano, después su tío. Los clientes que había tomado.
Y entonces Artemisa.
Nunca había sido lo bastante bueno para merecer su amor. Lo bastante bueno para que ellos le hicieran sentirse de la manera en que lo hacía _________. Para ella, él no era ni puta ni dios. Ninguna profecía o un tipo de vergüenza.
Sólo era un hombre.
Y ese hombre quería hacerle el amor.
No seas estúpido. No lo hagas. Sólo conseguirás herirte, Nick. Lo sabes bien.
Artemisa te hará sufrir hasta que ruegues por la muerte… y entonces te torturará incluso más.
Aún así cuando miraba en esos profundos ojos marrones que lo veían como un humano con sentimientos, estuvo perdido. Más que nada, estaba cansado de no tomar nada para si mismo. De sacrificarse por la felicidad de otras personas mientras él no tenía a nadie que lo hiciese sentir así de importante.
De repente anhelaba tener a alguien que lo sostuviera cerca y lo aliviara. ¿Sería eso tan egoísta?
Su resolución se volvió bajo el peso de la conciencia. Jodido si lo era.
Si tenía que pagar por eso después, lo haría. Había sufrido insoportablemente por mucho menos que _________. Y ella iba a curar cada cicatriz.
Dando un paso atrás, tomó su mano en la de ella y la condujo escaleras arriba y a su habitación. Él cerró la puerta, aislándolos de los sonidos y las personas de abajo, entonces se volvió a mirarla.
_________ no estaba preparada para la ferocidad de su beso cuando la presionó contra la pared. Había sido siempre tan reservado y frío que ella nunca había sospechado cuan sexy podría ser para él perder el control de esta manera.
El hecho de que ella fuera la única que lo conducía a esto, sólo la ponía más caliente. Sus labios la atormentaron cuando sus manos empezaron a desabotonarle la blusa. Ella tragó ante el calor golpeando a través de ella. Nunca antes había estado con un hombre.
Y apenas le conocía.
Y aún así se dio cuenta de que Pam tenía razón. Si no dormía con Nick, se arrepentiría de ello durante el resto de su vida. No había nada en él que la hiciera impaciente y calmada. Algo que tocaba su corazón de una manera que nadie lo había hecho antes.
Quería estar con él. Sostenerlo cerca y no dejarle ir jamás.
Nick se apartó de sus labios y abrió el último botón de su blusa. Sus pechos, cubiertos por encaje púrpura, eran pequeños e invitantes. Adorables y perfectos. Él continuaba esperando a que ella lo empujara a un lado y lo rechazara.
No lo hizo.
Respirando profundamente, alcanzó el broche dorado entre sus pechos. Sus miradas se encontraron y la cruda hambre allí prendió fuego en él cuando abrió el sujetador y liberó los pechos a su mirada. Ahuecó el derecho en su mano, asombrado de la suavidad de su piel cuando su tenso pezón acarició su palma. Muriéndose por saborearlo, hundió la cabeza para succionarla suavemente.
_________ jadeó cuando él revoloteó su lengua sobre el pezón. Con cada lametón, su estómago se contraía bruscamente. Su boca estaba tan caliente cuando succionaba y jugueteaba. Su respiración le quemaba la piel. Ella ahuecó su cabeza hacia ella, incapaz de creer cuando placer le daba.
Él se movió hacia el otro pecho mientras le desabrochaba los pantalones. _________ se sintió ya mojada.
—Tócame por favor. —rogó ella, muriéndose por algo que saciara el fuego en su interior.
Nick la complació cuando deslizó la mano bajo la cinturilla de sus braguitas. Dejó que el pequeño vello acariciara sus dedos mientras hundía su mano bajando furtivamente hasta que pudo deparar los tiernos pliegues de su cuerpo y correr su dedo bajando su hendidura.
Ella hizo un estrangulado lloriqueo de placer. Sonriendo con satisfacción, hundió la mano más abajo para dejar que su humedad cubriera sus dedos antes de mover la mano para masajearla.
_________ chilló cuando sintió su cuerpo explotando con placer. Nunca antes había tenido un orgasmo. Era crudo y era increíble e incluso un poco aterrador. Las palabras no podían describir lo que sentía. Ella se agarró a Nick cuando él continuó incrementando el éxtasis. Él se hundió de rodillas frente a ella.
Todavía temblorosa y húmeda, bajó la mirada para encontrar esa hambrienta mirada plateada. Él se estiró para bajarle los jeans por las piernas con un fiero intento que la dejó incluso aún más sin respiración. Ella deslizó una pierna y después la otra así de modo que quedó completamente desnuda de la cintura para abajo. Su camisa estaba abierta.
Nick no podía respirar cuando le echó un vistazo de esa manera. Era tan hermosa y todo lo que él quería era complacerla… tener sus manos sobre su cuerpo, sin lastimarlo o exigir su sumisión para hacerla sentirse más poderosa. Solo simplemente complacerle. Calmarlo. Se llevó su delicada mano a los labios de modo que pudiera saborear la punta de sus dedos. La esencia y su dulce sabor endurecían su pene hasta el punto de no poder hacer otra cosa que atacarla donde estaba. Pero quería saborearla lentamente.
La única cosa en el universo en la que sobresalía era en esto y quería que ella conociera la altura de sus habilidades.
Ella se estiró bajando a acariciarle el pelo de la nuca. Nick enterró la cara contra su muslo y mordisqueó la tierna piel allí mientras ella le acariciaba la mejilla.
—Por favor, no me tires del pelo —jadeó en un ronco susurro, sin querer que nada estropeara ese momento.
—Yo nunca te lastimaría, Nick.
Y eso era por lo que él se estaba arriesgando a la ira de una diosa para estar con ella. Por una vez en su vida, quería hacerle el amor a alguien que no le hiciera sentirse igual que la mierda por ello. Cubriendo su mano con la suya, giró la cara para que así pudiera besar su suave palma.
_________ estaba atónita por su ternura. Él le recordaba a un cervatillo cuando le succionaba los dedos. Y cuando él levantó la mirada para verla, ella vio el puro dolor y tormento en su interior. Su alma estaba tan desnuda como su cuerpo lo estaba para él.
Le lamió la palma en una sensual pasada antes de alcanzar a enterrar sus labios contra el centro de su cuerpo.
_________ lloriqueó cuando el placer la cegó. Se estiró por su pelo, sólo para contenerse a sí misma. En vez de eso, se aferró al pomo de la puerta con una mano y se mordió los nudillos de la otra.
Su cuerpo cobró vida propia mientras la lamía y jugueteaba con su lengua. Alzó sus manos para separar sus pliegues de modo de su lengua pudiera lamer y hurgar profundamente en su interior.
Nick gozó en el sabor de la parte más privada de su cuerpo. Los restos de su último orgasmo lo hacían hambriento del suyo propio, pero más que eso, hacía que quisiera oírla gritar su nombre.
Muriéndose por estar profundamente dentro de ella, deslizó su dedo en su interior, entonces se congeló cuando encontró lo último que se esperaba.
Se congeló interiormente.
—¿Eres virgen?
_________ frunció el ceño ante el veneno en su voz cuando escupió la palabra como si esta la disgustara.
—¿Eso es un problema?
Él se alejó de ella como si hubiera descubierto leprosa.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—No pensé que importara.
Él le dedicó una fiera mirada que hizo que se cerrara la blusa
—Importa. ¡Maldita sea, mujer!
Ella se quedó completamente asombrada por su inesperada respuesta. ¿Por qué estaría tan enfadado por el hecho de que nunca hubiese estado con otro hombre?
—Pensé que a los hombres les gustaba tener vírgenes.
Nick se pasó la mano a través del pelo mientras luchaba para mantener su temperamento bajo control. Pero no era rabia lo que sentía. Había shock, culpa y un hambre por ella, tan profunda que no estaba seguro cómo podía contenerse con ella.
—Yo no soy la mayoría de los hombros. —Él recogió los jeans del suelo y se los tendió.
Ella jadeó ante él.
—¿Y qué es esto? ¿Vas a dejarme sólo porque nunca he estado con nadie?
—Eso es exactamente lo que voy a hacer. —intentó llegar a la puerta, pero ella se puso frente a esta mientras le miraba con su propia brillante furia.
—Oh el horror de esta situación, —dijo ella, su tono tan espeso con el sarcasmo que él necesitaría una motosierra para cortarla—. Que me dirías si bajo las escaleras y me lío con el primer hombre que vea, ¿Sería entonces lo bastante buena para ti?
Los celos lo atravesaron ante el mero pensamiento.
Ella entrecerró su mirada sospechosamente.
—Tampoco te gusta esa idea, ¿verdad?
Nick se quedó sin respiración cuando imágenes de ella con cualquier otro lo atravesaron. No, no la quería con nadie más, pero al mismo tiempo no quería ser el primero para ella. No quería lastimarla y honestamente, no quería que lo recordase o se arrepintiera de algo. Ella se merecía algo mejor que eso. Alguien mejor que él con quien acostarse.
—¿Cómo puedes ser virgen a tu edad?
—No tengo noventa años, Nicholas. Buena desgracia. Te lo dije, he tenido malas experiencias con los hombres. Cada vez que intentaba dormir con uno, sucedía algo. O alguien nos interrumpía o… en un caso el tío se cayó de la cama cuando se subió a ella y se rompió la clavícula.
Ella tomó su cabeza en las manos y lo obligó a mirarla.
—Yo quiero estar contigo, Nick. Sin ataduras. Sin compromisos. Soy una mujer adulta y no voy a acecharte. Solo quiero amarte durante un rato.
Esas palabras lo abrasaron y al mismo tiempo quiso maldecir por que le hacían imposible el alejarse de ella.
—No te mereces estar tendida en una habitación en un bar para tu primera vez.
—Y eso es justo aquí, porque yo quiero estar contigo. Tú eres el único hombre al que he conocido que pensaría en eso.
Porque él sabía lo que era ser despiadadamente violado y estar angustiado por ello. Por alguna razón, la primera vez se quedaba en la memoria de todo el mundo. Eso fue por lo que siempre se aseguró de tener especial cuidado con vírgenes y por que había sido tan bueno en lo que hacía. Nadie se merecía ser humillado de la manera en que él lo había sido. Llorar por el dolor de esto y que se burlaran mientras él rogaba piedad.
Deja tu maldito lloriqueo, puta. Esto terminará cuando yo acabe contigo. Él le había abofeteado con tanta fuerza con el dorso de la mano, que le había roto la nariz. Ahí tienes. Ese dolor apartará el otro de tu mente.
¿Por qué con todos los poderes que tenía no podía purgar sus propios recuerdos? ¿Por qué once mil años no eran suficientes para hacer que el dolor se desvaneciera?
Todo lo que quería era un momento libre de esos recuerdos. Un lugar a salvo donde nadie le recordara lo que le habían hecho. De lo que se había hecho a si mismo.
_________ frunció el ceño ante las sombras que vio en los ojos de Nick como si algún doloroso recuerdo lo torturase. Ella quería aliviar ese dolor más que nada. ¿Por qué no la dejaba?
—¿Nick?
Él alcanzó a bajar la mano sobre la cicatriz donde la habían operado.
—No deberías salir de la cama.
—No me duele. No lo entiendo, pero no me duele. Y no quiero volver a la cama sola. ¿Vas a hacer que te suplique?
Nick curvó los labios.
—Tú no suplicas por nada.
Ella le bajó la cabeza de modo que pudiera besarle.
Nick gruñó cuando ella removió en su interior un parte animal que le asustaba. Pero se negaba a admitirlo.
—No voy a tomarte igual que a una puta en el cuarto de atrás, _________. Deja que acabe de tocar con los Howlers.
Ella lo miró con sospecha.
—¿Entonces volverás?
La vacilación en sus ojos hizo que se doliera por él. Él dejó escapar un profundo suspiro antes de hablar.
—Volveré.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Ella le besó la punta de la nariz, esperando que él estuviese siendo honesto con ella.
—Voy a retenerte con eso.
Nick tragó. No tenía que hacerlo. Una vez hacía una promesa, estaba enlazado por las leyes del universo a verla cumplida o morir.
—Descansa hasta que yo vuelva. —la besó en profundidad.
_________ se derritió ante la sensación de su brazo alrededor de ella mientras le ahuecaba la mejilla con su otra mano y hacía estragos en su boca.
Él se echó atrás y dejó escapar otro profundo suspiro como si luchase por la fuerza para dejarla ir.
Ella le sonrió.
—No me hagas esperar demasiado.
Él asintió mientras la dejaba vestirse.
_________ se puso la ropa antes de salir otra vez para encontrar a Justina y Katherine de vuelta en las escaleras. El calor incendió sus mejillas hasta que recordó que esa habitación estaba completamente insonorizada.
—¿Me puedes dejar el teléfono móvil?
Justina lo sacó y se lo tendió.
Ella llamó a Pam.
—Hey, dulzura… no, estoy bien. Estoy en el Bar Santuario a la altura de Ursulines. ¿Alguna posibilidad de que os tenga a las dos aquí?
—Claro. Estaremos allí enseguida.
_________ colgó el teléfono y se lo devolvió a Justina.
—Sólo para vuestra información, voy a salir fuera unos minutos, volveré pronto.
La expresión de Katherine se volvió severa e inamovible.
—No vas a air a ningún lado sin nosotras. Tenemos órdenes estrictas de mantenerte a salvo a toda costa.
Nick… casi podría golpearle por esto, pero entonces otra vez esa parte protectora que adoraba de él era lo mejor. Al menos algunas veces.
Incapaz de lucha, _________ alzó las manos.
—Bien. Solo no se lo digáis a Nick. Saldremos a dar una vuelta y regresaremos antes de que él termine el próximo bloque.
Katherine no parecía convencida.
—No estoy tan segura de eso.
—Oh, vamos. Será a la vuelta de la esquina. Estaremos bien. Además la avanzadilla va por delante. Sabremos estar atentas.
Katherine todavía se resistía.
—Yo confío en ella —dijo Justina— Es testaruda, pero no estúpida. _________ no lo haría si pensase realmente que hay un problema.
Katherine finalmente cedió.
—De acuerdo. Así que, ¿A dónde vamos?
_________ sonrió abiertamente.
—Es una sorpresa.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
_________ vaciló en el umbral de la sobre iluminada tienda. Quizás no fuera tan buena idea después de todo… echó una mirada por encima del hombro de Pam quien estaba orgullosa mostrando su más preciada posesión, su clásica camiseta de la gira de Duran Duran de 1984.
Pam la empujó hacia delante, entrando en la tienda.
—Oh cállate y entra. Este es uno de mis lugares favoritos y es perfecto para lo que quieres.
Lo cual realmente no consolaba a _________ ya que el sentido de la moda de Pam era el polo opuesto al suyo propio. Mientras ella era conservadora, Pam era escandalosa.
Kim la empujó desde atrás mientras Justina y Katherine optaban por permanecer fuera en Bourbon Street.
—Vamos, chicas, estamos bloqueando la salida. Aquí hay peligro de incendio.
Los ojos de _________ se ensancharon cuando profundizó más en la Caja de Pandora, la cual estaba llena con corsés de clavos y cuero negro y osos de peluche. Todo tipo de juguetes sexuales y ungüentos. ¡Oh mi mundo! Puede que fuera aventurera, pero la verdad, algunas de aquellas cosas eran demasiado para ella… al igual que los diminutos bikinis de hombre que tenían una trompa de elefante donde debería estar cierta parte de la anatomía masculina.
—Creo que iremos a la pequeña tienda de lencería de la esquina.
—Esto es mucho mejor —Pam la empujó a un mostrador de bragas comestibles.
_________ se encogió ante el pensamiento de ponerse algo como eso… ¿Le gustaría a Nick?
—No estoy lista para todo esto. ¿No podemos introducirme lentamente?
Pam bufó.
—¡Eres una mojigata! ¿Cómo puede una mujer que vive a para tirarse en caída libre encogerse por unas bragas comestibles?
—Porque nadie me ve las bragas cuando salto y ciertamente no se las comen para sacármelas.
Pam le dedicó una malvada risa.
—Créeme, las braguitas son mucho más divertidas que saltar en paracaídas. Y dada la altura de Nick, lo veo más como una pértiga de salto —ella alzó las cejas juguetonamente.
_________ puso los ojos en blanco.
—¿Qué hay de esto? —Kim sostuvo un par de llamativas esposas rosas—. Estas podrían ser divertidas… ooo y mira el dicho sexual. Consigue girarte para posiciones y actos.
—Hola, ¿Puedo ayudaros, chicas?
_________ se volvió para encontrar una mujer no mucho más baja que ella con el largo pelo castaño y un muy redondo y embarazado cuerpo. Vestida toda de negro, tenía un collar de púas que estaba decorado con cadenas y amatistas. Ella sonrió cuando Pam se volvió a saldarla.
—Hey, chica, ¿Cómo te ha ido con esos látigos?
Pam sonrió con orgullo.
—Igual que un encantamiento, hasta que los rompimos. Los hombres apestan.
La mujer le hizo un diabólico guiño.
—Sí, pero es entonces cuando más los amamos.
Pam se rió.
—Tabitha Magnus, te presento a mi amiga _________ Kafieri.
Tabitha tomó aire con fuerza mientras levantaba la cara y llevaba su mano en un gesto de cortarse la garganta.
—Ex-nay on the Greek ame-nay. Mi marido está en la trastienda haciendo la contabilidad y tiene un problema mental con todo lo Griego.
Kim la miró sorprendida.
—¿De veras? Pensé que era Italiano.
—Lo es. Es todo ese rol de Roma contra Grecia que nunca ha superado realmente. Es un cabeza hueca, pero le amo.
Pam indicó el vientre de Tabitha.
—Obviamente, y considerando tu condición y la tienda de tu propiedad, diría que al menos lo amas.
Tabitha se rió insidiosamente mientras colocaba una protectora mano sobre su distendido vientre.
—Cariño, si vieras a ese hombre desnudo, también lo harías tú. —se rió— Así que, ¿Qué puedo hacer por vosotras, chicas?
—_________ está planeando tener sexo.
—¡Pam! —_________ se habría escondido bajo el perchero más cercano de no ser por que contenía alas sexuales y otras cosas en las que no quería pensar.
Pam le dedicó un inocente guiño.
—Bueno lo estás, ¿no? No es como si Tabby no fuera a adivinarlo por el hecho de que estemos aquí. Por no mencionar que puedes ver que ella tiene a algo suyo. —ella indicó otra vez el estómago de Tabitha.
_________ gruñó mientras sacudía la cabeza, entonces habló a Tabitha.
—Me disculpo por Pam. Le golpeé accidentalmente la cabeza con un bate de beisbol cuando estábamos en quinto grado y le saqué la seriedad. Nunca ha sido la misma desde entonces.
Tabitha se rió.
—No puedes avergonzarme. Créeme. Pam y yo estamos cortadas por el mismo patrón. Así que háblame un poco de ese tío y te encontraré la cosa perfecta para él.
_________ sonrió ante el mero pensamiento de Nick. Ella no sabía porque pero esto la hacía sentirse mareada y caliente.
—Bueno, él es alto y de pelo negro.
—Alto, por favor —bufó Pam mientras Kim se reía— El hombre es un gigante. Ella encontró al único tío de dos metros siete que he visto jamás. Ooh y Tab debes conocerlo. El es gótico y maravilloso.
—Y griego. —susurró Kim.
Tabitha frunció el ceño mientras las miraba sospechosamente.
—¿De veras? Él suena igual a un amigo mío… —arrugando la nariz, negó con la cabeza—. Pero no, no puede ser él.
—¿El quién?
—Nick Parthenopaeus.
_________ abrió los ojos desmesuradamente.
Entonces también lo hizo Tabitha.
—¡NO! —jadeó en total incredulidad— ¿Has conseguido una pieza de Nick? ¡Oh dios mío, chica, lo hiciste! —Tabitha empezó a abanicarse con las manos y cacareó de excitación— Si tienes algo de dinero, haz fotos. Conozco mujeres en todo el mundo que pagarían muchísimo por verle denudo, ¡Yo misma incluida!
Pam chocó los cinco con ella.
_________ enterró la cara contra el hombro de Kim mientras ella le palmeaba la cabeza.
—Aquí, aquí bebé. Nosotras ocultaremos después su cuerpo en el maletero.
Tabitha empezó a correr alrededor de la tienda, sacando cosas desde debajo de los estantes y estanterías.
—Nick definitivamente requiere algo negro… no espera. Rojo. Rojo picante. —Ella sostuvo un peludo teddy up, haciendo una mueca y sacudiendo la cabeza antes que _________ pudiera siquiera decir algo—. No es realmente tu color. ¡Oh, espera! —corrió a la trastienda, saliendo después con un diáfano babydoll negro que tenía pequeñas calaveras y tibias con suaves lazos rosas sobre sus cabezas—. Perfecto para Nick. Le encantará.
_________ tuvo que estar de acuerdo. Pero eso la hacía preguntarse cuan bien le conocía Tabitha.
—¿Tabitha habéis tú y Nick…?
—Por favor, no. Ni lo deseo —ella se inclinó para susurrarle a _________ al oído—. Y no le digas a mi marido que dije esto porque eso solo lo haría enloquecer. Antes de que conociera a mi bebé, soñé a menudo con tener un pedazo de ese hombre si sabes lo que quiero decir y desde que estás aquí ahora sé que lo sabes.
Tabitha fue a una estantería en la parte de atrás de la tienda y agarró dos libros.
—También querrás estos.
_________ frunció el ceño ante la cubierta del primero que mostraba a una mujer en un corsé sosteniendo un pepino.
—¿Cómo Chupar su Pepino?
Tabitha asintió orgullosa.
—Personalmente mi favorito. Es todo lo que necesitas saber para volver loco a un hombre.
El siguiente libro era incluso más extraño. Este era incluso shrink—wrapped . _________ lo miró sospechosamente.
—¿Manga Sutra?
—Nick adora el manga. —Tabitha palmeó el libro y sonrió abiertamente—. Estará muy interesado en este, no es que piense que no sabe todo lo que hay en el. Pero… puede venir bien. —Tabitha fue al frente de la tienda y abrió el cristal del gabinete cerca de la caja registradora antes de empezar a sacar otras cosas.
La cara de _________ ardió en llamas ante los objetos que Tabitha apiló sobre el mostrador.
—¿Hacen que los pezones sepan a crema?
—Oh, sí, son fantásticos. No solo les dan sabor, sino que los tiñen para hacerte un poco más rosada y lo mejor de todo, tiene un toque de mentol que pone realmente duros tus pezones así como extra sensibles y los hombres se vuelven locos por ello. Simplemente adoran los pezones duros.
Kim y Pam se rieron.
_________ se cubrió la cara con las manos y quería morir de vergüenza. Ya era bastante malo tener esas cosas, pero el hecho de que Tabitha conociera a Nick solo lo hacía todo más horroroso.
Ella estaba segura que él estaría mortificado al saber que una amiga suya la estaba ayudando a sacar estas cosas. Y para el momento en que se estaba subiendo de tono, _________ casi estaba demasiado avergonzada de volver al Santuario y enfrentarle.
Y cuando rebuscó para sacar su tarjeta de crédito para pagarlo, un alto y extremadamente guapo hombre salió de la trastienda. Vestido en jersey negro de cuello alto y unos pantalones flojos, frunció el ceño ante Tabitha que estaba todavía charlando con Pam.
—¿Estás bien, bebé? —le preguntó a Tabitha, sus ojos oscurecidos con preocupación cuando fue a colocar una mano contra su mejilla —estás extremadamente colorada.
Tabitha se volvió a él con un travieso chillido.
—Oh, agárrate, Val. ¡Nick va a ser desarmado esta noche! —ella indicó con ambas manos a _________ quien quería arrastrase dentro de su bolso y ocultarse hasta que ser una anciana.
Para crédito de Val, él ni siquiera parpadeó. Ofreció a _________ una compadecida sonrisa.
—Ayuda si no reaccionas a sus comentarios. Tabitha vive para sacar a la gente de sus casillas. Sólo síguele la corriente y no la alientes.
Tabitha bufó.
—Que así sea. —ella le tendió la bolsa a _________ y le dio las gracias.
—Gracias —dijo _________.
—Buena suerte, cariño y recuerda… ¡fotos! —Tabitha esperó hasta que se marcharon antes de girarse sobre Valerius. —¿Puedes creer que nuestro Nick tenga un rollo?
Val bufó.
—Llámame provinciano, pero yo realmente no le considero mío. Y sí, puedo creer que el hombre tenga sexo. Lo que encuentro sorprendente es que sea la primera vez que conocemos a la mujer involucrada. —él se estiró por su teléfono—Quizás debiera llamarle y advertirle.
—Oh aparta eso. —ella lo devolvió a su bolsillo—Nuestro bebé está creciendo. ¡Estoy tan orgullosa!
_________ apenas había dejado la bolsa en la habitación antes que la banda se tomara otro respiro. Sólo se había recostado en la cama cuando Nick abrió la puerta con una bandeja en las manos.
—¿Qué es eso?
—Pensé que quizás tendrías hambre. He llevado las opciones con Kim y ella escogió lo que deberías comer. —él lo dejó sobre la mesa a su lado.
_________ sonrió ante su consideración.
—Efharisto.
—Parakalo.
Ella se derritió ante su único acento cuando le dijo “de nada” en Griego.
—Me encanta la manera en la que hablas. Podría escuchar tu griego todo el día.
Él le tendió otra botella de zumo de manzana mientras tomaba un sorbo de su cerveza. ¿Estás completamente aburrida?
Ella se estiró y le quitó las gafas de sol de modo que pudiera ver sus ojos.
—No mucho. ¿Cómo va la actuación?
—Va todo bien. Podría matar a Colt por lastimarse la mano. La verdad es que no me gusta tocar en público.
—Pero tocas muy bien.
—Yeah, pero prefiero tocar para mí mismo. —había un travieso brillo en sus ojos ante el doble sentido.
Riéndose, _________ sacudió la cabeza ante él.
—Tú y Pam, siempre intentando avergonzarme.
—En mi defensa, es sólo porque estás adorable cuando te sonrojas.
Ella arrugó le arrugó la nariz mientras tragaba un sorbo de su zumo de manzana.
—¿Quieres un poco?
—Ochi. —no, en Griego.
—¿Estás segura? —intentó tentarlo otra vez.
—Sí. —Nick recordó la última vez que había comido una manzana. Había sido el día en el huerto con Ryssa cuando le había rogado a su padre que no le enviara de regreso a la Atlántida. Incluso desde entonces, despreciaba la fruta. El sólo pensar en ello le revolvía el estómago.
—¿Cuántos sets más vas a tocar?
—Uno más.
Ella se mordió el labio de una manera que lo endurecía de desearla.
—Después seré yo quien te toque a ti…
Su pene saltó, listo para la acción incluso aunque su cerebro lo sabía mejor.
—Deberías reconsiderarlo.
Ella se estiró y tomó sus manos en las de ella. Su pulgar acariciaba contra su palma en una tierna caricia.
—¿Cuándo fue la última vez que le hiciste el amor a alguien, Nick?
Nick apartó la mirada cuando surgieron los dolorosos recuerdos. Honestamente, no podía recordarlo. ¿Había hecho realmente el amor a Artemisa? Quizás muy al principio. Pero había pasado mucho tiempo y no había sido últimamente.
Todo lo que él podía recordar era el dolor de sus críticas. La pura agonía de no ser nada más que su chico juguete, allí sólo para complacerla mientras no se permitiera tener ningún sentimiento u opinión de sí mismo. Solo ella podía mostrar el dolor y el disgusto mientras que él no tenía permitido nada. Ni siquiera su dignidad.
Lo que habían tenido era sexo. Básico y primitivo. No había verdaderas envueltas emociones reales al menos que fuera la furia.
Al igual que otros antes que ella, había odiado el hecho de que lo ansiaba y buscaba castigarlo por el hecho de que ella dormía con él. Simplemente se usaban el uno al otro. Si hubo algún tierno sentimiento real, lo habían hecho trizas hace siglos. No quedaba nada excepto destrozados restos de un ayer que ninguno podía volver a capturar.
—¿No puedes recordarlo? —preguntó _________.
—No realmente. —respondió él con sinceridad.
El corazón de _________ se encogió ante la manera en que él pronunció aquellas palabras. Ella tomó su barbilla y le volvió la cabeza hasta que la estuvo mirando.
—Voy a hacerte el amor, Nick. Esta noche, sacudiré tu mundo.
Nick presionó su mano a sus labios y mordisqueó las puntas de sus dedos mientras el temor y la indecisión lo llenaban. Esta noche podía costarle caro.
Nadie debería pagar por amar con sangre y hueso.
Aún así no conocía otra manera. Siempre había pagado por cada caricia y cada amabilidad. Nada le había sido dado libremente. La única pregunta que importaba era, ¿Valía la pena?
—¿Merecería _________ el costo?
Esperaba que así fuera. Él le volvió a poner las gafas.
—Volveré.
_________ lo observó cuando se marchaba y su corazón se dolió por él. ¿Cuáles eran los secretos que lo torturaban? ¿Por qué parecía tan asustado de tocarla?
Terminada su comida, fue al piso de abajo para observarlo. Pam y Kim estaban de pie en el frente, sonriendo. Ella pasó por detrás de ellas y les pellizcó el culo.
Pam la pellizcó de vuelta.
—Es asombroso, ¿verdad?
—Sí, lo es. —_________ saludó con la mano cuando vio a Nick mirándola.
Su respuesta fue una sincera aunque tímida sonrisa que le calentó el corazón y la puso caliente por todas partes. El hombre era tan selecto…
Ella se quedó allí durante varias canciones observando y escuchando a Nick. Cuando empezaron la canción final, volvió a subir de modo que pudiera prepararse.
Pam la empujó hacia delante, entrando en la tienda.
—Oh cállate y entra. Este es uno de mis lugares favoritos y es perfecto para lo que quieres.
Lo cual realmente no consolaba a _________ ya que el sentido de la moda de Pam era el polo opuesto al suyo propio. Mientras ella era conservadora, Pam era escandalosa.
Kim la empujó desde atrás mientras Justina y Katherine optaban por permanecer fuera en Bourbon Street.
—Vamos, chicas, estamos bloqueando la salida. Aquí hay peligro de incendio.
Los ojos de _________ se ensancharon cuando profundizó más en la Caja de Pandora, la cual estaba llena con corsés de clavos y cuero negro y osos de peluche. Todo tipo de juguetes sexuales y ungüentos. ¡Oh mi mundo! Puede que fuera aventurera, pero la verdad, algunas de aquellas cosas eran demasiado para ella… al igual que los diminutos bikinis de hombre que tenían una trompa de elefante donde debería estar cierta parte de la anatomía masculina.
—Creo que iremos a la pequeña tienda de lencería de la esquina.
—Esto es mucho mejor —Pam la empujó a un mostrador de bragas comestibles.
_________ se encogió ante el pensamiento de ponerse algo como eso… ¿Le gustaría a Nick?
—No estoy lista para todo esto. ¿No podemos introducirme lentamente?
Pam bufó.
—¡Eres una mojigata! ¿Cómo puede una mujer que vive a para tirarse en caída libre encogerse por unas bragas comestibles?
—Porque nadie me ve las bragas cuando salto y ciertamente no se las comen para sacármelas.
Pam le dedicó una malvada risa.
—Créeme, las braguitas son mucho más divertidas que saltar en paracaídas. Y dada la altura de Nick, lo veo más como una pértiga de salto —ella alzó las cejas juguetonamente.
_________ puso los ojos en blanco.
—¿Qué hay de esto? —Kim sostuvo un par de llamativas esposas rosas—. Estas podrían ser divertidas… ooo y mira el dicho sexual. Consigue girarte para posiciones y actos.
—Hola, ¿Puedo ayudaros, chicas?
_________ se volvió para encontrar una mujer no mucho más baja que ella con el largo pelo castaño y un muy redondo y embarazado cuerpo. Vestida toda de negro, tenía un collar de púas que estaba decorado con cadenas y amatistas. Ella sonrió cuando Pam se volvió a saldarla.
—Hey, chica, ¿Cómo te ha ido con esos látigos?
Pam sonrió con orgullo.
—Igual que un encantamiento, hasta que los rompimos. Los hombres apestan.
La mujer le hizo un diabólico guiño.
—Sí, pero es entonces cuando más los amamos.
Pam se rió.
—Tabitha Magnus, te presento a mi amiga _________ Kafieri.
Tabitha tomó aire con fuerza mientras levantaba la cara y llevaba su mano en un gesto de cortarse la garganta.
—Ex-nay on the Greek ame-nay. Mi marido está en la trastienda haciendo la contabilidad y tiene un problema mental con todo lo Griego.
Kim la miró sorprendida.
—¿De veras? Pensé que era Italiano.
—Lo es. Es todo ese rol de Roma contra Grecia que nunca ha superado realmente. Es un cabeza hueca, pero le amo.
Pam indicó el vientre de Tabitha.
—Obviamente, y considerando tu condición y la tienda de tu propiedad, diría que al menos lo amas.
Tabitha se rió insidiosamente mientras colocaba una protectora mano sobre su distendido vientre.
—Cariño, si vieras a ese hombre desnudo, también lo harías tú. —se rió— Así que, ¿Qué puedo hacer por vosotras, chicas?
—_________ está planeando tener sexo.
—¡Pam! —_________ se habría escondido bajo el perchero más cercano de no ser por que contenía alas sexuales y otras cosas en las que no quería pensar.
Pam le dedicó un inocente guiño.
—Bueno lo estás, ¿no? No es como si Tabby no fuera a adivinarlo por el hecho de que estemos aquí. Por no mencionar que puedes ver que ella tiene a algo suyo. —ella indicó otra vez el estómago de Tabitha.
_________ gruñó mientras sacudía la cabeza, entonces habló a Tabitha.
—Me disculpo por Pam. Le golpeé accidentalmente la cabeza con un bate de beisbol cuando estábamos en quinto grado y le saqué la seriedad. Nunca ha sido la misma desde entonces.
Tabitha se rió.
—No puedes avergonzarme. Créeme. Pam y yo estamos cortadas por el mismo patrón. Así que háblame un poco de ese tío y te encontraré la cosa perfecta para él.
_________ sonrió ante el mero pensamiento de Nick. Ella no sabía porque pero esto la hacía sentirse mareada y caliente.
—Bueno, él es alto y de pelo negro.
—Alto, por favor —bufó Pam mientras Kim se reía— El hombre es un gigante. Ella encontró al único tío de dos metros siete que he visto jamás. Ooh y Tab debes conocerlo. El es gótico y maravilloso.
—Y griego. —susurró Kim.
Tabitha frunció el ceño mientras las miraba sospechosamente.
—¿De veras? Él suena igual a un amigo mío… —arrugando la nariz, negó con la cabeza—. Pero no, no puede ser él.
—¿El quién?
—Nick Parthenopaeus.
_________ abrió los ojos desmesuradamente.
Entonces también lo hizo Tabitha.
—¡NO! —jadeó en total incredulidad— ¿Has conseguido una pieza de Nick? ¡Oh dios mío, chica, lo hiciste! —Tabitha empezó a abanicarse con las manos y cacareó de excitación— Si tienes algo de dinero, haz fotos. Conozco mujeres en todo el mundo que pagarían muchísimo por verle denudo, ¡Yo misma incluida!
Pam chocó los cinco con ella.
_________ enterró la cara contra el hombro de Kim mientras ella le palmeaba la cabeza.
—Aquí, aquí bebé. Nosotras ocultaremos después su cuerpo en el maletero.
Tabitha empezó a correr alrededor de la tienda, sacando cosas desde debajo de los estantes y estanterías.
—Nick definitivamente requiere algo negro… no espera. Rojo. Rojo picante. —Ella sostuvo un peludo teddy up, haciendo una mueca y sacudiendo la cabeza antes que _________ pudiera siquiera decir algo—. No es realmente tu color. ¡Oh, espera! —corrió a la trastienda, saliendo después con un diáfano babydoll negro que tenía pequeñas calaveras y tibias con suaves lazos rosas sobre sus cabezas—. Perfecto para Nick. Le encantará.
_________ tuvo que estar de acuerdo. Pero eso la hacía preguntarse cuan bien le conocía Tabitha.
—¿Tabitha habéis tú y Nick…?
—Por favor, no. Ni lo deseo —ella se inclinó para susurrarle a _________ al oído—. Y no le digas a mi marido que dije esto porque eso solo lo haría enloquecer. Antes de que conociera a mi bebé, soñé a menudo con tener un pedazo de ese hombre si sabes lo que quiero decir y desde que estás aquí ahora sé que lo sabes.
Tabitha fue a una estantería en la parte de atrás de la tienda y agarró dos libros.
—También querrás estos.
_________ frunció el ceño ante la cubierta del primero que mostraba a una mujer en un corsé sosteniendo un pepino.
—¿Cómo Chupar su Pepino?
Tabitha asintió orgullosa.
—Personalmente mi favorito. Es todo lo que necesitas saber para volver loco a un hombre.
El siguiente libro era incluso más extraño. Este era incluso shrink—wrapped . _________ lo miró sospechosamente.
—¿Manga Sutra?
—Nick adora el manga. —Tabitha palmeó el libro y sonrió abiertamente—. Estará muy interesado en este, no es que piense que no sabe todo lo que hay en el. Pero… puede venir bien. —Tabitha fue al frente de la tienda y abrió el cristal del gabinete cerca de la caja registradora antes de empezar a sacar otras cosas.
La cara de _________ ardió en llamas ante los objetos que Tabitha apiló sobre el mostrador.
—¿Hacen que los pezones sepan a crema?
—Oh, sí, son fantásticos. No solo les dan sabor, sino que los tiñen para hacerte un poco más rosada y lo mejor de todo, tiene un toque de mentol que pone realmente duros tus pezones así como extra sensibles y los hombres se vuelven locos por ello. Simplemente adoran los pezones duros.
Kim y Pam se rieron.
_________ se cubrió la cara con las manos y quería morir de vergüenza. Ya era bastante malo tener esas cosas, pero el hecho de que Tabitha conociera a Nick solo lo hacía todo más horroroso.
Ella estaba segura que él estaría mortificado al saber que una amiga suya la estaba ayudando a sacar estas cosas. Y para el momento en que se estaba subiendo de tono, _________ casi estaba demasiado avergonzada de volver al Santuario y enfrentarle.
Y cuando rebuscó para sacar su tarjeta de crédito para pagarlo, un alto y extremadamente guapo hombre salió de la trastienda. Vestido en jersey negro de cuello alto y unos pantalones flojos, frunció el ceño ante Tabitha que estaba todavía charlando con Pam.
—¿Estás bien, bebé? —le preguntó a Tabitha, sus ojos oscurecidos con preocupación cuando fue a colocar una mano contra su mejilla —estás extremadamente colorada.
Tabitha se volvió a él con un travieso chillido.
—Oh, agárrate, Val. ¡Nick va a ser desarmado esta noche! —ella indicó con ambas manos a _________ quien quería arrastrase dentro de su bolso y ocultarse hasta que ser una anciana.
Para crédito de Val, él ni siquiera parpadeó. Ofreció a _________ una compadecida sonrisa.
—Ayuda si no reaccionas a sus comentarios. Tabitha vive para sacar a la gente de sus casillas. Sólo síguele la corriente y no la alientes.
Tabitha bufó.
—Que así sea. —ella le tendió la bolsa a _________ y le dio las gracias.
—Gracias —dijo _________.
—Buena suerte, cariño y recuerda… ¡fotos! —Tabitha esperó hasta que se marcharon antes de girarse sobre Valerius. —¿Puedes creer que nuestro Nick tenga un rollo?
Val bufó.
—Llámame provinciano, pero yo realmente no le considero mío. Y sí, puedo creer que el hombre tenga sexo. Lo que encuentro sorprendente es que sea la primera vez que conocemos a la mujer involucrada. —él se estiró por su teléfono—Quizás debiera llamarle y advertirle.
—Oh aparta eso. —ella lo devolvió a su bolsillo—Nuestro bebé está creciendo. ¡Estoy tan orgullosa!
_________ apenas había dejado la bolsa en la habitación antes que la banda se tomara otro respiro. Sólo se había recostado en la cama cuando Nick abrió la puerta con una bandeja en las manos.
—¿Qué es eso?
—Pensé que quizás tendrías hambre. He llevado las opciones con Kim y ella escogió lo que deberías comer. —él lo dejó sobre la mesa a su lado.
_________ sonrió ante su consideración.
—Efharisto.
—Parakalo.
Ella se derritió ante su único acento cuando le dijo “de nada” en Griego.
—Me encanta la manera en la que hablas. Podría escuchar tu griego todo el día.
Él le tendió otra botella de zumo de manzana mientras tomaba un sorbo de su cerveza. ¿Estás completamente aburrida?
Ella se estiró y le quitó las gafas de sol de modo que pudiera ver sus ojos.
—No mucho. ¿Cómo va la actuación?
—Va todo bien. Podría matar a Colt por lastimarse la mano. La verdad es que no me gusta tocar en público.
—Pero tocas muy bien.
—Yeah, pero prefiero tocar para mí mismo. —había un travieso brillo en sus ojos ante el doble sentido.
Riéndose, _________ sacudió la cabeza ante él.
—Tú y Pam, siempre intentando avergonzarme.
—En mi defensa, es sólo porque estás adorable cuando te sonrojas.
Ella arrugó le arrugó la nariz mientras tragaba un sorbo de su zumo de manzana.
—¿Quieres un poco?
—Ochi. —no, en Griego.
—¿Estás segura? —intentó tentarlo otra vez.
—Sí. —Nick recordó la última vez que había comido una manzana. Había sido el día en el huerto con Ryssa cuando le había rogado a su padre que no le enviara de regreso a la Atlántida. Incluso desde entonces, despreciaba la fruta. El sólo pensar en ello le revolvía el estómago.
—¿Cuántos sets más vas a tocar?
—Uno más.
Ella se mordió el labio de una manera que lo endurecía de desearla.
—Después seré yo quien te toque a ti…
Su pene saltó, listo para la acción incluso aunque su cerebro lo sabía mejor.
—Deberías reconsiderarlo.
Ella se estiró y tomó sus manos en las de ella. Su pulgar acariciaba contra su palma en una tierna caricia.
—¿Cuándo fue la última vez que le hiciste el amor a alguien, Nick?
Nick apartó la mirada cuando surgieron los dolorosos recuerdos. Honestamente, no podía recordarlo. ¿Había hecho realmente el amor a Artemisa? Quizás muy al principio. Pero había pasado mucho tiempo y no había sido últimamente.
Todo lo que él podía recordar era el dolor de sus críticas. La pura agonía de no ser nada más que su chico juguete, allí sólo para complacerla mientras no se permitiera tener ningún sentimiento u opinión de sí mismo. Solo ella podía mostrar el dolor y el disgusto mientras que él no tenía permitido nada. Ni siquiera su dignidad.
Lo que habían tenido era sexo. Básico y primitivo. No había verdaderas envueltas emociones reales al menos que fuera la furia.
Al igual que otros antes que ella, había odiado el hecho de que lo ansiaba y buscaba castigarlo por el hecho de que ella dormía con él. Simplemente se usaban el uno al otro. Si hubo algún tierno sentimiento real, lo habían hecho trizas hace siglos. No quedaba nada excepto destrozados restos de un ayer que ninguno podía volver a capturar.
—¿No puedes recordarlo? —preguntó _________.
—No realmente. —respondió él con sinceridad.
El corazón de _________ se encogió ante la manera en que él pronunció aquellas palabras. Ella tomó su barbilla y le volvió la cabeza hasta que la estuvo mirando.
—Voy a hacerte el amor, Nick. Esta noche, sacudiré tu mundo.
Nick presionó su mano a sus labios y mordisqueó las puntas de sus dedos mientras el temor y la indecisión lo llenaban. Esta noche podía costarle caro.
Nadie debería pagar por amar con sangre y hueso.
Aún así no conocía otra manera. Siempre había pagado por cada caricia y cada amabilidad. Nada le había sido dado libremente. La única pregunta que importaba era, ¿Valía la pena?
—¿Merecería _________ el costo?
Esperaba que así fuera. Él le volvió a poner las gafas.
—Volveré.
_________ lo observó cuando se marchaba y su corazón se dolió por él. ¿Cuáles eran los secretos que lo torturaban? ¿Por qué parecía tan asustado de tocarla?
Terminada su comida, fue al piso de abajo para observarlo. Pam y Kim estaban de pie en el frente, sonriendo. Ella pasó por detrás de ellas y les pellizcó el culo.
Pam la pellizcó de vuelta.
—Es asombroso, ¿verdad?
—Sí, lo es. —_________ saludó con la mano cuando vio a Nick mirándola.
Su respuesta fue una sincera aunque tímida sonrisa que le calentó el corazón y la puso caliente por todas partes. El hombre era tan selecto…
Ella se quedó allí durante varias canciones observando y escuchando a Nick. Cuando empezaron la canción final, volvió a subir de modo que pudiera prepararse.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
dioss esta parte es de las mejores :twisted:
Nick frunció el ceño cuando vio a _________ dejar la pista. ¿Se encuentra bien? Gesticuló a Pam.
Pam asintió de modo tranquilizador.
Aliviado, no podía esperar hasta que la canción terminara. Al instante de hacerlo, deslizó su Fender sobre la espalda, lo desenchufó, y saltó sobre la pista.
—Divertíos, chicos —le dijo Pam mientras Kim se reía tontamente— Os veremos a los dos más tarde. Dile a _________ que me llame mañana.
—Lo haré. —Nick atravesó por entre el público mientras se dirigía escaleras arriba.
Justina y Katherine también los dejaron con una promesa de regresar en la mañana.
Nick cerró la puerta exterior y le pasó la llave antes de abrir la principal con una visual. Al momento en que vio a _________, se congeló. Vestida en un sheer black teddy que mostraba cada curva de su cuerpo, estaba deslumbrante. Se había pasado las manos por el pelo, haciendo que pareciera desordenado.
Haciéndola verse deliciosa.
—Déjame ir a darme una rápida afeitada.
Ella frunció el ceño.
—¿Afeitada?
Él se pasó el dorso de los dedos por la mandíbula, sintiendo como raspaba.
—No quiero arañarte.
Su prudencia tocó a _________. Hasta que intentó entrar en el cuarto de baño con la guitarra en su espalda. Él maldijo cuando esta quedó atascada en ambos lados de la entrada. Su cara se tiñó con el color de su vergüenza.
—Supongo que debería quitarme esto. —él la deslizó por encima de la cabeza antes de apoyarla contra la pared.
Ella se cubrió la sonrisa con la mano mientras intentaba no reírse. Podía ser tan adorable a veces.
Mientras él estaba en el cuarto de baño, ojeó rápidamente los apuntes que había hecho en el libro de Tabitha. Cuando él cerró el agua, ella dejó el libro en la mesilla de noche y trató de posar de manera seductora sobre la cama.
Nick detuvo la toalla contra su barbilla cuando vio a _________ sobre la cama con sus piernas dobladas bajo ella. Estaba intentando parecer seductora, pero con las gafas puestas, era una extraña combinación de la _________ seria y zorra.
Y esto hizo que se le pusiera dura. Tirando la toalla a un lado, dejó caer el abrigo en la entrada, entonces se sacó la camiseta por la cabeza.
_________ se quedó atónita por ese cuerpo y los músculos que se ondulaban. Él se arrodilló en la cama y gateó hacia ella como algún sigiloso y hambriento predador.
Se detuvo sobre ella cuando su largo pelo negro cayó hacia delante enmarcando su rostro. Sus cuerpos no estaban tocando, pero sus turbulentos ojos plateados la chamuscaban con calor. Los músculos de sus brazos se abultaron al soportar su peso cuando encontró su mirada. Era abierta, honesta, y al mismo tiempo el miedo detrás de aquellos ojos y se preguntaba que lo causaba.
El olor del cuerpo y piel masculina la puso instantáneamente mojada. Él sumergió su cabeza hacia la suya y ella tembló cuando solo sus labios entraron en contacto con los suyos. Entonces aunque lentamente mientras profundizaba el beso a uno de una extrema potencia, se dejó ir sobre ella hasta que su peso presionó contra ella.
_________ suspiró ante la increíble sensación de su cuerpo sobre el suyo, de sus delgadas caderas descansando entre sus piernas. Su corazón se desbocaba ante el bulto en sus pantalones presionándose contra el centro de su cuerpo. Había solo tanto de él. Ella se deleitó en el modo que él la rodeaba con fuerza y calidez.
Ella deslizó sus manos sobre su perfecto trasero, sintiendo sus músculos contraerse y tensarse mientras su boca aprisionaba la suya. Abrigando su cuerpo alrededor del suyo, giró sobre él hasta tenerlo debajo.
Nick no se movió cuando ella se retiró para besar el declive desde su pecho hacia el ombligo. La vista de ella tan hambrienta por él lo hizo dolerse no solamente la lujuria sino de alguna parte interior que quería, sólo una vez, tener a alguien que realmente lo amara. Ella lo cubrió a través de los pantalones, haciéndolo gruñir de placer. Levantando la mirada, le sonrió mientras le pellizcaba el estómago. Su travesura era tan encantadora y dulce. Tan preciosa.
Él ahuecó su cara en las manos y le devolvió la sonrisa mientras procuraba gravar a fuego ese recuerdo en su corazón de modo que siempre lo tuviera cerca. Ella se movió para quitarle las botas. Todavía se sostuvo perfectamente mientras ella las desabrochaba y se las quitaba. Le lanzó la bota al suelo.
Le sacó la otra bota y la lanzó por encima del hombro antes de moverse hacia sus pantalones. Nick jadeó por aliento y lo sostuvo mientras ella se estiraba hacia su cremallera. La visión de su cabeza posicionada sobre su cremallera… Era casi suficiente para hacer que se corriera.
Ella volvió a subirse las gafas sobre la nariz. Sonriéndole, le desabrochó los pantalones. Nick esperó, su corazón latía acelerado mientras ella lentamente deslizaba la cremallera para exponerlo.
_________ se mordió el labio en satisfacción cuando lo liberó de sus pantalones. El hombre estaba completamente dotado y era enorme. No es que la sorprendiera. Sus anteriores encuentros con ese bulto le habían dado alguna idea de su tamaño, pero eso…
Ella le quitó los pantalones y se tomó un minuto para vagar por la belleza de su desnudo cuerpo. Tabitha tenía razón, podía hacerse rica si le sacaba fotos y las enviaba online. Él era impresionante. Absolutamente impresionante. Desde los anchos hombros hasta las estrechas caderas, bajando por esas largas y musculosas piernas moteadas de oscuro vello.
Y ella quería complacer cada pedacito de él.
Sacándose las gafas, las dejó sobre la mesilla, entonces volvió para acariciar su dureza.
Nick echó la cabeza hacia atrás cuando el placer lo asaltó. La observó con los ojos entrecerrados mientras estudiaba su pene. Abriendo los labios, empezó a tomar la punta en su boca, después retrocedió y frunció el ceño. Inclinó la cabeza y abrió los labios como si intentara averiguar la mejor manera de probarlo.
Ella se movió de nuevo hacia su pene, retrocediendo de nuevo… otra vez.
—Me estás matando, _________.
—Lo siento. —se apresuró a alejarse de él y se puso las gafas antes de abrir el cajón y sacar un libro.
Nick frunció el ceño mientras ella hojeaba las páginas a una sección que tenía un pequeño marcador de libros y apuntes en el margen.
—¿Qué estás haciendo?
Ella bajó el dedo por las notas.
—Sólo quiero asegurarme de que lo hago bien.
Inclinando sobre un codo, le mordisqueó el hombro, entonces jadeó ante los gráficos dibujos de una mujer bajando sobre un hombre. Él le sacó el libro de las manos y miró con ceño fruncido el título.
—¿Cómo Chupar su Pepino?
Ella se encogió de manera adorable.
—Sabes que no sé lo que estoy haciendo. Quería asegurarme de complacerte, también.
Aquellas palabras golpearon un acorde tan profundo dentro de él que durante un sólido minuto no pudo respirar debido al cúmulo de emociones que sintió por ella.
No hay nada que puedas hacer que no me complazca. —Él la besó suavemente mientras dejaba caer el libro al suelo—. No necesitas eso, _________ —le quitó las gafas y las volvió a colocar en su sitio antes de volver a sus labios—. Todo lo que tienes que hacer es tocarme y te prometo que estaré en éxtasis.
_________ tragó cuando le dirigió la mano a su pene y le mostró como acariciarle. Queriendo hacerle feliz, bajó la cabeza para probar la humedad que escapaba de la punta.
Nick dejó de moverse en el momento en que sus labios se cerraron alrededor de su pene. No queriendo lastimarla, no se atrevió ni a respirar mientras ella lo exploraba con la boca.
—Tienes la más dulce de las lenguas —gruñó él.
Ella deslizó las manos sobre sus muslos hasta ahuecar su saco mientras lo saboreaba. Nick estaba cegado por el placer de su toque. Incapaz de contenerse, se apartó de ella.
—Tengo mucho control, _________, pero no contigo haciendo eso y deseo tanto estar dentro de ti como para estropearlo.
—Bien. —Ella se inclinó de lado y se sacó las lujuriosas bragas negras. Nick observó como las deslizaba bajándolas por esas largas y gráciles piernas. Su boca se le hizo literalmente agua mientras su cuerpo se volvía tan duro que no podía dirigir ni una uña con él.
Ella tiró las bragas al suelo antes de sacar un preservativo de la mesilla de noche.
—¿Cómo lo hacemos?
Cuando lo desempaquetó y se lo puso, mil posiciones diferentes de cómo le gustaría tomarla juguetearon por su mente. Y sólo el pensamiento de estar dentro de ella era suficiente para hacerle gemir.
Pero el sexo siempre duele la primera vez y él era lo bastante grande para hacerlo insoportable para ella. Eso era lo último que quería.
—Primero, tenemos que hacer que tu cuerpo esté listo para mí.
—Yo estoy lista.
Él se rió de su impaciencia. Con el cuerpo ardiendo, hundió el pulgar dentro de ella. Ella mordió su labio y dio un respingo en respuesta.
—Estás mojada —él bajó la cabeza para lamerla y hacerla incluso más resbaladiza.
_________ abrió las piernas deseando sentir tanto de él como fuera posible.
—Me estás matando, Nicholas.
—Paciencia, amor, paciencia. —él deslizó un largo dedo en su interior. Ella tembló en respuesta cuando su lengua giró y jugueteó. Ese dedo fue seguido por otro. Él deslizó su barbilla contra ella.
—Córrete para mí, _________. Quiero probarte.
Cuando él volvió a ella, no tuvo elección excepto obedecer. Su orgasmo salpicó a través de ella hasta que estuvo segura que moriría por ello. Ola después de ola se estrellaban sobre ella y él todavía no la penetraba.
En vez de eso, le dio la vuelta, sobre su estómago. Antes de que pudiera preguntarle que intentaba, empezó a masajearla. No un masaje normal, sino uno que aflojaba cada músculo de su cuerpo.
—No te quiero tensa, —le explicó, su voz espesa con su melódico acento.
—Oh, créeme, soy masilla.
Su profunda risa llenó sus oídos antes de que él deslizara sus dedos dentro de ella otra vez.
Nick se mordió el labio mientras su cuerpo se dolía, queriendo estar dentro de ella. Ahora estaba incluso más mojada. Un orgasmo más y sería capaz de penetrarla sin mucho dolor.
Inclinándose, le pellizcó las nalgas.
_________ gritó ante el placentero dolor que fue seguido por sus manos conduciéndose incluso más profundamente dentro de ella mientras Nick trasladaba su boca a besar la base de su columna. Él le empujó el vestido hasta los hombros con el rostro mientras sus manos obraban magia sobre su cuerpo. Entonces el movió la mano de modo que pudiera frotar su pene contra ella sin penetrarla. Ella jadeó ante la sensación mientras él movía las manos para cubrir sus pechos.
Esto era más de lo que ella podía soportar. Antes de que pudiera recuperar el aliento, su cuerpo explotó otra vez.
Esta vez, él se condujo profundamente en su cuerpo mientras su orgasmo remontaba. _________ gruñó ante la extraña sensación de su cuerpo dentro del suyo. El grosor sólo hacía su orgasmo más intenso.
Ella gritó por el ciego placer de esto.
Con la garganta seca, Nick no se movió cuando sintió el cuerpo de ella aferrando el suyo. Le tomó toda su fuerza no empujar, pero no era aún el momento. Su cuerpo todavía se estiraba para acomodarlo.
—¿Estás bien?
—¿Estás de broma? —Ella se deslizó bajando por su eje.
Él jadeó cuando el placer casi anuló su control.
—¿Eso es que sí?
—Sí. —jadeó ella, cerrando con fuerza los ojos mientras todo su cuerpo temblaba.
Ella se meció contra él incluso más fuerte.
—¡Para! —gritó Nick.
_________ se congeló, temiendo que lo hubiese lastimado.
—¿Qué pasa?
Él salió de ella y rodó sobre su espalda para mirarla. Le apartó el pelo de la cara antes de pasar la almohadilla de su pulgar por su labio inferior.
—Quiero correrme mientras te miro.
Ella le besó mientras él tiraba de ella sobre su cuerpo. Ella se sentó a horcajas sobre sus caderas mientras se besaban.
Nick bajó su mano por la espalda de ella hasta tocarse a sí mismo de modo que pudiera guiarse de regreso a su interior. Ellos jadearon al unísono cuando ella se hundió bajando sobre él.
Cuando lo hizo, sus pensamientos susurraron a través de su cabeza. ¿Lo estaré haciendo bien? Espero que no esté decepcionado. ¿Por qué no puedo hacerlo con las gafas puestas para así poder verle mejor? Por favor no estés decepcionado, Nick.
Aquellos dudosos pensamientos lo atravesaron. Más que nada la sinceridad en ellos, la preocupación por él trajeron lágrimas a sus ojos.
—Eres maravillosa, _________. Perfecta.
Ella se detuvo bizqueando ante él.
—¿De verdad?
—Sí —jadeó él, estirándose hacia debajo de modo que pudiera acariciarla mientras ella lo montaba lenta y fácilmente. Con la garganta apretada, su gentileza lograba penetrar donde los latigazos no lo habían hecho.
Una pequeña lágrima se deslizó desde la esquina de su ojo derecho. Cerrándolos de golpe se rindió a ella. Ahora mismo, en este momento, ella era su dueña de una manera que nadie lo había sido antes.
No, ella no era su dueña.
Se daba a sí mismo a ella y por primera vez, entendía la diferencia. Entendía lo que significaba hacer el amor. Compartir su cuerpo con alguien no por obligación o miedo, sino porque los hacía estar más cerca.
En un único latido de corazón, él era suyo y ella era suya.
_________ ardió ante la sensación de Nick profundamente en su interior. Toda su vida se había preguntado cómo se sentiría. Pero la imaginación no tenía nada que ver con esta realidad. Nada con la belleza de sentir la serena fuerza de Nick bajo ella.
Él era tan duro y fiero y todavía tan gentil. Lamentaba no poder avanzar en su interior o más al punto que pudiera abrigarse a su alrededor e impedir que le hicieran daño para siempre.
Si solo le dejara.
Nick ahuecó su cara en las manos y la besó apasionadamente un instante antes de correrse con tal fuerza que lo dejó temporalmente confuso. Gruñendo, se retiró para mirar fijamente sus ojos mientras saboreaba la primera verdadera dicha que alguna vez había conocido.
Y esta fue seguida por un temor tan profundo que su corazón dejó de latir. Ahora que habían terminado, ¿Cómo reaccionaría?
¿Lo apartaría? ¿Lloraría? ¿Lo odiaría? ¿Lo maldeciría?
Él contuvo la respiración, esperando.
Sonriendo, ella se inclinó contra su pecho y se acurrucó allí igual que una gatita mientras sus cuerpos estaban todavía unidos. Ella dejó escapar un profundo suspiro mientras acariciaba su hombro y brazo.
—Eso fue incluso mejor de lo que había soñado.
Nick se estremeció esperando todavía lo peor.
—¿No estás furiosa conmigo?
—¿Por qué debería? —ella tomó su mano en las de ella y se la llevó a los labios de modo que pudiera mordisquear sus nudillos.
Nick se relajó cuando se dio cuenta de que ella no estaba enfadada o molesta con él por lo que habían hecho.
Y cuanto más se relajaba, más disfrutaba de la sensación de su cuerpo desnudo tendido contra el suyo.
—Podría quedarme así para siempre.
—¿No sería fantástico?
El asintió mientras inclinaba su cabeza contra la de ella e inhalaba la esencia de su pelo. Desafortunadamente, él se sintió deslizarse fuera de ella. Maldición.
—Será mejor que me encargue de esto —él se movió de mala gana de su lado de modo que pudiera quitarse el condón.
_________ lo observó dejar la cama. Odiando no verle, se estiró a por sus gafas. Después de ponerlas en su lugar, abrió el Sprite que había dejado allí y tomó un sorbo.
Nick volvió con un paño mojado para ella.
—Lamento que sea tan desastroso.
Ella acarició sus labios con los dedos.
—Me gusta tu desastre. Yo creo que sabes maravillosamente. —ella intercambió su bebida por el paño.
Nick nunca había probado antes la soda. Curioso, le dio un sorbo y se sorprendió por la aguda acidez.
—Wow, esto es realmente bueno.
—¿No habías probado antes el Sprite?
—No.
Ella puso los ojos en blanco mientras se limpiaba.
—Lo sé, te atienes a la cerveza.
Nick no respondió mientras tomaba otro profundo trago. Ella frunció el ceño ante un extraña ola de vértigo atravesándole la cabeza. Si no supiera que era imposible, pensaría que se estaba achispando. Pero eso era imposible. Como dios, no podía emborracharse. E incluso si lo hiciera, no había nada en la soda que lo embriagara.
_________ frunció el ceño cuando vio a Nick vaciar los 600 mililitros de Sprite de un trago.
—¿Nick?
—¿Hay más de esto?
Él estaba actuando de forma peculiar. Como si estuviera borracho.
—Debería haber otra botella en la nevera.
Él se lamió los labios mientras ahuecaba su barbilla en la mano.
—Sabes, eres hermosa para ser una humana.
—¿Qué sería si no?
Él se rió antes de besarla.
—Podrías ser una diosa, pero no eres lo bastante zorra para eso. Aunque, Katra no es una zorra. Ella es hermosa igual que tú. — Él inclinó la cabeza como si se le ocurriese otro arbitrario pensamiento—. Tengo que ver pronto a mi hija. Va a tener un bebé. Una niña sólo que no igual que ella. Este bebé suyo tendrá mucho más poder. Solo espero que tenga lo bastante de su padre y no sea una diosa de la destrucción. Ya hay demasiados de nosotros. Necesitamos más que sean innatamente buenos.
_________ estaba confundida por su extraño tono que era medio griego y medio inglés.
—¿De qué en el mundo me estás hablando? —No había manera de que fuese lo bastante viejo para tener una hija lo bastante mayor para dar a luz un bebé—. ¿Estás jodiendo conmigo, Nick?
Él le pellizcó el pecho.
—Ya lo he hecho, _________, y he disfrutado como no he disfrutado jamás. ¿Dónde está esa bebida?
Ella le tendió otra botella.
—¿Estás borracho?
—Me siento borracho —él levantó la mirada y sonrió intensamente—. Estoy borracho de tu belleza. Mira lo que me has hecho, humana. —él tomó un sorbo de Sprite, entonces lo dejó a un lado y se estiró a por ella—. Tócame, _________, me siento tan limpio y completo cuando me tocas.
Él frotó su mano contra su pecho, arrastrando sus uñas sobre sus pezones y cuando lo hizo, ella vio una cicatriz aparecer desde su garganta bajando todo el camino hasta su ombligo. Otra cicatriz, la marca de una mano, apareció rodeándole la garganta mientras su pelo cambiaba de negro a rubio.
—¿Nick?
Sus ojos se volvieron de un oscuro y fiero rojo.
Aterrada, _________ corrió hacia la puerta.
De algún modo Nick apareció frente a ella.
—¿A dónde vas?
Aterrada e insegura de él, tragó saliva.
—¿Qué eres?
—Soy un dios, _________. El último del panteón Atlante.
Nick es tan......
Nick frunció el ceño cuando vio a _________ dejar la pista. ¿Se encuentra bien? Gesticuló a Pam.
Pam asintió de modo tranquilizador.
Aliviado, no podía esperar hasta que la canción terminara. Al instante de hacerlo, deslizó su Fender sobre la espalda, lo desenchufó, y saltó sobre la pista.
—Divertíos, chicos —le dijo Pam mientras Kim se reía tontamente— Os veremos a los dos más tarde. Dile a _________ que me llame mañana.
—Lo haré. —Nick atravesó por entre el público mientras se dirigía escaleras arriba.
Justina y Katherine también los dejaron con una promesa de regresar en la mañana.
Nick cerró la puerta exterior y le pasó la llave antes de abrir la principal con una visual. Al momento en que vio a _________, se congeló. Vestida en un sheer black teddy que mostraba cada curva de su cuerpo, estaba deslumbrante. Se había pasado las manos por el pelo, haciendo que pareciera desordenado.
Haciéndola verse deliciosa.
—Déjame ir a darme una rápida afeitada.
Ella frunció el ceño.
—¿Afeitada?
Él se pasó el dorso de los dedos por la mandíbula, sintiendo como raspaba.
—No quiero arañarte.
Su prudencia tocó a _________. Hasta que intentó entrar en el cuarto de baño con la guitarra en su espalda. Él maldijo cuando esta quedó atascada en ambos lados de la entrada. Su cara se tiñó con el color de su vergüenza.
—Supongo que debería quitarme esto. —él la deslizó por encima de la cabeza antes de apoyarla contra la pared.
Ella se cubrió la sonrisa con la mano mientras intentaba no reírse. Podía ser tan adorable a veces.
Mientras él estaba en el cuarto de baño, ojeó rápidamente los apuntes que había hecho en el libro de Tabitha. Cuando él cerró el agua, ella dejó el libro en la mesilla de noche y trató de posar de manera seductora sobre la cama.
Nick detuvo la toalla contra su barbilla cuando vio a _________ sobre la cama con sus piernas dobladas bajo ella. Estaba intentando parecer seductora, pero con las gafas puestas, era una extraña combinación de la _________ seria y zorra.
Y esto hizo que se le pusiera dura. Tirando la toalla a un lado, dejó caer el abrigo en la entrada, entonces se sacó la camiseta por la cabeza.
_________ se quedó atónita por ese cuerpo y los músculos que se ondulaban. Él se arrodilló en la cama y gateó hacia ella como algún sigiloso y hambriento predador.
Se detuvo sobre ella cuando su largo pelo negro cayó hacia delante enmarcando su rostro. Sus cuerpos no estaban tocando, pero sus turbulentos ojos plateados la chamuscaban con calor. Los músculos de sus brazos se abultaron al soportar su peso cuando encontró su mirada. Era abierta, honesta, y al mismo tiempo el miedo detrás de aquellos ojos y se preguntaba que lo causaba.
El olor del cuerpo y piel masculina la puso instantáneamente mojada. Él sumergió su cabeza hacia la suya y ella tembló cuando solo sus labios entraron en contacto con los suyos. Entonces aunque lentamente mientras profundizaba el beso a uno de una extrema potencia, se dejó ir sobre ella hasta que su peso presionó contra ella.
_________ suspiró ante la increíble sensación de su cuerpo sobre el suyo, de sus delgadas caderas descansando entre sus piernas. Su corazón se desbocaba ante el bulto en sus pantalones presionándose contra el centro de su cuerpo. Había solo tanto de él. Ella se deleitó en el modo que él la rodeaba con fuerza y calidez.
Ella deslizó sus manos sobre su perfecto trasero, sintiendo sus músculos contraerse y tensarse mientras su boca aprisionaba la suya. Abrigando su cuerpo alrededor del suyo, giró sobre él hasta tenerlo debajo.
Nick no se movió cuando ella se retiró para besar el declive desde su pecho hacia el ombligo. La vista de ella tan hambrienta por él lo hizo dolerse no solamente la lujuria sino de alguna parte interior que quería, sólo una vez, tener a alguien que realmente lo amara. Ella lo cubrió a través de los pantalones, haciéndolo gruñir de placer. Levantando la mirada, le sonrió mientras le pellizcaba el estómago. Su travesura era tan encantadora y dulce. Tan preciosa.
Él ahuecó su cara en las manos y le devolvió la sonrisa mientras procuraba gravar a fuego ese recuerdo en su corazón de modo que siempre lo tuviera cerca. Ella se movió para quitarle las botas. Todavía se sostuvo perfectamente mientras ella las desabrochaba y se las quitaba. Le lanzó la bota al suelo.
Le sacó la otra bota y la lanzó por encima del hombro antes de moverse hacia sus pantalones. Nick jadeó por aliento y lo sostuvo mientras ella se estiraba hacia su cremallera. La visión de su cabeza posicionada sobre su cremallera… Era casi suficiente para hacer que se corriera.
Ella volvió a subirse las gafas sobre la nariz. Sonriéndole, le desabrochó los pantalones. Nick esperó, su corazón latía acelerado mientras ella lentamente deslizaba la cremallera para exponerlo.
_________ se mordió el labio en satisfacción cuando lo liberó de sus pantalones. El hombre estaba completamente dotado y era enorme. No es que la sorprendiera. Sus anteriores encuentros con ese bulto le habían dado alguna idea de su tamaño, pero eso…
Ella le quitó los pantalones y se tomó un minuto para vagar por la belleza de su desnudo cuerpo. Tabitha tenía razón, podía hacerse rica si le sacaba fotos y las enviaba online. Él era impresionante. Absolutamente impresionante. Desde los anchos hombros hasta las estrechas caderas, bajando por esas largas y musculosas piernas moteadas de oscuro vello.
Y ella quería complacer cada pedacito de él.
Sacándose las gafas, las dejó sobre la mesilla, entonces volvió para acariciar su dureza.
Nick echó la cabeza hacia atrás cuando el placer lo asaltó. La observó con los ojos entrecerrados mientras estudiaba su pene. Abriendo los labios, empezó a tomar la punta en su boca, después retrocedió y frunció el ceño. Inclinó la cabeza y abrió los labios como si intentara averiguar la mejor manera de probarlo.
Ella se movió de nuevo hacia su pene, retrocediendo de nuevo… otra vez.
—Me estás matando, _________.
—Lo siento. —se apresuró a alejarse de él y se puso las gafas antes de abrir el cajón y sacar un libro.
Nick frunció el ceño mientras ella hojeaba las páginas a una sección que tenía un pequeño marcador de libros y apuntes en el margen.
—¿Qué estás haciendo?
Ella bajó el dedo por las notas.
—Sólo quiero asegurarme de que lo hago bien.
Inclinando sobre un codo, le mordisqueó el hombro, entonces jadeó ante los gráficos dibujos de una mujer bajando sobre un hombre. Él le sacó el libro de las manos y miró con ceño fruncido el título.
—¿Cómo Chupar su Pepino?
Ella se encogió de manera adorable.
—Sabes que no sé lo que estoy haciendo. Quería asegurarme de complacerte, también.
Aquellas palabras golpearon un acorde tan profundo dentro de él que durante un sólido minuto no pudo respirar debido al cúmulo de emociones que sintió por ella.
No hay nada que puedas hacer que no me complazca. —Él la besó suavemente mientras dejaba caer el libro al suelo—. No necesitas eso, _________ —le quitó las gafas y las volvió a colocar en su sitio antes de volver a sus labios—. Todo lo que tienes que hacer es tocarme y te prometo que estaré en éxtasis.
_________ tragó cuando le dirigió la mano a su pene y le mostró como acariciarle. Queriendo hacerle feliz, bajó la cabeza para probar la humedad que escapaba de la punta.
Nick dejó de moverse en el momento en que sus labios se cerraron alrededor de su pene. No queriendo lastimarla, no se atrevió ni a respirar mientras ella lo exploraba con la boca.
—Tienes la más dulce de las lenguas —gruñó él.
Ella deslizó las manos sobre sus muslos hasta ahuecar su saco mientras lo saboreaba. Nick estaba cegado por el placer de su toque. Incapaz de contenerse, se apartó de ella.
—Tengo mucho control, _________, pero no contigo haciendo eso y deseo tanto estar dentro de ti como para estropearlo.
—Bien. —Ella se inclinó de lado y se sacó las lujuriosas bragas negras. Nick observó como las deslizaba bajándolas por esas largas y gráciles piernas. Su boca se le hizo literalmente agua mientras su cuerpo se volvía tan duro que no podía dirigir ni una uña con él.
Ella tiró las bragas al suelo antes de sacar un preservativo de la mesilla de noche.
—¿Cómo lo hacemos?
Cuando lo desempaquetó y se lo puso, mil posiciones diferentes de cómo le gustaría tomarla juguetearon por su mente. Y sólo el pensamiento de estar dentro de ella era suficiente para hacerle gemir.
Pero el sexo siempre duele la primera vez y él era lo bastante grande para hacerlo insoportable para ella. Eso era lo último que quería.
—Primero, tenemos que hacer que tu cuerpo esté listo para mí.
—Yo estoy lista.
Él se rió de su impaciencia. Con el cuerpo ardiendo, hundió el pulgar dentro de ella. Ella mordió su labio y dio un respingo en respuesta.
—Estás mojada —él bajó la cabeza para lamerla y hacerla incluso más resbaladiza.
_________ abrió las piernas deseando sentir tanto de él como fuera posible.
—Me estás matando, Nicholas.
—Paciencia, amor, paciencia. —él deslizó un largo dedo en su interior. Ella tembló en respuesta cuando su lengua giró y jugueteó. Ese dedo fue seguido por otro. Él deslizó su barbilla contra ella.
—Córrete para mí, _________. Quiero probarte.
Cuando él volvió a ella, no tuvo elección excepto obedecer. Su orgasmo salpicó a través de ella hasta que estuvo segura que moriría por ello. Ola después de ola se estrellaban sobre ella y él todavía no la penetraba.
En vez de eso, le dio la vuelta, sobre su estómago. Antes de que pudiera preguntarle que intentaba, empezó a masajearla. No un masaje normal, sino uno que aflojaba cada músculo de su cuerpo.
—No te quiero tensa, —le explicó, su voz espesa con su melódico acento.
—Oh, créeme, soy masilla.
Su profunda risa llenó sus oídos antes de que él deslizara sus dedos dentro de ella otra vez.
Nick se mordió el labio mientras su cuerpo se dolía, queriendo estar dentro de ella. Ahora estaba incluso más mojada. Un orgasmo más y sería capaz de penetrarla sin mucho dolor.
Inclinándose, le pellizcó las nalgas.
_________ gritó ante el placentero dolor que fue seguido por sus manos conduciéndose incluso más profundamente dentro de ella mientras Nick trasladaba su boca a besar la base de su columna. Él le empujó el vestido hasta los hombros con el rostro mientras sus manos obraban magia sobre su cuerpo. Entonces el movió la mano de modo que pudiera frotar su pene contra ella sin penetrarla. Ella jadeó ante la sensación mientras él movía las manos para cubrir sus pechos.
Esto era más de lo que ella podía soportar. Antes de que pudiera recuperar el aliento, su cuerpo explotó otra vez.
Esta vez, él se condujo profundamente en su cuerpo mientras su orgasmo remontaba. _________ gruñó ante la extraña sensación de su cuerpo dentro del suyo. El grosor sólo hacía su orgasmo más intenso.
Ella gritó por el ciego placer de esto.
Con la garganta seca, Nick no se movió cuando sintió el cuerpo de ella aferrando el suyo. Le tomó toda su fuerza no empujar, pero no era aún el momento. Su cuerpo todavía se estiraba para acomodarlo.
—¿Estás bien?
—¿Estás de broma? —Ella se deslizó bajando por su eje.
Él jadeó cuando el placer casi anuló su control.
—¿Eso es que sí?
—Sí. —jadeó ella, cerrando con fuerza los ojos mientras todo su cuerpo temblaba.
Ella se meció contra él incluso más fuerte.
—¡Para! —gritó Nick.
_________ se congeló, temiendo que lo hubiese lastimado.
—¿Qué pasa?
Él salió de ella y rodó sobre su espalda para mirarla. Le apartó el pelo de la cara antes de pasar la almohadilla de su pulgar por su labio inferior.
—Quiero correrme mientras te miro.
Ella le besó mientras él tiraba de ella sobre su cuerpo. Ella se sentó a horcajas sobre sus caderas mientras se besaban.
Nick bajó su mano por la espalda de ella hasta tocarse a sí mismo de modo que pudiera guiarse de regreso a su interior. Ellos jadearon al unísono cuando ella se hundió bajando sobre él.
Cuando lo hizo, sus pensamientos susurraron a través de su cabeza. ¿Lo estaré haciendo bien? Espero que no esté decepcionado. ¿Por qué no puedo hacerlo con las gafas puestas para así poder verle mejor? Por favor no estés decepcionado, Nick.
Aquellos dudosos pensamientos lo atravesaron. Más que nada la sinceridad en ellos, la preocupación por él trajeron lágrimas a sus ojos.
—Eres maravillosa, _________. Perfecta.
Ella se detuvo bizqueando ante él.
—¿De verdad?
—Sí —jadeó él, estirándose hacia debajo de modo que pudiera acariciarla mientras ella lo montaba lenta y fácilmente. Con la garganta apretada, su gentileza lograba penetrar donde los latigazos no lo habían hecho.
Una pequeña lágrima se deslizó desde la esquina de su ojo derecho. Cerrándolos de golpe se rindió a ella. Ahora mismo, en este momento, ella era su dueña de una manera que nadie lo había sido antes.
No, ella no era su dueña.
Se daba a sí mismo a ella y por primera vez, entendía la diferencia. Entendía lo que significaba hacer el amor. Compartir su cuerpo con alguien no por obligación o miedo, sino porque los hacía estar más cerca.
En un único latido de corazón, él era suyo y ella era suya.
_________ ardió ante la sensación de Nick profundamente en su interior. Toda su vida se había preguntado cómo se sentiría. Pero la imaginación no tenía nada que ver con esta realidad. Nada con la belleza de sentir la serena fuerza de Nick bajo ella.
Él era tan duro y fiero y todavía tan gentil. Lamentaba no poder avanzar en su interior o más al punto que pudiera abrigarse a su alrededor e impedir que le hicieran daño para siempre.
Si solo le dejara.
Nick ahuecó su cara en las manos y la besó apasionadamente un instante antes de correrse con tal fuerza que lo dejó temporalmente confuso. Gruñendo, se retiró para mirar fijamente sus ojos mientras saboreaba la primera verdadera dicha que alguna vez había conocido.
Y esta fue seguida por un temor tan profundo que su corazón dejó de latir. Ahora que habían terminado, ¿Cómo reaccionaría?
¿Lo apartaría? ¿Lloraría? ¿Lo odiaría? ¿Lo maldeciría?
Él contuvo la respiración, esperando.
Sonriendo, ella se inclinó contra su pecho y se acurrucó allí igual que una gatita mientras sus cuerpos estaban todavía unidos. Ella dejó escapar un profundo suspiro mientras acariciaba su hombro y brazo.
—Eso fue incluso mejor de lo que había soñado.
Nick se estremeció esperando todavía lo peor.
—¿No estás furiosa conmigo?
—¿Por qué debería? —ella tomó su mano en las de ella y se la llevó a los labios de modo que pudiera mordisquear sus nudillos.
Nick se relajó cuando se dio cuenta de que ella no estaba enfadada o molesta con él por lo que habían hecho.
Y cuanto más se relajaba, más disfrutaba de la sensación de su cuerpo desnudo tendido contra el suyo.
—Podría quedarme así para siempre.
—¿No sería fantástico?
El asintió mientras inclinaba su cabeza contra la de ella e inhalaba la esencia de su pelo. Desafortunadamente, él se sintió deslizarse fuera de ella. Maldición.
—Será mejor que me encargue de esto —él se movió de mala gana de su lado de modo que pudiera quitarse el condón.
_________ lo observó dejar la cama. Odiando no verle, se estiró a por sus gafas. Después de ponerlas en su lugar, abrió el Sprite que había dejado allí y tomó un sorbo.
Nick volvió con un paño mojado para ella.
—Lamento que sea tan desastroso.
Ella acarició sus labios con los dedos.
—Me gusta tu desastre. Yo creo que sabes maravillosamente. —ella intercambió su bebida por el paño.
Nick nunca había probado antes la soda. Curioso, le dio un sorbo y se sorprendió por la aguda acidez.
—Wow, esto es realmente bueno.
—¿No habías probado antes el Sprite?
—No.
Ella puso los ojos en blanco mientras se limpiaba.
—Lo sé, te atienes a la cerveza.
Nick no respondió mientras tomaba otro profundo trago. Ella frunció el ceño ante un extraña ola de vértigo atravesándole la cabeza. Si no supiera que era imposible, pensaría que se estaba achispando. Pero eso era imposible. Como dios, no podía emborracharse. E incluso si lo hiciera, no había nada en la soda que lo embriagara.
_________ frunció el ceño cuando vio a Nick vaciar los 600 mililitros de Sprite de un trago.
—¿Nick?
—¿Hay más de esto?
Él estaba actuando de forma peculiar. Como si estuviera borracho.
—Debería haber otra botella en la nevera.
Él se lamió los labios mientras ahuecaba su barbilla en la mano.
—Sabes, eres hermosa para ser una humana.
—¿Qué sería si no?
Él se rió antes de besarla.
—Podrías ser una diosa, pero no eres lo bastante zorra para eso. Aunque, Katra no es una zorra. Ella es hermosa igual que tú. — Él inclinó la cabeza como si se le ocurriese otro arbitrario pensamiento—. Tengo que ver pronto a mi hija. Va a tener un bebé. Una niña sólo que no igual que ella. Este bebé suyo tendrá mucho más poder. Solo espero que tenga lo bastante de su padre y no sea una diosa de la destrucción. Ya hay demasiados de nosotros. Necesitamos más que sean innatamente buenos.
_________ estaba confundida por su extraño tono que era medio griego y medio inglés.
—¿De qué en el mundo me estás hablando? —No había manera de que fuese lo bastante viejo para tener una hija lo bastante mayor para dar a luz un bebé—. ¿Estás jodiendo conmigo, Nick?
Él le pellizcó el pecho.
—Ya lo he hecho, _________, y he disfrutado como no he disfrutado jamás. ¿Dónde está esa bebida?
Ella le tendió otra botella.
—¿Estás borracho?
—Me siento borracho —él levantó la mirada y sonrió intensamente—. Estoy borracho de tu belleza. Mira lo que me has hecho, humana. —él tomó un sorbo de Sprite, entonces lo dejó a un lado y se estiró a por ella—. Tócame, _________, me siento tan limpio y completo cuando me tocas.
Él frotó su mano contra su pecho, arrastrando sus uñas sobre sus pezones y cuando lo hizo, ella vio una cicatriz aparecer desde su garganta bajando todo el camino hasta su ombligo. Otra cicatriz, la marca de una mano, apareció rodeándole la garganta mientras su pelo cambiaba de negro a rubio.
—¿Nick?
Sus ojos se volvieron de un oscuro y fiero rojo.
Aterrada, _________ corrió hacia la puerta.
De algún modo Nick apareció frente a ella.
—¿A dónde vas?
Aterrada e insegura de él, tragó saliva.
—¿Qué eres?
—Soy un dios, _________. El último del panteón Atlante.
Nick es tan......
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
CAPÍTULO CATORCE
Aterrada, _________ se alejó de Nick cuando esas palabras la atravesaron. Estaba loco… y estaba en una habitación insonorizada con un lunático.
¡Oh dios querido!
—Ok —dijo lentamente, estirando la palabra hasta que pudo pensar en alguna forma de conseguir llegar a la puerta tras él y salir indemne de la habitación antes de que la matara—. Calmémonos. ¿Puedo conseguir que el Nick normal y amigable regrese?
Parecía como si sus palabras lo lastimaran.
—No me tengas miedo, _________. Quería decirte que era un dios, pero no sabía cómo —cerrando los ojos, se deslizó contra la puerta para sentarse en el suelo con las piernas recogidas contra el pecho.
Ese gesto le recordó a un niño pequeño que estaba enfadado porque había sido enviado a su habitación por algo que no había querido hacer.
—Sabía que no te gustaría si descubrías la verdad. A nadie le gusto cuando lo descubren —levantó la mirada hacia ella y sus ojos volvieron a ese remolineante color plateado—. Le llamaron Nicholas por el río del infortunio y la pena. Al igual que el río del Inframundo, su viaje será oscuro, largo y sin fin. Será capaz de dar vida y quitarla. Caminará a través de su vida solo y abandonado… buscando incluso amabilidad y encontrando siempre crueldad. Que los dioses se apiaden de ti, pequeño. Nadie más lo hará.
_________ frunció el ceño cuando recitó algo que obviamente le causaba un gran dolor.
—¿De dónde salió eso?
Un tic pulsó en su mandíbula mientras sus mejillas se teñían con color. ¿Cómo podía un lunático ser tan guapo?
—Eso fue lo que dijo la sacerdotisa sobre mí cuando nací en el mundo de los mortales como un dios maldito porque mi padre quería que mi madre me matara para evitar que nuestro panteón se viniera abajo —apartó la mirada—. Desearía que lo hubiese hecho… No sabes lo que es caminar solo por el mundo siempre en medio de una muchedumbre. Todo el mundo me ve, pero nadie me conoce —dejó caer la cabeza en las manos—. Nunca debería haberte tocado. ¿Qué he hecho? Pagaré por esta noche durante el resto de la eternidad —la angustia en su tono la atravesó.
_________ se acercó lentamente.
—Si eres realmente un dios antiguo, pruébamelo. Haz que vea claramente sin mis gafas.
Él mantuvo la cara enterrada sobre sus brazos.
—De acuerdo.
La palabra apenas había dejado sus labios antes de que su visión se nublara. Jadeó con fuerza por el dolor. Quitándose las gafas, parpadeó y entonces jadeó cuando todo empezó a enfocarse. Todo.
Entonces su enmarañado babydoll se convirtió en un vestido de seda flotante que colgaba sobre su cuerpo y la cubría completamente. Incapaz de creerlo, deslizó las manos sobre la fría nube de material y miró alrededor de la habitación a las cosas que siempre habían sido sombras. Ahora era todo fuerte y nítido.
Todo.
Lo cual quería decir que tenía que tomar una decisión. Le estaba diciendo la verdad, era un ardiente sanador o ambos estaban locos.
Optó por la verdad, que explicaba mucho más que sólo su habilidad para ver claramente. Explicaba sus extraños ojos y la habilidad para leer un lenguaje que nadie había podido identificar siquiera.
Arrodillándose en el suelo a su lado, se aproximó cuidadosamente, lista para saltar si era necesario.
—Evitaste que muriera, ¿no es cierto?
Levantó la cabeza y se estiró para poner una mano sobre la pequeña cicatriz en el antebrazo que tenía desde un accidente infantil con una botella rota. Cuando la tocó, ésta brilló y se desvaneció.
—Sé que es mejor no interferir en el orden natural, pero no podía dejarte morir. No quería verte sufrir.
—¿Por qué lo hiciste?
Él dirigió la mano de ella a su cara, de modo que tocara su mejilla mientras la miraba. Sus ojos, y el dolor que había en ellos, quemaron profundamente su alma.
—Porqué no me siento hecho pedazos cuando me miras.
Esas palabras trajeron lágrimas a sus ojos.
—¿Por qué te sientes hecho pedazos?
Frotó la cara contra su palma y cuando habló, su respiración le chamuscó la piel. Pero eran sus palabras las que marcaron a hierro su corazón.
—Fui destrozado como niño y hecho a un lado, igual que un trozo de basura que nadie quiere. Pero tú no me tratas de esa manera. Ves en mí únicamente al humano y tocas cada parte de mí. Me haces sentir completo y querido.
_________ lo atrajo hacia ella y lo sostuvo cerca mientras las lágrimas caían finalmente.
—Amo cuando me sostienes —susurró contra su hombro.
_________ inclinó la mejilla contra la coronilla de su cabeza.
—¿Por qué viniste a Nashville?
Se puso rígido en sus brazos, entonces habló en un lenguaje que no podía entender.
—No sé lo que estás diciendo, Nick.
Se echó hacia atrás y le acunó la cara de modo que ella pudiera ver la furia que teñía el exterior de sus ojos con una línea roja.
—Nadie puede saber de la Atlántida. No pueden saber de mi, _________. Nadie puede saber siquiera que estuve allí o lo que soy ahora. No pretendo lastimarte, pero no puedo dejar que me expongas. Jamás —gruñó la última palabra entre dientes.
Un temblor de miedo pasó a través de ella junto con una sacudida de furia.
—¿Fuiste el que mató a mis padres cuando se acercaron demasiado?
Él sacudió la cabeza en negación.
—No me gusta tomar vidas humanas. Son demasiado cortas. Daimons, demonios, inmortales y dioses… ellos son suficiente entretenimiento. Pero no me entrometo con humanos si puedo evitarlo. No les haría lo que me hicieron a mí.
—¿Qué te hicieron?
Hizo una mueca y se alejó. Intentó ponerse en pie, entonces se tambaleó y cayó de nuevo al suelo. Su expresión era de desconcierto, le recordaba a un niño no a un poderoso dios.
—¿Qué me pasa?
—Creo que estás borracho —parecía extremadamente embriagado.
—Estoy borracho, pero no sé por qué –empezó a tenderse en el suelo.
_________ lo detuvo.
—Tenemos que conseguir que vuelvas a la cama. Vamos, dulzura, ayúdame a llevarte allí.
Mientras se dirigían hacia la cama, su pelo se volvió negro, después de un verde muy oscuro entrelazado con líneas negras. Incluso habiendo sido perforado, el piercing de su nariz se desvaneció junto con las cicatrices. Lo ayudó a tenderse y lo cubrió con una sábana. Cuando cerró los ojos, se dio cuenta de algo.
Por primera vez, estaba viendo a su persona real. Estaba completamente desnudo y expuesto. Y no estaba hablando de su cuerpo. No tenía defensas contra ella. Ni gafas de sol o piercings tras los que ocultarse. Estaba completamente vulnerable y algo le decía que nunca había estado de esa manera con nadie.
Le pasó la mano sobre el pecho cuando otro pensamiento atravesó su mente. Nicholas era Atlante.
Atlante… Conocía los secretos que había tratado de aprender durante toda su vida. Dios querido, estaba tocando a alguien que había vivido miles y miles de años. Apenas podía concebirlo. Él había visto las culturas que siempre la habían fascinado.
—¿Nick?
—¿Mmmm?
—¿Cómo era la Atlántida?
Dejó escapar un cansado suspiro.
—Era horrible y hermosa.
—¿Puedes enseñármela?
Aterrada, _________ se alejó de Nick cuando esas palabras la atravesaron. Estaba loco… y estaba en una habitación insonorizada con un lunático.
¡Oh dios querido!
—Ok —dijo lentamente, estirando la palabra hasta que pudo pensar en alguna forma de conseguir llegar a la puerta tras él y salir indemne de la habitación antes de que la matara—. Calmémonos. ¿Puedo conseguir que el Nick normal y amigable regrese?
Parecía como si sus palabras lo lastimaran.
—No me tengas miedo, _________. Quería decirte que era un dios, pero no sabía cómo —cerrando los ojos, se deslizó contra la puerta para sentarse en el suelo con las piernas recogidas contra el pecho.
Ese gesto le recordó a un niño pequeño que estaba enfadado porque había sido enviado a su habitación por algo que no había querido hacer.
—Sabía que no te gustaría si descubrías la verdad. A nadie le gusto cuando lo descubren —levantó la mirada hacia ella y sus ojos volvieron a ese remolineante color plateado—. Le llamaron Nicholas por el río del infortunio y la pena. Al igual que el río del Inframundo, su viaje será oscuro, largo y sin fin. Será capaz de dar vida y quitarla. Caminará a través de su vida solo y abandonado… buscando incluso amabilidad y encontrando siempre crueldad. Que los dioses se apiaden de ti, pequeño. Nadie más lo hará.
_________ frunció el ceño cuando recitó algo que obviamente le causaba un gran dolor.
—¿De dónde salió eso?
Un tic pulsó en su mandíbula mientras sus mejillas se teñían con color. ¿Cómo podía un lunático ser tan guapo?
—Eso fue lo que dijo la sacerdotisa sobre mí cuando nací en el mundo de los mortales como un dios maldito porque mi padre quería que mi madre me matara para evitar que nuestro panteón se viniera abajo —apartó la mirada—. Desearía que lo hubiese hecho… No sabes lo que es caminar solo por el mundo siempre en medio de una muchedumbre. Todo el mundo me ve, pero nadie me conoce —dejó caer la cabeza en las manos—. Nunca debería haberte tocado. ¿Qué he hecho? Pagaré por esta noche durante el resto de la eternidad —la angustia en su tono la atravesó.
_________ se acercó lentamente.
—Si eres realmente un dios antiguo, pruébamelo. Haz que vea claramente sin mis gafas.
Él mantuvo la cara enterrada sobre sus brazos.
—De acuerdo.
La palabra apenas había dejado sus labios antes de que su visión se nublara. Jadeó con fuerza por el dolor. Quitándose las gafas, parpadeó y entonces jadeó cuando todo empezó a enfocarse. Todo.
Entonces su enmarañado babydoll se convirtió en un vestido de seda flotante que colgaba sobre su cuerpo y la cubría completamente. Incapaz de creerlo, deslizó las manos sobre la fría nube de material y miró alrededor de la habitación a las cosas que siempre habían sido sombras. Ahora era todo fuerte y nítido.
Todo.
Lo cual quería decir que tenía que tomar una decisión. Le estaba diciendo la verdad, era un ardiente sanador o ambos estaban locos.
Optó por la verdad, que explicaba mucho más que sólo su habilidad para ver claramente. Explicaba sus extraños ojos y la habilidad para leer un lenguaje que nadie había podido identificar siquiera.
Arrodillándose en el suelo a su lado, se aproximó cuidadosamente, lista para saltar si era necesario.
—Evitaste que muriera, ¿no es cierto?
Levantó la cabeza y se estiró para poner una mano sobre la pequeña cicatriz en el antebrazo que tenía desde un accidente infantil con una botella rota. Cuando la tocó, ésta brilló y se desvaneció.
—Sé que es mejor no interferir en el orden natural, pero no podía dejarte morir. No quería verte sufrir.
—¿Por qué lo hiciste?
Él dirigió la mano de ella a su cara, de modo que tocara su mejilla mientras la miraba. Sus ojos, y el dolor que había en ellos, quemaron profundamente su alma.
—Porqué no me siento hecho pedazos cuando me miras.
Esas palabras trajeron lágrimas a sus ojos.
—¿Por qué te sientes hecho pedazos?
Frotó la cara contra su palma y cuando habló, su respiración le chamuscó la piel. Pero eran sus palabras las que marcaron a hierro su corazón.
—Fui destrozado como niño y hecho a un lado, igual que un trozo de basura que nadie quiere. Pero tú no me tratas de esa manera. Ves en mí únicamente al humano y tocas cada parte de mí. Me haces sentir completo y querido.
_________ lo atrajo hacia ella y lo sostuvo cerca mientras las lágrimas caían finalmente.
—Amo cuando me sostienes —susurró contra su hombro.
_________ inclinó la mejilla contra la coronilla de su cabeza.
—¿Por qué viniste a Nashville?
Se puso rígido en sus brazos, entonces habló en un lenguaje que no podía entender.
—No sé lo que estás diciendo, Nick.
Se echó hacia atrás y le acunó la cara de modo que ella pudiera ver la furia que teñía el exterior de sus ojos con una línea roja.
—Nadie puede saber de la Atlántida. No pueden saber de mi, _________. Nadie puede saber siquiera que estuve allí o lo que soy ahora. No pretendo lastimarte, pero no puedo dejar que me expongas. Jamás —gruñó la última palabra entre dientes.
Un temblor de miedo pasó a través de ella junto con una sacudida de furia.
—¿Fuiste el que mató a mis padres cuando se acercaron demasiado?
Él sacudió la cabeza en negación.
—No me gusta tomar vidas humanas. Son demasiado cortas. Daimons, demonios, inmortales y dioses… ellos son suficiente entretenimiento. Pero no me entrometo con humanos si puedo evitarlo. No les haría lo que me hicieron a mí.
—¿Qué te hicieron?
Hizo una mueca y se alejó. Intentó ponerse en pie, entonces se tambaleó y cayó de nuevo al suelo. Su expresión era de desconcierto, le recordaba a un niño no a un poderoso dios.
—¿Qué me pasa?
—Creo que estás borracho —parecía extremadamente embriagado.
—Estoy borracho, pero no sé por qué –empezó a tenderse en el suelo.
_________ lo detuvo.
—Tenemos que conseguir que vuelvas a la cama. Vamos, dulzura, ayúdame a llevarte allí.
Mientras se dirigían hacia la cama, su pelo se volvió negro, después de un verde muy oscuro entrelazado con líneas negras. Incluso habiendo sido perforado, el piercing de su nariz se desvaneció junto con las cicatrices. Lo ayudó a tenderse y lo cubrió con una sábana. Cuando cerró los ojos, se dio cuenta de algo.
Por primera vez, estaba viendo a su persona real. Estaba completamente desnudo y expuesto. Y no estaba hablando de su cuerpo. No tenía defensas contra ella. Ni gafas de sol o piercings tras los que ocultarse. Estaba completamente vulnerable y algo le decía que nunca había estado de esa manera con nadie.
Le pasó la mano sobre el pecho cuando otro pensamiento atravesó su mente. Nicholas era Atlante.
Atlante… Conocía los secretos que había tratado de aprender durante toda su vida. Dios querido, estaba tocando a alguien que había vivido miles y miles de años. Apenas podía concebirlo. Él había visto las culturas que siempre la habían fascinado.
—¿Nick?
—¿Mmmm?
—¿Cómo era la Atlántida?
Dejó escapar un cansado suspiro.
—Era horrible y hermosa.
—¿Puedes enseñármela?
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
ya estoy leyendo la maraton graciaaas
tkm!!
tkm!!
#Fire Rouge..*
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
OMG!!!! Waaaaaaa qe precioso qe es Nick!!!!!<33' qien no lo amaría así??? Por Dios!! Siguela pronto por favor! Jaja necesito saber qe mas sucede!^^ jaja esta serie de DH es adictiva!!!! :P gracias por poner el maratón!:)
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
oh!! gracias x la maraton... aunque no la he leido XD
ya me la pongo a leer!!!
ya me la pongo a leer!!!
angie- d jonas
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh
que tierno es nicholas
aaaaaaaahhhhh
me facinaron los capis
porfa no tardes en subir otros
me encata esta nove
chelis
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
me encanta pliss siguelaa plis plis !!!!
#Fire Rouge..*
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
LA ESCENA DEL SANTUARIO! LA ESCENA DEL SANTUARIO! AMO ESA ESCENA! :arre:
Sorry me dio un ataque JAJAJAJAJAJA
Es que de verdad amo este libro y ni que se diga de Ash es mi hombre perfecto.
El amor de mi vida!
HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
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LA ESCENA DEL SANTUARIO! LA ESCENA DEL SANTUARIO! AMO ESA ESCENA! :arre:
Sorry me dio un ataque JAJAJAJAJAJA
Es que de verdad amo este libro y ni que se diga de Ash es mi hombre perfecto.
El amor de mi vida!
Leelan_Soteria
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
oh... por dios nick no pudo ser mas lindo....
y se emborracho con el refresco?????
le mostrara a la rayiss la atlantida o sera muy doloroso para el???
please siguela amoooo esta nove jajaja
y se emborracho con el refresco?????
le mostrara a la rayiss la atlantida o sera muy doloroso para el???
please siguela amoooo esta nove jajaja
angie- d jonas
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