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Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 21 (Parte 2) •
Además de ser un hijo de puta caliente, Sawyer nunca había hecho nada que me hiciera sentir amenazada, insegura o asustada. Sentí todas esas cosas ahora.
—¿Qué es esto? —preguntó, cruzando la habitación hacia su cama—. ¿Un regalo?
No respondí. Todos los instintos de mi cuerpo se dispararon, diciéndome que saliera de esta habitación. Poco a poco comencé a caminar hacia la puerta.
Al ver la nota en la botella, los ojos de Sawyer se entrecerraron.
—“Diviértete liberándote tú mismo”. —Leyó, una lenta sonrisa se extendió en su rostro. Dejando caer la nota sobre la cama, su cabeza se giró hacia donde mí haciendo mi camino hacia la puerta.
—Oh, bebé, lo tengo planeado.
Fue en ese momento, que la expresión de su cara, aún más que sus palabras, hizo que la adrenalina en mi cuerpo viajara a toda velocidad.
Corrí hacia la puerta. No era lo suficientemente rápida.
—¿Ya te vas? —dijo Sawyer, agarrándome por detrás. Maldita sea, era fuerte para ser un borracho tambaleante. El baño en el agua fría del lago debió haberlo serenado—. Pero si acabas de llegar.
—Déjame ir, Sawyer —le advertí, tratando de liberar mis brazos de donde los había clavado a mis costados.
—¿O qué? —se burló, arrastrándome de vuelta a su cama—. ¿Vas a llorar por la perra de tu madre, o quizás por el imbécil de tu padre? ¿O tal vez por todos tus amigos que eran míos antes que tuyos? —Llegando a un lado de la cama, me tiró sobre el colchón, montándose encima de mí—. Sé una buena perra y compórtate. —Miró a propósito en su mesita de noche donde yo sabía que mantenía algún tipo de arma de fuego. Me había explicado que era para protegerse de los intrusos, pero al parecer, era también muy práctico para amenazar a una chica a hacer lo que él quisiera—. O voy a tener que hacer que te comportes.
—Dios, Sawyer. ¿Quién demonios eres? —le dije, agarrando la botella que rodaba sobre el colchón y lanzándola hacia él—. ¿Tú realmente has engañado a todo el mundo, no?
—No a todo el mundo —dijo, sacando la camisa mojada por su cabeza y arrojándola a un rincón—. Holly y Nicholas más o menos tienen mi número, pero mira cómo esta su reputación. Si yo fuera tú, después de esta noche, no iría llorando por las calles para contarle a la gente que soy una especie de monstruo. —Sonrió, con los ojos muy abiertos por la excitación—. Porque, cariño, no van a creer tu historia sobre la mía.
Me deslicé hacia el lado de la cama, calculando la cantidad de tiempo que me faltaría para llegar a la puerta, preguntándome si podría llegar más rápido que Sawyer. Puesto que se encontraba de pie entre la puerta y yo, las probabilidades no me favorecían.
—¿Por qué ahora? ¿Por qué meses después de ser un "paciente" novio estás haciendo esto ahora?
—Porque puedo —respondió, con las manos sobre el cinturón—, y porque quiero. Esa es toda la justificación que necesito.
Tenía que intentarlo. Tenía que hacerlo funcionar, porque de cualquier manera, Sawyer no se iba a detener.
—Ese es tu brillante plan, violar a una chica con la que acabas de pelear en presencia de doscientas personas.
Traté de apelar a su inteligencia, la poca que tenía en su estado de embriaguez, enloquecido.
—No, mi brillante plan es tener relaciones sexuales consentidas con mi novia que se va a ir en el otoño y quiere tener una noche romántica antes de separarnos —dijo, tirando de su correa.
Mierda. Él había pensado en esto. Y yo sabía que en un tribunal de justicia, su historia sería la que creerían. Ahora era el momento de correr.
Luchando en la cama, corrí hacia la puerta y antes de dar tres pasos, una cuerda rodeó mi cuello. Caí al suelo, tosiendo, sintiendo como si me estuviera ahogando en mi propia garganta.
—No te recomendaría que lo intentaras de nuevo —dijo Sawyer, de pie junto a mí, con el pelo goteando gotas de agua en mi cara. Volviendo la cabeza hacia otro lado, traté de recuperar el aliento.
—Un día, Sawyer Diamond —dije entre respiraciones cortadas—, alguien va a estar sobre ti de la misma forma en la que estás sobre mí ahora y te dará una patada en el culo. —Y voy a tener un asiento de primera fila.
Se dejó caer sobre mí, aplastándome con su peso. Empujando mis piernas con las rodillas, pasó la lengua por mi cuello hasta la punta de la oreja.
—Tal vez mañana —susurró en mi oído—, pero no esta noche. Nadie va a venir esta noche a rescatarte.
Sacudiendo las piernas, tratando de liberarme de su agarre, levanté mi cabeza.
—No, Sawyer —le dije muy cerca de su oreja—, nadie va a venir en tu rescate. —Y entonces las clases de defensa personal que mis padres me obligaron a tomar cuando tenía trece años pagaron su peso en oro. Hundiendo mis dientes en su oído, moví una pierna libre y lancé el pie una vez, dos veces, y una tercera vez en su entrepierna.
Rugió de dolor, con una mano agarrando su oreja y la otra agarrando su hombría.
Luchando para sacar el resto de mi cuerpo de debajo de él, me deslicé a lo largo de la alfombra, sabiendo que si no llegaba a la puerta antes de que él llegara a la mesita de noche, las clases de defensa personal no importarían.
Entonces cuando me arrastraba hacia la puerta, ésta fue abierta de golpe, parte del marco roto. Estallando a través de la puerta, se encontraba Nicholas, echó un vistazo a la escena ante él y se puso furioso. Animales rabiosos tenían mejor dominio de sí mismo que la furia que brillaba en sus ojos.
Sin decir una palabra, Nicholas se tiró encima de Sawyer, con los puños golpeándolo incluso antes de que Sawyer se diera cuenta de que había alguien más en la habitación. Volteando a Sawyer sobre su espalda, Nicholas se colocó a horcajadas sobre él, enfocando sus puños en su rostro.
Cada golpe aterrizó en una herida, liberando cada vez más sangre. Descifrar qué gruñidos eran de Nicholas o Sawyer era imposible. Cuando se hizo evidente que Nicholas no pensaba en darle una lección, sino quitarle la vida, me levanté del suelo y tropecé hacia ellos.
—Detente, Nicholas. —Mi voz temblaba casi tanto como mis piernas—. Detente. —Extendiendo mi mano, la apoyé en su hombro.
No se detuvo, pero sus golpes disminuyeron y su frecuencia decreció.
—Sí, es posible que desees escucharla —dijo Sawyer, escupiendo sangre por la boca sobre la alfombra—. A menos que quieras que te encierren de nuevo. ¿Quién va a estar aquí para cuidar a ____(tn) cuando la arrincone en alguna otra habitación, Jonas? —Sawyer miraba hacia Nicholas con una sonrisa sangrienta, desafiándolo como si tuviera un deseo de muerte.
Los músculos de Nicholas se tensaron debajo de mi mano, sus respiraciones subían y bajaban sus hombros quince centímetros cada vez.
—Me dije a mí mismo que la próxima vez que escuchara sobre ti haciéndole esto a otra chica, iba a arrancarte la polla y metértela en la garganta. Pero como la chica con la que te encontré es ____(tn)... —Me miró, su rostro delineado antes de inclinarse por lo que su rostro quedó a una pulgada de Sawyer—: Te voy a matar.
Y la cosa más aterradora que había sucedido hasta el momento esta noche fue esa amenaza. Porque no era una amenaza, me di cuenta por el tono de su voz que hablaba en serio.
En lugar de arrastrarme hacia ellos, me arrastré lejos, colocando mi cuerpo delante de la mesa de noche de Sawyer. Dudaba que Nicholas supiera si y dónde tenía un arma Sawyer, pero también sabía que él buscaría, y la mesita de noche sería la primera cosa en donde buscar.
Empujándolo hacia arriba, Nicholas se puso sobre Sawyer, hirviendo hacia él.
—____(tn) —dijo, con los ojos fijos en Sawyer—, ¿te importaría alejarte de allí, así puedo terminar con este hijo de puta?
Tragué saliva. Él ya sabía.
—No —le dije.
—____(tn), esto es entre él y yo en este momento —dijo, con la espalda temblorosa—. Muévete.
Mi pelea había cambiado de evitar que Sawyer me violara, a evitar que Nicholas lo moliera a golpes, y ahora a Nicholas de asesinarlo. Debería haber llegado a mi punto de agotamiento desde hace una puerta rota atrás, pero era una chica con mucha fuerza dentro.
—No —repetí, mi voz más fuerte.
—Maldita sea, ____(tn) —gritó Nicholas—, ¡se merece esto!
Me levanté, dando un paso hacia él.
—Lo sé —dije, dando unos pasos más hasta que pude poner mis manos alrededor de una de las suyas. Esperé que me mirara, y cuando finalmente lo hizo, vi el conflicto en sus ojos—. Pero tú no.
Sus ojos se cerraron, la rabia aún rodando fuera de él.
—Voy a quedarme encerrado para siempre un día, y no puedo imaginar una mejor razón para cumplir una sentencia de cadena perpetua que por llevarme un bastardo como él. No me importa, ____(tn).
Levantando una mano a su mejilla, incliné su rostro hacia el mío.
—Pero a mí sí.
Me miró, truenos retumbando a través de sus ojos, y luego hacia abajo a Sawyer. Todo su cuerpo se tensó de nuevo.
—Quiero matarlo, ____(tn). Quiero matarlo más de lo que he querido nada. —Una ondulación recorrió su espalda—. No sé cómo alejarme.
—Déjame ayudarte —le dije. Esperaría el tiempo que fuera necesario. No me iba a alejar, hasta que se alejara conmigo.
Debajo de Nicholas, Sawyer se rió entre dientes, escupiendo otro chorro de sangre.
—El delincuente y la zorra cabalgando hacia la puesta de sol juntos —dijo riendo—. No vamos a tener que aguantar la respiración para ese felices para siempre.
Nicholas se estremeció, pero no lo dejé ir.
—No desperdicies tu vida en este bastardo —le dije, negándome a mirar a Sawyer porque estaría bien si nunca tuviera que mirar esa cara de nuevo. Le sonreí a Nicholas—. ¿Por qué no la desperdicias conmigo en su lugar?
Las líneas se suavizaban en su rostro mientras sostenía mi mirada. Y, finalmente, sonrió.
—Aceptaré ese acuerdo.
Asintiendo hacia la puerta, empujé su mano.
Otra risa provino de Sawyer.
—Por lo menos alguien va a recibir un pedazo de ese culo esta noche.
Gemí. Sawyer no tenía sentido de auto-preservación.
Agarrándolo por el cuello de la camisa, Nicholas lo levantó.
—Tú no sabes cuándo callar —dijo Nicholas, levantando su puño apretado—. Deja que te ayude. —Condujo su puño cuadrado hacia la boca de Sawyer, enviándolo a estrellarse de nuevo en el suelo—. ____(tn). — Nicholas me miró, su cara serena—. Espérame en el pasillo —dijo—. No voy a matarlo —añadió, respondiendo mi mirada preventiva.
—Nicholas. —No lo iba a dejar solo con Sawyer.
—Mírame —dijo, esperando por mí—. Estoy bien. No lo voy a matar. —Y luego, me miró todo significativo—. Confía en mí.
Esta era mi oportunidad. Mi oportunidad para mostrarle la confianza que le había negado. La confianza que había merecido que yo sentía que no tenía. ¿Cómo podía decir que no y esperar que tuviéramos alguna vez una oportunidad de luchar?
No quería, no me gustaba, pero era necesario.
—Está bien —concordé.
Esa sonrisa que no había visto en su cara en mucho tiempo que pensé que había desaparecido para siempre, apareció.
—Estaré afuera pronto —dijo—. ¿Podrías llamar a Holly? Está esperando en el pasillo y creo que va a querer ver esto.
Confía. Confía. Confía.
—Está bien. Voy a esperar afuera —le dije—. No me hagas esperar demasiado tiempo. —Caminando hacia la puerta, alisé la espalda de mi vestido en su lugar, tratando de hacer lo mismo con mi pelo.
Apoyada contra la pared, Holly obviamente había estado colocada allí para asegurarse de que nadie tratara de interrumpir a Nicholas mientras se ocupaba de golpearle el trasero a Sawyer.
Sus ojos corrieron sobre mí, con el rostro ensombrecido.
—¿Estás bien?
—Sí —respondí, acercándome a ella—. Nicholas pregunta por ti ahí.
Asintió, empujándose de la pared. Volviéndose hacia mí, sus manos encontraron las mías.
—¿Estás bien? —preguntó de nuevo mientras un silencioso intercambio tenía lugar entre nosotras. En un nivel básico, lo entendí, la entendí, y ella me entendía también. Éramos como la hermandad de chicas que Sawyer atacó y, aunque no era un denominador común para estar orgullosas, sí era un vínculo para estarlo.
—Sí —le contesté, mirándola a los ojos.
Dándole a mis manos un apretón, se dirigió hacia el dormitorio.
—Eres un hueso duro de roer, ____(tn) Larson—dijo, mirándome desde la puerta—. Entiendo lo que Nicholas ve en ti.
Yendo en contra de cada impulso de correr nuevamente dentro de esa habitación, no lo hice. No había confiado en Nicholas, no le había dado el beneficio de la duda antes. Ahora lo haría.
Obtuve un par de miradas de reojo de algunas chicas sentadas en la parte superior de la escalera, pero el segundo piso se encontraba prácticamente vacío. O bien la fiesta terminaba o Holly sabía cómo redirigir el tráfico.
Jugueteando con el enigma que era el vestido que llevaba para pasar el tiempo, me di por vencida. Ninguna cantidad de tirones y alisados podrían mágicamente crear más tejido para cubrir las partes de mi cuerpo que preferiría mantener cubiertas, y parecía que le debía a Taylor un vestido nuevo, ya que, gracias a Sawyer, tenía una abertura en la parte frontal que coincida con una en la parte posterior.
Otro minuto pasó y me reaseguré que todo iba bien, porque no había gritos que helaran la sangre ni disparos habían salido de la habitación al final del pasillo, pero todavía me sentía ansiosa como el infierno. Así que enterré algo de esa energía nerviosa paseándome por el pasillo como una leona enjaulada.
En mi quinta vuelta camino a la escalera, Nicholas y Holly salieron de la habitación de Sawyer, la expresión de Nicholas ilegible, pero Holly sonrió para sus adentros.
—¿Está todo bien? —le pregunté, corriendo por el pasillo a su encuentro.
Nicholas echó un vistazo a Holly.
—Lo está ahora —dijo, abriendo sus brazos para mí. Me acurruqué contra él, sintiendo como partes de mí se derretían contra él. Los seis meses de no sentirme bien se convirtieron en humo.
—¿Qué pasó? —pregunté contra su pecho.
—Reivindicación —respondió Holly, dándole palmaditas a su sobredimensionado bolso—. Me voy de aquí. He hecho lo que vine a hacer y mamá va a estar enojada si me quedo toda la noche.
—Nosotros también —dijo Nicholas, empujándome debajo de su brazo y dirigiéndonos hacia las escaleras—. Tengo que llevar a ____(tn) a casa.
—Espera. —Me detuve—. Traje con Taylor. Soy la conductora designada esta noche.
Nicholas se quejó.
—Oye, Holl, ¿te importaría encontrar a Taylor Donovan y darle un aventón a su casa?
Su rostro se torció.
—Si te refieres a la mujer que me llamó por todos los nombres en la guía de maldad femenina, entonces sí, me importa —dijo Holly detrás de nosotros, serpenteando por las escaleras—. Pero ya que tú eres el que pregunta, voy a poner en mi modo de niña grande, de bragas no muy amargas y llevaré a la perra a su hogar. No voy a acompañarla hasta la puerta principal sin embargo.
—Eres una santa —dijo Nicholas, guiándome por las escaleras, empujando a un tipo a un lado que casi derramó su cerveza sobre mí.
—¿Alguien ha visto a una perra delirante con cabello bonito? —gritó Holly en la parte inferior de las escaleras.
Todos los que la oyeron señalaron una dirección diferente.
—Parece que haré el trabajo por mí misma—dijo ella, sumergiéndose en la multitud—. Nos vemos más tarde.
—¡Oye, Hol! —gritó Nicholas tras ella.
Echó un vistazo hacia atrás, casi fuera de la vista.
—Mis felicitaciones por tu trabajo allá arriba.
Ella nos dedicó una deslumbrante expresión y desapareció entre la multitud.
—Vamos —dijo Nicholas, manteniéndome cerca—, vamos a salir de aquí.
Al salir por la puerta principal, me di cuenta de que nunca había estado en algo tan malo después de otra fiesta, pero mientras Nicholas me condujo por las escaleras, también sabía que me alegraba haber venido. Vestida como una zorra estática, una incómodamente esclarecedora conversación con Holly, y Sawyer tratando de aprovecharse de mí a un lado, tenía a Nicholas junto a mí, tomando mi mano como si nunca fuera a permitir que se vaya otra vez.
Soportaría una suerte mucho peor por sostener esta mano.
—Entonces, ¿a qué trabajo te referías allí? —le pregunté, sacando las llaves de Taylor de mi bolso.
No respondió.
—Oh, Dios. ¿Qué tan malo es? —Ni siquiera dejaría ir a mi imaginación.
—Nada menos de lo que se merecía —dijo Nicholas, abriendo la puerta del acompañante para mí y tomando las llaves—. Sólo puso una etiqueta de advertencia sobre él. —Cerró la puerta y se tomó su tiempo rodeando la parte delantera del coche.
—¿Qué clase de etiqueta de advertencia? —le pregunté tan pronto como la puerta del conductor se abrió.
Haciendo clic con el cinturón de seguridad en su lugar, Nicholas me lanzó una mirada tímida.
—Del tipo que está tatuado en su entrepierna con una lista de las enfermedades de transmisión sexual que tiene.
Me atraganté con mi saliva.
—¿Qué? No hablas en serio.
Al girar la llave otra vez, me miró con una expresión que sangraba seriedad.
—Oh, Dios mío. —Suspiré—. Mierda, ¿tiene una lista real? —Tenía incluso más cosas que agradecer a Nicholas.
Se encogió de hombros.
—Otra chica nunca tendrá que averiguarlo —dijo, dando la vuelta y bajando por el camino de entrada.
—¿Algo más? —le pregunté, temiendo la respuesta.
Las esquinas de los ojos de Nicholas se arrugaron.
—Podríamos haber pegado con Krazy Glue su mano a su polla y el dedo índice de la otra mano a su nariz.
Mi boca se abrió. Era tan impactante como divertido, así que me reí. Me imaginé todo el evento, comenzando con el tatuaje para terminar con Krazy Glue, sintiéndome totalmente... reivindicada. Holly lo había dicho mejor.
—¿No es posible que ustedes se metan en problemas por eso? —le pregunté cuando me calmé.
—Probablemente —dijo, su propia risa oscureciéndose—, pero no hay manera en el infierno que Sawyer lo vaya a denunciar.
Sawyer siempre me había parecido el tipo que iba haciendo crecer los chismes en clase.
—¿Por qué no?
—Porque Holly amenazó con decirle a sus padres que el pequeño Nicholas es su hijo y luego se convertiría en un escándalo autentico —dijo, regodeándose—. Una familia como los Diamond no puede darse el lujo de recibir un golpe público como ese si esperan seguir vendiendo minivans caros y todo eso.
Holly no había tenido la oportunidad de decirme, pero me lo imaginé. El intercambio silencioso en la sala me dijo todo lo que necesitaba saber sobre quién era el padre del pequeño Nicholas.
—Ustedes dos tenían todo esto planeado.
Respondió con un encogimiento de hombros a medias.
—¿Cómo estás? —preguntó, cubriendo mi mano con la suya.
—¿Qué es esto? —preguntó, cruzando la habitación hacia su cama—. ¿Un regalo?
No respondí. Todos los instintos de mi cuerpo se dispararon, diciéndome que saliera de esta habitación. Poco a poco comencé a caminar hacia la puerta.
Al ver la nota en la botella, los ojos de Sawyer se entrecerraron.
—“Diviértete liberándote tú mismo”. —Leyó, una lenta sonrisa se extendió en su rostro. Dejando caer la nota sobre la cama, su cabeza se giró hacia donde mí haciendo mi camino hacia la puerta.
—Oh, bebé, lo tengo planeado.
Fue en ese momento, que la expresión de su cara, aún más que sus palabras, hizo que la adrenalina en mi cuerpo viajara a toda velocidad.
Corrí hacia la puerta. No era lo suficientemente rápida.
—¿Ya te vas? —dijo Sawyer, agarrándome por detrás. Maldita sea, era fuerte para ser un borracho tambaleante. El baño en el agua fría del lago debió haberlo serenado—. Pero si acabas de llegar.
—Déjame ir, Sawyer —le advertí, tratando de liberar mis brazos de donde los había clavado a mis costados.
—¿O qué? —se burló, arrastrándome de vuelta a su cama—. ¿Vas a llorar por la perra de tu madre, o quizás por el imbécil de tu padre? ¿O tal vez por todos tus amigos que eran míos antes que tuyos? —Llegando a un lado de la cama, me tiró sobre el colchón, montándose encima de mí—. Sé una buena perra y compórtate. —Miró a propósito en su mesita de noche donde yo sabía que mantenía algún tipo de arma de fuego. Me había explicado que era para protegerse de los intrusos, pero al parecer, era también muy práctico para amenazar a una chica a hacer lo que él quisiera—. O voy a tener que hacer que te comportes.
—Dios, Sawyer. ¿Quién demonios eres? —le dije, agarrando la botella que rodaba sobre el colchón y lanzándola hacia él—. ¿Tú realmente has engañado a todo el mundo, no?
—No a todo el mundo —dijo, sacando la camisa mojada por su cabeza y arrojándola a un rincón—. Holly y Nicholas más o menos tienen mi número, pero mira cómo esta su reputación. Si yo fuera tú, después de esta noche, no iría llorando por las calles para contarle a la gente que soy una especie de monstruo. —Sonrió, con los ojos muy abiertos por la excitación—. Porque, cariño, no van a creer tu historia sobre la mía.
Me deslicé hacia el lado de la cama, calculando la cantidad de tiempo que me faltaría para llegar a la puerta, preguntándome si podría llegar más rápido que Sawyer. Puesto que se encontraba de pie entre la puerta y yo, las probabilidades no me favorecían.
—¿Por qué ahora? ¿Por qué meses después de ser un "paciente" novio estás haciendo esto ahora?
—Porque puedo —respondió, con las manos sobre el cinturón—, y porque quiero. Esa es toda la justificación que necesito.
Tenía que intentarlo. Tenía que hacerlo funcionar, porque de cualquier manera, Sawyer no se iba a detener.
—Ese es tu brillante plan, violar a una chica con la que acabas de pelear en presencia de doscientas personas.
Traté de apelar a su inteligencia, la poca que tenía en su estado de embriaguez, enloquecido.
—No, mi brillante plan es tener relaciones sexuales consentidas con mi novia que se va a ir en el otoño y quiere tener una noche romántica antes de separarnos —dijo, tirando de su correa.
Mierda. Él había pensado en esto. Y yo sabía que en un tribunal de justicia, su historia sería la que creerían. Ahora era el momento de correr.
Luchando en la cama, corrí hacia la puerta y antes de dar tres pasos, una cuerda rodeó mi cuello. Caí al suelo, tosiendo, sintiendo como si me estuviera ahogando en mi propia garganta.
—No te recomendaría que lo intentaras de nuevo —dijo Sawyer, de pie junto a mí, con el pelo goteando gotas de agua en mi cara. Volviendo la cabeza hacia otro lado, traté de recuperar el aliento.
—Un día, Sawyer Diamond —dije entre respiraciones cortadas—, alguien va a estar sobre ti de la misma forma en la que estás sobre mí ahora y te dará una patada en el culo. —Y voy a tener un asiento de primera fila.
Se dejó caer sobre mí, aplastándome con su peso. Empujando mis piernas con las rodillas, pasó la lengua por mi cuello hasta la punta de la oreja.
—Tal vez mañana —susurró en mi oído—, pero no esta noche. Nadie va a venir esta noche a rescatarte.
Sacudiendo las piernas, tratando de liberarme de su agarre, levanté mi cabeza.
—No, Sawyer —le dije muy cerca de su oreja—, nadie va a venir en tu rescate. —Y entonces las clases de defensa personal que mis padres me obligaron a tomar cuando tenía trece años pagaron su peso en oro. Hundiendo mis dientes en su oído, moví una pierna libre y lancé el pie una vez, dos veces, y una tercera vez en su entrepierna.
Rugió de dolor, con una mano agarrando su oreja y la otra agarrando su hombría.
Luchando para sacar el resto de mi cuerpo de debajo de él, me deslicé a lo largo de la alfombra, sabiendo que si no llegaba a la puerta antes de que él llegara a la mesita de noche, las clases de defensa personal no importarían.
Entonces cuando me arrastraba hacia la puerta, ésta fue abierta de golpe, parte del marco roto. Estallando a través de la puerta, se encontraba Nicholas, echó un vistazo a la escena ante él y se puso furioso. Animales rabiosos tenían mejor dominio de sí mismo que la furia que brillaba en sus ojos.
Sin decir una palabra, Nicholas se tiró encima de Sawyer, con los puños golpeándolo incluso antes de que Sawyer se diera cuenta de que había alguien más en la habitación. Volteando a Sawyer sobre su espalda, Nicholas se colocó a horcajadas sobre él, enfocando sus puños en su rostro.
Cada golpe aterrizó en una herida, liberando cada vez más sangre. Descifrar qué gruñidos eran de Nicholas o Sawyer era imposible. Cuando se hizo evidente que Nicholas no pensaba en darle una lección, sino quitarle la vida, me levanté del suelo y tropecé hacia ellos.
—Detente, Nicholas. —Mi voz temblaba casi tanto como mis piernas—. Detente. —Extendiendo mi mano, la apoyé en su hombro.
No se detuvo, pero sus golpes disminuyeron y su frecuencia decreció.
—Sí, es posible que desees escucharla —dijo Sawyer, escupiendo sangre por la boca sobre la alfombra—. A menos que quieras que te encierren de nuevo. ¿Quién va a estar aquí para cuidar a ____(tn) cuando la arrincone en alguna otra habitación, Jonas? —Sawyer miraba hacia Nicholas con una sonrisa sangrienta, desafiándolo como si tuviera un deseo de muerte.
Los músculos de Nicholas se tensaron debajo de mi mano, sus respiraciones subían y bajaban sus hombros quince centímetros cada vez.
—Me dije a mí mismo que la próxima vez que escuchara sobre ti haciéndole esto a otra chica, iba a arrancarte la polla y metértela en la garganta. Pero como la chica con la que te encontré es ____(tn)... —Me miró, su rostro delineado antes de inclinarse por lo que su rostro quedó a una pulgada de Sawyer—: Te voy a matar.
Y la cosa más aterradora que había sucedido hasta el momento esta noche fue esa amenaza. Porque no era una amenaza, me di cuenta por el tono de su voz que hablaba en serio.
En lugar de arrastrarme hacia ellos, me arrastré lejos, colocando mi cuerpo delante de la mesa de noche de Sawyer. Dudaba que Nicholas supiera si y dónde tenía un arma Sawyer, pero también sabía que él buscaría, y la mesita de noche sería la primera cosa en donde buscar.
Empujándolo hacia arriba, Nicholas se puso sobre Sawyer, hirviendo hacia él.
—____(tn) —dijo, con los ojos fijos en Sawyer—, ¿te importaría alejarte de allí, así puedo terminar con este hijo de puta?
Tragué saliva. Él ya sabía.
—No —le dije.
—____(tn), esto es entre él y yo en este momento —dijo, con la espalda temblorosa—. Muévete.
Mi pelea había cambiado de evitar que Sawyer me violara, a evitar que Nicholas lo moliera a golpes, y ahora a Nicholas de asesinarlo. Debería haber llegado a mi punto de agotamiento desde hace una puerta rota atrás, pero era una chica con mucha fuerza dentro.
—No —repetí, mi voz más fuerte.
—Maldita sea, ____(tn) —gritó Nicholas—, ¡se merece esto!
Me levanté, dando un paso hacia él.
—Lo sé —dije, dando unos pasos más hasta que pude poner mis manos alrededor de una de las suyas. Esperé que me mirara, y cuando finalmente lo hizo, vi el conflicto en sus ojos—. Pero tú no.
Sus ojos se cerraron, la rabia aún rodando fuera de él.
—Voy a quedarme encerrado para siempre un día, y no puedo imaginar una mejor razón para cumplir una sentencia de cadena perpetua que por llevarme un bastardo como él. No me importa, ____(tn).
Levantando una mano a su mejilla, incliné su rostro hacia el mío.
—Pero a mí sí.
Me miró, truenos retumbando a través de sus ojos, y luego hacia abajo a Sawyer. Todo su cuerpo se tensó de nuevo.
—Quiero matarlo, ____(tn). Quiero matarlo más de lo que he querido nada. —Una ondulación recorrió su espalda—. No sé cómo alejarme.
—Déjame ayudarte —le dije. Esperaría el tiempo que fuera necesario. No me iba a alejar, hasta que se alejara conmigo.
Debajo de Nicholas, Sawyer se rió entre dientes, escupiendo otro chorro de sangre.
—El delincuente y la zorra cabalgando hacia la puesta de sol juntos —dijo riendo—. No vamos a tener que aguantar la respiración para ese felices para siempre.
Nicholas se estremeció, pero no lo dejé ir.
—No desperdicies tu vida en este bastardo —le dije, negándome a mirar a Sawyer porque estaría bien si nunca tuviera que mirar esa cara de nuevo. Le sonreí a Nicholas—. ¿Por qué no la desperdicias conmigo en su lugar?
Las líneas se suavizaban en su rostro mientras sostenía mi mirada. Y, finalmente, sonrió.
—Aceptaré ese acuerdo.
Asintiendo hacia la puerta, empujé su mano.
Otra risa provino de Sawyer.
—Por lo menos alguien va a recibir un pedazo de ese culo esta noche.
Gemí. Sawyer no tenía sentido de auto-preservación.
Agarrándolo por el cuello de la camisa, Nicholas lo levantó.
—Tú no sabes cuándo callar —dijo Nicholas, levantando su puño apretado—. Deja que te ayude. —Condujo su puño cuadrado hacia la boca de Sawyer, enviándolo a estrellarse de nuevo en el suelo—. ____(tn). — Nicholas me miró, su cara serena—. Espérame en el pasillo —dijo—. No voy a matarlo —añadió, respondiendo mi mirada preventiva.
—Nicholas. —No lo iba a dejar solo con Sawyer.
—Mírame —dijo, esperando por mí—. Estoy bien. No lo voy a matar. —Y luego, me miró todo significativo—. Confía en mí.
Esta era mi oportunidad. Mi oportunidad para mostrarle la confianza que le había negado. La confianza que había merecido que yo sentía que no tenía. ¿Cómo podía decir que no y esperar que tuviéramos alguna vez una oportunidad de luchar?
No quería, no me gustaba, pero era necesario.
—Está bien —concordé.
Esa sonrisa que no había visto en su cara en mucho tiempo que pensé que había desaparecido para siempre, apareció.
—Estaré afuera pronto —dijo—. ¿Podrías llamar a Holly? Está esperando en el pasillo y creo que va a querer ver esto.
Confía. Confía. Confía.
—Está bien. Voy a esperar afuera —le dije—. No me hagas esperar demasiado tiempo. —Caminando hacia la puerta, alisé la espalda de mi vestido en su lugar, tratando de hacer lo mismo con mi pelo.
Apoyada contra la pared, Holly obviamente había estado colocada allí para asegurarse de que nadie tratara de interrumpir a Nicholas mientras se ocupaba de golpearle el trasero a Sawyer.
Sus ojos corrieron sobre mí, con el rostro ensombrecido.
—¿Estás bien?
—Sí —respondí, acercándome a ella—. Nicholas pregunta por ti ahí.
Asintió, empujándose de la pared. Volviéndose hacia mí, sus manos encontraron las mías.
—¿Estás bien? —preguntó de nuevo mientras un silencioso intercambio tenía lugar entre nosotras. En un nivel básico, lo entendí, la entendí, y ella me entendía también. Éramos como la hermandad de chicas que Sawyer atacó y, aunque no era un denominador común para estar orgullosas, sí era un vínculo para estarlo.
—Sí —le contesté, mirándola a los ojos.
Dándole a mis manos un apretón, se dirigió hacia el dormitorio.
—Eres un hueso duro de roer, ____(tn) Larson—dijo, mirándome desde la puerta—. Entiendo lo que Nicholas ve en ti.
Yendo en contra de cada impulso de correr nuevamente dentro de esa habitación, no lo hice. No había confiado en Nicholas, no le había dado el beneficio de la duda antes. Ahora lo haría.
Obtuve un par de miradas de reojo de algunas chicas sentadas en la parte superior de la escalera, pero el segundo piso se encontraba prácticamente vacío. O bien la fiesta terminaba o Holly sabía cómo redirigir el tráfico.
Jugueteando con el enigma que era el vestido que llevaba para pasar el tiempo, me di por vencida. Ninguna cantidad de tirones y alisados podrían mágicamente crear más tejido para cubrir las partes de mi cuerpo que preferiría mantener cubiertas, y parecía que le debía a Taylor un vestido nuevo, ya que, gracias a Sawyer, tenía una abertura en la parte frontal que coincida con una en la parte posterior.
Otro minuto pasó y me reaseguré que todo iba bien, porque no había gritos que helaran la sangre ni disparos habían salido de la habitación al final del pasillo, pero todavía me sentía ansiosa como el infierno. Así que enterré algo de esa energía nerviosa paseándome por el pasillo como una leona enjaulada.
En mi quinta vuelta camino a la escalera, Nicholas y Holly salieron de la habitación de Sawyer, la expresión de Nicholas ilegible, pero Holly sonrió para sus adentros.
—¿Está todo bien? —le pregunté, corriendo por el pasillo a su encuentro.
Nicholas echó un vistazo a Holly.
—Lo está ahora —dijo, abriendo sus brazos para mí. Me acurruqué contra él, sintiendo como partes de mí se derretían contra él. Los seis meses de no sentirme bien se convirtieron en humo.
—¿Qué pasó? —pregunté contra su pecho.
—Reivindicación —respondió Holly, dándole palmaditas a su sobredimensionado bolso—. Me voy de aquí. He hecho lo que vine a hacer y mamá va a estar enojada si me quedo toda la noche.
—Nosotros también —dijo Nicholas, empujándome debajo de su brazo y dirigiéndonos hacia las escaleras—. Tengo que llevar a ____(tn) a casa.
—Espera. —Me detuve—. Traje con Taylor. Soy la conductora designada esta noche.
Nicholas se quejó.
—Oye, Holl, ¿te importaría encontrar a Taylor Donovan y darle un aventón a su casa?
Su rostro se torció.
—Si te refieres a la mujer que me llamó por todos los nombres en la guía de maldad femenina, entonces sí, me importa —dijo Holly detrás de nosotros, serpenteando por las escaleras—. Pero ya que tú eres el que pregunta, voy a poner en mi modo de niña grande, de bragas no muy amargas y llevaré a la perra a su hogar. No voy a acompañarla hasta la puerta principal sin embargo.
—Eres una santa —dijo Nicholas, guiándome por las escaleras, empujando a un tipo a un lado que casi derramó su cerveza sobre mí.
—¿Alguien ha visto a una perra delirante con cabello bonito? —gritó Holly en la parte inferior de las escaleras.
Todos los que la oyeron señalaron una dirección diferente.
—Parece que haré el trabajo por mí misma—dijo ella, sumergiéndose en la multitud—. Nos vemos más tarde.
—¡Oye, Hol! —gritó Nicholas tras ella.
Echó un vistazo hacia atrás, casi fuera de la vista.
—Mis felicitaciones por tu trabajo allá arriba.
Ella nos dedicó una deslumbrante expresión y desapareció entre la multitud.
—Vamos —dijo Nicholas, manteniéndome cerca—, vamos a salir de aquí.
Al salir por la puerta principal, me di cuenta de que nunca había estado en algo tan malo después de otra fiesta, pero mientras Nicholas me condujo por las escaleras, también sabía que me alegraba haber venido. Vestida como una zorra estática, una incómodamente esclarecedora conversación con Holly, y Sawyer tratando de aprovecharse de mí a un lado, tenía a Nicholas junto a mí, tomando mi mano como si nunca fuera a permitir que se vaya otra vez.
Soportaría una suerte mucho peor por sostener esta mano.
—Entonces, ¿a qué trabajo te referías allí? —le pregunté, sacando las llaves de Taylor de mi bolso.
No respondió.
—Oh, Dios. ¿Qué tan malo es? —Ni siquiera dejaría ir a mi imaginación.
—Nada menos de lo que se merecía —dijo Nicholas, abriendo la puerta del acompañante para mí y tomando las llaves—. Sólo puso una etiqueta de advertencia sobre él. —Cerró la puerta y se tomó su tiempo rodeando la parte delantera del coche.
—¿Qué clase de etiqueta de advertencia? —le pregunté tan pronto como la puerta del conductor se abrió.
Haciendo clic con el cinturón de seguridad en su lugar, Nicholas me lanzó una mirada tímida.
—Del tipo que está tatuado en su entrepierna con una lista de las enfermedades de transmisión sexual que tiene.
Me atraganté con mi saliva.
—¿Qué? No hablas en serio.
Al girar la llave otra vez, me miró con una expresión que sangraba seriedad.
—Oh, Dios mío. —Suspiré—. Mierda, ¿tiene una lista real? —Tenía incluso más cosas que agradecer a Nicholas.
Se encogió de hombros.
—Otra chica nunca tendrá que averiguarlo —dijo, dando la vuelta y bajando por el camino de entrada.
—¿Algo más? —le pregunté, temiendo la respuesta.
Las esquinas de los ojos de Nicholas se arrugaron.
—Podríamos haber pegado con Krazy Glue su mano a su polla y el dedo índice de la otra mano a su nariz.
Mi boca se abrió. Era tan impactante como divertido, así que me reí. Me imaginé todo el evento, comenzando con el tatuaje para terminar con Krazy Glue, sintiéndome totalmente... reivindicada. Holly lo había dicho mejor.
—¿No es posible que ustedes se metan en problemas por eso? —le pregunté cuando me calmé.
—Probablemente —dijo, su propia risa oscureciéndose—, pero no hay manera en el infierno que Sawyer lo vaya a denunciar.
Sawyer siempre me había parecido el tipo que iba haciendo crecer los chismes en clase.
—¿Por qué no?
—Porque Holly amenazó con decirle a sus padres que el pequeño Nicholas es su hijo y luego se convertiría en un escándalo autentico —dijo, regodeándose—. Una familia como los Diamond no puede darse el lujo de recibir un golpe público como ese si esperan seguir vendiendo minivans caros y todo eso.
Holly no había tenido la oportunidad de decirme, pero me lo imaginé. El intercambio silencioso en la sala me dijo todo lo que necesitaba saber sobre quién era el padre del pequeño Nicholas.
—Ustedes dos tenían todo esto planeado.
Respondió con un encogimiento de hombros a medias.
—¿Cómo estás? —preguntó, cubriendo mi mano con la suya.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Maldito Sawyer!
Te mereces que el Nicho te hubiera matado! :¬¬:
:fuckya: :fuckya: :fuckya: :fuckya:
Mira que hacerle eso a las chicas!
:muere: :muere: :muere: :muere:
Disfruten del capi! ;)
Nicho eres el mejor! :enamorado:
Las leo después! *.*
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJ!!! MEJOR QUE LA MUERTE ES HABERLE HECHO ESO EN SUS PARTES!!! CON EL PEGAMENTO Y EL TATUAJE!!!!!...... Y AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIII NICHO ES EL HEREOE DE ESTA NOVE!!!!!..... SIEMPRE TAN LINDO Y COMESTIBLE!!!!!!.....
chelis
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA QUE HERMOSO HERMOSO CAPII =) sIGUEEELA PROTNOOOOOO
Florjudith96
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Hola!
Ame el capitulo! :amor:
Uff! Eso estuvo cerca! :calor:
Wow, si yo estuviera ahi, te juro que eso hubiera sido lo minimo que le hubiera hecho! :muere: :misery:
Amo al Nicho! Tan perfecto como siempre! :corre: :ilusion: :enamorado:
Holly! Me cayo genial! :hug:
Siguela es muy buena!
PD: En cuanto a la otra saga, claro enviamela!
Bueno
Besos xx.
:bye:
Ame el capitulo! :amor:
Uff! Eso estuvo cerca! :calor:
Wow, si yo estuviera ahi, te juro que eso hubiera sido lo minimo que le hubiera hecho! :muere: :misery:
Amo al Nicho! Tan perfecto como siempre! :corre: :ilusion: :enamorado:
Holly! Me cayo genial! :hug:
Siguela es muy buena!
PD: En cuanto a la otra saga, claro enviamela!
Bueno
Besos xx.
:bye:
Val x.
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
LA VENGANZA ES DULCE!!! jajajaja wiiiiiiiiiiiiiiii al fin aparecio Nicho!!! Mas tierno es el :love: al fin Sawyer recibio lo que se merecia desde el principio, admito que nunca me gusto ese chico ¬¬
Wiiiiiiiiiiiiiiii gracias por la bienvenida xD
Creo que voy por Cuidad de Cristal jajaja ya estoy llegando al final xD kdfhgjkhsdfjkghsjkdfhgjksdf ya quiero ver la pelii tambien jajaja
DIOS!! El baile sensual de Nick!! es tan kadhfgjkhadkfjhgjkadfh Admito que la primra vez que vi esa parte del video quede :ilusion: es de palo pero el que baile para nosotras no tiene precio ajakdgfadjfgsdf
ME ENCANTO EL CAPI!! COMO SIEMPRE :aah:
Tratare de pasarme mas seguido pero siempre estoy revisando la nove por el cel asique siempre voy a estar rondeando por la nove :xd:
Siguela pronto!
Besos!!
Xoxo :bye: :bye: :bye:
Wiiiiiiiiiiiiiiii gracias por la bienvenida xD
Creo que voy por Cuidad de Cristal jajaja ya estoy llegando al final xD kdfhgjkhsdfjkghsjkdfhgjksdf ya quiero ver la pelii tambien jajaja
DIOS!! El baile sensual de Nick!! es tan kadhfgjkhadkfjhgjkadfh Admito que la primra vez que vi esa parte del video quede :ilusion: es de palo pero el que baile para nosotras no tiene precio ajakdgfadjfgsdf
ME ENCANTO EL CAPI!! COMO SIEMPRE :aah:
Tratare de pasarme mas seguido pero siempre estoy revisando la nove por el cel asique siempre voy a estar rondeando por la nove :xd:
Siguela pronto!
Besos!!
Xoxo :bye: :bye: :bye:
TejónQuisquilloso
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
yeii que bueno que se vengaron!!!! :maloso:
Se lo merecia!! :xd:
Maldito violador!! Se merecia algo mas :muere:
Aww mi Nicholas tan lindo!!!
Todo un caballero :aah:
Siguela!!!!
Se lo merecia!! :xd:
Maldito violador!! Se merecia algo mas :muere:
Aww mi Nicholas tan lindo!!!
Todo un caballero :aah:
Siguela!!!!
aranzhitha
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
chelis escribió:JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJ!!! MEJOR QUE LA MUERTE ES HABERLE HECHO ESO EN SUS PARTES!!! CON EL PEGAMENTO Y EL TATUAJE!!!!!...... Y AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIII NICHO ES EL HEREOE DE ESTA NOVE!!!!!..... SIEMPRE TAN LINDO Y COMESTIBLE!!!!!!.....
:maloso: :maloso: :maloso: :maloso: :maloso:
JAJAJAJAJ ya se!
Me encantan las ideas del Nicho! *.*
:corre: :corre: :corre: :corre:
El Nicho es PERFECTO! :enamorado:
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Florjudith96 escribió:AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA QUE HERMOSO HERMOSO CAPII =) sIGUEEELA PROTNOOOOOO
:maloso: :maloso: :maloso: :maloso:
JAJAJAJA
siiiiiiiiiii super padre el capi! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Valeefor1D ツ escribió:Hola!
Ame el capitulo! :amor:
Uff! Eso estuvo cerca! :calor:
Wow, si yo estuviera ahi, te juro que eso hubiera sido lo minimo que le hubiera hecho! :muere: :misery:
Amo al Nicho! Tan perfecto como siempre! :corre: :ilusion: :enamorado:
Holly! Me cayo genial! :hug:
Siguela es muy buena!
PD: En cuanto a la otra saga, claro enviamela!
Bueno
Besos xx.
:bye:
Hola! :3
Siiiiiiiiiiiiii el capitlo fue genial! *.*
El Sawyer tuvo su merecido! :twisted:
:maloso: :maloso: :maloso: :maloso:
Siiii Holly es perfecto! *.*
El Nicho es perfecto! :enamorado:
PD: Dame tu corroe y te los mando! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Hey!It'sMe!! escribió:LA VENGANZA ES DULCE!!! jajajaja wiiiiiiiiiiiiiiii al fin aparecio Nicho!!! Mas tierno es el :love: al fin Sawyer recibio lo que se merecia desde el principio, admito que nunca me gusto ese chico ¬¬
Wiiiiiiiiiiiiiiii gracias por la bienvenida xD
Creo que voy por Cuidad de Cristal jajaja ya estoy llegando al final xD kdfhgjkhsdfjkghsjkdfhgjksdf ya quiero ver la pelii tambien jajaja
DIOS!! El baile sensual de Nick!! es tan kadhfgjkhadkfjhgjkadfh Admito que la primra vez que vi esa parte del video quede :ilusion: es de palo pero el que baile para nosotras no tiene precio ajakdgfadjfgsdf
ME ENCANTO EL CAPI!! COMO SIEMPRE :aah:
Tratare de pasarme mas seguido pero siempre estoy revisando la nove por el cel asique siempre voy a estar rondeando por la nove :xd:
Siguela pronto!
Besos!!
Xoxo :bye: :bye: :bye:
JAJAJAJAJ
la venganza es la mejor! *.*
:twisted: :twisted: :twisted: :twisted:
Si Sawyer fue muy maolo, lo bueno es que ya tiene lo que merecía! ;)
Ntp! Hay vas en los libros! Cada libro esta mejor que el anterior no!
Son tan adictivos, hace unos días termine de leer Cazadores de Sombras: Los Orígenes & son geeeniales también! *.*
JAJAJAJJA el Nicho me mato con su baile! *.*
:aah: :amor: :aah: :amor:
Todo lindo él!
Nos estamos leyendo en ese caso! ;)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 21 (Parte 3) •
—¿Después de casi ser forzada a tener relaciones sexuales con mi novio? ¿O después de enterarme, que mi novio no es solamente un bastardo, sino un padre? ¿O después de enterarme de que había estado toda equivocada sobre ti y no dijiste nada que me haga pensar lo contrario? —Quería culpar a alguien más, o a las circunstancias por lo menos, pero la única persona a quien señalar con mi pequeño dedo juzgador era yo misma.
—¿Cómo te sientes acerca de todo eso? —preguntó, con voz suave, con tal contraste a lo que yo sabía que era capaz de hacer—. Dame una puntuación media.
—Me siento como una mierda —le contesté, y luego lo miré. No sabía si era sólo por esta noche, o simplemente como un amigo que cuidaba mi espalda o como sólo un poco más de lo que había sido para mí estos últimos seis meses, pero él se encontraba aquí—. Y un poco como genial también. ¿Y tú?
Me miró, sus ojos iluminados y cálidos.
—Estoy un poco como genial también.
Apagando Sunrise Drive, llevó el coche de Taylor hasta la cabina. Los dos nos quedamos mirando la estructura oscura, esperando. Podría ser apresurado, podría ser de mal gusto, pero esta mujer agarraba lo que quería y sin mirar atrás.
—¿Quieres entrar? —Tragué, esperando una aceptación tanto como un rechazo.
Hizo una pausa, sus ojos inspeccionando el lugar como si estuviera fuertemente custodiado. Conocía aquella mirada en un hombre, de preocupación.
—Mis padres no están en casa —le dije—. Mamá tenía un viaje de trabajo y arrastró a mi papá.
Nicholas abrió su puerta. El corazón me dio un vuelco.
—¿Tu mamá sacó a tu padre de la casa? —preguntó, cuando salí del coche.
—Después de mezclar sus huevos con algunos narcóticos fuertes —le contesté, caminando hacia donde me esperaba.
Tenía la vista fija en la cabina de nuevo, masticando algo fuera en su labio inferior. También conocía esa mirada en un hombre: vacilación.
—Está bien si no quieres —le dije, esperando a su lado—. Entiendo.
—Si quiero, ____(tn) —dijo, mirando a la ventana de mi dormitorio—. Sólo no estoy seguro de sí debería hacerlo.
El hombre que podría patearle el culo a cualquiera con las manos atadas detrás de su espalda. El mismo hombre al que no le importaba si todos en Southpointe anunciaban al mundo que había dormido con todas y cada una de las mujeres solteras en el estado. El mismo hombre que deliberaba sobre venir dentro de una casa sin padres conmigo.
Era una dicotomía andante.
—Bueno, estoy segura, por lo que mi certeza anula tu incertidumbre. —Lo agarré del brazo y tiré de él por las escaleras—. Por aquí.
Suspiró, pero me dejó conducirlo hasta la entrada y la puerta principal. Las tablas del suelo se quejaban debajo de nuestros pies, haciendo eco a través de la casa en silencio.
—¿Quieres algo? —le pregunté, encendiendo la luz de la cocina.
Negó con la cabeza, sus ojos ahora uniéndose al juego vacilante.
Queriendo poder ver un piso cercano a la salida más conveniente, lo empujé hacia las escaleras, ni de cerca dejando ir su mano.
—Tengo que cambiarme —le dije, dando a su mano otro tirón.
Funcionó.
No estaba segura de lo que hacía mientras llevaba a Nicholas a mi habitación, pero no era porque mis intenciones eran puras o impuras. No tenía ninguna intención en este momento, sólo iba a lo que se sentía bien.
—¿Cómo sabías lo que sucedía conmigo esta noche? —pregunté, tirando de la cadena de la lámpara en mi tocador. Sabía que tenía que estar preocupada con una montaña de preguntas en este momento, pero la única razón por la que las hacía era llenar el silencio.
—Holly los vio a Diamond y a ti tener una pelea, vino y me llevó. Y cuando se trata de predecir los próximos movimientos de Diamond, todo lo que tienes que preguntarte a ti mismo es qué haría un imbécil y multiplicarlo por diez y tendrás tu respuesta. —Se apoyó en la puerta, inspeccionando mi cuarto como si no fuera real.
Lo miré de la misma manera.
—Gracias, Nicholas. —Hice una pausa en mi camino al baño y lo miré. Había creído y asumido cosas horribles sobre él. Me había convertido en otro miembro de la mafia dejando que la peor mierda le pegara. Esto hizo mi garganta arder—. Y lo siento —dije, esperando que pudiera leer en mis ojos lo que mis palabras no podían expresar—. Holly me explicó todo y estoy tan, tan arrepentida, Nicholas.
Empujando la puerta, dio un paso dentro.
—Lo sé, ____(tn). —Me dio una sonrisa triste.
Desaparecí detrás de la puerta del baño, pijamas en mano, con lágrimas en los ojos.
—No creía que tu habitación sería tan... femenina. —Su nariz se hallaba apretada por el tono de su voz.
Deslizándome del vestido de envoltura de salchicha, saqué la cabeza.
—¿No nos conocemos mejor ahora para asumir cualquier cosa el uno del otro? —Alzó una ceja y me sonrió.
Se rió entre dientes.
—Espero que sí —dijo—. ¿Estás diciendo que esto sería un mal momento para hablar de los otros cinco hijos que he engendrado con cinco mujeres diferentes? ¿O es que me has seguido a todos sus tráileres ya?
Tiré el vestido por la puerta, golpeando su rostro.
Quitándolo de su cara, lo arrugó. Si se tratara de un indicador de la poca tela en que consistía, él fue capaz de hacerlo caber en la palma de una mano y meterlo en el bolsillo de su chaqueta.
—Me quedo con esto como un recuerdo, ____(tn). Te veías increíble.
—Como si estuvieras mirando el vestido —le grité, deslizándome en mi camisón.
—Si te pones un vestido así, ____(tn), aquí hay un señalamiento. Los chicos no van a estar admirando el material.
Todo se sentía como antes. De vuelta a la normalidad. Pues bien, lo único normal que Nicholas y yo podríamos ser alguna vez, pero era nuestro, y suficiente. Pasé un cepillo por mi cabello un par de veces, sólo para que no se viera como si tuviera un aspecto andrajoso, y volví a entrar en el dormitorio.
Nicholas se encontraba recostado en mi cama, hojeando mi manual del estudiante.
—He oído que conseguiste entrar —dijo, poniéndolo de nuevo en la mesita de noche—. Juilliard, ____(tn). Incluso con lo estúpido que soy he oído lo suficiente para saber que es algo para estar orgullosos.
Doblé la rodilla por debajo de mí y me senté a su lado.
—Oí que conseguiste entrar en casi cualquier universidad que desees. Es decir, si no vas detrás de la cosa de las siete figuras de NFL.
Inclinó la cabeza contra el cabecero.
—Sí, supongo.
—¿Has tomado alguna decisión?
—Todavía no —dijo, como si no fuera la gran cosa. Como si tener una beca completa para cualquier escuela que eligieras no fuera un gran logro. Si eso no lo era, era difícil imaginar lo que Nicholas consideraba un gran logro.
—Nicholas —dije, plantando mi mano sobre su estómago—. ¿Por qué no me dijiste acerca de Sawyer? ¿Por qué no me dijiste que no eras el padre?
—Era una de las muchas preguntas que ni siquiera podía comenzar a responder.
—¿Me habrías creído? —preguntó, con voz tensa.
Yo sabía la respuesta, pero no quería darle aire.
—Y también sabía que si asumías que era el padre de Nicholas, y que había mentido sobre eso, sería suficiente para que terminaras conmigo para siempre. Era la única manera que conocía para mantenerte a salvo de mí.
Alcé mi mano de su estómago.
—Así que ¿planeaste esto? ¿Durante todo el tiempo que estuvimos juntos, tramabas alguna forma de meter la pata soberanamente así te dejaba en paz?
—No, ____(tn) —dijo agarrando mi mano—. Así yo te dejaba en paz.
—Esa mañana cuando te confronté sobre Holly y el bebé, no lo negaste.
—Pero, ¿lo confirmé?
Entrecerré los ojos.
—No negándolo, lo hiciste.
Deslizando su gorro abajo, cerró los ojos.
—Eso es porque sabía que era la única manera de salvarte de mí. No lo planeé de esa manera, pero cuando me confrontaste sobre Holly esa mañana, sabía que si iba a ser un hombre y dejarte ir, esa era mi única oportunidad. Y por suerte para mí, tuve las pelotas para hacerlo ese día.
—¿Qué? ¿Mentirme? —le pregunté con un borde en la voz.
Nicholas negó con la cabeza.
—Alejarme de ti.
Toda esta cosa entre Nicholas y yo había sido cuidadosamente manejado malentendido orquestado por él. Me sentía herida, y enojada, incluso entendía por qué, pero sobre todo, había terminado con ello.
—¿Terminaste de alejarte de mí, ya? —le pregunté, agarrando una almohada y arrojándosela a la cara.
Arrojó la almohada de vuelta.
—Indeciso sobre eso.
Si no supiera por qué se encontraba indeciso, esa respuesta podría haber dolido.
—¿Por qué estás aquí ahora, entonces?
—Porque quiero estar aquí —dijo, confesándolo como si fuera un pecado.
—¿Y no querías estar aquí antes? —Me acerqué más, deseando que durante dos malditos minutos, pudiéramos estar en la misma página.
—Sí —dijo, mirando al techo—. Estoy cansado de luchar contra eso en estos momentos.
Allí apareció, la brecha que esperé. La luz roja había cambiado.
—Hazme un favor y no luches contra eso de nuevo.
Se incorporó y me miró. Su mirada era paralizante.
—Lo haré, ____(tn). Voy a seguir luchando porque no te mereces un tipo sin salida con mi pasado arruinando tu vida.
Levantando mis brazos, exhalé. La humildad era algo bueno, pero ser un mártir era tan malo como creer que eras un don de Dios. Terminé con la rutina.
—Si dejaras de hablar acerca de todas las razones por las que no deberías desearlo, tal vez te gustaría escuchar que no me importa —le dije. Bueno, le grité—: Conozco lo peor de ti y conozco lo mejor de ti. —Hice una pausa para respirar un poco—. Y te amo.
Algo brilló en sus ojos antes de que desviara la mirada. Apretó la mandíbula mientras miraba la puerta y, justo cuando contemplaba levantar una barricada lo cerró con mi cuerpo, me atrajo hacia él, su boca encontrando la mía.
Me besó como si estuviera tratando de consumirme, como si estuviera recuperando la mitad de todo un año de momentos perdidos, y como si estuviera peleando lo que yo sabía que era una pelea inútil.
Acunando mi rostro entre sus manos, me besó más fuerte, tan fuerte que no podía respirar, pero si besar así requería la falta de aliento, renunciaba al oxígeno para siempre. En el momento me consumió, encapsulándome en nada más que el aquí y el ahora. El pasado, las mentiras, el dolor, nada podría romper el mundo que estábamos creando en estos momentos. Tampoco quería que lo haga.
Sacándole su camisa, lo empujé sobre su espalda y la arrojé al suelo. Era la primera vez que me había dejado quitarle la camisa, pero mis manos contra su piel no eran suficientes. Quería el resto de su cuerpo contra el resto del mío.
Justo antes de que lo hiciera, Nicholas deslizó sus manos por debajo de mi camisón, tirándolo hacia arriba por encima de mi estómago, mis pechos, y luego mi cabeza. Sus ojos vagaron sobre mí, inspeccionando mi cuerpo como si estuviera grabando cada línea, declive y curva en la memoria. Sabía que debería haber sido incómodo, sentarse desnuda y expuesta delante de un hombre que había visto su cuota de mujeres y podría tener su selección de cualquiera de ellas, pero no había manera de sentirse insegura con la forma en la que me miraba.
Me sonrió cuando sus ojos hicieron el último viaje hacia los míos. Su mirada plata silenciosa, su respiración superficial, su cuerpo listo. Yo sabía que nunca querría a nadie más como lo deseaba a él.
—Nicholas —le dije—, yo...
Las dos últimas palabras se perdieron mientras su boca se aplastaba en la mía, sus manos clavándose en mis caderas justo antes de que de un tirón me moviera de vuelta a la cama. El calor de su piel calentaba la mía, creando una capa de sudor entre nosotros. Su boca se movía hacia mi cuello, sus manos a mis pechos, y me sentía a punto de caer por el borde del mundo. Pero todavía quería más, necesitaba más.
Me encontraba tan lista para él que podía sentirlo todo el camino hasta los pies.
Deslizando mis manos entre nosotros, agarré sus pantalones, tirando del botón de sus vaqueros. Se abrió y deslicé mi mano dentro. Gimió, con la frente apoyada en la mía mientras su cuerpo se movía contra el mío. Deslizando mi mano, sacudió mis caderas hacia él. Otro sonido escapó de él.
—Maldición —gimió justo antes de que su boca cayera sobre la mía otra vez. Su lengua separó mis labios, tocando la punta de la mía, mientras sus dedos se deslizaron por debajo de mi ropa interior. La quitó en un movimiento sin fisuras, su lengua nunca dejando mi boca.
Me encontraba en otro mundo. Un mundo que era ajeno y un mundo que quería hacer mi casa. Era apasionado y había calor. Del tipo que era tan profundo que lo absorbías. Del tipo que era tan profundo que se convertía en una parte de ti.
Me sentía tan cerca de perderlo todo que retorcía en mi interior, sabía que no podría aguantar mucho más con la forma en que me tocaba. Con la forma en que me consumía.
Ahora, totalmente desnuda, envolví mis piernas alrededor suyo, arqueando las caderas contra él, balanceándome arriba y abajo. Su respiración se detuvo cuando cada músculo de su cuerpo se tensó en la superficie.
—No así —susurró, golpeando la almohada detrás de mí.
Todo dentro de mí gritó.
—No así ¿Cómo? —le dije entre jadeos irregulares, dejando mis piernas a su alrededor. No iba a abandonar cuando estábamos tan cerca.
Cerró los ojos.
—No justo después de que casi fuiste violada por Sawyer Diamond — dijo, echándose hacia atrás.
Su piel ya no presionaba contra la mía, un frío se arrastró sobre mí casi de inmediato.
—Nicholas, estoy bien —le dije, apoyándome sobre mis codos, no dispuesta a dejar que el momento pase.
Moviendo sus piernas fuera de la cama, se inclinó hacia abajo.
—Pero yo no lo estoy.
—¿Por qué?
Barrió las manos sobre su cara.
—Porque esto está mal en todas las formas ahora.
Eso dolió.
—No se sentía mal para mí —le dije, tratando de no pensar en el hecho de que era probablemente la única mujer con la que el legendario Nicholas Jonas no iba todo el camino.
Recuperando mi vestido del suelo, lo sostuvo para mí, con los ojos hacia abajo.
—Esa es la cosa. No se sentía mal para mí tampoco —dijo, mientras le arrebataba el vestido de su mano. Quería tirarlo a través del cuarto para probar un punto, pero me lo puso en su lugar—. Así es como sé que estaba mal.
—¿Podríamos ahorrarnos las perturbaciones mentales para la mañana? —dije, metiendo los brazos a través del vestido—. Estoy corriendo un poco lento en la comprensión de este momento.
—Estoy haciendo un trabajo de mierda para explicarme a mí mismo —dijo tirando de su gorro, en silencio durante un minuto—. Mi concepto del bien y del mal está en tan mal estado, ____(tn), que mi "mal" es para todo el mundo el "bien". Y mi "bien" es el "mal" de todos.
Quería envolver mis brazos a su alrededor y confortar cualquier confusión que experimentaba pero todavía me sentía un poco demasiado rechazada para ello.
—¿Así que estás diciendo que porque lo que estábamos haciendo se sentía bien para ti, tiene que ser algo malo? —Esta era todas las definiciones de confusión.
Asintió, mirando por encima de mí.
—Necesito una recalibración del bien y el mal, ____(tn), y hasta que no sea capaz de dejar mi mierda al descubierto, tengo que tener cuidado contigo.
Me dejé caer de nuevo en la cama, tapándome la cabeza con una almohada.
—Cuidado, no era lo que yo tenía en mente para esta noche — gimoteé, mi voz ahogada.
—Lo sé —dijo, frotándose la pierna—. Pero es lo correcto para hacer.
Levantando la almohada, alcé una ceja.
—¿Lo correcto para Nicholas o para todos los demás? —le pregunté con una sonrisa inocente.
Mi mueca no tuvo efecto sobre él.
—No estoy seguro —dijo—, y tengo que estarlo antes de que terminemos... —Miró a la cama significativamente—, de hacer lo que estábamos haciendo.
—Bueno —le dije, sentándome y arrastrándome cerca—. Date prisa y descubre tu mierda, Jonas. —Presioné mis labios contra los suyos, retirándome, mientras todo en mi interior empezaba a hervir.
—Sí, señora. —Sonrió, recorriendo con su dedo mi mejilla—. Sólo quiero que se sienta bien, ¿de acuerdo? Quiero que sea perfecto.
Eso estaría bien si viviéramos en un mundo perfecto.
—Si estás esperando que todo se sienta bien y perfecto, te voy a ahorrar el suspenso y te diré que nunca va a pasar —le dije, entrelazando mis dedos con los suyos—. Pero si puedes mirarme y decir que quieres estar conmigo y puedo mirarte y saber que quiero estar contigo, entonces carpe diem, bebé. Porque eso es lo más perfecto que alguna vez conseguirás.
Asintió, dándole a mis dedos un apretón.
—Eres tan condenadamente inteligente ____(tn) —dijo, besando mi frente mientras se levantaba—. Te veré en la mañana.
Ahora esto sólo se ponía absurdo.
—Sí —dije, agarrando su mano—, lo harás. —Di unas palmaditas en el espacio junto a mí, tirando las mantas hacia abajo.
Nicholas estudió la cama como si fuera una ecuación.
Deduje qué ecuación trataba de descifrar en su mente.
—¿Correcto o incorrecto?
Uno de los lados de su rostro se levantó.
—No estoy seguro —confesó.
—Bueno, yo sí —dije, tirando de su mano.
Se detuvo un segundo más, pero rindiéndose a mí o decidiendo por su cuenta, se metió en la cama junto a mí y enrolló sus brazos a mí alrededor con tanta fuerza que no podía respirar del todo bien.
No había experimentado un sueño tan tranquilo desde ese día, hace casi cinco años atrás a la fecha.
—¿Cómo te sientes acerca de todo eso? —preguntó, con voz suave, con tal contraste a lo que yo sabía que era capaz de hacer—. Dame una puntuación media.
—Me siento como una mierda —le contesté, y luego lo miré. No sabía si era sólo por esta noche, o simplemente como un amigo que cuidaba mi espalda o como sólo un poco más de lo que había sido para mí estos últimos seis meses, pero él se encontraba aquí—. Y un poco como genial también. ¿Y tú?
Me miró, sus ojos iluminados y cálidos.
—Estoy un poco como genial también.
Apagando Sunrise Drive, llevó el coche de Taylor hasta la cabina. Los dos nos quedamos mirando la estructura oscura, esperando. Podría ser apresurado, podría ser de mal gusto, pero esta mujer agarraba lo que quería y sin mirar atrás.
—¿Quieres entrar? —Tragué, esperando una aceptación tanto como un rechazo.
Hizo una pausa, sus ojos inspeccionando el lugar como si estuviera fuertemente custodiado. Conocía aquella mirada en un hombre, de preocupación.
—Mis padres no están en casa —le dije—. Mamá tenía un viaje de trabajo y arrastró a mi papá.
Nicholas abrió su puerta. El corazón me dio un vuelco.
—¿Tu mamá sacó a tu padre de la casa? —preguntó, cuando salí del coche.
—Después de mezclar sus huevos con algunos narcóticos fuertes —le contesté, caminando hacia donde me esperaba.
Tenía la vista fija en la cabina de nuevo, masticando algo fuera en su labio inferior. También conocía esa mirada en un hombre: vacilación.
—Está bien si no quieres —le dije, esperando a su lado—. Entiendo.
—Si quiero, ____(tn) —dijo, mirando a la ventana de mi dormitorio—. Sólo no estoy seguro de sí debería hacerlo.
El hombre que podría patearle el culo a cualquiera con las manos atadas detrás de su espalda. El mismo hombre al que no le importaba si todos en Southpointe anunciaban al mundo que había dormido con todas y cada una de las mujeres solteras en el estado. El mismo hombre que deliberaba sobre venir dentro de una casa sin padres conmigo.
Era una dicotomía andante.
—Bueno, estoy segura, por lo que mi certeza anula tu incertidumbre. —Lo agarré del brazo y tiré de él por las escaleras—. Por aquí.
Suspiró, pero me dejó conducirlo hasta la entrada y la puerta principal. Las tablas del suelo se quejaban debajo de nuestros pies, haciendo eco a través de la casa en silencio.
—¿Quieres algo? —le pregunté, encendiendo la luz de la cocina.
Negó con la cabeza, sus ojos ahora uniéndose al juego vacilante.
Queriendo poder ver un piso cercano a la salida más conveniente, lo empujé hacia las escaleras, ni de cerca dejando ir su mano.
—Tengo que cambiarme —le dije, dando a su mano otro tirón.
Funcionó.
No estaba segura de lo que hacía mientras llevaba a Nicholas a mi habitación, pero no era porque mis intenciones eran puras o impuras. No tenía ninguna intención en este momento, sólo iba a lo que se sentía bien.
—¿Cómo sabías lo que sucedía conmigo esta noche? —pregunté, tirando de la cadena de la lámpara en mi tocador. Sabía que tenía que estar preocupada con una montaña de preguntas en este momento, pero la única razón por la que las hacía era llenar el silencio.
—Holly los vio a Diamond y a ti tener una pelea, vino y me llevó. Y cuando se trata de predecir los próximos movimientos de Diamond, todo lo que tienes que preguntarte a ti mismo es qué haría un imbécil y multiplicarlo por diez y tendrás tu respuesta. —Se apoyó en la puerta, inspeccionando mi cuarto como si no fuera real.
Lo miré de la misma manera.
—Gracias, Nicholas. —Hice una pausa en mi camino al baño y lo miré. Había creído y asumido cosas horribles sobre él. Me había convertido en otro miembro de la mafia dejando que la peor mierda le pegara. Esto hizo mi garganta arder—. Y lo siento —dije, esperando que pudiera leer en mis ojos lo que mis palabras no podían expresar—. Holly me explicó todo y estoy tan, tan arrepentida, Nicholas.
Empujando la puerta, dio un paso dentro.
—Lo sé, ____(tn). —Me dio una sonrisa triste.
Desaparecí detrás de la puerta del baño, pijamas en mano, con lágrimas en los ojos.
—No creía que tu habitación sería tan... femenina. —Su nariz se hallaba apretada por el tono de su voz.
Deslizándome del vestido de envoltura de salchicha, saqué la cabeza.
—¿No nos conocemos mejor ahora para asumir cualquier cosa el uno del otro? —Alzó una ceja y me sonrió.
Se rió entre dientes.
—Espero que sí —dijo—. ¿Estás diciendo que esto sería un mal momento para hablar de los otros cinco hijos que he engendrado con cinco mujeres diferentes? ¿O es que me has seguido a todos sus tráileres ya?
Tiré el vestido por la puerta, golpeando su rostro.
Quitándolo de su cara, lo arrugó. Si se tratara de un indicador de la poca tela en que consistía, él fue capaz de hacerlo caber en la palma de una mano y meterlo en el bolsillo de su chaqueta.
—Me quedo con esto como un recuerdo, ____(tn). Te veías increíble.
—Como si estuvieras mirando el vestido —le grité, deslizándome en mi camisón.
—Si te pones un vestido así, ____(tn), aquí hay un señalamiento. Los chicos no van a estar admirando el material.
Todo se sentía como antes. De vuelta a la normalidad. Pues bien, lo único normal que Nicholas y yo podríamos ser alguna vez, pero era nuestro, y suficiente. Pasé un cepillo por mi cabello un par de veces, sólo para que no se viera como si tuviera un aspecto andrajoso, y volví a entrar en el dormitorio.
Nicholas se encontraba recostado en mi cama, hojeando mi manual del estudiante.
—He oído que conseguiste entrar —dijo, poniéndolo de nuevo en la mesita de noche—. Juilliard, ____(tn). Incluso con lo estúpido que soy he oído lo suficiente para saber que es algo para estar orgullosos.
Doblé la rodilla por debajo de mí y me senté a su lado.
—Oí que conseguiste entrar en casi cualquier universidad que desees. Es decir, si no vas detrás de la cosa de las siete figuras de NFL.
Inclinó la cabeza contra el cabecero.
—Sí, supongo.
—¿Has tomado alguna decisión?
—Todavía no —dijo, como si no fuera la gran cosa. Como si tener una beca completa para cualquier escuela que eligieras no fuera un gran logro. Si eso no lo era, era difícil imaginar lo que Nicholas consideraba un gran logro.
—Nicholas —dije, plantando mi mano sobre su estómago—. ¿Por qué no me dijiste acerca de Sawyer? ¿Por qué no me dijiste que no eras el padre?
—Era una de las muchas preguntas que ni siquiera podía comenzar a responder.
—¿Me habrías creído? —preguntó, con voz tensa.
Yo sabía la respuesta, pero no quería darle aire.
—Y también sabía que si asumías que era el padre de Nicholas, y que había mentido sobre eso, sería suficiente para que terminaras conmigo para siempre. Era la única manera que conocía para mantenerte a salvo de mí.
Alcé mi mano de su estómago.
—Así que ¿planeaste esto? ¿Durante todo el tiempo que estuvimos juntos, tramabas alguna forma de meter la pata soberanamente así te dejaba en paz?
—No, ____(tn) —dijo agarrando mi mano—. Así yo te dejaba en paz.
—Esa mañana cuando te confronté sobre Holly y el bebé, no lo negaste.
—Pero, ¿lo confirmé?
Entrecerré los ojos.
—No negándolo, lo hiciste.
Deslizando su gorro abajo, cerró los ojos.
—Eso es porque sabía que era la única manera de salvarte de mí. No lo planeé de esa manera, pero cuando me confrontaste sobre Holly esa mañana, sabía que si iba a ser un hombre y dejarte ir, esa era mi única oportunidad. Y por suerte para mí, tuve las pelotas para hacerlo ese día.
—¿Qué? ¿Mentirme? —le pregunté con un borde en la voz.
Nicholas negó con la cabeza.
—Alejarme de ti.
Toda esta cosa entre Nicholas y yo había sido cuidadosamente manejado malentendido orquestado por él. Me sentía herida, y enojada, incluso entendía por qué, pero sobre todo, había terminado con ello.
—¿Terminaste de alejarte de mí, ya? —le pregunté, agarrando una almohada y arrojándosela a la cara.
Arrojó la almohada de vuelta.
—Indeciso sobre eso.
Si no supiera por qué se encontraba indeciso, esa respuesta podría haber dolido.
—¿Por qué estás aquí ahora, entonces?
—Porque quiero estar aquí —dijo, confesándolo como si fuera un pecado.
—¿Y no querías estar aquí antes? —Me acerqué más, deseando que durante dos malditos minutos, pudiéramos estar en la misma página.
—Sí —dijo, mirando al techo—. Estoy cansado de luchar contra eso en estos momentos.
Allí apareció, la brecha que esperé. La luz roja había cambiado.
—Hazme un favor y no luches contra eso de nuevo.
Se incorporó y me miró. Su mirada era paralizante.
—Lo haré, ____(tn). Voy a seguir luchando porque no te mereces un tipo sin salida con mi pasado arruinando tu vida.
Levantando mis brazos, exhalé. La humildad era algo bueno, pero ser un mártir era tan malo como creer que eras un don de Dios. Terminé con la rutina.
—Si dejaras de hablar acerca de todas las razones por las que no deberías desearlo, tal vez te gustaría escuchar que no me importa —le dije. Bueno, le grité—: Conozco lo peor de ti y conozco lo mejor de ti. —Hice una pausa para respirar un poco—. Y te amo.
Algo brilló en sus ojos antes de que desviara la mirada. Apretó la mandíbula mientras miraba la puerta y, justo cuando contemplaba levantar una barricada lo cerró con mi cuerpo, me atrajo hacia él, su boca encontrando la mía.
Me besó como si estuviera tratando de consumirme, como si estuviera recuperando la mitad de todo un año de momentos perdidos, y como si estuviera peleando lo que yo sabía que era una pelea inútil.
Acunando mi rostro entre sus manos, me besó más fuerte, tan fuerte que no podía respirar, pero si besar así requería la falta de aliento, renunciaba al oxígeno para siempre. En el momento me consumió, encapsulándome en nada más que el aquí y el ahora. El pasado, las mentiras, el dolor, nada podría romper el mundo que estábamos creando en estos momentos. Tampoco quería que lo haga.
Sacándole su camisa, lo empujé sobre su espalda y la arrojé al suelo. Era la primera vez que me había dejado quitarle la camisa, pero mis manos contra su piel no eran suficientes. Quería el resto de su cuerpo contra el resto del mío.
Justo antes de que lo hiciera, Nicholas deslizó sus manos por debajo de mi camisón, tirándolo hacia arriba por encima de mi estómago, mis pechos, y luego mi cabeza. Sus ojos vagaron sobre mí, inspeccionando mi cuerpo como si estuviera grabando cada línea, declive y curva en la memoria. Sabía que debería haber sido incómodo, sentarse desnuda y expuesta delante de un hombre que había visto su cuota de mujeres y podría tener su selección de cualquiera de ellas, pero no había manera de sentirse insegura con la forma en la que me miraba.
Me sonrió cuando sus ojos hicieron el último viaje hacia los míos. Su mirada plata silenciosa, su respiración superficial, su cuerpo listo. Yo sabía que nunca querría a nadie más como lo deseaba a él.
—Nicholas —le dije—, yo...
Las dos últimas palabras se perdieron mientras su boca se aplastaba en la mía, sus manos clavándose en mis caderas justo antes de que de un tirón me moviera de vuelta a la cama. El calor de su piel calentaba la mía, creando una capa de sudor entre nosotros. Su boca se movía hacia mi cuello, sus manos a mis pechos, y me sentía a punto de caer por el borde del mundo. Pero todavía quería más, necesitaba más.
Me encontraba tan lista para él que podía sentirlo todo el camino hasta los pies.
Deslizando mis manos entre nosotros, agarré sus pantalones, tirando del botón de sus vaqueros. Se abrió y deslicé mi mano dentro. Gimió, con la frente apoyada en la mía mientras su cuerpo se movía contra el mío. Deslizando mi mano, sacudió mis caderas hacia él. Otro sonido escapó de él.
—Maldición —gimió justo antes de que su boca cayera sobre la mía otra vez. Su lengua separó mis labios, tocando la punta de la mía, mientras sus dedos se deslizaron por debajo de mi ropa interior. La quitó en un movimiento sin fisuras, su lengua nunca dejando mi boca.
Me encontraba en otro mundo. Un mundo que era ajeno y un mundo que quería hacer mi casa. Era apasionado y había calor. Del tipo que era tan profundo que lo absorbías. Del tipo que era tan profundo que se convertía en una parte de ti.
Me sentía tan cerca de perderlo todo que retorcía en mi interior, sabía que no podría aguantar mucho más con la forma en que me tocaba. Con la forma en que me consumía.
Ahora, totalmente desnuda, envolví mis piernas alrededor suyo, arqueando las caderas contra él, balanceándome arriba y abajo. Su respiración se detuvo cuando cada músculo de su cuerpo se tensó en la superficie.
—No así —susurró, golpeando la almohada detrás de mí.
Todo dentro de mí gritó.
—No así ¿Cómo? —le dije entre jadeos irregulares, dejando mis piernas a su alrededor. No iba a abandonar cuando estábamos tan cerca.
Cerró los ojos.
—No justo después de que casi fuiste violada por Sawyer Diamond — dijo, echándose hacia atrás.
Su piel ya no presionaba contra la mía, un frío se arrastró sobre mí casi de inmediato.
—Nicholas, estoy bien —le dije, apoyándome sobre mis codos, no dispuesta a dejar que el momento pase.
Moviendo sus piernas fuera de la cama, se inclinó hacia abajo.
—Pero yo no lo estoy.
—¿Por qué?
Barrió las manos sobre su cara.
—Porque esto está mal en todas las formas ahora.
Eso dolió.
—No se sentía mal para mí —le dije, tratando de no pensar en el hecho de que era probablemente la única mujer con la que el legendario Nicholas Jonas no iba todo el camino.
Recuperando mi vestido del suelo, lo sostuvo para mí, con los ojos hacia abajo.
—Esa es la cosa. No se sentía mal para mí tampoco —dijo, mientras le arrebataba el vestido de su mano. Quería tirarlo a través del cuarto para probar un punto, pero me lo puso en su lugar—. Así es como sé que estaba mal.
—¿Podríamos ahorrarnos las perturbaciones mentales para la mañana? —dije, metiendo los brazos a través del vestido—. Estoy corriendo un poco lento en la comprensión de este momento.
—Estoy haciendo un trabajo de mierda para explicarme a mí mismo —dijo tirando de su gorro, en silencio durante un minuto—. Mi concepto del bien y del mal está en tan mal estado, ____(tn), que mi "mal" es para todo el mundo el "bien". Y mi "bien" es el "mal" de todos.
Quería envolver mis brazos a su alrededor y confortar cualquier confusión que experimentaba pero todavía me sentía un poco demasiado rechazada para ello.
—¿Así que estás diciendo que porque lo que estábamos haciendo se sentía bien para ti, tiene que ser algo malo? —Esta era todas las definiciones de confusión.
Asintió, mirando por encima de mí.
—Necesito una recalibración del bien y el mal, ____(tn), y hasta que no sea capaz de dejar mi mierda al descubierto, tengo que tener cuidado contigo.
Me dejé caer de nuevo en la cama, tapándome la cabeza con una almohada.
—Cuidado, no era lo que yo tenía en mente para esta noche — gimoteé, mi voz ahogada.
—Lo sé —dijo, frotándose la pierna—. Pero es lo correcto para hacer.
Levantando la almohada, alcé una ceja.
—¿Lo correcto para Nicholas o para todos los demás? —le pregunté con una sonrisa inocente.
Mi mueca no tuvo efecto sobre él.
—No estoy seguro —dijo—, y tengo que estarlo antes de que terminemos... —Miró a la cama significativamente—, de hacer lo que estábamos haciendo.
—Bueno —le dije, sentándome y arrastrándome cerca—. Date prisa y descubre tu mierda, Jonas. —Presioné mis labios contra los suyos, retirándome, mientras todo en mi interior empezaba a hervir.
—Sí, señora. —Sonrió, recorriendo con su dedo mi mejilla—. Sólo quiero que se sienta bien, ¿de acuerdo? Quiero que sea perfecto.
Eso estaría bien si viviéramos en un mundo perfecto.
—Si estás esperando que todo se sienta bien y perfecto, te voy a ahorrar el suspenso y te diré que nunca va a pasar —le dije, entrelazando mis dedos con los suyos—. Pero si puedes mirarme y decir que quieres estar conmigo y puedo mirarte y saber que quiero estar contigo, entonces carpe diem, bebé. Porque eso es lo más perfecto que alguna vez conseguirás.
Asintió, dándole a mis dedos un apretón.
—Eres tan condenadamente inteligente ____(tn) —dijo, besando mi frente mientras se levantaba—. Te veré en la mañana.
Ahora esto sólo se ponía absurdo.
—Sí —dije, agarrando su mano—, lo harás. —Di unas palmaditas en el espacio junto a mí, tirando las mantas hacia abajo.
Nicholas estudió la cama como si fuera una ecuación.
Deduje qué ecuación trataba de descifrar en su mente.
—¿Correcto o incorrecto?
Uno de los lados de su rostro se levantó.
—No estoy seguro —confesó.
—Bueno, yo sí —dije, tirando de su mano.
Se detuvo un segundo más, pero rindiéndose a mí o decidiendo por su cuenta, se metió en la cama junto a mí y enrolló sus brazos a mí alrededor con tanta fuerza que no podía respirar del todo bien.
No había experimentado un sueño tan tranquilo desde ese día, hace casi cinco años atrás a la fecha.
:aah: :aah: :aah: :aah: :aah: :aah:
:amor: :amor: :amor: :amor: :amor:
Cuando creen que todo es miel sobre hojuelas!
:ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion: :ilusion:
Pues nooooooo!
:imdead: :imdead: :imdead: :imdead: :imdead:
:maloso: :maloso: :maloso: :maloso:
Ya verán que pasa!
Por lo pronto disfruten de este capi! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
Ame el capitulo!
Como eres capaz de dejarme asi con la intriga
Siguela!
PD: Mi correo es valeleska22@hotmail.com
Lo espero ambas cosas anciosa!
Besos xx.
Como eres capaz de dejarme asi con la intriga
Siguela!
PD: Mi correo es valeleska22@hotmail.com
Lo espero ambas cosas anciosa!
Besos xx.
Val x.
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