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Losing Inocence
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Jue 28 Mar 2013, 11:06 pm
Oh! Odiaran a Valerie en el prox cap. yo lo hice:l asi que no se enojen conmigo, es con ella:p uhm, perdonen si tienen faltas de ortografia(solo acentos, no se alarmen) es que he estado muy ocupada y llego a mi casa muy tarde, lo cual solo me da tiempo de escribir y no los edito muy detalladamente
GRACIAS:) xx
GRACIAS:) xx
Irene_Vega_1D
Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Jue 28 Mar 2013, 11:07 pm
CINCO
Las manos de Brandon me separaron de las de Harold y me pusieron por detrás de el.
—No, estrellita, con ella no, no es una de tus zorras —Brandon estaba frente a Harold y Harold solo me miraba penetrante. El pasó de largo a Brandon y se dirigió a mí.
—¿Por qué estás aquí? —Harold habló en mi oído para que solo yo escuchara por sobre la música. Tomé otro sorbo de mi bebida y el la tomó y bebió de ella— ¿El te dio esto? —señaló a Brandon.
Lo miré fijamente quizás por unos cinco minutos. Mientras pasaba ese lapso, sorbía en pequeños tragos el ginebra. El solo estaba recargado en la barra, pensando, no sé en realidad en que. Después de ese tiempo, se giro hacia mí y tomó mi brazo.
—Nos vamos de aquí.
Junté mis cejas y me sorprendí por su actitud mandona. Utilicé todas mis fuerzas por zafarme de su amarre, pero fue en vano, el ya comenzaba a caminar y a obligarme a mí a hacerlo.
—¡No vine contigo! —le grité por encima de la música. El paró en seco y se acerco a mi oído.
—¿Prefieres irte con ese imbécil?
—Tu no eres quien para juzgar si él es un imbécil o no —miré por todo el lugar y localice a Brandon del otro lado de la barra— ¡Brandon!
El vino rápidamente hacia mi e hizo que Harold me soltara. Harold me miró enojado y se fue enfurruñado hacia la salida. Cuando estuvo fuera de nuestra visión, Brandon se inclinó hacia mi y me preguntó.
—¿Te hizo algo? ¿Lo conoces? —asentí con la cabeza y terminé con mi copa. Me gire hacia el barman y le pedí una botella de agua.
Me disculpe con Brandon y me dirigí al baño. Entré a uno de los cubículos y cerré con seguro. Me senté sobre la tapa y puse mis manos sobre mi rostro.
Alisé mi vestido color crema y acomode mis botines después de hacerlo con mis mallas oscuras. Harold era un enfermo, y no me sorprendía que tuviera sexo con una mujer diferente cada noche. Primero no me quería en su vida, después se comportaba territorial conmigo. Mi madre decía que la venganza no era buena, y que era un truco barato. Pero eso que se me vino a la mente no era una venganza, sino una “coincidencia del destino”. Sí, claro.
Salí del baño y me acerque a Brandon, en el baño había visto que solo faltaban treinta minutos para la medianoche.
—¿Nos vamos, Brandon?
—Claro, Valerie.
Salimos al estacionamiento y antes de subir a mi auto, lo llamé y le pregunte por un hotel lo más cerca de Mayfair. Había uno de cinco estrellas justo a dos cuadras del bar. Me registré con mi tarjeta personal, (la que mi padre no pagaba) y dormí esa noche ahí.
A la mañana siguiente, agradecí al cielo que tuviera una muda de ropa completa en mi maleta. Traía un suéter de lana color blanco y unos leggins crema, junto con unas botas militares de cuero café.
No importaba mucho mi vestuario, dado que me cambiaria a pants y hoodie en la academia, pero mama decía que en el peor momento es cuando debes de estar mejor vestida. Y el peor momento, seria cuando me enfrentara por Harold por no dormir en su departamento.
Llegué a tiempo a mi primera clase. De hecho estaba en todas las clases con Valeria, perdón, Dushi (Me había insistido que la llamara así y aun no me acostumbraba), menos con el señor Wiliamson, pero en esa clase estaba con Brandon. Quien, al verme, me pregunto cómo me había ido con Harold.
—En realidad no dormí en su departamento, me voy a enfrentar a él esta tarde —me senté en el taburete frente al espejo en mi camerino y lo miré cambiarse.
—¿Cuál es la relación que tienen ustedes, solo vives en su casa? —asentí lentamente pensando en mi respuesta mientras le pasaba su camisa a tirantes.
—Si, solo vivo con el. Intenté tener una amistad, pero no funciono. Así que, si, es solo como si el me prestara su departamento —me encogí de hombros mientras el me pasaba su ropa y yo la guardaba en la maleta.
—Cualquier cosa que pase, solo llámame, ¿si?
—Claro Brandon, gracias.
Me sonrió y tomo mi mano para caminar a la primera hora de clases. En el camino me explico que había cambiado el cerrojo del camerino por el incidente que había pasado ayer y me dio una llave.
No vi a Tania en todo el día, lo cual fue bueno y raro en conjunto. Al terminar a las seis, pase por mis cosas y me dirigí al auto. Realmente estaba cansada. Si Harold empezara con querer discutir, simplemente no le haría caso alguno.
Metí las llaves al orificio del auto y solo escuche un clic y una advertencia de que la gasolina estaba vacía. Baje de él y me acerque al círculo de la gasolina. Lo abrí y encontré de nuevo un papel con lo mismo que Tania me había puesto en el espejo. Me asuste un poco al ver que tan solo quedaban tres carros en el estacionamiento aparte del mío.
—¿Problemas?
Me gire para ver al señor Eagling frente a mi auto. Cargaba una maleta de negocios y una maleta deportiva, junto con algunos papeles.
—Creo que si… Tania sigue haciéndolo.
El frunció el ceño y negó con la cabeza. Indicio de que no le importaba en absoluto.
—Las audiciones para el cisne negro comienzan la próxima semana, ¿Entraras, mi querido cisne?
La manera en la que me llamó hizo sonar como si la obra fuera clasificación R o algo erótico. Asentí lentamente con la cabeza y medio sonreí. El solo siguió caminando. ¡Siguió caminando! Y llame a Brandon. Justamente cuando llamaba, salió un compañero de clase del edificio. El también era seleccionado. Fairmont Degrant.
—¿Qué hay, Val? ¿Qué haces tan tarde en la academia?
—Oh, solo me quede más tiempo aprendiendo unos pasos. Pero Tania hizo una broma muy linda y vacio mi tanque de la gasolina. Así que no tengo auto de vuelta.
El pareció pensarlo y después de unos segundos, corrió a su Patriot y saco un bote. Llego y lo vacio en mi tanque, supuse que era gasolina.
—¿No me estas poniendo acido o algo así, no? —el soltó una carcajada y negó con la cabeza.
—Es combustible vegetal. Tu auto tarda en aceptarlo, pero si lo usas, cuidas el ambiente un poco. Descuida, lo venden en varias partes de Londres, lo podría comprar para ti, si quieres.
Sonreí al escuchar su proposición. Sería un buen negocio, le diría a papá sobre esto, así cuidaría y ahorraría.
—Oh, no lo conocía.
—Uhm, te voy a acompañar a tu casa, como ya dije, tu auto tarda en aceptarlo, no vaya a ser que te quedes varada a medio camino —terminó con una sonrisa.
Asentí complacida y me subí al auto. Creo que las personas de Inglaterra no eran malas, sino solo Harold y Tania. Llegue al departamento de Harold y la aguja del combustible apenas había bajado. En realidad esta idea era asombrosa. Baje del auto antes de entrar al estacionamiento subterráneo del complejo de departamentos donde vivíamos. El aparco tras de mi.
—Y bien, ¿Qué te parece?
—Es asombroso, ¿podrías decirme la dirección donde lo compras?
El asintió y cuando comenzó a hablar lo calle con la mano y le pedí que la tecleara en el GPS. Al terminar de ponerlo, bajo del auto y se dirigió al suyo.
—Uhm, Fairmont —el se giro al escuchar su nombre—, gracias —me acerque y lo abrace. Luego entre de nuevo a mi auto y lo guarde a un lado de la Range de Harold.
Hice respiraciones profundas en el ascensor mientras subía al cuarto piso. Con suerte, Harold estaría preparándose para salir y no me prestaría atención, que era lo mas probable. Saque mis llaves y cuando las gire, escuche un golpe y una puerta cerrándose. Empuje la puerta y vi a Harold desnudo en el sillón, con solo una sabana tapándole sus partes intimas.
Mire panorámicamente todo el departamento, nada estaba fuera de lugar mas que una botella de vino fuera del congelador. Me hundí de hombros y camine hasta mi habitación. Y hubiera entrado, de no ser porque una voz femenina grito.
Gire mi cabeza en dirección al ropero de invitados y deje mis cosas en el umbral de la puerta de mi habitación. Mire de soslayo a Harold quien tapaba su rostro con sus dos manos y suspiraba fuertemente. Abrí la puerta y mire a una mujer desnuda entre los abrigos y paraguas. Me quite mi rompe vientos y solo me quede con mi suéter blanco. Y lo colgué.
Cerré la puerta y camine de nuevo a mi habitación.
—¿Dónde estabas? ¿Por qué no dormiste aquí? —Harold se situó frente a mi antes de que yo abriera la puerta y entrara a mi cuarto sin responder pregunta alguna.
Harry.-
Patee la mesa que estaba a un lado de la puerta de la habitación de Valerie. Y camine hacia el ropero.
—Se acabó Serena, adiós.
—Pero… aun podemos seguir… tu sabes, no soy celosa, invita a la chica —dejé salir una carcajada sonora y ella me miro confundida.
—Lo siento, ya no más. Gracias de todos modos.
—Pero… siempre llegabas a tres, ahora solo fue uno —me miró con cara de tristeza.
—Lo siento, quizás esa es señal de que ya no funcionas.
Ella abrió su boca en señal de actuada ofensa y antes de que pudiera abofetearme, tome su mano, sus ropas y le dije que tenia tres minutos para irse. Resignada, se fue en dos.
¡Maldita mujer! Yo sabía que la razón por la cual yo no llegaba a los tres orgasmos era una molestia que en este momento salía de la habitación realmente enojada con su maldito suéter de diseñador y sus malditas piernas de bailarina. Junto con su maldita cara de porcelana y su maldito carácter de princesa.
—¿Qué es lo que quieres ahora, Vee?
Ella me miro levantando una ceja y luego exploro la habitación en busca de algo, tarde un segundo en averiguar qué.
—No está aquí ahora, se fue ya.
Soltó un suspiro, creo que fue para calmar su rabia.
—¿Qué demonios le hiciste a mi iPod? —luego de escucharse decir la palabra, tapo su boca asombrada— ¿Lo ves? ¡Tú eres el problema aquí!
—¿Qué pasa con tu reproductor? —contesté tratando de ahogar mi risa.
—No te hagas el desentendido, Harold —me apunto con su dedo índice—. ¡Sincronizaste toda esa música sin mi permiso!
—Solo déjalo estar, Vee. Ahora dime, ¿te gusto la música?
—No soy tonta, puedo descifrar tu voz a kilómetros de distancia, es tu grupo —me levante exasperado y tome la botella de vino de la barra de la cocina.
—¡Dime de una maldita vez si te gusto!
Ella frunció el ceño y después sonrió. Pareció pensarlo por unos minutos y camino a la cocina. La segui y me recargue en el umbral de la cocina mientras la veía sacar cosas del refrigerador.
—¿Por qué te interesa tanto mi opinión sobre tu música?
Su pregunta freno mis pensamientos exasperados y me puse a pensar realmente por qué quería saber su opinión.
—Es solo… tu sabes, a todos les gusta One Direction… uhm, solo eso.
Comenzó a cortar un pimiento verde y la mire atento a su respuesta. No hablo durante unos quince minutos. El lapso mas largo de mi vida. Cuando termino de cortar los pimientos, saco un par de frascos y mas vegetales.
—Bueno… creo que la canción de Little Things es un poco… ¿inexacta?
Mi boca se abrió por asombro. ¿Qué diablos tiene en la cabeza esta chica? Ella siguió con las cebollas y yo me puse frente a ella.
—¿Inexacta? ¿Qué te pasa? Esa canción refleja todo lo que las mujeres pasan y nosotros les hacemos saber que son perfectas.
—Lo siento, Harold. Pero para empezar nunca he necesitado de una taza de té para dormir, siempre me he interesado en que mi peso este bien, mi voz se escucha bien en una grabación y honestamente nunca he tenido que retorcerme en mis pantalones.
Después de que me haya dejado sin palabras, siguió con su tarea de cortar comida. No la dejaría irse. Teníamos mucho de que hablar.
—¿Tienes la bastante confianza en ti misma? —pregunte mirándola sacar pollo de una cartera congelada.
—Si, ¿Por qué no tenerla?
—Bueno, todas las chicas son inseguras en algo.
—Yo no.
Asentí con la cabeza y me senté en la barra. Solo ella podía parecer cocinera profesional en mi cocina. Mientras que ella no ensuciaba, yo no podía comer cereal sin tirar medio galon de leche.
—¿Qué cocinas? Huele bien.
—Se llama pastel de pollo.
—Sabes cocinar bien, ¿Quién te enseño a hacerlo?
—Clases de cocina. Mi madre pensó que algún día las necesitaría, y creo que ese día llego.
—Has salvado mi estomago. Estaba a punto de contratar una cocinera porque ya no quería mas comida rápida.
Valerie.-
Lo mire para que se diera cuenta de lo que había dicho. No lo hizo, así que hable.
—No soy tu cocinera. Lo que hago, lo hago para mi, que tu aproveches la oportunidad no es mi problema.
El suspiro y se acomodo mejor en el granito de la cocina. Me gire y comencé a partir el pollo en tiras. Justo frente a el.
—¿Podemos hablar, Vee, tu sabes, así como la gente civilizada y sin discutir?
Levante mi mirada mientras seguía picando el pollo. Lo cual no fue una buena idea, porque eso ocasiono que me pasara y le hiciera un corte a mi dedo. Sentí la sangre correr mientras miraba a Harold y mi boca se abría lentamente. El me miro confundido y bajo su mirada. Al ver mi dedo sangrante, su cara se transformo totalmente.
—¡Vamos al hospital, Valerie!
Camine lentamente hacia el baño. Ahí, lave la herida, la desinfecte y después la envolví en una gasa y una venda. Mientras la vendaba, recordé borrosamente… ¿Me había llamado Valerie?
Cuando salí, Harold estaba sentado en el sofá con las manos sobre su rostro y sus codos en sus rodillas. Al verme, levanto la mirada y se paro rápidamente. Tomo mi mano vendada y la volteo como un millón de veces.
—¿Qué paso? ¿Estás bien?
Lo mire levantando una ceja y me reí deliberadamente. Si creía que me iba a creer el cuento de que yo le importaba a el, no lo haría. Solté mi mano de un tirón y seguí cortando el pollo. El solo me siguió y se poso de nuevo en la barra de la cocina.
—Bien, ya que no te paso nada, ¿me podrías decir si podemos hablar?
—Claro, ¿Por qué no? Solo habla.
Seguí con mi tarea de hacer la cena. Le daría una última oportunidad a Harold. Y lo escucharía en verdad. No me gustaba que la gente fuera de esa manera y que me trataran así. Pero todos merecían una oportunidad y debía dársela.
—Bien, tengo algunas preguntas.
—Dilas, ¿quieres algo de tomar?
El me miro juntando sus cejas y negó con la cabeza. Rompí el papel de la botella de vino que mi padre me había enviado por regalo de bienvenida y la abrí. Puse una copa frente a mi y la serví a la mitad. Sorbí un trago y lo trague. Mmm, Sancerre. Claro, solo para ocasiones especiales.
—La primera es… ¿Por qué estabas ayer en ese lugar? ¿El chico te llevó?
Suspire y arroje el pollo en la sartén junto con todas las especias que había sacado anteriormente.
—Brandon y yo salimos a comer algo, luego me invito a ese bar, ¿Qué tiene de malo?
—¡Estabas tomando un Gin-Tonic! ¿El te lo dio?
Negué con la cabeza y menee de nuevo la sartén, comencé con las tortillas para la presentación. Sorprendentemente, preparé dos platos.
—No, yo lo pedí, y lo pagué… ¿no recuerdas que incluso un chico quiso pagarlo por mi?
El bajo su cabeza y después de unos segundos la levanto de nuevo.
—¿Dónde estabas ayer? ¿Por qué no pasaste la noche aquí? ¿La pasaste con el?
—¿Por qué te importa donde pase la noche? No te veías muy preocupado cuando llegue hoy.
—Eso no es de tu incumbencia.
—Oh, bien, entiendo que yo debo darte explicaciones al vivir en tu departamento, pero ¿no podrías tan solo mandarme un texto o llamar para que no llegue aquí y te espere hasta que termines de… satisfacerte?
Puso su cabeza entre sus manos y suspiro de nuevo. El pollo estuvo listo y vacié la mezcla en las tortillas, cuando terminé de decorarlas, pasé un plato frente a él y un tenedor. Puse una copa y serví un poco más en la mía y en la de él. Tomó el tenedor y comenzó a comer. Luego de varios minutos volvió a hablar.
—Necesito conocer más de ti —una sonrisa se posó en mi cara y lo mire, luego negué con la cabeza.
—Soy yo la que no sabe realmente nada de ti —bajo su mirada a su plato.
—Solo busca Harry Styles en Google —susurró en una risa acida, yo negué nuevamente con la cabeza.
—No, ¿Para qué quiero saber que naciste el 1 de febrero de 1994, que tu signo zodiacal es acuario, tu color favorito es azul y que naciste en Holmes Chappel, si eso lo saben todos? En ese caso, tu también busca mi nombre en Google y ahora me conoces.
Levantó de golpe su mirada y me sonrió. Wow, nunca me había sonreído. Seguí con mi comida y cuando la terminé, me acerqué al lavaplatos y lo lavé. Me despedí de el con una sonrisa y me fui a mi habitación… sin duda él buscaría mi nombre en google.
—No, estrellita, con ella no, no es una de tus zorras —Brandon estaba frente a Harold y Harold solo me miraba penetrante. El pasó de largo a Brandon y se dirigió a mí.
—¿Por qué estás aquí? —Harold habló en mi oído para que solo yo escuchara por sobre la música. Tomé otro sorbo de mi bebida y el la tomó y bebió de ella— ¿El te dio esto? —señaló a Brandon.
Lo miré fijamente quizás por unos cinco minutos. Mientras pasaba ese lapso, sorbía en pequeños tragos el ginebra. El solo estaba recargado en la barra, pensando, no sé en realidad en que. Después de ese tiempo, se giro hacia mí y tomó mi brazo.
—Nos vamos de aquí.
Junté mis cejas y me sorprendí por su actitud mandona. Utilicé todas mis fuerzas por zafarme de su amarre, pero fue en vano, el ya comenzaba a caminar y a obligarme a mí a hacerlo.
—¡No vine contigo! —le grité por encima de la música. El paró en seco y se acerco a mi oído.
—¿Prefieres irte con ese imbécil?
—Tu no eres quien para juzgar si él es un imbécil o no —miré por todo el lugar y localice a Brandon del otro lado de la barra— ¡Brandon!
El vino rápidamente hacia mi e hizo que Harold me soltara. Harold me miró enojado y se fue enfurruñado hacia la salida. Cuando estuvo fuera de nuestra visión, Brandon se inclinó hacia mi y me preguntó.
—¿Te hizo algo? ¿Lo conoces? —asentí con la cabeza y terminé con mi copa. Me gire hacia el barman y le pedí una botella de agua.
Me disculpe con Brandon y me dirigí al baño. Entré a uno de los cubículos y cerré con seguro. Me senté sobre la tapa y puse mis manos sobre mi rostro.
Alisé mi vestido color crema y acomode mis botines después de hacerlo con mis mallas oscuras. Harold era un enfermo, y no me sorprendía que tuviera sexo con una mujer diferente cada noche. Primero no me quería en su vida, después se comportaba territorial conmigo. Mi madre decía que la venganza no era buena, y que era un truco barato. Pero eso que se me vino a la mente no era una venganza, sino una “coincidencia del destino”. Sí, claro.
Salí del baño y me acerque a Brandon, en el baño había visto que solo faltaban treinta minutos para la medianoche.
—¿Nos vamos, Brandon?
—Claro, Valerie.
Salimos al estacionamiento y antes de subir a mi auto, lo llamé y le pregunte por un hotel lo más cerca de Mayfair. Había uno de cinco estrellas justo a dos cuadras del bar. Me registré con mi tarjeta personal, (la que mi padre no pagaba) y dormí esa noche ahí.
A la mañana siguiente, agradecí al cielo que tuviera una muda de ropa completa en mi maleta. Traía un suéter de lana color blanco y unos leggins crema, junto con unas botas militares de cuero café.
No importaba mucho mi vestuario, dado que me cambiaria a pants y hoodie en la academia, pero mama decía que en el peor momento es cuando debes de estar mejor vestida. Y el peor momento, seria cuando me enfrentara por Harold por no dormir en su departamento.
Llegué a tiempo a mi primera clase. De hecho estaba en todas las clases con Valeria, perdón, Dushi (Me había insistido que la llamara así y aun no me acostumbraba), menos con el señor Wiliamson, pero en esa clase estaba con Brandon. Quien, al verme, me pregunto cómo me había ido con Harold.
—En realidad no dormí en su departamento, me voy a enfrentar a él esta tarde —me senté en el taburete frente al espejo en mi camerino y lo miré cambiarse.
—¿Cuál es la relación que tienen ustedes, solo vives en su casa? —asentí lentamente pensando en mi respuesta mientras le pasaba su camisa a tirantes.
—Si, solo vivo con el. Intenté tener una amistad, pero no funciono. Así que, si, es solo como si el me prestara su departamento —me encogí de hombros mientras el me pasaba su ropa y yo la guardaba en la maleta.
—Cualquier cosa que pase, solo llámame, ¿si?
—Claro Brandon, gracias.
Me sonrió y tomo mi mano para caminar a la primera hora de clases. En el camino me explico que había cambiado el cerrojo del camerino por el incidente que había pasado ayer y me dio una llave.
No vi a Tania en todo el día, lo cual fue bueno y raro en conjunto. Al terminar a las seis, pase por mis cosas y me dirigí al auto. Realmente estaba cansada. Si Harold empezara con querer discutir, simplemente no le haría caso alguno.
Metí las llaves al orificio del auto y solo escuche un clic y una advertencia de que la gasolina estaba vacía. Baje de él y me acerque al círculo de la gasolina. Lo abrí y encontré de nuevo un papel con lo mismo que Tania me había puesto en el espejo. Me asuste un poco al ver que tan solo quedaban tres carros en el estacionamiento aparte del mío.
—¿Problemas?
Me gire para ver al señor Eagling frente a mi auto. Cargaba una maleta de negocios y una maleta deportiva, junto con algunos papeles.
—Creo que si… Tania sigue haciéndolo.
El frunció el ceño y negó con la cabeza. Indicio de que no le importaba en absoluto.
—Las audiciones para el cisne negro comienzan la próxima semana, ¿Entraras, mi querido cisne?
La manera en la que me llamó hizo sonar como si la obra fuera clasificación R o algo erótico. Asentí lentamente con la cabeza y medio sonreí. El solo siguió caminando. ¡Siguió caminando! Y llame a Brandon. Justamente cuando llamaba, salió un compañero de clase del edificio. El también era seleccionado. Fairmont Degrant.
—¿Qué hay, Val? ¿Qué haces tan tarde en la academia?
—Oh, solo me quede más tiempo aprendiendo unos pasos. Pero Tania hizo una broma muy linda y vacio mi tanque de la gasolina. Así que no tengo auto de vuelta.
El pareció pensarlo y después de unos segundos, corrió a su Patriot y saco un bote. Llego y lo vacio en mi tanque, supuse que era gasolina.
—¿No me estas poniendo acido o algo así, no? —el soltó una carcajada y negó con la cabeza.
—Es combustible vegetal. Tu auto tarda en aceptarlo, pero si lo usas, cuidas el ambiente un poco. Descuida, lo venden en varias partes de Londres, lo podría comprar para ti, si quieres.
Sonreí al escuchar su proposición. Sería un buen negocio, le diría a papá sobre esto, así cuidaría y ahorraría.
—Oh, no lo conocía.
—Uhm, te voy a acompañar a tu casa, como ya dije, tu auto tarda en aceptarlo, no vaya a ser que te quedes varada a medio camino —terminó con una sonrisa.
Asentí complacida y me subí al auto. Creo que las personas de Inglaterra no eran malas, sino solo Harold y Tania. Llegue al departamento de Harold y la aguja del combustible apenas había bajado. En realidad esta idea era asombrosa. Baje del auto antes de entrar al estacionamiento subterráneo del complejo de departamentos donde vivíamos. El aparco tras de mi.
—Y bien, ¿Qué te parece?
—Es asombroso, ¿podrías decirme la dirección donde lo compras?
El asintió y cuando comenzó a hablar lo calle con la mano y le pedí que la tecleara en el GPS. Al terminar de ponerlo, bajo del auto y se dirigió al suyo.
—Uhm, Fairmont —el se giro al escuchar su nombre—, gracias —me acerque y lo abrace. Luego entre de nuevo a mi auto y lo guarde a un lado de la Range de Harold.
Hice respiraciones profundas en el ascensor mientras subía al cuarto piso. Con suerte, Harold estaría preparándose para salir y no me prestaría atención, que era lo mas probable. Saque mis llaves y cuando las gire, escuche un golpe y una puerta cerrándose. Empuje la puerta y vi a Harold desnudo en el sillón, con solo una sabana tapándole sus partes intimas.
Mire panorámicamente todo el departamento, nada estaba fuera de lugar mas que una botella de vino fuera del congelador. Me hundí de hombros y camine hasta mi habitación. Y hubiera entrado, de no ser porque una voz femenina grito.
Gire mi cabeza en dirección al ropero de invitados y deje mis cosas en el umbral de la puerta de mi habitación. Mire de soslayo a Harold quien tapaba su rostro con sus dos manos y suspiraba fuertemente. Abrí la puerta y mire a una mujer desnuda entre los abrigos y paraguas. Me quite mi rompe vientos y solo me quede con mi suéter blanco. Y lo colgué.
Cerré la puerta y camine de nuevo a mi habitación.
—¿Dónde estabas? ¿Por qué no dormiste aquí? —Harold se situó frente a mi antes de que yo abriera la puerta y entrara a mi cuarto sin responder pregunta alguna.
Harry.-
Patee la mesa que estaba a un lado de la puerta de la habitación de Valerie. Y camine hacia el ropero.
—Se acabó Serena, adiós.
—Pero… aun podemos seguir… tu sabes, no soy celosa, invita a la chica —dejé salir una carcajada sonora y ella me miro confundida.
—Lo siento, ya no más. Gracias de todos modos.
—Pero… siempre llegabas a tres, ahora solo fue uno —me miró con cara de tristeza.
—Lo siento, quizás esa es señal de que ya no funcionas.
Ella abrió su boca en señal de actuada ofensa y antes de que pudiera abofetearme, tome su mano, sus ropas y le dije que tenia tres minutos para irse. Resignada, se fue en dos.
¡Maldita mujer! Yo sabía que la razón por la cual yo no llegaba a los tres orgasmos era una molestia que en este momento salía de la habitación realmente enojada con su maldito suéter de diseñador y sus malditas piernas de bailarina. Junto con su maldita cara de porcelana y su maldito carácter de princesa.
—¿Qué es lo que quieres ahora, Vee?
Ella me miro levantando una ceja y luego exploro la habitación en busca de algo, tarde un segundo en averiguar qué.
—No está aquí ahora, se fue ya.
Soltó un suspiro, creo que fue para calmar su rabia.
—¿Qué demonios le hiciste a mi iPod? —luego de escucharse decir la palabra, tapo su boca asombrada— ¿Lo ves? ¡Tú eres el problema aquí!
—¿Qué pasa con tu reproductor? —contesté tratando de ahogar mi risa.
—No te hagas el desentendido, Harold —me apunto con su dedo índice—. ¡Sincronizaste toda esa música sin mi permiso!
—Solo déjalo estar, Vee. Ahora dime, ¿te gusto la música?
—No soy tonta, puedo descifrar tu voz a kilómetros de distancia, es tu grupo —me levante exasperado y tome la botella de vino de la barra de la cocina.
—¡Dime de una maldita vez si te gusto!
Ella frunció el ceño y después sonrió. Pareció pensarlo por unos minutos y camino a la cocina. La segui y me recargue en el umbral de la cocina mientras la veía sacar cosas del refrigerador.
—¿Por qué te interesa tanto mi opinión sobre tu música?
Su pregunta freno mis pensamientos exasperados y me puse a pensar realmente por qué quería saber su opinión.
—Es solo… tu sabes, a todos les gusta One Direction… uhm, solo eso.
Comenzó a cortar un pimiento verde y la mire atento a su respuesta. No hablo durante unos quince minutos. El lapso mas largo de mi vida. Cuando termino de cortar los pimientos, saco un par de frascos y mas vegetales.
—Bueno… creo que la canción de Little Things es un poco… ¿inexacta?
Mi boca se abrió por asombro. ¿Qué diablos tiene en la cabeza esta chica? Ella siguió con las cebollas y yo me puse frente a ella.
—¿Inexacta? ¿Qué te pasa? Esa canción refleja todo lo que las mujeres pasan y nosotros les hacemos saber que son perfectas.
—Lo siento, Harold. Pero para empezar nunca he necesitado de una taza de té para dormir, siempre me he interesado en que mi peso este bien, mi voz se escucha bien en una grabación y honestamente nunca he tenido que retorcerme en mis pantalones.
Después de que me haya dejado sin palabras, siguió con su tarea de cortar comida. No la dejaría irse. Teníamos mucho de que hablar.
—¿Tienes la bastante confianza en ti misma? —pregunte mirándola sacar pollo de una cartera congelada.
—Si, ¿Por qué no tenerla?
—Bueno, todas las chicas son inseguras en algo.
—Yo no.
Asentí con la cabeza y me senté en la barra. Solo ella podía parecer cocinera profesional en mi cocina. Mientras que ella no ensuciaba, yo no podía comer cereal sin tirar medio galon de leche.
—¿Qué cocinas? Huele bien.
—Se llama pastel de pollo.
—Sabes cocinar bien, ¿Quién te enseño a hacerlo?
—Clases de cocina. Mi madre pensó que algún día las necesitaría, y creo que ese día llego.
—Has salvado mi estomago. Estaba a punto de contratar una cocinera porque ya no quería mas comida rápida.
Valerie.-
Lo mire para que se diera cuenta de lo que había dicho. No lo hizo, así que hable.
—No soy tu cocinera. Lo que hago, lo hago para mi, que tu aproveches la oportunidad no es mi problema.
El suspiro y se acomodo mejor en el granito de la cocina. Me gire y comencé a partir el pollo en tiras. Justo frente a el.
—¿Podemos hablar, Vee, tu sabes, así como la gente civilizada y sin discutir?
Levante mi mirada mientras seguía picando el pollo. Lo cual no fue una buena idea, porque eso ocasiono que me pasara y le hiciera un corte a mi dedo. Sentí la sangre correr mientras miraba a Harold y mi boca se abría lentamente. El me miro confundido y bajo su mirada. Al ver mi dedo sangrante, su cara se transformo totalmente.
—¡Vamos al hospital, Valerie!
Camine lentamente hacia el baño. Ahí, lave la herida, la desinfecte y después la envolví en una gasa y una venda. Mientras la vendaba, recordé borrosamente… ¿Me había llamado Valerie?
Cuando salí, Harold estaba sentado en el sofá con las manos sobre su rostro y sus codos en sus rodillas. Al verme, levanto la mirada y se paro rápidamente. Tomo mi mano vendada y la volteo como un millón de veces.
—¿Qué paso? ¿Estás bien?
Lo mire levantando una ceja y me reí deliberadamente. Si creía que me iba a creer el cuento de que yo le importaba a el, no lo haría. Solté mi mano de un tirón y seguí cortando el pollo. El solo me siguió y se poso de nuevo en la barra de la cocina.
—Bien, ya que no te paso nada, ¿me podrías decir si podemos hablar?
—Claro, ¿Por qué no? Solo habla.
Seguí con mi tarea de hacer la cena. Le daría una última oportunidad a Harold. Y lo escucharía en verdad. No me gustaba que la gente fuera de esa manera y que me trataran así. Pero todos merecían una oportunidad y debía dársela.
—Bien, tengo algunas preguntas.
—Dilas, ¿quieres algo de tomar?
El me miro juntando sus cejas y negó con la cabeza. Rompí el papel de la botella de vino que mi padre me había enviado por regalo de bienvenida y la abrí. Puse una copa frente a mi y la serví a la mitad. Sorbí un trago y lo trague. Mmm, Sancerre. Claro, solo para ocasiones especiales.
—La primera es… ¿Por qué estabas ayer en ese lugar? ¿El chico te llevó?
Suspire y arroje el pollo en la sartén junto con todas las especias que había sacado anteriormente.
—Brandon y yo salimos a comer algo, luego me invito a ese bar, ¿Qué tiene de malo?
—¡Estabas tomando un Gin-Tonic! ¿El te lo dio?
Negué con la cabeza y menee de nuevo la sartén, comencé con las tortillas para la presentación. Sorprendentemente, preparé dos platos.
—No, yo lo pedí, y lo pagué… ¿no recuerdas que incluso un chico quiso pagarlo por mi?
El bajo su cabeza y después de unos segundos la levanto de nuevo.
—¿Dónde estabas ayer? ¿Por qué no pasaste la noche aquí? ¿La pasaste con el?
—¿Por qué te importa donde pase la noche? No te veías muy preocupado cuando llegue hoy.
—Eso no es de tu incumbencia.
—Oh, bien, entiendo que yo debo darte explicaciones al vivir en tu departamento, pero ¿no podrías tan solo mandarme un texto o llamar para que no llegue aquí y te espere hasta que termines de… satisfacerte?
Puso su cabeza entre sus manos y suspiro de nuevo. El pollo estuvo listo y vacié la mezcla en las tortillas, cuando terminé de decorarlas, pasé un plato frente a él y un tenedor. Puse una copa y serví un poco más en la mía y en la de él. Tomó el tenedor y comenzó a comer. Luego de varios minutos volvió a hablar.
—Necesito conocer más de ti —una sonrisa se posó en mi cara y lo mire, luego negué con la cabeza.
—Soy yo la que no sabe realmente nada de ti —bajo su mirada a su plato.
—Solo busca Harry Styles en Google —susurró en una risa acida, yo negué nuevamente con la cabeza.
—No, ¿Para qué quiero saber que naciste el 1 de febrero de 1994, que tu signo zodiacal es acuario, tu color favorito es azul y que naciste en Holmes Chappel, si eso lo saben todos? En ese caso, tu también busca mi nombre en Google y ahora me conoces.
Levantó de golpe su mirada y me sonrió. Wow, nunca me había sonreído. Seguí con mi comida y cuando la terminé, me acerqué al lavaplatos y lo lavé. Me despedí de el con una sonrisa y me fui a mi habitación… sin duda él buscaría mi nombre en google.
Irene_Vega_1D
Re: Losing Inocence
por Valeria Cuevas Horan Jue 28 Mar 2013, 11:27 pm
Jajajajaja Irene esta genial!! Harry esta celoso!! Me imagino su cara al decirle toda su información! Síguela!! Besos
Valeria Cuevas Horan
Re: Losing Inocence
por Valeria Cuevas Horan Jue 28 Mar 2013, 11:27 pm
Jajajajaja Irene esta genial!! Harry esta celoso!! Me imagino su cara al decirle toda su información! Síguela!! Besos
Valeria Cuevas Horan
Re: Losing Inocence
por Charlie. Vie 29 Mar 2013, 12:22 pm
jdjlakdjlakds Harry por Dios!
me encantaron los capítulos :3
espero que la sigas pronto *-*
Besotes <3
me encantaron los capítulos :3
espero que la sigas pronto *-*
Besotes <3
Charlie.
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Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Lun 01 Abr 2013, 8:49 pm
Holis:)
Bueno, a las que leen esta novelaC: gracias por leerla y por ser pacientes, creanme, cuando leo una no me gusta esperar, y comprendere si dejan de leerla:s pero les aviso que dejare de subir por una semana por que me voy de viaje:D asi que las amo y comprendo si dejan de leerla
Irene xx:)
Bueno, a las que leen esta novelaC: gracias por leerla y por ser pacientes, creanme, cuando leo una no me gusta esperar, y comprendere si dejan de leerla:s pero les aviso que dejare de subir por una semana por que me voy de viaje:D asi que las amo y comprendo si dejan de leerla
Irene xx:)
Irene_Vega_1D
Re: Losing Inocence
por Valeria Cuevas Horan Lun 01 Abr 2013, 10:57 pm
jamás dejaría de leerla!!! la amo!! y justo me voy el mismo tiempo! jaja, suerte!! besosIrene_Vega_1D escribió:Holis:)
Bueno, a las que leen esta novelaC: gracias por leerla y por ser pacientes, creanme, cuando leo una no me gusta esperar, y comprendere si dejan de leerla:s pero les aviso que dejare de subir por una semana por que me voy de viaje:D asi que las amo y comprendo si dejan de leerla
Irene xx:)
Valeria Cuevas Horan
Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Mar 09 Abr 2013, 6:21 pm
SEIS
Harry.-
“Valerie Rose Fitz-Garden nació el 3 de diciembre de 1994 en Mahatthan, Nueva York, Nueva York. Hija del gerente general de F&H Buildings, Robert Fitz y Nicole Garden. Tiene una hermana de trece años llamada Melissa. Sabe disciplinas variadas, tales como Ballet, Baile Moderno, Cocina, sabe inglés, castellano, latin e italiano y tiene una línea de ropa junto con su madre llamada 17.
Se desempeña muy bien siendo jinete y ha ganado tres Eclipse Awards consecutivamente. En sus tiempos libres practica esgrima, natación y tennis. A pesar de su corta edad, tiene los créditos suficientes para ser veterinaria. Hace trabajo comunitario en Juilliard con la banda sonora tocando el cello, el violin y el arpa.”
Tome el iPhone de mi bolsillo trasero y llame a los chicos en una llamada multiple, diciéndoles que debían venir. Y rápido.
Valerie-.
Valerie, Valerie, Valerie, ¿Cuándo aprenderas a que no debes de abrir tu bocota? Después de que Harold me haya dejado para correr a buscar mi nombre en internet y yo haya terminado mi comida, camine hacia la puerta que sonaba y me gire para ver a un Harold corriendo hacia mi implorando que el abria la puerta.
Lo mire entrecerrando los ojos pero aun así me movi del camino dejano libre la puerta. Segundos después entraron Niall y Liam. Niall al ultimo, paso sobre el lado de Harold y le arrojó una pila de sobres y dos cajas en sus manos.
—Tu correo, amigo.
Mis ojos se abrieron al ver que Harold sacaba mas sobres aun de una de las cajas. Luego de otra saco juguetes sin sentido y ropa interior femenina.
—¡Wow! ¿Pedir tu ropa interior por internet en vez de comprarla tú directamente es mejor? —me burle tomando una braga de encaje entre mis dedos índice y pulgar.
Los chicos comenzaron a reir deliberadamente y Harold solo le dio un vistazo a las cartas, luego se levanto.
—Vamos, necesitamos hablar ustedes y yo chicos. Vee, ¿podrías tirar eso en el triturador de papel?
Levante mis cejas asombrada por la estupidez de Harold al tirar todas esas cartas de fans al triturador. No dije nada, solo asentí sonriendo mientras veía como ellos se iban de la sala de estar y caminaban al cuarto de televisión. Solo tonteé durante un buen rato y después de media hora fui directo a mi habitación.
Harry.-
Niall se burlo de mi asombro al ver el perfil de Valerie en el diccionario urbano. Liam sonrió deliberadamente y elogió que ella pudiera hacer tantas cosas. Louis y Zayn nunca llegaron.
Ellos se fueron pasadas las nueve con treinta. Y mi cabeza se quedo aun mas confusa. ¿Cómo era posible que esa pequeña criatura pudiera hacer tantas cosas? Trate de dormir un poco, pero fueron en vano mis intentos. Segui buscando mas y mas información sobre Valerie, pero lo único que encontré fue eso.
Me levante de la cama y atravesé la puerta dirigiéndome a la habitación de Valerie. Habría abierto la puerta si no fuera por que el seguro de esta me lo impidió. Lo que me quedo fue tocar la puerta –o mas bien tirar-, y esperar a que una Valerie somnolienta me abriera.
—¿Qué es lo que necesitas tan tarde, Harold?
La tome por los hombros y entorne mis ojos mirándola fijamente. Ella frunció por un segundo el ceño.
—¿Por qué, uhm… cómo es posible que sepas hacer tantas cosas y yo no lo supiera?
Ella rio acidamente y negó con la cabeza. Después de un bostezo, contesto.
—No importa lo que hagas o seas. Lo importante es lo que esta aquí —poso su palma sobre mi pecho, justo encima de mi corazón—, y aquí —termino poniendo su índice sobre mi sien. Luego de eso, entro a su habitación y cerro la puerta frente a mi.
Camine con la mente en blanco hacia el sofá y me deje caer en este. El sonido de llamada de mi iPhone sono y conteste al cabo de escucharlo.
—¿Qué pasa, Ed? —susurre con voz aun mas ronca de lo que es.
—Hoy en Corsica con Cara, nueve en punto. Te veo ahí —mi cara de confusión se hizo presente y al instante conteste.
—Ed, son las diez…
—Exacto—y colgó.
Pase mi mirada por toda la habitación y después de unos diez minutos de debatirme entre si ir o no, salte del sofá y camine hacia mi habitación. Después de darme una ducha y cambiarme, grite a Valerie que salía. Aun sabiendo que no me escucharía.
Llegue y aparque la Range en el estacionamiento mientras llamaba a Ed. El salió para poder recibirme y tarde poco en localizar la cabellera naranja. Camine en dirección a el y choque los puños con el antes de darle un abrazo. Entramos y justamente me encontré con cara una vez que llegamos al rincón donde estaba el grupo de ella.
Ella me hizo un leve movimiento con la mano en modo de saludo y le conteste asintiendo y sonriendo. Desplace mis pies hacia la barra y fui a por el tequila. Esta noche Valerie no existiría, ni sus estúpidos mil pasatiempos y su horrenda y monótona vida social.
Pedi seis rondas de chupitos. El mesero llego con ellos y los puso en la mesa en medio de todos nosotros. Cara grito levantando los brazos y todos tomaron uno. Tome el mio y lo trague de un solo sorbo. Valerie no aguantaría ni uno solo.
Pase un brazo por los hombros de Cara y la acerque a mi. Ella solo sonreía y bailaba al ritmo de una canción con ritmo electrónico. Me parecio conocida. Valerie tenia la canción en su iPod.
Tome otro chupito de la segunda ronda y Ed se acerco a mi rodeado de tres chicas, una morena y ds rubias demasiado bronceadas. Las rubias se sentaron en el regazo de el y la morena se sento a mi lado. Su vestido negro dejaba ver su escote. Rei descaradamente. Seria el fin del mundo cuando Valerie dejara ver sus atributos por sobre un vestido.
La tercera ronda llego y pedi otras dos mas junto con un ginebra seco. Tome dos caballitos y los puse en mi boca juntos. Los bebi a la vez y trague con un poco de dificultad esta vez. Vi como una chica de cabello rojo me sonreía. Mire en dirección a Cara y vi como ella me miraba esperando mi reacción. Bien, esta noche Cara se iría conmigo a mi departamento. Valerie estará realmente disgustada.
La cuarta no fue tomada por todos y solo Ed y yo acabamos con ella. Cara solo sonreía y bailaba a unos cuatro metros frente a mi. Mi mente cada vez se desconectaba mas y mas. Rei para mis adentros. No podría conducir esta noche.
Bebi de mi ginebra y lo acabe de dos tragos. Bien, era hora. Me levante del sofá y camine por los alrededores del club. Miré a dos chicas bastante hermosas. Gemi para mis adentros… gemelas.
El hijo de puta de Ed no quiso seguir con los chupitos y termine con ellos. Luego llego el tubo de cerveza y Cara me reto a tomarlo completo. Lo hice y lo acabe en 15 segundos. Las gemelas cada vez se acercaban mas a mi.
La noche siguió y nos fuimos del club a las tres pasadas de la mañana. Mi vista no era la mejor, pero aun así maneje hasta la casa de Ed. La fiesta siguió y ebrio por el aire helado y por mas cervezas y tequila que tome, disfrute de la vista al ver los topless de las chicas que nos siguieron hasta aquí. Ed salió con mas bebidas y las repartió entre todos. De ahí, tome hasta caer rendido.
—¿Qué es lo que quieres? —articule por la bocina del iPhone arrastrando las palabras. Maldita hija de papá.
—¡Harry, por favor ayudame! —su voz parecía desesperada. Rei al ver que Ed quería levantarse y se caia de nuevo al piso.
—¿Qué pasa?
—¡No se donde estoy! ¡No dejes que me hagan daño! —mire el ID de llamadas y rei.
—Vete a la mierda, Valerie.
Cerré mis ojos y tape la luz del maldito sol que entraba por las cortinas.
El martilleo de mi cabeza no cesaba. ¡Diablos! Esta debe ser la peor resaca que tenido… hasta ahora. Sonreí al ver las chicas alrededor de la piscina desnudas. El sol estaba sobre mi, deberían de ser como las tres de la tarde. Me levante cuidadosamente y camine a la ducha del cuarto de Ed. Sabia que el nunca dejaba entrar a nadie a su habitación, por lo tanto esa fue la que use.
Salí del cuarto y me tome dos Advil. Después de buscar un poco de jugo en el refrigerador, tome el teléfono fijo y marque a mi numero. Rei al encontrarlo bajo las bragas de una chica. Di el trago de jugo al ver mis llamadas y mensajes perdidos. Mis ojos se estrecharon al ver las siete llamadas de mi madre. No dude en regresarle la llamada.
—¿Qué pasa, mamá?
—Harry, hijo, ¿Haz visto a Valerie?
—Nop, —conteste con énfasis en la “p”—, no dormi en casa ayer, ¿para que la quieres?
—No fue a la academia, y su auto tampoco esta en el aparcamiento de esta —su voz sonaba preocupada.
Tome las llaves del tazon de la puerta de entrada de Ed y salí al patio delantero en busca de la Range. Rei de nuevo al ver que estaba atravesada, obstruyendo la calle en su totalidad.
—Quizas se salteo las clases porque quiere borrar su imagen de chica buena.
—¡Edward! Eso no es gracioso, si sabes algo de ella, llamame, ¿si?
—Sí, uh, yo te llamo —mentiroso.
Conduje hasta mi apartamento y cuando llegue a el no vi rastro de Valerie, ¿Dónde se había metido? Ni siquiera yo me crei mi propia historia de que ella querria borrar su historial de as en cualquier cosa.
Llegue a mi habitación y me quite la ropa para después tirarme sobre la cama y quedar dormido. Pero la curiosidad me pico y me dirigi al cuarto de Valerie. Fue intento fallido porque estaba cerrado con llave. ¿Qué escondia esta chica que tenia que guardar bajo llave su cuarto?
Decepcionado regrese a mi cama y cai dormido sin levantar las sabanas.
Seis horas después, desperte renovado. Estaba claro que ahora no podía salir, tenia que recuperarme. Tome una botella de agua de la nevera y me senté en la sala de estar, prendi el televisor y me concentre en un programa cualquiera, la verdad estaba viendo los comentarios de mi cuenta cuando la perilla de la puerta comenzó a girarse lentamente. Al fin la niña caprichosa se resignaba a aparecer.
—¿¡Dónde diablos esta…
Me calle al instante en que la vi. Su cabello estaba revuelto y tenia un hematoma en la mejilla. Su sueter estaba rasgado y sus mallas igual. Ella temblaba y tenia los ojos llenos de lagrimas. Me pose frente a ella y la mire mejor.
—¿Qué ha pasado, Valerie?
Ella cerro el espacio que había entre nosotros y lloro en mi hombro, poniendo su frente en mi hombro. Olia a humo de tabaco y a loción de baño barata. Sus sollozos y suspiros eran desgarradores. Trague saliva y mis impulsos se hicieron presentes, la tome en brazos y baje hacia el estacionamiento subterráneo. La subi en la parte trasera de mi Range y salí hacia el hospital.
Entre por la parte trasera y llame al doctor Carter, el discreto y siempre disponible doctor Carter. Valerie fue entrada en cuanto el me vio y me quede a esperar en su consultorio para que nadie me viera. Después de media hora, el entro y se sento frente a mi en el sofá.
—Bien, pues tu amiga esta afectada y no quiere hablar de nada con nosotros. Los análisis estarán listos en veinte minutos y sabremos que fue lo que le paso.
Asentí con la cabeza y el salió de la habitación con una sonrisa confortable. Llame a mamá y le hice saber que Valerie solo se había ido con una amiga de compras y que ya había llegado a mi apartamento. Ella solto un suspiro de alivio y después de decirme que me quería, me colgó.
El medico llego de nuevo con un sobre en sus manos y unos papeles sobre el mismo sobre. Me miro negando con la cabeza y después de unos segundos hablo.
—Ya que la señorita Fitz no quiso hablar, nos vimos con la obligación de hacerle un análisis general. Sus niveles de azúcar, leucocitos y demás, están perfectos, se encuentra en su peso ideal y realmente esta sana —una sonrisa se esparcio por mi rostro—, lo único que tenemos aquí es que presenta marcas de violación interna y externa. Su himen fue roto con mucha rudeza y tiene dolor interno por el trauma que su órgano reproductor sufrió. Los hematomas que tiene por todo el cuerpo fueron un indicio para mi desde que llego, pero realmente quería estar seguro de eso. Ahora lo estoy, Valerie fue violada.
La sangre de mi cara se fue y me quede estupefacto sobre mi silla.
—¿Co-cómo pudo ha-haber pasado e-eso? —tartamudeé aterrado— ¿esta bien?
—Si, encontramos diferentes tipos de espermas en su cuerpo, así que existe la posibilidad de que fuera violada no solo por uno, sino tres hombres. Suministramos anticonceptivos de emergencia en ella y estará viniendo por tratamiento en caso de embarazo…
—¡Ella no puede estar embarazada!
—Lo se, lo se, si lo esta, recurriremos al aborto, pero tiene que venir para sus tratamientos para saber con exactitud si esta o no embarazada.
Sentí mi cabello picar y mis manos se volvieron inquietas. Mi pie martillaba el piso repetidamente y trague saliva muchas veces. El medico se levanto de su silla y antes de que saliera del consultorio, lo llame.
—¿Podria verla?
El asintió y me hizo una seña para que lo siguiera. Pasamos por el pasillo hasta la sala de curaciones. Ella estaba sobre una camilla con la cabeza gacha y una bata de hospital. Su cabello había sido peinado y agarrado en una coleta… se había duchado.
Llegue a donde ella y acerque una silla a la camilla donde estaba una enfermera vendando su bicep derecho. Su cara ahora lavada, tenia solo un hematoma y en el pecho y brazos tenia rasguños. Ella levanto la mirada hacia mi y me miro sin expresión alguna. Cuando la enfermera se fue, ella le sonrió en agradecimiento.
—Gracias, Carol —susurro hacia ella.
—No es nada, linda —le contesto la enfermera abrazandola.
Cuando esta se fue, Valerie se acomodo mejor en la camilla y miro sus manos. No tenia nada que decir. Luego de unos segundos, levanto de nuevo su mirada y vi sus ojos miel que se encontraban mas oscuros.
—Valerie, siento tanto que…
—No, no lo sientes —me interrumpió susurrando con voz triste—, ¿no recuerdas? Me mandaste a la mierda, ¿no? —frunci mi ceño confundido.
—¿De qué hablas?
—¿No lo recuerdas, cierto? ¿Estabas tan ebrio que no me escuchaste cuando yo pensaba que eras la persona indicada que me podría ayudar cuando era llevada hacia una bodega para que tres asquerosos tipos enmascarados me violaran? ¡Era virgen, Harry! Lo mas valioso que tenia ahora se fue, y no fue con amor —fue bajando el volumen de su voz. Me acerque a ella y trate de abrazarla, pero me alejo bruscamente.
—¡En realidad lo siento! Yo te ayudare a superar esto…
—No —hablo con voz seca y sin sentimiento de trauma—, no te necesito, tengo a mi padre, a mi madre, incluso a Anne, pero a ti no, ahora yo te lo digo a ti, Harry… vete a la mierda.
“Valerie Rose Fitz-Garden nació el 3 de diciembre de 1994 en Mahatthan, Nueva York, Nueva York. Hija del gerente general de F&H Buildings, Robert Fitz y Nicole Garden. Tiene una hermana de trece años llamada Melissa. Sabe disciplinas variadas, tales como Ballet, Baile Moderno, Cocina, sabe inglés, castellano, latin e italiano y tiene una línea de ropa junto con su madre llamada 17.
Se desempeña muy bien siendo jinete y ha ganado tres Eclipse Awards consecutivamente. En sus tiempos libres practica esgrima, natación y tennis. A pesar de su corta edad, tiene los créditos suficientes para ser veterinaria. Hace trabajo comunitario en Juilliard con la banda sonora tocando el cello, el violin y el arpa.”
Tome el iPhone de mi bolsillo trasero y llame a los chicos en una llamada multiple, diciéndoles que debían venir. Y rápido.
Valerie-.
Valerie, Valerie, Valerie, ¿Cuándo aprenderas a que no debes de abrir tu bocota? Después de que Harold me haya dejado para correr a buscar mi nombre en internet y yo haya terminado mi comida, camine hacia la puerta que sonaba y me gire para ver a un Harold corriendo hacia mi implorando que el abria la puerta.
Lo mire entrecerrando los ojos pero aun así me movi del camino dejano libre la puerta. Segundos después entraron Niall y Liam. Niall al ultimo, paso sobre el lado de Harold y le arrojó una pila de sobres y dos cajas en sus manos.
—Tu correo, amigo.
Mis ojos se abrieron al ver que Harold sacaba mas sobres aun de una de las cajas. Luego de otra saco juguetes sin sentido y ropa interior femenina.
—¡Wow! ¿Pedir tu ropa interior por internet en vez de comprarla tú directamente es mejor? —me burle tomando una braga de encaje entre mis dedos índice y pulgar.
Los chicos comenzaron a reir deliberadamente y Harold solo le dio un vistazo a las cartas, luego se levanto.
—Vamos, necesitamos hablar ustedes y yo chicos. Vee, ¿podrías tirar eso en el triturador de papel?
Levante mis cejas asombrada por la estupidez de Harold al tirar todas esas cartas de fans al triturador. No dije nada, solo asentí sonriendo mientras veía como ellos se iban de la sala de estar y caminaban al cuarto de televisión. Solo tonteé durante un buen rato y después de media hora fui directo a mi habitación.
Harry.-
Niall se burlo de mi asombro al ver el perfil de Valerie en el diccionario urbano. Liam sonrió deliberadamente y elogió que ella pudiera hacer tantas cosas. Louis y Zayn nunca llegaron.
Ellos se fueron pasadas las nueve con treinta. Y mi cabeza se quedo aun mas confusa. ¿Cómo era posible que esa pequeña criatura pudiera hacer tantas cosas? Trate de dormir un poco, pero fueron en vano mis intentos. Segui buscando mas y mas información sobre Valerie, pero lo único que encontré fue eso.
Me levante de la cama y atravesé la puerta dirigiéndome a la habitación de Valerie. Habría abierto la puerta si no fuera por que el seguro de esta me lo impidió. Lo que me quedo fue tocar la puerta –o mas bien tirar-, y esperar a que una Valerie somnolienta me abriera.
—¿Qué es lo que necesitas tan tarde, Harold?
La tome por los hombros y entorne mis ojos mirándola fijamente. Ella frunció por un segundo el ceño.
—¿Por qué, uhm… cómo es posible que sepas hacer tantas cosas y yo no lo supiera?
Ella rio acidamente y negó con la cabeza. Después de un bostezo, contesto.
—No importa lo que hagas o seas. Lo importante es lo que esta aquí —poso su palma sobre mi pecho, justo encima de mi corazón—, y aquí —termino poniendo su índice sobre mi sien. Luego de eso, entro a su habitación y cerro la puerta frente a mi.
Camine con la mente en blanco hacia el sofá y me deje caer en este. El sonido de llamada de mi iPhone sono y conteste al cabo de escucharlo.
—¿Qué pasa, Ed? —susurre con voz aun mas ronca de lo que es.
—Hoy en Corsica con Cara, nueve en punto. Te veo ahí —mi cara de confusión se hizo presente y al instante conteste.
—Ed, son las diez…
—Exacto—y colgó.
Pase mi mirada por toda la habitación y después de unos diez minutos de debatirme entre si ir o no, salte del sofá y camine hacia mi habitación. Después de darme una ducha y cambiarme, grite a Valerie que salía. Aun sabiendo que no me escucharía.
Llegue y aparque la Range en el estacionamiento mientras llamaba a Ed. El salió para poder recibirme y tarde poco en localizar la cabellera naranja. Camine en dirección a el y choque los puños con el antes de darle un abrazo. Entramos y justamente me encontré con cara una vez que llegamos al rincón donde estaba el grupo de ella.
Ella me hizo un leve movimiento con la mano en modo de saludo y le conteste asintiendo y sonriendo. Desplace mis pies hacia la barra y fui a por el tequila. Esta noche Valerie no existiría, ni sus estúpidos mil pasatiempos y su horrenda y monótona vida social.
Pedi seis rondas de chupitos. El mesero llego con ellos y los puso en la mesa en medio de todos nosotros. Cara grito levantando los brazos y todos tomaron uno. Tome el mio y lo trague de un solo sorbo. Valerie no aguantaría ni uno solo.
Pase un brazo por los hombros de Cara y la acerque a mi. Ella solo sonreía y bailaba al ritmo de una canción con ritmo electrónico. Me parecio conocida. Valerie tenia la canción en su iPod.
Tome otro chupito de la segunda ronda y Ed se acerco a mi rodeado de tres chicas, una morena y ds rubias demasiado bronceadas. Las rubias se sentaron en el regazo de el y la morena se sento a mi lado. Su vestido negro dejaba ver su escote. Rei descaradamente. Seria el fin del mundo cuando Valerie dejara ver sus atributos por sobre un vestido.
La tercera ronda llego y pedi otras dos mas junto con un ginebra seco. Tome dos caballitos y los puse en mi boca juntos. Los bebi a la vez y trague con un poco de dificultad esta vez. Vi como una chica de cabello rojo me sonreía. Mire en dirección a Cara y vi como ella me miraba esperando mi reacción. Bien, esta noche Cara se iría conmigo a mi departamento. Valerie estará realmente disgustada.
La cuarta no fue tomada por todos y solo Ed y yo acabamos con ella. Cara solo sonreía y bailaba a unos cuatro metros frente a mi. Mi mente cada vez se desconectaba mas y mas. Rei para mis adentros. No podría conducir esta noche.
Bebi de mi ginebra y lo acabe de dos tragos. Bien, era hora. Me levante del sofá y camine por los alrededores del club. Miré a dos chicas bastante hermosas. Gemi para mis adentros… gemelas.
El hijo de puta de Ed no quiso seguir con los chupitos y termine con ellos. Luego llego el tubo de cerveza y Cara me reto a tomarlo completo. Lo hice y lo acabe en 15 segundos. Las gemelas cada vez se acercaban mas a mi.
La noche siguió y nos fuimos del club a las tres pasadas de la mañana. Mi vista no era la mejor, pero aun así maneje hasta la casa de Ed. La fiesta siguió y ebrio por el aire helado y por mas cervezas y tequila que tome, disfrute de la vista al ver los topless de las chicas que nos siguieron hasta aquí. Ed salió con mas bebidas y las repartió entre todos. De ahí, tome hasta caer rendido.
(. . .)
—¿Qué es lo que quieres? —articule por la bocina del iPhone arrastrando las palabras. Maldita hija de papá.
—¡Harry, por favor ayudame! —su voz parecía desesperada. Rei al ver que Ed quería levantarse y se caia de nuevo al piso.
—¿Qué pasa?
—¡No se donde estoy! ¡No dejes que me hagan daño! —mire el ID de llamadas y rei.
—Vete a la mierda, Valerie.
Cerré mis ojos y tape la luz del maldito sol que entraba por las cortinas.
(. . .)
El martilleo de mi cabeza no cesaba. ¡Diablos! Esta debe ser la peor resaca que tenido… hasta ahora. Sonreí al ver las chicas alrededor de la piscina desnudas. El sol estaba sobre mi, deberían de ser como las tres de la tarde. Me levante cuidadosamente y camine a la ducha del cuarto de Ed. Sabia que el nunca dejaba entrar a nadie a su habitación, por lo tanto esa fue la que use.
Salí del cuarto y me tome dos Advil. Después de buscar un poco de jugo en el refrigerador, tome el teléfono fijo y marque a mi numero. Rei al encontrarlo bajo las bragas de una chica. Di el trago de jugo al ver mis llamadas y mensajes perdidos. Mis ojos se estrecharon al ver las siete llamadas de mi madre. No dude en regresarle la llamada.
—¿Qué pasa, mamá?
—Harry, hijo, ¿Haz visto a Valerie?
—Nop, —conteste con énfasis en la “p”—, no dormi en casa ayer, ¿para que la quieres?
—No fue a la academia, y su auto tampoco esta en el aparcamiento de esta —su voz sonaba preocupada.
Tome las llaves del tazon de la puerta de entrada de Ed y salí al patio delantero en busca de la Range. Rei de nuevo al ver que estaba atravesada, obstruyendo la calle en su totalidad.
—Quizas se salteo las clases porque quiere borrar su imagen de chica buena.
—¡Edward! Eso no es gracioso, si sabes algo de ella, llamame, ¿si?
—Sí, uh, yo te llamo —mentiroso.
Conduje hasta mi apartamento y cuando llegue a el no vi rastro de Valerie, ¿Dónde se había metido? Ni siquiera yo me crei mi propia historia de que ella querria borrar su historial de as en cualquier cosa.
Llegue a mi habitación y me quite la ropa para después tirarme sobre la cama y quedar dormido. Pero la curiosidad me pico y me dirigi al cuarto de Valerie. Fue intento fallido porque estaba cerrado con llave. ¿Qué escondia esta chica que tenia que guardar bajo llave su cuarto?
Decepcionado regrese a mi cama y cai dormido sin levantar las sabanas.
Seis horas después, desperte renovado. Estaba claro que ahora no podía salir, tenia que recuperarme. Tome una botella de agua de la nevera y me senté en la sala de estar, prendi el televisor y me concentre en un programa cualquiera, la verdad estaba viendo los comentarios de mi cuenta cuando la perilla de la puerta comenzó a girarse lentamente. Al fin la niña caprichosa se resignaba a aparecer.
—¿¡Dónde diablos esta…
Me calle al instante en que la vi. Su cabello estaba revuelto y tenia un hematoma en la mejilla. Su sueter estaba rasgado y sus mallas igual. Ella temblaba y tenia los ojos llenos de lagrimas. Me pose frente a ella y la mire mejor.
—¿Qué ha pasado, Valerie?
Ella cerro el espacio que había entre nosotros y lloro en mi hombro, poniendo su frente en mi hombro. Olia a humo de tabaco y a loción de baño barata. Sus sollozos y suspiros eran desgarradores. Trague saliva y mis impulsos se hicieron presentes, la tome en brazos y baje hacia el estacionamiento subterráneo. La subi en la parte trasera de mi Range y salí hacia el hospital.
Entre por la parte trasera y llame al doctor Carter, el discreto y siempre disponible doctor Carter. Valerie fue entrada en cuanto el me vio y me quede a esperar en su consultorio para que nadie me viera. Después de media hora, el entro y se sento frente a mi en el sofá.
—Bien, pues tu amiga esta afectada y no quiere hablar de nada con nosotros. Los análisis estarán listos en veinte minutos y sabremos que fue lo que le paso.
Asentí con la cabeza y el salió de la habitación con una sonrisa confortable. Llame a mamá y le hice saber que Valerie solo se había ido con una amiga de compras y que ya había llegado a mi apartamento. Ella solto un suspiro de alivio y después de decirme que me quería, me colgó.
El medico llego de nuevo con un sobre en sus manos y unos papeles sobre el mismo sobre. Me miro negando con la cabeza y después de unos segundos hablo.
—Ya que la señorita Fitz no quiso hablar, nos vimos con la obligación de hacerle un análisis general. Sus niveles de azúcar, leucocitos y demás, están perfectos, se encuentra en su peso ideal y realmente esta sana —una sonrisa se esparcio por mi rostro—, lo único que tenemos aquí es que presenta marcas de violación interna y externa. Su himen fue roto con mucha rudeza y tiene dolor interno por el trauma que su órgano reproductor sufrió. Los hematomas que tiene por todo el cuerpo fueron un indicio para mi desde que llego, pero realmente quería estar seguro de eso. Ahora lo estoy, Valerie fue violada.
La sangre de mi cara se fue y me quede estupefacto sobre mi silla.
—¿Co-cómo pudo ha-haber pasado e-eso? —tartamudeé aterrado— ¿esta bien?
—Si, encontramos diferentes tipos de espermas en su cuerpo, así que existe la posibilidad de que fuera violada no solo por uno, sino tres hombres. Suministramos anticonceptivos de emergencia en ella y estará viniendo por tratamiento en caso de embarazo…
—¡Ella no puede estar embarazada!
—Lo se, lo se, si lo esta, recurriremos al aborto, pero tiene que venir para sus tratamientos para saber con exactitud si esta o no embarazada.
Sentí mi cabello picar y mis manos se volvieron inquietas. Mi pie martillaba el piso repetidamente y trague saliva muchas veces. El medico se levanto de su silla y antes de que saliera del consultorio, lo llame.
—¿Podria verla?
El asintió y me hizo una seña para que lo siguiera. Pasamos por el pasillo hasta la sala de curaciones. Ella estaba sobre una camilla con la cabeza gacha y una bata de hospital. Su cabello había sido peinado y agarrado en una coleta… se había duchado.
Llegue a donde ella y acerque una silla a la camilla donde estaba una enfermera vendando su bicep derecho. Su cara ahora lavada, tenia solo un hematoma y en el pecho y brazos tenia rasguños. Ella levanto la mirada hacia mi y me miro sin expresión alguna. Cuando la enfermera se fue, ella le sonrió en agradecimiento.
—Gracias, Carol —susurro hacia ella.
—No es nada, linda —le contesto la enfermera abrazandola.
Cuando esta se fue, Valerie se acomodo mejor en la camilla y miro sus manos. No tenia nada que decir. Luego de unos segundos, levanto de nuevo su mirada y vi sus ojos miel que se encontraban mas oscuros.
—Valerie, siento tanto que…
—No, no lo sientes —me interrumpió susurrando con voz triste—, ¿no recuerdas? Me mandaste a la mierda, ¿no? —frunci mi ceño confundido.
—¿De qué hablas?
—¿No lo recuerdas, cierto? ¿Estabas tan ebrio que no me escuchaste cuando yo pensaba que eras la persona indicada que me podría ayudar cuando era llevada hacia una bodega para que tres asquerosos tipos enmascarados me violaran? ¡Era virgen, Harry! Lo mas valioso que tenia ahora se fue, y no fue con amor —fue bajando el volumen de su voz. Me acerque a ella y trate de abrazarla, pero me alejo bruscamente.
—¡En realidad lo siento! Yo te ayudare a superar esto…
—No —hablo con voz seca y sin sentimiento de trauma—, no te necesito, tengo a mi padre, a mi madre, incluso a Anne, pero a ti no, ahora yo te lo digo a ti, Harry… vete a la mierda.
Bueno, me disculpo por no ponerle acentos, per lo que importa es subirlo, las quiero:)
Irene_Vega_1D
Re: Losing Inocence
por Valeria Cuevas Horan Mar 09 Abr 2013, 8:15 pm
Dios, mori de tristeza, todo por el alcohol, y pobre de la rayis, violada por tres O.o que mala pata! algo sentimenatl! siguela Ire! besos
Valeria Cuevas Horan
Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Jue 18 Abr 2013, 8:33 pm
SIETE
Valerie.-
—No, no puedo dejarte sola. Se que me merezco esto, pero no seria tan malo para dejarte aquí en el hospital.
Suspire y me recosté en la camilla esperando por Carol, la enfermera que me atendía. El se quedo ahí frente a mi camilla y yo hice como si no estuviera ahí.
Una lagrima llego tras otra. Me habían violado. Tres asquerosos hombres. Fue doloroso. Sin amor. Me sentía sucia. Sin valor. Lastimada. Sin ganas de nada. Asustada. Decepcionada. Molesta. Muy molesta con la vida y conmigo, y con mis padres por no enseñarme que en la vida hay bastardos que te pueden hacer cosas sin piedad alguna. Esto cambiaria. Justo en este momento.
Solloce fuertemente y Harry trato de abrazarme. Me quite sus brazos de alrededor mio. Estaba tan molesta con él. Me había dejado en el momento en el que mas lo necesitaba. Y lo peor era que tenia que decirles a mis padres.
Sabia quien era el culpable de esto. Fairmont. Yo solo había seguido las indicaciones de ruta del GPS para cargar combustible vegetal. Y se me hizo sospechoso que en un lugar como unas ruinas abandonadas fueran utilizadas como estación de gasolina. Después de eso, recuerdo la manera en la que sentí unas manos sobre mi cuello y como llamaba a Harold desde el camino cuando logre zafarme del amarre del hombre.
Justo cuando el me mando a la mierda, sentí de nuevo las manos y como me ponían un saco en mi cabeza. El hombre se enojo tanto que rasgo piel de mi costado con una navaja. Luego escuche como abrían una puerta de metal y yo era arrojada a una cama con los resortes picando mi piel. Después las asquerosas palabras que los hombres decían que me harian. Y que desgraciadamente cumplieron.
Cerré mis ojos y me puse de lado dándole la espalda a Harry y sollozando de nuevo. Aun dolia cuando el primer hombre entro en mi con tanta fuerza y el dolor inevitable que sentí. Luego sus horribles gemidos y las risas de los otros dos. Un liquido caliente sobre mi vientre.
El olor a puro barato y alcohol fuerte y de nuevo esas sensación de dolor cuando el segundo hombre entro en mi. Los idiotas me utilizaron hasta que se cansaron. Sentí las sabanas mojadas y su maldita lengua rozando mi parte intima. Sus palabras asquerosas. Ya no lloraba, ahora gritaba con impotencia y ahora no me importo que Harry enredara sus brazos detrás de mi y soplara mi nuca para calmarme.
El recuerdo de cómo tomaban mis manos y me hacían pasarlas por los miembros de cada uno. La impotencia de no saber ni quien era el que me estaba haciendo esto. Los gritos que ellos decían eran de satisfacción. Satisfacción mi trasero. Idiotas. Fairmont Degrant pagara por esto. Caro.
La mañana siguiente tendría prueba de análisis para ver si desgraciadamente estaba embarazada. Dushi vino con un ramo de rosas blancas. Si, claro, blanco de pureza. Que ironía.
Danielle y Liam llegaron el mismo dia mas tarde. Harry se mantuvo fuera de mi habitación y solo entro para escuchar los resultados de los análisis que afortunadamente dieron negativo. Pero que aun así debía seguir viniendo. ¿Cómo? El Maserati había sido robado.
Aun me dolia mi parte baja y mi costado por la abertura. Me habían dado tres puntos y no cabia duda que quedaría una cicatriz. Pero, ¿Qué importaba ahora? Lo único que quería hacer en este momento era bailar hasta que me sangraran los pies.
Papá y mamá llegaron al hospital en la noche. No tengo idea de cómo hicieron para llegar tan rápido. Papá actuo como si fuera mamá y mamá solo se quedo al margen de la situación, cosa que me extraño bastante.
—Valeria, necesito saber quien fue el causante de esto, ¿lo sabes , verdad? —pregunto mientras acunaba mi rostro con sus manos. Yo asentí levemente con la cabeza y de nuevo sentí las lagrimas en mis ojos.
—Si, —susurre, dude un poco en decir el nombre, pero me llene de valor para pronunciarlo—, Fairmont Degrant puso esa dirección en mi GPS diciendo que ahí podrían darme combustible vegetal.
Sentí los puños de papá tras de mi espalda mientras me abrazaba, yo lo agarre mas fuerte y vi a mi madre, que hablaba en el umbral de la puerta con Harry.
—Papá… ¿Qué pasa con mamá? ¿Por qué esta tan distante de mi?
El bajo la mirada y apretó sus labios en una línea. Se sento junto a mi en la camilla y miro hacia el techo. Luego pareció recobrarse y hablo.
—No lo se, linda… ¿Qué paso con el auto?
Frunci mi ceño y no me regañe en hacerlo. El quería cambiar de tema, cosa que era rara. Papá siempre contestaba mis preguntas fueran difíciles o no, sonreí al recordar cuando le pregunte sobre como las personas tenían bebes, justo a mis diez años.
—Ellos se quedaron con el —contesté y después tome su mano—. Papá, ¿recuerdas cuando pregunte como se hacían los bebes? —el sonrió y apretó mi mano.
—Claro que lo hago, Valeria. Eras muy curiosa y me enclavijaste con esa pregunta. No tenia ni idea alguna de cómo responderte eso.
Lo abrace de lado, poniendo mi cabeza en su pecho. El paso su brazo por sobre mis hombros.
—Nunca pensé que seria de esta forma, papá. No le deseo esto a nadie.
El me abrazo completamente y juro que escuche un sollozo salir de su boca. Su amarre fuerte me indicaba que estaba tan dañado como yo. No sabia ni quería saber sus razones, pero necesitaba el cariño que yo también necesitaba. Y juntos nos lo daríamos.
—Valeria, te amo. Nunca lo olvides. Eres mi niña y siempre serás mi primera en todo.
Puedes volver a Nueva York si quieres, nena, con mamá, con Melissa y conmigo.
Pensé en su proposición. No lo había considerado, pero no lo había hecho porque no quería hacerlo. No le daría el gusto a Fairmont de sacarme de ENBS. Y justo ahora, toda la academia conocería a la nueva Valerie Fitz. La Valerie que seria el cisne negro, no el blanco. Y la chica que no dejaría que alguien la aplastara. Ni que seria buena con todos.
Harry.-
Luego de que Robert dejara la habitación de Valerie, entre con un poco de miedo. Me había mantenido al margen de ella porque no quería que se sintiera acosada por mi.
Pero en realidad lo sentía, y mucho. No podía creer como pude ser tan estúpido para decirle las palabras que después de que ella me las dijera, mas tarde el mismo día, las recordara. Yo la había dejado, y en el peor momento de su vida.
Acerque una silla al lado de la camilla, ella se encontraba sentada en ella y jugaba con sus pies que colgaban. Su mirada estaba en ellos y no la subió aun sabiendo que yo estaba ahí.
—Hola Valerie.
Ella hizo caso omiso a mi saludo y siguió con la mirada baja. Gire mi cabeza a la puerta. Sus padres se había ido. No muy lejos, claro, pero me habían dado privacidad.
—¿Volveras a Nueva York? —pregunte con miedo. Había escuchado a su padre mencionarlo y me inquietaba saber lo que Valerie decidiría. Ella espero unos minutos, suspiro y luego hablo.
—¿Es eso lo que tu quieres?
Negué con la cabeza.
—Valerie, mirame —ella levanto la cabeza y me miro fijamente, con resentimiento—. Mira, solo preguntaba, la verdad es que estaría realmente feliz si te quedaras aquí y pudiéramos ser amig…
—No —interrumpió mi discurso acelerado—. Tu y yo no podemos ser eso. Ni te atrevas a mencionarlo, pensarlo o incluso imaginarlo, porque tu y yo no podemos ser eso. Y no, no voy a dejar mi beca solo por unos bastardos que quieren que me vaya de aquí.
—¿Hablas de los hombres que te hicieron eso? —inste con los puños ligeramente cerrados. En realidad si tuviera esos hombres frente a mi los golpearía hasta que calleran muertos y aun así no tendría suficiente. Ninguna persona se merecía lo que ellos le hicieron a Valerie.
—No, hablo de Fairmont y de ti, Harry.
Valerie.-
Aspire el oxigeno que entraba por mis fosas nasales libremente. Extrañaba estar en campos libre y naturales, no ese oxigeno purificado de hospital. No tenia nada contra ellos, pero no cambiaria la naturaleza por nada.
Una semana había pasado y yo estaba de regreso en la academia. Las audiciones serian mañana y no tenia rutina. La nueva Valerie confiaba en ella misma y haría improvisación. Simple.
Mis padres se habían ido justo ayer. Mi padre no descanzo hasta que encontró a Fairmont e hizo que declarara. Al final, el era uno de mis agresores y los otros dos eran su tio y su hermano. Ellos tenían cierto resentimiento contra mi padre y su compañía.
Por lo tanto, los cobardes habían arremetido contra mi. Pero su cadena perpetua por varios delitos y violación no solo a mi sino a otras seis chicas habían sido suficiente para el juez y su veredicto.
Mi padre estuvo todo el tiempo conmigo, mientras mamá visitaba los lugares de Londres y afueras como si estuviera en un viaje de vacaciones. Papá me explico que ella había sido la mas afectada y que por eso no quería estar junto a mi. ¿Qué madre deja a su hija cuando pasa por una situación como la que yo pase?
Dejando de lado los tramites que había tenido que pasar y los análisis, aun seguía yendo al hospital. No había embarazo, pero aun me dolia mi parte baja al hacer ciertos movimientos.
Y aunque los bastardos ya estuvieran en la cárcel, mi padre aun seguía teniendo miedo de cualquier atentado contra mi. Así que ahora, había agregado clases de defensa personal y clases de disparo a mi horario semanal.
Antes de irse, me compro un nuevo auto, un Bugatti Veyron color blanco. Y con un millón de compartimientos para gas pimienta, una 9 mm, y un sistema de localización que funcionaba aun si el auto era desmantelado totalmente. Si, mi padre es un demente. ¿Pero las mejores personas lo son, no?
La situación con Harry había sido un poco diferente a como pensé que seria. El era la persona mas linda que había conocido hasta ahora. Ni el mas grande santo se comparaba con su nobleza, cortesía y amabilidad. Claro lo hacia porque Anne no me dejo en todo el lapso, al igual que mi padre. Y porque se sentía culpable. Sobre todo por eso.
Respecto a que había llamado a Harry para que me ayudara y el me había colgado la llamada y todo eso, no, no le había dicho nada a mi padre. Y creo que Harry se lo esperaba porque siempre se porto cauteloso con mi padre presente.
No habíamos hablado mucho, solo cuando me ofrecia algo y yo le contestaba con monosílabos. Pero podía sentir su desesperación por que yo le hablara y le dijera algo de la situación en la que se encontraba nuestra rara amistad. Pero no lo haría, no le diría nada hasta que el pidiera perdón de verdad.
Ahora me dirigía a la clase de el señor Wiliamson, la clase de el se extendería todo el dia y Brandon me había enseñado lo que aprendió en el lapso en el que no estuve en clase.
Haciendo malabares con mi abrigo en una mano, mi maleta deportiva en otra y mi celular, conteste la llamada que me había estado molestando desde antes de comenzar a cepillar mi cabello en la ducha de mi camarín. Mire el identificador de llamadas.
—Hola Dani, ¿Cómo estas?
—Bien. Fitz, te llamo para ver si querias ir a una fiesta en casa Louis. El cumpleaños de Niall es en una semana, pero estará en Irlanda ese dia y no podremos ir todos. Es algo… pequeño, pero estará bien para el, ¿vienes?
—¿Cuándo es? —abri la puerta del Bugatti y arroje todo menos mi celular. Entre en el y meti la llave al contacto.
—Mañana —frunci el ceño ante su respuesta.
—Es martes, ¿crees que los chicos no beberán y terminaran con una resaca horrible el dia siguiente?
—No lo creo, Fitz, estarán libres hasta que su nuevo video salga.
Pensé en las multiples citas de Harry antes de mi atentado y pegue mi frente al volante, frustrada. Le quedaba una semana libre y si en tres días, había visto mas de tres mujeres diferentes en el apartamento, en la siguiente semana veria mas chicas que las modelos en un desfile de Alexander McQueen.
—Solo dime a que hora y estare ahí.
—¡Oh, gracias, Val! Estaremos ahí a las nueve. ¿quieres que pase por ti?
—No, tengo su dirección en mi GPS, estare bien.
—Esta bien, oh y Val, ten cuidado chica.
—Claro, adiós.
Colgué la llamada y encendí el auto dirigiéndome al apartamento de Harry. Si iría a una fiesta mañana, esta claro que llevaría una chica ahí, así que mañana me quedaría en casa de Dushi. Aunque aun ella no lo supiera.
—No, no puedo dejarte sola. Se que me merezco esto, pero no seria tan malo para dejarte aquí en el hospital.
Suspire y me recosté en la camilla esperando por Carol, la enfermera que me atendía. El se quedo ahí frente a mi camilla y yo hice como si no estuviera ahí.
Una lagrima llego tras otra. Me habían violado. Tres asquerosos hombres. Fue doloroso. Sin amor. Me sentía sucia. Sin valor. Lastimada. Sin ganas de nada. Asustada. Decepcionada. Molesta. Muy molesta con la vida y conmigo, y con mis padres por no enseñarme que en la vida hay bastardos que te pueden hacer cosas sin piedad alguna. Esto cambiaria. Justo en este momento.
Solloce fuertemente y Harry trato de abrazarme. Me quite sus brazos de alrededor mio. Estaba tan molesta con él. Me había dejado en el momento en el que mas lo necesitaba. Y lo peor era que tenia que decirles a mis padres.
Sabia quien era el culpable de esto. Fairmont. Yo solo había seguido las indicaciones de ruta del GPS para cargar combustible vegetal. Y se me hizo sospechoso que en un lugar como unas ruinas abandonadas fueran utilizadas como estación de gasolina. Después de eso, recuerdo la manera en la que sentí unas manos sobre mi cuello y como llamaba a Harold desde el camino cuando logre zafarme del amarre del hombre.
Justo cuando el me mando a la mierda, sentí de nuevo las manos y como me ponían un saco en mi cabeza. El hombre se enojo tanto que rasgo piel de mi costado con una navaja. Luego escuche como abrían una puerta de metal y yo era arrojada a una cama con los resortes picando mi piel. Después las asquerosas palabras que los hombres decían que me harian. Y que desgraciadamente cumplieron.
Cerré mis ojos y me puse de lado dándole la espalda a Harry y sollozando de nuevo. Aun dolia cuando el primer hombre entro en mi con tanta fuerza y el dolor inevitable que sentí. Luego sus horribles gemidos y las risas de los otros dos. Un liquido caliente sobre mi vientre.
El olor a puro barato y alcohol fuerte y de nuevo esas sensación de dolor cuando el segundo hombre entro en mi. Los idiotas me utilizaron hasta que se cansaron. Sentí las sabanas mojadas y su maldita lengua rozando mi parte intima. Sus palabras asquerosas. Ya no lloraba, ahora gritaba con impotencia y ahora no me importo que Harry enredara sus brazos detrás de mi y soplara mi nuca para calmarme.
El recuerdo de cómo tomaban mis manos y me hacían pasarlas por los miembros de cada uno. La impotencia de no saber ni quien era el que me estaba haciendo esto. Los gritos que ellos decían eran de satisfacción. Satisfacción mi trasero. Idiotas. Fairmont Degrant pagara por esto. Caro.
(. . .)
La mañana siguiente tendría prueba de análisis para ver si desgraciadamente estaba embarazada. Dushi vino con un ramo de rosas blancas. Si, claro, blanco de pureza. Que ironía.
Danielle y Liam llegaron el mismo dia mas tarde. Harry se mantuvo fuera de mi habitación y solo entro para escuchar los resultados de los análisis que afortunadamente dieron negativo. Pero que aun así debía seguir viniendo. ¿Cómo? El Maserati había sido robado.
Aun me dolia mi parte baja y mi costado por la abertura. Me habían dado tres puntos y no cabia duda que quedaría una cicatriz. Pero, ¿Qué importaba ahora? Lo único que quería hacer en este momento era bailar hasta que me sangraran los pies.
Papá y mamá llegaron al hospital en la noche. No tengo idea de cómo hicieron para llegar tan rápido. Papá actuo como si fuera mamá y mamá solo se quedo al margen de la situación, cosa que me extraño bastante.
—Valeria, necesito saber quien fue el causante de esto, ¿lo sabes , verdad? —pregunto mientras acunaba mi rostro con sus manos. Yo asentí levemente con la cabeza y de nuevo sentí las lagrimas en mis ojos.
—Si, —susurre, dude un poco en decir el nombre, pero me llene de valor para pronunciarlo—, Fairmont Degrant puso esa dirección en mi GPS diciendo que ahí podrían darme combustible vegetal.
Sentí los puños de papá tras de mi espalda mientras me abrazaba, yo lo agarre mas fuerte y vi a mi madre, que hablaba en el umbral de la puerta con Harry.
—Papá… ¿Qué pasa con mamá? ¿Por qué esta tan distante de mi?
El bajo la mirada y apretó sus labios en una línea. Se sento junto a mi en la camilla y miro hacia el techo. Luego pareció recobrarse y hablo.
—No lo se, linda… ¿Qué paso con el auto?
Frunci mi ceño y no me regañe en hacerlo. El quería cambiar de tema, cosa que era rara. Papá siempre contestaba mis preguntas fueran difíciles o no, sonreí al recordar cuando le pregunte sobre como las personas tenían bebes, justo a mis diez años.
—Ellos se quedaron con el —contesté y después tome su mano—. Papá, ¿recuerdas cuando pregunte como se hacían los bebes? —el sonrió y apretó mi mano.
—Claro que lo hago, Valeria. Eras muy curiosa y me enclavijaste con esa pregunta. No tenia ni idea alguna de cómo responderte eso.
Lo abrace de lado, poniendo mi cabeza en su pecho. El paso su brazo por sobre mis hombros.
—Nunca pensé que seria de esta forma, papá. No le deseo esto a nadie.
El me abrazo completamente y juro que escuche un sollozo salir de su boca. Su amarre fuerte me indicaba que estaba tan dañado como yo. No sabia ni quería saber sus razones, pero necesitaba el cariño que yo también necesitaba. Y juntos nos lo daríamos.
—Valeria, te amo. Nunca lo olvides. Eres mi niña y siempre serás mi primera en todo.
Puedes volver a Nueva York si quieres, nena, con mamá, con Melissa y conmigo.
Pensé en su proposición. No lo había considerado, pero no lo había hecho porque no quería hacerlo. No le daría el gusto a Fairmont de sacarme de ENBS. Y justo ahora, toda la academia conocería a la nueva Valerie Fitz. La Valerie que seria el cisne negro, no el blanco. Y la chica que no dejaría que alguien la aplastara. Ni que seria buena con todos.
Harry.-
Luego de que Robert dejara la habitación de Valerie, entre con un poco de miedo. Me había mantenido al margen de ella porque no quería que se sintiera acosada por mi.
Pero en realidad lo sentía, y mucho. No podía creer como pude ser tan estúpido para decirle las palabras que después de que ella me las dijera, mas tarde el mismo día, las recordara. Yo la había dejado, y en el peor momento de su vida.
Acerque una silla al lado de la camilla, ella se encontraba sentada en ella y jugaba con sus pies que colgaban. Su mirada estaba en ellos y no la subió aun sabiendo que yo estaba ahí.
—Hola Valerie.
Ella hizo caso omiso a mi saludo y siguió con la mirada baja. Gire mi cabeza a la puerta. Sus padres se había ido. No muy lejos, claro, pero me habían dado privacidad.
—¿Volveras a Nueva York? —pregunte con miedo. Había escuchado a su padre mencionarlo y me inquietaba saber lo que Valerie decidiría. Ella espero unos minutos, suspiro y luego hablo.
—¿Es eso lo que tu quieres?
Negué con la cabeza.
—Valerie, mirame —ella levanto la cabeza y me miro fijamente, con resentimiento—. Mira, solo preguntaba, la verdad es que estaría realmente feliz si te quedaras aquí y pudiéramos ser amig…
—No —interrumpió mi discurso acelerado—. Tu y yo no podemos ser eso. Ni te atrevas a mencionarlo, pensarlo o incluso imaginarlo, porque tu y yo no podemos ser eso. Y no, no voy a dejar mi beca solo por unos bastardos que quieren que me vaya de aquí.
—¿Hablas de los hombres que te hicieron eso? —inste con los puños ligeramente cerrados. En realidad si tuviera esos hombres frente a mi los golpearía hasta que calleran muertos y aun así no tendría suficiente. Ninguna persona se merecía lo que ellos le hicieron a Valerie.
—No, hablo de Fairmont y de ti, Harry.
Valerie.-
Aspire el oxigeno que entraba por mis fosas nasales libremente. Extrañaba estar en campos libre y naturales, no ese oxigeno purificado de hospital. No tenia nada contra ellos, pero no cambiaria la naturaleza por nada.
Una semana había pasado y yo estaba de regreso en la academia. Las audiciones serian mañana y no tenia rutina. La nueva Valerie confiaba en ella misma y haría improvisación. Simple.
Mis padres se habían ido justo ayer. Mi padre no descanzo hasta que encontró a Fairmont e hizo que declarara. Al final, el era uno de mis agresores y los otros dos eran su tio y su hermano. Ellos tenían cierto resentimiento contra mi padre y su compañía.
Por lo tanto, los cobardes habían arremetido contra mi. Pero su cadena perpetua por varios delitos y violación no solo a mi sino a otras seis chicas habían sido suficiente para el juez y su veredicto.
Mi padre estuvo todo el tiempo conmigo, mientras mamá visitaba los lugares de Londres y afueras como si estuviera en un viaje de vacaciones. Papá me explico que ella había sido la mas afectada y que por eso no quería estar junto a mi. ¿Qué madre deja a su hija cuando pasa por una situación como la que yo pase?
Dejando de lado los tramites que había tenido que pasar y los análisis, aun seguía yendo al hospital. No había embarazo, pero aun me dolia mi parte baja al hacer ciertos movimientos.
Y aunque los bastardos ya estuvieran en la cárcel, mi padre aun seguía teniendo miedo de cualquier atentado contra mi. Así que ahora, había agregado clases de defensa personal y clases de disparo a mi horario semanal.
Antes de irse, me compro un nuevo auto, un Bugatti Veyron color blanco. Y con un millón de compartimientos para gas pimienta, una 9 mm, y un sistema de localización que funcionaba aun si el auto era desmantelado totalmente. Si, mi padre es un demente. ¿Pero las mejores personas lo son, no?
La situación con Harry había sido un poco diferente a como pensé que seria. El era la persona mas linda que había conocido hasta ahora. Ni el mas grande santo se comparaba con su nobleza, cortesía y amabilidad. Claro lo hacia porque Anne no me dejo en todo el lapso, al igual que mi padre. Y porque se sentía culpable. Sobre todo por eso.
Respecto a que había llamado a Harry para que me ayudara y el me había colgado la llamada y todo eso, no, no le había dicho nada a mi padre. Y creo que Harry se lo esperaba porque siempre se porto cauteloso con mi padre presente.
No habíamos hablado mucho, solo cuando me ofrecia algo y yo le contestaba con monosílabos. Pero podía sentir su desesperación por que yo le hablara y le dijera algo de la situación en la que se encontraba nuestra rara amistad. Pero no lo haría, no le diría nada hasta que el pidiera perdón de verdad.
Ahora me dirigía a la clase de el señor Wiliamson, la clase de el se extendería todo el dia y Brandon me había enseñado lo que aprendió en el lapso en el que no estuve en clase.
(. . .)
Haciendo malabares con mi abrigo en una mano, mi maleta deportiva en otra y mi celular, conteste la llamada que me había estado molestando desde antes de comenzar a cepillar mi cabello en la ducha de mi camarín. Mire el identificador de llamadas.
—Hola Dani, ¿Cómo estas?
—Bien. Fitz, te llamo para ver si querias ir a una fiesta en casa Louis. El cumpleaños de Niall es en una semana, pero estará en Irlanda ese dia y no podremos ir todos. Es algo… pequeño, pero estará bien para el, ¿vienes?
—¿Cuándo es? —abri la puerta del Bugatti y arroje todo menos mi celular. Entre en el y meti la llave al contacto.
—Mañana —frunci el ceño ante su respuesta.
—Es martes, ¿crees que los chicos no beberán y terminaran con una resaca horrible el dia siguiente?
—No lo creo, Fitz, estarán libres hasta que su nuevo video salga.
Pensé en las multiples citas de Harry antes de mi atentado y pegue mi frente al volante, frustrada. Le quedaba una semana libre y si en tres días, había visto mas de tres mujeres diferentes en el apartamento, en la siguiente semana veria mas chicas que las modelos en un desfile de Alexander McQueen.
—Solo dime a que hora y estare ahí.
—¡Oh, gracias, Val! Estaremos ahí a las nueve. ¿quieres que pase por ti?
—No, tengo su dirección en mi GPS, estare bien.
—Esta bien, oh y Val, ten cuidado chica.
—Claro, adiós.
Colgué la llamada y encendí el auto dirigiéndome al apartamento de Harry. Si iría a una fiesta mañana, esta claro que llevaría una chica ahí, así que mañana me quedaría en casa de Dushi. Aunque aun ella no lo supiera.
De nuevo me disculpo por los acentos, pero esta semana tengo examen de quimica y no puedo mas que subir, las quiero:)
Irene_Vega_1D
Re: Losing Inocence
por Valeria Cuevas Horan Vie 19 Abr 2013, 4:27 pm
Ire lo ame con todo mi heart! Pobre de Valerie! Y claro que Hazza esta arrepentido!! Y si! Fiesta para Niall!! Claro, que se quede en mi casa, no proble
! Bueno síguela y perdón por comentar hasta ahora, he estado estudiando para un examen y apenas lo leí! Y lo ame!! Un beso grande!
! Bueno síguela y perdón por comentar hasta ahora, he estado estudiando para un examen y apenas lo leí! Y lo ame!! Un beso grande!
Valeria Cuevas Horan
Re: Losing Inocence
por Florquimileste Lun 22 Abr 2013, 1:55 am
OMG!!; QUE HERMOSAAAAAAAAAAA NOVEEEEE!!!!!, SIGUELA NI BIEN PUEDAS, TIENENS A UNA FIEL LECTORA EN MI, ESTOY ENAMORADA DE LA NOVE!!; OMG POBRE VAL, TE JURO LLORE!!
Última edición por Florquimileste el Lun 22 Abr 2013, 12:37 pm, editado 1 vez
Florquimileste
Re: Losing Inocence
por Manipulatively. Lun 22 Abr 2013, 5:16 am
S-I-G-U-E-L-A!
Me la lei en una noche...
Si, si fui una lectora fantasma, porqué era la chica que te habia pedido a Louis, pero ya qué xD
Pobre "Vee" lo que le paso... :(
Espero el otro capitulo...
Bye x.
Me la lei en una noche...
Si, si fui una lectora fantasma, porqué era la chica que te habia pedido a Louis, pero ya qué xD
Pobre "Vee" lo que le paso... :(
Espero el otro capitulo...
Bye x.
Manipulatively.
Re: Losing Inocence
por Florquimileste Lun 22 Abr 2013, 12:33 pm
ALOOOOOOOOOOOO!!!; LLEGUE DE NUEVO, JOJO!!; AMO TU NOVE, FUE ADICTIVA NI BIEN EMPECE A LEERLA !!; siguela ni bien puedas, me encanto tu nove!!!!, jaja!! Siguela, porfi!, quiero ver el cambio de actitud de Val! Beijoca!!
Florquimileste
Re: Losing Inocence
por Irene_Vega_1D Miér 24 Abr 2013, 7:08 pm
OCHO
Valerie.-
Arrojé el vestuario que había pedido de la colección de ropa que mi madre había creado con mi hermana y me alegré de que no fuera mío. Esto no se parecía nada a mi estilo, sino al de mi madre.
Un top corto gris pálido y una falda negra en tubo hacia juego con una rara versión de una cinturilla de diamantes negros. Todo eso acompañado con mis Manolo’s color crema cerrados. Por esta ocasión deseché la idea de usar mallas. Sequé mi cabello y lo ondulé al final. Tomé mi Channel y metí mi celular y mi cartera. Harry no había llegado en todo el día. Quizás estaba ayudando a organizar la fiesta.
Cuando llegué al Bugatti y me subí en el, sentí pánico al recordar cómo me encontraba igual de sola como en el lote baldío en el que me secuestraron. Giré rápidamente las llaves y salí del estacionamiento con las manos apretadas sobre el volante para no notar mis propios temblores.
Conducía tan rápido que en varias ocasiones pasé de largo las indicaciones del GPS y tenía que regresarme a la calle donde este me indicaba que era la ruta.
La casa de Louis era bastante grande, casi igual que la que tiene mi padre en Colorado. Cuando entré al patio delantero, los autos afuera me decían que la fiesta estaba en ambiente. Y desgraciadamente, me estacioné a un lado de la Range de Harry. Fruncí mi ceño al recordar que hoy no dormiría en East End, sino con Dushi, quien había dicho que no tendría problema alguno de dejarme pasar la noche con ella.
Bajé del Bugatti y conmigo el regalo que le daría a Niall. No tenía ni idea que podría regalarle, así que me fui por lo seguro y le regalé un viaje en el yate de mi padre a Ibiza. No sabía si le gustaría, y siempre podría utilizarlo yo.
Danielle estaba en la puerta junto con Elle saludando a los que llegaban apenas.
—¡Wow, Val! ¿Eres tú? —sonreí a las dos y me acerqué para abrazarlas. Le di la pequeña caja a Elle y ella me miró extrañada.
—Es solo un pequeño regalo para Niall —me excusé levantando un hombro. Ella sonrió.
—Gracias por pensar en él, siento mucho lo que pasó —miró a Danielle—, Dani dijo que no lo mencionara, pero en realidad lo siento.
Sonreí forzadamente y la abracé fuertemente. No quería recordar nada de ese horrible día esta noche. Solo disfrutaría.
—Está bien, todo ha pasado. ¿Dónde está Niall? Necesito abrazarlo.
Las dos me dieron una sonrisa cálida y señalaron al chico que estaba sentado en un sillón de piel en un rincón con un grupo de hombres, entre ellos, Harry y Zayn.
Caminé hacia él y nadie pareció percatarse de mí hasta que la voz de Dushi sonó por arriba de la música. Ella se acercó hacia mí y me abrazó fuerte. Ya olía un poco a alcohol. Tendría que abstenerme y no tomar alcohol esta noche. Estaba bien para mí, no lo hacía sino hasta hace una semana, ¿Qué podía perder?
Dushi me arrastró a la pista de baile y comenzó a decirme que me dejara ir por la música. Y así lo hice. En todo el día había estado tensa por saber los resultados del casting para el cisne negro y, aunque había audicionado para ser el blanco y el negro, mis expectativas eran mayores al blanco.
Cada canción la sentía en mi piel y cuando me cansé, después de unas seis o siete canciones completas, fui a por una bebida al mini bar que Louis había improvisado en su sala de estar.
—Piña colada, por favor —pedí al barman que atendía detrás de la barra.
—Veo que ya no bebes alcohol —me giré hacia la voz que me llamaba y vi a Harry con una cerveza en la mano derecha y la izquierda recargada en la barra.
—No molestes, Harry. No estoy realmente de humor.
—¡No, es que nunca lo estas! —dijo exaltado.
El hombre detrás de la barra me dio mi pedido y me dirigí a unos sofás de piel que estaba a un lado de la barra. Desgraciadamente, Harry me siguió hasta ahí y se sentó a mi lado, ahí fue cuando olí el tequila de su boca.
Yo sabía como olía y sabía el tequila, solo que siempre se me había hecho muy fuerte y solo debería tomarse en pequeñas porciones, no como creo que Harry las estaba tomando.
—¿Podemos hablar, por favor? —Harry inclinó su cabeza sobre mi hombro después de pronunciar esa oración. Miré sus facciones detenidamente por primera vez desde que me encontraba en Londres. Suspiré cansada y deje mi bebida en el taburete que estaba frente a mí.
—Bien, pero este no es el lugar. Quizás mañana cuando regrese a tu apartamento —él levantó rápidamente su cabeza de mi hombro y me miró extrañado, yo negué lentamente con la cabeza—. No dormiré en tu lugar esta noche. Me iré con una amiga, te daré tu privacidad para que puedas satisfacerte esta noche. Harry puedes estar bien, no interrumpiré nada por la mañana.
Una sonrisa de suficiencia se posó en mi cara. Y no supe en realidad como descifrar la cara que Harry me envió antes de irse enojado. Alisé mi vestido y me acomodé mejor en el sofá de cuero negro. No tenía ganas de estar en una fiesta. La música solo me hacia llorar.
Miré alrededor de la fiesta, varios chicos orgullosos de tener una novia hermosa a quien sujetaban por la cintura. Una pareja besándose a solo cinco metros de mi en un rincón. Una chica riendo con un chico en la barra. Danielle y Liam abrazados sentados en un sofá en una esquina del salón. Louis haciendo bailes junto a Elle.
Y yo fantaseando en que el amor de mi vida nunca podría tocarme sin que yo recordara solo oscuridad y dolor.
Mi padre contrató un psicólogo personal para mí que me atendería las 24 horas del día si tenía una crisis y debería de verlo los lunes y los viernes por la tarde. Ella, la señora Rodram, era una menuda mujer de unos 38 años con una paciencia enorme.
Siempre había sido una persona que aceptaba lo mejor para su bien, pero un psicólogo no era mi agrado y mi padre lo sabía, así que llamo a la señora Rodram una “ayuda mental” para que yo pudiera superar el día de mi secuestro.
Lo que no le había contado a ella era que lo que más odiaba era solo recordar un mundo oscuro y mucho dolor, físico y mental. Y ahora, si alguien duraba mucho tiempo tocándome, comenzaba a sentirme nerviosa. Bien, ahora era una traumada que no le gusta que la toquen.
No tardé mucho en salir de mi ensimismamiento cuando Niall llego a mí y me tomo en sus brazos poniéndolos a cada lado de mi.
—Te extrañe, chica. ¿Estás bien? —rodeé mis ojos y puse una sonrisa forzada.
—Claro que lo estoy, ¿tu regalo está bien contigo? Puedo cambiarlo si no te gusta.
—No, está bien, no debiste de haberlo hecho.
—Oh, no te preocupes, es nada.
El me sonrió con suficiencia y volvió a abrazarme, yo me removí incomoda y el captó la indirecta y me soltó rápidamente. Tomó mi mano y me llevó al centro de la pista de baile. Comenzó a moverse de una manera graciosa y yo seguí el ritmo de la música house que tocaba el DJ.
No pensé en nadie en ese momento, solo éramos Niall y yo en una pista de baile. Hasta que llego Dushi y bailó con Niall. Cuando me iba a retirar de la pista, un chico de cabello lacio y claro tomó mi brazo y bailó graciosamente. Sonreí hacia él y le seguí el baile. Sentí su toque aun en mi brazo después de 5 minutos y comencé a sentirme sofocada y desesperada.
Trate de zafarlo, pero no sé si era el alcohol o él, pero era muy fuerte.
—Uhm, ¿podrías soltar mi brazo? —pregunté en su oído para que me escuchara claro.
El asintió y siguió bailando. Yo paré en seco y comencé a buscar a por alguien que conociera y me pudiera ayudar. Harry iba justamente pasando con una chica del brazo y volteó sorprendido cuando grité su nombre. Rápidamente fue hacia mí y miró el amarre que el chico tenía en mi brazo. Yo comenzaba a sudar y a respirar entrecortadamente.
El tomó la mano del chico y la desató de mi brazo. Puso su espalda y tapó mi cuerpo con el de él, dirigiéndome hacia la entrada. No podía ver sus ojos ni nada de él, porque prácticamente me empujaba fuera de la casa de Louis.
Caminó hacia su Range y vio mi Bugatti. Negó con la cabeza y me señalo con la misma que entrara en su camioneta. Subí al asiento del pasajero y me relajé cerrando mis ojos. El tomó una botella del asiento trasero, la abrió y me la posó justo en los labios. Tomé detenidamente y luego la agarre entre mis manos. Él cerró la puerta y regresó a la casa de Louis.
Recargué mi cabeza en el respaldo del asiento. Ahora hacia frio. Subí la ventana y me abracé a mí misma. Bajé mi mano hasta mis pies y quité mis zapatos. No había pasado ni un minuto de que había cerrado los ojos cuando Harry ya estaba de vuelta en el asiento conductor. Giré mis ojos somnolientos hacia el.
—¡¿Qué paso, Harry?!
—Nada.
Limpió la sangre que emanaba de su ceja y se escurría por su ojo. Dio reversa y salimos del estacionamiento improvisado. En poco tiempo estuvimos en camino a East End. Como era de pensar, llegamos a su departamento. Lo raro fue que él bajó rápidamente de la Range para abrir mi puerta.
Al abrirla él, rápidamente pasé mis manos por mis brazos. El negó con la cabeza y tomó una chaqueta del asiento trasero y la paso por mis hombros. Me sentí como si hubiera sido regañada por algo que yo era obvio que estaba mal hacer. No sabía porque él estaba enojado conmigo.
Me sentí aun mas mal cuando tuve que esperarlo para que abriera la puerta del apartamento porque mi cartera se había quedado en mi auto. Cuando entramos, el se dejó caer en el sofá y puso sus pies sobre la mesa de centro de la sala de estar. Fui a por el maletín de primeros auxilios y me senté junto a él una vez llegue al sofá.
Pasé un pedazo de algodón por el área en la que tenía sangre y el solo hizo un mueca, pero no habló. ¿Por qué estaba molesto conmigo? Eso debería de ser al revés. Suspiré profundamente y tome la liga que había en mi muñeca y anudé mi cabello en una coleta alta. El solo me miró extraño.
—Ahora, en este lugar, podemos hablar, Harry.
—¿Puedo hacer una pregunta? —asentí con la cabeza—. ¿Por qué ya no me llamas, Harold?
Lo miré escudriñando los ojos y deje el maletín en la mesa de centro, junto a sus pies.
—¿No estás ebrio, verdad?
—Contéstame, Valerie, te hice una jodida pregunta. Ten la decencia de contestarla —Inhalé sorprendida—. Sí, te he dicho una palabra “prohibida” —enfatizó con los dedos.
Se levantó del sofá y comenzó caminar hacia su cuarto, antes de entrar a él, se paró en la entrada y abrió sus brazos como si estuviera anunciando algo.
—Bienvenida a Londres.
Cerró la puerta y regrese mi mirada a la plasma frente al sofá. Di varias respiraciones y me levanté.
Estúpido Harry.
Abrí la puerta de su habitación y lo vi tumbado sobre la cama, boca abajo. Cuando escuchó el sonido de la puerta, volteó su cara hacia ella. Su mirada exigía una explicación de mi estadía en su lugar privado. Mi rostro enrojecido por la furia que tenía en ese momento, hizo que su rostro se tranquilizara un poco. Lo miré a los ojos y pronuncié.
—Fui violada, Harold.
El tragó saliva y se sentó rápidamente. Sentí que mi mundo se movía y miré a mi alrededor en busca de algo en lo que apoyarme. Tomé el escritorio de un lado de su puerta y él se levanto en mi ayuda. Me dirigió a la cama e hizo que me sentara en ella. Al momento en que me estabilice me desaté de su amarre.
Todos estos días habían sido sobre “protege a la chica dañada”, “búrlate de ella a sus espaldas”, “se generoso por su condicion”. Y la verdad estaba completamente cansada de ello. Incluso Tania era cortés conmigo.
—Me violaron. Tres bastardos. Cobardes que se vieron en la necesidad de tapar mi vista para no reconocerlos. Era virgen, Harry. Solo recuerdo dolor y oscuridad. Aún existe la posibilidad de que este embarazada. Mi madre me mandó al demonio, al igual que tu. Un hombre no puede tocarme por más de cinco minutos sino, comienzo a hiperventilar y actuar como maniática. Ahora, ¿lo único que te importa es que ya no te llamo Harold? ¡Bien! Ya no lo hago más porque me pareces una porquería de persona, ahora tu nombre me parece un privilegio que no te debieron haber dado. ¿He contestado a tu pregunta?
Arrojé el vestuario que había pedido de la colección de ropa que mi madre había creado con mi hermana y me alegré de que no fuera mío. Esto no se parecía nada a mi estilo, sino al de mi madre.
Un top corto gris pálido y una falda negra en tubo hacia juego con una rara versión de una cinturilla de diamantes negros. Todo eso acompañado con mis Manolo’s color crema cerrados. Por esta ocasión deseché la idea de usar mallas. Sequé mi cabello y lo ondulé al final. Tomé mi Channel y metí mi celular y mi cartera. Harry no había llegado en todo el día. Quizás estaba ayudando a organizar la fiesta.
Cuando llegué al Bugatti y me subí en el, sentí pánico al recordar cómo me encontraba igual de sola como en el lote baldío en el que me secuestraron. Giré rápidamente las llaves y salí del estacionamiento con las manos apretadas sobre el volante para no notar mis propios temblores.
Conducía tan rápido que en varias ocasiones pasé de largo las indicaciones del GPS y tenía que regresarme a la calle donde este me indicaba que era la ruta.
La casa de Louis era bastante grande, casi igual que la que tiene mi padre en Colorado. Cuando entré al patio delantero, los autos afuera me decían que la fiesta estaba en ambiente. Y desgraciadamente, me estacioné a un lado de la Range de Harry. Fruncí mi ceño al recordar que hoy no dormiría en East End, sino con Dushi, quien había dicho que no tendría problema alguno de dejarme pasar la noche con ella.
Bajé del Bugatti y conmigo el regalo que le daría a Niall. No tenía ni idea que podría regalarle, así que me fui por lo seguro y le regalé un viaje en el yate de mi padre a Ibiza. No sabía si le gustaría, y siempre podría utilizarlo yo.
Danielle estaba en la puerta junto con Elle saludando a los que llegaban apenas.
—¡Wow, Val! ¿Eres tú? —sonreí a las dos y me acerqué para abrazarlas. Le di la pequeña caja a Elle y ella me miró extrañada.
—Es solo un pequeño regalo para Niall —me excusé levantando un hombro. Ella sonrió.
—Gracias por pensar en él, siento mucho lo que pasó —miró a Danielle—, Dani dijo que no lo mencionara, pero en realidad lo siento.
Sonreí forzadamente y la abracé fuertemente. No quería recordar nada de ese horrible día esta noche. Solo disfrutaría.
—Está bien, todo ha pasado. ¿Dónde está Niall? Necesito abrazarlo.
Las dos me dieron una sonrisa cálida y señalaron al chico que estaba sentado en un sillón de piel en un rincón con un grupo de hombres, entre ellos, Harry y Zayn.
Caminé hacia él y nadie pareció percatarse de mí hasta que la voz de Dushi sonó por arriba de la música. Ella se acercó hacia mí y me abrazó fuerte. Ya olía un poco a alcohol. Tendría que abstenerme y no tomar alcohol esta noche. Estaba bien para mí, no lo hacía sino hasta hace una semana, ¿Qué podía perder?
Dushi me arrastró a la pista de baile y comenzó a decirme que me dejara ir por la música. Y así lo hice. En todo el día había estado tensa por saber los resultados del casting para el cisne negro y, aunque había audicionado para ser el blanco y el negro, mis expectativas eran mayores al blanco.
Cada canción la sentía en mi piel y cuando me cansé, después de unas seis o siete canciones completas, fui a por una bebida al mini bar que Louis había improvisado en su sala de estar.
—Piña colada, por favor —pedí al barman que atendía detrás de la barra.
—Veo que ya no bebes alcohol —me giré hacia la voz que me llamaba y vi a Harry con una cerveza en la mano derecha y la izquierda recargada en la barra.
—No molestes, Harry. No estoy realmente de humor.
—¡No, es que nunca lo estas! —dijo exaltado.
El hombre detrás de la barra me dio mi pedido y me dirigí a unos sofás de piel que estaba a un lado de la barra. Desgraciadamente, Harry me siguió hasta ahí y se sentó a mi lado, ahí fue cuando olí el tequila de su boca.
Yo sabía como olía y sabía el tequila, solo que siempre se me había hecho muy fuerte y solo debería tomarse en pequeñas porciones, no como creo que Harry las estaba tomando.
—¿Podemos hablar, por favor? —Harry inclinó su cabeza sobre mi hombro después de pronunciar esa oración. Miré sus facciones detenidamente por primera vez desde que me encontraba en Londres. Suspiré cansada y deje mi bebida en el taburete que estaba frente a mí.
—Bien, pero este no es el lugar. Quizás mañana cuando regrese a tu apartamento —él levantó rápidamente su cabeza de mi hombro y me miró extrañado, yo negué lentamente con la cabeza—. No dormiré en tu lugar esta noche. Me iré con una amiga, te daré tu privacidad para que puedas satisfacerte esta noche. Harry puedes estar bien, no interrumpiré nada por la mañana.
Una sonrisa de suficiencia se posó en mi cara. Y no supe en realidad como descifrar la cara que Harry me envió antes de irse enojado. Alisé mi vestido y me acomodé mejor en el sofá de cuero negro. No tenía ganas de estar en una fiesta. La música solo me hacia llorar.
Miré alrededor de la fiesta, varios chicos orgullosos de tener una novia hermosa a quien sujetaban por la cintura. Una pareja besándose a solo cinco metros de mi en un rincón. Una chica riendo con un chico en la barra. Danielle y Liam abrazados sentados en un sofá en una esquina del salón. Louis haciendo bailes junto a Elle.
Y yo fantaseando en que el amor de mi vida nunca podría tocarme sin que yo recordara solo oscuridad y dolor.
Mi padre contrató un psicólogo personal para mí que me atendería las 24 horas del día si tenía una crisis y debería de verlo los lunes y los viernes por la tarde. Ella, la señora Rodram, era una menuda mujer de unos 38 años con una paciencia enorme.
Siempre había sido una persona que aceptaba lo mejor para su bien, pero un psicólogo no era mi agrado y mi padre lo sabía, así que llamo a la señora Rodram una “ayuda mental” para que yo pudiera superar el día de mi secuestro.
Lo que no le había contado a ella era que lo que más odiaba era solo recordar un mundo oscuro y mucho dolor, físico y mental. Y ahora, si alguien duraba mucho tiempo tocándome, comenzaba a sentirme nerviosa. Bien, ahora era una traumada que no le gusta que la toquen.
No tardé mucho en salir de mi ensimismamiento cuando Niall llego a mí y me tomo en sus brazos poniéndolos a cada lado de mi.
—Te extrañe, chica. ¿Estás bien? —rodeé mis ojos y puse una sonrisa forzada.
—Claro que lo estoy, ¿tu regalo está bien contigo? Puedo cambiarlo si no te gusta.
—No, está bien, no debiste de haberlo hecho.
—Oh, no te preocupes, es nada.
El me sonrió con suficiencia y volvió a abrazarme, yo me removí incomoda y el captó la indirecta y me soltó rápidamente. Tomó mi mano y me llevó al centro de la pista de baile. Comenzó a moverse de una manera graciosa y yo seguí el ritmo de la música house que tocaba el DJ.
No pensé en nadie en ese momento, solo éramos Niall y yo en una pista de baile. Hasta que llego Dushi y bailó con Niall. Cuando me iba a retirar de la pista, un chico de cabello lacio y claro tomó mi brazo y bailó graciosamente. Sonreí hacia él y le seguí el baile. Sentí su toque aun en mi brazo después de 5 minutos y comencé a sentirme sofocada y desesperada.
Trate de zafarlo, pero no sé si era el alcohol o él, pero era muy fuerte.
—Uhm, ¿podrías soltar mi brazo? —pregunté en su oído para que me escuchara claro.
El asintió y siguió bailando. Yo paré en seco y comencé a buscar a por alguien que conociera y me pudiera ayudar. Harry iba justamente pasando con una chica del brazo y volteó sorprendido cuando grité su nombre. Rápidamente fue hacia mí y miró el amarre que el chico tenía en mi brazo. Yo comenzaba a sudar y a respirar entrecortadamente.
El tomó la mano del chico y la desató de mi brazo. Puso su espalda y tapó mi cuerpo con el de él, dirigiéndome hacia la entrada. No podía ver sus ojos ni nada de él, porque prácticamente me empujaba fuera de la casa de Louis.
Caminó hacia su Range y vio mi Bugatti. Negó con la cabeza y me señalo con la misma que entrara en su camioneta. Subí al asiento del pasajero y me relajé cerrando mis ojos. El tomó una botella del asiento trasero, la abrió y me la posó justo en los labios. Tomé detenidamente y luego la agarre entre mis manos. Él cerró la puerta y regresó a la casa de Louis.
Recargué mi cabeza en el respaldo del asiento. Ahora hacia frio. Subí la ventana y me abracé a mí misma. Bajé mi mano hasta mis pies y quité mis zapatos. No había pasado ni un minuto de que había cerrado los ojos cuando Harry ya estaba de vuelta en el asiento conductor. Giré mis ojos somnolientos hacia el.
—¡¿Qué paso, Harry?!
—Nada.
Limpió la sangre que emanaba de su ceja y se escurría por su ojo. Dio reversa y salimos del estacionamiento improvisado. En poco tiempo estuvimos en camino a East End. Como era de pensar, llegamos a su departamento. Lo raro fue que él bajó rápidamente de la Range para abrir mi puerta.
Al abrirla él, rápidamente pasé mis manos por mis brazos. El negó con la cabeza y tomó una chaqueta del asiento trasero y la paso por mis hombros. Me sentí como si hubiera sido regañada por algo que yo era obvio que estaba mal hacer. No sabía porque él estaba enojado conmigo.
Me sentí aun mas mal cuando tuve que esperarlo para que abriera la puerta del apartamento porque mi cartera se había quedado en mi auto. Cuando entramos, el se dejó caer en el sofá y puso sus pies sobre la mesa de centro de la sala de estar. Fui a por el maletín de primeros auxilios y me senté junto a él una vez llegue al sofá.
Pasé un pedazo de algodón por el área en la que tenía sangre y el solo hizo un mueca, pero no habló. ¿Por qué estaba molesto conmigo? Eso debería de ser al revés. Suspiré profundamente y tome la liga que había en mi muñeca y anudé mi cabello en una coleta alta. El solo me miró extraño.
—Ahora, en este lugar, podemos hablar, Harry.
—¿Puedo hacer una pregunta? —asentí con la cabeza—. ¿Por qué ya no me llamas, Harold?
Lo miré escudriñando los ojos y deje el maletín en la mesa de centro, junto a sus pies.
—¿No estás ebrio, verdad?
—Contéstame, Valerie, te hice una jodida pregunta. Ten la decencia de contestarla —Inhalé sorprendida—. Sí, te he dicho una palabra “prohibida” —enfatizó con los dedos.
Se levantó del sofá y comenzó caminar hacia su cuarto, antes de entrar a él, se paró en la entrada y abrió sus brazos como si estuviera anunciando algo.
—Bienvenida a Londres.
Cerró la puerta y regrese mi mirada a la plasma frente al sofá. Di varias respiraciones y me levanté.
Estúpido Harry.
Abrí la puerta de su habitación y lo vi tumbado sobre la cama, boca abajo. Cuando escuchó el sonido de la puerta, volteó su cara hacia ella. Su mirada exigía una explicación de mi estadía en su lugar privado. Mi rostro enrojecido por la furia que tenía en ese momento, hizo que su rostro se tranquilizara un poco. Lo miré a los ojos y pronuncié.
—Fui violada, Harold.
El tragó saliva y se sentó rápidamente. Sentí que mi mundo se movía y miré a mi alrededor en busca de algo en lo que apoyarme. Tomé el escritorio de un lado de su puerta y él se levanto en mi ayuda. Me dirigió a la cama e hizo que me sentara en ella. Al momento en que me estabilice me desaté de su amarre.
Todos estos días habían sido sobre “protege a la chica dañada”, “búrlate de ella a sus espaldas”, “se generoso por su condicion”. Y la verdad estaba completamente cansada de ello. Incluso Tania era cortés conmigo.
—Me violaron. Tres bastardos. Cobardes que se vieron en la necesidad de tapar mi vista para no reconocerlos. Era virgen, Harry. Solo recuerdo dolor y oscuridad. Aún existe la posibilidad de que este embarazada. Mi madre me mandó al demonio, al igual que tu. Un hombre no puede tocarme por más de cinco minutos sino, comienzo a hiperventilar y actuar como maniática. Ahora, ¿lo único que te importa es que ya no te llamo Harold? ¡Bien! Ya no lo hago más porque me pareces una porquería de persona, ahora tu nombre me parece un privilegio que no te debieron haber dado. ¿He contestado a tu pregunta?
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