DUELE.........DECIR ADIOS !!! ONE DIRECTION Y YO !!! 2 TEMPORADA

Tan solo con mirar los documentos que aun reposaban en mi escritorio. Me causaba dolor de cabeza. Si tan solo le hubiera hecho caso a mis hijos y mi querido esposo no estaría a punto de estallar. El trabajo se había acumulado mientras yo me tomaba unas mini vacaciones con mi familia y Zayn como siempre se negó rotundamente a que llevara el trabajo al viaje. ¡Dios!  Mi vida había cambiado nuevamente.

Exactamente un año había pasado cuando había salido de la casa de Zayn, la decisión que había tomado claro que me estaba destrozando pero vivir una vida como la que estaba llevando era peor. El divorcio estaba en marcha, Celeste y Alan estaban conmigo. Zayn se había quedado en Londres dándome espacio.

Todos mis amigos me pedían que pensara mejor las cosas. Que al menos le di una oportunidad a Zayn de hablar y aclarar las cosas. Yo estaba demasiado dolida y mi cabeza se cerraba. Igual con los chicos estaba molesta por no decirme las cosas y ocultarme. Estaba trabajando en un hospital público en Alemania, Frida una mujer de veinte y seis años, muy bonita, rubia, alta, y además de estar casada con el director de una de los mejores hospitales pagados de Alemania. Andrés es un hombre guapo, el hombre que cualquier chica se enamoraría. Ese hombre sí que solo tiene ojos para Frida y su hijo Gleen. Una pareja muy moderna pero que derraman mucha miel. Bueno Frida fue de mucha ayuda mientras estaba en Alemania.

El trámite del divorcio estaba llegando a su culminación. La notificación me la había hecho llegar mi abogado. Tendría que viajar a Londres para firmar los últimos papeles, esa había sido la única condición que Zayn puso cuando le envié la notificación de anulación del matrimonio.  Mis hijos estaban más que felices en volver, no paraban de hablar de decir lo que harían al llegar. Yo estaba muy nerviosa, no lo había visto todo ese tiempo. No sabía si ya tendría otra novia, si tendría barba, estaría más viejo. Celeste siempre comentaba lo esencial, es una niña inteligente y aprendió durante este tiempo que las cosas son problemas de nosotros y no de ellos.  El timbre del teléfono de mi consultorio sonó y me hicieron volver de aquellos recuerdos.

–Dra. Baker, tiene visitas– la voz de Azul, una joven de veinte y cuatro años, la prima de Erick. Me había pedido que la ayudara a encontrar un trabajo y no dude un momento en que ella trabajara para mí.  

–Ahora estoy ocupada, que por favor regresen más tarde. – Ni siquiera empezaba a revisar los papeles. Me estaba entreteniendo recordando. Esta mañana había discutido con Zayn nuevamente, hace dos días que regresamos de viaje visitando a mis amigos en Ecuador. Cuando le nombre que vendría a trabajar, su semblante de felicidad cambio y como un macho controlador. Me volvía a prohibir. Primero puso de escusa a los niños, segundo puso a Celeste y tercero que no tenía necesidad de trabajar, con el [url=#]dinero[/url] que el ganaba era más que suficiente. Pero como toda una mujer rebelde me negué, siempre he estado acostumbrada a trabajar y ahora no sería la excepción.

La puerta se abrió, unos gritos, gruñidos  y unas risitas. Vaya el batallón llego. Claro estaba que venían con su adorado padre –“Estúpido, engreído” –. Unos ojos grandes y otros pequeños me veían.

–Lo lamento mami. Intente todo pero ellos me obligaron– mi hija tan linda.

–Se supone que todos deben estar en sus respectivas clases, y tu trabajando– los acuse a todos, cerré la carpeta que tenía y que ni siquiera la revise.

–Veras– mi hijo Alan se sentó en el sillón, muy tranquilo –A media jornada, suspendieron las clases porque hubo un pequeño incendio en no sé qué parte y como querían evitar algo nos mandaron a casa. Yo fui a buscar a los enanos, marque a Celeste pero no me contestaba entonces decidí llamar a papa. –

–Estaba en medio de un examen. Lo más rápido que pude acabe y  Salí para ver que sucedía. Ahí estaban ya papa con Daniela en brazos, Alan junto a Jack y Chris. No me dieron tiempo a nada, me sacaron del colegio. – Note que mi hija estaba enojada. Y muy resentida conmigo y más con su padre. Celeste ya no era una niña, ahora una adolescente hermosa, rebelde como  sus padres y tiene un carácter de los mil demonios. A mi parecer es la mezcla del mío de y el de Zayn. Como siempre su padre un celoso y lo peor es que siempre chantajeaba a Alan y a los gemelos para que la vigilen.

– ¡Zayn!

– ¿Zayn que?

–No era necesario sacar a Celeste, sabes que estos exámenes son importantes. Que se te pasa por la cabeza en ese momento.

–Que me pasa, que ahora tendría que estar en una reunión, pero no, claro tengo que solucionar los problemas de tus hijos.

–Ahora son mis hijos– Maldito imbécil, con ayuda suya tenía a ellos. Estamos tan enojados que ni siquiera me di cuenta que estábamos gritando y nuestros hijos lo estaban presenciando. Eso que siempre evitamos a toda costa.

–Mami, te llamamos, pe…. – Ahora que pongo el celular en silencio me llaman, Alan estaba nervioso. La sobre protección que Zayn da a los niños los hace así. Otro de los motivos por los que discutimos.

–Pero no te dignas en contestar, acaso no te importan tus hijos. Llegamos y dices que regresemos más tarde– Ahora sí que la regué con lo del celular, Zayn no estaba con sus cinco sentidos y su furia se notaba en su voz y la manera de postura.

–Zayn, los niños.

– ¡Papa!–

–Te callas, te haces la victima con tu madre, claro como ella siempre te está solapando en tus cosas.

Eso fue lo último, podría estar molesto por no haber contestado. Por perder su reunión, por lo que se pero meter a Celeste en los problemas era el colmo.  Y más cuando dijo que yo la solapaba. Siempre estoy al pendiente de todos, hago malabares para darme tiempo. A todos los quiero y ayudo. He dejado propuestas de lado por mis hijos, por mi matrimonio. Zayn acaso no me quiere entender, solo una cosa le pedí  que me deje volver a ser yo misma por un tiempo. Me levante de mi silla y con el dolor en el alma, mi mano término en su mejilla.

–Una sola vez Zayn, por una vez que vas y dejas el trabajo no morirás  o el mundo se terminara. Cuantas veces he estado yo sola solucionando los problemas de los niños, yendo y viniendo compartiendo mi trabajo con ellos. Y jamás te he ido a gritar en tu trabajo. La razón es simple respeto tu trabajo, tu tiempo, respeto todo lo que haces y solo para no agobiarte con más cosas.

–Mami, tranquilízate– Celeste ya había cogido a Daniela.

Mi último regalo que Dios me había mandado hace dos años y medio. Me había jurado ya no volverme a quedar embarazada pero lastimosamente el método que estaba utilizando fallo. Después de la llegada de los gemelos, la ginecóloga opto por las inyecciones. Por una temporada funciono pero las estadísticas siempre dicen que tan solo son el 99% de efectivos y yo termine en el 1% restante. Todos se alegraban y se burlan que somos una pareja muy productivos.

Cuando había regresado a Londres para terminar con todo, Zayn me sorprendió con sus detalles. Y más con sus actos, renuncio a todo a sus hijos, y prometió no volverme a molestar. El divorcio no se firmó y ahí estaba yo intentando de nuevo a formar una familia y esta vez esperaba que fuera para siempre. Cuando Celeste tenía siete años y Alan tres, volví a quedarme embarazada y tuve a los gemelos, fue una sorpresa. Pero fueron muy bien recibidos, claro Alan estaba celoso era el único varón y con la llegada de esos dos todo cambio. Celeste me pedía que tuviera una hermana para que ella pueda ayudarla así como Alan lo hace con los gemelos. Me negaba rotundamente ya tenía mucho con los cuatro pero Dios quiso mandarnos a Daniela. No me arrepentía de nada, soy la mujer más feliz con todos mis hijos y ese marido un poco idiota que me toco. No cambiaría nada.

–Ahora te vas, cuando estés más calmado y reflexiones lo que has dicho, hablaremos. Y ustedes se sientan y se quedan quietos, mientras yo cancelo todo y soluciono unas cosas para poder irnos a casa.

–Yo voy con papa– anuncio Alan, pero no daría mi brazo a torcer.

–Tu padre estará muy ocupado, ya le hemos quito su tiempo. Así que te quedas para que me ayudes con tus hermanos.

–Jess– dijo Zayn, estoy tan molesta que me vale lo que diga.

–Ahora Celeste dame a Daniela, recoge tus cosas, y dile a Azul que te consiga un taxi para que te lleve de vuelta al colegio.

–Pero mama– empezó con sus protestas ella también.

–Nada de mamá, te vas y pobre de ti que me entere que no has ido–

–Ella tiene que cuidar a Danny, así como yo lo haré con los enanos– refunfuño Alan

–Haber contéstame algo ¿Celeste está aquí porque quiso?

–No, pero la fuimos a buscar para que cuide a Daniela además es la hermana mayor y es su responsabilidad y tiene que ayudar. – Ese comentario muy machistas seguro fue Zayn. Pero que tiene un maní en vez de cerebro en esa cabeza.

–Para eso estoy yo que soy su madre. No había necesidad de ir por ella, si razonaban un poco hubieran venido los cuatro y dejaban a su hermana tranquila.

–Claro como es tu consentida, mi papá, tiene razón siempre estas a su defensiva. – Lo único que estaba intentando era que ellos pensaron que fue ilógico buscarla. Que vieran las cosas de diferente manera. Que testarudos. –Todo está claro, como ella no es hija de mi papa, le quieres más no–  Pero… de donde saco esas cosas Alan.  Celeste es tan hija como todos los demás. A parte ella nunca ha dicho nada sabe muy bien lo que es y que paso. Su padre es celoso y no le permite hacer cosas, por eso chocan y se pelean pero de ahí todo es una vil mentira. Me quede muda después de lo que dijo mi hijo.  Unas ganas de pegarle a él no me faltaban, respire lo más profundo que pude para reprimirme, jamás les había tocado y esta vez no sería la excepción. Lo que si quería era gritar y llorar.

–Alan, ahora mismo te retractas de lo que has dicho. Te estoy esperando. –  Zayn intervino.

–Perdón, no quise….

–Vamos chicos, nuestros padres tienen que hablar.

–Perdón Cel, eres mi hermana y no quise decir eso

–Tranquilo, hermanito, yo no escuche nada. Venga Dra. Deme a la niña para que pueda hablar con más calma.

–Si mami chula– mis dos replicas al fin habían decidido hablar. Bueno ahora los dos se pusieron de acuerdo para hablar igual y hacerme sonreír –Ya somos unos hombres grandes, y las cuidaremos–

– ¿Cuidaremos? – pregunto algo confundida

–Si mami, no vez que Cel está chula y es nuestra chula– Chris con aquellos ojos igual a los míos pero en lo físico igual a su padre, respondió.

–Claro, ella será nuestra reina y con mi espada la cuidare– en posición de guerrero y sacando su juguete de la mochila se puso delante de sus hermanas.

La verdad aquella escena me hizo reír, Zayn también sonrió. Una cosa es lo que hagan los niños para hacerme sonreír y otra muy diferente que se me olvide que estoy molesta con Zayn y Alan por lo que acabo de decir. Suspire, tome asiento con Daniela en brazos al menos ella estaba dormida y estaba muy lejos de todo este rollo. Por más bonita que fuera mi vida con mis hijos y Zayn, estoy llegando al punto de dejarlo todo y darme por vencida. Ellos cinco unidos son un batallón completo. Si no están una cosa ya están en otra. Alan entro al equipo de fútbol y está muy feliz ahí los días que él se queda son un alivio. Los gemelos pues Eric también practica fútbol y Chris en cambio el me salió muy bueno para pintar. Celeste buena ella es una adolescente que aún no se decide lo que le gusta, ha pasado por curso de ballet, baile alternativo, pintura, teatro ahora está en canto yo espero que en eso dure más tiempo. Tiene una hermosa voz, mejor que la mía claro está. Al parecer tendrá una gran apertura en el canto. Zayn prefiere que baile a que cante, el medio artístico ocasiona muchos problemas y ese el miedo de él. Zayn nunca está de acuerdo con los que los niños hagan que si el futbol esto, la pintura lo otro, y así un montón de peros. Esos ojos del sabor a miel me miraban, él también estaba molesto pero yo más.

–Creo que yo ya di indicaciones. Ahora estoy esperando que se cumpla– todos se sorprendieron. Con la mirada fulmine a Zayn y Celeste desapareció del consultorio. Alan, Eric y Chris se sentaron y guardaron silencio. La cara de Alan decía todo estaba triste y también un poco molesto, él sabía que lo peor que le puedo hacer es no hablarle  y dejarle sin ir a los entrenamientos del equipo de fútbol. Eso precisamente es lo que haría.

–Está bien Jess. Me iré pero en casa hablaremos– Diciendo eso, se acerca despacio hacia mis labios y me da un beso. El beso que lo desea desde la mañana. –Te amo–.

Al llegar a casa Ceci me ayudo con los niños, mientras yo atendía a Danny. Cuando al fin la menor de mis hijos se acabó durmiendo, me acerque al cuarto de juegos donde por varios minutos me quede observando a mi hombrecitos. Alan estaba al extremo del cuarto y no perdía de vista a sus hermanos. Tiene la pose de su padre, Eric esta debajo de la mesa de pin-pon, Chris estaba encima con una revista de futbol. Cada uno estaba en su mundo, ellos son todo mi orgullo. A pesar que me dio miedo volver con Zayn. Cada uno de sus detalles y la ayuda de mis hijos mayores, estaba en esta burbuja de amor con una familia grande. El cuadro era exactamente como lo había soñado o pensado de joven formar cuando tuviera edad suficiente. Siempre estar o llegar a la casa hace que las cosas de afuera cambien, me olvide de los problemas diarios y lo importante es pasar el mayor tiempo con estas joyas. Mire la hora en el reloj que posaba en mi mano, el último  regalo que Zayn me hizo por mi cumpleaños. Aún tenía un par de horas para poder organizar con Azul la agenda del resto de la semana. Jugué un rato con mis hijos y luego  me dirigí al despacho para hacer la llamada Azul. El timbre del teléfono se adelantó.

–– ¿Azul, eres tú? ––

––Jess, amiga. Eres una ingrata desde que regresaste a Londres, solo he tenido tres llamadas tuyas.

––Lo lamento. Como ya has de saber el batallón que tengo no me deja mucho tiempo. El trabajo, los problemas que no faltan.

––Lo sé, ¿ha ocurrido algo?

––Me acomode en el sillón, bueno… hoy discutí con mi marido. Interrumpió mi trabajo con todos los niños, lo demás te lo puedes imaginar.

––Yo de ti lo matara. Andrés después de un acto como eso no me vio por lo menos tres días. Una risita tímida sonó.

–– ¿Adónde fuiste? Pobre de Andrés

––Pues a disfrutar de unos días solas, salí a bailar con algunas amigas y una gran amiga Judith una mujer muy especial. A ti te vendría muy bien salir.

––Si claro salir.

Respondí sarcástica. El problema era que ella tenía razón. Casi no tenía tiempo ni para mí mismas. Estaban los niños, luego la casa, el trabajo, mi marido. Al menos si contara con su ayuda, no me sentiría agobiada, cansada y con unas ganas de salir huyendo. Mi marido solo pasa unas cuantas horas con ellos, y la demás parte del tiempo se debate con todo su trabajo. Los niños e incluyéndome extrañamos a Zayn.

––Que ha pasado con la Jess que conocí. No le des tantas vueltas.

––No puedo dejar a los niños solos. Ceci no puede con todo. La última niñera salió corriendo de casa, por otro lado está mi trabajo y Zayn que se molestara por un largo tiempo.

Escuche que Frida soltó una maldición en alemán.

––Tu marido se merece eso y mucho más, por todo lo que te ha hecho. Jess solo piénsalo, no te digo que lo hagas ahora. Organízate.

––Lo pensare.  Ahora tengo que colgar, es tarde tengo que ocuparme de mis hijos y Zayn no tardara en venir.

Después de haber colgado, llame a Azul. Aquella muchacha era muy lista, cuando me llego la agenda de las semanas próximas, me pude dar cuenta que no necesitaría ir al consultorio, todo lo podría manejar desde la casa. Al salir me encontré con mi hija mayor en medio del salón con todos sus hermanos y varios cuentos y colores sobre la alfombra. Al verme sonrió.

––Doctora, se encuentra mejor.

––Si, lamento haberlos abandonado. Por el momento he terminado

––Ya han comido.

––No estábamos esperando que salgas y que papa regrese.

Mire en reloj, era tarde y yo ni siquiera me di cuenta. Tras la conversa de Frida y Azul, me estaba haciendo a la ida de salir. Tome a Daniela en brazos y ordene a los demás que se cambiaran porque hoy cenaríamos fuera de casa. Cuando Ceci supo que saldríamos me lo agradeció, la comida aún no estaba lista. Se pasó la mayor parte de tiempo cuidando a todos. Al estar todos listos, llame a Zayn pero su teléfono me mandaba al casillero “Zayn hemos salido a cenar fuera. En cuanto puedas llámame”. Ubique a Daniela en la sillita en la parte de atrás junto a los gemelos. En el asiento de más adelante estaban Alan y  Celeste. Arranque el auto.

Tres horas más tarde la casa estaba en completo silencio. Deje el libro que tenía en mis manos, no lo podía leer. Zayn aún no llegaba y me estaba preocupando. Al llamar a su oficina su secretaria fue precisa en su contestación “Lamente decirle que el señor Malik salió desde temprano y no ha regresado”. Él no tenía derecho de estar molesto. Para el colmo no se tomó la molestia de avisar que no llegaría. Claro que no, eso a él no le importaba, siempre estaba Jess esperándole como una tonta. Molesta conmigo misma, tire el libro, apague la luz y me dispuse a dormir. Unos movimientos hicieron que me despierte, mire la hora y eran casi las cuatro de la mañana. Al parecer Zayn se había duchado y ahora estaba buscando algo en el armario, los movimientos de él eran algo raros y maldijo al no poder ponerse el pantalón. ¡Oh! Ya lo comprendía. Estire la mano, prendí la lámpara, me incorpore un poco.

––No quería despertarte

––Pues ya lo has hecho. ¿Dónde estabas? Conteste un tanto molesta.

––Eso no importa, vuelve a dormirte.

––De acuerdo. Volví apagar la lámpara, él se acercó a la cama. Haría caso a Frida y antes de que mi corazón mandara a mi cerebro. ––Hoy saldré y no sé a qué hora volveré. –– Dicho eso cerré mis ojos, escuche maldecir a Zayn, se acostó y antes de que yo pudiera protestar me apego a él, me beso el cuello, lo escuche suspirar. Mis defensas estaban bajando la guardia, quería darme vuelta y besarlo. Mi otra parte se mantuvo dónde estaba. Zayn tendría que encargarse de los niños todo el día. Mientras planeaba lo que haría mis ojos se volvieron a cerrar.

Tenía mucho calor, me moví un poco y me encontré que Zayn aún me tenía abrazada. Yo me había dado vuelta, al moverme él lo hizo y me soltó. Los pequeños rayos del día ya asomaban por la ventana, aprovechando que Zayn aún seguía profundamente dormido. Me levante, me dirigí al baño para poder tomar un baño. Al salir mi queridísimo marido aún seguía dormido, me cambie. Antes de salir deje una nota “Tuve que salir. Llevo el celular para cualquier emergencia”. Al bajar me encontré con Ceci, al verme cambiada se sorprendió. Por lo general el fin de semana dormía un poco más y ella era la que se encargaba de los niños en caso que se hayan levantado temprano. Yo solo sonríe y le di el día libre. Zayn tendría que cuidar a sus hijos solo.

Marque a mis amigas, ellas estaban más sorprendidas que yo misma. Todas quedamos de acuerdo en encontrarnos en una cafetería en el centro de Londres, no sin antes obligarles a no decir nada sobre mí por si Zayn llamaba. A las chicas solo les veía cuando nuestros queridos maridos tenían alguna reunión o cenas importantes. Y era casi imposible poder hablar. Al llegar aparte una mesa para cinco personas. Escuche unas risitas en la entrada, di vuelta y ahí estaban las chicas. Cuanto me alegraba verlas.

 

Unos gritos y el llanto de mi hija menor me hicieron despertar. Mire la hora eran las nueve, me dolía la cabeza. Estaba tan molesto conmigo mismo por lo ocurrido con Jess y los niños el día anterior. Me había comportado como un beep. Jess casi nunca pedía nada, lo que en realidad me molestaba era que ella estuviera trabajando. Siempre discutíamos por lo mismo. Jess intentaba hacer lo mejor posible, pero siempre ha tenido ese aire liberal, no le gusta depender de nadie. Y me lo estaba demostrando ocupándose de los niños, la casa, las cenas, su trabajo y tiempo para mí. Pero claro yo como un tonto celoso y machista la quería solo en casa.

Por otro lado estaba, Perrie había vuelto. Esa misma tarde después de la reunión con los chicos para coordinar las nuevas salidas para la grabación de The X-Factor, también la coordinación para la representación de algunos grupos, sus giras, el disco entre otras cosas, estaban casi resueltas.  Pierre apareció en mi oficina, los años que habían pasado se estaban notando. Aun se mantenía, pero no venía sola a su lado estaba un niño de unos seis años aproximadamente. Eso me sorprendió mucho, ella solo me miro detenidamente y luego sonrió.

––¡Oh! Zayn cuanto me alegro verte de nuevo. Y sin amago de vergüenza se lanzó a abrazarme. ––Puedo asegurarte que estas más guapo de cuando éramos jóvenes, me dio un beso frenético cerca de los labios.

––Perrie, esto si es una sorpresa. Di una señal y mi secretaria salió sin hacer objeción. Ella se volvió hacia su hijo, le murmuro algo y el sonrió. Los dos tomaron asientos. Y yo intentaba recuperarme de la impresión.

––La verdad no pude aguantar las ganas de venir a verte, después de enterarme que trabajaremos juntos.

–– ¿juntos? Pregunte

––Si, pertenecerá al jurado de The X-Factor.

La puerta se abrió con mi hija mayor, librándome de mis recuerdos. Ya tendría tiempo para arreglar aquella situación antes de que mi mujer se entere por otros medios. Me levante, tome a Danny en mis brazos, tras eso observe que no venía sola estaban los gemelos, a los cuales Alan los tenia amarrados para que no pueden hacer algo.

––Papá, Alan no quiere que terminemos de decorar nuestro cuarto.

–– ¿Qué?

––Estos demonios estaban marcando las paredes con colores, estuve llamando a Ceci pero no está en la casa, y como ustedes no se levantaban. Pedí ayuda a Cel. El dio una observación hacia la cama y al no ver a su madre –– ¿Y mi mamá dónde está?––

––No lo sé.

Al terminar la frase a mi mente volvieron fragmentos de unas palabras que Jess me dijo al sentir mi llegada ––Tendré que salir––. Sus palabras fueron muy simples, lo malo es que yo no quería creer que me dejara, siempre estaba apañándome y soportándome cuando llegaba a casa cansado o mal como hoy. Tampoco quiera quedarme con los niños tenía mucho trabajo. A parte tenía que salir de viaje, mire el reloj era muy tarde, apenas me quedaba tiempo para arreglar los pendientes.

––Ok niños, mami, vendrá pronto. Celeste te harás cargo de los niños hasta que tu madre llegue yo tengo que ir arreglar unos asuntos, antes de salir de viaje.

––Queremos ir. Gritaron los gemelos.

––¡No!, papa estará ocupado, Alan suéltalos. Y ustedes demonios se quedaran en la sala de juegos hasta que yo cambie a Daniela, vamos Alan, para que ayudes a recoger el desastre.

Los gemelos salieron sin decir nada, Alan solo me miro y luego sonrió a Celeste. Cel quiso tomar a Danny en brazos pero no se lo permití, mi hijo entendió y salió dejándome solo con ella.

–– ¿Cómo lo haces? Celeste sabia manejar muy bien a sus hermanos, es igual que su madre. Tiene un carácter muy fuerte. Pero sé que tiene su lado sentimental. A pesar que ahora está aquí conmigo, sé que en el fondo aún se siente resentida por lo sucedido el día anterior.

––Hacer que.

––Pues ordenar y tus hermanos te hacen caso.

––Jajaj, con practica papa, cuando mi mama tiene que salir, pues me hago cargo yo y bueno Ceci siempre está ayudándome. Las niñeras ya no quieren quedarse, la última salió corriendo, mi mamá discutió con la señora de la agencia. Entonces decide ayudarle, claro cuando no tengo mucha tarea  y ella me recompensa.

––Pero tu madre, no me ha comentado nada. Y tú te lo tenías guardado. ¿Qué sacas con eso?

Eso me molesto mucho, Celeste está recibiendo dinero por cuidar a sus hermanos, es una obligación de ella ayudar. Jessica también tenía culpa, por no decirme nada. Si me lo hubiera dicho, la hubiera ayudado en algo.

––No sé qué es lo que estás pensando, solo espero que medites las cosas antes de que grites y digas cosas que a lo mejor no quieres decir.

––Que me tranquilice, tu madre se va y me deja a todos ustedes. Tú me dicen que no tenemos niñera, Ceci tampoco está. Tengo trabajo.

––No grites, Daniela está aquí, conmigo no te desquites. Y si tienes trabajo pues nadie te está deteniendo, tú ya dijiste que me haga cargo de mis hermanos hasta que mi mama regrese.

––Esta bien, toma a Daniela. Yo ayudare a tu hermano con lo de los gemelos. Todos nos iremos a la oficina.