Cuentos de hadas monstruosos (1D y otros) Cancelada.

Narra Mimi:
¿Por qué todos me miran al entrar al instituto? Tampoco soy tan…llamativa. Puede que hoy viniera vestida algo diferente, toda de azul oscuro y blanco. Puede que el otro día aprobase por octava vez uno de los exámenes de Inglés, pero no eran motivos para estar todo el santo día observando mis movimientos.
Tampoco es eso lo peor.
Yo solo tengo una amiga. Ella se llama Elena y no sufre lo que yo sufro. Nunca lo sufrió. Ella es popular y no sabe lo que me pase, ni lo que pasa a su alrededor ya que es feliz. Adoro su sonrisa, me ayuda a seguir.
-Hola-me saludaron por detrás, era la voz de Elena; tantos años a su lado son muchos como para no aprenderme su voz.-
-Hola-la respondí fría, todavía había miradas acompañadas de susurros.-
-¿Cómo amaneciste hoy?-me preguntó amable, sin preocupaciones de lo que tenía en mi mente, o simplemente estaba observando.-
-Bien…una chica ya me ha llamado para ser mi compañera de piso-la expliqué mi bienestar de esta mañana.-
Hace tiempo que vendí el piso de mis padres ya que allí murió mi madre. Siempre que estaba pisando del suelo del lugar los recuerdos felices venían a mi mente como los chicos a las populares con grandes pechos.
-¡Eso es genial!-gritó disimuladamente-Ya tendrás algo de compañía para estudiar.
-Sí, será genial-la contesté con sarcasmo-Espero que no me dé mucho la lata, ya sabes que odio hablar demasiado.
-Sí-rodó los ojos-Tu odias hablar de tu pasado.
-Exacto.
Entonces fue cuando vi a una chica a la que la tiraban los libros al suelo. Ella se paró, pero después les comenzó a gritar y empezar a callar a los que hablaban.
-¡¿Qué haces, idiota?! ¡¿No tienes nada mejor que hacer?!-comenzó a gritarles y empujarles-¡No tenéis vida social!
-Habla la adoptada-comentó una de las populares y la chica se calló-Mejor deja de hablarnos, y recoge tus libros maldita estúpida.
-¿Qué la has llamado?-la defendí-¿Qué la has llamado?
Todos se giraron a volver a verme. Parecía que en este mundo no hay personas con educación. No había nadie que podía ayudar a la gente en apuros.
-Estúpida-me respondieron serias, mientras escondían sus risas en susurros.-
-¿Y qué?-preguntó otra.-
-Hablan las que se van a operar el jueves los pechos porque sus novios se fijan en las nerds que tienen más tetas que vosotras-las respondí serias.-
La “reina” de todas me lanzo una mirada asesina. Sabía que después pagaría por todo esto. La chica a la que defendía me miró de arriba abajo mientras sonreía sin cesar. Las populares se marcharon indignadas mientras aún me lanzaban miradas despedazadoras.
-Gracias-me agradeció la muchacha-Me llamo Katherine Walker, pero…llámame Kate a secas.
-Kate, yo me llamo Amber Robson, pero mi apodo es Mimi o Amss.
-Elegiré Mimi.
Nos reímos unos instantes. Elena se aclaró la garganta falsamente, o sea, que estaba actuando.
-Oh…lo siento-me disculpé, Kate giró la cabeza confusa-Ella es Elena Martinez.
-Hola, yo soy Kate-saludó la morena.-
-Elena-habló mi amiga de cabello pelirrojo.-
-¿Qué te toca?-pregunté a Kate, ya que a Elena sabía que la tocaba ciencias.-
-Música-respondió-Espero que el exámen no fuera hoy.
-No, será la próxima semana-la corregí.-
-¿Cómo?-preguntaron Elena y Kate confusas.-
-Estamos juntas.
Nos miramos las unas a las otras. Kate fue impulsada hacia adelante por algo. Una chica de cabello castaño claro con reflejos rubios llego a nuestras vistas. Tenía una boina color cannel con un pompón rosa chicle en la nuca.
-Lo siento…yo no quería…-se disculpó nerviosa.-
Sabía que temía que la gritásemos o la pegáramos. Notaba sus moratones en el cuello. Las ojeras las intentaba tapar, al igual que yo, con maquillaje.
-Tranquila, los fallos son humanos-la dije y me miró mientras mostraba una inocente sonrisa-Me llamo Amber, pero llámame Mimi.
-Yo soy Vale-se presentó-Y ella es Cherry-señaló a una castaña oscura.-
-¿Cherry? ¿Cómo los tomates?-preguntaron a nuestro lado.-
-Sí, ¿algo qué objetar?-preguntó la afortunada del mote-No es mi nombre, es mi apodo. ¿Tienes algún problema?
-No, solo que me recuerda mi apodo-volvió a hablar la chica de las preguntas-me llamo Luc.
-¿Luc? Parece un pirata-objetó Kate.-
-Gracias, es que me paredco mucho, jo, jo, jo-imitó mal a un pirata barbudo, pero después una chica la pegó en el brazo-Perdón, ella es Mia.
-Hola-saludó-¿Tú no eres la qué habló esta noche por teléfono?-me preguntó-Me recuerdas a una chica con la que hablé para un apartamento.
-Sí soy yo-la respondí-Tu eres la chica que buscas apartamento para tu amiga.
-¿Cómo?-preguntaron confusas Luc y Elena.-
-Sorpresa-añadió Mia alzando las manos.-
-¡Todos a clase! ¡Vamos!-gritó el viejo de Felipe.-
Era el profesor más viejo de todos los profesores de este instituto. Comenzó a trabajar aquí hace cincuenta años y cada vez que e ofrecieron la jubilación, el la negaba rotundamente, como lo hacía mi madre cada vez que la decía que quería ser bailarina.
Recuerdo ese día, ese jueves, el último día que recuerdo que estuve en la casa junto a mi madre. Pero no exactamente feliz. Recuerdo las palabras que le dije a mi madre:
-Mamá, quiero ser bailarina-la dije.-
-No.
-¿Por qué?
-Porque la medicina fue lo que siempre quiso tu padre que estudiaras.
-¿Y qué?
-Pues que yo cumpliré una parte de su vida.
-¿Sabes? Prefiero irme de casa antes de ser una enfermera putilla.
-Santa María, ¿qué acabas de decir?
-Los doctores pervertidos no me van, ya tengo a un chico enseñado para que me haga lo que nadie me puede hacer.
-¡Amber robson! ¡No te permito meter de nuevo un pie en esta casa!
Y después todo fueron gritos de enojo. Kate y yo nos fuimos a música. Las populares nos comenzaron a seguir. Cuando estuvimos a la altura del baño, una de ella nos empujó dentro. Nos apretaron contra la pared y se acercaron a nuestras caras.
-¿Crees que después de dejarnos mal en medio de todas las miradas de los chicos de nuestro curso os íbamos a dejar ir así por así? ¿Cómo si nada hubiera ocurrido antes?-nos preguntaron con sarcasmo.-
-Yo que sé…-respondió Kate con temor.-
Sabía que a ella también la hacían bullying. El acoso escolar es una de las muchas razones por las que me corto las muñecas. Bueno, tengo que admitir que tengo novio, y ese novio me pega. Las populares, mis acosadoras, le atraen ya que tienen más curvas que yo, y le dicen mentiras como que le pongo los cuernos y que soy una idiota, que solo le quiero tener en mi lista de chicos que me tiro.
-Pues vais a saber lo que pasa cuando se meten con nosotras-nos volvieron a hablar y nos soltaron-Sacadlos.
-¿Qué?-pregunté confusa, entonces vi los huevos crudos en sus manos.-
-Preparadas, listas…lanzadlos-mandó la chica jefa de todas y comenzaron a lanzarnos huevos.-
Algunos me daban en los ojos, la cabeza. Pero cuando me iba a tapar unas manos me agarraron las manos y dejaron que me mancharan. Escuchaba a Kate gemir de dolor. Sus gritos abundaban en el baño junto a las risas de las chicas.
-¿Hay alguien?-preguntaron a fuera uno de nuestros profesores.-
-Mierda-habló una con un huevo-Metedlas en los baños, metedlas.
Nos garraron y nos encerraron en uno de los baños. Me senté en el váter.
-Subíos a la taza-nos mandaron, pero yo no me subí-¡Que te subas!
Subí a la taza y escuche como las chicas se acercaron al profesor y comenzaron a hablar con él con tranquilidad. Baje la mirada para ver mis botas. En qué estado habían quedado. Y un punto grande y negro llegó a mis ojos…era una araña. Me moví nerviosa, odio las arañas, las odio.
-Bueno, chicas-habló al final el profesor para finalizar la conversación-Seguiré buscando a Amber y a Kathenire.
-Eso, y ya nos vamos a clase-habló amable una de ellas, era una falsa.-
-De acuerdo. Adiós.
Y se fue, dejándonos con ellas encerradas en un baño.
-Seguro que no os importa que os dejemos aquí, es que llegamos tarde a clase-nos hablaron y me puso de pie en la taza, la araña estaba corriendo debajo de mí.-
-No, no, no-suplicó Kate-Por favor…
-¡Que horas!-gritó la chica-Adiós, estamos llegando muy tarde…
-¡No!-grité, pero ya era demasiado tarde.-
La puerta se había cerrado, y ellas se habían marchado dejándome encerrada en un baño. Junto a Kate y una asquerosa araña que me hacía ponerme más nerviosa.