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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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You save me {Niall Horan}
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: One Shot's
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You save me {Niall Horan}
Yo y el poder de convención de mi clon sobre mí. He aquí que subo este shoot solo por vos Nicki, sabes lo que pienso. Aiii mujer las cosas que hago por vos....
Nombre: You save me
Autor: dontlikespoons o yo, Mili
Adaptación: No
Género:
Advertencias:
Otras páginas: no
You save me...
Blancas paredes la rodeaban, dando un aspecto más frío aún al lugar. Aquel inconfundible olor a hospital ingresaba a sus débiles pulmones. A su lado derecho la famosa máquina, que la atormentaba en esos últimos días, estaba allí. La que determinaba si su pequeño corazón seguía aquí o había pasado a otra dimensión donde todo fuera tranquilidad.
Sintió algo cálido entrelazado a su mano derecha, creía que lo único en aquel gélido cubículo inmaculado. Su querido irlandés estaba allí. Sus ojos permanecían cerrados, su respiración era pausada pero podía notar, a pesar de todo eso, que su dulce rostro de nene pasando a un hermoso joven estaba algo rojo y se notaba triste aunque transmitía una paz que no la podría conseguir ni en el más remoto lugar. Sus ojos se posaron en los de él, y vio lo que no quería, había estado llorando.
Una serie de recuerdos llegaron a su memoria. Cada una de las palabras y acciones que la habían llevado a estar allí. Las recordó a cada ellas y parecía que cada una era una pequeña y filosa daga que la atravesaba poco a poco. Su infancia y la mayoría de su adolescencia había sido duramente criticada y burlada por quienes eran sus compañeros. Había sufrido el famoso bullying por su sobrepeso, a tal extremo que había cometido actos idiotas, que la habían llevado a eso.
No se podía remontar al momento en el cual las burlas comenzaron, pero si al día en que la locura iniciaba. Un día más el camino de regreso a su hogar estaba cubierto de lágrimas. Otra vez había sido el hazme reír del curso. Idiotas. Eso eran, idiotas que no se daban cuenta que una persona, especialmente una mujer no es de hierro, que su autoestima no es elevado, y que sus sentimientos son como un frágil papel que hay que cuidarlo delicadamente porque de un solo tirón puede desgarrarse en miles de pequeños pedacitos.
Todo había comenzado cuando Tiffany anunció su tan esperada fiesta en la piscina para celebrar el fin del año de clases. Sus compañeros empezaron a bromear sobre como se vería Madison en traje de baño. Esa había sido la última pequeña gota que había rebalsado el enorme vaso que ella llevaba día a día. Niall, su incondicional y único mejor amigo observaba la escena desde su banco, la chica de cabellera castaña le había prohibido interferir en aquellas circunstancias pero ver sus pequeños ojos tapados de lágrimas que iniciaban una incondicional lucha por salir y correr una ardua carrera hasta el final de su rostro hizo que entrara en la discusión. Pero fue en vano, como cada vez que lo hacia; eran muchos y él solo uno. La impotencia que aquel rubio de ojos cristalinos como el mar guardaba en su interior era inmensa, ver a su indefensa mejor amiga en aquellas condiciones lo hacia sentir fatal.
Sin embargo, en aquel largo camino a casa. Maddie había tomado una decisión: cambiaría cueste lo que cueste. Había decidido hacerlo en el verano, y cerrar más de una boca y callar miradas cuando el nuevo año comenzara. Una ardua dieta y largas tardes de actividad física hacían su día. Dietas que cada día iban disminuyendo en cuanto a contenido y cantidad y largas actividades que se intensificaban sin descanso. Había decidido hacerlo en ese momento sabiendo que Niall no se encontraba en la ciudad, sino se opondría rotundamente. Con el correr de los días sus tallas iban disminuyendo pero no era suficiente ante sus ojos. Su rutina iba volviéndose a cada momento más obsesiva y su amigo notó un gran cambio en su pequeña. La tarde en que el volvió a la ciudad había decidido ir de visita por la casa de Madd a pasar una tarde en la piscina y disfrutar el tiempo de vacaciones que restaba, ya que lamentablemente había tenido que ir de urgencia dos largos meses a Dublín por la salud de su abuelita. Quería sorprenderla llevando aquella merienda que tanto les gustaba compartir pero fue muy evidente el asombre que se llevo al tocar la puerta de esa casa de altas paredes y ver a su mejor amiga completamente delgada, demasiado para su gusto. Acaso era posible cambiar tanto en solo dos meses? Ahí fue cuando el pequeño irlandés se dio cuenta que algo iba mal con la chica de ojos almendrados. Para él siempre había sido hermosa, cada mujer lo era y no era precisamente un mujeriego, sino todo lo contrario. Para su modo de ver las cosas cada mujer era especial, hermosa y cada una de ellas se merecía un enorme respeto y aún, con dieciocho años cumplidos, esperaba encontrar a su princesa de cuentos, a la cual protegiera eternamente y serian felices por siempre. Pero aquella tarde la había notado rara. Además de delgada tenia unas grandes ojeras, se notaba algo débil y podía jurar que la había visto un sin fin de veces ir al cuarto de baño.
Los últimos días de vacaciones pasaron tan rápido como se escapa un corto suspiro. Los tortuosos días de clases regresaron a la rutina nuevamente. Madison siempre se había caracterizado por ser una adolescente que a pesar de sus problemas siempre sonreía, y esta no había sido la excepción. Más de una mirada se posaba en ella cuando se encaminaba a sus clases matutinas por aquellos largos pasillos de la secundaria y el típico murmullo se hacia presente.
Esa mañana todo parecía ir bien, los idiotas de sus compañeros no habían hecho ningún comentario desagradable, hasta la última hora.
-Hey tu, Jones- grito Adam recostado sobre el marco de la puerta con aquel aire de superioridad que lo caracterizaba- seguirás siendo la misma niña fea, no te esfuerces en cambiar esos, será en vano, siempre estarás sola- una risa burlona salió de entre sus labios y con ella siguió su camino al exterior del instituto.
Maddie no sabía que dolía más si las duras palabras del chico y su esfuerzo en vano, o saber que venían de quien amaba en secreto desde sus cortos nueve años.
No lo aguantaba más. Habían sido burlas contantes por más de diez años, ese último tiempo había arriesgado todo por cambiar y el resultado era peor que antes. Sabia que meterse allí era terreno peligroso. Era consiente que estaba débil y que su vida pendía de un delgado hilo, lo sabía y se sentía la chica más idiota que podía existir. Había hecho lo que querían, había caído en ese interminable juego.
Corrió con sus débiles piernas a más no poder hasta llegar a su hogar. Al ingresar lo encontró vacío como cada maldito día. Sus padres querían lo mejor para ella, por eso la pasaban afuera sin comprender que lo que necesitaban darle se encontraba dentro de esa casa y era lo que ellos siempre desperdiciaban en largas reuniones sin sentido. Tiempo con su adolescente hija. No se habían percatado de lo que esta sufría, nunca lo habían hecho. Corrió al baño, con temblorosas manos cerro la puerta, se tiro en el piso y abrazó sus piernas. El frio metal en sus dedos, estaba cansada de todo. Tenía miedo, pero ya no aguantaba. Siempre había pensado que aquello era inútil y solo se hacía mal uno mismo pero en aquel momento no pensó y paso el filoso trozo de metal plateado sobre su muñeca derecha. El dolor había sido intenso, pero esperaba algo peor. Al hacerlo se sintió más estúpida. Se dió cuenta que no había surgido el efecto que todos decían, que sus problemas no habían sido olvidados y que un chorrente rojo iba corriendo por aquella herida y caía en gotas en el blanco cerámico mezclándose con la salinidad de sus lagrimas. Su vista se fue nublando poco a poco y sus ojos cerrando. En lo último que pensó fue en Niall, en cuanto lo extrañaría y esperaba que algún día la perdonara.
Silenciosas lágrimas caían por el rostro de la niña ya no tal. Al recordar todo aquello se dio cuenta que a quien menos debía lastimar era a quien más daño le hacia. Su pequeño leprechaun la había encontrado en el cuarto de baño unos minutos más tarde, blanca como las nubes y con un rio rojo que caía cubriendo parte del suelo. Un enorme sentimiento de culpabilidad mezclado con odio se apoderaba de él. Culpabilidad, por no haber recuperado a su mejor amiga de ello, no haber hecho más de lo que hacía para sacarle esas locas ideas que le metían en la cabeza. Y odio, con una pizca de resentimiento hacia aquellos que se hacían llamar seres humanos quienes con sus dolorosas burlas habían llevado a la joven Jones a eso. La tomó delicadamente entre sus brazos y maldijo en silencio llevándola desesperado al hospital más cercano. Él había hecho todo lo posible para salvarla, aunque no lo aceptara.
Le costaba respirar, y los sonidos de su pulso cardiaco iban cada vez más lentos. Su mejor amigo lentamente fue abriendo los ojos. Pero prefirió nunca haberlo hecho. Se encontró con la mirada perdida de la castaña y cubierta de lágrimas. Las palabras se peleaban por escapar de su boca pero ninguna se atrevía a dar el primer golpe. Todo quedo aún más paralizado cuando la débil voz de su hadita irrumpió el impenetrable silencio
-pequeño duende solo escucha, ya tendrás tiempo de regañarme- y en un último quejido soltó- no puedo hablar mucho, solo quiero agradecerte por ser mi duendecito protector. Lastimosamente acabo de comprender que no valoré correctamente lo que debí, que no te valoré como debía Nialler- saladas y pequeñas gotas de agua corrían por sus rostros, ese no podía ser el adiós- fuiste la única persona que estuvo conmigo hasta en los momentos más duros, hasta el final y por ello estaré eternamente agradecida.
La suave voz se iba convirtiendo en un susurro inaudible. Niall no entendía, no quería aceptar que aquella fuera la despedida. Se sentía culpable por haber descuidado a la persona que más quería, no podía dejarla ir, no quería. Intentó interrumpirla pero fue en vano, ella volvió a hablar.
- no es una despedida querido, es solo un hasta luego, Niall quiero que me prometas que nunca abandonarás tu sueño, tienes una hermosa voz, duende, no prives al mundo de ese maravilloso talento. Te amo Horan, gracias por ser el mejor amigo que esta tonta pudo tener.
Niall no tuvo tiempo a reaccionar, cuando la máquina comenzó a hacer ese molesto sonido, dando a conocer que un nuevo ángel se hacía en la inmensidad viendo sus ojos cerrarse lentamente junto con una pequeña sonrisa en sus labios.
-yo también te amo hermosa hada, lo cumpliré, lo prometo, solo por ti- con pesadas lágrimas se despidió de quien era su incondicional, para que varios médicos ingresen luego de unos segundos sacándolo, sin ofrecer algún tipo de resistencia y tras él cerrando la puerta gris.
Niall miró una vez más el cielo. Para luego dirigir su vista a los cientos de personas que se encontraban ante él con ojos vidriosos y pañuelos blancos en sus manos. Ya no era solo Niall Horan el sonriente adolescente de Mullingar, sino también Niall Horan, el talentoso irlandés que forma, junto con sus cuatro mejores amigos, la famosísima banda One Direction. Habían pasado siete largos años desde la muerte de Madison, había cumplido lo que a su mejor amiga le había prometido y esa tarde se encontraba dando un discurso contra el bullying, la bulimia y anorexia.
Tal vez no pudiera hacer mucho pero al menos quería hacer el intento. Esperaba poder llegar al menos al corazón de algunos adolescentes y que no sufrieran lo mismo que su mejor amiga años antes. Entre las cientos de personas que allí se encontraban había un asiento vacío para la vista de todos, menos para él. En aquel asiento se encontraba la hermosa Maddie Jones, sonriéndole como cada momento que habían compartido juntos hacía. El sabía que no lo había dejado solo, que en su corazón, siempre estaría con él para cuidarlo, ayudarlo y apoyarlo. Era su angelito, quien estaría para salvarlo cuando lo necesitara, tal como él lo había hecho con ella, aunque aún no lo aceptara.
Nombre: You save me
Autor: dontlikespoons o yo, Mili
Adaptación: No
Género:
Advertencias:
Otras páginas: no
You save me...
Blancas paredes la rodeaban, dando un aspecto más frío aún al lugar. Aquel inconfundible olor a hospital ingresaba a sus débiles pulmones. A su lado derecho la famosa máquina, que la atormentaba en esos últimos días, estaba allí. La que determinaba si su pequeño corazón seguía aquí o había pasado a otra dimensión donde todo fuera tranquilidad.
Sintió algo cálido entrelazado a su mano derecha, creía que lo único en aquel gélido cubículo inmaculado. Su querido irlandés estaba allí. Sus ojos permanecían cerrados, su respiración era pausada pero podía notar, a pesar de todo eso, que su dulce rostro de nene pasando a un hermoso joven estaba algo rojo y se notaba triste aunque transmitía una paz que no la podría conseguir ni en el más remoto lugar. Sus ojos se posaron en los de él, y vio lo que no quería, había estado llorando.
Una serie de recuerdos llegaron a su memoria. Cada una de las palabras y acciones que la habían llevado a estar allí. Las recordó a cada ellas y parecía que cada una era una pequeña y filosa daga que la atravesaba poco a poco. Su infancia y la mayoría de su adolescencia había sido duramente criticada y burlada por quienes eran sus compañeros. Había sufrido el famoso bullying por su sobrepeso, a tal extremo que había cometido actos idiotas, que la habían llevado a eso.
No se podía remontar al momento en el cual las burlas comenzaron, pero si al día en que la locura iniciaba. Un día más el camino de regreso a su hogar estaba cubierto de lágrimas. Otra vez había sido el hazme reír del curso. Idiotas. Eso eran, idiotas que no se daban cuenta que una persona, especialmente una mujer no es de hierro, que su autoestima no es elevado, y que sus sentimientos son como un frágil papel que hay que cuidarlo delicadamente porque de un solo tirón puede desgarrarse en miles de pequeños pedacitos.
Todo había comenzado cuando Tiffany anunció su tan esperada fiesta en la piscina para celebrar el fin del año de clases. Sus compañeros empezaron a bromear sobre como se vería Madison en traje de baño. Esa había sido la última pequeña gota que había rebalsado el enorme vaso que ella llevaba día a día. Niall, su incondicional y único mejor amigo observaba la escena desde su banco, la chica de cabellera castaña le había prohibido interferir en aquellas circunstancias pero ver sus pequeños ojos tapados de lágrimas que iniciaban una incondicional lucha por salir y correr una ardua carrera hasta el final de su rostro hizo que entrara en la discusión. Pero fue en vano, como cada vez que lo hacia; eran muchos y él solo uno. La impotencia que aquel rubio de ojos cristalinos como el mar guardaba en su interior era inmensa, ver a su indefensa mejor amiga en aquellas condiciones lo hacia sentir fatal.
Sin embargo, en aquel largo camino a casa. Maddie había tomado una decisión: cambiaría cueste lo que cueste. Había decidido hacerlo en el verano, y cerrar más de una boca y callar miradas cuando el nuevo año comenzara. Una ardua dieta y largas tardes de actividad física hacían su día. Dietas que cada día iban disminuyendo en cuanto a contenido y cantidad y largas actividades que se intensificaban sin descanso. Había decidido hacerlo en ese momento sabiendo que Niall no se encontraba en la ciudad, sino se opondría rotundamente. Con el correr de los días sus tallas iban disminuyendo pero no era suficiente ante sus ojos. Su rutina iba volviéndose a cada momento más obsesiva y su amigo notó un gran cambio en su pequeña. La tarde en que el volvió a la ciudad había decidido ir de visita por la casa de Madd a pasar una tarde en la piscina y disfrutar el tiempo de vacaciones que restaba, ya que lamentablemente había tenido que ir de urgencia dos largos meses a Dublín por la salud de su abuelita. Quería sorprenderla llevando aquella merienda que tanto les gustaba compartir pero fue muy evidente el asombre que se llevo al tocar la puerta de esa casa de altas paredes y ver a su mejor amiga completamente delgada, demasiado para su gusto. Acaso era posible cambiar tanto en solo dos meses? Ahí fue cuando el pequeño irlandés se dio cuenta que algo iba mal con la chica de ojos almendrados. Para él siempre había sido hermosa, cada mujer lo era y no era precisamente un mujeriego, sino todo lo contrario. Para su modo de ver las cosas cada mujer era especial, hermosa y cada una de ellas se merecía un enorme respeto y aún, con dieciocho años cumplidos, esperaba encontrar a su princesa de cuentos, a la cual protegiera eternamente y serian felices por siempre. Pero aquella tarde la había notado rara. Además de delgada tenia unas grandes ojeras, se notaba algo débil y podía jurar que la había visto un sin fin de veces ir al cuarto de baño.
Los últimos días de vacaciones pasaron tan rápido como se escapa un corto suspiro. Los tortuosos días de clases regresaron a la rutina nuevamente. Madison siempre se había caracterizado por ser una adolescente que a pesar de sus problemas siempre sonreía, y esta no había sido la excepción. Más de una mirada se posaba en ella cuando se encaminaba a sus clases matutinas por aquellos largos pasillos de la secundaria y el típico murmullo se hacia presente.
Esa mañana todo parecía ir bien, los idiotas de sus compañeros no habían hecho ningún comentario desagradable, hasta la última hora.
-Hey tu, Jones- grito Adam recostado sobre el marco de la puerta con aquel aire de superioridad que lo caracterizaba- seguirás siendo la misma niña fea, no te esfuerces en cambiar esos, será en vano, siempre estarás sola- una risa burlona salió de entre sus labios y con ella siguió su camino al exterior del instituto.
Maddie no sabía que dolía más si las duras palabras del chico y su esfuerzo en vano, o saber que venían de quien amaba en secreto desde sus cortos nueve años.
No lo aguantaba más. Habían sido burlas contantes por más de diez años, ese último tiempo había arriesgado todo por cambiar y el resultado era peor que antes. Sabia que meterse allí era terreno peligroso. Era consiente que estaba débil y que su vida pendía de un delgado hilo, lo sabía y se sentía la chica más idiota que podía existir. Había hecho lo que querían, había caído en ese interminable juego.
Corrió con sus débiles piernas a más no poder hasta llegar a su hogar. Al ingresar lo encontró vacío como cada maldito día. Sus padres querían lo mejor para ella, por eso la pasaban afuera sin comprender que lo que necesitaban darle se encontraba dentro de esa casa y era lo que ellos siempre desperdiciaban en largas reuniones sin sentido. Tiempo con su adolescente hija. No se habían percatado de lo que esta sufría, nunca lo habían hecho. Corrió al baño, con temblorosas manos cerro la puerta, se tiro en el piso y abrazó sus piernas. El frio metal en sus dedos, estaba cansada de todo. Tenía miedo, pero ya no aguantaba. Siempre había pensado que aquello era inútil y solo se hacía mal uno mismo pero en aquel momento no pensó y paso el filoso trozo de metal plateado sobre su muñeca derecha. El dolor había sido intenso, pero esperaba algo peor. Al hacerlo se sintió más estúpida. Se dió cuenta que no había surgido el efecto que todos decían, que sus problemas no habían sido olvidados y que un chorrente rojo iba corriendo por aquella herida y caía en gotas en el blanco cerámico mezclándose con la salinidad de sus lagrimas. Su vista se fue nublando poco a poco y sus ojos cerrando. En lo último que pensó fue en Niall, en cuanto lo extrañaría y esperaba que algún día la perdonara.
Silenciosas lágrimas caían por el rostro de la niña ya no tal. Al recordar todo aquello se dio cuenta que a quien menos debía lastimar era a quien más daño le hacia. Su pequeño leprechaun la había encontrado en el cuarto de baño unos minutos más tarde, blanca como las nubes y con un rio rojo que caía cubriendo parte del suelo. Un enorme sentimiento de culpabilidad mezclado con odio se apoderaba de él. Culpabilidad, por no haber recuperado a su mejor amiga de ello, no haber hecho más de lo que hacía para sacarle esas locas ideas que le metían en la cabeza. Y odio, con una pizca de resentimiento hacia aquellos que se hacían llamar seres humanos quienes con sus dolorosas burlas habían llevado a la joven Jones a eso. La tomó delicadamente entre sus brazos y maldijo en silencio llevándola desesperado al hospital más cercano. Él había hecho todo lo posible para salvarla, aunque no lo aceptara.
Le costaba respirar, y los sonidos de su pulso cardiaco iban cada vez más lentos. Su mejor amigo lentamente fue abriendo los ojos. Pero prefirió nunca haberlo hecho. Se encontró con la mirada perdida de la castaña y cubierta de lágrimas. Las palabras se peleaban por escapar de su boca pero ninguna se atrevía a dar el primer golpe. Todo quedo aún más paralizado cuando la débil voz de su hadita irrumpió el impenetrable silencio
-pequeño duende solo escucha, ya tendrás tiempo de regañarme- y en un último quejido soltó- no puedo hablar mucho, solo quiero agradecerte por ser mi duendecito protector. Lastimosamente acabo de comprender que no valoré correctamente lo que debí, que no te valoré como debía Nialler- saladas y pequeñas gotas de agua corrían por sus rostros, ese no podía ser el adiós- fuiste la única persona que estuvo conmigo hasta en los momentos más duros, hasta el final y por ello estaré eternamente agradecida.
La suave voz se iba convirtiendo en un susurro inaudible. Niall no entendía, no quería aceptar que aquella fuera la despedida. Se sentía culpable por haber descuidado a la persona que más quería, no podía dejarla ir, no quería. Intentó interrumpirla pero fue en vano, ella volvió a hablar.
- no es una despedida querido, es solo un hasta luego, Niall quiero que me prometas que nunca abandonarás tu sueño, tienes una hermosa voz, duende, no prives al mundo de ese maravilloso talento. Te amo Horan, gracias por ser el mejor amigo que esta tonta pudo tener.
Niall no tuvo tiempo a reaccionar, cuando la máquina comenzó a hacer ese molesto sonido, dando a conocer que un nuevo ángel se hacía en la inmensidad viendo sus ojos cerrarse lentamente junto con una pequeña sonrisa en sus labios.
-yo también te amo hermosa hada, lo cumpliré, lo prometo, solo por ti- con pesadas lágrimas se despidió de quien era su incondicional, para que varios médicos ingresen luego de unos segundos sacándolo, sin ofrecer algún tipo de resistencia y tras él cerrando la puerta gris.
Niall miró una vez más el cielo. Para luego dirigir su vista a los cientos de personas que se encontraban ante él con ojos vidriosos y pañuelos blancos en sus manos. Ya no era solo Niall Horan el sonriente adolescente de Mullingar, sino también Niall Horan, el talentoso irlandés que forma, junto con sus cuatro mejores amigos, la famosísima banda One Direction. Habían pasado siete largos años desde la muerte de Madison, había cumplido lo que a su mejor amiga le había prometido y esa tarde se encontraba dando un discurso contra el bullying, la bulimia y anorexia.
Tal vez no pudiera hacer mucho pero al menos quería hacer el intento. Esperaba poder llegar al menos al corazón de algunos adolescentes y que no sufrieran lo mismo que su mejor amiga años antes. Entre las cientos de personas que allí se encontraban había un asiento vacío para la vista de todos, menos para él. En aquel asiento se encontraba la hermosa Maddie Jones, sonriéndole como cada momento que habían compartido juntos hacía. El sabía que no lo había dejado solo, que en su corazón, siempre estaría con él para cuidarlo, ayudarlo y apoyarlo. Era su angelito, quien estaría para salvarlo cuando lo necesitara, tal como él lo había hecho con ella, aunque aún no lo aceptara.
Última edición por dontlikespoons el Jue 26 Jul 2012, 4:17 pm, editado 2 veces
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
March Horan escribió:Dios:( Fue hermoso!
Aaaaw, en serio lo crees linda? muchisimas gracias por tu tiempo para leerlo :)
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
Dios*-* me encanto!!
es tan hermoso <3
tienes mas novelas aqui en el foro tuyas?
porque realmente no
me molestaría para nada leerlas*-*
es tan hermoso <3
tienes mas novelas aqui en el foro tuyas?
porque realmente no
me molestaría para nada leerlas*-*
JustMeNimee
Re: You save me {Niall Horan}
JustMeNimee escribió:Dios*-* me encanto!!
es tan hermoso <3
tienes mas novelas aqui en el foro tuyas?
porque realmente no
me molestaría para nada leerlas*-*
Aaaaaw, lo decís en serio? me hace muy feliz que me digas eso, realmente, porque este shoot lo veía muy feo pero una amiga prácticamente me obligó a subirlo y que me digas eso me hace sentir muy bien (:.
Si, de hecho tengo un shoot con Harry y estoy por subir otro más con él y uno con Zayn. Dejo el link de Don't fall in love, que es el que está y si querés cuando suba los otros shoots te doy el link.
Repito, muchísimas gracias por esas hermosas palabras que me pusieron muy contenta y por tu tiempo. Besito (:
Don't fall in love
https://onlywn.activoforo.com/t11321-don-t-fall-in-love-harry-styles-one-shoot espero tu opinión allí, muchas gracias, en serio :D
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
TeffihD escribió:Dios!! Fuer hermoso!
Escribis muy lindo!! :)
Aaaw, en serio te gustó hermosa? muchísimas gracias por tus palabritas y por tu tiempo para leerlo! Realmente lo aprecio mucho!
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
aaaaaaay me encantooooo! esta hermoso ! eres buenisima en esto, enserio que lloré! traigo el moco de fuera...
jajajajaja
no enserio que ame tu shot! ♥
jajajajaja
no enserio que ame tu shot! ♥
karlaruiz
Re: You save me {Niall Horan}
karlaruiz escribió:aaaaaaay me encantooooo! esta hermoso ! eres buenisima en esto, enserio que lloré! traigo el moco de fuera...
jajajajaja
no enserio que ame tu shot! ♥
Sos demasiado tierna! Realmente me alegraste el día, muchísimas gracias por tus hermosas palabras y tu tiempo!
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
kariAC escribió:que hermoso :') fue ...no tengo palabras, gracias
Muchas gracias a vos hermosa, por tus palabras, por tu dedicación en dejar comentarios, tu tiempo al leerlo y comentar, muchísimas gracias, realmente amo ver tus comentarios que me alientan a seguir escribiendo, simplemente gracias a vos :)
dontlikespoons
Re: You save me {Niall Horan}
OOO DIOS MIO ES REALMENTE HERMOSO LO AMO DE VERDAD
ESCRIBES MUY LINDO HE LEE IDO NOVELAS TUYAS
Y ME ENCANTAN SOY TU FAN <3
:observo: :enamorado: :ilusion:
ESCRIBES MUY LINDO HE LEE IDO NOVELAS TUYAS
Y ME ENCANTAN SOY TU FAN <3
:observo: :enamorado: :ilusion:
meiakame
Re: You save me {Niall Horan}
meiakame escribió:OOO DIOS MIO ES REALMENTE HERMOSO LO AMO DE VERDAD
ESCRIBES MUY LINDO HE LEE IDO NOVELAS TUYAS
Y ME ENCANTAN SOY TU FAN <3
:observo: :enamorado: :ilusion:
Ai, por Dios, estoy a punto de llorar. Yo? fans? no merezco tanto, pero muchísimas gracias hermosa! Me haces sentir muy bien. Y yo amo que te gusten. Aww en serio? que haz leído?
Espero leerte pronto, y realmente no te das una idea lo feliz que me pone leer comentarios así, me ponen muy feliz, en serio. Simplemente puedo decirte gracias, muchas.
Beso enooooooooooorme!
dontlikespoons
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