Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 3 de 5. • Comparte
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
espero que puedas subir pronto, pero si no puedes no te preocupes :)
Pidgejonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
nuevaa lectora, voy recien en el principio, acabo de leer la sinopsis y me fascino :B sigueela *-*
VaaalM
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Hola chicas lamento todo estos problemas...
Ahora que mi hermana tiene internet voy a ver si podre suvir mañana capitulos desde su compu....
Tratare de adaptar lo mas posible muchos besos.
Y lo lamento...
Ahora que mi hermana tiene internet voy a ver si podre suvir mañana capitulos desde su compu....
Tratare de adaptar lo mas posible muchos besos.
Y lo lamento...
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Chicas volvi... y espero poder suvirles caps mas tarde bs y pasen por la otra!!!!!
Por sierto!!!! LAMENTO no poder aver suvido!!! soy mala pero en realidad estoy tratando de terminar Suavisa Movimientos para suvir esta asi que aguanten un rato para el proxmo cap y luego asta que termine la otra!!!
BESOS!! MEL ;)
Por sierto!!!! LAMENTO no poder aver suvido!!! soy mala pero en realidad estoy tratando de terminar Suavisa Movimientos para suvir esta asi que aguanten un rato para el proxmo cap y luego asta que termine la otra!!!
BESOS!! MEL ;)
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Capitulo 3 Segunda Parte
Nick le señaló el enorme mostrador de recepción.
—Durante el verano, la comisaría siempre está atendida, pero en invierno solo estamos los del pueblo. Todo el mundo sabe dónde puede encontrar a Brenda a la hora de comer.
—¿Es que solo trabajáis media jornada durante el invierno?
—No, tenemos a una oficial de Aspen que trabaja aquí durante el verano. Funciona perfectamente, porque ellos la necesitan para la temporada alta, y después, cuando se abre el paso, en primavera, ella viene aquí durante unos meses, y el resto de nosotros podemos trabajar a turno completo durante la temporada baja.
—Quinn me dijo que por aquí hay mucho más tráfico que antiguamente.
Nick asintió.
—Cada vez viene más gente a montar en bicicleta por la montaña, y las compañías de rafting se han expandido para ofrecer rutas en bici y han comprado más autobuses. Llevan a los ciclistas y las bicis hasta el inicio de la ruta, y después los recogen al final para hacerlo de nuevo. En mi opinión, es una manera excelente de romperse el cuello.
—El profesor Lógico, como siempre.
—Dios, nadie había vuelto a llamarme así desde que se mudaron tus padres —dijo él. Después la llevó por la comisaría dándole explicaciones superficiales—. Mi despacho —dijo, señalando una sala pequeña y sencilla, con un escritorio muy ordenado—. El otro despacho —añadió, señalándole una sala más grande con tres escritorios—, y la celda.
—Vaya, ¿esta es tu cárcel?
_____ entró por la puerta de metal y miró a través del grueso cristal de la ventana. No era muy interesante; solo había un retrete, un lavabo y un camastro.
—Solo es una celda de comisaría, _____. A los que arrestamos los enviamos al calabozo del condado.
—Entonces, ¿para quiénes es esta celda?
—Para los que cometen delitos menores.
Ella se giró, y se dio cuenta de que él la estaba observando fijamente.
Nick arqueó una ceja.
—Chicas que bloquean calles nevadas con sus cochecitos inútiles incluso después de que la policía se lo haya advertido.
—¡Ja! —ella comenzó a caminar hacia él, y se sintió feliz al ver que él retrocedía hasta la pared—. Seré hábil como un conejito. Ya lo verás.
—Tengo experiencia en este tipo de cosas…
—Ya sé que tú tienes experiencia, pero yo tampoco soy una principiante.
Nick carraspeó, se alejó de la pared y se dirigió hacia la parte delantera de la comisaría. Por desgracia, el abrigo le ocultaba la mayor parte del trasero, pero de todos modos, _____ veía el movimiento de sus muslos duros y su nuca bajo el sombrero.
—Gracias por ponerte el sombrero de vaquero por mí, Ben.
Aquel cuello se volvió rosa.
—Es parte de mi uniforme, ______ —gruñó él.
Ella estaba casi segura de que él estaba un poco interesado en ella, pero de repente, tuvo miedo de que sus rubores fueran más del tipo «Déjame en paz», que del tipo «Estás buenísima, no me tomes el pelo». Él siempre había sido callado y casi tímido, hasta que se soltaba y se volvía divertido. Así pues, ¿aquello era timidez o interés? ¿Cómo podía averiguarlo?
Bueno, ella siempre había pensado que el mejor camino era el más directo.
—Mi hermano dice que eres soltero.
Nick se detuvo tan rápidamente que ______ tuvo que apoyar la mano en su espalda para poder detenerse y no chocar con él. Cuando él se giró, ella sintió moverse sus músculos bajo el grueso abrigo, y entonces, en vez de tener la mano en su espalda, tenía el brazo alrededor de su cintura y su cadera tocando la de él. Incluso _______ se quedó asombrada de lo rápidamente que había tomado confianzas.
Él arqueó una ceja y miró su brazo hasta que ella lo quitó.
—Un accidente. Lo siento. Te juro que no soy una fresca.
La palabra «fresca» la hizo reír hasta que soltó un resoplido, y Nick la miró con cierta diversión.
—Mira, ______, me pareces muy mona. Y yo soy soltero. Pero este es un pueblo pequeño, ¿sabes? Demasiado complicado.
—¿Demasiado complicado? ¿De verdad? Vaya, eres una persona llena de vida, profesor.
—Vamos. Ya sabes cómo son las cosas.
—Solo estaba intentando conseguir una cita. Una cita. Te prometo que no te voy a atar a las escaleras del sótano.
—Yo no salgo con mujeres de Tumble Creek.
—¿De verdad? Vamos, Nick. ¿Y qué haces, vuelas hacia el norte cuando los días se hacen más largos? ¿Tienes una ruta de migración establecida o paras en sitios diferentes cada año?
—Yo… Es complicado.
—Sí. Eso parece.
Pasó por delante de él e inhaló su olor al hacerlo. Umm. Aire frío y bosque. Aquello no tenía nada de complicado. Él abrió la puerta estirando el brazo por delante de ella y su pecho le rozó la espalda. Agradable. No iba a rendirse tan fácilmente.
_____ bajó los escalones sonriendo y lo esperó.
—No es complicado —dijo por fin—. Te prometo que soy una chica sencilla.
No parecía que él se lo creyera. Seguramente, no fue de ayuda el hecho de que un hombre cruzara la calle gritando su nombre.
«Por favor, que no sea uno de los chicos de Cameron», pensó ella, mientras se giraba.
—¿Es usted ______ ______? Iba de camino a su casa.
El señor Randolph se dirigía hacia su furgoneta.
—Hola, señor Randolph.
Él se metió en la parte trasera de la furgoneta y reapareció con un enorme jarrón de rosas.
—Son para usted.
—Oh, vaya —gruñó ella, aunque consiguió mantener la sonrisa.
—Dos docenas de rosas —dijo el señor Randolph—. Ese joven debe de tenerla en mucha estima —añadió mientras miraba la tarjeta del ramo—. ¿Era Devlin o Evan?
—Devon —dijo Molly, agarrando las malditas flores. Vio el gesto burlón de Nick y lo fulminó con la mirada.
—Sencillo, ¿eh? —murmuró él—. ¿Solo es otro chico de Denver, ______?
—Sí. Es un amigo. De Denver.
El señor Randolph se echó a reír y echó por tierra la opinión de _______.
—¿Un amigo? ¡Ja! Estos son tallos largos. A cuarenta dólares la docena. ¿Qué ha estado haciendo en Denver, señora Jennings?
—Nada.
—¿Es una mujer de negocios con éxito?
—No —respondió ella. Intentó dejar así las cosas, pero el señor Randolph la estaba mirando implacablemente. ______ suspiró. Había pasado antes por aquello, y sabía cómo salir del enredo—. Trabajo para una empresa de tecnología, pero no es nada emocionante.
—Una técnica, ¿eh? Bueno, pues enhorabuena por las flores. La veré por aquí. Me alegro de que haya vuelto.
—Gracias, señor Randolph.
Lo vio marcharse mientras ignoraba la sensación de calor en la nuca. El hombre saludó mientras desaparecía dentro de su tienda de flores y de regalos, y no le dejó a ______ otra opción que darse la vuelta y enfrentarse con la mirada dura de Nick.
—Así que trabajas para una compañía tecnológica.
—No.
—Entonces eres una mentirosa.
—Sí. He averiguado que es mucho más fácil mentir que decir la verdad.
—¿Y cuál es la verdad?
—Que no hablo con nadie de mi trabajo.
—¿Y por qué, ______?
—Eso no es asunto tuyo. Además, es complicado, y yo sé que odias las complicaciones.
Nick no se quedó satisfecho con eso. De hecho, ____ sintió una necesidad muy poco digna de retorcerse bajo su examen, y darle una confesión falsa. Él se puso las manos en las caderas y ella vio su arma, y no precisamente el arma en la que estaba interesada. Apretó las flores con fuerza contra su pecho.
—No voy a permitir nada ilegal en este pueblo.
—Yo no…
—¿Está claro?
—¡Por el amor de Dios, Nick! ¿Quién te crees que soy?
—Ya no lo sé.
—Soy solo _____ ______, de adulta. Y espero ser también encantadora.
—No debería resultarte sorprendente que yo no aprecie la emoción de una vida misteriosa. Nunca saldría con una mujer que mantiene en secreto la mitad de su vida, ni aunque quisiera hacerlo.
—¿Quieres?
Él frunció el ceño de nuevo, y _____se rindió con un gruñido de derrota.
—Muy bien. Me marcho. Adiós —dijo, y se volvió para dirigirse a su casa. Sin embargo, no pudo resistirse a hacer un último intento—: Pero voy a estar en The Bar esta noche. Tal vez nos veamos allí.
Una ráfaga de aire frío ahogó la respuesta de Nick. Si acaso había respondido.
Mientras caminaba hacia su casa, percibió el olor a nieve, a pino y a las hojas de los álamos. El otoño siempre había sido su estación favorita, y no había nada mejor que el otoño en las montañas. No podía creer que hubieran pasado diez años desde que se había ido del pueblo. Sin embargo, desde que se había marchado a la universidad, después de estar las tres últimas semanas del verano escondiéndose de Nick, sus padres habían vendido la tienda de alimentación, habían empaquetado todas sus cosas y se habían mudado a St. George, Utah.
Su hermano vivía la mayor parte del tiempo en Aspen, y ella lo visitaba un par de veces al año, pero aparte de eso… su mundo había estado en Denver. Sin embargo, ya no volvería a ser así. A menos que necesitara ropa nueva.
Tumble Creek era su hogar de nuevo, y si Nick Jonas no quería tener que ver nada con ella, pues bien. No estaba enamorada de aquel hombre; bueno, tal vez había tenido un enamoramiento hacía unos cuantos años. Y tal vez se hubiera pasado unos cuantos años fantaseando con su cuerpo delgado y fuerte, y sus manos grandes y seguras. Pero se ocuparía de eso de la misma manera que hacía siempre.
Aceleró el paso hacia su casa.
Él estaba en su dormitorio, en penumbra, esperándola. ______ lo dejó esperar. Primero quería verlo, explorar su cuerpo solo con los ojos. Y qué cuerpo.
Hombros anchos, brazos que parecían de piedra. Un vello oscuro y suave que se extendía por su pecho y disminuía a medida que bajaba por su abdomen escultural. Ella quería acariciar la piel bronceada de su estómago musculoso. Quería que aquellos músculos firmes temblaran bajo sus dedos.
Mientras ella lo observaba, él se excitó, y ella dejó de preocuparse por sus abdominales. Tenía un miembro largo y grueso, y parecía que estaba cubierto de seda.
______ tuvo ganas de cometer una travesura, y deslizó sus dedos desde la cadera hasta sus braguitas húmedas. Se le escapó un gemido mientras se imaginaba a Nick observándola, endureciéndose, temblando de deseo. Quería que él sintiera desesperación, delirio. Quería que observara hasta que perdiera el control, hasta que la tomara sin contemplaciones.
_____ buscó a ciegas el abridor del cajón de la mesilla con una mano, mientras deslizaba la otra por debajo del algodón rosa y se acariciaba.
—Oh —susurró al sentir su humedad y su calor. Dios, lo quería allí, deslizándose y expandiéndola hasta que ella le rogara más, o le suplicara piedad, o le pidiera cualquier cosa que él pudiera darle.
Agarró su juguete favorito con la otra mano. No era Nick, pero había sido su mejor amigo durante los últimos meses.
_______ se quitó las braguitas y encendió el interruptor. El zumbido familiar hizo que sonriera, y después que arqueara la espalda y gimiera de aprobación. Oh, sí.
Comenzó a dejarse llevar por el placer, y volvió a su fantasía de Nick. Él la estaba mirando con enfado porque todavía no le había dejado que se acercara.
_______ se acarició uno de los pezones, imaginándose cómo…
De repente se oyó un chirrido metálico que la interrumpió y le provocó terror. Se incorporó de golpe y lanzó el vibrador al otro lado de la habitación. Dio un golpe en el suelo y siguió vibrando.
—¡Dios Santo! ¡Qué…
El teléfono antiguo que había junto a su cama volvió a sonar.
—Oh, Dios mío…
Pensaba que se había electrocutado con un juguete sexual defectuoso. Tenía el corazón acelerado, y tuvo que respirar profundamente para intentar calmarse. El teléfono siguió sonando, y ella respondió.
—¿Qué?
—Hola, guapa.
Por desgracia, supo al instante quién era. Cameron, aquel desgraciado.
—¡Déjame en paz!
_____ colgó el teléfono de golpe, con la esperanza de romper aquel viejísimo auricular. Por supuesto, aquello no ocurrió, porque ya no fabricaban teléfonos como los de antes. Aquel no lo habían hecho en China. Aquella maldita cosa era, seguramente, de puro acero estadounidense.
Volvió a sonar. ______ estaba casi llorando de frustración cuando respondió.
—Por favor, Cameron, por el amor de Dios, ¡déjame en paz!
Cameron se echó a reír.
—Pete me dijo que estabas de mal humor. Me parece que vivir en las montañas no es lo tuyo.
—No voy a volver a Denver. Adiós.
Cuando colgó en aquella ocasión, _____ le dio la vuelta al teléfono para buscar algún botón de apagado. Sin embargo, parecía que ese tipo de cosas no se habían inventado todavía cuarenta años antes, así que tuvo que desenchufarlo.
Era increíble. Cameron Kasten estaba destrozando incluso su vida sexual solitaria. ¿Acaso sabía que se estaba masturbando? _____ miró por la ventana para estar segura; después agitó la cabeza.
El zumbido cesó. Ella se levantó con el ceño fruncido y miró al otro lado de la habitación. Por supuesto, no era nada amenazante, solo su juguete favorito, que estaba temblando sobre los tablones de madera. _____ sintió desesperanza.
Ya ni siquiera deseaba a su juguete favorito. Solo deseaba a Nick Jonas, y él no la deseaba a ella.
Con las piernas temblorosas, _____ se acercó y lo recogió del suelo. Lo miró durante un instante, pero no estaba de humor en aquel momento. Lo apagó y se fue hacia la ducha.
Gracias a Dios, todavía no se había acostumbrado del todo a la altitud. Aquella noche iba a salir, y necesitaba que las copas le hicieran efecto. Era lo más excitante que iba a hacer por el momento.
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Hola chicas disculpen el tiempo que les e demorado.
Pero tenia unos problemas con el internet y a cabo de terminar una novela.
Asi que gracias y espero que el capitulo les guste.
Si veo algunos comentarios de seguro suba otro capitulo de noche.
Besos y pasen por mi nueva novela.
Besos. Mel <3
Pero tenia unos problemas con el internet y a cabo de terminar una novela.
Asi que gracias y espero que el capitulo les guste.
Si veo algunos comentarios de seguro suba otro capitulo de noche.
Besos y pasen por mi nueva novela.
Dulce Tentacion
Besos. Mel <3
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Hola!!! Llegue!! xD
Esta muy buena la nove! siguela pronto porfa!!!!!!
Kisses C:
Esta muy buena la nove! siguela pronto porfa!!!!!!
Kisses C:
mary(mariana)
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Holiiiwiss!!
Como tas??? O.o
Morí con el capii!! Maldito Cameron metiche è.é
Gracias por subiir caapii!!
Siguelaaa Apenas pueddass!!
Por fiiss!!
Kiss Kiss!!
:muack:
P.D: Que Nick no se haga el difícil :xd:
:bye:
Como tas??? O.o
Morí con el capii!! Maldito Cameron metiche è.é
Gracias por subiir caapii!!
Siguelaaa Apenas pueddass!!
Por fiiss!!
Kiss Kiss!!
:muack:
P.D: Que Nick no se haga el difícil :xd:
:bye:
Melisa-Love 4ever-Jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Hola chicas! Gracias por comentar.
De seguro de noche les suba un capitulo o capas que dos no se!!
Asi que besitos y nos estamos lellendo en un rato..
Mel
De seguro de noche les suba un capitulo o capas que dos no se!!
Asi que besitos y nos estamos lellendo en un rato..
Mel
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
Capítulo 4
Prostituta.
Nick se encogió mientras lo escribía.
No, no había forma de que _____ _____ fuera prostituta. Era dulce y lista, y siempre había sido una buena estudiante y una buena hija.
Sin embargo, ¿quiénes eran todos aquellos amigos que tenía? Ella había dicho que no estaba haciendo nada ilegal, pero había dicho mentiras con respecto a una docena de cosas, así que, ¿por qué no iba a mentir también en cuanto a eso?
Miró el ordenador con la tentación de hacer una búsqueda. Sería fácil descubrir si ella tenía algún arresto en sus antecedentes. Sin embargo, le parecía una falta de ética. No tenía ningún motivo de peso para husmear en su vida.
Aunque hubiera sido prostituta en Denver, no tenía nada que ver con él. No iba a salir con ella. Y ella no iba a ejercer su profesión allí; para eso se habría ido a Aspen. Así pues, no pudo convencerse de que tenía algún motivo para buscar información sobre ella.
—Además, no es prostituta —murmuró él.
No era posible que fuera tan mona y tan divertida si hubiera llevado aquel estilo de vida. Tenía un ingenio muy agudo, pero eso era lo único duro de su carácter. _____ _____ era todo suavidad y luz. Y calor.
Nick tachó aquella palabra ofensiva de la lista, giró el cuello y se pasó las manos por la cara.
Eran casi las siete. Estaba agotado, frustrado y nervioso. Necesitaba una copa.
Se inclinó hacia la izquierda todo lo que pudo para mirar hacia The Bar desde la ventana de su despacho. La hache del letrero se había caído hacía mucho tiempo, y la mitad del pueblo lo llamaba el T-Bar. Era un local viejo y pequeño, pero también era el único sitio de Tumble Creek donde uno podía tomarse una cerveza.
Y ella iba a estar allí.
No podía evitar a _______; solo había una gasolinera, un supermercado, un bar. Sin embargo, tal vez no fuera buena idea verla aquella noche. Había estado imaginándosela con su gorro rosa, su abrigo blanco y sus botas de tacón… y sin nada más. La veía con un aspecto muy formal, bien abrigada y decorosa, pero cuando ella se soltaba el cinturón del abrigo y se lo abría, estaba completamente desnuda, rosada y pálida.
—Dios Santo, necesito un revolcón —musitó, y se pasó las manos por la cara otra vez. Inmediatamente pensó en _______, y su cuerpo dio la opinión que tenía con respecto al asunto.
No. No iba a salir con ella. Pero tomarse una copa no era salir, después de todo. Ni flirtear.
Nick apagó el ordenador y se marchó a casa. Se daría una ducha y después… a la cama. Probablemente.
______ salió de casa muy contenta para reunirse con Lori Love en The Bar. Había tenido una buena noche, después de la tarde desastrosa. Toda aquella desesperación sexual le había venido bien a su trabajo. Había canalizado su lujuria hacia la nueva historia que estaba escribiendo y había completado doce páginas. Doce páginas increíblemente buenas, en su opinión.
______ recorrió Main Street con una sonrisa que aumentaba a medida que caminaba. Ni siquiera el correo electrónico que le había enviado aquella desagradable señora Gibson había conseguido estropearle el buen humor. Aquella mujer escribía a ______ y a sus colegas de profesión regularmente para llamarles indecentes, pero estaba muy versada en las historias. Algunas veces, la señora Gibson incluso les proporcionaba estadísticas de las palabras verdes que más se usaban y cuántas veces. Aquel nuevo libro iba a sacarla de sus casillas.
_______ nunca había escrito nada tan atrevido, y la señora Gibson no iba a ser la única que se quedara asombrada. Su editora se iba a llevar una sorpresa muy agradable. Aunque _______ no era aficionada al bondage, había un gran mercado para ese tipo de historias.
Y, demonios, aunque a ella no le gustara que la ataran, tal vez cambiara de opinión después de aquel libro. Aquel sheriff estaba como un monumento. Casi tanto como el mismo Nick.
Nick. Si no aparecía en The Bar aquella noche, _____ lo dejaría en paz. Si aparecía… Bueno, entonces las cosas iban a ser muy distintas. Ella, como él, tampoco quería complicaciones en su vida, pero el sexo no tenía nada de complicado.
Se le estaba escapando una risita tonta al pensar en todo aquello cuando la noche se hizo más oscura. Acababa de pasar por delante de todas las casas de su calle, y la luz de los porches había quedado atrás; tenía que atravesar una pequeña zona boscosa que separaba su barrio de Main Street. Tuvo una sensación de inquietud y se detuvo.
No estaba asustada. Aquello era Tumble Creek, después de todo. Sin embargo, se giró lentamente en busca de alguna sombra, de un movimiento. Nada. No era nada, salvo su imaginación de chica urbanita.
La luna llena brillaba en la calle, unos cuantos metros por delante de ella, e iluminaba el aparcamiento trasero del supermercado. El apartamento que había sobre el supermercado era donde vivían Quinn y Nick durante las vacaciones de la universidad. Tenían un alquiler muy barato y en el pueblo había muchos trabajos en verano. Y _____ había estado con ellos todo el tiempo que podía.
Allí se había sentido como en casa, hasta el punto de que entraba en el apartamento sin llamar.
Oh, aquella noche se le había roto el corazón, aunque sus impulsos sexuales se hubieran avivado exponencialmente al ver a Nick desnudo y con una excitación impresionante. Aquella chica no era del pueblo, y estaba…
Los recuerdos de ______ quedaron interrumpidos por el ruido de unas hojas secas a su espalda. Trastabilló ligeramente al mirar hacia atrás. Aquél no era el sonido que hubiera hecho el viento al mover las hojas. Oyó el crujido de una ramita al partirse. Los músculos se le pusieron en tensión.
—¿Quién está ahí? —preguntó.
No obtuvo respuesta.
Corrió hacia las luces que había delante de ella. Ya había tenido aquella sensación de ser observada, pero eso era en Denver, porque Cameron aparecía en todos los lugares que ella frecuentaba: los restaurantes, el Starbucks de su barrio, incluso las tiendas de ropa femenina. Ella se había quejado al supervisor de Cameron, pero eso solo había tenido como resultado un sermón hacia ella, porque supuestamente estaba lanzando señales contradictorias.
¿Estaba allí, intentando asustarla? ¿Quería acobardarla para que volviera a Denver, donde él podía controlar su vida?
______ apresuró el paso por la acera. Casi había llegado a la luz, y la esquina de Main Street estaba muy cerca. Salió de entre las sombras con un jadeo, y se atrevió a mirar atrás. Creyó ver una sombra, y rápidamente se dio la vuelta y dobló la esquina. Se apoyó en el muro de ladrillo del supermercado, tomó aire y lo exhaló formando una nube de vapor ante sí.
«Esto es Tumble Creek», se dijo. «Estás en las montañas. Era un mapache o una comadreja, o incluso un alce».
Recuperó un poco la calma y miró alrededor de la esquina. No vio nada. ¿Era posible que aquel café barato tuviera demasiada cafeína? Había estado nerviosa todo el día. Su vibrador no había intentado asesinarla, ni tampoco aquel tejón, o lo que fuera.
Se le escapó una risa temblorosa cuando se apartaba de la pared. The Bar estaba en la acera de enfrente, a menos de una manzana de distancia. Alguien abrió la puerta del pequeño local, y la música sonó por la calle. Alguien salió del aparcamiento del supermercado y condujo hacia ella. La vida recuperó la normalidad. Todo iba bien.
Con una sonrisa forzada se dirigió a The Bar.
—¡Molly Jennings! —exclamó el camarero en cuanto ella entró por la puerta.
______ ladeó la cabeza, observó su rostro y sonrió.
—¡Juan! Tienes un aspecto estupendo.
Era un poco exagerado, pero él sonrió y se encogió de hombros. Juan tenía dos años más que ella. Había sido uno de los jugadores de fútbol estrella en el Creek County Haigh, pero sus músculos se habían ablandado y se habían convertido en algo que se parecía sospechosamente a la grasa. Su sonrisa, sin embargo, seguía siendo amplia y genuina. _____ se sentó en uno de los taburetes de la barra.
—Ha llamado Lori —le dijo Juan—. Ha dicho que llegará un poco tarde. Ha tenido que sacar un coche de una zanja.
—Gracias, Juan.
—¿Qué tomas? ¿Alguna bebida flojucha? ¿Cosmo? ¿Martini? ¿Un zumo de granada?
—Oh, eh, ¿de verdad tienes zumo de granada?
—No, no. Pero tengo zumo de arándanos y de manzana. ¿Qué te apetece?
______ miró a su alrededor. La mayoría de las mesas estaban ocupadas, y todo el mundo tenía una cerveza o un vaso de chupito delante. Pero, demonios, ella quería un cóctel Cosmopolitan.
Suspiró, y dijo:
—Tengo que hacerme una buena reputación aquí, Juan. Será mejor que me tome una cerveza.
Juan miró hacia ambos lados de la barra y después se inclinó un poco hacia ella.
—¿Y si te hago un martini con limón y te lo sirvo en una copa grande con hielo? ¿Crees que podrías tomártelo como si fuera un vodka con tónica?
______ se irguió y se echó a reír.
—Sí, demonios. Adelante —dijo.
Después de todo, parecía que aquella noche iba a ir bien.
Mientras Juan le preparaba la bebida secreta, _____ se acercó a la máquina de música para ver qué canciones había. Parecía que no la habían puesto al día desde los años ochenta. Todo era country clásico o rock. Eligió George Strait y volvió rápidamente a la barra, en busca de su bebida.
Cuando volvió a abrirse la puerta, se volvió para decirle «hola» a Lori. Al ver a Nick entrando en el bar se quedó muda. Oh, demonios, aquella noche iba a ir muy bien.
Él iba mirando al suelo, pero la miró por entre las pestañas. Molly se derritió desde la coronilla a los dedos de los pies.
—Hola, Nick —dijo—. ¿Qué estás haciendo aquí?
Él alzó la cara; llevaba la máscara de policía.
—Me he dejado caer para comprobar que todo va bien, como hago siempre.
—¡Hola, Jefe! —le gritó Juan desde el otro lado de la barra—. ¿Qué te trae por aquí?
Él se puso muy rojo, pero sonrió.
—Ponme una cerveza —respondió.
______ sonrió, pero al mirarlo con atención, la sonrisa se le borró de la cara. Nick no iba de uniforme aquella noche. Llevaba vaqueros, botas y un viejo abrigo marrón, pero además de eso llevaba una camiseta verde un poco descolorida que le marcaba el pecho. Cuando se quitó el sombrero y el abrigo, ella se sintió como si lo estuviera viendo desnudo, y se excitó.
Oh, Dios, realmente había ensanchado de hombros, y sus brazos se habían vuelto más fuertes. Tenía el pelo ligeramente húmedo. _____ tuvo que contener un gruñido, y contener el impulso de ir hacia él y besarlo.
Nunca había besado a aquel hombre, pero quería comérselo entero, llevárselo a casa para tener una sesión de sexo ardiente. Era joven, guapísimo y delicioso. Y estaba allí. Con ella.
______ tomó la copa y se bebió la mitad de cuatro tragos.
—Tal vez debería prepararte otra —sugirió Juan, y _____ asintió mientras Nick se sentaba a su lado.
Ella no lo miró. Estaba segura de que, con su instinto de policía, iba a darse cuenta de que estaba a cien.
—Bueno, y… —Nick carraspeó—. ¿Has tenido un día agradable?
—Sí.
Él se movió en el taburete, y su rodilla se rozó con las de ella, y _____ dio un respingo.
—Disculpa —dijo Nick, y alejó un poco la rodilla.
______ apuró el resto de la copa. Comenzó a sentir un calor agradable en los músculos, y cierta despreocupación. ¿Así que estaba excitada? No era ningún crimen, aunque estuviera pensando en acosar a un policía.
—Estás enfadada, ¿no? —le preguntó Nick suavemente—. No quería ofenderte antes. Hacer preguntas es mi trabajo.
—No pasa nada.
Juan le sirvió la segunda copa a ______, y ella la tomó entre las manos.
—Lo que pasa es que no entiendo qué estás ocultando, ni por qué. Si me lo dijeras…
—Ni lo sueñes, Jefe —dijo ella. Animada por el siguiente trago de martini, giró su taburete y dejó que sus rodillas le presionaran la cadera a Nick—. Mi secreto es lo más interesante que hay sobre mí. ¡Míralo! ¡Tú ni siquiera puedes alejarte de mí! No niegues que has venido a verme. Ni siquiera estás de servicio.
—Tal vez —dijo él, y miró sus rodillas. Ella llevaba unas mallas negras debajo de la minifalda—. ¿Significa eso que me has perdonado?
—Bueno, mis piernas sí te han perdonado, ¿y no es eso lo importante?
La expresión de Nick se hizo más cálida, y cuando la miró a los ojos, con alcohol o sin alcohol, _____ volvió a sentir una lujuria abrasadora.
—No voy a negar la importancia de eso —murmuró él. Entonces, apartó su mirada sexy de ella y alzó la botella para indicar que estaba vacía, y que quería otra.
La puerta se abrió detrás de ellos, y _____ rogó que no fuera Lori.
«Que haya habido un accidente… ¡sin heridos! Algo pequeño que haya provocado un enorme atasco en el aparcamiento de la gasolinera, y que la tenga ocupada durante una hora más».
Se daba cuenta de que la determinación de Nick estaba flaqueando, como si fuera a quitarse la ropa allí mismo y…
—¡Cuánto tiempo! —exclamó Lori a su espalda.
Ben inclinó la cabeza y se levantó.
—Bueno, os dejo para que os pongáis al día.
—No tienes por qué… —intentó decir ella, pero él ya estaba alejándose. _____ lo vio marchar con una mirada de pena.
—¡No me digas que Miles ha dado en el clavo!
—¿Qué? —preguntó _____ distraída. Qué trasero tan magnífico tenía aquel hombre, todo músculo y…
—¿Estáis liados Nick y tú? ¿No acabas de llegar al pueblo —preguntó Lori, y miró su reloj— hace setenta y dos horas?
—No —dijo _____, y se echó a reír mientras Lori ocupaba el taburete que Nick acababa de dejar libre—. Llevo cuatro días enteros aquí. Bueno, espera, ¿cuántas horas son cuatro días? ¿Más de setenta y dos?
—Tomaré lo mismo que ella —dijo Lori rápidamente.
Juan arqueó una ceja mirando a _____.
—Es un martini con limón —confesó ella en un susurro.
—Perfecto.
—Y he estado esperando diez años para estar con ese hombre, así que no me regañes.
—¿Solo diez? —preguntó Lori, con los ojos brillantes como el jade pulido.
—Bueno, es cierto, más bien doce. Ya no aguanto más. Hay algo que se va a caer si no lo uso ya.
—Oh, no, en eso no tienes mi comprensión, _____. Llevo en este pueblo toda la vida, y la mayoría de los hombres casaderos piensan que soy lesbiana. Tú te fuiste a Denver y extendiste las alas. Y las piernas.
______ estuvo a punto de escupir el trago que acababa de tomar al estallar en carcajadas. Juan se había ruborizado, así que debía de haberlo oído, pero bueno, seguramente había oído cosas peores.
Cuando se recuperó, ______ miró la cintura y las caderas esbeltas de su vieja amiga, y después, los rizos de su melena corta.
Prostituta.
Nick se encogió mientras lo escribía.
No, no había forma de que _____ _____ fuera prostituta. Era dulce y lista, y siempre había sido una buena estudiante y una buena hija.
Sin embargo, ¿quiénes eran todos aquellos amigos que tenía? Ella había dicho que no estaba haciendo nada ilegal, pero había dicho mentiras con respecto a una docena de cosas, así que, ¿por qué no iba a mentir también en cuanto a eso?
Miró el ordenador con la tentación de hacer una búsqueda. Sería fácil descubrir si ella tenía algún arresto en sus antecedentes. Sin embargo, le parecía una falta de ética. No tenía ningún motivo de peso para husmear en su vida.
Aunque hubiera sido prostituta en Denver, no tenía nada que ver con él. No iba a salir con ella. Y ella no iba a ejercer su profesión allí; para eso se habría ido a Aspen. Así pues, no pudo convencerse de que tenía algún motivo para buscar información sobre ella.
—Además, no es prostituta —murmuró él.
No era posible que fuera tan mona y tan divertida si hubiera llevado aquel estilo de vida. Tenía un ingenio muy agudo, pero eso era lo único duro de su carácter. _____ _____ era todo suavidad y luz. Y calor.
Nick tachó aquella palabra ofensiva de la lista, giró el cuello y se pasó las manos por la cara.
Eran casi las siete. Estaba agotado, frustrado y nervioso. Necesitaba una copa.
Se inclinó hacia la izquierda todo lo que pudo para mirar hacia The Bar desde la ventana de su despacho. La hache del letrero se había caído hacía mucho tiempo, y la mitad del pueblo lo llamaba el T-Bar. Era un local viejo y pequeño, pero también era el único sitio de Tumble Creek donde uno podía tomarse una cerveza.
Y ella iba a estar allí.
No podía evitar a _______; solo había una gasolinera, un supermercado, un bar. Sin embargo, tal vez no fuera buena idea verla aquella noche. Había estado imaginándosela con su gorro rosa, su abrigo blanco y sus botas de tacón… y sin nada más. La veía con un aspecto muy formal, bien abrigada y decorosa, pero cuando ella se soltaba el cinturón del abrigo y se lo abría, estaba completamente desnuda, rosada y pálida.
—Dios Santo, necesito un revolcón —musitó, y se pasó las manos por la cara otra vez. Inmediatamente pensó en _______, y su cuerpo dio la opinión que tenía con respecto al asunto.
No. No iba a salir con ella. Pero tomarse una copa no era salir, después de todo. Ni flirtear.
Nick apagó el ordenador y se marchó a casa. Se daría una ducha y después… a la cama. Probablemente.
______ salió de casa muy contenta para reunirse con Lori Love en The Bar. Había tenido una buena noche, después de la tarde desastrosa. Toda aquella desesperación sexual le había venido bien a su trabajo. Había canalizado su lujuria hacia la nueva historia que estaba escribiendo y había completado doce páginas. Doce páginas increíblemente buenas, en su opinión.
______ recorrió Main Street con una sonrisa que aumentaba a medida que caminaba. Ni siquiera el correo electrónico que le había enviado aquella desagradable señora Gibson había conseguido estropearle el buen humor. Aquella mujer escribía a ______ y a sus colegas de profesión regularmente para llamarles indecentes, pero estaba muy versada en las historias. Algunas veces, la señora Gibson incluso les proporcionaba estadísticas de las palabras verdes que más se usaban y cuántas veces. Aquel nuevo libro iba a sacarla de sus casillas.
_______ nunca había escrito nada tan atrevido, y la señora Gibson no iba a ser la única que se quedara asombrada. Su editora se iba a llevar una sorpresa muy agradable. Aunque _______ no era aficionada al bondage, había un gran mercado para ese tipo de historias.
Y, demonios, aunque a ella no le gustara que la ataran, tal vez cambiara de opinión después de aquel libro. Aquel sheriff estaba como un monumento. Casi tanto como el mismo Nick.
Nick. Si no aparecía en The Bar aquella noche, _____ lo dejaría en paz. Si aparecía… Bueno, entonces las cosas iban a ser muy distintas. Ella, como él, tampoco quería complicaciones en su vida, pero el sexo no tenía nada de complicado.
Se le estaba escapando una risita tonta al pensar en todo aquello cuando la noche se hizo más oscura. Acababa de pasar por delante de todas las casas de su calle, y la luz de los porches había quedado atrás; tenía que atravesar una pequeña zona boscosa que separaba su barrio de Main Street. Tuvo una sensación de inquietud y se detuvo.
No estaba asustada. Aquello era Tumble Creek, después de todo. Sin embargo, se giró lentamente en busca de alguna sombra, de un movimiento. Nada. No era nada, salvo su imaginación de chica urbanita.
La luna llena brillaba en la calle, unos cuantos metros por delante de ella, e iluminaba el aparcamiento trasero del supermercado. El apartamento que había sobre el supermercado era donde vivían Quinn y Nick durante las vacaciones de la universidad. Tenían un alquiler muy barato y en el pueblo había muchos trabajos en verano. Y _____ había estado con ellos todo el tiempo que podía.
Allí se había sentido como en casa, hasta el punto de que entraba en el apartamento sin llamar.
Oh, aquella noche se le había roto el corazón, aunque sus impulsos sexuales se hubieran avivado exponencialmente al ver a Nick desnudo y con una excitación impresionante. Aquella chica no era del pueblo, y estaba…
Los recuerdos de ______ quedaron interrumpidos por el ruido de unas hojas secas a su espalda. Trastabilló ligeramente al mirar hacia atrás. Aquél no era el sonido que hubiera hecho el viento al mover las hojas. Oyó el crujido de una ramita al partirse. Los músculos se le pusieron en tensión.
—¿Quién está ahí? —preguntó.
No obtuvo respuesta.
Corrió hacia las luces que había delante de ella. Ya había tenido aquella sensación de ser observada, pero eso era en Denver, porque Cameron aparecía en todos los lugares que ella frecuentaba: los restaurantes, el Starbucks de su barrio, incluso las tiendas de ropa femenina. Ella se había quejado al supervisor de Cameron, pero eso solo había tenido como resultado un sermón hacia ella, porque supuestamente estaba lanzando señales contradictorias.
¿Estaba allí, intentando asustarla? ¿Quería acobardarla para que volviera a Denver, donde él podía controlar su vida?
______ apresuró el paso por la acera. Casi había llegado a la luz, y la esquina de Main Street estaba muy cerca. Salió de entre las sombras con un jadeo, y se atrevió a mirar atrás. Creyó ver una sombra, y rápidamente se dio la vuelta y dobló la esquina. Se apoyó en el muro de ladrillo del supermercado, tomó aire y lo exhaló formando una nube de vapor ante sí.
«Esto es Tumble Creek», se dijo. «Estás en las montañas. Era un mapache o una comadreja, o incluso un alce».
Recuperó un poco la calma y miró alrededor de la esquina. No vio nada. ¿Era posible que aquel café barato tuviera demasiada cafeína? Había estado nerviosa todo el día. Su vibrador no había intentado asesinarla, ni tampoco aquel tejón, o lo que fuera.
Se le escapó una risa temblorosa cuando se apartaba de la pared. The Bar estaba en la acera de enfrente, a menos de una manzana de distancia. Alguien abrió la puerta del pequeño local, y la música sonó por la calle. Alguien salió del aparcamiento del supermercado y condujo hacia ella. La vida recuperó la normalidad. Todo iba bien.
Con una sonrisa forzada se dirigió a The Bar.
—¡Molly Jennings! —exclamó el camarero en cuanto ella entró por la puerta.
______ ladeó la cabeza, observó su rostro y sonrió.
—¡Juan! Tienes un aspecto estupendo.
Era un poco exagerado, pero él sonrió y se encogió de hombros. Juan tenía dos años más que ella. Había sido uno de los jugadores de fútbol estrella en el Creek County Haigh, pero sus músculos se habían ablandado y se habían convertido en algo que se parecía sospechosamente a la grasa. Su sonrisa, sin embargo, seguía siendo amplia y genuina. _____ se sentó en uno de los taburetes de la barra.
—Ha llamado Lori —le dijo Juan—. Ha dicho que llegará un poco tarde. Ha tenido que sacar un coche de una zanja.
—Gracias, Juan.
—¿Qué tomas? ¿Alguna bebida flojucha? ¿Cosmo? ¿Martini? ¿Un zumo de granada?
—Oh, eh, ¿de verdad tienes zumo de granada?
—No, no. Pero tengo zumo de arándanos y de manzana. ¿Qué te apetece?
______ miró a su alrededor. La mayoría de las mesas estaban ocupadas, y todo el mundo tenía una cerveza o un vaso de chupito delante. Pero, demonios, ella quería un cóctel Cosmopolitan.
Suspiró, y dijo:
—Tengo que hacerme una buena reputación aquí, Juan. Será mejor que me tome una cerveza.
Juan miró hacia ambos lados de la barra y después se inclinó un poco hacia ella.
—¿Y si te hago un martini con limón y te lo sirvo en una copa grande con hielo? ¿Crees que podrías tomártelo como si fuera un vodka con tónica?
______ se irguió y se echó a reír.
—Sí, demonios. Adelante —dijo.
Después de todo, parecía que aquella noche iba a ir bien.
Mientras Juan le preparaba la bebida secreta, _____ se acercó a la máquina de música para ver qué canciones había. Parecía que no la habían puesto al día desde los años ochenta. Todo era country clásico o rock. Eligió George Strait y volvió rápidamente a la barra, en busca de su bebida.
Cuando volvió a abrirse la puerta, se volvió para decirle «hola» a Lori. Al ver a Nick entrando en el bar se quedó muda. Oh, demonios, aquella noche iba a ir muy bien.
Él iba mirando al suelo, pero la miró por entre las pestañas. Molly se derritió desde la coronilla a los dedos de los pies.
—Hola, Nick —dijo—. ¿Qué estás haciendo aquí?
Él alzó la cara; llevaba la máscara de policía.
—Me he dejado caer para comprobar que todo va bien, como hago siempre.
—¡Hola, Jefe! —le gritó Juan desde el otro lado de la barra—. ¿Qué te trae por aquí?
Él se puso muy rojo, pero sonrió.
—Ponme una cerveza —respondió.
______ sonrió, pero al mirarlo con atención, la sonrisa se le borró de la cara. Nick no iba de uniforme aquella noche. Llevaba vaqueros, botas y un viejo abrigo marrón, pero además de eso llevaba una camiseta verde un poco descolorida que le marcaba el pecho. Cuando se quitó el sombrero y el abrigo, ella se sintió como si lo estuviera viendo desnudo, y se excitó.
Oh, Dios, realmente había ensanchado de hombros, y sus brazos se habían vuelto más fuertes. Tenía el pelo ligeramente húmedo. _____ tuvo que contener un gruñido, y contener el impulso de ir hacia él y besarlo.
Nunca había besado a aquel hombre, pero quería comérselo entero, llevárselo a casa para tener una sesión de sexo ardiente. Era joven, guapísimo y delicioso. Y estaba allí. Con ella.
______ tomó la copa y se bebió la mitad de cuatro tragos.
—Tal vez debería prepararte otra —sugirió Juan, y _____ asintió mientras Nick se sentaba a su lado.
Ella no lo miró. Estaba segura de que, con su instinto de policía, iba a darse cuenta de que estaba a cien.
—Bueno, y… —Nick carraspeó—. ¿Has tenido un día agradable?
—Sí.
Él se movió en el taburete, y su rodilla se rozó con las de ella, y _____ dio un respingo.
—Disculpa —dijo Nick, y alejó un poco la rodilla.
______ apuró el resto de la copa. Comenzó a sentir un calor agradable en los músculos, y cierta despreocupación. ¿Así que estaba excitada? No era ningún crimen, aunque estuviera pensando en acosar a un policía.
—Estás enfadada, ¿no? —le preguntó Nick suavemente—. No quería ofenderte antes. Hacer preguntas es mi trabajo.
—No pasa nada.
Juan le sirvió la segunda copa a ______, y ella la tomó entre las manos.
—Lo que pasa es que no entiendo qué estás ocultando, ni por qué. Si me lo dijeras…
—Ni lo sueñes, Jefe —dijo ella. Animada por el siguiente trago de martini, giró su taburete y dejó que sus rodillas le presionaran la cadera a Nick—. Mi secreto es lo más interesante que hay sobre mí. ¡Míralo! ¡Tú ni siquiera puedes alejarte de mí! No niegues que has venido a verme. Ni siquiera estás de servicio.
—Tal vez —dijo él, y miró sus rodillas. Ella llevaba unas mallas negras debajo de la minifalda—. ¿Significa eso que me has perdonado?
—Bueno, mis piernas sí te han perdonado, ¿y no es eso lo importante?
La expresión de Nick se hizo más cálida, y cuando la miró a los ojos, con alcohol o sin alcohol, _____ volvió a sentir una lujuria abrasadora.
—No voy a negar la importancia de eso —murmuró él. Entonces, apartó su mirada sexy de ella y alzó la botella para indicar que estaba vacía, y que quería otra.
La puerta se abrió detrás de ellos, y _____ rogó que no fuera Lori.
«Que haya habido un accidente… ¡sin heridos! Algo pequeño que haya provocado un enorme atasco en el aparcamiento de la gasolinera, y que la tenga ocupada durante una hora más».
Se daba cuenta de que la determinación de Nick estaba flaqueando, como si fuera a quitarse la ropa allí mismo y…
—¡Cuánto tiempo! —exclamó Lori a su espalda.
Ben inclinó la cabeza y se levantó.
—Bueno, os dejo para que os pongáis al día.
—No tienes por qué… —intentó decir ella, pero él ya estaba alejándose. _____ lo vio marchar con una mirada de pena.
—¡No me digas que Miles ha dado en el clavo!
—¿Qué? —preguntó _____ distraída. Qué trasero tan magnífico tenía aquel hombre, todo músculo y…
—¿Estáis liados Nick y tú? ¿No acabas de llegar al pueblo —preguntó Lori, y miró su reloj— hace setenta y dos horas?
—No —dijo _____, y se echó a reír mientras Lori ocupaba el taburete que Nick acababa de dejar libre—. Llevo cuatro días enteros aquí. Bueno, espera, ¿cuántas horas son cuatro días? ¿Más de setenta y dos?
—Tomaré lo mismo que ella —dijo Lori rápidamente.
Juan arqueó una ceja mirando a _____.
—Es un martini con limón —confesó ella en un susurro.
—Perfecto.
—Y he estado esperando diez años para estar con ese hombre, así que no me regañes.
—¿Solo diez? —preguntó Lori, con los ojos brillantes como el jade pulido.
—Bueno, es cierto, más bien doce. Ya no aguanto más. Hay algo que se va a caer si no lo uso ya.
—Oh, no, en eso no tienes mi comprensión, _____. Llevo en este pueblo toda la vida, y la mayoría de los hombres casaderos piensan que soy lesbiana. Tú te fuiste a Denver y extendiste las alas. Y las piernas.
______ estuvo a punto de escupir el trago que acababa de tomar al estallar en carcajadas. Juan se había ruborizado, así que debía de haberlo oído, pero bueno, seguramente había oído cosas peores.
Cuando se recuperó, ______ miró la cintura y las caderas esbeltas de su vieja amiga, y después, los rizos de su melena corta.
Meltabares de jonas
Re: Convenceme (Nick Jonas Y Tu)
O.O
siguela prontoo!!!!!
Me encanto el capi!!! ^^
siguela please!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Kisses C:
siguela prontoo!!!!!
Me encanto el capi!!! ^^
siguela please!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Kisses C:
mary(mariana)
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Temas similares
» Nick Jonas el playboy enamorado de...¿La niñera? (Nick Jonas &Tu)
» Un Día Como Hoy - Joe Jonas & {USERNAME} - Nick Jonas & Magali -
» ~Enamorada de Nick Jonas~ (Nick Jonas & tú)
» Confias en mi? [ Nick Jonas & Vos ]
» "Who knows" - Nick Jonas y tu -
» Un Día Como Hoy - Joe Jonas & {USERNAME} - Nick Jonas & Magali -
» ~Enamorada de Nick Jonas~ (Nick Jonas & tú)
» Confias en mi? [ Nick Jonas & Vos ]
» "Who knows" - Nick Jonas y tu -
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 3 de 5.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.