Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 2 de 27. • Comparte
Página 2 de 27. • 1, 2, 3 ... 14 ... 27
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Jaja Tas :risa: Me encanto el name! jaja
Ay kiieroo maas Ade pleaseee!
¡Sigueelaa, siguueelaaa!
Am new readeer, diimee Katita! =) o como mas te guste jaja!
Ay kiieroo maas Ade pleaseee!
¡Sigueelaa, siguueelaaa!
Am new readeer, diimee Katita! =) o como mas te guste jaja!
Kat
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
OMG!! Que de lectoras! Estoy muy emocionada niñas!
Bienvenidas a todas!!
Ahora les subiré la parte que falta del capi ^^
Bienvenidas a todas!!
Ahora les subiré la parte que falta del capi ^^
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Demita de nuevo aquí!!! Me encanta definitivamente...de verdad tengo una seria obsesión con los héroes xD...sube pronto, Ade!
Daaani<3
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
Hola otra vez, niñas! Tardé un poquito porque estaba haciendo algo...
Y ese algo es... LA FOTO OFICIAL DE LA NOVE!
Espero les guste y de paso disfruten del capi! Espero sus coments!!
PD: El capi está dedicado para todas ustedeees!
-Conozco a los Wallace -dijo, y sacó unos billetes arrugados del bolsillo-. Yo se la subiré.
-No sé, no debería...
-Bah, no te preocupes por nada -dijo Joe, y añadió otro billete. La pizza y la vecina nueva tal vez fueran la distracción que necesitaba.
El chico consideró la propina.
-Está bien, gracias -a lo peor, los Wallace no eran ni la mitad de generosos.
Con la caja en equilibro sobre la mano, Joe se dispuso a salir. Entonces se acordó de las llaves. Se paró un momento a rebuscar en los bolsillos de sus vaqueros descoloridos y entonces recordó que las había dejado en la mesilla de la entrada al llegar la noche anterior. Las encontró debajo de la mesa, se las guardó en un bolsillo, notó que tenía un agujero y se las metió en el otro. Esperaba que la pizza llevara pepperoni.
-Será la pizza -dijo ______, pero agarró a Robert antes de que el chico saliera corriendo hacia la puerta-. Deja que abra yo. ¿Recuerdas las normas?
-No abras la puerta a no ser que sepas quién es -recitó Robert, haciendo girar los ojos a espaldas de su madre.
______ puso la mano sobre el picaporte, pero miró por la mirilla antes de abrir. Frunció un poco el ceño al ver aquella cara. Habría jurado que aquel hombre la miraba fijamente con unos ojos ambar muy claros y risueños. Tenía el pelo negro y revuelto, como si hiciera mucho tiempo que no se peinaba ni iba al peluquero. Pero su rostro era cautivador: fino, huesudo, sin afeitar...
-Mamá, ¿vas a abrir o no?
-¿Qué? -______ retrocedió al notar que llevaba más tiempo del necesario observando al repartidor.
-Me muero de hambre -le recordó Robert .
-Perdona -______ abrió la puerta y descubrió que aquella cara fascinante iba a acompañada de un cuerpo alto y atlético. Y que aquel hombre iba descalzo.
-¿Ha pedido una pizza?
-Sí -pero fuera estaba nevando. ¿Qué estaba haciendo descalzo?
-Bien -antes de que ______ se diera cuenta de lo que pretendía, Joe entró en el apartamento.
-Démela a mí -dijo ella rápidamente-. Llévate esto a la cocina, Robert -tapó a su hijo con su cuerpo y se preguntó si necesitaría un arma.
-Bonito piso -Joe miró relajadamente los bultos y las cajas abiertas.
-Le traeré el dinero.
-Invita la casa -Joe sonrió.
______ se preguntó si se acordaría de las clases de autodefensa que había tomado durante dos años.
-Robert, llévate eso a la cocina mientras yo le pago al repartidor.
-Vecino -la corrigió Joe-. Vivo en el 406... ya sabe, dos pisos más abajo. Llevaron la pizza por error a mi apartamento.
-Entiendo -pero, por alguna razón, aquello no la tranquilizó-. Lamento las molestias -______ tomó su bolso.
-Ya está pagada -Joe no sabía si iba a agredido o a huir, pero de lo que estaba seguro era de que, en efecto, la investigación merecía la pena. Era alta, más o menos de la estatura de una modelo, pensó, y con ese mismo cuerpo discreto y elegante. Llevaba el pelo, castaño y bonito, apartado de la cara en forma de diamante, dominada por unos grandes ojos grises y una boca un ápice demasiado grande.
-¿Por qué no considera la pizza mi versión del comité de bienvenida?
-Es usted muy amable, pero no puedo...
-¿Va a rehusar la amabilidad de un vecino? -como le parecía excesivamente fría y desconfiada para su gusto, Joe miró al niño-. Hola, soy Joe -esta vez, su sonrisa obtuvo respuesta.
-Yo soy Rob. Acabamos de mudamos.
-Ya lo veo. ¿De fuera de la ciudad?
-Ajá. Nos hemos cambiado de piso porque mamá tiene un trabajo nuevo y el otro era muy pequeño. Desde mi ventana se ve el parque.
-Desde la mía también.
-Disculpe, señor...
-Joe -repitió él, mirando a ______ .
-Sí, bueno, es muy amable por habermos subido la pizza -y también muy raro, pensó-. Pero no quisiera abusar de su tiempo.
-Puede comerse una porción -dijo Robert -. Nosotros nunca nos la acabamos.
-Rob, estoy segura de que el señor... Joe tendrá cosas que hacer.
-No, qué va -no era un maleducado, le habían enseñado buenos modales hasta el hartazgo. En otra ocasión, tal vez los hubiera utilizado y se habría marchado haciendo una leve inclinación de cabeza, pero algo en la reserva de aquella mujer y en la cálida bienvenida del chico lo hacía obstinarse-. ¿Tiene una cerveza?
-No, lo siento, yo...
-Tenemos refrescos -dijo Robert -. Mamá a veces me deja tomar uno -a Robert no había nada que le gustara más que la compañía. Le lanzó a Joe una sonrisa ingenua-. ¿Quiere ver la cocina?
-Me encantaría -Joe siguió al chico, viendo que ______ hacía una mueca parecida a una sonrisa.
Ella se quedó en el centro de la habitación un momento, con los brazos en jarras, sin saber si irritarse o ponerse furiosa. Después de pasarse el día cargando cajas, no le apetecía tener compañía. Y menos la de un extraño. Lo único que podía hacer era darle una porción de la dichosa pizza y quedar en paz con él.
-Tenemos un triturador de basuras. Hace un ruido muy raro.
-Apuesto a que sí -Joe se inclinó obedientemente sobre el fregadero mientras Robert apretaba el interruptor.
-Rob, no lo pongas en marcha sin nada dentro. Como verá, todavía estamos un poco desorganizados -______ se acercó a un armario recién colocado y sacó unos platos.
-Yo llevo aquí cinco años, y todavía no me he organizado.
-Vamos a tener un gatito -Robert se subió a un taburete y tomó las servilletas que su madre había puesto en un cestillo de mimbre-. En la otra casa no permitían animales, pero aquí sí podemos tener uno, ¿verdad, mamá?
-En cuanto nos organicemos, Rob. ¿Sin azúcar o normal? -le preguntó a Joe.
-Una normal está bien. Parece que le ha rendido el día.
La cocina estaba limpia como una patena. Junto a la única ventana, de una redecilla de macramé, colgaba un próspero helecho. La señora Wallace tenía menos espacio que él, lo cual le parecía una pena. Ella sin duda le sacaría mayor partido que él a la cocina. Echó otro vistazo a su alrededor antes de sentarse junto a la encimera. Pegado a la nevera había un dibujo de buen tamaño, hecho con ceras, que representaba una nave espacial.
-¿Lo has hecho tú? -le preguntó a Rob.
-Sí -el niño tomó la ración de pizza que su madre le había puesto en el plato y le dio un buen mordisco.
-Es bueno.
-Se supone que es Segundo Milenio, la nave del Comandante Zark.
-Lo sé -Joe le dio un bocado a su porción-. Te ha salido muy bien.
Robert, que engullía la pizza a toda velocidad, dio por sentado que Joe reconocía el nombre de Zark y su medio de transporte. Según él, todo el mundo estaba al corriente de esas cosas.
-Estoy intentando hacer el Desafío, la nave de Leilah, pero es más difícil. Y, además, de todos modos creo que el Comandante Zark la va a hacer estallar en el próximo número.
-¿Tú crees? -Joe le lanzó a ______ una sonrisa desenfadada cuando ella se sentó a la encimera-. No sé, no sé. Ahora mismo está metido en un buen lío.
-Sí, pero no le pasará nada.
-¿Le gustan a usted los cómics? –preguntó ______. Al sentarse, reparó en lo grandes que eran sus manos. Iba vestido con descuido, pero tenía las manos limpias y un cierto aire de competencia desenfadada y mundana.
-Sí, mucho.
-Yo tengo más cómic s que todos mis amigos. Mamá me regaló la primera edición de Comandante Zark en Navidad. Tiene diez años. Entonces Zark era solo capitán. ¿Quiere verlo?
El niño era una auténtica joya, pensó Joe: dulce, inteligente y espontáneo. Respecto a la madre, se reservaba el juicio de momento.
-Sí, claro, me encantaría.
Antes de que ______ pudiera decide que se acabara la cena, Robert saltó del taburete y echó a correr. Ella se quedó callada un momento, preguntándose qué clase de hombre leía cómics. Sí, ella los hojeaba de cuando en cuando para saber qué clase de lecturas hacía su hijo, pero ¿leerlos? ¿Una persona adulta?
-Es un chico estupendo.
-Sí, lo es. Es usted muy amable por... hacerle caso cuando habla de cómics.
-Los cómics son mi vida -dijo Joe, muy serio.
Ella lo miró con cierto asombro. Aclarándose la garganta, volvió a concentrarse en su cena.
-Entiendo.
Joe se mordió la lengua para no echarse a reír. Aquella mujer era un hueso duro de roer, desde luego. Aunque fuera su primer encuentro, no veía razón para no seguir pinchándola un poco.
-Imagino que usted no.
-¿Que no qué?
-Que no lee cómics.
-No, yo, eh, no tengo tiempo para leer esas cosas -hizo girar los ojos, sin darse cuenta de que Robert le había copiado aquella costumbre-. ¿Quiere otro trozo?
-Sí -él se sirvió sin esperar a que lo hiciera ella-. Pues debería sacar tiempo, ¿sabe? Los cómics pueden ser muy instructivos. ¿En qué trabaja?
-Oh, trabajo en banca. Soy responsable de préstamos del National Trust.
Joe dejó escapar un silbido de admiración.
-Menudo trabajo para alguien de su edad.
Ella se tensó automáticamente.
-Llevo trabajando en banca desde los dieciséis.
También era suspicaz, pensó él mientras se lamía la salsa del pulgar.
-Eso pretendía ser un cumplido. Pero me da la sensación de que a usted no le gustan mucho los cumplidos -era dura aquella mujer, pensó, aunque, por otro lado, tal vez no le quedara más remedio. No llevaba anillo de casada. Ni siquiera tenía una marca blanca que probara que se lo había quitado hacía poco-. Yo también he hecho algunos negocios en banca. Ya sabes, ingresos, reintegros, cheques devueltos, esas cosas.
Ella se removió, incómoda, preguntándose por qué Robert tardaba tanto. Estar sola con aquel hombre la ponía nerviosa. Nunca le costaba trabajo mirar a los ojos de la gente, pero con Joe, sí. Él no apartaba la mirada.
-No quería ser brusca.
-No, no lo ha sido. Si quisiera pedir un préstamo en el National Trust, ¿por quién tendría que preguntar?
-Por la señora Wallace.
Definitivamente, un hueso duro de roer.
-¿Señora es su nombre de pila?
-No, me llamo ______ -dijo ella, sin comprender por qué le costaba tanto decírselo.
-______, entonces -Joe le ofreció la mano-. Encantado de conocerte.
Ella esbozó una débil sonrisa. Era una sonrisa cauta, pensó Joe, pero algo era algo.
-Lamento haber sido antipática, pero ha sido un día muy largo. Una semana, en realidad.
-Yo odio las mudanzas -dijo él cuando ella le estrechó la mano. La de ______ era fresca y tan esbelta como toda ella-. ¿Tienes alguien que te ayude?
-No -apartó la mano, azorada-. Pero nos las apañamos bien.
-Ya lo veo.
«No se necesita ayuda». Parecía llevar aquel letrero en grandes letras enmarcado en la cara. Joe conocía a unas cuantas mujeres como ella, tan ferozmente independientes, tan desconfiadas de los hombres en general que no solo llevaba un escudo protector: llevaban un arsenal entero de dardos envenenados tras él. Un hombre sensato debía mantenerse apartado de ellas. Lástima, porque ella era una preciosidad, y el crío era un encanto.
-No me acordaba de dónde lo había guardado -Robert regresó colorado por el esfuerzo-. Es un clásico. Hasta el vendedor se lo dijo a mamá.
Y además le había cobrado un riñón y parte del otro por él, pensó ______. Pero a Robert le había gustado más que el resto de sus regalos.
-Está en muy buen estado -Joe pasó la primera página con el cuidado de un joyero puliendo un diamante.
-Siempre me lavo las manos antes de leerlo.
-Buena idea -era asombroso que, después de tanto tiempo, siguiera sintiendo tanto orgullo. Y aquel estallido de satisfacción.
Allí estaba, en la primera página. Guión y dibujos de Joe Jonas. El Comandante Zark era su hijo, y a lo largo de diez años se habían hecho grandes amigos.
-Es una historia fantástica. Explica por qué el Comandante Zark dedicó su vida a defender el universo contra la maldad y la corrupción.
-Porque su familia había sido aniquilada por el malvado Flecha Roja en su ambición por alcanzar el poder.
-Sí -a Robert se le iluminó la cara-. Pero al final se venga de Flecha Roja.
-En el número 73.
______ apoyó la barbilla sobre una mano y se quedó mirándolos. Se dio cuenta de que el desconocido no solo intentaba complacer a Robert: estaba hablando en serio. Estaba tan obsesionado por los cómics como un niño de nueve años.
Lo más curioso era que parecía bastante normal. Hasta hablaba bien. En realidad, estar sentada a su lado la turbaba porque era un hombre extremadamente viril, con su cuerpo fibroso y recio, su rostro anguloso y sus grandes manos. ______ ahuyentó rápidamente aquella idea. N o quería empezar a pensar así de un vecino, y menos aún de uno cuyo nivel intelectual se había quedado en la adolescencia.
Joe pasó un par de páginas. Sus ilustraciones habían mejorado a lo largo de una década, lo cual era tranquilizador. Sin embargo, había logrado mantener la misma pureza de trazo, las mismas imágenes directas y nítidas que se le habían ocurrido diez años antes, cuando trataba penosamente de salir adelante haciendo retratos.
-¿Es tu preferido? -Joe señaló con la punta del dedo un dibujo de Zark.
-Sí, claro. Tres Caras me gusta, y el Diamante Negro está bien, pero el Comandante Zark es mi favorito.
-El mío también -Joe le revolvió el pelo. Al llevarles la pizza, no sabía que allí encontraría la inspiración que llevaba buscando toda la tarde.
-Si quieres, puedes leerlo algún día. Te lo prestaría, pero...
-Lo comprendo -cerró el cómic cuidadosamente y se lo devolvió-. No puedes prestar una pieza de coleccionista.
-Será mejor que lo guarde.
-Antes de que se den cuenta, estarán intercambiando números -______ se levantó y empezó a recoger los platos.
-Lo cual a ti te divierte, ¿no?
Su tono hizo que ______ se volviera para mirarlo rápidamente. No había sonado áspero, y sus ojos seguían teniendo una expresión clara y suave, y sin embargo... algo le advertía que tuviera cuidado.
-No quería insultarte. Pero me resulta un tanto extraño que un adulto tenga por costumbre leer cómics -metió los platos en el lavavajillas-. Siempre he pensado que era algo que los chicos abandonaban a cierta edad, pero supongo que también podría considerarse, ¿qué? ¿Una afición?
Él alzó las cejas.
Ella había vuelto a mirarlo cara a cara, con aquella media sonrisa en los labios. Obviamente, intentaba enmendarse. Pero a él no le apetecía que se saliera con la suya tan fácilmente.
-Los cómics no son una simple afición para mí, señora ______ Wallace. No solo los leo. También los escribo.
-¡Madre mía! ¿De verdad? -Robert se quedó mirándolo como si fuera un rey coronado-. ¿Lo dices de verdad? ¿En serio? ¡Ay va! ¿Tú eres Joe Jonas? ¿El verdadero Joe Jonas?
-En carne y hueso -le dio un suave tirón de la oreja mientras ______ lo miraba como si acabara de llegar de otro planeta.
-¡Woow, Joe Jonas está aquí! Mamá, es el Comandante Zark. Mis amigos no van a creérselo. ¿Tú te lo crees, mamá? ¡El Comandante Zark en nuestra cocina!
-No -murmuró ______ sin dejar de mirarlo-. No me lo puedo creer.
Y ese algo es... LA FOTO OFICIAL DE LA NOVE!
Espero les guste y de paso disfruten del capi! Espero sus coments!!
PD: El capi está dedicado para todas ustedeees!
-Conozco a los Wallace -dijo, y sacó unos billetes arrugados del bolsillo-. Yo se la subiré.
-No sé, no debería...
-Bah, no te preocupes por nada -dijo Joe, y añadió otro billete. La pizza y la vecina nueva tal vez fueran la distracción que necesitaba.
El chico consideró la propina.
-Está bien, gracias -a lo peor, los Wallace no eran ni la mitad de generosos.
Con la caja en equilibro sobre la mano, Joe se dispuso a salir. Entonces se acordó de las llaves. Se paró un momento a rebuscar en los bolsillos de sus vaqueros descoloridos y entonces recordó que las había dejado en la mesilla de la entrada al llegar la noche anterior. Las encontró debajo de la mesa, se las guardó en un bolsillo, notó que tenía un agujero y se las metió en el otro. Esperaba que la pizza llevara pepperoni.
-Será la pizza -dijo ______, pero agarró a Robert antes de que el chico saliera corriendo hacia la puerta-. Deja que abra yo. ¿Recuerdas las normas?
-No abras la puerta a no ser que sepas quién es -recitó Robert, haciendo girar los ojos a espaldas de su madre.
______ puso la mano sobre el picaporte, pero miró por la mirilla antes de abrir. Frunció un poco el ceño al ver aquella cara. Habría jurado que aquel hombre la miraba fijamente con unos ojos ambar muy claros y risueños. Tenía el pelo negro y revuelto, como si hiciera mucho tiempo que no se peinaba ni iba al peluquero. Pero su rostro era cautivador: fino, huesudo, sin afeitar...
-Mamá, ¿vas a abrir o no?
-¿Qué? -______ retrocedió al notar que llevaba más tiempo del necesario observando al repartidor.
-Me muero de hambre -le recordó Robert .
-Perdona -______ abrió la puerta y descubrió que aquella cara fascinante iba a acompañada de un cuerpo alto y atlético. Y que aquel hombre iba descalzo.
-¿Ha pedido una pizza?
-Sí -pero fuera estaba nevando. ¿Qué estaba haciendo descalzo?
-Bien -antes de que ______ se diera cuenta de lo que pretendía, Joe entró en el apartamento.
-Démela a mí -dijo ella rápidamente-. Llévate esto a la cocina, Robert -tapó a su hijo con su cuerpo y se preguntó si necesitaría un arma.
-Bonito piso -Joe miró relajadamente los bultos y las cajas abiertas.
-Le traeré el dinero.
-Invita la casa -Joe sonrió.
______ se preguntó si se acordaría de las clases de autodefensa que había tomado durante dos años.
-Robert, llévate eso a la cocina mientras yo le pago al repartidor.
-Vecino -la corrigió Joe-. Vivo en el 406... ya sabe, dos pisos más abajo. Llevaron la pizza por error a mi apartamento.
-Entiendo -pero, por alguna razón, aquello no la tranquilizó-. Lamento las molestias -______ tomó su bolso.
-Ya está pagada -Joe no sabía si iba a agredido o a huir, pero de lo que estaba seguro era de que, en efecto, la investigación merecía la pena. Era alta, más o menos de la estatura de una modelo, pensó, y con ese mismo cuerpo discreto y elegante. Llevaba el pelo, castaño y bonito, apartado de la cara en forma de diamante, dominada por unos grandes ojos grises y una boca un ápice demasiado grande.
-¿Por qué no considera la pizza mi versión del comité de bienvenida?
-Es usted muy amable, pero no puedo...
-¿Va a rehusar la amabilidad de un vecino? -como le parecía excesivamente fría y desconfiada para su gusto, Joe miró al niño-. Hola, soy Joe -esta vez, su sonrisa obtuvo respuesta.
-Yo soy Rob. Acabamos de mudamos.
-Ya lo veo. ¿De fuera de la ciudad?
-Ajá. Nos hemos cambiado de piso porque mamá tiene un trabajo nuevo y el otro era muy pequeño. Desde mi ventana se ve el parque.
-Desde la mía también.
-Disculpe, señor...
-Joe -repitió él, mirando a ______ .
-Sí, bueno, es muy amable por habermos subido la pizza -y también muy raro, pensó-. Pero no quisiera abusar de su tiempo.
-Puede comerse una porción -dijo Robert -. Nosotros nunca nos la acabamos.
-Rob, estoy segura de que el señor... Joe tendrá cosas que hacer.
-No, qué va -no era un maleducado, le habían enseñado buenos modales hasta el hartazgo. En otra ocasión, tal vez los hubiera utilizado y se habría marchado haciendo una leve inclinación de cabeza, pero algo en la reserva de aquella mujer y en la cálida bienvenida del chico lo hacía obstinarse-. ¿Tiene una cerveza?
-No, lo siento, yo...
-Tenemos refrescos -dijo Robert -. Mamá a veces me deja tomar uno -a Robert no había nada que le gustara más que la compañía. Le lanzó a Joe una sonrisa ingenua-. ¿Quiere ver la cocina?
-Me encantaría -Joe siguió al chico, viendo que ______ hacía una mueca parecida a una sonrisa.
Ella se quedó en el centro de la habitación un momento, con los brazos en jarras, sin saber si irritarse o ponerse furiosa. Después de pasarse el día cargando cajas, no le apetecía tener compañía. Y menos la de un extraño. Lo único que podía hacer era darle una porción de la dichosa pizza y quedar en paz con él.
-Tenemos un triturador de basuras. Hace un ruido muy raro.
-Apuesto a que sí -Joe se inclinó obedientemente sobre el fregadero mientras Robert apretaba el interruptor.
-Rob, no lo pongas en marcha sin nada dentro. Como verá, todavía estamos un poco desorganizados -______ se acercó a un armario recién colocado y sacó unos platos.
-Yo llevo aquí cinco años, y todavía no me he organizado.
-Vamos a tener un gatito -Robert se subió a un taburete y tomó las servilletas que su madre había puesto en un cestillo de mimbre-. En la otra casa no permitían animales, pero aquí sí podemos tener uno, ¿verdad, mamá?
-En cuanto nos organicemos, Rob. ¿Sin azúcar o normal? -le preguntó a Joe.
-Una normal está bien. Parece que le ha rendido el día.
La cocina estaba limpia como una patena. Junto a la única ventana, de una redecilla de macramé, colgaba un próspero helecho. La señora Wallace tenía menos espacio que él, lo cual le parecía una pena. Ella sin duda le sacaría mayor partido que él a la cocina. Echó otro vistazo a su alrededor antes de sentarse junto a la encimera. Pegado a la nevera había un dibujo de buen tamaño, hecho con ceras, que representaba una nave espacial.
-¿Lo has hecho tú? -le preguntó a Rob.
-Sí -el niño tomó la ración de pizza que su madre le había puesto en el plato y le dio un buen mordisco.
-Es bueno.
-Se supone que es Segundo Milenio, la nave del Comandante Zark.
-Lo sé -Joe le dio un bocado a su porción-. Te ha salido muy bien.
Robert, que engullía la pizza a toda velocidad, dio por sentado que Joe reconocía el nombre de Zark y su medio de transporte. Según él, todo el mundo estaba al corriente de esas cosas.
-Estoy intentando hacer el Desafío, la nave de Leilah, pero es más difícil. Y, además, de todos modos creo que el Comandante Zark la va a hacer estallar en el próximo número.
-¿Tú crees? -Joe le lanzó a ______ una sonrisa desenfadada cuando ella se sentó a la encimera-. No sé, no sé. Ahora mismo está metido en un buen lío.
-Sí, pero no le pasará nada.
-¿Le gustan a usted los cómics? –preguntó ______. Al sentarse, reparó en lo grandes que eran sus manos. Iba vestido con descuido, pero tenía las manos limpias y un cierto aire de competencia desenfadada y mundana.
-Sí, mucho.
-Yo tengo más cómic s que todos mis amigos. Mamá me regaló la primera edición de Comandante Zark en Navidad. Tiene diez años. Entonces Zark era solo capitán. ¿Quiere verlo?
El niño era una auténtica joya, pensó Joe: dulce, inteligente y espontáneo. Respecto a la madre, se reservaba el juicio de momento.
-Sí, claro, me encantaría.
Antes de que ______ pudiera decide que se acabara la cena, Robert saltó del taburete y echó a correr. Ella se quedó callada un momento, preguntándose qué clase de hombre leía cómics. Sí, ella los hojeaba de cuando en cuando para saber qué clase de lecturas hacía su hijo, pero ¿leerlos? ¿Una persona adulta?
-Es un chico estupendo.
-Sí, lo es. Es usted muy amable por... hacerle caso cuando habla de cómics.
-Los cómics son mi vida -dijo Joe, muy serio.
Ella lo miró con cierto asombro. Aclarándose la garganta, volvió a concentrarse en su cena.
-Entiendo.
Joe se mordió la lengua para no echarse a reír. Aquella mujer era un hueso duro de roer, desde luego. Aunque fuera su primer encuentro, no veía razón para no seguir pinchándola un poco.
-Imagino que usted no.
-¿Que no qué?
-Que no lee cómics.
-No, yo, eh, no tengo tiempo para leer esas cosas -hizo girar los ojos, sin darse cuenta de que Robert le había copiado aquella costumbre-. ¿Quiere otro trozo?
-Sí -él se sirvió sin esperar a que lo hiciera ella-. Pues debería sacar tiempo, ¿sabe? Los cómics pueden ser muy instructivos. ¿En qué trabaja?
-Oh, trabajo en banca. Soy responsable de préstamos del National Trust.
Joe dejó escapar un silbido de admiración.
-Menudo trabajo para alguien de su edad.
Ella se tensó automáticamente.
-Llevo trabajando en banca desde los dieciséis.
También era suspicaz, pensó él mientras se lamía la salsa del pulgar.
-Eso pretendía ser un cumplido. Pero me da la sensación de que a usted no le gustan mucho los cumplidos -era dura aquella mujer, pensó, aunque, por otro lado, tal vez no le quedara más remedio. No llevaba anillo de casada. Ni siquiera tenía una marca blanca que probara que se lo había quitado hacía poco-. Yo también he hecho algunos negocios en banca. Ya sabes, ingresos, reintegros, cheques devueltos, esas cosas.
Ella se removió, incómoda, preguntándose por qué Robert tardaba tanto. Estar sola con aquel hombre la ponía nerviosa. Nunca le costaba trabajo mirar a los ojos de la gente, pero con Joe, sí. Él no apartaba la mirada.
-No quería ser brusca.
-No, no lo ha sido. Si quisiera pedir un préstamo en el National Trust, ¿por quién tendría que preguntar?
-Por la señora Wallace.
Definitivamente, un hueso duro de roer.
-¿Señora es su nombre de pila?
-No, me llamo ______ -dijo ella, sin comprender por qué le costaba tanto decírselo.
-______, entonces -Joe le ofreció la mano-. Encantado de conocerte.
Ella esbozó una débil sonrisa. Era una sonrisa cauta, pensó Joe, pero algo era algo.
-Lamento haber sido antipática, pero ha sido un día muy largo. Una semana, en realidad.
-Yo odio las mudanzas -dijo él cuando ella le estrechó la mano. La de ______ era fresca y tan esbelta como toda ella-. ¿Tienes alguien que te ayude?
-No -apartó la mano, azorada-. Pero nos las apañamos bien.
-Ya lo veo.
«No se necesita ayuda». Parecía llevar aquel letrero en grandes letras enmarcado en la cara. Joe conocía a unas cuantas mujeres como ella, tan ferozmente independientes, tan desconfiadas de los hombres en general que no solo llevaba un escudo protector: llevaban un arsenal entero de dardos envenenados tras él. Un hombre sensato debía mantenerse apartado de ellas. Lástima, porque ella era una preciosidad, y el crío era un encanto.
-No me acordaba de dónde lo había guardado -Robert regresó colorado por el esfuerzo-. Es un clásico. Hasta el vendedor se lo dijo a mamá.
Y además le había cobrado un riñón y parte del otro por él, pensó ______. Pero a Robert le había gustado más que el resto de sus regalos.
-Está en muy buen estado -Joe pasó la primera página con el cuidado de un joyero puliendo un diamante.
-Siempre me lavo las manos antes de leerlo.
-Buena idea -era asombroso que, después de tanto tiempo, siguiera sintiendo tanto orgullo. Y aquel estallido de satisfacción.
Allí estaba, en la primera página. Guión y dibujos de Joe Jonas. El Comandante Zark era su hijo, y a lo largo de diez años se habían hecho grandes amigos.
-Es una historia fantástica. Explica por qué el Comandante Zark dedicó su vida a defender el universo contra la maldad y la corrupción.
-Porque su familia había sido aniquilada por el malvado Flecha Roja en su ambición por alcanzar el poder.
-Sí -a Robert se le iluminó la cara-. Pero al final se venga de Flecha Roja.
-En el número 73.
______ apoyó la barbilla sobre una mano y se quedó mirándolos. Se dio cuenta de que el desconocido no solo intentaba complacer a Robert: estaba hablando en serio. Estaba tan obsesionado por los cómics como un niño de nueve años.
Lo más curioso era que parecía bastante normal. Hasta hablaba bien. En realidad, estar sentada a su lado la turbaba porque era un hombre extremadamente viril, con su cuerpo fibroso y recio, su rostro anguloso y sus grandes manos. ______ ahuyentó rápidamente aquella idea. N o quería empezar a pensar así de un vecino, y menos aún de uno cuyo nivel intelectual se había quedado en la adolescencia.
Joe pasó un par de páginas. Sus ilustraciones habían mejorado a lo largo de una década, lo cual era tranquilizador. Sin embargo, había logrado mantener la misma pureza de trazo, las mismas imágenes directas y nítidas que se le habían ocurrido diez años antes, cuando trataba penosamente de salir adelante haciendo retratos.
-¿Es tu preferido? -Joe señaló con la punta del dedo un dibujo de Zark.
-Sí, claro. Tres Caras me gusta, y el Diamante Negro está bien, pero el Comandante Zark es mi favorito.
-El mío también -Joe le revolvió el pelo. Al llevarles la pizza, no sabía que allí encontraría la inspiración que llevaba buscando toda la tarde.
-Si quieres, puedes leerlo algún día. Te lo prestaría, pero...
-Lo comprendo -cerró el cómic cuidadosamente y se lo devolvió-. No puedes prestar una pieza de coleccionista.
-Será mejor que lo guarde.
-Antes de que se den cuenta, estarán intercambiando números -______ se levantó y empezó a recoger los platos.
-Lo cual a ti te divierte, ¿no?
Su tono hizo que ______ se volviera para mirarlo rápidamente. No había sonado áspero, y sus ojos seguían teniendo una expresión clara y suave, y sin embargo... algo le advertía que tuviera cuidado.
-No quería insultarte. Pero me resulta un tanto extraño que un adulto tenga por costumbre leer cómics -metió los platos en el lavavajillas-. Siempre he pensado que era algo que los chicos abandonaban a cierta edad, pero supongo que también podría considerarse, ¿qué? ¿Una afición?
Él alzó las cejas.
Ella había vuelto a mirarlo cara a cara, con aquella media sonrisa en los labios. Obviamente, intentaba enmendarse. Pero a él no le apetecía que se saliera con la suya tan fácilmente.
-Los cómics no son una simple afición para mí, señora ______ Wallace. No solo los leo. También los escribo.
-¡Madre mía! ¿De verdad? -Robert se quedó mirándolo como si fuera un rey coronado-. ¿Lo dices de verdad? ¿En serio? ¡Ay va! ¿Tú eres Joe Jonas? ¿El verdadero Joe Jonas?
-En carne y hueso -le dio un suave tirón de la oreja mientras ______ lo miraba como si acabara de llegar de otro planeta.
-¡Woow, Joe Jonas está aquí! Mamá, es el Comandante Zark. Mis amigos no van a creérselo. ¿Tú te lo crees, mamá? ¡El Comandante Zark en nuestra cocina!
-No -murmuró ______ sin dejar de mirarlo-. No me lo puedo creer.
ForJoeJonas
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
CONTINUA!!!!!!!!!!!!!
POR CIERTO ME ENCANTO LA IMAGEN OFICIAL, FELICIDADES, POR TU TRABAJO
POR CIERTO ME ENCANTO LA IMAGEN OFICIAL, FELICIDADES, POR TU TRABAJO
♫ Laura Jonas ♥
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY QUE TIERNO
ME ENCANTO, ME ENCANTO, ME ENCANTO
:bounce:
SEGUILA AAAAAAAAAAAADE!
AMO LA NOVE
:love:
ME ENCANTO, ME ENCANTO, ME ENCANTO
:bounce:
SEGUILA AAAAAAAAAAAADE!
AMO LA NOVE
:love:
F l ♥ r e n c i a.
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
OMJ Dale mujer siguela como se t ocurre dejarla ahi!!
SIGUELA PLIZZZ
X cierto me llamo paola pero me gusta mas pao XD
sabes q mas. AME EN SERIO AME LA FOTO SE VE TAAAAAAAAAANNNNN SEXY JOSEPH!!! aunque siempre se ve asi pero ufff esta genial!!
SIGUELA PLIZZZ
X cierto me llamo paola pero me gusta mas pao XD
sabes q mas. AME EN SERIO AME LA FOTO SE VE TAAAAAAAAAANNNNN SEXY JOSEPH!!! aunque siempre se ve asi pero ufff esta genial!!
Invitado
Invitado
Re: ~·~ Un Héroe En Nueva York ~·~ (Joe y tú)
jooo que mala dejandola en lo mejor!!
siguela!!!!!!!
siguela!!!!!!!
StayMemiFaither
Página 2 de 27. • 1, 2, 3 ... 14 ... 27
Temas similares
» Un héroe en Nueva York - [Louis Tomlinson]
» Next Top Model Nueva York ~H. S~
» Te estoy vigilando, Nueva York
» ♥Soltera en Nueva York♥ ( Harry y Tu ) HOT
» Hocus Pocus - [Harry Potter&Tú]
» Next Top Model Nueva York ~H. S~
» Te estoy vigilando, Nueva York
» ♥Soltera en Nueva York♥ ( Harry y Tu ) HOT
» Hocus Pocus - [Harry Potter&Tú]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 2 de 27.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.