Poniéndolos En La Cornisa [LP] - Terminada

Capítulo 12

Vimos a Harry diez minutos después de haber llegado allí.

¡Diez minutos!

Fue como si el destino hubiera dictado que íbamos a tener un futuro juntos.

Con toda la gente en el juego de fútbol americano, ¿cuáles eran las posibilidades de que lo viese tan pronto? Antes de que mi cabello se hubiera erizado o antes de que hubiera restregado todo mi maquillaje. Incluso antes de que mi madre se diera cuenta de que me había quitado mi suéter holgado para revelar una linda, ceñida y pequeña blusa que mágicamente se las arregló para arrastrar los ojos hacia mis casi invisibles pechos. Estaba bastante segura que era la raya blanca de diez centímetros justo sobre mis pechos lo que era tan atrayente.

Era innecesario decir que Ellie lo había robado del armario de Claire, pero Claire no se enojaría. No había duda de que ella apoyaría completamente cualquier intento de poner a un chico de rodillas en un impotente charco de deseo.

De todas maneras, estábamos de camino al puesto de refrescos para conseguir refrescos cuando vi a Harry. Estaba en la fila justo en frente de nosotras, usando su chaqueta de cuero negro y jeans de nuevo.

Le di un codazo a Natalie, quién tuvo la mala suerte de ser la persona más cercana a mí.

—¡Ese es él!

—¿Dónde? —preguntó Alanna. Natalie estaba muy ocupada jadeando y tratando de recuperar el aliento luego de haberla golpeado en la tripa. Supongo que la adrenalina estaba fluyendo. ¡Lo siento, Nat!

—Comprando perros calientes. El de la chaqueta negra. —Quería esconderme. Hundirme detrás de mis amigas. Escapar—. Va a pensar que lo estoy siguiendo.

—Por supuesto que lo hará —dice Ellie—. Con trescientas personas en este juego y tu hermano en el equipo, no hay absolutamente otra razón por la que estarías aquí más que para acecharlo.

Mordí mi labio. —¿Tú crees?

—¡No! Estaba bromeando. —Ellie agarró mi brazo y me giró hacia ella para una rápida inspección—. Te ves genial. Ve por ello.

—¿Ir por qué? No sé qué decir.

—Vamos a formar la fila —dijo Alanna—. Él tendrá que caminar al lado nuestro con su comida cuando se vaya.

Esa era Alanna. Siempre calmada. Siempre pensando. —Buena idea.

Todas formamos fila, conmigo hacia afuera, justo al lado en donde él tendrá que caminar con su carga de comida.

Mi corazón latía con fuerza. No sólo con fuerza, estaba fuera de control. ¿Era esto lo que se sentía justo antes de que te dé un ataque al corazón? Tenía nudos en el estómago, e incluso las plantas de mis pies estaban sudando.

—No puedo hacer esto.

—Sí, puedes. —Natalie se apretujó junto a mí, bloqueando mi camino de escape mientras veía a Harry pagar por sus perros calientes y refrescos.

—Allí viene. —Oh por Dios. Él estaba caminado directo hacia mí. Era tan lindo. Sexy. Precioso. Alto.

¿Seguiría oliendo como antes? Levanté mi nariz e inhalé, muy sutilmente, pero todo lo que podía oler eran perros calientes y palomitas de maíz.

Más cerca. A menos de dos metros de distancia ahora.

Un extraño zumbido comenzó en mis oídos, como si me fuera a desmayar. Oh, ¿no sería eso digno?

Su mirada se posó sobre mí, y esbocé una sonrisa. Él sonrió de regreso. Amo esa sonrisa.

Sentí un codo en mi espalda y oí un susurró comandando a que dijera algo. Él estaba a solo treinta centímetros de distancia ahora y a punto de pasar. —Obtuve el papel —solté.


Él me miró.

—¿Dijiste algo?

—Obtuve el papel.

Me miró sin comprender.
—¿Qué papel?

Oh por Dios. Él no recordaba quién era yo. —El... el....

Luego alguien gritó su nombre y él se volteó. Se perdió en la multitud. Se fue. Qué horrible, horrible noche.

Capítulo 13

—Tengo una teoría sobre la noche del viernes —anunció Ellie en la noche del domingo—. Sobre lo que pasó con Harry en el juego.

—No me importa. —Está bien, me importaba. Mucho. Pero estuve intentando no pensar en Harry todo el fin de semana, y tener a Ellie hablando sobre eso no iba a ayudar. En ese momento estaba tendida sobre mi tapiz mirando fijamente el techo.

Como estuve haciendo todo el fin de semana.

Él no me reconoció.

Después de que me había obsesionado con él cada minuto desde que lo conocí, ni siquiera había recordado mi rostro, por no hablar de mi nombre. ¿Cómo podía alguien olvidar el nombre Blueberry? Muy poca gente olvida haber conocido a alguien con mi nombre. ¿Entonces el hecho de que Harry lo había olvidado completamente?

No era una buena señal.


No era bueno en absoluto.

—Tengo una teoría —interrumpió Ellie—. ¿Nadie quiere oírla?

—No. —No podía tolerar hablar o pensar sobre Harry por otro minuto.

Alanna y Natalie no estaban tan reservadas como yo.
—¿Cuál es tu teoría, Ellie? —preguntó Alanna.

Bueno, ella preguntaría. Nunca tuvo ninguna tarea que hacer un domingo a la noche. Podría muy bien analizar el proceso por el cual _____ Tomlinson se había convertido en invisible.

Sin embargo, no era que yo estaba haciendo alguna tarea. ¿Cómo podría pensar yo sobre matemáticas cuando mi corazón se encontraba en este momento de camino al centro de trasplantes y mi cuerpo estaba cubierto de marcas de pisadas luego de ser succionado fuera de La Cornisa por la fuerza de los vientos del huracán girando alrededor?

Nosotras nos hemos estado reuniendo todos los domingos de noche desde que comenzamos a tener tarea. Al principio, nos reuníamos para trabajar juntas en las asignaciones.

Una vez que Ellie y Alanna se habían ido a una escuela privada, habíamos mantenido la tradición, ya que hace menos dolorosa para hacer la tarea en la noche del domingo, si todas sufríamos juntas.

De hecho, era una especie de promesa no escrita que todas dejáramos algo de tarea para hacer por la noche del domingo.

Excepto Alanna. Simplemente no estaba en su naturaleza. Así que esta noche estaba leyendo un libro. Para la diversión. No es un libro de texto, un libro divertido. Tal vez había esperanza para ella.

Yo, por otra parte... toda mi tarea no estaba hecha todavía. Yo no tenía ninguna posibilidad de terminar todo antes del lunes, y no me importaba. Estaba demasiado deprimida para trabajar.

—Sí, ¿cuál es tu teoría? —le preguntó Natalie.

—Yo no quiero escucharla —anuncié.

—Entonces no la escuches. —Ellie cruzó las manos sobre su libro de pre-álgebra como un gurú de al-saber—. En las audiciones, _____ no tenía ningún maquillaje. Llevaba unos jeans y un jersey holgado, y su cabello estaba mostrando los efectos de un largo día en la escuela.

Mi estómago se cayó.

—No me di cuenta de que parecía tan mal. —No es que estaba escuchando. Porque no lo estaba.

—Oh, no, no, no. —Ellie dio unas palmaditas en la rodilla—. Se veía bien. Pero en el partido de fútbol americano te veías ardiente. Como si tuvieras dieciséis.

—¿En serio? ¿Lucía de dieciséis? ¿Incluso sin tetas? —Alanna rodó sus ojos.

—No todas las mujeres mayores tienen tetas grandes.

—Lo sé, pero seguro que ayuda —le dije.

—En fin... —Ellie agitó las manos para llamar nuestra atención—. No es que no notó a _____ en las audiciones. Sólo que no la reconoció porque se veía diferente, más mayor, y había tantas distracciones que no tuviste tiempo para cortejarlo.

—¿Cortejarlo? ¿Cómo cortejar? —No sabía que tenía que conquistarlo. Me había centrado en tratar de tener una frase inteligible que saliera de mi boca.

—Sí, ¿a qué te refieres con cortejar? —le preguntó Natalie.

—Me refiero a hacer que un tipo note cuán totalmente impresionante eres, y que morirá de una muerte horrible y sufrida, si no sale contigo como su novia dentro de los próximos treinta segundos —explicó Ellie.

Gemí y tiré una almohada sobre mi rostro.

—Oh, ya que será fácil de hacer, por supuesto.

—Por supuesto será fácil. Sólo se necesita un mejor ambiente para que pueda centrarse en ti. —Ella me señaló —. Ya verás, _____. Te daremos todo cubierto hacia fuera antes de tu primer ensayo y después va a caer a tus pies cuando se dé cuenta de la muchacha hermosa del partido de fútbol americano, es también la misma _____ encantadora que conoció en las audiciones.

Yo quería creer eso. Yo realmente lo quería.

—¿Tú realmente piensas eso? —Yo no estaba muy segura, pero Alanna asintió de acuerdo.

—Sabes, creo que Ellie tiene un punto. Te veías diferente en el partido de fútbol americano. Ese lindo top realmente mostró tu figura. —Alanna sonrió—. Él probablemente estaba demasiado ocupado mirando a tu pecho para observar tu rostro.

—Wow. Eso sería fantástico. —Nadie había visto nunca mi pecho en lugar de mi cara.

Ellie se deslizó hasta el borde de mi cama, donde había esparcido toda su tarea.

—Entonces, ¿dónde estaba él mirando? ¿Te diste cuenta?

—Él... um... bueno... —Traté de convencerme de que él había estado mirando mis pechos, pero no había ninguna esperanza de delirios de esa magnitud—. Creo que miraba más allá de mí. Entre la multitud.

—Oh. —Ellie frunció el ceño—. Entonces supongo que tendré que ir con mi conclusión original. Simplemente no te reconoció.

—Debido a que se veía tan caliente —agregó Natalie.

Examiné los rostros de mis devotas amigas y decidí que todas estaban locas. Excepto que yo realmente, realmente quería creer. Necesitaba creer que había sido simplemente una cuestión de falta de reconocimiento porque me veía tan sexy. Si la verdad era que Harry había simplemente olvidado que existía, nunca me recuperaría.

Capítulo 14

—Mi primer ensayo es el martes. A las cinco y media.

Ellie asintió.
—Nos encontraremos en el vestuario a las cinco. Voy a traer suministros desde la habitación de Claire.
Natalie sonrió y dio unas palmadas.
—Dejaré la práctica temprano entonces. Así puedo reunirme con ustedes chicas.

En ese momento, la puerta de mi dormitorio se abrió y mi madre asomó la cabeza por la puerta. Ella llevaba una camisa azul y pantalones holgados blancos. Nada de negro en lo absoluto. ¡Hurra!

—Niñas, se supone que deben estar estudiando, no hablando.

—Estábamos discutiendo sobre el primer ensayo de _____ —dijo Natalie—. Está un poco nerviosa.

—Oh... —Eso fue todo lo que se necesitó para atraer a mi mamá. Entró en la habitación y se sentó en la cama junto a Ellie.

Terapia de mamá. 
Justo lo que necesito para sacar de mi mente a Harry. No.

El lunes después de la escuela abrí la puerta del granero y anuncié mi vida a los animales.

—Mi primer ensayo es mañana por la noche. Estoy muy nerviosa.

—¿Ensayo para qué? —Un niño apareció desde las tolvas de alimentación y grité.

Está bien, puedo admitirlo: grité. Tal vez fue un poco indigno, pero realmente no esperaba nada humano en el granero. Por lo menos no me desmayé, aunque Ellie probablemente lo recomendaría en determinadas circunstancias.

—¿Quién eres y qué quieres? —Tomé un cubo de alimentación y lo levanté como si yo supiera ocasionar graves lesiones físicas con él. ¿Qué estaba haciendo él aquí? ¡No debe haber extraños en nuestra granja!
No parecía muy asustado, por desgracia. Sonrió en lugar de gritar y correr por su vida.

—Yo soy Liam Payne. ¿Eres _____?

¿Cómo supo mi nombre? ¿Tenía un acosador? Hmmm... era algo lindo para ser un acosador, a pesar de que sus pantalones de jeans azules estaban descoloridas y holgados, y sus botas estaban bastante destartaladas. Su sonrisa era agradable y simpática, y me gustó la forma en que su cabello estaba casi al ras de su cabeza. Su cuerpo era delgado y relajado, como si estuviera totalmente a gusto con estar en el granero de alguien. Honestamente, era una especie de apariencia sugerente en forma descuidada. Nada como Harry, sin embargo.

—¿Qué estás haciendo en mi granero? —pregunté, todavía empuñando la cubeta. No estaría distraída por la buena apariencia de mi futuro asesino.

—Esperándote.

—¿A mí? —Wow. Tal vez él realmente estaba tras de mí. ¿Debería sentir pánico? ¿Correr lejos?—. ¿Por qué?

—Se supone que debes mostrarme qué tengo que hacer. —Se recargó contra las cubetas de comida, presionando su cadera contra la madera—. ¿No te dijeron tus padres que me contrataron?

—Oh... no, mis padres no me dijeron. —Desgraciadamente, no era un acosador. Qué mal. Tal vez hubiera sacado a relucir el instinto protector de Harry. Cuando me reconociera, eso es—. Eres mi reemplazo.

—Por los próximos tres meses. —Cruzó los brazos sobre su pecho—. ¿Estás en una obra?

—Un musical. —Oye, no había nada de malo en dejar que la gente supiera que sé cantar. Casualmente, bajé el cubo hacia atrás, pretendiendo que simplemente lo estaba moviendo a un lugar más apropiado.

—¿Eres cantante?

Bien. Déjame deleitarme en mis delirios por tan sólo un segundo.

—No, en realidad, no sé cantar. Es una parte no cantada.

Él asintió de forma aprobadora.

—Genial.

¿Genial? ¿Qué quería decir con eso?

—Yo tampoco sé cantar —me dijo.

Oh, Dios. ¿Acaso estaba intentando simpatizarme? ¿Acaso yo le gustaba? Inaceptable. Yo no estaba disponible. Debía cortarlo de raíz.

—Harry sabe cantar —dije altaneramente.

Liam alzó su ceja.
—¿Quién es Harry?
—Un chico —respondí vagamente.

—¿Un novio?

Yo quería decir que sí, pero no podía utilizar demasiado la mentira. Mentir era lo que ayudaba a contribuir a la ruina de la sociedad. Negociar los ajustados horarios de la cena era una cosa. ¿Mentir? Era algo que por completo haría que mi mamá estuviera de luto por un año. Y ella definitivamente lo descubriría. Es una mamá. Son psíquicas.

—Eso espero.

Liam asintió.

—Ah. ¿Un chico que te gusta?

—Actúo el papel de su madre en el musical.

—Interesante.

—No soy realmente su madre —dije—. Eso sería raro, o nada en la vida real.

Liam sólo permanecía allí de pie, sonriendo, como si supiera cómo atraparme completamente enredada, y cosas por el estilo.

Qué pesado.

—¿Cuál es el nombre del chico?

—Harry Styles.

Liam ladeó la cabeza.

—¿Harry Styles, eh? —Lo dijo como si hubiera algo malo con el nombre.

—Estoy segura de que no lo conoces. Es un chico de último año.

—Pues yo también.

—Oh.—Bueno, está bien, entonces—. Él también juega baloncesto, para que sepas.

Liam alzó sus manos.

—Está bien, me doy por vencido. Harry Styles puede tenerte. Me haré a un lado.

Capítulo 15

¿Hacerse a un lado? Él no estaba compitiendo, ¿o sí? Por supuesto que no. Él estaba aquí para limpiar el establo.

Harry probablemente nunca había limpiado un establo en su vida. Hacer algo así era muy poco genial.
—Entonces, ¿quieres aprender a alimentar a los animales o qué?

—Es por lo que tus padres me pagan.

—Al menos te pagan. Yo he estado haciéndolo gratis. —Me dirigí hacia la cubeta de comida contra la cual Liam se estaba recargando, así podía empezar a mostrarle qué tenía que hacer.

Una ligera sonrisa curvó la boca de Liam, y noté que era una boca agradable a la vista.

—Los niños aprenden a tomar ventaja en algunas ocasiones, ¿no lo crees?

—Definitivamente.

Se hizo a un lado, así yo podía destapar la cubeta.

—Entonces, si no estuvieras trabajando gratis para tus padres, ¿dónde estarías trabajando?

—¿Trabajando? —Nunca había pensado en trabajar. Tenía quince años. Supongo que cuando tienes diecisiete, se te da por pensar ese tipo de cosas, pero me podía inventar algo, ¿verdad?—. Emmm... —¡Piensa!—. Con niños. Quisiera trabajar con niños.

—¿Como una profesora?

Hmmm... eso sonaba un poco como del montón.

—Pandillas juveniles. —Mi mamá justamente el otro día me hablaba acerca de cómo las pandillas eran un sustituto de las familias, y si el núcleo familiar no se rompiera, entonces no habría niños en las pandillas. Eso sonaba bastante interesante.

Liam alzó una ceja.

—¿Pandillas juveniles?

—Sí. Tú sabes, ir a lo más interior de las ciudades y ayudar a esos niños. Llegaría a tener que cargar un arma y todo eso.

Ups. Mi mamá no estaría muy alegre con lo del arma. Mejor no contarle aquél pequeño detalle.

Sonrió.

—Nunca había pensado que estuvieras de acuerdo con las armas de fuego.

¡Detén todo! ¡Ellie me mataría por decir que quería cargar un arma! Esa no era la forma de atraer a un chico. Tú atraes a los chicos vistiendo camisetas ajustadas, jugueteando con tu cabello, y riendo en los momentos correctos.

No diciéndoles que querías cargar un arma.

No había forma de que yo volviera a poner algún chico en La Cornisa. ¡Nunca! Yo sería una completa perdedora cuando esto llegase a los chicos.

Excepto que yo no intentaba llamar la atención de Liam. Tal vez mi subconsciente lo supiera, y se hubiera comportado mucho más apropiadamente si fuese con Harry con quien yo estaba hablando.

Definitivamente, era eso. No estaba desesperanzada. Nunca sería yo misma delante de un chico al que quería impresionar. Sólo con los chicos que no me interesaran. ¡Todavía tenía una oportunidad!

—¿_____? ¿Estás aquí? —gritó Ellie desde la entrada. ¡Ah! ¡Mi grupo de apoyo!

—Aquí —grité. Liam me miró confundido, entonces le expliqué—. Son mis amigas. Vendrán esta noche a cenar para ayudar a prepararme para mi ensayo mañana.

Asintió con complicidad.

—Necesitas recoger tu vestuario, ¿eh?

¿Qué? ¿Acaso tenía hermanas o familiares por el estilo? ¿O una novia seria? ¿Y por qué ese segundo pensamiento me molestó en el fondo?

Ellie relampagueó cerca de la esquina, seguida por Natalie y Alanna, las cuales se detuvieron al instante al ver a Liam.

—Holaaaa —canturreó Ellie, dándole una sonrisa de placer cuando saltó sobre el mostrador del lavabo y cruzó las piernas por lo que no podías dejar de notar lo corta que era su falda—. ¿Y tú quién eres?

Casi reí por el obvio coqueteo de Ellie. Casi reí, porque una parte de mi quería siempre-tan-agradablemente inclinarla en el mostrador y dentro de una carretilla por mirar a Liam así. Quiero decir, sí, no estaba interesada en él, pero fue el primer chico notable con el que he tenido una conversación real, y siento un poco que él debería estar fuera del alcance de los coqueteos de Ellie. Lo que era tonto, por supuesto, ¿correcto? Así que, amablemente le señalé a cada una de mis amigas.

—Liam, estas son Ellie, Alanna, y Natalie. Chicas este es Liam. Está a cargo de la granja mientras estoy en el ensayo.

—Hola. —Natalie se dejó caer en un fardo de heno y empezó a masticar un pedazo de paja, y Alanna se acercó a los libro de primeros auxilios equinos y empezó a hojear uno de ellos.

—Así que, ¿de qué estamos hablando? —preguntó Ellie ultra-casualmente.

Dejar a mis amigas adherirse a un chico. Cualquier chico. Lo conocí primero. Él era mi chico para ignorar.

—No tenemos tiempo para hablar —expliqué—. La cena es en media hora.

—Genial. Todas ayudaremos con las tareas. —Natalie saltó y agarró la manguera—. Yo regaré.

—Revisaré a las gallinas —dijo Ellie.

—Y yo me aseguraré de que la cabra no haya comido nada mortal hoy —dijo Alanna.

Las tres desaparecieron casi al instante, dejándome con Liam. Um, bien, así que supongo que Ellie no realizó ningún movimiento en él, después de todo, viendo cómo se fue para que pudiéramos estar solos. Lo que me hacía sentir un poco nerviosa, y un poco emocionada. Podría practicar mis habilidades de “recordar cómo hablar de forma coherente con un chico de diecisiete” en Liam.

—Entonces te mostraré como alimentar a todos. ¿Y luego limpiamos los establos?

—Suena bien.

En cuanto abrí una caja de alimentos, pensé sobre la respuesta de Liam a Harry. En realidad, él no había admitido que conocía o no a Harry. Ambos eran de último año. La escuela no era tan grande. Tal vez pudiera conseguir una idea de Harry que pueda ayudarme a conquistarlo. Conquistar. Esa palabra me hizo reír.

—¿Asistes a la Secundaria Mapleville?

—Sip. —Se inclinó sobre mi hombro para ver cuánto estaba recogiendo. Tomé una bocanada y me di cuenta de que él olía muy bien. Diferente a Harry; no tan intenso. Pero aun así muy bien.

Harry, correcto. Él es en quien se supone que debería estar pensando. —¿Así que conoces a Harry?

Capítulo 16

Harry, correcto. Él es en quien se supone que debería estar pensando. —¿Así que conoces a Harry?

—Sé quién es él. ¿Eso es para la cabra?

—Caballos. —Eché una carga de bola en uno de los cubos—. ¿Y?

—¿Y qué? —Vio como recogí un poco de avena—. ¿Cuál caballo?

—El gris obtiene las bolas, el café recibe el alimento dulce y avena. —¿Liam estaba molesto a propósito? ¿Cuán obvio pareció que trataba de obtener información de Harry? ¿Cómo se supone que iba a ser sutil si Liam se negaba a tomar las pistas?—. ¿Así que eres amigo de Harry?

Bufó.

—Ni por casualidad.

¿Por qué? ¿Porque Harry era demasiado genial para él? Pero en verdad no creo que era por eso. No conocía a Liam muy bien, pero estaba muy segura de que “ni por casualidad” era más como “Amigo, ¿por qué demonios sería amigo de un perdedor?” Pero eso no tenía sentido. Definitivamente, Harry no era un perdedor, y estaba muy segura de que Liam no lo era tampoco. Quiero decir, ambos eran súper lindos y amigables. Entonces, ¿por qué Liam sonó como que Harry debería ser empujado de un muelle dentro de un lago de caca de pato?

—¿Por qué no son amigos?

—Porque tengo mejores cosas que hacer. —Liam tomó los baldes y comenzó a caminar hacia el establo.

Me apresuré para alcanzarlo.

—¿Qué hay de malo con Harry?

Liam me miró.

—Absolutamente nada. Estoy seguro de que sería perfecto para ti.

—¿Absolutamente nada? —No creí que él verdaderamente pensaba eso. ¿Por qué Liam odiaba a Harry? Casi le pregunté, pero me detuve.

¿Por qué me importaba lo que pensara Liam? Conocía a Harry, y sabía que él era asombroso, así que cualesquiera que fueran los asuntos que Liam tenía con él no era mi problema. No iba a dejar a Liam arruinar mi primer verdadero amor.

Harry era mi objetivo. El sexy y magnifico Harry que iba a estar en el escenario conmigo, mirándome directamente a mí, completamente asombrado por mis asombrosas habilidades actorales y por el traje increíblemente sexy que Ellie iba a hacer para mí.

Uf. Ya me estaba poniendo nerviosa por lo de mañana.

Capítulo 17

Pero al día siguiente, todo se vino abajo minutos antes de que incluso comenzara el ensayo.

La práctica de Natalie se retrasó. Ellie quedó en detención después de la escuela, y no le dio a Alanna ni el maquillaje ni la ropa sexy. Me quedé atascada con mi pelo liso, sin vida, sin maquillaje, mi camiseta sin forma y pantalones, y sin una sola de mis amigas para darme apoyo moral.

Cualquier esperanza de entrar inadvertidamente y esconderme en la última fila fue estropeada cuando giré en una esquina y vi a Harry de pie justo en la entrada al salón de actos, charlando con algunos otros chicos. No había ningún modo de moverme sigilosamente sin que me viera sin maquillaje y usando los pantalones que mi madre aprobaría.

Tal vez podría tener suerte y él no me notaría nuevamente. Esta vez, eso haría que mi día fuera perfecto, no arruinarlo. Esperé hasta un minuto después de las cinco y treinta, pero aun no entraba y el ensayo estaba comenzando.

Tuve que correr el riesgo.

Solté mi pelo para que cayera sobre mi cara, agaché mi cabeza y salté hacia el pasillo para pasar rápidamente junto Harry y entrar al salón de actos, moviéndome tan rápido que no me reconocería hasta que ya lo hubiera pasado.

Saltar. Acelerar. Correr. Directamente hacia Harry. Literalmente.

Distraída por mirar al piso y no a donde iba. Soy una idiota total, una idiota... que tiene las manos de Harry sobre sus hombros.

Oh. Por. Dios.

Sus manos estaban en mis hombros. Aparté mi mirada fuera de mis zapatos y lo miré, sólo para descubrir que me estaba miraba fijamente, prestándome la completa atención y concentración que había querido el viernes en la noche en el partido de fútbol. Miraba fijamente mis ojos con ternura y preocupación. Estaba segura que me iba a derretir justo aquí, en este instante, como la mantequilla recalentada.

—Vaya —dijo—. Mira por dónde vas.

—Lo siento —murmuré, agachando la cabeza de nuevo, esperando que no me reconociera.

—Oye, eres tú. —Dejó caer sus manos de mis hombros en ese instante, dando a entender que era o una total coincidencia o que no quería tocarme ahora que sabía quién era.

Fantástico. Por supuesto que me reconoció. Encontré su mirada y estaba observando mi rostro sin duda preguntándose por qué mi único maquillaje era un poco del rímel y los restos del rubor que puse esta mañana antes de ir a la escuela. Está bien, ahora era una tonta por no traer mi propio maquillaje por si Ellie se metía en problemas y no podía hacerlo. Ella quedaba en detención por lo menos dos veces al mes. Pensarían que tengo que estar preparada. Pero desde que me encontré con Harry mi cerebro dejó de funcionar.

—¿Cómo te llamas? ¿_____?

—Sí. —Bueno, por lo menos recordaba mi nombre. ¿Eso tenía que significar algo bueno? Tal vez no hubiera estado sin dormir preguntándose cuándo iba a verme nuevamente, pero al menos no me había bloqueado de su conciencia, como me preocupé después del infame incidente de “¿me hablas a mí?” en el juego.

—Así que, ¿qué parte obtuviste? —preguntó.

Está bien, el chico iba a obligarme a participar en la conversación, con total indiferencia ante mi fealdad. Tenía dos opciones: fingir estar terriblemente enferma y correr al baño o adoptar "La Actitud".
Pretender que era ardiente, vestida con lencería sexy que hacia babear a Harry y adoptar la actitud de que dominaba el mundo.

Como si tuviera idea de cómo hacerlo.

Pero por Harry, lo intentaría. Correr al baño fingiendo estar enferma, probablemente no sería la mejor manera de atraer a un sexy chico de último año. Me saqué el pelo de mi rostro, preguntándome si le recordaba a una modelo. ¿O le recuerdo a uno de esos perros de pelo largo que acababa de salir de un pantano?

Aunque mi nivel normal de autoestima quería creer en la teoría del perro callejero, "La Actitud" demandaba que adoptara la filosofía de “modelo”. Era una diosa. Harry era mi víctima. Yo dominaba al mundo.

—En realidad, Harry, creo que conseguí el papel de tu madre. —Destellé mi perfecta sonrisa post-aparatos y le di una suave inclinación de cabeza—. Podríamos pasar un poco de tiempo juntos.

Asintió con aprobación.
—Genial. Sabía que eras buena cuando leímos juntos.

Él sabía que era buena.
Hora de desmayarse.
Luego entrecerró sus ojos y me observó más detenidamente.

¿Qué? ¿Me estaba saliendo un grano? Instintivamente me pasé los dedos por la barbilla, pero no sentí ningunas protuberancias. ¿Qué estaba mirando?

—Espera un segundo —dijo lentamente, la sorpresa resplandecía en sus ojos—. Eres la chica del partido.

Ah, sí. Podía ver el esfuerzo que le estaba tomando conectar _____ la Idiota con la Chica Ardiente del partido.

—Estaba allí, sí. Mi hermano está en el equipo. —Sólo para que no pensara que había ido allí a buscarlo. Lo cual sí había hecho.

Pero no había ninguna necesidad de admitirlo. ¿O la había? No podía recordar cuánto revelar.

Coquetear, pero contenerse. ¡Ahh! Era muy complicado.

—Lo siento. —Harry se acercó y escondió mi pelo detrás de la oreja—. No te reconocí.

Oh. Por. Dios.

Él me tocó. A propósito. Y no para sostenerme después de que choque contra él. Realmente me había tocado.

—Así que, ¿vendrás a la fiesta del reparto el viernes por la noche? —preguntó. —¿Fiesta del reparto? —Me tocó. Me tocó. Me tocó. Nunca lavaría mi pelo otra vez.

—Sí. Es la primera fiesta del reparto de la temporada —dijo—. ¿Tienes un bolígrafo?

¿Tenía un bolígrafo? Por supuesto que tenía un bolígrafo. Dejé mi mochila en el suelo y saqué un bolígrafo rojo y un pedazo de papel. Harry tomó el bolígrafo, y luego tomó mi mano y escribió una dirección en mi palma.

Oh.


Por.


Dios.

—Esta es la dirección. Empieza alrededor de la siete. —Tocó mi mejilla—. Espero que puedas ir. Puedes traer amigos, si quieres.

Aun si caía por La Cornisa, perdía mi corazón, y quedaba aplastada por un camión de dieciocho ruedas, no había manera de que fuera a perderme esa fiesta.