¿Dispuesta a amar a alguien que desea tu sangre? [Niall Horan & Tú]

No conseguí pegar un ojo en toda la noche. No dejaba de pensar en lo que Niall me había dicho.

Flashblack

Comenzó a acercar su rostro al mío, nuestras respiraciones chocaban. En un segundo cerré los ojos, esperando que sus labios tocaran los míos, pero no pasó.

— Y… ¿Qué harías si te dijera que soy un vampiro? —Susurró en mi oído. Abrí los ojos de golpe y me paré, alejándome de él.
— ¿Qué… ¿Qué acabas de decir? —Mi respiración comenzó a agitarse. Estaba jugando ¿no? Los vampiros no existen, ni los zombies, ni las brujas, y ninguna de esas cosas ¿no?
— ¿Sabes? Debo irme. Buenas noches, linda —Besó mi frente, y desapareció por la ventana. Cuando me giré, Niall estaba en su habitación, mirándome mientras sonreía, y de un momento a otro, cerró la cortina.

Fin flashback

Aún no conseguía descifrar si era una broma de mal gusto, o estaba hablando en serio.
Miré el reloj. Diez minutos más y la alarma sonaría, indicándome otro frustrante día de clases.

Comenzó a sonar She Wolf, avisándome que ya debía de tomar una ducha y vestirme para ir a clases.

— Mierda —Restregué mis ojos. Había dormido exactamente diez minutos, los cuales imaginé a Niall frente mío, con colmillos y acercándose peligrosamente a mí, mientras pensaba en que sucedía.

Dejé que la tibia lluvia artificial cayera sobre mi cuerpo, relajando mis músculos, hasta los que no sabía que existían.
Me sequé y caminé al guardarropa.[x]

— ¿Harry? —Toqué la puerta de mi hermano y ésta se abrió un poco. Estaba aún durmiendo. — ¡Harry! ¡Se hace tarde! —Comencé a moverlo, hasta que conseguí despertarlo.

— ¿Qué quieres? —Preguntó con su voz ronca, tallando sus ojos.
— Se hace tarde tonto. —Miré regañándolo.
— ¡Diablos! ¿No pudiste despertarme antes? ¡Las clases comienzan en veinte minutos, ___! —En un rápido movimiento consiguió ponerse de pie. Revoleé los ojos y musité un "te apuras" antes de salir de su cuarto.

Bajé a la cocina, abrí el frigorífico, tomé la jarra de zumo de naranja que había y vertí el líquido en el vaso.

— Ya estoy —Me dijo Harry desde la sala.
— Ya voy —Dejé el vaso ya vació en la lavavajillas y caminé a la sala. Tomé mi bolso y salimos.
— ¿Tu auto o el mío? —Rió. Caminé hasta el x-trail de mi hermano revoleando los ojos. Todas las mañanas hacía eso para hacernos llegar tarde, y esta vez no era la excepción.
— ____ —Preguntó con la mirada fija en la calle.
— ¿Sí? Dime —Miré de reojo.
— ¿Estás saliendo con Niall?

Mis ojos se abrieron a tope, ¿Qué?. Tardé en responder, digo, ni yo sabía lo que éramos. Salimos dos veces solos, nos besamos, pero no éramos nada.

— Bueno, no diría que "saliendo" —Hice comillas con los dedos. Sonreí y recordé a Angie cuando respondió lo de Hazza.
— ¿So?
— Uhm, no lo sé Harry. —Me limité a responder. — ¿Tú y Angie? —Me esforcé por cambiar el tema.
— Oh, no me cambies de tema enana —Me miró de reojo. Detuvo el auto en un semáforo que marcaba rojo.
— Yo no he cambiado de tema, Edward.
— Oh, sí que lo has hecho. —Rió y presionó el acelerador al momento que el rojo pasó a verde.
— Cállate.
— Uy, que sensible ___ — ¿Se estaba burlando?
— Oh mira, ya hemos llegado. —Dije rápidamente y abrí la puerta.
¡Torpe, torpe! Me dije al instante que mis rodillas golpeaban el pavimento y mis manos evitaban que mi cara quedase incrustada en el suelo.

— ¡Hey! ¡Cuidado con que te caigas! —Exclamó Liam a lo lejos riendo a carcajadas.
— Ugh, cállate Leeyum. —Me levanté. Bien ___, digna.

Comencé a caminar hacia dentro del instituto. Aún escuchaba la sonora carcajada de Liam a mis espaldas. Ya verá ese castaño.

— ¡Hey ____!
— ¡Hola! —Saludé animadamente a Laura.
— ¿Sabes por qué Liam está así? —Frunció el ceño mirando a su novio. También le miré, y aún seguía riéndose. Nos miraba de reojo y volvía a reír. Si no lo conociera, diría que está loco.
— Uhm , nada importante —Sonreí. Caminamos hasta llegar con Oma y Karlis.
— Hola chicas —Dije sonriente.
— Hola —Dijeron al unísono.
— ¿Que hacían? —Preguntó mi amiga mientras se sentaba.
— Nada. Nos quedan dos años de instituto aún —Dijo Oma haciendo una mueca.
— ¡No es nada! —Exclamé. Realmente no eran nada. Recuerdo cuando entré a primaria.
— Bueno, a mi el año anterior se me hizo eterno —Volvió a decir Oma haciendo cara de aburrida.
—Reí— Llegaron prácticamente a mitad de año, Oma. —Volví a reír, y ella hizo lo mismo.
— Lo sé.

La campana sonó, indicando, para mí, clase de filosofía. ¡Aburrido!
Tomé asiento al final del salón. Allí podía escuchar música, dibujar, hablar... y el profesor no se daba cuenta.
La clase pasó rápida. Escuchaba a Nina Nesbitt, apoyando mi cabeza sobre mis brazos, y éstos sobre la mesa. Escuché la campana a lo lejos, ya me quedaba dormida.
Tomé mi bolso y mi móvil. Detuve la música y puse mi mochila al hombro.
Salí del salón y me dirige hasta la cafetería. Compré una manzana y volví a salir. Ahora que lo pensaba, no había visto a Niall en todo el día. A Louis y Zayn sí, junto a sus novias, pero de Niall, no sabía nada.

— ¿Zayn? —Pregunté al llegar a su lado en el pasillo.
— _____ —Al parecer no se esperaba que le hablara, hizo un gesto de asombro— ¿Qué ocurre? —Preguntó esta vez, con una sonrisa.
— Uhm... bueno.. yo.. me preguntaba, si.. ya sabes —Dije nerviosa. Le di un mordisco a la manzana, y continué al tragar el trozo— ¿Has visto a Niall? —Pregunté de una buena vez. Noté que se ponía nervioso.
— Uhm, bueno, la verdad es que no —Oh, Zayn. No mientas.
— ¿Seguro? —Enarqué una ceja.
— Seguro ___ —Sonrió. Sigo sin creerte morocho.
— Oh, uhm, gracias. Supongo —Musité.

Llegué al campus de atrás. Normalmente nadie pasaba por allí. Era como la "zona abandonada" del instituto.

— ¿Me extrañaste? —Susurró en mi oído, haciendo que diera un grito ahogado y me girase.
— ¿Dónde estabas? —Bien ___, contrólate. Tú y él no son nada ¿Correcto?.
— Así que, sí me extrañaste —Rió egocéntrico. Ugh, ¡Cómo odiaba esa faceta de él!
— No he dicho eso —Lo fulminé con la mirada.
— Pero lo pensaste —Me miró desafiante.
— En tus sueños, rubio.

Revoleé los ojos y me volví a sentar, a su lado.

— Admítelo, me extrañaste pequeña —Dijo en un tono burlón apoyando su cabeza en mi hombro. Rápidamente lo moví y Niall volvió a su posición normal.
— Deja de molestar, Niall. —Dije molesta.
— ¿So? ¿Por qué le preguntaste a Zayn por mí? —Me miró con una sonrisa de lado.
— ¿Que no puedo?
— Oh, claro que puedes. Pero es extraño, ¿no?

¿Ah? ¿De qué me estaba hablando?

— ¿De qué hablas, Niall?
— Ya sabes de que hablo —Me miró como si fuera obvio lo que estaba diciendo. Fruncí el ceño confundida— Oh vamos, ____. No me digas que no entiendes —Dijo esta vez un poco frustrado.
— ¡No sé de que me estás hablando Nialler! —Exclamé, aunque no muy alto.
— Lo de anoche, tonta —Y ahí fue cuando comprendí. Niall no bromeaba sobre lo que me había dicho la noche anterior. ¡Mierda! ¿Cómo no me di cuenta antes?
Tenía las pistas frente a mí.

*Día soleado, ninguno de los chicos asistía a clases, salía a dar una vuelta a la playa o algo por el estilo.
*En su casa no había ningún tipo de espejos. Nada.
*Su piel era como una piedra. Pálida, más dura que una roca, y fría, fría como el hielo.
*La noche de la cabaña. Niall no había dormido en toda la noche.
*Su sombría mirada. Y todos los misterios que ocultaba tras ésta.

¡Mierda! ¡Sí que soy una estúpida.

— ¿Vas a morderme? —Pregunté una vez que reaccioné. Me paré de golpe y bajé de la gradería.
— ¿Qué? ¡Claro que no! —Rió sonoramente.
— ¿Entonces, qué?
Bajó también de la gradería y me miró a los ojos. Él por supuesto era más alto, así que tenía que levantar la mirada.
— Bueno, al principio si quería —Comenzó refiriéndose a morderme— No niego que aún a veces me tiento, pero por alguna razón, no puedo.
— Uhm, ¿okey?
—Rió, pero al momento se puso serio, y creo que hasta su mirada destilaba tristeza— ¿Me temes? —Ya veo a que va esto.
—Sonreí— Claro que no, tonto —Palmeé su hombro— Pero no te niego, que estoy molesta contigo —Fruncí el ceño, hice trompa y crucé mis brazos; tal como cuando una nena de cinco años se enojaba porque no le compraban el juguete que quiere.
— ¿Qué? ¿Por qué? —Dijo evitando reír por mi gesto.
— ¡Por decírmelo así! Pudiste ser más sutil, ¿sabes? —Enarqué una ceja.
— Bueno, tengo más de 400 años, no sé como ser sutil, enana.

¡Wow, alto ahí! ¡¿400 AÑOS?! ¡Este chico estaba bromeando! ¡Simplemente no podía tener cuatrocientos años!

— ¿Acabas de decir, 400 años? —Pregunté con ojos como plato.
— Bueno, sí.... Realmente tengo 400 —Rió— Pero prácticamente tengo sólo 19 —Sonrió encogiéndose de hombros.
— Bueno, me llevas por dos años —Reí.
— Supongo. —Dijo con una sonrisa.

Bien, tengo bastante que aprender sobre Niall. Si es que ese es su verdadero nombre.

— ¡Claro que lo es!

Me sobresalté.

— ¿Ah?
— Oh, uhm, nada...
— ¿Algo más que deba saber, Nialler? —Crucé mis brazos.
— Ehh, no lo creo... —Trató de hacer una sonrisa, pero más bien, fue una mueca.
— Ya, dilo. No creo que sea algo peor a eso, ¿no?
— No lo sé —Dijo nervioso.
— Vamos Nialler, suéltalo —Le animé.
— ¿Segura? —Bien, estaba comenzando a frustrarme. Lo miré, diciéndole que hablara luego— Puedo leer mentes —Sonrió nervioso. Sentí ponerme roja, seguramente había escuchado todo lo que he pensado sobre él— Sí, sí lo he hecho. —Bien, no podía estar peor.
— Yo... uhm... yo...
— Hey, no te preocupes. Es inevitable —Rió. Sonreí nerviosa.

El día transcurrió normal, bueno, casi. Cada vez que estaba cerca de Niall sentía algo extraño. Y evitaba pensar sobre él.


Tomé una ducha, puse mi pijama, y me acosté, dispuesta a dormir.