O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.

Unirse al foro, es rápido y fácil

O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.
O W N
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» ERROR 00, ¿isekais? sí.
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyAyer a las 4:27 pm por oddgirlout

» micky ojos verdes
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyMiér 15 Mayo 2024, 8:09 am por MickyEche

» —Hot clown shit
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyDom 12 Mayo 2024, 8:58 pm por Jigsaw

»  Goliath
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyDom 12 Mayo 2024, 2:24 pm por Opal

» poor dear pamela
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyVie 10 Mayo 2024, 5:25 pm por lantsov

» moonchild.
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyVie 10 Mayo 2024, 10:34 am por slythxrin princxss.

» Devil's advocate
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyMar 07 Mayo 2024, 8:25 pm por lovesick

» Live In Orange
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyMar 30 Abr 2024, 7:52 pm por ~Susie ∞Wallflower∞

» Our colors are grey and blue
Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 EmptyMar 30 Abr 2024, 3:01 am por Jaeger.

novedades

00 . 01 Anuncios del mes febrero.
00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares.
00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017.
00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
administradora
Rumplestiltskin. ϟ Jenn.
miembros del staff
Beta readers
ϟ hypatia.
aka Kate.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ dépayser
aka Lea.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae
aka .
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Stark.
aka Cande.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Baneo
ϟ Ariel.
aka Dani.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ ceonella.
aka Cami.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Ayuda
ϟ Ritza.
aka Ems.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Charlie.
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Limpieza
ϟ Legendary.
aka Steph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ chihiro
aka Zoe.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu
aka Teph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Calore
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Eventos
ϟ ego.
aka Kalgh/Charlie.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Asclepio.
aka Gina.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw
aka Alec.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Tutoriales
ϟ Kida.
aka Ally.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Spencer.
aka Angy.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Diseño
ϟ bxmbshell.
aka Mile.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ yoongi.
aka Valu.
MP ϟ Ver perfil.
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.

Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.

Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Página 5 de 13. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6 ... 11, 12, 13  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por uranniousgirl Sáb 09 Feb 2013, 4:38 pm

WOW!
Ok, primero, enloqueci cuando lei: Danny Jones <3 jaja fue lo mejor!
despues, aaaamo a estos dos!! Son taan aww. como que quiere pero no quiere la cosa jaja (espero le apuren y tengan una tercera cita pronto! jaja ok, me traumé)
Y x ultimo... aun no entiendo xq separaron a los hermanos :(
uranniousgirl
uranniousgirl


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por hopeless. Mar 12 Feb 2013, 10:58 pm

LinIsInLoveHazza escribió:Me encanto el capitulo:)
Fue uno de los mejores!!
Lo ame sin dudas.

Aw qué bueno que te gustó :)
xx

uranniousgirl escribió:WOW!
Ok, primero, enloqueci cuando lei: Danny Jones <3 jaja fue lo mejor!
despues, aaaamo a estos dos!! Son taan aww. como que quiere pero no quiere la cosa jaja (espero le apuren y tengan una tercera cita pronto! jaja ok, me traumé)
Y x ultimo... aun no entiendo xq separaron a los hermanos :(

HELL YEAH DANNY JONES!
Wait for it hon, ya vendrá ;)
xx
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por hopeless. Mar 12 Feb 2013, 10:58 pm

chicas, les debo dos capítulos! ahí les van, espero los disfruten! esto va avanzando rápido wuju!
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Capítulo 15

Mensaje por hopeless. Mar 12 Feb 2013, 11:04 pm


15


_____'s POV


Me quedé fuera del vestuario de las chicas, con las palmas sudando y mi pie dando golpecitos sin control en el suelo. ¿Por qué le había contado a papá que me había reincorporado al equipo de baile?

Mi expediente. Lo quería, no, lo necesitaba, no, estaba totalmente obsesionada con ver mi expediente. Hoy, Zayn se me había adelantado por el pasillo, me dio su sonrisa maliciosa y murmuró—: Hecho.

Había cambiado con éxito su hora de la cita en la ranura antes que la mía. Ahora, teníamos que idear nuestro plan a medias. De alguna manera, él creía que coordinados podríamos distraer a la Sra. Collins. Zayn rezumaba confianza. ¿Yo? No tanta, pero sin duda valía la pena intentarlo.

La puerta del vestuario se abrió y Laura salió con otras dos chicas senior. Las dos muchachas dejaron de reírse cuando me vieron y forzaron unas sonrisas en sus rostros. Laura, por su parte, se iluminó ante mí como si yo llevase el sol a cuestas.

—Mueve tu culo ahí y vístete, chica. Calentamos en cinco minutos.

—Ya mismo iba a entrar. —A de una novela de Stephen King. Chica joven, trágicamente marcada con cicatrices, intenta volver a su vida normal, sólo para descubrir que su vida normal no la quiere de regreso. Entré en el vestuario, donde todas las de la clase baja del equipo murmuraban y se reían.

—Hola —dijo una voz débil desde el fondo de la sala. Todas las chicas se quedaron pasmadas y me miraron como si fuera a empezar a disparar rayos láser por mis ojos o algo peor. Me hubiera gustado arremangarme y enseñarles mis cicatrices demoniacas.

—Hey —contesté.

Hubiera preferido ver reposiciones de series malas de los setenta a tener que abrirme paso a través de este vestuario, pero quedarme parada como una idiota tampoco parecía una gran opción. ¿Por qué no tenía la confianza de Zayn? A él no le importaba lo que pensaran los demás.

Me faltaba confianza, pero podría fingir. Recé en mi mente, "Imagina que eres Zayn". Incluso mejor, la chica de la moto, Lin, y mantuve la cabeza alta y crucé el abarrotado vestuario hacia el baño, donde tenía la intención de cambiarme en una cabina privada. Con la confianza de la chica ciclista Lin o sin ella, no había manera de que pudiera cambiarme delante de ellas.

Superando la tensión mi paseo había creado, cerré la puerta de la cabina y me cambié. Si entrar en un vestuario era como entrar en una novela de Stephen King, los entrenamientos de danza debían ser como protagonizar una película de terror.

Afortunadamente, el vestuario se había vaciado para el momento en que me apresuré a unirme a los calentamientos. En el pasillo, dos juniors se rieron junto a la fuente de agua.

—¿Te puedes creer que _____ Emerson se reincorpore al equipo de danza? Qué pesadilla.

—Igual es porque como Louis ha terminado con ella esto le da una excusa para fingir que no es un bicho raro.

Me metí de nuevo en el cuarto de baño. Tenía el corazón en mis entrañas, el estómago en la garganta, y mi supuesta confianza por los suelos.

* * *

Con mis jeans, mi camisa de algodón marrón y mi camiseta de tirantes de nuevo, deambulé por los pasillos. Tenía una hora libre, cinco días a la semana hasta la graduación. Tal vez sólo cuatro. Podía mover la sesión de tutoría de Zayn de nuevo justo después de la escuela los lunes.

Giré una esquina y una parte de mi alma tomó aire cuando me di cuenta de la obra de arte que ensuciaba las paredes. Seguí el rastro de pinturas y dibujos hasta lo que solía ser mi sala de arte favorita. Varios cuadros descansaban en caballetes, esperando a que sus dueños regresaran. Un cuenco de fruta de plástico estaba colocado sobre una mesa en el centro del círculo de caballetes.

Valoré cada cuadro uno a uno. Admiré la forma en la que el primero utilizaba las sombras. El segundo prestaba gran atención a los detalles. ¿El tercero?

—Me alegro de verte, _____.

Mi antigua profesora de arte, Nancy, salió del cuarto oscuro de conexión y se abrió camino entre los caballetes y las mesas hacia mí. Insistía en que sus alumnos la llamaran por su nombre. Despreciaba las normas y las formalidades. Su cabello, teñido de rubio con mechas negras, era un testimonio de su actitud.

Señalé la tercera pintura.

—¿Expresionista abstracto?

Su carcajada vibró en la sala. Se ajustó las gafas de pasta negra.

—Una estudiante perezosa que se pensaba que arte sería un A fácil. Afirma ser una impresionista.

—Menudo insulto.

—Lo sé. Le pregunté si sabía lo que era un impresionista y cuando sacudió la cabeza, le mostré tus pinturas. —Nancy miraba el desastre frente a ella como si estuviera tratando de encontrar algo rescatable ahí—. Te he echado de menos.

Un sentimiento de culpa conocido pasó de puntillas a través de mis entrañas.

—Lo siento.

—No, nena. No es tu culpa. Tu padre me informó de que ya no tenías permitido dar clases de arte. Lo tomé como que no te volvería a ver.

Me acerqué a la cuarta pintura. —Bonitas líneas.
—¿Todavía estás pintando?

Esperando parecer como si estuviera extremadamente interesada en el color elegido para la banana, incliné la cabeza, pero no era así. El agujero negro de mi mente se amplió, interrumpiendo cualquier pensamiento sobre la pintura.

—No, pero todavía dibujo. Sobre todo en lápiz. Algunos con carboncillo en casa.

—Me encantaría verlos.

Nancy me arrebató el cuaderno de dibujo que saqué de la mochila. Se sentó en la mesa con la fruta y lo abrió.

—Oh, _____. Simplemente increíble.

Me encogí de hombros, pero ella se lo perdió, demasiado encaprichada con el cuaderno de bocetos.

—Lo hemos conseguido.

Apartó los ojos de los bocetos y me miró en silencio. Continué ocupada con el trabajo de otros artistas. Después de unos segundos, volvió a estudiar mi dibujo de Marianne.

—No, tú lo has conseguido. Yo simplemente te acompañé en el viaje. —Hizo una pausa—. ¿Lo recuerdas?

—No. —Seguramente Nancy se apiadaría de mí y llenaría alguna de las lagunas—. ¿Estuviste allí?

—Mmm, amiguita. Tienes ganas de meterme en problemas con tu padre y con la Sra. Collins. Tu padre lo podría soportar, ¿pero y la Sra. Collins? —Se estremeció—. Entre tú y yo, me asusta. Es una de esas amistades que te llevan al límite.

Solté una risita, extrañando la honestidad de Nancy.

—Me gustaría poder recordarlo. —El quinto lienzo estaba completamente en blanco. Las pinturas al óleo y los pinceles estaban colocados sin usar—. ¿Te importa?

En su clásica postura de pensar, Nancy se frotó la parte inferior de la barbilla.

—Sólo dijo que no podías dar clases de arte, no que no pudieses pintar.

Cogí un pincel plano, lo sumergí en la pintura negra e hice círculos en el lienzo.

—La cosa es que tengo este gran agujero negro en mi cerebro y está succionándome la vida. Las respuestas están ahí, así que me siento durante horas y miro hacia el frente. No importa cuanto tiempo ni que firme lo haga, sólo veo oscuridad.

Elegí un pincel seco y mezclé la pintura negra y la blanca para crear diferentes tonos de gris.

—Hay bordes alrededor del negro y de vez en cuando un destello de color raya el gris. Pero realmente nunca puedo comprender cualquiera de los atisbos de recuerdos que surgen.

Agarrando el pincel, miré fijamente el lienzo que ahora representaba mi cerebro.

—Me gustaría que alguien simplemente me contara la verdad y pusiera fin a la locura.

Una mano cálida presionó con fuerza mi hombro, haciéndome salir de mi ensoñación. Wow, las cinco en punto. Papá me matará si no llego a casa pronto. Nancy mantuvo su mano en mi hombro y los ojos fijos en el lienzo.

—Si esto es una locura, entonces estar loco es genial. ¿Vas a terminar esto?

Por primera vez en dos años sentía que podía respirar. —¿Te importa que venga a pasar el rato después de clase?

* * *

En la siguiente figura, la raya AB fue construida a partir de las rayas AC y AD. Mediante el uso del compás, C y D fueron marcadas equidistantes de A en las rayas AC y AD. El compás fue usado para localizar un Punto Q, distinto de A, por lo que Q es equidistante de C y D. Para todas las construcciones definidas por los pasos anteriores, halla las medidas de BAC y BAD.

Si Aries estuviera aquí, sabría que hacer.

Es decir, me estoy volviendo loca, ¿había siquiera una pregunta ahí? De ser así, el inglés simple necesita un signo de interrogación. ¿Era el dibujo de aspecto triangular de debajo una supuesta ayuda? ¿Necesitaba un compás? ¿Y por qué las respuestas de debajo tenían números? No había ningún maldito número en la historia del problema.

—Respira, _____ —me diría Aries—. Te estás psicoanalizando a ti misma. Toma un descanso y vuelve a ello más tarde.

Y tenía razón. Aries siempre tenía razón. Dios, lo echaba de menos.

Tiré el libro de ACT al suelo y apoyé la cabeza sobre el respaldo del sofá. Odiaba esta habitación. El pegajoso papel pintado de flores rosas colgaba en las paredes coincidiendo con las tediosas cortinas y los tapizados. En el momento en que echó a mi madre por la puerta, Ashley traumatizó a todos los diseñadores de interiores del mundo con su nueva decoración. Podía haber pegado el papel en la pared para acabar con la influencia de mi madre, pero yo sabía qué era lo que quedaba por debajo, el mural de Grecia que mi madre había pintado.

Normalmente estudiaba en el coche de Aries, pero Ashley me había dado tanto la lata que arrastré mis libros de vuelta a la casa. Debo de haber matado un montón de vacas en una vida pasada para que el Karma me odiara tanto. Tal vez había muerto hace un par de años y sin saberlo, había entrado en el infierno. Condenada a pasar el resto de la eternidad con mi padre y mi madrastra y teniendo que hacer el examen de ACT una y otra vez.

—¿Cómo fue el entrenamiento del equipo de baile hoy? —preguntó Ashley. La Malvada Bruja y mi padre entraron en la sala de estar cogidos de la mano. Dios Mío, debía de estar muerta, porque odiaría ver esto de verdad si no era el infierno.

—Bien. —Parpadeé varias veces. Mierda, siempre parpadeaba cuando mentía. Preocupada por si me habían pillado, bajé la cabeza. Espera. Papá tenía problemas de atención y la Sra. Cerebro de Espantapájaros no se daría cuenta de un mono volando ni aunque este le golpeara en la cara.

Mi padre se acomodó en su sillón reclinable y Ashley se sentó en su regazo. Querido Dios, siento mucho lo que sea que hice, pero, honestamente, ¿fue mi pecado tan grave? Papá le besó la mano. Tragando bilis, dirigí mi atención a la chimenea.

—¿Estás lista para hacer el ACT el sábado? —preguntó mi padre.

¿Disfrutaban los pollos cuando los metían en camiones con rótulos de KFC?

—Por supuesto.

—Ya estudiaste la lista de términos. Así que céntrate únicamente en las matemáticas. Ahí es donde tienes problemas.

¿Problemas? Mis calificaciones en matemáticas eran superiores a la media, pero por supuesto, no eran lo suficientemente buenas.

Papá continuó—: ¿Te eximió la Sra. Collins de algunas de tus clases para que pudieras prepararte?

—Sí.

—Vi los folletos para el Baile del Día de San Valentín en mi oficina. ¿Van a ir Louis y tú?

Cuando Ashley intentaba sacar algo de información, su irritante voz entra en un tono más alto de enojo. Los perros en Oklahoma se estremecían.

—Louis me lo pidió hoy. No te preocupes. La valiosa reputación de nuestra familia se mantendrá intacta. La Sra. Collins nunca sabrá que mentiste para quedar bien.

—¡_____!

Mierda. Me estremecí ante la decepción en la voz de mi padre. La disculpa automática salió de mi boca.

—Lo siento, Ashley.

A pesar de que era verdad.

—No pasa nada. ¿Cuándo quieres ir a comprar el vestido?

¿Hacer qué? Aparté mis ojos del fuego y la miré. Mi padre frotó al bebé de su vientre mientras ella le acariciaba la mejilla. Asqueroso.

—No necesito un vestido nuevo.

—Sí que lo necesitas. Todo lo que tienes son o escotes sin tirantes o con tirantes muy finos. No puedes ir a un baile enseñando esas cicatrices.

—Ashley —susurró mi padre. Su mano se congeló en su vientre.

Mi garganta se hinchó como si alguien la hubiera embestido con una tabla de dos por cuatro y mi estómago se apretó como si alguien lo hubiera golpeado. Me senté y mi cabeza se tambaleó con la habitación. Con la desorientación en toda su fuerza, me bajé mis mangas.

—Me voy... arriba.

Ashley se deslizó fuera de mi padre.

—_____, espera. No quise decir eso. Sólo quiero que pases una buena noche. Una noche de la que cuando eches la vista atrás recuerdes lo mucho que te divertiste.

Pasé junto a ella hacia las escaleras. Necesitaba mi habitación. El único lugar que la mala decoración de Ashley no había arruinado completamente. El lugar donde las pinturas llenas de color de mi madre colgaban, donde fotos de Aries y mías estaban desordenadas en mi escritorio, el único lugar donde me sentía cómoda.

Me dolía el corazón. Quería más que mi habitación, pero eso era todo lo que tenía. Quería a mamá. Puede que estuviera loca, pero nunca me dejó. Quería a Aries. Quería a la única persona que me había amado.

Ashley me llamó desde la parte inferior de las escaleras.

—Por favor, deja que me explique.

Me detuve en el marco de la puerta. Si nunca hubiera entrado en nuestras vidas, mi madre y Aries aún estarían aquí, yo no sería un monstruo lleno de cicatrices, y conocería el amor, no el odio que en ese momento hervía en mis venas.

—Me caías mejor cuando eras mi niñera. Espero que cuando me gradué de la preparatoria no me convierta en una soberana bruja como tú.

Cerré la puerta detrás de mí.


* * *

Después de ese encantador intercambio con Ashley, pasé el resto de la noche escondida en mi habitación. Me acosté en la cama y miré fijamente a la única parte de mi habitación donde Ashley había llegado, el techo. Había pintado sobre las constelaciones pintadas a mano de mi madre. La bruja lo había hecho mientras me recuperaba en el hospital. Mi madre se acostaba en la cama conmigo durante horas mirando el techo, contándome mitos griegos. Teniendo pocos buenos recuerdos de mi madre, despreciaba aún más a Ashley por robarme lo único que tenía.

Los golpes de mi puerta a las 11:30 me sorprendieron. La regla de oro de la casa me obligaba a pedir disculpas en primer lugar. Probablemente Ashley quería enseñarme en persona por qué mis actuales vestidos no iban a funcionar. No había necesidad de prolongar lo inevitable.

—Adelante.

Me puse de pie en el momento en que mi padre entró. Él nunca venía a mi habitación. Los dos primeros botones de su camisa estaban desabrochados y su corbata estaba colgando floja. Unas líneas de preocupación estaban talladas alrededor de sus ojos cansados. Se veía viejo. Demasiado viejo para estar casado con una rubia tonta de veintitantos y demasiado viejo para tener otro bebé.

—Ella lo siente, _____.

Por supuesto que había venido en nombre de Ashley. Dios no permita que algo en esta casa no gire en torno a Ashley.

—De acuerdo. Mi disculpa tendrá que esperar hasta mañana. Estoy un poco derrengada.

Los dos sabíamos lo que era escurrir el bulto. Tendría suerte si dormía una hora.

Sorprendiéndome aún más, mi padre hizo algo que no había hecho desde que llegué a casa del hospital, se sentó en mi cama.

—Voy a ponerme en contacto con tu asistenta social. No creo que esta nueva terapeuta esté funcionando.

—No —dije con demasiada rapidez y papá lo percibió—. Ya te lo dije, me gusta. Es fácil hablar con ella. Además, me dijiste que ibas a darle otra oportunidad.

—Sé que las cosas entre tú y Ashley han sido difíciles desde que te enteraste de nuestra relación, pero has estado arremetiendo contra ella más de lo normal. Está embarazada. No quiero que se estrese.

Mi dedo gordo del pie empezó a balancearse. ¿Le mataría quererme?

—Me esforzaré más. Sólo déjame seguir viendo a la Sra. Collins. — Necesitaba darle una razón para que se echar atrás—. Es la única que me convenció para centrarme en mis amigos y en salir —mentí.

Algunas de las líneas de preocupación desaparecieron.

—No creo que sea ella. Eres tú. Le dejaré en paz si te esfuerzas más con Ashley. Ella te quiere. Y tú solías adorarla.

Sí, cuando en su decimo octavo cumpleaños, dejó que me quedara hasta tarde y que comiera palomitas de maíz cuando yo tenía seis años, o cuando dejó que me pusiera maquillaje el primer día de cuarto grado. Y la cosa más disparatada sucedió, se acostó con mi padre y entonces, dejó a mi familia ahogándose en una ola de destrucción.

—Si de verdad quieres demostrarme que lo estás intentando, deja que te lleve a comprar ropa. Ella había planeado un día entero y está devastada por haberte molestado. Deja que se divierta y yo renunciaré a que repitas el SAT.

Levanté una ceja. Mi padre nunca negociaba.

—¿En serio?

—De todos modos, la próxima fecha para el SAT es demasiado tarde para el plazo de solicitud. Tendremos que trabajar con lo que tienes. Tus notas deben ser lo bastante buenas para que puedas entrar en alguna de las mejores universidades de negocios del estado.

Normalmente decía contabilidad, pero debió haber notado la mueca que yo hacía cada vez que decía esa palabra.

—Estoy feliz de que hayas vuelto con Louis y más feliz aún de que vayas al Baile de San Valentín. Te encantaba vestirte e ir a bailes. Pensaba que tal vez esa parte tuya había muerto. —Se quedó mirando mis brazos tapados por las mangas—. Tengo que decir, de verdad, que has hecho que me sienta orgulloso.

No es ninguna puñetera broma. Conseguí una A, hice lo todo lo que él dijo, y está orgulloso de mí por ir a un baile. Vamos a ver, si vino a mi habitación por un Baile de San Valentín, quizá haría algo disparatado por el baile de promoción, como decirme que me quiere. Mi padre me dio una palmadita en la rodilla y se levantó de la cama.

—¿Papá?


—Sí.


—¿Alguna vez visitas a mamá?
Las arrugas de preocupación volvieron.


—Ella ya no es mi responsabilidad.


—¿Entonces es la mía? Yo soy su único pariente vivo.

Un músculo de su mandíbula se sacudió.

—Tu asistente social nunca permitiría eso y yo tampoco. —Sus ojos se suavizaron y su mandíbula se aflojó—. ¿Tienes miedo de que vaya a hacerte daño? Nunca te hará daño, ni a ti ni a cualquier otra persona de nuevo. No te preocupes por ella.

Pero lo hacía. Mi madre podría estar loca y había intentado matarme, pero todavía era mi madre. Alguien debía cuidar de ella, ¿no?


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:22 am, editado 2 veces
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Capítulo 16

Mensaje por hopeless. Mar 12 Feb 2013, 11:06 pm


16


Zayn's POV


He visto a mis hermanos. ¿Quién sabía que los milagros podían ocurrir? Y había conseguido verlos de nuevo el segundo sábado de febrero. Esto exigía una celebración. Esperaba que Harry tuviera algo de hierba porque planeaba el malditamente más grande J que cualquiera de nosotros hubiera visto.

El último en regresar por la noche, estacioné mi pedazo de mierda en la calle. Dale trabajaba en turno de noche en la planta local de camiones. No sabíamos de un día al otro cuantas horas trabajaba. Había cometido el error de estacionarme en la entrada una vez. En lugar de mover mi auto, Dale sacó mi espejo del lado del conductor. Las luces brillaban desde cada ventana en la casa, no era una buena señal. Entré en la pequeña sala de estar y noté toallas cubiertas de sangre. —¿Qué mierda?

Harry apareció instantáneamente a mi lado. —El bastardo la golpeó.

—Estoy bien. —La voz de Lin tembló. Estaba sentada en la cocina con su brazo extendido sobre la mesa. Su tía Shirley limpiaba varios cortes y quemaduras de cigarros. El cuerpo entero de Lin temblaba como convulsionando. El lado derecho de su rostro estaba moreteado, raspado e hinchado, su ojo derecho inflamado hasta cerrarse. La sangre empapaba su camiseta favorita. Levantó el cigarrillo a su boca e inhaló una gran bocanada. —El nuevo folle de mamá usa un anillo de graduación. Debe haberlo robado de alguien.

—Hijo de perra. ¿Por qué diablos volviste a casa, Lin? Sabías que este imbécil eran malas noticias. —Tres pasos y me arrodillé junto a ella en la cocina.

Inhaló otra bocanada mientras una lágrima caía de su ojo izquierdo. —Era el cumpleaños de mamá y el estúpido bastardo no quería compartirla, así que... —Se encogió de hombros.

Rabia pura atravesó mi cuerpo, cada músculo tensándose, preparándose para pelear. —¿Cuándo llegará la policía?

—No lo harán —dijo Shirley. Puso gasa sobre una quemadura y la aseguró.

Luché para controlarme. —¿Y por qué no?

—Tiene dieciséis y su madre estaba aquí. Encerrarán a mi hermana junto a ese novio nada bueno. No estoy de acuerdo con cómo vive su vida, pero no enviaré a mi hermana a la cárcel y Lin no está interesada en eso tampoco.

Esperé que Lin confirmara la teoría. Apagó su cigarrillo en el cenicero, puso otro en su boca y luchó con el encendedor. Lo tomé de ella y, en un suave movimiento, encendí el cigarro.

—Gracias —dijo débilmente.

El teléfono sonó una, dos, tres veces. Dejó de sonar y el celular de Lin comenzó a tocar “Lovesong” de The Cure, el tono de su mamá. Su mano tembló mientras dejaba caer cenizas en el cenicero.

—Continúa llamando. Quiere que vuelva a casa.

—¿Por qué? —gruñí.

—Se cansó de golpearme y se quedó dormido, se desmayó, lo que sea. Probablemente se despertó y echó de menos a su piñata.

Intenté masajear la rabia fuera de mi cuello. —Llama a la policía, Lin.

—¿Y qué crees que va a pasarte a ti y a Harry si lo hace? —Dale entró a la cocina, su cabello oscuro peinado hacia atrás por una ducha reciente—. Tu trabajador social se ha puesto algo ruidoso últimamente, Zayn. Si hacemos una llamada a la policía, se enterarán de que Lin ha estado viviendo aquí. Podemos darte un beso a ti y a Harry de despedida.

La voz de Lin se quebró. —No puedo perderlos chicos. —Y allí estaba. Sentada sangrando porque nos amaba a mí y a Harry. Por millonésima vez, deseé que el sistema fuera una persona. Una persona que pudiera nombrar, conocer y darle la responsabilidad por arruinarnos a cada uno de nosotros. Justo ahora, el nuevo novio de la mamá de Lin serviría.

Me puse de pie y besé la parte superior de la cabeza de Lin. —¿Estás listo, hermano?

—He estado esperando que llegaras, hombre. —Harry abrió la puerta del frente, sus ojos fríos y letales. El ojo bueno de Lin se ensanchó.

—No —susurró.

—No voy a pagar la fianza para que salgan chicos —dijo Dale.

—Nunca te lo pedimos —dije y caminé por la puerta.

Un auto dio un viraje brusco subiendo por la calle y voló al césped del jardín delantero. La puerta del pasajero se abrió antes de que el auto se detuviera, y la madre de Lin saltó afuera. Su rubio cabello caía de una cola de caballo, ojos inyectados en sangre, con un moretón formándose bajo su ojo derecho. —Quiero a mi nena. Necesito decirle que lo siento.

—Vete al infierno —dijo Harry—. No es tu muñeca para que juegues a vestirla.

Las luces del Beamer se mantuvieron encendidas. Un hombre grande se tambaleó en el lado del conductor. —Paren su escena. Sky quiere a su puta hija. Díganle que salga o voy a ir a buscarla.

Harry y yo nos paramos lado a lado, un acuerdo silencioso de que lo mataríamos antes de que llegara a la puerta delantera. Mis hermanos pasaron por mi mente. Tanto como quería proteger a Lin, también necesitaba protegerlos a ellos. —Vete antes de que llame a la policía.

Maldición, este tipo tenía que medir al menos 1,96 y lucía familiar. Se puso de pie frente a frente con Harry y yo. El hedor a alcohol lo envolvía. Sus ojos se movieron nerviosamente y su cuerpo se estremeció.

—Está bajo metanfetaminas, hombre —me dijo Harry.

Fabuloso. Esa noche había cambiado de la mejor a la peor a Juego del Miedo en tiempo record. El hombre giró el anillo en su dedo. No era un anillo común, era un maldito anillo del Super Bowl.

—Adelante, llama a la policía. Todos me aman. No iré a la cárcel.

—¿No eres tú el imbécil que fue expulsado de ese equipo perdedor a unas horas de aquí? —dije, intentando mantener sus ojos lejos de la casa.

Pestañeó un par de veces, como si su mente arruinada hubiera entendido por tres segundos que un linebacker de 113 kilogramos no debería andar buscando peleas con chicas de dieciséis y sus dos amigos.

—Estoy cansado de esta mierda, hombre —me susurró Harry segundos antes de que se echara hacia atrás y golpeara al bastardo en la mandíbula. El impacto me habría enviado hacia al suelo, pero este tipo solamente giró su cabeza. Maldición al inferno... todo sobre esto iba a terminar mal.

El bastardo levantó su puño para contratacar, pero se encontró en el suelo cuando lo derribé en sus rodillas. Tuve el fugaz pensamiento de que debería agradecerle a mi profesor de gimnasia, el Sr. Graves, por las tres semanas de entrenamiento de futbol.

Giré lejos de él antes de que pudiera lanzar un puñetazo. Harry se acercó mucho y el imbécil barrió las piernas de Harry debajo de él y lo golpeó en el estómago mientras caía al suelo. El sonido del grito de la mamá de Lin me irritó fuertemente.

El bastardo se levantó, como yo hice, y lo golpeé en el riñón antes de que tuviera la oportunidad de patear a Harry, quien yacía en el suelo sin aire. Metanfetaminas se giró y apuntó a mi cabeza, pero lo esquivé y aterricé un golpe en su estómago. Resopló y se balanceó, pero se mantuvo de pie.

Necesitaba volver a derribar a este perdedor. Intenté derribarlo de nuevo, pero apunté muy arriba. Mis lados dolieron cuando lanzó dos golpes buenos a mi caja torácica. Los dos chocamos con su auto mientras Harry se ponía de pie y golpeaba al tipo en la parte de atrás con su puño.

Un ruido de bala sonó en la noche. Ambos Harry y yo nos congelamos. Recé a Dios para que nada tibio o mojado emanara de mi cuerpo, y no me refería a una meada.

—Sky, tú y esta basura salgan de mi propiedad —dijo Dale en una sorprendentemente calmada voz. Se paró al frente, un rifle de caza sostenido en sus manos—. ¿Están bien chicos?

—Súper —dijo Harry con la mandíbula encajada.
—Mejor que nunca. —Maldición, me latían los nudillos.

—Entren a la casa antes de que Lin se ponga histérica —dijo Dale.

Empujé el Beamer e hice mi mejor esfuerzo para no cojear a la casa. Harry vino a mi lado. —Creo que podría habernos dicho que íbamos a pelear con la NFL.

—¿Eso te habría detenido?

—No.

—A mi tampoco. —La risa entre los dos tuvo eco en la noche. Lin lloró hasta dormirse, en los brazos de Harry.

Me recosté en el sofá viendo películas de los ochenta en la televisión. El sonido estaba tan bajo, que no tenía idea lo que todos decían por una hora. Me dolían las costillas, mis nudillos palpitaban, pero demonios, se sentía bien. Dale y Shirley le habían dicho a Sky que nunca volviera, que Shirley iba a ir donde Sky para recoger las cosas de Lin. Dale y Shirley tenían problemas, pero eran buenas personas de corazón.

Lin gimoteó cuando se giró durmiendo. Harry la calmó con silenciosas palabras y pasó la mano por su cabello. Ella envolvió los brazos más fuerte en su pecho y se recostó prácticamente sobre él.
Harry continuó acariciando su espalda.

—¿Cuánto tiempo te ha gustado, hermano? —le pregunté a Harry.

Harry dejó caer su cabeza contra la pared. —Un tiempo. Aterrado de decirle, pero ahora... No puedo continuar dejando que esté con tipos que la usen o que sólo observen cómo va a su mamá cuando necesita sentirse amada. ¿Qué voy a hacer, hombre?

—Estás preguntándole al tipo equivocado. —¿Qué sabía yo sobre amor? Todo lo que sabía era que no podía sacar a _____ Emerson fuera de mi mente. Sin duda, la deseaba. No podía alejar mi mente de las imágenes de su cuerpo retorciéndose de placer contra el mío. Esa voz de sirena susurrando mi nombre. Pero me atraía más que en una manera física. Amaba su sonrisa, la luz en sus ojos cuando reía, y demonios si no podía mantenerse a la par conmigo—. Si lo resuelves, hazme saber.


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:22 am, editado 1 vez
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por jungkook. Miér 13 Feb 2013, 1:52 pm

OMG!
Ame los capitulos Rose!!
Me golpeo el Fuck novio de mi mama!! Los chicos me defendieron:)
Simplemente, los ame:)
jungkook.
jungkook.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por hopeless. Jue 14 Feb 2013, 11:38 am

LinIsInLoveHazza escribió:OMG!
Ame los capitulos Rose!!
Me golpeo el Fuck novio de mi mama!! Los chicos me defendieron:)
Simplemente, los ame:)

apoco no te enamoras?!
y ahora como regalo de mí para tí, un pequeño maratón de 3 caps por el día de San Valentín :)
besos nena!
xx
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Capítulo 17

Mensaje por hopeless. Jue 14 Feb 2013, 11:42 am


17


_____'s POV


Lo siento —dije por tercera vez—. No sabía que tenías tanta prisa.

Louis mantuvo mi mano y me arrastró por el concurrido centro comercial hacia el cine. Cuando la multitud cedió el paso, me atrajo a su lado.

—Estoy con tu padre en esto. Es un coche. Es decir, ese coche será una fiera y todo eso, pero sigue siendo un coche. Sería mejor que lo vendieras y te hicieras con una buena suma en efectivo, que seguir perdiendo más dinero o tiempo en él.

La película empezaba a las ocho en lugar de a las ocho y cuarenta y cinco como me dijo en principio. Había concertado una cita a las seis con un mecánico que estaba dispuesto a venir a casa para mirar el coche de Aries. Esta mañana había hecho de nuevo el ACT, volví a casa, accidentalmente me dormí (tuve un día terrorífico, si así es como se le llama a un terror nocturno que se produce durante el día) y entonces me desperté a menos de veinte minutos antes de que llegara el mecánico. Louis había esperado pacientemente diez minutos antes de decirle al mecánico que se fuera porque teníamos planes. El mecánico se fue, diciendo que podría enviarme por correo electrónico el presupuesto.

—Es todo lo que me queda de Aries. —Entramos en la zona alfombrada de la sala de cine. Aparté la mano—. Pensé que lo entenderías.

Salir con Louis era exactamente como lo recordaba, al menos los dos últimos meses de nuestra relación, menos los toqueteos. En nuestra cita en grupo de la semana pasada, le pregunté si podíamos tomar las cosas con calma y estuvo de acuerdo, durante las primeras citas. Tenía la sensación de que esta noche iba a ser el final de la promesa de “manos fuera” de Louis. Hasta el momento, salir con él por segunda vez apestaba.

Louis puso las manos en las caderas.

—Menos mal que Niall y Sarina llegaran a tiempo para sacar las entradas. Están agotadas.
Egocéntrico, egoísta e imbécil...
—Esto no va a funcionar —dije.
Cerró su puño y a continuación se obligó a relajar las manos.

—Mira, yo quiero que funcione. Simplemente estás enojada porque estoy de parte de tu padre en esta estupidez del coche. Sarina está saliendo con Niall. Marianne con Chad. Que tú y yo salgamos tiene perfecto sentido. —Me acarició la mejilla. Ese toque solía derretirme en un charco. Todo lo que ahora sentía eran callos, una verruga y la piel seca—. Sé que es duro intentar descubrirnos de nuevo. Creo que nuestro problema es que nos lo estamos tomando demasiado despacio. Me merezco un premio por mantener las manos fuera.

Louis dio un paso hacia mí, deslizando una mano alrededor de mi espalda y apretándome contra él. Cada músculo se me había tensado. Esto no se sentía en absoluto natural.

—Veamos la película y después podemos volver a mi casa. Creo que te sentirás mucho mejor una vez que te ayude a recordar en lo que somos tan buenos en hacer.

Abanicó con su aliento mi cara y juro que algunas partículas de saliva también lo hicieron. ¿Por qué estaba haciendo esto otra vez?

—¡_____! Chicos, aquí están. La sala ya está llena.

Sarina rebotó a mi lado. Aliviada por la interrupción, me alejé de Louis.

Niall y Louis intercambiaron algún extraño tipo de apretón de manos masculino. Niall señaló la sala tres.

—Vamos. Está comenzando. No pudimos conseguir seis asientos juntos, pero os guardamos dos en la parte de atrás.

Niall chocó los cinco con Louis. Chico, Louis estaría decepcionado si descubriera que no iba a pasar nada en la parte de atrás.

Los chicos caminaron delante mientras Sarina y yo nos quedamos detrás. Sarina preguntó—: ¿Estás bien?

—No creo que lo mío y Louis vaya a funcionar. No ha cambiado ni un poco.

¿Por qué esto, como todo lo demás, tiene que ser complicado? ¿Por qué no podía ser simple, como había sido en el primer año?

Sarina tomó una respiración profunda y presionó sus labios juntos.

—Hablaremos más tarde. Disfrutemos de la película, ¿de acuerdo? —Se emparejó con Niall y Louis agarró mi mano.

—Sólo tienes que concentrarte en ser como eras antes. Ya sabes, normal —dijo él.

Sarina me envió una mirada de súplica. Me hundí en el asiento junto a Louis y le permití poner su brazo alrededor de mí. Todos nosotros pedíamos normalidad. Pero hasta ahora, normal sólo significaba más desdicha.

* * *

En los primeros cinco minutos de la película conocimos a un adolescente que se graduó en el instituto y se unió a los Marines. A diez minutos, lo vimos graduarse del campamento de entrenamiento. Veinte minutos de película y tuve arcadas.

Las náuseas crecían en mi garganta, mi lengua se sentía diez veces más grande y no podía respirar. No importaba cuánto aire tratara de aspirar, no entraba nada en mis pulmones. Salté de mi asiento y tropecé en las escaleras oscuras del cine hacia los sonidos de hombres gritando agónicamente a Dios y a sus madres.

Corrí hacia el cuarto de baño de mujeres, di un golpe al pasar por la puerta y me aferré al frío lavamanos. El espejo reveló una pesadilla. Los rizos se aferraban al sudor de mi frente. Mi cuerpo entero se sacudía como en un terremoto.

La imagen del amigo del hombre pisando un IED* parpadeó en mi mente. La bilis subió por mi garganta. Oh, Dios, Aries. ¿Eso fue lo que le sucedió? ¿Gritó agónicamente? ¿Sabía que se estaba muriendo? La cara del actor empapada de sangre se fusionó con la cara de Aries. Mi cuerpo se retorció hacia adelante, mi estómago se encogió y tosí con las arcadas.

Estaba muerto y había muerto en la miseria, aterrorizado.

La puerta de un cubículo se abrió. Una ancianita me miró con lástima en sus viejos ojos.

—¿Problemas de chicos?

Tomé una toalla de papel para limpiarme los ojos y esconder mi cara. Jadeando por aire, me recordé que había venido aquí para ser normal, no un espectáculo.

—Sí.
—La anciana me sonrió en el espejo mientras se lavaba las manos.

—Una chica tan guapa como tú encontrará alguien nuevo rápidamente. Por cierto, me encantan tus guantes. No es muy frecuente ver a una joven llevándolos.

Se fue.

Mi móvil vibró en mi bolsillo trasero. Louis me envió un mensaje:

¿Dnd sts?

En el baño de chicas perdiendo la cabeza. No había forma de que pudiera regresar.
Dmasiad violnto pr mí. T veo dspues d l plícula.

Esperé unos segundos y mi teléfono vibró otra vez.

Gnial, t veo + tarde.

Ocho y media. Tenía dos horas y media para volar hasta que acabara la película. Parecía ser un tema recurrente en mi vida.

La zona de comidas estaba justo al lado del cine. Necesitaba algo para beber. Pero como una idiota, no había traído nada de dinero, ni mi cartera. Louis insistió en que me dejaría en casa. Bla, bla, bla... nuestra primera noche juntos en el cine... bla, bla, bla... lo pagaría todo... bla, bla, bla... me había llevado a ver la peor película de la historia...

Los empleados de la zona de comidas estaban limpiando y preparando para cerrar. Pero algunos lugares permanecían abiertos para alimentar a los noctámbulos. Me dirigí a uno, un restaurante de hamburguesas que tenía taburetes junto a la barra.

Me senté en un taburete y vi a un tipo alto dando la vuelta a las hamburguesas. A Sarina le encantaría ese lindo trasero.

—¿Perdona?
El cocinero se giró y me resbalé de mi asiento. —¿Zayn?

Mostró su sonrisa maliciosa.
—Hey, _____. ¿Echándome de menos?

Me senté nuevamente.
—No. —Algo así.

Zayn recogió las hamburguesas de la parrilla, las colocó sobre algunos panecillos y gritó un número. Una señora vino y se llevó las hamburguesas. Deambuló hacia el mostrador.

—¿Qué puedo hacer por ti?

El pañuelo rojo que llevaba retenía su pelo que generalmente le cubría sus ojos. Me encantaban sus ojos. Marrón chocolate, llenos de travesuras y una viva chispa de luz para prender el mundo en fuego.

—¿Me puedes dar un vaso de agua, por favor?

Y por favor deja que sea gratis.

—¿Eso es todo?

Mi estómago gruñó lo suficientemente alto como para que Zayn lo escuchara.

—Sí, eso es todo.

Miró el vaso y me lo tendió.

—¿Estás segura de que no quieres una hamburguesa? ¿Una rica y gruesa hamburguesa sobre un pan tostado con unas saladas patatas fritas al lado?

Chupé de mi pajita, tragando el agua helada. Tenía gracia, el agua no me dio esa sensación plena, cálida y difusa como una hamburguesa y unas patatas fritas harían.

—Estoy bien, gracias.

—Como quieras. ¿Ves la buena pinta que tiene ese pedazo de carne que está allí? —Hizo un gesto hacia la hamburguesa. El olor me hizo la boca agua—. Es mío. Cuando esté hecho, mi turno habrá terminado por hoy.

Regresó a la parrilla y levantó la fabulosa hamburguesa sobre un pan tostado relleno de diferentes verduras. Luego arrojó una cantidad abundante de patatas fritas en el plato.

—Oye, Frank. Me voy de aquí.

Alguien gritó desde atrás—: Gracias, Zayn.

Zayn se quitó el pañuelo y el delantal y los arrojó a un contenedor. Dejó su plato a mi lado en el mostrador, se sirvió una Coca-Cola y después caminó alrededor para ocupar el asiento de mi lado

—¿No deberías estar en una cita con tu novio mono?

Mordió la hamburguesa. Observé cada delicioso movimiento.

—Lo estaba. Quiero decir, lo estoy. Louis esta todavía en el cine. Pero no es mi novio. Ya no. Lo fue, hace mucho tiempo, pero ya no. Sólo estamos, ya sabes, saliendo. O algo así.

¿Seguro? ¿Y por qué estaba yo divagando?

Zayn masticó su comida mientras entrecerró los ojos.

—Si estás en una cita, ¿por qué no estás allí con él?

Bajé la mirada hacia las patatas fritas. Parecían tan doradas y crujientes.

—¿Tienes dinero? —preguntó.

—¿Qué?

Frotó los dedos.
—¿Dinero? ¿Efectivo? ¿Llevas algo?

Sin saber a donde se dirigía, sacudí mi cabeza. Se acercó al mostrador y tomó un cuchillo. Cortó la hamburguesa por la mitad y puso el plato entre nosotros

—Toma. No robes las patatas fritas.
—¿Hablas en serio?
Zayn tomó otro bocado de su mitad.
—Sí. No quiero que mi tutora se muera de hambre.

Me relamí los labios como un personaje de dibujos animados y mordí la suculenta hamburguesa. Cuando la jugosa carne tocó mi lengua, cerré mis ojos y gemí.

—Pensaba que las chicas sólo hacían eso cuando tenían un orgasmo.

La hamburguesa se me atascó en la garganta y me atraganté. Zayn sofocó una risa mientras me acercaba el agua. Ojalá con sólo beberla pudiera borrar el molesto rubor de mis mejillas.

—Creo que me perdí tu respuesta a mi anterior pregunta. Si estás en una cita, ¿por qué estás aquí fuera compartiendo la cena conmigo mientras Louis está ahí dentro acariciándose a sí mismo?
Me aclaré la garganta.

—¿Siempre tienes que ser tan bruto?

—No. Me controlaré si respondes a la pregunta.

—Llegamos tarde y no supe qué película había escogido hasta que empezó. Enemigos en la guerra es un poco demasiado violenta para mí.

Agité el agua con la pajita, centrándome en sonar indiferente mientras las imágenes de la guerra torturaban mi mente.

Zayn hizo una bola con la servilleta en su mano, su comportamiento juguetón se había ido.

—¿Entonces por qué no está él aquí contigo?

Buena pregunta.

—Le dije que se quedara y viera la película. Tenía muchas ganas de verla.

—Te mereces algo mejor.

Empujó el plato delante de mí, su parte de la hamburguesa había desaparecido, pero todas las patatas fritas seguían en el plato.

¿Como un chico que compartiera su cena conmigo y me diera todas las patatas fritas? ¿Un chico que rompiera las reglas para que yo pudiera escuchar a mi padre hablar con mi terapeuta? ¿Un chico que me diera su chaqueta para que no pasara frío? ¿Un chico que me prendiera fuego con sólo rozarme? Pero Zayn, posiblemente, no podría querer una chica como yo.

Terminé mi hamburguesa y le devolví el plato. —Gracias. Supongo que debería dejarte ir a casa.

—¿Qué vas a hacer?

Algunos adolescentes se reunieron alrededor de una mesa vacía en medio de la plaza de comidas. Un conserje colocaba una señal que indicaba que el suelo estaba mojado. Un hombre sin hogar se aferró a su carrito de compras y nos miró fijamente a mí y a Zayn desde el otro lado de la sala. Oh, no sé. Dar una vuelta por aquí, probablemente terminando muerta, metida en la parte de abajo del carrito de ese tipo.

—Quizás me vaya a la sala de juegos y esperar que alguien se deje algunos centavos en la mesa para poder jugar al billar.

Zayn levantó una ceja.

—¿Juegas al billar?

—Aries me enseñó.

El sonido de la risa de Aries mientras jugábamos remplazó los gritos de mi cabeza.

Zayn saltó del taburete y envolvió mi mano entre las suyas. El gesto me tomó por sorpresa y causó que mi corazón tartamudeara. Me sacó del asiento.

—Vamos, vamos a ver si Aries te enseñó a jugar al billar igual que las matemáticas.

Caminamos hacia la sala de juegos y Zayn desplazó su mano para permitir que sus dedos descansaran al lado de los míos. Mi corazón galopaba como un caballo. Este era Zayn Malik. El Zayn Malik que rechazaba las relaciones estables e incluso las citas. El Zayn Malik que sólo quería ligues de una noche. Un bala perdida. Lo contrario de mí. Y en este momento, todo lo que quería.

* IED: en inglés Improvised Explosive Device. Artefacto explosivo improvisado.


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:22 am, editado 1 vez
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Caoítulo 18

Mensaje por hopeless. Jue 14 Feb 2013, 11:46 am


18


Zayn's POV


_____ acomodó su cabello en el momento en que entrelacé sus dedos con los míos. No la había tocado en más de una semana, pero de alguna manera flotaba sobre el suelo, mi sangre corría caliente por mis venas y me sentía alto, no, no alto... invencible.

—¿Puedo hacerte una pregunta? No quiero ofenderte —le dije.

Su mano se quedó inmóvil, pero me aferré a ella, no permitiendo que se escapara. —Supongo.

—¿Hay un significado detrás de tu segundo nombre?

Llegamos a la galería. Algunos estudiantes de escuela intermedia se cernían en torno a un juego con una ametralladora simulada. El sonido de las balas en medio de gritos resonaba en el juego. Un estudiante universitario hojeó un libro de historietas detrás del mostrador de cristal lleno de premios baratos para los billetes. Apreté más fuerte la mano de _____ y la llevé más allá de los juegos, a las mesas de billar vacías en la parte posterior.

De mala gana, me soltó la mano y empujó un par de dólares en la máquina de monedas.

—Mi mamá estaba obsesionada con los mitos griegos. Llevo el nombre de la ninfa de montaña, Echo.

El nombre de su hermano Aries de repente tenía sentido, también. Empujé dos monedas en la mesa y las bolas retumbaron fuera de la ranura. _____ inmediatamente las arrojó sobre la mesa. —¿Ocho o nueve bolas?

—Ocho. —Con nueve era más complicado. Ya había planeado jugar en el sesenta por ciento de mi capacidad, esperando que ella pasara un buen rato—. ¿Cuál es el mito?

Dejó las bolas en el bastidor y empujó el triángulo. —Hay varios, en realidad. Tú rompes.

Yo había conocido a varias chicas como ella, aterrorizadas por romper, ya que no podrían llegar a más de unas cuantas bolas fuera del grupo. Es mejor romper y conseguir una sola que nada en lo absoluto.

—Las damas primero. —No podía esperar a que este juego terminara, para poder enseñarle cómo romper apropiadamente. Las imágenes de su cuerpo apretado contra el mío, inclinándose sobre la mesa, hacían que mis pantalones se ajustaran.

—Tu funeral —cantó ella, y mis labios se levantaron ante su destello de confianza. _____ hizo girar su palo de billar como un guerrero antes de entrar en la batalla, sin apartar ni una sola vez los ojos de la bola blanca. Se inclinó sobre la mesa. Me concentré en su trasero apretado. Mi sirena estaba comiéndome vivo con cada movimiento. Cuando apuntó, ya no se parecía a la chica frágil en la escuela, sino un francotirador.

El rápido y estruendoso crack de las bolas me pilló con la guardia baja. Las bolas cayeron en las bolsas en una sucesión tan rápida que perdí la cuenta. _____ dio vuelta a la mesa, una vez más, haciendo girar el taco, estudiando las bolas restantes como un general de cuatro estrellas lo haría con un mapa.

Maldita sea, la chica sabía cómo jugar.

—Rayadas —gritó. _____ se inclinó sobre la mesa para hacer su segundo tiro. Sus hermosos pechos estaban ahí para que los viera, pero quería hacer algo más que observarlos, quería...

—Deberías poner tu lengua de nuevo en tu boca. Se te va a secar. —Metió dos rayadas con un solo disparo.

—No puedo evitarlo, te ves ardiente. —Me encantó cuando lo sirvió—. ¿El mito?

Después de otros dos disparos, finalmente falló. Ahora era mi turno. El sesenta por ciento de capacidad no sería suficiente con ella.

Diablos, el cien por ciento ni siquiera lo sería. Trabajé sobre la mesa mientras _____ se sentaba en un taburete.

—Zeus disfrutaba tener romances con ninfas en la tierra, y su esposa, Hera, no aprobaba sus actividades extracurriculares. Así que él envió a Echo, una ninfa del bosque hermoso, para distraer y entretener a Hera mientras se entretenía un poco. Hera finalmente descubrió y castigó a Echo tomando su voz, condenándola a repetir sólo lo que otros decían. Después de eso Echo se enamoró de un idiota que no la amaba. Echo vagó por el bosque, llorando desconsolada, hasta que ya no quedó nada de ella más que su voz, que perduraría en la tierra.

Algunos de nosotros fuimos nombrados por personajes bíblicos, otros de un dardo arrojado en un libro de bebés. _____ fue nombrada por un mito griego psicótico. Metí dos bolas en el bolsillo derecho.

—¿No le gustaban los nombres de los cuentos de hadas normales?

_____ rió. —Esos fueron mis cuentos de hadas. Crecí entendiendo la historia detrás de cada constelación. Qué dios griego estaba enfadado con quién. El amor, la lujuria, la ira, la venganza. He dormido con la luz encendida durante mucho tiempo.

Fallé mi tiro y me tragué una maldición. _____ se contoneó hacia la mesa con una sonrisa maliciosa en los labios. Yo no anhelaba otra cosa que besar esa pequeña y bonita sonrisa en su rostro. En cambio, tiré de uno de sus sedosos rizos. Su risa me hizo cosquillas en la piel.

—Tu turno para responder a una pregunta —dijo ella.

—Dispara.

—¿Por qué quieres ver a tu archivo? —Fue por la bola ocho y hundió el tiro.

Nadie, excepto Clarence o la Sra. Collins, me había hecho una pregunta personal en años. Puse dos monedas más en la mesa.

—¿Vas a decirme por qué quieres ver el tuyo?

_____ acomodó las bolas de nuevo. —Ya lo sabes casi todo. Rompes esta vez.

Sintiéndome fuera de equilibrio, me apoyé en el palo de billar.

—Tengo dos hermanos menores. Jacob de ocho y Tyler de cuatro. Nos separamos después de que mis padres murieron. Están en una casa de mierda. Quiero probarlo y espero ganar la custodia de ellos después de graduarme. Ese archivo dice dónde viven. Si puedo encontrar a esos bastardos lastimando a mis hermanos, entonces puedo sacarlos de allí y convertirnos en una familia de nuevo.

Rompí las bolas con más fuerza de lo que había previsto. No pude conseguir quitarme de la cabeza la imagen del rostro amoratado de Tyler. Mis hermanos no podían convertirse en víctimas como Lin o en personas frías, como yo. La bola rebotó varias veces después de golpear el grupo de bolas. —Lisas. Tu turno de responder.

—Mi mamá me hizo daño y yo no lo recuerdo.

Ella sonaba desinteresada, pero sabía que quería ver su archivo tanto como yo quería ver el mío. Le había contado mi historia, ahora quería la suya. —Dime lo que sabes.

_____ rodó el palo de billar en su mano. —No te conozco lo suficiente.

¿Cómo demonios iba a hacer que confiara en mí? En algún nivel, lo hacía. Pero no como yo quería. Mi reputación con las niñas en la escuela me precedía como una porrista frente a una banda de música. Mierda. ¿Y si ella confiaba en mí? ¿Qué iba a hacer con eso? Apoyé la cadera contra la mesa de billar.

—¿Y si sólo tenemos una oportunidad por esos archivos? No te estoy diciendo mi mierda personal porque estoy en terapia de grupo, te lo digo porque si tienes la oportunidad de entrar en los archivos, te necesito para encontrar la información de los padres adoptivos de mis hermanos. Apellido, dirección y número de teléfono. Si tengo una oportunidad con el tuyo, ¿qué debería buscar?

Maldición, ella parecía haberse convertido en un vampiro. Absolutamente nada de sangre permaneció en su hermoso rostro.

—Jura que no le dirás a nadie.

¿Qué podría ser peor que ser llamada una cortadora? —Sea lo que sea...

—Júralo —dijo entre dientes. La inclinación de su cabeza, la forma en que sus ojos brillaban de un color azul oscuro y la forma en que empequeñecieron, como los de un animal salvaje, me advirtió que una broma no era lo mejor.

—Lo juro.

_____ dejó su palo de billar en la pared y se acercó a la mesa. Al parecer, todos los juegos habían terminado por esta noche. Tomó la bola blanca.

—Mi mamá es bipolar. Ya sabes, maníaco-depresiva. Hay dos tipos de trastorno bipolar y mi mamá es del número uno. No como si fuera lo menos, sino como un huracán de categoría 5, o un terremoto de 10,0. Fue mal diagnosticada durante años y luego, cuando yo tenía seis años... — Rodó la bola blanca sobre la mesa, golpeando bolas múltiples—, tuvo una crisis importante y obtuvo ayuda. Mi madre estaba muy bien cuando tomaba sus medicinas. —Envolvió sus brazos alrededor de ella y se quedó mirando la mesa. Su pie golpeó contra el suelo—. Sólo sé lo poco que mi padre y mis amigos me dijeron. Ella salió de sus medicamentos, entró en un episodio maníaco, fui a su apartamento y trató de matarme.

Yo estaba aterrorizado de moverme, respirar, o incluso existir en este momento. En la televisión, los adolescentes eran retratados como despreocupadamente felices. _____ y yo nunca sabríamos acerca de esa vida. Mis padres murieron. Fui jodido por el sistema que supuestamente debía protegerme. _____, _____... fue traicionada por la persona que había sido establecida en su vida para protegerla.

Levantó la mano como una garra en su frente. —¿Sabes lo que se siente no recordar algo? Mi madre me amaba. Ella no me haría daño. ¿Sabes lo que se siente tener pesadillas horribles noche tras noche? Voy a la cama una noche, mi vida perfecta, y luego despierto en la agonía, dos días después, en un hospital y todo mi mundo se rompe en dos. Necesito saber. Si lo sé, tal vez voy a sentir todo de nuevo. Tal vez... —_____ me recordó a la estatua de un santo que mi madre había colocado una vez en su jardín de flores. Los brazos abiertos, buscando una respuesta de un Dios que nos odiaba a los dos—. Tal vez vuelva a la normalidad.

—Cuéntame de Aries. —Me agarré de un clavo para ayudar.

De puro milagro, mi declaración la sacó de la miseria. Ella parpadeó, volviendo a la ruidosa sala de videojuegos.

—A Aries le encantaban los autos. Él salvó este Corvette 1965 y pasó años trabajando en ello. Es por eso que te estoy dando clases. Tengo que ganar dinero para terminar de repararlo.

Así que ella no era una nerd buscando crédito adicional u horas de servicio. Quería honrar a su hermano, a su familia. _____ y yo éramos más parecidos de lo que había pensado.

—¿Qué está mal con él?

Tomó el palo de billar y lo colocó de nuevo en el estante.

—No tengo ni idea. Por lo que sé, necesita veinte dólares de gas y bujías nuevas. O podría necesitar algo enorme y costoso. Un mecánico irá a verlo hoy, pero tengo la sensación de que me va a llevar a la tintorería.

—Conozco a un tipo que es un genio con los coches. Le encantaría estar en el mismo código postal que un Corvette '65. ¿Dejarías que él lo revise?

La sonrisa de sirena apareció y sus ojos iluminaron la habitación.

—Sí. Por supuesto. Sí.

Ella probablemente perdería algo de esa emoción una vez que conociera a Harry. —Harry es un poco áspero alrededor de los bordes, pero es un buen tipo. No quiero que te asustes cuando alguien como yo aparezca.

Su risa sonaba como música. —¿Qué, no pasas el rato con los misioneros en tu tiempo libre? ¿Mientras el resto de nosotros va a casa y se cambia en pantalones de chándal y camisetas, tú elijes una camiseta de polo y pantalones caquis?

Nadie más que Harry y Lin se burlaba de mí. La gente corría de mi lado. Sin embargo, esta pequeña ninfa disfrutaba del juego. —Sigue así, _____. Sé todo sobre los juegos previos.

Ella se rió tan fuerte que golpeó una mano sobre su boca, aún así, la risa se le escapó. —Estás tan lleno de ti mismo. ¿Crees que porque las chicas se desmayan sobre ti y te permiten entrar en sus pantalones en la primera, yo voy a seguir su ejemplo? Piensa otra vez. Además, tengo tu número ahora. Cada vez que trates de parecer todo oscuro y peligroso, me imaginaré que llevas un polo de color rosa a rayas, cuello, y un par de pantalones plisados.

De ninguna manera. Me acerqué a _____, sintiéndome como un tigre tras su presa. Ella se apoyó contra la pared, pero seguí hasta mi objetivo. Me apreté contra ella, sintiendo cada curva sensual. Quería tocar cada centímetro de su cuerpo. Su olor dulce me tenía intoxicado. Sus ojos seguían sonrientes, pero su sonrisa se desvaneció mientras se mordía el labio inferior. Maldita sea, ¿Tenía alguna idea de lo que estaba haciendo? Para una niña empeñada en que me mantuviera lejos, hacía todo para encenderme.

—¿Qué decías? —Bajé la cabeza y aspiré el cálido aroma a canela en su cuello, dejando que mi nariz rozara a lo largo de su atractiva piel.

Su pecho subía y bajaba a un ritmo más rápido. Mi mano se fundió en la curva de su cintura, a centímetros de la cadera. Yo daba vueltas con la decisión de moverla hacia arriba o hacia abajo, hacia las zonas que tanto había soñado con tocar.

—Zayn —susurró ella, sin saber que estaba cumpliendo con una de mis fantasías que la involucraban. Si jugaba bien mis cartas, tal vez cumpliría un par más. Apenas rocé mis labios por su mejilla mientras me movía hacia la boca. Sus uñas me hacían cosquillas en el pecho, me está volviendo loco. Besarla se convirtió en mi única razón para respirar.

Sus manos aplicaron presión en mi pecho y sus labios se movieron contra los míos. —No puedo. —Me empujó—. Yo... yo... no puedo. — Cualquier rastro de humor se habían ido, tenía los ojos muy abiertos—. Estoy en una cita con Louis y esto —Hizo un gesto con la mano entre nosotros—, no puede suceder. Eres Zayn Malik y yo no soy la chica que hace "eso" con... con...

Cerré los ojos para recuperar un cierto control sobre mi cuerpo. Terminé por ella. —Conmigo.

—Sí... no... No lo sé. Quiero normalidad, Zayn. ¿Me puedes dar normalidad? —Gracioso, hablaba de normalidad mientras tiraba de los guantes en sus manos.

—¿Cuándo vas a darte cuenta de que eso no existe para la gente como nosotros? —No estaba seguro de a quién quería lastimar más, si a ella o a mí mismo. Podía fingir, pero ella nunca iba a volver a ser la niña sin cicatrices. Demonios, tal vez lo dije para recordarme que un tipo como yo nunca podría tener a _____.

Ella se dio la vuelta, con la misma ira a través de ella que había visto el primer día en la oficina de la Sra. Collins. —¿Qué debo hacer, Zayn? ¿Darme por vencida como tú? ¿Drogarme, faltar a la escuela? ¿Decir “jódete” a todo?

—Es mil veces mejor que pretender ser alguien que no soy. ¿Por qué es tan importante estar con un tipo que te obligó a ver una maldita película?

_____ se frotó la cara con las dos manos, su ira desapareciendo.

—¿Vas a llevarme al baile de San Valentín? ¿Voy a ser más que otra chica en el asiento trasero de tu automóvil, o voy a ser una broma entre tú y tus amigos?

No lo sé. La verdad se atascó en mi garganta. Quería decirle que ella sería más, pero no pude. Yo no asumía compromisos, y allí estaba ese ser increíble, preguntándome por uno.

Se pasó una mano por el pelo. —Está bien. No soples un vaso sanguíneo sobre eso. Soy tu tutora y tú... tú necesitas ayuda. Vamos a trabajar juntos para entrar en nuestros archivos, vas a vivir tu vida y voy a vivir la mía. Me tengo que ir. Gracias por la comida y el juego.

_____ pasó junto a mí, trayéndome a la vida. —Espera.

Ella miró por encima de su hombro. Círculos oscuros colgaban bajo sus ojos y sus hombros estaban caídos hacia delante. ¿Cómo es que nunca había visto el agotamiento antes? Habló acerca de las pesadillas. ¿Cuándo fue la última vez que había dormido? No era mi preocupación, mi silencio lo confirmó. Cuando no dije nada, lo mejor que me había pasado en tres años se había marchado. Maldita sea, yo era un idiota.


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:23 am, editado 1 vez
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Capítulo 19

Mensaje por hopeless. Jue 14 Feb 2013, 11:51 am


19


_____'s POV


Dos mil dólares. Eso es lo que el mecánico pedía por arreglar el coche de Aries. Así que, ganando diez dólares a la hora y si tenía suerte dándole clases particulares a Zayn dos horas a la semana. Quitando los impuestos federales, estatales y locales y la seguridad social tendría arreglado el coche de Aries... nunca.

La luz del sol entraba por las rendijas de las persianas venecianas. La luz golpeó perfectamente en la foto que estaba en mi tocador de Aries, mi madre y yo.

—Hola, preciosa.

Louis entró en mi habitación, cerrando la puerta tras él.

A gran velocidad, me enderecé en la cama, agarré una camiseta y la puse encima de mi cabeza, sobre todo encima de mis brazos.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Te dije que a lo mejor me pasaba por aquí.

Se paseó por la habitación y dejó caer su vientre haciendo plaf en mi colcha púrpura.

—No. ¿Qué estás haciendo aquí, en mi habitación? ¿En mi cama?

—Tu padre y Ashley me dijeron que podía subir.

Alcé una ceja.
—¿Mi padre? ¿Te dijo que... podías... subir?

—Sí. Creo que lo estás juzgando mal. Ahora es guay. No es como cuando salíamos antes. —Antes. No había nada estable entre nosotros antes. Ahora estamos saliendo.

Salir implica sentimientos serios y lo único que sentía seriamente en estos momentos era que no lo quería en mi habitación, concretamente en mi cama. Conmigo.

—¿Qué pasó el domingo por la mañana en el partido de baloncesto con Niall y los chicos?

Louis tenía el mismo ritual los domingos por la mañana desde que tenía ocho años.

—He quedado con ellos dentro de media hora. Sé que hoy te vas de compras y quería hablar contigo antes de que te fueras. —Puso su mano sobre la mía y acarició mi piel con su pulgar—. Mira, voy a decirlo una vez más ya que cuando te lo dije anoche no dijiste nada. Lo siento. Realmente, _____, lo siento. No lo relacioné con Aries hasta después de la película, te lo juro.

—Está bien.

Realmente, estamos juntos aún. Me llevaste a ver una película de mierda. Salí y casi besé a un chico realmente ardiente. Un chico que hizo que mis dedos se doblaran y que compartió su comida. Un chico con el que realmente debería dejar de obsesionarme porque Dios sabe que él no está pensando en mí.
Louis desvió sus ojos hacia el mural del mar de mi pared.

—No puedo creer sigas conservando esa mierda. Después de lo que tu madre te hizo.

Puse una mano encima de mi estómago mientras este se retorcía.

—Sigue siendo mi madre.

Mi corazón se hundió cuando sus ojos se abrieron y me preguntaron, ¿estás loca? La gente miraba así a mamá casi todo el tiempo. Que me miraran por primera vez daba asco.

—¿Eso es todo?

—No. Sabes que pienso que estás buenísima. —Louis parecía hambriento y no creí que fuera porque quisiera el resto de la rosquilla que había en mi mesita de noche—. Y esos vestidos que solías ponerte en los bailes eran rebeldes.

Cerró los ojos y se humedeció los labios. Apostaría lo que fuera a que se estaba acordando de la fiesta de bienvenida al equipo de fútbol en segundo. Vestido de satén azul, falda corta y el asiento trasero del Lincoln de su padre. Incluso yo tenía buenos recuerdos de aquella noche.

Abrió los ojos y se desvaneció el hambre.
—Pero me estaba preguntando qué tipo de vestido vas a ponerte. Ya sabes, para que no te dé vergüenza.

Vaya. Tal vez él debería ir al baile con Ashley.

—¿Estás preguntando si voy a exponer mis cicatrices?

—Sí. No. Sí.

Acercándose más de mí, Louis masajeó mi muslo. Luché contra la tentación de alejarlo.

—Te quiero, _____. Ya lo sabes. Tú eres la que está poniendo un freno a lo físico, no yo. Y para ser honesto, me estoy cansando de esa mierda. Hay un montón de chicas que estarían deseando acostarse conmigo.

A Louis le encantaban los buenos monólogos, pero a mí no. Le interrumpí.

—Entonces, vete sin falta a acostarte con ellas. No vas a hacer que me sienta culpable por el sexo.
Gracias a Dios, retiró su mano de mi pierna.

—Esto no está yendo como lo había planeado.

—Entonces dime exactamente cómo pensabas que iría. ¿Creías que porque me dijeras que estás mortificado, expondría mis cicatrices y luego caería en tus brazos y lo haríamos?

Inclinó la cabeza. Oh, mierda. Realmente había creído eso.

—Fuera de aquí.

—Vamos, _____. —Me había olvidado de lo rápido que se podía mover. Se deslizó hasta la cama y puso su pesado brazo sobre mi cintura para que no me escapara—. Todavía te amo.

Es curioso cómo la palabra amor dirigida a mí podría derretir mi furia. Los músculos de mi estómago se relajaron, igual que el resto de mi cuerpo. Sintiendo mi cambio, puso los dos brazos alrededor de mí y me apretó en su pecho.

Estar tumbada con Louis solía encantarme, sobre todo cuando decía que me amaba. Hubo un tiempo en que mi mundo giraba a su alrededor. Echaba de menos aquellos días. Echaba de menos saber que alguien me amaba y tumbada aquí, me di cuenta de que echaba de menos amar a alguien como respuesta.

—Nunca he dejado de amarte. Me dolió cuando rompiste conmigo.

Acarició mi espalda de arriba a abajo. El toque era familiar y ahora mismo, familiar parecía correcto.

—Entonces ¿por qué me presionaste tanto para tener relaciones sexuales? ¿Por qué no podías esperar hasta que estuviese preparada?

Mi corazón también se rompió cuando lo dejé, pero estaba harta de las constantes peleas. Me presionaba a cada segundo, queriendo más.

—No lo sé. Quería saber lo que era tener sexo. Pensé que si te daba tiempo volveríamos a estar juntos después de un par de semanas, pero luego...

Gracias a mis amigos, supo lo que pasó después.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

Sin estar realmente segura de estar preparada para más “preguntas” de Louis, mi cuerpo se elevo y cayó con un exagerado suspiro.

—Claro.
¿Por qué no?

—¿Todavía me quieres?

Me apoyé en un codo y me obligué a mirar a Louis. Realmente lo miré: a sus ojos azules, a su pelo negro y a su cara que me gustaba besar y acariciar.

—Yo siempre te amaré, pero ya no soy la de antes. Nunca en mis sueños más locos imaginé que querrías volver conmigo después de convertirme en un monstruo.

Su dedo rozó mi mejilla.

—Nunca has sido un monstruo, _____. No para mí. Me pasé el último año y medio esperando a resolvieras lo que fuera que tuvieras que resolver. Mi mundo encajó en el lugar el día que volviste a la cafetería.

Mis ojos se abrieron. Vaya. Simplemente vaya.

—Quiero que seas tú de nuevo y creo que la mejor manera para continuemos es lanzarnos. Creo que deberíamos continuar donde lo dejamos. Pienso que deberíamos tener sexo.

Mi respiración se cortó haciendo un fuerte jadeo.

—¿Qué?

—No ahora, pero pronto. Apuesto a que si lo hacemos, serás como antes otra vez.

Sabía que debía parecerme a un pez en un pequeño recipiente, abriendo y cerrando la boca una y otra vez. Que extraño, había conseguido lo que quería, poder tener relaciones sexuales con alguien que me amaba, pero me había olvidado añadir que yo quería amarlo de nuevo.

—No sé. —Simplemente sonrió—. Durmamos. Dormir. Oh, qué divertido.

* * *

—Joder, _____. Has hibernado durante un año y medio y te despiertas de golpe. —Sarina se cambió la ropa de su iglesia por un jersey ajustado de color rosa y jeans azules—. Louis te dice que aún te ama, y por cierto, te lo dije. Y el apestoso Zayn Malik intenta besarte. Y te quejabas de que ibas a morir virgen.

Continué dibujando acostada en la cama que Louis había abandonado momentos antes de Sarina viniera.

—No cuentes con eso todavía.

—¡Ja! —Levantó su cabello dorado hacia arriba en una coleta—. Lucas mendigando y Zayn, bueno, por lo que he oído, el sexo es lo que mejor se le da a Zayn.

—¿Lo oíste de quién? —pregunté, demasiado rápido y con demasiado entusiasmo. Mantuve mis ojos en el cuaderno de dibujo y obligué a mi mano a que siguiera trabajando. Tal vez Sarina no se había percatado de mi arrebato repentino y ruidoso.

Sarina rebotó encima de la cama.

—Oh, mi pequeña _____ está colgada de un juguetito. Me gustaría verlo sin la camisa. Apuesto a que sus abdominales son para morirse. Emma, del equipo de baile, tuvo a Zayn como picoteo entre chico y chico el verano pasado. Aunque más bien, él la tomó como aperitivo. Ella dijo que la hizo flipar.

La punta de mi lápiz se rompió. Idiota, idiota, idiota, idiota. Un idiota increíblemente caliente, un idiota extremadamente dulce.

—Así queeeeee, ¿quién será? ¿El chico que te ama o el chico que deseas?

¿Cómo semejante pregunta podía salir de la boca de alguien que parecía tan etérea? Glinda, la Bruja Buena tenía la mente sucia. Ya no solía esconderme tras mi cuaderno de dibujo. Tiré mi lápiz roto en mi mesita de noche.

—Puede que Louis me ame, pero no es exactamente considerado.

Sarina se acostó junto a mí y me agarró la mano.

—Es cierto. Está absorto en sí mismo y sólo tiene una cosa en la cabeza, cualquier cosa que le guste. Pero tú tienes sentimientos por él.

—Pero no estoy enamorada de él.

Tampoco es que estuviera enamorada de Zayn. Internamente suspiré. Dios me libre de que pase tres segundos sin obsesionarme por Zayn.

—Zayn es muy sexy —dijo Sarina—. Pero sabes que eso no va a ir a ninguna parte. Tienes tu vida de vuelta. Salir con él sería una pesadilla social. Además, no tienes sentimientos por él.

Él había compartido su hamburguesa conmigo y me hizo reír. No una risa por educación. No una risa falsa. Reírse tan alto que hasta las personas se te quedan mirando. Una risa de las que se te sale la leche por la nariz. Y le había hablado de mi madre y encontró una manera de hacerme sentir mejor.

—_____ —dijo Sarina con severidad—. Por favor, dime que no sientes nada por ese chico.

—Da igual —murmuré—. No va a ir al baile de San Valentín.

—Sí. Esa ha sido una respuesta muy rara, pero me la quedo. Así que, cambiemos de tema. Tienes que tomar anticonceptivos.

Dos veces en un día me encontré a mí misma simpatizando con un pececito.

—No.

—Sí. Deberías. Apuesto mi bolsa del Gran Buda a que te nos unirás en la mesa del almuerzo y tendrás relaciones para la graduación. ¿Con quién?, no lo sé. —De inmediato susurró—: Louis —Antes de regresar a su tono normal—. Pero en definitiva, tienes que tomar anticonceptivos.

¿Anticonceptivos? Anticonceptivos significaba hablar de sexo, y yo que contaba con la suerte de haber evitado hablar de sexo con una figura paterna.

—Mi padre se volverá loco.

Sarina salió de la cama, me agarró la mano y me arrastró hacia arriba.

—Oh, no, hermanita, no se lo vamos a pedir a papá. ¡Iremos a comprar un vestido!

* * *

Después de cinco horas de tortura, Ashley y Sarina finalmente se pusieron de acuerdo sobre mi vestido para el baile de bienvenida. A menos que quisiera parecerme a la madre de una novia, no pude encontrar un vestido con mangas largas. Nos decidimos por un vestido sin tirantes de satén negro hasta medio muslo, a juego con unos guantes de satén negro que llegaban a mis bíceps.

Sarina y yo tomamos nuestros cafés con leche en una mesa en el área de comidas, mientras que Ashley terminaba de pagar al camarero. —Ahora —susurró Sarina.

—¿Ahora qué?

Me dolían los pies y la cabeza.

—Tu madrastra tiene toda la frivolidad que necesita una chica de hoy en día. Mantente en el guion y todo irá bien.

Abrí los ojos. Oh, mierda. Ahora este era el momento en el que iríamos a engañar a mi madrastra para que me diera alguna píldora anticonceptiva.

Ashley se sentó en nuestra mesa.

—Me la he pasado genial con ustedes, chicas. ¿Recuerdan cuando solíamos ir de compras todos los fines de semana?

Sí. Antes de que apuñalaras a mi madre por la espalda acostándote con mi padre. Sarina me dio una patada debajo de la silla.

—Tengo dolores de menstruación.

Mi pierna vibró cuando Sarina me dio otro golpe. Ashley parpadeó, obviamente sorprendida.

—¿Cómo dices?

Sarina aclaró su garganta.

—Lo que creo que _____ quiere decir es que estamos encantadas de pasar el rato contigo porque hay un tema que ella necesita comentar. Un tema de chicas. Ya sabes, los hombres no entienden de este tipo de cosas. Mira, en el último año su menstruación se han vuelto muy dolorosa y los calambres han empeorado. ¿Verdad, _____?

—Ooh —dije con toda claridad, mientras trataba de no parpadear para que mis ojos no se salieran. Realmente apestaba en esto. Ella me dio una patada de nuevo—. Quiero decir, sí. Un montón de sangre y calambres. Caray. Unos calambres muy fuertes... Sí, unos calambres infernales. Mira que odio los calambres. Calambres, calambres, calambres.

Esta vez, Sarina me pisó el pie.

—Como mejor amiga de _____, le dije que debería hablar contigo. Mi madre me dio la píldora cuando mi periodo se hizo doloroso.

El rostro de Ashley se desanimó durante un momento, mientras miraba de ida y vuelta entre Sarina y yo. ¿Quién tendría éxito? ¿La esposa que sabía que mi padre le aplastaría la BlackBerry en su mano cuando se enterara de que su única hija tomaba anticonceptivos? ¿O la mujer desesperada que se sentiría mejor arruinándome la vida?

—Sí. Sí, Sarina. Has hecho bien diciéndole a _____ que hablara conmigo. —Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, pero sus ojos aún vislumbraban preocupación—. ¿Cuánto hace que te pasa esto?

Nunca.

—Más de un año.

—¿Por qué no viniste antes a mí, cariño?

Me encogí de hombros.

Ashley tomó un largo trago de su café con leche.

—¿Cómo van las cosas entre Louis y tú?

Mierda.

—Ashley, ¿podemos centrarnos en los problemas de mi menstruación?

Los ojos de Ashley se iluminaron. La culpabilidad había ganado.

—Tengo cita con mi ginecólogo el lunes. ¿Por qué no me acompañas y vamos a que te echen un vistazo y te den algún medicamento? Tengo una ecografía programada. Tu padre no puede llegar a tiempo y la última vez me quedé tan hecha polvo cuando no averiguamos el sexo del bebé. ¿No es emocionante que veas a tu hermanito o hermanita?

Por un momento, pensé que Ashley iba a ponerse a cantar. Esta vez, en lugar de una patada, Sarina metió la mano bajo la mesa y agarró mi mano. Se la apreté mientras respondí—: Sí. Eso será genial.


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:24 am, editado 1 vez
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por jungkook. Jue 14 Feb 2013, 4:58 pm

OMG!!
Ame los capitulos Rose:)
Me encantaron!
jungkook.
jungkook.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por fuckingunicorn Vie 15 Feb 2013, 6:45 pm

jsdkhjkfhrjhtjkwe me han encantado todos los capítulos. Esta novela está genial sdjkfhsjdkghk Y cuándo vi el nombre de Danny Jones, JAJAJA MORÍ :3 Espero que la sigas pronto! Besos <3
fuckingunicorn
fuckingunicorn


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por hopeless. Sáb 16 Feb 2013, 2:04 am

LinIsInLoveHazza escribió:OMG!!
Ame los capitulos Rose:)
Me encantaron!
sabes algo? tomé la decisión correcta al ponerte como uno de los personajes :) sabía que no me defraudarías como lectora! y me fascina saber que te está gustando la nove. inmediatamente la sigo!
xx

fuckingunicorn escribió:jsdkhjkfhrjhtjkwe me han encantado todos los capítulos. Esta novela está genial sdjkfhsjdkghk Y cuándo vi el nombre de Danny Jones, JAJAJA MORÍ :3 Espero que la sigas pronto! Besos <3
aaaw si te pasaste por aqui! :D que bien que te ha gustado y SI tenia que incluir a alguno de los chicos MUAJAJA
la seguiré para que te des un gustito más!
xx
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Capítulo 20

Mensaje por hopeless. Sáb 16 Feb 2013, 2:11 am


20


Zayn's POV


Deja ya el mal humor. Si te la hubieras tirado la primera vez que la conociste, como te dije, no estarías retorciéndote como un maldito pretzel. —Lin golpeó la bandeja del almuerzo sobre la mesa.

Aparté la pizza y me recosté en la silla. Hasta ahora, _____ había hecho poco más que un efímero contacto visual conmigo hoy. Tal y como dijo, había vuelto a su vida y, en teoría, yo a la mía. ¿El problema? No me gustaba, no sin ella.

Harry puso la bandeja al otro lado. —Déjale, Lin. A veces no puedes evitar enamorarte de quien lo haces. —Palabras de sabiduría del hombre que ignoraba sus sentimientos por Lin.

Lin frunció el ceño mientras clavaba un tenedor en su hamburguesa de pollo. Mantuvo su pelo en la cara para ocultar los moretones que el maquillaje no podía cubrir.

—¿Qué has estado comiendo, Harry? Estas de un humor tan malo como el de Zayn. Por favor, no me digas que también te has enamorado de una inalcanzable, estúpida chica.

Harry cambió de tema. —Entonces, Lin, oí a la Sra. Collins llamarte a su oficina.

—¿Para qué? —le pregunté. La Sra. Collins jugando con uno de nosotros era suficiente.

—Supongo que una de mis profesoras me entregó cuando notaron los moretones. Les dije que me caí por las escaleras en casa de mi padre. —Guiñó a Harry y los dos se rieron de su broma compartida. Ninguno tenía la menor idea de quiénes eran sus padres.

Mi corazón se aceleró cuando vi a alguien entrar en el comedor. En la puerta de la esquina más alejada de mí, _____ se detuvo y realizó un rápido análisis. Sostenía los libros apretadamente contra su pecho, las mangas sujetas entre sus manos. Nuestros ojos se encontraron. Los suyos azules se derritieron y me dio esa hermosa sonrisa de sirena. Mis labios se curvaron y le hice una seña para que se acercara a la mesa. ¿Qué demonios estaba haciendo?

Lin se había vuelto evidentemente un lector de mentes. —¿Qué demonios haces?

Mientras observaba los ojos de _____ ensancharse, rápidamente me dirigí a Harry. —¿Te gustaría trabajar en un Corvette de 1965?

—¿Quiero un millón de dólares? Diablos, sí.

—¿Tienes planes para después de la escuela? —pregunté. _____ echó un vistazo a su mesa del almuerzo y de nuevo a mí. Vamos, mi sirena. Ven a mí.

—No nos las saltamos desde hace tiempo —dijo Harry.

—Me animo —dijo Lin—. Y no necesito la excusa de un coche para saltármelas.

—No saltándolas. —Mantuve mis ojos fijos en _____. Cambió de un pie a otro. Necesitaba una razón para venir. Cogí mi libro de cálculo y le enseñé la portada. Exhaló lo suficiente como para que un par de rizos se trasladaran con su aliento. Finalmente, mi ninfa se acercó.

—Hola. —Habló en voz tan baja que tuve que esforzarme para oírla. Sus ojos se movieron de mí hacia Lin y hacia Harry, luego de vuelta a mí.

—¿Quieres sentarte? —pregunté, sabiendo la respuesta. Estando al lado de mi mesa, rompía un centenar de las superiores reglas sociales de sus pequeñas amigas.

—No, mis amigas me están esperando. —Enfatizó la palabra a propósito antes de mirar a la mesa de las chicas que observaban nuestra interacción. Primer punto, _____. Estropeé la noche del sábado tan malamente que ni siquiera nos consideraba amigos. Lin sonrió y burlonamente saludó con la mano a la mesa de colegas de _____. Ella se encogió externamente mientras yo me estremecía interiormente.

—¿Qué es lo que necesitas, Zayn? —Miró a Lin mientras preguntaba y luego dejó que sus ojos se estrechasen en mí.

—Éste es Harry.

Levantó las cejas. —Está bien.

—Le echará un vistazo al auto de Aries después de la escuela.

Podemos estudiar en tu casa mientras él evalúa lo que hay que hacer.

Su rostro se iluminó. —¿En serio?

—¿Qué es en serio? —preguntó una voz familiar. Maldición, el mono crecido. Justo cuando empezaba a manipular a _____ de nuevo en mi ángulo, su novio perdedor se abalanzó y pasó un brazo alrededor de sus hombros.

_____ continuó—: Harry le echará un vistazo al auto de Aries por mí.

Las comisuras de mi boca se elevaron mientras Louis lo rechazaba. —¿Cuándo? —preguntó.

—Hoy. Tras la escuela —respondió Harry. Se removió en la silla para que Louis tuviese una buena vista de él, los rulos, los ojos verdes, los tatuajes y, sobre todo, su actitud.

—¡_____! —llamó una de sus amigas.

Miró hacia atrás, y luego rebuscó en su mochila. —Saldré después del almuerzo por una cita y no volveré, pero después de la escuela funcionará totalmente.

Se inclinó y garabateó su número de teléfono en una servilleta. Su camisa cayó, exponiendo un trocito de escote. La mirada que le di a Harry le advirtió de no mirar y la sonrisa que le envié al novio mono de _____ cuando ella me deslizó la servilleta hizo que los puños de él se apretaran.

—Mi teléfono estará apagado —dijo _____—. Pero mensajéame tú número para darte instrucciones. Nos vemos después de la escuela. —Dio un paso, pero Louis no la siguió—. ¿Vienes?

—Cogeré algo para comer primero.

_____ se mordió el labio inferior y robó una mirada hacia mí antes de marcharse. Así que no lo había jodido todo por completo. Tenía por lo menos una oportunidad más con _____.

Una silla raspó contra el suelo y Louis se sentó en nuestra mesa.

—¿Cuál es el problema de los populares? ¿No pueden dejarnos a los perdedores en paz? —murmuró Lin.

Louis la ignoró. —Jugábamos baloncesto uno contra otro el primer año.

Las cabezas de Lin y Harry se giraron bruscamente hacia mí. Nunca discutí mi pre-adoptivo cuidado de la vida. Me crucé de brazos.

—Sí. Lo hicimos.

—Te defendí y pateaste mi culo. Tu equipo ganó.

Trajo de nuevo ese partido como si fuese ayer. Para mí, fue hace siglos. Esos recuerdos pertenecían a un niño que murió junto a sus padres en el incendio de su casa.

Cuando no respondí continuó—: Ganaste ese día, pero no lo harás ahora. Es mía. No tuya. ¿Somos claros, amigo?

Me reí entre dientes. —Por lo que he oído, _____ es presa fácil. Si no eres lo suficientemente hombre para mantenerla satisfecha, bueno... — Mantuve mis manos para dejar que mi reputación hablara por sí misma.

Louis saltó de su asiento, su cara sombreada rojamente. —Te acercas a ella y te golpearé hasta que tu rostro quede irreconocible.

El rey de la bienvenida probablemente nunca luchó un día en su vida. Su cuerpo se estremeció. Me quedé sentado, sabiendo que mi tranquilidad le asustaría más.

—Adelante. Te patearé el culo como lo hice en baloncesto. Sólo que ésta vez, ningún árbitro te salvará.
Louis golpeó la silla contra la mesa y se alejó. Harry y Lin estallaron en carcajadas. Me uní a ellos hasta que me di cuenta del horror en la cara de _____. Antes de que pudiese moverme, salió corriendo de la cafetería. Maldita sea.

* * *

_____ vivía en uno de esos barrios agradables. No del tipo fantasía-rica, sino de los que tenían grandes árboles en el patio delantero, amateur pero agradable jardinería, dos plantas de ladrillo frontales y terrazas con hamacas. Solía vivir en un lugar como éste, antes. Apostaba a que se veía muy bonito en primavera. Probablemente olería a narcisos y rosas, como mi casa solía hacer. Ahora, todo lo que podía oler era suciedad y frío. Febrero apestaba.

La puerta del garaje para dos autos se abrió cuando cerramos nuestras puertas. _____ había estacionado su Dodge Neon en una estrecha franja de hormigón al lado de la casa, dejando el Corvette rojo como el único coche en el garaje. Desde el lado del conductor, colgaba una de las piernas en jeans de _____.

—Tengo una erección sólo con mirarla, hombre —dijo Harry mientras paseábamos por el camino.

—Que te comerás —respondí, esperando que se refiriese al auto, y no a _____. Odiaría pelearme con alguien a quien consideraba mi familia.

Lin se apretó entre nosotros. —Enfermo de la cabeza, más como eso.

—Ambas. Jesús, ¿son los salpicaderos originales? —Harry deslizó su mano sobre el cuerpo del coche.

Entré en el garaje y en una burbuja de calor. Un calentador colgaba de las vigas del techo, junto con varias lámparas de tienda. Justo cuando entramos, la puerta del garaje se cerró tras nosotros. Bancos de madera de trabajo se alineaban en las paredes de izquierda a derecha. Herramientas colgaban en tableros perforados. Fotos de autos y gente llenaban los gabinetes.

—Tal vez conservarías a las chicas si las tocaras de ese modo. —Lin se apoyó en un banco.

Harry sonrió mientras inspeccionaba el detallado del auto.

—Si conociese a una chica que ronroneara como este gatito, le haría caricias toda la noche.

—¿Están drogados? —derivó la voz de _____ desde el coche. La captura ronca de su voz desgarró mi corazón.

Lin me frunció el ceño. —Por desgracia, no. Tu actitud de santurrona está contagiando a mi chico. —Oiría a Lin quejarse sobre esto durante días. Pero los tres éramos más que drogadictos perdedores y quería demostrárselo a _____.

Se quedó en el asiento del conductor aún sin mostrar su cara. Mantuve mi enfoque en el coche, fingiendo tener la más ligera idea sobre qué demonios murmuraba Harry. Una oportunidad. Eso es lo que me había comprado. Si metía la pata hoy, vería al chico mono vivir la vida con _____. Todo en mi interior acabó apretándose. Mierda. Estaba nervioso por una chica.

Harry continuó deslizando la mano por el coche hacia el capó, murmurando tonterías incoherentes. Tiró palabras como defensas, cromo, cuerpo y llantas.

—¿Puedo llevarla a segunda base? —Los ojos de Harry parpadearon al auto e inmediatamente después a mí. Inclinó la cabeza hacia _____ antes de pasar la mano bajo el capó, esperando a que apareciese para abrirlo.

Demonios. Harry nunca ganó premios por ser observador. Mi truco con Louis debió haberla cabreado. Caminé hasta el lado del conductor para traducir al idiota de mi mejor amigo. —Quiere que abras el capó.

_____ sostenía un álbum de fotos en su regazo, los dedos tocando una imagen. Tenía esa mirada perdida otra vez. La misma que llevaba el semestre pasado cuando entró en clase segundos antes de que sonara la campana, fingiendo que nadie más existía. Ahora simplemente comprendí que no estaba fingiendo. En este momento, _____ vivía en su propio mundo.

Dijo que tenía una cita, pero no mencionó nada más. ¿Algo iba mal? Me agaché a su lado, bajando la voz para que sólo ella pudiese oír mi preocupación. —_____.

Despertando de su mundo de sueños, tomó una profunda respiración. —Sí. El capó.

Deslizó la mano por debajo de la consola y tiró de la palanca. Los ojos de Harry brillaron cuando el enganche se soltó con un ruido y la puerta a su mundo mágico se abrió. —Lin, tienes que ver esto.

—Tu obsesión por los autos no es natural. —Actuaba como si no le importase, pero Lin se levantó de la mesa hacia Harry—. ¿Cómo diablos quieres conseguir que las chicas se acuesten contigo?

—Vamos, sabes que las palabras gran bloque V-8 hacen que tus bragas se mojen.

—Oh, bebé —dijo Lin con sequedad—. Tómame ahora.

_____ comprobó mis ojos. —¿Estás seguro de que no están drogados?

Varios comentarios sarcásticos entraron en mi mente, pero me lo recordé a mí mismo, una oportunidad.
—Esta es tu casa y no te faltaría el respeto de esa forma.

El lado derecho de su boca se elevó. —Gracias. —Cerró el álbum—. ¿Estás listo para adentrarte en el mundo de la física?

Miré alrededor del garaje. —¿Dónde?

—Suelo estudiar aquí.

—Estás bromeando. —La mirada seria en sus ojos azules me dijo que no lo estaba, al igual que su mochila asentada en el lado del pasajero—. Sabes, la mayoría de las personas utilizan mesas y sillas.
_____ se encogió de hombros, tomando su libro de física de la mochila y luego la colocó en el suelo a mi lado. Bajó la voz.

—La mayoría de las personas no tienen cicatrices recorriéndoles los brazos o son fuertemente alentados por los Servicios de Protección Infantil a ir a terapia una vez a la semana tampoco. ¿Vamos a estudiar o no?

Abrí la puerta del lado del pasajero y me senté. Pegada en el salpicadero había una foto de _____ abrazando a un hombre alto con el pelo marrón. Aparentemente, Lin se había dejado un novio en su lección de historia sobre _____. Imagina esto: un acosador olvidándose de algo. —¿Quién es ese?

Una suave sonrisa tocó sus labios, pero no sus ojos. Tenían tanto dolor que sentí un cuchillo recortar a través de mi estómago.

—Ese es mi hermano, Aries. Es nuestra última foto juntos. —Su mano acarició distraídamente el álbum en su regazo.

Harry y Lin bromeaban de un lado a otro, dándole a nuestra conversación un poco de intimidad. —Tienes suerte. Todo lo que significaba algo para mí se quemó en el incendio. Todo menos mis hermanos. No tengo una sola foto de mis padres. A veces tengo miedo de olvidar cómo eran. —Y el sonido de sus voces. La profunda risa de mi padre y las risitas sinceras de mi madre. La fragancia del perfume de mi madre cuando se preparaba para el trabajo. El olor de la loción de afeitar de mi padre. El sonido de sus aplausos desde las gradas cuando encestaba en mis partidos de baloncesto. Dios, los echaba de menos.
No tenía ni idea de que me había perdido en mi propio universo hasta que los dedos fríos de _____ apretaron los míos. —¿Quieres hacer lo normal?

Y mi corazón se encogió de dolor y alegría al mismo tiempo. Echaba de menos a mis padres más allá de las palabras y esta bella ninfa lo entendía.

—Estoy por encima de lo normal. —Abrí mi libro de física.

* * *

El estruendo del capó nos sobresaltó a mí y a _____. Estuvimos dos horas repasando para nuestra prueba de física. Si no aprobaba al hijo de puta mañana, nunca aprobaría un examen.

Si no lo conociese tan bien, diría que Harry tuvo el mejor viaje de su vida con esa sonrisa loca en su cara. —Sé cómo ponerlo en marcha.

_____ se iluminó al nivel de una supernova. —¿En serio? —Dejó caer su libro de física y saltó fuera del coche.

Luché contra el impulso de situarme detrás de _____ y envolver mis brazos a su alrededor mientras rebotaba frente a Harry en deleite. Por un segundo, pareció que Harry se uniría a la feliz danza.

—Sólo unas pocas partes, menores realmente. Las encontraré en el depósito de chatarra. Me llevará algún tiempo y probablemente costará unos doscientos.

Los ojos de _____ se abrieron como platos y se me encogió el corazón. No tenía el dinero. ¿Cuánto podría hacer tutorando a un perdedor como yo? Tenía el dinero. Ahorré hasta el último centavo para mudarme a mi propia casa después de la graduación y rescatar a mis hermanos. Podría prestárselo y aumentar nuestras tutorías hasta que hiciese lo suficiente para pagarme. —_____...

Se lanzó a Harry, derribándole en un abrazo. —Gracias. Gracias. Gracias. ¿Necesitas el dinero ahora o más tarde? Lo tengo en efectivo, si te parece bien.

Harry palideció y me miró fijamente con sus brazos presionados en los costados. —Lo juro por Dios, no la estoy tocando, hombre.

—Ya, pero ella a ti sí. —Las sombras oscuras en los ojos de Lin me impulsaron a actuar.

Ajena a la amenaza de pelo negro detrás de ella, _____ liberó a Harry, brillando como si Jesús hubiese aparecido y convertido el agua en vino. Una punzada de celos fastidió mis entrañas. Para evitar que Lin rompiese a _____ en pedacitos, me interpuse entre las dos. —Te dije que podía ayudar. —Una mierda por mi parte que intentara tomar el crédito, pero no pude evitarlo. Quería ser su campeón.

Tenía las mejillas llenas de color y sus ojos se iluminaron como bengalas. —Zayn —jadeó, sin aliento—. Lo hicimos. Arreglaremos su coche. Oh, Dios, Zayn... —Lanzó sus brazos alrededor de mi cuello y apretó su cabeza en mi hombro.

Todo en mi interior se calmó. Envolví mis brazos alrededor de su calidez y suavidad, cerrando los ojos para saborear la presencia de paz que _____ me traía. La vida sería casi agradable si pudiese sentirme de esta manera todo el tiempo. Acaricié su cabello con mi barbilla, enviándole a Harry una mirada de gratitud. Él asintió y cambió de pie mientras le echaba un vistazo a Lin.

Tenía una mano en su garganta, la incredulidad drenando de color su rostro. —Harry, yo... —Dio dos pasos hacia atrás antes de girar y desaparecer.

—¡Lin! —Harry corrió tras ella. La puerta del garaje se cerró de golpe a sus espaldas.

Usando mis brazos como cadenas, mantuve a _____ contra mí cuando sacó su cabeza del hombro. — ¿Qué pasa? —preguntó.

Mis desastrosos amigos están arruinando mi momento. —A Harry le gusta Lin y no quiere admitirlo y Lin no quiere que le guste nadie. Al menos no el tipo al que considera su mejor amigo. Pero tu abrazo consiguió irritarla.

—Oh. —Desenroscó las manos de mi cuello y se empujó contra mis brazos, pero no estaba dispuesto a dejarla ir, no todavía—. ¿Zayn?

—¿Sí?

—He terminado de abrazarte.

A regañadientes, la solté. Una oportunidad. Una puta oportunidad. ¿Qué diablos haría ahora? ¿Qué diablos quería hacer? _____. Sentir su cuerpo envuelto alrededor del mío, oler su seductor aroma, dejar que me llevara a ese lugar en donde me olvidaba de todo excepto de ella.

Guardó sus libros en la mochila, pronunciando las palabras en mi mente. —¿Qué está pasando entre nosotros?

No lo sé. Me froté la mano por la cara antes de mirar a _____. Un indicio de su escote asomaba desde su camisa. Maldita sea, era sexy como el infierno. La quería, muy malamente. ¿Podría una noche ser suficiente, incluso si me la concediera? _____ ya se sentía como una droga pesada. Del tipo de las que evitaba a propósito, crack, heroína, metanfetamina. De las que juegan con tu mente, se cuelan en tu sangre y te dejan impotente, indefenso. Si me concediese su cuerpo, ¿sería capaz de dejarla ir o sería absorbido por ese velo negro, esos anzuelos incrustados en mi piel, condenado a morir por la emoción que reservaba sólo para mis hermanos, amor?

—Te quiero.

_____ subió la cremallera de su mochila y la arrojó a la puerta de la casa. Ésta rebotó contra la madera y cayó al suelo. —¿Lo haces? ¿En serio? Porque estas cicatrices son tan sexis.

¿Cómo haría que se viera a sí misma? —No me importan una mierda tus cicatrices.

Caminó hacia mí, sus caderas balanceándose de un lado a otro, con los ojos endurecidos por la ira. _____ empujó su cuerpo contra el mío, sus partes encajando perfectamente contra las mías. Maldije en voz baja, luchando por el control de mi cuerpo.

—¿Cómo reaccionarás cuando estemos así de cerca y me quites la camisa? ¿Todavía me querrás cuando veas las líneas rojas y blancas? ¿Retrocederás cada vez que toques accidentalmente mis brazos y sientas la piel levantada? ¿Y qué cuando te toque? —Se apartó de mí, dejando mi cuerpo frío después de experimentar su calor—. ¿O prohibirás eso? ¿Me dirás cómo vestirme o que estaré autorizada a quitarme?

Su ira sólo alimentaba la mía. —Por última vez, no me importan una mierda tus cicatrices.

—Mentiroso —escupió—. Porque de la única forma en la que alguien estará bien conmigo es si me quiere. Si realmente me ama lo suficiente como para no importarle que esté herida. Tú no quieres a las personas. Te acuestas con ellas. ¿Así que cómo podrías querer estar conmigo?

Me resumió perfectamente. No amaba a las personas, sólo a mis hermanos. _____ se merecía más. Algo mejor que yo. Una oportunidad. Tómala o vuelve a casa. Besarla y arriesgarme a una relación o dejarla y ver a otro tipo disfrutar de lo que podría haber sido mío.


Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:24 am, editado 1 vez
hopeless.
hopeless.


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por fuckingunicorn Sáb 16 Feb 2013, 6:33 am

uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh Zayn Zayn skjhfajkghjshjg La tienes que seguir pronto! Quiero saber que va a pasar! xoxo.
fuckingunicorn
fuckingunicorn


Volver arriba Ir abajo

Pushing the Limits [ZM] - Terminada - Página 5 Empty Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado



Volver arriba Ir abajo

Página 5 de 13. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6 ... 11, 12, 13  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.