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Mi chico malo |HS|
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Mi chico malo |HS|
O como? no Harry no No! te pinchara!!! okey me emociono mucho pero me encanta se me olvidaba YA VOLVI!! ejejejeje hasta el lunes eh siguela siguela besos
Invitado
Invitado
Re: Mi chico malo |HS|
síguela que me encanta por fas... dios que alguien salga y los ayude
Pao Mijares
Re: Mi chico malo |HS|
Porque no subes que va a pasar con Harry siguela quero leer un capitulo sube cuando puedas besos
Invitado
Invitado
Re: Mi chico malo |HS|
Ohh JODER ME ENCANTA MADRE MIA MUEROO!!! Tienes que seguirla porque esta buenísima y por cierto SOY TU NUEVA LECTORA!!
Adriiloka
Re: Mi chico malo |HS|
¡¡MIS NIÑAS!!
Mil perdones por dejar la nove así de abandonada, sé que hace siglos que no la sigo & por eso las quiero compensar con un súper maratón para que me perdonen (?)
Espero lo disfruten mucho. Las adoro.♥
Mil perdones por dejar la nove así de abandonada, sé que hace siglos que no la sigo & por eso las quiero compensar con un súper maratón para que me perdonen (?)
Espero lo disfruten mucho. Las adoro.♥
Jaidon.
Re: Mi chico malo |HS|
La hoja de la navaja brillaba bajo la luz amarillenta de las farolas.
-¡Harry! -gritó (TN)-. ¡Tiene una navaja!
-Shhhh -la calmó él-, todo irá bien. Dos minutos y te llevo a casa -dijo empujándola hacia el aparcamiento. Sin apartar la vista de Frank, se agachó para recoger el bolso del suelo.
-Muy bien, cerdo, muy bien..., róbale el bolso a la señorita -se jactó Frank.
Harry no respondió. Empezó a desplazarse hacia su izquierda. El tipo de la nariz rota, Barney, se levantó y dio un paso adelante. (TN) miró a su alrededor en busca de un arma y cogió una botella de cerveza vacía del suelo, pero enseguida se dio cuenta de que no la necesitaba. Barney, con la cara ensangrentada, se había acercado a un contenedor de basura, apoyó la espalda contra el metal y se dejó caer, deslizándose hasta el suelo, donde se quedó sentado con las piernas abiertas. Para él, la noche había terminado.
Unos metros más allá, Jake había conseguido ponerse en pie.
-¿Qué ocurre? -murmuraba sacudiendo la cabeza. Estaba de espaldas a la pelea, apoyando las manos sobre el capó del coche que le había servido de soporte para levantarse.
Sin dudarlo ni un momento, (TN) corrió hacia él botella en mano y se la hizo añicos en la cabeza. Jake cayó de bruces contra el capó del coche y, lentamente, fue resbalando hasta el suelo... Ella se quedó a su lado, preparada para atizarle de nuevo si era necesario, pero el hombre no se movió. (TN) se volvió para ver cómo le iba a Harry. Continuaba moviéndose en círculo alrededor de Frank, sujetando su bolso con una mano. La luz de la farola revelaba dos rasguños de navaja en la parte delantera de su camiseta.
(TN) notó que la botella se le escapaba de las manos y caía al suelo. «Ese tipo es capaz de matar a Harry delante de mí. Tengo que pedir ayuda.» Pero la necesidad de permanecer al lado de Harry la mantenía inmóvil. El silencio de los dos hombres era exasperante; (TN) podía oír el estruendo del tráfico de Jefferson Boulevard y la música de un bar cercano. Aparte del roce de sus zapatos sobre el pavimento, los dos hombres no hacían ningún ruido.
Llevaba un rato mirándolos cuando se dio cuenta de que Harry seguía moviéndose hacia la izquierda, lo que obligaba a hacer lo mismo a Frank, que sostenía la navaja en su mano derecha. Al ser diestro, estaba en cierta desventaja en aquella peligrosa danza. «Se nota que Harry ya ha peleado otras veces -pensó-. ¡Claro que ha peleado otras veces!» Darse cuenta de algo así, en lugar de alarmarla, la tranquilizó. «Si sabe lo que está haciendo, quizá todo salga bien», concluyó.
Frank se abalanzó sobre Harry, pero éste había previsto el ataque y estaba preparado. Desvió el golpe con el bolso de (TN) e intentó sujetar a aquel tipo con el brazo izquierdo. Su contrincante le esquivó y retrocedió. Antes de que pudiera atacarle de nuevo, un ruido procedente del restaurante los distrajo a ambos. La puerta trasera de la cocina se había abierto y un ayudante de camarero sacaba dos grandes bolsas de basura. Cuando vio a los dos hombres y la navaja, dejó caer las bolsas al suelo y volvió a entrar a toda prisa. Harrysonrió, pero no había nada gracioso en su sonrisa.
-Se te está acabando el tiempo, Frank. Van a llamar a la policía. Te enfrentas a un cargo de agresión con el agravante de arma blanca. Y eso es un delito.
La cara del hombre se contrajo en una mueca de rabia, y atacó de nuevo. Harry, que esperaba el ataque, le arrojó el bolso a los pies, lo que hizo que el tipo tropezara y cayera al suelo. Harry se le lanzó entonces encima, doblándole el brazo con el que sujetaba la navaja hacia atrás en un ángulo muy forzado. Pero como Frank, a pesar de gritar de dolor y de rabia, no soltaba el arma, se sentó encima de él a horcajadas y continuó forzándole el brazo. Los gritos de Frank se volvieron más agudos, pero aun así (TN) alcanzó a oír el crujir de huesos rotos. Parecía que toda la fuerza y la ira del hombre le habían abandonado, como un globo que se deshincha. Harry soltó el brazo que acababa de romper y retiró la navaja de los dedos inmóviles de Frank, la cerró y se la guardó en el bolsillo. Acto seguido, se acercó al tipo, que gimoteaba, y le dijo:
-No vas a volver a usar este brazo para golpear a una mujer, ¿verdad que no?
Frank no contestó. Harry colocó su rodilla sobre la espalda del hombre.
-¡No lo hagas! -le gritó (TN); aunque no sabía qué planeaba, intuyó que, fuera lo que fuese, no le iba a gustar.
-Te queda un brazo bueno -le dijo Harry a Frank-. ¿Quieres perderlo también?
El sonido de las sirenas se oyó en la lejanía. (TN) volvía a estar nerviosa.
-Harold, la policía está a punto de llegar, déjalo.
Él le hizo caso, y se acercó al oído de Frank.
-No vas a volver a pegar a una mujer en tu vida, ¿a que no? -dijo mientras le sujetaba el otro brazo.
-¡No, no, nunca! -aulló el tipo.
-Buen chico.
Harry le soltó y (TN) suspiró aliviada. Se puso de pie y buscó con la mirada a los otros dos matones: Jake seguía en el suelo, aturdido, y Barney se sujetaba la nariz, llorando.
-Muy bien, Chiquita. Vámonos de aquí -dijo recogiendo el bolso del suelo, sin preocuparse de las bolsas con la comida, que habían quedado esparcidas por todo el asfalto.
Ya casi habían alcanzado la moto cuando el chirrido de unos frenos en la avenida les advirtió que la primera patrulla acababa de llegar. Harry cogió a (TN) de la mano y la hizo retroceder hasta el edificio.
-¡Espera! -exclamó ella soltándose-. ¿No deberíamos quedarnos? ¡Nosotros somos las víctimas!
-Princesa, con mi historial, seguro que tengo que pasar la noche en la carcel mientras tú cuentas la misma historia una y otra vez hasta las seis de la mañana. ¿Quieres que nuestra primera cita acabe así?
Ella dudó unos instantes, pero antes de que pudiera contestar, Harry la agarró de un brazo y se la llevó corriendo a un callejón estrecho que había entre el restaurante y el bar vecino. El callejón apenas medía un metro de ancho, por lo que debían avanzar en fila india.
Además, estaba muy oscuro. La única luz que iluminaba vagamente su camino procedía del resplandor de las farolas del final del callejón. Harry hizo que (TN) se pusiera delante, de modo que él daba la espalda a la zona del aparcamiento y a los coches de policía que seguían llegando. Tras avanzar unos metros, se detuvo y habló en voz baja:
-Lo siento, (TN), pero esos polis estaban a punto de decidir por ti -y la soltó-. ¿Qué quieres hacer? Podemos salir por allí o seguir avanzando por aquí -con un gesto de la cabeza indicó la salida del callejón-, coger un taxi y volver a tu casa.
«Acaba de salvarme la vida y quizá también ha impedido que me violen. Pasar la noche en la carcel no sería justo.»
Jaidon.
Re: Mi chico malo |HS|
Capítulo 19 [Parte I]:
-Vámonos -susurró.
Harry asintió, y empezaron a caminar en silencio hacia la salida del callejón. Al fondo, (TN) podía ver el tráfico de Jefferson Boulevard; desde atrás le llegaban las voces de los policías y el zumbido de sus radios.
-¿Qué coño ha pasado aquí? -decía una voz.
-Parece que alguien los atacó cuando salían del restaurante. Fíjate, ahí hay bolsas de comida.
-Bueno, quizá hayan perdido las carteras, pero al menos están vivos. ¿Llamaron a una ambulancia?
-Sí, viene en camino.
Justo entonces, (TN) oyó la sirena de una ambulancia que se aproximaba. Su alarma estridente retumbaba en las paredes del callejón, y el ruido era insoportable. Habían recorrido dos tercios del camino cuando las manos de Harry la sujetaron por los hombros para detenerla. Se quedó quieta y se volvió para mirarlo. Él le hizo un gesto con la cabeza, señalando el final del callejón.
Estaba tan atenta a las conversaciones de los policías que no se había dado cuenta de que un coche acababa de aparcar justo delante de ellos. El capó del automóvil estaba a la altura del callejón.
-¿Qué pasa? -preguntó (TN) frunciendo el ceño.
-Es otro coche patrulla -le dijo él al oído-, el procedimiento habitual es cubrir toda la zona. No podemos salir todavía.
La sirena de la ambulancia cesó de repente, y (TN) oyó puertas que se abrían y se cerraban, y más voces. Volvió a ponerse nerviosa.
-Pero Frank les dirá por dónde nos hemos ido...
Sus caras estaban tan cerca la una de la otra que (TN) distinguió su sonrisa en la oscuridad.
-No. Si es listo, no les dirá nada. Ahora los polis creen que él es la víctima. Sí dan con nosotros, se convierte en el agresor. Claro que, si las dotes de observación de ese ayudante de camarero son tan buenas como sus reflejos, será Frank el que pasará la noche en el cuartelillo.
La adrenalina iba bajando. A pesar de que la noche era cálida y de que llevaba chaqueta, (TN) empezó a sentir frío. Tiritaba. Harry la abrazó.
-¿Tienes frío?
-Un poco.
Él la abrazó con más fuerza, frotándole el torso con sus grandes manos.
-Ya falta poco. Sólo tenemos que esperar una media hora más y se irán.
(TN) se recostó en él. «Treinta minutos más. Puedo esperar treinta minutos más», se dijo.
-Vaya fiera que estás hecha -le susurró Harry al oído.
-¿Yo? Pero ¿qué dices? -le espetó ella, intentando no subir la voz.
-Vi cómo le pegaste a ese típo con la botella. ¡Qué botellazo!
Ella se alegró de que no la viera sonrojarse.
- Nunca había hecho algo así -y tras recordar la pelea, su memoria se centró en lo sucedido en el lavabo de señoras-. Me llevas a hacer cosas que nunca había hecho antes.
Harry desplazó su mano por dentro de la chaqueta de (TN)hasta colocarla sobre uno de sus pechos.
-Me gusta que lo digas, así estamos empatados. -Con el pulgar empezó a acariciarle el pezón-. ¿Lo has hecho alguna vez de pie en un callejón y rodeada por la policía?
-¿Estás loco? -dijo (TN) riéndose.
-Probablemente -admitió él. Su aliento cálido acariciaba la oreja de la intrépida periodista-, pero necesito saber una cosa -susurró.
-¿El qué?
-Si eres de las que gritan.
-¿Qué?
-¿Gritas cuando te corres? Necesito saberlo.
(TN )se estremeció. Abrió la boca para contestar, pero no pudo articular palabra. Un grito en el aparcamiento la sobresaltó.
-¡Cuidado! -dijo una voz masculina.
-Los de la ambulancia deben de haberle puesto el brazo en su sitio a Frank- intuyó Harry en voz baja.
-Ah... -suspiró ella. Y volvió a recostarse sobre el pecho de él.
Harry cogió el bolso de (TN) por la tira y, agachándose hacia un lado, lo dejó en el suelo.
-¿Qué haces? -susurró ella.
-Es hora de saldar mi deuda, Princesa -le tanteó el torso con las manos hasta dar con el cinturón, y empezó a desabrocharle los pantalones.
-¡Aquí no! -protestó ella.
-¿Por qué no? ¿Se te ocurre algo mejor que hacer? -en su tono de voz se intuía que se lo estaba pasando en grande.
Sus dedos acababan de dar con la cremallera. Se la bajó lentamente. El sonido de la cremallera parecía resonar por todo el callejón. (TN) aguantó la respiración, pero nadie los oía. Los dedos de Harry ya estaban dentro de los pantalones.
-Joder, Chiquita, llevas bragas. Voy a tener que comprarte unas nuevas.
-Ni se te ocurra volver a rompérmelas -le advirtió (TN).
-Muy bien, como quieras.
Inclinándose hacia adelante, le bajó pantalones y braguitas hasta debajo de la rodilla. Ella ahogó un grito. Estaba de pie, con el culo al aire y las bragas en los tobillos, en medio de un oscuro callejón rodeado por la policía.
Jaidon.
Re: Mi chico malo |HS|
Inclinándose hacia adelante, le bajó pantalones y braguitas hasta debajo de la rodilla. Ella ahogó un grito. Estaba de pie, con el culo al aire y las bragas en los tobillos, en medio de un oscuro callejón rodeado por la policía.
Todavía detrás de (TN), Harry se agachó y rebuscó entre sus pantalones hasta que dio con una de las zapatillas de deporte y la desabrochó. Le levantó un poco el pie y le quitó la zapatilla.
-Levanta la pierna -susurró.
Ella obedeció y él le quitó el pantalón.
-Pero ¿qué haces? -siseó (TN).
-Facilitarte las cosas para que puedas abrirte de piernas- respondió-. Ponte de puntillas.
Ella obedeció de nuevo, y Harry volvió a calzarle la zapatilla.
-Buena chica -dijo con satisfacción-. Ahora, inclínate un poco más hacia adelante.
Ella siguió otra vez sus indicaciones. El callejón era tan estrecho que para Harry resultaba complicado aguantar de pie detrás de ella si se inclinaba demasiado hacia adelante. (TN) apoyó un brazo en la pared.
-¿Estás cómoda? -preguntó Harry.
-No -masculló ella-, y no puedo creer que te esté dejando hacer esto.
Él no contestó. Los dos sabían que (TN)mentía. Nunca había estado tan cachonda. Le dolía el sexo de la impaciencia, notaba que estaba toda mojada, y sólo con pensar que estaba a punto de hacerlo con Harry en aquel callejón y que la policía podía sorprenderlos, se ponía a mil. El acercó sus labios a su oído.
-Voy a meterte mano, pero no grites.
-No puedo prometerte nada...
-Pues piensa cómo te sentará vernos de esta guisa en el periódico de tu padre -le advirtió Harry.
Nada más oír la palabra «padre», ella cerró el pico. Asintió.Harry se rió. Su risa resonó en el cuerpo de (TN) y acrecentó su deseo.
Con una mano, él le acariciaba el culo; con la otra, le separaba los muslos. Ella empezaba a sentir el vértigo de la tensión sexual; menos mal que tenía una pared donde apoyarse. Los dedos de Harry le habían separado los labios menores y buscaban el clítoris. A (TN) las piernas apenas la sostenían. Se inclinó un poco más y se apoyó bien en la pared.
-Ésa es mi chica -dijo él.
Sus dedos empezaron a jugar con el clítoris, acariciándolo, frotándolo.
-Estás toda mojada para mi... -aunque susurraba, su voz era profunda.
Fuera del callejón, se oyó cómo las puertas de un vehículo se cerraban y arrancaba un motor. «Será la ambulancia», alcanzó a pensar (TN).
Harry le introdujo dos dedos en la vagina y empezó un movimiento de vaivén, metiéndolos y sacándolos.
-Ooooh... -gimió ella, incapaz de permanecer en silencio.
-Shhhh... -ordenó Harry.
-No puedo evitarlo -susurró (TN). Él sacó los dedos y se acercó a su oído.
-No puedes hacer ruido, nos van a oír.
-¡Pues entonces deja de tocarme!
-Ni lo sueñes, Princesa.
Harry dudó unos instantes y buscó algo entre la chaqueta de (TN). A los pocos segundos, ella notó cómo le quitaba el pañuelo del cuello.
-Muerde esto -le dijo mientras se lo metía en la boca.
-¡Llevo pintalabios! -se quejó ella, pero ya era demasiado tarde, Joseph le había metido el pañuelo en la boca.
Notaba que Harry se movía, pero no sabía muy bien qué estaba haciendo hasta que sintió su polla dura contra su culito. Se había desabrochado los pantalones, aunque no se los había bajado. (TN) le había oído rasgar algo, e intuyó que se estaba poniendo un condón.
-Estaba incómodo con los pantalones abrochados -dijo él. Volvió a pegarse detrás de ella y le puso las manos entre las piernas-. ¿Por dónde íbamos?
(TN) tembló cuando sus dedos volvieron a su vagina mientras que la otra mano seguía acariciándole el clítoris. Harry había dado con el ritmo enseguida: metía y sacaba los dedos de la vagina mientras le acariciaba el clítoris. Una oleada cálida recorrió todo su cuerpo desde el estómago hasta las piernas y luego por toda la espalda. Sus caderas iniciaron un movimiento rítmico, la danza más antigua de la humanidad, y de poder hablar, le habría suplicado que la penetrase. No obstante, pero como debía estar calladita, puso su mano sobre la de Harry para indicarle que acelerara el ritmo.
-Uuuuh... -musitó con el pañuelo en la boca.
Él introdujo un tercer dedo y aceleró el ritmo. Sin avisar, se agachó y le pasó la lengua por entre las nalgas. El calor de su aliento la catapultó hacia un orgasmo súbito; sus piernas cedieron y se fue contra la pared.
Quizá porque estaba de pie, inclinada, todo le daba vueltas. La sensación era como el mareo en una montaña rusa. Un caleidoscopio de colores le empañó la vista, y se sentía muy ligera. Varios espasmos sacudieron su cuerpo. Los reflejos de Harry la salvaron. Seguramente, había notado que estaba a punto de correrse, porque reaccionó y la sujetó antes de que se cayera. Mientras la sostenía con el brazo izquierdo, usó la mano derecha para guiar su polla y penetrarla. Los espasmos de (TN) todavía no habían terminado cuando notó que él la estaba penetrando desde atrás.
Su coño húmedo y cálido le daba la bienvenida, y el pene de Harry se deslizó bien adentro con la facilidad de la llave que entra en un cerrojo.
Cuando la hubo penetrado, afianzó su postura, encajando sus genitales contra el culo de (TN), como piezas de un puzzle. Agarrándola por la cintura con ambas manos, empujaba con fuerza. La llenaba del todo, y ella estaba a punto de explotar de placer. Segundos después, Harry retiraba su pene, pero antes de que (TN)pudiera gritar « ¡No!», volvía a penetrarla con fuerza.
El segundo orgasmo llegó tan de repente como el primero, y fue igual de devastador. Oleadas de placer recorrieron el cuerpo de (TN), sus piernas parecían haberse vuelto de goma... Sólo las manos de Harry sujetándola por la cintura, impedían que cayese al suelo. Quizá él esperaba su segundo orgasmo, o quizá los espasmos de (TN) ya eran demasiado para él. Fuera lo que fuese, empezó a empujar con más fuerza, casi con urgencia. Metía y sacaba, metía y sacaba, machacándola.
No hablaba, pero ella podía oír su respiración entrecortada y sentía su propio cuerpo tambalearse entre el dolor y el placer. Tener a Harry dentro de ella y la fricción continua en su piel, tan sensible ya, era una tortura exquisita. Notó que el tercer orgasmo estaba cerca, las oleadas de placer habían vuelto y un sinfín de colores danzaban ante sus ojos. Sus espasmos provocaron el orgasmo de Harry. En un último empujón, sus manos pasaron de la cintura a las caderas, y se corrió. Todo el peso de su cuerpo cayó sobre el de (TN), que a duras penas podía aguantarle.
-¡Ooooh!... -ella soltó un grito ahogado a través del pañuelo.
Quizá la oyó gritar, o puede que notara que se estaba resbalando hacia abajo, porque Harry intentó sujetarse, aunque con tan mala fortuna que todavía se apoyó más sobre (TN), cuyas piernas cedieron. En el último momento, cuando ella estaba a punto de caerse de rodillas al suelo, él reaccionó y la levantó. Los dos cayeron hacia atrás, pero como el callejón era tan estrecho, la pared de ladrillo detuvo la espalda de Harry y les ahorró la caída. Inmóvil por el miedo a que alguien los hubiera oído, (TN) no se atrevía a respirar siquiera. Durante diez segundos que se hicieron eternos esperaron a que alguien diera la alarma. (TN) notaba el condón húmedo pegado a sus nalgas
Jaidon.
Re: Mi chico malo |HS|
Capítulo 20:
Durante diez segundos que se hicieron eternos esperaron a que alguien diera la alarma. (TN) notaba el condón húmedo pegado a sus nalgas.
Fuera, en el aparcamiento, la policía y el personal de la ambulancia seguían haciendo su trabajo, hablando y tomando notas. (TN) no oyó ningún indicio de que alguien sospechara que algo ocurría en aquel callejón. Muy despacio, se apartó de Harry, se quitó el pañuelo de la boca y lo guardó en el bolsillo. Él se despegó de la pared, se agachó y la ayudó a subirse los pantalones. Cuando estuvo vestida, Harry se quitó el preservativo y lo tiró al montón de basura del callejón. (TN) le oyó subirse la cremallera. En la boca del callejón se oyó cómo arrancaba otro motor.
-Vámonos de aquí -dijo él y, cogiéndola de la mano, se la llevó hacia las luces de Jefferson Boulevard.
Cuando llegaron a la calle, Harry vio gente haciendo cola para entrar en un local.
-Mézclate con esa gente, estarás segura mientras yo voy a buscar la moto.
-¿Por qué no puedo ir contigo? -preguntó ella.
-Porque si el ayudante del camarero se ha fijado en nosotros, ya sea en el restaurante o en la calle, durante la pelea, le habrá dicho a la poli que vio a una pareja. Espero que nadie sospeche de un tipo solo que va a buscar su moto.
-¿Y qué hay de esto? -dijo (TN)señalando los rasguños de su camiseta.
-¡Mierda! -gruñó él.
Ella pensó durante unos segundos y, de repente, se quitó su chaqueta.
-No servirá de nada, Princesa, es imposible que tu chaqueta me vaya bien.
-Vuelve al callejón, ponte la camiseta del revés y cuélgate la chaqueta del hombro hasta que quedes fuera de la vista de la poli -dijo (TN)sonriente, tendiéndole la chaqueta-. Seguro que, si no se acercan demasiado, no se darán cuenta.
-Ya sabía yo que valías la pena -repuso él, y le dio un fugaz beso en la boca. (TN)se rió y le golpeó en el hombro-. Además de que follas genial, claro -añadió él.
Ella le observó mientras él se alejaba y luego se puso a la cola del local.
-¿Ése es tu novio, mujer? -preguntó una mujer negra, muy delgada, al final de la cola. (TN) no tardó ni un segundo en responder.
-Sí.
-Mi amiga y yo estábamos comentando lo bueno que está -el tono de la mujer tenía algo de melancólico.
-Gracias, yo pienso lo mismo.
-Nena, si yo fuera tú, me andaría con cuidado. Hay mucha lagarta suelta -intervino la amiga.
-¡Sí, ten cuidado! -dijo la mujer de antes.
-Gracias por el consejo-suspiró (TN). «Como si no lo supiera», pensó.
-Tú sigue dándole lo suyo, nena. Verás como siempre volverá por más -le aconsejó la segunda mujer al tiempo que le daba una palmadita amistosa en la espalda.
&
Cuando Harry llegó con la moto a recoger a (TN), la encontró charlando en la acera con dos mujeres afroamericanas, de las que se despidió con un abrazo antes de montar en la moto. El le devolvió su chaqueta y ella se acomodó en el asiento y les dijo adiós a las mujeres con la mano mientras Harry encendía el motor. El camino de vuelta fue mucho más interesante que el de ida. (TN) ya no estaba nerviosa y se aferró a Harry, apoyando la barbilla sobre su hombro; hasta se atrevió a lamerle un poco la oreja, cosa que a él le puso muy nervioso, y a punto estuvo de salirse de la carretera. Cuando se detuvieron en un semáforo, Harry volvió la cabeza.
-¿Quieres parar a comer algo? -preguntó.
-¡No! -dijo (TN)alzando la voz por encima del rugido del motor-. Seguro que en PLAYBOY la barbacoa todavía sigue en marcha. Podemos pasarnos un momento, cogernos algo de comida y cenamos en mi apartamento.
«Me abre la puerta de su casa -pensó él-. Vamos avanzando.»
Una sensación de calidez se extendió por el pecho de Harry, reconfortando su corazón. Casi como si le hubiera leído el pensamiento, (TN)le acarició la espalda con su mejilla, como una gatita cuando se pone cariñosa con su amo.
Cuando llegaron al edificio PLAYBOY, la fiesta en la terraza del garaje estaba en pleno apogeo. Las risas y la música se oían desde la calle, incluso por encima del ruido del motor de la moto. Tras aparcar la moto junto al coche de (TN), Harry dejó que primero se desmontara ella y luego lo hizo él. Pero entonces, cediendo a sus impulsos, la empujó por sorpresa contra la pared y la aprisionó con su cuerpo. Del susto, ella dejó caer su bolso.
-Se acabó el juego, Princesa -rugió Harry sujetándole la cara con ambas manos-, un poco más y haces que me salga de la carretera. Podríamos habernos matado.
(TN) se rió, pero él ahogó sus carcajadas estampándole un beso en la boca y metiéndole la lengua, al tiempo que acoplaba sus caderas a las de ella.
Sus cuerpos encajaban a la perfección. Sin dudarlo ni un segundo, (TN)le rodeó con los brazos y se acercó a él todavía más. Sus lenguas y sus cuerpos se retorcían imitando el acto sexual. A Harryse le puso durísima otra vez; pero fue él quien interrumpió el beso.
-¡Quieta! -exclamó-. Ya me has dejado seco antes. Necesito alimentarme antes de volver a follar contigo.
-Vamos arriba, yo también tengo hambre -dijo ella entre risas.
Harry la soltó, recogió el bolso del suelo y se lo dio. Caminaron cogidos de la mano hacia el ascensor. Mientras esperaban, él dio la vuelta a su camiseta, de modo que la parte rasgada volvía a quedarle delante, y ella lo miró preocupada al ver los rasguños.
-Menos mal que no te han hecho daño. -Se puso de puntillas para darle un beso. Esta vez fue un beso más dulce que apasionado.
Una señal acústica indicó la llegada del ascensor. Al abrirse las puertas, apareció una pelirroja con gafas junto a un tipo con pinta de freaky de la informática que cargaba una caja de cartón.
-¿Qué llevan ahí? -dijo (TN) en tono amenazador; aunque Harry estaba seguro de que sólo pretendía demostrarles quién mandaba en PLAYBOY.
El freaky bajó la cabeza avergonzado, pero la pelirroja sonrió sin complejos.
-Una selección de los juguetes sexuales que he traído. Voy a hacer una demostración a tus chicos.
-Como una reunión de Tupperware, sólo que son juguetitos -bromeó el freaky.
Harry iba a reírse, pero (TN)le disuadió con la mirada.
-Necesitamos esos juguetes para la sesión de fotos -dijo muy seria mientras le daba al botón de cerrar las puertas del ascensor-. No pierdan ni rompan ninguno.
-Tranquila -dijo la pelirroja-, cuidaremos la mercancía.
El freaky, con actitud inquisitiva, no le quitaba ojo a Harry.
-¿Qué tal? Soy Kevin Burke -dijo tendiéndole la mano.
-Harry Styles.
-¿Amigo tuyo? -preguntó Kevin a (TN).
-No, es el fumigador de termitas -contestó ella-. Es del servicio de emergencias nocturno -añadió, mirando el reloj.
Kevin se puso colorado. El ascensor se detuvo en la tercera planta, poniendo fin al momento embarazoso. La pelirroja miró sonriente a Harry.
-Hola, soy Aggie Curtis. ¿Te vienes a la fiesta con nosotros, guapísimo fumigador de termitas? -le propuso observando con interés la camiseta sucia y rota de Harry.
-Aggie, para el carro. Es propiedad privada -advirtió (TN).
En su tono se intuía cierta irritación. «Está celosa», se dijo Harry, sorprendido de que le gustara que lo estuviera. La cara de tonto que se le había quedado a Kevin reforzó las sospechas de Harry: aquélla no era una reacción normal en (TN). Y sintió crecer su orgullo masculino.
Jaidon.
Re: Mi chico malo |HS|
esta muy buena!!! quiero saber que va a seguir pasando!!! siguela porfis!!!![b][i]
butterfly
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