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Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
NONONOOOOOO!!!!!.. AHORA TODOO ESTA REAMENTE ENREDADOOOO!!!
AAAII SIIMOOONN!!!!!!..... LO TIENE ENTRE LA ESPADA Y LA PARED!!!!
Y LUEGOO.. LA CABALLERIA ESTA RETRASADA CON ESAS PERSONAAASS!!!
AAAII SIIMOOONN!!!!!!..... LO TIENE ENTRE LA ESPADA Y LA PARED!!!!
Y LUEGOO.. LA CABALLERIA ESTA RETRASADA CON ESAS PERSONAAASS!!!
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ahh malditos tipos!!! Van a retrasar a Alec e Izzy!!
Ahora quien va a salvar a Nicho, la rayiz y Simon??
Simon no puede seder al chantage!!!
Siguela!!
Ahora quien va a salvar a Nicho, la rayiz y Simon??
Simon no puede seder al chantage!!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Irlanda escribió:No puedes dejarlo así! He seguido cada uno de estos libros! Por favor! Oh Dios mío! Siento no haber escrito antes! Pero no me castigues!! Dime que la rayis va a sonar la campana y que la Reyna seelie va a parecer! Por favor!
*.* Que bueno que hayas leído las novelas que he subido! ;)
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
JAJAJAJ ntp, lo bueno es que estas aquí! ;)
Nooooooooo, creeme no quieres la ayuda de la Reina! ¬¬
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
I.am.rayita (Anto!!!) escribió:No pueo creer todo lo que esta pasando! Tidavia no creo que simon haya mordido a Sebastian! debe ser algo asqueroso!
Perdon por no comentar antes, esque estuve a full estos ultimos dias! Igualmente leia la nove por el cel. pero no me deja comentar!
En fin SEGUILA! un beso!!!
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Lo sé, todo va de mal en peor! huh! :scratch:
Ya verás que tan asqueroso fue!
Pobre de Simón, por lo que lo hacen pasar! :sad:
Ntp, lo bueno es que aquí estas! ;)
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:NONONOOOOOO!!!!!.. AHORA TODOO ESTA REAMENTE ENREDADOOOO!!!
AAAII SIIMOOONN!!!!!!..... LO TIENE ENTRE LA ESPADA Y LA PARED!!!!
Y LUEGOO.. LA CABALLERIA ESTA RETRASADA CON ESAS PERSONAAASS!!!
:lloro: :lloro: :lloro: :lloro: :lloro: :lloro:
Yaaaa sé, pobre de Simón
& espera a ver que sucede......
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahh malditos tipos!!! Van a retrasar a Alec e Izzy!!
Ahora quien va a salvar a Nicho, la rayiz y Simon??
Simon no puede seder al chantage!!!
Siguela!!
:lloro: :lloro: :lloro: :lloro: :lloro: :lloro:
& aún nos falta atravesarnos con alguien más! :fiu:
Esperemos que si los salven.....
Pobresito de Simón! :sad:
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:OOOTROOOO
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• Cicatrices de Fuego - Capitulo 18 (Parte 1) •
Las nubes habían rodado sobre el río, de la forma en que a veces lo hacían en la noche, trayendo una espesa niebla con ellas. No ocultaban lo que estaba sucediendo en el techo, sólo era niebla oscura sobre todo lo demás. Los edificios que se elevaban alrededor de ellos eran como oscuros pilares de luz, y la luna apenas brillaba, una lámpara apagada, a través de las nubes moviéndose bajo. Los trozos rotos del ataúd de cristal, esparcidos por el suelo de azulejos, brillaban como fragmentos de hielo, y Lilith también brillaba, pálida bajo la luz de la luna, observando mientras Simón se inclinaba sobre el cuerpo de Sebastian, bebiendo su sangre.
_____(tn) apenas podría soportar el observar. Sabía que Simón odiaba lo que estaba haciendo, sabía que lo estaba haciendo por ella. Por ella, e incluso un poco por Nicholas. Y sabía cuál sería el siguiente paso en el ritual, Simón le daría su sangre de buena gana a Sebastian y Simón moriría. Los vampiros podían morir cuando su sangre era drenada. Él iba a morir, y ella lo perdería para siempre. Y sería, todo, sólo su culpa.
Podía sentir a Nicholas detrás de ella, sus los brazos aún apretados a su alrededor, el suave y regular latido de su corazón contra sus omóplatos. Recordó la forma en que la había sostenido en la Sala de los Acuerdos de Idris. El sonido de las hojas al viento mientras la besaba, sus manos cálidas a cada lado de su rostro. La forma en la que había sentido su corazón latiendo, y el pensamiento de que ningún otro corazón latiría como el suyo, como cada pulsación de su sangre armonizaba con el suyo.
Él tenía que estar en alguna parte. Al igual que Sebastian dentro de su cárcel de cristal. Tenía que haber alguna manera de alcanzarlo a él.
Lilith estaba observando a Simón mientras se inclinaba sobre Sebastian, sus ojos amplios y fijos. _____(tn) y Nicholas bien podrían no haber estado allí en absoluto.
“Nicholas,” susurró _____(tn). “Nicholas, no quiero ver esto.”
Se apretó contra él, como si estuviera intentando acurrucarse en sus brazos, y luego fingió una mueca de dolor cuando el cuchillo rozó el costado de su garganta.
“Por favor, Nicholas,” susurró. “No necesitas el cuchillo. Sabes que no puedo hacerte daño.”
“Pero por qué…”
“Sólo quiero mirarte. Quiero ver tu rostro.”
Sintió su pecho elevarse y caer una vez, rápido. Un estremecimiento pasó por él, como si estuviera luchando contra algo, presionando contra él. Luego se movió, de la única manera que podía moverse, tan rápido que era como un destello de luz. Mantuvo su brazo derecho apretado alrededor de ella, su mano izquierda deslizó el cuchillo en su cinturón.
El corazón le saltó violentamente. Podría correr, pensó, pero él sólo la capturaría, en solo un momento. Segundos después, ambos brazos estaban alrededor de ella otra vez, con las manos en sus brazos, girándola. Sintió sus dedos arrastrarse sobre su espalda, sus brazos desnudos temblaron, mientras la hacía girar hacia él.
Estaba apartando la vista de Simón ahora, apartándola de la mujer demonio, aunque aún podía sentir su presencia a su espalda, haciendo temblar su columna vertebral. Alzó la mirada hacia Nicholas. Su rostro era tan familiar. Las líneas, la forma en que su cabello caía sobre su frente, la pequeña cicatriz en el pómulo, y otra en la sien. Sus pestañas un tono más oscuro que su pelo. Sus ojos eran del color del cristal amarillo pálido. Ahí era donde era diferente, pensó. Todavía parecía Nicholas, pero sus ojos eran claros y estaban en blanco, como si ella estuviera mirando a través de una ventana de una habitación vacía.
“Tengo miedo,” dijo ella.
Él le acarició el hombro, enviando chispas volando a través de sus nervios, con una sensación de enfermedad se dio cuenta que su cuerpo aun respondía a sus caricias. “No voy a dejar que nada te suceda.”
Ella lo miró fijamente, “realmente crees eso, ¿no? De alguna forma no puedes ver la desconexión entre tus acciones y tus intenciones. De alguna forma ella te está alejando de mí.”
“No serás capaz de detenerla,” dijo ella. “Me va a matar, Nicholas.”
Él sacudió la cabeza. “No. Ella no haría eso.”
_____(tn) quiso gritar, pero mantuvo su voz pausada, cuidadosa y calma. “Sé que estás ahí, Nicholas. El verdadero tú.” Se presionó más cerca de él, la hebilla de cinturón se hundió en su cintura. “Puedes luchar contra ella…”
Había sido la cosa equivocada para decir, él se tensó por todas partes y ella vio un destello de angustia en sus ojos, la mirada de un animal en una trampa. En un instante se había convertido en severidad. “No puedo.”
Ella se estremeció. La expresión de su rostro era horrible, tan horrible. Ante su estremecimiento, sus ojos se suavizaron. “¿Tienes frío?” dijo, por un momento sonó como Nicholas de nuevo, preocupado por su bienestar. Se le hizo un nudo en la garganta.
Ella asintió, aunque el frío físico era la cosa más alejada de su mente. “¿Puedo poner mis manos en el interior de tu chaqueta?”
Él asintió. Su chaqueta estaba desabrochada, deslizó sus brazos en el interior, sus manos tocando su espalda ligeramente. Todo estaba inquietantemente silencioso. La ciudad pareció congelarse dentro de un prisma de hielo, incluso las luces que irradiaban los edificios a su alrededor estaban inmóviles y frías.
Respiró lentamente, constantemente. Podía ver la runa en su pecho a través de la tela de su camisa desgarrada. Parecía latir mientras respiraba. Era deprimente pensó, unirse a él así, como una sanguijuela succionando lo que era bueno, lo que era Nicholas.
Recordó lo que le había dicho Luke acerca de destruir una runa. Si la desfiguras lo suficiente, puedes minimizar o destruir su poder. A veces en batalla el enemigo intentará quemar o cortar la piel de un Cazador de Sombras, solo para privarlo del poder de sus runas.
Mantuvo sus ojos fijos en el rostro de Nicholas. Olvida lo que está pasando, pensó. Olvídate de Simón, sobre el cuchillo en tu garganta. Lo que digas ahora es más importante que cualquier cosa que hayas dicho antes.
“¿Recuerdas lo que me dijiste en el parque?” susurró.
Él bajó la mirada hacia ella, sorprendido. “¿Qué?”
“Cuando te dije que no hablaba italiano. Recuerdo lo que me dijiste, lo que significaba esa cita. Dijiste que significaba que el amor era la fuerza más poderosa en la tierra. Más poderoso que cualquier otra cosa.”
Una pequeña línea apareció entre sus cejas. “Yo no…”
“Sí, lo haces.” Pisa con cuidado, se dijo a si misma, pero no podía evitarlo, no podía evitar la tensión que emergió en su voz. “Recuerdas. La fuerza más poderosa que hay, tú lo dijiste. Más fuerte que el cielo o el infierno. Tiene que ser más poderoso que Lilith, también.”
Nada. La miraba como si no pudiera oírla. Era como gritar por un túnel negro y vacío. Nicholas, Nicholas, Nicholas. Sé que estás ahí.
“Hay una forma de que me protejas y aún así hagas lo que ella quiere,” dijo. “¿No sería lo
mejor?” Presionó su cuerpo más cerca contra él, sintiendo su estómago retorcerse. Era como sostener a Nicholas y no hacerlo, todo al mismo tiempo, alegría y horror mezclados entre sí. Y pudo sentir su cuerpo reaccionar a ella, el tamborileo de su corazón en sus oídos, sus venas; no había dejado de desearla, cualquiera fueran las capas de control que Lilith ejercía sobre su mente.
“Te lo susurraré,” dijo, rozando sus labios contra su cuello. Ella aspiró su olor, tan familiar como el olor de su propia piel. “Escucha.”
Inclinó su cabeza hacia arriba, y él se inclinó para oírla —y la mano de ella se movió de su cintura hasta coger la empuñadura del cuchillo en su cinturón. Lo envolvió como él le había enseñado cuando habían entrenado, balanceando su peso en la palma de su mano, y con la hoja cortó el lado izquierdo del pecho de él en un arco amplio y poco profundo. Nicholas gritó, más por la sorpresa que el dolor, supuso, y sangre se derramó del corte por su piel, ocultando la runa. Él se llevó la mano al pecho; cuando la separó estando roja, él la miró, con los ojos muy abiertos, como si de alguna manera hubiera sido herido realmente, y no pudiera creer en su traición.
_____(tn) giró lejos de él cuando Lilith gritó. Simón ya no estaba inclinado sobre Sebastian, se había enderezado y miraba fijamente a _____(tn), con el dorso de la mano apretado contra de su boca. La sangre negra de demonio goteaba sobre su camisa. Sus ojos estaban muy abiertos.
“Nicholas,” la voz de Lilith se elevó con asombro. “Nicholas, sujétala, ¡Te lo ordeno!”
Nicholas no se movió. Miraba de _____(tn), a Lilith, a su mano ensangrentada, y viceversa. Simón había empezado a alejarse de Lilith, repentinamente se detuvo con una sacudida y se encorvó, cayendo de rodillas. Lilith se giró dándole la espalda a Nicholas y avanzó hacia Simón su rostro duro retorcido. “¡Levántate!” gritó. “¡Ponte de pie! ¡Bebiste su sangre! ¡Ahora necesita la tuya!”
Simón luchó para poder sentarse, entonces se deslizó sin fuerzas hasta el suelo. Vomitó, tosiendo sangre negra. _____(tn) recordó lo que le había dicho en Idris, que la sangre de Sebastian era como veneno. Lilith alzó un pie para darle una patada, entonces se tambaleó hacia atrás, como si una mano invisible la hubiera empujado fuerte. Lilith gritó, sin palabras, sólo un grito como el de una lechuza. Era un sonido de puro odio y rabia.
No era un sonido que un ser humano pudiera haber hecho, se sentía como fragmentos irregulares de cristal siendo impulsados dentro de los oídos de _____(tn). Gritó: “¡Deja a Simón en paz! Está enfermo. ¿No ves que está enfermo?”
Lamentó inmediatamente haber hablado. Lilith se volvió lentamente, su mirada se deslizó sobre Nicholas, fría e imperiosa.
“Te dije, Nicholas Herondale.” Su voz resonó. “No dejes que la chica salga del círculo. Toma su arma.”
_____(tn) apenas había notado que seguía sosteniendo el cuchillo. Tenía tanto frío que estaba casi entumecida, pero debajo de la insoportable rabia a Lilith—a todo—liberó con un movimiento su brazo. Arrojó el cuchillo al suelo. Éste se deslizó por las baldosas, hacia los pies de Nicholas. Él lo miró ciegamente, como si nunca hubiera visto un arma antes.
La boca de Lilith era una fina línea roja. El blanco de sus ojos había desaparecido, ahora todo era negro. No parecía humana. “Nicholas,” siseó. “Nicholas Herondale, me has escuchado. Y me obedecerás.”
“Tómalo,” dijo _____(tn), mirando a Nicholas. “Tómalo y mátala a ella o a mí. Es tu elección.”
Poco a poco Nicholas se inclinó y recogió el cuchillo.
Alec tenía a Sandalphon en una mano, una hachiwara — buena para desviar múltiples atacantes— en la otra. Al menos seis cultistas estaban a sus pies, muertos o inconscientes.
Alec había luchado con pocos demonios en su vida, pero había algo especialmente misterioso sobre luchar contra los cultistas de la Iglesia de Talto. Se movían todos juntos, no como personas sino como una misteriosa marea oscura —misteriosa porque eran tan silenciosos y tan extrañamente fuertes y rápidos. También parecían totalmente no temerle a en absoluto. Aunque Alec e Isabelle les gritaban para contenerlos, pero seguían moviéndose en una horda en una horda agrupada y silenciosa arrojándose a los Cazadores de Sombras con la estupidez autodestructiva de ratas lanzándose por un acantilado. Hicieron retroceder a Alec e Isabelle por el pasillo y entrar a una gran habitación abierta llena de pedestales de piedra, cuando el ruido de la lucha trajo a Jordan y Maia corriendo: Jordan, en forma de lobo, y a Maia aún humana, pero con sus garras totalmente afuera.
Los cultistas apenas parecieron registrar su presencia. Lucharon, cayendo uno tras otro cuando Alec, Maia, y Jordan se posicionaron con cuchillos, garras y dagas. El látigo de Isabelle trazaba patrones brillantes en el aire mientras cortaba a través de los cuerpos en rodajas, enviando finas rociadas de sangre en el aire. Maia en especial se estaba defendiendo bien. Al menos una docena de cultistas yacían desplomados a su alrededor, y ella estaba extendiéndose sobre otro con una furia ardiente, sus manos con garras estaban rojas hasta las muñecas.
Un cultista corrió a través del camino de Alec y se abalanzó sobre él con las manos extendidas. Su capucha estaba subida, no podía ver su rostro, o adivinar el sexo o la edad. Hundió la hoja de Sandalphon en el lado izquierdo de su pecho. Él gritó. Fue un grito masculino, fuerte y ronco. El hombre se desplomó, arañando su pecho, donde las llamas estaban lamiendo el borde del agujero rasgado en su chaqueta. Alec se apartó, asqueado. Odiaba ver lo que le pasaba a los humanos cuando un cuchillo serafín atravesaba su piel.
De repente sintió una ardiente quemazón en la espalda, y se volvió para ver a un segundo miembro del culto blandiendo un trozo dentado de barras de refuerzo. Este estaba sin capucha, un hombre, su rostro era tan delgado que sus pómulos parecían excavando a través de su piel. Siseó y se lanzó de nuevo hacia Alec, que saltó a un lado, el arma silbando sin causar daños pasó junto a él. Se dio la vuelta y la pateó fuera de la mano del cultista, ésta cayó al suelo, y el cultista retrocedió, casi tropezó sobre un cuerpo— y corrió.
Alec dudó por un momento. El cultista que acababa de atacarlo estaba casi en la puerta. Alec sabía que debía seguirlo— por todo lo que sabía, el hombre podría estar a punto de advertir a alguien o conseguir refuerzos—pero sentía cansado hasta los huesos, asqueado, y un poco enfermo. Estas personas podían estar poseídas, difícilmente podrían ser personas de nuevo, nunca más; aun así todavía se sentía demasiado como matar a seres humanos.
Se preguntó qué diría Magnus, pero a decir verdad, ya lo sabía. Alec había luchado contra criaturas como estas antes, los cultos sirvientes de los demonios. Casi todo lo que los hacía un ser humano había sido consumido por el demonio para energía, dejando nada más que un anhelo asesino por matar y un cuerpo humano muriendo lentamente en agonía. Estaban más allá de la ayuda: incurables, irreparables. Oyó la voz de Magnus como si el brujo estuviera a su lado. Matarlos es lo más misericordioso que puedes hacer.
Metiendo la hachiwara de nuevo en su cinturón, Alec se lanzó en su persecución, aporreando la puerta y por el pasillo detrás del cultista huyendo. El pasillo estaba vacío, las puertas del ascensor más alejado estaban abiertas y atascadas, y un agudo ruido de alarma sonó a través del corredor. Varias puertas se ramificaban desde el vestíbulo. Encogiéndose de hombros interiormente, Alec eligió una al azar y se precipitó a través de ésta.
Se encontró en un laberinto de pequeñas habitaciones apenas terminadas—paneles de yeso habían sido lanzados precipitadamente, y ramos de cables multicolores brotaban de agujeros en las paredes. El cuchillo serafín lanzó una colcha de retazos de luz a través de las paredes mientras se movía con cautela por las habitaciones, con sus nervios gritando. En un momento dado la luz atrapó un movimiento, y él saltó. Bajando el cuchillo, vio a un par de ojos rojos y un pequeño cuerpo gris deslizándose en un agujero en la pared. La boca de Alec se torció. Eso era Nueva York para tí. Incluso en un edificio tan nuevo como éste, había ratas.
Eventualmente las habitaciones se abrieron a un espacio más grande, no tan grande como la habitación con los pedestales, pero más considerable que las demás. Había una pared de vidrio aquí también, con cinta de cartón a través de partes de ésta
Una forma oscura estaba acurrucada en un rincón de la habitación, cerca de una sección expuesta de la tubería. Alec se acercó con cautela. ¿Era un truco de la luz? No, la forma era reconociblemente humana, una figura inclinada y acurrucada con ropa oscura. La runa de visión nocturna de Alec punzó cuando entrecerró los ojos, moviéndose hacia adelante. La forma se resolvió en una mujer delgada, descalza, con las manos encadenadas en frente de ella a una longitud de la tubería. Ella levantó la cabeza cuando Alec se acercó, y la tenue luz que entraba por las ventanas iluminó su pálido cabello blanco-rubio.
“¿Alexander?” Dijo, su voz rica con incredulidad. “¿Alexander Lightwood?”
Era Camille.
“Nicholas,” la voz de Lilith bajó como un látigo a través de carne desnuda, incluso _____(tn) se estremeció al oír el sonido de ésta. “Te ordeno que…”
El brazo de Nicholas se apartó—_____(tn) se tensó, preparándose—Y arrojó el cuchillo a Lilith. Éste azotó a través del aire, de punta a punta, y se hundió en su pecho; ella se tambaleó hacia atrás, cogida de balance. El talón de Lilith resbaló en la piedra lisa, la demonio se enderezó con un gruñido, estirándose para arrancar el cuchillo de sus costillas. Espetando algo en un idioma que _____(tn) no podía entender, lo dejó caer. Se éste cayó silbando al suelo, su hoja estaba carcomida, como por un ácido fuerte.
Ella se volvió hacia _____(tn). “¿Qué le hiciste? ¿Qué hiciste?” Sus ojos habían sido completamente negros hace un momento. Ahora parecían abultarse y sobresalir. Pequeñas serpientes negras se deslizaron de sus cuencas oculares; _____(tn) gritó y dio un paso atrás, casi tropezando con un cerco bajo. Esta era la Lilith que había visto en la visión de Ithuriel, con sus ojos deslizándose y voz ronca, haciendo eco. Avanzó hacia _____(tn)…
Y de repente Nicholas estuvo entre ellas, bloqueando la ruta de Lilith. _____(tn) lo miró. Era él de nuevo. Parecía arder con un fuego honrado, como Raziel lo había hecho junto al lago Lyn aquella horrible noche. Había levantado un cuchillo serafín de su cinturón, el blanco plateado de ésta reflejándose en sus ojos, la sangre goteaba del rasgón su camisa y manchaba su piel desnuda. La forma en que la miró, a Lilith—si los ángeles pudieran subir del infierno, _____(tn) pensó, se verían así.
“Michael,” dijo, y _____(tn) no estaba segura si era la fuerza del nombre, o la rabia en su voz, pero el cuchillo que sostenía prendió un fuego más brillante que cualquier cuchillo serafín que ella hubiese visto nunca. Miró a un lado por un momento, cegada, y vio a Simón yaciendo en un montón arrugado junto al ataúd de cristal de Sebastian.
Su corazón se retorció dentro de su pecho. ¿Qué pasaba si la sangre de demonio de Sebastian lo había envenenado? La marca de Caín no le ayudaría. Era algo que había hecho de buena gana, a sí mismo. Para ella. Simón.
“Ah, Michael.” La voz de Lilith era sonora con risa mientras se movía hacia Nicholas. “El capitán de las huestes del Señor. Lo conocí.”
Nicholas levantó el cuchillo serafín; éste ardía como una estrella, tan brillante que _____(tn) se preguntó si toda la ciudad podría verlo, como un reflector perforando el cielo. “No te acerques más.”
Lilith, para sorpresa de _____(tn), hizo una pausa. “Michael mató al demonio Sammael, a quien yo amaba,” dijo. “¿Por qué es, pequeño Cazador de Sombras, que sus ángeles son tan fríos y sin piedad? ¿Por qué se deshacen de aquel que no los obedecerá?”
“No tenía idea de que fueras una defensora del libre albedrío,” dijo Nicholas, y la forma en que lo dijo, su voz cargada de sarcasmo, hizo más para reasegurarle a _____(tn) que era él mismo de nuevo, más que cualquier otra cosa que hubiera hecho. “¿Dejarás que nos marchemos este techo ahora, entonces? ¿Yo, Simón, _____(tn)? ¿Qué dices, demonio? Se acabó. Ya no me controlas. No le haré daño a _____(tn), y Simón no te obedecerá. Y ese pedazo de basura que estás intentando resucitar, te sugiero deshacerte de él antes que comience a pudrirse. Porque no va a volver, y está más allá de su fecha de caducidad.”
El rostro de Lilith se deformó. Escupió a Nicholas, y su saliva era una llama negra que golpeó el suelo y se convirtió en una serpiente que se meneó hacia él, con su mandíbula boquiabierta. Él la aplastó con una bota y se abalanzó sobre la demonio con el cuchillo extendido, pero Lilith se esfumó como una sombra cuando la luz brilló sobre éste, desapareciendo y reformándose justo detrás de él. Mientras él giraba, y ella se estiró casi con pereza, y golpeó su palma abierta contra el pecho de él.
Nicholas salió volando, Michael cayó de su mano, deslizándose a través de los azulejos de piedra. Nicholas voló por el aire y golpeó la pared de techo bajo con tal fuerza que líneas astilladas aparecieron en la piedra. Cayó fuerte al suelo, visiblemente aturdido.
Jadeando, _____(tn) corrió hacia el cuchillo serafín caído, pero nunca lo alcanzó. Lilith asió a _____(tn) en sus dos delgadas y congeladas manos y la lanzó con una fuerza increíble. _____(tn) chocó contra un seto bajo, las ramas arañaron su piel cruelmente, abriendo largos cortes. Ella luchó para liberarse, su vestido se enredó en el follaje. Oyó la seda romperse cuando se liberó y se giró para ver a Lilith arrastrar a Nicholas para ponerlo de pie, su mano sujetando la parte delantera de la camisa ensangrentada.
Ella le sonrió, y sus dientes eran negros también, y brillaban como el metal. “Estoy contenta de que estés de pie, pequeño Nefilim. Quiero ver tu rosto cuando te mate, no te apuñalaré por la espalda como hiciste con mi hijo.”
Nicholas se limpió el rostro con la manga, estaba sangrando por un largo corte a través de su mejilla, y la tela se manchó de rojo. “Él no es su hijo. Donaste algo de sangre para él. Eso no lo hace tuyo. Madre de brujos…” Volvió la cabeza y escupió, sangre. “No eres la madre de nadie.”
Las serpientes de los ojos de Lilith se lanzaron con furia hacia atrás y hacia adelante. _____(tn), desenredándose dolorosamente del seto, vio que cada una de las cabezas de serpiente tenían dos ojos, brillantes y rojos. El estómago de _____(tn) se revolvió cuando las serpientes se movieron, sus miradas parecían deslizarse arriba y abajo por el cuerpo Nicholas. “Recortaste mi runa. Qué crudo,” escupió ella.
“Pero efectivo,” dijo Nicholas.
“No se puede ganar en mi contra, Nicholas Herondale,” dijo. “Puedes ser el más grande Cazador de Sombras que este mundo ha conocido, pero yo soy más que un Demonio Mayor.”
“Entonces, pelea conmigo,” dijo Nicholas. “Te daré un arma. Tendré mi cuchillo serafín. Lucha contra mí, uno a uno, y veremos quién gana.”
Lilith lo miró, sacudiendo la cabeza lentamente, su cabello oscuro se arremolinaba a su alrededor como humo. “Soy la más antigua de los demonios,” dijo. “No soy un hombre. No tengo orgullo masculino para caer en este truco, y no estoy interesada en un combate individual. Esa es una debilidad enteramente de tu sexo, no el mío. Soy una mujer. Voy a utilizar cualquier arma y todas las armas para conseguir lo que quiero.” Lo dejó ir, con un empujón medio desdeñoso; Nicholas tropezó por un momento, enderezándose rápidamente y agachándose hacia la reluciente hoja de Michael.
Él lo tomó cuando Lilith se rió y levantó las manos. Sombras medio opacas explotaron de sus palmas abiertas. Incluso Nicholas lució conmocionado cuando las sombras se solidificaron con la forma de dos demonios negros con brillantes ojos rojos. Golpearon el suelo, pateando y gruñendo. Eran perros, pensó _____(tn) asombrada, dos perros negros demacrados y de aspecto cruel que se parecían vagamente a los Doberman.
“Sabuesos Infernales,” suspiró Nicholas. “_____(tn)…”
Se interrumpió cuando uno de los perros brincó hacia él, su boca abierta tan amplia como la de un tiburón, un fuerte aullido estalló de su garganta. Un momento después, el segundo saltó en el aire, lanzándose directamente hacia _____(tn).
“Camille,” la cabeza de Alex estaba girando. “¿Qué estás haciendo aquí?”
Inmediatamente se dio cuenta de que sonaba como un idiota. Luchó contra el impulso de darse una palmada en la frente. La última cosa que quería era lucir como un tonto en frente de la ex novia de Magnus.
“Era Lilith,” dijo la mujer vampiro en una vocecita temblorosa. “Sus cultitas irrumpieron en el Santuario. No está custodiado contra humanos, y ellos son humanos—apenas. Cortaron mis cadenas y me trajeron aquí, a ella.” Levantó sus manos; las cadenas ataban sus muñecas a la tubería que crujía. “Me trataron brutalmente.”
Alec se agachó, trayendo sus ojos al nivel de los de Camille. Los vampiros no tenían moretones, se curaban demasiado rápido para eso, pero su cabello estaba enmarañado con sangre en el lado izquierdo, lo que lo hizo pensar que ella estaba diciendo la verdad. “Digamos que te creo,” dijo. “¿Qué quería ella contigo? Nada de lo que conozco de Lilith dice que tenga un particular interés en los vampiros.”
“Sabes por qué la Clave estaba reteniéndome,” dijo ella. “Debiste haber oído.”
“Mataste tres Cazadores de Sombras. Magnus dijo que habías declarado que lo estabas haciendo porque alguien te lo había ordenado…” su voz se desvaneció. “¿Lilith?”
“Si te digo, ¿me ayudarás?” El labio inferior de Camille tembló. Sus ojos eran enormes, verdes, suplicantes. Era muy hermosa. Alec se preguntó si alguna vez había mirado a Magnus así. Esto hizo que quisiera sacudirla.
“Podría,” dijo él, sorprendido de la frialdad en su propia voz. “No tienes mucho poder de negociación aquí. Podría marcharme y dejarte aquí para que Lilith te tenga, y no haría mucha diferencia para mí.”
“Si, la haría,” dijo ella. Su voz era baja. “Magnus te ama. No te amaría si fueras del tipo de persona que pudiera abandonar a otra indefensa.”
“Te ama a ti,” dijo Alec.
Ella le dio una sonrisa anhelante. “Parece haber aprendido mejor desde entonces.”
Alec se meció en sus tobillos ligeramente. “Mira,” dijo. “Dime la verdad. Si lo haces, te liberaré y te traeré hacia la Clave. Te tratarán mejor de lo que Lilith lo haría.”
Ella miró hacia abajo sus muñecas, encadenadas a la tubería. “La Clave me encadenó,” dijo. “Lilith me encadenó. Veo poca diferencia en mi trato entre los dos.”
“Supongo que es tu elección, entonces. Confía en mí, o confía en ella,” dijo Alec. Era un riesgo, lo sabía.
Esperó por varios momentos tensos antes de que dijera, “Muy bien. Si Magnus confía en ti, confiaré en ti.” Levantó su cabeza, haciendo lo mejor para verse majestuosa a pesar de la ropa destrozada y el cabello ensangrentado. “Lilith vino a mí, no yo a ella. Había escuchado que yo andaba buscando recuperar mi posición como líder del clan de Manhattan de Rafael Santiago. Dijo que me ayudaría, si la ayudaba.”
_____(tn) apenas podría soportar el observar. Sabía que Simón odiaba lo que estaba haciendo, sabía que lo estaba haciendo por ella. Por ella, e incluso un poco por Nicholas. Y sabía cuál sería el siguiente paso en el ritual, Simón le daría su sangre de buena gana a Sebastian y Simón moriría. Los vampiros podían morir cuando su sangre era drenada. Él iba a morir, y ella lo perdería para siempre. Y sería, todo, sólo su culpa.
Podía sentir a Nicholas detrás de ella, sus los brazos aún apretados a su alrededor, el suave y regular latido de su corazón contra sus omóplatos. Recordó la forma en que la había sostenido en la Sala de los Acuerdos de Idris. El sonido de las hojas al viento mientras la besaba, sus manos cálidas a cada lado de su rostro. La forma en la que había sentido su corazón latiendo, y el pensamiento de que ningún otro corazón latiría como el suyo, como cada pulsación de su sangre armonizaba con el suyo.
Él tenía que estar en alguna parte. Al igual que Sebastian dentro de su cárcel de cristal. Tenía que haber alguna manera de alcanzarlo a él.
Lilith estaba observando a Simón mientras se inclinaba sobre Sebastian, sus ojos amplios y fijos. _____(tn) y Nicholas bien podrían no haber estado allí en absoluto.
“Nicholas,” susurró _____(tn). “Nicholas, no quiero ver esto.”
Se apretó contra él, como si estuviera intentando acurrucarse en sus brazos, y luego fingió una mueca de dolor cuando el cuchillo rozó el costado de su garganta.
“Por favor, Nicholas,” susurró. “No necesitas el cuchillo. Sabes que no puedo hacerte daño.”
“Pero por qué…”
“Sólo quiero mirarte. Quiero ver tu rostro.”
Sintió su pecho elevarse y caer una vez, rápido. Un estremecimiento pasó por él, como si estuviera luchando contra algo, presionando contra él. Luego se movió, de la única manera que podía moverse, tan rápido que era como un destello de luz. Mantuvo su brazo derecho apretado alrededor de ella, su mano izquierda deslizó el cuchillo en su cinturón.
El corazón le saltó violentamente. Podría correr, pensó, pero él sólo la capturaría, en solo un momento. Segundos después, ambos brazos estaban alrededor de ella otra vez, con las manos en sus brazos, girándola. Sintió sus dedos arrastrarse sobre su espalda, sus brazos desnudos temblaron, mientras la hacía girar hacia él.
Estaba apartando la vista de Simón ahora, apartándola de la mujer demonio, aunque aún podía sentir su presencia a su espalda, haciendo temblar su columna vertebral. Alzó la mirada hacia Nicholas. Su rostro era tan familiar. Las líneas, la forma en que su cabello caía sobre su frente, la pequeña cicatriz en el pómulo, y otra en la sien. Sus pestañas un tono más oscuro que su pelo. Sus ojos eran del color del cristal amarillo pálido. Ahí era donde era diferente, pensó. Todavía parecía Nicholas, pero sus ojos eran claros y estaban en blanco, como si ella estuviera mirando a través de una ventana de una habitación vacía.
“Tengo miedo,” dijo ella.
Él le acarició el hombro, enviando chispas volando a través de sus nervios, con una sensación de enfermedad se dio cuenta que su cuerpo aun respondía a sus caricias. “No voy a dejar que nada te suceda.”
Ella lo miró fijamente, “realmente crees eso, ¿no? De alguna forma no puedes ver la desconexión entre tus acciones y tus intenciones. De alguna forma ella te está alejando de mí.”
“No serás capaz de detenerla,” dijo ella. “Me va a matar, Nicholas.”
Él sacudió la cabeza. “No. Ella no haría eso.”
_____(tn) quiso gritar, pero mantuvo su voz pausada, cuidadosa y calma. “Sé que estás ahí, Nicholas. El verdadero tú.” Se presionó más cerca de él, la hebilla de cinturón se hundió en su cintura. “Puedes luchar contra ella…”
Había sido la cosa equivocada para decir, él se tensó por todas partes y ella vio un destello de angustia en sus ojos, la mirada de un animal en una trampa. En un instante se había convertido en severidad. “No puedo.”
Ella se estremeció. La expresión de su rostro era horrible, tan horrible. Ante su estremecimiento, sus ojos se suavizaron. “¿Tienes frío?” dijo, por un momento sonó como Nicholas de nuevo, preocupado por su bienestar. Se le hizo un nudo en la garganta.
Ella asintió, aunque el frío físico era la cosa más alejada de su mente. “¿Puedo poner mis manos en el interior de tu chaqueta?”
Él asintió. Su chaqueta estaba desabrochada, deslizó sus brazos en el interior, sus manos tocando su espalda ligeramente. Todo estaba inquietantemente silencioso. La ciudad pareció congelarse dentro de un prisma de hielo, incluso las luces que irradiaban los edificios a su alrededor estaban inmóviles y frías.
Respiró lentamente, constantemente. Podía ver la runa en su pecho a través de la tela de su camisa desgarrada. Parecía latir mientras respiraba. Era deprimente pensó, unirse a él así, como una sanguijuela succionando lo que era bueno, lo que era Nicholas.
Recordó lo que le había dicho Luke acerca de destruir una runa. Si la desfiguras lo suficiente, puedes minimizar o destruir su poder. A veces en batalla el enemigo intentará quemar o cortar la piel de un Cazador de Sombras, solo para privarlo del poder de sus runas.
Mantuvo sus ojos fijos en el rostro de Nicholas. Olvida lo que está pasando, pensó. Olvídate de Simón, sobre el cuchillo en tu garganta. Lo que digas ahora es más importante que cualquier cosa que hayas dicho antes.
“¿Recuerdas lo que me dijiste en el parque?” susurró.
Él bajó la mirada hacia ella, sorprendido. “¿Qué?”
“Cuando te dije que no hablaba italiano. Recuerdo lo que me dijiste, lo que significaba esa cita. Dijiste que significaba que el amor era la fuerza más poderosa en la tierra. Más poderoso que cualquier otra cosa.”
Una pequeña línea apareció entre sus cejas. “Yo no…”
“Sí, lo haces.” Pisa con cuidado, se dijo a si misma, pero no podía evitarlo, no podía evitar la tensión que emergió en su voz. “Recuerdas. La fuerza más poderosa que hay, tú lo dijiste. Más fuerte que el cielo o el infierno. Tiene que ser más poderoso que Lilith, también.”
Nada. La miraba como si no pudiera oírla. Era como gritar por un túnel negro y vacío. Nicholas, Nicholas, Nicholas. Sé que estás ahí.
“Hay una forma de que me protejas y aún así hagas lo que ella quiere,” dijo. “¿No sería lo
mejor?” Presionó su cuerpo más cerca contra él, sintiendo su estómago retorcerse. Era como sostener a Nicholas y no hacerlo, todo al mismo tiempo, alegría y horror mezclados entre sí. Y pudo sentir su cuerpo reaccionar a ella, el tamborileo de su corazón en sus oídos, sus venas; no había dejado de desearla, cualquiera fueran las capas de control que Lilith ejercía sobre su mente.
“Te lo susurraré,” dijo, rozando sus labios contra su cuello. Ella aspiró su olor, tan familiar como el olor de su propia piel. “Escucha.”
Inclinó su cabeza hacia arriba, y él se inclinó para oírla —y la mano de ella se movió de su cintura hasta coger la empuñadura del cuchillo en su cinturón. Lo envolvió como él le había enseñado cuando habían entrenado, balanceando su peso en la palma de su mano, y con la hoja cortó el lado izquierdo del pecho de él en un arco amplio y poco profundo. Nicholas gritó, más por la sorpresa que el dolor, supuso, y sangre se derramó del corte por su piel, ocultando la runa. Él se llevó la mano al pecho; cuando la separó estando roja, él la miró, con los ojos muy abiertos, como si de alguna manera hubiera sido herido realmente, y no pudiera creer en su traición.
_____(tn) giró lejos de él cuando Lilith gritó. Simón ya no estaba inclinado sobre Sebastian, se había enderezado y miraba fijamente a _____(tn), con el dorso de la mano apretado contra de su boca. La sangre negra de demonio goteaba sobre su camisa. Sus ojos estaban muy abiertos.
“Nicholas,” la voz de Lilith se elevó con asombro. “Nicholas, sujétala, ¡Te lo ordeno!”
Nicholas no se movió. Miraba de _____(tn), a Lilith, a su mano ensangrentada, y viceversa. Simón había empezado a alejarse de Lilith, repentinamente se detuvo con una sacudida y se encorvó, cayendo de rodillas. Lilith se giró dándole la espalda a Nicholas y avanzó hacia Simón su rostro duro retorcido. “¡Levántate!” gritó. “¡Ponte de pie! ¡Bebiste su sangre! ¡Ahora necesita la tuya!”
Simón luchó para poder sentarse, entonces se deslizó sin fuerzas hasta el suelo. Vomitó, tosiendo sangre negra. _____(tn) recordó lo que le había dicho en Idris, que la sangre de Sebastian era como veneno. Lilith alzó un pie para darle una patada, entonces se tambaleó hacia atrás, como si una mano invisible la hubiera empujado fuerte. Lilith gritó, sin palabras, sólo un grito como el de una lechuza. Era un sonido de puro odio y rabia.
No era un sonido que un ser humano pudiera haber hecho, se sentía como fragmentos irregulares de cristal siendo impulsados dentro de los oídos de _____(tn). Gritó: “¡Deja a Simón en paz! Está enfermo. ¿No ves que está enfermo?”
Lamentó inmediatamente haber hablado. Lilith se volvió lentamente, su mirada se deslizó sobre Nicholas, fría e imperiosa.
“Te dije, Nicholas Herondale.” Su voz resonó. “No dejes que la chica salga del círculo. Toma su arma.”
_____(tn) apenas había notado que seguía sosteniendo el cuchillo. Tenía tanto frío que estaba casi entumecida, pero debajo de la insoportable rabia a Lilith—a todo—liberó con un movimiento su brazo. Arrojó el cuchillo al suelo. Éste se deslizó por las baldosas, hacia los pies de Nicholas. Él lo miró ciegamente, como si nunca hubiera visto un arma antes.
La boca de Lilith era una fina línea roja. El blanco de sus ojos había desaparecido, ahora todo era negro. No parecía humana. “Nicholas,” siseó. “Nicholas Herondale, me has escuchado. Y me obedecerás.”
“Tómalo,” dijo _____(tn), mirando a Nicholas. “Tómalo y mátala a ella o a mí. Es tu elección.”
Poco a poco Nicholas se inclinó y recogió el cuchillo.
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Alec tenía a Sandalphon en una mano, una hachiwara — buena para desviar múltiples atacantes— en la otra. Al menos seis cultistas estaban a sus pies, muertos o inconscientes.
Alec había luchado con pocos demonios en su vida, pero había algo especialmente misterioso sobre luchar contra los cultistas de la Iglesia de Talto. Se movían todos juntos, no como personas sino como una misteriosa marea oscura —misteriosa porque eran tan silenciosos y tan extrañamente fuertes y rápidos. También parecían totalmente no temerle a en absoluto. Aunque Alec e Isabelle les gritaban para contenerlos, pero seguían moviéndose en una horda en una horda agrupada y silenciosa arrojándose a los Cazadores de Sombras con la estupidez autodestructiva de ratas lanzándose por un acantilado. Hicieron retroceder a Alec e Isabelle por el pasillo y entrar a una gran habitación abierta llena de pedestales de piedra, cuando el ruido de la lucha trajo a Jordan y Maia corriendo: Jordan, en forma de lobo, y a Maia aún humana, pero con sus garras totalmente afuera.
Los cultistas apenas parecieron registrar su presencia. Lucharon, cayendo uno tras otro cuando Alec, Maia, y Jordan se posicionaron con cuchillos, garras y dagas. El látigo de Isabelle trazaba patrones brillantes en el aire mientras cortaba a través de los cuerpos en rodajas, enviando finas rociadas de sangre en el aire. Maia en especial se estaba defendiendo bien. Al menos una docena de cultistas yacían desplomados a su alrededor, y ella estaba extendiéndose sobre otro con una furia ardiente, sus manos con garras estaban rojas hasta las muñecas.
Un cultista corrió a través del camino de Alec y se abalanzó sobre él con las manos extendidas. Su capucha estaba subida, no podía ver su rostro, o adivinar el sexo o la edad. Hundió la hoja de Sandalphon en el lado izquierdo de su pecho. Él gritó. Fue un grito masculino, fuerte y ronco. El hombre se desplomó, arañando su pecho, donde las llamas estaban lamiendo el borde del agujero rasgado en su chaqueta. Alec se apartó, asqueado. Odiaba ver lo que le pasaba a los humanos cuando un cuchillo serafín atravesaba su piel.
De repente sintió una ardiente quemazón en la espalda, y se volvió para ver a un segundo miembro del culto blandiendo un trozo dentado de barras de refuerzo. Este estaba sin capucha, un hombre, su rostro era tan delgado que sus pómulos parecían excavando a través de su piel. Siseó y se lanzó de nuevo hacia Alec, que saltó a un lado, el arma silbando sin causar daños pasó junto a él. Se dio la vuelta y la pateó fuera de la mano del cultista, ésta cayó al suelo, y el cultista retrocedió, casi tropezó sobre un cuerpo— y corrió.
Alec dudó por un momento. El cultista que acababa de atacarlo estaba casi en la puerta. Alec sabía que debía seguirlo— por todo lo que sabía, el hombre podría estar a punto de advertir a alguien o conseguir refuerzos—pero sentía cansado hasta los huesos, asqueado, y un poco enfermo. Estas personas podían estar poseídas, difícilmente podrían ser personas de nuevo, nunca más; aun así todavía se sentía demasiado como matar a seres humanos.
Se preguntó qué diría Magnus, pero a decir verdad, ya lo sabía. Alec había luchado contra criaturas como estas antes, los cultos sirvientes de los demonios. Casi todo lo que los hacía un ser humano había sido consumido por el demonio para energía, dejando nada más que un anhelo asesino por matar y un cuerpo humano muriendo lentamente en agonía. Estaban más allá de la ayuda: incurables, irreparables. Oyó la voz de Magnus como si el brujo estuviera a su lado. Matarlos es lo más misericordioso que puedes hacer.
Metiendo la hachiwara de nuevo en su cinturón, Alec se lanzó en su persecución, aporreando la puerta y por el pasillo detrás del cultista huyendo. El pasillo estaba vacío, las puertas del ascensor más alejado estaban abiertas y atascadas, y un agudo ruido de alarma sonó a través del corredor. Varias puertas se ramificaban desde el vestíbulo. Encogiéndose de hombros interiormente, Alec eligió una al azar y se precipitó a través de ésta.
Se encontró en un laberinto de pequeñas habitaciones apenas terminadas—paneles de yeso habían sido lanzados precipitadamente, y ramos de cables multicolores brotaban de agujeros en las paredes. El cuchillo serafín lanzó una colcha de retazos de luz a través de las paredes mientras se movía con cautela por las habitaciones, con sus nervios gritando. En un momento dado la luz atrapó un movimiento, y él saltó. Bajando el cuchillo, vio a un par de ojos rojos y un pequeño cuerpo gris deslizándose en un agujero en la pared. La boca de Alec se torció. Eso era Nueva York para tí. Incluso en un edificio tan nuevo como éste, había ratas.
Eventualmente las habitaciones se abrieron a un espacio más grande, no tan grande como la habitación con los pedestales, pero más considerable que las demás. Había una pared de vidrio aquí también, con cinta de cartón a través de partes de ésta
Una forma oscura estaba acurrucada en un rincón de la habitación, cerca de una sección expuesta de la tubería. Alec se acercó con cautela. ¿Era un truco de la luz? No, la forma era reconociblemente humana, una figura inclinada y acurrucada con ropa oscura. La runa de visión nocturna de Alec punzó cuando entrecerró los ojos, moviéndose hacia adelante. La forma se resolvió en una mujer delgada, descalza, con las manos encadenadas en frente de ella a una longitud de la tubería. Ella levantó la cabeza cuando Alec se acercó, y la tenue luz que entraba por las ventanas iluminó su pálido cabello blanco-rubio.
“¿Alexander?” Dijo, su voz rica con incredulidad. “¿Alexander Lightwood?”
Era Camille.
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“Nicholas,” la voz de Lilith bajó como un látigo a través de carne desnuda, incluso _____(tn) se estremeció al oír el sonido de ésta. “Te ordeno que…”
El brazo de Nicholas se apartó—_____(tn) se tensó, preparándose—Y arrojó el cuchillo a Lilith. Éste azotó a través del aire, de punta a punta, y se hundió en su pecho; ella se tambaleó hacia atrás, cogida de balance. El talón de Lilith resbaló en la piedra lisa, la demonio se enderezó con un gruñido, estirándose para arrancar el cuchillo de sus costillas. Espetando algo en un idioma que _____(tn) no podía entender, lo dejó caer. Se éste cayó silbando al suelo, su hoja estaba carcomida, como por un ácido fuerte.
Ella se volvió hacia _____(tn). “¿Qué le hiciste? ¿Qué hiciste?” Sus ojos habían sido completamente negros hace un momento. Ahora parecían abultarse y sobresalir. Pequeñas serpientes negras se deslizaron de sus cuencas oculares; _____(tn) gritó y dio un paso atrás, casi tropezando con un cerco bajo. Esta era la Lilith que había visto en la visión de Ithuriel, con sus ojos deslizándose y voz ronca, haciendo eco. Avanzó hacia _____(tn)…
Y de repente Nicholas estuvo entre ellas, bloqueando la ruta de Lilith. _____(tn) lo miró. Era él de nuevo. Parecía arder con un fuego honrado, como Raziel lo había hecho junto al lago Lyn aquella horrible noche. Había levantado un cuchillo serafín de su cinturón, el blanco plateado de ésta reflejándose en sus ojos, la sangre goteaba del rasgón su camisa y manchaba su piel desnuda. La forma en que la miró, a Lilith—si los ángeles pudieran subir del infierno, _____(tn) pensó, se verían así.
“Michael,” dijo, y _____(tn) no estaba segura si era la fuerza del nombre, o la rabia en su voz, pero el cuchillo que sostenía prendió un fuego más brillante que cualquier cuchillo serafín que ella hubiese visto nunca. Miró a un lado por un momento, cegada, y vio a Simón yaciendo en un montón arrugado junto al ataúd de cristal de Sebastian.
Su corazón se retorció dentro de su pecho. ¿Qué pasaba si la sangre de demonio de Sebastian lo había envenenado? La marca de Caín no le ayudaría. Era algo que había hecho de buena gana, a sí mismo. Para ella. Simón.
“Ah, Michael.” La voz de Lilith era sonora con risa mientras se movía hacia Nicholas. “El capitán de las huestes del Señor. Lo conocí.”
Nicholas levantó el cuchillo serafín; éste ardía como una estrella, tan brillante que _____(tn) se preguntó si toda la ciudad podría verlo, como un reflector perforando el cielo. “No te acerques más.”
Lilith, para sorpresa de _____(tn), hizo una pausa. “Michael mató al demonio Sammael, a quien yo amaba,” dijo. “¿Por qué es, pequeño Cazador de Sombras, que sus ángeles son tan fríos y sin piedad? ¿Por qué se deshacen de aquel que no los obedecerá?”
“No tenía idea de que fueras una defensora del libre albedrío,” dijo Nicholas, y la forma en que lo dijo, su voz cargada de sarcasmo, hizo más para reasegurarle a _____(tn) que era él mismo de nuevo, más que cualquier otra cosa que hubiera hecho. “¿Dejarás que nos marchemos este techo ahora, entonces? ¿Yo, Simón, _____(tn)? ¿Qué dices, demonio? Se acabó. Ya no me controlas. No le haré daño a _____(tn), y Simón no te obedecerá. Y ese pedazo de basura que estás intentando resucitar, te sugiero deshacerte de él antes que comience a pudrirse. Porque no va a volver, y está más allá de su fecha de caducidad.”
El rostro de Lilith se deformó. Escupió a Nicholas, y su saliva era una llama negra que golpeó el suelo y se convirtió en una serpiente que se meneó hacia él, con su mandíbula boquiabierta. Él la aplastó con una bota y se abalanzó sobre la demonio con el cuchillo extendido, pero Lilith se esfumó como una sombra cuando la luz brilló sobre éste, desapareciendo y reformándose justo detrás de él. Mientras él giraba, y ella se estiró casi con pereza, y golpeó su palma abierta contra el pecho de él.
Nicholas salió volando, Michael cayó de su mano, deslizándose a través de los azulejos de piedra. Nicholas voló por el aire y golpeó la pared de techo bajo con tal fuerza que líneas astilladas aparecieron en la piedra. Cayó fuerte al suelo, visiblemente aturdido.
Jadeando, _____(tn) corrió hacia el cuchillo serafín caído, pero nunca lo alcanzó. Lilith asió a _____(tn) en sus dos delgadas y congeladas manos y la lanzó con una fuerza increíble. _____(tn) chocó contra un seto bajo, las ramas arañaron su piel cruelmente, abriendo largos cortes. Ella luchó para liberarse, su vestido se enredó en el follaje. Oyó la seda romperse cuando se liberó y se giró para ver a Lilith arrastrar a Nicholas para ponerlo de pie, su mano sujetando la parte delantera de la camisa ensangrentada.
Ella le sonrió, y sus dientes eran negros también, y brillaban como el metal. “Estoy contenta de que estés de pie, pequeño Nefilim. Quiero ver tu rosto cuando te mate, no te apuñalaré por la espalda como hiciste con mi hijo.”
Nicholas se limpió el rostro con la manga, estaba sangrando por un largo corte a través de su mejilla, y la tela se manchó de rojo. “Él no es su hijo. Donaste algo de sangre para él. Eso no lo hace tuyo. Madre de brujos…” Volvió la cabeza y escupió, sangre. “No eres la madre de nadie.”
Las serpientes de los ojos de Lilith se lanzaron con furia hacia atrás y hacia adelante. _____(tn), desenredándose dolorosamente del seto, vio que cada una de las cabezas de serpiente tenían dos ojos, brillantes y rojos. El estómago de _____(tn) se revolvió cuando las serpientes se movieron, sus miradas parecían deslizarse arriba y abajo por el cuerpo Nicholas. “Recortaste mi runa. Qué crudo,” escupió ella.
“Pero efectivo,” dijo Nicholas.
“No se puede ganar en mi contra, Nicholas Herondale,” dijo. “Puedes ser el más grande Cazador de Sombras que este mundo ha conocido, pero yo soy más que un Demonio Mayor.”
“Entonces, pelea conmigo,” dijo Nicholas. “Te daré un arma. Tendré mi cuchillo serafín. Lucha contra mí, uno a uno, y veremos quién gana.”
Lilith lo miró, sacudiendo la cabeza lentamente, su cabello oscuro se arremolinaba a su alrededor como humo. “Soy la más antigua de los demonios,” dijo. “No soy un hombre. No tengo orgullo masculino para caer en este truco, y no estoy interesada en un combate individual. Esa es una debilidad enteramente de tu sexo, no el mío. Soy una mujer. Voy a utilizar cualquier arma y todas las armas para conseguir lo que quiero.” Lo dejó ir, con un empujón medio desdeñoso; Nicholas tropezó por un momento, enderezándose rápidamente y agachándose hacia la reluciente hoja de Michael.
Él lo tomó cuando Lilith se rió y levantó las manos. Sombras medio opacas explotaron de sus palmas abiertas. Incluso Nicholas lució conmocionado cuando las sombras se solidificaron con la forma de dos demonios negros con brillantes ojos rojos. Golpearon el suelo, pateando y gruñendo. Eran perros, pensó _____(tn) asombrada, dos perros negros demacrados y de aspecto cruel que se parecían vagamente a los Doberman.
“Sabuesos Infernales,” suspiró Nicholas. “_____(tn)…”
Se interrumpió cuando uno de los perros brincó hacia él, su boca abierta tan amplia como la de un tiburón, un fuerte aullido estalló de su garganta. Un momento después, el segundo saltó en el aire, lanzándose directamente hacia _____(tn).
*****************************
“Camille,” la cabeza de Alex estaba girando. “¿Qué estás haciendo aquí?”
Inmediatamente se dio cuenta de que sonaba como un idiota. Luchó contra el impulso de darse una palmada en la frente. La última cosa que quería era lucir como un tonto en frente de la ex novia de Magnus.
“Era Lilith,” dijo la mujer vampiro en una vocecita temblorosa. “Sus cultitas irrumpieron en el Santuario. No está custodiado contra humanos, y ellos son humanos—apenas. Cortaron mis cadenas y me trajeron aquí, a ella.” Levantó sus manos; las cadenas ataban sus muñecas a la tubería que crujía. “Me trataron brutalmente.”
Alec se agachó, trayendo sus ojos al nivel de los de Camille. Los vampiros no tenían moretones, se curaban demasiado rápido para eso, pero su cabello estaba enmarañado con sangre en el lado izquierdo, lo que lo hizo pensar que ella estaba diciendo la verdad. “Digamos que te creo,” dijo. “¿Qué quería ella contigo? Nada de lo que conozco de Lilith dice que tenga un particular interés en los vampiros.”
“Sabes por qué la Clave estaba reteniéndome,” dijo ella. “Debiste haber oído.”
“Mataste tres Cazadores de Sombras. Magnus dijo que habías declarado que lo estabas haciendo porque alguien te lo había ordenado…” su voz se desvaneció. “¿Lilith?”
“Si te digo, ¿me ayudarás?” El labio inferior de Camille tembló. Sus ojos eran enormes, verdes, suplicantes. Era muy hermosa. Alec se preguntó si alguna vez había mirado a Magnus así. Esto hizo que quisiera sacudirla.
“Podría,” dijo él, sorprendido de la frialdad en su propia voz. “No tienes mucho poder de negociación aquí. Podría marcharme y dejarte aquí para que Lilith te tenga, y no haría mucha diferencia para mí.”
“Si, la haría,” dijo ella. Su voz era baja. “Magnus te ama. No te amaría si fueras del tipo de persona que pudiera abandonar a otra indefensa.”
“Te ama a ti,” dijo Alec.
Ella le dio una sonrisa anhelante. “Parece haber aprendido mejor desde entonces.”
Alec se meció en sus tobillos ligeramente. “Mira,” dijo. “Dime la verdad. Si lo haces, te liberaré y te traeré hacia la Clave. Te tratarán mejor de lo que Lilith lo haría.”
Ella miró hacia abajo sus muñecas, encadenadas a la tubería. “La Clave me encadenó,” dijo. “Lilith me encadenó. Veo poca diferencia en mi trato entre los dos.”
“Supongo que es tu elección, entonces. Confía en mí, o confía en ella,” dijo Alec. Era un riesgo, lo sabía.
Esperó por varios momentos tensos antes de que dijera, “Muy bien. Si Magnus confía en ti, confiaré en ti.” Levantó su cabeza, haciendo lo mejor para verse majestuosa a pesar de la ropa destrozada y el cabello ensangrentado. “Lilith vino a mí, no yo a ella. Había escuchado que yo andaba buscando recuperar mi posición como líder del clan de Manhattan de Rafael Santiago. Dijo que me ayudaría, si la ayudaba.”
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Nicho por fin eres tu de nuevo! (?
Ustedes que creen, recuperamos al Nicho! :(L):
Alec, no te dejes engañar por Camille!
Disfruten del capi, las leo después! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
CIIEELOOSSS CAPITULO DE SUSPENSOOO!!!
Y AHORA QU PASARAAAAAA!!!????
LOGRARAN DESACERSE DE LILITH????
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH
PON OOOTROOO
Y AHORA QU PASARAAAAAA!!!????
LOGRARAN DESACERSE DE LILITH????
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH
PON OOOTROOO
chelis
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
chelis escribió:CIIEELOOSSS CAPITULO DE SUSPENSOOO!!!
Y AHORA QU PASARAAAAAA!!!????
LOGRARAN DESACERSE DE LILITH????
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHH
PON OOOTROOO
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
Lo sé!
Ya veremos que sucede! ;)
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
• Cicatrices de Fuego - Capitulo 18 (Parte 2) •
“¿Ayudarla matando a Cazadores de Sombras?”
“Ella quería su sangre,” dijo Camille. “Era para esos bebés. Estaba inyectando sangre de Cazadores de Sombras y sangre de demonio en las madres, intentando imitar lo que Valentine le hizo a su hijo. No funcionó, sin embargo. Los bebés se convertían en cosas retorcidas, y luego morían.” Captando su mirada de repulsión, ella dijo, “Al principio no sabía para qué quería la sangre. Puede que no pienses mucho de mí, pero no tengo gusto por matar asesinar a inocentes.”
“No tenías que haberlo hecho,” dijo Alec. “Sólo porque ella lo ofreció.”
Camille sonrió con cansancio. “Cuando eres tan viejo como yo,” dijo, “es porque has aprendido a jugar el juego correctamente, a hacer las alianzas correctas en los momentos correctos. Para aliarte no sólo con el poderoso, sino que con aquellos que tú crees te harán poderoso. Supe que si no estaba de acuerdo en ayudar a Lilith, me mataría. Los demonios no son confiables por naturaleza, y ella debió pensar que iría con la Clave con lo que sabía acerca de sus planes para matar Cazadores de Sombras, incluso si le prometía que permanecería en silencio. Tomé ese riesgo porque Lilith era más peligrosa para mí que los de tu especie.”
“Y no te importó matar Cazadores de Sombras.”
“Eran miembros del Círculo,” dijo Camille. “Habían matado a los de mi especie. Y a los tuyos.”
“¿Y Simón Lewis? ¿Por qué tu interés en él?”
“Todos quieren al Daylighter de su lado.” Camille se encogió de hombros. “Y sabía que tenía la Marca de Caín. Uno de los subordinados de Raphael aún es leal a mí. Me pasó la información. Otros pocos Submundos sabían de ello. Lo hacía un aliado de incalculable valor.”
“¿Eso era lo que Lilith quería con él?”
Los ojos de Camille se ampliaron. Su piel era muy pálida, y bajo ésta Alec pudo ver que sus venas se habían oscurecido, el patrón comenzando a propagarse a través de la blancura de su rostro como grietas ampliándose en porcelana. Eventualmente, los vampiros hambrientos se volvían salvajes, luego perdían la consciencia, una vez que habían estado sin sangre por mucho tiempo. Mientras más viejos eran, más tiempo podían evitarlo, pero Alec no podía evitar preguntarse cuánto tiempo había pasado desde que ella se había alimentado. “¿Qué quieres decir?”
“Aparentemente convocó a Simón para que se encontrara con ella,” dijo Alec. “Están en algún lugar en el edificio.”
Camille se quedó mirando fijamente por un largo momento, luego se rió. “Una verdadera ironía,” dijo. “Nunca me mencionó a Simón, y nunca se lo mencioné, y aún así ambas estábamos persiguiéndolo por nuestros propios propósitos. Si ella lo quiere, es por su sangre,” añadió. “El ritual que está realizando es sin duda uno de sangre mágica. Su sangre, mezcla de sangre Submundo y Cazador de Sombras, será de gran utilidad para ella.”
Alec sintió un parpadeo de malestar. “Pero ella no puede herirlo. La Marca de Caín…”
“Encontrará una forma de rodear eso,” dijo Camille. “Ella es Lilith, madre de brujos. Ha estado viva mucho tiempo, Alexander.”
Alec se puso de pie. “Entonces es mejor que averigüe que está haciendo.”
Las cadenas de Camille se sacudieron cuando intentó ponerse de rodillas. “Espera… pero dijiste que me liberarías.”
Alec se dio la vuelta y la miró hacia abajo. “No lo hice. Dije que dejaría que la Calve te tuviera.”
“Pero si me dejas aquí, nada impide que Lilith me encuentre primero.” Lanzó su enmarañado cabello hacia atrás; líneas de tensión aparecieron en su rostro. “Alexander, por favor. Te lo ruego…”
“¿Quién es Will?” dijo Alec. Las palabras salieron abrupta e inesperadamente para su horror.
“¿Will?” Por un momento su rostro estuvo en blanco; luego se arrugó en una mirada de comprensión, e inmediata sorpresa. “Oíste mi conversación con Magnus.”
“Algo.” Alec exhaló cuidadosamente. “Will está muerto, ¿no? Quiero decir, Magnus dijo que fue hace mucho tiempo que lo conoció…”
“Sé lo que te está molestando, pequeño Cazador de Sombras.” La voz de Camille se había vuelto suave y musical. Tras ella, a través de la ventana, Alec podía ver podía ver el distante parpadeo de las luces de un avión mientras volaba sobre la ciudad. “Al principio eras feliz. Pensabas en el momento, no en el futuro. Ahora te has dado cuenta. Envejecerás, y morirás algún día. Y Magnus no lo hará. Él continuará. No envejecerán juntos. Envejecerás por separado, en cambio.”
Alec pensó en las personas en el avión, en lo alto del aire frío y congelado, mirando la ciudad como un campo de brillantes diamantes, muy abajo. Por supuesto, nunca había estado en un avión. Sólo estaba suponiendo cómo se sentiría: solitario, distante, desconectado del mundo. “No puedes saber eso,” dijo él. “Que envejeceremos por separado.”
Ella sonrió con lástima. “Eres hermoso ahora,” dijo. “¿Pero lo serás en veinte años? ¿En cuarenta? ¿Cincuenta? ¿Amará tus ojos azules cuando se apaguen, tu suave piel cuando la edad corte profundos surcos en ella? ¿Tus manos cuando se arruguen y se debiliten, tu cabello cuando se vuelva blanco…?”
“Cállate.” Alec oyó como se agrietaba su propia voz, y estaba avergonzado. “Sólo cállate. No quiero oírlo.”
“No tiene que ser de esa forma.” Camille se inclinó hacia él, sus ojos verdes luminosos.”¿Qué pasaría si te dijera que no tienes que envejecer? ¿No tienes que morir?”
Alec sintió una ola de furia. “No estoy interesado en convertirme en vampiro. Ni siquiera te molestes en hacer la oferta. No si la única otra alternativa era la muerte.”
Por el momento más breve, su rostro se retorció. Se había ido en un destello, cuando su control se reafirmó; esbozó una ligera sonrisa y dijo, “Esa no era mi sugerencia. ¿Qué pasaría si te dijera que hay otra forma? ¿Una forma para que ustedes dos estén juntos para siempre?”
Alec tragó. Su boca estaba tan seca como papel. “Cuéntame,” dijo.
Camille levantó sus manos. Sus cadenas se sacudieron. “Corta éstas y libérame.”
“No. Dime primero.”
Ella sacudió la cabeza. “No haré eso.” Su expresión era tan dura como mármol, así como su voz. “Dijiste que no tenía nada con lo que negociar. Pero lo tengo. Y no lo revelaré.”
Alec dudó. En su cabeza escuchó la sueva voz de Magnus. Es una maestra de la insinuación y la manipulación. Siempre lo ha sido.
Pero Magnus, pensó. Nunca me dijiste. Nunca me advertiste que sería así, que despertaría un día y me daría cuenta de que iría a un lugar donde no podrás seguirme. Que esencialmente no somos lo mismo. No hay un ‘hasta que la muerte nos separe’ para esos que nunca mueren.
Dio un paso hacia Camille, y luego otro. Levantando su brazo derecho, bajó el cuchillo serafín, tan fuerte como pudo. Éste cortó a través del metal de sus cadenas; sus muñecas volaron separándose, aún en sus esposas pero libres. Ella levantó las manos, su expresión era de regodeo, triunfante.
“Alec,” Isabelle habló desde la entrada; Alec giró y la vio de pie ahí, su látigo a su lado. Estaba manchada de sangre, también sus manos y su vestido de seda. “¿Qué estás haciendo aquí?”
“Nada, yo…” Alec sintió una ola de vergüenza y horror, casi sin pensar, dio un paso frente a Camille, casi como si pudiera esconderla de la vista de su hermana.
“Todos están muertos,” sonó siniestra. “Los cultistas. Los matamos a todos. Ahora vamos. Tenemos que comenzar a buscar a Simón.” Entrecerró los ojos hacia Alec. “¿Estás bien? Te ves realmente pálido.”
“La liberé,” espetó Alec. “No debería haberlo hecho. Es sólo que…”
“¿A quién liberaste?” Isabelle dio un paso dentro de la habitación. La luz ambiental de la ciudad destelló en su vestido, haciéndola brillar como un fantasma. “Alec, ¿qué tontería estás diciendo?”
Su expresión era vacía, confundida. Alec dio la vuelta, siguiendo su mirada, y vio… nada. La tubería aún estaba ahí, una larga cadena se encontraba junto a ésta, el polvo en el suelo sólo ligeramente alborotado. Pero Camille se había ido.
_____(tn) apenas tuvo tiempo para levantar sus brazos antes de que el sabueso infernal chocara con ella, una bala de cañón de músculo, hueso y aliento caliente y apestoso. Sus pies salieron de debajo de ella, recordó a Nicholas diciéndole la mejor manera de caer, y cómo protegerse, pero el consejo voló de su mente y golpeó el suelo con sus codos, dolor
disparándose por ella cuando su piel se rompió. Un momento después el sabueso estaba sobre ella, sus garras aplastándole el pecho, su cola retorcida daba chasquidos mientras se movía de lado a lado en una grotesca imitación de un meneo. La punta de su cola estaba atravesada con salientes como uñas, como un mazo medieval, y un gruñido espeso salió de su cuerpo fornido, tan alto y fuerte que pudo sentir sus huesos vibrar.
“¡Mantenla allí! ¡Desgarra su garganta si intenta escapar!” Lilith chasqueó instrucciones, mientras el segundo sabueso infernal se abalanzaba sobre Nicholas; estaba luchando con él, rodando una y otra vez, un torbellino de dientes, brazos, piernas y la perversa cola azotando. _____(tn) volvió la cabeza hacia otro lado dolorosamente, y vio a Lilith dar grandes zancadas hacia el ataúd de cristal y Simón, todavía tendido junto a él. En el interior del ataúd flotaba Sebastian, tan inmóvil como un cuerpo ahogado, el color lechoso del agua se había vuelto oscuro, probablemente con su sangre.
El sabueso apuntalándola al suelo gruñó cerca de su oído. El sonido envió una sacudida de miedo a través de ella, y junto con el miedo, ira. Ira hacia Lilith, y a sí misma. Era una Cazadora de Sombras. Una cosa era ser derribada por un demonio Rapiñador cuando nunca había oído hablar de los Nefilim. Tenía algo de entrenamiento ahora. Ella debía ser capaz de hacerlo mejor.
Cualquier cosa puede ser un arma. Le había dicho Nicholas en el parque. El peso del sabueso infernal era aplastante, ella hizo un ruido atragantándose y alargó la mano hacia su garganta, como si luchara por el aire. Él ladró y gruñó, desnudando sus dientes; los dedos de ella se cerraron en la cadena de del anillo Morgenstern alrededor de su cuello. Lo tiró, fuerte, y rompió la cadena, lo azotó hacia la cara del perro, cortando al sabueso brutalmente a través de los ojos. El sabueso se echó hacia atrás, aullando de dolor, y _____(tn) rodó hacia un lado, arrastrándose de rodillas. Con los ojos sangrientos, el perro se agachó, listo para saltar. El collar se había caído de la mano de _____(tn), el anillo rodó, rebuscó la cadena mientras el perro saltaba…
Un brillante cuchillo dividió la noche, pasando por centímetros de la cara de _____(tn), cortando la cabeza del perro de su cuerpo. Éste dio un único grito y desapareció, dejando tras de sí una marca negra de quemadura sobre la piedra, y el hedor del demonio en el aire.
Manos bajaron, poniendo a _____(tn) suavemente de pie. Era Nicholas. Había metido el ardiente cuchillo serafín a través de su cinturón, y la sostuvo con ambas manos, viéndola con una mirada extraña. Ella no podría haberla descrito, o incluso descifrarla: esperanza, conmoción, amor, añoranza, ira y todas las emociones mezcladas en su expresión. Su camisa estaba desgarrada en varios lugares, empapada con sangre; su chaqueta había desaparecido, su cabello rubio estaba enmarañado con sudor y sangre. Por un momento, simplemente se miraron fijamente el uno al otro, su agarre sobre las manos de ella dolorosamente apretado. Y luego, ambos hablaron a la vez:
“Eres tú…” comenzó ella.
“_____(tn).” Todavía sosteniendo sus manos, la apartó de él, del círculo, hacia el camino que llevaba a los ascensores. “Vete,” dijo entrecortadamente. “Fuera de aquí, _____(tn)”
“Nicholas…”
Él tomó una temblorosa respiración. “Por favor,” dijo, y luego la soltó, sacando el cuchillo serafín de su cinturón mientras se volvía hacia el círculo.
“Levántate,” gruñó Lilith. “Levántate.”
Una mano sacudió el hombro de Simón, enviando una ola de dolor a su cabeza. Había estado flotando en la oscuridad, abrió los ojos ahora y vio el cielo nocturno, las estrellas, y la cara blanca de Lilith que se cernía sobre él. Sus ojos habían desaparecido, sustituidos por negras serpientes que se deslizaban de un lugar a otro. El sobresalto al verla fue suficiente para impulsar a Simón a ponerse de pie.
En el momento en que estuvo en pie, vomitó y casi cayó de rodillas otra vez. Cerrando los ojos contra las náuseas, oyó a Lilith gruñendo su nombre, y luego su mano estaba en su brazo, guiándolo hacia adelante. La dejó hacerlo. Su boca estaba llena del nauseabundo y amargo sabor de la sangre de Sebastian; también se extendía por sus venas, poniéndolo enfermo, débil y tembloroso hasta los huesos. Su cabeza se sentía como si pesara mil kilos, y el mareo iba avanzando y retrocediendo en ondas.
De repente el frío agarre de Lilith en su brazo había desaparecido. Simón abrió los ojos y descubrió que estaba de pie sobre el ataúd de vidrio, tal como lo había estado antes. Sebastian flotaba en el líquido oscuro y lechoso, con la cara lisa, sin pulso en su cuello. Dos agujeros negros eran visibles en el lado de la garganta donde Simón lo había mordido.
Dale tu sangre. La voz de Lilith hizo eco, no en voz alta, sino dentro de su cabeza. Hazlo ahora.
Simón alzó la mirada vertiginosamente. Su visión se estaba empañando. Se esforzó para ver a _____(tn) y a Nicholas través de la oscuridad que lo invadía.
Utiliza tus colmillos, dijo Lilith. Desgarra tu muñeca. Dale a Jonathan tu sangre. Sánalo.
Simón levantó la muñeca a la boca. Sánalo. Resucitar a alguien muerte era mucho más que curarlos, pensó. Tal vez la mano de Sebastian volvería a crecer. Tal vez era eso lo que quería decir. Esperó a que sus colmillos salieran, pero no lo hicieron. Estaba demasiado enfermo para tener hambre, pensó, y lucho contra el loco impulso de reír.
“No puedo,” dijo, medio jadeando. “No puedo…”
“¡Lilith!” la voz de Nicholas cortó a través de la noche; Lilith se volvió con un siseo de incredulidad. Simón bajó su muñeca lentamente, luchando por enfocar sus ojos. Se centró en el brillo delante de él, y convirtió en la llama de un cuchillo serafín en la mano izquierda de Nicholas. Simón pudo verlo claramente ahora, una inconfundible imagen pintada en la oscuridad. La chaqueta se había ido, estaba sucio, su camisa desgarrada y negra con sangre, pero sus ojos eran claros, firmes y centrados. Ya no parecía un zombi o alguien sonámbulo atrapado en un sueño terrible.
“¿Dónde está ella?” dijo Lilith, sus ojos de serpiente deslizándose en sus tallos “¿Dónde está la niña?”
_____(tn). La mirada empañada de Simón escaneó la oscuridad alrededor de Nicholas, pero ella no se veía en ninguna parte. Su visión empezó a clarear. Podía ver la sangre manchando el suelo de azulejos y trozos de satén despedazados y destrozados, atrapados en las ramas afiladas de un seto. Lo que parecían huellas de patas manchadas de sangre. Simón sintió que su pecho se apretaba. Miró rápidamente de nuevo a Nicholas. Nicholas se veía furioso, muy furioso de hecho, pero no destrozado en la forma en que Simón habría esperado que luciera si algo le hubiera pasado a _____(tn). Entonces, ¿dónde estaba?
“Ella no tiene nada que ver con esto,” dijo Nicholas. “Dices que no puedo matarte, demonio. Yo digo que puedo. Vamos a ver cuál de los dos tiene razón.”
Lilith se movió muy rápido, fue una imagen borrosa. En un momento estaba junto a Simón, al siguiente estaba en el escalón sobre Nicholas. Ella lo atacó con la mano, él se agachó, girando detrás de ella, azotando el cuchillo serafín a través de su hombro. Ella gritó, dando vueltas sobre, formándose un arco de sangre de su herida. Era de un color negro brillante, como ónix. Elevó las manos juntas como si intentara de romper la hoja entre ellas. Se golpearon la una a la otra con un sonido como un trueno, pero Nicholas ya se había ido, estaba a varios metros de distancia, la luz del cuchillo serafín bailando en el aire ante él como el guiño de un ojo burlón.
Si hubiera sido cualquier otro Cazador de Sombras, pensó Simón, ya habría estado muerto. Pero era Nicholas. Pensó en Camille diciendo: El hombre no puede enfrentarse con lo divino. Los Cazadores de Sombras eran humanos, a pesar de su sangre de ángel, y Lilith era más que un demonio.
El dolor se disparó a través Simón. Con sorpresa se dio cuenta de sus colmillos habían salido por fin, y que estaban cortando su labio inferior. El dolor y el sabor de la sangre lo despertaron aún más. Empezó a ponerse en pie, lentamente, con sus ojos en Lilith. Ella ciertamente no parecía fijarse en él, o en lo que estaba haciendo. Sus ojos estaban fijos en Nicholas. Con otro rugido repentino saltó sobre él. Era como ver las polillas centelleando de aquí para allá, observando a los dos mientras luchaban de un lado a otro a través de la azotea. Incluso la visión de vampiro de Simón tenía problemas siguiéndolos a medida que avanzaban, saltando por encima de los setos, lanzándose por las pasarelas. Lilith hizo retroceder a Nicholas contra la pared baja que rodeaba un reloj de sol, los números en su superficie resaltaban en oro brillante. Nicholas se movía tan rápido que casi se desdibujaba, la luz de Michael azotando alrededor de Lilith como si estuviera siendo envuelta en una red de filamentos brillantes. Cualquier otra persona habría sido cortada en cintas en cuestión de segundos. Pero Lilith se movía como agua oscura, como el humo. Parecía desvanecerse y reaparecer a voluntad, y aunque Nicholas era bueno y no se cansaba, Simón podía sentir su frustración.
Finalmente sucedió. Nicholas osciló el cuchillo serafín violentamente hacia Lilith—y ella lo atrapó en el aire, envolviendo su mano alrededor de la hoja. Su mano estaba chorreando sangre negra cuando tiró la hoja hacia ella. Las gotas, cuando golpeaban el suelo, se convertían en pequeñas serpientes de obsidiana que se meneaban en la maleza.
Tomando el cuchillo con ambas manos, ella lo levantó. La sangre estaba corriendo por las muñecas y los pálidos antebrazos como rayas de alquitrán. Con una sonrisa, gruñendo rompió la hoja por la mitad; una mitad se desmenuzó en un polvo brillante en sus manos, mientras que la otra—la empuñadura y el extremo dentado del cuchillo—chisporroteó misteriosamente, una llama media ahogada por la ceniza.
Lilith sonrió. “Pobre pequeño Michael,” dijo. “Siempre fue débil.”
Nicholas estaba jadeando, sus manos apretadas a los costados, su cabello pegado a la frente con sudor. “Tú y tu lanzamiento de nombres,” dijo. ‘Conocí a Michael.’ ‘Conocí a Sammael.’ ‘El ángel Gabriel hizo mi cabello.’ Es como si estuviera con la banda de figuras bíblicas.”
Este era Nicholas siendo valiente, pensó Simón, valiente y sarcástico porque pensaba que Lilith iba a matarlo, y esa era la forma en que quería ir, sin miedo y de pie. Como un guerrero. Los Cazadores de Sombras así lo hacían. Su canción de muerte siempre sería así—chistes y sarcasmo y fingir arrogancia, y esa mirada en sus ojos que decía: Yo soy mejor que tú. Simón simplemente no se había dado cuenta antes.
“Lilith,” Nicholas continuó, arreglándoselas para hacer que la palabra sonara como una maldición. “Te he estudiado. En la escuela. Cielo te maldijo con la esterilidad. Un millar de bebés, y todos ellos murieron. ¿No es el caso?”
Lilith sostuvo su espada brillando misteriosamente, su rostro impasible. “Sé cuidadoso, pequeño Cazador de Sombras.”
“¿O qué? ¿O me vas a matar?” Sangre estaba goteando por el rostro de Nicholas del corte en su mejilla; no hizo ningún movimiento para limpiarla. “Adelante.”
No. Simón intentó dar un paso; sus rodillas se doblaron, y cayó, golpeando sus manos en el suelo. Respiró hondo. No necesitaba el oxígeno, pero ayudaba de alguna forma, estabilizándolo. Levantó la mano y agarró el borde del pedestal de piedra, utilizándolo para ponerse de pie. La parte posterior de su cabeza estaba martillando. No había manera de que hubiera tiempo suficiente. Todo lo que Lilith tenía que hacer era dirigir hacia adelante la hoja dentada que sostenía…
Pero no lo hizo. Observando a Nicholas, no se movió, y de pronto sus ojos centellaron, su boca relajándose. “No me puedes matarme,” dijo él, alzando la voz. “Lo que dijiste antes… soy el contrapeso. Soy la única cosa atándolo,” —extendió un brazo, indicando el ataúd de vidrio de Sebastian— “a este mundo. Si muero, él muere. ¿No es cierto?” Dio un paso atrás. “Podría saltar de este techo ahora mismo,” dijo. “Suicidarme. Ponerle fin a esto.”
Por primera vez Lilith parecía realmente agitada. Su cabeza se movía rápidamente de lado a lado, sus ojos de serpiente temblando, como si estuvieran buscando el viento. “¿Dónde está ella? ¿Dónde está la chica?”
Nicholas se limpió la sangre y el sudor de su frente y le sonrió; su labio ya estaba partido, y sangre corría por su barbilla. “Olvídalo. La mandé de vuelta a la planta baja mientras no estabas prestando atención. Se ha ido… segura de ti.”
Lilith gruñó. “Mientes.”
Nicholas dio otro paso atrás. Unos pasos más lo llevarían a la pared baja, el borde del edificio. Nicholas podría sobrevivir a mucho, Simón lo sabía, pero una caída desde un edificio de cuarenta pisos, podría ser demasiado, incluso para él.
“Olvidas,” dijo Lilith. “Yo estaba allí, Cazador de Sombras. Te vi caer y morir. Vi a Valentine llorar sobre tu cuerpo. Y entonces vi como el Ángel le preguntó a _____(tn) lo que deseaba de él, lo que quería en el mundo más que cualquier otra cosa, y ella dijo que tú. Pensando que podrías ser la única persona en el mundo que podría tener su amado muerto de vuelta, y que no habría consecuencias. Eso es lo que pensaban, ¿no es así, los dos? Tontos.” Lilith escupió. “Se, cualquiera aman el uno al otro— cualquiera puede verlo, mirándote a ti—esa clase de amor que puede quemar completamente el mundo o elevarlo en la gloria. No, ella nunca se alejaría de tu lado. No mientras pensara que estabas en peligro.” Su cabeza se echó hacia atrás, su mano salió disparada, dedos curvados como garras. “Ahí.”
Hubo un grito, y uno de los setos pareció desgarrarse, revelando a _____(tn), que había estado agazapada escondiéndose, en medio de éste. Dando patadas y arañazos, fue arrastrada hacia delante, sus uñas raspando el suelo, asiendo en vano algo que pudiera agarrar. Sus manos dejaron un rastro de sangre en los azulejos.
"¡No!" comenzó Nicholas a avanzar, luego se congeló cuando _____(tn) fue azotada por el aire, donde flotó, colgando en frente de Lilith.
Estaba descalza, su vestido de satén— ahora tan desgarrado y sucio que parecía rojo y negro en vez de dorado—giraba a su alrededor, una de los tirantes estaba roto y colgando. Su cabello se había salido completamente de sus peines destellantes y se derramaba sobre sus hombros. Sus ojos verdes estaban fijos en Lilith con odio.
“Tú, perra,” dijo.
El rostro de Nicholas era una máscara de horror. Realmente lo había creído cuando había dicho que _____(tn) se había ido, notó Simón. Había pensado que estaba a salvo. Pero Lilith había tenido razón. Y se estaba regodeando ahora, las serpientes de sus ojos bailaban mientras movía sus manos como un titiritero, y _____(tn) giraba y jadeaba en el aire. Lilith chasqueó los dedos, y lo que parecía ser la amarra de un látigo de plata bajó a través del cuerpo de _____(tn), abriendo su vestido al cortarlo, y la piel bajo éste. Ella gritó y se aferró a la herida, y su sangre goteó sobre los azulejos como lluvia escarlata.
“_____(tn).” Nicholas se volvió hacia Lilith. “Muy bien,” dijo. Estaba pálido ahora, su valentía se había ido, y sus manos, apretadas en puños, estaban blancas en los nudillos. “Muy bien. Déjala ir, y haré lo que quieras, también Simón. Te permitiremos…”
“¿Permitirme?” De alguna manera las facciones del rostro de Lilith se habían reorganizado. Las serpientes se retorcieron en las cuencas de sus ojos, su piel blanca estaba demasiado estirada y brillante, su boca demasiado ancha. Su nariz casi había desaparecido. “No tienes elección. Y más al punto, me han molestado. Todos ustedes. Tal vez si simplemente hubieran hecho lo que había ordenando, la habría dejado ir. Pero nunca lo sabrás ahora, ¿no?”
Simón soltó el pedestal de piedra, se inclinó y se estabilizó. Entonces comenzó a caminar. Poniendo un pie en el suelo, uno tras otro, se sentían como enormes y pesadas bolsas de arena húmeda y por el lado de un precipicio. Cada vez que su pie golpeaba el suelo, enviaba una punzada de dolor a través de su cuerpo. Se concentró en seguir adelante, un paso a la vez.
“Tal vez no puedo matarte,” le dijo Lilith a Nicholas. “Pero puedo torturarla más allá de su punto de resistencia, torturarla hasta la locura, y hacerte observar. Hay cosas peores que la muerte, Cazador de las Sombras.”
Ella chasqueó los dedos otra vez, y el látigo de plata bajó, cortando a través del hombro de _____(tn), abriendo un ancho tajo. _____(tn) se dobló, pero no grito, tapándose la boca con las manos, se curvó como si pudiera protegerse de Lilith.
Nicholas comenzó a lanzarse hacia Lilith… y vio a Simón. Sus miradas se encontraron. Por un momento el mundo pareció colgar en suspensión, todo, no sólo _____(tn). Simón vio a Lilith, toda su atención concentrada en _____(tn), su mano echada hacia atrás, lista para lanzar un golpe aún más atroz. El rostro de Nicholas estaba blanco de angustia, sus ojos oscureciéndose mientras se encontraban con los de Simón—y se daba cuenta—y entendía.
Nicholas dio un paso atrás.
El mundo se volvió borroso alrededor de Simón. Mientras saltaba hacia adelante, se dio cuenta de dos cosas. Uno, que era imposible, nunca alcanzaría a Lilith a tiempo; su mano ya estaba azotando hacia delante, el aire frente a ella vivo con el remolino plateado. Y dos, que nunca antes había entendido cuan rápido se podía mover un vampiro. Sintió los músculos de sus piernas y espalda rasgarse, los huesos de los pies y los tobillos crujir—
Y estaba allí, deslizándose entre Lilith y _____(tn) mientras la mano del demonio bajaba. El de plata cable largo y afilado lo golpeó en el rostro y el pecho— hubo un momento de terrible dolor— y luego vio el aire pareció explotar a su alrededor como confeti brillante, y Simón escuchó el grito de _____(tn), un claro sonido de sobresalto y asombro que cortó a través de la oscuridad. “¡Simón!”
Lilith se congeló. Miró de Simón, a _____(tn), todavía colgando en el aire, y luego hacia abajo a su propia mano, vacía ahora. Respiró larga e irregularmente.
“Siete Veces,” susurró—y fue interrumpida abruptamente mientras una incandescencia cegadora iluminaba la noche. Aturdido, todo en lo que Simón pudo pensar fue en hormigas quemándose bajo el haz concentrado de una lupa mientras un gran rayo de fuego caía del cielo, lanzándose a través de Lilith. Por un largo momento ella se quemó en blanco contra la oscuridad, atrapada dentro de la llama cegadora, su boca abierta como un túnel en un grito silencioso. Su cabello estaba levantado, una masa de filamentos quemándose contra la oscuridad— y entonces era de oro blanco, golpeada ligeramente contra el aire— y entonces fue de sal, un millar de gránulos cristalinos de sal que cayeron a los pies de Simón con un tipo terrible de belleza.
Y entonces ella se había ido.
“Ella quería su sangre,” dijo Camille. “Era para esos bebés. Estaba inyectando sangre de Cazadores de Sombras y sangre de demonio en las madres, intentando imitar lo que Valentine le hizo a su hijo. No funcionó, sin embargo. Los bebés se convertían en cosas retorcidas, y luego morían.” Captando su mirada de repulsión, ella dijo, “Al principio no sabía para qué quería la sangre. Puede que no pienses mucho de mí, pero no tengo gusto por matar asesinar a inocentes.”
“No tenías que haberlo hecho,” dijo Alec. “Sólo porque ella lo ofreció.”
Camille sonrió con cansancio. “Cuando eres tan viejo como yo,” dijo, “es porque has aprendido a jugar el juego correctamente, a hacer las alianzas correctas en los momentos correctos. Para aliarte no sólo con el poderoso, sino que con aquellos que tú crees te harán poderoso. Supe que si no estaba de acuerdo en ayudar a Lilith, me mataría. Los demonios no son confiables por naturaleza, y ella debió pensar que iría con la Clave con lo que sabía acerca de sus planes para matar Cazadores de Sombras, incluso si le prometía que permanecería en silencio. Tomé ese riesgo porque Lilith era más peligrosa para mí que los de tu especie.”
“Y no te importó matar Cazadores de Sombras.”
“Eran miembros del Círculo,” dijo Camille. “Habían matado a los de mi especie. Y a los tuyos.”
“¿Y Simón Lewis? ¿Por qué tu interés en él?”
“Todos quieren al Daylighter de su lado.” Camille se encogió de hombros. “Y sabía que tenía la Marca de Caín. Uno de los subordinados de Raphael aún es leal a mí. Me pasó la información. Otros pocos Submundos sabían de ello. Lo hacía un aliado de incalculable valor.”
“¿Eso era lo que Lilith quería con él?”
Los ojos de Camille se ampliaron. Su piel era muy pálida, y bajo ésta Alec pudo ver que sus venas se habían oscurecido, el patrón comenzando a propagarse a través de la blancura de su rostro como grietas ampliándose en porcelana. Eventualmente, los vampiros hambrientos se volvían salvajes, luego perdían la consciencia, una vez que habían estado sin sangre por mucho tiempo. Mientras más viejos eran, más tiempo podían evitarlo, pero Alec no podía evitar preguntarse cuánto tiempo había pasado desde que ella se había alimentado. “¿Qué quieres decir?”
“Aparentemente convocó a Simón para que se encontrara con ella,” dijo Alec. “Están en algún lugar en el edificio.”
Camille se quedó mirando fijamente por un largo momento, luego se rió. “Una verdadera ironía,” dijo. “Nunca me mencionó a Simón, y nunca se lo mencioné, y aún así ambas estábamos persiguiéndolo por nuestros propios propósitos. Si ella lo quiere, es por su sangre,” añadió. “El ritual que está realizando es sin duda uno de sangre mágica. Su sangre, mezcla de sangre Submundo y Cazador de Sombras, será de gran utilidad para ella.”
Alec sintió un parpadeo de malestar. “Pero ella no puede herirlo. La Marca de Caín…”
“Encontrará una forma de rodear eso,” dijo Camille. “Ella es Lilith, madre de brujos. Ha estado viva mucho tiempo, Alexander.”
Alec se puso de pie. “Entonces es mejor que averigüe que está haciendo.”
Las cadenas de Camille se sacudieron cuando intentó ponerse de rodillas. “Espera… pero dijiste que me liberarías.”
Alec se dio la vuelta y la miró hacia abajo. “No lo hice. Dije que dejaría que la Calve te tuviera.”
“Pero si me dejas aquí, nada impide que Lilith me encuentre primero.” Lanzó su enmarañado cabello hacia atrás; líneas de tensión aparecieron en su rostro. “Alexander, por favor. Te lo ruego…”
“¿Quién es Will?” dijo Alec. Las palabras salieron abrupta e inesperadamente para su horror.
“¿Will?” Por un momento su rostro estuvo en blanco; luego se arrugó en una mirada de comprensión, e inmediata sorpresa. “Oíste mi conversación con Magnus.”
“Algo.” Alec exhaló cuidadosamente. “Will está muerto, ¿no? Quiero decir, Magnus dijo que fue hace mucho tiempo que lo conoció…”
“Sé lo que te está molestando, pequeño Cazador de Sombras.” La voz de Camille se había vuelto suave y musical. Tras ella, a través de la ventana, Alec podía ver podía ver el distante parpadeo de las luces de un avión mientras volaba sobre la ciudad. “Al principio eras feliz. Pensabas en el momento, no en el futuro. Ahora te has dado cuenta. Envejecerás, y morirás algún día. Y Magnus no lo hará. Él continuará. No envejecerán juntos. Envejecerás por separado, en cambio.”
Alec pensó en las personas en el avión, en lo alto del aire frío y congelado, mirando la ciudad como un campo de brillantes diamantes, muy abajo. Por supuesto, nunca había estado en un avión. Sólo estaba suponiendo cómo se sentiría: solitario, distante, desconectado del mundo. “No puedes saber eso,” dijo él. “Que envejeceremos por separado.”
Ella sonrió con lástima. “Eres hermoso ahora,” dijo. “¿Pero lo serás en veinte años? ¿En cuarenta? ¿Cincuenta? ¿Amará tus ojos azules cuando se apaguen, tu suave piel cuando la edad corte profundos surcos en ella? ¿Tus manos cuando se arruguen y se debiliten, tu cabello cuando se vuelva blanco…?”
“Cállate.” Alec oyó como se agrietaba su propia voz, y estaba avergonzado. “Sólo cállate. No quiero oírlo.”
“No tiene que ser de esa forma.” Camille se inclinó hacia él, sus ojos verdes luminosos.”¿Qué pasaría si te dijera que no tienes que envejecer? ¿No tienes que morir?”
Alec sintió una ola de furia. “No estoy interesado en convertirme en vampiro. Ni siquiera te molestes en hacer la oferta. No si la única otra alternativa era la muerte.”
Por el momento más breve, su rostro se retorció. Se había ido en un destello, cuando su control se reafirmó; esbozó una ligera sonrisa y dijo, “Esa no era mi sugerencia. ¿Qué pasaría si te dijera que hay otra forma? ¿Una forma para que ustedes dos estén juntos para siempre?”
Alec tragó. Su boca estaba tan seca como papel. “Cuéntame,” dijo.
Camille levantó sus manos. Sus cadenas se sacudieron. “Corta éstas y libérame.”
“No. Dime primero.”
Ella sacudió la cabeza. “No haré eso.” Su expresión era tan dura como mármol, así como su voz. “Dijiste que no tenía nada con lo que negociar. Pero lo tengo. Y no lo revelaré.”
Alec dudó. En su cabeza escuchó la sueva voz de Magnus. Es una maestra de la insinuación y la manipulación. Siempre lo ha sido.
Pero Magnus, pensó. Nunca me dijiste. Nunca me advertiste que sería así, que despertaría un día y me daría cuenta de que iría a un lugar donde no podrás seguirme. Que esencialmente no somos lo mismo. No hay un ‘hasta que la muerte nos separe’ para esos que nunca mueren.
Dio un paso hacia Camille, y luego otro. Levantando su brazo derecho, bajó el cuchillo serafín, tan fuerte como pudo. Éste cortó a través del metal de sus cadenas; sus muñecas volaron separándose, aún en sus esposas pero libres. Ella levantó las manos, su expresión era de regodeo, triunfante.
“Alec,” Isabelle habló desde la entrada; Alec giró y la vio de pie ahí, su látigo a su lado. Estaba manchada de sangre, también sus manos y su vestido de seda. “¿Qué estás haciendo aquí?”
“Nada, yo…” Alec sintió una ola de vergüenza y horror, casi sin pensar, dio un paso frente a Camille, casi como si pudiera esconderla de la vista de su hermana.
“Todos están muertos,” sonó siniestra. “Los cultistas. Los matamos a todos. Ahora vamos. Tenemos que comenzar a buscar a Simón.” Entrecerró los ojos hacia Alec. “¿Estás bien? Te ves realmente pálido.”
“La liberé,” espetó Alec. “No debería haberlo hecho. Es sólo que…”
“¿A quién liberaste?” Isabelle dio un paso dentro de la habitación. La luz ambiental de la ciudad destelló en su vestido, haciéndola brillar como un fantasma. “Alec, ¿qué tontería estás diciendo?”
Su expresión era vacía, confundida. Alec dio la vuelta, siguiendo su mirada, y vio… nada. La tubería aún estaba ahí, una larga cadena se encontraba junto a ésta, el polvo en el suelo sólo ligeramente alborotado. Pero Camille se había ido.
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_____(tn) apenas tuvo tiempo para levantar sus brazos antes de que el sabueso infernal chocara con ella, una bala de cañón de músculo, hueso y aliento caliente y apestoso. Sus pies salieron de debajo de ella, recordó a Nicholas diciéndole la mejor manera de caer, y cómo protegerse, pero el consejo voló de su mente y golpeó el suelo con sus codos, dolor
disparándose por ella cuando su piel se rompió. Un momento después el sabueso estaba sobre ella, sus garras aplastándole el pecho, su cola retorcida daba chasquidos mientras se movía de lado a lado en una grotesca imitación de un meneo. La punta de su cola estaba atravesada con salientes como uñas, como un mazo medieval, y un gruñido espeso salió de su cuerpo fornido, tan alto y fuerte que pudo sentir sus huesos vibrar.
“¡Mantenla allí! ¡Desgarra su garganta si intenta escapar!” Lilith chasqueó instrucciones, mientras el segundo sabueso infernal se abalanzaba sobre Nicholas; estaba luchando con él, rodando una y otra vez, un torbellino de dientes, brazos, piernas y la perversa cola azotando. _____(tn) volvió la cabeza hacia otro lado dolorosamente, y vio a Lilith dar grandes zancadas hacia el ataúd de cristal y Simón, todavía tendido junto a él. En el interior del ataúd flotaba Sebastian, tan inmóvil como un cuerpo ahogado, el color lechoso del agua se había vuelto oscuro, probablemente con su sangre.
El sabueso apuntalándola al suelo gruñó cerca de su oído. El sonido envió una sacudida de miedo a través de ella, y junto con el miedo, ira. Ira hacia Lilith, y a sí misma. Era una Cazadora de Sombras. Una cosa era ser derribada por un demonio Rapiñador cuando nunca había oído hablar de los Nefilim. Tenía algo de entrenamiento ahora. Ella debía ser capaz de hacerlo mejor.
Cualquier cosa puede ser un arma. Le había dicho Nicholas en el parque. El peso del sabueso infernal era aplastante, ella hizo un ruido atragantándose y alargó la mano hacia su garganta, como si luchara por el aire. Él ladró y gruñó, desnudando sus dientes; los dedos de ella se cerraron en la cadena de del anillo Morgenstern alrededor de su cuello. Lo tiró, fuerte, y rompió la cadena, lo azotó hacia la cara del perro, cortando al sabueso brutalmente a través de los ojos. El sabueso se echó hacia atrás, aullando de dolor, y _____(tn) rodó hacia un lado, arrastrándose de rodillas. Con los ojos sangrientos, el perro se agachó, listo para saltar. El collar se había caído de la mano de _____(tn), el anillo rodó, rebuscó la cadena mientras el perro saltaba…
Un brillante cuchillo dividió la noche, pasando por centímetros de la cara de _____(tn), cortando la cabeza del perro de su cuerpo. Éste dio un único grito y desapareció, dejando tras de sí una marca negra de quemadura sobre la piedra, y el hedor del demonio en el aire.
Manos bajaron, poniendo a _____(tn) suavemente de pie. Era Nicholas. Había metido el ardiente cuchillo serafín a través de su cinturón, y la sostuvo con ambas manos, viéndola con una mirada extraña. Ella no podría haberla descrito, o incluso descifrarla: esperanza, conmoción, amor, añoranza, ira y todas las emociones mezcladas en su expresión. Su camisa estaba desgarrada en varios lugares, empapada con sangre; su chaqueta había desaparecido, su cabello rubio estaba enmarañado con sudor y sangre. Por un momento, simplemente se miraron fijamente el uno al otro, su agarre sobre las manos de ella dolorosamente apretado. Y luego, ambos hablaron a la vez:
“Eres tú…” comenzó ella.
“_____(tn).” Todavía sosteniendo sus manos, la apartó de él, del círculo, hacia el camino que llevaba a los ascensores. “Vete,” dijo entrecortadamente. “Fuera de aquí, _____(tn)”
“Nicholas…”
Él tomó una temblorosa respiración. “Por favor,” dijo, y luego la soltó, sacando el cuchillo serafín de su cinturón mientras se volvía hacia el círculo.
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“Levántate,” gruñó Lilith. “Levántate.”
Una mano sacudió el hombro de Simón, enviando una ola de dolor a su cabeza. Había estado flotando en la oscuridad, abrió los ojos ahora y vio el cielo nocturno, las estrellas, y la cara blanca de Lilith que se cernía sobre él. Sus ojos habían desaparecido, sustituidos por negras serpientes que se deslizaban de un lugar a otro. El sobresalto al verla fue suficiente para impulsar a Simón a ponerse de pie.
En el momento en que estuvo en pie, vomitó y casi cayó de rodillas otra vez. Cerrando los ojos contra las náuseas, oyó a Lilith gruñendo su nombre, y luego su mano estaba en su brazo, guiándolo hacia adelante. La dejó hacerlo. Su boca estaba llena del nauseabundo y amargo sabor de la sangre de Sebastian; también se extendía por sus venas, poniéndolo enfermo, débil y tembloroso hasta los huesos. Su cabeza se sentía como si pesara mil kilos, y el mareo iba avanzando y retrocediendo en ondas.
De repente el frío agarre de Lilith en su brazo había desaparecido. Simón abrió los ojos y descubrió que estaba de pie sobre el ataúd de vidrio, tal como lo había estado antes. Sebastian flotaba en el líquido oscuro y lechoso, con la cara lisa, sin pulso en su cuello. Dos agujeros negros eran visibles en el lado de la garganta donde Simón lo había mordido.
Dale tu sangre. La voz de Lilith hizo eco, no en voz alta, sino dentro de su cabeza. Hazlo ahora.
Simón alzó la mirada vertiginosamente. Su visión se estaba empañando. Se esforzó para ver a _____(tn) y a Nicholas través de la oscuridad que lo invadía.
Utiliza tus colmillos, dijo Lilith. Desgarra tu muñeca. Dale a Jonathan tu sangre. Sánalo.
Simón levantó la muñeca a la boca. Sánalo. Resucitar a alguien muerte era mucho más que curarlos, pensó. Tal vez la mano de Sebastian volvería a crecer. Tal vez era eso lo que quería decir. Esperó a que sus colmillos salieran, pero no lo hicieron. Estaba demasiado enfermo para tener hambre, pensó, y lucho contra el loco impulso de reír.
“No puedo,” dijo, medio jadeando. “No puedo…”
“¡Lilith!” la voz de Nicholas cortó a través de la noche; Lilith se volvió con un siseo de incredulidad. Simón bajó su muñeca lentamente, luchando por enfocar sus ojos. Se centró en el brillo delante de él, y convirtió en la llama de un cuchillo serafín en la mano izquierda de Nicholas. Simón pudo verlo claramente ahora, una inconfundible imagen pintada en la oscuridad. La chaqueta se había ido, estaba sucio, su camisa desgarrada y negra con sangre, pero sus ojos eran claros, firmes y centrados. Ya no parecía un zombi o alguien sonámbulo atrapado en un sueño terrible.
“¿Dónde está ella?” dijo Lilith, sus ojos de serpiente deslizándose en sus tallos “¿Dónde está la niña?”
_____(tn). La mirada empañada de Simón escaneó la oscuridad alrededor de Nicholas, pero ella no se veía en ninguna parte. Su visión empezó a clarear. Podía ver la sangre manchando el suelo de azulejos y trozos de satén despedazados y destrozados, atrapados en las ramas afiladas de un seto. Lo que parecían huellas de patas manchadas de sangre. Simón sintió que su pecho se apretaba. Miró rápidamente de nuevo a Nicholas. Nicholas se veía furioso, muy furioso de hecho, pero no destrozado en la forma en que Simón habría esperado que luciera si algo le hubiera pasado a _____(tn). Entonces, ¿dónde estaba?
“Ella no tiene nada que ver con esto,” dijo Nicholas. “Dices que no puedo matarte, demonio. Yo digo que puedo. Vamos a ver cuál de los dos tiene razón.”
Lilith se movió muy rápido, fue una imagen borrosa. En un momento estaba junto a Simón, al siguiente estaba en el escalón sobre Nicholas. Ella lo atacó con la mano, él se agachó, girando detrás de ella, azotando el cuchillo serafín a través de su hombro. Ella gritó, dando vueltas sobre, formándose un arco de sangre de su herida. Era de un color negro brillante, como ónix. Elevó las manos juntas como si intentara de romper la hoja entre ellas. Se golpearon la una a la otra con un sonido como un trueno, pero Nicholas ya se había ido, estaba a varios metros de distancia, la luz del cuchillo serafín bailando en el aire ante él como el guiño de un ojo burlón.
Si hubiera sido cualquier otro Cazador de Sombras, pensó Simón, ya habría estado muerto. Pero era Nicholas. Pensó en Camille diciendo: El hombre no puede enfrentarse con lo divino. Los Cazadores de Sombras eran humanos, a pesar de su sangre de ángel, y Lilith era más que un demonio.
El dolor se disparó a través Simón. Con sorpresa se dio cuenta de sus colmillos habían salido por fin, y que estaban cortando su labio inferior. El dolor y el sabor de la sangre lo despertaron aún más. Empezó a ponerse en pie, lentamente, con sus ojos en Lilith. Ella ciertamente no parecía fijarse en él, o en lo que estaba haciendo. Sus ojos estaban fijos en Nicholas. Con otro rugido repentino saltó sobre él. Era como ver las polillas centelleando de aquí para allá, observando a los dos mientras luchaban de un lado a otro a través de la azotea. Incluso la visión de vampiro de Simón tenía problemas siguiéndolos a medida que avanzaban, saltando por encima de los setos, lanzándose por las pasarelas. Lilith hizo retroceder a Nicholas contra la pared baja que rodeaba un reloj de sol, los números en su superficie resaltaban en oro brillante. Nicholas se movía tan rápido que casi se desdibujaba, la luz de Michael azotando alrededor de Lilith como si estuviera siendo envuelta en una red de filamentos brillantes. Cualquier otra persona habría sido cortada en cintas en cuestión de segundos. Pero Lilith se movía como agua oscura, como el humo. Parecía desvanecerse y reaparecer a voluntad, y aunque Nicholas era bueno y no se cansaba, Simón podía sentir su frustración.
Finalmente sucedió. Nicholas osciló el cuchillo serafín violentamente hacia Lilith—y ella lo atrapó en el aire, envolviendo su mano alrededor de la hoja. Su mano estaba chorreando sangre negra cuando tiró la hoja hacia ella. Las gotas, cuando golpeaban el suelo, se convertían en pequeñas serpientes de obsidiana que se meneaban en la maleza.
Tomando el cuchillo con ambas manos, ella lo levantó. La sangre estaba corriendo por las muñecas y los pálidos antebrazos como rayas de alquitrán. Con una sonrisa, gruñendo rompió la hoja por la mitad; una mitad se desmenuzó en un polvo brillante en sus manos, mientras que la otra—la empuñadura y el extremo dentado del cuchillo—chisporroteó misteriosamente, una llama media ahogada por la ceniza.
Lilith sonrió. “Pobre pequeño Michael,” dijo. “Siempre fue débil.”
Nicholas estaba jadeando, sus manos apretadas a los costados, su cabello pegado a la frente con sudor. “Tú y tu lanzamiento de nombres,” dijo. ‘Conocí a Michael.’ ‘Conocí a Sammael.’ ‘El ángel Gabriel hizo mi cabello.’ Es como si estuviera con la banda de figuras bíblicas.”
Este era Nicholas siendo valiente, pensó Simón, valiente y sarcástico porque pensaba que Lilith iba a matarlo, y esa era la forma en que quería ir, sin miedo y de pie. Como un guerrero. Los Cazadores de Sombras así lo hacían. Su canción de muerte siempre sería así—chistes y sarcasmo y fingir arrogancia, y esa mirada en sus ojos que decía: Yo soy mejor que tú. Simón simplemente no se había dado cuenta antes.
“Lilith,” Nicholas continuó, arreglándoselas para hacer que la palabra sonara como una maldición. “Te he estudiado. En la escuela. Cielo te maldijo con la esterilidad. Un millar de bebés, y todos ellos murieron. ¿No es el caso?”
Lilith sostuvo su espada brillando misteriosamente, su rostro impasible. “Sé cuidadoso, pequeño Cazador de Sombras.”
“¿O qué? ¿O me vas a matar?” Sangre estaba goteando por el rostro de Nicholas del corte en su mejilla; no hizo ningún movimiento para limpiarla. “Adelante.”
No. Simón intentó dar un paso; sus rodillas se doblaron, y cayó, golpeando sus manos en el suelo. Respiró hondo. No necesitaba el oxígeno, pero ayudaba de alguna forma, estabilizándolo. Levantó la mano y agarró el borde del pedestal de piedra, utilizándolo para ponerse de pie. La parte posterior de su cabeza estaba martillando. No había manera de que hubiera tiempo suficiente. Todo lo que Lilith tenía que hacer era dirigir hacia adelante la hoja dentada que sostenía…
Pero no lo hizo. Observando a Nicholas, no se movió, y de pronto sus ojos centellaron, su boca relajándose. “No me puedes matarme,” dijo él, alzando la voz. “Lo que dijiste antes… soy el contrapeso. Soy la única cosa atándolo,” —extendió un brazo, indicando el ataúd de vidrio de Sebastian— “a este mundo. Si muero, él muere. ¿No es cierto?” Dio un paso atrás. “Podría saltar de este techo ahora mismo,” dijo. “Suicidarme. Ponerle fin a esto.”
Por primera vez Lilith parecía realmente agitada. Su cabeza se movía rápidamente de lado a lado, sus ojos de serpiente temblando, como si estuvieran buscando el viento. “¿Dónde está ella? ¿Dónde está la chica?”
Nicholas se limpió la sangre y el sudor de su frente y le sonrió; su labio ya estaba partido, y sangre corría por su barbilla. “Olvídalo. La mandé de vuelta a la planta baja mientras no estabas prestando atención. Se ha ido… segura de ti.”
Lilith gruñó. “Mientes.”
Nicholas dio otro paso atrás. Unos pasos más lo llevarían a la pared baja, el borde del edificio. Nicholas podría sobrevivir a mucho, Simón lo sabía, pero una caída desde un edificio de cuarenta pisos, podría ser demasiado, incluso para él.
“Olvidas,” dijo Lilith. “Yo estaba allí, Cazador de Sombras. Te vi caer y morir. Vi a Valentine llorar sobre tu cuerpo. Y entonces vi como el Ángel le preguntó a _____(tn) lo que deseaba de él, lo que quería en el mundo más que cualquier otra cosa, y ella dijo que tú. Pensando que podrías ser la única persona en el mundo que podría tener su amado muerto de vuelta, y que no habría consecuencias. Eso es lo que pensaban, ¿no es así, los dos? Tontos.” Lilith escupió. “Se, cualquiera aman el uno al otro— cualquiera puede verlo, mirándote a ti—esa clase de amor que puede quemar completamente el mundo o elevarlo en la gloria. No, ella nunca se alejaría de tu lado. No mientras pensara que estabas en peligro.” Su cabeza se echó hacia atrás, su mano salió disparada, dedos curvados como garras. “Ahí.”
Hubo un grito, y uno de los setos pareció desgarrarse, revelando a _____(tn), que había estado agazapada escondiéndose, en medio de éste. Dando patadas y arañazos, fue arrastrada hacia delante, sus uñas raspando el suelo, asiendo en vano algo que pudiera agarrar. Sus manos dejaron un rastro de sangre en los azulejos.
"¡No!" comenzó Nicholas a avanzar, luego se congeló cuando _____(tn) fue azotada por el aire, donde flotó, colgando en frente de Lilith.
Estaba descalza, su vestido de satén— ahora tan desgarrado y sucio que parecía rojo y negro en vez de dorado—giraba a su alrededor, una de los tirantes estaba roto y colgando. Su cabello se había salido completamente de sus peines destellantes y se derramaba sobre sus hombros. Sus ojos verdes estaban fijos en Lilith con odio.
“Tú, perra,” dijo.
El rostro de Nicholas era una máscara de horror. Realmente lo había creído cuando había dicho que _____(tn) se había ido, notó Simón. Había pensado que estaba a salvo. Pero Lilith había tenido razón. Y se estaba regodeando ahora, las serpientes de sus ojos bailaban mientras movía sus manos como un titiritero, y _____(tn) giraba y jadeaba en el aire. Lilith chasqueó los dedos, y lo que parecía ser la amarra de un látigo de plata bajó a través del cuerpo de _____(tn), abriendo su vestido al cortarlo, y la piel bajo éste. Ella gritó y se aferró a la herida, y su sangre goteó sobre los azulejos como lluvia escarlata.
“_____(tn).” Nicholas se volvió hacia Lilith. “Muy bien,” dijo. Estaba pálido ahora, su valentía se había ido, y sus manos, apretadas en puños, estaban blancas en los nudillos. “Muy bien. Déjala ir, y haré lo que quieras, también Simón. Te permitiremos…”
“¿Permitirme?” De alguna manera las facciones del rostro de Lilith se habían reorganizado. Las serpientes se retorcieron en las cuencas de sus ojos, su piel blanca estaba demasiado estirada y brillante, su boca demasiado ancha. Su nariz casi había desaparecido. “No tienes elección. Y más al punto, me han molestado. Todos ustedes. Tal vez si simplemente hubieran hecho lo que había ordenando, la habría dejado ir. Pero nunca lo sabrás ahora, ¿no?”
Simón soltó el pedestal de piedra, se inclinó y se estabilizó. Entonces comenzó a caminar. Poniendo un pie en el suelo, uno tras otro, se sentían como enormes y pesadas bolsas de arena húmeda y por el lado de un precipicio. Cada vez que su pie golpeaba el suelo, enviaba una punzada de dolor a través de su cuerpo. Se concentró en seguir adelante, un paso a la vez.
“Tal vez no puedo matarte,” le dijo Lilith a Nicholas. “Pero puedo torturarla más allá de su punto de resistencia, torturarla hasta la locura, y hacerte observar. Hay cosas peores que la muerte, Cazador de las Sombras.”
Ella chasqueó los dedos otra vez, y el látigo de plata bajó, cortando a través del hombro de _____(tn), abriendo un ancho tajo. _____(tn) se dobló, pero no grito, tapándose la boca con las manos, se curvó como si pudiera protegerse de Lilith.
Nicholas comenzó a lanzarse hacia Lilith… y vio a Simón. Sus miradas se encontraron. Por un momento el mundo pareció colgar en suspensión, todo, no sólo _____(tn). Simón vio a Lilith, toda su atención concentrada en _____(tn), su mano echada hacia atrás, lista para lanzar un golpe aún más atroz. El rostro de Nicholas estaba blanco de angustia, sus ojos oscureciéndose mientras se encontraban con los de Simón—y se daba cuenta—y entendía.
Nicholas dio un paso atrás.
El mundo se volvió borroso alrededor de Simón. Mientras saltaba hacia adelante, se dio cuenta de dos cosas. Uno, que era imposible, nunca alcanzaría a Lilith a tiempo; su mano ya estaba azotando hacia delante, el aire frente a ella vivo con el remolino plateado. Y dos, que nunca antes había entendido cuan rápido se podía mover un vampiro. Sintió los músculos de sus piernas y espalda rasgarse, los huesos de los pies y los tobillos crujir—
Y estaba allí, deslizándose entre Lilith y _____(tn) mientras la mano del demonio bajaba. El de plata cable largo y afilado lo golpeó en el rostro y el pecho— hubo un momento de terrible dolor— y luego vio el aire pareció explotar a su alrededor como confeti brillante, y Simón escuchó el grito de _____(tn), un claro sonido de sobresalto y asombro que cortó a través de la oscuridad. “¡Simón!”
Lilith se congeló. Miró de Simón, a _____(tn), todavía colgando en el aire, y luego hacia abajo a su propia mano, vacía ahora. Respiró larga e irregularmente.
“Siete Veces,” susurró—y fue interrumpida abruptamente mientras una incandescencia cegadora iluminaba la noche. Aturdido, todo en lo que Simón pudo pensar fue en hormigas quemándose bajo el haz concentrado de una lupa mientras un gran rayo de fuego caía del cielo, lanzándose a través de Lilith. Por un largo momento ella se quemó en blanco contra la oscuridad, atrapada dentro de la llama cegadora, su boca abierta como un túnel en un grito silencioso. Su cabello estaba levantado, una masa de filamentos quemándose contra la oscuridad— y entonces era de oro blanco, golpeada ligeramente contra el aire— y entonces fue de sal, un millar de gránulos cristalinos de sal que cayeron a los pies de Simón con un tipo terrible de belleza.
Y entonces ella se había ido.
:wut: :wut: :wut: :wut: :wut: :wut:
OMJ! OMJ! OMJ!
A un capitulo de terminar!
:suspect: :suspect: :suspect: :suspect: :suspect: :suspect:
Que creen que pasará! (?
Las leo después! ;)
\^.^/
Lu wH!;*
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
ahhh por lo menos ya Nicholas reacciono!!!
Simon que valiente fue!!!
Esta muerta Litih???
Alec porque diablos solto a Camille???
Que le pasa??
Siguela!!!
Simon que valiente fue!!!
Esta muerta Litih???
Alec porque diablos solto a Camille???
Que le pasa??
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
aranzhitha escribió:ahhh por lo menos ya Nicholas reacciono!!!
Simon que valiente fue!!!
Esta muerta Litih???
Alec porque diablos solto a Camille???
Que le pasa??
Siguela!!!
Estas 100% segura que el Nicho ya reacciono (?
Simón es el Mejor! :hug:
Esperemos que Lilith esta de verdad muerta! :suspect:
Alec & Camille tendrán historia, ya veras en el siguiente libro!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
Simón es el Mejor! :hug:
Esperemos que Lilith esta de verdad muerta! :suspect:
Alec & Camille tendrán historia, ya veras en el siguiente libro!
\^.^/
Ya la sigo! ;)
X
HeyItsLupitaNJ
Re: Cazadores de Sombras - Ciudad del Ángel Caído - NicholasJ&TU (Adaptación) TERMINADA!
Tengo una gran duda!
& Mis lectoras! (? :fiu:
Bueno espero que vuelvan pronto! xD
El libro esta por terminar! :sad:
& no se imaginan las sorpresas que trae consigo!
Les pongo la primer parte del capitulo & veré si más tarde traigo el resto!
Como ya les habia dicho, este libro no trae epílogo! u.u
Así que espero pronto comenzar con el siguiente libro! ;)
Que será el último (publicado), ya que para conocer el desenlace de esta
historia, aún debemos esperar 1 año! u.u
En fin, ya les pongo el capi!;)
\^.^/
X
HeyItsLupitaNJ
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