Re: Evermore [Zayn Malik] → ADAPTADA

por **Blue sky** Miér 27 Feb 2013, 9:19 pm

Perdonaaaameeee
Esta cosa no me aviso y me perdi miles de caps
Pero ya estoy al día
Siguelaaa

por **Blue sky** Miér 27 Feb 2013, 9:19 pm

Paseeeee

por **masaale** Jue 28 Feb 2013, 7:03 pm

Aaaw, la adoro ! Seguila cuando puedas, no importa, estaré esperando :)
Besos :) x

por **Mili1D** Sáb 02 Mar 2013, 9:53 pm

Roochi.1D escribió:jkashdkhsdkjashkjsdasj .
Lo adoro ! :3
Y te amo <3

jashajhsahj
Te amo más <3

por **Mili1D** Sáb 02 Mar 2013, 9:53 pm

alep1Dforever escribió:Perdonaaaameeee
Esta cosa no me aviso y me perdi miles de caps
Pero ya estoy al día
Siguelaaa

No hay problema linda :)
Ahora la sigo! xx

por **Mili1D** Sáb 02 Mar 2013, 9:54 pm

masaale escribió:Aaaw, la adoro ! Seguila cuando puedas, no importa, estaré esperando :)
Besos :) x

Que bueno que la adores :3 Ya la sigo!

por **Mili1D** Sáb 02 Mar 2013, 10:02 pm

Capítulo 21

Cuando entro a mi calle, me sorprendo al ver a alguien sentado en los escalones de la entrada, pero cuando me acerco más, me sorprendo aún más al ver que es Riley.

– Hola, – le digo, agarrando mi bolso y cerrando de un golpe (un poco más
fuerte de lo que planeaba) la puerta del auto.

– Cielos. – ella dice, sacudiendo su cabeza y mirándome. – Pensé que me ibas a atropellar. –

– Lo siento, pensé que eras Zayn, – le digo, dirigiéndome a la puerta.

– Ay no ¿y ahora qué hizo?– ella ríe.

Pero yo solo me encojo de hombros y abro la puerta. Definitivamente no le diré todos los detalles. – ¿Qué pasó? ¿Te dejaron afuera?– Le pregunto, invitándola a entrar.

– Muy graciosa. – Ella pone los ojos en blanco y se dirige a la cocina, sentándose en una de las sillas de la barra de desayuno mientras yo tiro mi bolso en la encimera y meto mi cabeza al refrigerador.

– ¿Y qué te pasa?– Yo la miro, preguntándome por qué esta tan callada, pensando que quizá mi mal humor es contagioso.

– Nada. – Ella apoya su mentón en su mano y me mira.

– No lo parece. – Agarro una botella de agua en lugar del helado que es lo que realmente quiero, y me recuesto de la encimera de granito, notando que su pelo negro esta enredado y el disfraz de Mujer Maravilla esta todo desaliñado.

Ella se encoje de hombros. – ¿Y qué vas a hacer?– Ella pregunta, reclinándose en la silla de una manera que hace que me erice, incluso cuando sé que es imposible que se caiga y se haga daño. – O sea esto es como un sueño adolescente hecho realidad ¿cierto? Una casa para ti sola sin chaperones. – Ella mueve sus cejas de una manera que parece falso, como si se estuviera esforzando por parecer entusiasmada.

Yo tomo un trago de agua y me encojo de hombros, parte de mí queriendo confiar en ella, contarle mis secretos, los buenos, los malos y los que son completamente repugnantes. Sería tan bueno sacar todo eso de mi pecho, no tener que cargar yo sola con este peso. Pero cuando la miro otra vez, recuerdo como ella se pasó la mitad de su vida esperando a tener trece años, viendo cada año que pasaba como el que la hacía estar más cerca de ese tan importante número de dos dígitos, y no puedo evitar preguntarme si es por eso que ella está aquí. Porque le robé su sueño y no le queda otra que vivirlo a través de mi.

– Bueno, odio decepcionarte, – finalmente digo. – Pero estoy segura que ya te habrás dado cuenta del colosal fracaso que soy en el departamento de sueños adolescentes.– Yo la miro tímidamente, mi rostro sonrojándose cuando ella asiente con la cabeza, mostrando que está de acuerdo. – Todo lo prometedor que tenía allá en Oregón con los amigos, el novio y yo siendo porrista, se ha ido. Finito. A-C-A-B-A-D-O ¿Los dos amigos que logré hacer aquí en Bay View? Bueno, ellos ni se hablan. Lo que desafortunadamente significa que casi ni me hablan y, aunque por una rara, inexplicable e inimaginable coincidencia me las arregle para conseguirme un novio guapísimo y sexy, la verdad es que las cosas no son como se suponían que fueran porque, cuando no está actuando extraño o desapareciendo en el aire, entonces me está convenciendo para faltar a la escuela y apostar todas las carreras y todo ese tipo de negocios sórdidos. El es como una mala influencia. – Me detengo avergonzada, dándome cuenta muy tarde que no debí haber compartido nada de eso.

Pero cuando la miro otra vez, es claro que ella no me está escuchando. Ella está mirando a la encimera, sus dedos trazando los espirales negros de granito, mientras su mente viaja por alguna otra parte.

– Por favor no te enojes, – ella dice finalmente mirándome con los ojos tan enormes y sombríos, que son como un puñetazo en el estómago. – Pero pasé el día con Ava. –

Yo presiono mis labios pensando: No quiero escuchar esto. ¡No quiero escuchar esto en lo absoluto! Me agarro a la encimera y me preparo para afrontar lo que sigue.

– Se que ella no te agrada, pero ella tiene varias ideas y me han hecho pensar. Ya sabes, en las decisiones que he tomado y, mientras más lo pienso, más me convenzo de que ella podría tener razón. –

– ¿En qué ella podría tener razón?– Le pregunto, luego de que se pasara el nudo en mi garganta, pensando que este día iba de mal a peor y todavía faltaba mucho para que acabara.

Riley me mira y luego mira hacia otra parte, sus dedos aún trazando los espirales de la encimera, mientras dice, – Ava dice que yo no debería estar aquí. Que no se supone que yo esté aquí. –

– ¿Y qué dices tú?– yo inhalo, deseando que ella pare de hablar y se retracte de todo. De ninguna manera puedo perderla, ni ahora, ni nunca. Ella es todo lo que me queda.

Sus dedos dejan de moverse mientras me mira. – Yo digo que me gusta estar aquí. Yo digo que aunque nunca seré una adolescente, al menos puedo serlo a través de ti.–

Aunque lo que dijo me hace sentir horriblemente culpable y confirma todo lo que pensé, intento alivianar la carga cuando digo, – Cielos, Riley, no podrías haber escogido un peor ejemplo.–

Ella pone los ojos en blanco y gruñe. – y me lo dices. – Pero aunque ella ríe, la luz en sus ojos se extingue rápidamente cuando dice, – ¿Pero y qué pasa si ella tiene razón? O sea ¿qué pasa si es malo para mí el estar aquí todo el tiempo?–

– Riley…– Comienzo, pero luego el timbre de la puerta suena y cuando la miro otra vez, se ha ido. – ¡Riley!– le llamo, buscando por toda la cocina. – ¡Riley!– le grito, deseando que ella reaparezca. No puedo dejarlo así. Me rehúso a dejarlo así. Pero mientras más grito y le pido que regrese, más me doy cuenta que estoy gritándole al aire, mientras el timbre de la puerta sigue sonando una vez, seguido por dos veces, y sé que Haven está afuera y necesito dejarla entrar.

– El guardia de la entrada me dejó pasar, – ella dice, entrando a toda prisa. Su rostro hecho un desorden de rímel y lágrimas, su cabello recién pintado de rojo todo alborotado. – Encontraron a Evangeline. Esta muerta. –

– ¿Qué? ¿Estás segura?– Comienzo a cerrar la puerta tras ella, pero veo a Zayn que se acerca en su auto, se baja y corre hacia nosotras.

– Evangeline…– Comienzo, tan horrorizada por la noticia que he olvidado que había decidido odiarlo.

El asiente con la cabeza y camina hacia Haven, mirándola detenidamente mientras dice, – ¿Estás bien?–

Ella sacude su cabeza y limpia su rostro con una toalla. – Sí, o sea, yo no la conocía tan bien, solo salimos un par de veces, pero aún así es tan horrible y el hecho de que yo probablemente fuera la última persona que la vio…–

– De seguro tú no fuiste la última persona que la vio. –

Yo miro a Zayn boquiabierta, preguntándome si solo lo estaba haciendo como una broma de mal gusto, pero su rostro está mortalmente serio y su vista perdida en alguna otra parte.

– Yo… Yo me siento tan responsable, – ella murmulla, escondiendo su rostro entre sus manos, gimiendo ay Dios, ay Dios, ay Dios una y otra vez.

Yo me acerco a ella, queriéndola consolar de alguna manera, pero ella levanta la cabeza, seca sus ojos y dice, – Yo… Yo pensé que debías saberlo, pero ahora me tengo que ir, necesito ver a Drina. – Ella levanta su mano y hacer mover sus llaves.

Escucharla decir eso es como echarle gasolina al fuego y miro a Zayn con ojos entrecerrados, acusándolo con la mirada. Porque, aunque la amistad de Haven y Drina parece una casualidad, estoy segura de que no lo es. No puedo deshacerme de la sensación de que de alguna manera está conectada con la muerte de Evangeline.

Pero Zayn me ignora mientras agarra el brazo de Haven y mira detenidamente la muñeca de ella. – ¿Dónde te hiciste eso?– El dice con voz firme y controlada, pero casi al borde, dejándola ir con reluctancia cuando ella tira del brazo y cubre el tatuaje con su mano.

– Está bien, – ella dice, claramente molesta. – Drina me dio algo para untarle, un ungüento, dice que tardará como tres días en hacer efecto. –
Zayn tensa sus mandíbulas, tan tensas que sus dientes rechinan. – ¿Por casualidad tienes aquí ese ‘ungüento’?–

Ella sacude la cabeza y se dirige a la puerta. – No, lo dejé en casa. O sea, cielos ¿qué les pasa a ustedes? ¿Alguna otra pregunta?– Ella se gira, fulminándonos con la mirada, su aura de un brillante y flamante rojo. –
Porque no me gusta que me interroguen así. O sea, en primer lugar, la única razón por la que vine fue porque pensé que querías saber sobre Evangeline, pero como lo único que quieren es fastidiar con mi tatuaje y hacer comentarios estúpidos, creo que mejor me voy. –

Ella se dirige apresuradamente hacia su auto y, aunque la llamo, ella solo sacude la cabeza y me ignora y no puedo evitar preguntarme qué le pasó a mi amiga. Ella está tan temperamental, distante y me doy cuenta que la he perdido desde hace tiempo. Desde que conoció a Drina, siento que casi ni la conozco.

Yo la observo mientras ella se monta en su auto, cierra la puerta de un tirón y conduce hacia la carretera. Luego miro a Zayn y digo, – Bueno, eso fue muy placentero. Evangeline está muerta, Haven me odia y tú me dejaste sola en una cueva. Espero que al menos hayas disfrutado de unas olas enormes. – Yo cruzo mis brazos sobre mi pecho y sacudo la cabeza.

– De hecho, sí lo hice, – él dice, mirándome con intensidad. – Y cuando regresé a la cueva y vi que te habías ido, vine aquí a toda prisa. –

Yo lo miro con mis ojos entrecerrados y mis labios presionados. No puedo creer que él de verdad espere que le crea eso. – Lo siento, pero te busqué y allí solo habían dos surfistas. Dos surfistas rubios, lo que haría muy difícil que uno de ellos fuera tú. –

– Ever, mírame. – El dice. – Mírame con mucho detenimiento ¿Cómo crees que llegué a estar así?–

Así que lo hago, lo miro detenidamente de la cabeza a los pies y veo que su traje isotérmico está goteando agua salada por todo el suelo.

– Pero te busqué. Recorrí toda la playa. Te busqué por todas partes, – le digo, convencida de lo que vi, o en este caso, de lo que no vi.

Pero él se encoje de hombros. – Ever, no sé qué decirte, pero sí sé que no te abandoné. Estaba surfeando. De verdad. Ahora ¿podrías traerme una toalla, por favor? Y tal vez otra para el suelo.

Nos dirigimos al patio trasero para que él se pueda quitar su traje isotérmico, mientras yo me siento en una silla y lo observo. Estaba tan segura de que me había dejado plantada. Yo busqué en todas partes. Pero tal vez no lo vi, o sea, es una playa enorme y yo estaba muy enojada.

– ¿Y cómo supiste lo de Evangeline?– le pregunto, mirando como él tiende su traje isotérmico sobre la barra. No estoy dispuesta a dejar ir mi enojo con tanta felicidad. – ¿y qué es lo que pasa con Drina y Haven y ese espeluznante tatuaje? Y, para que lo sepas, no estoy completamente segura si creerte o no que estabas surfeando porque, créeme, de verdad te busqué y no estabas por ninguna parte. –

El me mira, sus ojos profundos ocultos por sus pestañas, su delgado y torneado cuerpo envuelto en una toalla y cuando se acerca a mí, sus pasos tan ligeros y seguros, es tan grácil como un gato de la jungla. – Esto es mi culpa, – finalmente dice, sacudiendo la cabeza mientras se sienta junto a mí, tomando mi mano entre la suya, para luego soltarla rápidamente. – No estoy seguro cuánto…– el comienza, y cuando finalmente me mira, sus ojos están más tristes de lo que jamás podría imaginar. – Tal vez no deberíamos hacer esto, – finalmente dice.

– ¿Estás… estás terminando conmigo?– Susurro, el aire saliendo de mi, como un globo vaciándose. Todas mis sospechas confirmadas: Drina, la playa… todo.

– No, yo solo…– El se aleja, dejándonos a mí y a la oración colgadas.

Cuando es claro que él no tiene intención de continuar, le digo, – Sabes, sería bueno que dejaras de hablar en código, terminar una oración y me dijeras qué diablos está pasando porque todo lo que sé es que Evangeline está muerta, la muñeca de Haven es un desastre sangrante, me dejaste plantada en la playa porque no lo hice contigo y ahora estas terminando conmigo.– Lo miro, esperando por alguna confirmación de que estos supuestos eventos casuales son fácilmente explicados y no tienen nada en relación, aunque mis instintos me dicen lo contrario.

El se queda callado por un tiempo, mirando a la piscina, pero cuando finalmente me mira, dice, – Nada de eso está relacionado. –

Pero tardó tanto en decirlo que no estoy segura si creerle.

Luego el inhala profundamente y continúa. – Encontraron el cuerpo de Evangeline en el cañón Malibu. Me dirigía hacia aquí cuando lo escuché en la radio, – él dice, su voz volviéndose segura y firme mientras él se relaja y toma el control. – Y sí, la muñeca de Haven sí parece estar infectada, pero esas cosas a veces pasan. – El deja de mirarme y yo contengo la respiración, esperando por el resto, la parte que tiene que ver conmigo. Luego el toma mi mano y la cubre con la suya, moviéndola y trazando las líneas de la palma de mi mano mientras dice, – Drina puede ser carismática, encantadora y Haven es un alma perdida. Estoy seguro que ella solo le gusta la atención. Pensé que estarías contenta de que ella dejara de estar pendiente a mí y cambiara hacia Drina sus afecciones. – El aprieta mis dedos y sonríe. – Ahora no hay nadie entre nosotros. –

– ¿Pero hay algo interviniendo entre nosotros?– Le pregunto, mi voz a penas un susurro. Sabiendo que debería estar más preocupada por la muñeca de Haven y la muerte de Evangeline, pero incapaz de concentrarme en otra cosa que no sea su rostro, su suave y morena piel, sus profundos ojos entrecerrados y la manera en que mi corazón aumenta sus latidos, mi sangre se acelera y mis labios se hinchan en anticipación a los suyos.

– Ever, yo no te deje plantada hoy y nunca te presionaría a hacer nada por lo cual no te sientas listas. Créeme. – El sonríe, acunando mi rostro entre sus manos y sus labios abriéndose contra los míos. – Yo sé cómo esperar. –

***

Vieron que esta vez no tardé tanto? ajajajja enjoyyyy

por **Blue sky** Sáb 02 Mar 2013, 10:05 pm

Nopo no tardaste tanto
Ammm ya quiero ver que pasa
Oo mm bueno se podría decir que ya lo se pero mm nkshajsgajgs
Yo sólita me entiendo solo síguela pronto
Besos

por **maku-1D** Dom 03 Mar 2013, 12:52 am

:lloro: Siguelaaaa Siii ? :ilusion:

por **Roochi.1D** Dom 03 Mar 2013, 11:01 am

Y pues claro que sabe como esperar!
Yo misma lo sé xD
Espero el proximo, lo sabes.
Te amo <3

por **Mili1D** Dom 03 Mar 2013, 8:15 pm

alep1Dforever escribió:Nopo no tardaste tanto
Ammm ya quiero ver que pasa
Oo mm bueno se podría decir que ya lo se pero mm nkshajsgajgs
Yo sólita me entiendo solo síguela pronto
Besos

Jajaja como soy super buena voy a subir ahora :3

por **Mili1D** Dom 03 Mar 2013, 8:15 pm

maku-1D escribió: :lloro: Siguelaaaa Siii ? :ilusion:

Ahora la sigo :D

por **Mili1D** Dom 03 Mar 2013, 8:16 pm

Roochi.1D escribió:Y pues claro que sabe como esperar!
Yo misma lo sé xD
Espero el proximo, lo sabes.
Te amo <3

Jajaja si, lo sabe :3
Ya la sigooo
Teee amo más babe <3

por **Mili1D** Dom 03 Mar 2013, 8:37 pm

Capítulo 22

Aunque Haven se negaba a atender nuestras llamadas, nos arreglamos para conseguir a Miles. Y luego de convencerlo de que pasara después de los ensayos, apareció con Eric, y los cuatro pasamos una noche realmente divertida comiendo, nadando y viendo películas de terror malas. Y fue tan lindo pasarla con mis amigos de una manera tan relajada, que casi me hizo olvidar de Riley, Haven, Evangeline, Drina, la playa- y todo el drama de esa tarde.

Casi me hizo inconsciente a la mirada lejana que Zayn tenía cada vez que creía que nadie lo miraba.

Casi me hizo ignorar la corriente de preocupación burbujeando justo debajo de la superficie.

Casi. Pero no del todo.

Y aunque deje perfectamente claro que Sabine estaba fuera de la ciudad y que Zayn era más que bienvenido a quedarse, él se quedo solo lo suficiente para que yo me quedara dormida, luego silenciosamente salió de la casa.
Así que la mañana siguiente, cuando él llega a la puerta de mi casa con café, muffins, y una sonrisa, no puedo dejar de sentirme un poco aliviada.
Tratamos de llamar a Haven de nuevo, y dejamos incluso un mensaje o dos, pero no es que se necesite de un psíquico para saber que ella no quiere hablar con ninguno de nosotros. Y cuando finalmente llamo a su casa y hablo con su hermano menor, Austin, puedo decir que no está mintiendo cuando dice que no la ha visto.

Así que después de un día entero de reírnos pasándola fuera de mi pileta, estoy justo a punto de pedir una pizza cuando Zayn me saca el teléfono de mi mano y dice, – pensé en cocinar yo– .

– ¿Puedes cocinar?– pregunto, aunque no sé por qué me sorprendo, todavía tengo que encontrar algo que él no pueda hacer.

– Dejare que tú seas lo decidas– él sonríe.

– ¿Necesitas ayuda?– me ofrezco, aun cuando mis habilidades en la cocina están severamente limitadas a hervir agua y agregar leche al cereal.

Pero el solo niega con la cabeza y se dirige a la cocina, así que me voy arriba para bañarme y cambiarme, y cuando me llama a comer, me sorprende encontrar la mesa del comedor arreglada con la mejor vajilla de Sabine, velas, y un enorme florero lleno de docenas de –gran sorpresa- tulipanes rojos.

– Madeimoselle. – Él sonríe y corre mi silla, su acento Francés perfecto.

– No puedo creer que hayas hecho esto. – Miro a todos los platos alineados frente a mí, tan llenos de comida que me pregunto si estamos esperando invitados.

– Es todo para ti. – El sonríe, respondiendo la pregunta que todavía no hice.

– ¿Solo yo? ¿Tú no vas a comer nada?– Miro mientras llena mi plato con vegetales perfectamente preparados, carnes finamente cocidas, y una salsa tan rica y compleja que ni siquiera puedo decir que es.

– Por supuesto. – Sonríe – pero más que nada lo hice para ti. Una chica no puede vivir a base de pizza solamente, ¿sabes?–

– Estarías sorprendido– yo río, cortando un trozo de la jugosa carne.
Mientras comemos, yo hago preguntas. Tomando ventaja de que el apenas toca su comida pregunto todo lo que me estaba muriendo por saber pero siempre me olvido de preguntar el momento en que el me mira a los ojos.
Cosas sobre su familia, su infancia, las constantes mudanzas, la emancipación – En parte porque estoy curiosa, pero principalmente porque se siente raro estar en una relación con alguien que conozco tan poco. Y cuanto más hablamos, más me sorprendo de lo mucho que tenemos en
común. Primero, ambos quedamos huérfanos, aunque él a una edad mucho menos. Y aunque él no da muchos detalles, tampoco es que yo sería voluntaria a hablar de mi situación, así que no insisto demasiado.

– ¿Entonces, que lugar te gusto más?– pregunto, habiendo limpiado mi plato por completo y empezando a sentirme llena.

– Justo aquí. – Sonríe, habiendo comido casi nada, pero haciendo un buen show de mover la comida por su plato.

Entrecierro mis ojos, no creyéndole del todo. Quiero decir, claro, Orange County es lindo, pero no se puede comparar con todas esas ciudades tan excitantes de Europa, ¿no?

– De verdad, soy muy feliz aquí. – Él asiente, mirándome fijamente.

– ¿Y no eras feliz en Roma, Paris, New Delhi, o New York?–

Él se encoje, sus ojos repentinamente llenos de tristeza mientras se separan de los míos y toma un sorbo de su extraña y roja bebida.

– ¿Y exactamente qué es eso?– pregunto señalando la botella.

– ¿Quieres decir esto?– Sonríe, levantándola para que yo vea. – Una receta secreta de la familia. – Gira el contenido, y yo miro como brilla mientras rueda por los lados de la botella y baja. Parece una mezcla entre un relámpago, vino y sangre, mezclados con una pizca de polvo de diamantes.

– ¿Puedo probar?– Pregunto, no del todo segura de querer, pero curiosa.

Él niega con la cabeza. – No te va a gustar. Sabe a medicina. Pero eso es probablemente porque es medicina. –

Mi estomago se hunde mientras lo miro a él, imaginando una cantidad enorme de enfermedades incurables, terribles – Sabia que era demasiado bueno para ser verdad.

Pero el solo mueve la cabeza y se ríe mientras toma mi mano. – No te preocupes. Solo me quedo un poco sin energías de vez en cuando. Y esto ayuda–

– ¿Donde lo consigues?– Pregunto, buscando una etiqueta, un impreso, alguna marca, pero la botella está limpia y suave.

El sonríe. – Ya te dije, receta familiar–, él dice, tomando un largo trago y terminándolo. Luego él se separa de la mesa y de su plato aun lleno, mientras dice, – ¿vamos a nadar?–

– ¿No se supone que hay que esperar una hora después de comer?– pregunto mirándolo.

Pero él solo sonríe y toma mi mano. – No te preocupes, no dejare que te ahogues. –

Como habíamos pasado la mayor parte del día en la pileta, decidimos quedarnos en el jacuzzi. Y cuando nuestros dedos empezaron a parecerse a pequeñas pasas, nos envolvimos en toallones y fuimos a mi cuarto.
Él me sigue a mi baño. Yo tiro mi toalla mojada en el suelo, luego el viene por detrás mío, y tira de mi hacia él, y me abraza tan cerca de él que nuestros cuerpos se combinan uno con el otro. Y cuando sus labios pasan por la base de mi cuello, sé que es mejor que ponga algunas reglas mientras mi cerebro todavía funciona. – Um, estas invitado a quedarte. – Murmuro, alejándome, mis cachetes rojos de vergüenza cuando me encuentro con su mirada divertida. – Quiero decir, lo que quise decir es que quiero que te quedes. De verdad. Pero, bueno, no estoy segura de que deberíamos, ya sabes…—

Oh Dios, ¿qué estoy diciendo? Um, hola, como si no supiera lo que quiero decir. Como si él no fuese el que está siendo alejado en la cueva y en todos lados. ¿Qué te está pasando? ¿Qué estás haciendo? Cualquier chica mataría por un momento así, un largo fin de semana sin padres ni chaperones y aun así, aquí estoy, poniendo entupidas reglas por ninguna buena razón.

El pone el dedo debajo de mi mentón y levanta mi cara hasta estar al nivel de la suya. – Ever, por favor, ya pasamos por esto, – él susurra, poniendo mi cabello detrás de mi oreja y acercando sus labios a mi cuello. – Sé como esperar, de verdad. Ya espere todo este tiempo para encontrarte puedo esperar más. –

Con el tibio cuerpo de Zayn curvado en torno al mío, y su aliento tranquilizador en mi oreja, me quedo dormida. Y aun cuando creo que voy a estar muy intranquila por su presencia para siquiera descansar, es el sentimiento de la tibia seguridad de tenerlo junto a mí lo que me ayuda a dormirme.

Pero cuando me despierto a las 3:45 A.M., solo para descubrir que él ya no está ahí, tiro las mantas a un costado y corro a la ventana, reviviendo el momento en la cueva una y otra vez mientras busco su auto, sorprendida de ver que sigue ahí.

– ¿Me buscas a mi?– pregunta.

Me doy la vuelta para encontrarlo parado en el marco de la puerta, mi corazón palpitando locamente, mi cara carmesí. – Oh, yo…yo me di vuelta y no estabas y...– presiono mis labios, sintiéndome ridícula, pequeña, tontamente necesitada.

– Fui abajo a buscar algo de agua. – Él sonríe, tomando mi mano y conduciéndome de nuevo a la cama.

Pero cuando me acuesto junto a él, mi mano pasa por su lado, por las sábanas tan frías y abandonadas, que parece que se fue mucho más tiempo.

La segunda vez que me levanto, estoy sola de nuevo. Pero cuando escucho a Zayn en la cocina, me pongo mi bata y bajo a investigar.

– ¿Hace cuanto te levantaste?– Pregunto, mirando a la impecable cocina, el lío de la noche anterior desaparecido, reemplazado por una torre de donas, beagels y cereales que no estaban en mis placares.

– Soy de levantarme temprano. – Se encoje. – Así que pensé en limpiar un poco antes de ir al mercado. Puede que se me haya ido un poco de las manos, pero no sabía que ibas a querer. – Él sonríe, mientras da la vuelta a la mesada y me besa en el cachete.

Tomo un sorbo de un vaso con jugo de naranja recién exprimido que el pone frente a mí y pregunto, – ¿Quieres? ¿O sigues en ayuno?–

– ¿Ayuno?– levanta la ceja y me mira.

Ruedo los ojos. – Por favor. Comes menos que cualquiera que conozca. Tú solo tomas tú… medicina y empujas tu comida. Me siento un completo cerdo al lado tuyo. –

– ¿Así está mejor?– Sonríe, tomando una dona y mordiendo la mitad, su mandíbula trabajando para morder la masa glaseada.

Me encojo y miro por la ventana, todavía sin acostumbrarme al clima de California, lo que parece ser una sucesión interminable de días soleados, aunque pronto vamos a estar oficialmente en el invierno. – Entonces, ¿Qué deberíamos hacer hoy?– Pregunto, dándome la vuelta para mirarlo.

Él ojea su reloj y luego de nuevo a mí. – Necesito irme pronto. –

– Pero Sabine no volverá hasta tarde, – Digo, odiando como mi voz suena tan chillona y necesitada, y la manera en que mi estomago voltea cuando el toma las llaves.

– Necesito ir a casa y arreglar algunas cosas. Especialmente si quieres verme en la escuela mañana, – él dice, sus labios rozando mi cachete, mi oreja, la base del cuello.

– Oh, escuela. ¿Seguimos yendo ahí?– Me río, habiéndome olvidado satisfactoriamente de pensar sobre mi reciente voto de absentismo escolar, y las repercusiones que tendría.

– Tú eres la que piensa que es importante. – Se encoje. – Si por mi fuese, todos los días seria sábado. –

– Pero entonces los sábados nos serian especiales. Seria todo lo mismo, – Digo, tomando un trozo de dona glaseada. – Un sin fin de días vagos, nada por lo que trabajar, nada a lo que esperar, solo un momento hedonista después del otro. Después de un tiempo, ya no sería tan grandioso. –

– No estés tan segura– Sonríe.

– Entonces, ¿exactamente que son estas tareas tuyas?– Pregunto, esperando tener un vistazo de su vida, de las cosas más mundanas que ocupan su tiempo cuando no está conmigo.

Se encoje. – Ya sabes. Cosas. – Y aunque se ríe cuando lo dice, es bastante obvio que está listo para irse.

– Bueno, quizás yo podría…– Pero antes de que yo pueda terminar la oración el ya está negando con la cabeza.

– Olvídalo. Tú no vas a lavar mi ropa. – Él cambia el peso de un pie al otro como si estuviese calentando para una carrera.

– Pero quiero ver dónde vives. Nunca estuve en la casa de alguien emancipado, y tengo curiosidad. – Y aunque trato de sonar despreocupada, mi voz suena aun más pequeña y desesperada.

Él mueve la cabeza y ojea la puerta como si fuese un potencial amante que no pudiese esperar a ver.

Y aunque es obvio que es tiempo de ondear mi bandera blanca y rendirme, no puedo impedir intentarlo una vez más cuando digo – ¿Pero por qué?– Luego lo miro, esperando una razón.

Él me mira, su mandíbula tensa cuando dice, – Porque es un desorden. Un horrible desastre. Y no quiero que lo veas así y tengas una idea errada de mí. Además, nunca podré ponerlo en orden si tú estás ahí; solo lograras distraerme. – Sonríe, pero sus labios están forzados y sus ojos impacientes, y está claro que sólo son palabras para llenar el espacio entre ahora y cuando finalmente se vaya. – Te llamaré esta noche. – Dice, mostrándome la espalda mientras se dirige a la puerta.

– ¿Y qué pasa si decido seguirte? ¿Qué harás entonces?– Pregunto, mi risa nerviosa deteniéndose cuando él se da vuelta.

– No me sigas, Ever. –

Y la manera en que lo dice hace que me pregunte si dijo, no me sigas, nunca, o no me sigas, Ever. Pero de cualquier manera, significa lo mismo.

Cuando Zayn se va, tomo el teléfono y trato de llamar a Haven, pero cuando me atiende directamente el contestador, no me molesto en dejar otro mensaje. Porque la verdad es que, ya deje varios mensajes, y ahora es el turno de ella de llamarme a mí. Así que después de que voy arriba y me baño, me siento en mi escritorio, determinada a terminar mi tarea, pero no llego muy lejos cuando mis pensamientos vuelven a Zayn, y todas sus raras, misteriosas peculiaridades que ya no puedo seguir ignorando.

Cosas como: ¿Cómo es que siempre parece saber qué es lo que estoy pensando cuando yo no puedo leer nada de lo que él piensa? ¿Y cómo, en sus cortos 17 años, encontró el tiempo para vivir en todos esos exóticos lugares, dominando arte, fútbol, surf, cocinar, literatura, historia mundial, y todo aquel tema en el que puedo pensar? ¿Y qué hay de la manera en que se mueve, tan rápido que parece borroso? ¿Y que con los capullos y tulipanes y la lapicera mágica? Sin mencionar que un momento habla como una persona normal, y al siguiente suena como Heathcliff, o Darcy, o algún otro personaje de los libros de las hermanas Brontë. Agregándole a eso la vez que actuó como si pudiese ver a Riley, el hecho de que no tiene aura, el hecho de que Drina tampoco tenga aura, o que yo sé que él está escondiendo algo de cómo realmente la conoció ¿Y ahora no quiere que vea donde vive?

¿Después de que dormimos juntos?

OK, tal vez lo único que hicimos fue dormir, pero aún así, creo que me merezco respuestas a algunas -sino todas- de mis preguntas. Y aunque no estoy muy dispuesta a irrumpir en la escuela y buscar sus archivos, sé de alguien que sí.

Sólo que no se si debería involucrar a Riley en esto. Sin mencionar que no sé cómo llamarla ya que nunca antes tuve que hacerlo. Quiero decir, ¿digo su nombre en voz alta? ¿Prendo una vela?

¿Cierro los ojos y pido un deseo?

Como prender una vela suena algo tonto, me conformo con pararme en el medio de mi habitación, con los ojos bien cerrados, mientras digo – ¿Riley? Riley si puedes escucharme de verdad necesito hablar contigo. Bueno, a decir verdad lo que necesito es un favor. Pero si no quieres hacerlo no me molestare, ya que sé que es algo raro, y um, me siento algo tonta ahora, parada aquí hablando sola, así que si puedes escucharme, ¿podrías quizás darme alguna señal?– Y cuando en mi estéreo suena de repente la canción de Kelly Clarkson que ella solía cantar siempre, abro mis ojos y la veo justo en frente mío, riéndose histéricamente.

– Oh mi Dios – ¡Parecía como si estuvieses a dos segundos de cerrar las cortinas, encender una vela, y sacar la tabla de Ouija de debajo de tu cama!– Ella niega con la cabeza y me mira.

– Oh, me siento como una idiota, – digo, mi cara tornándose roja.

– Te veías medio como una idiota. – Ella se ríe. – OK, déjame ver si lo tengo claro, ¿quieres corromper a tu pequeña hermana haciendo que espíe a tu novio?–

– ¿Como lo supiste?– La miro sorprendida.

– Por favor. – Ella revolea los ojos y se tira en mi cama. – ¿Crees que eres la única de aquí que puede leer las mentes?–

– ¿Y cómo sabes eso?– Pregunto, pensando que más puede saber ella

– Ava me lo dijo. Pero por favor no te enojes, porque realmente explica algunas de tus nuevas costumbres de vestir. –

– ¿Y qué hay de tus nuevas costumbres de vestir?– Digo, señalando su disfraz de Star Wars.

Pero ella solo se encoje. – ¿Entonces quieres saber dónde encontrar a tu novio o no?–

Voy hacia la cama y me siento al lado de ella. – ¿Sinceramente? No estoy segura. Quiero decir, si quiero saber, pero no me siento bien metiéndote a ti. –

– ¿Pero que si ya lo hice? ¿Qué pasa si ya lo sé?– Ella dice, levantando sus cejas.

– ¿Irrumpiste en la escuela?– Pregunto, pensando en que mas habrá estado haciendo ella desde la última vez que hablamos.

Pero ella solo ríe. – Aún mejor, lo seguí hasta su casa. –

La miro boquiabierta. – Pero, ¿Cuándo? ¿Y cómo?–

Ella menea la cabeza. – Vamos Ever, tampoco es que necesito ruedas para ir donde quiero. Además, se que estas toda enamorada de él, y no es que te culpe, es bastante soñado. ¿Pero recuerdas aquel día cuando actuó como si me viese?– Asiento. Quiero decir, ¿cómo olvidarlo? – Bueno, me asusto bastante. Así que decidí hacer un poco de investigación. –

Me inclino hacia ella – ¿Y?–

– Y, bueno, no estoy segura de como decir esto, y espero que tú no lo tomes a mal, pero él es algo extraño– Ella se encoge. – Quiero decir, vive en una casa enorme y todo. O sea, ¿de dónde saca el dinero? Porque no es que trabaje. –

Recuerdo aquel día en las carreras. Pero decido no mencionarlo.

– Pero eso ni siquiera es la parte más rara, – ella continúa. – Porque lo que es realmente extraño es que su casa está completamente vacía. Como que, ningún mueble. –

– Bueno, es hombre, – Digo, preguntándome porque siento la necesidad de defenderlo.

Ella menea la cabeza. – Si, pero estoy hablando de verdaderamente raro. Quiero decir, las únicas cosas ahí dentro son un acople para IPod y un televisor pantalla plana. En serio, eso es todo. Y créeme, yo me fije en toda la casa. Bueno, a parte del cuarto que estaba cerrado con llave. –

– ¿Desde cuándo un cuarto cerrado te detiene?– Digo, habiéndola visto pasar por paredes muchas veces en este último tiempo.

– Créeme, no fue la puerta cerrada lo que me detuvo. Fui yo la que me detuvo. Quiero decir, Dios, solo por que esté muerta no quiere decir que no pueda tener miedo. – Me mira ceñuda.

– Pero ni siquiera ha vivido aquí mucho tiempo. – Digo yo, apresurándome a excusarlo, como la peor clase de tonta dependiente. – Así que quizás no tuvo tiempo de amueblarlo. Quiero decir, quizás es por eso que no quiere que vaya, no quiere que lo vea así. – Y en cuanto analizo lo que acabo de decir no puedo dejar de pensar: Oh Dios, estoy peor de lo que pensé.

Riley menea la cabeza y me mira como si estuviese a punto de decirme la verdad detrás del hada de los dientes, el conejo de pascuas, y Santa, todo de una vez. Pero luego ella se encoje de hombros y solo dice, – Quizás deberías verlo por ti misma. –

– ¿Qué quieres decir?– Pregunto, sabiendo que se está guardando algo.

Pero ella se levanta de la cama y se dirige al espejo, mirando su reflejo y arreglando el disfraz.

– ¿Riley?– Digo, preguntándome por qué actúa de manera tan misteriosa.

– Escucha, – Dice ella, finalmente volviéndose hacia mí. – Quizás estoy equivocada. Quiero decir, que se yo, soy solo una niña. – Se encoje. – Y seguramente no es nada, pero…–

– Pero…–

Ella respira hondo. – Pero creo que deberías verlo por ti misma. –

– ¿Entonces como llegamos ahí?– Pregunto, ya levantada y buscando las llaves.

Ella niega con la cabeza. – De ninguna manera. Olvídalo. Estoy convencida de que él puede verme. –

– Bueno, sabemos que él puede verme a mí, – le recuerdo.

Pero se mantiene firme. – No va a pasar. Pero te dibujare un mapa. –

Como Riley no es muy buena dibujando mapas, se conforma haciendo una lista de calles indicando cuando doblar a la derecha o a la izquierda, ya que el norte, el sur, el este y el oeste siempre me confunden. – ¿Segura de que no quieres venir?– Le ofrezco, tomando mi cartera y saliendo del cuarto.

Ella asiente y me sigue por las escaleras. – Hey, ¿Ever?– Me doy vuelta. – Podrías haberme dicho todo eso de ser psíquica. Me siento mal por haberme burlado de tu ropa. –

Abro la puerta principal y me encojo de hombros. – ¿De verdad puedes leer mi mente?–

Ella niega con la cabeza y sonríe. – Solo cuando estas tratando de comunicarte conmigo. Supuse que era solo cuestión de tiempo que me pidieras que lo espíe. – Se ríe. – Pero, ¿Ever?–

Me doy vuelta y la miro de nuevo.

– Si no aparezco por un tiempo, no es porque esté enojada contigo ni por que esté tratando de castigarte ni nada como eso, ¿OK? Prometo que voy a seguir mirando y me voy a fijar que estés bien y eso, pero, bueno, puede que me vaya por un tiempo. Puede que este un tanto ocupada. –

Me congelo, la primera pista de pánico me empieza a surgir. – Vas a volver, ¿verdad?–

Ella asiente. – Es solo que, bueno…– Se encoje. – Prometo volver, solo que no sé cuándo. – Y aunque sonríe, es obvio que lo está forzando.

– No me estas dejando, ¿verdad?– Mantengo la respiración, exhalando solo cuando menea la cabeza. – OK, bueno, buena suerte entonces, – Digo, deseando poder abrazarla, convencerla de que se quede, pero sabiendo que no es posible, así que me dirijo a mi auto a ponerlo en marcha en cambio.

***

otra vez yo subiendo rapido, felicitenme! Jajajajja

por **Blue sky** Dom 03 Mar 2013, 8:44 pm

Helshksjdjdbs
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