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La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
I parte 2
Durante un largo instante se queda allí de pie, apretando el teléfono firmemente con la mano tratando de no pensar en todo lo que la espera al otro lado del océano. El olor a mantequilla que desprende un bollo cercano le está empezando a dar náuseas y lo único que quiere es sentarse, pero la puerta de embarque se encuentra atestada de pasajeros procedentes de otras zonas de la terminal. Es el fin de semana del cuatro de julio y los mapas meteorológicos en las pantallas de televisión muestran un patrón circular de tormentas emborronando gran parte del Medio Oeste. La gente se ha desperdigado, adueñándose de secciones de las zonas de embarque como si tuvieran intención de instalarse allí para siempre. Las maletas ocupan asientos vacíos y hay familias acampadas por las esquinas y bolsas grasientas de McDonald’s repartidas por el suelo. Mientras pasa por encima de un hombre que duerme apoyado en su mochila, ______ tiene la impresión de que el techo y las paredes se cierran a su alrededor, percibe la aglomeración de gente y tiene que hacer esfuerzos para respirar.
Cuando por fin divisa un asiento vacío se apresura a dirigirse hacia él, maniobrando con su maleta de ruedas a través de un mar de zapatos y tratando de no pensar en lo arrugado que estará su vestido lavanda cuando llegue a Londres mañana por la mañana. El plan era disponer de unas pocas horas para arreglarse en el hotel antes de la ceremonia, pero ahora tendrá que ir directamente a la iglesia. De todas sus preocupaciones en ese momento esta no es precisamente la más importante, pero de todas maneras le divierte un poco pensar en lo horrorizadas que se quedarán las amigas de Charlotte; seguro que no tener tiempo para peinarse equivale para ellas a una catástrofe.
______ está convencida de que arrepentimiento es una palabra demasiado suave para describir lo que siente por haber aceptado ser dama de honor, pero los incesantes correos electrónicos de Charlotte y las interminables súplicas de su padre habían terminado por hacerla ceder. Y, para colmo, su madre, contra todo pronóstico, se había mostrado partidaria de la idea.
—Ya sé que ahora mismo no es tu persona preferida —le había dicho—. Desde luego tampoco es la mía. Pero piensa que algún día, cuando estés hojeando el álbum de fotos de la boda, tal vez con tus hijos, puede que te arrepientas de no haber participado.
______ no cree que algo así vaya a ocurrir, pero como da la impresión de que a todo el mundo le parece una buena idea, decide que lo más fácil es complacerlos, incluso si ello implica pasar por la incomodidad de la laca de pelo, los tacones altos y la inevitable sesión de fotos después de la ceremonia. Cuando el resto del comité organizador de la boda —una colección de amigas de Charlotte de treinta y tantos años— se enteraron de que se unía a ellas una adolescente americana, la habían añadido con una lluvia de signos de exclamación a la cadena de correos electrónicos que se intercambiaban. Y aunque no conocía a Charlotte y había pasado el último año y medio cuidándose mucho de hacerlo, ahora sabía todas las preferencias de aquella mujer en cuestiones diversas pero relacionadas todas ellas con la boda. Temas tan importantes como las ventajas y desventajas de la sandalia frente al zapato cerrado, si incluir o no el falso jazmín en los arreglos florales y, lo peor y más doloroso de todo, sus gustos en ropa interior para la despedida de soltera o, como ellas la llamaban, la noche de las chicas. ______ sabía que algunas de esas mujeres eran compañeras de Charlotte en la galería de arte de la Universidad de Oxford, pero se preguntaba de dónde sacarían tiempo para trabajar. Se suponía que debía reunirse con ellas en el hotel a la mañana siguiente, pero ahora todo indicaba que tendrían que subirse las cremalleras de los vestidos, pintarse la raya de los ojos y rizarse el pelo sin ella.
Por la ventana el cielo se ve ahora rosa oscuro y las luces de las pistas de despegue y aterrizaje empiezan a parpadear. ______ mira su reflejo en el cristal, toda pelo rubio, ojos grandes y aspecto cansado y desaliñado, como si hubiera hecho ya el viaje. Se desliza en una silla entre un hombre mayor que se abanica tan fuerte con el periódico que _____ teme que este salga volando y una mujer de mediana edad con un jersey de cuello vuelto en el que hay bordado un gato, que teje algo que de momento podría ser cualquier cosa.
Tres horas más, piensa abrazando su mochila, y entonces se da cuenta de que no tiene sentido contar los minutos que faltan para algo que no quieres que llegue; sería más preciso decir: dos días. Dos días más y estará de vuelta en casa. Dos días más y podrá hacer como que nada de esto ha ocurrido. Dos días más y habrá sobrevivido al fin de semana que lleva temiendo lo que ahora le parecen años.
Acomoda la mochila en el regazo y se da cuenta, un segundo demasiado tarde, de que no ha cerrado la cremallera del todo, y unas cuantas cosas se caen al suelo. Primero se agacha para coger el brillo de labios y después las revistas de chismes, pero cuando se dispone a hacer lo mismo con el libro negro y pesado que le regaló su padre, el chico sentado al otro lado del pasillo se le adelanta.
Echa un vistazo rápido a la cubierta antes de devolvérselo y _____ ve en sus ojos un destello de reconocimiento. Le lleva un segundo comprender que el chico debe de pensar de ella que es una de esas personas que leen a Dickens en los aeropuertos, y a punto está de sacarle de su error; de hecho tiene este libro desde hace años y jamás lo ha abierto. Pero en lugar de ello esboza una sonrisa cómplice y a continuación se vuelve con determinación hacia la ventana, no sea que el chico tenga intención de entablar conversación.
Y es que ______ ahora mismo no tiene ganas de hablar con nadie, ni siquiera con un chico tan guapo como este. En realidad le gustaría estar en otra parte. El día que tiene por delante es como una criatura viva y que respira, que avanza hacia ella a una velocidad alarmante y, que tarde o temprano, terminará por engullirla. El miedo que le inspira la idea de subirse al avión —por no hablar de llegar a Londres— es algo físico; la impulsa a revolverse en su asiento, a mover las piernas y a agitar los dedos de los pies como si tuviera calambres.
El hombre sentado junto a ella se suena ruidosamente y de nuevo abre el periódico con un gesto brusco. _____ reza porque no le toque sentarse con él en el avión. Siete horas es mucho tiempo, una porción demasiado grande de un día para dejarla al azar. A nadie se le ocurriría hacer un viaje en coche con alguien a quien no conoce y, sin embargo, ¿cuántas veces ha viajado ella a Chicago, a Denver o a California sentada junto a un completo desconocido, codo contra codo, costado contra costado, sobrevolando juntos el país a gran velocidad? Eso es lo que tiene viajar en avión. Puedes pasarte horas hablando con una persona y no llegar a conocer su nombre, compartir con ella tus secretos más íntimos y no volver a verla nunca más.
Cuando el hombre estira el cuello para leer un artículo su brazo roza el de ______ y esta se pone de pie con brusquedad, pasándose la mochila al hombro izquierdo. A su alrededor la zona de embarque sigue atestada y mira con desesperación hacia las ventanas, deseando estar fuera ahora mismo. No está segura de ser capaz de seguir allí sentada tres horas más, pero la idea de arrastrar la maleta entre toda aquella multitud se le antoja un obstáculo insuperable. La acerca hacia su asiento, ahora vacío, para que parezca que está reservado y después se vuelve hacia la mujer con el jersey de cuello vuelto.
—¿Le importaría vigilar mi maleta un minuto? —le pregunta, y la mujer deja de mover sus agujas de tejer y la mira con desaprobación.
—Se supone que eso no se puede hacer —dice en tono crítico.
—Sería solo durante un minuto o dos —explica ______, pero la mujer se limita a negar ligeramente con la cabeza, como si no soportara la idea de participar en lo que vaya a ocurrir a continuación.
—Yo te la vigilo —dice el chico al otro lado del pasillo y ______ le mira —le mira bien— por primera vez. Lleva el pelo risado y oscuro un poco demasiado largo y tiene unas migas pegadas a la parte delantera de la camiseta, pero hay algo en él que le resulta atractivo. Tal vez sea el acento, que está convencida de que es británico, o la manera en que tuerce la boca mientras intenta mantener la sonrisa. Pero su corazón le da un vuelco cuando el chico la mira y después hace lo mismo con la mujer, que tiene los labios cerrados en un gesto de desaprobación.
—Va contra la ley —dice la mujer entre dientes, mirando en dirección a dos corpulentos guardias de seguridad a la entrada de la zona de restaurantes.
______ vuelve la vista hacia el chico, que le dedica una sonrisa comprensiva.
—No te preocupes —dice—. Me la llevo. Gracias de todas maneras.
Empieza a recopilar sus cosas colocándose el libro debajo de un brazo y pasándose la mochila al hombro contrario. La mujer se limita a retirar un poco los pies mientras ______ pasa a su lado tirando de la maleta. Cuando llega al final de la zona de espera la moqueta de color indefinido da paso al linóleo del pasillo, y su maleta se atasca en la tira de caucho que separa ambas áreas. Se balancea apoyándose en una rueda y después en la otra, y mientras ______ se esfuerza por enderezarla, el libro se le resbala de debajo del brazo. Cuando se inclina para recogerlo, se le cae la sudadera al suelo.
No me lo puedo creer, piensa, soplando para apartar un mechón de pelo de su frente. Pero para cuando ha recogido todas sus cosas y se dispone a asir de nuevo la maleta, esta ha desaparecido. Al darse la vuelta descubre asombrada al chico de pie junto a ella con una bolsa colgada del hombro. ______ baja la vista y comprueba que ha cogido su maleta.
—¿Qué haces? —le pregunta parpadeando de asombro.
—Me pareció que necesitabas ayuda.
______ se queda mirándole.
—Y de esta manera es todo legal —añade el chico con una sonrisa.
______ arquea las cejas y el chico se endereza ligeramente, ahora parece menos seguro de sí mismo. A ______ se le ocurre que tal vez quiera robarle la maleta, pero, si es así, no sería un atraco demasiado bien planeado; dentro hay poco más que un par de zapatos y un vestido. Y estará encantada de perderlos de vista.
Se queda allí de pie unos instantes, preguntándose qué es lo que ha hecho para terminar con su propio mozo portaequipajes. Pero el número de gente a su alrededor no para de crecer, le pesa la mochila y los ojos del chico buscan los suyos con una expresión que tiene mucho de desvalida, como si lo último que necesitara ahora mismo fuera que le dejaran solo. Y eso es algo que ______ comprende muy bien, así que, transcurrido un momento, asiente con la cabeza. Entonces el chico levanta un poco la maleta para apoyarla sobre las ruedas y ambos echan a andar.
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Ay no se... Me ha encantado :3
Harry tan lindin asdahajakakd
Siguela porfa!
Harry tan lindin asdahajakakd
Siguela porfa!
Diirectionergirl
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Dani escribió:Ay no se... Me ha encantado :3
Harry tan lindin asdahajakakd
Siguela porfa!
espera un poco mas & te lo vas a querer comer :DD
ok, yo no eh dicho nada xd
mañana la sigo
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Jhajshajhs, hola, yo se que sabes quien soy, por eso no voy a presentarme (?
Me encanta esta novela! Definitivamente voy a tener que comprarme ese libro y leerlo, es muuuuy... como los que me gusta leer jajajaja
Espero el próximo capitulooo! Un beso linda!
Me encanta esta novela! Definitivamente voy a tener que comprarme ese libro y leerlo, es muuuuy... como los que me gusta leer jajajaja
Espero el próximo capitulooo! Un beso linda!
Mili1D
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Asjajdksjsgda harry es tan agddskdsjd no se si me explico siguelaaaaaaaa
-Meli-
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Mili1D escribió:Jhajshajhs, hola, yo se que sabes quien soy, por eso no voy a presentarme (?
Me encanta esta novela! Definitivamente voy a tener que comprarme ese libro y leerlo, es muuuuy... como los que me gusta leer jajajaja
Espero el próximo capitulooo! Un beso linda!
obvio que se quien eres :DD
que bueno que te guste la historia, la verdad que si consigues el libro aprovechalo, a mi me lo presto mi amiga pero estaba en ingles :$ en español es mucho mas dificil conseguirlo, al menos en el norte de méxico que es donde vivo xd
en un rato subo el segundo capitulo :)
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
-Meli- escribió:Asjajdksjsgda harry es tan agddskdsjd no se si me explico siguelaaaaaaaa
JAJAJJA, si te entiendo yo pense lo mismo cuando lei la historia, & preparate! porque lo vas a amor mucho {ok, me callo} xd
en un rato la sigo
pd: te he dicho que amo al gatito de tu firma?? ^^
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Capitulo 2
19:12 PM, HORA DEL ESTE DE ESTADOS UNIDOS
00:12 AM, HORA DEL MERIDIANO DE GREENWICH
19:12 PM, HORA DEL ESTE DE ESTADOS UNIDOS
00:12 AM, HORA DEL MERIDIANO DE GREENWICH
Por los altavoces están llamando a un pasajero que al parecer no está en su avión y ______ no puede evitar pensar: ¿Y si no me subo al avión? Pero, como si le leyera los pensamientos, el chico delante de ella vuelve la vista para asegurarse de que sigue allí y entonces se da cuenta de lo afortunada que es de tener compañía, por inesperada que sea, precisamente hoy.
Dejan atrás una hilera de ventanales que dan a las pistas, donde los aviones están alineados como carrozas en un desfile, y ______ nota cómo se le acelera el corazón al darse cuenta de que pronto tendrá que subirse a uno de ellos. De todos los espacios cerrados, los interminables recovecos y rincones posibles que existen en el mundo, no hay nada que la haga temblar tanto como la visión de un avión.
* * *
La experimentó por primera vez solo un año atrás, esta sensación de vértigo, este ataque de pánico que le produce taquicardia y le revuelve el estómago. En el cuarto de baño de un hotel en Aspen, mientras fuera caía una nieve espesa y abundante y al otro lado de la puerta su padre hablaba por teléfono, tuvo la sensación repentina de que las paredes se estrechaban, avanzando hacia ella centímetro a centímetro, con la inexorabilidad constante de un glaciar. Permaneció quieta tratando de controlar la respiración, mientras los latidos de su corazón resonaban en sus tímpanos con tal fuerza que casi ahogaban el sonido de la voz apagada de su padre al otro lado de la pared.
—Sí —estaba diciendo— y se espera que caigan otros quince centímetros esta noche, así que mañana estará perfecto.
Llevaban dos días enteros en Aspen esforzándose por simular que estas vacaciones de Semana Santa eran como las de todos los años. Se despertaban temprano por la mañana para subir a la montaña antes de que se llenaran las pistas, después se sentaban en silencio con sus tazas de chocolate en el refugio y por la noche se entretenían con juegos de mesa delante de la chimenea. Pero lo cierto era que ponían tanto empeño en no mencionar la ausencia de la madre que ninguno de los dos podía pensar en otra cosa.
Además, ______ no es tonta. Uno no se marcha a Oxford para pasar un semestre dando clases de poesía y una vez allí de repente decide que quiere el divorcio sin aducir una razón válida. Y aunque su madre no había dicho una palabra al respecto —de hecho se había vuelto muda en todo lo referido a su padre— sabía que esa razón tenía que ser otra mujer.
Había planeado plantarle cara durante el viaje de esquí, bajar del avión y, blandiendo un dedo acusador, exigir que le explicara por qué no volvía a casa. Pero cuando llegó a la zona de recogida de equipajes y lo vio esperándola lo encontró del todo cambiado, con una barba rojiza que desentonaba con su pelo castaño y una sonrisa tan ancha que hasta se le veían los empastes de los dientes. Solo habían pasado seis meses, pero en aquel tiempo su padre se había convertido en casi un desconocido, y hasta que no se inclinó para abrazarla no le reconoció, con su aroma a tabaco y a loción de afeitar, su voz resonando grave en los oídos mientras le decía cuánto la había echado de menos. Y, por alguna razón, aquello no había hecho más que empeorar la cosas. En ocasiones lo que más daño nos hace no son los cambios, sino la bofetada de la familiaridad.
Así que ______ se atemorizo y en lugar de lo planeado pasó aquellos dos primeros días observando y esperando, tratando de leer las líneas del rostro de su padre como si fueran un mapa en busca de pistas que explicaran por qué su pequeña familia se había ido al traste de manera tan abrupta. Cuando se marchó a Inglaterra el invierno pasado al principio todos habían estado encantados. Hasta entonces su padre había sido profesor en una universidad pequeña de mediano prestigio en Connecticut, así que la idea de una beca de investigación en Oxford —que cuenta con uno de los mejores departamentos de literatura del mundo— resultaba irresistible. Pero ______ estaba entonces a punto de empezar su segundo año en el instituto y su madre no podía abandonar su pequeño negocio de papel pintado durante cuatro meses enteros, de manera que se decidió que ellas se quedarían hasta Navidad, después se reunirían con él en Inglaterra para pasar un par de semanas haciendo turismo y a continuación regresarían todos juntos a casa.
Pero eso, claro, nunca ocurrió.
En su momento, su madre se limitó a anunciar que había habido un cambio de planes, que pasarían las Navidades en Maine, en casa de los abuelos de ______. Ella estaba casi segura de que su padre estaría allí esperándolas, para darle una sorpresa cuando llegaran, pero en Nochebuena solo estaban la abuela y el abuelo y, eso sí, había regalos en cantidades suficientes para dejar claro que todos estaban intentando compensar la ausencia de otra cosa.
Durante días antes de aquello ______ había oído las conversaciones telefónicas llenas de tensión entre sus padres y había escuchado a su madre llorar a través de los conductos de ventilación de la vieja casa, aunque hasta que no volvieron en coche de Maine su madre no le comunicó que su padre y ella se estaban separando y que él se quedaría otro trimestre en Oxford.
—En un principio es solo una separación —dijo apartando la vista de la carretera en dirección a ______, que se había quedado muda, intentando asimilar las novedades una a una. Primero: mis padres se van a divorciar, y segundo: mi padre no va a volver.
—Ya han puesto un océano por medio —dijo en voz baja—. ¿Cuánto más se pueden separar?
—Quiero decir legalmente —contestó su madre con un suspiro—. Nos vamos a separar legalmente.
—Pero ¿no deberían verse antes? ¿Antes de tomar una decisión así?
—Cariño —dijo su madre apartando una mano del volante para acariciar brevemente la rodilla de ______—. Creo que eso ya está decidido.
Y así, solo dos meses más tarde, _____ se encontraba en el cuarto de baño del hotel de Aspen, con el cepillo de dientes en la mano y escuchando la voz de su padre proveniente de la habitación contigua. Solo un instante antes había estado segura de que era su madre llamando para comprobar que estaban bien y el corazón le había saltado de alegría. Pero entonces había escuchado a su padre pronunciar un nombre —Charlotte— antes de bajar de nuevo la voz.
—No, no pasa nada —había dicho—. Está en el excusado.
De repente _____ sintió frío en todo el cuerpo y se preguntó cuándo se había convertido su padre en uno de esos hombres que llaman «excusado» al cuarto de baño, que hablan en voz baja por teléfono con mujeres extranjeras desde habitaciones de hoteles, que se llevan a su hija a esquiar como si eso significara algo, como si estuvieran cumpliendo una promesa, y después regresan a su nueva vida como si no hubiera pasado nada.
Dio otro paso en dirección a la puerta mientras notaba el frío de las baldosas en los pies desnudos.
—Ya lo sé —decía ahora su padre con voz queda—. Yo también te echo de menos, cariño.
Claro que sí —pensó ______ cerrando los ojos—. Claro que sí.
No le servía de consuelo saber que tenía razón; ¿cuándo le había servido eso de algo? Empezó a notar cómo una minúscula semilla de rencor germinaba en su interior. Era como el hueso de un melocotón, algo pequeño, duro y mezquino, una amargura que, estaba convencida, no desaparecería jamás.
Se separó de la puerta mientras notaba cómo se le cerraba la garganta y se le hinchaba el tórax. En el espejo vio sus mejillas cubiertas de rubor y los ojos vidriosos por el calor de la pequeña estancia. Se agarró con los dedos a los bordes del lavabo mirando cómo se volvían blancos los nudillos y obligándose a esperar hasta que su padre colgara el teléfono.
—¿Qué pasa? —le preguntó su padre cuando por fin salió del cuarto de baño y sin decir una palabra se desplomó sobre una de las camas—. ¿Estás bien?
—Sí —se limitó a contestar ______.
Pero al día siguiente le ocurrió de nuevo.
Mientras bajaban al vestíbulo en el ascensor por la mañana, enfundados ya en varias capas de ropa de esquiar, hubo una brusca sacudida y después el aparato se detuvo en seco. Estaban solos y se intercambiaron una mirada de incomprensión antes de que su padre se encogiera de hombros y pulsara el botón de emergencia.
—Estúpido elevador.
______ le miró furiosa.
—¿No querrás decir estúpido ascensor?.
—¿Qué?
—Nada —masculló entre dientes y a continuación empezó a pulsar botones, que se iban encendiendo conforme el pánico se adueñaba de ella.
—No creo que eso sirva de nada… —empezó a decir su padre, pero se calló cuando se dio cuenta de que algo iba mal—. ¿Estás bien?
______ tiró del cuello de su anorak y lo desabrochó.
—No —contestó mientras el corazón le latía desbocado—. Bueno, sí. No lo sé. Necesito salir de aquí.
—Enseguida vendrá alguien —dijo su padre—. Hasta entonces no podemos hacer…
—No. Ahora, papá —replicó ______ ligeramente histérica. Era la primera vez que le llamaba papá desde que estaban en Aspen; hasta ese momento había evitado llamarle nada.
Su padre recorrió el diminuto ascensor con la vista.
—¿Estás teniendo un ataque de pánico? —le preguntó y él mismo tenía cierta expresión aterrorizada—. ¿Te ha pasado antes? ¿Sabe tu madre…?
______ negó con la cabeza. No estaba segura de lo que le estaba pasando; solo sabía que necesitaba salir de allí ya.
—Eh —dijo su padre mientras la agarraba por los hombros y la obligaba a mirarle a los ojos—. Alguien vendrá enseguida. ¿De acuerdo? Tú mírame. No pienses en dónde estamos.
—De acuerdo —contestó ______ apretando los dientes.
—De acuerdo —repitió su padre— . Piensa en otro sitio, en algún lugar con espacios abiertos.
______ trató de frenar el remolino impetuoso de sus pensamientos y forzar algún recuerdo, pero su cerebro se negaba a colaborar. Le escocía la cara por el calor y le resultaba difícil concentrarse.
—Imagina que estás en la playa —dijo su padre—. ¡O el cielo! Piensa en el cielo, ¿de acuerdo? Piensa en lo grande que es, tanto, que es imposible ver dónde termina.
______ entrecerró los ojos y se obligó a imaginarlo, ese azul impreciso e interminable salpicado solo por alguna nube aquí y allá. Su profundidad, su magnitud… era tan enorme que no se sabía dónde acababa. Los latidos de su corazón se desaceleraron, empezó a respirar con normalidad y pudo aflojar los sudorosos puños. Cuando abrió los ojos, su padre la observaba con los suyos abiertos de par en par y llenos de preocupación. Permanecieron así durante lo que pareció una eternidad y ______ se dio cuenta de que era la primera vez que miraba a su padre a la cara desde que estaban en Aspen.
Transcurridos unos segundos, el ascensor se puso de nuevo en marcha con un respingo y ______ respiró aliviada. Hicieron el resto del recorrido en silencio, ambos algo conmocionados, ambos deseosos de salir al exterior y caminar bajo la inmensa franja de cielo del este.
* * *
Ahora, en mitad de la abarrotada terminal, ______ aparta la vista de las ventanas, de los aviones desplegados por las pistas de despegue como las aspas de un ventilador, como juguetes de cuerda. El corazón se le encoge de nuevo; pensar en el cielo funciona salvo cuando estás suspendida en el aire a nueve mil metros de altura y la única forma de salir es cayendo en picado.
Cuando se da la vuelta comprueba que el chico está esperándola, con la mano todavía sujetando el asa de su maleta. Sonríe cuando ______ llega a su lado y después echa a andar con grandes zancadas por el pasillo lleno de gente mientras ella se esfuerza por no quedarse atrás. Tan concentrada está en seguir su camisa azul que, cuando se detiene, casi le atropella. Le saca al menos quince centímetros y para hablarle tiene que inclinar la cabeza hacia atrás.
—Ni siquiera te he preguntado dónde vas.
—A Londres —contesta ______, y él se ríe.
—Quería decir ahora mismo. ¿Dónde quieres ir?
—Ah —contesta ______ frotándose la frente—. No lo sé, la verdad. ¿A comer algo, quizá? Lo que no quería era quedarme allí sentada para siempre.
Eso no es del todo cierto; quería ir al cuarto de baño, pero no se atreve a decírselo. La idea de aquel chico esperándola educadamente junto a la puerta mientras ella hace la cola para el lavabo es más de lo que es capaz de soportar.
—Bien —dice el chico bajando la vista hacia ella mientras el pelo le cae sobre la frente. Cuando sonríe, ______ repara en que le sale un hoyuelo solo en una mejilla y hay algo en esta asimetría que le resulta irresistible—. Entonces, ¿adónde?
______ se pone de puntillas y gira sobre sí misma para hacerse una idea de los sitios que hay para comer, una desoladora colección de puestos de pizza y hamburguesas. No está segura de si el chico irá con ella, y esta posibilidad la pone bastante nerviosa; nota su presencia, esperando, y se le tensa todo el cuerpo mientras intenta pensar en cuál de los restaurantes serán menores sus posibilidades de terminar con la cara manchada de comida, en caso de que él decida acompañarla.
Después de lo que parece una eternidad, señala hacia una cafetería a unas pocas puertas de embarque de distancia, y el chico, obediente, se dirige hacia allí arrastrando la maleta roja de ______. Cuando llegan, se acomoda su bolsa al hombro y echa un vistazo a la carta.
—Buena idea —dice—. Seguro que la comida del avión es una porquería.
—¿Adónde viajas? —pregunta ______ mientras se ponen a la cola para pedir.
—También a Londres.
—¿En serio? ¿Qué asiento tienes?
El chico se mete la mano en el bolsillo trasero de los vaqueros y saca la tarjeta de embarque, doblada en dos y con una esquina cortada.
—18 C.
—Yo tengo el 18 A —dice ______. Y a continuación sonríe.
—Por poco.
______ hace un gesto con la cabeza hacia la funda de traje que el chico lleva apoyada sobre el hombro mientras sujeta la percha con un dedo.
—¿Vas a una boda?
El chico duda un instante y después asiente a medias levantando un poco la barbilla.
—Yo también —dice ______—. ¿Te imaginas que fuéramos a la misma?
—No es muy probable —dice él con una mirada extraña y de inmediato ______ tiene la impresión de haber dicho una tontería. Claro que no es la misma boda. Ojalá el chico no piense que es una hueca que cree que Londres es una ciudad de provincias donde todo el mundo se conoce. ______ nunca ha salido de Estados Unidos, pero ha visto el suficiente mundo como para saber que Londres es enorme; según su limitada experiencia, lo bastante grande como para perder de vista a alguien por completo.
El chico da la impresión de ir a añadir algo, pero en lugar de ello se gira y señala la carta.
—¿Ya sabes lo que quieres?
¿Que si sé lo que quiero?, piensa ______.
Quiero irme a casa.
Quiero que las cosas vuelvan a ser como antes.
Quiero ir a cualquier parte que no sea la boda de mi padre.
Quiero estar en cualquier otro sitio que no sea este aeropuerto.
Quiero saber cómo te llamas.
Transcurrido un momento levanta la vista y le mira.
—Todavía no —contesta—. Me lo estoy pensando.
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
kQuiero saber como te llamas" que piyuelaa! (ok, nose de donde saque esa palabra, pero es graciosa :3)
me encanta me encantaaaaaaaaaaa!
me encanta me encantaaaaaaaaaaa!
Mili1D
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Mili1D escribió:kQuiero saber como te llamas" que piyuelaa! (ok, nose de donde saque esa palabra, pero es graciosa :3)
me encanta me encantaaaaaaaaaaa!
esa palabra me gusta 'piyuela', la usare de ahora en adelante xd JAJAJAJJ
Mañana pongo el siguiente capitulo babe :)
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
nueva lectora esta super tu novela --- espero que subas mas
:(L):
:(L):
juliana styles
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Asfgjaksgakalahaj me encantan *-*
Haha rayita es súper complicada xD
Pero Harry es... Asdghjk :3
Haha me encanta Siguela!!! :B
Haha rayita es súper complicada xD
Pero Harry es... Asdghjk :3
Haha me encanta Siguela!!! :B
Diirectionergirl
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
juliana styles escribió:nueva lectora esta super tu novela --- espero que subas mas
:(L):
Bienvenida & que bueno que te guste, en un rato subo el siguiente capitulo :)
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
Dani escribió:Asfgjaksgakalahaj me encantan *-*
Haha rayita es súper complicada xD
Pero Harry es... Asdghjk :3
Haha me encanta Siguela!!! :B
si, la rayis es medio complicada, pero... ¿que adolescente no lo es? .-. JAJAJAJJA
en un rato la sigo :)
LiloMarket
Re: La probabilidad estadística del amor a primera vista → Harry Styles & Tu → TERMINADA
holaaaa!!! nuevo lectora!! me encata esta novee te juro que soy adicta estoy como " ya este es el ultimo cap" y cuando lo acabo es asi de " otro no hara daño" hahahah como dije soy ADICTA! haha siguela (: y pasate por mi nove si puedes va?? te dejo el link https://onlywn.activoforo.com/t22901-you-always-make-me-simile-novela-harry-styles
Andrea Styles
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Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.