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"Sombras en la noche" {Joe & tu}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Perdon, ayer tuve qe ir a estudiar y me colgé,
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
—Estás siendo muy dura con él, ¿sabes?
Maxine se dio la vuelta en el mostrador de enfermeras de la UCI y vio que Lydia estaba mirándola fijamente.
—¿Es un consejo maternal o una opinión?
Lydia se estremeció.
—Supongo que, desde tu perspectiva, me lo merezco.
Max suspiró al sentir una punzada de culpabilidad. Sin embargo, intentó hacerle caso omiso.
—¿Cómo está ___________?
—Igual —dijo Lydia, y bajó los ojos. Sin embargo, Max se dio cuenta de que los tenía enrojecidos, como si hubiera estado llorando toda la noche—. Dios, espero tener la oportunidad de... contárselo.
—¿Qué tú eres su madre? —le preguntó Max—. Ya tuviste la oportunidad, Lydia, pero no nos dijiste ni una palabra. Ni a _______, ni a mí.
La mujer levantó la cabeza.
—Espero tener la oportunidad de decirle que la quiero. Eso es todo. No tenía intención de deciros el resto.
Max se tragó el nudo de culpabilidad que tenía en la garganta.
—¿Por qué?
—Creí que ya te lo había explicado. ¿Cómo te sientes al saber que tu madre era una prostituta?
En aquella ocasión, la que se estremeció fue Max. Fue como si la mujer la hubiera abofeteado con sus palabras.
—Estás avergonzada de lo que eras.
—No, no estoy avergonzada. Pero sabía que tú y tu hermana sí lo estaríais si lo supierais.
—¿Nos conoces tan bien como para saberlo, aunque sólo hayan pasado unos días?
En aquel momento, una enfermera se acercó, y las dos se quedaron silenciosas mientras ella ordenaba unos papeles.
—¿Le importaría pasarme las llamadas al teléfono de la habitación de mi hermana a partir de ahora?
—Lo siento, no hay teléfonos en las habitaciones de la UCI. Pero hay un teléfono en la sala de espera, y también una televisión. Está justo al final del pasillo de la habitación de su hermana.
Ella asintió.
—Si recibo otra llamada, ¿podrían pasármela allí?
—Claro.
Max miró a Lydia, inclinó la cabeza y se dirigió hacia la sala de espera. Cuando pasaron por la habitación de _______, a través del cristal, vieron a David sujetándole la mano y hablando con ella.
—Misma escena, diferente hospital —murmuró Max.
—Aquí es.
Max miró a Lydia, que estaba sujetando la puerta de la sala. Entraron, y Max vio una máquina de café, una televisión y una radio. También había un teléfono, varias sillas y dos sofás, y una mesa de centro. Max se sentó en uno de los sofás, y Lydia echó unas cuantas monedas en la máquina de café. Después esperó a que el vaso de plástico se llenase.
—Me has dicho que no estás avergonzada por lo que hiciste para vivir hace tantos años —dijo Max, suavemente—. Tengo curiosidad sobre eso.
Lydia tomó el vaso lleno, le dio un sorbo e hizo un gesto de desagrado.
—Lo hice porque no tenía elección.
Max esperó, pero no parecía que Lydia tuviera ganas de continuar.
—Vamos, Lydia, ¿no te parece que tengo derecho a saber la historia?
Lydia se acercó a una de las sillas y se sentó. Tomó otro sorbo de café y lo dejó sobre la mesa.
—Supongo que sí, pero no es nada bonita.
—La verdad no suele serlo.
Asintiendo, Lydia empezó a contárselo.
—Cuando tenía diez años, mi padre murió. Cuando tenía once, mi madre volvió a casarse. Mi padrastro era un hombre violento.
Max pensó que aquello sonaba frío y clínico.
—¿Te pegaba?
—Me pegaba y abusaba de mí. Me hizo daño de todas las formas posibles, y a mi madre también. Ella no podía dejarlo, pero yo sí.
—¿Te fuiste de casa? ¿Cuántos años tenías?
—Catorce. Ése fue el tiempo que me costó darme cuenta de que mi madre no iba a protegerme, porque ni siquiera podía protegerse a sí misma. Y las cosas fueron empeorando. Pensé que, si no me iba pronto, terminaría matándome.
—¿Adonde fuiste? —le preguntó Max mientras la observaba. Sus ojos estaban vacíos.
—A ningún sitio. No tenía ningún sitio donde ir. Me perdí en la ciudad. Viví en las calles e hice amigos allí. Las drogas me ayudaban a suavizar el dolor, y la gente me enseñó cómo sobrevivir. Al principio me pareció horrible la idea de vender mi cuerpo por dinero, pero cuando tuve hambre de verdad, empecé a verlo de manera diferente. Era mucho mejor que lo que me ocurría en casa. Al menos, yo tenía el control de cuándo, y cómo y con quién. Al menos, eso era lo que me decía a mí misma. Además, me pagaban — se encogió de hombros—. Sobreviví así durante un tiempo, hasta que me quedé embarazada.
Maxine se dio la vuelta en el mostrador de enfermeras de la UCI y vio que Lydia estaba mirándola fijamente.
—¿Es un consejo maternal o una opinión?
Lydia se estremeció.
—Supongo que, desde tu perspectiva, me lo merezco.
Max suspiró al sentir una punzada de culpabilidad. Sin embargo, intentó hacerle caso omiso.
—¿Cómo está ___________?
—Igual —dijo Lydia, y bajó los ojos. Sin embargo, Max se dio cuenta de que los tenía enrojecidos, como si hubiera estado llorando toda la noche—. Dios, espero tener la oportunidad de... contárselo.
—¿Qué tú eres su madre? —le preguntó Max—. Ya tuviste la oportunidad, Lydia, pero no nos dijiste ni una palabra. Ni a _______, ni a mí.
La mujer levantó la cabeza.
—Espero tener la oportunidad de decirle que la quiero. Eso es todo. No tenía intención de deciros el resto.
Max se tragó el nudo de culpabilidad que tenía en la garganta.
—¿Por qué?
—Creí que ya te lo había explicado. ¿Cómo te sientes al saber que tu madre era una prostituta?
En aquella ocasión, la que se estremeció fue Max. Fue como si la mujer la hubiera abofeteado con sus palabras.
—Estás avergonzada de lo que eras.
—No, no estoy avergonzada. Pero sabía que tú y tu hermana sí lo estaríais si lo supierais.
—¿Nos conoces tan bien como para saberlo, aunque sólo hayan pasado unos días?
En aquel momento, una enfermera se acercó, y las dos se quedaron silenciosas mientras ella ordenaba unos papeles.
—¿Le importaría pasarme las llamadas al teléfono de la habitación de mi hermana a partir de ahora?
—Lo siento, no hay teléfonos en las habitaciones de la UCI. Pero hay un teléfono en la sala de espera, y también una televisión. Está justo al final del pasillo de la habitación de su hermana.
Ella asintió.
—Si recibo otra llamada, ¿podrían pasármela allí?
—Claro.
Max miró a Lydia, inclinó la cabeza y se dirigió hacia la sala de espera. Cuando pasaron por la habitación de _______, a través del cristal, vieron a David sujetándole la mano y hablando con ella.
—Misma escena, diferente hospital —murmuró Max.
—Aquí es.
Max miró a Lydia, que estaba sujetando la puerta de la sala. Entraron, y Max vio una máquina de café, una televisión y una radio. También había un teléfono, varias sillas y dos sofás, y una mesa de centro. Max se sentó en uno de los sofás, y Lydia echó unas cuantas monedas en la máquina de café. Después esperó a que el vaso de plástico se llenase.
—Me has dicho que no estás avergonzada por lo que hiciste para vivir hace tantos años —dijo Max, suavemente—. Tengo curiosidad sobre eso.
Lydia tomó el vaso lleno, le dio un sorbo e hizo un gesto de desagrado.
—Lo hice porque no tenía elección.
Max esperó, pero no parecía que Lydia tuviera ganas de continuar.
—Vamos, Lydia, ¿no te parece que tengo derecho a saber la historia?
Lydia se acercó a una de las sillas y se sentó. Tomó otro sorbo de café y lo dejó sobre la mesa.
—Supongo que sí, pero no es nada bonita.
—La verdad no suele serlo.
Asintiendo, Lydia empezó a contárselo.
—Cuando tenía diez años, mi padre murió. Cuando tenía once, mi madre volvió a casarse. Mi padrastro era un hombre violento.
Max pensó que aquello sonaba frío y clínico.
—¿Te pegaba?
—Me pegaba y abusaba de mí. Me hizo daño de todas las formas posibles, y a mi madre también. Ella no podía dejarlo, pero yo sí.
—¿Te fuiste de casa? ¿Cuántos años tenías?
—Catorce. Ése fue el tiempo que me costó darme cuenta de que mi madre no iba a protegerme, porque ni siquiera podía protegerse a sí misma. Y las cosas fueron empeorando. Pensé que, si no me iba pronto, terminaría matándome.
—¿Adonde fuiste? —le preguntó Max mientras la observaba. Sus ojos estaban vacíos.
—A ningún sitio. No tenía ningún sitio donde ir. Me perdí en la ciudad. Viví en las calles e hice amigos allí. Las drogas me ayudaban a suavizar el dolor, y la gente me enseñó cómo sobrevivir. Al principio me pareció horrible la idea de vender mi cuerpo por dinero, pero cuando tuve hambre de verdad, empecé a verlo de manera diferente. Era mucho mejor que lo que me ocurría en casa. Al menos, yo tenía el control de cuándo, y cómo y con quién. Al menos, eso era lo que me decía a mí misma. Además, me pagaban — se encogió de hombros—. Sobreviví así durante un tiempo, hasta que me quedé embarazada.
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Max sintió un nudo en el estómago.
—¿No les pedías... que usaran preservativo?
—No les pedía que hicieran nada, Max. Si molestabas al tipo equivocado, podías acabar con cicatrices, o cosas peores.
—Tienes suerte de que todo lo que te ocurriera fuera quedarte embarazada.
—Sí.
—¿Y qué ocurrió después?
Lydia bajó la cabeza.
—Había una mujer mayor, Mary Agnes Brightman, a la que todo el mundo llamaba Nanna. Tenía una casa enorme en White Plains. Se decía que acogía a chicas embarazadas, así que le hice una visita.
—¿Y te acogió?
—Sí. Ella no lo hacía oficialmente, no tenía licencia. Sólo aquella enorme casa y un gran corazón. Cuando yo estuve allí, éramos seis chicas viviendo permanentemente, y había otras muchas que entraban y salían. Nanna nos daba de comer, nos vestía y nos hablaba como a seres humanos inteligentes. Algunas decidían abortar, y cuando lo hacían, ella lo pagaba, las llevaba a un buen médico. Otras decidían tener los niños e intentar criarlos. Y otras decidían dar a los niños en adopción. Nanna tenía un hijo que era abogado, y ayudaba a las chicas a arreglarlo todo sin cobrar nada.
Asintiendo lentamente, Max dijo:
—Y esa fue la elección que tú hiciste.
—Sí. Nanna y su hijo, Brian, me llevaron a ver a una pareja que quería adoptar a mi bebé. No llegué a conocerlos ni a hablar con ellos, sólo los vi de lejos. Estaban de compras. Sabían que estaban los primeros en la lista de espera de Brian, así que probablemente tendrían un bebé en poco menos de un año. Estaban comprando muebles, una cuna, una bañera... Y yo los observé. A ella se le llenaban los ojos de lágrimas cada vez que veía un osito de peluche, o que tomaba un trajecito. Y él le decía algo divertido, bromeaba sobre los nombres o alguna cosa así hasta que ella sonreía de nuevo. Parecían... tan buenos. ¿Sabes? Agradables. Normales. Y aquella mujer, Dios, quería tanto un hijo... —Lydia tomó aire—. Aquella noche, Brian me enseñó algunas fotos de su casa, aunque no me dijo dónde estaba, y yo no sabía que era en White Plains. Sabía que seríais felices allí.
Max tenía ganas de llorar.
—¿Pero no nos quisieron a las dos?
—No tuvieron la oportunidad de elegir eso. Cuando supe que iba a tener gemelos, Brian dejó que yo pensara que las dos iríais a la misma casa, pero no fue así. Él hizo que tu hermana fuera a otra casa.
—¿Por qué?
—Oh, pensó que estaba haciendo algo bueno. Quería ayudar a un amigo suyo de la costa oeste que quería tener un hijo desesperadamente. No creo que quisiera hacerle daño a nadie, pero lo hizo. Yo no supe la verdad hasta que Nanna murió, nueve años más tarde. Ella lo había averiguado, y estaba furiosa con su hijo por ello. Me dejó su casa, con la justificación de que me habían engañado cuando ella sólo había querido ayudarme, y que me debía aquella reparación.
—Y tú continuaste con su trabajo —dijo Max.
—Lo he hecho mientras lo compaginaba con otros trabajos. Trabajos legítimos. Una de las condiciones que Nanna ponía a la hora de ayudar a chicas como yo era que no volviéramos a esa vida, y yo fui una de las pocas que lo consiguió. Kimbra también. La conocí en casa de Nanna. Cuando Nanna murió y me dejó la casa, yo sabía tanto de llevarla como ella. Y resultó que Kimbra tenía una gran cabeza para los negocios. Me ayudó a crear una organización sin ánimo de lucro, Haven House. Así obteníamos subvenciones del gobierno.
Max respiró profundamente y miró a Lydia a los ojos.
—¿Y tú creíste que ______ y yo nos avergonzaríamos de esa historia?
Lydia apartó la mirada.
—Del principio, sí.
— De nada —Max, impulsivamente, le tomó la mano—. Tenías razón acerca de esa pareja. Tuve la infancia idílica que querías que tuviera. Y si ese abogado no se la hubiera llevado a otra parte, _______ también la hubiera tenido. Mis padres adoptivos han sido maravillosos, Lydia. Nunca sufrí la falta de nada. Y mucho menos de amor.
Lydia cerró los ojos.
—No sabes lo que significa para mí oírte decir eso. Separarme de vosotras... fue tan difícil...
—Me lo imagino. Pero creo que hiciste lo correcto, y te estoy muy agradecida.
—Lo correcto para ti, quizá, pero no para ________...
Las dos miraron al otro lado del pasillo. Lydia dijo:
—Voy a sentarme con ella durante un rato.
Lydia se levantó. Entonces, Max se levantó también y, con algo de torpeza, le dio un abrazo. Lydia la apretó fuerte, y después la soltó.
—Creo que voy a volver a llamar a Lou.
—Buena idea —asintió para darle ánimos y salió al pasillo.
—¿No les pedías... que usaran preservativo?
—No les pedía que hicieran nada, Max. Si molestabas al tipo equivocado, podías acabar con cicatrices, o cosas peores.
—Tienes suerte de que todo lo que te ocurriera fuera quedarte embarazada.
—Sí.
—¿Y qué ocurrió después?
Lydia bajó la cabeza.
—Había una mujer mayor, Mary Agnes Brightman, a la que todo el mundo llamaba Nanna. Tenía una casa enorme en White Plains. Se decía que acogía a chicas embarazadas, así que le hice una visita.
—¿Y te acogió?
—Sí. Ella no lo hacía oficialmente, no tenía licencia. Sólo aquella enorme casa y un gran corazón. Cuando yo estuve allí, éramos seis chicas viviendo permanentemente, y había otras muchas que entraban y salían. Nanna nos daba de comer, nos vestía y nos hablaba como a seres humanos inteligentes. Algunas decidían abortar, y cuando lo hacían, ella lo pagaba, las llevaba a un buen médico. Otras decidían tener los niños e intentar criarlos. Y otras decidían dar a los niños en adopción. Nanna tenía un hijo que era abogado, y ayudaba a las chicas a arreglarlo todo sin cobrar nada.
Asintiendo lentamente, Max dijo:
—Y esa fue la elección que tú hiciste.
—Sí. Nanna y su hijo, Brian, me llevaron a ver a una pareja que quería adoptar a mi bebé. No llegué a conocerlos ni a hablar con ellos, sólo los vi de lejos. Estaban de compras. Sabían que estaban los primeros en la lista de espera de Brian, así que probablemente tendrían un bebé en poco menos de un año. Estaban comprando muebles, una cuna, una bañera... Y yo los observé. A ella se le llenaban los ojos de lágrimas cada vez que veía un osito de peluche, o que tomaba un trajecito. Y él le decía algo divertido, bromeaba sobre los nombres o alguna cosa así hasta que ella sonreía de nuevo. Parecían... tan buenos. ¿Sabes? Agradables. Normales. Y aquella mujer, Dios, quería tanto un hijo... —Lydia tomó aire—. Aquella noche, Brian me enseñó algunas fotos de su casa, aunque no me dijo dónde estaba, y yo no sabía que era en White Plains. Sabía que seríais felices allí.
Max tenía ganas de llorar.
—¿Pero no nos quisieron a las dos?
—No tuvieron la oportunidad de elegir eso. Cuando supe que iba a tener gemelos, Brian dejó que yo pensara que las dos iríais a la misma casa, pero no fue así. Él hizo que tu hermana fuera a otra casa.
—¿Por qué?
—Oh, pensó que estaba haciendo algo bueno. Quería ayudar a un amigo suyo de la costa oeste que quería tener un hijo desesperadamente. No creo que quisiera hacerle daño a nadie, pero lo hizo. Yo no supe la verdad hasta que Nanna murió, nueve años más tarde. Ella lo había averiguado, y estaba furiosa con su hijo por ello. Me dejó su casa, con la justificación de que me habían engañado cuando ella sólo había querido ayudarme, y que me debía aquella reparación.
—Y tú continuaste con su trabajo —dijo Max.
—Lo he hecho mientras lo compaginaba con otros trabajos. Trabajos legítimos. Una de las condiciones que Nanna ponía a la hora de ayudar a chicas como yo era que no volviéramos a esa vida, y yo fui una de las pocas que lo consiguió. Kimbra también. La conocí en casa de Nanna. Cuando Nanna murió y me dejó la casa, yo sabía tanto de llevarla como ella. Y resultó que Kimbra tenía una gran cabeza para los negocios. Me ayudó a crear una organización sin ánimo de lucro, Haven House. Así obteníamos subvenciones del gobierno.
Max respiró profundamente y miró a Lydia a los ojos.
—¿Y tú creíste que ______ y yo nos avergonzaríamos de esa historia?
Lydia apartó la mirada.
—Del principio, sí.
— De nada —Max, impulsivamente, le tomó la mano—. Tenías razón acerca de esa pareja. Tuve la infancia idílica que querías que tuviera. Y si ese abogado no se la hubiera llevado a otra parte, _______ también la hubiera tenido. Mis padres adoptivos han sido maravillosos, Lydia. Nunca sufrí la falta de nada. Y mucho menos de amor.
Lydia cerró los ojos.
—No sabes lo que significa para mí oírte decir eso. Separarme de vosotras... fue tan difícil...
—Me lo imagino. Pero creo que hiciste lo correcto, y te estoy muy agradecida.
—Lo correcto para ti, quizá, pero no para ________...
Las dos miraron al otro lado del pasillo. Lydia dijo:
—Voy a sentarme con ella durante un rato.
Lydia se levantó. Entonces, Max se levantó también y, con algo de torpeza, le dio un abrazo. Lydia la apretó fuerte, y después la soltó.
—Creo que voy a volver a llamar a Lou.
—Buena idea —asintió para darle ánimos y salió al pasillo.
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Lou estaba dormido en la silla con la cabeza colgando hacia un lado y la oreja presionada en el hombro. Algo lo despertó. Dos cosas. Una fue el sonido del teléfono. La otra fue la voz de Joe. Y venía desde muy cerca. Justo al lado de su cara.
—Siento mucho tener que hacer esto, Malone, pero no tengo elección.
Lou abrió los ojos y vio al vampiro inclinado encima de él. Extendió los brazos para apartarlo, pero la silla se cayó hacia atrás y Joe cayó encima. Hundió los colmillos en la garganta de Lou, mientras él luchaba desesperadamente por quitárselo de encima.
Lou agitó un brazo y golpeó la mesilla de noche. El teléfono cayó y se descolgó, y Lou escuchó vagamente cómo una voz repetía su nombre.
—¡Dios! —dijo, apretando los dientes contra la sensación de que le succionaran la sangre—. ¡Te he salvado la vida! —intentó gritarlo, pero no fue más que un sonido débil—. ¡Te ayudé!
Le latía el corazón más de lo que él consideraba saludable, y aún así continuó luchando para quitarse a la criatura de encima. Sus esfuerzos fueron inútiles.
Finalmente, Joe levantó la cabeza y dejó a Lou apoyarse en el suelo.
—Todavía estás ayudándome —le dijo. Parecía... diferente. Más fuerte. Le brillaban los ojos, y tenía la cara llena de vida.
«De mi vida», pensó Lou.
Joe se limpió la boca con el dorso de la mano. Después levantó a Lou del suelo y lo dejó sobre la cama. Se volvió, tomó el auricular del suelo y se lo puso en el oído.
—Tu novio te necesita, Max. Está esperándote en el hotel. Será mejor que te des prisa. No me he bebido toda su sangre, pero tenía mucha sed.
Y colgó el teléfono.
Lou gimió e intentó alcanzarlo. Sabía muy bien lo que pretendía el vampiro. Quería que Max se alejara de su hermana para poder acercarse él. Maldito.
Joe lo miró y le dijo:
—De verdad, lo siento mucho. No hay otra manera.
Lou intentó sentarse mientras Joe se daba la vuelta, pero sólo consiguió incorporar un poco el cuerpo antes de caer hacia atrás de nuevo, en la oscuridad.
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
24
—¡Espera!
La línea se cortó, y durante un instante, Max sintió el pánico más grande de su vida. Después se lo sacudió, irguió la espalda y corrió hacia la puerta. Tenía que ayudar a Lou.
Entonces, se quedó inmóvil al lado de la habitación de su hermana, viéndola tumbada en la cama, indefensa. ¿Por qué le había contado aquello Joe? ¿Porque era muy bueno? No. Quería que dejara a su hermana sin protección.
¿Cómo se suponía que iba a elegir entre su hermana y Lou?
Pensó que, realmente, no tenía que elegir.
Volvió a la sala de espera, tomó el teléfono y marcó el número de emergencias. Les dijo dónde estaba Lou, y que estaba a punto de morir por pérdida de sangre.
Después buscó en el bolsillo del vaquero la tarjeta que le había dado Stiles. Lo marcó, con la esperanza de que fuera lo que fuera lo que hubiera hecho Lou para mantenerlo atado hasta que llegara la policía no hubiera servido de nada.
__________ se despertó lentamente, sintiendo dolor por Joe. Dios, ¿dónde estaría?
¿Por qué no había ido a buscarla?
No podía levantar la cabeza para buscar por la habitación del hotel, y no oía bien, como si todos los sonidos estuvieran amortiguados. Vio, borrosamente, cómo Max hablaba con Lydia y con David.
—Van a traer a Lou en un minuto. Por favor, bajad y esperadlo. Y si... si... está muy mal, venid a buscarme. De lo contrario...
—Lo entendemos —dijo David—. Ten cuidado, Max.
Max asintió, y ________ se preguntó qué estaba ocurriendo. ¿Qué le había ocurrido a Lou Malone? ¿Y por qué David advertía a Max que tuviera cuidado?
Debía de tener miedo de que Joe fuera por ella. «¡Oh, Dios, dejad que venga por mí», pensó.
Después de que David y Lydia salieran de la habitación, Maxine abrió la puerta del armario, se metió dentro y volvió a cerrarla.
¿Qué...
La ventana se abrió de repente, y una suave brisa movió las cortinas. Una figura oscura entró en la habitación. El corazón le dio un salto en el pecho a _________cuando Joe aterrizó con suavidad en el suelo. Cuando él la miró, tuvo la sensación de que su cuerpo despertaba. Quiso gritar, hablar, saltar a sus brazos, pero no podía. Una lágrima le rodó por la mejilla. Joe lo vio y corrió a su lado con el amor brillándole en los ojos. Le quitó el pelo de la cara con su larga mano, y ________ vio que él también estaba llorando.
—Estoy aquí —susurró—. Todo irá bien ahora, mi amor. Estoy aquí.
Se inclinó sobre ella y la besó, y ella saboreó su beso brevemente. La puerta se abrió violentamente y Joe volvió la cabeza.
Frank Stiles, el hombre de las cicatrices, apareció con sus tres acompañantes. Dos estaban en el baño, y el tercero tras la cortina de la cama. Las armas apuntaban a Joe, y Maxine salió del armario.
—Aléjate de ella, Joseph —le dijo.
—No sabes lo que estás haciendo —respondió él suavemente, mirando fijamente a _________ con los ojos llenos de lágrimas. Ella levantó ligeramente una mano para protestar, pero nadie le hizo caso—. Por favor, se está muriendo, Maxine. Tu hermana va a morir, a menos que me dejes ayudarla.
—Lo siento, pero no creo una palabra de lo que has dicho, Joe. No puedo, después de lo que le has hecho a Lou.
¿Lou? ¿Qué le había hecho Joe a Lou?, se preguntó _______.
«Cálmate, mi amor. Malone está bien, te lo prometo». Los pensamientos de Joe entraron en su mente y la tranquilizaron. «Volveré por ti, te lo juro».
Entonces se dio la vuelta para ir hacia la ventana.
Stiles disparó su arma, y a _______ se le cortó la respiración. Un dardo se clavó en el hombro de Joe. Fuera lo que fuera, funcionó instantáneamente. Joe cayó de rodillas, mirando a Max.
—Por el amor de Dios, no dejes que ocurra esto.
Max se acercó a él.
—Has perdido cualquier simpatía por mi parte al atacar a Lou. Él era el único que te concedió el beneficio de la duda, el único que quería ayudarte. Y tú lo traicionaste.
—No te das cuenta de lo que has hecho —le dijo, y miró a _____, jurándole sin una palabra que encontraría el modo de volver a ella.
—Apártese, señorita Stuart. Nos lo llevaremos. Fue una suerte que no nos detuviera la policía, finalmente. Su novio sólo tenía un par de esposas, y no pudo atarnos a todos. Uno de mis hombres nos liberó antes de que apareciera la policía. De no haber sido así, este animal se habría salido con la suya.
Mientras Stiles hablaba, sus hombres habían atado a Joe, aunque ya estaba completamente inconsciente. Lo sacaron de la habitación silenciosamente, sin que ninguna de las enfermeras lo viera.
Cuando se marcharon, Maxine suspiró y se acercó a su hermana para tomarle la mano. Al mirarla, se dio cuenta de que ________ tenía los ojos clavados en ella.
Luchó por pronunciar unas palabras, y finalmente lo consiguió, en un susurro.
—Consigue que vuelva —le dijo con rabia—, o moriré odiándote por esto, Max. Te lo juro.
Tengo qe admitir qe en este momento odie a Max y más a Stiles, aunqe se qe ella no tiene la culpa.
Invitado
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Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Los captores de Joe estaban sentados alrededor de una mesa, fumando y hablando en voz baja. Joe se había quedado temporalmente inconsciente por la droga, y al despertar se encontraba muy débil. Le pareció que estaba tumbado sobre una mesa, atado sobre una camilla. Sólo percibía el olor a tabaco, a humedad y a moho de la casa en la que estaban. ¿Sería una casa deshabitada?
—La droga funciona, Frank. Lo has conseguido.
—Funciona —respondió la odiada voz de Stiles—, pero no sé si funciona bien, ni durante cuánto tiempo hace efecto.
— Bueno, el monstruo está inconsciente —dijo otro—. Eso es todo lo que necesito saber.
—Entonces es que eres un idiota.
Los hombres se quedaron en silencio durante un momento. Después uno de ellos preguntó:
—¿Y qué vamos a hacer con él, jefe? Dijo que no íbamos a hacer ningún prisionero.
—Y no vamos a hacerlo. Vamos a ejecutarlos a todos, vamos a eliminar la raza. Ahí es donde nuestra misión se diferencia a la de la DIP. Sin embargo, vamos a mantener a éste con vida hasta que veamos cómo funciona la droga. Después, le abriremos las venas y dejaremos que se desangre.
Joe reprimió un escalofrío. Aquel hombre estaba reorganizando por su cuenta la División, de un modo mucho más feroz que el gobierno. Suavemente, le dio un tirón a las correas de la camilla. Eran fuertes, y sintió que todavía no tenía fuerza suficiente como para romperlas. Sin embargo, se preguntó para qué tenía que intentarlo. Si no podía salvar a _______, ¿qué sentido tenía? Dios, ¿por qué había esperado tanto para reconocer que había un vínculo entre los dos? Ella no lo había hecho. Ella sabía desde el principio lo que era aquello. Era suya. Había tardado siglos en encontrarla, y se la iban a quitar sin que pudiera hacer nada por evitarlo.
—Ve a ver si todavía está inconsciente —le ordenó Stiles a uno de ellos.
Unos pasos se acercaron, y Joe relajó la expresión y se quedó completamente inmóvil.
—Inconsciente —confirmó el hombre.
—Asegúrate —le dijo Stiles.
El hombre se quedó quieto un momento. Joe oyó que le daba unas caladas fuertes al cigarro, y después sintió calor cerca del cuello. La sensación se hizo más fuerte hasta que notó la punta del cigarro. Apretó la mandíbula para evitar gritar mientras se le abrasaba la piel. El dolor era lacerante, pero no reaccionó. Si lo hacía, lo matarían.
Tenía que sobrevivir, escapar y llegar al lado de _______.
El hombre apartó el cigarro, pero su quemadura permaneció allí, hiriente. Joe olió su propia carne quemada.
—Estoy seguro —dijo el hombre—. Está inconsciente.
Me faltaba ese pedacito:)
—La droga funciona, Frank. Lo has conseguido.
—Funciona —respondió la odiada voz de Stiles—, pero no sé si funciona bien, ni durante cuánto tiempo hace efecto.
— Bueno, el monstruo está inconsciente —dijo otro—. Eso es todo lo que necesito saber.
—Entonces es que eres un idiota.
Los hombres se quedaron en silencio durante un momento. Después uno de ellos preguntó:
—¿Y qué vamos a hacer con él, jefe? Dijo que no íbamos a hacer ningún prisionero.
—Y no vamos a hacerlo. Vamos a ejecutarlos a todos, vamos a eliminar la raza. Ahí es donde nuestra misión se diferencia a la de la DIP. Sin embargo, vamos a mantener a éste con vida hasta que veamos cómo funciona la droga. Después, le abriremos las venas y dejaremos que se desangre.
Joe reprimió un escalofrío. Aquel hombre estaba reorganizando por su cuenta la División, de un modo mucho más feroz que el gobierno. Suavemente, le dio un tirón a las correas de la camilla. Eran fuertes, y sintió que todavía no tenía fuerza suficiente como para romperlas. Sin embargo, se preguntó para qué tenía que intentarlo. Si no podía salvar a _______, ¿qué sentido tenía? Dios, ¿por qué había esperado tanto para reconocer que había un vínculo entre los dos? Ella no lo había hecho. Ella sabía desde el principio lo que era aquello. Era suya. Había tardado siglos en encontrarla, y se la iban a quitar sin que pudiera hacer nada por evitarlo.
—Ve a ver si todavía está inconsciente —le ordenó Stiles a uno de ellos.
Unos pasos se acercaron, y Joe relajó la expresión y se quedó completamente inmóvil.
—Inconsciente —confirmó el hombre.
—Asegúrate —le dijo Stiles.
El hombre se quedó quieto un momento. Joe oyó que le daba unas caladas fuertes al cigarro, y después sintió calor cerca del cuello. La sensación se hizo más fuerte hasta que notó la punta del cigarro. Apretó la mandíbula para evitar gritar mientras se le abrasaba la piel. El dolor era lacerante, pero no reaccionó. Si lo hacía, lo matarían.
Tenía que sobrevivir, escapar y llegar al lado de _______.
El hombre apartó el cigarro, pero su quemadura permaneció allí, hiriente. Joe olió su propia carne quemada.
—Estoy seguro —dijo el hombre—. Está inconsciente.
Me faltaba ese pedacito:)
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
te odio max!!!se q trata de protger a su hermana pero le sale para el ORTO!!! Tambien odio al viejo verde pajero de stiles!!! ojala te corten los huevos!!! :caliente2: :caliente2: ..pobrechito joe :sad:
siguela!!!!!!
siguela!!!!!!
jb_fanvanu
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
oieeeeeee!! como la vas adejar alli!!
mi hermana si q es mala!! como me va a hacer eso!!! si no me salvo la mato!!! :P
bno pon cap plissssss!!!! :bounce: :cheers:
mi hermana si q es mala!! como me va a hacer eso!!! si no me salvo la mato!!! :P
bno pon cap plissssss!!!! :bounce: :cheers:
*annie d' jonas*
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
Urgg! malditos todos! allí se pudran, que no me dejaran empaz con Joe? aunque me coma, nono me devore!! :twisted: jajaj
Siguela porfas!
Siguela porfas!
Invitado
Invitado
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
ohh yo queria caps :crybaby: :crybaby: :crybaby: :crybaby:
siguela!!!!!! :sad: :sad:
siguela!!!!!! :sad: :sad:
jb_fanvanu
Re: "Sombras en la noche" {Joe & tu}
COMO A PODIDO MAX ASERME ESTO AHORA LA DETESTO POR ASER K JOE ESTE VIVIENDO UN INFIERNO NO ES JUSTO NI PARA JOE NI PARA MI ESO NO :evil:
Y ESE VIEJO CADA DIA CADA HORA CADA SEGUNDO O CADA CAPITULO LO ODIO MAS :caliente: :caliente2: Y ESO Y NO TE TARDES MUCHO EN SUBIER CAPS
A Y LO SIENTO POR NO COMENTAR ANTES ESTABA MUY LIADA :crybaby: PERO PA RA ESO ESTOY AKI A K SUBVAS MAS CAPS PLIZ K LO NESESITO :(
SUBELAAAAAAAAAAA :lol: :D Y K JOE VENGA Y ME SALVE DE MI FAMILI TAN ODIOSA :enfadado:
SIGUELA PRONTIO O TENDARS NOTICIAS MIA :twisted: JEJJE SEGUILA
Y ESE VIEJO CADA DIA CADA HORA CADA SEGUNDO O CADA CAPITULO LO ODIO MAS :caliente: :caliente2: Y ESO Y NO TE TARDES MUCHO EN SUBIER CAPS
A Y LO SIENTO POR NO COMENTAR ANTES ESTABA MUY LIADA :crybaby: PERO PA RA ESO ESTOY AKI A K SUBVAS MAS CAPS PLIZ K LO NESESITO :(
SUBELAAAAAAAAAAA :lol: :D Y K JOE VENGA Y ME SALVE DE MI FAMILI TAN ODIOSA :enfadado:
SIGUELA PRONTIO O TENDARS NOTICIAS MIA :twisted: JEJJE SEGUILA
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