Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 15. • Comparte
Página 15 de 15. • 1 ... 9 ... 13, 14, 15
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
.Anyway. escribió:Maraton quiero :c
Ya tendrás c:
Cami
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
{#Iara Styles}. escribió:hum yo también :(... creo que te estas tardando demasiado xd...
No me presionen -.- xd perdón, hago lo que puedo :c
Cami
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
#Nαzα escribió:voy a hacer una huelga (?
:c
Haceme huelga y te quemo el rancho(? okno ._.
Cami
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
ay, mierda, te acordas? :') dnsafhuidjghfjCami Tomlinson escribió:¡Este comentario fue en la primera semana que nos pusimos a hablar por msn! Que tiempos c': JAJAJAJAJAJAA. Me alegro de que te haya gustado, no llegas tarde todavía faltan temporadas y temproadas... okno, tampcoo para tanto. ¿Estoy escribiendo para la mierda? Sí, creo que sí, pero no tengo ganas de borrar y emparchar. ¿Al final que había pasado con eso de las canciones? ¿Las habías podido bajar? Creo que pocas, no recuerdo(?) Loviu♥
JAJAJAJAJAJAJJA!!! te pegué la cosa de hablar incoherencias, yo lo se (?
no, al final el MP3 me re cagó y no cargué ningua ahi u.u PERO las cargue en el celular, y como se decidio a portarse bien, no se descargo en el viaje :D
loviu more <3<3
PD: me sigo cagando de risa con las caritas xd
Naz.
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
D:Cami Tomlinson escribió:#Nαzα escribió:voy a hacer una huelga (?
:cHaceme huelga y te quemo el rancho(? okno ._.
o sino...
:O *inserte carita aqui xd*
Naz.
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
{1/4}
Capítulo IX: Camila.
- De nuevo te irás con Sarah, ¿No?
- ¿Eso te molesta demasiado?
- Bastante, antes solíamos pasar todo el tiempo juntas.
- Eso pasó hace mucho tiempo – respondí secamente - ¿No crees que es hora de madurar?
Lanzó toda la ropa que había llevado hacia la cama por los aires y me miró furiosa. Le seguí la mirada, incapaz de responder o articular una palabra. Sabía que la estaba hiriendo pero era la única manera de alejarla de todo aquello; Iara era mi hermana y, como tal, debía protegerla de cualquier peligro, no podía permitir que se enterase de lo que íbamos a hacer. Y es por eso que insinué que saldría con Sarah a buscar alcohol esa noche.
Suspiré fuertemente y dejé caer mi cuerpo sobre la almohada. Le indiqué que se sentara a mi lado y, aunque al principio pareció dudarlo, termino cediendo a mi petición. Tomé sus manos y las junte con las mías, examinándolas, ¿Cómo era que podíamos ser de la misma sangre? Tan parecidas y, a la vez, tan diferentes.
- ¿Sabes que te quiero muchísimo, no? – asintió, dándome rienda a proseguir – Es por eso que necesito que me dejes salir hoy y no le digas nada a las chicas.
Sus ojos se desorbitaron y, por un momento, dudé de lo que se le estaba pasando por aquella loca cabeza que tenía. A veces pensaba cosas tan absurdas que me hacía dudar de su capacidad mental, la hiperactividad que llevaba en su cuerpo lograba ponerla en ese estado de suma locura.
- No es nada malo, ¿Sí? – añadí – Necesito que confíes en mí.
Carcajeó con una tonalidad sarcástica y rodó los ojos. Sabía que se venía una larga discusión que no estaba dispuesta a escuchar, siempre era así, nada de lo que hacía estaba bien para ella y mis padres. Sin embargo, de los tres, era la que más me apoyaba. Y era algo que intentaba agradecérselo todos los días.
- Me pides que confíe en ti cuando has desaparecido un día entero sin dar explicaciones, ¡¿Cómo eres capaz de hacerlo?! – estaba alterada y lo comprendía, pero necesitaba desesperadamente que me apoyara en aquella situación, que me lo hiciera más fácil.
- Iara, sé que esto es difícil para ti pero necesito que confíes una última vez en mí, como hermana y por el lazo tan fuerte que compartimos.
Me miró con sus ojos llorosos y terminó asintiendo. Sabía cómo manipularla y, aunque no me sentía muy cómoda haciéndolo, entendía que era lo correcto. No podía dejar que se expusiera al riesgo, le había prometido a mis padres cuidarla y así lo haría. Ocultarle la verdad era doloroso pero necesario.
«Celos», cualquiera podría haber dicho que se trataba de eso. Pero, como la conocía, intuía que había algo más en todo aquello que tan solo un estúpido berrinche; estaba segura de que se vinculaba con los chicos y la poderosa atracción que cada una de nosotras sentía hacia ellos.
Y es por eso, principalmente, que necesitaba recaudar más información. Porque si llegaban a intentar hacerle algo malo a mi hermana debía estar preparada para acabar con ellos.
Caminaba por el sendero de piedras mientras lanzaba una que otra maldición. La gitana nos había hecho poner unas faldas larguísimas - que hacían que me resbalara y aplastara el final de la costura con mis pies - y unas estúpidas pulseras que no servían para nada. Para sumarle más desgracia al combo, estábamos descalzas y las piedras se adherían a nuestra piel desquebrajando el tejido de células.
- La odio – masculló Sarah en mi oído -, a ella y estas estúpidas idioteces que nos hizo poner.
Asentí en complicidad. Esmeralda estaba un poco más adelante, parecía no tener demasiado problema con sus pies y manejaba muy bien aquella enorme falda de colores. Claro, para ella era fácil todo ese tipo de cosas, estaba más que acostumbrada debido a su tradición y sus creencias. ¿Cuándo había sido la última vez que había usado una pollera? Creo que diez u once años atrás.
Llegamos al campus y comenzamos a preparar el ritual. Colocamos las maderas bien apiladas, tomamos un algodón con alcohol y, junto con un poco de fuego, logramos encender una pequeña y precaria fogata.
Esperábamos no llamar la atención; era tarde, una o dos de la mañana, y no creíamos que nadie estuviera despierto a esa hora. La luna, grande y redonda, iluminaba nuestras caras y le añadía un aspecto más terrorífico a la escena.
- Siéntense una en cada lado y tómense de las manos – ordenó.
Acomodamos nuestras partes de debajo de las piernas sobre el pasto y la parte de arriba sobre la de abajo. Nos tomamos de las manos y cerramos fuertemente los ojos. Esmeralda poseía sobre sus manos unas hierbas y, con voz sumamente grave y autoritaria, comenzó a recitar unas palabras que poco entendí.
- Mangao tu sai boliman. Chachi ondole so chere balgasi, niso se chere.
Sentí una gran oleada de calor en mi cuerpo y la mano de la gitana dejó de apretarme con su fuerza habitual. Abrí los ojos, al igual que Sarah, y me encontré con el espectáculo más extraño que había visto en mi vida: la muchacha se contorsionaba de aquí para allá, con los ojos en blanco y diciendo incoherencias.
- La tierra de los no vivos ha cedido el paso, la magia se encuentra en peligro, el hijo del rey dejará el trono, la hija de la reina tiene un destino imposible de imaginar – por más que intentábamos zamarrearla nada sucedía, tan solo su voz incrementaba de tono - . Las cinco elegidas morirán.
Todos los paneles de luces que alumbraban el patio se hicieron trizas, los cristales caían sobre nuestras cabezas en forma de rocío y, por más que intentábamos, no podíamos lograr correr a Esmeralda de su lugar.
Intenté no entrar en pánico. Realmente había subestimado los poderes de la muchacha, parecía que ni tenía control sobre su mismo cuerpo al hacer ese tipo de magia. Debía de haberle preguntado antes los riesgos que traería.
Sentí el impacto de algo que atravesaba mi cuerpo y todo se tornó borroso. Escuchaba gritos masculinos a la distancia pero nada podía hacer, mi cuerpo se estaba desplomando contra el pasto y el frío irradiaba mi cuerpo lentamente.
Entendí que, la persona que me sujetaba los brazos, me estaba pidiendo que resistiera un poco más y no cerrara los ojos; pero no podía, el cansancio estaba inundando mi ser y no aguantaba ni un segundo más despierta.
Los cerré. Lo último que sentí fue una punzada de dolor en mi cuello.
- ¿Eso te molesta demasiado?
- Bastante, antes solíamos pasar todo el tiempo juntas.
- Eso pasó hace mucho tiempo – respondí secamente - ¿No crees que es hora de madurar?
Lanzó toda la ropa que había llevado hacia la cama por los aires y me miró furiosa. Le seguí la mirada, incapaz de responder o articular una palabra. Sabía que la estaba hiriendo pero era la única manera de alejarla de todo aquello; Iara era mi hermana y, como tal, debía protegerla de cualquier peligro, no podía permitir que se enterase de lo que íbamos a hacer. Y es por eso que insinué que saldría con Sarah a buscar alcohol esa noche.
Suspiré fuertemente y dejé caer mi cuerpo sobre la almohada. Le indiqué que se sentara a mi lado y, aunque al principio pareció dudarlo, termino cediendo a mi petición. Tomé sus manos y las junte con las mías, examinándolas, ¿Cómo era que podíamos ser de la misma sangre? Tan parecidas y, a la vez, tan diferentes.
- ¿Sabes que te quiero muchísimo, no? – asintió, dándome rienda a proseguir – Es por eso que necesito que me dejes salir hoy y no le digas nada a las chicas.
Sus ojos se desorbitaron y, por un momento, dudé de lo que se le estaba pasando por aquella loca cabeza que tenía. A veces pensaba cosas tan absurdas que me hacía dudar de su capacidad mental, la hiperactividad que llevaba en su cuerpo lograba ponerla en ese estado de suma locura.
- No es nada malo, ¿Sí? – añadí – Necesito que confíes en mí.
Carcajeó con una tonalidad sarcástica y rodó los ojos. Sabía que se venía una larga discusión que no estaba dispuesta a escuchar, siempre era así, nada de lo que hacía estaba bien para ella y mis padres. Sin embargo, de los tres, era la que más me apoyaba. Y era algo que intentaba agradecérselo todos los días.
- Me pides que confíe en ti cuando has desaparecido un día entero sin dar explicaciones, ¡¿Cómo eres capaz de hacerlo?! – estaba alterada y lo comprendía, pero necesitaba desesperadamente que me apoyara en aquella situación, que me lo hiciera más fácil.
- Iara, sé que esto es difícil para ti pero necesito que confíes una última vez en mí, como hermana y por el lazo tan fuerte que compartimos.
Me miró con sus ojos llorosos y terminó asintiendo. Sabía cómo manipularla y, aunque no me sentía muy cómoda haciéndolo, entendía que era lo correcto. No podía dejar que se expusiera al riesgo, le había prometido a mis padres cuidarla y así lo haría. Ocultarle la verdad era doloroso pero necesario.
«Celos», cualquiera podría haber dicho que se trataba de eso. Pero, como la conocía, intuía que había algo más en todo aquello que tan solo un estúpido berrinche; estaba segura de que se vinculaba con los chicos y la poderosa atracción que cada una de nosotras sentía hacia ellos.
Y es por eso, principalmente, que necesitaba recaudar más información. Porque si llegaban a intentar hacerle algo malo a mi hermana debía estar preparada para acabar con ellos.
Caminaba por el sendero de piedras mientras lanzaba una que otra maldición. La gitana nos había hecho poner unas faldas larguísimas - que hacían que me resbalara y aplastara el final de la costura con mis pies - y unas estúpidas pulseras que no servían para nada. Para sumarle más desgracia al combo, estábamos descalzas y las piedras se adherían a nuestra piel desquebrajando el tejido de células.
- La odio – masculló Sarah en mi oído -, a ella y estas estúpidas idioteces que nos hizo poner.
Asentí en complicidad. Esmeralda estaba un poco más adelante, parecía no tener demasiado problema con sus pies y manejaba muy bien aquella enorme falda de colores. Claro, para ella era fácil todo ese tipo de cosas, estaba más que acostumbrada debido a su tradición y sus creencias. ¿Cuándo había sido la última vez que había usado una pollera? Creo que diez u once años atrás.
Llegamos al campus y comenzamos a preparar el ritual. Colocamos las maderas bien apiladas, tomamos un algodón con alcohol y, junto con un poco de fuego, logramos encender una pequeña y precaria fogata.
Esperábamos no llamar la atención; era tarde, una o dos de la mañana, y no creíamos que nadie estuviera despierto a esa hora. La luna, grande y redonda, iluminaba nuestras caras y le añadía un aspecto más terrorífico a la escena.
- Siéntense una en cada lado y tómense de las manos – ordenó.
Acomodamos nuestras partes de debajo de las piernas sobre el pasto y la parte de arriba sobre la de abajo. Nos tomamos de las manos y cerramos fuertemente los ojos. Esmeralda poseía sobre sus manos unas hierbas y, con voz sumamente grave y autoritaria, comenzó a recitar unas palabras que poco entendí.
- Mangao tu sai boliman. Chachi ondole so chere balgasi, niso se chere.
Sentí una gran oleada de calor en mi cuerpo y la mano de la gitana dejó de apretarme con su fuerza habitual. Abrí los ojos, al igual que Sarah, y me encontré con el espectáculo más extraño que había visto en mi vida: la muchacha se contorsionaba de aquí para allá, con los ojos en blanco y diciendo incoherencias.
- La tierra de los no vivos ha cedido el paso, la magia se encuentra en peligro, el hijo del rey dejará el trono, la hija de la reina tiene un destino imposible de imaginar – por más que intentábamos zamarrearla nada sucedía, tan solo su voz incrementaba de tono - . Las cinco elegidas morirán.
Todos los paneles de luces que alumbraban el patio se hicieron trizas, los cristales caían sobre nuestras cabezas en forma de rocío y, por más que intentábamos, no podíamos lograr correr a Esmeralda de su lugar.
Intenté no entrar en pánico. Realmente había subestimado los poderes de la muchacha, parecía que ni tenía control sobre su mismo cuerpo al hacer ese tipo de magia. Debía de haberle preguntado antes los riesgos que traería.
Sentí el impacto de algo que atravesaba mi cuerpo y todo se tornó borroso. Escuchaba gritos masculinos a la distancia pero nada podía hacer, mi cuerpo se estaba desplomando contra el pasto y el frío irradiaba mi cuerpo lentamente.
Entendí que, la persona que me sujetaba los brazos, me estaba pidiendo que resistiera un poco más y no cerrara los ojos; pero no podía, el cansancio estaba inundando mi ser y no aguantaba ni un segundo más despierta.
Los cerré. Lo último que sentí fue una punzada de dolor en mi cuello.
______________________
{2/4}
Capítulo X: Harry.
Giré en redondo y me encontré con una castaña de mechas verdes, aquella muchacha que desde el primer día había robado cada uno de mis suspiros; la enojona que apoyaba a sus amigas y defendía las causas injustas. Pero, por sobre todo, la pobre adolescente de baja autoestima que no dejaba que me le acercase.
Es por eso que me resultaba tan raro que, entre tantas personas que se encontraban tiradas aquella mañana tomando el poco sol que quedaba en el campus, me hubiera elegido a mí para mantener una conversación sobre temas triviales. El problema era que me equivocaba en cuanto a sus propósitos.
- Hola – saludó tímidamente - ¿Puedo sentarme contigo?
Asentí y llevé mi mano al pasto, indicando que apoyara su cuerpo cerca del mío. La necesidad lograba llevarme hasta el punto de pensar en las peores perversiones junto a ella. ¿Me había vuelto loco? ¿Desde cuándo era así?
- Así que…
- Así que… - repetí burlonamente, sacándole una sonrisa.
Era tan lindo cuando la veía así, pocas veces había tenido el privilegio de verla feliz y, extrañamente, eso me incentivaba a intentar complacerla. ¿Por qué, de repente, sentía tanta atracción y cariño por una desconocida?
- Es raro que estés aquí – continué. Al instante sus mejillas se tornaron de un color rojo vivo, no sabía si estaba enojada o avergonzada, era muy difícil adivinarlo - . No me malinterpretes, me encanta tenerte a mi lado, pero se me hace un poco extraño que acudas a mí.
Llevó las manos hacia su nuca y se rascó fuertemente la cabeza, luego las retiró de su lugar y comenzó a juguetear con los botones de la camisa a cuadros que llevaba puesta. De no haber sido por lo preocupado que me encontraba hubiera reído ante tal actitud, pero la situación no lo ameritaba.
- ¿Por qué me tratas así? – mi cara de perplejidad le transmitió lo poco que había entendido lo que estaba tratándome de decir – Me miras como…
- ¿Cómo si intentara comerte?
Nos dimos vuelta y, automáticamente, todos mis músculos se tensaron. Draco Malfoy era quien nos estaba interrumpiendo con su odiosa voz. De no haber sido porque Alaia se encontraba conmigo en esos momentos, aquel estúpido rubio habría pasado a ser polvo e historia.
- Malfoy – mascullé entre dientes.
- Styles, Parker, ¿Cómo la están pasando?
Noté que ella también se notaba un poco incómoda y eso fue motivo suficiente para sacarlo de nuestras vistas. Tomé a la chica del brazo, la levanté bruscamente y pasé mi mano sobre sus hombros en forma protectora. No entendía por qué lo hacía pero se sentía tan bien que no quería interrumpirme.
- Con tu permiso, nos vamos – lo empujé suavemente mientras le daba la espalda y lo perdíamos de vista.
Al principio supuse que nos dejaría en paz y continuaría con lo suyo, pero luego de escucharlo gritar mi nombre temí por lo que podría venir. No quería pelear frente a ella, tampoco me gustaba la idea de echar a perder el plan, ¿Pero que más podía hacer? Me estaba provocando y no iba a resistir mucho tiempo más.
- ¿Algún problema? – pregunté mientras me daba la vuelta.
Alaia se aferró a mi camisa y susurró entre dientes que lo dejara estar; pero ella no podía comprender el odio que le tenía a aquel despreciable individuo, si lo hubiera hecho no me habría detenido de ese modo.
Comencé a caminar con pasos decididos hacia mi oponente pero una mano sumamente fuerte me arrastró hacia atrás. Al verla me quedé completamente duro, ¿De dónde había sacado tanta fuerza? Aquella mujer iba a matarme, cada vez que pensaba que la conocía saltaba con algo nuevo; el término «caja de pandora» le iba bastante bien.
- Vámonos, Harry – me ordenó autoritariamente.
La miré asombrado y luego alcé mi vista hacia el rubio, quien estaba riéndose a carcajadas ante la situación. Sin darle demasiada importancia, di media vuelta y apreté la mano de mi compañera; ella era lo único que importaba en ese momento.
- ¿Así que hay una razón por la cual acudiste a mí? – revolví mi té mientras le agregaba dos cucharadas de azúcar, no me lo iba a tomar pero debía pretender que lo haría.
Luego de la discusión con Draco había sugerido ir a mi habitación, la cual compartía con mis demás hermanos. Al principio se había negado pero, cuando le dije que ellos no se encontrarían allí hasta más pasada la noche, terminó aceptando mi petición.
Nos encontrábamos tomando el té en la salita principal, acompañando la infusión con unas galletitas de vainilla con chispas de chocolate. La castaña las miraba con deseo pero, por alguna razón desconocida para mí, no se atrevía a tocar ninguna.
- ¿No tienes hambre? – pregunté mientras me llevaba una a la boca. El gusto era horrible para mi paladar, pero quería que ella se animara a tocar alguna.
Me miró por unos instantes y luego negó sutilmente con la cabeza, esbozando una hermosa pero pequeña sonrisa.
- No quiero desviarme del tema – frunció el ceño en señal de impaciencia y noté que se encontraba nerviosa. La pregunta era, ¿Por qué?
- ¿Pasa algo?
Nuevamente cruzó sus ojos con los míos y negó. Recordé, entonces, las palabras de Agostina aquella tarde antes de llegar al instituto: «las chicas de esta época se preocupan por su peso y llegan a comer nada por días, esta maldita sociedad las vuelve así». En ese momento agradecí tener una hermana con tanta información de la actualidad en su cabeza.
- Es eso, entonces – corroboré.
Extrañada se mordió el labio y, de tanta presión que hizo, pequeñas gotitas de sangre se derramaron por su barbilla. Hice acopio de todas mis fuerzas para no lanzarme encima de su rostro y succionarle todo aquel embriagador alimento.
La puerta central se abrió y un Niall algo hambriento entró en la habitación olfateando todo a su paso, buscando a su presa. Todos mis instintos protectores se pusieron alerta, a mí la sangre no me afectaba tanto como a él, sabía lo horrible que podía ser no comer por semanas por lo cual comprendía la necesidad del rubio y lo rudo que podría llegar a ponerse si se le negaba una comida.
- Niall…
Sus colmillos se expandieron y pude escuchar el grito aterrador de Alaia, quien se encontraba detrás de mí. La puerta se abrió nuevamente y Louis entró como un desesperado gritando el nombre del próximo atacante.
Todo sucedió muy rápido. Al distraerme con la entrada, el rubio hizo un ágil movimiento y me tiró hacia el suelo para tener despejado el camino hacia el cuello de la castaña. Ninguno de los dos fue lo suficientemente rápido como para evitarlo, Niall ya había clavado sus colmillos en su presa.
Lo alejamos con toda la fuerza que teníamos pero ya era tarde, en el instante en que un humano recibe la mordedura de un vampiro suceden dos cosas: muere o, si toda su sangre es vaciada del sistema, se convierte en uno de nosotros.
Desesperado dirigí mi mirada hacia Liam, ya todos se encontraban allí con sus rostros llenos de preocupación. Asintió con la cabeza dándome a entender que podía hacerlo y no lo pensé dos veces: clavé mis colmillos en la herida.
Fuertemente comencé a extraer cada gota. Iba a tardar tiempo en completar la transición, tal vez más del que debía poder salvar a las demás.
Es por eso que me resultaba tan raro que, entre tantas personas que se encontraban tiradas aquella mañana tomando el poco sol que quedaba en el campus, me hubiera elegido a mí para mantener una conversación sobre temas triviales. El problema era que me equivocaba en cuanto a sus propósitos.
- Hola – saludó tímidamente - ¿Puedo sentarme contigo?
Asentí y llevé mi mano al pasto, indicando que apoyara su cuerpo cerca del mío. La necesidad lograba llevarme hasta el punto de pensar en las peores perversiones junto a ella. ¿Me había vuelto loco? ¿Desde cuándo era así?
- Así que…
- Así que… - repetí burlonamente, sacándole una sonrisa.
Era tan lindo cuando la veía así, pocas veces había tenido el privilegio de verla feliz y, extrañamente, eso me incentivaba a intentar complacerla. ¿Por qué, de repente, sentía tanta atracción y cariño por una desconocida?
- Es raro que estés aquí – continué. Al instante sus mejillas se tornaron de un color rojo vivo, no sabía si estaba enojada o avergonzada, era muy difícil adivinarlo - . No me malinterpretes, me encanta tenerte a mi lado, pero se me hace un poco extraño que acudas a mí.
Llevó las manos hacia su nuca y se rascó fuertemente la cabeza, luego las retiró de su lugar y comenzó a juguetear con los botones de la camisa a cuadros que llevaba puesta. De no haber sido por lo preocupado que me encontraba hubiera reído ante tal actitud, pero la situación no lo ameritaba.
- ¿Por qué me tratas así? – mi cara de perplejidad le transmitió lo poco que había entendido lo que estaba tratándome de decir – Me miras como…
- ¿Cómo si intentara comerte?
Nos dimos vuelta y, automáticamente, todos mis músculos se tensaron. Draco Malfoy era quien nos estaba interrumpiendo con su odiosa voz. De no haber sido porque Alaia se encontraba conmigo en esos momentos, aquel estúpido rubio habría pasado a ser polvo e historia.
- Malfoy – mascullé entre dientes.
- Styles, Parker, ¿Cómo la están pasando?
Noté que ella también se notaba un poco incómoda y eso fue motivo suficiente para sacarlo de nuestras vistas. Tomé a la chica del brazo, la levanté bruscamente y pasé mi mano sobre sus hombros en forma protectora. No entendía por qué lo hacía pero se sentía tan bien que no quería interrumpirme.
- Con tu permiso, nos vamos – lo empujé suavemente mientras le daba la espalda y lo perdíamos de vista.
Al principio supuse que nos dejaría en paz y continuaría con lo suyo, pero luego de escucharlo gritar mi nombre temí por lo que podría venir. No quería pelear frente a ella, tampoco me gustaba la idea de echar a perder el plan, ¿Pero que más podía hacer? Me estaba provocando y no iba a resistir mucho tiempo más.
- ¿Algún problema? – pregunté mientras me daba la vuelta.
Alaia se aferró a mi camisa y susurró entre dientes que lo dejara estar; pero ella no podía comprender el odio que le tenía a aquel despreciable individuo, si lo hubiera hecho no me habría detenido de ese modo.
Comencé a caminar con pasos decididos hacia mi oponente pero una mano sumamente fuerte me arrastró hacia atrás. Al verla me quedé completamente duro, ¿De dónde había sacado tanta fuerza? Aquella mujer iba a matarme, cada vez que pensaba que la conocía saltaba con algo nuevo; el término «caja de pandora» le iba bastante bien.
- Vámonos, Harry – me ordenó autoritariamente.
La miré asombrado y luego alcé mi vista hacia el rubio, quien estaba riéndose a carcajadas ante la situación. Sin darle demasiada importancia, di media vuelta y apreté la mano de mi compañera; ella era lo único que importaba en ese momento.
- ¿Así que hay una razón por la cual acudiste a mí? – revolví mi té mientras le agregaba dos cucharadas de azúcar, no me lo iba a tomar pero debía pretender que lo haría.
Luego de la discusión con Draco había sugerido ir a mi habitación, la cual compartía con mis demás hermanos. Al principio se había negado pero, cuando le dije que ellos no se encontrarían allí hasta más pasada la noche, terminó aceptando mi petición.
Nos encontrábamos tomando el té en la salita principal, acompañando la infusión con unas galletitas de vainilla con chispas de chocolate. La castaña las miraba con deseo pero, por alguna razón desconocida para mí, no se atrevía a tocar ninguna.
- ¿No tienes hambre? – pregunté mientras me llevaba una a la boca. El gusto era horrible para mi paladar, pero quería que ella se animara a tocar alguna.
Me miró por unos instantes y luego negó sutilmente con la cabeza, esbozando una hermosa pero pequeña sonrisa.
- No quiero desviarme del tema – frunció el ceño en señal de impaciencia y noté que se encontraba nerviosa. La pregunta era, ¿Por qué?
- ¿Pasa algo?
Nuevamente cruzó sus ojos con los míos y negó. Recordé, entonces, las palabras de Agostina aquella tarde antes de llegar al instituto: «las chicas de esta época se preocupan por su peso y llegan a comer nada por días, esta maldita sociedad las vuelve así». En ese momento agradecí tener una hermana con tanta información de la actualidad en su cabeza.
- Es eso, entonces – corroboré.
Extrañada se mordió el labio y, de tanta presión que hizo, pequeñas gotitas de sangre se derramaron por su barbilla. Hice acopio de todas mis fuerzas para no lanzarme encima de su rostro y succionarle todo aquel embriagador alimento.
La puerta central se abrió y un Niall algo hambriento entró en la habitación olfateando todo a su paso, buscando a su presa. Todos mis instintos protectores se pusieron alerta, a mí la sangre no me afectaba tanto como a él, sabía lo horrible que podía ser no comer por semanas por lo cual comprendía la necesidad del rubio y lo rudo que podría llegar a ponerse si se le negaba una comida.
- Niall…
Sus colmillos se expandieron y pude escuchar el grito aterrador de Alaia, quien se encontraba detrás de mí. La puerta se abrió nuevamente y Louis entró como un desesperado gritando el nombre del próximo atacante.
Todo sucedió muy rápido. Al distraerme con la entrada, el rubio hizo un ágil movimiento y me tiró hacia el suelo para tener despejado el camino hacia el cuello de la castaña. Ninguno de los dos fue lo suficientemente rápido como para evitarlo, Niall ya había clavado sus colmillos en su presa.
Lo alejamos con toda la fuerza que teníamos pero ya era tarde, en el instante en que un humano recibe la mordedura de un vampiro suceden dos cosas: muere o, si toda su sangre es vaciada del sistema, se convierte en uno de nosotros.
Desesperado dirigí mi mirada hacia Liam, ya todos se encontraban allí con sus rostros llenos de preocupación. Asintió con la cabeza dándome a entender que podía hacerlo y no lo pensé dos veces: clavé mis colmillos en la herida.
Fuertemente comencé a extraer cada gota. Iba a tardar tiempo en completar la transición, tal vez más del que debía poder salvar a las demás.
______________________
{3/4}
Capítulo XI: Esmeralda.
Desperté en la penumbra de la noche con la luz de la luna sobre mis ojos. Escuchaba gritos, murmullos e impactos de cuerpos. Una gran opresión en mi pecho me impedía respirar con claridad, algo no estaba bien, ni siquiera recordaba lo que estaba haciendo minutos atrás.
Al sobarme los ojos comencé a ver los hechos con más claridad. Había realizado el conjuro que las chicas habían pedido y, ¿Luego me había desmayado? No podía recordar con exactitud esa parte, aunque posiblemente fuera por la cantidad de poder que utilicé.
Levanté un poco mi cuerpo y apoyé mis codos sobre el pasto. Louis estaba enfrente de mí sujetando a Camila con sus manos y enterrando su boca en el cuello, gran cantidad de sangre manaba en la zona y podía jurar que él la estaba succionando; también tenía una gran herida en el medio del pecho que parecía estar coagulando.
- ¡Jude! ¡Adam!
Me giré completamente y me encontré con el dueño de la voz. Lo conocía, sí, era Draco Malfoy nuestro compañero de clases y… ¿Estaba luchando con Zayn? Parecían dos salvajes golpeándose con fuerza sobrehumana.
Dos chicos bastantes parecidos entre sí estaban peleando con Liam y Niall, mientras que Sarah se encontraba a mi lado abrazándose las piernas y llorando descontroladamente. No había señales de las demás chicas pero ni siquiera me permití pensar en ellas, lo importante allí era entender que estaba sucediendo.
Una parte de mí se encontraba relajada por la realización del conjuro y, la otra, intentaba desesperadamente impulsarme hacia Louis y apartar su boca del cuello de mi amiga. También existía una vocecita más en mi cabeza que me pedía, más bien me rogaba, que fuera a ayudar al moreno; pero a esa decidí restarle importancia.
- ¿Qué está pasando? – llevé las manos hacia mi cabeza e intenté parar aquel dolor insoportable que oprimía mis pensamientos - ¿Por qué Louis está haciendo eso, Sarah?
De mis ojos comenzaron a desprender lágrimas al notar que, por más que quisiera moverme, no podía hacer más que movilizar solo algunas partes de mi cuerpo. Miré a la castaña con terror e hice un pequeño – pero involuntario – puchero.
«Deja de llorar, Esmeralda, deja de llorar». Por más que me repitiera aquella frase una y mil veces no podía evitarlo, toda aquella paz con la que me había despertado había sido remplazada por un constante dolor y miedo; miedo a la muerte tanto propia como ajena.
Escuché el grito de Zayn y, a continuación, contemplé como se revolcaba en el suelo con sus manos en el estómago mientras el rubio lo miraba penetrantemente y con una sonrisa en sus delgados labios. Supe en ese instante que se trataba de magia, no podía ser otra cosa, era inconfundible para una persona como yo: Draco lo estaba hechizando.
Sin importarme el dolor que sentía en mis piernas y la cabeza me levanté del pasto y corrí – medio cojeando, medio trotando – hacia el cuerpo del moreno, protegiéndolo con mis manos. Sentía que mis músculos se desgarraban y cada parte de mi cuerpo se desprendía de mi alma.
Me desplomé en el suelo y lo abracé con las pocas fuerzas que me quedaban. Escuchaba los susurros lejanos del oponente pero, como de costumbre, no podía hilar una palabra con la otra.
Draco intentó lanzarme un hechizo y Zayn me lo advirtió, tal vez demasiado tarde de no haber sido porque no me hizo efecto. La mirada indignada del ojiazul y los múltiples conjuros que tiró contra mí no lograron intimidarme y, mucho menos, dañarme.
Me permití cerrar los ojos por un momento, pero no conté con quedarme dormida.
Los rayos de luz hicieron que me retorciera sobre el cálido torso del desconocido que se encontraba debajo de mí, sujetándome. Sentí como una tosca y gran mano acariciaba mis cabellos y mis mejillas perladas de sudor. Pude reconocer, por el tono de la piel, que se trataba de Malik.
Automáticamente me levanté – provocando un leve mareo – y me aferré a lo primero que encontré: la rama de un árbol. Sentí su mirada sobre mi nuca pero, igualmente, no me dejé intimidar; lo que menos quería era pensar en la noche anterior. ¿Qué había pasado luego de mi segundo desmayo?
Liam y Sarah se encontraban un poco más lejos de nosotros, parecía que él trataba de tranquilizarla de algo aunque no podría decir realmente de qué con exactitud. Camila y Louis ya no se encontraban allí pero Agostina sí; parecía que Iara, Alaia y Harry se habían fugado y, a Draco y sus amigos, no se los veía por ningún lado.
Miré nuevamente al moreno y una sensación de calidez invadió mi estómago, lo cual hizo retorcerme del espanto. ¿Desde cuándo yo era así? No podía permitirme que un muchacho entrara en mi vida, ¡Menos cuándo había visto a su hermano chuparle la sangre del cuello a una de mis amigas!
Se levantó y comenzó a caminar hacia mí. Di pasos hacia atrás aceleradamente y, al chocar contra una pequeña roca, terminé en el suelo con toda mi falda revuelta. Una sonora carcajada salió de sus labios y no pude evitar enfurecerme, ¿Acaso se estaba burlando de mí? Nadie hacía eso sin recibir su merecido.
- ¿Se puede saber qué te parece tan gracioso? – me encogí de hombros y fruncí el ceño.
- Mmm – dio vuelta sus ojos y me miró divertido - ¿Tal vez lo mucho que intentas reprimir tus sentimientos hacia mí?
El calor de mis mejillas aumentó hasta un punto que creía imposible de llegar. No solo estaba enfurecida, me encontraba avergonzada, humillada y pisoteada por las palabras de un estúpido hombre con hormonas alborotadas.
Me levanté con un ágil movimiento y me acerqué lo más posible de su cara que nuestras respiraciones me permitieron, demostrando toda mi fuerza y valentía; él no me podía humillar sin afrontar las consecuencias luego.
- ¿De verdad? – tomé un pedazo de su camisa en mi mano y acerqué mi cabeza hacia su oído – Creo que es al revés.
Al ver la expresión de deseo de sus ojos todo en mí se derrumbó. El terror volvió a invadirme y me recordó todo lo que había visto aquella noche: a Camila con Louis, Sarah a punto de tener un ataque de pánico, Niall y Liam combatiendo como si fuera la última vez y Zayn… ¿Qué era lo que me había impulsado a salvarlo? Porque lo había hecho, de no haber sido porque me metí en el medio él no estaría vivo.
Tomó mis manos y las llevó hacia sus mejillas. Iba a protestar pero no me dio tiempo ni siquiera a articular la primera letra de mi largo discurso.
- No temas – pidió - . Yo siempre estaré, no importa que suene extraño, tienes que confiar en mí.
- ¿Por qué debería hacerlo?
Llevó una de mis manos hacia su pecho y no pude sentir sus latidos lo cual me asustó, otra cosa extraña sobre él para añadir a la lista.
- Porque sientes lo mismo que yo y lo sabes – iba a negarlo pero, ¿Qué caso daba? Solo me limité a asentir un poco avergonzada y asombrada ante la declaración - ¿Confías? – asentí nuevamente – No te dolerá.
Antes de que pudiera preguntar, sentí sus dientes clavar mi cuello.
Al sobarme los ojos comencé a ver los hechos con más claridad. Había realizado el conjuro que las chicas habían pedido y, ¿Luego me había desmayado? No podía recordar con exactitud esa parte, aunque posiblemente fuera por la cantidad de poder que utilicé.
Levanté un poco mi cuerpo y apoyé mis codos sobre el pasto. Louis estaba enfrente de mí sujetando a Camila con sus manos y enterrando su boca en el cuello, gran cantidad de sangre manaba en la zona y podía jurar que él la estaba succionando; también tenía una gran herida en el medio del pecho que parecía estar coagulando.
- ¡Jude! ¡Adam!
Me giré completamente y me encontré con el dueño de la voz. Lo conocía, sí, era Draco Malfoy nuestro compañero de clases y… ¿Estaba luchando con Zayn? Parecían dos salvajes golpeándose con fuerza sobrehumana.
Dos chicos bastantes parecidos entre sí estaban peleando con Liam y Niall, mientras que Sarah se encontraba a mi lado abrazándose las piernas y llorando descontroladamente. No había señales de las demás chicas pero ni siquiera me permití pensar en ellas, lo importante allí era entender que estaba sucediendo.
Una parte de mí se encontraba relajada por la realización del conjuro y, la otra, intentaba desesperadamente impulsarme hacia Louis y apartar su boca del cuello de mi amiga. También existía una vocecita más en mi cabeza que me pedía, más bien me rogaba, que fuera a ayudar al moreno; pero a esa decidí restarle importancia.
- ¿Qué está pasando? – llevé las manos hacia mi cabeza e intenté parar aquel dolor insoportable que oprimía mis pensamientos - ¿Por qué Louis está haciendo eso, Sarah?
De mis ojos comenzaron a desprender lágrimas al notar que, por más que quisiera moverme, no podía hacer más que movilizar solo algunas partes de mi cuerpo. Miré a la castaña con terror e hice un pequeño – pero involuntario – puchero.
«Deja de llorar, Esmeralda, deja de llorar». Por más que me repitiera aquella frase una y mil veces no podía evitarlo, toda aquella paz con la que me había despertado había sido remplazada por un constante dolor y miedo; miedo a la muerte tanto propia como ajena.
Escuché el grito de Zayn y, a continuación, contemplé como se revolcaba en el suelo con sus manos en el estómago mientras el rubio lo miraba penetrantemente y con una sonrisa en sus delgados labios. Supe en ese instante que se trataba de magia, no podía ser otra cosa, era inconfundible para una persona como yo: Draco lo estaba hechizando.
Sin importarme el dolor que sentía en mis piernas y la cabeza me levanté del pasto y corrí – medio cojeando, medio trotando – hacia el cuerpo del moreno, protegiéndolo con mis manos. Sentía que mis músculos se desgarraban y cada parte de mi cuerpo se desprendía de mi alma.
Me desplomé en el suelo y lo abracé con las pocas fuerzas que me quedaban. Escuchaba los susurros lejanos del oponente pero, como de costumbre, no podía hilar una palabra con la otra.
Draco intentó lanzarme un hechizo y Zayn me lo advirtió, tal vez demasiado tarde de no haber sido porque no me hizo efecto. La mirada indignada del ojiazul y los múltiples conjuros que tiró contra mí no lograron intimidarme y, mucho menos, dañarme.
Me permití cerrar los ojos por un momento, pero no conté con quedarme dormida.
Los rayos de luz hicieron que me retorciera sobre el cálido torso del desconocido que se encontraba debajo de mí, sujetándome. Sentí como una tosca y gran mano acariciaba mis cabellos y mis mejillas perladas de sudor. Pude reconocer, por el tono de la piel, que se trataba de Malik.
Automáticamente me levanté – provocando un leve mareo – y me aferré a lo primero que encontré: la rama de un árbol. Sentí su mirada sobre mi nuca pero, igualmente, no me dejé intimidar; lo que menos quería era pensar en la noche anterior. ¿Qué había pasado luego de mi segundo desmayo?
Liam y Sarah se encontraban un poco más lejos de nosotros, parecía que él trataba de tranquilizarla de algo aunque no podría decir realmente de qué con exactitud. Camila y Louis ya no se encontraban allí pero Agostina sí; parecía que Iara, Alaia y Harry se habían fugado y, a Draco y sus amigos, no se los veía por ningún lado.
Miré nuevamente al moreno y una sensación de calidez invadió mi estómago, lo cual hizo retorcerme del espanto. ¿Desde cuándo yo era así? No podía permitirme que un muchacho entrara en mi vida, ¡Menos cuándo había visto a su hermano chuparle la sangre del cuello a una de mis amigas!
Se levantó y comenzó a caminar hacia mí. Di pasos hacia atrás aceleradamente y, al chocar contra una pequeña roca, terminé en el suelo con toda mi falda revuelta. Una sonora carcajada salió de sus labios y no pude evitar enfurecerme, ¿Acaso se estaba burlando de mí? Nadie hacía eso sin recibir su merecido.
- ¿Se puede saber qué te parece tan gracioso? – me encogí de hombros y fruncí el ceño.
- Mmm – dio vuelta sus ojos y me miró divertido - ¿Tal vez lo mucho que intentas reprimir tus sentimientos hacia mí?
El calor de mis mejillas aumentó hasta un punto que creía imposible de llegar. No solo estaba enfurecida, me encontraba avergonzada, humillada y pisoteada por las palabras de un estúpido hombre con hormonas alborotadas.
Me levanté con un ágil movimiento y me acerqué lo más posible de su cara que nuestras respiraciones me permitieron, demostrando toda mi fuerza y valentía; él no me podía humillar sin afrontar las consecuencias luego.
- ¿De verdad? – tomé un pedazo de su camisa en mi mano y acerqué mi cabeza hacia su oído – Creo que es al revés.
Al ver la expresión de deseo de sus ojos todo en mí se derrumbó. El terror volvió a invadirme y me recordó todo lo que había visto aquella noche: a Camila con Louis, Sarah a punto de tener un ataque de pánico, Niall y Liam combatiendo como si fuera la última vez y Zayn… ¿Qué era lo que me había impulsado a salvarlo? Porque lo había hecho, de no haber sido porque me metí en el medio él no estaría vivo.
Tomó mis manos y las llevó hacia sus mejillas. Iba a protestar pero no me dio tiempo ni siquiera a articular la primera letra de mi largo discurso.
- No temas – pidió - . Yo siempre estaré, no importa que suene extraño, tienes que confiar en mí.
- ¿Por qué debería hacerlo?
Llevó una de mis manos hacia su pecho y no pude sentir sus latidos lo cual me asustó, otra cosa extraña sobre él para añadir a la lista.
- Porque sientes lo mismo que yo y lo sabes – iba a negarlo pero, ¿Qué caso daba? Solo me limité a asentir un poco avergonzada y asombrada ante la declaración - ¿Confías? – asentí nuevamente – No te dolerá.
Antes de que pudiera preguntar, sentí sus dientes clavar mi cuello.
______________________
{4/4}
Capítulo XII: Liam.
Llegamos bastante tarde. Con todo lo de Alaia nos habíamos olvidado del ritual y, en cuanto vimos la hora, dejamos que Harry y Agostina se ocuparan de la muchacha. Salimos corriendo hacia el campus y, al llegar, nos encontramos con un estallido de lámparas y el grito desgarrador de una muchacha que había sido apuñalada por la espalda. Louis, que estaba a mi lado, salió corriendo a su alcance sin ni siquiera pensar en las consecuencias que esto traería; como Niall, Zayn y yo éramos un poco más sensatos – al menos en aquel momento – nos encargamos del agresor y sus dos pequeños perros falderos.
No fue tan difícil, ni Jude ni Adam poseían mucha fuerza comparado con nosotros; él más difícil era Draco, quien casi destruye al moreno de no haber sido por Esmeralda que, en un intento desesperado y algo extraño de su parte, logro bloquear los hechizos y volverlos en contra haciendo que el rubio terminara herido.
Luego de eso no hubo mucha acción. Mi hermano mayor se llevó a Camila hacia el departamento para poder controlarla una vez que se despertara como humana, los brujos dieron por perdida la batalla y se alejaron con un estúpido truco para que no los siguiéramos y – justo en aquel momento – llegó Agostina quien intercambió una que otra mirada con Draco y unas pequeñas palabras que recordaré por el resto de mi vida: «se necesita morir y volver a empezar para poder amar». Parecía que sabía aún más de los vampiros de lo que yo creía y me sorprendí al ver que él había encontrado el problema al conflicto que teníamos mucho antes que nosotros.
Esmeralda, Sarah, Alalia, Iara y Camila eran aspirantes a vampiros y, como tales, nuestros lazos gemelos. Si se convertían, sus capacidades podrían ser mejores que las nuestras e incluso aún más que muchos del consejo del Mundo Mágico. Era por eso – y el lazo gemelo – que nos habíamos encontrado con ellas; no era tan solo una coincidencia.
También descubrí algo que se nos había pasado bastante por alto: Draco y Camila tenían un aire bastante parecido en sus caras, sus gestos e incluso la forma en la que se paraban y hablaban con los demás. Podrían haber sido criados por diferentes personas pero, sin dudas, compartían la misma sangre. Lo que me ponía a pensar en que, indudablemente, podrían llegar a ser hermanos.
Sarah se encontraba desmayada cuando llegué a sus brazos. La acogí hasta que el sol salió por el horizonte haciendo que despertara, hablamos de lo que había pasado la noche anterior y – por primera vez en mi vida – decidí ser completamente sincero y abierto con alguien; le conté todo lo que debía saber y, al terminar, noté que no se encontraba tan nerviosa como creí que iba a estar.
Fue cuando empecé a explicarle lo de los lazos y lo buena que sería como vampiro cuando comenzó a hiperventilar. Aún no se recuperaba del susto de la noche y, al parecer, no estaba preparada para otro gran cambio como ese.
Quería respetarla y decirle que todo iría bien, que podría tomar su propia decisión porque eso era, suya; pero inevitablemente no podía hacerlo, los brujos sabían de sus existencias e iban a recobrar venganza, lo más seguro era que acabaran muertas al final del día.
Tal como lo hizo Zayn y – según lo que me transmitió mi hermano – Niall, decidí convertir a Sarah en vampiro. No fue fácil, tuve que hablar reiteradas veces con ella y explicarle que todo iría bien al terminar el día. No se mostraba ni un poco conforme con la decisión que iba a tomar por ella pero, finalmente, cedió ante mí no sin antes prometerle que nada cambiaría en ella, su personalidad y su belleza.
Era extraño como, a pesar de la sociedad en la que vivíamos, aquella chica podía resultar tan poco preocupada y aferrada a su imagen; estaba conforme consigo misma y eso, debo admitir, que era lo que más me gustaba de ella.
Lo que más me preocupaba, sin dudas, era el parentesco entre Camila y Draco. Si el muchacho era brujo, entonces, ¿Ella también lo era? ¿Eso en qué la convertiría? Al ser vampira, ¿Sus poderes se irían?
Poco sabía acerca de ello y, por lo que sospechaba, íbamos a resolver el misterio bastante antes de lo que esperábamos. No creía que nosotros, los hombres, fuéramos los únicos que habíamos encontrado nuestro lazo gemelo; algo me decía que Agostina también lo había hecho, y del hombre más equivocado y siniestro que podría haber en el mundo.
Nuestro tiempo en el instituto había recién comenzado. Volveríamos a saber de él muy pronto pero, en aquel momento, era necesario alejarse un poco. La Guerra iba a comenzar en cualquier momento y necesitábamos ir a avisar a las autoridades de ello y, también, de nuestras nuevas aliadas.
No fue tan difícil, ni Jude ni Adam poseían mucha fuerza comparado con nosotros; él más difícil era Draco, quien casi destruye al moreno de no haber sido por Esmeralda que, en un intento desesperado y algo extraño de su parte, logro bloquear los hechizos y volverlos en contra haciendo que el rubio terminara herido.
Luego de eso no hubo mucha acción. Mi hermano mayor se llevó a Camila hacia el departamento para poder controlarla una vez que se despertara como humana, los brujos dieron por perdida la batalla y se alejaron con un estúpido truco para que no los siguiéramos y – justo en aquel momento – llegó Agostina quien intercambió una que otra mirada con Draco y unas pequeñas palabras que recordaré por el resto de mi vida: «se necesita morir y volver a empezar para poder amar». Parecía que sabía aún más de los vampiros de lo que yo creía y me sorprendí al ver que él había encontrado el problema al conflicto que teníamos mucho antes que nosotros.
Esmeralda, Sarah, Alalia, Iara y Camila eran aspirantes a vampiros y, como tales, nuestros lazos gemelos. Si se convertían, sus capacidades podrían ser mejores que las nuestras e incluso aún más que muchos del consejo del Mundo Mágico. Era por eso – y el lazo gemelo – que nos habíamos encontrado con ellas; no era tan solo una coincidencia.
También descubrí algo que se nos había pasado bastante por alto: Draco y Camila tenían un aire bastante parecido en sus caras, sus gestos e incluso la forma en la que se paraban y hablaban con los demás. Podrían haber sido criados por diferentes personas pero, sin dudas, compartían la misma sangre. Lo que me ponía a pensar en que, indudablemente, podrían llegar a ser hermanos.
Sarah se encontraba desmayada cuando llegué a sus brazos. La acogí hasta que el sol salió por el horizonte haciendo que despertara, hablamos de lo que había pasado la noche anterior y – por primera vez en mi vida – decidí ser completamente sincero y abierto con alguien; le conté todo lo que debía saber y, al terminar, noté que no se encontraba tan nerviosa como creí que iba a estar.
Fue cuando empecé a explicarle lo de los lazos y lo buena que sería como vampiro cuando comenzó a hiperventilar. Aún no se recuperaba del susto de la noche y, al parecer, no estaba preparada para otro gran cambio como ese.
Quería respetarla y decirle que todo iría bien, que podría tomar su propia decisión porque eso era, suya; pero inevitablemente no podía hacerlo, los brujos sabían de sus existencias e iban a recobrar venganza, lo más seguro era que acabaran muertas al final del día.
Tal como lo hizo Zayn y – según lo que me transmitió mi hermano – Niall, decidí convertir a Sarah en vampiro. No fue fácil, tuve que hablar reiteradas veces con ella y explicarle que todo iría bien al terminar el día. No se mostraba ni un poco conforme con la decisión que iba a tomar por ella pero, finalmente, cedió ante mí no sin antes prometerle que nada cambiaría en ella, su personalidad y su belleza.
Era extraño como, a pesar de la sociedad en la que vivíamos, aquella chica podía resultar tan poco preocupada y aferrada a su imagen; estaba conforme consigo misma y eso, debo admitir, que era lo que más me gustaba de ella.
Lo que más me preocupaba, sin dudas, era el parentesco entre Camila y Draco. Si el muchacho era brujo, entonces, ¿Ella también lo era? ¿Eso en qué la convertiría? Al ser vampira, ¿Sus poderes se irían?
Poco sabía acerca de ello y, por lo que sospechaba, íbamos a resolver el misterio bastante antes de lo que esperábamos. No creía que nosotros, los hombres, fuéramos los únicos que habíamos encontrado nuestro lazo gemelo; algo me decía que Agostina también lo había hecho, y del hombre más equivocado y siniestro que podría haber en el mundo.
Nuestro tiempo en el instituto había recién comenzado. Volveríamos a saber de él muy pronto pero, en aquel momento, era necesario alejarse un poco. La Guerra iba a comenzar en cualquier momento y necesitábamos ir a avisar a las autoridades de ello y, también, de nuestras nuevas aliadas.
FIN.
Cami
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
bueno, estaba revisando así... y me encontré de que esta novela estaba TERMINADA! o dios, ¡terminada!... AME LOS CAPÍTULOS... y me hizo pensar en algo, bueno... Alaia (aunque no se si entendí bien) fue convertida en vampiro... ¡y de la peor forma! por culpa de uno hambriento xd y estuvo entre la muerte y convertirse ¿verdad? :3... pero gracias a Harry, ¡A MI HARRY XD!, se alejo de eso de la muerte... Esmeralda, te juro que me morí de risa en esa parte que empezó a hablar así todo raro :3... Ella de una manera u otra, protegió a Zayn de Draco ¿verdad?... es raro, porque pienso que es solamente una gitana... ¿¡o también tiene poderes en contra de los brujos!? xd... Sarah, bueno ella... por un momento pienso que es algo así muy sensible... ¿tal vez? y no se tomo muy bien eso de tener que ser un vampiro... pero al final, Liam la convenció y si... ¡Cami, cami, cami! Louis con ella (o con vos xd) es tan protector que me dan ganas de raptarlo y llevarlo conmigo a cualquier lado(?)... bueno, Esmeralda se asusto de lo que Louis le estaba haciendo a Cami, pero creo que fue por su bien ¿verdad? :3... y yo creo que fui la única en salvarme de todo eso gracias a una hermana sobre protectora(?)... creo que no tuve que pasar todo eso MALO que las demás pasaron... y no se, pienso que no fue bueno(? ah, ¡yo también tenia que estar! xd... bueno, no se que decir :3... skjska, no podes hacernos esto!... ¿¡a quien se le ocurre subir cuatro capítulos a las cuatro de la madrugada!? ¡solo a vos! xd... ksjasjaa, los AME... no puedo creer que termino! termino esta novela GENIAL! creo que voy a llorar en el rincón... o creo que voy a hacer como Naza y voy a ahogar todas mis penas en el café(?)... jajaja no... ¡eso se lo dejo a ella! xd... pero, ¿el final de la primera parte? o es el final de la historia?... recuerda que tu pusiste de la primera parte... pero al final del capitulo pusiste FIN... que me confundió un poco... bue, esa no es la cuestión... ¡AME ESTA NOVELA!... kjsajsaka, y la pondré primera en la lista de mis favoritas(?) ah, cierto que no tengo... bue jajaja... mejor me voy yendo porque no quiero molestar mas(?)... ah, chausito geme!... y fue un honor leer esta INCREÍBLE novela! :)... (y ser la primera en comentar) jajajaja ok no ._.
PD: i lovui wacha :3... ¡SOS LA MEJOR! :)
PD: i lovui wacha :3... ¡SOS LA MEJOR! :)
{#Iara Styles}.
Re: Instituto Británico Pietro [One Direction] {Terminada}
ME MUERO CAMI! Oh bueno, no voy a hacerte un comentario muy largo (ya lo hablamos bien esto xd) asi que empiezo:
La forma del ritual fue, sinceramente, muy interesante. No se, me imagine todo exactamente y me emocione mucho al leerlo. Era como QUE CARAJO!? SAJKLASD pero estaba tan genial :3 me pregunto cuales eran las palabras que dijo esmeralda:O otra cosa ¿Quien convirtio a Iara? Pues alguien tiene que convertirla, sino la asesinaran :c
Maldito y desgraciado Niall(?) Me mordio pero al menos fue Hazza quien me convirtio :3 es un amor <3 Las galletitas de chocolate es a lo unico que no puedo resistirme, te lo juro, por mas que intente pueden conmigo(?) Aunque me pregunto porque Alaia fue en busca de Harry, ahi hay algo que no cierra.
Ame ame ame como Zayn trato a Esmeralda <3 Tambien como ella lo defendio y contra ataco a Draco! Maldito Malfoy, se lo merecia(?) aunque pobre agostina u.u ¿Y que es eso del lazo gemelo? Eso si que da intriga :O andjkasdas me gustaria saber que onda(?)
Bien, no puedo esperar a la segunda parte ¿Como se llamara? ¿O tendra el nombre de "IBP2T"? nlkasda bueno, eso me contas por chat sino(?)
Bien, mi comentario no iba a ser largo pero well, salio asi xd espero que no te enojes(?
Te adoro :3
La forma del ritual fue, sinceramente, muy interesante. No se, me imagine todo exactamente y me emocione mucho al leerlo. Era como QUE CARAJO!? SAJKLASD pero estaba tan genial :3 me pregunto cuales eran las palabras que dijo esmeralda:O otra cosa ¿Quien convirtio a Iara? Pues alguien tiene que convertirla, sino la asesinaran :c
Maldito y desgraciado Niall(?) Me mordio pero al menos fue Hazza quien me convirtio :3 es un amor <3 Las galletitas de chocolate es a lo unico que no puedo resistirme, te lo juro, por mas que intente pueden conmigo(?) Aunque me pregunto porque Alaia fue en busca de Harry, ahi hay algo que no cierra.
Ame ame ame como Zayn trato a Esmeralda <3 Tambien como ella lo defendio y contra ataco a Draco! Maldito Malfoy, se lo merecia(?) aunque pobre agostina u.u ¿Y que es eso del lazo gemelo? Eso si que da intriga :O andjkasdas me gustaria saber que onda(?)
Bien, no puedo esperar a la segunda parte ¿Como se llamara? ¿O tendra el nombre de "IBP2T"? nlkasda bueno, eso me contas por chat sino(?)
Bien, mi comentario no iba a ser largo pero well, salio asi xd espero que no te enojes(?
Te adoro :3
Jaeger.
----
Página 15 de 15. • 1 ... 9 ... 13, 14, 15
Temas similares
» From Nothing To Something (One Direction) TERMINADA
» ¿Solo dos chicas en el instituto ? 8/8 TERMINADA
» When Everything Change (one direction)[TERMINADA]
» ¿Reclusorio o un Instituto? | Instituto Fénix
» Sex with the five /One direction y ___/ TERMINADA
» ¿Solo dos chicas en el instituto ? 8/8 TERMINADA
» When Everything Change (one direction)[TERMINADA]
» ¿Reclusorio o un Instituto? | Instituto Fénix
» Sex with the five /One direction y ___/ TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 15 de 15.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.