Madre Soltera (Nick Jonas y Tú)

- Hola – dijo simplemente. Luego, cuando giró la cabeza, se incorporó y se disculpó. Nos saludó a todos con una cálida sonrisa.

- Joe, estos son: Lizeth, Adrián, Sebastián, Alejandro, Jennifer, Sara y _____ – dijo señalándonos a medida que decía los nombres. Yo me sonrojé cuando noté que Joseph no apartaba la vista de mí.

- Encantado –dijo sonriendo– ¿Quieren sentarse conmigo a ver esto? –dijo señalando la televisión. Nosotros asentimos y nos sentamos todos en diferentes sillones que había por la sala. Una duda invadió mi mente, acabamos de conocer a Nicholas y a Joseph, pero ¿y Franklin? Miré a Kevin dispuesta a preguntarle cuando, de repente, un chico entra en la sala.

- ¡Oh! Mm, hola – dijo levantando la mano.

- Frank, ellos son mis amigos de la universidad. Ya los conocerás otro día – dijo Kevin recostándose en el sillón. Yo reí levemente y vi que el chico tenía una caja de chicles en la mano. No lo dudé, me levanté y me acerqué a él.

- ¿Me das uno? – dijo señalando los chicles.

- ¡Oh! No espera, esta está vacía. Tengo otra en mi cuarto, ahora vengo – empezó a caminar pero yo le detuve.

- No, vamos los dos. Aquí me estoy aburriendo como nunca, viendo lo que sea que esté dando en la tele – dije susurrándole en el oído. Él simplemente rió y asintió. Lo seguí hasta su habitación, en la cual entró. Yo preferí quedarme fuera esperando. Estaba mirando las paredes mientras me balanceaba con mis pies de adelante hacia atrás, cuando de una habitación sale Nicholas. Con el cabello aún mojado pero con ropa puesta. Me quedé quieta y lo miré. Él me sonrió y se acercó.

- Hola, te vi antes. Eres amiga de Kev, ¿no? – dijo sonriendo. Yo asentí – ¿Cómo te llamas?

- _____ y tú eres Nicholas, ¿no? – dije sonriendo y volviendo a balancearme con los pies.

- ¡Acertaste! Te mereces un premio – Nicholas comenzó a acercarse a mí agarrándome de la cintura. Yo tenía los ojos tan abiertos que pensé que se me saldrían en cualquier momento, él en cambio los tenía cerrados. Se separó rápidamente cuando oyó los pasos de Franklin acercarse a nosotros, haciendo que yo perdiera el equilibrio. Pensé que caería al suelo, pero unos brazos me salvaron. Levanté la vista y pude ver a mi salvador. Era Joseph.

- Lo siento – dije separándome de sus brazos. Agaché levemente la cabeza. Me sentía muy avergonzada, y todo por culpa de Nicholas. Lo miré fulminándolo con la mirada, él me devolvió una mirada burlona y sexy a la vez. Esto me molestó aún más si es posible.

- No te preocupes, no siempre se tiene a una chica tan linda en los brazos – dijo riendo.

- Gracias – giré mi cabeza y vi que Franklin tenía los chicles. Cogí uno, se lo agradecí y bajé corriendo de ahí. Pude escuchar que unos pasos venían detrás de mí. Justamente en el último peldaño de las escaleras, volteo y miro que era Joseph. Él iba tan distraído que no se dio cuenta y se chocó conmigo. Estuvimos a punto de caernos al suelo, pero no sé por qué no nos caímos. Aún así quedamos a escasos centímetros. Yo me perdí en sus enormes ojos marrones verdosos. Eran preciosos. No íbamos acercando cuando sentimos un carraspeo: Nicholas. Yo me separé y salí corriendo a la sala, dejando a esos hermanos tan sexys atrás.