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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
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Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
Yhosdaly escribió:Síguela por el amor de dios soy nueva lectora amo como escribes síguela piedad porfiss
Hola bienvenida, muchas gracias por pasarte, me alegra mucho que te guste :)
Pidgejonas
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
andreita escribió:omj espero que salgan bn de esta!!!
como te encuantras?
Hola, ya me siento mucho mejor, gracias por preguntar :)
Pidgejonas
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
me alegra que te encuentres bn :)
hahahahah pobre mace bueno para que le toca el tracero a la rayis
siguelaaa
hahahahah pobre mace bueno para que le toca el tracero a la rayis
siguelaaa
andreita
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
DANGEROUS GAMES
Capitulo 37
Antes de que él tuviera tiempo de hacer algún comentario ya estaba corriendo hacia el otro lado de la habitación y desapareció en el dormitorio. Joe se volvió hacia Mace, quien, no siendo ningún tonto, estaba despedazando los panqueques caseros con un rugido de júbilo.
—¿Quieres decirme lo que acaba de suceder aquí? —Joe preguntó mientras se dirigía a la nevera y sacaba la leche antes de apropiarse de un vaso del mostrador y sentarse en la mesa.
—La mujer está loca —murmuró Mace en torno a un bocado de panqueques y jarabe —Lo juro por Dios. Ella estaba lloriqueando como un bebé,Joe. Condenada mujer no podía incluso sollozar. Sólo esas lágrimas silenciosas y los labios temblorosos. Estaba rompiendo mi corazón. Yo sólo tuve que abrazarla, hombre —su tenedor estaba a medio camino de su plato cuando él le devolvió una mirada divertida a Joe —Debí patear su culo para hacer que deje de llorar así. Pero yo sólo la abracé y le golpeé el trasero al mismo tiempo. Lo siguiente que supe es que estaba en el piso con mis bolas estrangulándome —miró a Joe otra vez —Ella está trastornada. Me dijo
que subiera a mi condenado rincón y que no cometa el error de hablar con ella de nuevo o ella tendría un cuchillo para mí. No dije nada —sacudió la cabeza, con expresión francamente perturbada —No he hablado por nosotros, Joe
Joe se recostó en su silla lentamente —Golpeaste, ¿verdad? —preguntó casualmente.
—¿Golpear? —Mace parpadeó con asombro —Hombre, tú tendrías que tener sueltos algunos tornillos para perseguir a esa mujer. ¿Dónde diablos está tu cabeza? ¿En tus calzones? Esta no es una mujer a la que tú deseas irritar. Ella va a freír tus pelotas para la cena y hacer que te guste. ¿Has perdido tu mente?
—¿Qué estabas haciendo tocándole el culo a mi mujer para empezar, Mace? —le preguntó Joe con cuidado —La dejé aquí para que la protejas, no para que la manosees.
—Una mujer sólo pertenece a un hombre si eso es lo que ella quiere —Mace hizo una mueca—Te estoy diciendo, sin embargo. Esa mujer —señaló con el tenedor en la dirección del cuarto de baño —no hay hombre a quien le vaya a pertenecer, pero sólo un hombre puede tocarla. Y este es tu propio condenado riesgo ¿Seguro que no has perdido unas cuantas células cerebrales cuando subiste a aquel mini volcán? —Tal vez lo hubiera hecho, porque estaría condenado si no podía sentir algo dentro de su pecho fusionándose.
—Oh hombre, estás tan hundido —gruñó Mace —Quita esa sonrisa tonta de tu cara antes de que vuelva aquí. Te lo digo, esa mujer es peligrosa.
—Sí, lo es —Joe murmuró, desplazándose de su asiento, dándose cuenta de que estaba repentinamente duro, inundado de lujuria. Él estaba tan condenadamente cansado que sólo comer era una tarea, pero estaría maldito si no estaba listo para mostrarle a ______ a quien pertenecía ese culo bonito de ella —Come, Mace. Ella te va a perdonar en un par de semanas.
Mace se atragantó cómicamente —Ella me ha atormentado, hombre—se lamentó —Y tú estás haciendo bromas. No puedo creer que estés haciendo bromas. Y yo sólo estaba tratando de ser agradable —Mace rellenó su boca con la torta, suspiró, devorándose la mitad.
Evidentemente, ser atormentado no le afectó el apetito. Pero afectó el corazón de Joe sin embargo. No había conocido a una sola mujer que alguna vez haya rechazado la atención de Mace. Las mujeres lo amaban, lo codiciaban, hacían cola para estar a su entera disposición. Según la información de Joe, ninguna mujer había jamás dado un rodillazo a Mace en su historia sexual. Hasta _______.
Joe terminó los panqueques que _______ había hecho, deliciosos, panqueques esponjosos que estaban malditamente cerca de derretirse en la boca, antes de llevar su plato y vaso al fregadero.
—Ve a descansar un poco. Me ocuparé de estos platos. Estoy sólo ejecutando algunos rastreos en los equipos en este momento, así que pasará una hora más o menos antes de que tenga algo digno de mención.
Joe había vuelto del fregadero, arrastrando un suspiro cansado antes de soltar el paquete que aún llevaba en su cinturón. La bolsa negra sobresalía con los cuatro teléfonos celulares y una variedad de cajas de fósforos, libritos negros, y un surtido de recibos.
—Mira lo que puedes obtener de esto —arrojó la bolsa sobre la mesa —Esto salió de los cuatro hombres que deseché.
—¿Se mostraron dispuestos a entregártelo, verdad? —Mace recogió la bolsa y la sopesó lentamente.
Joe le devolvió directamente la mirada —Es difícil rechazar algo si estás muerto, Mace —le dijo en voz baja —Fuentes tiene un bonito
pequeño mensaje que recibir.
—Mierda —masculló Mace —¿Estás seguro de que eran chicos de Fuentes?
Mace tenía un problema con matar primero y preguntar después. Joe no.
—Reconocí a uno de ellos de inmediato —se encogió de hombros —Los otros tres tuve que estudiarlos. Todos estaban con Fuentes y los cuatro buscando emboscar al pequeño estúpido SEAL que estuvieron siguiendo. Sus mamis deberían haberlos criado mejor.
—Tú eres frío, hombre —suspiró Mace —Realmente frío.
—Uno de mis hombres está muerto y esos hijos de puta quieren violar a mi mujer —gruñó como respuesta —Sí, Mace, soy realmente malditamente frío, y puedo inducir el frío, mi amigo. No dudes de eso.
Pero primero él tenía la intención de entrar en calor. Calor real. Lanzó una última mirada a la bolsa que Mace estaba recibiendo antes de pasar desde la sala subterránea hasta el dormitorio. Mace tenía para sí mismo una estructura un poco fría aquí. La habitación estaba casi insonorizada, la entrada sellada con otra puerta de la pared como la que se deslizaba en su lugar cuando él golpeó el interruptor en el interior del dormitorio. A partir de ahí, había una puerta trampa en el cuarto de baño que en realidad era un túnel con
acceso a la alcantarilla. Mace era un paranoico hijo de puta, incluso más que Joe
A medida que la pared sellada cerró tras él, Joe se quitó la camisa, luego se sentó en una sorprendentemente cómoda silla de respaldo reclinable para quitarse las botas. Podía oír el agua corriendo en el baño. Agua de baño en lugar de una ducha. Mace tenía la condenadamente más grande bañera hundida que Joe había visto jamás. Evidentemente _______ estaba
aprovechándola.
El pensamiento de eso le produjo hacer muecas en la inflamada erección debajo de sus pantalones de cuero. La idea de ella tendida en esa enorme bañera sola, toda esa carne dulce misteriosamente tintada oscura, su ascendencia española evidenciada sólo lo suficiente para teñir su carne, para darle un suave resplandor tierra que él tanto amaba.
También le dio ese maldito genio, pensó con una sonrisa. No podía creer que había atormentado a Mace. Mientras Joe se quitaba las botas y los calcetines junto a la silla, se puso de pie, moviendo la cabeza recordando la expresión perpleja de Mace y la furia de ______. Si había un hombre en la faz de la tierra que Joe juraría que podría quebrar a cualquier mujer, ese era Mace.
______ le había atormentado en su lugar.
Joe caminó suavemente a la puerta del baño abierta, el olor de la vainilla azucarada llegaba a sus sentidos. Ella estaba usando el gel de baño que él había elegido en la tienda de barrio que permanecía abierta toda la noche, donde había encontrado los pijamas. Caliente azúcar de vainilla. Esa era la esencia. El nombre le había recordado a ______ y le había hecho agua la boca por el gusto de ella. Así que lo había comprado. Había comprado el gel de baño y pijamas, incluso aunque él no tenía intención de permitirle dormir con ellos.
Se metió en el cuarto vaporoso, resuelto a unirse a ella en la bañera, hasta que la vio. El agua vaporizada se envolvía alrededor de su esbelta figura, sentada con las rodillas dobladas, con el rostro enterrado contra ellas mientras sus brazos le cubrían la cabeza.
Sus hombros estaban temblando, pero la única señal de su llanto era el tirón suave de su respiración. Largos, húmedos tirabuzones flotaban en el agua a su alrededor como una capa de seda.
—_______ —se arrodilló junto a la parte elevada de la bañera luchando contra su apretón de manos mientras empujaba las largas tiras de su pelo hacia atrás, por encima del hombro — Nena, ¿por qué lloras?
Ella negó con la cabeza, escondiendo su cara. Su corazón estaba destrozado. En realidad podía sentir el efecto de fragmentación en el pecho, la opresión en la garganta, cuando ella volvió la cabeza de él.
—_______, cariño, tú sabes que no soporto verte llorar. Me vuelve loco. Tienes que hablar conmigo aquí.
Como ella todavía no hablaba, él se movió lentamente, deslizándose en el agua detrás de ella y forzando la espalda contra su amplio pecho mientras sus muslos pesados apresaban su pequeño cuerpo.
Ella se acomodó en su contra, con la cabeza girando para presionar en la gruesa expansión de la parte superior de su brazo, la calidez de sus lágrimas caían sobre su carne, marcándolo.
—Yo he venido tan pronto como pude —susurró, presionando sus labios en la parte superior de la cabeza, mientras que luchaba con la necesidad de sostenerla con más fuerza.
Las manos de _______ apretaron la parte inferior de su brazo sosteniéndose con fuerza a él mientras él oía ese pequeño sonido roto que salía de su garganta. No era exactamente un suspiro, un poco más de un tirón. Una pequeña respiración entrecortada llena de tristeza y dolor.
_______ no lloraba a menudo, pero cuando lo hacía, era porque el dolor era demasiado profundo para contener. Por eso sus lágrimas lo ponían violento. Él no podía manejar a _______ herida tan profundamente.
—¿Creías que iba a ser molesto porque atormentaste a Mace? —susurró, sintiendo el calor del agua y la calidez de su cuerpo filtrándose dentro de él. Ella negó con la cabeza
—No podía llevarte conmigo —cerró los ojos con fuerza, incapaz de resistirse a tirar de ella más cerca de su pecho, sus brazos sosteniéndola con más fuerza —No podría arriesgarte así, ______
—Para —ella sacudió la cabeza otra vez. —Eso me volvió loca... —su voz tirante.
—No llores más... Sólo tienes que ir a la cama. Descanso... —el pequeño gemido quejumbroso que salió de su garganta hacía correr el terror a través de su alma. Oh Dios, si ella comenzara a sollozar, ¿podría sobrevivir? _______ nunca, nunca había sollozado.
—No puedo dejarte así,______ —sus manos acariciando hacia arriba y hacia abajo por los brazos, todo dentro de él quería llegar a ella, desesperado por consolarla —Dime cómo hacerte sentir mejor, cariño. Lo haré —ella sacudió la cabeza otra vez.
—Cariño, estás rompiendo mi corazón aquí —susurró contra su cabello —No puedo soportar verte sufriendo así, tienen que dejarme ayudarte.
—¿Cómo? —exclamó ella, su voz áspera, ronca —Tú no lo viste con tus ojos, Joe No viste el dolor y la tristeza, y no puede evitarse —sus manos crispadas sobre su brazo —No puedo hacer nada para quitarlo como solía hacerlo. No puedo bromear, o aguijonearte, porque sé lo que significa para ti. No te puedo ayudar... —un pequeño sollozo salió de su pecho y envió una puñalada de dolor atravesar el alma de Joe
El había pensado que había un asidero en esto antes de enfrentarse a ella. Había pensado que podría esconder el dolor, la rabia. Él debería haber sabido mejor. Él nunca había ocultado nada a _______ , era una de las razones por las que había luchado para mantenerse alejado de ella, para empujarla tan lejos de su vida como sea posible. Debido a que ella podía ver en su alma.
Luchó para hacer retroceder la emoción mientras suspiraba fuertemente.
—Era un amigo —dijo en voz baja —Eso es lo que Nathan era.
Su mandíbula apretada ante el pensamiento del infierno que eso podría despertar —No puedo imaginar el despertar un día y saber que tú te has ido, _______ —dijo, sintiendo un fragmento de la debilidad que llenaba su alma —Yo no sé si podría sobrevivir. Y eso es todo lo que puedo pensar. Perderte. Nunca más oír tu risa. Nunca más estar irritado contigo de nuevo, o tocándote de nuevo, hace a mis tripas un nudo de terror. Y no me gusta el miedo. Lo odio, bebé. El miedo te hace débil. Te hace lento. No puedo permitirme ser lento en este momento.
—Necesito reconfortarte —su respiración se entrecortó de nuevo —Y no sé cómo hacerlo. Al igual que hace un año, luego de lo del irlandés, necesitaba hacer algo... Cualquier cosa.
Y él la había echado. ¿Había llorado entonces? ¿Se había escondido y dejado que su miseria fluya en las lágrimas que derramaba? Él la había hecho llorar, más de una vez. Él, el mismo hijo de puta que había roto la nariz de un hombre por hacerla llorar.
—Estás aquí —le dijo entonces, sabiendo que estaba más a gusto de lo que merecía —Mírate, descargándote en mi contra. Dulce y suave. No tienes que estar sola....
Él apretó sus dientes fuertemente, dándose cuenta de la verdad en la declaración que estaba haciendo. Él no tenía por qué sentirse solo, porque ella estaba con él. Porque algo de _______ lo aliviaba.
—Tú nunca tuviste que estar solo —dijo ella con voz ronca —Siempre estuve aquí, Joe.
Pidgejonas
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiiii
pobresitos los dos!"!!
deberian amarseee y punto :9
pobresitos los dos!"!!
deberian amarseee y punto :9
andreita
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
DANGEROUS GAMES
Capitulo 38 Parte 1
Él la levantó entonces, girándola sobre su regazo, acurrucándola muy cerca en su pecho cuando sintió su erección deslizándose entre los muslos, apoyada contra la sedosa carne de su sexo. Él la deseaba. Estaba antojado de ella. Pero por primera vez en su vida, su excitación estaba tomando un asiento trasero para insistir en algo más importante, algo primitivo.
Cómo calmar a su mujer. Clavó la mirada en las profundidades de sus tormentosos ojos empapados de lágrimas, sus
oscuras pestañas repuntando alrededor de las brumosas profundidades, su expresión más pálida de lo normal.
—Sabía que estabas esperando por mí —dijo mientras alisaba su pulgar por la mejilla, enjugándole las lágrimas —Yo vine de nuevo a ti, desesperado por sentir tu calor contra mí. Estoy frío por dentro, ________ —hizo una mueca ante la emoción que ella inspiraba en su interior — Caliéntame.
Sus ojos se abrieron, su aliento se entrecortó de nuevo cuando su mano se enroscaba alrededor del cuello de él, sus dedos presionando por debajo de su pelo cuando ella lo atrajo hacia sí.
—Caliéntame —le susurró de nuevo cuando tocó sus labios —Sólo por un rato
Él no podía no tocarla. La pérdida de estragos dentro de él, el peligro que la rodeaba, las emociones que rasgaban a través de su alma, necesidades y hambre, el deseo y los sentimientos que no podía definir, se negaba a definir, rasgaban a través de Joe en un cataclismo que amenazaba con destruirlo.
Los labios de _______ eran de satén caliente, debajo de su hambre abriéndose a él mientras que él enviaba a su lengua para degustarla. Y ella sabía a néctar, el vino de los dioses, la pasión perfecta. Un bálsamo para las heridas irregulares que había sentido triturando su espíritu con la pérdida de sus hombres.
Los dedos de ella se movían sobre su cara con temblorosas caricias que agarrotaban a su cuerpo, su mente luchaba contra la pérdida de control sobre sus emociones. No podía permitirse el lujo de sentir esto profundamente por ella. Sin embargo, él lo hacía. Aquí, rodeado por el calor húmedo del agua de la bañera, el aumento del hambre que estallaba tan fácilmente entre ellos, Joe sabía que nunca volvería a escaparse de ella fácilmente.
—Tenía miedo por ti —su respiración se enganchó de nuevo mientras que sus labios se deslizaban sobre los de ella para probar su mandíbula, sus labios se deslizaron más abajo cuando su cabeza cayó hacia atrás sobre su brazo —Odiaba que estés solo.
—Shh. No estoy solo ahora, nena —con una mano le acariciaba la cadera mientras que la otra suavizaba a lo largo de su hombro —Tú estás justo aquí conmigo. ¿Me sientes?
—Nadie... —ella contuvo el aliento mientras su mano se deslizaba hasta el pecho lleno, el inflamado peso ajustándose perfectamente en su mano —cubría tu espalda....
Había aprendido a ver su propia espalda, pero no podía decirle eso. La besó en su lugar. Doblándola por encima de su brazo, mientras sus labios devoraban los suyos, cortos y mordaces besitos que enrojecieron su rostro, que oscurecieron sus ojos y la dejaron jadeante en sus brazos.
Ella se movió contra él, el resbaladizo calor de su coño acariciando su polla llena de sangre, enviando eléctricas agujas de sensación correr a través del hinchado eje antes de que afloren por su columna vertebral.
Ella era como una tormenta, azotando a través de sus sentidos, ahogando su control y su cordura mientras él dejaba que sus labios se alimentaran de los de ella, consumiendo su pasión mientras él le daba la suya.
No había tiempo por la gentileza que quería darle a ella. No había lugar para fineza o palabras suaves. La sangre y la muerte, rodeado a ambos. Luto, tristeza, y una necesidad contra la que no podía luchar o ignorar, lo llenaba hasta que se preguntaba si podía sobrevivir a las emociones arrasando a través de él.
Él la necesitaba. No podría sobrevivir si no la tomaba, si no llenaba su alma con su necesidad, sus sentidos con su tacto. Con la garantía de que quedaba algo por lo que valía la pena luchar. Allí estaba la inocencia de la verdadera pasión, los gemidos guturales de _______, y la sensación de uñas pinchando en el cuero cabelludo mientras lo sostenía con ella.
—Me haces arder, _______ —las palabras fueron arrancados de sus labios cuando la levantó, volviendo hasta que esas piernas largas y delgadas abrazaron sus caderas y podía sentir la gruesa cabeza de su polla separándole los tensos pliegues entre sus muslos —por dentro y por fuera.
Sostuvo su cintura mientras su cabeza se inclinada hacia atrás sobre sus hombros, un penetrante gemido de necesidad susurrado salió de sus labios al sentir la cabeza de su polla forzando para pasar por su apretada entrada.
Estar dentro de ella no era fácil. Era pequeña, apretada, sujetándose alrededor de la cresta invasora mientras sus gemidos jadeantes lo instaban a apurarse. No tenía intención de precipitarse, quería sentirla, necesitaba la experiencia de cada convulsiva onda de placer que temblara a través de su resbaladizo canal.
—Joe, te necesito ahora —su voz sin aliento, imperativa.
—Shh, nena, déjame sentirte —su cabeza gacha, los labios arrastrándose sobre las copas de los montículos de sus pechos hinchados —Eres tan dulce y cálida, que fluyes por encima de mí como la miel. Déjame que te sienta, nena.
Ella se estremeció mientras contenía la respiración y él sintió la suave crema inundando su sexo, lavando sobre él, facilitando su camino mientras se deslizaba dentro de ella. Joe se veía en apuros para ir fácil, para llevarla suavemente. Sus muslos apiñados con el esfuerzo de contenerse para trabajar dentro de ella en lugar de tomarla. Para retirarse antes de hundirse en el más allá, sentir la caliente, húmeda seda agarrándose a él, apretando a lo largo de su dura carne mientras
él sentía su pecho apretar con la excitación que crecía en su interior.
Se deslizó más al interior de la bañera, medio recostado mientras sus caderas subían y bajaban, clavando su polla en las suaves profundidades entre sus muslos, mientras sus manos le aprisionaban las caderas.
Él necesitaba su sabor. El sabor de ella se le iba a la cabeza como la bebida más embriagadora, dulce y adictiva. Su lengua enroscada alrededor de un pezón endurecido, sus dientes agarrando el pequeño anillo de oro cuando la tiró en sus brazos.
Baja, él podía sentir la pelota anillo de su prepucio raspando dentro de su coño, tirando de su pene, creando una fricción que no estaba seguro de poder soportarla mucho más tiempo.
—Joe... Oh, Dios... Se siente tan bien... tan bien —su voz estaba sin aliento, llena de lujuria en aumento y teñida de emoción —Te amo, Joe. Oh Dios, Te amo.
Sus caderas se sacudieron mientras que sus palabras enviaron una onda de choque de emoción estrellándose a través de él. La oyó llorar, llena de placer y un hambre imposible mientras conducía las últimas pulgadas de su erección totalmente en su interior, acomodándola perfectamente contra él.
Podía sentir sus músculos vaginales luchando por adaptarse a él, acariciando por encima de su eje grueso cuando pequeños gruñidos jadeantes excesivamente sexuales salían de su garganta. Sus labios se sujetaron sobre un pezón y su boca se arrastró sobre ella mientras él luchaba por contener las palabras listas para salir de sus labios. Palabras de hambre, de necesidad, de emoción que él sabía que no podía decir.
Ella lo estaba destruyendo con su aceptación, con su placer. Maldita sea, ella estaba rasgando sus entrañas, robándole sus convicciones. Joe se apoderó de sus caderas, sosteniéndola a él cuando empezó a moverse. Ignoró el agua salpicando, hizo caso omiso de su propia certeza de que ella estaba robándole su alma como él le daba cada parte de sí mismo. En silencio.
Irrevocablemente.
______ sintió el cambio en Joe en el momento que las palabras salieron espontáneamente de sus labios. Como si un interruptor había sido activado, una intensidad, un calor bordeando una supernova, pareció llenarlo, batir dentro de ella mientras que él perdía el control impecable que ella tanto odiaba.
Sus caderas se movieron con fiereza entre sus muslos, arremetiendo contra ella cuando él enterró su polla dentro de ella una y otra vez. Espasmódicos, duros empujes que acariciaban en su interior, construían el placer como raspando ocultas terminaciones nerviosas, la pelota anillo creaba una sensación adicional de la que no sabía si podía prescindir ahora.
Las manos de ______ se movían desde sus hombros a su cabeza, arqueando su cuerpo, presionando el pezón más profundamente en su lactante boca al sentir que las llamas del infinito placer quemaban su útero. Cada ataque atravesaba algo más que su vagina, llenaba más que sólo el dolor de las profundidades de su sexo. Su vientre flexionado con el impelente placer mientras su corazón se llenaba con una sutil, ardiente emoción. ¿Era suya? ¿De él?
Ella se apretó contra él cuando sintió la construcción dentro de ella, sintió el cambio en él, la profundidad de su toque, el anhelo de sus harapientos gemidos. Había algo más que sólo la posesión de su cuerpo, la sagaz, gruesa intrusión de su polla dentro de ella.
—¡Que Dios me ayude! —las duras palabras, arrancadas de su pecho, le provocaron convulsiones en su útero mientras los empujes de él se hicieron más duros, más profundos.
Sus manos la sujetaban a él, la cabeza hundida entre sus pechos mientras ella sentía la lucha de Joe para respirar, su propia lucha para respirar, sentía el mundo oscurecerse a su alrededor, cuando cada golpe de su polla dentro de ella la empujaba más alto, quemaba más profundo.
—Joe... —sus manos apretaban en el pelo de él mientras ella sentía su coño apretar alrededor de su polla invasora —Oh, Dios, sí. Profundo. Duro. Duro,Joe. Tómame.
—¡Mía! —la repentina, furiosa ráfaga de emoción en su voz provocó su explosión. La posesividad de la dominación, la demanda dura, inconsciente, se extendió por ella, al desencadenar en un orgasmo que no esperaba.
Luces explotaron tras los párpados apretados, brillantes ráfagas de luz a través de su cabeza mientras ella sentía la liberación repentina barriendo a través de su cuerpo, sus sentidos.
La superó, arrojándola dentro de un cielo de medianoche, y la dejó temblando mientras temblores secundarios atravesaban su cuerpo. La sensación de liberación de Joe duros pulsos calientes de su semen derramaron dentro de ella mientras sus manos la apretaban con excesiva fuerza en la espalda, la sujetó en el borde del éxtasis, negándose a liberarla mientras otro duro orgasmo rompía a través de ella. Interminable. Imparable. Sintió sus labios, sus dientes, al lado de su pecho, marcándola, estampando su propiedad dentro ella justo como su cuerpo luchaba por marcarla con la dura, pulsante eyaculación llenándola.
Cuánto tiempo duró ella no lo sabía. No le importaba. Con cada estremecimiento de placer desgarrando a través suyo, ella sintió a Joe otra propia parte de su alma. Como si él no sería ya poseedor de su corazón, él estaba llenando su verdadero espíritu.
Pidgejonas
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
DANGEROUS GAMES
Capitulo 38 Parte 2
Por último, la fuerza abandonó su cuerpo. Como si sólo el hambre y la dura lanza de su erección la habían mantenido en posición vertical, ______ se derrumbó sobre su pecho, agotada, abrumadora debilidad inundándola, minando la última parte de la fuerza que la había mantenido consciente.
Ella sentía el sueño envolviéndola como un manto oscuro, cálido abrigo contra el pecho de Joe segura de su seguridad, de su pasión, se dio por vencida y dejó que la tenga. Cálidamente saciada. En los brazos de Joe, encontró el descanso que necesitaba.
Él iba a tener que salir de la maldita agua. Joe exhaló entre cortadamente mientras desplazaba a _______ en sus brazos, sosteniéndola contra su pecho, mientras él mismo se ponía de pie, el agua derramándose por ahí cuando salió de la tina y tiró una de las toallas grandes de la plataforma baja en la bañera.
La envolvió en torno a ______, secándola rápidamente Una sonrisa arqueó sus labios cuando ella murmuró soñolienta por ser molestada. Ella estaba durmiendo en sus brazos, a pesar del agarre difícil que tenía sobre ella, relajada y flexible
mientras él los secaba torpemente a los dos. Sacudiendo la cabeza ante ella, se dirigió al dormitorio y la depositó suavemente en la cama, tirando de las mantas sobre ella antes de volver al baño para limpiar el húmedo desorden que habían dejado allí.
La mujer lo estaba matando. No podía dejar de tocarla, de aprovechar cada oportunidad que tenía para llenarla con su liberación. Sentir cada chorro duro de su semen dentro de ella le hacía algo a él que no podía explicar. El sentimiento de propiedad, de posesión, que se encerraba alrededor de su alma cada vez que la marcaba de esa manera comenzaba a preocuparlo.
No podía continuar por siempre, este hambre cegador. Él no podía permitirlo. Cuando el peligro haya pasado, cuando ella esté finalmente a salvo, él tendría que irse de nuevo. No tenía intenciones de atarla a él, de crear un vínculo que podría tentar a la violencia que era tan una parte de él. Tirando las toallas húmedas en la canasta después de limpiar el desorden, se trasladó de nuevo a la habitación, cayendo en la cama junto a ______, tratando de ignorar qué natural se sentía. Cuánta razón. Ella se acurrucó en sus brazos, un cálido peso que sus brazos parecían disfrutar, que le apretaba el pecho con placer. Si hubiera sido el placer sexual solo, no le habría preocupado. Pero no era así. Era un placer que le atravesaba el alma y le recordaba una vez más la angustia que le esperaba porque él no podía quedársela. No importa lo mucho que la quería.
No importa cuánto la necesitaba. Un día pronto, él tendría que dejarla ir.
***********
Trina Blake se movió con cansancio en su dormitorio, haciendo caso omiso de los muebles caros, la cama grande y vacía. Tan vacía como la casa que había comprado. Tan vacía como su vida. Caminando hacia el antiguo tocador, al otro lado de la habitación, ella se quitó los pesados pendientes de plata que llevaba, dejándolos caer sobre la mesa de madera de cerezo antes de sentarse en el taburete tapizado y bajar la cremallera de sus botas altas.
Le dolían sus pies. Nunca le dolían. Ella había estado usando tacones imposiblemente altos por años, moviéndose con comodidad con ellos, disfrutando de la altura adicional que le daban. La impresión de altura y fuerza interior. Pero últimamente... Se frotó los arcos, frunciendo el ceño ante la rigidez de allí. Últimamente habían empezado a lastimarla.
Se volvió hacia el espejo, automáticamente destapando la crema limpiadora y extendiéndola sobre el rostro antes de limpiarse el maquillaje con los papeles tissue dispuestos al lado de su codo. Era automático, su ritual nocturno. Limpiando las capas de maquillaje de su cara se enfrentó con el mundo y por unas horas, sólo unas pocas horas, permitiéndole a la sensible piel de su cara descansar.
Ella miró en el espejo, viendo algo más que sólo el residuo de la crema y el maquillaje dejando libre su piel. Había unas líneas finas en las esquinas de sus ojos. Su piel no estaba tan arrugada como tendría que estar o tan humectada como cuando tenía veinte años. Ella se estaba poniendo vieja. Y últimamente, lo estaba comenzando a sentir. Tenía treinta y
dos años, y su casa, al igual que su alma hacía eco con exactamente lo vacía que su vida era en realidad. Ella era una marioneta, un títere del estilo de vida y el poder que creía que codiciaba al mismo tiempo.
Poco a poco había empezado a distanciarse de los elementos criminales en que había estado involucrada toda su vida con la muerte de Carmelita, que había llegado mucho más fácil. La perra
del infierno había sido enviada de vuelta a su reino de fuego, dejando en paz a Trina, para variar.
No más llamadas telefónicas de última hora, no más exigencias de la perra de negro corazón. Hasta que Diego se había presentado. Dios, cómo lo odiaba, deseaba con cada fibra de su ser que hubiera sido consumido en la misma batalla de fuego que le costó la vida de Carmelita.
Cuánto más fácil la vida de Trina habría sido entonces. Cuánto más fácil habría sido si nunca se hubiera introducido en la locura de la vida de Carmelita. Tal vez Trina podría haber tenido un poco de paz para disfrutar de la riqueza que había
acumulado.
Un marido quizás. Tal vez un niño. Una sonrisa amarga cruzó sus labios ante la idea de eso. Tales placeres serían rápidamente utilizados contra ella si ella considerara incluso esas cosas. Sobre todo ahora. Con la muerte de Carmelita, la paranoia de Diego y sus tendencias psicóticas ya no estaban contenidas.
Cuando Trina limpió lo último de la crema de limpieza de su cara y le devolvió la mirada a su propia expresión, se preguntó cuándo se había vuelto tan difícil mirar a sus propios ojos. ¿Había sólo comenzado a suceder, o venía creciendo con el paso de los años? Sacudiendo la cabeza, ella recogió su cepillo de mango de plata y comenzó a cepillarse su larga masa de pelo negro, cuando divisó una sombra reflejada en el espejo, moviéndose hacia la puerta del dormitorio.
Una dura, llena de temor oleada se disparó de su sangre a través de sus venas. Ella había estado esperando esto. En realidad pensaba que él llegaría antes de la media mañana. Ella debería haber sabido que él sabía exactamente cuándo atacar.
Dejando el cepillo hacia abajo, se volvió en el taburete y esperó. Dos de sus hombres se trasladaron a la sala en silencio, sus ojos duros se apoderaron de ella antes de comprobar que no tenía más compañía. Ella lo conocía mejor como para tener compañía. No tenía ningún deseo de perder a otro amante en los juegos que a Diego le gustaba jugar.
Segundos después, Diego entró en la habitación. Él había envejecido mucho más que ella en los últimos dos años. El gris veteando el espeso pelo negro; sus cejas descuidadas y su cuerpo una vez en buena forma, acabado. Carmelita ya no estaba para asegurarse de que mantenga la imagen que ella había querido.
Sin ella, Diego era un desastre. Trina esperaba que pronto sea un desastre muerto. Ella dudaba que estaría alrededor para disfrutar de la vista.
—Buenas tardes, Diego —mantuvo la confianza en su voz suave, teniendo en cuenta el estrechamiento de sus ojos.
Él esperaba que ella se ponga nerviosa, para demostrar su culpabilidad. Ella no era la tonta que él pensaba que era, y ella descubrió que ella no tenía tanto miedo de morir como lo había tenido en otro tiempo.
—Trina —la escofina oscura de su voz provocó un escalofrío por su espalda —Mi presa se escapó de tu casa la noche anterior. Mis hombres informaron que, al parecer, tal vez mi presa podría haber sido advertida de la llegada de ellos. ¿Podría ser cierto?
La amenaza de seda en su tono no pasó inadvertida para ella. Ella se encogió de hombros con negligencia .En un momento él pareció estar dirigiéndose a un dormitorio para atornillar a su pequeña puta, al minuto siguiente tus hombres me dijeron que había huido. No es un hombre previsible, Diego. Si lo fuera, podría haberlo matado yo misma
hace un año.
—Hmm —él se acercó más en la habitación, la seda de sus ropas ondeando sobre su cuerpo flaco mientras ella deseaba haber tenido sus tobillos cubiertos. Eso le daba confianza. Ella miró, luchando contra su nerviosismo mientras él se paseaba a través de la cara alfombra crema hacia ella, sus negros ojos brillantes con una rabia maníaca.
—Él y su puta escaparon de mi agarre, Trina. Lo que necesitaba saber es en qué medida Santos me había traicionado, y la misma gente que podría decírmelo ahora ha volado —suspiró, la luz malévola en sus ojos chispeantes de maldad pura —No voy a tolerar el fracaso de los que me deben su lealtad.
Se detuvo junto a ella, más alto sólo porque ella estaba sentada, pero ella lo conocía mejor de pie. Sólo su fuerza de voluntad la hizo dejar de estremecerse cuando pasó las manos por el pelo negro y espeso, recogiendo unas hebras y permitiendo que cayeran en cascada de sus dedos.
—Tú eras la compañera de juegos más preciada de Carmelita —suspiró —A menudo se jactaba de tu lealtad hacia ella. Ella te amaba sobre todas las demás, incluso su familia.
Sólo porque Trina había, al mismo tiempo, apreciado mucho su vida. Entendía las reglas del juego mejor que los demás, había asegurado a Carmelita de su lealtad con actos que, incluso ahora hacían encogerle el alma a Trina. La vida no parecía ya tan importante cuando se enfrentaba a las mismas opciones.
—Yo amaba a Carmelita —obligó a un susurro de pesar en su voz —Ver a sus asesinos pagar lo es todo para mí.
Ella lo miró, permitiendo a la fachada de sumisión entrar en su voz, así como su mirada. Carmelita le había enseñado la mejor manera de lidiar con el fanatismo de Diego. Su locura.
—Tú me has fallado esta noche —murmuró.
El miedo ardía en su estómago cuando su mano se cerró en su pelo, manteniéndole la cabeza hacia atrás, obligándola a encontrarse con su mirada.
—Jonas me engañó —ella tragó con fuerza —No esperaba que saliera de la casa. Tiene que haber visto a tus hombres subir.
Extendió su otra mano para acariciarle la mejilla.
—He considerado eso —Sonrió, la dulzura falsa en la curva de sus labios le aseguró que la muerte no llegaría fácil. Si llegaba. El genio maníaco de Carmelita habría tenido éxito en aprovechar el fuego de su mirada ahora. A veces la muerte no llegaba. Diego entendía que muchas veces la muerte no era el mayor castigo.
—Diego, hice lo que ordenaste —Trina susurró, odiando a las posibles represalias que se le ocurrían mientras se alzaba sobre ella.
—He considerado esto también —la soltó lentamente mientras levantaba la mano, haciendo señas con un gesto de sus dedos a sus hombres, lo que hizo que ella mirara por la habitación.
Los guardias salieron por la puerta, permitiendo a varios hombres entrar. Trina luchó para controlar su respiración, su miedo.
—Diego... por favor. Hice lo que ordenaste.
—No lo hiciste lo suficientemente bien, y ahora debes ser castigada —se alejó de ella mientras los tres hombres avanzaban —Carmelita te amaba, Trina, por eso no te mataré. Pero también me dijo una vez lo mucho que odiabas ser violada. Ser sujetada, ser forzada.
Ella se puso de pie, devolviéndole la mirada con horror.
—Hice lo que pediste —gritó con furia —No hay motivos para castigarme.
No había escapatoria. Sus ojos se movieron frenéticamente alrededor de la habitación, observando la colocación de sus hombres, el deseo brillando en sus ojos.
—Tú me has fallado. El fracaso no se perdona fácilmente —murmuró mientras los hombres avanzaban hacia ella —Toma tu castigo, para que yo pueda perdonarte. Entonces veremos si eres capaz de redimirte ante mis ojos.
Ella saltó para evitar las manos intentando llegar a ella, luchando para evitar que la tocaran, para evitar que la hirieran. Las pesadillas del pasado se alzaron ante sus ojos, los soldados que la habían sujetado, gruñendo, sudando sobre ella mientras la violaban. Dios, la muerte habría sido mejor.
Ella gritó cuando fue arrojada a la cama, las manos duras desgarrando las ropas de su cuerpo, tocándola, haciendo eco de la risa a su alrededor. Oyó su propia mendicidad. Llorando. Sentía el horror que tocaba su mente cuando sus piernas
fueron apartadas, restringidas, y comenzó su castigo. ¿Valió la pena la vida de Jonas, se preguntó vagamente, este castigo?
¿Valió la pena darle a la emoción frágil que vio en su mirada cuando él miró a ______, la oportunidad de crecer?
¿Valió la pena permitirle a él lo que ella nunca conocería?
La lealtad ganó. Jonas se había ganado su lealtad. Pero con esta actitud, incluso la muerte no disminuiría sus planes de ver caer a Diego. Por su propia mano. Su mente estaba a la deriva, a oscuras. Incapaz de aceptar o lidiar con el dolor, el horror, de lo que le estaba sucediendo a su cuerpo. Se escapó de la única manera que sabía hacerlo, dentro de
los planes de venganza. Diego caería por su propia mano.
Pidgejonas
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
joe ama a la rayis se le suepr nota que se quede con ellaa
andreita
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
Pobre Trina
Joseph quedate con la rayis es lo mejor
Siguelaaaa
Joseph quedate con la rayis es lo mejor
Siguelaaaa
JB&1D2
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
DANGEROUS GAMES
Capitulo 39
—Tenemos algo serio de inteligencia moviéndose a través de la Red —informó a Mace a Joe cuando entró en el sótano de la fortaleza, con las manos cargadas de bolsas de las compras que Jayne Smith había acordado que estarían esperando horas antes. Si _______ iba a sacar esto adelante, entonces, iba a necesitar ropa. Deslizándose en su casa para buscar su propia ropa no iba a funcionar, así que Jayne había salido de compras por ella.
Joe se preocupó por eso. Para ser sincero, las dos mujeres parecían demasiado parecidas en temperamento; ________ no necesitaba conseguir cualquier consejo de ropa o de personalidad de la otra mujer. ________ ya era demasiado difícil de manejar como era
—¿Qué has encontrado? —puso las bolsas en el sofá, mirando hacia la puerta del dormitorio todavía cerrada.
—No te preocupes, duerme como un ángel —gruñó Mace —no he escuchado ni pío saliendo de ella —ella estaba exhausta.
El cansancio que había bordeado su cara mientras ella dormía más temprano, había preocupado a Joe. Él no le había permitido dormir mucho durante su estancia en la habitación del hotel, y anoche no había sido exactamente relajante.
—La información viene de varias fuentes. Trina Blake llamó a su médico de cabecera hace unas horas. Una de sus mucamas es un bonita pequeña espía de los federales. Parece que Diego le hizo una visita. Ella quedó en estado bastante mal.
—Mierda —Joe se pasó los dedos por el pelo, un ceño apretando su cara —¿Qué pasó?
—Cinco de sus hombres la violaron —la voz de Mace estaba ajustada con furia —Diego estaba enojado cuando tú te escapaste de sus hombres. La hizo pagar por ello. La empleada informó sobre grandes daños, aunque su médico la está tratando en casa en lugar de un hospital.
Joe merodeaba alrededor de la habitación, con los músculos tensos, la lucha contra el impulso de ir de caza. Si lo hiciera, Diego simplemente iría a la tierra, ellos habían aprendido eso con los años. Esa era la razón de por qué el golpe en contra de su recinto se había realizado, para acabar con él y su esposa juntos, sin previo aviso. Fue una de las razones por las que Trina había llegado a ser tan importante como un informante, dos años antes. Si no hubiera sido por su información, el equipo nunca hubiera localizado a las hijas de los senadores el año pasado y para rescatarlas antes de que las hubieran
torturado.
—¿Algún informe de Diego?
—Nada concluyente. Hay algunos rumores de que varias de las grandes bandas dentro de la comunidad de América del Sur se retiraron para trabajar juntas. Me aventuro a vaticinar que es Fuentes poniendo su red de espionaje en marcha. Tú y la imagen de ______ son muy buscados, pero nadie está cien por ciento seguro de donde te estás ocultando —Mace le dedicó una sonrisa triunfal —Esos muchachos no saben cómo se hace, eso es todo lo que puedo decir — Mace podía encontrar una aguja en un pajar a un continente de distancia.
—Eres muy modesto, Mace —Joe resopló —¿Qué más has encontrado?
—Hay un rumor de que has escondido a ______ en una suite del sótano de Diva’s —Mace le lanzó una mirada lasciva —Ahora que suena divertido. ¿Puedo ir a jugar, también?
—¿Has olvidado el disparo rodilla feliz de ______ ? — Joe le preguntó con cuidado.
—No es probable —gruñó él, frunciendo el ceño —No quise decir con ella. Por Dios, Joe, no todos nosotros hemos perdido nuestras mentes como tú. Chico, eso era una verdad.
—¿Alguna fuga sobre el paradero de Diego?
—Nada aún. Él está muy bien escondido. Pero tenemos noticias sobre Roberto Manuelo. Él es la mano derecha de Diego desde que Carmelita murió. De todo lo que ingresa, es Manuelo el que tiene la erección para ti —Mace se levantó de su silla, estirando los músculos de su cuerpo antes de mirar hacia abajo en la computadora —Tengo algunas antenas sobre su paradero. Kevin e Ian también se encuentran en camino. Van a ser capaces de cubrir tu culo y el de _______ después
de salir de aquí.
—¿Les has informado sobre la situación? —el mensaje era claro. Si algo le sucedía a ______, Joe iba de caza. Todos los responsables pagarían.
—Se ha hecho —Mace asintió con firmeza —También les informé sobre Manuelo y varios de los hombres actuales jefes de Fuentes. Esos muchachos necesitan observar mejor su culo. Mis fuentes han estado derramando información desde anoche.
—Detente ahí — Joe se acercó a los ordenadores —Una vez que hacemos nuestra aparición en el Diva’s, entonces él hará su golpe. Si vamos a ser sinceros, él no va a venir personalmente, sin embargo. Él enviará a sus mejores hombres, por lo menos podemos atrasarlo por un tiempo y esperar que obtengamos la ubicación del laboratorio que está usando para esa droga. Y el paradero de Nathan.
Macey se congeló —Nathan no hubiese estado dispuesto a darle información —dijo.
—Y su entrenamiento para resistir las drogas sólo hizo que no pudieran matarlo — Joe le recordó —Él es el único que podría haber dado los nombres de los equipos que lo llevó a cabo.
—Maldita sea —Macey suspiró antes de volver al plan de trabajo—¿Cuál es la probabilidad de víctimas transitando por esto?
Los dedos de Mace se movían sobre el teclado de la computadora cuando comenzó a tirar la información.
—Casi cero —suspiró Joe —Diego no golpea en masa. Le gusta pensar que es sutil. Le gusta demostrar que es el mejor jugador. Él nos querrá asesinar personalmente. Mi conjetura es que como yo era el comandante de uno de los equipos que lo golpeó, quiere hacer un ejemplo de mí y _______ . No puede hacer eso si hace una limpieza en el club.
Joe consultó la información que apareció por debajo de los talentosos dedos de Mace. Había cuatro que figuraban como los generales de Fuentes, Manuelo entre ellos. Estaba José, el tío del bastardo de Diego, y su sobrino Santiago, así como también un jugador más pequeño desde hacía un año.
—Cuando Ian y Kevin lleguen hasta aquí, voy a informar a _______ del plan que tenemos en mente — Joe se frotó la mandíbula al leer los datos en la pantalla —Vamos a empezar a movernos esta noche.
—Ella va a estar saltando en una pata para empezar —Mace gruñó —Esa mujer es una adicta a la adrenalina, Joe, tal vez incluso tan mala como tú. Estará impaciente por ir.
Él eso ya lo sabía y lo aterraba como el infierno.
—Ian y Kevin estarán ansiosos por comenzar también. Estarán aquí pronto.
—¿Cuántos conocen acerca de este lugar? — Joe frunció el ceño.
—Sólo las personas adecuadas —le aseguró Mace —Los hombres que saben mantener su maldita boca cerrada, eso es seguro. ¿Crees que eres mi único escape? Te amo, hombre, pero tú vienes raramente a visitarme y me siento solo —él movió las cejas y frunció los labios en una representación cómica de afecto totalmente falso.
—Dame tu teclado — Joe hizo un gesto a Mace para que se aleje de la computadora — Necesito correr algunos cheques de mi cuenta en algunas de las regulares que me identifican en Diva’s.
—Aguafiestas —Mace se balanceó en la silla —Tú puedes jugar con mis juguetes, pero el tuyo me atormenta. Eso simplemente no es justo, hombre.
El resoplido de risa de Joe fue seguido por el sonido de un portazo. Se volvió, entrecerrando los ojos, mientras miraba a ________ sonriéndole benévolamente a los dos.
—Apuesto a que Joe no fue lo suficientemente duro como para entrar y jugar con tu disco duro, Mace —ella arqueó una ceja burlonamente mientras pisaba suavemente a través de la habitación.
Mace se movió nerviosamente, frotándose la mano por la barbilla mientras destellaba una sonrisa brillante.
—Rayito de sol. Espero que hayas dormido bien —la diversión enlazada a su voz cuando se mantenía cuidadosamente alejado de ella.
Los labios de _______ temblaban cuando quitó su mirada de Mace para encontrar la de Joe. La risa se escondía en las profundidades grises y tiró de los labios de ella. Con su pelo que caía desordenadamente alrededor de su cara, la suelta remera y pijama, y sus pies descalzos, ella le recordaba a la precoz adolescente que solía ser.
—Tengo frío —su mirada era cálida, calentándolo a él de maneras que él sabía que debía estar aterrorizado.
En cambio, giró a su alrededor hasta enfrentarla totalmente y palmeó su rodilla en invitación. Ella se acomodó contra él perfectamente mientras enrollaba sus brazos alrededor de su cuello y se situaba en su regazo.
—Tiene trabajo que hacer —se quejó Mace —Tú deberías preparar panqueques.
—Dame una razón para cocinar, Mace —dijo arrastrando las palabras burlonamente —Yo hago mejor mi trabajo después de ver a hombres grandes crispándose de dolor.
—Entonces, golpéalo a él —gruñó, señalando a Joe —En lugar de abrazarte contra él como un maldito gato. Algunas cosas simplemente no están bien.
Joe alisó su mejilla contra el cabello de _______, mirando a Mace que les fruncía el entrecejo a los dos.
Pidgejonas
Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica (adaptacion)
DANGEROUS GAMES
Capitulo 40
—Haz lo tuyo en mi ordenador, Joe, y acaba de una vez. A continuación, puedes explicar este plan descabellado que has ideado con el amo Drage y esa rompe pelotas mujer suya. Smith y _______ aquí deberían llevarse muy bien.
Había un brillo triunfal en los ojos de Mace mientras hablaba, una sonrisa en los labios cuando se encontró con la mirada de Joe.
Joe suspiró, sacudiendo la cabeza mientras sentía a ______ tensa en sus brazos
—¿De qué está hablando? —ella inclinó la cabeza hacia atrás para volver a él, poniendo sus labios demasiado cerca de los suyos. No podía evitar zambullir su cabeza en el último centímetro para un beso. Ella estaba alborotada por el sueño, suave en sus brazos, y lo que él estaba a punto de hacer le hacía apretar las tripas de pavor. Cuando levantó la cabeza, la satisfacción agridulce arrasó a través de él ante la nublosa emoción en sus ojos y el rubor de sus mejillas.
—Él está hablando de eliminar a Fuentes — Joe hizo una mueca empujándola hacia arriba desde su regazo antes de palmearle el trasero, permitiéndole a su mano quedarse, para disfrutar de la suave curva y la carne caliente debajo del algodón.
—Pensé que era el objetivo desde el principio —cruzó los brazos debajo de sus pechos. Pechos puntiagudos con los pezones como dura roca a pesar del ceño fruncido en su cara.
Joe la miró, armándose de valor en contra de la decisión que había tomado, rogando a Dios por un milagro.
—Tienes tu deseo —le dijo —Esta noche vamos a Diva’s. Estaremos premeditando el asesinato en una suite en la planta baja, y trabajaremos con Drage y su jefe de seguridad, Smith. Vamos a atraer a los hombres de Fuentes y veremos cuántos podemos derrumbar. Manuelo sabrá dónde está el laboratorio, nosotros sospechamos que él es el jefe de esta pequeña operación.
—¿Qué pasa con el espía en el equipo de Nick? — Joe observó los ojos afilados, vio el entusiasmo que llenaba sus ojos incluso cuando la deliberada inteligencia comenzaba a brillar en lo más profundo de su mirada tormentosa. Maldita sea, ella podía dar miedo a veces.
—Estamos tras él, también. Nick sólo participará utilizando a su equipo para ver y proporcionar respaldo. Es consciente también que estamos trabajando para descubrir el espía que no quiere admitir que tiene. Estamos en una operación dual aquí, ______ . No va a ser fácil.
—¡Y una mierda! —agitó la advertencia a distancia —Si estamos trabajando juntos podemos hacerlo, Joe. Vi la configuración de los ordenadores de los amos, es un sistema de avanzada.
—Estuvo afectada, sin embargo — Joe explicó la administración de drogas a la chica de la noche anterior y la conciencia del hijo de puta de las cámaras en su lugar —Él ha cambiado los ángulos de las cámaras y añadió algunas otras, pero Nick no lo sabe. Él también agregó un secundario punto de vigilancia en la computadora. Los que están en su oficina no mostrarán las dos cámaras adicionales. Aquellas estarán en otro cuarto. Al grupo de Nick se les dará una breve
explicación de la configuración y luego ya veremos qué pasa.
_______ observaba atentamente a Joe. Él estaba en modo SEAL ahora, con mirada dura, con voz firme mientras diagramaba la operación y respondía a sus preguntas. Él estaba hablando con ella. No le daba órdenes. Él no la estaba tratando como a un extra con el que tenía que lidiar.
Él estaba trabajando con ella. Y el plan que él y Drage habían montado era una maldita buena cosa.
—Estoy metiendo a dos de mis hombres en esto también — Joe se volvió hacia la computadora, indicando con la mano sobre ella cuando él se detuvo en su información —Son habituales de Merlín. ¿Los conoces?
Ella se quedó mirando la pantalla.
—Kevin e Ian. No sé sus apellidos. Ellos permanecen bastante por sí mismos, a excepción de cualquier mujer que ellos tengan en sus brazos. A ellos les gusta vernos bailar —ella movió las cejas burlonamente —Les gusta mucho eso.
—Apuesto a que lo hacen —gruñó Joe, un ceño marcado su rostro —¿Sabes lo que es esa pista de baile, a la derecha, _______?
—Por supuesto que sí —ella se encogió de hombros con negligencia —Las manadas de lobos escogen sus corderitos inocentes dentro de las masas de los cuerpos retorcidos. Sólo que, literalmente, los subs toman la pista de baile. Están ahí para ser vistos, para ser deseados y observados.
—¿Entonces por qué estás ahí? —la voz de Joe era oscura y progresista. A ella le encantaba.
—Porque me gusta bailar. Si quisiera un Dom, podría elegir uno yo misma. No es necesario que, literalmente, me ponga a subasta para hacerlo. ¿Por qué crees que estaba allí? —ella apoyó la mano en la cadera cuando lo miró con burlona diversión.
—Tú eres una amenaza —murmuró él, con las manos moviéndose sobre las teclas del ordenador mientras seguía a la información en la que Mace se había detenido.
—Tú dices eso como si lo dudaras, Joe —ella arrastró las palabras, deambulando hasta el sofá y las pilas de bolsas de boutique situadas allí —¿De quién es esta ropa?
—Tuya. Smith salió de compras para ti —parecía menos que satisfecho —No he mirado aún. Tenía miedo.
Fue una buena cosa que no lo haya hecho. ______ miró en cada bolsa, conteniendo su sonrisa mientras vislumbraba la ropa que había comprado la otra mujer. Jayne Smith acababa de demostrar tener un gusto virtuoso. Sin duda, iba a salir de compras con ella pronto.
—La veré detalladamente más tarde, entonces — _______ recogió las bolsas y las llevó hasta el dormitorio —¿Tienes hambre? ¿has comido?
—Hambre —La voz de Mace era casi desesperada —Panqueques.
Ella puso los ojos en blanco. Debería preparar sándwiches de mortadela en su lugar, pero ella misma tenía hambre.
Además, tenía la sensación de que definitivamente iba a necesitar toda su fuerza para trabajar con Joe en completo modo Dom SEAL Obedéceme, hazlo a mi manera, alfa medio—cascarrón.
Ella sonrió lentamente. Trabajar con Joe iba a ser muy divertido.
La oscuridad ya se había establecido afuera de la casa cuando Kevin Krieger e Ian Richards entraron en el sótano, mirando fijamente detrás a Joe y Mace con duras expresiones. _______ había hablado con ellos varias veces, había bailado con ellos, pero los acerados reflejos en sus ojos siempre la habían hecho retirarse con cautela. Estos no eran hombres para jugar con ellos, y hasta Joe y _______ no se había interesado en algún tipo de relación, especialmente la plenamente comprometida que ella tenía la sensación que estos hombres requerirían.
—Jefe —Ian asintió a Joe con la cabeza rubia oscura, sus ojos castaños evaluando.
Pidgejonas
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
oh siguela por favor amo cada vez mas esta super novela sigue yaaaaaaaaaaaaa
:wut:
:wut:
ElitzJb
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
si es evrdda cada vez esta mas buenaaa la noveeee
andreita
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
esto cada vez se pone intenso e interesante
siguelaaa
siguelaaa
JB&1D2
Re: Dangerous Games (Joe y tu) HOT-Romantica TERMINADA
nah q genial dios siguela esta super intrigoso....
pobre de trina la violaron 5 tipos pobre de ella
digo debe morrir :x
quiero mas sigue
pobre de trina la violaron 5 tipos pobre de ella
digo debe morrir :x
quiero mas sigue
ElitzJb
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