you're my wonderwall - Niall Horan & Tú - TERMINADA.

Ropa, maletas, desorden … frustración. Eso estaba pasando en tu flat cuando estabas haciendo la maleta para irte con Niall a Irlanda. El vuelo era mañana temprano y tú no habías hecho nada por vaga. Te sentaste en el suelo y diste un suspiro, estabas empezando a ponerte nerviosa y habías sudado, odiabas eso. Olvidando todas las dudas que habías tenido todo el tiempo, cogiste el teléfono y llamaste a Niall para que viniera a ayudarte, él tenía experiencia en hacer maletas ya que siempre estaba viajando de un lado para otro. Él como siempre prometió estar ahí en menos de media hora así que te diste una ducha rápida para que no oliera nada mal y te sentaste a esperarlo.

—¡Eres mi salvación!—gritaste nada más abrir la puerta.

—¿De verdad?—preguntó la persona que desde luego no estabas esperando.

—¡Harry! ¿Qué haces aquí?—suspiraste.

—Pensé que me querías más pero no, déjalo—rió bromeando—, me contó Zayn de que te ibas a ir y venía a despedirme porque como tú no tienes boca para avisarme.

—Lo siento, todo fue rápido—suspiraste cerrando la puerta—. Niall debe de llegar dentro de nada, lo llamé para que me ayudara con la maleta, todo está hecho un desastre.

Nada más decir eso, el timbre volvió a sonar y poniendo una sonrisa abriste la puerta esta vez encontrándote con Niall que tenía una gorra verde y unas gafas de sol. Casi sin quererlo tu mirada se pasó por su cuerpo haciendo que en tu mente imágenes no autorizadas se reprodujeran. ¡Nunca habías pensado de esa forma! Y ahora Niall con una gorra verde que se le veía espectacular, con unos vaqueros azules y una camiseta negra te había hecho pensar peor que en toda tu vida. ¡Dios, estabas perdiendo la mente!

—Hola _____(TN)—te saludó él entrando dentro—. Hey Hazza, ¿qué tal amigo?

—Vine a visitar a esta pequeñaja, ¡no me avisó que se iba a ir contigo!—protestó.

—No me digas así, soy más grande que tú—protestaste cruzándote de brazos, odiabas el hecho de ser más pequeña de estatura que los chicos.

—En pocos días—sonrió Harry—, eso casi ni cuenta.

—Te patearé el culo alguna vez y vas a tener que ir al hospital para que te lo curen—lo amenazaste con una ridiculez.

—Ya, ya—tranquilizó las aguas Niall—, tenemos trabajo y ya son las siete de la tarde, tenemos que darnos prisa.

Harry se despidió de vosotros y ustedes se quedaron para hacer la maleta. Niall te dijo qué más o menos deberías llevar y tú buscaste metiéndolo en la mochila. Teniendo compañía no era tan difícil hacer las cosas. Al terminar cerraste con una sonrisa y te tiraste a la cama con un grito de euforia, habían tardado una hora y media pero había valido la pena.

—¿Me vendrás a buscar o voy yo a tu casa?—preguntaste cuando estaban en la sala tomando unos refrescos.

—Pasamos por ti a las ocho y media—avisó dando un bostezo—, espero que te despiertes.

—Sí, sí, lo haré.

Despertarte a las siete menos diez fue una tortura de verdad. Al despertar tenías los ojos pegados del sueño, parecías chinita y sin exagerar. Después de ducharte te despertaste un poco, obviamente no mucho pero sí un poco. Tuviste que beber café ya que estabas muy dormida. Cuando Niall tocó el timbre para recogerte te parecías a una zombie vestida y peinada. Al verte empezó a reír y te dio un pequeño abrazo que te hizo sentir mejor.

—En el camino podrás dormir un poco—sonrió cogiendo tu maleta—, ya verás que conforme vaya pasando las horas, estarás mejor.

—Mentiroso—hablaste detrás de él.

De camino al aeropuerto estuviste entre dormitando e intentando mantenerte despierta, odiabas los aviones y los aeropuertos. Bostezaste y gruñiste cuando Niall te dijo que debían de esperar unas dos horas porque estaban teniendo problemas. ¡Sólo querías dormir!

—¿Qué problemas tienen? Esto no debería de pasar, ¿y si subimos a ese avión y nos matamos? ¡No iré a ningún lado! Me iré a casa para dormir, ¿puedo?—te sentaste en una de las incómoda sillas que había ahí.

—Pareces una niña de dos años—blanqueó los ojos Niall—, si quieres dormirte apóyate en mi y ya está, duerme tranquila.

Lo miraste haciendo un puchero y te apoyaste en él tal como te lo había dicho. Estar tan cerca de él no te molestaba para nada pero tampoco te dejaría dormir. Sentir su perfume, su cuerpo junto al tuyo, su respiración. Definitivamente no, lo que era dormir no ibas a poder hacerlo. Media hora después te diste por vencida y te sentaste tensa.

—Hey, ¿qué pasa?—preguntó suavemente Niall.

—Lo siento, creo que es esto de madrugar, me pone de mal humor—sonreíste débilmente.

—No pasa nada—pasó un brazo por tus hombros—, dentro de poco nos vamos y ya podrás descansar en el vuelo, y cuando lleguemos a casa también. Relájate un poco.

Ir a Irlanda con Niall te ilusionaba así que te relajaste y decidiste dejar el mal humor atrás. Bromeaste, reíste e hiciste el tonto con Niall un buen rato hasta que por fin los llamaron para abordar el avión. Al subir, te sentaste al lado de la ventana y te dedicaste a escuchar música con un casco que te había dado el rubio.

—No entiendo esto—reíste cuando una canción en español entró.

—Por lo que me han dicho y por lo que entiendo, está hablando de que el chico no puede hacerse la idea de que ella ha muerto, y no puede vivir sin su amor—explicó pensativo—, algo así era, creo.

—Que hermosa …—suspiraste—. ¿Te imaginas vivir un amor así y al final nada? Que la persona que tanto amas se vaya, ¿cómo demonios uno aprende a vivir sin esa persona que es tan especial para ti? Yo una no podría.

—No sé, espero que nunca nos pase algo así—se estremeció cambiando de canción.

Al aterrizar viste que Niall estaba más ansioso, reíste al ver como sus mejillas se coloraban de un intenso rojo. Cuando las maletas fueron entregadas, él cogió la suya, cogió tu mano y empezó a andar o mejor dicho casi correr. Tirando de tu maleta lo seguiste ya que entendías la ansiedad de ver a su familia, llevaba tiempo sin verla.

—¡Mamá!—gritó él a una mujer rubia que estaba mirando entre la multitud con la esperanza de dar con su hijo. Al verlos sonreíste tiernamente, él saltó a sus brazos como si fuera un niño pequeño y ella lo recibió gustosa. Después de eso se dieron un tierno beso en la boca y continuaron abrazados.

—Hola ______(TN)—te saludó Greg que te conocía de las veces que había visitado a Niall y tú estabas con él.

—Hola Greg, ¿cómo estás?—le diste un pequeño abrazo.

—¡Bien, bien! ¿Y tú? ¡Qué gusto verte por aquí!—sonrió.

—Decidí ver cómo es todo por aquí, divertirme un buen rato—informaste ilusionada—, espero no ser una molestia.

—Nada que ver—aseguró.

—Hola querida—te saludó Maura que se había separado por fin de Niall.

—Hola señora, ¿cómo está?—le diste un pequeño abrazo.

—Muy bien, ¿y tú? Me alegra mucho que te hayas animado para venir aquí y pasar unos días con nosotros.

—Sí, fue idea de Niall—sonreíste al verlo sonreír tan feliz.

—Venga, vámonos que nos espera Bobby con la comida hecha—los apuró Maura.

Los cuatro subieron al coche y emprendieron rumbo hasta la casa del padre de Niall. Al llegar se bajaron y él los recibió contentos, se veía que estaba muy orgulloso de Niall. Tenía una familia hermosa a pesar de que sus padres estuvieran divorciados, aún se podía respirar el amor y respeto que se tuvieron alguna vez.

—¡Bienvenida a nuestra casa pequeña!—te saludó Bobby con un abrazo.

Aunque se habían visto bastantes pocas veces, tanto como Bobby o Maura, te tenía mucho cariño. En secreto, siempre habían pensando que ustedes acabarían juntos y verlos en Irlanda a los dos no les sorprendía para nada. De hecho pensaban que necesitaban un empujoncito, algo que les abriera los ojos, que los dos se dieran cuenta que hacían una lindísima pareja y que podrían tener algo ya que muy en el fondo, los dos se atraían y gustaban. Claro está que eso solo lo sospechaban ellos que eran ya viejos, no ustedes que les quedaba mucha vida por delante y muchos errores por cometer.

—Siéntense, la comida está hecha, después hablaremos—sonrió Bobby sentándose.

Comieron con tranquilidad todos menos Niall. Hablaron un poco de todo y esperaron hasta que el rubio acabó, ustedes las chicas se encargaron de recoger la mesa mientras que los chicos ponían la televisión para ver los deportes, algo machista pero lo aceptaron por ese día nada más. Después de recoger se sentaron junto a ellos y escucharon como hablaban animadamente de los deportes, se notaba que Niall estaba en familia, era diferente, más relajado, más despreocupado.

—Yo me retiro—suspiró Maura—nos vemos mañana chicos, descansen mucho y no hagan tonterías.

—Cuídate mamá—la abrazó Niall—te llamo mañana y vemos dónde comemos, ¿vale? Mándale saludos a Chris.

—Vale, los quiero—sonrió saliendo junto a Greg que iba a llevarla a su casa.

—Bueno rubio, te toca arreglar la habitación de ______(TN)—se burló su padre—, no sabía qué hacer así que te lo dejé a ti como es tu mejor amiga.

—Que simpático padre, muy lindo—habló sarcástico Niall.

—No importa, yo lo hago—reíste.

—Nada que ver, tú te quedaras aquí tranquila mirando televisión y nosotros los hombres lo haremos, es lo mínimo que te mereces por ser invitada y por haber ayudado a mamá con recoger la mesa—sonrió Niall.

—Sabes que no me importa hacerlo—lo miraste.

—Lo sé, por eso eres la mejor y te quiero tanto—te despeinó haciéndote enfadar.

—¡Niall!—gritaste colocándote los pelos bien.

—Lo siento—rió él desde las escaleras.

—Me las pagarás rubio … lo prometo—le gritaste para que te escuchara.

—Estoy muy arriba, no te puedo escuchar, la ra la la la la—gritaba Niall para enfadarte más aún. Reíste y te sentaste en el sofá para mirar televisión, iba a ser interesante estar aquí con él, en un ambiente tan cómodo y familiar.