Don't stop believing | Novela Colectiva |

Capítulo 009

—¡April, por favor, ¿te puedes quedar en silencio cinco minutos?! Esto es un club de lectura, si no te quedas en silencio ese tiempo asignado, tendrás que retirarte y no volver más.
Cinco, cuatro, tres…
—¿Pero es que en serio no saben qué le dijo la zanahoria a la berenjena?
—¡April, largo de aquí!
Era el tercer club que rechazaba o echaba a April en una semana. Ella no creía que fuese porque la odiaban, tal vez en las Cheerios sí, pero en los otros clubes no. April no molestaba a nadie, siempre trataba de subirle el ánimo a los demás y nunca se quedaba callada cuando algo no le parecía. Y ese precisamente era su problema, no podía guardar silencio.
Este descubrimiento lo hizo cuando tenía 13 años. Su mejor amiga le contó que le gustaba tal chico de su escuela y April, al no poder soportarlo y porque quería ayudarla a conquistarlo, se lo dijo a él. Por supuesto, su amiga se enojó y nunca más le volvió a hablar. Ahora era parte de las Cheerios y se acostaba con quién se pusiera delante de ella. April negaba con la cabeza cada vez que la veía, pero no la odiaba ni la despreciaba, sólo sentía pena por ella y la forma en que terminó.
April se colocó de pie y comenzó a caminar hasta la puerta, bajo la atenta mirada de todo el club de lectura. Sin embargo, cuando giró el pomo de la puerta y puso un pie afuera, se dio media vuelta y dijo rápidamente antes de echarse a correr:
—¿Saben por qué el Sol le dijo a Marte que no estornudara?
—¡April! —le gritaron los chicos y le lanzaron un libro.
Ella se fue riendo sin contenerse, ese era uno de sus mejores chistes y ni siquiera habían escuchado la respuesta.
Aminoró la marcha cuando estuvo cerca del tablón de anuncios, no había sido buena idea correr por los pasillos mientras se reía como una loca, sus pulmones estaban pagando el precio.
Recostó su espalda contra la pared y se deslizó lentamente, no podía respirar. Cuando estuvo más calmada, se dio cuenta de que aún le quedaba media hora antes de que tocaran el timbre para el receso, así que sería mejor buscar algo qué hacer y también un nuevo club.
Se levantó en un ágil salto y se sacudió los pantalones, pero cuando alzó la mirada, se encontró con los ojos de Liam.
Normalmente él era el patán, el chico más encantador y despreciable al mismo tiempo del colegio. Su hermano Harry le hacia la competencia, pero como eran hermanos, April prefería no opinar.
Liam la miró con temor. Sí, normalmente se comportaba con el idiota del equipo de fútbol, pero desde hace unos días había dejado esa faceta frente a April. La chica le daba miedo, vergüenza y mucha rabia. Pero como le daba más vergüenza que las otras dos sensaciones, entonces se mantenía bien alejado de ella cada vez que se la encontraba.
Sin embargo, ahora no podía marcharse. Tenía que inscribirse en ese Club Glee o sino su madre lo asesinaría lenta y dolorosamente si se enteraba que no lo había hecho antes de que terminar el día. Y ese período era el único libre que tenía y donde nadie lo podría observar cometiendo ese suicidio social.
Maldijo entre dientes cuando se encontró con April.
—¡Liam! —exclamó ella. Se lanzó a sus brazos, pero él la esquivó. April casi se cayó al suelo, pero recuperó el equilibrio de inmediato—. ¿Qué haces aquí? ¿También te echaron de un club?
Liam se rio a carcajadas y con evidente sarcasmo, pero eso no hizo que la sonrisa de April se esfumara de su rostro.
—¿En serio crees que a mí me van a expulsar de un club? —April le iba a responder, pero Liam la interrumpió—. Espera… ¿te han rechazado otra vez de un club? Eres patética.
—Y tú tan adorable, vamos Liam, no seas tan antipático y dame un abrazo —intentó por segunda vez abrazarlo, y esta vez lo consiguió. Liam se removió incómodo y la empujó al suelo, esperando hacerle daño, pero no funcionó.
Antes de que April se pudiera levantar, Liam se acercó al tablón de anuncios y escribió su nombre con una caligrafía horrible en el papel del Club Glee. Allí vio el nombre de unas cuantas personas conocidas, entre ellas, la de su hermana Lara en primer lugar y con esa ridícula estrella que su madre siempre colocaba en todos lados. Resopló exasperado, ahora sabía el por qué le habían insistido tanto en que se inscribiera. Si querían que su hermana fuera más popular con eso, que lo olvidarán, eso no sucedería jamás.
—¿En qué club te inscribiste? —le preguntó April de repente, susurrándole al oído. Liam se alejó pasmado, la odiaba y se lo desmostraba, pero esa chica estaba loca, no quería entender que a él no le gustaba.
Todo el problema con April comenzó hace unos días, cuando en frente a la clase de español ella dijo con una perfecta pronunciación que le gustaba Liam y que si quería ser su novio. El maestro lo tradujo para la clase y todos se rieron de ellos. Liam no soportaría tal bochorno, no podía ser visto al lado de ella ni quería que ella se acercara más, era desagradable y sin mencionar, asfixiante.
—No te importa —le respondió él.
—Oh, yo veo el hermoso nombre de Liam Hudson Berry en la hoja del Club Glee… ¿me prestas tu lápiz? —sin esperar una respuesta, le arrebató el lápiz de la mano y escribió su nombre bajo el de Liam.
Él se quedó petrificado al ver cómo ella lo escribía. ¿Acaso era demente o qué? No, no podía estar con ella en el mismo club, sería la peor experiencia de su vida.
—Borra tu nombre —le ordenó.
—No.
—Bórralo, ahora.
—Tendrás que darme algo a cambio para borrar mi nombre de la lista —April se cruzó de brazos con una mirada maliciosa y una sonrisa triunfante.
Liam movió las manos con nerviosismo y la fulminó con la mirada, no podía creer que estaba a punto de acceder a las locuras de April Lopez, sus padres le habían contado sobre esa familia, pero nunca imaginó que esa chica tuviera tanto valor como para ponerle condiciones a él, uno de los chicos que podrían hacer su vida imposible en la escuela.
Pero eso no parecía preocuparle a esa estúpida chica, pensaba Liam, y sin el factor del miedo, era tan inofensivo como un cachorro.
—¿Qué quieres?
—¿Qué crees que quiero?
—¡No voy a ser tu novio! ¡Estás loca, jamás estaría con alguien como tú, eres fea, un cero a la izquierda, nadie te soporta en la escuela! … ¿Qué? ¿Por qué estás sonriendo? —en efecto, April sonreía de oreja a oreja, aunque en su mirada se podía ver el reflejo de la decepción y el dolor. Pero ella no sonreía para aparentar que no le importaba, sino porque justo detrás de Liam, estaba su hermano, Harry.
—¿Qué sucede aquí? Liam, ¿por qué estás hablando con este bicho?
—Oh, el pobre Harry será castigado hoy por mamá Santana —se burló April, y dicho eso, se fue corriendo de allí al igual que cuando escapó del libro del club de lectura, llevándose consigo el lápiz de Liam. Ahora tenía una excusa para hablar con él en cualquier otra ocasión.
Estuvo lo que le quedaba del tiempo libre encerrada en el baño, diciéndose a sí misma que no creyera en las palabras de Liam, que él no era malo en realidad, y un montón de cosas más que al final estaba segura de que eran mentiras. Eso hacía, hasta que el escuchó algo.
Eran como lamentos y sollozos, casi inaudibles, pero perceptibles si se prestaba atención.
April salió del cubículo y se puso de rodillas a buscar por debajo de las puertas de dónde provenía ese llanto. Dio con él a tres cubículos de distancia, se levantó y tocó suavemente la puerta.
—¿Quién está ahí? ¿Necesitas algo?
Automáticamente el baño se quedó en silencio y April temió haber asustado a la chica que se encontraba llorando.
—Hey, quiero ayudar —le susurró. Después de unos minutos más de silencio, una chica con los ojos hinchados le abrió la puerta.
La había visto antes, no recordaba su nombre, pero estaba segura de que la había visto antes.
—¿Qué sucede? —inquirió April.
La chica no dijo nada, sólo se mordió el labio y miró al suelo.
—Bien, entonces hablemos de otras cosas. Me llamo April, ¿cuál es tu nombre? Juro que te he visto antes.
La chica la miró algo impresionada, con los ojos muy abiertos. Sin embargo, titubeó un poco y dijo:
—Heaven.
—Mucho gusto, Heaven. Ahora, ¿tú sabes que le dijo el durazno al maní?
—¿Es un chiste? —April asintió, guiñándole un ojo—. Lo siento, no entiendo los chistes —April frunció los labios, pero sonrió en seguida.
—Bueno, eso no tiene nada de malo… Es mejor, porque ahora tengo un desafío… hacerte reír —y por primera vez, Heaven le sonrió a April. Eso era un avance, ahora quería escucharla reír a carcajadas, la risa de las personas era su medicina, hacerlas reír la hacía sentir bien, porque así creía que servía de algo para el resto. Además, era lo único que sabía hacer bien, lo cual significaba un problema, ya que se había inscrito en ese Club Glee por Liam, y ni siquiera sabía de qué se trataba.

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Quería colocar a Heaven porque simplemente amé al personaje, es de mis favoritos en la novela porque tiene Asperger XD y yo quiero estudiar para tratar a niños con Asperger, así que ha sido el destino!! Mi otro personaje favorito es Alana djslakjdlsakdñlsakdñla los demás son unas y unos bitches, incluyo a Liam porque es un idiota XD (sin ofender a nadie, pero como son todos como "no me mires", "loser", "ehh tirémosle basura", entonces dan la impresión de ser bitches XD y además me gusta esa palabra... bitches LOL)