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Mensaje por alex_gomez_95 Lun 15 Oct 2012, 7:06 pm

beuno0 lo0 de el marato0n tendra k esperar hasta mañana xk acabo0 de llegar a mi casa y tengo k hacer tarea y BIENVENIDA NUEVA LECTORA y el marato0n cera de 12 caps k les parece ???????
alex_gomez_95
alex_gomez_95


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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por thebiebs_joelis Lun 15 Oct 2012, 7:34 pm

awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww plis siegelooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
thebiebs_joelis
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https://twitter.com/thebiebs_joelis

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Mensaje por RedHair94 Mar 16 Oct 2012, 12:28 pm

hola
aqui una nueva lectora
me encanta la nove, espero que la sigas

besos
RedHair94
RedHair94


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Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 6:42 pm

Maraton 1/12

Capitulo 31

La película estuvo buena, pero no mejor que los besos que Justin me regala. Sus comentarios estaban en el momento correcto para hacerme reír y cada vez que me sonreía me robaba un pequeño, pero tierno, beso.

Sonrisas, miradas, caricias, risas, celos. ¿Qué significaban? Pensar en eso era una verdadera molestia para mí. Justin nunca iba a sentir nada hacía mi, pero era mas que obvio que íbamos a casarnos y por lo menos, debíamos llevarnos bien. Y no lo culpo, yo no quería una mala relación con el hombre con el que pasare mi vida, o por lo menos eso es lo que creo.

-¿En que pensabas?-me susurró al oído cuando íbamos saliendo. Gire la cabeza para sonreírle antes de contestar a su pregunta.

-En nada.-dije finalmente. Dio un beso sobre mis labios.- Debo ir al baño.-comenté.- ¿Me esperas?

-No, claro que no, Elmo me llamó y debo irme con el.

-¿Elmo?-pregunte sin entender.- ¿El rojo?-agregué provocando su risa.

-Vamos, ve, aquí te espero.-dijo antes de soltarme la mano. Negué con la cabeza dándole a entender que su locura no tenía cura y luego caminé por el largo pasillo que daba a los baños.

Entre y había bastante gente. Espere mi turno y pronto salí. Lave mis manos y camine de nuevo por ese pasillo para luego encontrarme con Justin apoyado sobre la pared. Estaba esperando mientras movía sus pies impacientemente.

-Listo.-tomé su mano. Me sonrió.- Había mucha gente.-expliqué. Asintió y comenzamos a caminar.

-Entonces…-dijo mirando vidrieras.- ¿Vamos a comprar ropa o no?

-Hey, ¿Tu que crees?-le di un leve empujón. Rió.- Me lo prometiste Biebs.

-Bueno, si, si, solo preguntaba.-dijo.- ¿A cual primero?

-Tú elije, esa o esa.-señalé las dos primeras opciones.

-Esa.-señaló y entramos.- Bien, solo una condición.-levantó su dedo.

-Dime.-alcé la barbilla impacientemente.

-Debo ver todo lo que te pruebes.-condicionó. Reí y asentí.- No te tardes mucho.

-Ahí ya hay dos condiciones.-dije.- O te muestro lo que me pruebo o no me tardo mucho.

-La primera.-eligió.

-Vamos, ya déjame ver la ropa.-tomé su mano y caminamos hacía la parte de pantalones, faldas y calzas.


Pantalones, de distintos colores y modelos, faldas de todo tipo, remeras y blusas todas completamente distintas. Entraba y salía del probador cada cinco segundos y Justin aprobaba o desaprobaba con la cabeza. Esta si, esta no, esta si, esta no, entrar, salir, sacar, poner, modelarle y sonreír.

-Ese me gusta.-dijo al ver el vestido negro que moldeaba mis caderas.- Me gusta como te queda.-agregó. Di media vuelta y contemplé mi figura frente al espejo. Justin se puso detrás de mí.

-¿En serio te gusta?-pregunté posando mientras me observaba con detenimiento.

-Me encanta como te queda.-sonrió. Ambos mirábamos mi cuerpo a través del espejo. Levanté la mirada y encontré la suya atenta a mis labios. Le sonreí.- ¿Sabes? Puedes usarlo pasado mañana cuando salgamos con Ryan y las chicas.-dijo sonriente.

-¿Las chicas?-volteé a verlo. La chispa en mi mirada desapareció, otra vez esos celos se hicieron presentes.

-Si.-me dijo. No comprendí.- Ryan siempre fue de andar con más de una.-explicó.¡Que asco!

-A mi me molestaría salir con un chico y encima compartirlo.-admití y volteé de nuevo a verme en el espejo.- Bueno, cambiando de tema.-le dije. Me escuchó atento.- ¿Lo llevo?

-Si, si, si, si, si.-sonrió.

-Okey, vete que me saco el vestido, aparte tienes que cuidar las demás bolsas.

-Bueno, bueno, no me eches de esa manera.-hizo un puchero y dio media vuelta.

-Biebs.-llamé su atención.- Te olvidas de algo.

-¿De que?-preguntó sin entender. Me acerqué y besé sus labios. Sonrió.- Ahora si me voy.-dijo antes de salir y cerrarme la puertita de madera.

Volví a ponerme lo que traía cuando salimos del hotel. Cuando salí Justin ya estaba pagando y con todas las demás bolsas de las otras tiendas, en las manos y brazos. Reí y tomé las del mostrador.

-¿Este vestido también?-preguntó la morocha que cobraba. Justin asintió. Presionó algunos botones y levantó la mirada.- $1.324 –dijo. Justin sacó su billetera. Fruncí los labios sabiendo que era una gran cantidad como para gastar en solo un vestido, tres remeras y una campera de jean.

-Justin no tienes que comprarlo, esta todo bien.-dije a su oído. Ignoró mis palabras y sacó su tarjeta de crédito.-Justin.-insistí. Me miró y besó mi mejilla.

-Tú tranquila.

-De verdad, puedo usar lo que ya tengo.-dije. Negó con la cabeza y le entregó la tarjeta a la vendedora.

Y aún que me quejé un par de veces más, fue en vano.

Salimos de la tienda con más bolsas de las que esperaba llevarme. Justin iba concentrado en mirar que no se le cayera nada. Sonreí, su ceño fruncido lo hacía verse aún más atractivo de lo que ya era. Desvió la mirada y se encontró con la mía.

-¿En que piensas?-preguntó sonriente.

-Siempre preguntas en qué estoy pensando. ¿En que piensas tú?

-En cómo hacer para no perder ninguna bolsa.- dijo y añadió algunas risas.

Entre risas y miradas, llegamos al auto. Guardamos todo en la cajuela del auto y nos subimos cada uno en el lado que correspondía. Abroché el cinturón cruzando mi cuerpo y Justin hizo lo mismo, segundos después las ruedas del automóvil rodaban por la calle.

-Dime…-dijo sin quitar la vista del camino.- ¿Cuántos novios has tenido en tu vida?-preguntó sin titubear.

-¿Para que necesitas esa información?

-Será que quiero conocerte más.-respondió frenando en una esquina. El semáforo marcaba rojo. Detenerse.

-Bueno.-dije acomodándome sobre el asiento.- Pues he tenido tres, pero nunca fue nada serio.- respondí cuando el auto se ponía en marcha otra vez.

-Sigue.-me incitó a contarle más.

-¿Qué más debo decirte?

-Detalles.- Su sonrisa era amplia y dejaba a la vista una perfecta hilera de dientes blancos. Me dedicó una pasada de ojos y volvió la vista al camino.- Vamos, tengo derecho a saberlo.

-¿Y si no quiero contártelo Biebs?-pregunté en un cantito.

-Hey.-dijo divertidamente.- Yo haré preguntas y tú las respondes.-añadió. Sonreí, me gustaba la idea de que él me quisiera conocer más.

-Bueno, anda pregunta.-dije haciendo una mueca rara a la que él respondió con una risa.

-¿Los nombres?-alzó la barbilla.

-Drake, Harry y Kevin.-respondí sin dar vueltas. Sonrió para seguir preguntando.

-¿Cuál fue el primero y a que edad?

-Harry y tenía trece años.-respondí.

-¿Y él cuantos años tenía?

-Quince.-sonreí.

-¿Cuál fue el segundo y que edad tenías?-hizo la misma pregunta pero de otra manera.

-Drake y tenía catorce.

-¿Dejaste a Harry por Drake?-preguntó divertido.

-Mmm…-hice un sonido pensante.- Si pero no.-respondí rápido causando su tierna risa.

-¿Cómo si pero no? O sí, o no. ¿Lo dejaste por Drake o no?

-Si.-respondí en un fugaz suspiro.

-¿Y dejaste a Drake por Kevin?

-No, digamos que Drake se aburrió de mí y se fue con una rubia más grande que él.

-¿Te dejo por otra?

-No, estuvo conmigo mientras estaba con la otra a la vez.-sonreí de lado. Dejo escapar una risita casi inaudible.- No es gracioso Biebs.-dije cruzando mis brazos.

-Es verdad, es triste, no gracioso.-me dijo haciéndose el sabiondo. Reí y me siguió con la mirada mientras estacionaba el auto frente al hotel.

-Cuando subamos, te toca a ti hablarme de tus novias y salientes.-dije abriendo la puerta. Justin me sonrió.

Mi novio hizo entrega de la llave a un empleado del hotel, quien se encargaba de estacionar los autos en el lugar correspondiente. También pidió que nos llevaran las bolsas a la habitación.
Ya con ambas manos libres, me tomó de la cintura para entrar al hotel, donde la primera mirada que recibimos fue la de James, quien hizo notoria su cara de fastidio. Justin le dedicó una sonrisa de victoria y llamó al ascensor mientras recibía una mirada asesina de mi parte.
La caja metálica comenzó a ascender mientras Justin acomodaba mi cabello al costado de mi rostro. Salimos de allí y nos metimos en la habitación.
Me tiré sobre la cama y me quité las zapatillas tirándolas sobre la alfombra.
Justin se metió al baño y al salir se tiró a mi lado pero boca abajo. Uno de sus brazos rodeo mi cuerpo y besó mi mejilla.

-La primera, se llamaba Jane.-confesó sin que antes preguntara.

-No me interesa.-dije.- Ahora eres mío.-aprecié sus ojos miel que resaltaban con la luz de la habitación.

-Todo tuyo.-respondió sonriente.

-Todo mío.-remarqué sin vergüenza alguna.-Y cuando digo todo, es todo.

-Picarona resultaste ser.-dijo entre pequeños besos en la comisura de mis labios. Dio la vuelta y en un segundo me tenía sobre él. La vergüenza que minutos atrás no existía, ahora se hacía presente.- Quiero hacerte el amor.-declaró antes de besarme.
alex_gomez_95
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Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 6:44 pm

Maraton 2/12

Capitulo 32

Sus besos húmedos y apasionados encendían fogosidad en mi cuerpo, su mirada nublada de deseo me invitaba a sentir algo que solo había experimentado dos veces en mi vida y Justin había sido el causante de lo anterior.
Me senté sobre su cuerpo mientras el se acomodaba sobre la cama conmigo encima. Quitó mi campera y la tiró al suelo junto con la suya, comenzó a dejar un sendero de besos sobre mi cuello y así dio la vuelta para dejarme debajo de el. Sonrió, sabía que ahora yo estaba en su poder.

-Déjame decirte que he estado esperando esto desde que te vi en esa maldita subasta.-confesó entre jadeos.- No te vayas como la última vez.-me dijo al oído.

-No lo haré Biebs.-respondí tensándome ante sus caricias sobre mi sostén.

Y estaba más que claro que iba a pasar, aún que mi corazón acelerado no era solo excitación, si no también miedo y nerviosismo que me carcomían por dentro. Era mi primera vez y por más que quería tranquilizarme, sabía que iba a doler y que Justin no iba a ser muy piadoso a la hora de estar unidos.
Acarició mi rostro y tiró su camisa a alguna parte de la habitación.

-¿Estas bien?-preguntó besándome con ternura.

-S..si.-respondí agitada. Detuvo los besos y caricias, me miró con detenimiento.

-No seguimos si no quieres.

-No he dicho eso Justin.-dije sin siquiera mirarlo.

-Hey, no te estoy obligando.-pasó su mano por toda la extensión de mi pierna.- Es en serio, podemos dejarlo aquí.

-No será como la otra vez.-dije.

-______, te repito, no te estoy obligando. Dejémoslo aquí, ¿si? Puedo esperarte, pero no más que hasta la luna de miel.

-Justin no tienes que esperarme, te he dicho que si.-dije en un grito.

-Tranquila.-procedió a besar mis labios.- Sin presión, cariño.-levantó mi remera hasta donde se encontraba el sostén.- Te queda a la perfección.-me halagó sin pensarlo dos veces. Le dediqué una sonrisa y le planté un beso sobre sus labios.

-Ya no pares Justin.-dije excitada. Sonrió para seguir con su juego de besos y caricias.

-Tus deseos son ordenes princesa.-besó mi ombligo haciéndome estremecer.- Pero debes esperar, todo a su debido tiempo.-repitió la acción anterior.- Vamos, quiero oírte pedir por mi.-susurró mientras desprendía su pantalón.

Tres golpes secos en la puerta hicieron a Justin fruncir el seño. ¿Qué interrumpía esta vez?

-Hagamos como que no pasó nada.-dijo antes de seguir. Dos golpes más lo hicieron gruñir y mi paciencia se agotaba.- ¿QUIÉN?-gritó enojado.

-James.-dijo del otro lado de la puerta.

-¿Qué coño hace este aquí?-me preguntó como si yo supiera.

-¿Yo que se Bieber?-respondí malhumorada.

-No importa, dile que se vaya.

-¿Cómo voy a decirle eso Justin?-mi seño se frunció al igual que el de Justin.

-¿Pueden abrirme?-preguntó con ternura que en este momento me sacaba de quicio.

-Si, ya vamos.-dijo Justin de mala gana. Se levantó de la cama y abrochó su pantalón.- A este imbécil lo mato apenas abra la puerta así que prepara tus maletas porque nos vamos de aquí.-dijo acomodando su camisa sobre su cuerpo.

Me levanté de la cama y baje mi remera para luego ponerme los jeans.

-Yo voy Justin.

-No _____, voy yo. Vamos a ajustar cuentas.-me tomó del brazo y me zafé de su agarre.

No iba a dejar que él saliera a abrirle a James cuando su erección era más grande que el mismísimo Himalaya.

-Justin, mira como estas, ¿Qué crees que pensara cuando te vea?-mientras nosotros discutíamos el chico esperaba afuera. Justin se miró los pantalones y luego me miró.

-Que se de cuenta que nos interrumpió.

-Quédate ahí Justin, yo voy, si necesito algo, te llamo. No seas tan dramático.- y sin decir más nada me dirigí hasta la puerta y abrí. Sentí el portazo de la puerta del baño. Estaba más que claro que se había enojado.

-Hola.-me sonrió. Vi miles de bolsas que lo rodeaban.

-Oh, hola.-le devolví la sonrisa.- Ya veo a que vienes.-dije divertida. Hizo una mueca.- ¿Me ayudas a entrarlas?-pregunté.- Justin se enojó conmigo y se que no me ayudara con esto.-ahora el turno de hacer una mueca, fue mío.

-Claro que si _____.-dijo cortésmente. Tomó varias bolsas de las correas y las entró a la recepción de la habitación. Hice lo mismo.

-Bueno, muchas gracias James.-le sonreí.- Aguarda un segundo que traigo tu propina.

-No, no, esta bien.-dijo moviendo las manos con nerviosismo.- Con una sonrisa tuya me basta y me sobra.-dijo halagándome. Le sonreí sin siquiera pensarlo.- Bueno, ya me voy. Luego nos vemos.

-Adiós James.-dije antes de meterme a la habitación.- ¡Justin!-grité mientras me sentaba en el sillón.- Ven aquí.

-¡Espera!-gritó entrecortadamente.

No quería imaginar que era lo que estaba ocurriendo en el baño. Pues, él estaba caliente y tenía su manera de bajarse la erección. Me estremecí de tan solo pensarlo.

Prendí el televisor y cambie de canal hasta encontrar una serie divertida “Two and a half men”. Reí con cada estupidez que decían los personajes. Veinte minutos después Justin salió del baño con una toalla que rodeaba su cuerpo desnudo. Me hice la desinteresada y no le dirigí mi mirada. Sabía que se estaba colocando el pijama porque por el rabillo del ojo veía sus movimientos. Segundos después se sentó a mi lado y pasó su brazo por mis hombros, besó mi mejilla.

-¿Me demoré mucho?

-Si.-respondí sin mirarlo.

-¿Te enojaste?

-No.

-¿Entonces por qué me hablas así?-preguntó. Respiré hondo y solté el aire golpe.- No responderás, ¿verdad?- dijo. No le tomé importancia.- Okey, si cariño, veamos televisión.-suspiró resignado.


Estuvimos así como una hora, sin hablar pero viendo televisión. Justin daba fugaces besos sobre mi mejilla y volvía a su lugar. No quise seguirle el juego porque terminaríamos como recién, juntos en la cama. Aún no quería perder mi virginidad, pero a él lo deseaba con todas mis fuerzas, me gustaban sus caricias, sus besos y sus palabras llenas de deseo y lujuria.

-Tengo una pregunta.-dijo bostezando.- Pero solo preguntare si me quieres responder.-dijo mirándome. Le dediqué una mirada de tres segundos y volví a concentrarme en “16 & Pregnant”.- Bueno, _______, no me hables, esta bien.-dijo y se levantó del sillón.

La noche se hacía presente y por lo tanto las ganas de descansar pesaban en mi cuerpo. Justin se tiró en la cama a teclear en su celular. Ya no miré más televisión, simplemente me quedé pensando mientras hacía mi cabeza hacía atrás viendo como las agujas del reloj se movían al ritmo de los segundos. Su voz me distrajo.

-No digas pavadas.-carcajeó. Hablaba al teléfono.- Si Christian, lo se.-dijo divertido.- No, mi novia no me habla y no se porqué.-admitió dedicándome su mirada. Revoleé los ojos y apagué el televisor.- No, mañana no, el martes.-dijo.- Ajamm… dijo que venía con dos.-rió. Escuchó a su amigo.- ¡Que se yo! Simplemente tiene suerte.-dijo dando la vuelta en la cama. Me puse de pie y entre al baño sin cerrar la puerta.- ¿______?-me llamó.

-¿Qué?-pregunté desganada.

-Christian te manda saludos.-me dijo. Sonreí.

-Mándale saludos a él y a Megan.-le dije y volteé el rostro para mirarme al espejo.

-Ella te manda saludos a ti y a Megan…Bueno Chris…esta bien… luego hablamos… si, hasta luego enano.-dijo antes de finalizar la llamada.

Tomé la crema desmaquillante y el algodón. Comencé a frotarlo por mi cara y pronto ya no tenía más maquillaje, lavé mi cara con agua y luego la sequé con la toalla. Justin se apoyó en el marco de la puerta y me observó.


-¿No cenaras?-preguntó.

-No, no tengo hambre.-dije frotando mis ojos con desgano.- Tengo mucho sueño.-le comenté antes de esquivarlo para salir de baño.

-No te hace problema que pida comida para mi, ¿cierto?-me siguió hasta que abrí el armario.

-No, claro que no.-dije tomando mi pijama celeste.- Puedes hacer lo que más te guste.

-¿Hasta dormir contigo?-preguntó. Me negué a responder eso. Pues era más que obvio que estaba nerviosa.- Esa era mi pregunta hace un rato.-me dijo. Lo miré por unos segundos y volví mi mirada al armario.

-Prefiero que duermas en el sillón.-le dije cuando me fui a buscar las bolsas y deje el pijama sobre la cama.

-Lo dices porqué no sabes lo incomodo que es.-dijo analizando cada uno de mis movimientos.

Tome todas las bolsas que pude y las acomodé sobre la cama, así unas cuatro veces mientras pensaba mi respuesta para Justin.

-Okey, esta noche dormiré yo en el sillón.-le dije sacando una campera de una bolsa.- Así no estarás incomodo, yo lo veo justo. ¿No crees?

-No, no voy a dejar que duermas ahí.-me dijo.- Pero la verdad no me emociona mucho la idea de dormir alejado de ti.-me dijo y tomó el teléfono.- Nunca puedo comprenderte, primero casi te acuestas conmigo, luego te pones de mal humor porque no obtienes lo que quieres gracias a tu estúpido amigo de recepción y más tarde me ignoras y no quieres dormir conmigo. La verdad, eres confusa.

-Oh, vamos Justin.-dije arrojando una bolsa al suelo.- ¿Yo soy la confusa? Disculpa, pero tú eres el que me confunde, un día dices algo y al instante lo cambias.

-Claro, ahora el que lleva la culpa, soy yo.-dijo sonriendo con ironía.- Mira, dejémoslo aquí, de verdad estoy muy cansado de que vivamos peleando.

-Al fin sientes lo que yo.-dije frustrada.- Desde que te conocí peleamos. Justin siendo sincera, no creo que esto pueda funcionar, ya lo ves, en la mañana nos peleamos, por la tarde estuvimos como cualquier pareja normal y ahora nos estamos, practícamente, agarrando de los pelos.-estaba molesta y a la vez tenía ganas de pegarle.

-Bien, pues vamos acostumbrándonos a esto porque lamentablemente así será de por vida, tendrás que soportarme y yo te soportare, me dirás todo lo que se te de la merecida gana, pero ten en cuenta, muy en cuenta, que cada cosa que me hagas, luego la pagaras.- y así, dejándome con las palabras en la boca, marcó el numero del restaurante de abajo y pidió su comida.

Terminé de guardar mi ropa nueva y me adentré en el baño para colocarme el pijama que anteriormente había sacado de mi parte del armario.

-Voy a pedirme otra habitación, creo que ambos lo necesitamos.-me dijo mientras buscaba una muda de ropa.

-No hace falta Justin.-le dije mientras me cepillaba los dientes.- Insisto, puedo ocupar el sillón.

-En serio, necesitamos estar alejados, por lo menos ocho horas.-tomó su celular.- Que descanses, si necesitas algo, me llamas a mi celular.

Y sin decir más nada, salió de la habitación, dejándome completamente sola. Suspiré sin remedio, sabía que me vida iba a ser así, siempre.
Até mi cabello en una coleta y mientras cantaba levemente una canción, prendí la lámpara y apagué la luz principal de la habitación. Me recosté en la cama y miré el techo, estaba algo asustada.
Luego de dar algunas vueltas en la cama, me dispuse a apagar la luz para así poder conciliar el sueño. Un nuevo pensamiento invadió mi mente:

“Que descanses, si necesitas algo, me llamas a mi celular.”- eso había dicho Justin y ciertamente lo necesitaba a él. Ya me había acostumbrado a su pesada respiración durante las noches, a mirarlo antes de dormir, a brindarle una caricia sin que él se diera cuenta. Entonces analicé su frase, no tenía su celular, nunca lo había tenido.

¿Qué haría si me pasaba algo?

Y con esa incógnita me quedé profundamente dormida.
alex_gomez_95
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Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 6:46 pm

Maraton 3/12

Capitulo 33

Rodé sobre la cama sabiendo que estaba en presencia de un nuevo día. Estaba sola en esa habitación y sabía porque no se escuchaba la ducha de fondo.
Acomodé mis manos debajo de las almohadas e intenté volver a dormir. Iba a ser imposible, la claridad ya inundaba la habitación invitándome a salir de la cama. Y justamente fue lo que hice cuando reuní las fuerzas necesarias para ponerme de pie.
El ambiente frío erizo mi piel y frote mis manos dando más calidez a mi cuerpo. No funcionó. Pero una tibia ducha me ayudaría.
Caminé hasta el armario y tomé una toalla, seguido de mi ropa para ese día. Entré al baño y prendí la ducha. Mientras esta se templaba, me despojé de mi pijama.
Cinco minutos más tarde me encontraba secándome el cuerpo con la toalla blanca. Me coloqué en jean desgastado junto con el pulóver beige. Salí del baño y me até las pequeñas botas para luego cepillarme y secarme el cabello. Me maquillé como siempre, sencilla. Y luego me dispuse a pedir el desayuno.

-Muchas gracias.-dije recibiendo mi pedido.- ¿Puede agregarlo a la cuenta de Bieber?-pregunté. Después de todo, él siempre lo pagaba.

-Claro.-dijo mientras anotaba el apellido en una pequeña libretita.- Que disfrute su desayuno.-sonrió antes de retirarse por el extenso corredor.

Me senté en el sillón y encendí el televisor. Puse mi desayuno sobre la mesa y me dispuse a desayunar tranquilamente.
Me concentré en ver “E news” mientras tomaba de el jugo de naranja y comía pequeñas tostadas con mermelada de frambuesa.
Un ruido me hizo sobresaltar y tirar el jugo sobre el sillón. Hice una mueca e insulté por lo bajo mientras volteaba a ver la puerta de la habitación.

-Buen día.-dijo cerrando la puerta con desgano.

-Buen día.-le respondí levantándome del sillón para limpiar lo que había causado.

-¿Qué has hecho?-preguntó cuando se fue a sentar y no pudo por la mancha naranja.

-Abriste la puerta y me asusté.-grité desde el baño. Lo sentí gruñir.- No te quejes, es tu culpa.

-¿La mía?-preguntó tirándose en el sillón más pequeño.

-Si, tu culpa.-dije frotando el sillón con una toalla húmeda por agua.

-Ja, claro, ahora yo tengo la culpa de abrir la puerta y que te asustes estúpidamente mientras derramas el jugo de naranja.-dijo fastidiado.

-Cállate.

-No me callaré cuando tú me lo pidas, voy a callarme cuando a mi se me de la merecida gana.

-Cállate.

-Cállate tú.-gritó.

-No, tú.-le tire la toalla por la cabeza y al quitársela respiró hondo intentando calmar sus nervios.- Yo estaba muy bien hasta que tu llegaste.

-¿Acaso anoche tampoco dormiste?-preguntó tirando la toalla al suelo.

-Si, anoche si dormí porque tú no estabas aquí para violarme.

-Discúlpame pero yo en ningún momento quise violarte.-dijo elevando ambas cejas.- Que tú seas una paranoica no es mi culpa.-añadió con enojo en sus palabras.-Detesto que me trates como un viejo verde.

-Eso es lo que eres.-le dije mientras levantaba los pedazos de vidrio del suelo.

-Primero que todo, no soy viejo y segundo nunca te hice nada que tú no quisieras.

-Si, si me haz hecho.

-¿Cómo que?-preguntó elevando la voz.

-Como por ejemplo, cuando fuimos a la playa y me quede dormida, me tocaste el trasero.-lo acusé con un dedo.- Me has besado sin mi permiso, eso también es algo que yo no he querido.-estaba realmente fastidiada.

-Bueno.-dijo mirándome asesinamente.- Tú me has hecho cosas peores.

-¿A si?-pregunté incrédula.

-Si, mucho peores.

-Oh, ya me imagino Justin.-dije con sarcasmo.- ¿Peor que comprarte en una subasta? ¿Peor que querer violarte? ¿Peor que tocarte? ¿Peor que hacerte la vida imposible?-grité.- Por que eso es lo que tu has hecho en menos de un mes. Todo eso me has hecho pasar, y como si fuera poco luego preguntas por qué te odio tanto.-tomé una tostada y me la metí en la boca para no seguir hablando. Justin se acomodó en el sillón y me miró.

-Tú me has dejado caliente en la cama dos veces.-hizo una mueca. Tragué la tostada para responder.

-Oh, es que eso es peor que todo lo que tu me has hecho.-le dije pisando con fuerza sobre la alfombra.- ¿Por qué simplemente no me dejas en paz?

-Para mí es peor que me hayas dejado con las ganas.

-Bueno, si Justin, sigue con tus estupideces sobre el sexo.-dije quitándome de enfrente de él. Me siguió con la mirada.

-Porque no tengo ganas.-dijo. No comprendí y volteé a verlo.

-¿De que hablas?-pregunté enojada.

-De que no tengo ganas de dejarte en paz.-respondió. Esa era la respuesta a mi pregunta hace dos minutos.

-Pégate un tiro bien en el medio de la cabeza. Hazme ese favor.-dije antes de tirarme sobre la cama.

-Porque se que no vivirías ni dos días sin mí.

-¿Ah no?-pregunté sentándome para poder verlo. Me miró e hizo una mueca.- Eso significa que no te matas solo por cuidarme a mi.-dije fingiendo ternura.- No me hagas reír, por favor.-añadí con desprecio.- Ambos sabemos que te amas demasiado como para terminar con tu vida, eres un imbécil sin corazón ni sentimientos.-terminé de decir. Abrió la boca para contestar pero volví a hablar para que no respondiera.- Y no te gastes en decirme bobadas que nunca creeré.

-¿Bobadas?-preguntó incrédulo.- Acá la única que dice bobadas eres tú.-añadió con desprecio.

-Como digas Justin.-dije tirándome hacía atrás para apoyarme sobre la almohada.

-Ya se lo que ocurrirá después.-dijo divertido.- Vas a encerrarte en el baño e intentaras cortarte la muñeca.-hizo una mueca a la cual respondí con un gesto delirante.- O no.-procedió.- Capaz que te iras al baño y luego te pondrás a llorar.-se burló.

-¿Sabes? Puede que me encierre en el baño.-le dije desafiante.- Y tú iras a suplicar por detrás de la puerta “ábreme, ábreme _______”-hice una voz chillona.- O no. Capaz que dirás “ábreme o tiro la puerta”.-había sido mi turno de burlarme.

-Cállate.

-Tú no vas a decirme que debo hacer y que no.-dije enojada.

-Si voy a decírtelo.-me desafió.

-Cállate.

-Tú no vas a decirme que debo hacer y que no.-dijo haciéndome burla.

-Eres como un niño de cuatro años.

-Y tú eres como una nena de tres años.

-Y tú de dos.

-Y tú de uno.-dijo tirando la cabeza para un costado.- Ya no vas a ganarme la pelea.

-Y tu eres como un bebé que todavía no esta ni siquiera planeado.-dije estúpidamente.

-¿Escuchaste lo que acabas de decir?-preguntó al borde de la risa.

-¿Y tú te das cuenta por lo que me estas peleando?-pregunté.

-No _____, no se por qué peleamos todos los días, no se como agradarte, como hacerte feliz, no se como hacer para que me quieras por lo menos dar la mano, no se como dormir si no estas en la misma habitación que yo, no se como sobrevivir sin estar cerca de ti, y menos se por qué estamos peleando en este mismo momento.

-No me salgas con cursilería.-dije sin siquiera mirarlo. Me negaba a creer todo eso.

-Pues no es cursilería, te estoy diciendo lo que de verdad es lo que siento.-dijo enojado antes de levantarse del sillón.- Me pone de los pelos que peleemos por simples estupideces como tu jugo sobre el sillón. ¡Es que no tiene sentido!-gritó haciéndome sobresaltar.

Es que simplemente era totalmente incomprensible. Peleas tras peleas y luego pretendía que le crea al momento de ser sincero.

Caminó hacía la cama y se sentó a mi lado. Lo ignoré mientras observaba el techo y algunas partes de la habitación. Con tal de no hablarle, yo estaba bien haciendo otra cosa.

-¿Puedes perdonarme?-preguntó.

-Si, como no.-dije fastidiada. Volteé la cara para no brindarle mis gestos y se acostó a mi lado.- ¿Crees que es tan fácil como venir y pedir perdón?

-Mmm… ¿si?-dudó. Suspiré conteniendo mis ganas de matarlo.- ¿No?-preguntó aún dudando.- No, no.-dijo confiado.

-Bueno, entonces has algo para que me de cuenta que en verdad tu perdón viene del corazón y no porque solo se te ocurre pedirlo.-dije.

-Por lo menos te pedí perdón.-se quejó.- Si no quieres perdonarme entonces no me gastaré el tiempo en pedirte que me perdones.

-Pues ya lo gastaste.-dije.

-No comencemos a pelear de nuevo.

-Okey, entonces no me molestes y vete a tu habitación.-dije enojada.

-¿Mi habitación?-preguntó.- Esta también es mi habitación.

-No, anoche dormiste en otra habitación. Pues entonces quédate en esa, yo quiero estar sola.

-No.-respondió. Me levanté de la cama.- No voy a irme de esta habitación, pues porque yo la pago así que tengo derecho de quedarme aquí cuanto yo quiera.

-Okey, entonces yo me voy.

-¿A dónde iras?-se sentó en la cama.

-No lo se, simplemente me quiero ir. No te quiero en mi camino.

-Imposible.-se burló.

-No es imposible.-le dije molesta.- Tú te duermes, yo me voy.

-Okey, entonces me obligaras a contratar un guarda espaldas para ti.-dijo. Lo fulminé con la mirada.

-No serias capas de gastar dinero en semejante bobada.

-El dinero es lo de menos en mi vida, cariño.-dijo egocéntricamente.

-Oh, como usted diga señor plata fácil.-estaba total y completamente molesta con él.- No me hables.-añadí causando su risa a la cual respondí con un gesto de asco.

-¿Qué pasa si sigo hablando?

-¿Justin te das cuenta lo inmaduro que eres?-pregunté cruzándome de brazos.

-Ah, claro, habló la madura.-me dijo.- Es que eres tan madura que te escaparas, eres tan madura que esperas al chico correcto y eres tan madura que te la pasas haciendo bobadas y viendo televisión.

-¿Y eso que tiene que ver?-le tiré una remera que anteriormente tenía en la mano.

-Deja de arrojar cosas.-me gritó lanzándome la remera de vuelta.- Y tiene mucho que ver porque una persona madura no se escapa para “ser feliz”-hizo comillas con los dedos.- y tiene que ver porque me dices inmaduro a mí y tú ni siquiera has perdido tu virginidad.

-Y aquí vamos de nuevo con el tema sexo.-le grité.- ¿Qué no tienes otra cosa para decir? Es siempre lo mismo.-le tiré la remera de vuelta y la atrapó con ambas manos.- Todo en tu vida es sexo y dinero. ¿Pues sabes que? No quiero ser parte de tu vida, no quiero tener sexo contigo y ni siquiera necesito de tu plata para sobrevivir.

-Dos cosas cariño.-se acercaba peligrosamente a mí.- Primero, vives mojándote cuando estas cerca de mí y eso no me lo discutas.-me señaló con su dedo.- Y segundo, si necesitas de mi plata para vivir, sino ¿dónde dormirías? ¿Dónde vivirías? Responde, vamos.

-Muérete.

-Sigo insistiendo, luego el inmaduro soy yo.-se burló.

-En serio te digo, muérete.-dije de mala gana mientras lo empujaba para que se alejara de mi.

-Okey, cuando tenga la suficiente edad me moriré ahora, no digas pavadas.-me dijo antes de dar media vuelta.

-Y luego pides que no peleemos.-canturreé. Volvió a mirarme.

-No vale la pena intentar no pelear porque te pido perdón y no lo aceptas.-me dijo en un cantito parecido al mío.- Aparte quieres que me muera, ¿Qué mas da?-alzó los hombros en señal de desinterés.

-Okey, si eso es lo que quieres.-dije.

-Eso es lo que tú quieres.-me corrigió.

-¿Lo que yo quiero? Te he dicho miles de veces que no me gusta pelear contigo.-dije enojada.- También he intentado que estoy funcione, pero de verdad no haces ni el mínimo esfuerzo.

-¿Yo?-preguntó señalándose.

-Si, tú, Justin ¿ves a alguien más aquí?

-Pues perdona pero no es mi culpa que tú quieras pelear por todo.

-¡Yo no te he dicho nada! Tú empezaste.

-¡Ai Dios!-gritó.- ¡Me vuelves loco! Todo el tiempo me gritas y me fastidias por todo. Aprende a quedarte callada cuando no tienes la razón.

-¿Acaso tú la tienes?-grité.

-Si, yo la tengo.

-No Justin, tú no tienes la razón, esta vez, admite que la tengo yo.

-¿Tú?-siguió gritando.- ¿Tú? Pero por favor _________ a penas tienes dieciséis años y encima ni siquiera has madurado, dime si vas a venir a tener la razón, pero por Dios, que cosas dices.

-Claro, es obvio que señor perfección tiene la razón.

-Tú misma lo has dicho.-dijo bajando su tono de voz.

-Justin me tienes harta, me dan ganas de pegarte cada vez que hablas.

-¡Que lastima pequeña! Así será para siempre, tú y yo juntos, ¿debo repetirlo?

-Ni sueñes que me casare contigo.-grité antes de sentir dos golpes en la puerta.- Y no pienses que esta vez iré yo a abrir la puerta.-seguí gritando.- Te odio con toda mi alma.-le grité antes de entrar al baño.

-Te juro que esto no se termina aquí.-me gritó y pateó la puerta.- ¿Y tú que quieres?-siguió gritando cuando abrió la puerta de entrada.

Me senté en el suelo y pronto las lágrimas cayeron por mis mejillas. Iba a ser imposible vivir cerca suyo cuando ambos nos odiábamos, capas tan solo por unos momentos, pero nos odiábamos a la hora de pelear.
Y yo, siendo tan solo una mujer de solo dieciséis años, nada podía hacer. Solo llorar, como siempre. Sensible como nadie en la tierra, frágil como una muñeca de porcelana cerca de millones de martillos. Mi mirada se nublaba y las ganas de volver a ver a mi familia me carcomían por dentro. No quería estar más sobre la tierra, no si iba a vivir así.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 6:47 pm

Maraton 4/12

Capitulo 34

Luego de calmarme y destaparme la nariz, pude sentir a Justin hablar, pero no estaba solo. Su supuesto amigo llegaba mañana, no podía estar aquí, justo ahora.
Decidí que capas para relajarme debería tomar una ducha, aunque esta mañana ya lo había hecho, necesitaba otra.
Me despojé de mi ropa en solo unos segundos y entré a la tibia ducha. Luego de diez minutos, salí y me vestí con lo mismo que llevaba antes pues solo lo había usado durante unas horas.
Tomé valor para salir del baño y fingir que todo estaba bien. No iba a hablarle a Justin por más que le había prometido fingir ser su novia. Él no había sido nada bueno conmigo y de eso me vengaría.

-_______.-dijo Justin cuando me vio salir del baño. Un rubio a su lado volteó a verme y no tardó en sonreír.

-No, mi gemela.-dije molesta. Justin arrugó la nariz en señal de enojo.- ¿Necesitas algo que tanto me miras?-pregunté. El amigo de Justin rió con ternura.

-Si, necesito que tú y yo hablemos ahora mismo.-se levantó del sillón y me jaló hasta el baño.- ¡Ya voy para allá Ryan!-le gritó desde allí.- ¿Qué es lo que te ocurre?-preguntó enojado.

-¿A mi?-hice un gesto con la mano.- Disculpa Justin pero si mal no recuerdo hace menos de media hora estábamos peleando.-dije casi en un grito.

-Habíamos quedado en algo.-me dijo casi suplicando.- Yo te llevaba al cine y a comprar ropa y tú te comportabas cuando Ryan estuviera aquí.- hablaba despacio y con tranquilidad.- Vamos _____, no me falles.-suplicó.

-Justin, nosotros habíamos quedado en que iba a comportarme como tu novia, mañana.-aclaré.- ¿Y sabes que? Hoy no es mañana.-dije con enojo.

-Y lo se ______.-dijo rápidamente.- Pero el llegó hoy porque quería darme una sorpresa, que no fue nada más y nada menos que una gran molestia.-dijo y tragó sonoramente.- Por favor.

-No Justin, yo voy a ser mala como tu lo eres conmigo.

-Te compensare, lo prometo.-dijo tomando mi mano.- De verdad, no vamos a pelear nunca más y seré como el novio perfecto que tú tanto buscas, pero por favor.-apretó mi mano esperando una respuesta.

Y es que no voy a mentirles, me gusta verlo sufrir como él me hace sufrir a mí. No se merece que lo ayude, estoy en lo correcto, pero si él promete lo que esta diciendo, pues claro que aceptare.

-¿Cómo se que no me mientes?

-Porque de verdad quiero ver a mi hermana y si no finjo que estoy de novio contigo, nunca la veré. De verdad, soy capaz de hacer mucho por ella y si tú me permites también podré ser bueno contigo, _____ no me arruines la vida.

-Tú me arruinas la vida.-dije y me zafé de su mano.

-Ayúdame.-mordió su labio inferior.

-Okey, pero no quiero que me...-fui interrumpida por un beso.- beses.-concluí cuando él había acabado.

-Perdón.-se disculpó tomando mi mano de nuevo.- Entonces… ¿si?-preguntó ilusionado.

-Si, dije que si, pero luego vamos a almorzar porque muero de hambre.

-Si, si, si, si, gracias.-dijo abrazándome, a lo que respondí con una leve palmada en su espalda.

-Ya, Justin, salté.-dije amargamente alejándolo de mi.

-Okey, gracias.-me sonrió con notoria felicidad y prácticamente me llevó a rastras a donde se encontraba su amigo.- Ryan, ella es _______, _______ él es Ryan.-sonrió. El rubio se levantó del sillón y me analizó tres segundos para luego darme un beso en la mejilla.

-Es un placer _____.-dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa.- Justin no se equivocaba al decir que eres hermosa.-comentó. Justin soltó mi mano y se aclaró la garganta.- Solo he escuchado maravillas de mi futura cuñada.-volvió a sonreír.

-Aw gracias.-dije tiernamente.- ¿Acaso son tan amigos?

-Como hermanos.-dijo Justin.

-Oh, que bien.-sonreí.

-Bueno, sentémonos y así podemos hablar cuanto quieran.-dijo Justin tirándose en el sillón. Ryan se sentó en el sillón más pequeño y a mi no me quedó otra opción que sentarme al lado de “mi novio”.- Entonces, estabas contando sobre Melanie y Sophie.-sonrió y pasó su brazo sobre mis hombros.

-¿Quiénes son?-pregunté intrigada.

-Las “novias” de Ryan.-hizo comillas con sus dedos.- Según él, antes del casamiento se prueba con muchas mujeres.-rió. Ryan lo pateó levemente.

-No son mis novias.-alzó las cejas.- Son mis acompañantes de cama.-añadió causando la risa de Justin.

-Oh.-dije sintiéndome incomoda.- ¿Y ellas donde están?

-Es curiosa.-le informó Justin entre pequeñas risas. Ryan asintió.

-Están descansando.-me informó.- Es que tuvimos un viaje agotador.-sonrió con picardía. Justin rió. Yo simplemente me quedé callada.- No lo tomes en doble sentido como Justin.-rió.- De verdad, Bieber.-dijo entre carcajadas.

-Yo no he dicho nada.

-Pero te has echado a reír dando a entender eso.-contuvo su risa.- Cállate.-dijo arrojándole un almohadón.

-Esta bien, esta bien.-dijo Justin agarrando el almohadón en el aire.

-No te contare más nada porque todo lo mal piensas.-dijo haciéndose el molesto.

-Bueno, no te enfades Butler.-le dijo graciosamente. Reír y ambos me miraron extrañados.

-¿Qué hice?-pregunté alzando los hombros.

-Te ríes raro.-dijo Ryan.

-Tú no te ríes así.-me acusó Justin.

-Siempre me he reído así.-dije excusándome.- En serio, no me miren de esa manera.

-Me gusta.-opinó Justin. Sonreí por compromiso.- Eres tierna.-añadió.

-A mi también me gusta su risa.-dijo sonriente. Justin le tiró el almohadón de vuelta.- Que celoso eres.-frunció el seño.

-No soy celoso pero cuando estoy cerca de ti debo esconder a mi novia.-arqueó una ceja. Ryan entrecerró los ojos y sonrió.

-Celoso.

-Que no lo soy.-le dijo Justin.

-Que si.-dije yo. Ambos me miraron.- ¿Van a mirarme así todo el día?-pregunté inocentemente. Justin me atrajo mas a él.- Es verdad que eres celoso.

-No lo soy.-se negó.

-Que si.-dijo su amigo.

-Que no.-arrugó la nariz.

-Justin, si no eres celoso como dices…-dije casi en un cantito.- ¿Por qué me hiciste semejante problema con James?

-Ja, tu propia novia te acuso.-dijo riendo.

-No.-se negó nuevamente.- No te hice semejante problema, pero es que siempre anda coqueteando contigo.-dijo molesto.

-Eso son celos, Bieber.

-Que no lo son.-dijo por enésima vez.

-Ay es que si lo son Justin.-dije yo. Volvieron a mirarme de manera conjunta.- Bueno, ya no hablaré más porque me están dando miedo.-dije encogiéndome de hombros.

-Cómo pretendes que no este celoso si siempre llega cuando… ya sabes.- dijo haciendo que mis mejillas se tornaran más rojizas que un tomate.

-¡Justin!-lo regañé. Ryan rió.- Eres un imbécil.

-Perdón pero tú estabas acusándome.-se defendió.

-De todas maneras…-quise arreglar lo que Justin había dicho.- eso fue solo una vez, lo demás te causó celos solo porque me habló cuando tú me dejaste sola en recepción.

-Oh, eso debió doler.-dijo Ryan entre risas.

-Bueno, ya no peleemos.-me dijo con ternura.

-Si ya no peleen, es feo pelearse.-se burló Ryan.

-¿Tú que te metes?

-Uy Justin, hoy estas con ganas de pelear.-dijo negando con la cabeza. Coincidí con él así que reí por lo bajo. Se levantó del sillón.- Tengo que ir a ver como están mis nenas.-dijo pícaramente.- Nos vemos esta noche señor y señora Bieber.-sonrió.

-Aún no es señora Bieber.-le corrigió Justin.

-Pero pronto lo será, ¿Qué más da? Es lo mismo.-hizo una mueca con gracia.

Luego de despedirnos de él, que no fue mucho porque solo estaba alojado en el piso de arriba, Justin cerró la puerta y suspiró.

-Eres mala.-me acusó.

-¿Yo?-pregunté con gracia.

-Si tú.-me señaló con el dedo y luego besó mi mejilla.

-¿Y eso a que se debe?

-A mi promesa.-respondió mientras me esquivaba y se sentaba en la cama.- ¿Salimos a almorzar o pedimos aquí?-pregunto. Lo consideré durante unos segundos.

-Salgamos.

-Bien, ve por tu bolso y vamos que me muero de hambre.

Busqué mi bolso y en menos de cinco minutos ya estábamos en la recepción del hotel. Justin pidió las llaves de su auto a James y sin despedirse de él tomó mi mano para caminar hasta el estacionamiento.

-Eso fue feo.-lo regañé.

-Él es feo.-respondió desactivando la alarma del vehiculo.

-¿Y tú eres lindo?

-Claro que si, cariño.-dijo con egocentrismo.

-No te hagas el importante.-dije riendo.

-Soy importante.-sonrió.

-Ay Justin, ya basta.

-Aparte, no solo soy lindo e importante, mira con quien ando de la mano.-dijo dejándome sin respuesta alguna. Respondía e iba a enterrarme yo misma.


El camino fue silencioso y parecía que nunca llegaríamos a donde sea que vayamos a almorzar. Justin solo tarareaba una canción desconocida para mí y yo me limitaba a observar por la ventana. Cuando finalmente llegamos a Mc.Donalds, Justin se bajo de inmediato y al verme a mí, bjo del auto, me tomó la mano. Extraño, lo se.

-¿Qué quieres comer?-preguntó observando las distintas promociones.

-No lo se.-admití haciendo lo mismo que Justin.

-Yo tampoco se.-suspiró.- ¿Qué te parece unos nuggets de pollo?-preguntó. Negué con la cabeza.

-Una pan carne.-me decidí.

-¿Solo eso?-preguntó arqueando una ceja.

-Eso más papas y gaseosa.-dije. Me miró raramente.

-Si tú dices.-elevó los hombros y luego los bajó de golpe.

Llegamos al principio de la fila y Justin hizo nuestro pedido. Luego de cinco minutos ya estábamos buscando mesa donde sentarnos.

-Aquí Justin.-dije cuando vi que una familia se iba de esa mesa.- Solo hay que pedir que la limpien.-hice una mueca.- Ya vuelvo.

-No, tú quédate aquí, yo busco a alguien que la limpie.-dijo mientras me entregaba la bandeja.

Me quedé ahí parada como un poste hasta que Justin volvió con una chica que traía un trapo junto con un producto de limpieza. Justin me recibió la bandeja y luego nos sentamos a comer.

-Se que le escapas al tema…-dijo antes de comenzar.- pero de verdad creo que es necesario que hablemos sobre la boda.-concluyó. Metí una papa a mi boca y lo miré con desgano.- Me dirás que no te importa, lo se, pero a que si hago algo que a ti no te gusta, me regañaras.-se quejó.

-Bueno, entonces no hagas nada.

-¿Qué?-preguntó sin entender.

-No hay por qué casarnos.

-Nunca entiendes nada ______.-dijo fatigado.

-Bueno, bueno, ya, hablemos. ¿Qué es lo que quieres?-pregunté tomando un sorbo de mi gaseosa.

-¿En el jardín de la casa o en un salón?-comenzó a dar opciones.

-En casa.-dije sin siquiera mirarlo.

-Hey, por lo menos finge que te emociona.-me dijo risueño. Lo fulminé con la mirada.- Okay, okay, ¿prefieres que contratemos una organizadora de fiestas o lo hacemos todo nosotros?

-Contrata a alguien.

-¡Que bien que finges tu emoción!-dijo divertido. Reí.

-Es mejor, aparte, según tú, estas muy ocupado.-dije. Asintió mientras almorzaba.

-¿El vestido?

-Blanco Justin, blanco.-le dije. Rió.

-Lo se tontita.-dijo burlón.- ¿Pero iras a comprarlo sola?

-Supuestamente que el novio vea el vestido es mala suerte, pero más mala suerte de la que tengo no creo poder tener, así que si quieres venir conmigo, bienvenido seas.

-Iras con mi mamá.-me informó.

-Como tú digas.-respondí sin tomarle importancia.

-¿La noche de bodas?-preguntó con picardía.

-Ya sabes donde puedes meterte esa noche.

-Hey.-me reprochó.- Yo no seré al que le meterán en la noche.

-No te pases Bieber.-dije mirándolo desafiante. Sonrió.

-¿Dónde la pasaremos?

-Simple, si vamos a un hotel, tú en el sillón yo en la cama. Si nos quedamos en casa, tú en tu cama, yo en la mía. Si quieres pasarla en carpa, tú en una yo en otra. Pero ni se te ocurra imaginarte que dormiremos juntos.

-¿Por qué no?-preguntó.

-Porque no.-respondí.

-Esa no es una razón.

-Pero es lo que yo siento.

-¿Sientes un por qué no?-preguntó con gracia. Negué con la cabeza dándole a entender que estaba mal mentalmente. Rió.

-Es que simplemente no quiero que durmamos juntos.

-Okay, eso lo vemos dentro de tres semanas.

-¿Por qué tres?-pregunté.

-Porque dentro de tres semanas nos casaremos.-me informó.

-Oh, gracias por avisarme con tanta anticipación.

-Si tú sabias.

-Que tú pienses que yo se no significa que yo lo sepa en realidad.-dije confusamente, largó una carcajada y terminó con su hamburguesa.

-¿Dónde quieres que vayamos de luna de miel?

-A donde más te guste.-respondí.

-¿Qué que lugar del mundo te gustaría visitar?-preguntó.- No seas tan dura, de todas maneras te llevaré a algún lugar. Así que, es mejor que tú elijas a que yo lo haga por ti.

-Okay, entonces vamos a Paris.-dije con emoción. Me sonrió.- De seguro tú ya has estado allí, pero desde pequeña que tengo una obsesión con ese lugar.-concluí. Me miró una vez más y sonrió.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 6:48 pm

Maraton 5/12

Capitulo 35

Pasamos la tarde con Ryan, Sophie y Melanie. Ellas eran de verdad un encanto. Mientras Justin y Ryan decían bobadas, con las chicas decidimos que pasear por las tiendas de artesanos, era una buena idea. Melanie se llevó una cosa de cada uno de los puestos y Sophie compraba de vez en cuando regalos para su familia.
Justin me había dado dinero por si me gustaba alguna que otra cosa, pero preferí no gastar mucho, pues dos días atrás el había gastado más de mil dólares en ropa para mi.

-Wooow esto es tan genial.-dijo Sophie mientras observaba una cadenita de oro.- ¿No creen que debería llevarla?

-Claro, si no la llevas tú, la llevo yo.-sonrió. Me limité a reír un poco y luego centré mi vista en una hermosa pulsera.

-Tienes buen gusto.-dijo Sophie mirando lo que mis ojos miraban.

-Woow, en verdad es muy linda.-dijo Melanie.

-Para ti todo es lindo.-le dijo Sophie. Las tres reímos.

-Yo creo que deberías comprarla.-me recomendó la morocha. Hice una mueca.

-No lo se.-estaba insegura, no me gustaba abusar del dinero de Justin. Si bien, no le falta ni un centavo, no puedo andar por la vida gastando cada dólar que Justin pone sobre la palma de mi mano.

-¿Cuánto dinero tienes?-preguntó. Saqué los billetes de mi bolsillo y conté en mi mente.

-Más de noventa, seguro.-me dijo Melanie.

-Vamos llévala.-me incitó Sophie.

-No, no voy a llevarla.

-¿Por qué no?-preguntó Melanie haciendo pucheros.

-Porque no.-sentencié.- Ya vámonos de aquí.-dije mientras volvía por donde habíamos llegado. Sophie y Melanie pronto me alcanzaron y cada una se puso a un lado mío.

-Y… ¿Qué tal es Justin en la cama?-preguntó Sophie. Detuve mi caminata en seco y ambas se giraron a verme.- ¿Qué? ¿Dije algo malo?

-No, no, es que, creo que tengo algo en la zapatilla.-hice una mueca de dolor.- Adelántense si quieren.-agregué.

-¿Irnos y dejarte aquí? No nena.-fue hasta donde mi.- ¿Qué tienes allí?

-No, nada, ya se me paso el dolor.-dije haciendo que Melanie se sobresaltara. Camine hasta ponerme a la altura de Sophie, Melanie se puso a mi lado. Seguimos caminando.

-Entonces… ¿vas a contarnos que tal es?

-¿Para que quieres saber?-dije divertida. Ciertamente no sabía que decir.

-Para saber, porque con mis amigas siempre hablamos sobre como son nuestros chicos en la cama.

-Ahh…-dije suspirando.- Bueno, él es increíble.

-¿Tan así?-preguntó Melanie.- No sabes lo que es Ryan.

-Aiii si.-sonrió Sophie.- ¿Puedes creer que nos da más de uno en una sola noche?

-Woow, Justin igual.-dije. Ambas me miraron.

-Por lo menos lo tienes para ti sola.-dijo Sophie.- Yo debo compartir a Ryan con esta rubia.-carcajeó. Melanie le sacó la lengua.

-Yo lo vi primero.-le dijo. Por lo menos la parte de hablar sobre Justin en la cama, había pasado.- Yo te dije que él estaba para chuparse los dedos y tú fuiste a buscarlo.

-Pero esa noche no me dio solo a mí.

-Bueno chicas.-dije calmándolas.- Me están dando demasiada información y de verdad prefiero no saber eso sobre Ryan.

-Okay, okay.-dijo Melanie.- Es de ambas y punto.

-Ya.-sonrió Sophie.- ¿Te satisface seguido?-preguntó con picardía.

-Si, bastante, casi todas las noches.-mentí.

-¿Qué pasa todas las noches?-preguntó el dueño de las dos manos que se posaban en mi cintura. Sophie enrojeció y yo abrí mis ojos del todo. Volteé y lo vi.- ¿Van a quedarse calladas?-preguntó antes de besar mis labios.

-Parece que sí.-dijo Ryan alzando los hombros.

-Yo creo que hablaban de mí.-dijo Justin. Mire a Sophie haciendo más evidente la conversación.- Si, eso era.

-Bueno, ya no estamos hablando sobre nadie.-dijo Melanie. Justin quitó sus manos de mi cintura y me tomó la mano.

-¿Pero hablaban sobre Justin?-preguntó Ryan confundido.

-No, nada que ver.-dije. Justin rió.- Hablábamos de James.- fue lo único que se me ocurrió. Las chicas asintieron y el ceño de Justin se frunció antes de soltarme la mano.

-¿Y que es lo que hace James todas las noches?-preguntó enojado. Ryan hizo un gesto que hizo reír a las chicas.

-Cosas.-le respondió Melanie.

-Si, cosas que ______ lo ha visto haciendo.-dijo Sophie. Melanie le pisó el pie dándole a entender que se callara.

-Y… ¿Cómo que cosas?-preguntó casi ladrando.

-Como….

-¿Qué hiciste anoche cuando te deje sola?-preguntó. Más bien, me acusó.

-Ay Justin, por Dios.-le di un leve golpe en el pecho.- No seas tonto. Les estaba contando que saca la basura todas las noches. Que siempre que no puedo dormir lo veo sacando la basura.

-Ahh…-dijo no muy confiado. Las chicas y Ryan rieron.- No zafas de una explicación cuando lleguemos a casa.-me dijo al oído.

-¿Y bien?-dijo Melanie.- ¿Cómo nos encontraron?

-Andábamos buscándolas. Estuvimos un rato bastante largo intentando divisarlas.-admitió Ryan. Justin asintió.

La noche comenzaba a hacerse presente, y con ella, el frío se apoderaba de nuestros cuerpos. Justin y yo caminábamos a la par unos pasos más atrás de Ryan, Melanie y Sophie.

-¿Vas a explicarme que hablabas con las chicas?-me dijo mientras jugaba con nuestros dedos entrelazados.

-Nada Justin, cosas de chicas.

-Oh vamos _______, dime que es lo qué hace James todas las noches.

-No se que hace todas las noches, yo supongo que duerme como todo ser humano.-respondí cuando entrábamos al hotel. James nos miró y vi a Justin ser carcomido por la rabia.

-Lo odio.-admitió mientras dejaba de caminar.

-No seas tan evidente, es mala educación mirar a las personas de esa manera.-le dije burlona.

Ambas miradas luchaban para ver quien se rendía. Y estaba más que claro que Justin no apartaría la vista porque quería demostrarle que yo era su novia. Absurdo. Terminó ganando Justin porque el deber llamaba a James. Tiré a Justin del brazo para que se moviera. El ascensor estaba ocupado, culpa de Justin, Ryan se había ido arriba sin esperarnos.

-Vamos por las escaleras.-dijo enojado.

-¿Por qué te enojas conmigo?-le pregunté apretando repetidamente el botón para pedir el ascensor.

-Porque te acuestas con el de recepción.-me acusó.

-Yo no me acuesto con James.-dije riendo.- Que pavadas se te ocurren Bieber.

-Eso das a entender.-me dijo entrando al elevador.

-Piensa lo que quieras, pero eso no es cierto.-marqué el piso de nuestra habitación.

Cuando llegamos al piso marcado anteriormente, vimos a Ryan junto con Melanie. Ella nos sonrió y caminó hasta nosotros, Ryan siguió sus pasos.

-¿Y Sophie?-pregunté.

-Se fue a la habitación porque tenía un llamado de su hermana.-dijo sonriente.- Nosotros ya nos vamos a nuestra habitación.-nos informó.

-Bueno, entonces supongo que nos vemos esta noche.-dijo Justin.

-No señor Bieber.-dijo Ryan negando con el dedo.- Yo voy a salir con mis nenas.

-Bueno.-dijo Justin risueño.- Entonces nos vemos mañana por la tarde.

-¿Por qué no por la mañana?-preguntó Melanie.

-Porque tengo que hacer unos tramites y ______ viene conmigo.

-Okay.-sonrió la rubia.- Entonces mañana por la tarde.-concluyó.

-Adiós, nos vemos.-se despidió Ryan.

Justin y yo entramos a la habitación. Al cerrar la puerta Justin tiró su celular sobre el sillón y luego sobre este se tiró él. Deje mi bolso sobre la cama y ahí me sente a mirar como Justin hacia nada.

-¿Estas enojado?-pregunté.

-¿Tú que crees?-me dijo severamente.

-Que si.-me crucé de piernas.- No tienes porqué enojarte.-le dije. Me observó un rato y después respondió.

-¿Ah no?-preguntó alzando una ceja.- Yo te dije desde el primer día que llegaste a casa, que soy celoso.-me dijo.

-Es que no entiendo por qué estas celoso.

-Porque a ti te gusta James.

-A mi no me gusta James.-le dije arqueando una ceja. - ¿Quieres saber de lo que hablaba con Sophie y Melanie?-pregunté.

-Te he estado preguntando eso toda la tarde y no querías decírmelo. ¿Vas a decirlo o que?-dijo cuando vio que yo no respondía.

-Si, voy a decírtelo, solo esperaba a que terminaras de hablar.

-Bueno, anda, dilo.-me incitó.

-Sophie me preguntó si eras bueno en la cama y tenía que mentirles, no podía decirles que no hemos tenido relaciones, y bueno, eso. Ya no me mires así porque te juro que no sales con vida.

-¿Qué les dijiste?-dijo con picardía.

-Que sos increíble.-de seguro mis mejillas estaban rosadas.

-¿Y piensas que así soy en la cama?-preguntó mientras se levantaba del sillón.

-No lo se Justin, no lo hemos hecho, y no te acerques.-dije rápido. Rió y se sentó a mi lado.

-No voy a hacerte nada, solo quiero sentarme a tu lado.-dijo.- Cálmate.-carcajeó.- De verdad no tengo intenciones hacerte algo.

-Bueno, entonces ya me voy a bañar.-dije.

-Hey ven aquí.-me jaló de un brazo haciendo que cayera sentada sobre sus piernas.- Esa no era mi intención pero si así quedamos, esta todo bien.-sonrió. No pude evitar soltar una pequeña risita, a la que él respondió con un beso.- Te he tomado cariño.-me dijo al oído.

-Yo no.-dije al descuido.

-¿Ni un poquito?-preguntó haciendo una mueca.

-Capaz que muy muy muy poquito.-le dije. Sonrió y me dio un beso en los labios- Justin, aquí ya no tienes que besarme.

-¿Y que si quiero?-preguntó alzando los hombros.

-Bueno, no quieras porque no los recibiré.-le dije. Me besó de nuevo.- Desde ahora.-agregué causando su risa. Me robó un pequeño beso.-Hey en serio.

-Si no quieres que te bese entonces vete a duchar.-me dijo.- Te has quedado sobre mi regazo, eso significa que quieres que te bese.-dijo antes de besarme de nuevo.

-Hey, de verdad.-me puse de pie.- No estoy jugando.

-Bueno, esta bien.-el también se puso de pie.

-Voy a darme una ducha y luego vas tú.

-¿Por qué yo?

-Porque debes ducharte Bieber.-dije. Asintió.

-¿No me regalas otro beso?-preguntó tomándome por la cintura.

-No.-dije. Hizo puchero.- Solo uno Justin.-le dije antes de posar mis labios sobre los suyos.- Listo, ya déjame que me duche.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:01 pm

Maraton 6/12

Capitulo 36

Luego de pasar una semana y media de diversión con Ryan, Justin y las chicas, tuvimos que volver porque Justin debía trabajar y su padre necesitaba de su ayuda mientras viajaba al otro lado del mundo.

Nos encontrábamos en el avión, Justin estaba viendo una película mientras por momentos cerraba sus ojos y los abría de golpe. Yo, por mi parte, estaba a su lado, leyendo una revista sobre chismes de famosos, nada interesante.
Justin estiró una pierna y me pateó haciendo que me sobresaltara y la revista cayera al suelo, maldije por lo bajo y me agaché a tomar la revista.

-¿No tienes sueño?-preguntó bostezando. Negué con la cabeza y tomé de mi jugo de manzana.- ¿Ni un poco?-preguntó apagando el pequeño televisor frente a nosotros.

-Anoche pude dormir como Dios manda.-dije sonriendo y volví a tomar del jugo.- ¿Tú no?

-Convengamos que dormir en ese sillón nunca fue lo más cómodo.-se quejó mientras se acomodaba sobre el asiento.- Convídame.-dijo estirando su mano.

-No, búscate el tuyo.-le dije sacando el vaso de su alcance.

-¡Que mala persona!-dijo de mala gana.- Quiero jugo.-se quejó. Le di el vaso y me sonrió antes de tomarlo.- Retiro lo dicho.-me dijo y tomó del vaso, dejándolo completamente vació. Me lo devolvió.

-Hey Bieber.-dije mirando que el contenido del vaso, ya no estaba.- Ahora me buscas uno.

-No queda nada para aterrizar.-dijo acomodándose mientras me daba la espalda.

-Quiero un jugo.-dije insistente.

-Pídele a Lucy.-me dijo.

-A bien, ahora le dices Lucy.-dije más que molesta. Volteó y me miró.

-¿Celosa?

-¿Qué crees?

-Pensé que no te gustaba ni un poquito.-me dijo sonriente.- ¿Ves? Te dije que nadie se resiste a mi, soy una bomba sexual.-sonrió.

-Que este celosa no significa que me gustes tú.-dije arqueando una ceja.- Aparte, cuido lo que es mío y tú serás mi esposo y no dejare que me engañes.-me crucé de brazos.

-¿Y también soy tuyo?

-Basta Justin.-dije enojada.


Si bien nos llevábamos mejor, las peleas eran muy comunes día a día. Podíamos pasar momentos muy lindos juntos, mientras que cuando uno miraba a otra persona, el otro ya se fastidiaba y se iba todo por la borda. Justin, quien siempre quería tener la razón, me hacía casi vendarme los ojos cuando íbamos a la playa, y yo, que según él, siempre quería tener la razón, no podía decirle que dejara de mirar a las chicas, porque comenzaba con sus juegos de preguntas sobre mis celos hacia sus actos.

-Justin, vamos a aterrizar.-dijo la castaña cuando se colocó frente a él.- Le sugiero que se ponga el cinturón de seguridad.- esa era Lucy, la castaña que de seguro traía loco a Justin. Eso me ponía de los pelos.

-Claro y que a mi me parta un rayo.-dije enojada. Justin rió.

-Oh, a usted también.-sonrió. Falsa, estúpida, castaña hueca.

-Si, si, comprendimos, puedes retirarte y dejar de tirarte a mi novio.-dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad. Justin volvió a reír y la castaña se retiró con cara de perro.

-Eso fue descortés.-me dijo.

-Lo descortés me lo paso por ya sabes donde.-le dije de mala gana. Rió.- Oh, ¿estas risueño Bieber?

-Ya, cálmate.-dijo entre risas.- Me gustó tu forma de marcar territorio.

-Bueno.-le dije sin siquiera mirarlo.- Abróchate eso, no vaya a ser que Lucy tenga que volver a recordártelo.-miré hacia el frente.

-Tú y tus celos.

-Tú y tus estúpidos encantos que, en realidad, no se que te ven.

-Lo que tú misma ves, pero no quieres admitir.

-Ya, como digas Bieber.

-Me gustaba más cuando me decías Biebs.-dijo haciendo puchero.

-A mi me gustaba más cuando no eras tan fastidioso.

-Okay, voy a callarme porque ya veo que te enfadaste de nuevo y me vas a montar otro numerito por la azafata.

-Yo no te monto ningún numerito.-dije enojada.- Tú te le tiras a cualquier zorra.

-Bueno, ya, de verdad, dejémoslo aquí.

-Muérete.

-¡Ya, cállate _______, me sacas de quicio!-gritó haciendo que yo abriera mis ojos a todo lo que daba. Imbécil.

Me quedé callada. El avión privado de Justin descendió hasta tocar tierra. Una vez ahí, Justin se desabrochó el cinturón y yo hice lo mismo. Tomando mi bolso me le adelante a Justin y baje las escaleras con rapidez para tomar mis tres maletas, que llevaría, no se cómo.

-¿Puedes?

-Si, puedo. No necesito tu ayuda.-le dije enojada.

Justin asintió y tomó su única maleta, la cual comenzó a rodar con facilidad. Yo con tres maletas y más pesadas que un elefante. Tomé una y acomodé mi bolso bien sobre mi hombro, tomé otra e intenté tomar la otra pero dio una vuelta y calló sobre el pavimento. Refunfuñé y miré hacía adelante, donde estaba Justin caminando mientras su maleta rodaba tras él.

-Estúpida maleta.-le pegué una patada. La acomodé y me senté sobre ella.

Dos minutos después Justin estaba al lado mío y me estaba mirando como si yo fuera un bicho raro.

-¿Qué tanto ves?-le dije enojada. Rió.

-¿Sigues pensando que no necesitas mi ayuda?-preguntó arqueando una ceja. Bajé la mirada.- Vamos, levántate de ahí y dame eso.-dijo dándome la mano para que me pusiera de pie.- Tú lleva la mía y una de las tuyas, la mía esta más liviana.-me aconsejó.- Yo llevaré las dos restantes.-me explicó. Asentí.- _______, un favor.

-¿Qué?

-Cambia esa cara.-me dijo. Me di la media vuelta y tomé una de sus maletas junto con la mía. Justin comenzó a caminar delante mío y pronto me puse a la par de él. ¿Qué rayos llevas aquí?-preguntó. Reí.

-Tú culpa.-le dije.- Me compraste más ropa de lo que usualmente uso.-reí. Negó con la cabeza sabiendo que una mujer no tiene remedio frente a las tiendas de ropa.

-Recuérdame no volver a sacarte de compras.

-No te aseguro nada.-le dije cuando salíamos del aeropuerto.

-¿Por qué nos llevamos tan mal si de verdad podemos llevarnos muy bien?-preguntó.

-¡Que se yo!-exclamé levantando los hombros. Me sonrió.

Pronto el chofer de Justin se situaba frente al aeropuerto y nos ayudó con las maletas. Nos montamos en el automóvil y en menos de diez minutos estábamos en la casa de Justin. Baje antes que él y recogí su maleta y una de las mías, como antes habíamos hecho. Él, pobre, tuvo que recoger las dos maletas mías y así subir las escaleras.

-Llévala a mi habitación, por favor.-me dijo. Asentí y dejé la mía en el pasillo para luego buscarla. Entré en su habitación, perfectamente arreglada y deje su maleta frente a su cama.

-Listo.-dije al salir y vi que él venía desde mi habitación.

-Gracias. No se cuantos días tardaras para ordenar toda esa ropa.-rió.- ¿Crees que necesitaras otro armario?-reí y le di un leve golpe en el hombro.

-Cierra la boca, útil para nada.-reí.

-¿Mi boca? ¿Inútil?-dijo y rió.- No sabes lo que se hacer con mi boca, cariño.-sonrió con picardía y me tomó de la cintura.

-Bueno, bueno.-dije apartándolo de mí.- Te aseguro que prefiero no saberlo.

-Por ahora, ¿verdad?

-Por ahora…-dije y me sonrió.- y por siempre.

-Hey…-reprochó.- Podemos almorzar y luego pasar por la casa de Chris. ¿Qué dices?

-Que prefiero dormir una larga siesta.-le dije y me solté de su agarré.- Ve con él, yo me quedaré aquí.

-Aguafiestas.-me dijo. Di media vuelta y tomé mi maleta.- Vamos, te prometo que la pasaremos bien.

-Mañana Justin.-le dije caminando hacía mi habitación.- Hoy estoy cansada.-añadí.

-Okay, de todas maneras, te cuento que no podrás dormir en tu habitación, por lo menos, por hoy.-me dijo. No comprendí.

-¿Por qué?

-Ya lo veras nena.-me sonrió.- Luego baja a almorzar.

-Okay.-dije viendo como él bajaba por la escalera.

Empujé la puerta de mi habitación para entrar y vi mis dos maletas al medio de la habitación, todo cubierto por un plástico transparente y los muebles no estaban. Estaban pintando la habitación. Di un golpe sobre la madera del suelo y pegué un grito. Acababa de comprender a que se refería Justin.

-Ven aquí.-le grité desde arriba.

-Baja tú.-me gritó.- Estoy ocupado.

-¿Haciendo que?-volví a gritar.

-Baja y veras, no voy a seguir gritando.-me gritó por última vez.

-Ven aquí Justin.-insistí.- De verdad.-grité otra vez.- Justin es en serio.-dejé la maleta fuera de la habitación y corrí escaleras abajo.

Justin, sobre el sillón, mirando cartas y boletas, me sonrió y siguió con lo suyo.

-Voy a matarte.-dije enojada.- ¿Por qué no podían pintar cuando estábamos en México?

-Porque no.-me dijo.

-Fue idea tuya.

-No.-me dijo.- Vamos a vender la casa y debe estar en condiciones para los dueños.-me comentó.

-¿Y donde se supone que voy a dormir?-pregunté.

-Donde tú quieras.-me dijo.

-Oh, vamos Justin.-dije cruzándome de brazos.- Vas a tener que dormir en ese sillón y dejarme tu cama.

-Ni lo pienses.-me dijo anotando algo sobre uno de los sobres.- He dormido durante dos semanas el un incomodo sillón, ahora en mi casa, voy a dormir en mi cama.-dijo. Resoplé haciéndolo reír.

-¿Dónde voy a dormir?-insistí.

-Conmigo.-dijo.- Es la única opción que tienes.-me comentó.- A menos que quieras dormir a oscuras, en este sillón.-añadió.

-¡La comida ya esta en la mesa!-dijo una dulce voz. Volteé a ver a una de las chicas de limpieza.

-Vas a ver Justin, esto no se queda así.

-Como digas nena.-me sonrió y se levantó para almorzar.

Se sentó en la silla junto a la mesa y me dedicó una mirada. Me crucé de brazos mientras me sentaba sobre el sillón.

-Te pierdes las hamburguesas.-me dijo probando de la comida.

-Oh, que mal.-le dije de mala gana. Rió.

-Vamos, ven aquí.

-¿Vas a dejarme dormir en tu cama?

-Claro, cariño.-dijo. Creí haber ganado.

Me puse de pie y caminé hasta la mesa. Me senté a su lado y lo vi estirar la mano para pasarme el plato de las hamburguesas. Tomé una y la coloqué sobre mi plato. Comencé a comer junto con él.

-Ya comenzaba a extrañar mi casa.-dijo prendiendo el televisor.- ¿Y tú?

-Esta no es mi casa.-le dije mientras tomaba jugo de uva.

-Claro que es tu casa.-me dijo.- ¿Qué crees?

-Es tu casa y me has traído a vivir aquí.-le dije. Negó con la cabeza.

-Cuando nos vayamos de aquí, la otra casa, también será tuya.

-Mmm…. Puede ser.-le dije. Me sonrió.

-De ahora en más, todo lo mío, es tuyo.-me dijo. Le sonreí, eso podía ser algo bueno, muy, muy bueno.

-¿Todo?

-Hey, no abuses.-me dijo. Reí.

-¿Y bien?-pregunté dando una mordida a la hamburguesa.- ¿Qué haremos hoy?

-Te propuse visitar a Chris, pero tú, no quieres. Así que, he tenido otra idea.

-Dime.-lo incité a hablar.

-Bueno…. Estaba pensando, que tal vez, si tu quieres, pero solo si tú quieres…-interrumpí.

-Tal vez querré, si me dices.-le dije divertida.

-Okay, decía de ir a ver algunas cosas para la boda.

-Ah, prefiero dormir toda la tarde.-dije desganada. Suspiró.

-Eres testaruda.-dijo negando con la cabeza.- ¿Por favor?

-No, gracias.-le dije.

-Okay, entonces estaré todo el día en la empresa.-me dijo. La noticia en televisión, interrumpió la conversación.

-¿Bieber?-pregunté arqueando una ceja.- Ese es tu apellido.

-Oh, no me digas.-dijo fastidiado y subió el volumen.

-Mira Justin, tu padre.-señalé la pantalla.

-Cállate y déjame escuchar la puta noticia.-gritó haciéndome asustar. Baje la cabeza y seguí almorzando.- Por favor.-agregó. No le di importancia.

La familia Bieber, junto con los Malone, han hecho un contrato dando a entender que estas dos famosas empresas van a trabajar en conjunto. Siempre se ha notado la diferencia de estas dos empresas, a comparación de las demás. Cuando, Justin Drew Bieber Mallette, el hijo mayor de Jeremy Bieber, tome el poder de esta empresa de doble potencia, va a pasar a ser una empresa de cuarta generación. De todas maneras, no se han tenido noticias sobre este chico, durante ya, varios meses en los que se rumorea, ha estado de viaje.

-Ya.-dije dejando el vaso detrás de mi plato.- ¿Puedo irme arriba?

-Claro, si quieres ir a oler la pintura, ve.-me dijo a la vez que reía.

-¿Por qué no te pegas un tiro?-pregunté enojada. Dos de las mujeres de limpieza se detuvieron a escuchar. Odiosa hora de actuar.- Eso le dijo Mike a Madi.-le dije cambiando de tema. Justin comprendió y rió.

-Lo se.-me dijo y se levantó de la silla al igual que yo.- ¿Vas a dormir conmigo?-preguntó. Cuchicheos en la cocina y pasos apresurados. Reí.- Hablaba en serio.-me dijo.

-No, gracias.

-Oh, bueno.-caminó hasta las escaleras.- Entonces puedes dormir en el sillón.-dijo subiendo las escaleras.

-Hey Justin…-lo seguí.- ¿No que te ibas a la empresa?-pregunté.

-No, es que estoy algo cansado.-dijo risueño. Fruncí el ceño.

Lo seguí hasta que entro en la habitación y me cerró la puerta. La abrí y entré detrás de él.

-¿Vas a seguirme todo el día?-preguntó desprendiendo su campera.

-Tengo sueño.

-Bueno.-dijo ya cuando se quitaba la remera.- Puedes ir metiéndote en la cama, yo voy al baño y vuelvo.-me sonrió y se metió al baño.

-Imbécil.-murmuré.- ¿Puedo usar una de tus remeras?-le grité desde afuera del baño.

-Claro, mientras luego me la devuelvas.-accedió.

-Bien.-susurré antes de abrir su armario.

Estaba lleno de ropa, a pesar de que tenía bastante ropa dentro de su maleta. Busqué con la mirada el sector de remeras pero no encontré casi nada, solo una roja, otra celeste y por último, la que llamó mi atención, una violeta con letras negras. Me quité toda mi ropa, a excepción de la ropa interior, y me coloqué la remera que me llegaba hasta más debajo de los muslos. Vi a Justin salir del baño y me sonrió mientras analizaba mis piernas.

-¿No tienes frío?-preguntó abriendo la cama.

-No.-respondí.- ¿En serio debo dormir contigo?-le pregunté.
-No, tonta.-besó mi mejilla.- Te dije que tenia que ir a la empresa.-rió y ahora besó mis labios. Acomodé mis brazos sobre sus hombros y los uní detrás de su nuca mientras acariciaba su suave cabello.- Vuelvo a la noche.-me dijo cuando nos separamos. Retiré mis brazos de su cuerpo y él hizo lo mismo.- Compórtate.

-Lo se. No soy como tú.-le dije. Rió.

-Hey… más tarde te llamo para que te levantes porque si no, esta noche no dormirás nada.-dijo. Asentí. Besó mis labios una vez más y nos separamos por completo.


Justin comenzó a cambiarse de ropa, delante mío, no me importó en lo más mínimo. Me metí en la cama y encendí el televisor. Minutos después Justin entró al baño y sentí como se colocaba desodorante y se cepillaba los dientes. Luego se sentó a mi lado y tecleó algo en su celular.

-Vuelvo en unas horas.-me avisó.- Si necesitas algo, solo marca mi número y me llamas.-besó mi mejilla.- Hasta luego.

-Adiós Justin, que te vaya bien.-le sonreí. Se puso de pie y caminó hasta la puerta.- Más te vale que no mires chicas.-le advertí. Rió y negó con la cabeza.

Finalmente salió por la puerta y la dejó cerrada. Me aliviaba saber que no iba a dormir conmigo, eso me había aterrado. Me metí mas entre las sabanas y apagué el televisor. Estaba cansada y me había levantado a las cinco de la mañana, para viajar.

Me gustaba saber que nos llevábamos mejor que antes. Me gustaba el hecho de que me dejara dormir en su cama, que ya no me acosara tanto. Pero había algo que me traía más que loca, su sonrisa. Si a eso no se le puede llamar perfección, usted tiene un serio problema mental. Sonreí y cerré los ojos para caer en un profundo sueño.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:09 pm

Maraton 7/12

Capitulo 37

Me moví un poco y abrí mis ojos, estiré mis músculos y me destapé. Pronto me senté en la cama y moví la cortina de la ventana, estaba oscureciendo. Caminé hasta el baño y luego entré. Al salir vi a una de las chicas de limpieza estirando las sabanas de la cama.

-Oh, veo que ya despertó.-me sonrió.- El señor Bieber, llamó mas temprano y dijo que si usted no se despertaba antes de las siete de la tarde, tendríamos que despertarla.

-Aii, ¿Y que hora es?-pregunté refregando mis ojos.

-Las siete y diez.-me sonrió y terminó de acomodar los almohadones.- Venía a despertarla cuando me encontré con que no estaba.-hizo una mueca.- ¿Desea algo?-preguntó con sumo respeto.

-Mmm… no nada, por ahora.-le dije.- ¿Cómo es tu nombre?-le pregunté.

-Alice.-respondió pasando sus manos por el delantal negro. Una morocha de ojos claros, de baja estatura, joven y muy sonriente.

-Oh, Alice…-la llamé.- no me trates de usted.-le informé.- solo tengo diecinueve años.-mentí.- Puedes hablarme como si fuéramos amigas.

-Gracias.-me dijo.- Igual frente al señor Bieber no puedo, es que esas son las órdenes.- su mirada se posó sobre el suelo.

-Ahora yo doy otras órdenes.-le dije. Me miró.- Él va a saber entender.-le sonreí, hizo lo mismo.

-Oh, claro.-dijo risueña.- ¿Va a dormir aquí esta noche?-me preguntó.- Es que debo traer sus maletas.-añadió.

-Ah, si, dormiré con Justin.-sonreí. No pensaba dormir con él.- Así que puedes traerme las maletas, si no es mucho pedir.-le sonreí.- Por favor.

-No hay problema.-dijo.- Tengo que retirarme.-añadió.- Si necesitas algo, me avisas.-dijo de salir por la puerta de madera.

Bostecé una vez más antes de bajar las escaleras en únicamente una remera violeta. Dos de las chicas de limpieza me sonrieron para luego aumentar la calefacción. Me cuidaban demasiado, yo estaba bien calida con esa remera. Caminé hasta la cocina y me encontré con dos más de ellas.

-¿Va a querer tomar algo?-preguntó una de ellas.

-Si, claro. Un té, por favor.-miré a Alice, quien tomaba una azucarera.- Alice…-llamé su atención.

-Si, dime.-dio la vuelta para mirarme.

-Luego coméntales a las demás que fue lo que te dije arriba.-le sonreí. Ella asintió.

-¿Lo de Justin o lo de hablar como amigas?-preguntó. Había entrado en confianza. Me agradó.

-No lo de Justin no.-reí.- Lo demás.

-Oh, claro ______.-me sonrió.

-¿Pueden decirme sus nombres?-les dije a las otras dos, las cuales, solo conocía de vista.

-Sandy.-respondió una de ellas.

-Aly.-me dijo la otra. Sonreí mientras acomodaban el té frente a mi.- ¿Desea algo para comer?-preguntó Aly.

-Mmmm… unas galletas.-le respondí. Dos minutos después tenía las galletas junto al té.

Escuché la puerta de entrada cerrarse y supuse que Justin había llegado. No me moví de mi lugar pero gire para ver por la puerta de la cocina, lo vi entrar.

-¿______ ya…-se quedó callado.- despertó?-terminó su pregunta mientras me sonreía.- Veo que si.-añadió y caminó hacía mi.

-Acabo de levantarme.-le sonreí.- ¿Tardaste mucho?-pregunté. Hizo un gesto raro antes de besar mis labios.

-Algo, no mucho.-me dijo sentándose en la banca de al lado. En el desayunador.

-¿Quiere tomar algo señor Bieber?-preguntó Sandy. Justin pensó un rato.

-Un yogur.-le dijo. La chica asintió y corrió hasta la nevera.- Así que has dormido toda la tarde.-dijo sonriendo.

¬-Así es.-le sonreí.- ¿Qué haremos esta noche?-le pregunté mientras la chica entregaba su yogur a Justin. Él me dedicó una pícara mirada para luego sonreírme. Lo había mal pensado.- En serio Justin, no seas tonto.-dije sintiendo ese ardor en mis mejillas.

-No lo se.-respondió antes de tomar un sorbo de yogur- Estoy algo agotado y pienso irme a dormir temprano.

-Okay.-respondí acabando con mis galletas.- Yo no tengo sueño, así que pienso quedarme viendo televisión hasta que me duerma.-le sonreí. Hizo lo mismo y volvió a tomar de su yogur.

-O tal vez, si quieres, podemos rentar una película y hacer palomitas de maíz.

-Ese es un buen plan.-le dije sonriendo y le quite su vaso para tomar de el.- Me gusta.

-Okay, entonces hacemos eso.-sonrió y me quitó el vaso.- Vístete así nos vamos a rentar una película.

Salí corriendo escaleras arriba mientras Justin se quedaba en la cocina. Entré a la habitación y vi mis dos maletas al lado de la puerta. Las abrí y tiré toda la ropa sobre la cama para elegir algo que colocarme. Un simple jean nevado y una remera azul con una campera por sobre esta. Simple. Lavé mis dientes y até mi cabellera en un broche. Me coloqué unas zapatillas y volví a bajar corriendo.
Justin, quien estaba al pie de la escalera, me sonrió y siguió tecleando.

-Siempre estas con eso.-le dije pasando por su lado.- ¿Qué haces?

-Primero, esto…-me mostró el pequeño aparato.- se llama celular.-rió.- Y segundo, estoy trabajando y buscando contactos mediante esto.-recalcó la última palabra.

-Okay.-reí.- Yo voy a necesitar uno de esos porque no se qué pasó con el mío.-negó con la cabeza.- Hey, es en serio.-lo señalé con mi dedo.

-Bueno, ya vamos a comprar uno.-me dijo y metió su celular al pequeño bolsillo en su chaqueta.- Pero no te prometo que sea el mejor.

-Tacaño.-dije en un cantito y rió.- Es en serio Justin, derrochas dinero y ni siquiera gastarás en un buen celular para mí. Eso es ser tacaño.

-Voy a pagar toda una boda, acabo de pagar un viaje para dos a México, tengo que pagar la luna de miel, debo mantenerte, eso implica, ropa, comida, celular, tus caprichos…-me miró y dejó de enumerar con sus dedos.- tranquila nena.-añadió y reí.

-Primero, nadie te esta obligando a pagar la boda y la luna de miel, segundo, tú me obligaste a ir a México y tercero, tú me compraste, eso implica…-repetí sus palabras.- que debes mantenerme, pero fue tu elección porque yo nunca te pedí que me compraras en esa subasta.

-Bueno, ya camina.-se adelantó.- No vamos a pelear de nuevo.- abrió la puerta y lo seguí con gusto.

Me gustaba la nueva relación entre Justin y yo. Si bien, no era la mejor porque no era nada normal, estaba bueno que él supiera cuando terminar con una de nuestras discusiones triviales.

-Vamos, elige una que quiero irme a casa.

-Es que hay tantas.-dije frente a la estantería de películas de terror.- ¿Estas seguro que quieres que veamos de terror?-le pregunté mordiéndome las uñas.

-Si, pero veo que tú no.-rió- Vamos, quiero irme.

-Pareces un niño.-le dije mientras soltaba su mano para alcanzar una de las películas de la última estantería.- Esta se ve buena, ¿no crees?-miré la tapa. Una rubia llena de cicatrices salía en un primer plano y atrás un hombre de negro con un cuchillo ensangrentado.- Da miedo.

-Si, llevemos esa.-me sonrió.

-Me da miedo.

-¡Que importa!-exclamó quitándome la película de las manos.- Ven, vamos.-tomó mi mano y fuimos a pagar.

Pagamos y luego nos subimos al auto para ir al supermercado por palomitas de maíz para hacer y otras cosas que Justin dijo que había que comprar para la casa. Él tarareaba una canción mientras íbamos cargando un carro.

-¿Te gustan estos cereales?-preguntó. Asentí y el los cargó.- ¿Esto?- asentí nuevamente y los tiró dentro del carro.

-Apúrate.

-Debo comprar comida.-me informó.- En casa no hay más que leche, yogur y una que otra galleta. No hemos estado en semanas.

-Bueno, bueno. Entonces préstame tu celular.

-Ni lo sueñes.

-¿Hay algo que debas ocultarme?-pregunté avanzando junto con él.

-No, pero no voy a prestártelo.-me dijo haciendo una mueca.

Luego de pagar las compras en el supermercado, Justin y yo cargamos todo al auto y nos encaminamos hacía la casa.

La noche marcaba su asistencia sobre Nueva York y las estrellas se hacían notar sobre el oscuro cielo. Las nubes se desplazaban formando otras nubes en conjunto y no me sorprendería si estas desataban sus aguas sobre Nueva York. El frío se apoderaba de toda la ciudad, haciendo que cada persona llevara un abrigo diferente. Justin y yo, tomados de las manos, entramos a la casa para encontrarnos con un hermoso clima.

-Oh, si, aquí se esta muy bien.-sonrió dejando su chaqueta sobre el sillón.

-Señor, la cena ya esta lista-dijo Sandy haciendo una tímida sonrisa.

-Gracias.-le dijo sonriendo.- ¿Vamos a comer y luego vemos la película?-me preguntó viendo como yo me sacaba mi campera.

-Claro Justin.-le respondí y caminé hasta la mesa, me senté en una silla. Justin se sentó a mi lado.

Cenamos tranquilamente mientras Justin decía cualquier cosa sobre cuando era chico. Me contó las pavadas que hacía con Ryan y Chris, y que también existía un tercer amigo que se llamaba Chaz, al cual iba a conocer en nuestra boda. Reímos y tonteamos hasta que Justin por fin terminó de cenar.

-Voy a hacer las palomitas mientras tú te pones el pijama.-me dijo entrando a la cocina.

-Okay.-murmuré sabiendo que él no me escuchaba y comencé a subir las escaleras.

Mi ropa revuelta sobre la cama de Justin me dio a entender que si él subía a su habitación y veía eso, yo moría al instante. Comencé a doblar la ropa y la metí dentro de las maletas. Por ahora no tenía armario donde meter mis pertenencias, por lo tanto, debía dejar todo dentro de la maleta.

-¿Ya estas?-golpeó la puerta de la habitación.

-No, pero puedes pasar.

-¿Qué hace toda esa ropa sobre mi cama?-preguntó entrando.

-Es que cuando nos fuimos a rentar la película, tenia que buscar ropa y lo primero que se me ocurrió fue tirar todo sobre tu cama.-le sonreí mientras él analizaba el desorden.- No me regañes.

-No lo haré.-me dijo. Se sentó sobre la cama y comenzó a doblar una de mis remeras.- De a dos terminaremos más rápido.-sonrió.

¿En que momento se había puesto tan buena onda? No lo se, pero me gustaba.

Juntos terminamos de doblar mi ropa y me prestó dos de sus estantes para que yo pudiera dejar lo justo y necesario fuera de mi maleta. Con el pijama en mano, entré al baño. Me lo coloqué y salí de allí mientras me ataba el cabello. Vi que Justin se estaba desordenando el pelo frente a un pequeño espejo. Vestía unos pantalones a cuadros y una camiseta para dormir.

-¿Lista?-me dijo y volteó a verme.

-Claro.-le sonreí.- ¿Vamos a verla en el living?-él asintió ante mi pregunta.- ¿Bajamos almohadones?-le dije.

-Si, como quieras.-respondió agarrando dos almohadas y una manta grande.- Lleva dos más.-fue casi una orden. Asentí y tomé dos.

Bajamos por las escaleras mientras nuestras fosas nasales se inundaban con un exquisito olor a palomitas de maíz recién hechas. Justin tiró todo sobre el sillón y fue hasta la cocina. Mientras lo esperaba, coloqué todo sobre el sillón. Dos almohadas para él, dos para mi y la manta cubriendo todo el sillón.
Justin llegó con un tazón grande de palomitas y las dejó sobre la pequeña mesa del living.

-¿Sabías que se puede hacer esto?-me dijo haciendo una palanquita hacía atrás y el sillón se volvió algo más extenso.

-No, no sabía. Si no, lo hubiera hecho.-le sonreí.

Me senté sobre el sillón y estiré mis piernas para luego taparme con la extensa manta celeste y verde. Justin prendió el televisor y puso todo en orden para que pudiéramos ver la película.

-Voy por los refrescos y vuelvo.-me alcanzó el control remoto.- ¿Puedes poner el idioma y eso?-me dijo mientras salía del living.

-Okay.-grité mientras analizaba el aparato. Configuré el idioma y los subtítulos.

-Listo.-los dejó junto a las palomitas de maíz y apagó las luces.- No vayas a llorar, ¿eh?-se burló.

-Cállate Bieber.-dije entre pequeñas risas. Tomó las palomitas y se sentó a mi lado.

-Ahora si, has que comience la película.-me dijo. Asentí y presione el botón.- Toma.-me pasó mi refresco.- Si tienes miedo, solo dilo. Luego ya no hay vuelta atrás.

-Ai, si, claro.-le dije mientras la película comenzaba.- Creo que el que tiene miedo, eres tú.

-No lo creo pequeña.-se acomodó y pasó uno de sus brazos por mis hombros.- Si necesitas que te abrace, solo dilo.

-Claro, aprovecha la situación.-dije mordiendo mi labio inferior. Dio rienda suelta a una carcajada.- Hey, ya, veamos la película.

-Okay.-dijo entre risitas.

Iba todo normal. Como siempre, en las películas de terror, la rubia gritaba asegurando que el peligro venía en segundos. El suspenso ponía mis nervios de punta y esto provocaba gracia a Justin, quien me asustaba cuando me agarraba desprevenida.

-No, no, no, no entres.-grité haciendo que Justin se sobresaltara.- Va a matarte, vas a morir como tu amiga.-seguí gritando.

-No te escucha.-me dijo Justin al oído haciendo que yo riera.- Igual, no entres, no entres, no entres.-gritó. Reí.

Tomé la manta entre mis manos y Justin hizo lo mismo. El hombre cubierto de negro, iba a matarla y nosotros íbamos a ver su muerte.

-John no esta ahí.-le avisó Justin a la chica que no podía oírnos.- Es en serio.-dijo desesperado y agarró mi pie con su mano.

-¡Voy a matarte!-grité cuando me asusté. Rió y me abrazó.

-Era solo una broma.-dijo entre risas.

-Pero me asustaste.-grité y vimos como la chica caía al suelo con un cuchillo en su pecho.

Mi corazón comenzó a latir a mil por hora al escuchar un ruido en la cocina. Justin dejó de reír y desparramó las palomitas de maíz en el suelo.

-Tengo miedo.-le dije y cubrí mi cara con la manta.

-Debe ser el viento.-dijo no muy seguro.- No tienes por qué asustarte.

-Pero tú también estas asustado.-le dije. Respiró hondo.

-No lo estoy.-me dijo y se acomodó en el sillón.- No es nada ______.

Tomé aire y me aferré al cuerpo de Justin. Nunca me gustó ver películas de terror, por esto. Porque nunca podía conciliar el sueño luego de una.
La película finalizó y levanté la cabeza para ver a Justin, quien dormía placidamente tirando su cabeza sobre el respaldo del sillón. Respiré hondo, tenía que prender las luces pero tenía miedo.

-Justin.-lo moví un poco.- Despierta, ya acabó.-le informé. Arrugó la nariz y abrió los ojos.

-Tengo sueño.-me dijo y se movió un poco.- ¿Vamos a dormir?-preguntó estirándose.

-No voy a dormir contigo.-le informé poniéndome de pie.- ¿Puedes encender las luces?-pegunté.

-Claro.-dijo mientras apagaba el televisor y se ponía de pie a la par mía.- Entonces…-caminó hasta el interruptor y encendió las luces haciendo que mi miedo cesara, solo un poco.- ¿Dónde vas a dormir?-preguntó.

-Aquí.-le dije.- Tengo la manta y dos almohadas para mi.-sonreí.

-¿No vas a tener miedo?-preguntó tomando el tazón y las dos botellas vacías.

-No, no creo.-respondí insegura.

-Okay, si tú quieres dormir aquí, esta bien.

-Bueno.-suspiré.- Ya me dio sueño.-bostecé viendo como Justin se iba hacía la cocina y a los segundos volvía.- ¿Ya te vas arriba?-pregunté. Asintió y besó mi mejilla.

-Que descanses y si necesitas algo, avísame.-sonrió y comenzó a subir las escaleras.

Cuando sentí como cerraba su puerta, fue cuando me entró el miedo de vuelta. Me senté en el sillón y pensé en dejar la luz prendida por el resto de la noche, pero no iba a hacerlo, sería una tontera. Me puse de pie y busqué el control remoto, corrí hasta el sillón y me tiré allí una vez más para encender el televisor.

-Tranquila, nada puede ocurrir.-me dije a mi misma.- Solo camina hacía el interruptor, apaga la luz y corre hacía el sillón nuevamente.- respiré hondo y salté del sillón para apagar la luz.

Sana y salva. Me recosté en el sillón y comencé a pasar de canales. El sueño comenzaba a apoderarse de mí mientras yo luchaba por no cerrar los ojos y terminar de ver la serie.
Una rama se azotó contra una ventana de la cocina haciendo que abriera mis ojos de golpe. Tomé un almohadón y me cubrí con este. El televisor permanecía encendido, por lo tanto, una tenue luz adornaba el living.
Estaba más que dicho, con ese viento, la tormenta que se avecinaba y la película que horas atrás había visto, no iba a dormir nada. Me enderecé y cambié de canal mientras regulaba mi respiración. La pantalla del televisor se tornó negra y el control se resbaló de mis manos cayendo sobre una parte del sillón. Me puse de pie y corrí a prender la luz. Una, dos, tres, cuatro pero no prendía. La tormenta había atraído mi miedo y se había llevado la luz, dejándome completamente asustada.

-Justin.-fue lo primero que pensé.

No iba a gritarle desde el living y él era mi única opción para sobrevivir esta noche. Me cubrí con la manta y tomé los dos almohadones en mano.

Sí quería dormir como una persona normal, debía dormir con él. Y con ese pensamiento, comencé a subir las escaleras con sumo cuidado de no tropezar y terminar en el suelo.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:10 pm

Maraton 8/12

Capitulo 38

Llegué hasta la puerta de madera. Mi corazón parecía jugar una carrera hasta llegar a mi garganta. Dudé unos segundos antes de empujar la puerta que permanecía sin cerrojo. Di dos pasos y ya me encontraba dentro de la habitación. Suspiré, debía ser más valiente y no una simple niña asustada. Cerré la puerta por donde había entrado y la manta cubriendo mis pies, me jugó una mala pasada haciendo que cayera redonda al suelo.

-¿Quién esta ahí?-preguntó una voz adormilada y amago a encender la lámpara.

La electricidad se negó a aparecer en la habitación y Justin se desesperó por eso. Comenzó a apretar el pequeño interruptor con notoria desesperación.

-Soy yo.-respondí con dolor en mi voz. Me acababa de dar un buen porrazo contra la nariz y la barbilla. Mi boca sabía a sangre.

-¿_______?-preguntó alarmado.- ¿Qué haces aquí y qué fue ese ruido?-preguntó sentándose en la cama.

-Dolió.-le dije mientras me sentaba sobre el suelo y cruzaba mis pies, acto seguido, cubrí mis dedos helados con la manta.

-¿Te caíste?-preguntó y segundos después sentí su presencia a mi lado.- Hey, nena, ven aquí.-dijo con ánimos y me envolvió en sus brazos.

Mi cuerpo se tensó y a los segundos se relajó sabiendo que estaba en buenas manos y nada podía ocurrirme. Estar entre sus fuertes brazos me hizo sentir protegida y todo el miedo se esfumó, dejándome tranquila y en paz junto a él.

-Me duele la barbilla.-me lamenté. Se separó un poco de mi cuerpo y levantó mi barbilla.- Auuch, justo ahí.-dije quitando mi cara de sus manos. Chasqueó la lengua.

-Creo que no hay luz.-dijo más que acertando.- Y si no me equivoco, te has lastimado la barbilla lo suficiente como para que estés sangrando.-dijo y se puso de pie. Extendió su mano y la tomé.- ¿Se puede saber que hacías?

-Tenía miedo.-admití antes de volver a estrecharlo en mis brazos. Sin pensarlo dos veces recibió mi abrazo y agradecí que lo hiciera, pues ya me estaba arrepintiendo de haberlo abrazado.

-Vamos a ver que pasa con la luz.-dijo besando mi frente y luego nos separamos.- ¿Llueve?

-No lo se.-dije levantando la manta del suelo y al ponerme derecha me mareé.

-¿Estas bien?-preguntó preocupado cuando me afirmé en su hombro.

-Si te digiera que si, estaría mintiendo.-dije con sinceridad.

-Okay, quédate en la cama, iré a ver que pasó con la luz.-me dijo.

El miedo que antes se había despedido de mí, volvió siniestramente para quedarse. Mis manos sudorosas y temblorosas sobre el hombro de Justin, se negaron a soltarse y Justin lo notó.

-En serio, no estas bien y sin luz no puedo saber qué es lo que te ocurre.-me tomó por la cintura.

-No te alejes.-le dije arrugando mi nariz.

-Iré a solucionar ese tema y vuelvo.

-No quiero estar sola.-mis ojos se cristalizaron.


Solo veía su silueta a mi lado y sentí sus manos sobre mi cuerpo, pero no podía verlo del todo. Pensé que él me veía igual y por eso fue que no dudé ni un solo segundo en dejar escapar mis lagrimas.

-En serio, voy y vuelvo. Lo prometo.-me dijo. Asentí y sequé mis lagrimas.- Hey, no, no, no llores.-dijo rápidamente.- Okay, vamos juntos.-tomó mi mano.- Pero vamos rápido, no quiero que te enfermes.

Juntos salimos de la habitación. A la hora de bajar las escaleras, Justin no dejó de tomarme la mano y me condujo hasta la cocina.

-Quieta, tengo que salir solo un segundo.-me informó. Asentí con miedo y besó mi mejilla.- En serio, esta todo bien.-secó mis lagrimas y salió por la puerta de madera blanca que daba a una pequeña habitación de servicio.

-Justin…-lo llamé con miedo.

-Aquí estoy.-respondió al instante.- Ya voy.

Hizo algo con sus manos y a los segundos apretó un interruptor haciendo que la luz volviera a las bombillas colgadas al techo de la casa.

-Mira cómo tienes la cara.-dijo tomando mis mejillas entre sus manos.- ¿Conciente de que sangra tu barbilla?-preguntó. Negué con la cabeza.

Justin caminó hacía uno de los cajones de la mesada y sacó un paño, lo mojó y lo colocó sobre mi lastimadura. Hice algunas muecas al sentir el roce del líquido sobre mi piel raspada.

-¿Vas a explicarme cómo te has caído?-preguntó dando pequeños golpecitos en mi raspón.

-Duele, duele.-le dije saliendo de entre sus manos.- Me enredé con la manta y caí.-expliqué. Chasqueó la lengua.

-¿Dónde te has golpeado?-preguntó tomando mi cara, otra vez.- Déjame curarte.-me dijo cuando intenté zafarme.

-En la nariz y aauuuch, duele.-moví mi cara.

-Vamos _______, déjame limpiarte allí.-me regañó y nuevamente me tomó la cara.- Quieta y ya terminemos esto de una vez.

Me quejé una y mil veces más mientras pasaba el paño sobre mi cara. Renegué un par de veces y Justin solo respondió chasqueando la lengua.

-Vamos arriba.-dijo tomando mi mano.

Sin chistar, lo seguí. Íbamos apagando luces al pasar. Justin me condujo hasta su habitación. Cruzamos de largo y entramos al baño.

-No digas nada.-me advirtió antes de hacerme sentar sobre la tapa del retrete.- Voy a desinfectarte.-soltó mi mano y se puso en cuclillas frente al lavabo. Abrió una pequeña puerta y sacó una cajita blanca.

-Justin no es necesario.-renegué y me puse de pie.

-Quieta.-me dio un leve empujón y quedé sentada nuevamente.

-Es que…

-Callada y quieta.-ordenó. Suspiré resignada y levanté la barbilla para darle paso al algodón con alcohol.- Así me gusta ______.-sonrió y comenzó a curar.

Cerré los ojos y contuve las lágrimas al sentir el ardor sobre mi piel lastimada. Justin hizo lo que pudo en el menor tiempo posible. Colocó una curita sobre mi nuevo raspón y besó mi mejilla.

-A dormir.-me ordenó.

-Si, déjame que voy por mi manta y bajo.-dije poniéndome de pie. Salí del baño y tras mis pasos, Justin.

-Ni pienses en bajar esas escaleras.-dijo abriendo el otro lado de la cama.- Adentro.

-Justin…-hice el intento de negarme.

-No voy a dormir aquí si no quieres.-dijo.- Pero tú te quedas a dormir aquí.-hizo un ademán con las manos y me invitó a entrar entre las sabanas.

-No tienes por qué ceder tu cama.

-Dije adentro.-elevó su tono de voz.- Vamos, no hagas que me arrepienta.

-Okay.-suspiré y me acomodé entre las sabanas.- ¿Iras abajo?-pregunté.

-Tú tranquila.-su voz era aterciopelada. Tan suave como la brisa y tan pacifica como el correr de un estrecho arrollo.- Hasta mañana.-besó mi frente y apagó la luz central para dejarme con la luz de la lámpara.

Se decidió a dejar la habitación. No podía permitirlo. Mi miedo era mayor que mi orgullo.

-¿Puedes quedarte?-pregunté mirándolo. Volteó a verme y sonrió.

-¿Segura?-enarcó una ceja.

-Segura.-asentí.

Se volvió por donde había amagado a salir y se metió en la cama, no sin antes apagar la luz de la pequeña lámpara. Se cubrió con las sábanas provocando que un aire fresco jugueteara entre nosotros. Me removí entre las sábanas e intenté no pensar en el dolo que me provocaba la abertura debajo de mi boca.

-Hasta mañana ______, que descanses.-me deseó las buenas noches con una dulce y aterciopelada voz.

Quedé casi inconciente cuando se removió entre las sábanas y se puso de costado para observarme. Seguí con la mirada sobre el techo y le dediqué una sonrisa de costado.

-Hasta mañana Biebs.-dije luego de pensarlo unos segundos.

Soltó una tierna risa y cerró sus ojos. Le di la espalda y sentí como él volvía a moverse. Cerré mis ojos intentando conciliar el sueño, que pronto se apoderó de mi, haciéndome desconectar del mundo entero.


Abrí los ojos a causa de unos molestos y fuertes ruidos.

-Maldición.-dije al sentarme en la cama.

El lugar de Justin permanecía vacío. ¿Dónde podría estar? Y el dilema fue resuelto en solo unos segundos, cuando Justin salió del baño con una toalla alrededor de su cadera.

-Buenos días.-dijo haciendo que quedara completamente perpleja.

-Buenos días.-respondí conciente de que debajo de esa toalla blanca, estaba completamente, desnudo.

-¿Has dormido bien?-preguntó revolviendo en su armario.

-Si.-respondí con nerviosismo.- ¿Tú?

-Muy bien.-me dijo y sacó un pantalón oscuro junto con una camisa blanca.

Me puse de pie y caminé hacía el baño. Busqué una toalla con la mirada pero no la encontré.

-¿Hay toallas?-pregunté mirándolo desde la puerta del baño.

-Si, busca en el pequeño armario.-dijo.

Dicho esto, caminé hasta allí y al abrirlo, efectivamente, estaban allí. Había de muchos colores y tamaños. Tomé una verde claro y una celeste para el cabello.

-Te espero abajo para desayunar.-me dijo Justin antes de salir de la habitación.

Respiré hondo y cerré la puerta del baño. Abrí la lluvia artificial y en menos de cinco minutos ya estaba dentro, despojándome de todo rastro de suciedad o sudor. Tomé la toalla para secarme el cabello y la otra la coloque alrededor de mi cuerpo.
Abrí el armario de Justin y busqué la ropa que había dejado preparada antes. Sabiendo que lo demás estaba en mi valija, era bueno preverse. Los pantalones blancos se ajustaron a mi cuerpo y la remera negra quedó suelta sobre mi abdomen. Me miré al espejo y tomé un cepillo para bajar mi cabellera. Así lo hice. Una vez peinada, vestida y maquillada, baje a desayunar.
Salí de la habitación de mi futuro esposo y me encontré con unos hombres dentro de mi habitación. Dude un momento en preguntarles qué hacían allí pero estaba más que claro que trabajaban en las remodelaciones del cuarto.
De allí mismo había provenido el ruido causante de la interrupción de mi sueño. Negué con la cabeza y comencé a bajar las escaleras.


-¿Qué va a desayunar señorita?-preguntó Sandy con una dulce voz.

-Un jugo de naranja y unas galletas.-sonreí y me senté al lado de Justin.

Con el ceño fruncido y una sonrisa de lado, observaba el periódico junto con la taza de café en una de sus manos. Posó la taza en la mesa y me dedicó una fugaz mirada antes de dejar de leer lo que minutos atrás leía.

-Me gusta.-dijo. Lo miré sin comprender.- Me gusta como estas vestida.-dijo al ver que no comprendía.

Sandy colocó mi desayuno frente a mis ojos. Sonreí y ella se retiró.

-Gracias.-dije tomando una galleta.

-Hace frío.-comentó sin mirarme.- ¿No crees?

-Si.-dije buscando el control remoto, con la mirada.

-¿Cómo esta tu barbilla?-preguntó ahora sí, mirándome.

-Bien, supongo.-respondí comiendo de mi desayuno.- Gracias por lo de anoche.-expresé sin pensarlo dos veces.

-No tienes por qué agradecerme.-dijo y sonrió.

Una vez más, me dejó sin aliento.

-Debo pedirte perdón, también.-suspiré.- Me comporté como una niña.

-No comparto ese pensamiento contigo.-me dijo. Sonreí.- Y me alegra que este mejor.-añadió.

-Igual, duele un poco.-admití.- Pero gracias a mi enfermero personal, no tanto.

-Es que, entiende, nunca conseguirás un hombre como yo.

-Y aquí vamos de nuevo.

-Hey, es en serio.-me dijo. Reí.

-No eres perfecto.

-A ver, ¿alguien lo es?

-No.

-¿Entonces?-preguntó. Otra vez, no comprendí.

-Justin, odio cuando te crees gran cosa.

-Es que tengo una gran cosa.-dijo y sonrió. Negué con la cabeza.- Has pensado mal.-añadió.

-Oh, claro, mi culpa.-dije irónica y reí avergonzada de que notara el rubor en mis mejillas.

-Yo hablaba de mi empresa, es una gran cosa.

-Ya cállate.-dije riendo y se unió a mis risas.- ¿Qué harás hoy?-pregunté.

-Debo arreglar unos asuntos pendientes y tengo tres reuniones.-me comentó. Terminé las galletas y pronto acabé con el jugo.-No voy a almorzar aquí y puede que llegue, pasada las diez de la noche.

-Oh, wow, veo que voy a aburrirme.

-No lo creo, pequeña.-me dijo.

-Yo si lo creo.-dije divertida y me sonrió.

-Mamá vendrá por ti y juntas elegirán tu vestido de novia.

-¿Cuántas veces te he dicho que no quiero casarme?

-Las suficientes como para que yo te diga, ya ríndete vamos a casarnos, quieras o no.-se puso de pie y besó mi frente.- Viene a las tres y media de la tarde, debes estar lista.

-Justin no…

-Justin, nada.-me dijo y comenzó a subir las escaleras.- Ponte bella y recíbela como si de verdad la quisieras.-gritó desde el segundo piso.

Deje todo como estaba y subí a grades zancadas. No iba a dejarme con la palabra en la boca.

-Justin, no se qué vestido elegir.-admití cuando entré a la habitación.

-El que más te guste.-me dijo.- No iba a pagarte una modista para que me rechazaras el vestido que ella hiciera y tampoco iba a comprarlo yo para que me digieras que no te gusta.-hizo una pausa y me dio su billetera.- Compra el que más te guste.-repitió.

-No…-hice el intento de hablar pero interrumpió.

-El que más te guste y eso significa cueste lo que cueste.

-No creo que debas.

-Vamos, luego pueden pasar por algún café o algo.

Tomé la billetera en mis manos y suspiré resignada.

-Por favor, has como que me quieres, solo en frente de ella.-se acercó a mi y me tomó de la cintura.- Puedo recompensarte.

-No quiero s…-puso uno de sus dedos sobre mis labios.

-Todo lo llevas para ese lado.-susurró y me besó.- Puede ser de otra manera.

-Ya calla.-me alejé de él y le dediqué una sonrisa.- Tienes que irte.

-Lo se.-se colocó perfume y luego volvió a mirarme.- No me esperes levantada.-me dijo y volvió a besarme.- Adiós.

-Adiós Biebs.

Cerró la puerta, dejándome sola, completamente sola. Aburrida y sin nadie a mi lado.
Decidí correr escaleras abajo y ayudar a las chicas de limpieza con sus deberes.

-¿Qué crees que piense el señor Bieber cuando se entere?-preguntó dándome un trapo.

-No lo se, ni me interesa.-sonreí.- ¿Qué hay que hacer?

-Limpiar el ático.

-¿Tenemos ático?

-Claro que si.-sonrió Sandy.- Vamos, ven aquí.-tomó mi mano.

Luego de divertirme un rato con ellas, tuve que ir a darme una ducha para esperar a Pattie, quien a las tres y media, justas, llegó elegantemente vestida y se plantó en el living a observar la casa, con lujo de detalle.

Pasamos la tarde de tienda en tienda. Luego zapatos, joyas, más ropa y una que otra cosa por allí. Pattie era muy simpática y su risa muy contagiosa.

-Creo que deberíamos volver.-dijo cuando el sol ya quería esconderse.

-Si, claro.-le sonreí y juntas subimos a su auto.

Llegué a casa, completamente exhausta. No quise cenar, por lo que, opté por un manzana. Me tiré sobre el sillón y comencé a ver una película. La manzana comenzó a quedar cada vez más delgada hasta que ya no podía ser consumida. Me levanté del cómodo sillón y la tire al tacho de basura.
Volví al living y al entrar allí, vi a una rubia, de ojos celestes casi cristalinos y una ropa que se ajustaba demasiado a su cuerpo. Dos valijas a sus costados, descansaban sobre el suelo.

-Perdona, ¿a quien buscas?-pregunté sin comprender, cómo había entrado en la casa.

-A Justin.-sonrió mostrando su perfecta sonrisa.

Si saber por qué, fui invadida por una gran cantidad de celos. Celos en abundancia.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:13 pm

Maraton 9/12

Capitulo 39

La analicé un segundo antes de volver a responderle. Su cabello estaba perfectamente ondulado y caía suavemente sobre sus hombros, sus labios con un toque de brillo, se veían extravagantes y delicados.
Mi mano formó un puño intentando contener los celos y las ganas de echarla de “nuestra casa”.

-Justin, Justin Drew Bieber.-dijo ella.

-Sí, se quien es mi novio.-le dije. Su sonrisa se hizo aún mas amplia y mis ganas de darle un puñetazo, crecieron.- ¿Quién eres?-enarqué una ceja.

-Danielle.-dijo sin que su sonrisa se esfumara.

-¿Y cómo entraste?-pregunté. Hizo una cara de fastidio y posó su mano sobre su cintura.

-¿Dónde esta Justin?-preguntó. Largué una risa mientras mi rostro demostraba enojo y furia.

-No se encuentra en casa.-respondí.- ¿Cómo entraste?

-Disculpa nena.-su sonrisa se esfumó.- No estoy como para cuestionarios tuyos.

-Pues deberías estar para mis cuestionarios porque estas en mi casa.

-No, no, no.-movió su dedo de un lado al otro.- Esta es la casa de Justin.

Crucé mis brazos y la miré amenazadoramente. Hizo mi mismo gesto y me sacó la lengua. ¡Que aniñada resulto ser! Sonreí con ironía y luego abrí la boca para echarla de casa.

-No es solo la casa de Justin.-dije.- También es mía. Es mi novio.-dije lento y claro. Largó un bufido.

-¿Eres ______?-preguntó arqueando una ceja. Asentí sin bajar la guardia.

-¿Cuál es tu problema y de dónde sabes mi nombre?-pregunté rápido.

-Primero, no tengo ningún problema y estoy cansada porque acabo de llegar de España y segundo, se tu nombre porque Justin te ha nombrado una que otra vez.-largó al descuido.

Las llaves del otro lado de la puerta se hicieron sentir y ambas dirigimos nuestra mirada hacía allí. Siendo las once y media de la noche, Justin atravesaba la puerta principal de la casa.

-______ ya…-dejó de hablar cuando se dio cuenta de nuestra presencia.- llegué.-hizo una mueca al terminar su oración.

-¿Quién es esta?-pregunté a Justin. El sonrió y miró a Danielle.

-¡Danielle!-gritó con emoción, acto seguido, la abrazó.- ¿Cómo has estado?-preguntó aún en sus brazos.

Pintada, tal cual una pintura sobre la pared, con la diferencia que si hubiera sido una pintura de un cuadro, me hubieran apreciado. Los miré atónita y me dediqué a controlar mis notables celos. Mis ojos vagabundearon por la sala y me decidí por irme a dormir en vez de ver a estos dos abrazarse.

-Hey, ______. ¿A dónde vas?-preguntó desde el pie de la escalera.

-A dormir.-respondí secamente y seguí mi paso hacía arriba.

-¿Ya se han conocido?-seguía hablándome a mí, porque me gritaba para que pudiera oírle.

-Si y créeme que no ha dado una buena impresión.-dijo la rubia como al descuido. Paré en seco y la fulminé con la mirada.- ¿Puedes creer me hizo un cuestionario?-le dijo a Justin, él alzó los hombros y brindó una leve carcajada.

-¿Por qué no te vas por donde has venido?-dije realmente enojada.- No se cómo rayos ha entrado y encima se atreve a tratarme mal en la casa de mi propio novio.-dije. Justin sonrió al escucharme, acto que colmó mi paciencia.

-Esta loca.-dijo Danielle en una risotada.

-No digas eso.-le dijo Justin serio. Ella volvió a reír.

Hice caso omiso a eso y caminé hasta la habitación. Abrí la puerta y me introduje allí. Tomé mi pijama y pronto ya estaba por irme a dormir. Sentí las risas de Justin y Danielle en el pasillo. Esa era una perra que iba a robármelo.

-¿Se puede?-preguntó Justin golpeando la puerta.

-Si, adelante.-dije de mala gana mientras me quitaba el maquillaje.

-¿Te has enojado?-preguntó desde la habitación. Lo miré por la puerta abierta del baño e hice como que no lo escuchaba.- Hey, ______.

-Me dejó allí, como una estúpida.-dije enojada.- Encima tú no le dices nada.

-Es que es absurdo.-suspiró.- ¿Huele a celos?-hizo una mueca y se sacó la remera.

-No, creo que huele a sudor así que colócate desodorante.-dije. Rió.

-No te enojes.-dijo tiernamente y se colocó su remera de dormir.- Ni siquiera me has saludado.-entró al baño, sitio, donde estaba yo.

-No te mereces que te salude.-terminé de quitar mi maquillaje y tomé el cepillo de dientes.- Tú ni siquiera me has defendido.

-Porque no era necesario.-dijo. Lo fulminé con la mirada y terminé de cepillarme los dientes.

-¿Crees que no era necesario? Le hice una y mil preguntas porque cuando llegué al living la vi ahí parada mirando el lugar, no se quién es, qué hace aquí y odio que te abracé.-salí del baño. Me siguió.

-¿Qué fue lo último que dijiste?-preguntó sonriendo. Lo mire mal.

-Que odio que te abrace.-repetí. Su sonrisa se explayó.

-¿Por qué odias que la abrace?-preguntó mientras me tomaba de la cintura.

-Justin, responde tú primero.-dije bajando la mirada.

-¿Qué quieres saber?-preguntó.

-¿Quién es? ¿Qué hace aquí? ¿De dónde la conoces? ¿Esta durmiendo aquí en casa?

-Es mi prima, viene a nuestra boda, de toda la vida y sí, en la habitación de huéspedes.-respondió en orden a todas mis preguntas.

Abrí los ojos quedando perpleja ante las respuestas a mis absurdas preguntas. Justin me sonrió y le devolví la sonrisa con una leve carcajada de ironía. Todos mis celos se esfumaron y fueron reemplazados por la vergüenza de haber tratado así a la chica.

-Yo, no sabía.-dije titubeando. Justin me sonrió.

-Me he dado cuenta.-dijo.- Esta bien, le dije que hablaría contigo.

-No Justin, he sido una completa inmadura.

-No amor, eso se llaman celos.-me dijo sonriente. Me alejé de él y le dediqué una no muy agradable mirada. Rió.- ¿Vas a dormir conmigo?

-¿Dónde más?

-Capaz querías ir al sillón.-rió y entró al baño.

Me acomodé bajo las sabanas y me coloqué de costado para ver el costado vacío donde Justin todavía no estaba.

-Oh, cierto que te da miedo.-siguió diciendo cuando salía del baño.

-Cállate.-dije en una tierna risa. Se acostó a mi lado y me miró.

-¿Vamos a dormir?

-La regaste.-le dije y dí la vuelta, dándole la espalda.

-Preguntaba.-rió.- Pensé que íbamos a hablar.

-No mientas y me dejes como la que piensa mal todo.-dije y volvió a reír.

-Date la vuelta.-casi que me exigió.- Hablemos, no te he visto en todo el día.

-No quiero hablar contigo.-dije con enojo. Él apagó la luz.

-Vamos, no me obligues a portarme mal.

Abrí mis ojos a todo lo que daban y miré la ventana cubierta por la fina tela de la cortina. Di media vuelta y lo miré. Me sonrió.

-Buena chica.-rió.

-Cállate.

-Hey, no estés tan a la defensiva.-me dijo.

-Bueno.

-¿Compraste el vestido?-preguntó cambiando de tema.

-Si, se lo ha dejado tu madre para que tú no lo vieras.

-Oh, que emoción.-dijo y le di una leve patada bajo las sabanas.

-Si, ni te imaginas.-agregué con ironía.

-Bueno, pero… ¿has fingido?

-Más de lo que debería.-dije bostezando.

-¿Qué le has dicho de mi?

-Que eres el chico más encantador, que siempre me cuidas de todo, que se ha ganado la lotería teniéndote como hijo y que estoy muy feliz de casarme contigo.-hice una estúpida sonrisa.

-Wow tú si que sabes fingir.-sonrió.

-Lo se Justin.-reí- Cree que te portas como cuando eras un niño, encantadoramente bien.

-Y no se equivoca.-me dijo en un bostezo.

-Oh, no claro que no. Si tan solo supiera que me quieres en tu cama todo el día.-dije. Rió.

-Pero es más que obvio que eso va a cambiar, las personas crecen y por lo tanto sus hormonas se revolucionan.

-Ya, cállate.-dije. Carcajeó algo que no pude comprender.- Me gusta el hecho de que nos llevemos mejor.

-A mi también.-admitió.- Ya encargué lo que restaba de la fiesta, ahora solo falta que digamos el “si, acepto” y tema resuelto.

-Si, tema resuelto para ti.-dije. Enarcó una ceja.- Luego de que nos cacemos veras a tu hermana y yo seré una pobre mujer atada a Justin Drew Bieber Mallette.

-Cierra los ojos y duerme. Y mañana recuerda disculparte con Danielle.

-Lo se, lo se.-me di la vuelta.

-Hasta mañana.-me deseó y se removió entre las sábanas.

Tres y media de la mañana, mis ojos se abrieron a más no poder y mis ganas de dormir se esfumaron. Mi cabello revuelto sobre la almohada y la respiración tranquila de Justin hacía que me pusiera sumamente nerviosa al saber que yo no iba a pegar un ojo hasta dentro de dos horas o más.
Me coloqué de costado y sostuve mi peso sobre mi codo. Miré a Justin con sumo detenimiento. El movió la boca y se acomodó en su almohada.
El aburrimiento, junto con las ganas de escaparme de casa, me llevaron a sacar conclusiones que nunca querría haber sacado.

1- Justin no era del todo espantoso. Era atractivo. Tenía buen cuerpo y sus ojos resaltaban hermosamente en su rostro, un intenso color miel se apoderaba de ellos y hacía que su mirada se profundizara y fuera más intensa de lo usual. Sus labios, rosados y apetecibles invitándote a besarlos suavemente para tu propio placer.
2- Luego de habernos casado, Justin y yo, podríamos llevarnos mejor. Él no era la bestia que había aparentado ser y, yo no era la frágil mujer que él había conocido tres semanas atrás

3- No teníamos una habitación de huéspedes, o eso creía yo. Justin me había mentido y no piadosamente, al haberme dicho que teníamos que dormir juntos debido a que no había otra habitación.

4- ¿Qué sería de mi vida si mis padres estuvieran vivos? No hubiera conocido a Justin y sería feliz junto a ellos dos. Viviríamos en una pequeña casa cerca del lago, como anteriormente lo hacíamos, y mi sonrisa nunca se hubiera borrado del mapa.


Dejé mis conclusiones de lado para mirar la hora que marcaban las agujas del reloj. Cinco cincuenta de la mañana y mis ojos no amagaban a cerrarse para conciliar el sueño. Justin, tranquilamente, respiraba y su pecho se inflaba al ritmo del aire correr por sus pulmones.
Opte por ponerme las enormes pantuflas de Justin y bajar al living a ver televisión para mi propio entretenimiento. Sin hacer ruido, abrí la puerta, bajé al living y encendí las luces necesarias para poder iluminar mi camino.
Abrí la nevera y saqué una botella de jugo, tomé un vaso limpio y vertí el jugo sobre este. Un ruido sobresaltante me hizo prestar atención a las escaleras. Abrí un poco la puerta de la cocina para llevarme por delante a una persona. El vaso de cristal resbaló de mis manos para quedar hecho trisas sobre el suelo de la cocina.

-Oh lo siento mucho.-me dijo con una voz chillona.

-Descuida, esta todo bien.-le dije y metí la botella de jugo dentro de la nevera.

-Te ayudo a limpiarlo.-se ofreció y luego buscó con la mirada algo- ¿De dónde saco un fregador?-preguntó acomodando su pijama celeste.

-No tengo la menor idea.-respondí sinceramente y ella hizo una sonrisa estúpida.

-¿En tu propia casa?-preguntó. Hice una mueca.- Oye, lo de hoy, no hablaba en serio cuando decía que estabas loca.

-Esta bien, Danielle, me comporté como una niña y no me tomé la molestia de preguntar quien eras antes de juzgarte.

-¿Pensaste que Justin y yo…?-hizo una mueca.

-Fui una estúpida.-suspiré.

-Estamos a mano.-sonrió.

-¿Qué hacen levantadas y haciendo ruido a estas horas?-preguntó una adormilada voz entrando en la cocina.

-¡Justin!-sonrió su prima.- Nos encontramos aquí en la cocina y a ______ se le cayó el vaso, nada de que preocuparse.-explicó brevemente la rubia a mi lado.

-Okay.-se frotó los ojos.- Límpialo ______.-dijo casi en una orden.

-Lo haría si supiera donde están las cosas de limpieza.-le dije pasando una mano por mi cabello.

-Donde esta el control de luz.-me dijo. ¿Entendí? No.

-¿Cómo voy a saber donde está?-pregunté siendo obvia. Danielle rió.

-Está donde fui ayer por la noche cuando se fue la luz.-dijo y dio media vuelta.- Por favor, déjenme dormir.-abrió la puerta para retirarse y coloqué una de mis manos sobre su hombro.

-Cuando te levantes, vas a explicarme lo de la habitación de huéspedes.-le dije. Me miró confusamente y segundos después rió.- Es enserio Justin.-alcé mis cejas.

-Como digas.-carcajeó y quitó mi mano de su hombro.- Hasta enseguida.-nos dijo a ambas y ambas, sonreímos.

-¿Qué ocurrió?-me preguntó con diversión.

-Nada en especial.-fingí una risa. Me sonrió.- Debo limpiar esto.-le informé.

-Ha sido mi culpa, deja que lo limpie yo.-dijo apoyando una de sus manos sobre la mesada.

-No, no, eres la invitada y no voy a dejarte limpiarlo.

-¡Pero ha de ser mi culpa!-exclamó insistente.

-Enserio, Danielle, yo lo hago.-le dije. Asintió resignada y se sentó a observar mis movimientos.

Fui por un fregador para limpiar el jugo derramado en el suelo. Mientras yo fregaba, ella me contaba algunas de sus anécdotas de cuando era pequeña. Cuando acabé con la limpieza, dejé el fregadero en su lugar y me senté a su lado. Aprendí, que ella tiene veintiséis años, está de novia y por ahora no piensa en matrimonio. Y que es sobrina de Pattie, la mamá de Justin.

-¿Es enserio?-pregunté riendo.

-De verdad.-carcajeó.- Siempre se hacía pis encima cuando lo asustábamos con Nolan.

-Voy a molestarlo con eso.-reí.- Va a matarte si se entera que me has contado.

-Lo se, pero es divertido molestarlo. Se pone casi rojo como un tomate y luego grita hasta que se encierra, y por último, vuelve más tranquilo y pide perdón por el escándalo.-reímos juntas.

-¿Quién es Nolan?-pregunté suavizando mis carcajadas.

-Mi hermano.-respondió sonriente.- Justin y él, parecían mejores amigos. De pequeños se llevaban tan bien que pasaban noches en carpa en casa de la abuela.-rió.

-Es tierno.-sonreí.- Justin, ahora, es más…-moví mis manos nerviosamente.- ¿duro?-pregunté.

-No lo se.-alzó los hombros.- Hace más de un año que no lo veía.-añadió y respiró para seguir hablando.- De todas maneras, es un amor y siempre, pero siempre…-dijo en tonos divertidos.- intenta ocultar sus sentimientos mediante maltratos o cosas por el estilo.

-Oh, si, me he dado cuenta.-sonreí.

Luego de hablar más de una hora con la chica que al principio parecía mi enemiga, tomamos el desayuno juntas y fuimos a ver televisión.

-Buenos días.-dijo Justin bajando las escaleras.

Ambas, en pijama, dimos la vuelta y le miramos. Danielle volteó su cabeza y me miró haciendo una cara, seguramente, se había acordado de las cosas que me había comentado por la madrugada. Ambas explotamos en risas haciendo que Alice intentara ocultar una risa mientras servía el desayuno de Justin.

-¿Qué es tan gracioso?-preguntó mientras se sentaba en una silla.

-Tu cara de bobo.-respondió Danielle riendo.

-¿Qué has dicho pequeña?-dijo divertido.

-Que eres un bobo.-reiteró y dio la vuelta para toparse con la televisión encendida.

-¿Ya han desayunado?-preguntó.

-Si, hace más de dos horas.-le dije sonriente. Me devolvió la sonrisa y siguió con lo suyo.- ¿Justin?-llamé su atención.

-¿Qué ocurre?-me preguntó ojeando el diario.

-¿Crees que puedas llevarnos de compras?

-_____, ese tema ya lo hemos hablado.-me dijo sin mirarme.- Y hoy te necesito de secretaria en la empresa.

-Hey, no te lleves a mi única amiga aquí en Nueva York.-alargó Danielle mientras se ponía de pie.

-Lo siento prima.-rió y me miró.- Hablo enserio _______, papá se ha ido y necesito que me ayudes.- asentí.

-Oh, gracias Justin.-le dijo Danielle y se sentó a su lado.- ¿No puedo ayudarte yo también?-preguntó haciendo su labio inferior hacía afuera.

-No, tú te quedas aquí.-dijo. Reí.

-Es enserio Bieber.-se cruzó de brazos.- _______ es la única persona que conozco aquí, aparte de ti.-alzó sus hombros.

-No puedes Danielle, ella es mi novia y ya la conocen allí, a ti, no.-explicó. Ella hizo puchero y lo miró con ternura. Reí.- Disculpa.

-Bueno, gracias por ser el mejor primo del mundo.-le dijo irónica.

-Ayer me has dicho que Logan iba a llegar hoy e ibas a ir a verlo.-le dijo tomando café.

-Si, pero me he arrepentido de verle.-rió.- ¿Puedes llevarme?

-No.-le dijo y rió.

-Vamos Justin, no seas tan malo.-dijo arrastradamente.

-No Danielle, he dicho que no.

-Malo.-le dijo cruzándose de brazos.

.No soy malo, tú tiene a tu novio, dile que te lleve de compras y déjame con mi nvia.

-Lo hubieras dicho antes.-dijo y besó su mejilla.- Voy a darme una ducha y le diré a Logan que venga por mi, ya esta tarde me voy al hotel, así que no se preocupen que no molestaré más aquí.-sonrió y comenzó a subir las escaleras.

-Danielle, no nos molestas.-le aclaré. Sonrió y tiró un beso antes de seguir su paso hacía arriba.

-¿Hablaste con ella?-me preguntó Justin.

-Si, anoche cuando me llevé un susto y derramé todo en el suelo.

-Tú siempre te caes, rompes y te asustas.-rió. Apagué el televisor y me puse de pie.

-Cállate.-le dije risueña y me senté a su lado.

-Has roto un florero y un vaso en México, un vaso aquí y te has lastimado la barbilla y la nariz.-rió. Reí estúpidamente y le saqué un pedazo de torta de chocolate de su plato.-

-Soy algo…. torpe.-reímos.

-¿Quieres saber los planes de hoy?-preguntó. Asentí.- Primero, me acompañas a la empresa y me ayudas.-enumeró con sus dedos.- Luego, vamos a almorzar juntos, si tú quieres.-me miró atento.

-Claro, pero vamos a Mc. Donalds.-condicioné. Rió.

-Si tu dices.-alzó los hombros.- Me encanta ese lugar.-sonrió.

-Vamos, ¿y luego?-pregunté.

-Y luego vamos por los pasajes a Paris.-sonrió.

-¿Vamos a ir?-pregunté abriendo mis ojos al tope de estos.- No pensé que ibas a hacerme caso.

-Claro que si, vamos porque tu lo has pedido.-me sonrió. Le devolví el gesto.

-Gracias.-le dije.

-Gracias a ti ______, solo diciendo que aceptas ser mi esposa haces que mi vida sea más feliz.

Pero esa última oración, ciertamente, no me hacía feliz. Él lo decía porque iba a ver a su hermana, no porque iba a casarse conmigo. Contuve las lágrimas y sonreí ante lo que había dicho.
Siempre, siempre, siempre iba a tener que ser fuerte y lo cierto era que estaba ocurriendo lo que menos quería que pasara, me estaba enamorando.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:19 pm

Maraton 10/12

Capitulo 40

Terminé de maquillarme y corrí escaleras abajo. Justin, junto con Danielle, reían a carcajadas.

-Me llamas si necesitas algo.-le dijo. Ella asintió.- Ha sido un placer tenerte aquí en casa, primita.-sonrió con simpatía. Danielle le devolvió el gesto.

-Lo se Justin, para todos es un placer tenerme en sus casas.-rió, Justin se unió a las carcajadas.- Nos vemos el día de la boda.-sonrió.

-Claro que si.-le dijo él, con la misma sonrisa.

-Nos vemos _______.-dijo casi en un grito al verme bajar, escalón por escalón.

-Nos vemos Danielle.-le sonreí y la estreché en mis brazos.- Nuevamente, disculpa por las acusaciones y gracias por divertirme esta mañana cuando no pude pegar un solo ojo.- ella rió.- Es enserio, espero verte luego de la boda, también.

-Oh, claro. Dalo por hecho, linda.-sonrió.- Y te debo una disculpa y también.-nos separamos y ella acomodó su cabello.- He sido una estúpida, debí presentarme antes de que sacaras esas conclusiones.-rió. Le sonreí al igual que Justin lo hacía.

-Nos vemos en tres días Dani.-le dijo Justin. Ella golpeó el hombro del chico y se montó en el taxi.

El vehiculo encendió su motor y pronto comenzó a andar por la calle. Justin tomó su celular y tecleó algo. Yo, por mi parte, acomodé mi falda y luego lo miré.

-¿Nos vamos?

-Claro.-sonreí.

-¿No llevas bolso?-preguntó.

-No, no tengo nada que llevar allí.-reí. Torció los ojos y rió.

-Ya, vamos.-me dio un leve empujón por la cintura.

Juntos, subimos al auto y nos abrochamos los cinturones. Justin encendió el motor y en menos de diez segundos ya habíamos comenzado a andar hacía la empresa.

-¿Pongo música?-preguntó. Asentí y el encendió la radio.

-¿Justin?-pregunté con curiosidad.

-Dime…

-¿Por qué me has dicho que no teníamos habitación de huéspedes?

-Porque se me ha ocurrido.-rió.

-Oh, tu ocurrencia a sido genial.-dije irónica mientras causaba su risa.

-De todos modos, no he conseguido lo que quería.-dijo y volteó a la siguiente calle.

-No lo obtendrás, nunca Justin, nunca.

-Como digas.-rió.- Pero te has quedado a dormir dos noches junto a mí.

-Pero porque tenía miedo.-me excusé.

-Si, claro.-dio rienda suelta a una carcajada.- ¿Y no se te ha ocurrido inspeccionar un poco más la casa?

-Ciertamente, no.

-Bueno, pues, ese, ha sido tu error.-aparcó el auto mientras hablaba.

-Ya cállate.-me desabroché el cinturón de seguridad y bajé.

-Toma mi mano ______.-dijo corriendo tras de mi.

-No.

-Vamos, hey, recuerda lo que hemos hablado.

-Okey, okey, ven y tómame la mano.-me quedé quieta y el pasó por mi lado, llevándome junto con él.

-Eres muy liviana.-rió.

-Y tú, eres muy imbécil.-dije. Besó mi mejilla.

-Ahora, tienes que amarme.-sonrió.

Entramos en ese edificio, que yo, había conocido tan solo un mes atrás. Justin firmó unos papeles a la entrada y luego nos metimos en el elevador. Tan pronto como este llegó arriba, salimos y comenzamos a caminar.

-Vas a hacer lo mismo que has hecho la vez anterior, con la diferencia, que estarás conmigo, en mi oficina.

-Okey, como tú digas.-dije y dejé que él me llevara consigo hasta su oficina.

Varias miradas se posaron sobre su jefe y la chica que llevaba de la mano, osea yo. Justin se apoyó en el escritorio de una rubia y la inspeccionó un rato, acto que, hizo que mis cabellos se erizaran por completo con ganas de pegarle una buena patada en su entrepierna.

-Hola Katie.-le sonrió Justin. Ella levantó la mirada y le correspondió la sonrisa.

-Buenos días señor Bieber.-le dijo amablemente y bajó la mirada para luego levantar unos papeles.- Son estos.

-Gracias Katie.-tomó los papeles que ella le entregaba.

-¿Ella es ______?-le preguntó apuntándome con su lapicera. Justin bajó la lapicera con sus dedos para luego, hablar.

-Si, ella es _______, mi futura esposa.

-Oh, wow, hace tanto que quería conocerte.-admitió la chica que se hacía llamar Katie.- Justin habla siempre de ti.-sonrió.

-Gracias.-le devolví el gesto. Justin tensó los músculos de su cara y volteó la mirada.

-No hay de que, linda.-dijo con emoción.

-Bueno, ya. El deber llama.-dijo Justin llevándome casi a rastras hasta la puerta de su oficina.

-¡Que grosero eres!-dije soltando su mano mientras el abría la puerta, que estaba con llave.

-No soy grosero, debo trabajar.-dijo excusándose.- Vamos, entra allí.-abrió la puerta y me introduje en la oficina.

-Justin, es en serio, no vuelvas a hacer eso.-me saqué el saco negro y lo coloqué sobre un sillón.

-_______, vamos a poner algunas condiciones cuando vengas aquí.-me dijo con enojo y encendió el ordenador.

-Vamos, dime Bieber.-dije sentándome enfrente suyo.

-No quiero que hables con nadie y menos, con hombres.

-Como tú digas.-dije fastidiada.

-Segundo, si te hablan, respondes pero cortante.-añadió. Comencé a recorrer el lugar con la vista.

-¿Qué pasa si me preguntan por qué no hablo?-dije sin siquiera mirarlo.

-Dices que estas cumpliendo órdenes.

-Voy a decir que Justin Drew Bieber es el chico más celoso que he conocido y que pone las reglas más inmaduras que jamás haya escuchado.
-Ya, has silencio y sella estos papeles.- me pasó dos carpetas.

-Justin, tú dijiste que iba a hacer lo mismo que hice la vez pasada y eso no es lo mismo.

-Vamos, ¿vienes a ayudarme o a fastidiar?

-Okey, ya dame eso y no me fastidies por un buen rato.-se los quité de la mano y tomé el sello negro.

La ventana abierta nos brindaba una leve brisa dentro de la oficina del quinto piso. Justin, quien no apartaba la vista del ordenador, respiraba densamente y hacía gestos de fastidio cada vez que la voz de Katie avisaba que tenía una nueva reunión y mails pendientes. Yo, por mi parte, sellaba y leía un poco de cada papel que sostenía en mis manos. Nombres de empresas, números importantes, abogados con poder.

-¿Tienes hambre?-preguntó echando su cuerpo hacía el respaldo del asiento.

-No.-respondí secamente.

-¿Segura?-insistió. Asentí y tomó el teléfono en sus manos.- Katie, por favor, tráeme un capuchino y algo para comer porque estoy muriendo.-respiró con pesadez.- Lo más rápido posible.

-Si, señor.-respondió la voz de la chica a través del mini parlante.- Intentare llevárselo en menos de veinte minutos.

-Gracias.-respondió Justin y colgó con brutalidad.- ¿No hablas?-preguntó. Negué.- ¿Por qué?

-No se me da la gana.-dije y presione la madera con tinta sobre un papel.

-¿Estas enojada?

-No.

-¿Por qué no me hablas bien?-preguntó insistente.

-Justin, concéntrate en lo que hacías hace un instante y no me molestes.-dije fastidiada. Bufó y me quitó el sello de las manos.- ¿Qué haces?

-Vas a tratarme bien, ¿entiendes?

-Dame eso.

-Te estoy hablando ______ Jarrel.-dijo casi gritando.

-¿Puedes dármelo por favor?-pregunté corriendo un mechón de cabello de mi rostro.

-No voy a darte nada hasta que no me digas por qué me contestas así.-lo dejó a un costado del escritorio, fuera de mi alcance.

-Me has pedido que no hable con nadie, menos con hombres. Estoy cumpliendo ordenes Bieber.-dije. Rió irónico.

-Siempre llevas todo a un extremo o al otro. Sabes que me refería a otras personas, no a mi.-hizo un gesto de enojo y se llevó las manos al cabello. Se despeino.- Voy a llevarte a casa y luego me regreso aquí.

-No quiero irme a casa.-dije cruzándome de brazos.

-Vienes a fastidiar, así que, prefiero que te vayas a casa. Toma tus cosas y vamos.

-No quiero.-insistí.

-A casa dije.-elevó la voz.

-Vete tú.-le grité.

La puerta se abrió y Katie, con un café en mano, bajó la cabeza apenada. Justin, bufó fastidiado y se levantó de su silla.

-Has como que no has escuchado nada y sigue trabajando.-le dijo enojado y le quitó el café de las manos.

-Justin, ¿por qué no aprendes a tratar a una mujer?-dije desde mi asiento. Me fulminó con la mirada y terminó de tomar entre sus manos, lo que Katie traía.- Pareciera que no te han enseñado modales.

-¿Por qué no cierras la boca?-me dijo casi en un grito. Katie abrió los ojos con impresión y cubrió su boca con una de sus finas manos.- Tú, -dio la vuelta y la miró a ella.- no has visto, ni escuchado nada, ¿entiendes?

-Si.-asintió con notorio nerviosismo.

-Pídeselo bien.-dije casi como una orden. Justin rió con ironía.

-Tú no vas a decirme que debo hacer y que no, ¿entiendes o debo explicártelo con manzanas?

-No me trates así Bieber.

-Si siguen con estos gritos va a venir el guardia.-dijo la rubia asustada. Justin la miró por un segundo y volvió su mirada a mí.

-Déjala que se vaya.-le dije. Hizo un puño con su mano y luego señaló hacía las afueras de la oficina.

Katie, sin pensarlo dos veces, salió disparada de la oficina. Justin cerró la puerta, de un portazo bien fuerte, y se sentó enfrente de mí. Lo miré desafiante y luego desvié la mirada. Suspiró haciéndose notar en el espacio y luego se acomodó la chaqueta.

-Perdón.-dijo finalmente.- No debí hablarte así.- dijo con un tono de culpabilidad.

-Como digas.-hablé y luego me llevé las uñas a la boca.- ¿A qué hora podemos irnos?

-¿Quién te entiende mujer?-preguntó fastidiado.

Una vez más, se estaba pasando de tono.

-Acabas de decirme que no quieres irte a casa.-añadió.

-Justin, me has dicho que íbamos a pasar por los pasajes a Paris, ¿Qué no recuerdas?-dije mirándolo con enojo. Cerró los ojos y contuvo su respiración por un segundo.

-Vamos, muévete.-se levantó del asiento y apagó el ordenador.- Volveré mas a la tarde. Gracias a ti, no he podido terminar mi trabajo.


Hice caso omiso a sus palabras y abrí la puerta de madera que dirigía al largo pasillo lleno de puertas hacía distintas oficinas y otros lugares. Justin no me siguió, por lo que, pensé, saldría en un rato.
Comencé a caminar por el pasillo hasta toparme con el escritorio de Katie. Ella, tranquilamente leía un documento mientras tomaba de su café. Me acerqué a la rubia, e intentando no asustarla, me apoyé en su escritorio.
Levantó su mirada y pronto se enderezó en su asiento. Sonrió intentando ocultar la incomodidad que había causado Justin hacía tan solo unos minutos.

-¿Justin la ha mandado a pedirme algo?-preguntó con voz temblorosa.- Porque si es así, puede comunicarse por el teléfono interno y pue…-interrumpí con suma sutilidad.

-No me ha mandado nadie.-respondí a su primera pregunta.- Estoy esperando que él salga de su oficina así ya nos vamos.-suspiré.- Vengo a pedirte perdón por el incidente de hace un instante, Justin es muy grosero cuando está enojado.-alcé los hombros.

-No te hagas drama _______.-dijo con suma confianza, la cual, me agradó.

-Gracias por comprender.-dije acomodando mi cabello.

-No hay de que.-me sonrió. Le devolví el gesto y volteé al sentir pasos en el largo pasillo.

-Luego nos vemos.-le dije. Ella asintió y siguió con lo que hacía.

-¿Ya nos vamos?-preguntó tendiéndome la mano.

-Claro.-no la tomé y comencé a caminar.

Sentí como bufaba y luego una risa traviesa de parte de Katie. Llamé al elevador, teniendo a Justin al lado, y juntos subimos. Sin decir una sola palabra, bajamos en planta baja y salimos por la gran puerta. Caminamos hasta el auto de Justin y allí nos montamos en el.

-Es algo lejos de aquí.-me advirtió. Abroché mi cinturón de seguridad.

-Como digas, solo enciende el motor.
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La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA - Página 7 Empty Re: La Bella & La Bestia (JB&Tú) TERMINADA

Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:21 pm

Maraton 11/12

Capitulo 41

No tenía por qué, pero estaba nerviosa. A tan solo un día de mi boda, la cual, no sabía como iba a ser. Justin no había estado en casa los últimos dos días, o por lo menos, no habíamos hablado casi nada.
Las empleadas iban y venían por toda la casa, gente que arreglaba el jardín, personas que colocaban adornos. Pattie y Jeremy se la pasaban en casa, cuidando detalle por detalle, dando ordenes sin cesar, intentando que todo fuera lo más perfecto posible.
Justin, llegaba a las once de la noche y pasaba directo a la ducha, luego, a la cama. Sin cenar en casa, sin almorzar en casa, sin hablarme más que para desearme un buen día o dulces sueños.
Ya no compartíamos cama, pues luego de haber descubierto la habitación de huéspedes, no iba a permitir que Justin me retuviera en su habitación.
Estaba todo listo, solo faltaba el sí de ambos y Justin sería feliz para siempre.


-¿Estas despierta?-preguntó una voz adormilada. Me senté en la cama y miré la puerta entreabierta de la habitación.

-Si, pasa.-dije sabiendo que era Justin quien estaba del otro lado de la madera.

-¿No duermes?

-¿Me ves dormir?-dije divertida. Rió y entró en la habitación.- No puedo, no se por qué.

-Yo se.-dijo y se puso de pie junto a mi pequeña cama.- ¿Me haces un hueco contigo?-preguntó acomodando su pantalón a cuadros.


Sin responder a esa pregunta, me hice a un lado y el se sentó a un costado.

La escasa luz de la luna iluminaba la habitación. Justin y yo, dominados por el nerviosismo, sin poder dormir, juntos, a las tres y media de la mañana.

-¿Por qué?-pregunté intentando no mirarlo a los ojos.

-Porque ambos estamos nerviosos.-respondió sin siquiera mirarme. Ambos, mirábamos a la pared celeste de la habitación, que en estos momentos, se veía blanca, gracias a la escasez de luz.

-No estoy nerviosa.-mentí. Chasqueó la lengua y pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros. Besó mi mejilla.- Es en serio Justin.-tragué saliva sonoramente. Rió.

-Perdona.-susurró.

-¿Qué?-pregunté sin comprender.

-Que me perdones ______.-susurró de nuevo.

-He escuchado pero no se a qué te refieres.

-Solo perdóname, no preguntes por qué. Perdóname.-su voz sonaba sincera y sus besos sobre mi mejilla no me dejaban pensar más que, eso salía de su corazón.- ¿Puedes perdonarme?

-No puedo perdonar algo que no se que estoy perdonando.-dije confusamente.

-No preguntes _______, pero perdóname.-insistió.

-Te perdono Justin.-dije serena y acaricie su rostro.

Acomodó su cabeza sobre mi hombro derecho y sentí su respiración sobre mi cuello. Tomó una de mis manos y la entrelazó con una de las suyas. Brindó leves caricias a mis finos dedos y luego dio un suave besó sobre la palma de mi mano. Alzó la mirada con suma delicadez y me sonrió.

-Mañana veras a mi hermana.-dijo.

Finalmente, comprendí.

Él no estaba nervioso por la boda, si no, por ver a su pequeña hermana. Sus nervios se debían a algo que a él de verdad le importaba, no a pararse en el altar y pronunciar un simple “si” para toda la vida. Él amaba a su hermana y quería tenerla cerca. No me amaba a mí, era solo su pase a la vista de Justin a su pequeña hermana.

-Tú también la veras.-dije sonriente.

Ocultar las lagrimas, no siempre es fácil.

-Claro que si.-dijo emocionado.- Imagínate lo hermosa que estará.-sonrió de nuevo. Desvié la mirada.- ¿No te emociona?-preguntó.

-Si, obvio que si, Justin.-dije intentando sonar feliz.

-Que bien.-dijo y suspiró.- ¿Puedo dormir contigo?


Esa pregunta resonó una y mil veces en mi cabeza. Pensé en decirle que sí, pero luego, mis ganas de llorar volvieron y sí él estaba en la habitación, no podría desahogarme con la almohada.

-¿Qué necesidad de dormir conmigo tienes?-pregunté.- De mañana en adelante, estoy obligada a dormir contigo.

-Eso es cierto.-dijo y vi como cerraba sus ojos.- Pero una noche más, no le hace mal a nadie.

Pero en eso, Justin se estaba equivocando. A mí si me hacía mal, me hacía ilusionarme con cosas que nunca ocurrirían, me hacía sentirme utilizada, sin valor alguno.

-No.-dije secamente. Abrió sus ojos y volvió a mirarme.

-¡Que mala eres!-exclamó con suma tranquilidad.- Te he tratado bien.

-Solo ahora. No me has tratado bien ni tampoco mal, simplemente, no me has tratado.-alcé los hombros y con ellos, la cabeza de Justin.- No has estado en casa por días.-dije casi quejándome.

-No te enfades, linda.-dijo divertido.

-No me enfado Biebs.-le dije.

-Hacía mucho no me decías así.-levantó su cabeza de donde yacía y me sonrió.- No dormiré contigo pero mañana, no te salvas.-se puso de pie.- Supongo que tampoco querrás regalarme un beso.-me dijo y se rascó la nuca.

-Supones mal.-murmuré.

-¿Oí lo que creo que oí?

-No se que has oído, pero si oíste lo que he dicho, es cierto.-sonreí de costado. Bajó unos centímetros y me besó.

-De nuevo, perdona.-me dijo. No comprendí, nuevamente.

-No se por qué, pero voy a perdonarte. Hasta hoy más tarde.-le dije. Rió.

-Hasta más tarde.-me secundó y salió por la puerta de mi habitación.

Parpadee tres veces seguidas sin poder creer que Justin y yo nos estábamos llevando bien. Alcé mi mano y la coloqué sobre mis labios. Él acababa de besarme, recordé con entusiasmo. Me introduje entre las verdes sabanas y apoyé mi cabeza sobre la almohada.

De algún modo, tenía que conciliar el sueño.


-Arriba linda, no querrás ir desarreglada.-dijo una dulce voz quitándome el acolchado que cubría mi cuerpo. Me enredé en las sabanas.- Vamos, tenemos muchas cosas por hacer.-dijo la misma voz.

-¿Todavía duerme?-preguntó una mujer, que al parecer, venía entrando.

-¿Ella es ______ Jarrel?-dijo otra de voz más fina.

-Si, es ella y si, aún no se levanta.-dijo la misma que me había despojado de lo que me hacía sentir cómoda y tibia.

-Vamos, arriba.-dijo una de las voces en tono imperativo.- Simple _____, abre los ojos, sabemos que nos escuchas.-dijo.

Finalmente, me rendí.

-Ya, déjenme en paz.-volteé la almohada y seguí durmiendo.

-No, no vamos a dejarte en paz porque son las doce y media de la mañana y tienes turno en la peluquería a la una y diez.-dijo una voz enojada.

Me senté en la cama y estiré mis brazos. Pronto, abrí mis ojos. Tres mujeres me miraban intensamente y esperaban que me levantara.

-No me vean de esa manera.-dije. Las tres voltearon a la vez y se dedicaron a mirar la pared.- ¿Qué hacen?

-Privacidad.-dijo una de ellas.

-Okey.-dije entendiendo que padecían de algún problema mental.- ¿Puedo darme una ducha?-pregunté.

-Claro que si. Iremos a preparar su desayuno.-dijo una de ellas y codeó a las demás para salir con rapidez del cuatro.- No se demore mucho.-gritó desde afuera.

Hice una mueca torcida y me puse de pie. Iba a obedecer. Tomé una toalla y entré a la ducha. Tan pronto como estuve lista, me coloque la ropa y bajé mientras me revolvía el cabello. Las tres me miraron y luego desviaron la mirada. Eran raras.

-He aquí, su jugo de naranja y su manzana.

-¿Por qué debo desayunar esta escasez?-pregunté enarcando una ceja.

-Porque debe desayunar liviano.-sonrió una.

-Oh, claro, es que puedo engordar en tan solo seis horas.

-Eso es muy poco tiempo y en veinte minutos debemos estar en la peluquería. Por favor, apúrese.-dijo una impaciente castaña a mi lado.

Comencé a desayunar lo poco que me habían servido. Y como era de esperarse, cinco minutos después acabe, debido a que no tenía mucho que comer o tomar.

-Ya, vamos.-dijo con emoción la castaña.

Las cuatro, juntas, subimos a un automóvil negro que estaba aparcado al frente de la casa. En menos de quince minutos llegamos a la peluquería, que para mi asombro, no había casi nadie.

-Discúlpenos, sentimos llegar tarde.-dijo una de ellas.

-No hay problema, ¿Cuál es la novia?-preguntó la mujer con múltiples broches en el cabello.

-Yo.-dije levantando mi mano levemente.


Antes de poder seguir hablando, la mujer de broches, me llevó hasta donde se suponía, lavarían mi cabello. Y aunque insistí varias veces con que me acababa de duchar y no necesitaba lavar mi cabello nuevamente, ella lo lavó como si fuera más delicado que la porcelana.

-¿Te peino a mi manera?-preguntó.

-No, tiene que ser un buen peinado que quede para el vestido que ha elegido ella.-opinó una de mis “damas de compañía”, mientras leía una revista de moda.

-Descríbanme el vestido, por favor.-dijo con felicidad la pelirroja mientras secaba mi cabello con un enorme secador.


La chica que se hacía llamar “Louise”, describió mi vestido a la perfección. Lo cierto era que me sonaba extraño porque ella nunca lo había visto, o eso creía yo hasta hace diez segundos.

Luego de que la pelirroja con distribuidas pecas por el rostro terminara de secar y planchar mi cabello, me llevaron a una especie de salón de belleza.

-Vamos a hacer un maquillaje algo sutil y delicado, solo resaltaremos las partes más bellas de mi rostro.

-Es bella.-opinó una de las chicas del salón de belleza.- Vas a tener que resaltar todo.-sonrió luego. Le devolví el gesto.

-Gracias.

-No hay de que, linda.-me dijo y volteó para abrir algunos cajones y sacar algunas cremas.

-Ahora, solo déjate llevar por la magia del maquillaje que solo Bárbara y yo, sabemos hacer.-sonrió.

Me indicaron que cerrara los ojos y no me dejaron verme en el espejo hasta que el maquillaje hubiera estado finalizado. Bárbara, colocó todo tipo de cremas sobre mi rostro, limó mis uñas (pies y manos) y luego comenzó con el esmaltado de estas. Cuando terminó con eso, ambas, comenzaron con el maquillaje de mi rostro.
Pinceladas por aquí, pinceladas por allá.

-Lista.-dijo luego de media hora.

-¿Puedo abrir los ojos?-pregunté.- Me estoy por quedar dormida.-añadí y ellas rieron al unísono.

-Ábrelos y obsérvate.-dijo Bárbara.

Abrí mis ojos y vi a una _______ completamente distinta a mi. Ella llevaba el cabello lacio por debajo de los hombros, los ojos sombreados casi naturalmente, los labios resaltaban un poco más y las mejillas rosadas daban un tono de sutileza al maquillaje.

-¿No te gusta?-preguntó la otra al ver que me analizaba mucho.

-Oh, claro que si.-dije sonriente.

Luego, terminaron con mi peinado. No más que dos trenzas cocidas a los costados que se enganchaban detrás de la nuca y levantaban el cabello formando una pequeña cascada. Lo que restaba de este, era lacio y brillante.

-Listas para ir a casa y que te vistas.-dijo Louise poniéndose de pie.

Estaba molesta con esas tres chicas que me habían perseguido toda la mañana y la tarde. Me atendían demasiado y para mi gusto, eran cargosas. Las cuatro juntas nos subimos de vuelta al auto negro y partimos hacía la casa.

-Debemos entrar por la puerta trasera.-dijo una de ellas.- Justin dijo que a esta hora habría gente en la casa.-nos comentó. Las demás escucharon atentas.

-Habrá música para cuando lleguemos.-dijo Louise.

-Oh, genial.-agregó la otra.- ¿Estas nerviosa _______?-preguntó tomando mis dos manos. Las aparté de ella.

-Claro que si.-dije sonando lo más convencida posible, pero luego me di cuenta, que si estaba nerviosa.- Voy a casarme, ¿tú que crees?

-Tienes suerte.-dijo Louise cruzándose de brazos.- Justin es perfectamente perfecto.

Mentalmente, coincidí con ella.

-Es todo, tiene dinero.-añadió otra.

-¿Tu nombre?-le pregunté.

-Macy.-me dijo. Asentí.

-El dinero no lo es todo, Macy.-le dije. Louise y la otra rieron.- ¿Tú? ¿Cómo te llamas?-le pregunté a la restante.

-Lucy.-me dijo.

-Nombre de perro.-agregaron Louise y Macy al unísono.

-Oye.-dijo Lucy ofendida. Reí.

-Ya, basta. Es un lindo nombre.-le dije. Sonrió.


Cuando el auto aparcó frente a la casa, la música resonó en nuestros oídos. Lucy, Macy y Louise se emocionaron y bajaron rápido del auto.

-No debe verte nadie.-dijo Macy. Asentí.- Vamos por detrás.-añadió.

Corrimos por el jardín, hasta llegar a la puerta trasera y allí entramos a la casa. Lucy inspeccionó el comedor y cuando estuvimos seguras de que no había nadie que pudiera verme, corrimos escaleras arriba.

-¿Dónde esta Justin?-pregunté cuando nos encerrábamos en la habitación de mi casi esposo.

-No esta aquí, ya lo veras, no seas ansiosa.-dijo Louise golpeando mi hombro.

-Okey, solo quería saber.

-Creo que mencionó algo de que se vestiría en el apartamento de Ryan.-gritó Macy desde el vestidor.

-¿Desde cuando conocen a Justin?-pregunté.

-De la universidad.-respondió Lucy y abrió la caja de mis tacones.

-Nos pidió ayuda y aceptamos.-sonrió Louise.

Macy entró nuevamente a la habitación, con mi vestido en manos. Lo admiré, no me arrepentía de haber gastado semejante cantidad de dinero en ese hermoso vestido, aunque el dinero, era de Justin.

-Buena elección ______.-dijo Louise sentándose en la cama.

-Gracias.-me senté a su lado.

-Bueno, vamos a ayudarte con el vestido y los tacones. No puedes despeinarte.-dijo Macy. Asentí.

-Ponte de pie.-me ordenó Lucy.

Me quedé en ropa interior frente a ellas, después de todo, eran mujeres y no había nada que ellas no hubieran visto jamás, pero la vergüenza no me abandonó hasta que estuve con el vestido puesto.

-Ajusta allí atrás.-le dijo Louise a Macy mientras ella chequeaba que mi cabello estuviera sano y salvo.- Genial.-sonrió.

Lucy corrió a su bolso y sacó un pequeño frasco de perfume con forma de manzana.

-Es especial y delicioso.-sonrió con emoción.- Se que te dará suerte.-dijo antes de presionarlo y las gotas chocaron en mi cuello.

-Estas hermosa ______.-dijo Louise.

-Gracias.

-Faltan los tacones y pronto podré decir que estas lista.-dijo Macy. Lucy sonrió.

Me senté en la cama y cómodamente me coloqué ambos tacones. Eran de gran altura, pero no perdían comodidad.

-Ahora si, lista.-sonrió Macy.

-Hagamos una foto.-dijo Louise revolviendo su bolso.- Aquí.-sonrió y sacó la cámara de fotos.

Corrió y colocó la cámara sobre un estante del armario, puso el temporizador y volvió a correr hacía nosotras.

-1, 2 ,3.-gritó Lucy y el flash salió disparado.

-Esta muy linda.-dijo Louise tomando la cámara entre sus manos.

-¿Se puede?-dijo una voz desde afuera de la habitación. Era una mujer.

-Si, adelante.-dijo Macy acomodando las cajas y las cosas que habíamos desordenado.

-Oh, _______, estas hermosa.-dijo una tierna voz maternal.

-Oh, mi Dios.-me tapé la boca con ambas manos.- Rosalie, hacía tanto que no te veía.-casi grité antes de correr a abrazarla.

Me tomó sutilmente entre sus brazos y sonrió. Estaba mas corpulenta y tenía un cortes distinto. Me separé de ella y le sonreí.

-Estas… muy, muy linda.-le dije. Sonrió y examinó mi vestido.

-Si te digo que estas linda, me quedo corta.-me halagó.

-Gracias.

-No hay de que, pequeña.-dijo acomodando su maquillaje.- Justin me ha pedido que venga por ti, dice que puedes bajar cuando quieras pero que no tardes.-sonrió con emoción.

-Okey, ya enseguida bajo.-dije y puse mi mano sobre su hombro.- Te eché mucho de menos.-expresé con mi más sincero sentimiento.

-Y yo a ti.-me dijo y volteó para retirarse.- Nos vemos en unos minutos, iré a buscar un buen lugar para ver el beso más de cerca.-dijo y sonrió.

La vi salir de la habitación y volteé a ver a las tres chicas que me sonreían.

-Y bueno, ya debes bajar.-dijo Macy.- Y nosotras, debemos correr a vestirnos para, por lo menos, verte entrar al camino de flores.-sonrió.

-Claro que si.-la secundó Louise.- Vamos, Lucy, camina. Y las tres, salieron de la habitación sin decir más nada.


Me quedé sola, sin compañía. Ya no había escapatoria, era bajar, poner mi mejor cara y decir “si, acepto”. De seguro Justin estaba hermoso, más de lo habitual. Sonreí y me senté en la cama. Estaba más que nerviosa e iba a llorar si no me contenía un poco.

Era hora de bajar y estaba convencida de que si quería dar el “si”, casarme con el, pero no a esta altura de mi vida, no con dieciséis años, no con obligación, si no, más adelante, con mayor edad y porque ambos quisiéramos.

El reloj de la mesa de luz, marcó las siete, ya era hora de estar abajo. De seguro, todos sentados, esperando a la novia. No podía no aparecerme. Tomé valor y me puse de pie. Giré el picaporte y caminé haciendo sonar mis tacones por todo el pasillo. Llegué a la escalera y miré los escalones que debería bajar para llegar a la puerta del jardín y así, estar en la boda. Tomé el barandal de la escalera y comencé a bajar.
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Mensaje por alex_gomez_95 Mar 16 Oct 2012, 7:22 pm

Maraton 12/12

Capitulo 42

Cada escalón parecía alejarse más y más a medida que yo colocaba el tacón sobre este. Ya sabía que en la puerta me esperaba Jeremy, eso me tranquilizaba un poco, por lo menos no iba a entrar sola y enfrentarme a eso sin nadie a mi lado.

-Estas hermosa.-dijo el hombre que me observaba desde el pie de la escalera.

Levanté mi concentrada mirada de los escalones y observé a Jeremy. El me sonrió y me tendió la mano. La tomé y terminé de bajar.

-Gracias.-respondí al cumplido.

-No hay de que _____.-dijo sonriente.- Estoy muy orgulloso de que tú seas la que va a casarse con Justin.

-Oh.-sonreí intentando ocultar mi nerviosismo.- Yo estoy muy feliz de casarme con Justin.-dije. Suspiró.

-Ya, ¿vamos?-hizo un gesto extraño.

-Claro.-respondí con miedo.

Terminamos de caminar por la sala para llegar a la puerta del jardín. Dos mujeres a los lados de la puerta nos sonrieron y luego miraron a Jeremy para preguntar por si estábamos listos para salir. Jeremy asintió y al ver esto, las pequeñas mujeres abrieron las puertas para dejarnos a la vista de todos.

El sol a penas se escondía y daba una sensación de calidez sobre el panorama. Justin dio la vuelta para observarme y vi como sus labios se curvaban en una sonrisa. La gente se ponía de pie a la vez que la tenue música comenzaba a sonar.

-Vamos.-susurró Jeremy para que ambos comenzáramos a caminar por la estrecha alfombra cubierta por pequeñas flores blancas.

Sonrisas, susurros y pequeñas risas de dos niñas a nuestras espaldas, se hacían notar en el lugar. Justin, sin quitar su sonrisa, me observó desde que entré al lugar hasta que llegué a su lado.

-Estas hermosa.-susurró a mi odio cuando su padre me dejo en sus brazos.

-Gracias.-dije levemente y me aferré a su brazo. Miró al sacerdote.

Mi mirada se fijo en dos pequeños pájaros revoloteando sobre un árbol. El sacerdote, sin dejar de hablar, sonreía y con su libro en mano nos hacía orar. Justin, nervioso, apretó mi brazo para que prestara atención. La madre de Justin, retó unas cuantas veces a la pequeña que detrás de nosotros jugaba con su vestido rosa.

-Justin Drew Bieber Mallete, ¿acepta usted por esposa a ________ Jarrel? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándola y respetándola hasta que la muerte los separe?

-Si, acepto.-dijo Justin con una sonrisa en su rostro. Respiró profundo y me dedicó su dulce mirada. La nena se acercó con los anillos y los puso delante nuestro Justin tomó el que me correspondía y lo colocó sobre mi dedo. Sonrió

Era mi turno.

-________ _______ Jarrel, ¿Acepta usted por esposo a Justin Drew Bieber Mallette? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándolo y respetándolo hasta que la muerte los separe?

-Si, acepto.-dije tragando saliva con nerviosismo. Justin se aferró más a mi brazo y coloqué el anillo sobre su dedo.

-Si hay alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre.-dijo en una elevada voz el hombre de tunica frente a nosotros.

Todo en el lugar era silencio. Los ruidos más fuertes eran de pájaros cantar y las hojas de los árboles moverse al compás del viento. Nadie se oponía, eso era bueno, para Justin.

-Por el poder que me confiere Dios, los declaro, marido y mujer.


Por un momento el mundo se detuvo. Las agujas del reloj se quedaron estáticas sobre sus lugares. Nadie lo había impedido, estaba casada. Sola, en un mundo lleno de peligros para mí. Con un hombre que me hacía la vida imposible y que a pesar de que yo lo intentaba, no nos llevábamos bien.

-Puede besar a la novia.-concluyó el sacerdote.

Justin, mi esposo, se acercó lentamente a mis labios y así nos fundimos en un tierno beso. Suaves, calidos y adictivos, la manera perfecta de describir sus labios. Gracias a Dios sentía ya menos nerviosa.

Arroz volando sobre nosotros dos, pétalos de rosa brincando en el aire, Justin riendo y mi corazón latiendo a mil por hora. Pattie y Jeremy, se habían acercado muy atentamente a saludarnos, al igual que el resto de la familia de Justin.
La poca gente que pude reconocer, eran los padres de Justin, Danielle, Sophie, Melanie, Ryan, Chris y su novia, a la cual no le recordaba el nombre, las tres chicas que me habían servido de compañía hoy y Rosalie, quien sonreía al ver a Justin feliz.

-Vamos, ven aquí.-me dijo quitándome del tumulto de gente.- Quiero estar contigo.-añadió y tiró de brazo para entrar en la casa.

Estaba vacía, sin ruidos, todo lo que se escuchaba provenía de la fiesta, afuera.

-¿Estas bien?-preguntó tomándome de la cintura mientras se tiraba en el sillón.

-Claro que si.-me dejé caer junto con él.- ¿Tú?

-Muy bien.-sonrió.- ¿Has visto a Jazzy?

-No.-respondí con sinceridad.

-¿Es en serio?¬-me preguntó enarcando una ceja.

-Es en serio.-dije en tono burlón. Rió.

-Rubia, de baja estatura, ojos celestes.-la describió brevemente.

-Oh, la nena de vestido rosado.-pregunté. Asintió.- Es adorable.

-Lo se.-dijo sonriente.

-Que baboso eres con tu hermana.-reí.

-¿Me das un beso?-preguntó cambiando radicalmente el tema.

-No, gracias.-me puse de pie.

-Hey, quiero uno, de verdad.-dijo y se puso de pie al igual que yo.

-Vamos afuera, no es correcto que los novios desaparezcan.-comencé a caminar hacía afuera.

-Tampoco es correcto que me niegues un beso y sin embargo lo estas haciendo.-se quejó mientras me seguía.

Reí ante sus palabras y seguí con mi paso hasta abrir las puertas hacia el jardin y salí.

La noche comenzaba a caer sobre el lugar y con ella llegaban las estrellas, brillantes y solitarias sobre el cielo. La brisa otoñal daba un escalofrío al recorrer nuestros descubiertos brazos y fue por eso que decidimos entrar a la carpa preparada con las mesas y la cena.

-Nosotros vamos en aquella.-me dijo Justin tomando mi mano para dirigirme hacía nuestra larga y decorada mesa.

-Hay tanta gente que no conozco.-admití al oido de Justin.

-Ya va a haber tiempo de presentártelos.-me sonrió.

Los meseros comenzaron a recorrer el enorme salón improvisado en el jardín de nuestra casa. Acomodaron cada plato al frente de cada uno de los invitados y con una amigable sonrisa se retiraron para ir a terminar su labor y luego servir el postre.

El lugar a mi lado, lo ocupó una mujer de avanzada edad y cabello grisáceo. Como me habían dicho, supe que era la abuela de Justin. De unos ochenta y tantos años, la mujer seguía alegremente y muy feliz en la boda de su nieto.

-Te ves muy joven.-sonrió.- Pero para el amor no hay edad.-dijo la mujer que incomodaba a Justin.- ¿Eres hija única?-me interrogó.

-Si.-sonreí.

-Oh, yo también era hija única.-sonrió y se metió un pedazo de carne a la boca.

-No la escuches.-me dijo Justin al oido. Reí.- Esta medio perdida, ya luego comenzara a hablar cualquier cosa.

-Mi gato era marrón, pero luego se puso celeste, no tengo idea por qué.-dijo haciendo reír a la madre de Justin. Comprendí de lo que mi esposo hablaba.

-Eso es una lastima, abuela.-le dijo Justin.- Termina tu comida que luego debes bailar.

-Oh, eso es increíble.-dijo emocionada.- ¿Bailaremos la polka?-preguntó felizmente. Jazzy y su otro hermano, rieron.

-No seas maleducada Jazzy.-la regañó su padre.

-No ha sido su culpa.-la defendió Justin.- Jaxon, ya basta.-regañó al más pequeño.

El más rubio de los Bieber, Jaxon, se acomodo derecho sobre su silla y siguió con la comida. Jazzy le dedico una mirada cómplice y este sonrió. Justin los miró severamente y se quedaron callados.

-Son hermosos.-le dije a Justin. Sonrió.

-Son unos diablillos.-me confesó. Reí.

-Es cosa de niños.-dije.- Apuesto a que cuando eras pequeño, eras igual.

-Puede que si.-dijo.- Pero ahora soy grande y debo encargarme de que ellos se comporten.

-No eres su padre.-comente.

-Lo se, pero es mi deber de hermano mayor.-dijo y me hizo reír.- ¿Crees que te entre el postre? De verdad fue una comida muy completa.-admitió acariciando su vientre.

-No lo se, no he terminado mi comida.-dije.

-Pero si tu plato esta vacío.-me dijo extrañado.

-Si, pero se lo ha comido tu abuela.

-No hablas de verdad, ¿o si?-preguntó abriendo sus ojos como luna llena.

-Claro que hablo de verdad, tenía más hambre que yo y le regalé mi comida.

-Vieja loca.-dijo por lo bajo. Reí.

Luego de comer el postre, sacarse fotos con los doscientos invitados de Justin y bailar el tradicional baile de boda. La música comenzó a sonar por todo el lugar y al ritmo de esta, todos movían sus caderas y sacudían los palos luminosos de un lado al otro.

Sentada, en la hamaca debajo del árbol, miraba el agua de la piscina moverse por la sueva brisa nocturna.

-¿No se supone que debes bailar con mi hermano?-pregunto una suave voz saliendo de la música. Alcé la mirada y me encontré con la única mujer de los hermanos Bieber.- Justin debe estar buscándote.-me dijo.

-No creo.-admití.

-Hace unos minutos me pregunto por ti.-dijo su chillona voz.

-Oh, ¿en serio?-pregunté moviendo mis pies al ritmo del movimiento de la hamaca.

-Si, en serio. ¿Estas bien _____?-me preguntó y saltó un poco para sentarse a mi lado.

-Si Jazzy, gracias por preguntar.

Y por más que la niña era la persona más adorable que había pisado la tierra, no podía quererla. Ella era la razón por la que Justin me estaba utilizando y aunque no era su culpa, estaba involucrada en eso. Jazzy no lo sabía pero era parte de mi terrible vida.
Era una nena de poca estatura, casi rubia y de ojos claros. Sus rizos llegaban hasta un poco más debajo de sus hombros y su sonrisa era más que encantadora. Llevaba consigo un vestido rosado con pequeñas flores blancas dispersas por todos lados y un lazo blanco en su cabello, hecho moño al atarse detrás de su cabeza.

-¿No me quieres?-preguntó haciendo que me sobresaltara.

-¿Por qué preguntas eso?-dije extrañada. Alzó los hombros.

-Ninguna de las novias de Justin me ha querido, nunca. No veo porque tú puedas ser la excepción.

-Yo si te quiero.-respondí culpable por mis pensamientos.- ¿Por qué no te han querido?

-Siempre juzgaron a Justin por quererme a veces hasta mas que a ellas y eso las hizo enojarse y dejarlo.-torció la boca y miró el colgante luminoso que llevaba.- Justin las a dejado por mi y creo que por eso no nos ha presentado antes de que se casaran, para que tú no lo dejaras.

-Wow, Jazzy, eres muy sabia para la edad que tienes.-dije sinceramente.

-No lo dejaras, ¿verdad?-preguntó con la mirada cristalizada.

-No voy a hacer eso.

Estoy obligada a vivir con él, de por vida.- pensé.

-Gracias.-sonrió con melancolía.

Tenía unos hermosos ojos para dejarla que derramara alguna lagrima. La atrajé a mi con uno de mis brazos y la estreché en mis brazos.

-No es tu culpa que esas chicas hallan sido así.-le dije. Me observó atentamente.- Ellas han sido unas tontas.-añadí y rió levemente.- Y tienes que valorar que Justin ha sido el mejor hermano del mundo por no dejarte a ti y dejarlas a todas ellas.

-Tienes razón.-me sonrió.- Justin es el mejor.

-Y no voy a dejar de quererte.-le dije. Sequé una pequeña lagrima que había caído y la volví a observar con detenimiento.- Pero si voy a decirte una cosa…-dije, se asustó algo.- cuando vuelva de Paris, quiero conocerte mejor. Creo que podemos llevarnos muy bien.-le sonreí.

-Eres lo máximo ______.-gritó y me abrazó muy fuerte.

-¡_______! Te busqué hasta en el baño.-dijo saliendo de la carpa.- ¿Qué hacen mis dos mujeres favoritas?-añadió y Jaxon de su mano secó sus lágrimas, lo sentó al lado de Jazzy.

-Hablábamos.-le dije a Justin, quien se sentó a mi lado y miró a sus dos hermanos que se abrazaban.

-Jaxon, ya no llores.-le dijo algo sonriente.- La hemos encontrado y está bien.-añadió. Reí.- ¿De que hablaban?

-Cosas que tú no puedes saber.-lo señaló con su pequeño y fino dedo. Sonreí.

-¿Y yo?-preguntó Jaxon con una tierna voz.

-No Jaxon, tú tampoco, son cosas de mujeres, sobre ______ y yo.-me miró y sonrió.


Reímos un rato hasta que decidimos entrar para que los niños no se enfermaran. Justin me tomaba de la mano mientras caminábamos hacía adentro y Jazzy junto con Jaxon, corrían gritando y cantando la canción a todo volumen que los demás bailaban.

-¿Te has llevado bien con Jazzy?-me gritó al oído. A causa de la música no se oía bien lo que Justin hablaba.

-Si, muy bien. Es una niña muy buena.-le sonreí.

-Lo sabía. Aunque debo admitir que tenía miedo que no le cayeras o ella no te cayera a ti y en ese caso tendría que separarlas.-admitió rascándose la nuca.

-No vas a tener que hacerlo, me ha caído muy bien y supongo que yo a ella también.-sonreí. Me devolvió el gesto y me hizo dar una vuelta sobre mis talones.

-¿Bailas?-preguntó posando una de sus manos sobre mi cintura.- No hemos bailado juntos en toda la noche.-me susurró al oido.

-Claro que bailo contigo, Biebs.-dije y sonreí sin que él lo notara.

Con una mano sobre mi cintura y la otra entrelazada con mi mano, Justin comenzó a moverse al ritmo de la música, llevándome junto con él, a un clima de diversión. Sonreí, mi vida, después de todo, no era del todo mala. Tenía sus partes lindas, o por lo menos, estar con Justin me parecía lindo. No cuando él se volvía violeto o me trataba mal, pero si cuando le gustaba divertirse, me tomaba de la cintura y me besaba.

Bailamos juntos alrededor de dos horas seguidas. Hacíamos pequeños descansos para tomar alguna que otra bebida y seguíamos entretenidos en el baile movido. Justin, ya un poco contento por el alcohol, comenzó a murmurar barbaridades en mi oido y luego reía.

-Ya que se vayan todos.-dijo besando mi cuello.

-No seas grosero.-lo alejé un poco de mí.- Ya te dije, no vamos a echar a nadie de la fiesta.

-Ya se han divertido bastante, que nos dejen a nosotros tener nuestra buena noche de bodas.

-Cállate y baila Justin.-dije intentando que se quitara de mi cuello.

-No me apartes nena.-se quejó apretándome más a él.

-¿No pueden esperar dos horas más?-preguntó una voz masculina. Justin se separó de mí y lo miró fulminante.

-No jodas Chaz.-dijo enojado y me besó. Me aparté con sutilidad.- ¿Ves? Por tu culpa ya no quiere que la toque.-dijo Justin.

-¿Ha tomado mucho?-preguntó el amigo de Justin. Reí y asentí.- Ten cuidado con Justin pasado de alcohol.-me advirtió.

-¿Por qué?-pregunté extrañada. La pelirroja al lado de Chaz, rió.

-Porque se pone algo, sexopata.-hizo un gesto raro y rió.

-Silencio Chaz.-le dijo Justin.

-Silencio tú, borrachín.-le dijo Chaz. Justin miró el suelo y se aferró a mi cintura.

-¡Quítate!-lo alejé. Hizo morros y me miró.- Ya, no seas pesado Bieber.-le dije. Refunfuñó y Chaz rió.

-Los dejamos solos.-sonrió.- Veníamos a despedirnos y a desearles una buena luna de miel.-dijo.

-Oh, gracias.-le dije sonriente. La chica al lado de él, también sonrió.

-La vamos a pasar genial, vas a ver _____.-sonrió. Chaz rió al verlo tambalearse.- Follaremos duro.-añadió y mis mejillas enrojecieron. Los dos en frente nuestro, rieron con ganas.

-Adiós.-besó mi mejilla y palmeó la espalda de Justin. La chica besó mi mejilla y solo le hizo un gesto con la mano a Justin.


Seguimos bailando, pero esta vez, con amigos y amigas de Justin. Eran personas amigables y muy divertidas. Pasamos un momento muy adorable junto a ellos. Justin, aún bajo el efecto del alcohol, comenzaba a ponerse insoportable y en cualquier momento no iba a soportar más la situación y su hermosa cara quedaría contra la mesa de tartas en la esquina de la carpa.

Cuando el reloj marcó las cinco y media de la mañana, la gente comenzó a irse a sus casas. Los niños se pusieron adormilados y comenzaron a molestar a sus padres para irse a casa. Justin, ahora tirado en un pequeño sillón, jugaba con un globo de gas que Jazzy había conseguido de Jeremy le bajara de los adornos.

-Dámelo.-le dijo la nena.

-Es mío.

-No, mío.-le gritó Jazzy. Jeremy intentó quitarle el globo a Justin y Justin pegó un gritó más agudo de lo que se podía esperar de un hombre con esa potencia de voz masculina que siempre cargaba.- No me lo saques, lo he pagado yo.-gritó enojado.

-Justin, es de ella.-le dije tironeando de la cinta del globo.- Tienes más por allá, luego buscamos uno.

-Tengo sueño.-se quejó Jaxon tirándose al suelo.

-Justin, dale el globo a tu hermana, deben irse a casa.-le dije intentando ser paciente. Pattie comenzaba a creer que su hijo era un desquiciado mental.

-Bueno, Jazzy, mañana por la mañana te compramos uno en el centro comercial.

-¡No!-gritó. Lógico, era una nena de siete años.- ¡Que me lo de!

-Justin, dale el globo.-le grité. Cerró los ojos.

-Me van a hacer llorar.-dijo Justin. Reí, parecía un niño.

-No Justin, no llores.-le dije suavemente.

-Jeremy, llevare a Jaxon al auto y allí los esperamos.-dijo Pattie.- Hasta luego _____, que pasen una linda luna de miel.-me sonrió con cansancio.- Cuida de mi hijo, se que eres más apta para cuidarlo a él, que él para cuidarte a ti.-dijo divertida.- Jaxon, despídete de _____.

-Gracias Pattie.-le sonreí.

-Hasta luego _____.-dijo el pequeño y se abrazo a mi pierna. Acaricie se cabello rubio.

-Hasta luego Jaxon. Espero que cuando volvamos, me deje traerme a Jazzy y Jaxon a casa para una noche de película.-le sonreí.

-Seria genial.-dijeron los dos niños al unísono mientras Jeremy peleaba por el globo con su hijo mayor.

-Ya, me rindo.-dijo Jeremy.

-Juuuustin, no voy a quererte más si no me lo das.-le dijo Jazzy. Justin le dio el globo al instante.

-¿Por qué no dijiste es antes Jazzy?-dijo la madre de Justin mientras reía.

-Ya, gracias.-le dio un beso en la mejilla a Justin.- Te sigo queriendo pero hueles terrible.-se tapo la nariz.

Luego de despedirnos de todos los que quedaban, Justin se tiró en el sillón del living mientras los trabajadores de la casa comenzaban a limpiar afuera.

-Kevin dijo que vendría a esta hora.

-¿Kevin?-pregunté.

-El chofer, ______.-me dijo con los ojos cerrados.

-¿A dónde vamos?

-A un hotel, te deje bien claro que no pasaría la noche de bodas aquí.-me dijo y se puso de pie.- Ve a darte una ducha a tu habitación y luego baja tus maletas.-me ordenó.

-Okey.-comencé a subir la escalera con los tacones en la mano.- Por favor, procura que tu ducha sea bien fría así se te va el resto de la borrachera.

-Como digas.-comenzó a correr por las escaleras hasta llegar a su habitación.

Entre a la habitación y vi dos maletas rosadas sobre mi cama. Un bolso de mano y una muda de ropa sobre este. Sin darle importancia me deshice del molesto e incomodo vestido de novia y busqué dos toallas. Encendí la ducha y el agua comenzó a correr, dos segundos después, estaba debajo de la tibia lluvia artificial que relajaba mis músculos. Me enjaboné, coloqué shampoo y acondicionador en mi cabello y cuando estuve lista, salí.
Me coloqué la muda de ropa que estaba sobre la cama. Unos vaqueros desgastados y una camisa beige junto con unas botas. Me cepillé el cabello y lo sequé un poco con la toalla. Me coloqué perfume y lo volví a meter al bolso.

-¿Estas lista?-preguntó una voz tras la puerta.- Kevin está abajo y no viene de muy buen humor.-me aviso. Reí.

-Ya estoy. ¿Puedes ayudarme con las maletas? Por favor.

-Si.-entró a la habitación y las tomó con sus dos manos.- Woow, han colocado toda tu ropa aquí adentro.-se quejó.- Pesa mas de seis kilos cada una.-dijo con exageración en sus palabras. Reí.

-Vamos, bajemos.-dije tomando mi bolso junto con el abrigo.

Bajamos las escaleras juntos, Justin un poco más atrás y más despacio debido al peso de las maletas. Llegamos a la puerta y dejó las maletas allí. Me agarró el aire fresco de afuera y di un respingo antes de colocarme el abrigo. Justin rió.

-Vas a enfermarte.-me acomodó el abrigo sobre el pecho.- Tienes el cabello mojado.-añadió y besó la punta de mi nariz.

-Gracias.-le sonreí.

Kevin, con cara de pocos amigos, tomó mis maletas y las subió a la parte trasera del automóvil. Luego la de Justin y luego, ambos nos subimos a los asientos de atrás del automóvil.

-¿Tienes sueño?-preguntó cuando pose mi cabeza sobre su hombro.

-Si, algo.-le dije. Besó mi aún mojado cabello.

-Ya cuando lleguemos puedes dormir.-me dijo.- Estamos registrados desde hace dos días, así que la habitación ya esta apartada para cuando lleguemos.

-Genial porque no estoy de ganas como para esperar.-dije cansada y cerré los ojos.

Sentía como el vehiculo se movía por la calle. Se detuvo dos o tres veces en semáforos y luego retomaba el camino. En un momento, se detuvo por completo y se abrió la puerta del copiloto. Supuse, habíamos llegado al hotel.

-¿Qué traen aquí?-preguntó Kevin bajando una de mis maletas.

-Un perro.-le respondió Justin graciosamente y Kevin lo miró fulminante.- Cálmate amigo, vas a morir de estrés.-le dijo. Reí.

-Ya, más te vale que a fin de mes, me des una buena paga.-dijo enojado.

-Como digas Kevin.-le sonrió Justin.- Ayúdanos con las maletas.-casi le ordenó. El interpelado gruñó y tomó mis dos maletas.

-¿Llevo algo?-pregunté. Justin negó con la cabeza y tomó mi mano junto con su única y liviana maleta.

Entramos al hermoso hotel. De seguro una habitación para dos, costaba una fortuna. Justin se acomodó en el extenso escritorio de recepción y observó a la chica que consumía un café. Mientras, Kevin le pedía al “botones” que cargara las maletas.

-Habitación 467, tercer piso.-dijo la chica y nos dio el pase para la habitación.- Gracias por registrarse en nuestro hotel, espero les guste y disfruten de su estadía aquí.-sonrió.

-Gracias.-le dijo Justin y volteó a verme.

-Justin, ya me voy. A las 15:30 estoy aquí para llevarlos al aeropuerto.-nos avisó. Justin asintió.

-Gracias Kevin, que descanses la media hora que queda de noche.-carcajeó.

-No te diré lo mismo.-sonrió y salió por las puertas de cristal del lugar.

-¿Vamos?-me dijo tomando mi mano de nuevo. Le sonreí.

Justin le entregó su maleta al “botones” y subimos por el ascensor hasta el tercer piso. Bajamos de allí y comenzamos a buscar la habitación hasta que vimos el “467” tallado en la fina madera de la puerta.

-Hasta aquí los acompaño.-dijo el hombre y dejó las maletas a la entrada de la lujosa habitación. Justin le dio una propina y el hombre se retiro.

-Al fin.-dijo y cerró la puerta.

-Si, al fin.-dije.

Había estado toda la noche demasiado entretenida como para pensar en lo que venía después. Justin, sus deseos sexuales, solos en un hotel, una sola cama, la noche de bodas, ¡Estaba muerta!

La habitación tenía una pequeña recepción antes de la cama. Poseía un pequeño living con un enorme televisor pantalla plana y unos sillones de cuero negro. La cama, era extensa, parecía para cuatro personas y estaba cubierta por una colcha negra con dibujos en blanco.
Justin colocó su maleta sobre un baúl de madera y la abrió. Comenzó a revolver con impaciencia y luego sacó unos pantalones a cuadros para dormir y una remera negra de escote en V.

-¿Vas a utilizar el baño o puedo entrar?-preguntó. Me senté en el sillón.

-No, no voy a usarlo por ahora. Puedes entrar.-le dije. Me sonrió y fue hasta el apartado de la habitación.

-¡_______, ven a ver esto!-gritó desde el baño. Reí, parecía un niño.

-¿Qué hay?-pregunté y luego entré al cuarto de baño. Mi pregunta ya tenia respuesta.

Era un baño enorme y en el centro había un jacuzzi. Este estaba completamente lleno de agua y habían pétalos rosados, blancos y rojos flotando en el agua. Estaba más que claro, era habitación para recién casados.

-Genial.-le sonreí.- ¿Vas a meterte allí?

-A ti voy a meterte allí.-respondió tocando el agua del jacuzzi. Abrí mis ojos con impresión.- Vamos, entremos.-sonrió y me miró.- Hey, tranquila, no muerdo. Sabes que no te haré daño.-rió y dejó su ropa sobre un pequeño banquito.

-No quiero Justin, tengo frío y estoy cansada.

-No me salgas con excusas.-dijo cruzándose de brazos.

-No son excusas, te dije que tengo sueño.-salí del baño y volví a sentarme en el sillón.

-Tú te lo pierdes.-me gritó desde el baño.- Pero espérame en la cama y por favor, facilítame el trabajo.-gritó con más fuerza.

-Imbécil.-murmuré por lo bajo.

Abrí mi bolso y observé lo que llevaba allí. Un peine, un cepillo, una pasta dental, un cepillo de dientes, cremas, maquillaje nuevo y un pequeño perfume.
Dejé el bolso sobre la cama y busqué en mi maleta mi pijama con pequeños lunares rosas. Me lo coloqué y até mi cabello en una coleta bien alta. Vi a Justin salir del baño con su pijama puesto.

-Ese jacuzzi es genial.-dijo revolviendo su húmedo cabello.

-¿Ah si?-pregunté nerviosa y terminé de limar mis uñas.

-Si, es de lo mejor.-dijo sonriente.- Ya esta saliendo el sol.-dijo al ver como Nueva York comenzaba a ser iluminada por el radiante sol.

-Woow, no estoy tan muerta de sueño como para ser las 6:13 am.-dije mirando el reloj de la pared.

-¿A dormir?-preguntó abriendo un lado de la cama. Lo miré atenta.- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?-preguntó frotándose la mano contra la nariz.

-No. Tienes algo mal en la cabeza.-le dije.- Ni pienses que dormirás conmigo.

-¿Qué crees? ¿Qué te dejare esta enorme cama a ti sola?-carcajeó.- Ni lo sueñe señora Bieber.-dijo y se metió entre las sábanas.- Ven, te dije que de hoy no pasaba.-me dijo sensualmente.

-Cállate.-le ordené.

-_______, ¿no crees que te he esperado demasiado ya?-preguntó acomodándose de costado para verme. Guardé la lima en el pequeño porta cosméticos y lo miré.

-Okey.-le dije.- Voy al baño y regreso.-le avisé. Sonrió.

-No te tardes.

-No lo haré.-me puse de pie y en unos segundos entré al baño.

Me miré fijamente al espejo. No podía ser tan cobarde, tenía que enfrentarme a lo que, obviamente, algún día pasaría. Respiré profundo. No tenía nada que hacer en el baño o tal vez si, tiempo, tenía que hacer tiempo para que a Justin se le pasaran las ganas. ¿Podía suceder? No, nunca.

Me senté en el pequeño banco blanco y miré el techo del cuarto de baño. Podía hacerlo, no podría ser tan difícil, simplemente, tenía que seguirle el ritmo a Justin y problema solucionado. Tal vez, de esta manera, Justin podría comenzar a sentir lo que yo había descubierto que sentía por él. Podía enamorarlo, pero, a no hacerse ilusiones que terminan desgarrando el corazón.

Tomé valor y apagué la luz, acto seguido, abrí la puerta y salí del baño. Sonreí, me había salvado de perder mi virginidad. Estaba feliz.
lo0 pro0metido0 es deuda aki co0mo0 lo0 pro0meti marato0n de 12 caps. y
BIENVENIDAS A LAS NUEVAS LECTORAS y me gustaria que to0das me digan que les ha parecido0 hasta aki la no0ve denme su o0pinio0n las kiero0 chicas mañana subo0 mas o0k las kiero0 bye.
alex_gomez_95
alex_gomez_95


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