la belleza está en el interior (Niall Horan y tu)

Capitulo 6





Tome los bolsos en dirección al edificio y Niall insistió en ayudarme a llevar los bolsos nos subimos al ascensor, en el papel que llevaba decía que mi departamento era el numero 206, Niall también se ofreció a ayudarme a encontrar el departamento.

Después de tanto buscar encontramos al fin el departamento 206, Niall acomodo mis bolsos en un rincón y juntos observamos el departamento, es muy pequeño pero acogedor, mis circunstancias económicas tampoco eran muy buenas así que me conformo solo con tener un lugar en donde vivir.

Niall me pidió acompañarlo a la salida del edificio, bajamos por el ascensor y mientras esperábamos quede mirando sus hermosos ojos azules y él los míos, el ascensor se abrió, caminamos hacia la salida, era hora de despedirse y cuando yo estaba cerca de sus suaves mejillas para darle un tímido beso de despedida, Niall de la nada me tomo en sus brazos, yo entre risas y grito le pedía por favor que me bajara, Niall corrió con migo en sus hombros y no paró hasta llegar a una plaza que se encontraba cerca del big ben y me arrojo suavemente en el pasto verdoso, Niall se acostó de espalda a mi costado riendo y ambos quedamos hipnotizados observando la apuesta de sol que ocurría justo en ese instante.

Después de unos minutos dio vuelta su rostro para observarme y me pregunto con su voz tímida y calmada:

-¿Por qué estabas llorando cuando subiste al taxi?-.

-Niall, me da mucha vergüenza decírtelo…- le respondí mientras mis mejillas se ruborizaban-.

-¡Dime…Dime! –me dijo poniendo cara de perrito atropellado-.

-mmm…Bueno, estaba triste porque no te vi en ningún lado, pensé que no lograría reconocerte y todo fue culpa del atraso del avión, pensé que había perdido la oportunidad de conocerte, tú sabes que soy sensible y esas cosas…- le confesé mirando hacia mis pies-.

-OOuuwww!, Bonita :(L): - me dijo con una risa tímida y re confortable-.

Niall al responderme se acomodo de costado acomodando uno de sus brazos en mi zona abdominal en forma de abrazo y su cabeza en mi hombro y no se movió, y le dije:

-tú también estabas algo triste… ¿Por qué razón?

-Emmm… por la misma razón que la tuya.

Le di un abrazo quedando los dos de costado con los brazos entrelazados, cuando me dio mucho sueño junto con bostezos, era mucho el cansancio mas la diferencia de horario y sin querer me quede dormida en sus tiernos y cálidos brazos.