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When you start to believe. {Novela colectiva} - Página 10 Empty Re: When you start to believe. {Novela colectiva}

Mensaje por Invitado Miér 25 Jul 2012, 2:30 am

2 de febrero.
Aquel lugar tan oscuro, estaba lleno de gritos en ese momento. Algunos discutían, otros festejaban con felicidad la muerte del equilibrio. Nunca se habían sentido tan poderosos como en aquel momento, podría decirse que se atreverían hacer cualquier cosa. Para ellos, era una batalla ganada. Se sentían orgullosos y poderosos por haberlo conseguido, haber sido capaces de asesinar a uno de los hermanos aunque solo fuese temporalmente. Aún podían saborear el instante en el que el rayo verde había impactado contra el pecho de Eliox Fretiur robándole la vida a tragos. Aquel rayo mortífero que había provocado en la mayoría de ellos una sensación de reconfortante éxito que había sido palpable en el ambiente como el mismo aire que respiraban.
—¡Hemos de seguir! —Gritó Alicia Hallow, con una sonrisa triunfal en el rostro—. ¡Ahora son débiles!
—¡Tenemos que seguir con los asesinatos, no podemos perder tiempo!
—¿Quién sigue, mi señor? —Preguntó Meredith, Isaac la miro y alzo las cejas, estaba disfrutando del momento.
Todos estaban impacientes por seguir órdenes de aquel hombre. Se sentían vencedores y temían que, si le daban demasiado tiempo de ventaja a los elementos, se estabilizasen de nuevo, volviesen a ser fuertes.
—¿A quién planean matar ahora? —Si bien, la sala se lleno de gritos otra vez, todos tirando nombres. El hombre de cabello blanco sonrío—. 1… 2…
Su sonrisa iba en aumento mientras los demás entendían que quería decir. Paseó su mirada por todos los presentes que se encontraban sentados alrededor de la larga mesa de piedra firme de la cual él era el que ocupaba la punta.
—Primero… Necesitamos alejar la fuente de ellos, pero también debilitarlos. Que sean cada vez menos. —Comentó John, era su mano derecha, no confiaba en nadie como en él—. Al mismo tiempo que encontramos a la fuente, seguir acabando con ellos…
—¿Y tú sabes quién es la fuente, John? —Le preguntó Meredith, su hija Pansy estaba sentada a su lado.
—No… Todavía. —Le respondió Curcell. Isaac soltó una carcajada.
—Escucho en tu voz el deseo de ir a buscar quien es. —Luego observo alrededor—. Y tienen mi permiso, vayan a Hogwarts los que puedan. Ustedes niños…
Los cazadores más jóvenes se encontraban allí, levantaron la vista hacia él. Algunos tensos y algunos deseosos de tener algo interesante que hacer.
—Ustedes serán parte de esto… Quien encuentre a la fuente, será recomenzado…
Pansy y Bianca se miraron entre sí, sonrientes, deseosas de una recompensa.
—¿Pero que es la fuente? —Comentó Eustace desconfiado.
—Es una persona, así como ustedes. Siempre está cerca de ellos, tiene que estarlo… Porque así son más fuertes.
—¿Siempre? —Comentó Adela dudando, podría ser cualquiera.
—Tienen que estar atentos, e identificarlo. Porque es muy importante. —Les dijo, su voz estaba llena de misterio.
En el lugar se produjo un corto silencio en el que la oscuridad parecía calar en los huesos de los tres cazadores más recientes.
—¿Y por qué es tan importante? —Levanto la voz, desde el fondo, Anneliese, que aquello parecía no gustarle nada.
—Porque sin la fuente, los hermanos no podrán renacer en otras vidas, jamás. Y su poder, será destruido. Así que vayan y encuéntrenlo, entonces tráiganlo a mí. —Ordeno, mientras los observaba con sus ojos negros como la misma oscuridad y sonreía.
Aquella sonrisa hizo estremecer a los tres chicos que se miraron entre sí, dudosos, pero con una misma pregunta rebotando en el fondo de sus pensamientos: ¿Quién es “la fuente”?.


-------------------------

La ojiazul caminaba por los pasillos sin realmente mirar a nadie, su rostro siempre estaba lleno de pena y las personas la esquivaban. Algunos la miraban como si estuviera loca, otros con preocupación.
—¡Emma! —No se giro al escuchar su nombre, pero aquel chico llego corriendo a su lado—. ¡Creo que hemos aprobado lo de las clases de reintegración!
Ella hizo una mueca y asintió.
—Que bien…—Comentó. Intento seguir su camino, pero el azabache la tomo del brazo con el rostro preocupado.
—¿Sucede algo malo? —Emma observo a Harry Potter, y lo odio. Odio ver que él siempre se preocupaba por todos, odio saber que era tan buena persona. Pero sobre todo, porque al final del día ella nunca olvidaba porque razón había nacido
—No, solo estoy cansada… —Dijo, y siguió caminando. Doblo el pasillo, dejando al azabache algo sorprendido por su frialdad. Pero después de todos no eran amigos, solo compañeros en la clase de reintegración.
—¿Potter te estaba molestando, Emma? —Ella levanto la vista enseguida al escuchar esa voz. Y como si se hubiese olvidado de todo lo que había sucedido, corrió hacía Louis, y lo abrazo.
—Louis…—Él le devolvió el abrazo, un poco sorprendido. Sonrío y acaricio su pelo.
—Todo va ir bien, Emma. —Ella había empezado a llorar otra vez, y el sujeto su rostro en sus manos—. Hey, no llores.
—Yo… —Ella no pudo seguir porque empezó a llorar más fuerte, Louis la volvió a abrazar.
—¿No fue Emma Nott, la chica que me dijo que se tiene que seguir adelante? —Preguntó el de repente, aunque ya sabía la respuesta. Ella no respondió—. ¿No fue la que me dio un sermón de que no podía andar llorando de aquí para allá por siempre? ¿No me has dicho tú que llore lo perdido y que vuelva?
—Pero, porque yo sabía que tú eras lo suficiente fuerte para soportarlo… —Él negó con la cabeza y hizo que la chica lo mire a los ojos.
—Si hay persona fuerte en este mundo, Emma. Esa eres tú. —Luego le sonrío de costado—. Nunca he conocido a una chica como tú, y la forma en que siempre fuiste. Valiente y fuerte, es lo que más admirado de ti. Son las cosas que te hacen hermosa y que…
Él se detuvo pero Emma lo observaba, siempre con esa mirada, llena de amor.
—Sé que eres fuerte, así que llora lo perdido Emma. Y vuelve. —Él volvió a abrazarla—. Porque tú necesitas a tu amigo, lo sé. Pero nosotros, yo, necesito que seas fuerte y que vuelvas a mi. Como la Emma que me grita y me dice las verdades a la cara. Puedes llorar, pero no dejes que la tristeza te gane. Tú nunca dejarías que eso pase, pero si en este momento no eres lo suficiente fuerte estamos todos nosotros, tus amigos, estoy yo Emma, yo no dejare que la tristeza te hunda. Estoy contigo.
Ella suspiro. Él no podía hacerle aquello, decirle todo esto y luego decirle que no la amaba. Porque solo lograba alimentar la llama de su amar, solo hacía que lo ame más. No pensaba que alguna vez pueda amar a otra persona de esta forma, o simplemente olvidar el amor que sentía por él.
—Lamento no haber sido lo suficiente bueno para ti. —Dijo él de repente. Ella se separo de Louis, mirándolo. Quería decirle que para ella siempre había sido el único, no había alguien mejor—. No puedo estar contigo, Emma. Por el simple hecho, de que tú mereces algo mejor.
Ella la miro sorprendida, el aire se le trabo en la garganta, su corazón latió a mil. No creía estar escuchando aquellas palabras. Louis acaricio su mejilla, miro sus labios, ella sentía el deseo de él. Ella lo deseaba tanto como él a ella, lo sabía. Pero el castaño beso su frente otra vez, y entonces se alejo de ella. Antes de que pudiera decir otra cosa, mientras miraba todo sin poder creérselo, como si fuera un sueño.


-------------------------

—Tengo miedo. —Admitió la pelirroja—. Creo que es hora de tomar cartas en el asunto.
La mujer miró a la chica por encima de sus gafas.
—Señorita Davant... Ella lo escogió así, aún hay muchos mortífagos por ahí, aún corre peligro.
—¡Es más peligroso que no actuemos ya! —Gritó la chica, exasperada-—. ¡Lucy casi muere! ¡Casi descubre todo! ¡Ya saben quién es! No está segura así...
Se puso de pie observando a Ameliée, que se mantenía sentada en el sillón frente a su escritorio.
—Según usted misma me ha contado, la única persona que la ha descubierto murió. Fue su elección, Señorita Davant, y no voy a traicionarla.
—¡Ella tomó esa decisión por mi! Si yo hubiese sabido lo que implicaba no lo habría permitido...
—Hice un juramento, no voy a romperlo.
—¡Pero...!
—Sin peros, señorita Davant, mientras haya peligro... No lo haré...
La pelirroja miró fijamente a los ojos de la mujer.
—Directora McGonagall... Tiene que hacerlo...
—He visto morir a mucha gente, a tanta que he perdido la cuenta, he visto caer a hombres que solo luchaban por amor, he visto extinguirse la luz en los ojos de personas que permitían que otros pusiesen fin a sus vidas solo mientras no pusiesen fin a los de otros... Y todos murieron por grandes causas, siempre se les honrará. A veces tenemos que hacer sacrificios para proteger aquello en lo que creemos... Ella lo hizo por usted, si la hiciese volver... Tan pronto... La asesinarían sin piedad... ¿Está dispuesta a ir a su entierro por segunda vez?
La respiración de la chica se cortó al instante y sus ojos se empañaron. No era justo.
—No intente jugar con mis sentimientos, directora... Además, se perfectamente que los que atacaron Hogwarts no eran mortífagos... ¿Qué demonios eran?
La mujer calló unos segundos reflexionando y, cuando habló, lo hizo tan pausadamente y segura de sí misma que Ameliée no pudo contrariarla.
—Hay asuntos en la vida que, cuando no nos corresponden, es mejor que sepamos lo mínimo posible sobre ello... Y lo que ocurrió aquel día está muy por encima de mí y de usted.
Bajó la mirada, contrariada y, al subirla, estaba llena de insistencia.
—Por favor, profesora, el tiempo se nos agota... Tiene que hacerlo... No puedo soportar ver día a día cómo se nos escapa de las manos...
—Le entregué mi recuerdo, vio lo que ella pidió... Sabia las consecuencias de lo que hacía y, aun así, me hizo jurar que solo lo haría cuando los mortífagos se disolviesen...
—¡Me entregó ese recuerdo solo porque fue demasiado cobarde como para quedarse con él y revivir su error en su mente!... ¡No sabía que duraría tanto! ¡Maldita sea! Todos creímos que con la muerte del señor tenebroso todo se acabaría... Pero eso no ha ocurrido... ¿Qué ocurre si nunca se acaba? ¿Qué ocurrirá si se hace demasiado tarde, Minerva? De nada sirve evitar su muerte si... Si el precio a pagar es más alto...
La mujer observó en los ojos de la muchacha buscando algo en ellos que no encontró; comprensión. En los ojos de Ameliée Davant solo palpitaba la ira, el dolor, el rencor y, en el fondo, oculto tras todo aquello, se abría paso el miedo.
—No permitiré que alguien más muera, señorita Davant... Ya han muerto suficientes personas y yo solo pude salvar a una, no le traicionaré ahora, no permitiré que muera por mi traición, no romperé mi promesa y, mientras esté bajo mi control tomar una decisión, no la cambiaré, no hay más que hablar.
Ameliée se sintió temblar de ira, miedo y decepción bajo la mirada de McGonagall pero, aún así, sabía reconocer cuando un caso estaba perdido, así que se levantó de la silla y salió del despacho de la directora con los puños cerrados cada vez con más fuerza.


-------------------------

3 de febrero.
Estaba sentada en la sala común, todavía con su pijama puesto. Abie estaba a su lado, intentaba hacerla jugar ajedrez mágico, pero Emma no prestaba atención. La rubia suspiro porque ni siquiera le gustaba el juego, pero lo estaba intentando.
Resignada se levanto y abrazo a su amiga.
—No sé qué te sucede, ni el porqué de que estas así. —Susurró con pena—. Pero quiero a mi amiga devuelta, y quiero que estés bien, Emma.
Emma sonrío, y asintió. Pero más tarde se dirigió hacia su habitación, noto como Terry la seguía pero no le importa, siguió su camino. Ella no tenía ganas de hacer nada más que quedarse tirada en su cama y refugiarse en sus cálidas sabanas.

Y eso hizo, por un largo tiempo. Se sentía tan confundida e impotente, que no podía parar de pensar en todo lo que había pasado. Terry estaba a su lado, no la había dejado sola. Aun cuando le dijeron que aquel era el cuarto de niñas. Acariciaba su cabello con la mirada preocupada, intentaba hacerla hablar o reír, pero era imposible.
La puerta de la habitación se abrió, pero Emma no despego la vista de la pared.
—Vete a tu próxima clase, Boot. Quiero hablar con ella.
—Pero… —Terry iba a protestar, pero de repente pareció cambiar de opinión—. Volveré, Emma.
Y antes pararse de la cama beso su cien con dulzura, intentado trasmitirle toda su preocupación y su deseo de verla bien. Para él siempre hacía sido así de frágil. Cuando la puerta se cerro, Emma ni siquiera se giro a ver a la persona que estaba allí parada y había echado a Terry.
—¿Sigues llorando, Emma Nott? —La voz de Kayla era sarcástica, pero en el fondo estaba llena de pena. Se escuchó su suspiro y como se acercaba con pasos decididos. Se sentó a su lado en la cama—. Hazme un lugar.
Emma se hizo a un lado y dejo que Kayla se recostara en la cama, la rubia miro hacia arriba y se quedo pensando.
—¿Recuerdas cuando éramos pequeñas? —Preguntó, Emma asintió, pero en ningún momento la miro, estaba perdida en otro mundo—. Mi madre me había abandonado y yo no deseaba quedarme con mi padre sola. Te dije que yo no lloraba, y me sonreíste diciendo que admirabas mi fortaleza, pero que llorar estaba bien. Aun así, yo no lloré. Simplemente me mantuve a tu lado, así como este instante. Toda la noche, y hablamos de mi familia y cuanto deseaba ser lo suficientemente buena ante los ojos de mi padre. Tú me escuchaste todo ese tiempo y nunca le contaste a nadie todo lo que yo te he dicho, has mantenido todos mis secretos. Supongo que por eso fui a la primera persona que le contaste la verdad sobre Voldemort. Tú si lloraste ese día, ¿pero sabes que me dijiste al final de aquel día?
Solo en aquel momento, Emma levanto la mirada y la clavo en los ojos de Kayla.
—Que serías fuerte, porque deseabas ser tan fuerte como yo. Que te levantarías después de cada caída, que llorarías tus perdidas, y te levantarías. —Los ojos de la rubia se llenaron de tristeza por un momento, deseaba ver a su amiga fuerte devuelta—. Porque tu siempre has sido como el ave fénix, Emma. Tú revives de tus cenizas, es hora de juntar los trozos rotos otra vez. Y lo que el fuego convirtió en ceniza…
—Vida traerá. —Termino Emma, que después de mucho, volvió a hablar.


4 de enero.
Emma había vuelto a clases, pero antes de irse encontró a Terry corriendo de un lado a otro en la a sala común. Y cuando hablaba de Terry, se refería al hámster de Eliox. Sonrío al pensar que tenía el mismo nombre que el otro chico.
—¿Tú también extrañas a Eliox, Terry? —Dijo mientras agarraba la pequeña bola de pelos blanca.
—Yo en realidad, te extrañaba a ti, Emma. —Ella dio un respingón al escuchar que alguien le respondía, y luego se volteo para encontrarse con el chico—. Tú sabes, no era muy amigo de Eliox.
—Lo sé, pero hablaba con el animal no contigo… —Le respondió ella. Él chico se ruborizo y asintió.
—¿Tengo el mismo nombre que una rata? —Preguntó inseguro, ella volvió a sonreír.
—Es un hámster, y si, tienen el mismo nombre. —la puerta de la sala común se abrió, y por allí entro Amanda Levine, en ese momento Terry salto de sus brazos y corrió hacia la puerta.
—¡Terry! —El chico volvió a mirarla, pero solo para darse cuenta que no hablaba con él. Sino al hámster que huía y ella lo seguía.
Emma siguió al animal por los pasillos, tenía miedo de perderlo y cuando Eliox regrese… No. En su mente no había un regresé. Ella no lograba entender nada de lo que pasaba, pero la realidad en sus ojos era que él había muerto, y Victoria ciegamente intentaba conservarlo.
Vio como un chico agarraba al hámster entre sus manos y este se quedaba tranquilo allí.
—¡Hey! ¡Ese hámster es mío! —Gritó y entonces vio como los ojos verdes de Ethan la miraban con una sonrisa—. Oh, Ethan…
—Hola, Nott. —la saludo y luego volvió a mirar al hámster, vio como se sorprendía al ver sus ojos—. ¿Es de Eliox?
—Si… —Ella parpadeo, no había visto a Ethan desde el hospital—. Quiero decir, era de él… Yo lo estaba cuidando. Es muy escurridizo ¿sabes? Tal vez…
—¿Qué? —Preguntó el chico mientras jugaba con el animal en sus manos.
—Tal vez quieras quedarte con él… Sé que ha Eliox le hubiese gustado. —En ese momento el chico la miro con el ceño fruncido.
—No me puedo quedar con el hámster de Eliox, es de él. Y cuando despierte va a querer tenerlo devuelta. —Le dijo como si fuera obvio y con enfado. Emma trago saliva y bajo la mirada.
—Ethan… —Empezó a decir Emma, pero el chico la interrumpió.
—Lo cuidaré, seguramente lo trataré mejor que tú. —Ethan negó con la cabeza como si estuviera decepcionado—. Querías quedártelo ¿no? Sé cuánto te gusta coleccionar animales, Nott. ¡Y no permitiré que te quedes con el hámster de Eliox!
—¿De qué hablas? —Inquirió ella confundida—. ¿Te has vuelto loco?
—No, claro que no. ¡He descubierto tu secreto! —Emma lo miro como si hubiese un animal salido de la revista el quisquilloso—. ¡No dejaré que te robes a la mascota de Eliox!
—¿Qué me robe? —Ella rodo los ojos—. ¿al menos sabes cómo se llaman tú “gran cuidador de animales”?
—Yo…—Él chico pensó por unos segundos—. Le pondré un nombre hasta que Eliox despierte y me diga su nombre real. Le pondré, Iox.
—Que original. —Bufó Emma. Pero luego sonrío, Ethan se comportaba como un loco infantil, solo porque extrañaba a Eliox—. Está bien, cuida de él. Pero se llama Terry.
—¿Terry? Yo creo que Iox le queda mejor. —Luego frunció el ceño—. O Ethan. ¡Iox Ethan Black!
—Nunca cambiaras. —Dijo Emma rodando los ojos, pero el chico había logrado sacarle una sonrisa.

Todas sus sonrisas se borraron cuando se sentó en la enfermería y vio el cuerpo de Eliox, ahí acostado como un muerto.
—¿Por qué me has hecho esto, Eliox? —Su pregunta fue más un reproche—. No te lo perdonaré, no te voy a perdonar haberme dejado sola.
Ella se mordió el labio para no volver a llorar, evito mirar a Eliox. Se cruzo de brazos.
—Pensé que siempre estarías ahí para todas nosotras, pero… ¿Por qué te has sacrificado sin luchar? La gente ahora creé que estoy loca, porque sin ti soy inestable otra vez. Hasta Ethan parece un loco, enserio. Deberías verlo, parece que tiene un retroceso y ha vuelto a ser un niño. Tal vez es porque tiene sus esperanzas muy arriba, pero yo no. Yo no me creo todo esto, no entiendo que están haciendo.
Apoyo sus codos en sus rodillas y sujeto su cabeza con sus manos.
—¿Qué tramaron tu y Victoria? Sé que algo hicieron. Ella esta tan… tranquila. Puedo ver cuando la miro su nerviosismo y que esta triste. Pero… de entre todas, a ella era la que me imaginaba más desbastada con tu muerte. Ella te quería un montón, pero… ha reaccionado de esta manera. Y yo no soy tonta Eliox Fretiur. Y te haré volver de la muerte a golpes si me llego a enterar que algo traman y no se lo han dicho a nadie, eh. Recuerda que he practicado, me han enseñado a luchar como muggle. —Ella torció el gesto—. Me lleve un golpe ese día, ¿recuerdas? Ese día que sane a Louis y al idiota de Eustace. Él nos trajo de vuelta al castillo. No sé qué pensar de él, por un lado siempre nos traiciona, por otro un día me dijo que lo que deseaba era proteger a Vicky. Y cuando lo miro… Sabes que yo siempre pensé que los ojos trasmitían los verdaderos pensamientos y sentimientos. Y Beth… Ella sabe siempre más cosas, y se comporta como si él nunca nos hubiese traicionado. No sé porque te estoy contando esto… Estas muerto.
Luego se recostó contra la silla y cerró los ojos.
—Tal vez… Solo tengo una mínima esperanza. No lo creo. —Luego lo miro, el chico ni se había movido. Ella suspiro al verlo. Se acerco a él y tomo su mano—. Vuelve Eliox, si es verdad, entonces vuelve. Porque estoy haciendo todo lo posible por mantenerme fuera de la oscuridad, pero te necesito a ti. Ellos saben que soy débil, Iox. No me dejes ahora. Si vuelves te prometo no reírme otra vez del nombre que le ha puesto Ethan a tu hámster. Y si vuelves, te podrás enterar cual es. ¿No quieres verlo a él? ¿A todos? Vuelve, te necesitamos. Te necesito.
Emma soltó la mano de él y subió las piernas a su silla abrazándose otra vez como cuando estaban en aquel claro.
—No quiero que la oscuridad gane, ni que ellos ganen, ni que en la oscuridad en mi me derroté. —Emma recostó su frente en sus rodillas mientras intentaba reprimir las lágrimas—. Vuelve, Iox. Todavía queda mucho por lo cual luchar.

-------------------------

5 de enero.
Annelise andaba por los pasillos con la mirada perdida y unos cuantos pergaminos en las manos.
—Annelise Lestrange. —Al oír la voz se giró y descubrió una sonrisa en el rostro del francés.
Sonrió para sus adentros, rara vez la tomaría por sorpresa aquel chico y, aquella vez, no era la excepción.
—Eustace Slightouth. —El ojiazul borró la sonrisa de su rostro y se acercó a Annelise para que le oyese cuando, en un pequeño susurro le preguntó aquello.
—¿Tienes idea de quién puede ser? La fuente, digo. —La chica suspiró y negó con la cabeza dándose cuenta de que él estaba tan preocupado por aquel tema como ella misma.
—No... Solo espero que no sea... Ya sabes... Nadie. —Susurró también la chica mirándole—. Pero dudo que sea eso lo que quieres decirme.
Annelise sonrió levemente, segura ante su predicción.
—Es cierto. —Admitió Eustace mirándola—. Quería darte las gracias... No sé muy bien qué le has dicho a Vicky, pero gracias.
La pequeña Lestrange respiró hondo.
—Creí que ella acabaría matándome. —Admitió Annelise con una pequeña sonrisa en el rostro—. No hay de qué, Eustace.
Ambos sonrieron y no fue necesario decir nada más.
Eustace recordó cuando Vicky le había dicho que tenía un don especial para hacerse amigo de las personas a quien ella odiaba. Quizás tenía razón después de todo.


-------------------------

Emma y Beth se sentaron en la habitación secreta de la biblioteca prohibida.
—No dice nada, Beth. —Comentó la castaña, mientras las dos se habían pasado un largo rato buscado cosas sobre el tío de ella—. ¿Cómo me dijiste que se llamaba?
—Isaac, y tiene mi apellido. —Beth la miro con sus ojos violetas—. Greenwood.
—Bueno, no he encontrado nada sobre ningún Isaac, ni Greenwood. Ni nada. —Dijo mientras tiraba un diario viejo a un lado—. ¿Tú tienes alguna foto de él, algo de su vida…?
—No realmente… No era mi tío favorito que digamos. —Beth se recostó contra la pared dándose por vencida.
Las dos chicas se levantaron del suelo, listas para marcharse al no haber encontrado nada sobre aquel hombre. Emma dejo otro diario en el suelo cuando vio un pergamino arrugado. Parecía que alguien había arrancado la parte de algún lugar. Lo alzó y lo leyó, más no entendió que querría decir con aquello. Parecía escrito a mano, con tinta y como si lo hubiese escrito una y mil veces para recordarlo.
“La luz siempre renacerá”


-------------------------

Ethan daba vueltas en su cama una y otra vez, no podía dormir. No sabiendo que Eliox todavía estaba en la enfermería y no daba signos de vida. Slightouth le había prometido que iba a estar bien, y él se aferraba a esa promesa. Porque si tenía que creer las palabras de Emma, no sabría qué haría. Solo de pensarlo un odio jamás sentido por él, se posaba en su corazón. Ese deseo de venganza que le había dicho Emma, pero él no era así. Le había sorprendido el frío en los ojos de la hermana de su amigo, si bien sabía que cobraba venganzas porque se conocían hace bastante tiempo, nunca había visto ese color azul, volverse celeste pálido. Pero para Ethan las venganzas salían mal, ni siquiera cuando el propio Eliox se había vengando de Ethan por sus malos tratos, tiempo atrás. Ethan, decía que deseaba vengarse, claro, en sentido de broma, como él hacía. Pero nunca lo hizo, porque tenía miedo, porque las venganzas no eran lo de él. Pero aun así, por Eliox, lo haría.
—¿Puedes dejar de dar vueltas? —Escucho una voz cercana a su cama—. ¿Qué rayos te sucede? ¡Estoy intentando dormir!
—Entonces, duérmete, Theodoro. —Dijo él casi escupiendo las palabras, no estaba de humor.
—¿Cómo quieres que duerma con todo el alboroto que haces? —Bufó el ojiazul, luego se dio media vuelta tratando de ver a Ethan en la oscuridad—. ¿Qué es lo que no te deja dormir?
Ni siquiera llego a responder, porque de la otra cama se alzo una voz.
—¿El amor anda rondando por tu cabecita, Ethan? —Esta vez era Tom quien había hablado, su tono era burlón, pero también había interés.
—Eso no te interesa. —Le respondió cortante—. ¿Qué haces despierto escuchando lo que hablamos?
Thomas en la oscuridad, puso una media sonrisa al escucharlo. Lo decía como si hubiese escuchado una conversación secreta.
—Yo tampoco puedo dormir con todo el ruido que haces.
—¡Claro, ahora yo tengo la culpa de todo!
—¡Ay, pobre victima! —Dijeron Tom y Theo al mismo tiempo, también se carcajearon juntos.
—¡Déjenme en paz! —El rubio se dio media vuelta, para ser una persona que le gustaba molestar, siempre recibía una cucharada de su propia medicina.
—He notado que no has negado lo de estar enamorado… —Comentó Tom mientras se levantaba y apoyaba un codo en su colchón.
—¿Quién dijo eso de estar enamorado? —Dijo haciendo el tonto, pero su corazón latió fuerte. No estaba enamorado, le gustaba Eliox… le gustaba y mucho. Pero no sabía que fuera tan evidente.
—¡Es verdad! —Exclamó el pelinegro—. ¡Tenías razón, Tom! ¡El pequeño y malvado Ethan está enamorado!
Los dos rieron devuelta, burlándose del chico.
—¿Y quién es? —Preguntó Tom cuando dejaron de reírse.
—¿Quién?
—La persona de la cual estas enamorada…
—No te dirá nada, ya sabes cómo es, se hace el interesante. —Dijo Theodoro con una sonrisa, mientras se daba media vuelta para seguir durmiendo. Ya conocía a su amigo.
—¡No les diré nada porque son como viejas chusmas! —Y con enfado dio media vuelta, para intentar dormir.
—El amor… el amor… —Dijo Tom mientras se acostaba a dormir. La risa de Theodoro se escucho otra vez cuando algo que le lanzo Ethan resonó en la cabeza de Tom.


6 de febrero.
Con sorpresa Ethan miro a Eliox. Estaba allí, despierto, observándolo. No lo podía creer, y era demasiado bueno para ser verdad. Deseaba estirar la mano y tocar su rostro, para sentir que todo estaba pasando realmente. Para sentir que él estaba allí y vivo.
El silencio lleno la enfermería, Ethan tenía la boca entreabierta mirando con ojos casi saltones a Eliox. En el fondo de su corazón jamás había perdido la esperanza de que aquellos ojos de colores lo miren otra vez, pero había tenido miedo.
—¿Qué pasa, rubio? —Una sonrisa de costado se extendió por el rostro de Eliox. Ethan lo miro y trago salivaba, solo podía pensar en cuanto deseaba besarlo—. ¿Te comieron la lengua los nargles?
Ethan parpadeo confundido al escucharlo, no sabía si reír o llorar. Quería abalanzarse sobre él y abrazarlo por siempre. Pero en cambio se paró de la silla incrédulo y retrocedieron unos pasos.
—Estás vivo…—Dijo sin poder creérselo aun—. Estas bien…
—Claro que lo estoy. ¿Por qué pensaste lo contrario? —Preguntó el castaño con el ceño fruncido. Ethan simplemente negó con la cabeza y empezó a balbucear cosas que para el otro chico no tenían sentido.
—¡Yo sabía que vivirías! Slightouth simplemente no podía mentirme, no a mi. Quiero decir, ¡las pagaría muy caro si me mentía! Yo… yo haría… bueno, yo haría algo, malo, eh muy malo. ¡Y esa Nott! ¡Esa una mentirosa! ¡Me ha mentido! Claro… ¡Ella deseaba vengarse por todas las veces que la humille! Pero no quedara así, no, no… Yo bueno… no puedo hacer nada, Theo me mataría. ¡Bueno, que simplemente lo intente! Como si pudiera matarme él, ¡ja! —Entonces escucho la risa de Eliox y se giro a verlo. Estaba sentado en la camilla y lo observaba.
—No sé cuantos días dormí, pero no has cambiado en nada, rubio. —Ethan miro a otro lado y se mordió el labio, le gustaba, le encantaba cuando le decía rubio.
—Me alegra de que este vivo, rarito. —Dijo mientras sonreía y después lo miraba—. ¿A quién hubiese molestado si te ibas?
—Lo sé, tu vida no sería lo mismo sin mí. —El ojiverde no pudo evitar asentir, era verdad. Desde el momento en que empezaron a hablar todo había cambiado y ahora su vida, no sería lo mismo sin Eliox.

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Emma observaba confundida y admiraba a Eliox, parado allí de pie ante ella. Parpadeo, y cuando este dejo de abrazar a Beth, se abalanzo sobre él y lo abrazó.
—Eres un idiota. —Le dijo mientras intentaba retener lágrimas que ahora eran de felicidad—. Sigo sin entender nada, ¿Por qué nos ocultaste esto?
—Eso no es lo importante. —Dijo el verdiazul mientras sonreía—. Lo importante es que estoy aquí, y no pienso marcharme.


7 de febrero.
Emma dejo el libro a su lado cuando vio llegar al chico por el jardín. Levanto una ceja y una sonrisa sarcástica se asomo en su rostro.
—¿Has venido a intentar torturarme a mí también? —Preguntó con burla. Eustace la fulmino con la mirada, aunque sus ojos parecían cansados.
Necesitaba concentrarse. Sabía que hablar con Emma no sería fácil pero tenía que saber qué era lo que estaba ocurriendo, no podía permitirse el lujo de estar desinformado.
—Puedes guardarte tus comentarios, he venido a preguntarte algo. —Ella hizo un gesto invitándolo a que se siente en el césped.
—Dime, ¿Qué es lo que deseas? Porque obviamente, ahora que somos tan grandes amigos, puedes pedirme lo que quieras. —Comentó con una sonrisa, el sarcasmo jamás dejo de estar presente. Él negó con la cabeza y suspiró.
Emma era la única que podría contestar a su duda. Hacía días que la marca tenebrosa de su brazo había perdido la vida. Literalmente. La serpiente que aparecía sinuosa en ella y que, antes había lucido unos ojos brillantes y una boca abierta como si intentase morder algo, ahora yacía con la boca cerrada y los ojos amenazadores, como si estuviese profesándole odio al portador de aquel tatuaje. Algo no iba bien.
—¿Qué es lo que está pasando con la marca tenebrosa? —La mente de Emma hizo un clic, y se acordó que había echado a Eustace de los mortífagos, ya no formaba parte de ellos.
—¿No es obvio? —Ella volvió agarrar su libro, dando entender que la charla le estaba aburriendo—. Tu pregunta se responde sola, solo tienes que pensar. ¿O es muy difícil para ti?
Sintió como la rabia se apoderaba de él haciéndole querer recordarle a Emma que él no era el enemigo en todo aquello.
—¿¡Puedes parar con tus chistes!? —Le grito él, ella alzo una ceja.
—Creo que no estás en circunstancias de pedirme nada. —Contestó con voz fría. Cualquier burla había desaparecido de su voz—. Ahora si has terminado, hazme el favor de irte.
No quería dar más vueltas, quería una explicación, no necesitaba que Emma le recordase con aquel tono y aquella mirada que había hecho cosas de las que él mismo se arrepentía.
—¡Pero si ni siquiera me has contestado lo que te he dicho! —Su tono de voz era cada vez más alto y más frustrado, empezaba apretar los puños. Cada palabra de Emma, eran como puñales venenosos que le recordaban las cosas que había dicho mal. Que lo llevaban al pasado, hasta los dolorosos gritos de Sam al ser torturada. Quería gritarle que no se sentía orgulloso de lo que hizo y que no la necesitaba, no necesitaba su aprobación, pero sí una explicación a lo que ocurría y, aunque hacía mucho que sospechaba lo que ocurría, no quería aceptarlo.
—¡Porque es obvio Eustace, que yo jamás dejaría que todavía sigas siendo un mortífago! —Le grito ella y luego al darse cuenta de su tono tan alto, miro alrededor, pero el jardín estaba vacío.
—¿Qué? —Él la miro sorprendido—. ¿Ya no soy un mortífago? ¿Eso quieres decir?
—¿Tengo que hacerte un dibujo? —Ella estaba empezando a enojarse, no quería tenerlo cerca—. ¿Es que no entiendes, Slightouth?
El chico no respondió, solo se la quede mirando sorprendido. Pensando en lo que estaba diciendo. Ella continúo hablando al ver que él no tenía nada que decir.
—Tal vez Victoria te haya perdonado, y Beth también, por lo que sé. Ella me dijo... Tus intenciones siempre son buenas ¿no? Ayudar a Victoria. Protegerla. Bueno, tal vez lo sean. ¿Pero cuanto es el costo de tus buenas intenciones? No dejaré, no me importa si lo haces por amor a tu familia o qué. No dejaré que lastimes a mis hermanos, a mis amigos. A ninguno. ¿Me has oído? —Ella lo observo, el odio estaba incrustado en sus ojos—. No me interesa a quien tenga que matar, no me interesa si Victoria me odia luego. Pero si vuelves a lastimar a mis amigos...
Sintió todas y cada una de aquellas palabras como la más abierta traición de todas. Emma siempre supo que hacía todo lo que hacía por Victoria, fue la primera en comprenderlo, la primera en ofrecerle su ayuda, porque una vez, tiempo atrás, se la había ofrecido y, ahora, le expulsaba de los mortífagos como si nada más importase, como si ella fuese mejor que él, como si nunca se hubiese equivocado y lo sabía, sabía que se merecía todo aquello por lo que hizo a Sam, pero eso solo servía para incrementar el odio que sentía en aquel momento hacia Emma, fruto de su propia frustración.
—Estas equivocada. —Le dijo él de repente, ella lo miro sorprendida—. Dices todo esto, pero no lo entiendes. No entiendes lo que es estar obligado a torturar a personas inocentes y que tu única intención sea proteger a tu familia. ¡No entiendes lo que es ver que tus propios padres quieren matar a las personas que amas! No puedes comprender lo que siente estar así de presionado y…
Ella se empezó a reír, con crueldad, con frialdad y se siguió carcajeando ante la mirada del castaño. Luego su risa se detuvo haciendo eco en el viento, su mirada se congelo. Llena de odio y de tristeza.
—El único que está equivocado eres tú. —Su mirada se perdió lejos de él, luego poso la mirada en sus ojos y negó con la cabeza con una mueca de asco—. ¿Qué no sé lo que es estar obligado a torturar a personas inocentes? ¿Ver como tu familia amenaza con lastimar o matar a las personas que amas? Vivir sabiendo que si no lo haces... Saber que no tienes opción. Dime, porque tú sabes. ¿Quién es mi padre, Eustace?
El chico la observo, impotente. Solo en ese momento, había recordado quien era Emma en realidad, había recordado aquel día en que, al entrar en la habitación, había visto a Emma imponente ante todos, paseando su mirada entre ellos y anunciando que ella era la única legítima hija de Lord Voldemort.
—¿Quién es Eustace? ¡Dime! —Le grito, casi ordenándole.
—Tom Riddle. —Susurró él, bajando la vista.
—¡Muy bien! El mismo Lord Voldemort. Y dime, ¿tú piensas que él era un buen padre? ¿Piensas que el amor de tener una hija y una esposa, que obviamente, ya había muerto, lo convirtió en buena persona? —Ella se quedo en silencio, pero el chico no respondió—. No, no sabes nada de la historia de mi familia. ¡Nada! Tú no sabes que en realidad no somos tan diferentes, y es por eso Eustace. Es porque yo sé quién soy, y lo que he hecho. Por lo cual, no te puedo perdonar. Porque si no me puedo perdonar a mí misma… ¿Por qué tendría que perdonarte a ti?

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—Así que Potter y alguien aquí han hecho las paces. —Canturreó Calina entrando a la habitación y dejándose caer sobre su cama—. Vamos, Vicky, intenta adivinar de quién se trata.
Victoria rió mirando a su alrededor y comprobando que, la única presente además de Calina y ella, era Jenny.
—¿Pistas?
—¡Claro! Veamos… Tiene ojos grises y su nombre rima con…
—¿Lenny?-Ayudó Vicky.
—¡Lenny!-Exclamó Calina satisfecha—. Además, ahora mismo está tan roja como un tomate…
—¡No estoy roja! —Gritó Jenny sintiendo cómo sus mejillas ardían con fuerza.
—¡Vaya! —Exclamó Calina poniéndose una mano en el pecho y mirando a la chica inocentemente—. ¿Cómo es que te das por aludida? ¡Si las pistas eran muy difíciles…! ¡Podría haber sido cualquiera!
Vicky y Calina rieron mirándose entre sí mientras Jenny se cruzaba de brazos y fruncía el ceño simulando estar enfadada.
—Vamos, Jenny, ¿Cómo es que has hecho las paces con Potter? —Le preguntó Vicky.
—Bueno… —Comenzó la chica de mejillas sonrojadas—. Me salvó de una muerte segura… Eso te hace ver las cosas de una manera diferente…
Victoria reprimió la risa nerviosa que estuvo a punto de consumirla. Sí, definitivamente te hacía ver las cosas de una manera diferente, y más aún cuando estáis predestinados desde hace millones de años y, además, él estaba enamorado de otra persona. Pero, antes de que pudiese si quiera abrir la boca para contestar, la puerta de la habitación sonó y se levantó de su cama, donde había estado sentada, para abrir. Su sorpresa fue encontrarse justo al chico en el que pensaba al otro lado de la puerta.
—Zayn… —Inmediatamente, Vicky se llevó las manos al cabello en un inútil intento de arreglarlo y, tras notar que él le recorría con la mirada, recordó que estaba en pijama. Maldijo para sus adentros y estuvo segura de que acababa de sonrojarse. ¿Por qué demonios iba a su habitación cuando se supone que era hora de dormir?
—Bonito pijama. —Le dijo él sonriendo ante su propia broma—. Creo que tengo algo que es tuyo.
Zayn sacó sus manos de su espalda y Victoria pudo ver que, entre ellas, tenía su varita. Los ojos de ambos resplandecieron al instante que Vicky le miró con una perfecta mezcla entre la sorpresa y la felicidad.
La última vez que había perdido su varita había sido en la habitación de los chicos y, por orden de McGonagall nadie podía entrar ahí ya que estaba lleno de cenizas. A ellos se les había asignado otra habitación y la otra había quedado clausurada hasta que se reparase.
—¿Cómo la has conseguido? —Preguntó Vicky—. Creí que no se podía entrar a la habitación.
Zayn rió mientras se encogía de hombros mientras Victoria le miraba agradecida sintiendo una vez más que la electricidad se apoderaba de ella.
—Gracias. —Susurró sin ser capaz de decir algo más.
—No hay de qué. —Sonrió al mismo tiempo que recordaba cómo había entrado a la habitación que se había quemado a media noche, para que nadie le viese. Había rebuscado entre las cenizas toda la noche y, cuando por fin había encontrado la varita de Vicky, ya casi al amanecer, tuvo que volver corriendo a su nueva habitación y limpiarse a sí mismo casi tanto como a la varita, pero estaba orgulloso, había visto la expresión desesperada del rostro de Vicky cuando McGonagall anunció que nadie podía entrar a la habitación hasta que se restaurase y lo había comprendido sin necesidad de que Vicky dijese nada: quería su varita de vuelta.
—Vicky, yo… He estado pensando en lo que me dijiste…
La morena frunció el entrecejo, confundida.
—¿Sobre qué?
—Sobre que estaba ciego…
La chica suspiró pesadamente bajando la mirada.
—Zayn, yo…
—Tenías razón. —La interrumpió al mismo tiempo que levantaba su rostro para que le mirase a los ojos—. Estaba ciego.
Victoria levantó las cejas con sus ojos fijos en los de él.
—Buenas noches. —Le dijo finalmente y levantó la mirada para mirar tras ella con una sonrisa cómplice—. Calina, Jenny… Buenas noches.
Ambas chicas, que habían permanecido de pie sobre la cama de Vicky para observar mejor aquella escena, se ruborizaron de inmediato mientras disimulaban regresando con rapidez a sus camas.
Victoria, al verlas, no pudo evitar pensar en sus hermanas, así que reprimió la risa que subía por su garganta y miró al chico.
—Buenas noches Zayn. —Y, con una sonrisa, el chico desapareció.
Victoria miró por unos segundos el lugar por el que se había ido y luego cerró la puerta detrás de sí quedando dentro de la habitación.
—Esa sonrisa no engaña… Al parecer no soy yo la única aquí que siente algo por alguien. —Dijo Jenny señalando a Vicky riéndose.
—¿Qué? —Preguntó la chica saliendo de su ensimismamiento.
—¿Estás admitiendo que sientes algo por Harry, Jenny?
—¿Qué? ¡No! ¡Vicky está enamorada de Zayn! —gritó intentando desviar el tema.
—Eso no es cierto. —Esquivó Victoria—. Y sí, acabas de admitir que sientes algo por Potter.
Tranquilamente, Vicky se dirigió a su cama y dejó su varita sobre la pequeña mesita al lado de ella mientras observaba a Filliph sentarse en su regazo.
—No es cierto…—Susurró Jenny cruzándose de brazos en su cama.
—Sí lo es, tú y Vicky estáis enamoradas.
—Al menos no es de Seamus. —Contraatacó Victoria con un deje de burla en su voz.
—¿Qué tiene que ver Seamus en todo esto? ¡Nada! Así que todas a dormir. —Ordenó Calina apagando las luces inmediatamente.
La habitación quedó en silencio total durante unos minutos que parecieron eternos, Vicky pudo haber jurado que sus amigas ya se habían quedado dormidas hasta que oyó el pequeño susurro de Jenny.
—Es tan romántico… Los ojos de Zayn brillaban cuando te dio la varita…
Victoria frunció el ceño y viró los ojos sonriendo en la oscuridad. Jenny siempre había sido una romántica empedernida pero… ¿Habían brillado realmente los ojos de Zayn?

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Abie y Neville bajaban corriendo por el jardín, los dos reían tomados de la mano. Sus risas resonaban por el lugar, llenando el ambiente de una alegría soñadora, de amor.
En ese momento la rubia pensó que podría vivir así por siempre, porque cada momento junto a Neville estaba lleno de felicidad. Así eran ellos, vivían el momento y su vida estaba llena de risas. Muy pocas veces habían discutido, para no decir que ninguna. Ya que él siempre intentaba comprenderla y ver su punto de vista, era fácil enamorarse de aquel chico cuando la miraba con aquella adoración. Como si para él, no existiera persona más importante que ella.
Abie resbalo y cayó en el césped, arrastrando al castaño con ella al suelo. Los dos volvieron a reír mientras se quejaban del dolor.
—Creo que esto fue como practicar un deporte de riesgo. —Comentó el chico, y ella asintió todavía riendo. Era un chiste personal que tenían, sobre el cual para ellos hasta caminar era un deporte de riesgo, por su torpeza compartida.
Él le sonrío y le guiño un ojo antes de acercas a su rostro y besarla. Ella sonrío mientras lo besaba, sintió como él la sujetaba entre sus brazos. El calor corriendo por sus cuerpos, llenándola de amor y felicidad. En su corazón se sintió feliz, y en ese momento se dio cuenta. Amaba a Neville, no importaba el deseo que haya sentido anteriormente por Theodoro. Aquello no se comparaba con la felicidad que sentía ahora, con lo mucho que había logrado el otro el castaño meterse en su corazón. Daba ahí vueltas y pensaba, soñaba y suspiraba por él. Su amor por Neville había crecido a poco, y ahora era claro. Estaba ante sus ojos la respuesta, ella lo amaba, no había otro.

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8 de febrero.
Levantó la cabeza mirando con rencor la planta que se encontraba delante de ella y, tras un breve suspiro continuó escribiendo.
El chico, a su lado, retuvo una sonrisa en sus labios mientras miraba fijamente cómo ella escribía.
—¿Cómo se escribía? —Preguntó Vicky levantando de repente los ojos del papel.
—A, L, I, H, O, T, S, Y —le deletreó el Hufflepuf sin apartar su mirada de ella mientras Vicky se mordía el labio escribiendo.
—Gracias. —Asintió a pesar de que sabía que ella ya no le estaba mirando.
—Fue un poco raro todo lo que pasó el otro día, ¿no? —Dijo por fin Brandon.
Ella se encogió de hombros mientras seguía escribiendo su parte del trabajo sobre aquella odiosa planta que la había trastocado.
—Supongo que... —Dijo la chica levantando los ojos del papel—. Los mortífagos nunca dejarán Hogwarts en paz mientras Potter estudie aquí.
Iba a decirle que aquellos no parecían mortífagos corrientes, pero no había ninguna otra explicación para lo que eran aquellas personas.
—Estaba preocupado.
—¿Por qué? —Le preguntó ella, con la mirada concentrada en el pergamino, y la pluma moviéndose ágilmente en su mano. Se veía hermosa.
—Bueno... —Comenzó él pensando que daba igual lo que dijese ya, ella no iba a entenderlo, y eso le hizo sonreír levemente, con amargura—. Por todos, porque le hiciesen daño a alguien... Por mi, por mis amigos, por ti...
Entonces, Victoria levantó la mirada hasta el chico que la observaba fijamente cayendo en cuenta, por primera vez, del verde de sus ojos.
—¿Alguien salió herido? —Brandon negó con la cabeza diciéndose a sí mismo que si hablaba tartamudearía—. Entonces todo salió bien a pesar de todo.
Y, con una sonrisa volvió a su escritura.
—Sí —susurró él—. Me alegro de que estés bien.
—Y yo de que lo estés tú. —Le contestó Vicky sin despegar la vista del pergamino.
Brandon continuaba mirándola, parecía ajena, como si no quisiese hablar de aquello por miedo a algo.
—¿Y tus amigos? ¿Están todos bien?
Victoria levantó su mirada hasta los ojos del chico recordando el rayo de luz que había logrado extinguir la vida de los ojos de Eliox, en como ella misma estuvo a punto de morir, en Jenny con su cuello y su mejilla ensangrentada, en sus hermanas llorando alrededor del cuerpo de Eliox, en Poppy resquebrajándose en mil pedazos, en Eustace vestido de cazador, en Zayn paralizado gritando su nombre.
—Sí. —Contestó torciendo los labios en una pequeña sonrisa, al menos él estaba bien—. Están todos bien.
Victoria dejó la pluma a un lado y le miro de nuevo a los ojos.
—Creo que ya hemos acabado el trabajo. —Brandon cogió con delicadeza el pergamino y leyó todo lo que había escrito en él.
—Perfecto, entonces ya no hay más nada que hacer.
—Aún me pregunto cómo es que nos dieron esta planta...
—¿A qué te refieres?
—A que... Esta planta tenia efectos secundarios que pudieron haberme enloquecido totalmente si hubiese sido un poco más grande o la hubiese tocado por más tiempo... Nos dieron una planta prácticamente mortal...
Brandon frunció el ceño.
—Quizás no creyeron que la plantaríamos... Creyeron que averiguaríamos de qué planta se trataba de otra manera...
La morena cayó pensativa preguntándose si alguien esperaba que Sam les ayudase en aquello.
—Supongo... Sea como sea... —Culminó, poniéndose de pie—. Hemos acabado nuestro trabajo.
El chico respiró hondo sonriendo y poniéndose de pie también.
—Bueno, entonces tenemos libre hasta la próxima clase de reintegración... ¿Crees que cambien las parejas?
Él no lo quería y, muy en el fondo, deseaba con toda su alma que ella tampoco.
Por toda respuesta, Vicky se encogió de hombros.
—No lo sé, pero espero que el próximo trabajo que asignen no sea algo que me haga volverme loca... —Admitió Victoria rodando los ojos.
Brandon rió levemente mientras negaba con la cabeza. A él, personalmente, le había gustado poder estar cerca de ella porque, a pesar de que siempre la había estado observando de lejos, aquello era diferente. Ahora podía decir que era su amigo y, según su propio dicho, de la amistad al amor hay menos de medio paso. Solo tenía que darlo...
—¿Vas a ir a Hogsmeade en San Valentín? —Le preguntó de golpe, como si las palabras estuviesen deseando salir de él pero, si esperase un segundo mas, se arrepentirían.
Victoria sonrió débilmente.
—En realidad... Hay algo que debo hacer ese día...
Brandon asintió rápidamente apartando la mirada y tragando saliva. Claro, ¿Cómo iba a querer ella pasar el día de San Valentín con él?
—No hay ningún problema. —El chico sonrió forzosamente, aunque Vicky pareció no notarlo a pesar de que se mordió el labio.
—Pero... ¿Tú iras? Seguramente nos acabemos viendo en algún momento por ahí. —Brandon le miró alzando las cejas.
—Sí, seguramente... —Y sonrió. Algo era algo.

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Se encontraba de pie en uno de los pasillos, con su varita en mano, observando desde lejos, con los ojos entrecerrados, a Eliox Fretiur y Ethan Black. Llevaban tanto tiempo hablando, mirándose a los ojos, sonriendo... Le causaban tanta repugnancia que estuvo a punto de torturarles ahí mismo.
Un Slytherin con un asqueroso monstruo. Siempre pensó que Ethan Black no merecía estar en la casa verde pero aquello... Aquello era exceder ciertos límites.
Ambos chicos se pusieron de pie y comenzaron a andar lentamente mientras los ojos caprichosos de Bianca les atravesaban aunque ellos no fuesen conscientes de ellos.
Cerró los ojos unos segundos imaginándose a sí misma torturar a aquellos dos idiotas de miles de maneras. Sus gritos de desesperación, sus intentos por mantenerse en pie... Todos lo intentaban... Pero todos, tarde o temprano, acababan cayendo al suelo.
Abrió los ojos de nuevo y vio a aquella extraña pareja sonreírse el uno al otro mientras se acercaban al pasillo en el que ella estaba.
Se enderezó, arregló su bata con suficiencia y comenzó a caminar hacia los dos chicos con la mirada hirviendo sobre los ojos de ellos.
Cuando se encontró lo suficientemente cerca, hizo chocar su hombro derecho contra el hombro izquierdo de Ethan, que se encontraba a la izquierda de Eliox y, con una mirada que podría haber asesinado al rubio, le cogió del brazo impidiéndole apartarse mientras le susurraba.
—¿Así que ahora juegas a ser amigo del rarito, Black? Siempre lo dije y no me cansaré de repetirlo, eres la escoria de Slytherin.
Y, tras decir aquello, se alejó de él y continuó su camino pisando fuerte allá por donde pasaba.
De reojo vio como los dos chicos lo seguían observando mientras se alejaba, Eliox Fretiur le susurro algo al rubio mientras buscaba su mano para agarrarla en señal de apoyo. Ethan se había quedado paralizado, no sabía que iban a hacer cuando descubrieran lo que él sentía por Eliox, sabía que era odiado por muchos y la casa de las serpientes lo odiaría también por juntarse con el raro.
A Bianca aquello le bastaba, había visto el brillo en los ojos de Ethan, aquel brillo le bastó para saber que no se equivocaba. Ethan era algo más que un simple amigo de aquel dispar y patético engendro de la naturaleza que se paseaba ahora por los pasillos como si desease recordarles a todos que los cazadores habían ganado solo temporalmente.
Pero para Bianca eso ya no importaba, porque ahora ganarían definitivamente y lo harían gracias a ella, porque sería ella quien descubriría para todos quién era la fuente.

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—Creo que no debes desanimarte, amigo. —Le comentó el chico mientras bajaba la vista, Brandon era más bajo que él—. Tal vez no era una escusa, lo más probable es que tenga que hacer algo de verdad ese día.
—O simplemente me ha rechazado antes de que se lo proponga. —Comentó el castaño desanimado—. Deja de intentar crearme falsas ilusiones.
—No es eso lo que intento, solo no me parece que tengas que rendirte con facilidad. —Austin sonrío—. ¿No has estado enamorado de esa chica desde hace ya bastante?
—Desde tercer año… —Le dijo el otro haciendo una mueca.
—Ya ves, mucho tiempo. Y ahora que has dado un paso, ¿Por qué intentas retroceder cinco?
—¡Es que a veces me intimida!
—¿Por qué?
—No lo sé, es una Slytherin… ¿No se supone que nos den miedo?
—A mi no me dan miedo los Slytherin. —Dijo frunciendo el ceño.
—Pero es que tú siempre has sido más valiente que yo.
— Tu problema, Brandon, es que tienes muy baja autoestima. —No sabía cuántas veces le había repetido aquello a su amigo, pero el otro jamás cambiaba su forma de ser.
—Es que soy algo torpe para hablar con la gente, así que ellos me miran mal y yo pienso que no les agrado…
—Sí, bueno eso es verdad. —Comentó y el otro lo miro sorprendido—. ¿Qué? Eres algo torpe, ¿recuerdas cuando nos conocimos? Te pregunte si me ayudabas con historia de la magia y tú simplemente balbuceaste cosas sin sentido, pero me senté a tu lado y intentaste ayudarme, de todas formas aunque entendí muy poco, me agradabas. Mi padre siempre me dijo que la gente como tu eran los mejores amigos que puedes tener, no eres una persona falsa.
—¿Lo extrañas? —Preguntó el chico de rulos—. ¿A tu padre?
Austin asintió bajando la mirada, su padre había sido la persona que más había admirado en la vida. Su muerte, había sido muy dura de afrontar para el chico. Pero minutos más tardes levanto la vista e intento sonreír.
—Lo importante ahora, es que no te rindas con Victoria. —Dijo, recordaba el nombre de la chica de memoria, con las miles de veces que Brandon había hablado de ella.
—Para ti es fácil, las chicas corren detrás de ti y puedes tener a la chica que desees. —Austin se carcajeo y a lo lejos vio pasar a Ameliée Davant.
—No, realmente. No todas… — Sonrío de costado, mientras recordaba las miles de veces que la pelirroja lo había ignorado.

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Observo la imagen otra vez, no podía creer que Abie y Alice habían sido hermanas en otra vida. Si bien, Rose le había explicado que en realidad Alyson, como se llamaba Abie en esa vida, había sido adoptada… De todas formas, era imposible de creer como la vida de todos ellos había esta unida con anterioridad.
“¿Sabes que nunca me di cuenta lo que tramaban las dos hasta el final?” Como siempre, se sorprendió al escuchar la voz de Rose. Emma estaba en su habitación, no había nadie excepto ella. Tendría que estar estudiando para un trabajo de herbología, pero no podía concentrarse.
—¿Qué cosa tramaban? —Le preguntó. “Las dos… estaban buscando la forma de protegernos. Alyson tenía un poder… Algo especial, creo que tenía que ver con el bosque”
—¿Y qué paso? —No entendía de que poder hablaba, solo podía pensar en el poder de Sam. “No, es distinto. Ella no podía hacer crecer cosas, o las cosas maravillosas que hacía Devonne con la tierra. Pero podía curar animales, revivirlos, también a las plantas. Podía hacerlo con lo que viviera en el bosque porque era algo así como su guardiana. Pero un día…”
—Deja de dar vueltas, ¿Qué sucedió? —Preguntó ella. Rose en su mente sonrío de costado “Mejor, te lo mostraré” en ese momento, como si de un sueño se tratase, ella vio ante sus ojos un escenario distinto al que estaba viviendo.

Un ambiente tenso flotaba en la habitación, las tres chicas se miraban entre sí esperando alguna noticia. Rose miro a Dawn, y esta miraba a su hermana.
Dawn estaba intentado tocar el piano, sin lograr concentrarme. Alyson miraba por la ventana, distraída, expectante. En aquel instante un ruido se escucho fuera del jardín, una nota del teclado lo acompaño, desafinada y resonando en sus oídos haciendo que apretaran los dientes. Pero a la castaña no le importo, se había levantado y ahora se acercaba a la puerta. Las tres chicas se abalanzaron hacia afuera, en el jardín encontraron el cuerpo sin vida de Devonne.
Dawn se llevo una mano a la boca con horror, Rose se quedo en la puerta, aturdida. En cambio, Aly corrió hacia la el cuerpo de su amiga, aun con lagrimas en su rostro ella la sostuvo con desesperación.
—Puedo intentarlo… —Dijo, Dawn al ver lo que quería hacer se fue acercando de a poco. La rubia puso sus manos en donde se encontraría el corazón de Devonne, ahora ya no palpitaba como cuando estaba viva. Y ella lo intento, puso toda su energía y voluntad. Intentaba conectarse con la tierra, con la naturaleza, con su bosque. Intentaba traer a la vida, aquello que había muerto. Pero una cosa era revivir plantas y otra muy distinta era revivir personas.
Fue en ese momento, en donde la madre naturaleza actuó. No podía, lo tenía que saber, intervenir contra el equilibrio de la vida. Estaba prohibido y no le habían brindado ese poder para que intente usar un poder divino como revivir personas.
Del suelo salieron raíces de árboles, que sujetaron las muñecas de Alyson.
—¡Aly! —Grito Dawn, Rose observo todo con una mirada confundida.
—¡No te acerques! —La castaña se paralizo a medio camino, solo porque una enredadera de ramas y raíces había empezado a crecer de la nada, impidiéndole pasar. Las manos de la rubia terminaron apoyadas en el césped, todavía sujetada por las raíces verdosas. Algo brillo, y sintió como era succionada una parte de ella, de su magia.
Porque lo que no sabía ella, era que todo tenía un precio. E intentar revivir a Devonne, sin éxito alguno, había logrado que le sacaron sus poderes, para siempre.

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When you start to believe. {Novela colectiva} - Página 10 Empty Re: When you start to believe. {Novela colectiva}

Mensaje por Nella † Miér 25 Jul 2012, 2:40 am

9 de febrero.
Lucy miraba fijamente los ojos azules que, como casi siempre, no estaban mirándola, pasaban sobre ella como si no tuviese ninguna importancia para ellos. Esos ojos azules con los que había soñado tantísimas veces, que la reconfortaban y le hacían sonreír... Los ojos azules de Niall Horan, los mismos ojos que ahora le perseguían en sus recuerdos pero, muy lejos de ser los ojos de Niall, aquellos ojos pertenecían a un armiño...
Ya se había repetido mil veces que aquella historia no tenía sentido, que Ameliée tenía razón y que ella estaba alucinando por el miedo pero... Si era así, por qué los recuerdos, en vez de hacerse más borrosos y tener vacíos, como cuando se alucina... ¿Se hacían cada vez más concretos?
Suspiró una vez más al ver al rubio comentarle algo a sus amigos haciéndoles reír a todos.
—¿Estás bien? —Susurró Ameliée a su lado. Lucy pestañeó varias veces saliendo de sus pensamientos y miró los ojos verdes de su amiga.
—Sí, claro. —La chica sonrió reconfortando a la pelirroja que continuó comiendo tranquilamente. Lo que no le había dicho es que iba a volver al bosque, iba a buscar alguna prueba de que ese armiño que tanto le recordaba a aquel rubio y que aquel caballo que le habían salvado la vida, existían y, luego, volvería para demostrarle que no estaba loca.
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Sus ojos se paseaban sobre todos y cada uno de los alumnos presentes en el gran comedor. Eran tan fríos y calculadores como si de los ojos de una auténtica serpiente se tratasen.
Permanecía inmóvil, observando, preguntándose quién podía ser la persona que buscaba.
De ninguna manera iba a permitir que aquella recompensa fuese para nadie más que para ella. Odiaba la idea de imaginar a Isaac dando palmaditas sobre la cabeza de Pansy mientras decía que era la mejor cazadora de todas. No. De ninguna manera ocurriría eso.
Se detuvo en la mesa de Gryffindor. Samantha era de esa casa, quizás la fuente se encontraba con ella.
Miró a la castaña hablando con Alice Goodrich, y los asquerosos pelirrojos que hablaban con la boca llena produciéndole repugnancia. Más allá estaban Genoveva y Hermione hablando con Harry Potter y, al otro lado, Annette y Chris, los primos de leones, hablaban entre ellos.
Quizás podía ser alguno de aquellos traidores a la sangre. Para ella sería un placer arrastrar a cualquiera de ellos hasta Isaac y verles morir para obtener aquella recompensa que el mismo hombre les había prometido.
Su mirada se posó entonces en la mesa de Ravenclaw. La mayoría de los hermanos pertenecían ahí. Emma, Eliox y Elizabeth estaban sentado cerca unos de otros hablando con Abie, Kayla, Terry y Damon.
Bianca reprimió una arcada ante el mal gusto de aquellos monstruos para escoger amigos; sangres sucias, odiosos hijos de muggles...
Miró en su mesa. Victoria pertenecía a Slytherin. Quizás Zayn Zabini, Louis Tomlinson, Liam Payne o Niall Horan eran la fuente, o tal vez Eustace Slightouth, al fin y al cabo, que fuese cazador no le libraba de la posibilidad de ser la fuente.
Se imaginó a sí misma llevando a Jennifer Thompson o a Calina Axfer a la muerte segura. Ambas eran las compañeras de habitación de Vicky, estaban cerca de ella...
En silencio se preguntó a sí misma si Hufflepuff tenía alguna posibilidad de ser la casa en la que se escondiese la persona que buscaba. Al fin y al cabo, ningún hermano estaba en Hufflepuff.
"Hufflepuff es para los perdedores, es a donde van a parar los idiotas que no son lo suficientemente superiores para ser Slytherin, ni lo suficientemente inteligentes para ser Ravenclaw ni tampoco lo suficientemente asquerosos para ser de Gryffindor... Hufflepuff es la escoria de Hogwarts" se dijo a sí misma.
Sin embargo, esa podría ser una buena táctica para esconder a alguien. Nadie sospecharía de un bueno para nada de bata amarilla y, últimamente, había visto algunas veces a alguno de ellos mezclarse con los fenómenos. Valeria Smith, Brandon Bellstrem, y Austin Sthormfiren.
Una idea cruzó por la cabeza de la chica haciéndola sonreír. Estaba claro que, costara lo que costase, no iba a permitir que nadie más que ella descubriese la identidad de la fuente.
No dejaría que nadie se le adelante, podría ser cualquiera, pero ella lo descubriría. Sería mucho más inteligente que aquellos pequeños monstruos con poderes. Estaba tan cerca de descubrirlo, lo sabía. Su mirada se poso en otra persona, y sonrío. Aquella sonrisa llena de malicia y satisfacción, podría aterrar a cualquiera.

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10 de febrero.
Emma y Terry se encontraban sentados juntos en la biblioteca. Ella suspiraba mientras él intentaba hacerle entender una de las lecciones sobre transformaciones que Emma no lograba comprender y, aunque confiaba en la explicación del chico porque estaba en un curso superior al de ella, no conseguía comprender aquella lección.
En aquel momento, entraron a la biblioteca Zayn y Niall. Éste último, al verla, se acerco a Emma. No sin antes hacerle una seña a Zayn para que viese a Emma, ellos eran amigos de Louis, y se extrañaron al ver a la castaña con otro chico. Aun sabiendo que los otros dos ya no estaban más juntos, era bastante obvio que los dos se querían.
—Hola, Emma. —Saludo el rubio acercándose a la mesa. Ésta levantó la vista y le sonrío al verlo.
—Niall, parece una eternidad desde que he hablado contigo. —Le dijo y es que era verdad. Hace un montón que no hablaba con el chico, aun a pesar de estar en la misma escuela. Si bien lo había visto varias veces, nunca había tenido la oportunidad de volver a hablar con él.
—Es verdad, ¿Es que me estabas evitando? —Comentó con diversión mientras sonreía mirando a Emma.
—Tal vez, es que tú descubrías todos mis secretos con mucha facilidad, eso era aterrador. —Niall era así, él parecía traspasar a las personas y ver lo que había en su mente. Siempre sabía que sentía o estaba pensando y eso le resultaba algo aterrador, sobre todo para una persona como Emma que tenía tantos secretos de los cuales no deseaba rememorar ninguno ni compartirlos con nadie.
—¡Es que soy muy observador!
—Demasiado. —Luego le sonrió, no se había dado cuenta que extrañaba hablar con el rubio hasta aquel momento en el que él se sentaba a su lado.
—¡Hola, yo también estoy aquí! He notado que me siguen ignorando. —La voz de Zayn se alzo al lado de ellos, y Emma lo miro con falsa sorpresa.
—¿Desde hace cuanto estas sentado ahí, Zabini? No lo había notado. —Su tono de voz inocente y burlona hicieron a Zayn fruncir el ceño.
—Que graciosa. —Dijo girando los ojos.
—¿ustedes vienen de su sala común? —Preguntó Emma cambiando de tema —. ¿Han visto a Victoria?
—¿Por qué preguntas? —Emma noto el interés en los ojos del chico moreno que hacía aquella pregunta, y fue ese interés por parte de él el que le hizo sonreír pícaramente aunque nadie hubiese parecido notarlo.
—Quiero hablar con ella. —respondió como si fuese algo obvio.
—¿Sobre qué? —Insistió Zayn.
—¿Qué te importa? Es mi amiga…
—Y es mí... —El chico lo pensó un instante —. Mi amiga, también.
—Ay, por favor. —Ella rodo los ojos y se rió, aquel chico era imposible. Emma no podía creer que él todavía no se haya dado cuenta de que Victoria lo quería, y es más algo le decía que las cosas estaban cambiando en la mente de Zayn. El interés por Vicky había aumentado, no podían ser imaginaciones suyas porque, aunque Vicky no le hubiese contado nada, estaba segura de que algo había ocurrido.
—¿Qué? —Quiso saber él al escucharla.
—Nada. —Contestó mientras hacia un gesto de que no importaba.
—¡Siempre he odiado que hagas eso, Nott! —Dijo alzando las manos y poniendo los ojos en blanco —. Desde que éramos pequeños.
—¿Sigues resentido porque siempre te he ganado en todo?
—Creo que nosotros somos los que hemos pasado a ser ignorados. —Niall y Terry habían estado observándolos hablar, planeaban decirles que no suban tanto la voz. Recordarles que seguían en una biblioteca, pero parecían más concentrados en burlarse una al otro.
—Ya lo creo. —Dijo el castaño.
—Lo siento, este ciego me distrae. —Comentó Emma mientras rodaba los ojos hacia Zayn y contenía la risa.
—¿Ciego?
—¿Qué? —Ella se volvió a hacer la tonta y miro confundida.
—¿Por qué me has dicho ciego?
—¿Yo? No he dicho nada. ¿Ustedes me escucharon decir algo? —Le pregunto a los chicos, y estos negaron con la cabeza. Emma sonrío y miro a Zayn —. ¿Ves?
—Pero…
Entonces, los tres presenciaron una escena allí en la biblioteca. Una chica había estado hablando con anterioridad con un chico de Gryffindor, ella sonreía y lo miraba con admiración. Pero en ese momento, una chica de Ravenclaw llego y con unas palabras se llevo al chico de allí. Dejando sola a la pobre Hufflepuff que seguía observando por donde se había ido el pelinegro, con un suspiro volvió hacer su tarea.
—Esas son las cosas que me exasperan. —Dijo Terry de repente y los tres lo miraron sorprendidos —. ¿Han visto? Es obvio que ella le quiere, y él no se da cuenta. Esas chicas, siempre están allí, en todo momento y cuando más lo necesitan. Pero nunca son notadas, ese amor ciego. Cuando tienes a una persona especial enfrente de tus ojos, una persona que te quiere y tú ni lo notas. Porque estas tan ciego pensando en que otra persona te ame, que no le das la oportunidad al que ya si te ama. A esa persona que daría todo por ti, y sin embargo, la otra persona no daría nada por ella. Es triste ¿no creen?
Emma bajo la mirada, no sin antes notar la sonrisa en el rostro de Zayn y el rostro confuso de Niall. Había sentido como Terry enfatizaba las palabras, como la observaba de reojo y como aquel discurso había sido una indirecta para ella. Para que abra los ojos y vea que él la quería, que siempre había estado ahí para ella, que él no le haría daño, y ella ya lo sabía. Pero solo lograría romperle el corazón, ya que por su mente siempre había una sola mirada, una sola sonrisa, un solo sentimiento, un solo chico, y tenía nombre y apellido: Louis Tomlinson.
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Cuando la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras había terminado, Bianca retuvo a Pansy del brazo y dirigió su mirada hasta Cursell que, al ver el fuego en los ojos de la chica, asintió esperando a que todos los alumnos se marchasen.
Una vez que la clase estuvo vacía del todo, que solo quedaban ellos tres dentro, Bianca se acercó al hombre arrastrando a Pansy por el brazo y escuchando las quejas de ésta.
—Tengo que hablar con Isaac. —Anunció Bianca.
—¿Para qué? —Preguntó Cursell levantando una ceja ante la seguridad de la chica.
—Porque ya sé quién es la fuente, lo he descubierto. —Contestó Bianca pensando para sí misma en la recompensa que había prometido Isaac.
Le bastaba con ser ella quien descubriese la fuente, con que todos abriesen los ojos y se diesen cuenta que ella era superior a ellos.
—¿Tan pronto? —Preguntó el hombre.
—¿Quién crees que es? —Le preguntó Pansy cruzándose de hombros mirando con recelo a Bianca. Quería ser ella quien lo descubriese.
—¿Crees que soy tonta? —Le espetó la chica a Pansy —. Si te lo digo vas a ir corriendo a decírselo tú antes... No, gracias, si he de decírselo a alguien será exclusivamente a Isaac.
—El señor está muy ocupado para atender simples suposiciones... —Le aseguró Cursell interesado en la respuesta de Bianca.
—No son simples suposiciones, profesor, son hechos, estoy totalmente segura de que sé quién es la fuente. No hay más que decir, ni tiempo que perder.
Cursell dirigió una mirada interrogante a Pansy que parecía guardar rencor a Bianca, pero no había más remedio que admitir su derrota.
Era verdad, no había tiempo que perder, tenían que ir a buscar a Isaac en aquel mismo momento.
La fuente había sido descubierta.

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11 de febrero.
Emma iba caminando por el jardín, hasta el árbol donde siempre pasaba su tiempo. Era un lindo día, el sol brillaba y aunque había un viento frío, era leve. Vio el árbol a lo lejos y sonrío, llevaba un libro en sus manos sobre animales fantásticos, era un volumen nuevo con mucha información.
—¡Hey, Emma! —Escuchó que gritaban detrás de ella, se giro para encontrarse con la melena color miel oscura de Austin.
—Austin. —Saludo con una sonrisa, desde que se había dado cuenta que Abie quería unirlos como pareja no había podido mirarlo a la cara sin reír. Es que sabía que ni por la cabeza del chico ni por la de ella, existía la idea de estar juntos. Pero Abie le gustaba soñar y no se fijaba si las dos personas sentían algo como para empezar.
—¡No he podido felicitarte por el partido! —Dijo cuando se acerco a ella, le sonrío. Tenía una sonrisa linda y fresca, se le formaban hoyuelos en el rostro. Y es que por más que Emma no sintiera nada por él, no quería decir que no podía apreciar la belleza.
—¿Te ha gustado el partido? —Preguntó mientras seguían caminando juntos—. Te escuche narrar, era un poco obvio quien querías que gane.
—No me molestaba que gane Slytherin… —Comentó, y ella se sorprendió al ver que había una persona que no odiaba ver como las serpientes iban por allí presumiendo después de ganar un partido—. Solo quería molestar a una… amiga.
Emma levanto las cejas y le sonrió.
—Una amiga de Slytherin por lo que veo… —Él asintió sonriendo de costado.
—Oye, ¿te ha pasado que un chico te guste te ignore? —Preguntó y ella se quedo pensativa.
—¿Te gusta algún chico? —Preguntó con una sonrisa, sabía que no quería decir aquello. Pero tenía ganas de molestarlo.
—Eh… no. —Dijo mientras la observaba divertido—. Me gusta una chica, hace tiempo, pero… Cada vez que intento hablarle o conquistarla… simplemente me ignora.
—Tal vez piense que no vales la pena… —Comentó y él la miro sorprendido y se echo a reír.
—Eres muy ruda para decirles las cosas a la gente. —Ella rió con él y se encogió de hombros.
—Es una hipótesis. —Luego hizo una mueca—. No sé si me han ignorado… Realmente el único chico que me gustado era mi amigo, y… eh teníamos una relación complicada.
—Ya veo… ¿Tomlinson? —Preguntó alzando las cejas, ella dio un respingón al escuchar el apellido de Louis en la boca de aquel chico.
—¿Cómo lo sabes? —Él rodo los ojos.
—Todo la escuela te ha visto con él cuando estaban juntos…—Ella hizo una mueca, ser una pareja tan vista no le gustaba—. ¿Qué ha pasado con él?
—Teníamos algunas diferencias… —Emma suspiró y se recostó contra el árbol. Tal vez si hubiese estado sentada no hubiese visto al chico con rulos que a lo lejos miraba para todos lados, como si estuviese perdido—. ¿Ese no es tu amigo?
Austin observo hacia donde ella miraba, y si definitivamente aquel chico era Brandon.
—Parece perdido… —Comentó ella con diversión.
—Me debe estar buscando… No tiene muchos amigos y no le gusta estar solo. —Él sonrío de costado—. Iré con él, ¿te molesta?
—Para nada, ve. —Le sonrío y él empezó a alejarse—. ¡Ah! Y Austin…
Él se volteo a mirarla cuando escucho su nombre.
—Solo sé tú mismo, intenta que ella te conozca… —Luego se encogió de hombros—. Buena suerte.
—¡Gracias, también a ti! —Dijo mientras sonreía de costado y empezaba a correr hasta el chico de rulos—. ¡Eh, Brandon!
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Las hojas y ramas del suelo se rompían cuando la chica las pisaba. Miraba a todos lados, insegura, temerosa de que alguien la siguiese.
Nunca se habría atrevido a entrar de nuevo en el bosque prohibido de no ser porque se había jurado a si misma demostrar a Ameliée que no estaba loca, que aquello no había sido una alucinación. Porque cada día que pasaba estaba más segura de que no lo había sido.
Llegó hasta el lugar en el que se había caído después de haber corrido por el bosque con el mortífago persiguiéndola. Miró a su alrededor. Aún podía ver las huellas en el suelo. Sus propias huellas entremezcladas con las del mortífago.
Recordó el dolor que había sentido cuando el hombre la había elevado por los aires y, después, la había hecho caer al suelo de golpe y sonrió al recordar cómo había desaparecido el dolor cuando el armiño la había curado.
Se sentó en el suelo reviviendo en su cabeza las imágenes. Renée abalanzándose sobre el hombre, un caballo pisando la mano del mortífago provocando que éste soltase la varita. Las garras de la gata clavándose en los ojos de él, al armiño corriendo hasta ella al escuchar el quejido que soltó al apoyarse en sus muñecas y tobillos, lo suave de la piel del animal, los ojos azules…
Entrecerró los ojos cuando un resplandor chocó contra ellos y se levantó para acercarse, sigilosamente, a un arbusto un poco más alejado de ahí, de donde había provenido el resplandor y se encontró, en el suelo, con un pequeño botón negro. Lo alzó contra la luz del sol y observó el destello de una pequeña serpiente verde en él. Era el botón de una bata de Slytherin.
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Emma suspiró dando vuelta a otra página del libro, no se podía concentrar. Después de hablar con Austin, no dejaba de pensar en Louis. La luz del sol desapareció y ella solo pensó que era una nube, hasta que escuchó una voz.
—Juegas con tu suerte, Nott. —La voz de Pansy, logro que apretara el libro con fuerza y levantara la vista—. No deberías andar sola por ahí, después de la muerte de tu amigo.
—¿Nadie te ha dicho? Él no ha muerto. —Dijo con una sonrisa mientras alzaba una ceja. Vio como los ojos de Pansy se llenaban de odio. A su lado, estaba Bianca, Daphne y Eustace como siempre. Pero lo que le sorprendió, es ver a Anneliese allí.
—Veamos si tú logras escapar de la muerte. —La morena alzo la varita, Emma ni siquiera se levanto simplemente alzo su varita también—. Tú eres el número dos.
—¡Expeliarmus! —gritó y la varita de Pansy salió volando. Pero no era suficiente, los otros cazadores la apuntaban, en sus manos estaba el anillo. Aquella piedra que le recordaba a Emma, como había sacado lo peor de ella. Como la había hecho inestable. Se levanto de golpe y el libro cayó al suelo.
—¡No dejen que se escape! —Emma solo tenía una opción, y era el bosque prohibido. Daphne que iba detrás de ella con los otros cazadores se pregunto porqué no gritaba, porque no pedía ayuda. Tal vez era por su orgullo, la castaña no quería que la vean como si fuera débil. O tal vez no deseaba meter a nadie más en aquello.
Siguió corriendo adentrándose al bosque, solo le basto darse vuelta una vez para ver que Pansy y Bianca competía por quien era más rápida, mientras lanzaban hechizos que ella intentaba esquivar. Más atrás venían detrás de ella los otros tres, aquellos que estaban allí por obligación.
—Mierda. —Dijo mientras una rama golpeaba contra su rostro, sentía que se arrastraban por su cara haciéndola sangrar pero seguía corriendo. Se llevo un tronco por delante y cayó al suelo, escucho las risas detrás de ella. Siseo y levanto la vista, unos ojos grises la observaban. La pelirroja estaba paralizada observándolos.
—¿Qué…? ¿Qué está pasando? —Preguntó y Emma se levanto con rapidez, no sabía si aquellos pararían al ver que había otra persona.
—Lucy la friki. —Dijo Pansy mientras negaba con la cabeza—. Un mal lugar y un mal momento.
Emma negó con la cabeza, no podían, ellos no matarían a la chica de Slytherin. No tenía nada que ver, era inocente.
—No. —Les dijo y ellos la observaron con las cejas alzadas. Levanto una mano como diciéndoles que les den un tiempo. Se dio media vuelta, aun sabiendo que corría el riesgo de que la maten. Se acerco a la pelirroja—. ¿Te llamas Lucy?
Ella asintió, miraba todo confundida.
—No te preocupes, les hice una broma y creo que no les gusto. —Dijo haciendo una mueca con gracia—. Tú eres de su casa, pero al parecer… No son amigos.
Lucy negó con la cabeza y Emma le sonrío, se acerco y susurro para que los otros no la escucharan.
—¿Puedes ir a buscar alguien de confianza? —Preguntó improvisando—. O Mcgonagall, no quiero terminar con orejas de burro o esas cosas, por su broma.
Lucy asintió y empezó a caminar con lentitud mientras miraba a los otros chicos con desconfianza.
—No la metan en esto. —Dijo Emma mientras todavía miraba a Lucy, y le daba la espalda a los cazadores. La pelirroja empezó a correr hacia el castillo, fue en ese momento que a lo lejos vio algo brillar. Como el fuego, pero siguió corriendo. Emma se dio media vuelta y los vio a ellos, estaban rodeados por un círculo de fuego. Miro el cielo y sonrío al ver el sol.
“Lo has hecho perfecto, Emma” la felicito Rose, ya que había logrado crear fuego.
—Pueden intentar matarme, si lo logran. —Emma sonrío y subió las llamas, logrando que una barrera de fuego se interpusiera entre ellos. Ella no sería la débil, los cazadores los habían subestimado demasiado ya.
Emma se alejo fuera del bosque prohibido, mientras los dejaba intentado apagar las llamas. Se iba riendo feliz, siguiendo los pasos de Lucy. Solo cuando llego a las puertas del castillo la vio llegar corriendo junto a Louis y Niall. Les sonrío y ellos se acercaron a ella.
—¿Estás bien? —Preguntó Lucy que al parecer había recuperado la voz. Ella asintió—. ¿No te han hecho nada?
—No, se fueron corriendo cuando tú te fuiste. Tenían miedo de que traigas a Mcgonagall. —Mintió. Louis la miro con los ojos entrecerrados, él sabía la verdad, no le creía. Se había asustado cuando Lucy les había dicho que Pansy estaba molestando a una chica de Ravenclaw en el bosque, y su sospecha se confirmo cuando la describió con rulos y ojos azules. Pero allí estaba Emma, y parecía bien. Él se acerco a ella y acaricio su mejilla borrando la sangre que había allí. Le sonrío de costado, siempre se asustaba y se preocupaba por ella. Aun cuando sabía que era lo suficiente fuerte para luchar contra cualquiera. Ella le devolvió la sonrisa, era picara y escondía secretos, sabía que le estaba diciendo que había ganado, por ahora.
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12 de febrero.
—Mira por dónde vas. —Espetó el chico de bata verde empujando al Hufflepuff a un lado.
El chico, impotente, bajó la mirada.
—Estúpidos Hufflepuffs… Ya ni siquiera son capaces de mantenerse alejados del camino de los demás —. Escupió otro chico de Slytherin.
Brandon miró a aquellos chicos con la boca hecha una fina línea firme.
—¿Qué ocurre contigo? ¿A caso no piensas pedir disculpas? —Interrogó uno de los Slytherin entre las sonoras risas de los demás mientras empujaba a Brandon provocando que éste diese algunos traspiés retrocediendo.
—¿No piensas decir nada?
—¿Te comió la lengua la serpiente? —Todos los presentes, a excepción del Hufflepuff, rieron con intensidad. Brandon, por su parte, se decía a sí mismo mentalmente que, si los ignoraba, quizás desaparecerían.
—Vamos, idiota, discúlpate con él. —Exigió otro de los Slytherins acercándose peligrosamente a Brandon mientras señalaba al chico que había chocado inicialmente contra él.
El Hufflepuff cerró los ojos esperando que, en algún momento, la mano de aquel chico impactase contra su cara.
—¿Por qué no vais a meteros con otra persona? —Abrió los ojos al reconocer la voz de Austin. Todos los Slytherins se giraron al mismo tiempo hasta el otro Hufflepuff.
—¿Y tú qué eres? ¿Su perro guardián o qué?
—Soy su amigo, ¿Sabéis lo que es eso? —Comentó con un aire burlón. Odiaba aquello, que la gente se metiera con otras personas. Su padre le había enseñado que no era de valientes, meterse con los más débiles. Austin entrecerró los ojos mientras se acercaba a Brandon.
—¿Estás bien? —Le preguntó. Brandon asintió rápidamente ante la pregunta de Austin. Desde que se habían hecho amigos, allá por tercer año. Austin había cuidado de Brandon como si fuera su hermano menor, el castaño jamás había aprendido a defenderse. Pero después nunca había tenido que aprender ya que Austin siempre estaba ahí para hacer frente por él.
—Claro que está bien. —Dijo el chico que había chocado contra Brandon—. Solo le pedimos que se disculpase por atravesarse en mi camino como si no fuese capaz de ver en dónde está parado.
Los de bata verde se rieron mirándose entre sí con entusiasmo.
Austin fijó su mirada en aquel chico. Era más alto que él, tenía el cabello rubio y los ojos marrones. Sus amigos eran cuatro, otro rubio y otros tres morenos, todos tenían más o menos la misma contextura e idéntica cara de idiotas.
—No tiene por qué disculparse cuando fuiste tú quien le empujó a él.
—Austin… —Susurró Brandon pidiendo con la mirada que se largasen de ahí. No le gustaba meterse en peleas, y conocía a Austin cuando se enojaba, cuando se encaprichaba en que las personas se comportaran de otra forma.
—¿Por qué mejor no haces caso a tu amigo y desapareces de mi vista, idiota? —El rubio de ojos marrones entrecerró los ojos fijándolos en Austin al mismo tiempo que sacaba su varita en una clara amenaza tan clara como si hubiese dicho: “Di una sola palabra más y tanto tú como tu amigo moriréis”
—¿O qué? —Desafió Austin.
—Estúpido Hufflepuff… —Exclamó el rubio apuntándole con su varita.
A lo lejos, Ameliée observaba la escena con sus pergaminos entre las manos. Al parecer iba a llegar tarde a clase.
—Déjales en paz, Markville. —Ordenó la pelirroja acercándose al grupo de chicos.
—Este no es tu problema, Davant. —Contestó el rubio.
Brandon miraba a la chica sorprendido mientras que Austin no apartaba su mirada, desafiante, del chico que tenía delante.
—Lo es porque llegas tarde a clase, y no te gustaría que McGonagall se enterase que vas por ahí amenazando con la varita a chicos de otras casas, ¿No es así?
—No se lo contarías…
—Puede que no pero… ¿Correrás el riesgo?
El Slytherin de cabellos de oro bajó su varita lentamente mirando con recelo a Ameliée, que le miraba resuelta con una ceja elevada.
—Vámonos de aquí. —Ordenó el chico a los demás sin apartar la mirada de la chica—. Se ve que siempre hay alguien dispuesto a arruinar las fiestas.
El grupo de chicos desapareció de la vista del trío y, solo en ese momento, Austin fue capaz de expulsar el aire que, hasta ahora no se había dado cuenta, que lo había tenía contenido.
—Gracias.—Dijo mirándola a los ojos, ella asintió. Brandon los observaba a los dos, como la chica bajaba la mirada y a Austin se le formaba una sonrisa en el rostro—. Como en segundo año, siempre estás ahí para salvarme.
En ese momento Ameliée levanto la mirada con una sonrisa al recordar como en segundo año, unos chicos estaban molestando al pequeño Austin, que en ese entonces no era tan valiente como ahora. Ella había llegado y se enfrento a los chicos diciéndoles que los acusaría con el director, al igual que ahora. Lo había ayudado a levantarse del suelo y Austin la miro con admiración, era una chica muy valiente y también madura, jamás había despegado los ojos de ella después de aquel momento.
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—¿Sabes algo? —Preguntó Jenny levantando la cabeza de improvisto y dejando de escribir en el pergamino con una sonrisa en el rostro.
Incluso antes de que continuase hablando Álvaro supo que estaba a punto de hacer alguno de sus irritantes chistes que jamás admitiría que, muy en el fondo, le hacían gracia.
—¿Qué? —La morena se aclaró la garganta sin borrar esa sonrisa de satisfacción en su rostro.
—Hace mucho creía que los Hufflepuffs erais insoportables… —Admitió la chica en tono teatral.
Álvaro se cruzó de brazos y frunció el ceño sin terminar de convencerse de que aquello acabaría como un cumplido.
—¿Y bien…?
—Pues ahora que te conozco... Lo he confirmado, sois insoportables. —Jenny rió con fuerza ante su propia creatividad y dejó a un lado la pluma para no manchar el trabajo que estaba haciendo.
—Muy graciosa. —Le contestó Álvaro sarcásticamente rodando los ojos —. Ahora termina el trabajo para que podamos acabar con esta tortura de tener que estar juntos…
La chica, aún sin dejar de reír, tomó su pluma y continuó escribiendo.
—Tienes que admitir que fue una buena broma…
—Oh, ¿Era una broma? Creí que realmente te resultaba tan insoportable como me lo resultas tú. —Contradijo Álvaro fingiendo sorpresa y confusión.
—Ja, Ja… Muy gracioso… —Le dijo la chica de ojos grises justo antes de ponerse en pie, cansada de escribir —. Me he aburrido.
—¿Te has aburrido? Tienes que terminar ese trabajo.
—No quiero hacerlo, me duele la mano. —Se quejó Jenny decidida.
—Pero…
—No puedes obligarme.
El chico suspiró frustrado, nunca había conocido a una chica tan cabezota como Jennifer.
—Como quieras.
—Pues claro que como quiera, ¿Qué creías que iba a ser como quisieras tú?
Y además, siempre quería tener la última palabra.
—Jennifer, Jennifer, Jennifer… Deberías cambiar ¿Sabes? Con esa actitud nunca encontrarás una cita para San Valentín. —Le dijo el chico justo antes de estallar en risas sinuosas, sabía que aquel era el punto débil de aquella chica; su ego.
—¡Pues claro que encontraré citas para San Valentín! —Espetó Jenny mirándole a los ojos y sentándose sobre una de las mesas —. De hecho, ya tengo una.
Álvaro, que la observaba, de pie desde un poco más lejos, no contuvo su risa burlona.
—Oh, sí, claro que sí… —Dijo con sarcasmo dejando claro que no le creía.
—¡Es cierto! —Chilló Jenny apretando los dientes —. Y estará conmigo todo el día… quizás seas tú que no tiene citas para San Valentín y estés intentando insinuárteme y, como vez que yo ya estoy ocupada, no quieres hacer frente a la realidad…
El chico estalló en una risa tan exagerada que Jenny pudo jurar que todos en un radio de diez kilómetros pudieron oírlo, a pesar de que estaban solos en aquella aula. La clase de pociones había terminado para todos excepto para ellos dos, que aún no habían pasado por escrito cómo descubrieron que se trataba de amorteina.
—Preferiría mil veces invitar a Hogsmeade a Annelise Lestrange antes que a ti.
La serpiente le miró confundida, sabía que Annelise no era de su agrado pero nunca le había preguntado por qué había salido corriendo cuando estaban buscando libros en la biblioteca sobre pociones y Annelise había aparecido ahí.
—¿La vas a invitar a Hogsmeade? —Preguntó con repentina curiosidad, ¿Tendría de verdad alguna cita?
—¿A Annelise? ¿Estás demente? ¿Cómo voy a invitarla? —Le gritó Álvaro sobresaltado, como si Jenny se hubiese vuelto loca y, al darse cuenta de su reacción, se tranquilizó un poco y la miró sonriendo pícaramente, con superioridad, como de costumbre—. Decepcionaría al millón de chicas que me han pedido ya una cita, ¿Sabes? Prefiero decir que no a todas, así me mantengo interesante y ahorro peleas entre ella… Además, son todos tan geniales que sería imposible elegir a una sola.
Entonces, la que rió exageradamente fue Jenny.
—Sí, ¿Estás seguro de que hablas de chicas o de sus mascotas? Eres consciente de que las lechuzas no cuentan como citas, ¿No?
—Muy graciosa pero no, no se trata de lechuzas. —Contestó Álvaro sonriendo sarcásticamente a Jenny y volviendo a su seriedad.
—Vamos, Álvaro, no te desanimes, seguro que de aquí al catorce logras conseguir una cita real aunque… suerte con eso.
Y, dicho eso, Jenny se puso de pie entre risas y salió de aquella clase recordándose a sí misma que, en realidad, no tenía ninguna cita para el día de San Valentín y si era verdad que él si tenía citas… Quedaría en ridículo delante de aquel Hufflepuff.
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13 de febrero.
Le temblaban las manos y se le entrecortaba la respiración. Esa misma mañana Ameliée le había recordado que solo quedaba un día para San Valentín y que tenía que armarse de valor y hablar con él, pero era tan difícil…
Dio un par de pasos insegura hacia él. Estaba hablando con Liam Payne mientras reía sobre algo que le había dicho.
Tragó saliva y, cuando Niall levantó la mirada para clavarla en ella, solo fue capaz de recordar una única palabra.
—Hola. —Susurró Lucy torpemente.
—Hola. —Saludó Niall sonriendo—. ¿Qué tal estás, Lucy?
—Hola. —Saludó Liam también sin interés.
Tragó saliva, sabía su nombre. Claro que, lo habría escuchado mil veces, al fin y al cabo estaban en la misma casa, pero para ella era inimaginable que él supiese su nombre.
—Y-yo… —Tartamudeó Lucía—. Estoy bien… Me… Me preguntaba si tú… Si… Ya sabes, si tenías… bueno…
Niall alzó ambas cejas animándole a hablar, no entendía nada de lo que balbuceaba aquella chica. Liam, por su parte, la observó con curiosidad, la manera en que clavaba sus ojos en Niall tan nerviosa…
—¿Qué te preguntabas? —Ayudó Niall. La castaña bajó los ojos hasta el suelo decepcionada. Le era imposible, no podía hablar con él.
—Nada… Olvídalo… —Tragó saliva ensayando una de sus mejores sonrisas que, a ambos chicos, les pareció un débil intento por ocultar algo pero, antes de que pudiesen decir nada al respecto, Lucy desapareció del lugar.
—Vaya…—Susurró Liam conteniendo la risa.
—¿Qué ocurre? —Preguntó Niall.
—¿No lo has notado? Se ha puesto nerviosa… —Liam rió mirando la cara del rubio que parecía no comprender aquello.
—Lo sé, pero no entiendo por qué.
—¡Porque le gustas! —Espetó Liam riéndose—. Y eso que a penas la conoces, tienes gancho con las chicas, Niall.
—No tienes ni idea de lo que dices. —Ambos chicos rieron pero el de ojos azules como el cielo, como los armiños, se quedó mirando fijamente el lugar por el que había desaparecido Lucy, preguntándose qué sería lo que le ocurriría realmente a la chica.
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Encontró a Emma en la biblioteca con un libro entre sus manos. Sabía que siempre había amado estar ahí así que cada vez que la buscaba era al primer lugar al que iba. La castaña pasaba pagina con delicadeza y leía con atención, pasaba tanto tiempo entre libros.
—Emma… —Le susurró acercándose a ella—. ¿Podemos hablar?
La ojiazul miró a Vicky con una pequeña sonrisa en los labios.
—Claro, dime. —Victoria respiró hondo mientras Emma regresaba su mirada al libro que seguía abierto entre sus manos.
—¿Recuerdas cuando hace mucho insinuaste que me gustaba Zayn?
—Ahám. —Emma sonrió entendiendo a dónde quería ir a parar su hermana. Levanto la vista del libro, si bien pocas cosas le parecían más interesantes que un libro, aquello iba por un buen camino como para llamar su atención.
—Pues… han ocurrido algunas cosas y… Bueno…
—Espera. —Le interrumpió Emma, estaba intentado no sonreír por miedo a aquello eche atrás a lo que la pelinegra intentaba decir—. ¿A qué cosas te refieres?
Victoria se mordió el labio al mismo tiempo que suspiraba. Necesitaba hablar con Emma y para eso tenía que explicarle todo lo ocurrido.
—Bueno… —Vicky tomó aire antes de contarle todo lo ocurrido a Emma. Cada palabra que decía era una sensación que revivía. Ema escuchaba con una mezcla de sorpresa, todo lo que había pasado y la Victoria había ocultado. Si bien, sabía que su amiga no era de esas chicas que apenas pasaba algo con el chico que le gustaba correría a contárselo con lujos de detalles. Si Victoria le estaba contando todo aquello, era porque necesitaba contarle algo al final. Entonces empezó a por narrar lo ocurrido el día de la muerte de Harry, cómo había escuchado a Zayn decir que amaba a Alice, la rosa azul, lo débil que se había sentido cuando había llorado diciéndole que estaba ciego, cómo había aparecido de la nada justo antes de que Poppy pudiese matarla, cómo se había sentido al vengar la muerte de sus padres. Recordó incluso contarle lo que le habían dicho Calina y Jenny cuando Zayn le había devuelto su varita unos días atrás.
—Vaya… —Dijo Emma, que hacía ya rato había cerrado el libro, mirando a Vicky con las cejas levantadas —. Entonces ¿vienes a que te diga “Te lo dije”?
Emma rió al mismo tiempo que Vicky suspiraba.
—No… No es eso, es solo que… —Victoria suspiró débilmente mientras bajaba la mirada.
—Vicky, escucha, no tienes por qué tener miedo de querer a alguien. —Era gracioso, que lo diga ella. Pero gracias a Louis, ella había aprendido aquello. Amar no era algo malo, no importaba que después uno saliera lastimado. Pero no deberías tener miedo a amar, porque era una sensación maravillosa.
—¿Y si le hacen daño por mi culpa? —Quiso saber Vicky, y la castaña entendio por donde iba la otra chica. Su miedo no era amar, su miedo era que la gente que amaba terminara lastimada—. ¿Y si él no siente lo mismo? Él ya lo ha dicho, Emma, él ama a Alice…
—Y también te ha dicho que tenías razón, que ha estado ciego… Quizás eso signifique algo, Vicky, algo en él ha cambiado, tienes que correr el riesgo y enfrentarte a lo que sientes. Siempre y cuando eso te haga feliz.
La morena levantó la cabeza preguntándose a sí misma si era realmente feliz cuando estaba con Zayn.
—Yo…
—Hablando del rey de roma. —Susurró Emma señalando con su cabeza hacia la puerta, por donde entraba Zayn. Victoria le miró fijamente en silencio.
—¿Sabes? Una vez alguien me dijo que cuando te enamorabas de alguien no había vuelta atrás, que estabas perdido para siempre, y yo he intentado olvidarme tantas veces de él y no lo he logrado nunca así que…—Le susurró a Emma al mismo tiempo que Zayn se giraba hacia ellas y sonreía ampliamente a manera de saludo, consiguiendo que una pequeña sonrisa tímida se asomase en el rostro de Vicky, que bajó la mirada de nuevo sin ocultar aquella sonrisa—. Supongo que tenía razón.


14 de febrero.
Hoy no había clases por San Valentín, y tres chicas de Ravenclaw estaban paradas juntas mientras observaban como todos corrían de aquí para allá preparándose para el viaje a Hogsmeade.
—¿Alguien les ha pedido ser su pareja hoy? —Preguntó Luna con una sonrisa. Claire hizo una mueca y Emma negó con la cabeza—. Podríamos pasar este día juntas, así no estamos solas.
—Me parece una idea estupenda. —Dijo Emma mientras sonreía, en ese momento vio como se acercaba Terry corriendo.
—¡Emma! —Ella frunció el ceño y negó con la cabeza, el chico se llevaba a todos por delante y mucha gente le gritaba cosas, pero él los ignoraba.
—¿Qué sucede, Terry? —Le sonrío, había pasado poco tiempo con él estos días. Ya que él había dejado casi toda su tarea para el final, y cuando estaban juntos era para terminar algunas tareas.
—Yo… Yo… —Ahí estaba otra vez, tartamudeando. Su balbuceo hacía sido muy frecuente últimamente, quería decirle algo pero no se animaba.
—¿Tú qué? —Se mordió el labio para no reírse, le causaba ternura y risa cuando se ponía nervioso.
—¿Tienes pareja para el día de San Valentin? —Emma pego un respingón al ver a Luna a su lado, ella le había preguntado aquello a Terry, el negó con la cabeza.
—Tal vez quieras pasarlo con nosotras… —Dijo la rubia con una sonrisa—. Tampoco tenemos pareja, ¡Estoy segura que nos divertiremos!
Él se quedo callado, con la boca entreabierta sin saber que decir. Estaba pensando si le convenía aquello o no, si bien Terry solo pensaba invitar a Emma, ahora tendría la oportunidad de pasar tiempo con ella sin tener que pasar la vergüenza de que ella se negara. Pero también estaba la parte donde no estarían solos.
Vio como una chica de cabello rubio oscuro se acercaba a ellos, Emma le sonrío ya que la conocía. No hablaba con ella, pero era Kaylee, la hermana de Thomas.
—Hola, Terry. —Dijo con timidez, el chico parpadeo y la observo—. Me estaba preguntado… Si tienes pareja para el día de San Valentin.
Emma se sorprendió al escucharla, y observo a Terry que la miraba paralizado, él la observo de reojo. Después de quedarse unos minutos pensando negó con la cabeza.
—Me preguntaba si querías ser mi pareja… Para este día, digo eh. —Las mejillas de las chicas se pusieron de color rosa y bajo la mirada. Emma vio como Terry con algo de sorpresa sonreía, su pecho se alzaba y supo que se estaba sintiendo alagado.
—Claro, me encantaría. —Respondió, y Emma lo miro con la boca abierta de la sorpresa. Últimamente había pensado que los sentimientos de Terry eran hacia ella, pero ahora él iba y aceptaba salir con otra chica. ¡Y en el día de San Valentín! Él sonrío al ver como la castaña fruncía el ceño con disgusto, había intentado ver si podía ponerla celosa y al parecer lo había logrado, porque dentro de Emma una molestia crecía al ver que había aceptado salir con otra. No le gustaba Terry, lo sabía, pero tampoco le gustaba ver que él aceptaba salir con otra chica. Nunca había pensando que era tan egoísta.
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—Podríamos ir a las tres escobas. —Dijo Ethan mientras se encogió de hombros. Estaban parados en el medio del camino. Los alumnos iban de aquí para allá recorriendo Hogsmeade en esa mañana.
—¿Por qué no el salón de té de Madam Pudipié? —Él verdiazul lo miro de reojo. El rubio hizo una mueca—. ¿Qué? ¿No quieres que te vean conmigo allí?
—¿Por qué dices eso? —Preguntó Ethan, aunque había un tono distinto, algo más a la defensiva.
—He notado que desde que Bianca nos vio juntos estas más… distante. —Eliox bajo la mirada, no iba a dejar que notara que eso le molestaba o que le dolía. Ethan se mordió el labio y después le sonrío de costado.
—Vamos, tomaremos algún té y galletas si tanto lo deseas. —Su tono burlón hizo que Eliox levantara el rostro y lo observará, mejor así porque se hubiese perdido de ver su sonrisa. Ethan le guiño un ojo y lo agarro de la mano, mientras que lo arrastraba hasta el lugar donde estaba lleno de parejas enamoradas. Al ver tantas parejas juntas y solo recordar que era un lugar donde iban todos los enamorados, el chico se sonrojo, pero cuando sintió que el verdiazul apretaba su mano en señal de apoyo siguió adelante con su típica sonrisa.
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Observó desde su sitio al chico de gafas redondas reír junto a sus amigos de Gryffindor y sintió la sangre hervir dentro de ella. Ni siquiera había tenido la decencia de invitarle a pasar el día con él.
Dio un largo sorbo a la cerveza de mantequilla sin despegar la mirada del grupo de leones.
—Así que esa era tu “cita” ¿Eh? —Comentó, burlona, una voz tras ella—. Harry Potter… ¡Menudo fiasco para ti!
Y, escuchó el resonar de la risa burlona que había estado intentando evitar oír a lo largo de toda la mañana.
—Cállate, Meanlight. —Le dijo sin ni siquiera mirarle—. Porque tampoco veo a ningún ejército de chicas desesperadas por estar aquí contigo.
Álvaro miró a Jenny, no había dicho aquello en el tono bromista con el que siempre se hablaban sino de forma hiriente, realmente deseaba ser dura con él y eso se podía sentir en la inyección de veneno que venía acompañada con cada palabra que decía.
—Eso es porque, al parecer, soy tan perfecto que las asusto…
Jennifer dirigió su mirada hasta él y, tras ver el gesto de suficiencia con el que la miraba no pudo evitar olvidarse por unos segundos del idiota de Potter y la segunda vez que la dejaba de lado y reír.
—Eres idiota.
—Soy perfecto. —Le contradijo Álvaro haciéndose el ofendido.
—Eres perfectamente idiota. —Remató Jenny poniéndose de pie—. Bueno, pues en vista de que al parecer no voy a tener ninguna cita y de que tus admiradoras imaginarias no hacen acto de presencia… Te permitiré el honor de acompañarme a Honeydukes a comprar algunas ranas de chocolate.
El chico miró a Jenny levantando una ceja.
—Solo quiero dejar claro que, cuando mis admiradoras aparezcan y quieran asesinarte… Yo no me haré responsable de eso.
Jenny viró los ojos conteniendo una carcajada.
—Correré el riesgo. —Y, ante la mirada atenta de un Gryffindor, Álvaro y Jenny salieron juntos de las tres escobas.
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Caminó lentamente con una rosa entre las manos. Mirando siempre hacia el suelo. Sabía de memoria la dirección a la que debía ir, se la había aprendido de memoria desde el primer día que había estado ahí, hacía ya un año.
—Hola... —Susurró cuando llegó al lugar indicado.
Los rayos del sol danzaban juguetonamente entre la niebla perdiéndose entre ella, sin conseguir encontrarse unos a otros, como si una espesa aura de dolor no les permitiese tocar el suelo, haciendo que el lugar tuviese un aspecto tétrico, típico de un cementerio.
Levantó su vista y la clavó en la lápida que estaba frente a ella.
"Bernette y Stephen Slightouth".
Tragó saliva arrodillándose en el lugar, recordando los ojos intensos de su madre y la sonrisa –siempre torcida- de su padre.
—No he olvidado que los catorce de febrero es vuestro aniversario. —Anunció como si intentase hacerles sentir orgullosos de ella—. Le he traído una rosa a mamá.
Enseño la rosa roja como la sangre y la dejó sobre el suelo liso asfaltado bajo el cual se encontraban sus padres.
—Sé que mamá siempre preguntaba por qué solía faltar una rosa en el ramo... Es hora de que sepa que era porque siempre me dabas una a mí, ¿No, papá?
Sonrió con melancolía mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Recordó cómo cada catorce de febrero su padre entraba por la puerta de su habitación con doce rosas en la mano, como acostumbró a hacer desde que Bernette, cuando eran jóvenes, le había confesado que siempre le había parecido tierna aquella costumbre muggle. Entonces, el hombre sacaba una flor del ramo y la acercaba al rostro de su hija, que reía mientras la olía y decían que eran perfectas. Segundos después, Victoria corría al baño para llenar un vaso de agua y conservar aquella rosa el mayor tiempo posible.
—Eliox murió y volvió a despertar... —Otra lágrima resbaló por la mejilla de Vicky haciéndola ahogarse mientras sonreía amargamente—. ¿Sería muy difícil si os pido que hagáis lo mismo?
Tragó saliva tratando de tranquilizarse.
—Os echo de menos. —Susurró pasando su mano por la inscripción de la lápida—. Muchísimo... No es justo que no haya podido saber nunca si… Si sabíais quién era en realidad...
Tembló bajo el frío tacto de la piedra al mismo tiempo que otra lágrima se abría paso, temerosa, por su mejilla.
—Ojalá pudieseis estar aquí conmigo. —Susurró Vicky mirando la lápida—. Estar aquí y conocerlos a todos… a Emma, Sam, Beth, Eliox… Estoy segura de que mamá se entendería perfectamente con Beth, ella es tan dulce… y papá, tú llevarías bien con Emma, ella siempre es fuerte, estoy segura de que admirarías la fuerza que tiene.
Se limpió las lágrimas con el reverso de la mano mientras reía levemente.
—Además, tendríais que conocer a Jenny y Calina… Cuando hablan de chicos no hay quien las pare. —Dijo, recordando las veces que Jennifer negaba con la cabeza mientras Calina canturreaba los nombres de los novios que había tenido la de ojos grises—. Y Niall y Liam… Adoran el Quidditch, como papá, aunque, igual que Brandon, no juegan, eso solo lo hacen Louis y…
La morena se sonrojó de repente mientras sonreía mirando la lápida.
—Y Zayn. Os contaría en qué posición juegan pero… Nunca fui buena para entender el Quidditch, papá lo sabe—. Suspiró profundamente recordando a su padre mientras trataba de explicarle las reglas de aquel juego en vano.
Acomodó un mechón de su cabello tras su oreja y miró la rosa sobre la tumba.
—No es necesario decir cuánto os echo de menos. —Susurró Vicky tristemente, con la soledad impresa en sus ojos negros mientras se levantaba del suelo—. Feliz aniversario papá… Feliz aniversario mamá… Os quiero.
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Estaba en el Gran Comedor. Le gustaba cómo había sido decorado para ese día. Suspiró para sí misma pensando que a su madre también le habría gustado.
Miró a su alrededor, hacía ya rato que había acabado el almuerzo y todos los alumnos habían salido corriendo hacia fuera en cuanto habían acabado su comida. Todos querían disfrutar de aquel día, se habían organizado varias actividades para los enamorados y aquellos que quisiesen recordar aquel día de una manera especial.
Aún recordaba la sorpresa que se había llevado cuando Calina le había encontrado regresando del cementerio de Hogsmeade y, muy lejos de preguntarle qué hacía ahí, comenzó a gritarle que había visto a Jenny con otro chico que no era Harry.
Rió levemente recordando la expresión del rostro de Axfer. Sus ojos brillantes, su gran sonrisa digna de una reina de los rumores.
—¿Por qué tan sola? —Levantó rápidamente la mirada hacia la puerta del comedor y sonrió al ver a Brandon con su sonrisa ladeada de pie con las puertas abiertas tras él.
Él, al verla encogerse de hombros bajó la mirada.
—Pensé que quizás querrías… bueno… ya sabes… venir fuera. —Regresó la mirada a ella—. En un rato vendrá Alistair a instalar su tienda mágica aquí.
Victoria torció los labios mirándole.
—¿Una tienda mágica?
—Sí, ¿No has visto el itinerario?
—¿Hay un itinerario?
La morena rió reconociendo para sí misma que no tenía ni idea de lo que se tenía planeado para aquel día.
—Sí, mira… —El chico metió una mano en su bata y se acercó a Vicky para entregarle el papel arrugado que tenía ahí. Victoria lo tomó entre sus manos y con cuidado deshizo el nudo que estaba hecho el papel y leyó atentamente lo que ponía.
—Bien, vamos fuera. —Se puso de pie decidida tras leer el papel ante la mirada sorprendida de Brandon, Llegó hasta la puerta y, al ver que él no le seguía, se giró y le hizo gestos con las manos.
—Vamos, no quiero que se acaben las ranas con chocolate de Sprout. —Victoria sonrió al igual que Brandon mientras se acercaba a ella. Acababa de tomar una decisión, para sus padres aquel día siempre había sido un día lleno de amor y de diversión y, por ellos, se divertiría como nunca.
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Caminaba entre la multitud, hacia la salida del castillo con Zayn por delante de ella.
Brandon le había llevado al puestecillo improvisado donde Sprout vendía dulces y flores. Había comprado algunas ranas de chocolates y grajeas y habían ido juntos por los pasillos, observando los demás puestos mientras compartían las grajeas. Se habían entretenido cogiendo una grajea, enseñándosela al otro para que intentase adivinar de qué sabor era y, después, comerla para confirmarle si había acertado o no.
—Hmmm… Lagartija. —Había dicho Brandon.
Vicky había reído mirando al muchacho.
—Brandon, creo que ese sabor no existe.
—¡Claro que existe! —Había insistido él.
—Muy bien, si tú lo dices.
Había comido aquella grajea y la había saboreado justo antes de dar su veredicto.
—No sé a qué sabrá una lagartija, pero esa era una grajea sabor a chocolate.
Tras pensarlo unos segundos, Brandon chasqueó la lengua.
—Pues claro, así es como saben las lagartijas.
Victoria había reído y le había mirado negando con la cabeza.
—¿Qué clase de lagartijas saben a chocolate?
—Las lagartijas de chocolate, obvio. —Ambos habían reído ante aquel comentario de Brandon tras el cual Vicky se había limitado a ofrecerle otra grajea.
—Estoy segura de que esta es sabor tortuga.
—¿Y a qué saben las tortugas? —Preguntó el chico conteniendo la risa.
—Te lo diré después de que pruebes la grajea.
Había reído estando con Brandon hasta la hora de la cena, en la que se separaron para ir cada uno a su mesa correspondiente. Y, al salir del gran comedor, Zayn había interrumpido su camino diciéndole que había algo que quería mostrarle y la había llevado hasta el puesto de fotos mágicas justo después de haberle mostrado cómo, en el lago negro, Hagrid había reunido sirenas y Grindylows para dar paseos. En ninguno de esos momentos su corazón había dejado de latir con fuerza.
Pero lo que Vicky realmente deseaba ver aquella noche eran los fuegos artificiales. Los párpados comenzaban a pesarle y se había descubierto a sí misma bostezando unos minutos atrás, pero nada de eso importaba en aquel momento en el que el reloj estaba a punto de marcar media noche y Zayn sostenía su mano para que no se perdiese entre la multitud.
Una vez fuera, sintió el aire chocando contra su rostro y revolviendo su cabello mientras Zayn soltaba su mano y señalaba hacia el cielo estrellado.
—Es ahí donde se verán. —Anunció el chico mirando el rostro de emoción de Vicky.
—¿Cuánto queda? —preguntó ella desviando su mirada hasta el chico.
—Un minuto más o menos.
—Bien.
Miró a su alrededor, todo Hogwarts parecía estar fuera en aquel momento.
—Hoy no te vi por Hogsmeade.
Victoria regresó su mirada hasta él. Temía quedarse en silencio demasiado tiempo mientras le miraba y que él pudiese escuchar el latido de su corazón que amenazaba con salirse de su pecho.
—Bueno yo…
—¿Estuviste cerca de las tres escobas?
—No. —Confesó Victoria bajando la mirada—. Estuve en el cementerio.
La culpabilidad palpitó en los ojos de Zayn. Acababa de meter la pata.
—Lo siento… —Susurró el chico mordiéndose el labio interior sabiendo que, si Vicky había ido al cementerio, era porque ahí estarían sus padres.
—No pasa nada. —Dijo Vicky segura.
El chico la miró a los ojos durante unos segundos tras los cuales sonrió tiernamente mientras Vicky tenía sus ojos puestos en él sin entender por qué le miraba de aquella manera, como si de un momento a otro ella hubiese pasado a ser tan hermosa como él decía que era Alice Goodrich.
—Vicky, yo…
—¡Ya ha comenzado! —Le interrumpió Vicky con emoción señalando detrás de él uno de los fuegos artificiales que en ese momento explotaba en el cielo inundando el lugar de colores.
Zayn se hizo a un lado para observar cómo los colores se entremezclaban en el cielo y luego mirar a Vicky que tenía los ojos fijos en el cielo. En aquel momento los ojos de ella brillaban con intensidad, tenía una sonrisa en los labios y, en secreto, Zayn capturó aquella imagen mentalmente, solo para él.
Clavó su mirada en el cielo, donde las luces de colores explotaban formando figuras que Vicky estuvo segura de que necesitaban magia para ser posibles.
En aquel momento, Victoria sintió el brazo del moreno rodear sus hombros. Desvió su mirada hasta él al momento que su corazón se olvidaba de seguir latiendo. Él estaba con la mirada fija en el cielo, sonriendo tranquilo, feliz, reconfortado… Mientras ella se sentía temblar bajo su brazo.
Cuando su corazón por fin recordó que debía continuar latiendo, lo hizo a tal velocidad que Vicky tuvo que dejar de mirar de reojo a Zayn y concentrarse en los colores de las luces que decoraban el cielo para no desplomarse en el suelo y, aunque ella no lo hubiese notado, su rostro estaba decorado con una sonrisa tan sincera como el brillo de sus ojos.
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Ethan iba camino al bosque prohibido, miraba divertido la carta de Eliox. Le había dicho que lo esperé allí. Estaba pensando en llegar y bromear con que no podía pasar dos segundos sin él. Ya que había pasado todo el día juntos. Habían paseado juntos por el lago negro, Eliox se había reído cuando Ethan se asusto al ver una sirena aparecer de repente ante ellos. Habían hecho casi todas las actividades juntos, se habían despedido hace poco porque ya era hora de dormir. Pero aun así cuando había llegado a su habitación había encontrado una lechuza con una carta del chico.
Lo esperaba en el bosque, había dicho. Y hacia allí se adentro Ethan, ante la oscuridad de la noche. Camino largo tiempo hasta llegar al lugar donde le indicaba la carta, fue en ese momento que escucho unos pasos.
—Hola, Ethan. —Él se dio media vuelta al escuchar su nombre, con una sonrisa en su rostro. Pero se congelo, no era Eliox quien lo esperaba.
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Emma había escuchado los fuegos artificiales desde la biblioteca, suspiró una vez más. Se mordió el labio al pensar con quien estaría Louis viéndolos. Siguió viendo con fijeza la vela que estaba frente a ella, el lugar estaba vacío, todo el mundo se encontraba yendo a sus camas a dormir. Y ella debería hacer lo mismo, solo que aquel día nadie se había acercado a cerrar la biblioteca y ella lo había aprovechado.
Se había quedado allí hace un largo tiempo, después de pasar horas y horas con Claire, Luna y al final más tarde también se les había unido Sam. Había pasado un gran día con ellas, pero por su mente un castaño revoleteaba todo el tiempo.
Ella entrecerró los ojos observando el fuego, estaba intentado manejarlo, hacerlo crecer de a poco. Si no hubiese estado tan concentrada, tal vez hubiese escuchado los pasos. Pero de repente el fuego creció alto, potente y lleno de poder. Sorprendida se echo hacía atrás y el fuego se extinguió. Una mano toco su hombro y dio media vuelta con el corazón latiéndole a mil.
—¿Cómo has hecho eso? —Le pregunto el ojiverde. Ella lo miro sin saber que decir, con los ojos descolocados—. No te preocupes, no le diré a nadie. Has usado el incendio ¿no?
Ella asintió con la cabeza con rapidez. Se había sentido tan poderosa y llena de energía en ese momento. El azabache frunció el ceño y la observo devuelta con detenimiento.
—¿Has escondido tu varita? —Solo en ese momento se dio cuenta que no la tenía en la mano, pero podría decir que estaba practicando hechizos con la mente. Tal vez, si solo tuviera suerte, Harry Potter se lo creería.
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Los pasos retumban en el lugar, las sonrisas llenas de satisfacción de las personas de aquella habitación, daban escalofríos. Parecía que tramaban algo malo, te daba una sensación horrible.
—¿Es él? —Preguntó Isaac con incredulidad. No podía creer que hubiesen actuado tan rápido, tal vez aquellos niños no eran tan inservibles como parecían. Curcell asintió a su lado, miro hacia donde estaba la silla, una persona estaba sentada allí con los ojos vendados.
—¿Tan fácil ha sido? —Comentó con algo de decepción, le gustaban los retos difíciles.
—Es muy fácil de engañar, señor. —Él asintió con la cabeza comprendiendo—. ¿Lo mataremos?
—No, no todavía. —Isaac paseo alrededor de la silla—. Quiero estar seguro de que no se han equivocado.
—¿Entonces qué haremos? —Preguntó el ojigris con impaciencia.
—Por ahora, puedes llamar a los cazadores. —Él hizo una señal con la mano—. Déjalos que se diviertan con él.
John asintió y salió de la habitación, cuando volvió los cazadores más viejos y los más jóvenes estaban con él.
—He aquí mis queridos. —Dijo Isaac mientras se levantaba y se acercaba a ellos—. Nuestras querida Bianca nos han traído algo muy valioso.
Bianca sonrío con egocentrismo, su madre la miro con orgullo. A su lado Pansy desprendía envidia.
—Pueden divertirse por ahora, hemos capturado a la fuente. —Y ante la mirada de sorpresa de varias personas, pero sobre todo de Eustace que le conocía. Le sacaron la venda al chico, para mostrar los ojos verdes del rubio, Ethan Black los miro lleno de confusión y pánico.
Nella †
Nella †


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Mensaje por W I N T E R is coming. † Miér 25 Jul 2012, 9:28 am

Cammi escribió:
YassGenao escribió:
Cammi escribió:¡ESTAS AMENAZANDO CON PERSONAJES! D:
Eso no se vale xd

"Si sufre una, tienen que sufrir todas" u.u

WHAT D:
¡ESPERO QUE ALGUN DÍA LLEGUE TU KARMA! D:



Él es así, Cammi /= A mi siempre me amenaza con Ethiox, por ejemplo :B
W I N T E R is coming. †
W I N T E R is coming. †


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Mensaje por W I N T E R is coming. † Miér 25 Jul 2012, 9:29 am

Ya leo tu capi, Cammi!
W I N T E R is coming. †
W I N T E R is coming. †


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Mensaje por Nella † Miér 25 Jul 2012, 9:33 am

Nella tambien ayudo con el cap (? Jajajajajaja xd
Nella †
Nella †


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Mensaje por -Debbie- Miér 25 Jul 2012, 11:12 am

Esperen esperen, cap de cammi y nella juntas!? :|
ok es tu mach, me quieren matar
me morí
gudbai


PD: Acabo de terminar de leer y todavía me encuentro procesando todo así que esperen un comentario mas detallado a la brevedad breve (?
-Debbie-
-Debbie-


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Mensaje por W I N T E R is coming. † Miér 25 Jul 2012, 11:38 am

NellaSparksFlyϟ escribió:Nella tambien ayudo con el cap (? Jajajajajaja xd



jaajajaja sorry Nella, no había visto tu nickname xd
Cammi & Nella, ya terminé de leer, ahora les comento (:
W I N T E R is coming. †
W I N T E R is coming. †


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Mensaje por W I N T E R is coming. † Miér 25 Jul 2012, 11:55 am

POR DIOS!! No tendríamos que permitir que Cammi y Nella suban una detrás de la otra, porque luego quedamos todos shockeados!!


EMMA&LOUIS *________* OMG EMMA&LOUIS!!! Una de mis partes favoritas <33333
AHHH!! NO ENTIENDO NADA SOBRE LA VERDAD DE AMELIÉE!! MI MENTE PEQUEÑITA NECESITA AYUDAA!! :pirat:
EMMA, POBRE EMMA!!! Me puso tan pero tan triste que ella esté tan mal :(
ETHAN!! OH DIOS ETHAN!! IOX ETHAN BLACK!! MY FEELINGS!! :'(
LA ESCENA EUSTACE/ANN ME ENCANTÓ!! SE VE QUE SE ESTÁN HACIENDO AMIGOS!! ;)
POBRE EUSTACE!! SIENTO QUE NADIE LO COMPRENDE :sad:
GOSHHH!! ZAYN&VICKY! ZAYN&VICKY!!!! :L: LOS OJITOS LES BRILLABAN!! *_________________________*
ABIE&NEVILLE!! ABIE LE AMAAAAA!!!!!!! NO ES POR NADA, PERO SIEMPRE QUISE QUE ABIE SE QUEDARA CON NEVILLE ANTES QUE CON THEO :fiu:
BRANDON&VICKY!!! Awww pobre Brandon!! Es esa clase de personas que te dan mucha penita porque aman a alguien que ya ama a otro When you start to believe. {Novela colectiva} - Página 10 2039594227 Pobrecillo Brandon!!!!!!!!!!!!
AHHHHHHHH TE DETESTO MAROON!!!!! SIEMPRE ARRUINANDO TODO!!! :caliente:
AWWWW DEVONNE!! CASI LLORO EN ESA PARTE /=
POBRE LUCY!! NIALL NI LA REGISTRA!! NIALL ABRE LOS OJOS!!! :enfadado:
LO MISMO CON TERRY!! EL Y BRANDON ME DAN MUCHA PENA!! ESPERO QUE ENCUENTREN A ALGUIEN QUE PUEDA QUERERLES :crybaby:
ÑAÑAÑAÑA LOS CAZADORES SON UNOS COBARDES!!!! LA AGARRARON DESPREVENIDA A EMMA, E IGUALMENTE EMMA LES GANÓ (?
AWWWW BRANDON&AUSTIN!! MY FEELINGS!! ADORO QUE AUSTIN SEA TAN PROTECTOR CON BRANDON!! (:
JAJAJAJA AMO A JENNY!! ES TAN DIVERTIDA!! :risa:
AWWWW DESPIERTA NIALL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
EMMA&VICKY!! AWWWWW ZAYN TAMBIÉN TÚ TIENES QUE DESPERTAR!! ¬¬
JEJEJEJE EMMA SE PUSO CELOSA!! EMMA SE PUSO CELOSAA!! SE LO MERECE, POR DEJAR TIRADO AL POBRE TERRY!
AWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW ALVARO&JENNYYY!! LOS RE SHIPEO JUNTOS!!! SON HERMOSOS!! :arre:
LLORÉ HORRORES CUANDO VICKY FUE AL CEMENTERIO A VER A SUS PADRES!! :'(
BRANDON ES TAAAAN HERMOSOOOO *________________* SIEMPRE AHÍ PARA VICKY.....
"-¿Que clase de lagartijas saben a chocolate? -Las lagartijas de chocolate, obvio".... MORÍ EN ESA PARTE!! :D
ZAYYYYNNNNNNNNN!! SE ESTÁ ENAMORANDO DE VICKY! NO PUEDE NEGARLO!
NOOOOOOOO ETHAAAAANNNNNN!!!!!!!!!!!!! :O








CAMMI, NELLA, LET ME LOVE YOU!! :hug:
SE LUCIERON EN ESTE CAPIIITULOOOO!! I LOVE U, GIRLS, I LOVE UUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!!
W I N T E R is coming. †
W I N T E R is coming. †


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Mensaje por Invitado Miér 25 Jul 2012, 12:05 pm

NellaSparksFlyϟ escribió:Nella tambien ayudo con el cap (? Jajajajajaja xd

No solo ayudaste, sino que hiciste el cap.
Creo que todo el cap lo escribimos juntas xd
todas las ideas las ideamos juntas y hablamos de que podía ir.
Y que iba a pasar, y después escribimos juntas las escenas así que no fue un "copia y pega cada cap y listo"
sino que realmente escribimos juntas un cap xd
¡TE ADOORO NELLA! Me divertí mucho escribiendo cap con vos, somos malas. :afro: When you start to believe. {Novela colectiva} - Página 10 266591853 When you start to believe. {Novela colectiva} - Página 10 1606340316
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Mensaje por Invitado Miér 25 Jul 2012, 12:07 pm

Como todavía nadie se quejo de lo largo que es...
Les informo que... ¡TIENE 34 paginas en word!
y, si, no, no no teníamos inspiración :B *inserte aquí risa malvada*
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Mensaje por Nella † Miér 25 Jul 2012, 12:14 pm

Jajajaja aaaw Cammi! Yo tambien me diverti muchisimo! Ya sabes que para mi eres una escritora de las mejores y que me encanto como quedo todo! :')
Ademas, valio la pena no dormir casi estyos dias! Jajajaja creo que fueron los dias que mas inspiracion tuve de toda mi vida sakjhygas ademas, planearlo todo y ver el resultado final es askahgsd
Para mi siempre es un honor hacer caps dobles, pero creo que contigo fue la primera vez que, como tu dices, no fue un copia y pega, fue algo totalmente interactivo y cada cosa entre las dos sjkahgdsgsa
Fue genial trabajar contigo, Cammi :')
Ademas, era hablar contigo y que la inspiracion se disparase ajags
Ahora ya puedo decir felizmente: Yass, muere aksahgdsja (? Jajajaja
Nella †
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Mensaje por Invitado Miér 25 Jul 2012, 12:23 pm

NellaSparksFlyϟ escribió:Jajajaja aaaw Cammi! Yo tambien me diverti muchisimo! Ya sabes que para mi eres una escritora de las mejores y que me encanto como quedo todo! :')
Ademas, valio la pena no dormir casi estyos dias! Jajajaja creo que fueron los dias que mas inspiracion tuve de toda mi vida sakjhygas ademas, planearlo todo y ver el resultado final es askahgsd
Para mi siempre es un honor hacer caps dobles, pero creo que contigo fue la primera vez que, como tu dices, no fue un copia y pega, fue algo totalmente interactivo y cada cosa entre las dos sjkahgdsgsa
Fue genial trabajar contigo, Cammi :')
Ademas, era hablar contigo y que la inspiracion se disparase ajags
Ahora ya puedo decir felizmente: Yass, muere aksahgdsja (? Jajajaja


jajajaj si, aparte también creo que fue cuando más me divertí escribiendo un cap.
Nada me resultaba pesado, aparte no tenía que esforzarme por que quede perfecto porque después vos también ibas a escribir en esa misma parte y todo se hacía más liviano. Y me reía por todo lo que decimos y todavía sigo recordando el primer día que dijimos "Ok, tenemos que ponernos a escribir. Algo... algo que los mate algoo.... No sé que podemos escribir D:" xd jajajajaja y fue en ese momento cuando fuimos tirando cosas y después uniamos y nos entusiasmamos xd
Y si, hemos dormido poco, trabajado mucho, somos las reinas de los MP, pero eh, ¡estoy feliz con el resultado! xd ¡Todos iran cayendo de a poco! XD ok jajajajaja
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Mensaje por Nella † Miér 25 Jul 2012, 12:35 pm

Jajajajajaja ojo por ojo, cap por cap... (? Jajajajajaja sin duda, Cammi, estoy ansiosa por ya leer todos los comentarios sjahgsags hasta ahora al menos a Mandy le ha matado E.E jajajajajjaaja
Ahora esperemos el resto sentadas mientras insertamos risas malvadas en todas partes :') xd jajajajajaja
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Mensaje por W I N T E R is coming. † Miér 25 Jul 2012, 12:39 pm

Ñañaña Nella, tú también te buscas pelea con Yass :D
W I N T E R is coming. †
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Mensaje por Nella † Miér 25 Jul 2012, 12:41 pm

Jajajajaja nono! Yo solo dejo que el karma fluya (? XD
Nella †
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