ESTOY AQUÍ [Harry y Tu] TERMINADA

– ¿A dónde piensas llevarme? –Preguntó la castaña curiosa.
– No te diré hasta que lleguemos –contestó el rubio.
– Está bien –ajustó los brazos en su cintura, el viento soplaba fuertemente sobre ellos, los que le causaba risa, faltaba media hora de camino–. Oye Niall –dijo entrecortada debido a la fuerte brisa que soplaba en sus mejillas.
– Dime princesa –habló éste algo duro. La chica sin pensarlo se fue levantando hasta quedar parada sobre el apoyador de pies, Niall se puso nervioso–. ¿Estás loca? –Preguntó sin dejar de conducir.
– Sí, estoy loca–gritó al mismo tiempo que elevaba sus brazos– pero por ti.
– ¿Cómo? –Preguntó Niall divertido.
– ¡QUÉ TE AMOOOOOOOO! –Se quitó el casco y sus cabellos se movieron al compás de la brisa. Niall se reía sin parar y paró de un frenazo, pero no tan fuerte, la chica perdió el equilibrio y cayó en su espalda, ambos se miraron y soltaron una inmensa carcajada.
– Yo también te amo pequeña –susurró cerca de sus labios a la vez que los miraba y depositaba un suave beso.
– ¿Por qué te detuviste a mitad del camino? –Lo miró fijamente, los ojos azules del chico estaban puestos en ella.
– Porque ya llegamos –esbozó una amplia sonrisa– voltea –la chica rodó los ojos y se encontró con un hermoso paisaje, habían aves por doquier pero lo que más le sorprendió fue ver su nombre tallado en una gigante piedra acompañada de un grande “Te amo”, sus ojos se cristalizaron.
– ¡Te amo Niall! ¡Te amo! –Lo besó sin parar, su emoción era gigante, ambos se encontraban al frente de una cueva bien apartada de la ciudad.
– Y todavía falta –le sujetó el brazo y la adentró junto con él. Los pájaros chillaron y Mari pegó un grito de susto, lo que ocasionó una risita por parte del rubio. A medida que iban avanzando se iba aclarando, veían una luz al fondo y cuando se acercaron pudieron mirar una hermosa cascada escondida.
– ¿Nunca dejarás de sorprenderme? ¿Verdad? –Sonrió al verlo. El chico agarró un mechón y comenzó acariciarlo suavemente, sus ojos estaban puestos sobre ella, sus manos se posaron en la cintura de la chica mientras le subía la camisa delicadamente dejándola sin ella, la miró de arriba abajo.
– Eres demasiado hermosa –ella tiritaba de los nervios– no tengas miedo –le susurró – no pasará nada que tú no quieras.
– No me siento lista –admitió con la cabeza baja. Niall le sonrió.
– Pero hay algo de lo que no puedes negarte –la miró triunfante.
– ¿Qué? –Preguntó confundida.
– Esto –se quitó la camisa y la cargó para luego lanzarse al agua con ella, estaba helada como la del lago aquella noche.
– Tengo frío –decía apretando los dientes, mientras el agua la movía, ella temblaba de frío, lo miró a los ojos y rodeó sus brazos en el cuello de él–. ¡Feliz Cumple mes! –Habían pasado 6 meses desde que Harry permitió la relación de ambos.
– ¡Feliz Cumple mes! –Le correspondió el rubio.

Los mejores meses de sus vidas, tanto para ellos como para las demás parejas, Isabella y Zayn alquilaron una casa juntos en Bradford, después de todo ambos tenían mucho en común, por su parte, Liam se mudó para Francia con Josefa, claro que después de haberse graduado Liam claro, además ese siempre había sido el sueño de ambos, vivir allá, al principio fue doloroso para Invitado, Frann y Louis tener que despedirse de su mejor amigo, pero luego se fueron acostumbrado y constantemente se comunicaban, todo gracias a la tecnología.


Frann se encontraba sentada en la cama recordando el baile de graduación, tres meses pasaron desde la mejor noche de su vida.

– ¡Estás hermosa! –Comentó Invitado mientras observaba mi vestido, tenía detalles en plateado y era de color azul rey, totalmente perfecto, pero tenía la duda de cómo me quedaría, a los maniquíes le encajaban perfectamente, mientras a mí podría quedarme como un saco de papas.
– ¿En serio? –Pregunté insegura.
– Claro que sí tonta –sonreí– Louis babeará al verte –dijo divertida mientras mis mejillas tomaron un color rosa.
– No digas esas cosas –contesté apenada.
– ¡Vamos Frann! –Insistió– ambas sabemos que tú y Louis se gustan, solo que no quieren admitirlo.
– ¿Cómo sé yo si le gusto a Louis? –Pregunté de nuevo.
– O sea que estás admitiendo que te gusta ¿no? –Sonrió pícaramente.
– Eres una tonta –le pegué en son de broma y me miré por última vez en el espejo antes de salir.
– Hoy me estaría graduando con ustedes –dijo Invitado desanimada.
– No lo veas de esa forma, recuerda que todo fue por Zarry, una bendición –traté de alegrarla un poco, estrechó sus brazos y me dijo un absoluto gracias, el cuál respondí, era la mejor amiga del mundo y tenía que saberlo–. ¿Sabías que eres la mejor amiga del mundo? –Pregunté sin interrumpir el hermoso abrazo que teníamos.
– Tú también lo eres y mil veces más –escuchaba su voz ronca, se notaba que lloraba y yo también lo hacía.
– Lo sé –dije burlona.
– Ay sí –se rió– ¡qué modestia! –Exclamó entre risas.
– Mejor vámonos que se nos hace tarde –la apuré un poco.
– Ok, Louis debe estar esperándote.
– Así como Harry a ti –le saqué la lengua y vi como se sonrojó al escuchar "Harry", aquél nombre la volvía loca, la agarré por el brazo y salimos de la habitación para ir al baile. Sentía un gran vacío en mi estómago, los nervios estaban atacando, a medida que íbamos llegando se aceleraba más mi corazón–. ¿Estoy bien? –Le pregunté a Invitado antes de salir del taxi.
– Ya te dije que sí mujer –me respondió con una gran sonrisa, ambas salimos del taxi y fuimos entrando lentamente al gran salón, pude ver a cientos de personas, por fin el día había llegado.
– ¡Qué emoc…! –No pude terminar de hablar porque al voltear no vi a Invitado a mi lado, ¿cómo puede dejarme sola en estos momentos? –Pensé– me fui adentrando cuando sentí unas manos en mi cintura, di un pequeño salto y al voltear pude ver a Liam junto a Josefa.
– ¿Te asustamos? –Preguntó Liam sonriente.
– Algo –respondí nerviosa.
– ¡A disfrutar! –Exclamó contenta Josefa.

Todos bajamos las escaleras, sentía las luces sobre mí, las miradas se hacían presente pero yo solo me concentraba en aquellos ojos azules, mi corazón latía fuerte de tan solo verlos, tenía unas ganas inmensas de correr y abrazarlo, sus ojos brillaban a medida que iba bajando más y más las escaleras, una sonrisa involuntaria se me escapó del rostro, los nervios estaban atacando, era hermoso, jamás lo había visto de la manera que lo veía ahora, nuestras miradas tenían una conexión especial, él poseía un traje negro con una corbata azul que combinaba perfectamente con sus ojos y mi vestido.

– ¡Qué hermosa estás hoy! –Comentó a escasos centímetros de mí.
– No tanto como tú –confesé tímida a medida que él se acercaba, la música se extendía por todo el salón y las luces brillaban suavemente.
– ¿Me concedes éste baile? –Preguntó educadamente.
– Por algo escogí ser tu pareja de baile.
– ¡Qué afortunado soy! –Sus manos tomaron mi cintura y las mías su cuello, nuestros ojos se conectaron, notaba el brillo en su mirada, esta vez sus ojos cambiaron de un color celeste a uno más oscuros, nuestros cuerpos se movían al compás de la música–. ¿Cómo no me di cuenta antes? –Habló después del gran silencio presenciado.
– ¿De-e qué? –Titubeé nerviosa.
– De lo especial que eres para mí –sentía cada vez más cerca su respiración, me quedé sin palabras, estaba pasando por algo diferente, único, especial. Sus manos se afincaron más en mi cintura apegándome más a él, no podía existir algo mejor que eso, una sensación inexplicable de no querer dejar verlo, tocarlo, de… «Salí de mis pensamientos para concentrarme en sus labios», los latidos se intensificaron y en un momento inesperado tomó mi quijada delicadamente para unir mis labios con los de él, era mi primer beso, era dulce, era tierno, sentía como miles de emociones salían después de tanto tiempo, todos lo sabían menos nosotros, ahora nos damos cuenta, ese beso dio a demostrar todo lo que sentíamos mutuamente, tenía mis ojos cerrados mientras me dejaba llevar, jamás pensé que un beso fuese a durar tanto, escuchaba los cuchicheos de las personas alrededor, pero no me importaba nada, simplemente nada–. ¡Te quiero! –Susurró a la vez que iba separando sus labios lentamente.
– Yo te quiero más –le compartí una gran sonrisa, era la mejor noche de mi vida.


Una voz salió de los pensamientos de Frann, era Invitado.
– ¿Qué haces aquí? –Le preguntó Frann a medida que Invitado iba entrando.
– Te venía a invitar a un lugar especial –habló tranquilamente.
– Deja que arregle el cuarto y luego vamos –dijo Frann.
– ¿En qué pensabas? –Sonrió.
– Es que no puedo dejar de olvidar ese beso –se rozó los labios con los dedos– estoy loca por él –suspiró.
– Nuestros hombres nos tienen loca –en eso sonó el teléfono de Frann y para sorpresa era Louis con un mensaje, su rostro se iluminó al ver aquél nombre.

“Buenos Días Linda, Invitado me invitó a salir, ¿vas a querer ir?”

Miró a Invitado al terminar de leer el contenido para luego responderle.

“Buenos Días corazón, ella me acaba de decir, claro que iré ;)”

Después de enviar el mensaje salieron de casa en busca de Harry, Mari, Niall, Isabella «Quien ya no le tenía rabia a Invitado», Zayn y el pequeño Zarry, estos últimos pasaban bastante tiempo juntos y eso le encantaba Invitado, Zayn cambió para bien, conoció el significado de la amistad, el amor y lo más importante, la familia.


– Yo quiero jugar con él –habló Josefa. Todos estábamos en una especie de picnic.
– No, yo quiero –Dijo Mari haciendo puchero.
– ¿Saben qué? Ninguna de las dos porque es mi hijo –se rió Zayn.
– Pero yo lo tuve por nueve meses –agarré a Zarry y le saqué la lengua a todos.
– Por eso, –interrumpió Niall– deberías compartirlo,
– Nada –me reí triunfante– ¿qué tienes Harry? –Le pregunté al verlo tan callado.
– Estoy feliz –me compartió una sonrisa.
– ¡¡¡¡Hally –Se escuchó en todo el lugar, mi corazón comenzó acelerarse y creo que el de los demás también, inmediatamente vimos a Zarry.
– ¿Qué dijiste? –Pregunté entrecortadamente mientras lo veía atenta.
– ¿Hally? –Volvió a repetir en forma de pregunta.
– Ya agarró la maña de la mamá de responder con una pregunta –habló Niall.
– Cállate duende –le repliqué, Harry no podía con tanta emoción, lo cargó en sus brazos y comenzó hacerle cosquillas. Fue un momento hermoso, tuvimos una minipelea porque Zayn no lo aceptaba e Isabella lo fastidiaba por eso.
– Mira Zarry es muy fácil, es Zayn, Z A Y N –le deletreó toda el nombre mientras todos reíamos ante su comentario.

Era de noche y pensábamos quedarnos a dormir allí, las estrellas brillaban, me puse a pensar en todas las cosas por las que pasé, estaba feliz, estaba enamorada.

En eso recibí un mensaje de mamá.

“Te amo demasiado, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, pensaras que estoy loca pero solo quería recordártelo”

Una sonrisa se formó en mi rostro, al fin y al cabo no era una desgracia lo que me había pasado, a través de mis errores pude darme cuenta de la realidad y ahora estoy acostada al lado del amor de mi vida y mi razón de ser, Harry y Zarry, sonaban chistoso ambos nombres, pero sin duda eran los mejores regalos que me había otorgado la vida, y yo no era la única feliz, Mari lo era, Zayn lo era, todos lo eran, aunque digamos que exactamente solo una no era feliz completamente y esa tenía por nombre Sophia, la estaba pasando bien mal por todo lo que hizo o mejor dicho, me hizo. Su mamá la mandó para Estados Unidos a vivir con ella y según lo que me he enterado no la deja salir ni para la esquina. Por mi parte, arreglé los rencores con mi padre, sonreí al recordar todo.


– Hija te busca alguien –gritó mi madre mientras yo me bañaba, terminé de enjuagarme, me vestí lo más rápido posible y salí, me encontré con mi papá, en sus ojos veía esperanzas.
– No digas nada –me detuvo– deja que yo hable –me quedé atenta a escucharlo– yo sé lo errores que cometí en el pasado y tal vez por eso me consideres el peor padre del mundo, sé que abandoné a tu madre cuando apenas eras una bebé y que no pude educarte, jugar, y quererte de la manera que cualquier padre quiere a su hija, pero quiero que sepas que aquí donde estoy, siento un profundo arrepentimiento, no me importa si no quieres hablarme después, solo quiero escuchar un “te perdono” de tus labios o que simplemente me escuches atentamente, cuando dejé a tu madre no me importó, debo admitirlo pero al pasar de los años me di cuenta del grandísimo error que había cometido, entonces ahí fue cuando te busqué por todos lados hasta que por fin encontré tu dirección, solo un “te perdono” por favor –su voz se escuchaba débil lo que hizo que mi corazón se afligiera por completo. Mis ojos derramaron lágrimas y mis piernas comenzaron a correr solas hacía él, mis brazos se fundieron en su espalda.
– Te perdono –dije sin pronunciar más nada, sus brazos me afretaban fuertemente, siempre había querido sentir ese cariño paternal y ahora lo estaba sintiendo.
– Te amo hija –su voz se quebraba.
– Yo también papá –era un momento hermoso, de reojo miraba a mi mamá como estaba feliz, ella lo había perdonado dos días antes y ahora lo perdonaba yo.


– ¿Invitado dónde estás? –Habló Harry entre sueños, se veía muy tierno durmiendo al lado de mi pequeño.
– Estoy aquí –le susurré suavemente en el oído.