Los Ojos del Demonio (Harry Styles)

Después del almuerzo Harry se digno a llegar a su última clase, localizo el aula y se sentó en un asiento vacío. Se quedo en silencio mirando al frente pero sintió de nuevo el aura, sintió esa presencia cerca de él. Y por primera vez localizo a la chica, estaba sentada justo enfrente de él. En el mismo instante en que le pensaba, la chica giro su cabeza y él le vio la cara.

Aquella piel color vainilla, un leve tono rosa sobre sus mejillas, que estaban cubiertas por ligeras pecas haciendo un camino pasando por su nariz, y aquellos ojos, sus ojos parecían dos gotas de citrino, una franja negra alrededor del iris con unos destellos verdosos, sin duda eran un par de ojos raros, pero a la vez misteriosos.

La chica le dedico una sonrisa, pero Harry bajo la mirada hacia su pupitre. Ella regreso la mirada al frente. No quiso volver a verla, se sintió extraño de tan solo tener contacto visual con ella. Bloqueo cualquier sensación que podría percibir de la chica, pero un poco de dolor le hizo dejar de forzarse a si mismo, bien sabia que no podía leer la mente como todos esos otros brujos que había en los libros, pero en ese momento quería saber porque la chica había sentido dolor. Trato de que esos pensamientos curiosos desaparecieran, y lo logro, seria mejor que ella sintiera su apatía y rechazo, así estaría lejos de él. No era como si sintiera algo por ella, pero no la quería cerca.

Al terminar la clase, Dina observo como salía aquel chico deprisa del aula, se había sentido dolida porque no había respondido su sonrisa, y ella que solo intentaba ser amable.

Salió del aula mirando su reloj en su muñeca, eran las dos de la tarde, ¿Qué podría hacer después de salir de este agujero? Se pregunto caminando hacia la salida. Tal vez seria buena idea caminar por las calles de Durham, llevaba su cámara en su mochila, por lo que no perdería el tiempo y recolectaría más fotos para su álbum.
-Dina – escucho su nombre detrás de ella, detuvo su paso mirando a quien le llamaba. Al ver llegar a la chica a su lado sonrió fingidamente.

-¿Qué sucede? – quiso saber alentando a la chica a hablar. Alden, la chica con la que había compartido mesa en el almuerzo, la única que se había acercado a ella. Una chica de estatura promedio, ojos azules como el agua y una cabellera rubia, incluso mas que las que la misma Dina estaba acostumbrada a ver en su antigua ciudad.

-Creí que seria buena idea conocernos mejor – sonrió comentándole su propuesta, Dina frunció el ceño buscando una excusa, pero no se venia nada a su mente.


-Pero tu tendrás que invitar – comenzó a caminar mientras que Alden le seguía tratando de incorporarse al apresurado paso de Dina. Al salir del plantel educativo sentía las miradas en ella, pero de inmediato se dio cuenta que no era así, la chica rubia a su lado era quien tenia la atención de todos.

Se sintió algo incomoda, pero de inmediato pudo ver a lo lejos como el chico se minutos antes le había ignorado le veía de manera seria, estaba apoyado en su coche, y aunque los lentes de sol no le permitían ver sus ojos, ella se sentía intimidada del solo saber que tenia la vista sobre ella.

Ahora Dina se encontraba siguiendo a Alden, iban directo al que parecía ser su coche, un beetle convertible blanco. Giro de nuevo su mirada hacia donde estaba aquel chico pero ya no le vio mas, en su lugar ahora estaba el chico que le había espantado la noche anterior.

-¡Hey, Dina! – saludo Zayn moviendo la cabeza un poco, Alden miro a Dina incrédula y después de que ella le haya regresado el saludo, ambas subieron al coche.

-¿le conoces? – pregunto Alden, Dina negó con la cabeza sintiendo el aire rozar su cara. – Entonces ¿Cómo es que él te conoce? – a este tipo de situaciones se había querido mantener alejada, odiaba ser la nueva, ya que siempre ocurrían preguntas como ¿Qué te hizo venir a este pueblo? ¿Cuáles son tus hobbies? Entre muchas más que eran mas molestas.

-Tal vez escucho de mi en los pasillos – dijo sin querer dar explicaciones a mas preguntas.

-¿Ahora te crees la chica popular solo por ser nueva? – le cuestiono Alden sin mirarle. Dina frunció el ceño sin entender el porqué de su arrogancia.

-¿disculpa?

-Olvídalo ¿has pensado a que lugar quieres ir primero? – la chica intento cambiar de tema tras ver que había metido la pata con aquella pregunta.

-A mi casa – susurro molesta.

-¿Quieres ir a vestirte? – pregunto deteniendo el coche en un semáforo en rojo.

-¿Sabes que? Me hubiera gustado conocerte… - abrió la puerta del copiloto bajando del coche – de no haber sido por tu forma tan grosera de hablarme – cerro la puerta y comenzó a caminar, sostuvo su mochila con fuerza sin importarle los gritos que le regalaba Alden desde el coche.


Las risas de Zayn y Niall llegaron a los oídos de Harry, quien se encontraba en su alcoba mirando el techo en plena obscuridad. Aun estaba con la ropa que había llevado al instituto, de pronto en su mente unos ojos amielados aparecieron. Cerro los ojos recordando cada movimiento que aquella chica había tenido en el transcurso de la clase, el como había movido su cabello hacia un lado para poder leer la lectura que el profesor le había pedido. Por primera vez se había perdido en una mirada y había sido el primero en agacharla.

Debía ser ya de madrugada, no había dormido ni un poco, pero algo le inducia a que a pesar de estar agotado, debía asistir al instituto. Escucho como tocaban la puerta, “adelante” dijo demasiado alto para que escuchara. Los ojos azulados de Louis se asomaron, después una sonrisa burlona inundo su alcoba.

-Los chicos y yo vamos a salir a divertirnos un poco, ¿quieres venir? – Su amigo comenzó a caminar sigilosamente hacia la cama.

-Prefiero quedarme – susurro mirando hacia la puerta que estaba abierta aun, con un ligero movimiento de dedos la hizo azotar desde su cama.

-Tienes algo que contar ¿cierto? – Harry negó con la cabeza, pero Louis sabia muy bien que algo escondía – últimamente no convives con nosotros, te la pasas encerrado en estas cuatro paredes – farfullo.
-Eso es algo que a ti no te interesa

-¿A la defensiva de nuevo? – Harry rodo los ojos moviendo sus dedos suavemente, segundos después una ligera bola de fuego estaba en sus manos y él jugaba con ella como si fuera una pelota de beisbol. – En verdad queremos a el viejo Harry de vuelta – su amigo le miraba con pena y dolor, sentía dolor al ver como Harry había cambiado en tan solo un mes.

-¿A dónde irán? – cerro su mano en un puño haciendo que la bola de fuego desapareciera. Louis se sintió feliz de ver de nuevo aquella sonrisa malévola en el rostro de su amigo.


Pasaban los segundos, los minutos y las horas, pero Dina no podía dormir, hacia tiempo que no le pasaba esto, desde la muerte de su abuelo había perdido el sueño innumerables veces, pero después de unos cuantos meses había podido dormir de nuevo. Algo en este lugar no le agradaba demasiado, se sentía insegura en cualquier lugar. Escucho las ramas del árbol pegaban en la ventana de su habitación, se dio una vuelta en la cama y miro hacia esta. Segundos después ya se encontraba en el pasillo que daba hacia la cocina, iría por algo de comer, debía calmar los nervios que ahora le estaban brotando por todos lados.

Paso tras paso, llego a la cocina, abrió la heladera mirando la variedad de cosas que había comprado su mamá, sonrió divisando la leche en chocolatada. Sirvió un poco en un vaso de cristal, se sentó en una de las sillas cerca al desayunador, ella misma se estaba dando terapia en su cabeza, se decía cosas como “todo esta bien” “si no te calmas, terminaras como tu abuelo”, pero antes de que sus nervios estuvieran controlados, el ruido del televisor encenderse le hizo olvidar toda aquella terapia que ella misma se intentaba dar.

-¿Mamá? – dijo entre susurros, pero su voz no salió lo suficientemente fuerte. Trago una bocanada de aire dejando su vaso sobre el desayunador, comenzó a caminar hacia la sala, se acercó mas observando como el televisor estaba apagado – estoy volviéndome loca – se dio un ligero golpe con su mano en la frente, rio algo nerviosa apagando el foco y se digno a subir a su habitación.

Al llegar arriba y abrir la puerta de su habitación, cubrió su boca al ver como un cuervo estaba picando la lente de su cámara con el pico, corrió tratando de espantarlo pero de inmediato el animal se puso a la defensiva.

-Aléjate animal horrible – agitaba las manos para que aquel animal se apartara, al poco tiempo logro que el ave saliera por la ventana, ella corrió a cerrarla mirando por ahí. –Creí que la había dejado cerrada – murmuro sin apartar la vista de la calle, un frio tremendo le recorrió el cuerpo, como acción inconsciente se abrazó ella misma yendo a su cama. Seguramente seria el cansancio que le provocaba ahora alucinaciones, debería dormir bien, sino quería dormirse mañana en clases.