Los Ojos del Demonio (Harry Styles)

El lunes había llegado, Dina se encontraba en la cama de Harry con él a su lado, su cuerpo estaba siendo protegido por el del rizado, él le abrazaba pegándole a su cuerpo. Suspiro llenando sus pulmones del agradable aroma a yerbabuena que salía de entre sus labios, el rizado se movió un poco frotando sus ojos con los nudillos, Dina cerro los ojos rápidamente intentando no ser descubierta viéndole.

Harry despertó pero no se movió de donde estaba, uno de sus brazos seguía rodeando el cuerpo de Dina, mientras que el otro se dedicaba a acariciar la mejilla de la chica.

¿Cuántas veces había despertado con alguna chica a su lado? Infinidad de veces. La única diferencia era que las demás no significaban nada para él, y aunque el mismo Harry lo negara, estaba comenzando a sentir cierto afecto por la castaña. Sonrió con pesar al darse cuenta que le iba a terminar matando, no debía dejar crecer aquel pequeño sentimiento que trataba de apoderarse de su ser.

Dina abrió lentamente los ojos, sin poder aguantar mas fingir estar dormida. Harry cambio su semblante a uno duro y amenazador.

-Has despertado ya… - murmuro el rizado apartando delicadamente su cuerpo del de ella. Dina sintió un fuerte dolor en el pecho, pero no protesto ante la acción de Harry.

-Debía hacerlo, hoy hay instituto… - se quejo observando a Harry dirigirse al baño. A los segundos él salió con el pecho desnudo, vistiendo aun sus pantaloncillos de dormir.

-¿Por qué no bajas por algo de desayunar? – le sugirió acercándose a ella. Dina se mantenía sentada en la cama, soltó un suspiro mirando el marcado cuerpo del rizado, su mirada no se apartaba de la marca de su cuerpo, ese signo negro que había visto en el libro. Sus ojos estaban clavados sobre ella y eso le ponía nerviosa, aun no se acostumbraba a esos ojos tan raros pero ardientes a la vez.

-Supongo que es buena idea… - dijo levantándose de su lugar. Lo menos que quería era seguir admirando a aquel chico. Cuando estaba apunto de salir una mano detuvo la suya, evitando que abriera por completo la puerta. Ella tan solo se quedo quieta sintiendo el aliento de Harry en su nuca, ya que estaba de espaldas a él. La mano de él estaba sobre la suya impidiendo que saliera de la habitación.

-¿O prefieres esperarme unos minutos? Prometo no tardar nada en la ducha… - Dina asintió sintiendo como el corazón se le quería salir, mientras que Harry solo sonreía por dentro al ver como su presencia le ponía nerviosa. Le hizo girar para que le viera y así rozar sus labios con los de ella delicadamente.



Verónica ya se encontraba en el comedor cuando Louis bajo para tomar algo para el desayuno. La chica estaba metida en sus pensamientos así que no noto su presencia. El castaño tomo algo de leche tibia y un pan dulce, se coloco en la silla frente a la chica de ojos esmeralda contemplando su pálido semblante.

-¿Qué es lo que te tiene tan preocupada? - Verónica alzo la vista topándose con la mirada preocupada de Louis. Soltó un suspiro antes de hablar.

-El plan de Harry… - negó con la cabeza – estamos siendo envueltos en su sed de venganza, que ni siquiera hacemos algo para detenerlo… - la chica le miraba con pesar – no quiero ver como mi amigo se mancha las manos de sangre… de nuevo… - la preocupación invadía su cuerpo sin alma.

-Debemos dejarlo, él debe tomar sus propias decisiones…

-Pero sus decisiones le harán mal, esta jugando con fuego…

-Siempre lo hace… - Dijo Louis tratando de sacarle una sonrisa a la chica y así fue, lo logro. – Verónica… - dijo suavemente – no deberíamos meternos o tratar de controlar las acciones de Harry, él esta dispuesto a lo que sea por cumplir con su venganza, y estoy seguro que si tratamos de detenerlo no pensara dos veces en aniquilarnos… - Louis trataba de asustar a la castaña solo para que dejara de controlar un poco las acciones de Harry.

-No me importa, yo hare lo posible por convencerlo de lo contrario… - dijo decidida. Louis se encogió de hombros siguiendo con su vaso de leche.

Dina y Harry bajaron hasta donde se encontraban los otros dos brujos. La chica ocupo el lugar al lado de Louis, mientras que Harry iba a buscar algo para que ambos pudieran almorzar.

-Llegaremos tarde… - anuncio Liam incorporándose a Harry en la cocina.

-Es tan normal en nosotros que lleguemos tarde en lunes – decía Niall sirviendo un poco de cereal a un tazón, seguido de un poco de leche tibia.

-¿Has pensado en entrar al instituto? – pregunto Liam a Verónica, quien ya se había sentado a su lado con un plato con dos huevos estrellados y una pieza de pan salado. La chica de ojos esmeralda negó con la cabeza.

-Creo que es mejor que me quede por aquí, ustedes vayan a cumplir sus deberes, niños… -Zayn frunció el ceño al escucharle.

Harry regreso a donde estaban ya todos en sus respectivos lugares, llevaba dos bolsas de color marrón en la mano. Dina le miro extrañada pero no dijo nada, tan solo sonrió un poco levantándose de su lugar.

-¿Se van? – pregunto Louis mirando de Harry a Dina y de Dina a Harry.

-No quiero que esta chica llegue tarde a su primera clase del día – dijo pesadamente el rizado. Todos en la habitación le miraron sin importancia, excepto Louis, Verónica y Zayn, quienes trataban de averiguar las intenciones del chico.

Después que esto Harry comenzó a caminar para salir de la casa, Dina le seguía en silencio. Al llegar al Audi negro ambos subieron. Harry introdujo la llave y encendió el coche sin echarlo a andar, miro de soslayo a Dina quien tenia la vista fija en la entrada al bosque.

-Aquí tienes tu almuerzo – le dijo entregándole una de las bolsitas marrones. Dina se volvió a verlo, miro la bolsita en sus manos y sonrió tímidamente.

-Gracias – susurro.

El rizado hizo andar el coche, el Audi a8 se movía rápidamente por las calles un poco desiertas y obscuras de Durham, esto se debía a que apenas y eran las seis y treinta de la mañana. Se podía ver como algunos locales estaban abriendo y otros estaba completamente cerrados. Algunos alumnos se dirigían a sus respectivos institutos.

Dina observaba por la ventana el viejo pueblo, mientras que su cabeza comenzaba a formular preguntas. Tanto cariño de Harry hacia ella le ponía a pensar que esto no era mas que simple interés en conseguir algo, ella no era tonta y comenzaba a sospechar que el rizado no pudo haber cambiado de actitud tan rápido solo porque se haya enamorado de ella, había algo mas oculto en todo esto y ella lo iba a averiguar.

El instituto se podía ya visualizar no muy lejos. Al llegar Harry busco un lugar para aparcar el coche, uno cerca de la entrada fue el elegido.

Dina no espero a que Harry le abriera la puerta, la abrió rápido decidida a bajar, pero el agarre del rizado a su brazo le detuvo.

-¿A dónde vas? – pregunto frunciendo el ceño, pero sin apartar su agarre.

-Por si no lo recuerdas tengo clase a las siete en punto – le dijo algo molesta. El rizado resoplo con el ceño fruncido aun.

Dina trataba de tranquilizar su nerviosismo, pero el lugar que ocupaba la mano de él en su brazo le estaba provocando un hormigueo. Ella estaba convencida que su atracción por él seguía creciendo, pero no debía hacerse ilusiones tan rápido, no sabia que era lo que pasaba por su mente.

-Lo se, aun faltan treinta minutos, no creo que quieras pasar frio en el salón de clases tan rápido… - Dina le miro sin comprender a lo que quería llegar – quédate un rato mas, pondré la calefacción así no pasas frio – le dedico una sonrisa retorcida, puesto que él no sabia como sonreír amablemente, no sin sentirlo.

Dina sin protestar se acomodó de nuevo en el asiento del copiloto, cerro la puerta y miro al frente en silencio. Harry presiono un botón haciendo que la calefacción se encendiera, el tibio ambiente se estaba haciendo presente.

-Hoy regreso a casa a dormir – dijo Dina sin mirar a Harry.

-No te he dado permiso para que lo hagas – replico el rizado entretenido con el volante.

-No te estoy pidiendo permiso, Harry… - le dijo la chica algo molesta por su respuesta. El rizado se estremeció pero no lo dio a notar cuando escucho su nombre salir de entre los labios de ella.

-Soy tu protector y no te dejare regresar a casa, no hasta que…

-Me iré, necesito estar con mi mamá, no puedo dejarla sola, ¿acaso no lo entiendes?

-No te dejare marchar, no quiero que te ocurra nada, hay dos brujos cazándote y tu quieres regresar a tu casa como si nada malo pasara… - resoplo recostándose en el asiento.

-Da igual lo que pienses, me iré… - abrió la puerta del coche de nuevo y bajo molesta sin mirar atrás.

No muy lejos la rubia miraba la escena, iba a hacer su aparición, no dejaría que se le escapara. Fabela sonrió maliciosa caminando hasta la entrada del instituto, se haría pasar por una chica normal, a pesar de que Gian le había reprimido la noche anterior por no saber en donde había estado esos últimos días, debido a que Niall le había raptado pero ella no lo sabía.

Apresuro su paso para así poder entrar a tiempo por su horario escolar.



El rizado iba con su paso tranquilo por los pasillos, en lo que había pasado del día no había visto a Dina y eso le molestaba. Ella le estaba evitando y por mucho que eso le enfadara él no iba a dejar de buscarla, su aura no podía ser percibida. Niall venia detrás de él, intentaba alcanzarlo.

-Harry – le llamo a lo que el rizado se volvió para verle.

-¿Qué sucede? – pregunto al verle con la respiración agitada. Por un momento su preocupación aumento al pensar en que Dina estaba en problemas o peor aun, que le había pasado algo y él no había estado ahí para protegerla. El rubio trataba de controlar su ritmo tan agitado para así poder hablar. – Niall, habla ya – le ordeno Harry desesperado.

-He visto a Fabela aquí, en el instituto. – Harry se quedo quieto al pensar en ella, si Fabela se atrevió a acercarse a Dina él mismo le haría pagar. Le arrancaría la cabeza aunque esto implicara morir en el intento.

El sentimiento de impotencia recorrió cada parte del cuerpo de Harry, haciendo que comenzara a caminar dejando atrás a Niall.

La furia se iba apoderando cada vez mas de su ser, buscaba como desesperado en cada aula sin tener resultado. El ultimo lugar en buscar fue en el jardín, donde algunos alumnos estaban aún almorzando o haciendo algunos deberes. Harry busco con la mirada la cabellera castaña de Dina. A lo lejos, en una mesa cerca de los matorrales logro verle, estaba sonriendo y lanzaba una bola de papel a su acompañante, una chica de cabello rojizo, suspiro aliviado.

No dudo en acercarse hasta donde estaban aquellas chicas. Sonrió al ver como Dina fruncía el ceño, mientras que Apple le miraba confundida.

-¿Qué haces? – pregunto Dina algo molesta, aparto algunos papeles que tenia sobre la mesa posesivamente.

-Solo quiero tomar un poco de sol en este día tan frio… - El rizado hablo calmadamente. Una sonrisa se formo en sus labios haciendo que el enojo de Dina aumentara.

-Estoy de sobra aquí – dijo Apple poniendo sus libros en una torre, los tomo entre sus manos y comenzó a caminar alejándose de ellos.

-Has hecho que Apple se fuera… - se quejo Dina – ¿ahora estarás pegado a mi como una chinche? – Harry se giro a verle y esta frunció más el ceño.

-Esas arrugas que se hacen en tu frente cuando frunces el ceño se ven… - Dina le miraba atenta esperando que acabara su frase, pero él solo buscaba el adjetivo correcto – detestables – dijo al fin haciendo que Dina se levantara de su lugar decidida a irse. – Siempre huyes – le dijo el rizado tranquilamente.

-Siempre eres tan cruel… -le respondió de pie frente a él.

-¿Decir la verdad es crueldad?

-No, pero tu forma de decir la verdad es lo que lo hace ser cruel… - Harry rio animado haciendo que Dina explotara dejándole ahí atrás. Pero él no se iba a quedar en aquel lugar, no sabiendo que Fabela rondaba el instituto y él debía hacer su trabajo. Siguió a Dina hasta que entro al edificio de nuevo, metió sus manos en sus bolsillos percatándose que los pasillos ya estaban siendo abandonados por los alumnos para dirigirse a sus respectivas aulas.

Dina guardo sus cosas en su casillero y ahora se encontraba metiendo los libros de sus próximas clases a su mochila, pero unas manos le envolvieron el vientre, la castaña se quedo quieta mirando al frente, pero de inmediato reconoció el olor a yerbabuena y tabaco que le caracterizaba. Harry coloco su mentón en el hombro de Dina impidiéndole moverse debido a su agarre.

-¿Qué pasa hoy contigo? – Replico Dina tratando de dejar aquel abrazo de lado.

-¿Acaso es malo querer estar cerca de ti? – pregunto Harry haciéndole girar para que así quedara de frente a él. La castaña no podía si quiera respirar al mirarle tan cerca de ella.

-Ella es por la que me estas olvidando – otra voz resonó en los pasillos. Ambos giraron su mirada hasta la rubia. Fabela estaba de pie mirándolos con cierto coraje. - ¿Te ha contado sobre nosotros? – pregunto la rubia dirigiéndose a Dina.

-Te doy hasta el atardecer para salir de Durham – le amenazo Harry.

-No seas mal educado y preséntanos – sonreía Fabela mirando a Dina. – Soy Fabela, la ex novia de este apuesto brujo… deberías no fiarte de él, suele tener sus ataques de lujuria con otras chicas o incluso sus noches de asesino de mirtingasis… - Dina estaba detrás de Harry, quien le cubría con su cuerpo.

-Estas en un lugar publico, no creo que quieras que te descubran, Nerky podría molestarse si desobedeces sus reglas – le advertía Harry.

-No hare nada, solo quería conocer en persona a la famosa Dina – sonrió macabramente provocando que Dina temblara del miedo. – pero ahora que ya se quien es podre tenerla en la mira mas fácilmente, estaré rondando y cuando menos te lo esperes… - hizo un movimiento de cabeza sin apartar su sonrisa – ya no estará mas aquí – la chica comenzó a caminar saliendo por la puerta del edificio que daba hacia las canchas de americano.

Dina no pudo evitar abrazar a Harry atemorizada, mientras que él tan solo le acariciaba los mechones de cabello que caían por su espalda.

-Ella no te hará nada, lo prometo… - le dijo el rizado para después depositar un beso en la frente de la castaña. Ahora estaba mas seguro que debía aumentar la protección hacia ella.