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Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
SEEEHHH!!!!
COMO DICE MIKE!!
EELLLOOOSS LLLEEEGAAARRRAAAAANNNN!!!
AAAII PON OTROOO
COMO DICE MIKE!!
EELLLOOOSS LLLEEEGAAARRRAAAAANNNN!!!
AAAII PON OTROOO
chelis
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
oh por Dios, Lu!
Me encanta tu nove!
me emociona demasiado leer los caps
estoy super ansiosa por seguir leyendo
Siguela please
Me encanta tu nove!
me emociona demasiado leer los caps
estoy super ansiosa por seguir leyendo
Siguela please
Rebecca Alvz
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
OMJ esta nove me tiene con los nervios
De punta, se que llegaran lo se, o eso espero
Pero mientras estoy que no aguanto!!
Ahhhh plis siguela!!
De punta, se que llegaran lo se, o eso espero
Pero mientras estoy que no aguanto!!
Ahhhh plis siguela!!
Karli Jonas
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
DIOS, DIOS, DIOS!
ME ENCANTA TODA LA ACCION!
NICHOLAS TIENE RAZON SON LOS DE VANGUARDIA!
PERO POBRE, ESTA QUE SE LO COMEN LOS NERVIOS!
JJDNAKÑDKASJFHASLAKS
ME ENCANTA!
SIGUELA!!!!
ME ENCANTA TODA LA ACCION!
NICHOLAS TIENE RAZON SON LOS DE VANGUARDIA!
PERO POBRE, ESTA QUE SE LO COMEN LOS NERVIOS!
JJDNAKÑDKASJFHASLAKS
ME ENCANTA!
SIGUELA!!!!
Just Me! Melissa! :)
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
santo Dios!! Pobre Nicho
Que lleguen a tiempo
Siguela!!!
Que lleguen a tiempo
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
Capitulo 16 (Parte 2)
Parecía que se mantenían alejados de las vías principales, daban unos volantazos en la carretera y volvían a conducir a toda velocidad por caminos sin asfaltar.
Tirada en el suelo del coche, todo lo que _____(tn) podía ver era cielo vacío. Ni postes de teléfono, ni señales de calles, ni edificios, nada. Condujeron durante tal vez un cuarto de hora por carreteras tan rudas que podía oír e incluso sentir las rocas chocando contra los bajos del coche y podía ver por fuera de la ventana los restos del polvo que iban levantando. Finalmente regresaron al asfalto.
Los dos hombres de delante no hablaban. No tenía ni idea de cuáles eran sus planes, excepto que jamás los sobreviviría.
Ay, Dios. ¿Cómo había cometido ese error? ¿Y cómo podía haberla estado esperando Gerald? Apenas había salido del edificio de Nicholas que no había tenido tiempo ni de llamar a un taxi, cuando un tipo rubio se había acercado a por ella corriendo. Un segundo más tarde el gran Mercedes negro apareció donde estaban.
Debían haber estado esperando en el coche justo afuera del edificio. ¿Pero cómo? ¿Cómo lo sabían?
Fuera como fuera, era demasiado tarde para preocuparse. De hecho, era demasiado tarde para preocuparse por nada. Había llegado a un punto muerto, un lugar donde nada que pudiera hacer influiría en el resultado. Estaba en las manos de dos hombres listos, fuertes. Durante los pocos segundos que el rubio la había agarrado del brazo con fuerza y la había tirado contra sí, sintió los músculos duros y trabajados, del mismo tipo de los de Nicholas.
No había manera de que ella pudiera superar a un tipo así, y mucho menos a dos.
Ni siquiera le quedaba ingenio. Sus procesos mentales eran lentos, flojos. Hacer cualquier tipo de plan requería una mente clara, y eso la superaba. Lo que fuera que le habían dado le hacía casi imposible pensar en condiciones.
Gerald ahora conducía realmente rápido. Demasiado rápido. ¿Qué tipo de carretera era para permitirle correr así?
Aunque el coche tenía la insonorización excepcional de los vehículos caros, un ocasional ruido sordo llegaba hasta el interior, un sonido que empezaba bajo y aumentaba en intensidad. Un fuerte olor penetró, un olor tanto químico como familiar.
Con un giro de ruedas, llegó hasta algún tipo de cubierto. El sol desapareció inmediatamente. Mientras el coche se iba deteniendo, pasó por debajo de algo. Algo largo y metálico... un ala.
Un ala de avión. El coche se detuvo, meciéndose dolorosamente hacia delante y luego hacia atrás. Ella levantó la vista hacia la ventana y vio el metal curvado y las portillas redondeadas del casco de un avión.
Incluso su atontada y adolorida cabeza era capaz de sumar uno y uno. Habían llegado a un aeropuerto. De alguna manera pasaron la seguridad y habían ido directamente al hangar y, ay Dios, había un avión justo ahí.
_____(tn) meneó la cabeza. En algún lugar en el fondo de su mente pensaba que de alguna forma, no sabía cómo, pero de alguna manera Nicholas la encontraría. Que aparecería galopando a rescatarla y que ganaría, porque era el bueno y los buenos siempre ganan, ¿verdad? Súper Nicholas al rescate, cayendo en picado y salvando el día.
No iba a suceder. No podía suceder.
Gerald y su (¿qué?, ¿acólito?, ¿esbirro?) lo que fuera, iban a meterla en un avión y estaría perdida para siempre. Este no era un vuelo programado, perteneciente a una compañía aérea.
_____(tn) sabía que Gerald tenía dos aviones, uno para los ejecutivos de su compañía y el otro reservado para su uso personal. Un Learjet. Sabía cuánto había costado, de segunda mano, cuánto costaba usarlo, cuánto de ese coste lo desgravaba de sus impuestos.
Probablemente este era su avión. Podía volar cuando quisiera, sin pedirle a nadie permiso. Podía volar donde quisiera.
Bearclaw tenía un pequeño aeródromo propio. Los pilotos de Gerald podían aterrizar ya oscurecido y nadie sabría que ella había estado en aquel avión. Si le hacía a ella lo que le había hecho a Arlen, a aquel Mikowski, a Roddy y a la pobre Kerry (daba igual lo que aquella voz maligna desde el infierno dijera, Kerry estaba muerta) bueno, Gerald poseía más de siete mil acres de tierra, mucha de ella pantanosa.
Podía enterrarla donde nadie la encontraría jamás. Ni todos los policías y sus perros del mundo podrían encontrarla.
Estaba perdida y no tenía cartas que jugar.
Las dos puertas delanteras del coche se abrieron y los hombres salieron. _____(tn) apretó los ojos para cerrarlos. La única ventaja que tenía era que no sabían que ella había recobrado el conocimiento. Las drogas afectan a las personas de maneras diferentes.
Si podía fingir que seguía inconsciente, podría... ¿podría qué?
Vivir.
Vivir unos momentos más. Sentir su cuerpo, aunque estuviera sacudido por el dolor. Respirar, incluso si era polvo y los humos del diesel. Pensar. Pensar en Nicholas y lo que, tal vez, habrían tenido juntos.
Lágrimas le cayeron de los ojos, aunque no podía usar las manos para limpiárselas.
Nicholas.
Lo que habían encontrado juntos, ¿habría sido algo verdadero y duradero? Ay, Dios. Imágenes densas, llenas de color y del peso de la verdad, pasaron por su cabeza. Nicholas riéndose, sirviéndole vino mientras ella cocinaba. No era una gran cocinera, pero él la amaba, y se lo habría tragado todo. Sentado con una media sonrisa en su rostro mientras ella canturreaba para él. Una alegría más allá de este mundo en el rostro de él mientras sostenía a su hijo recién nacido.
Horas, días, semanas, años juntos. Amándose, amando a su familia. Sus hijos
crecerían con los de Sam y Nicole en un círculo unido y amoroso, protegidos y a
salvo. Tan diferente de su niñez y la de Nicholas. Mike sería un tío atento.
Observarlos crecer, día a día, año a año. Ella grabaría canciones, tal vez tocaría algunos conciertos en la zona de San Diego. La compañía de Nicholas se expandiría porque él, Sam y Mike eran buenos en lo que hacían. Ella les llevaría las cuentas porque era buena haciéndolo.
Al final de la jornada de trabajo una familia feliz a la que regresar. Navidades, pascuas, cumpleaños, aniversarios. Todo celebrado con amor.
El lío y el jaleo de los críos. Peleas, risas, triunfos, dramas de la juventud. No tendrían que tener siempre cuidado como ella había tenido que hacer, porque bajo sus pies habría terreno sólido.
Niños fuertes y felices. Niños que crecerían para seguir sus sueños. Ella y Nicholas envejecerían, se harían más débiles, más felices. Nietos...
Era algo que le sucedería a otra _____(tn) y a otro Nicholas, en un universo paralelo. En éste, ella desaparecería, y él lloraría a otra Perdida que no pudo salvar.
Moriría, perdería todo ese amor y risas, ¿y para qué? Para que Gerald pudiera mantener su imperio, construido sobre hurto, asesinato y avaricia. Para que pudiera matar con impunidad. Solo haría desaparecer gente de sus vidas porque le convenía.
Era monstruoso. Él era un monstruo.
Gracias a Dios que había mandado el email al FBI y gracias a Dios que Nicholas, Mike y Sam tenían la información que Nicole había desentramado. Ellos se asegurarían de que llegara a las manos del FBI.
Tal vez Gerald acabaría mal, después de todo. El FBI era bueno, exhaustivo, incorrupto. No serían como los entrenados policías de Gerald, allá en casa. Estos cavarían, cavarían y cavarían.
Todavía sintió más odio hacia Gerald. Odio hacia todos ellos, por el hombre que había maltratado hasta la muerte a la hermana pequeña de Nicholas, por el hombre del que Kerry había estado tan asustada, pero sobre todo, odio hacia Gerald y todos sus hombres que le cosquilleaba en las venas como algún tipo de droga.
Iba a morir, pero por Dios que antes iba a herir a Gerald, de alguna manera.
La puerta trasera se abrió y el ruido de los motores y los humos fuertes del diesel asaltaron sus sentidos.
Ella se mantuvo completamente quieta, los ojos cerrados e inmóvil. Sería un peso muerto. Bien. Hazles trabajar para sacarla del coche.
—Cógela —la voz fría de Gerald. La reconocería donde fuera.
—Seh. La llevaré al avión. —El segundo hombre tenía un acento raro. El acento que todos hablaban en la peli de Clint Eastwood, Invictus. Sudafricano.
—Hazlo. Hablaré con los pilotos. Estarán listos para el despegue. Vamos a subir al aire.
_____(tn) intentó obligarse a quedarse rígida y difícil de mover, pero el rubio la llevó con sonoros pasos sobre el suelo de cemento y se movía sin problemas por las escaleras del avión, sujetándole las piernas con un brazo sobre las rodillas.
Sintió que el sudafricano se agachaba y pasaron a la cabina. La calidad del aire cambió inmediatamente. Más fresco, más claro. El ruido de fuera bajó hasta desaparecer cuando oyó el ruido de la puerta al cerrarse.
Estaban en el avión.
Fue tirada sin ninguna ceremonia sobre el asiento de piel. Ella se repantigó, dejando suelto todo su cuerpo, con los brazos colgando.
Todo le dolía, pero estaba viva.
Tal vez se quedarían ahí un rato, en el avión. Tal vez estaban esperando a alguien.
Tal vez el avión necesitaba carburante.
¿Habría alguna manera de que el FBI encontrara a Gerald? ¿Realizarían un plan de vuelo?
Cuando ella desapareciera, Nicholas leería su email y contactaría con el FBI
inmediatamente. Mientras su cabeza se aclaraba de la droga lentamente y era capaz
de poner dos ideas seguidas, la esperanza surgió en ella.
Nicholas forzaría al FBI a encontrarlos, pondrían puestos de vigilancia, revisando
todas las carreteras, trenes, autobuses y aviones.
Tal vez todo lo que necesitaba era que Gerald y su chico sudafricano se quedaran en el avión mientras el FBI y Nicholas hacían su parte.
Quédate ahí, le ordenó al avión.
Como si contestara, un anuncio incomprensible de la cabina del piloto desde los altavoces y los motores se encendieron. Un minuto más tarde el avión empezó a moverse lentamente.
_____(tn) se arriesgó a medio abrir un ojo y vio que el avión estaba rodando desde el hangar hacia fuera, al sol.
El lugar parecía completamente desierto. Incluso si se pusiera de pie y golpeara las ventanas no había nadie para oírla. Nadie a quien le importara.
Las notas de los motores cambiaron cuando el piloto encendió una marcha más alta. Se estaban moviendo.
Y eso era todo. Ya era mujer muerta.
—¿Cuánto más? —preguntó Sam.
Nicholas hizo sus cálculos mentales, mirando al punto verde, ahora quieto, mirando en el mapa extendido.
—Dos kilómetros. Un par de minutos. —Levantó la cabeza—. ¡Allí! —señaló justo delante, donde el aeródromo iba apareciendo lentamente. Bastantes hangares de tamaño medio, un par de jets pequeños aparcados fuera. Mientras observaba, un Boeing 707 despegó.
En algún lugar de aquel aeródromo estaba _____(tn).
Aguanta, tesoro. Ya llego.
—¿Dónde está la entrada? —preguntó Sam. Ni siquiera se atrevía a echar un vistazo hacia Nicholas. Estaba forzando al coche hasta el máximo.
Nicholas recorrió el mapa con el dedo, alrededor, alrededor...
—¡Mierda! Está en el lado norte. Si ya está en un avión, no tenemos tiempo de rodear el perímetro.
—Agárrate. —La cara de Sam era sombría mientras se asía fuertemente del volante, lo giraba y forzaba el coche a hacer un giro de cuarenta y cinco grados, levantando polvo a su paso, hasta que estuvieron frente a la verja. Apretó el acelerador hasta el fondo y estaba yendo al menos a doscientos por hora cuando chocaron contra la verja de color carbón, levantando los postes a los lados—. ¿Qué hangar?
Eso era más difícil de decir, y Nicholas tenía que acertarlo. Miró el pequeño monitor como si _____(tn) pudiera haberle dejado ahí un mensaje. ¿Dónde estás, tesoro?
Ahí. Su dedo se tensó en el punto verde de la pantalla. Ella estaba allí.
—Dos en punto. Hangar verde. Mike, ¿tienes tu equipo a punto?
—Cuenta con ello —la profunda voz de Mike llegó desde atrás. Y Nicholas lo hizo, porque Mike era bueno con sus trastos—. ¿Tienes la cabeza jodida o está en su sitio?
Nicholas entendía lo que Mike le estaba preguntando. ¿Iba a ser un miembro del equipo o iba a ser un as descontrolado, capaz de poner en juego la misión, costándoles sus vidas?
Nicholas miró hacia adelante, al hangar del tamaño de un pulgar en el horizonte pero haciéndose más grande rápidamente. Cuando llegaran allí tendrían una única oportunidad de salvar a _____(tn). Una. Un paso en falso y él acabaría con una _____(tn) muerta, unos hermanos muertos y su vida hecha una ruina humeante.
Estaba cagado de miedo de joderla. Tenía que sacar la cabeza de ese estado, y rápido. Apretó la cabeza contra el reposacabezas, recomponiéndose, sintiendo cada nervio y músculo de su cuerpo tenso, el corazón latiendo, el retumbo _____(tn) _____(tn) _____(tn) latiéndole rápidamente en la cabeza, las manos hechas puños, gruesas y torpes, sobre sus rodillas. Sentía ligera la cabeza y durante un segundo solo observó el hangar que se hacía más y más grande en el horizonte.
Un fuerte resoplido le llegó al hombro desde atrás.
—¡Nicholas! —bramó Mike—. ¡Regresa!
Y se le aclaró la cabeza, sus manos volvieron a sentirse normales, y el edificio tan grande como su palma en el horizonte tenía a _____(tn) dentro, a una nada de morir.
No había sido capaz de salvar a Crissy, aunque Dios sabía que lo había intentado. Aquel cabronazo de Rod la había cogido como si nada y la había lanzado contra la pared como si hubiera sido una muñeca en vez de una niñita encantadora.
Ellos ganaban. Ellos siempre ganaban, los malparidos. Siempre.
Eso se detenía ahí y ahora. _____(tn) era el amor de su vida, la luz en la oscuridad. Ella le había salvado la vida en aquellos dolorosos meses de rehabilitación, aquella encantadora voz en la oscuridad cantando solo para él. Entendiendo el dolor y convirtiéndolo en magia. Magia. La mujer era pura magia, una entre un millón, y no iba a perderla en manos de Gerald Montez o Piet van der Boeke.
Su vida entera le pasó en ese mismo momento. Si perdía esto, si perdía a _____(tn), y si sus hermanos acababan heridos o muertos, su vida entera se habría acabado.
Y eso no iba a suceder.
Estaba de regreso e iba a ganar.
—Seh —le dijo a Mike—. Estoy bien. Ten tu arma preparada. Daremos una vuelta alrededor...
—Mierda —dijo Sam.
Los tres miraron a la distancia, donde un avión estaba rodando. Nicholas comprobó el monitor, el punto vede moviéndose lentamente.
—Es ella. Tenemos que detener ese avión.
Si el avión despegaba, _____(tn) estaría perdida y él no iba a perderla. No era una opción.
Se formó un plan en su mente, de golpe, como si hubiera tenido días para encajarlo. Lo formuló en su cabeza, sabiendo que solo funcionaría si podía confiar en Sam y Mike por completo.
Y podía.
—¡Sam! —gritó—. ¿Puedes alcanzar al avión? Irá despacio hasta que llegue a la pista. ¿Puedes llegar hasta él y alinearte antes de llegar a la pista?
—Tendré que hacerlo, ¿no? —replicó Sam calmadamente mientras la furgoneta hacía otro giro y ahora se viajaba más allá de los límites de su capacidad. Por fuerte que fuera el vehículo, empezó a temblar como si se fuera a deshacer a piezas.
Sam mantuvo el pie en el pedal mientras los meneos se hacían más evidentes y fuertes. Pero el avión ahora era ya grande en el horizonte, y estaba aumentando la velocidad. Con un giro brusco, Sam lo alcanzó, manteniendo el ritmo justo detrás del ala a estribor.
Tirada en el suelo del coche, todo lo que _____(tn) podía ver era cielo vacío. Ni postes de teléfono, ni señales de calles, ni edificios, nada. Condujeron durante tal vez un cuarto de hora por carreteras tan rudas que podía oír e incluso sentir las rocas chocando contra los bajos del coche y podía ver por fuera de la ventana los restos del polvo que iban levantando. Finalmente regresaron al asfalto.
Los dos hombres de delante no hablaban. No tenía ni idea de cuáles eran sus planes, excepto que jamás los sobreviviría.
Ay, Dios. ¿Cómo había cometido ese error? ¿Y cómo podía haberla estado esperando Gerald? Apenas había salido del edificio de Nicholas que no había tenido tiempo ni de llamar a un taxi, cuando un tipo rubio se había acercado a por ella corriendo. Un segundo más tarde el gran Mercedes negro apareció donde estaban.
Debían haber estado esperando en el coche justo afuera del edificio. ¿Pero cómo? ¿Cómo lo sabían?
Fuera como fuera, era demasiado tarde para preocuparse. De hecho, era demasiado tarde para preocuparse por nada. Había llegado a un punto muerto, un lugar donde nada que pudiera hacer influiría en el resultado. Estaba en las manos de dos hombres listos, fuertes. Durante los pocos segundos que el rubio la había agarrado del brazo con fuerza y la había tirado contra sí, sintió los músculos duros y trabajados, del mismo tipo de los de Nicholas.
No había manera de que ella pudiera superar a un tipo así, y mucho menos a dos.
Ni siquiera le quedaba ingenio. Sus procesos mentales eran lentos, flojos. Hacer cualquier tipo de plan requería una mente clara, y eso la superaba. Lo que fuera que le habían dado le hacía casi imposible pensar en condiciones.
Gerald ahora conducía realmente rápido. Demasiado rápido. ¿Qué tipo de carretera era para permitirle correr así?
Aunque el coche tenía la insonorización excepcional de los vehículos caros, un ocasional ruido sordo llegaba hasta el interior, un sonido que empezaba bajo y aumentaba en intensidad. Un fuerte olor penetró, un olor tanto químico como familiar.
Con un giro de ruedas, llegó hasta algún tipo de cubierto. El sol desapareció inmediatamente. Mientras el coche se iba deteniendo, pasó por debajo de algo. Algo largo y metálico... un ala.
Un ala de avión. El coche se detuvo, meciéndose dolorosamente hacia delante y luego hacia atrás. Ella levantó la vista hacia la ventana y vio el metal curvado y las portillas redondeadas del casco de un avión.
Incluso su atontada y adolorida cabeza era capaz de sumar uno y uno. Habían llegado a un aeropuerto. De alguna manera pasaron la seguridad y habían ido directamente al hangar y, ay Dios, había un avión justo ahí.
_____(tn) meneó la cabeza. En algún lugar en el fondo de su mente pensaba que de alguna forma, no sabía cómo, pero de alguna manera Nicholas la encontraría. Que aparecería galopando a rescatarla y que ganaría, porque era el bueno y los buenos siempre ganan, ¿verdad? Súper Nicholas al rescate, cayendo en picado y salvando el día.
No iba a suceder. No podía suceder.
Gerald y su (¿qué?, ¿acólito?, ¿esbirro?) lo que fuera, iban a meterla en un avión y estaría perdida para siempre. Este no era un vuelo programado, perteneciente a una compañía aérea.
_____(tn) sabía que Gerald tenía dos aviones, uno para los ejecutivos de su compañía y el otro reservado para su uso personal. Un Learjet. Sabía cuánto había costado, de segunda mano, cuánto costaba usarlo, cuánto de ese coste lo desgravaba de sus impuestos.
Probablemente este era su avión. Podía volar cuando quisiera, sin pedirle a nadie permiso. Podía volar donde quisiera.
Bearclaw tenía un pequeño aeródromo propio. Los pilotos de Gerald podían aterrizar ya oscurecido y nadie sabría que ella había estado en aquel avión. Si le hacía a ella lo que le había hecho a Arlen, a aquel Mikowski, a Roddy y a la pobre Kerry (daba igual lo que aquella voz maligna desde el infierno dijera, Kerry estaba muerta) bueno, Gerald poseía más de siete mil acres de tierra, mucha de ella pantanosa.
Podía enterrarla donde nadie la encontraría jamás. Ni todos los policías y sus perros del mundo podrían encontrarla.
Estaba perdida y no tenía cartas que jugar.
Las dos puertas delanteras del coche se abrieron y los hombres salieron. _____(tn) apretó los ojos para cerrarlos. La única ventaja que tenía era que no sabían que ella había recobrado el conocimiento. Las drogas afectan a las personas de maneras diferentes.
Si podía fingir que seguía inconsciente, podría... ¿podría qué?
Vivir.
Vivir unos momentos más. Sentir su cuerpo, aunque estuviera sacudido por el dolor. Respirar, incluso si era polvo y los humos del diesel. Pensar. Pensar en Nicholas y lo que, tal vez, habrían tenido juntos.
Lágrimas le cayeron de los ojos, aunque no podía usar las manos para limpiárselas.
Nicholas.
Lo que habían encontrado juntos, ¿habría sido algo verdadero y duradero? Ay, Dios. Imágenes densas, llenas de color y del peso de la verdad, pasaron por su cabeza. Nicholas riéndose, sirviéndole vino mientras ella cocinaba. No era una gran cocinera, pero él la amaba, y se lo habría tragado todo. Sentado con una media sonrisa en su rostro mientras ella canturreaba para él. Una alegría más allá de este mundo en el rostro de él mientras sostenía a su hijo recién nacido.
Horas, días, semanas, años juntos. Amándose, amando a su familia. Sus hijos
crecerían con los de Sam y Nicole en un círculo unido y amoroso, protegidos y a
salvo. Tan diferente de su niñez y la de Nicholas. Mike sería un tío atento.
Observarlos crecer, día a día, año a año. Ella grabaría canciones, tal vez tocaría algunos conciertos en la zona de San Diego. La compañía de Nicholas se expandiría porque él, Sam y Mike eran buenos en lo que hacían. Ella les llevaría las cuentas porque era buena haciéndolo.
Al final de la jornada de trabajo una familia feliz a la que regresar. Navidades, pascuas, cumpleaños, aniversarios. Todo celebrado con amor.
El lío y el jaleo de los críos. Peleas, risas, triunfos, dramas de la juventud. No tendrían que tener siempre cuidado como ella había tenido que hacer, porque bajo sus pies habría terreno sólido.
Niños fuertes y felices. Niños que crecerían para seguir sus sueños. Ella y Nicholas envejecerían, se harían más débiles, más felices. Nietos...
Era algo que le sucedería a otra _____(tn) y a otro Nicholas, en un universo paralelo. En éste, ella desaparecería, y él lloraría a otra Perdida que no pudo salvar.
Moriría, perdería todo ese amor y risas, ¿y para qué? Para que Gerald pudiera mantener su imperio, construido sobre hurto, asesinato y avaricia. Para que pudiera matar con impunidad. Solo haría desaparecer gente de sus vidas porque le convenía.
Era monstruoso. Él era un monstruo.
Gracias a Dios que había mandado el email al FBI y gracias a Dios que Nicholas, Mike y Sam tenían la información que Nicole había desentramado. Ellos se asegurarían de que llegara a las manos del FBI.
Tal vez Gerald acabaría mal, después de todo. El FBI era bueno, exhaustivo, incorrupto. No serían como los entrenados policías de Gerald, allá en casa. Estos cavarían, cavarían y cavarían.
Todavía sintió más odio hacia Gerald. Odio hacia todos ellos, por el hombre que había maltratado hasta la muerte a la hermana pequeña de Nicholas, por el hombre del que Kerry había estado tan asustada, pero sobre todo, odio hacia Gerald y todos sus hombres que le cosquilleaba en las venas como algún tipo de droga.
Iba a morir, pero por Dios que antes iba a herir a Gerald, de alguna manera.
La puerta trasera se abrió y el ruido de los motores y los humos fuertes del diesel asaltaron sus sentidos.
Ella se mantuvo completamente quieta, los ojos cerrados e inmóvil. Sería un peso muerto. Bien. Hazles trabajar para sacarla del coche.
—Cógela —la voz fría de Gerald. La reconocería donde fuera.
—Seh. La llevaré al avión. —El segundo hombre tenía un acento raro. El acento que todos hablaban en la peli de Clint Eastwood, Invictus. Sudafricano.
—Hazlo. Hablaré con los pilotos. Estarán listos para el despegue. Vamos a subir al aire.
_____(tn) intentó obligarse a quedarse rígida y difícil de mover, pero el rubio la llevó con sonoros pasos sobre el suelo de cemento y se movía sin problemas por las escaleras del avión, sujetándole las piernas con un brazo sobre las rodillas.
Sintió que el sudafricano se agachaba y pasaron a la cabina. La calidad del aire cambió inmediatamente. Más fresco, más claro. El ruido de fuera bajó hasta desaparecer cuando oyó el ruido de la puerta al cerrarse.
Estaban en el avión.
Fue tirada sin ninguna ceremonia sobre el asiento de piel. Ella se repantigó, dejando suelto todo su cuerpo, con los brazos colgando.
Todo le dolía, pero estaba viva.
Tal vez se quedarían ahí un rato, en el avión. Tal vez estaban esperando a alguien.
Tal vez el avión necesitaba carburante.
¿Habría alguna manera de que el FBI encontrara a Gerald? ¿Realizarían un plan de vuelo?
Cuando ella desapareciera, Nicholas leería su email y contactaría con el FBI
inmediatamente. Mientras su cabeza se aclaraba de la droga lentamente y era capaz
de poner dos ideas seguidas, la esperanza surgió en ella.
Nicholas forzaría al FBI a encontrarlos, pondrían puestos de vigilancia, revisando
todas las carreteras, trenes, autobuses y aviones.
Tal vez todo lo que necesitaba era que Gerald y su chico sudafricano se quedaran en el avión mientras el FBI y Nicholas hacían su parte.
Quédate ahí, le ordenó al avión.
Como si contestara, un anuncio incomprensible de la cabina del piloto desde los altavoces y los motores se encendieron. Un minuto más tarde el avión empezó a moverse lentamente.
_____(tn) se arriesgó a medio abrir un ojo y vio que el avión estaba rodando desde el hangar hacia fuera, al sol.
El lugar parecía completamente desierto. Incluso si se pusiera de pie y golpeara las ventanas no había nadie para oírla. Nadie a quien le importara.
Las notas de los motores cambiaron cuando el piloto encendió una marcha más alta. Se estaban moviendo.
Y eso era todo. Ya era mujer muerta.
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—¿Cuánto más? —preguntó Sam.
Nicholas hizo sus cálculos mentales, mirando al punto verde, ahora quieto, mirando en el mapa extendido.
—Dos kilómetros. Un par de minutos. —Levantó la cabeza—. ¡Allí! —señaló justo delante, donde el aeródromo iba apareciendo lentamente. Bastantes hangares de tamaño medio, un par de jets pequeños aparcados fuera. Mientras observaba, un Boeing 707 despegó.
En algún lugar de aquel aeródromo estaba _____(tn).
Aguanta, tesoro. Ya llego.
—¿Dónde está la entrada? —preguntó Sam. Ni siquiera se atrevía a echar un vistazo hacia Nicholas. Estaba forzando al coche hasta el máximo.
Nicholas recorrió el mapa con el dedo, alrededor, alrededor...
—¡Mierda! Está en el lado norte. Si ya está en un avión, no tenemos tiempo de rodear el perímetro.
—Agárrate. —La cara de Sam era sombría mientras se asía fuertemente del volante, lo giraba y forzaba el coche a hacer un giro de cuarenta y cinco grados, levantando polvo a su paso, hasta que estuvieron frente a la verja. Apretó el acelerador hasta el fondo y estaba yendo al menos a doscientos por hora cuando chocaron contra la verja de color carbón, levantando los postes a los lados—. ¿Qué hangar?
Eso era más difícil de decir, y Nicholas tenía que acertarlo. Miró el pequeño monitor como si _____(tn) pudiera haberle dejado ahí un mensaje. ¿Dónde estás, tesoro?
Ahí. Su dedo se tensó en el punto verde de la pantalla. Ella estaba allí.
—Dos en punto. Hangar verde. Mike, ¿tienes tu equipo a punto?
—Cuenta con ello —la profunda voz de Mike llegó desde atrás. Y Nicholas lo hizo, porque Mike era bueno con sus trastos—. ¿Tienes la cabeza jodida o está en su sitio?
Nicholas entendía lo que Mike le estaba preguntando. ¿Iba a ser un miembro del equipo o iba a ser un as descontrolado, capaz de poner en juego la misión, costándoles sus vidas?
Nicholas miró hacia adelante, al hangar del tamaño de un pulgar en el horizonte pero haciéndose más grande rápidamente. Cuando llegaran allí tendrían una única oportunidad de salvar a _____(tn). Una. Un paso en falso y él acabaría con una _____(tn) muerta, unos hermanos muertos y su vida hecha una ruina humeante.
Estaba cagado de miedo de joderla. Tenía que sacar la cabeza de ese estado, y rápido. Apretó la cabeza contra el reposacabezas, recomponiéndose, sintiendo cada nervio y músculo de su cuerpo tenso, el corazón latiendo, el retumbo _____(tn) _____(tn) _____(tn) latiéndole rápidamente en la cabeza, las manos hechas puños, gruesas y torpes, sobre sus rodillas. Sentía ligera la cabeza y durante un segundo solo observó el hangar que se hacía más y más grande en el horizonte.
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Un fuerte resoplido le llegó al hombro desde atrás.
—¡Nicholas! —bramó Mike—. ¡Regresa!
Y se le aclaró la cabeza, sus manos volvieron a sentirse normales, y el edificio tan grande como su palma en el horizonte tenía a _____(tn) dentro, a una nada de morir.
No había sido capaz de salvar a Crissy, aunque Dios sabía que lo había intentado. Aquel cabronazo de Rod la había cogido como si nada y la había lanzado contra la pared como si hubiera sido una muñeca en vez de una niñita encantadora.
Ellos ganaban. Ellos siempre ganaban, los malparidos. Siempre.
Eso se detenía ahí y ahora. _____(tn) era el amor de su vida, la luz en la oscuridad. Ella le había salvado la vida en aquellos dolorosos meses de rehabilitación, aquella encantadora voz en la oscuridad cantando solo para él. Entendiendo el dolor y convirtiéndolo en magia. Magia. La mujer era pura magia, una entre un millón, y no iba a perderla en manos de Gerald Montez o Piet van der Boeke.
Su vida entera le pasó en ese mismo momento. Si perdía esto, si perdía a _____(tn), y si sus hermanos acababan heridos o muertos, su vida entera se habría acabado.
Y eso no iba a suceder.
Estaba de regreso e iba a ganar.
—Seh —le dijo a Mike—. Estoy bien. Ten tu arma preparada. Daremos una vuelta alrededor...
—Mierda —dijo Sam.
Los tres miraron a la distancia, donde un avión estaba rodando. Nicholas comprobó el monitor, el punto vede moviéndose lentamente.
—Es ella. Tenemos que detener ese avión.
Si el avión despegaba, _____(tn) estaría perdida y él no iba a perderla. No era una opción.
Se formó un plan en su mente, de golpe, como si hubiera tenido días para encajarlo. Lo formuló en su cabeza, sabiendo que solo funcionaría si podía confiar en Sam y Mike por completo.
Y podía.
—¡Sam! —gritó—. ¿Puedes alcanzar al avión? Irá despacio hasta que llegue a la pista. ¿Puedes llegar hasta él y alinearte antes de llegar a la pista?
—Tendré que hacerlo, ¿no? —replicó Sam calmadamente mientras la furgoneta hacía otro giro y ahora se viajaba más allá de los límites de su capacidad. Por fuerte que fuera el vehículo, empezó a temblar como si se fuera a deshacer a piezas.
Sam mantuvo el pie en el pedal mientras los meneos se hacían más evidentes y fuertes. Pero el avión ahora era ya grande en el horizonte, y estaba aumentando la velocidad. Con un giro brusco, Sam lo alcanzó, manteniendo el ritmo justo detrás del ala a estribor.
OMJ! :affraid:
esto esta cada vez más emocionante! :pale: :affraid:
las leo más tarde! ;)
Lu wH!;*
:hi:
esto esta cada vez más emocionante! :pale: :affraid:
las leo más tarde! ;)
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
awwww Nicholas salvala
Pobre de Nick no la puede perder
Que lindo todo lo que se imagino la rayiz :arre:
Un bebe de Nick :hug:
Siguela!!!!!
Pobre de Nick no la puede perder
Que lindo todo lo que se imagino la rayiz :arre:
Un bebe de Nick :hug:
Siguela!!!!!
aranzhitha
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
ohhh! me encanto el cap!
siguela pronto
de verdad que no se que mas poner
solo quiero leer D:
siguela pronto
de verdad que no se que mas poner
solo quiero leer D:
Rebecca Alvz
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
:affraid:
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
POR QUE LA CORTATES AHIIIIII!!!
MUUUEROOOOO!!!
POOOORRFIISSSS
NO TARDEEESSSSS
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
POR QUE LA CORTATES AHIIIIII!!!
MUUUEROOOOO!!!
POOOORRFIISSSS
NO TARDEEESSSSS
chelis
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
Waaaaaaa si la alcanzaran!!
Awwww esos tres son un encanto
Plis siguela!!
Awwww esos tres son un encanto
Plis siguela!!
Karli Jonas
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
Capitulo 16 (Parte 3)
Probablemente estaba en un punto ciego donde el radar del avión no podría detectarlos, porque los pilotos no mostraron signos de haber visto el vehículo. El avión estaba yendo despacio. El aeródromo no estaba lleno y tenían toda el área inmediata para ellos.
—Mike, reviéntales las ruedas.
Si alguien podía hacerlo, ese era Mike, pero incluso sus habilidades serían puestas a prueba. A esa velocidad, era difícil para Sam mantener el vehículo firme.
—Voy. —Abrió el panel trasero.
Había un pequeño banco que rodeaba el perímetro de la espaciosa zona trasera del Sprinter para cuando había que transportar un equipo entero a una operación. Mike colocó una rodilla en el banco para equilibrarse y se echó el rifle al hombro con un fluido movimiento debido a años de práctica.
—Sam... —dijo.
—Lo estoy equilibrando. —Sam agarró el volante también con los brazos, proveyéndole a Mike una plataforma firme, lo más humanamente posible teniendo en cuenta que era un vehículo en movimiento.
Nadie habló. Mike necesitaba concentrarse.
Un fuerte estallido, seguido inmediatamente de otro, hizo que dos de las cuatro ruedas delanteras explotaran. Inmediatamente saltaron chispas de las ruedas cuando el metal tocó el asfalto.
Mike no había usado silenciador, lo que habría hecho todavía más difícil el tiro. Nadie oiría el disparo dentro de un avión con los motores en movimiento.
El avión se tambaleó por un segundo, entonces Mike disparó al tercer y cuarto neumático del grupo delantero. Ahora el avión estaba dejando tras de sí una ráfaga de chispas.
Un bip en el oído de Nicholas y se oyó la voz de Aaron.
—Nicholas, estamos a unos siete minutos. He visto el video que envió tu señora. Quien fuera que lo ordenara, quien fuera que hiciera esto, tío, está acabado. Le he dicho a la torre que detenga todos los vuelos.
—Bueno, tenemos a un avión despegando ahora mismo, Aaron. Ella está dentro. Un Learjet, y están poniéndose en posición para despegar. Mike le ha disparado a los neumáticos delanteros pero no se detienen. ¿Qué coño pasa?
—Tal vez el piloto tiene órdenes de no detenerse.
—¡Pero no podrán aterrizar luego sin los malditos neumáticos!
—Pueden golpear tierra y esperar salir a pie. Quizá prefiera estrellarse que enfrentarse a vosotros, chicos, o está realmente loco, o quiere hacerle daño a la mujer. En todo caso, son malas noticias. Detenlo, Nicholas. Llegaremos y te ayudaremos a cazarlo
—Roger a eso.
Detener a Montez; era más fácil decirlo que hacerlo. La velocidad del avión iba en aumento, incluso faltándole cuatro neumáticos. Nicholas no se atrevía a pedirle a Mike que detuviera nada importante del fuselaje. No tenía ni idea de si una bala podía darle al tanque de carburante y hacer que saltara por los aires el jodido avión, con _____(tn) dentro. El avión viró a la izquierda y se metió en la pista. Iba acelerando, aunque lentamente. Pero si el piloto lo forzaba, o si tenía una pistola en la cabeza, en otros cinco minutos llegaría a V1, la velocidad de despegue, y se habrían ido.
—¡Mike! —gritó. El ruido del motor era casi apabullante. Estaban justo bajo un motor Pratt and Whitney y era como estar dentro de una hormigonera—. ¡Dame el arpón!
Mike regresó a su zona, todavía agarrando su Remington con la mano izquierda, y abrió una de las cajas de herramientas colocadas en la parte trasera. La caja de la derecha. Mike nunca se equivocaba en esas cosas.
Se la pasó, un juguetito nuevo que había sido probado solo en el laboratorio, de una joven compañía gestionada por ex soldados que también eran unos entusiastas de las pistolas. Un arma larga y gruesa que parecía una pistola espacial láser, solo que disparaba un poderoso gancho.
Era cosa de un único tiro. Si lo fallabas, perdías la oportunidad. Pero incluso si tuvieras dos disparos, sería demasiado tarde para intentarlo una segunda vez. El avión estaba teniendo problemas y traqueteando, pero si Nicholas no lo detenía, despegaría. Vería cómo _____(tn) se elevaba por los aires llevándose con ella su corazón, sabiendo que nada podría hacer para salvarla.
Así que no iba a joder la puntería.
Su camioneta tenía un techo panorámico, no para observar las vistas o para tomar el sol, sino porque a veces esa opción de salida era útil, como ahora. Desplegó el techo, colocó un par de cajas y se subió arriba. Se levantó hasta salir por el techo, una rodilla a cada lado de la apertura.
Alargó la mano hacia abajo y Mike le pasó el arpón. Sus ojos se encontraron. Si esto no funcionaba estaban jodidos. Incluso si lo hacía, tenía una posibilidad entre mil de rescatar a _____(tn).
—¡En equilibrio! —le gritó a Mike, sabiendo que él se lo diría a Sam. Sam estaba manteniendo el vehículo recto y firme, y no era algo fácil, porque el avión creaba fuertes bandadas de aire y estaba bamboleándose un poco. Sam había entendido lo que Nicholas estaba intentando hacer y trataba de mantenerse tan cercano al ala como era posible sin que el avión, casi fuera de control, lo echara de la vía.
Concéntrate.
Todo desapareció: el peligro de _____(tn), el avión que huía, los dos asesinos de dentro. Solo había dos cosas en este mundo, él y el filo del ala. Entre ellos iba a estirar el gancho mecánico, con sus cables hechos de fibra de nanotubos de carbono, el material más fuerte de la tierra, tan fuerte que si alguna vez se construía un elevador espacial, este cable tiraría de él. Era un secreto naval celosamente resguardado sobre el que Sam había metido las manos.
Mike alargó la mano y le pasó unos guantes para disparar con las palmas de kevlar. Interferiría una fracción con su objetivo de disparo, aunque como su objetivo medía diecinueve metros, era bastante improbable que fallara. Pero iba a escalar hasta el ala, colgándose de un cable de acero, y necesitaba guantes para protegerse las manos.
Mike levantó la mirada hacia él, esperando instrucciones de Sam. Sería bonito esperar las circunstancias precisas, pero la situación se iba empeorando por segundos. Nicholas asintió, disparó el arpón, tiró el arma a Mike para que éste pudiera envolver el cable a un palo en la furgoneta, sintió el agarre del gancho con el borde del ala, escuchó a Mike gritar ¡freno! a Sam, todo en un segundo que pareció durar una eternidad.
El ruido de la furgoneta frenando, Sam literalmente de pie sobre los frenos, se elevó por encima del ruido del avión. El cable se tensó, las vibraciones por dicha tensión sonando. Nicholas podía sentir la tensión en sus manos mientras el avión de once mil kilos tiraba del vehículo blindado de siete mil kilos.
Para despegar, ahora tendría que tirar de siete mil kilos tras de sí, porque ese cable no se iba a romper.
Nicholas tomó una profunda inspiración y se tiró al aire, aterrizando a medio camino en la zona entre la Sprinter y el avión. Éste iba dando tirones, tambaleándose fuertemente, temblando, el sonido de una lámina de metal arrancándose superó todo lo demás.
En el instante en que sus manos hicieron contacto con el cable, empezó a transportarse con las manos hasta que llegó al borde del ala. Se agarró tan fuerte como pudo con su mano izquierda mientras se empujaba arriba sobre el ala. Descansó un segundo, sintiendo temblar el fuselaje bajo su estómago, jadeando, esperando lo suficiente como para poder respirar.
Se levantó sobre manos y rodillas, mirando abajo brevemente para ver a Sam mirándolo a él.
Sam levantó el puño, levantando el pulgar. Todo bien hasta ahí.
El avión se iba deteniendo. Uno de los alerones se había separado y una sección de la placa de metal del borde se había combado.
La cabina de mando habría registrado todo eso. Habría alarmas encendidas, visuales y auditivas. Ningún piloto sobre la tierra intentaría despegar en estas condiciones. Los motores se apagaron y luego se acallaron.
El piloto estaba frenando.
Nicholas subió a gatas sobre el ala, usando cualquier cosa que pudiera para agarrarse hasta que llegó al fuselaje, agachándose para evitar el golpe de aire por la salida de los enormes motores a menos de tres metros de él.
La salida de emergencia sobre el ala tenía un mecanismo de apertura manual. La agarró mientras el avión finalmente se detuvo temblorosamente, poniéndose en diagonal sobre la pista, saliendo humo de las ruedas disparadas. Los motores se callaron de golpe, el silencio absoluto, excepto por el sonido de tic-tic del metal enfriándose.
La puerta de la salida de emergencia saltó hacia afuera. Por un momento todo lo que Nicholas pudo ver fue oscuridad a través del hueco hacia la cabina del avión. Parecía desierta. Nicholas apretó la mandíbula. No había cometido ningún error. Este era el avión y _____(tn) estaba en algún lugar ahí adentro. Apostaría su vida a ello. Ya había apostado su corazón.
Sin siquiera pensarlo, ya tenía su Desert Eagle4 en la mano.
No se atrevía a apartar los ojos del agujero negro y vacío para mirar abajo hacia sus hermanos. No necesitaba hacerlo. Confiaba en que ellos harían lo necesario en el momento preciso.
El tiempo se alargó. Se sintió como si fueran horas, vidas enteras, pero habían pasado solo segundos desde que el avión se había detenido lentamente.
Unas sombras se movieron en el oscuro interior de la cabina y de repente dos figuras aparecieron en la entrada, figuras brillantemente iluminadas sobre un escenario contra el fondo negro.
El corazón de Nicholas por poco salta por los aires.
Gerald Montez, sosteniendo a una desmadejada _____(tn), una inconsciente _____(tn), pero por favor, Dios, no una muerta _____(tn). Una Glock 19 apretaba su cabeza tan fuertemente que una gota de sangre le caía por la sien hacia su mejilla, resbalando por la barbilla.
Si sangraba, estaba viva.
Sabía quién era Montez, pero Montez no sabía quién era él.
—¡Tú! —gritó Montez—. ¡Quien mierda seas! ¡Abajo las armas! ¡Manos a los costados y retroceded o le vuelo la cabeza!
No tenía opción. La pesada Desert Eagle cayó sobre el ala y se deslizó, el ruido que hizo al golpear el asfalto oyéndose en el silencio. Tenía otras dos armas de repuesto, pero no podía sacar ninguna mientras Montez mantuviera esa arma sobre la cabeza de _____(tn).
Montez estaba teniendo dificultades sosteniendo a _____(tn), que estaba tan lacia que los pies le colgaban en una extraña posición sobre el suelo de la cabina, no sosteniéndola. Su brazo izquierdo le hacía eso. Dio un paso adelante y las piernas de ella golpearon y se arrastraron detrás de ella.
Montez era fuerte, pero sostener el peso entero de una mujer adulta con un brazo lo estaba agotando. El sudor le caía por la cara.
O tal vez era miedo, porque no le quedaban muchas opciones ahí, además de volarle la cabeza a _____(tn).
—Mike, reviéntales las ruedas.
Si alguien podía hacerlo, ese era Mike, pero incluso sus habilidades serían puestas a prueba. A esa velocidad, era difícil para Sam mantener el vehículo firme.
—Voy. —Abrió el panel trasero.
Había un pequeño banco que rodeaba el perímetro de la espaciosa zona trasera del Sprinter para cuando había que transportar un equipo entero a una operación. Mike colocó una rodilla en el banco para equilibrarse y se echó el rifle al hombro con un fluido movimiento debido a años de práctica.
—Sam... —dijo.
—Lo estoy equilibrando. —Sam agarró el volante también con los brazos, proveyéndole a Mike una plataforma firme, lo más humanamente posible teniendo en cuenta que era un vehículo en movimiento.
Nadie habló. Mike necesitaba concentrarse.
Un fuerte estallido, seguido inmediatamente de otro, hizo que dos de las cuatro ruedas delanteras explotaran. Inmediatamente saltaron chispas de las ruedas cuando el metal tocó el asfalto.
Mike no había usado silenciador, lo que habría hecho todavía más difícil el tiro. Nadie oiría el disparo dentro de un avión con los motores en movimiento.
El avión se tambaleó por un segundo, entonces Mike disparó al tercer y cuarto neumático del grupo delantero. Ahora el avión estaba dejando tras de sí una ráfaga de chispas.
Un bip en el oído de Nicholas y se oyó la voz de Aaron.
—Nicholas, estamos a unos siete minutos. He visto el video que envió tu señora. Quien fuera que lo ordenara, quien fuera que hiciera esto, tío, está acabado. Le he dicho a la torre que detenga todos los vuelos.
—Bueno, tenemos a un avión despegando ahora mismo, Aaron. Ella está dentro. Un Learjet, y están poniéndose en posición para despegar. Mike le ha disparado a los neumáticos delanteros pero no se detienen. ¿Qué coño pasa?
—Tal vez el piloto tiene órdenes de no detenerse.
—¡Pero no podrán aterrizar luego sin los malditos neumáticos!
—Pueden golpear tierra y esperar salir a pie. Quizá prefiera estrellarse que enfrentarse a vosotros, chicos, o está realmente loco, o quiere hacerle daño a la mujer. En todo caso, son malas noticias. Detenlo, Nicholas. Llegaremos y te ayudaremos a cazarlo
—Roger a eso.
Detener a Montez; era más fácil decirlo que hacerlo. La velocidad del avión iba en aumento, incluso faltándole cuatro neumáticos. Nicholas no se atrevía a pedirle a Mike que detuviera nada importante del fuselaje. No tenía ni idea de si una bala podía darle al tanque de carburante y hacer que saltara por los aires el jodido avión, con _____(tn) dentro. El avión viró a la izquierda y se metió en la pista. Iba acelerando, aunque lentamente. Pero si el piloto lo forzaba, o si tenía una pistola en la cabeza, en otros cinco minutos llegaría a V1, la velocidad de despegue, y se habrían ido.
—¡Mike! —gritó. El ruido del motor era casi apabullante. Estaban justo bajo un motor Pratt and Whitney y era como estar dentro de una hormigonera—. ¡Dame el arpón!
Mike regresó a su zona, todavía agarrando su Remington con la mano izquierda, y abrió una de las cajas de herramientas colocadas en la parte trasera. La caja de la derecha. Mike nunca se equivocaba en esas cosas.
Se la pasó, un juguetito nuevo que había sido probado solo en el laboratorio, de una joven compañía gestionada por ex soldados que también eran unos entusiastas de las pistolas. Un arma larga y gruesa que parecía una pistola espacial láser, solo que disparaba un poderoso gancho.
Era cosa de un único tiro. Si lo fallabas, perdías la oportunidad. Pero incluso si tuvieras dos disparos, sería demasiado tarde para intentarlo una segunda vez. El avión estaba teniendo problemas y traqueteando, pero si Nicholas no lo detenía, despegaría. Vería cómo _____(tn) se elevaba por los aires llevándose con ella su corazón, sabiendo que nada podría hacer para salvarla.
Así que no iba a joder la puntería.
Su camioneta tenía un techo panorámico, no para observar las vistas o para tomar el sol, sino porque a veces esa opción de salida era útil, como ahora. Desplegó el techo, colocó un par de cajas y se subió arriba. Se levantó hasta salir por el techo, una rodilla a cada lado de la apertura.
Alargó la mano hacia abajo y Mike le pasó el arpón. Sus ojos se encontraron. Si esto no funcionaba estaban jodidos. Incluso si lo hacía, tenía una posibilidad entre mil de rescatar a _____(tn).
—¡En equilibrio! —le gritó a Mike, sabiendo que él se lo diría a Sam. Sam estaba manteniendo el vehículo recto y firme, y no era algo fácil, porque el avión creaba fuertes bandadas de aire y estaba bamboleándose un poco. Sam había entendido lo que Nicholas estaba intentando hacer y trataba de mantenerse tan cercano al ala como era posible sin que el avión, casi fuera de control, lo echara de la vía.
Concéntrate.
Todo desapareció: el peligro de _____(tn), el avión que huía, los dos asesinos de dentro. Solo había dos cosas en este mundo, él y el filo del ala. Entre ellos iba a estirar el gancho mecánico, con sus cables hechos de fibra de nanotubos de carbono, el material más fuerte de la tierra, tan fuerte que si alguna vez se construía un elevador espacial, este cable tiraría de él. Era un secreto naval celosamente resguardado sobre el que Sam había metido las manos.
Mike alargó la mano y le pasó unos guantes para disparar con las palmas de kevlar. Interferiría una fracción con su objetivo de disparo, aunque como su objetivo medía diecinueve metros, era bastante improbable que fallara. Pero iba a escalar hasta el ala, colgándose de un cable de acero, y necesitaba guantes para protegerse las manos.
Mike levantó la mirada hacia él, esperando instrucciones de Sam. Sería bonito esperar las circunstancias precisas, pero la situación se iba empeorando por segundos. Nicholas asintió, disparó el arpón, tiró el arma a Mike para que éste pudiera envolver el cable a un palo en la furgoneta, sintió el agarre del gancho con el borde del ala, escuchó a Mike gritar ¡freno! a Sam, todo en un segundo que pareció durar una eternidad.
El ruido de la furgoneta frenando, Sam literalmente de pie sobre los frenos, se elevó por encima del ruido del avión. El cable se tensó, las vibraciones por dicha tensión sonando. Nicholas podía sentir la tensión en sus manos mientras el avión de once mil kilos tiraba del vehículo blindado de siete mil kilos.
Para despegar, ahora tendría que tirar de siete mil kilos tras de sí, porque ese cable no se iba a romper.
Nicholas tomó una profunda inspiración y se tiró al aire, aterrizando a medio camino en la zona entre la Sprinter y el avión. Éste iba dando tirones, tambaleándose fuertemente, temblando, el sonido de una lámina de metal arrancándose superó todo lo demás.
En el instante en que sus manos hicieron contacto con el cable, empezó a transportarse con las manos hasta que llegó al borde del ala. Se agarró tan fuerte como pudo con su mano izquierda mientras se empujaba arriba sobre el ala. Descansó un segundo, sintiendo temblar el fuselaje bajo su estómago, jadeando, esperando lo suficiente como para poder respirar.
Se levantó sobre manos y rodillas, mirando abajo brevemente para ver a Sam mirándolo a él.
Sam levantó el puño, levantando el pulgar. Todo bien hasta ahí.
El avión se iba deteniendo. Uno de los alerones se había separado y una sección de la placa de metal del borde se había combado.
La cabina de mando habría registrado todo eso. Habría alarmas encendidas, visuales y auditivas. Ningún piloto sobre la tierra intentaría despegar en estas condiciones. Los motores se apagaron y luego se acallaron.
El piloto estaba frenando.
Nicholas subió a gatas sobre el ala, usando cualquier cosa que pudiera para agarrarse hasta que llegó al fuselaje, agachándose para evitar el golpe de aire por la salida de los enormes motores a menos de tres metros de él.
La salida de emergencia sobre el ala tenía un mecanismo de apertura manual. La agarró mientras el avión finalmente se detuvo temblorosamente, poniéndose en diagonal sobre la pista, saliendo humo de las ruedas disparadas. Los motores se callaron de golpe, el silencio absoluto, excepto por el sonido de tic-tic del metal enfriándose.
La puerta de la salida de emergencia saltó hacia afuera. Por un momento todo lo que Nicholas pudo ver fue oscuridad a través del hueco hacia la cabina del avión. Parecía desierta. Nicholas apretó la mandíbula. No había cometido ningún error. Este era el avión y _____(tn) estaba en algún lugar ahí adentro. Apostaría su vida a ello. Ya había apostado su corazón.
Sin siquiera pensarlo, ya tenía su Desert Eagle4 en la mano.
No se atrevía a apartar los ojos del agujero negro y vacío para mirar abajo hacia sus hermanos. No necesitaba hacerlo. Confiaba en que ellos harían lo necesario en el momento preciso.
El tiempo se alargó. Se sintió como si fueran horas, vidas enteras, pero habían pasado solo segundos desde que el avión se había detenido lentamente.
Unas sombras se movieron en el oscuro interior de la cabina y de repente dos figuras aparecieron en la entrada, figuras brillantemente iluminadas sobre un escenario contra el fondo negro.
El corazón de Nicholas por poco salta por los aires.
Gerald Montez, sosteniendo a una desmadejada _____(tn), una inconsciente _____(tn), pero por favor, Dios, no una muerta _____(tn). Una Glock 19 apretaba su cabeza tan fuertemente que una gota de sangre le caía por la sien hacia su mejilla, resbalando por la barbilla.
Si sangraba, estaba viva.
Sabía quién era Montez, pero Montez no sabía quién era él.
—¡Tú! —gritó Montez—. ¡Quien mierda seas! ¡Abajo las armas! ¡Manos a los costados y retroceded o le vuelo la cabeza!
No tenía opción. La pesada Desert Eagle cayó sobre el ala y se deslizó, el ruido que hizo al golpear el asfalto oyéndose en el silencio. Tenía otras dos armas de repuesto, pero no podía sacar ninguna mientras Montez mantuviera esa arma sobre la cabeza de _____(tn).
Montez estaba teniendo dificultades sosteniendo a _____(tn), que estaba tan lacia que los pies le colgaban en una extraña posición sobre el suelo de la cabina, no sosteniéndola. Su brazo izquierdo le hacía eso. Dio un paso adelante y las piernas de ella golpearon y se arrastraron detrás de ella.
Montez era fuerte, pero sostener el peso entero de una mujer adulta con un brazo lo estaba agotando. El sudor le caía por la cara.
O tal vez era miedo, porque no le quedaban muchas opciones ahí, además de volarle la cabeza a _____(tn).
:affraid:
OMJ!
cada vez más emocionante! :twisted:
Las leo mañana! ;)
Lu wH!;*
:hi:
OMJ!
cada vez más emocionante! :twisted:
Las leo mañana! ;)
Lu wH!;*
:hi:
HeyItsLupitaNJ
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
queeeeeeee????
nooooooooooooo no la puedes dejar ahi!!
te lo suplico!! no la dejes asi!!
aaaaaahh mi Nick y Sam y Mike son unos
heroes!! ahii plis siguelaaaaaaaa!!!
nooooooooooooo no la puedes dejar ahi!!
te lo suplico!! no la dejes asi!!
aaaaaahh mi Nick y Sam y Mike son unos
heroes!! ahii plis siguelaaaaaaaa!!!
Karli Jonas
Re: Más Caliente que el Fuego-NickJ&Tu(Adaptación) TERMINADA
oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhhhh!!!!!!!
suuuppppeeeerr niiickk al reesscaateeeeee!!!!
siiiiii
llegooo a tiempooooooooo!!!!!!
aaaii pon oootrooo
suuuppppeeeerr niiickk al reesscaateeeeee!!!!
siiiiii
llegooo a tiempooooooooo!!!!!!
aaaii pon oootrooo
chelis
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