When you start to believe {Novela colectiva}

Teeeengo el asco de capítulo pronto!! Cami, Yass, Ailuu, Nella y el resto, avisen si están de acuerdo en que lo suba : )

Se congeló al instante que vio a la chica de cabello azabache parar de golpe frente a ellos y dejó caer su varita al suelo por la sorpresa.
La cantidad de agua expedida de las varitas de los siete chicos, habría conseguido empapar de pies a cabeza incluso al mismo Hagrid si fuese él quien estuviese ahora en el lugar de ella.
Victoria y sus libros, -que aún mantenía firmemente agarrados- se encontraban chorreteando agua a mares en medio del pasillo. La castaña estaba completamente segura de que si Victoria llevaba consigo algún pergamino, -puesto que por la hora, debía de haber salido de su última clase- los mismos estarían completamente arruinados y ya se veía a si misma estresada, teniendo que pasar toda una tarde encerrada en la biblioteca junto al resto y bajo órdenes estrictas de McGonagall, haciéndole los resúmenes a la chica que ahora los observaba como si los fuese a aniquilar en ese preciso instante.

- Oh, oh… - Pronunció Ron antes de ser callado por un codazo que Alice -quien se encontraba a su lado- acababa de propinarle en medio del estómago.
- George, Fred, son unos idiotas - Susurró Genoveva con una expresión seria pero a la vez con un toque divertido, sin apartar la mirada de Victoria mientras los gemelos asentían lentamente, claro estaba, habían metido la pata bien hasta el fondo.
- Slightouth… -A un lado de Harry, que mantenía los ojos como platos y la varita aún en mano, Anneliese totalmente sorprendida, se tapaba la boca con ambas manos.

La imagen de la chica en ese estado y para los que miraban de afuera, era un tanto patética. La serpiente observaba apretando los dientes, como su antes impecable túnica negra con detalles en verdes, ahora pasaba perfectamente por trapo de piso, y todos y cada uno de los que estaban ahí, de una forma u otra suponían que en cualquier momento explotaría por la manera en que mantenía aquellos ojos negros fijos en ellos mientras hacía el intento de despegar el cabello mojado de su rostro.
Un segundo bastó para que Alice se pusiera alerta. Si bien ya sabía lo suficiente sobre Victoria como para entender perfectamente que lo mejor era no hacerla enojar si lo que quería uno era vivir; lo que la hizo reaccionar en ese preciso momento fue otra cosa, algo que las últimas dos semanas no había dejado de darle vueltas en su cabeza.
Era aquella sensación extraña que ya otras veces la había invadido a la fuerza y que le producía escalofríos, la misma que había sentido aquella vez que guardó el anillo del que Eustace le había estado hablando, la misma que sentía últimamente cada vez que Pansy pasaba por su lado o como ahora, cuando Cursell estaba cerca.

- Son unos… - Comenzó a hablar Victoria con ira, intentando conseguir -sin mucho éxito- su varita del interior de su túnica.

Alice sacudió la cabeza al ver al profesor y tomó la varita del suelo tan rápido como pudo, esperando que ninguno de sus amigos hubiera notado la torpeza con que lo había hecho. Ron, a su lado, ni siquiera se había inmutado ante la fuerza con que la chica había tomado su brazo para no caerse al resbalar con el piso mojado.

- No deben de estar todos los alumnos en clase ahora mismo? - Pronunció con aquel tono que a Alice tanto le desagradaba.

Victoria ladeó la cabeza y se giró al instante para encontrarse con el hombre que la miraba seriamente. En ese mismo momento y aprovechando que Cursell le prestaba atención a la chica, los leones que aún seguían unos cuantos pasos por detrás de ella, se miraron unos a los otros sin hablar e intentando decidir qué hacer. Salir corriendo era la opción mas clara y por la que Fred y George junto a Ron, optaban. Claro que era la menos conveniente dado que tenían al profesor frente a sus narices, algo que Anneliese y Harry se encargaron de dejar en claro haciendo un gesto un tanto exagerado con sus cabezas.

-Pero…
-Sin peros, señorita Slightouth, a clase, ya.
-No tengo más clases por hoy - Gruñó la pelinegra.
-Pues entonces vaya a su sala común a cambiarse, y la próxima vez que quiera hacer una piscina en medio del pasillo piense primero en construir la piscina antes de traer el agua - Soltó el instante antes a que Victoria volteara a ver de nuevo al grupo de amigos.
- Creo que correr es lo mejor que podríamos hacer después de todo, no lo crees Anneliese?... - Susurró Genoveva hablando por encima de su hombro.
- Si, definitivamente!
- Lo sien...
- Potter! - Chilló Alice tirando de su túnica y haciendo que el chico de gafas comenzara a correr.
- Menos mal que la primera en decir que no corriésemos fue la que salió como animal en estampida antes que el resto...
- Oh cállate Fred! - Soltó Anneliese mientras Harry y Alice los alcanzaban.
- No se qué fue peor - Comentó Ron, ya dejando de correr y tomando aire - Haber soñado con mamá o ver como esa chica nos miraba...
- Cualquiera de las dos así asustan... aunque creo que esta vez, esa chica se ganó el primer puesto.
- Ni que lo digan - Genoveva acomodó su túnica y volteó hacia donde Alice se encontraba - Y ahora qué sucede contigo?
- Ah?
- Que por qué esa cara? - Reiteró la chica frunciendo el ceño y señalándola extrañada al ver que la castaña negaba y reía por lo bajo.
- Nada, solo que es gracioso... acabo de firmar mi propia sentencia.
- Nos explicas, Alice? - Preguntó Harry divertido - Creo que ninguno de nosotros logra entender lo que pasa por tu cabeza en este preciso momento...
- Déjame ponerlo de este modo para que lo entiendan... - Comentó ella haciendo un ademán con sus manos - Victoria detesta a Alice, Alice acaba de hacer enojar a Victoria... Victoria cocina a Alice!
- Sigues siendo la reina de las exageradas amiga, la misma chica exagerada que conocí en primer año.
- Lo digo en serio Anneliese! - Se quejó Alice al ver como la pelinegra rodaba los ojos - Victoria de veras me detesta.
- No creo que sea tan así Al - Comentó Ron volteando a verla sobre su hombro.
- El tiene razón, además jamás has hablado con ella... cómo podría odiarte tanto si ni siquiera te conoce?
- Créeme Harry que esa chica tiene un gran motivo por el cual no puede verme ni en pintura...
- Oigan, ese no es Dean? - Genoveva captó la atención de todos mientras señalaba hacia el otro lado del pasillo por el que ahora se encontraban caminando.
- Creo que podríamos colgarlo de cabeza justo allí...
- Hey, alto ahí! - Soltó Alice, aguantando a Fred que ya sacaba su varita de la túnica - Nadie va a colgar a mi amigo de acuerdo, guarda eso.


Era una de esas clases en las que la profesora realmente se emocionaba al hablar y señalaba absolutamente todo lo que sus alumnos podían ver en el firmamento e incluso lo que ninguno lograba ver aunque ella dijera que estaba allí. Ésta, era la única asignatura junto con Vuelo, que no le molestaba tener fuera del horario real de clases. Después de todo, pasar una u hora y media observando estrellas y planetas a través de los telescopios, no estaba para nada mal. Y no era por presumir, pero los mapas que la profesora Sinistra les había encargado trazar con la trayectoria de los dos cometas que observaban aquella noche, estaban quedándole perfectos.
La Torre de Astronomía estaba realmente iluminada esa noche y no precisamente por los candelabros que habían dentro, sino por la luz misma de los cientos de miles de estrellas que bañaban todo el cielo nocturno y la enorme luna que se mantenía a lo alto marcando presencia en el paisaje. Lo único que se oía era el deslizar de las plumas sobre el pergamino, los pasos de la profesora Sinistra mientras se paseaba por el lugar y algún que otro susurro de los estudiantes que se encontraban trabajando en equipos.

- Alice, ponte a trabajar... la profesora te retará si te ve allí sin hacer absolutamente nada - La regañó Hermione al ver como la castaña se había quedado observando las estrellas - Alice!
- Ya terminé Hermione - Contestó sin despegar la vista del cielo nocturno - Si quieres revisarlos, están sobre la mesa.
- Tu ahí y yo volviéndome loca aquí... qué tanto ves? - Preguntó colocándose a su lado y dirigiendo la mirada en la misma dirección que Alice - Solo son montones de puntos blancos...
- De verdad Granger? - Se extrañó - Eres tú la que está hablando así?
- Bueno, debo admitir que no es una digna respuesta mía pero... Alice, llevas media hora mirando a la nada igual que aquel chico - Susurró mientras señalaba a Eliox que se encontraba al otro lado del salón con las manos en los bolsillos - No le veo lo divertido y los chicos comienzan a creer que entraste en trance. Oh y particularmente prefiero observarlas a través del telescopio, al menos así no parezco tonta.
- No es que sea divertido Hermione... es solo que me agrada, ayuda a pensar - Su amiga frunció el ceño y rodó los ojos para luego volver a su trabajo.

Claro estaba, Hermione se concentraba demasiado en lo que realmente tenía que hacer y dejaba pasar esos detalles menores, que quizá a otros atraían mas.
Volvió una vez mas la vista al cielo y suspiró. Extrañaba escaparse de la Torre de Gryffindor en medio de la noche para ir allí y sentarse sola en medio del lugar simplemente a observar las estrellas.
Recordaba perfectamente las palabras que su madre le había dicho días después de lo sucedido con Avan, momentos en los que ella había comenzado a ser la chica arisca que sus amigos habían tenido que soportar a comienzos de año.
"No importa donde estés ni cuan tarde por la noche sea, Alice. Siempre que necesites estar tranquila, sola y pensar o simplemente tenerlo a él mas cerca, observa el cielo. Las estrellas son el remedio contra todo lo malo que nos invade"
Sonrió. Su madre podría haberse equivocado antes en muchas cosas pero no en eso.
Otra vez se sorprendía de lo mucho que habían cambiado las cosas con el correr del tiempo y mas aún desde la fiesta de los Malfoy, de como aquella rutina que tan bien aprendida tenía, ahora había desaparecido y en cambio todo lo que hacía era de forma espontánea. Ya no tenía aquella sensación de culpa constante por hacer algo indebido, por haber dejado el hábito de sentarse en el mismo lugar a observar el cielo en medio de la noche y quizá lo mas sorprendente, que prácticamente había olvidado la existencia de aquel pequeño cuadernillo en el que durante mucho tiempo había estado escribiendo para descargar allí todo lo que la perseguía y que ahora descansaba en el fondo de su baúl. Ya no necesitaba nada de eso pero a pesar de todo lo extrañaba. Y bien sabía que debía hacerlo, pero era una parte de ella que le costaría dejar ir.
Se sobresaltó al darse cuenta que la profesora se encontraba de pie a su lado.

- Muy bien Goodrich - Le sonrió mientras extendía los mapas de la chica - Si puedes, ve y ayuda a Potter. Creo que la señorita Granger ya tiene mucho trabajo con Weasley...
- Claro, gracias.

Sinistra asintió y se alejó hacia un par de chicos de otro curso que al parecer jugaban con los telescopios en vez de hacer lo que les había encargado. Alice por otro lado se acercó a su amigo que estaba prácticamente tirado sobre la mesa y le observaba como en forma incorrecta, tomaba las medidas necesarias para trazar la trayectoria del cometa.

- Gracias por la ayuda Alice - Susurró Harry mirando de reojo a la castaña mientras le pasaba su pluma y se dejaba caer en el pupitre.
- No es nada... pero, por qué susurras?
- Creo que Ron aún no se dio cuenta de que eres tú la que está trabajando conmigo y querrá matarse porque se que en este preciso momento, prefiere la ayuda de cualquiera de nosotros o inclusive de un troll antes que Hermione.
- Totalmente de acuerdo contigo, Harry - Sonrió - Oye, era imposible que consiguieras hacer algo bien... el telescopio ni siquiera apunta a donde la profesora indicó.
- De verdad? - Preguntó arreglándose las gafas y mirando por el instrumento - Con razón, eso no se mueve...
- En dónde tendrás la cabeza, Potter?


- Descuida Hermione, yo me encargo - Le aseguró Alice a su amiga, que se debatía entre ayudarla con sus cosas o salir corriendo a la Sala Común - Tu encárgate de que los gemelos no incendien el sofá como la última vez que jugaron con fuegos artificiales... oh y dile a Genoveva que tengo su libro.
- Claro, te veo después.

Se despidió con un gesto de su mano y prosiguió a sentarse una vez mas en su pupitre. Dirigió la mirada hacia su derecha y suspiró con pesadez al ver que los chicos que se sentaban allí, no habían tenido el tiempo -o la paciencia- suficiente como para guardar sus propias cosas. Tenía que admitir que jamás había sido de lo mas organizada pero que algunos no ayudaran con cosas tan simples como levantar un pergamino y entregarlo a la profesora en vez de esperar a que ella caminara hacia el banco y la descubriera por su cuenta, la desesperaba.

- Debes tener más cuidado Alice - Pronunció un chico a su izquierda. Al voltear a ver Alice se encontró con Eliox Fretiur observándola - Una varita es la mano derecha de todo mago.
- Gracias... - Pronunció algo insegura, al tiempo que la tomaba. Mientras el chico seguía caminando metro y medio por delante de ella, Alice se dedicó a ver el aula, comprobando que solo quedaban ellos dos junto a la profesora que revisaba algunos pergaminos que estaba desperdigados por todo su escritorio.

- Profesora Aurora, tiene un minuto? - La respuesta por parte de la mujer se tardó unos segundos pero llegó para el joven que esperaba parado frente a ella.
- Señor... Fretiur, si. Qué necesita?
- Usted es una Astrónoma profesional, no? - Alice a pesar de tener a Eliox delante de ella, pudo observar como la profesora asentía y se extrañaba ante tal pregunta - Bueno, vine a preguntarle algo de un tema que me tiene muy intrigado...

Por cómo hablaba Eliox, Alice estaba segura de que el chico no se iría de allí sin una buena respuesta por parte de la profesora.

- Bueno, señor Fretiur, nada será más complicado que la curiosidad humana - Sonrió - Dígame, tratare de responderle.
- El problema es que se que no es un tema muy tratado en la Astronomía y sin embargo tiene que ver con estrellas... - Aurora levanto una ceja en señal de no entender a lo que el chico intentaba llegar - Es acerca del Etér.

Si de por si, el amigo de Sam llamaba su atención antes, ahora acababa de intrigarle aún mas. Y no era precisamente por lo que le estaba preguntando a la profesora sino mas bien por la urgencia con que lo hacía. Como si de verdad necesitase que la mujer le diera esa información que él tanto necesitaba.
La duda asomó en los ojos de la mujer de cabello castaño. Era obvio que había algo extraño en torno a ese tema tan desconocido para Alice.

- Este tema es muy delicado, Eliox - Lo observó seriamente y prosiguió - Digamos que si yo decido responder a todo lo que me pregunte, nada de lo que diga puede salir de aquí. Confío en usted, entendido? - Eliox asintió con energía - Y le repito, es un tema muy delicado.

Notó como poco a poco el calor se iba apoderando de sus mejillas. Primero Sinistra y luego Eliox, habían volteado a ver en su dirección y ahora la observaban detenidamente.

- Emmm... si, lo siento - Soltó sonriendo nerviosa mientras metía todas sus cosas dentro del bolso que llevaba consigo y tomaba con torpeza su cuaderno.
- Ella puede quedarse profesora, viene conmigo y también le interesa saber.
- Seguro? - Se había sorprendido ante lo que Eliox acababa de decir. No sabía si lo había hecho para salvarla de ese momento incómodo -porque cualquiera se habría dado cuenta de que estaba nerviosa- o simplemente porque el chico quisiera que ella supiera también sobre tema.


"- ...Cuando los Dioses crearon la Tierra, la crearon a base de los elementos (Fuego, Agua, Aire, Tierra). Ellos crearon a los semi-humanos, para que estos guardaran el poder y protegieran la Tierra de todo lo malo que habitaba en ella. Un día, uno de los dioses comprendió que aunque estos extraños seres vivieran en ella, nunca habría una luz plena pues la Tierra en si era oscura. De ahí creo todas las constelaciones, todas nuestras amigas las estrellas y al señor Sol, para que alumbraran la Tierra con su poder. Los demás Dioses, al enterarse de esto quisieron desterrar a este. Pero juntos encontraron la solución. Más tarde crearían a Statera, dueña de todo el Reino Estelar y poseedora del Equilibrio total que existe en la Tierra...
- Eso tiene algún sentido? - Pregunto Alice, extrañada por lo que acababa de oír.
- Las estrellas son una parte muy compleja del mundo, joven Goodrich. Primeramente porque nunca nadie las ha visto de cerca, así que cualquier cosa que se diga de ellas puede ser cierto."

- Señorita Goodrich... sigue en este mundo? - Preguntó la mujer, haciendo que la castaña diera un respingo.
- Si, lo siento - Se disculpó en seguida con una media sonrisa - Me había quedado pensando, eso es todo.
- Tiene alguna idea de para qué podría servirle al señor Fretiur, conocer sobre el Éter?
- Yo... bueno él... creo que, vamos que lo que quiero decir... - Realmente no tenía idea de qué responder.
- Tranquila, quizá sea solo curiosidad pero aún así es un tema que queda aquí...
- Descuide profesora, no diré absolutamente nada de lo que oí - La mujer sonrió ya mas relajada y luego fijó su mirada en el cuello de la chica.
- Es precioso.
- Disculpe?
- Tu collar, querida - Sonrió de lado - Puedo?
- Oh, yo no lo recomiendo - Alice intentó no parecer grosera al encerrar con su mano al colgante -que llevaba por fuera de la camisa- en el momento que la profesora se había acercado y se disponía a tomarlo para observarlo de cerca - No me mal interprete, no es que no quiera enseñárselo es solo que... es curioso, pero cada vez que alguien mas intenta tomarlo, éste aumenta considerablemente su temperatura y bueno, ya Fred y George Weasley se han quemado tratando de quitármelo para jugarme una de sus bromas.
- Interesante...
- Quizá solo sea algún viejo artículo que utilizaban para hacer bromas años atrás y alguien de mi familia quiso guardarlo pero curiosamente solo sucede conmigo... Creo que estoy hablando demasiado, no es así?
- Lo justo y necesario, Alice - La profesora le sonrió una vez mas y antes de sentarse para seguir revisando los pergaminos, añadió - Será mejor que regreses a tu Sala Común, ya es tarde y necesitas descansar.


Se habían reunido todos frente a la chimenea de la Sala Común. Lo que la profesora McGonagall había anunciado hacia tan solo unos minutos, había dejado a los chicos sin habla y completamente angustiados. Todavía no conseguían asimilar que aquel chico de Ravenclaw al que algunos de ellos conocían mas que otros ya no estuviera. Era mas que obvio que cada uno de ellos pensaba en uno y mil culpables a la vez, pero ninguno se daba el gusto de comentarlo. No porque no quisieran, solo porque no era el momento de hacerlo.

- Esto está mal chicos, muy mal... - Comentaba Annette sin dejar de mirar el fuego detenidamente.
- Mamá se pondrá como loca - Ahora era Ginny la que se ponía de pie y caminaba hacia una de las mesas en busca del gato de Hermione - De seguro mañana mismo la tenemos aquí en el colegio, discutiendo con McGonagall.
- Hey, estás bien? - Preguntó el pelirrojo mientras acariciaba el cabello de Alice.
- Si Fred, es solo que estoy preocupada por Sam... con Harry eran muy buenos amigos y... - Se tomó un momento y luego prosiguió - desde salió corriendo del Gran Comedor no la he visto.
- Ya vendrá, necesita su tiempo a solas. Tu tranquila.


- Sam!

Alice se levantó de un salto, al ver aparecer a su amiga. Sabía que lo necesitaba así que la rodeó con sus brazos tan fuerte como le fue posible. Sam estaba muy mal y todos sabían que lo mejor era contenerse. No podía permitirse llorar delante de su amiga viendo el estado en el que ésta se encontraba.

- Me acompañas a mi habitación, Alice? - La mayor sonrió a Sam y comenzaron a caminar hacia las escaleras de caracol que conducían a los dormitorios.

La voz de Harry llegó hasta los oídos de Alice.
"Debemos reiniciar el Ejército de Dumbledore, pero esta vez de verdad..."
No podía decir si la idea de su amigo era buena o no y si la gente, estaría dispuesta a volver después de todo. Volver sabiendo que las cosas comenzaban a empeorar y sabiendo todo lo que habían perdido la última vez... Justamente eso era lo que Alice mas temía, volver a perder a alguien. No soportaría ver extinguirse la luz en los ojos de nadie, no aguantaría. Simplemente no podría, pero por otro lado entendía a Harry y a los chicos. De alguna forma debían protegerse y ésta era la única opción que parecía correr de su lado hasta el momento. Volvió a sonreír a su amiga y volvieron a emprender camino escaleras arriba hacia los dormitorios de las chicas.
Una vez dentro del dormitorio, se sentaron en la cama de Samantha y permanecieron en silencio por unos minutos hasta que Sam, no aguantó y descargó lo que venía dando vueltas en su cabeza desde que habían entrado allí.

- Al, los mortífagos no mataron a Harry - Alice se sorprendió ante tal noticia pero a la vez la confusión apareció en ella puesto que si los mortífagos no habían sido los únicos que quedaban y venían a su mente eran...

"Oh, Sam. No lo digas..."

- Fueron los cazadores...

"Mierda!"

- Por lo que quiero que por favor te cuides, Alice - Sollozó mientras la tomaba por los hombros y luego la abrazaba - No puedo permitirme perder a nadie más... con Harry fue suficiente. Prométeme que tendrás cuidado, sobre todo con Pansy.
- Lo prometo, Sam - Susurró mientras repasaba fugazmente todo lo que había sucedido en los últimos dos días - Ahora acuéstate, descansar te hará bien. Iré a traerte algo caliente.
- Y te quedas conmigo un rato?
- Como en primero, recuerdas?
- Te quiero, Alice - Samantha la abrazó una vez mas.
- Yo a ti Sam - Alice le sonrió tierna mente y bajó a la sala en busca de chocolate para su amiga. Claro estaba, no iba a salvarse de que sus amigos le preguntaran hasta lo que menos se imaginaba.

La observaba dormir. Tal y como le había dicho, se había quedado con ella en la habitación.
Inconscientemente tiraba de un hilo que colgaba de la manga de su saco mientras pensaba en cómo reaccionaría Sam cuando se diera cuenta de lo que le había dicho. Según lo que Eustace le había dado a entender, tanto Sam como Beth, Eliox y Emma sabían sobre los cazadores y todo lo que ello involucraba por todo el tema de Victoria. Después de todo eran sus amigos y tenían derecho de saberlo además de que Alice creía sin que Sam lo dijera, que su amiga sabía perfectamente todo lo que sucedía con los cazadores. Ahora la pregunta era por qué había puesto a Pansy en la conversación? Acaso la chica era uno de ellos? No lo sabía, pero por como Sam se lo había pedido, era obvio que había algo realmente oscuro girando en torno a la serpiente.


- Qué pasa contigo Zayn!? - Gritó zafando de su agarre, luego de que el chico la arrastrara hasta los jardines.
- Quiero que me contestes… solo eso te estoy pidiendo! - Hablaba apretando los dientes, tratando de no explotar pero era claro que su paciencia no iba a durarle mucho.
- No sé qué es lo que quieres que te diga! Solo hablas a los gritos y no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando…

El moreno pasó una mano por su cabello y respiró profundamente antes de volver a dirigirse a Alice quien lo observaba como si hubiese perdido la cabeza.
Estaba siguiendo a Adela junto con Anneliese, después de verla actuando aún mas raro de lo normal, cuando el chico apareció caminando a paso apresurado por el pasillo y gritó su nombre. Al voltear ambas, Zayn estaba justo frente a Alice con cara de pocos amigos.
“Tu y yo vamos a hablar” fue lo único que logró articular antes de que la tomara del brazo y comenzara a caminar en dirección al Patio de Transformaciones, ignorando todo lo que Anneliese le decía.

- Qué demonios pasa con Eustace?
- Cómo dices?
- Quiero saber qué pasa con Eustace? - Preguntó haciendo una pausa a cada palabra que pronunciaba.
- No pasa absolutamente nada…
- No mientas, Alice!
- No me grites! - Chilló - Mira Zabini, no se qué esté pasando contigo pero creo que una buena ducha de agua fría te vendría bien.
- Creo que sabes perfectamente bien lo que me pasa - Soltó de repente, acercándose peligrosamente a la castaña, que ahora quedaba acorralada contra uno de los muros.

Él tenía razón, ella lo sabía. Siempre lo supo desde un primer momento, solo que había preferido ignorarlo y dejar que las cosas siguieran su curso. Y ahora se arrepentía. Debería haber hablado con él y dejado en claro las cosas en el primer momento que se dirigió a él de forma civilizada.
Curioso era como se había dado la relación en ambos. Al comienzo lo había detestado, luego le había tomado cariño y ahora, era lo mismo si lo tenía en frente o no puesto que prácticamente ya no se dirigían la palabra. Y pensándolo bien, ésta era la primer “conversación” larga que mantenían en semanas.

- Zayn, no compliques mas las cosas - Pidió Alice mirándolo directamente a los ojos - Acabamos de despedir a Harry, no es momento…
- No metas a mi amigo en esto! - Suspiró con pesadez - Solo quiero la verdad.
- Él y yo solo somos amigos, te lo he dicho un millón de veces.
- Sigues mintiendo.
- Quítate…
- No. Hasta que me digas que no te pasa nada con él, no me moveré.
- Zayn yo… - Se mordió el labio inconscientemente mientras buscaba una repuesta sensata - yo…
- Lo sabía, esto es increíble! - Pronunció mientras Alice lo observaba en silencio - Si que no pierden el tiempo.
- Espera, creo que no terminas de entender.
- No. Si que entiendo Alice - La interrumpió para luego dejar que una sonrisa falsa adornase su rostro - Dos amigos en mi contra, principalmente tu y sabiendo todo lo que siento por ti.
- Ni tu sabes lo que sientes - Resopló - Crees que si pero no es así.
- Entonces cómo? - Preguntó acercándose mas.
- Puede que al principio de verdad te gustara. Pero con el paso del tiempo eso cambió y tu bien lo sabes… cuando de verdad sientes algo por otra persona, intentas hacer lo correcto para llamar su atención. No andas coqueteando con medio colegio, no la molestas todo el tiempo o te comportas como un verdadero idiota frente a ella. Y por sobre todo, eres tu mismo desde un principio y no la decepcionas porque lo que quieres verdaderamente es que esa persona te haga un lugar en su corazón - Negó levemente al ver que el chico bajaba la mirada - Zayn, siempre has sido un chico increíble conmigo, no voy a mentirte. Pero lo que sientes, es solo una idea que te metiste en la cabeza… no es real.
- Entonces dame una oportunidad para probarte lo contrario.
- Lo siento, Zayn. No puedo…


- Cómo crees que esté Alice? - Preguntó la mujer, mirando directo a los ojos de su madre - Crees que aún esté enfadada con nosotros?
- No lo se Elly, esa niña heredó el carácter de su abuelo y ya sabes cómo era él cuando cosas como ésta sucedían - Le respondió Anne con seguridad - Por qué no le escribes e intentas acarar las cosas?
- Estoy de acuerdo con Anne, Elly - Coincidió Paul que dejaba el periódico del día 6 de enero sobre la mesa. Era la cuarta vez que lo leía - Puede que no quiera contestarnos y está en todo su derecho de no hacerlo...
- Pero estoy segura y Paul coincidirá conmigo - Agregó Anne mirando al hombre de reojo - en que esa chica no aguantará ni dos días mas sin saber de ustedes.
- Y de mi!
- Tenías que llegar a interrumpir una conversación seria - Se quejó Paul, al ver al chico tirado en el piso frente a la chimenea.
- Paul, no molestes a Matt - Lo regañó su mujer divertida, mientras se levantaba y emprendía camino a la cocina.
- Igual que Alice - Comentó Anne señalando al chico - Aún no logro entender como hacen para caer cada vez que usan Polvos Flú…
- Créeme, ni yo lo se - Susurró Matt poniéndose de pie - En seguida vendrá mam…
- Hola!! - Saludó efusivamente la mujer de cabello rubio que acababa de aparecer por la chimenea de la casa.
- Ya llegó…


- Nos enteramos que John es profesor en Hogwarts, Matt nos lo comentó hace unos días.
- Si, Lyra. Alice nos lo dijo luego de encontrarnos, aunque bueno… ella no lo recuerda hasta donde se.
- Y crees que él a ella? - Preguntó Anne con el ceño fruncido.
- Ese hombre tiene una memoria increíble y tendría que ser lo suficientemente idiota como para no darse cuenta por el apellido - Comentó Eleanor dejando su taza sobre la mesa - Me preguntó cómo será ahora?
- Dudo que algo en él haya cambiado, cariño.
- Si, creo que sigue siendo el mismo tipo que demostró ser al traicionarlos cuando se suponía, eran amigos.
- Recuerdan a Alice cuando era pequeña? - Preguntó Elly.
- Le tenía miedo, decía que era un hombre malo y jamás quería acercársele - Respondió Lyra asintiendo - Estando en el jardín al frente de su casa, mas de una vez corrió hacia Robert y yo intentando esconderse de él.
- De verdad hacía eso?
- Si, Matt - Esta vez, era Paul quien volvía a hablar - No se qué piensan ustedes, pero viendo todo esto ahora… no es como si Alice de cierta forma, hubiese sabido desde siempre la clase de persona que John terminaría siendo e intentara decírnoslo comportándose de ese modo?


Se refugiaba en la biblioteca. Perdida entre libros, observaba como Eustace acababa de entrar al lugar con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos.
Hablaba con la señora Pince, al parecer acababa de preguntarle algo ya que la mujer en seguida se dirigió hacia una de las estanterías que tenían detrás, dejándolo a él esperando.

"- Lo voy a entender cuando estés calmado y me lo expliques. Si te dejo ir por los pasillos en el estado en el que estás, estoy segura de que terminarás haciendo alguna estupidez como ésta y no pienso ponerme mas nerviosa de lo que ya estoy! No hagas que me enfade contigo...
- No haré que te enfades conmigo. Pero estás en todo tu derecho de hacerlo…"


- Podemos hablar? - Preguntó inseguro apareciendo por detrás del árbol en el que la castaña se encontraba recostada.
- Ahora no puedo, Eustace - Alice suspiró pesadamente y volvió su vista al pergamino que tenía enfrente para revisar que no hubiera salteado nada al escribir - Tengo que terminar esto.
- Escribes una carta?
- Si.
- Para tus padres?
- No, para Matt... de verdad estoy ocupada.
- Estás enfadada - La corrigió, sentándose a su lado - No es necesario que mientas Alice, me has estado evitando desde hace tres días...
- No estoy enfadada.
- Si lo estás.
- Que no Eustace - Resopló, obviamente comenzando a molestarse.
- Alice…
- Dije que no estoy enfadada, de acuerdo? - Tomó su bolso con brusquedad y comenzó a buscar otro pergamino luego de haber arruinado el otro, manchándolo de tinta.
- Haré de cuenta que lo que me dices es cierto. Entonces por qué no me hablas?
- Estoy hablándote.
- Sabes a lo que me refiero Alice - Suspiró - Por Merlín que eres terca...
- Qué quieres que te diga Eustace? - Preguntó volteando a verlo - Qué está todo bien? Porque no, no lo está…
- Si estas enfadada.
- Sabes qué? Si lo estoy!
- Alice yo...
- No necesito que me expliques nada, me lo dejaste bastante en claro el otro día - Sentenció la castaña volviendo la vista al interior del bolso.
- Vas a seguir con eso?
- Te pregunto lo mismo a ti.
- Sabes cómo son las cosas...
- Mira Eustace, te lo dejaré en claro - La leona resopló y prosiguió sin dejar que el francés comenzara a hablar nuevamente - Que no quieras ayuda no significa que no la necesites y por si ya lo olvidaste, te recuerdo que soy yo la que siempre está contigo al final, la que te escucha, la que se encarga de ti cuando estás hecho un desastre… y qué obtengo de todo esto? Que te comportes como un completo idiota con complejo de héroe.
- Alice…
- Sabes que no puedes proteger a todos tu solo, Eustace. Me harté de decírtelo... y lo siento, pero ya no quiero ver como sigues haciéndote pedazos cada vez que las cosas se te salen de control. No puedo…

Sin dejar lugar a otra cosa, Alice se levantó abrazando su bolso y se dirigió a paso rápido hasta las grandes puertas del castillo para luego desaparecer de la vista de Eustace, quien no se movió de allí por un buen rato hasta que Malfoy apareció y lo sacó de sus pensamientos.


Se sobresaltó al descubrir los ojos celestes del chico, fijos en los suyos. Rápidamente dirigió la vista hacia el trabajo de encantamientos que tenía frente a ella, y dos segundos mas tarde al asomarse por encima del libro que sostenía en su mano derecha, observó como ahora el francés abandonaba la biblioteca ignorando lo que fuese que Niall le estuviera diciendo.


Otra vez se encontraba allí para una nueva clase de reintegración. Con todo su ser, deseaba que le tocara alguien que no le trajera problemas y que fuese de lo mas normal posible como para mantener una conversación de forma civilizada. McGonagall indicó a algunos que se sentaran en las sillas que habían dispersas por el lugar y cerraran los ojos. A los otros, también les ordenó que cerraran los ojos y que esperaran a que los fuera a buscar. Esta vez no los haría caminar por ahí con los ojos cerrados hasta encontrar a alguien, sino que ella misma elegiría las parejas de todos y cada uno de los estudiantes que habían allí.

- Abran sus ojos.

Abrió los ojos lentamente y se encontró siendo observada por un chico que no conocía.

- Ahora, díganle sus nombres a sus parejas, niños - Dijo la profesora Mcgonagall - Aun si los conocen, es algo que se hace por cortesía.
- Samuel Hender Trilé - Se presentó el Hufflepuff extendiendo su mano hacia la castaña.
- Alice Goodrich - Dijo la chica correspondiendo el saludo algo insegura.

Agradeció porque le hubiera tocado alguien a quien no conocía. Aunque claro, luego vendría la ardua tarea de averiguar mas sobre el chico que ahora sería su compañero por el resto del día y eso era lo que menos le gustaba, conocer gente nueva. No por la otra persona, sino por ella misma y su odiosa manía de desconfiar de todo el mundo y sacar conclusiones erróneas de antemano.

- El día de hoy, quiero que cada pareja se las ingenie para trabajar juntos. Deberán realizar una tarea de investigación y ante cualquier duda que tengan, podrán consultar al profesor que se les asigne como tutor - Parecía algo fácil de sobrellevar... al menos no tendrían que dormir en otro lado como la última vez o cosas como esas - Antes de partir a hacer esta tarea, no olviden presentarse completamente. Sus nombres ya los han dicho, así que... Qué tal sus gustos? La casa de donde son no hace falta ya que está en sus uniformes.

- Bien, creo que debemos comenzar con el interrogatorio - Comentó el chico - Color preferido?
- Verde - Contestó segura. Samuel dejó que una pequeña sonrisa asomara en su rostro - Qué es lo gracioso, Hender?
- Nada, solo creí que serías devota a tu casa y me dirías que tu color preferido es el rojo.
- Pues qué desilusión... ahora tu.
- Azul.
- Y luego la traidora resulto ser yo - Comentó divertida con una ceja en alto - Asignatura favorita?
- Pociones. Qué hay de ti?
- Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque Pociones no se queda atrás. Diría que es casi un empate.
- Entonces... primer punto en común y a solo tres minutos de haber comenzado la clase, vamos mejor de lo que imaginé.
- No te ilusiones.


- Entonces... vas a decirme por qué te cae tan mal Austin?

Acababan de atravesar el vestíbulo y salían hacia el aire fresco de los terrenos del colegio, que se extendían frente a ellos con un verde resplandeciente. Debían ir primero al Campo de Quidditch y luego regresar para terminar su trabajo, ayudándose de la Sala de Trofeos y la Biblioteca.

- Conoces a Sthormfiren?
- Vamos juntos en Herbología - Explicó sin quitar la vista del frente - Se sienta frente a mi con... Brandon y Alexander.
- Ya olvidaba que me ganas por un año - Comentó al patear una roca - Qué tal es?
- Bueno, al principio creí que era odioso... ya sabes, me parecía el clásico chico malo de la clase de Herbología.
- Y qué te hizo cambiar de opinión?
- No es que haya cambiado de opinión - Contestó observándolo de lado - No lo conozco y jamás hablo con él, pero al menos el rato que le veo en clase con sus amigos, demuestra ser un buen chico.
- Seguirá sin agradarme...
- Te creo - Alice sonrió y volvió la vista nuevamente hacia el chico - Por como lo mirabas hoy en clase mientras él reía, juraría que estabas pensando en meterlo de cabeza en un caldero y hervirle hasta reventar.
- Me gusta tu sentido del humor - Afirmó riendo ante el comentario de la leona.
- Gracias... sabes? Me alegro de que no fueras otro idiota que me hiciera la vida imposible en clases de reintegración.
- Y yo de que no resultaras ser aburrida como pensé que realmente serías.
- Juzgando a las personas antes de conocerlas? Feo eso, Hender - Repuso sin poder ocultar el tono de broma.
- Bienvenida al equipo, Goodrich - Le palmeó el hombro - Ahora mi turno... a que adivino que tu y ese chico de Slytherin que te observaba, pelearon?
- Touché


- Necesitamos hablar! - Lo tomó de un brazo y lo arrastró hacia el otro lado del pasillo - Escúchame solo cinco minutos.
- Alice, no es el momento - Eustace intentó escapar de su amiga pero ésta lo retuvo.
- Solo quiero saber qué está pasando - Suplicó - Primero todo lo de tu prima, luego sucede lo de Harry, Sam me dice que fueron los cazadores y ahora me entero que ella está en la enfermería... Hay algo en todo esto que no me estés diciendo, Eustace? Algo que deba saber?
- Yo...
- El gato de Alice comió tu lengua, Slightouth? - Preguntó Anneliese apareciendo por uno de los pasillos laterales - Anda, contéstale.

CAMMI & DEBBIE!! AMÉ SUS CAPITULOS!! NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIRLOS, SIMPLEMENTE LOS AMÉ *_________________*