Tentación y Seduccion I y II temporada Joe Jonas & Tu (TERMINADA)

chicas les agradezco todos sus comentarios
díganme si la escritora de esta novela no es genial las novelas de esa chica son estupendas....
bueno en fin quera decirles q solo quedan
10 capítulos para q la nove termine

ya mismo les subo nuevo capitulo

Capítulo 17: Primera Parte

Jugar a Cazar

Joe –abordé varios pasos hacia él, quiso retroceder hasta que se dio cuenta de que seguía atado–. Nosotros podemos con esto, nadie va a enviarte al infierno. Si te rindes como un cobarde y me dejas aquí nunca te lo perdonaré, nunca.
Los ojos de él se asentaron en los míos, poseían una luminiscencia distinta, estaba deshecho. Me incliné para desatarlo pero su mirada de advertencia me hizo detenerme.
–No te acerques –manifestó él–. Voy a quedarme aquí, amarrado. Y no vas a convencerme para desatarme.
Terco, pensé. Testarudo y obstinado. Alcé mis manos a modo de rendición.
–¡Adolph! –vociferé para llamarlo.
Ni siquiera había terminado de pronunciar su nombre cuando Adolph se mostró en la puerta, con Nina y Alan. Los tres le echaron un vistazo a Joe.
–¿Estás amarrado? –indagó Nina con una pequeña cantidad de sorpresa que saltaba de su voz.
–No, estoy teniendo una conversación con el poste de mi cama de hecho –soltó Joe satíricamente con una sonrisa en los ojos.
Nina puso los ojos en blanco y dio varios pasos hacia Joe.
–Sí, éste es Joe. El de siempre –confirmó ella–. Vaya idiota, nunca cambiarás.
Él se rió de forma encantadora, sus hombros se agitaron al compás de su risa atractiva, aclaré mi garganta y parpadeé bastante seguido, tenía que deshacerme de esa perfecta imagen de Joe medio desnudo atado en su cama y del sonido del eco de su risa que retumbaba en mis oídos.
–___tn diminutivo, hay mejores maneras de retener a un hombre –bromeó Alan mientras se frotaba una de sus cejas con un dedo mostrando un poco de timidez.
–Fue lo que yo le dije –siguió Joe sonriendo.
Me sonrojé, refrené una sonrisa y les disparé miradas fulminantes a todos. Adolph puso una cara de inocente mostrándome las palmas de sus manos en gesto de yo no fui.
–Hey, yo no he dicho una sola palabra –se excusó Adolph.
–Dejen de hacerse los tontos y ayúdenme a convencer a este chico tozudo de que debe desatarse –discutí yo cruzando mis brazos en mi pecho y taconeando el suelo con mis pies ansiosamente.
Entonces Adolph asintió, su semblante pasó a ser serio, igual de misterioso que siempre.
–No es necesario esto, Joseph –la voz decidida y tenaz de Adolph sonó de forma contundente–. Mira, Kevin está encargándose de Sam, no tienes que ir a trabajar para ese demonio más, de verdad no es necesario que te hagas esto. Te prometo que no permitiré que lastimes a ___tn, y sabes que yo cumplo con mis promesas.
Joe desde el suelo parpadeó varias veces, intentó levantarse pero fue halado de nuevo hacia suelo por el amarre en sus muñecas.
–De acuerdo, ya está empezando a ser incómodo, desátenme –se rindió Joe. Nina se agachó y desgarró con los dientes las cuerdas en sus muñecas–. Ahora, ¿desde cuándo confiamos en Kevin ? ¿Desde cuándo somos amigos de un demonio que trató de asesinarnos? Debes estar delirando, hombre.
Bien, había que admitir que Joe tenía razón en eso, Ravenwood había trabajado con Deborah para robarnos nuestras almas, y ahora de pronto él venía a entrometerse en nuestra vida.
–Conozco a Kevin desde hace mucho tiempo, no digo que sea el tipo más confiable pero sé que casi nunca miente –lo defendió Adolph.
Nina y Joe se levantaron de la alfombra, él tocó sus propias muñecas con ademán de disgusto. Una expresión que era tan sugestiva que mi corazón emprendía a avivarse. Debía reconocer que jamás podría saciarme de admirar la belleza de ese chico vampiro. Tuve que sonreír.
Alan caminó lentamente hacia Joe, quien le miró con recelo.
–Aléjate, tío. No quiero que vuelvas a hurgar en mi cabeza –farfulló Joe–. Escúchenme, hagan lo que hagan no podrán cambiarme, estos episodios de violencia doméstica se repetirán de todas formas, yo ya no sé qué hacer.
Demonios, eso no era justo para nadie, Joe no podía quedarse así.
–¿Tienes idea de lo que te está pasando, Joe? –le preguntó Adolph.
–Sí, claro, supongo que presento cuadros severos de bipolaridad, esquizofrenia, demencia y otros desórdenes mentales comunes, ¿cómo no lo has notado? es común en los vampiros –respondió irónicamente–. Por supuesto que no lo sé, o crees que si lo supiera hubiera atado mis manos a la madera de mi cama.
–Un simple no era suficiente –lo retuvo Adolph y largó un suspiro–. Hay sangre de demonio corriendo por tus venas, has hecho un poderoso trato con Sam, eso lo sabes, ¿no? Si ese tipo no regresa al infierno seguirás bajo su dominio, y además debemos preocuparnos por el problemilla de tu sangre. Tenemos que encontrar una manera de revertir el ritual de La Daga de Sangre, y ni siquiera sé cómo hacerlo. ¿Sabes? No estás ayudando en absoluto comportándote como un adolescente rebelde. Estamos en muchos problemas al mismo tiempo.
–Son mis problemas, no de ustedes –replicó Joe, tomó un sweater que estaba en su cama, se lo colocó y salió del cuarto.
Hubo una larga pausa silenciosa, nos observamos con tensión.
–Diablos –murmuró Nina–. Esto será difícil. Voy a telefonear a Jerry, ese chico tendrá que traer su culo aquí ahora mismo, ¿dónde diablos se metió?
Fui la siguiente en salir de la habitación, Alan y Adolph se quedaron solos.
Mi humor se había ido por el inodoro, quería rabiosamente patear a alguien, golpear a alguien, morder el cuello de alguien. Maldición, también estaba sedienta, ¿habría algún día de paz en mi perpetua vida? Pues lo que más anhelaba en esos instantes era echarme a dormir y ser despertada después de que la tormenta hubiera acabado. Era mucho mejor tener hermosas pesadillas y luego despertarte cuando estás a punto de ser atrapada por un monstruo.
Traspasé el camino hacia la cocina dando zancadas furiosas, encontré a Joe reclinado cerca del lavavajillas, con un recipiente metálico en sus manos, casi conseguí fingir que lo ignoraba, él tampoco me dijo una palabra pero sí me estaba mirando mientras yo abría el refrigerador en busca de sangre fresca.
–¿No nos queda sangre? –me giré violentamente hacia Joe.
Él estaba de pie a escasa distancia de mí, le lanzó una ojeada al vaso metálico que traía en la mano y después me miró por el rabillo del ojo a modo de disculpa.
–Lo siento, me he bebido lo último que había –se disculpó, quise aplacar mi mirada de hastío pero presentí que no había funcionado–. En serio, no sabía que estabas sedienta, si lo hubiera sabido yo no la habría bebido –él vaciló, giró el vaso térmico entre sus manos–. Te ofrecería mi sangre, pero ya ves, no puedes beberla, estoy endemoniado.
–¡Nina! –grité yo, ella vino corriendo–. ¿Le marcaste a Jerry? Si puedes le dices que traiga sangre, se nos han terminado las reservas, y creo que estoy teniendo una emergencia.
Ella me miró, abrió la boca para decir algo y luego lo soltó.
–¿Estás sedienta como sedienta furiosa y salvaje o sedienta débil y sin fuerzas? Porque he llamado al teléfono de Jerry y adivina lo que descubrí. La voz de la chica de su contestador automático es realmente dulce –me respondió ella con su gracioso humor, que podría haberme hecho reír si no fuera por el hecho de que estaba empezando a impacientarme por beber sangre.
–Sedienta furiosa y salvaje, definitivamente –respondí llevando mis manos a mi estómago.
Mis colmillos me ardían, Joe acortó la distancia que había entre los dos, su cercanía me sacudió.
–Eso podemos arreglarlo –Nina me empujó más cerca de Joe–, si los lanzamos a ambos en una cama les aseguro que en unas horas ambos estarán completamente felices, radiantes y saciados –oí la risita de Joe hacer difusión al golpear las paredes, mis mejillas ardieron y le lancé una agria mirada a esa chiflada chica–. ¡Huh! –hizo una mueca–. Era una broma, no me mires así, iré a ver qué podemos hacer al respecto, estaba pensando que podíamos salir a cazar al anochecer. Hace tiempo que no lo hacemos.
–Estoy de acuerdo, eso me encantaría –lo dije con demasiado entusiasmo, pensé.
–Si puedes esperar hasta que se oculte el sol está bien, lo hablaré con Adolph –ella asintió alegremente y se marchó sacudiendo el cabello muy seductoramente, tanto que me hizo alzar una ceja con sospecha.
Escuché a Joe largar un suspiro, últimamente eso era todo lo que escuchaba de parte de todos, lamentos y suspiros. Él seguía tan cerca que era imposible no tomar en cuenta que su brazo rozaba el mío, dándome calor en la zona donde la fricción estaba presente. Me puse delante de él para mirarlo a la cara, en respuesta él ladeó la cabeza un poco y me examinó de arriba abajo.
–¿Y? ¿Qué quieres que hagamos esta vez? –demandó–. Podemos empezar a gritarnos e insultarnos, o podemos comenzar a besarnos y quitarnos la ropa. O ambas, la mayoría de las veces suceden ambas.
Ninguno de los dos se rió, aunque la entonación que había usado podía parecer una broma ambos sabíamos a la perfección que no era ningún juego. Y yo estaba cansada, harta de que la maldita vida fuera tan difícil. ¿Por qué simplemente no podía echarme en la cama con el vampiro que amaba por el resto de los días que le quedaban a la tierra? Pero, no, claro que no, nada era tan fácil.
No nos estábamos tocando, pero sentía que su mirada era tan abismal que me tocaba por entero.
–¿Sabes qué me gustaría hacer? –le dije yo–. Llorar un rato.
Llorar un rato sobre un fuerte hombro y con unas manos que acariciaran mi cabello para consolarme.
Él tomó mi mano, cerró la suya sobre la mía firmemente, entrelazó nuestros dedos juntos, sus manos eran cálidas y reconfortantes, tan fuertes y protectoras. Parpadeó lentamente con tristeza, aclaró sus ojos que eran marrones y más profundos que el infinito cielo. Sus labios perfectos se fruncieron.
–¿Sabes? Me gustaría ser optimista y decirte que todo va a estar bien, pero lo cierto es que no lo sé. Lo único que puedes hacer es llorar. Vamos –dio unas palmadas en su pecho cerca de su hombro para que yo me recostara en él–, llora todo lo que quieras. A mí algunas veces me gustaría hacer lo mismo.
Sacudí mi cabeza, a pesar de que todo se estaba desmoronando para mí no quería llorar en frente de él, ni de nadie, ni siquiera quería compartir mi llanto con mi almohada, porque me sentía como una débil y estúpida niñita asustada de la oscuridad. Aunque la oscuridad a la que yo le temía era bastante diferente, mucho más aterradora y peligrosa.
–¡Vaya! Parece que he encontrado algo en común en nosotros –balbucí–. A ninguno de los dos nos gusta llorar.
Llorar no te hace débil, sólo te da más fuerza para seguir. Susurró la voz de Darius en mi cabeza.
Me sobresalté al escuchar esas palabras, miré a mi alrededor, pero me di cuenta que Darius no estaba en ninguna parte, nada más dentro de mis pensamientos.
–¿Has escuchado eso? –me preguntó Joe en un murmullo. Yo casi di un salto, mis ojos se abrieron de asombro. ¿Él había escuchado ESO?
–¿Qué cosa? –yo tragué temerosa.
–Llorar no te hace débil, sólo te da más fuerza para seguir –citó él, lo que casi hizo que me atragantara. Entonces aturdida asentí–. Vale, no sé de dónde diablos ha salido esa voz, pero fue muy extraño.
–Y creo que él tiene razón, quiero decir, la voz.
Él negó frunciendo el ceño.
–No sirve de nada –dijo–. ¿Tienes idea de todo lo que lloré cuando mi familia fue asesinada? Y yo estaba ahí, mirando como un cobarde, y por más que lloré ellos igual murieron –tragó y bajó la vista hacia el suelo–. Y cuando moriste, también lloré. Sin embargo estabas allí, pálida, sin vida, yo te necesitaba, y nada pasó.
Cuando él levantó la mirada yo vi sus ojos rojos, no estaba llorando, pero sus ojos estaban enrojecidos como si se contuviera. Mis ojos estaban calientes por la calidez de las lágrimas que se cernían en mi vidriosa mirada, mi visión se nubló y me eché en su pecho.
Lo quería evitar, pero no pude, lloré en silencio mojando su sweater, sentí su delicada caricia en mi pelo, me inundé de su aroma y aprecié la solidez de su brazo rodeándome. Lo abracé y cerré los ojos con fuerza para sosegar las lágrimas. Varios minutos pasaron hasta que él habló.
–¿Ves? –le escuché decir amigablemente–. Sí somos amigos, los amigos mojan de lágrimas a sus amigos.
Levanté mi rostro y contemplé el suyo, él me obsequió una sonrisa de esas equipadas con dientes centelleantes y blancos y los colmillos sobresalientes sutilmente exhibidos. Froté mis ojos y limpié mi cara.
–¡Argh! Ya fue suficiente, soy una chica grande, no puedo estar lloriqueando por ahí, y soy una vampira despiadada –Joe se rió al escuchar lo de vampira despiadada.
Sonreí de manera involuntaria.
–¡Oh no! ¿Eres una despiadada vampira? –fingió sorpresa–. Pensé que sólo eras una chica diabólica. ¡Cielos! ¿En qué líos me he metido?
Lo golpeé en el brazo.
–¡Ouch! –dijo frotando su brazo.

Hasta el anochecer nos sentamos a mirar películas con el resto de los chicos, a excepción de Jerry que no daba señales de aparecer, su teléfono móvil continuó apagado y yo estaba empezando a preocuparme. Quizás un poco. Joe no había tenido ningún repentino ataque de ira, parecía normal, sólo que más callado de lo acostumbrado.
–¿Qué dicen? ¿Drácula o los zombies vivientes? La del hombre lobo no me gustó en absoluto. Deberíamos cambiar un poco a películas de fantasmas o alguna de esas cosas. Lo cierto es que las películas de vampiros me tienen harta. ¿Quién rayos inventó que brillamos bajo el sol? –decía Nina sosteniendo algunos DVDs en sus manos y rebuscando entre un montón de películas de horror.
–¿No han pensado alguna vez en comprar comedia romántica o algo de drama? –murmuré notando la cantidad de películas de miedo que se apilaban debajo de la televisión plasma.
Nina me miró alzando una de sus finas cejas doradas.
–¿Esas películas dónde la protagonista nerd se enamora del sexy jugador de football y éste le corresponde, pero siempre hay una malvada chica como tú que les hace la vida imposible? ¿O aquella otra donde la chica rebelde se enamora del guapote rubio millonario, y el padre de la chica padece cáncer y muere y te hace llorar hasta que no te quedan más lágrimas? –ella resopló–. Ya me cansé de eso, es mejor una buena trama de zombies infectados que acabarán con el mundo y la chica de la portada patea sus traseros –ella cogió un DVD del suelo–. ¿Qué les parece Halloween tres? Escuché que el actor está muy sexy.
Nuestras risas resonaron por lo bajo.
–Sí, deberíamos ver ésa –estuve de acuerdo.
La pícara mirada de Joe se dirigió hacia mí.
–No puede estar mejor que yo –alardeó él–. ¡Cielos! ¿Qué es lo que les sucede a las mujeres de ahora? Se vuelven locas por el primer trasero caliente que miran.
Nina se rió muy alto y lo miró divertida.
–Nosotras sabemos que lo mejor lo tenemos en casa.
–¡Oh sí! –asentí–. Ustedes tienen los traseros más calientes de New York.
–¿Sólo de New York? –preguntó Alan indignado.
–¡Vamos, chico guapo! Está bien para unos chicos vampiros fatalmente sensuales –declaré entre risas.
–¿Saben qué? Mejor iré a preparar el auto para salir, ya casi es medianoche –espetó Adolph nervioso y sonriendo de forma sublime y eminente.
Nuestro vampiro líder salió de la habitación al instante. Luego de unos minutos todos se paseaban por ahí buscando entre la cesta de la ropa limpia y apestando todo el ambiente de perfume caro.
–¿Fantasy de Britney Spears o Can Can de Paris Hilton? –le pregunté a Nina refiriéndome a los perfumes.
–¡Oh querida! –ella me miró con reprobación–. Usa éste –sonrió y me roció con una nube de una fragancia femenina costosa.
Tosí y saqué la lengua en un gesto fingido de repulsión, Nina se mordió el labio y negó con la cabeza.
–¿Qué dicen, nenas, la chaqueta de cuero o el sobretodo de tela? –Joe entró a la habitación sosteniendo ambas prendas en la mano.
–Cuero –respondimos las dos al unísono.
–El otro te hace ver muy aterrador, incluso para un vampiro –dije acercándome para ayudarlo con la chaqueta. Él me sonreía mientras yo le acomodaba el cuello de la misma–. Chico malo, estás ardiente.
–También tú, preciosa –se aproximó más hacia mi rostro y mis rodillas se desestabilizaron–. Y hueles muy bien.
El vestido de Nina era Corto, con mayúsculas. Del mismo tono lila que su cabello, y marcaba su figura como la de una sirena, su maquillaje era exagerado y aun así la hacía ver atractiva, pero mortalmente temible. Ella se pavoneó, sacudió su cabellera falsa y tomó de un brazo a Adolph y del otro a Alan. Sus chicos, porque eran sus chicos, ambos eran de ella.
Emprendí a caminar hacia la puerta, y alguien bloqueó mi camino.
Mi corazón se paralizó y vi a Joe ahí de pie delante de mí, su sonrisa era tan hermosa que mi cuerpo se acaloraba. Caballerosamente me ofreció su brazo para entrelazarlo con el mío.
¡Dios! Qué hombre tan candente.
–Deberíamos ir caminando, tendremos suerte si encontramos algunas victimas andando entre la noche solitaria –recomendó Joseph.
Todos nos miramos y asentimos.
Nuestras sonrisas eran extensas cuando nos encaminamos entre las vías tenebrosas y sombrías. De noche estas calles podían ser muy peligrosas… Sobre todo si había vampiros fuera de casa. Una macabra sonrisa se pintó en la comisura de mis labios. También era muy divertido cuando tú eras el vampiro.
Continuaba prendida del brazo de Joe, él me proporcionaba calor, porque la noche estaba fría y casi silenciosa, si ignorabas el equívoco bullicio natural de la ciudad. Había un olor a humo vistiendo el aire, eso era lo contrarío a aire puro. Pero de pronto mi olfato se perturbó, tuve que detenerme a tomar una bocanada de aire, los chicos detuvieron su avance y se volvieron para observarme.
–Humanos –expliqué yo–, están cerca.
–Lo sé. Los escucho –indicó Alan.
Olía la sangre, y escuchaba sus risas y sus pisadas.
–¿Jugamos? –preguntó Nina.
–Buena idea –intervino Joe.
Adolph indicó que hiciéramos silencio poniendo un dedo sobre sus labios y señaló con su dedo que nos separáramos. Alan se alejó solo por su propia cuenta, Adolph y Nina se ocultaron en la oscuridad, y Joe me agarró de la mano para ocultarme tras un camión que estaba aparcado frente a un establecimiento comercial.

AAAAIII
YOOOO ESTRAAAAAAÑOOO A ESE JOOOOEEEEE!!!!!!
Y LLOREEE CUANDO EL FUE EL MISMO DE ANTEEESSSS!!!!
YO :crybaby: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH QUIERO QUE VUUUEELLLVAAA!!!
SIIGUEEELAAA PORFIISS

hola !!! nueva lectora la novela esta cada vez mas interezante
siguela siguela pon maraton :D

Momo escribió:hola !!! nueva lectora la novela esta cada vez mas interezante
siguela siguela pon maraton :D

hola me alegra q te allas pasado x aqui bienvenida
espero y sigas disfrutando de la nove xq los cap q vienen son todavia mejore
y el maraton lo pesare a lo mejor lo haga ;)

:D

Hay Dios bendito!!
Cada vez es mas entretenida la novela!
Ojala que Joe pueda volver a la normalidad.
:roll: haha xD
Gracias por subir la novela!!!

solo 10casp para qu etrmine????? ay noooooooooooooooooo lo creo
ta nove me facina

espero que sea final feliz

andreita escribió:solo 10casp para qu etrmine????? ay noooooooooooooooooo lo creo
ta nove me facina

espero que sea final feliz

si solo 10 cap aunq el final es demasiado lindo a mi me fascino te lo aseguro :arre:

UN CAAAPIISS

nyJB escribió:

andreita escribió:solo 10casp para qu etrmine????? ay noooooooooooooooooo lo creo
ta nove me facina

espero que sea final feliz

si solo 10 cap aunq el final es demasiado lindo a mi me fascino te lo aseguro

waaaaaa ya lo quiero

waaaahh siguela siguela
cap cap :D

:D

No puedo creer que falte tan poquito para que acabe
no tiene otra temporada, porque debería es muy buena esta novela me encanta
siguelaa