.CARROTS.

- ¿Qué tal tu primer día de escuela cariño?- pregunto Addison una mujer pelirroja y de ojos azules
-bien mama, me lleve muchas sorpresas
-¿fue una muchachita no es así?- se burlo su abuelo quien estaba en la cabecera del gran comedor, Logan sonrió
-Tal vez
-eres un Casanova como yo solía serlo- comento orgulloso
-por favor papa, todavía lo eres- Addison le sonrió con afecto.
-pero Logan no tiene ni la mitad de tu encanto- agrego Lucy la hermana menor de Logan, este alzo las cejas, Lucy le saco la lengua.
La familia de Logan era un tanto perfecta, su abuelo Clemence Lerman había construido su imperio desde cero, aprendió de la mala manera cómo funcionaban los negocios y ahora era dueño de estudios de grabación como Warner Bros. y Sony, además de algunos de los hoteles más caros del mundo, demasiadas cosas para que un solo hombre las controlara, por eso tenía a Addison & Elizabeth, sus hijas, a cargo de la mitad de estos y esperaba que Logan siguiera sus pasos, ese, para el hombre de cincuenta y cinco años era el futuro de su nieto.


El lunes por la mañana Allen se levanto de golpe. No necesito que Derek la despertara, cosa extraña, sentía una especie de ansiedad, de esa clase de emoción cumpleañera… o del tipo de alegría casi infantil, cuando sabes que veras a alguien especial.

No, ese alguien especial no era el cretino de Logan, no podía serlo, se cambio pensando en esto y se rehusó a desayunar al ver que eran panqueques de mora azul… azul... azul como el color de los ojos de Lerman. Dijo que desayunaría en la cafetería y salió.

-Zanahoria no entiendo nada, ni una mierda.
-Zayn entenderías si dejaras de lanzarle bolitas al cabello de Blake
-Es tan liso que se resbalan- comento maravillado, Allen rodo los ojos, estaban en clase de literatura, aunque jamás lo admitiera era una de sus asignaturas favoritas. El profesor hablaba de Geoffery Chaucer el primer gran autor ingles y su famosa obra ‘Cuentos de Canterbury’. Miro de reojo a Logan quien cuchicheaba con una chica, la chica apretó su brazo por mas segundos de los necesarios y sonreía como si estuviera en un anuncio de pasta dental. No pudo evitar sentirse irritada y resoplo indignada.
-Señorita Carrots, ¿podría decirme que tiene de interesante el señor Lerman para que así todos podamos contemplarlo? – era una táctica baja de maestro, pero Allen era de las únicas que ponían atención y el profesor Ernest no quería perderla. Allen se sonrojo y odio con todo su ser al hombre que daba clases.
-no se dé que habla, pero lo lamento- balbuceo atropelladamente. El profesor asintió y continuo hablando, todos miraron a Allen por unos segundos y después regresaron a lo suyo pues era normal que las chicas miraran a Lerman, todas lo hacía, incluso las lesbianas y algún que otro chico.

Sentía la mirada de Logan, vamos, podría sentirla a cuarenta metros a la distancia, su sonrojo perduro lo que sobraba de la clase, Allen salió a toda velocidad sin molestarse a esperar a Blake y Zayn, y caminando a toda prisa llego hasta las canchas donde se sentó en las gradas.
No había sido para tanto pero aun así, no quería que le preguntaran por lo sucedido, extrañaba pasar desapercibida, extrañaba a Marina y a sus demás amigas, extrañaba su habitación y sus afiches de Foster the People y The Beatles, extrañaba el calor seco de Texas, extrañaba a su madre…

-Allen- Logan subió rápidamente las gradas y se sentó junto a ella tendiéndole una barrita de granola, una bolsita de golosinas y un jugo de mango- no fuiste a la cafetería, pensé que tendrías hambre, Allen tomo las cosas de mala gana, miro a Logan y puso los ojos en blanco.
-gracias- murmuro abriendo la barra y dándole un mordisco
-así que… ¿que tengo de interesante?
-lo mismo que una lombriz saliendo de la tierra- musito dando otra mordida y abriendo el empaque de golosinas, eran lombrices de goma, sus favoritas. Sonrió por la ironía del momento- me encantan estos dulces –le tendió el paquete a Logan quien tomo dos de estas
- Ya que me acabas de comparar con una lombriz… ¿eso significa que también te encanto? - Allen rio. La chica era tan cambiante. Logan la observo por un rato, tratando de descífrala, mientras ella comía las gomas.
El coqueteaba con todas, cierto, pero nunca había estado en la situación en que ellas lo ignoraran o le dieran respuestas esquivas y frías. El era un buen partido, pensó infundiéndose ánimos, no era feo, que va. Hacia servicio comunitario cada fin de semana, era capitán del equipo de americano, tenía dinero, era simpático ¿Qué mas pedía Allen? Porque no podría simplemente hablarle como a una persona, <<Me estoy convirtiendo en una chica>> pensó con pesar. El timbre de inicio de clases sonó y Allen se levanto, al ver que Logan no se inmutaba pregunto
-¿No piensas ir a clases?
-No, hoy no me siento de ánimos- dijo entrecerrando los ojos, pues el sol estaba en la punta de la cabeza de Allen y le calaba.- además tengo planeado ir al centro, quiero saber si el disco que encargue ya llego – Los ojos de Allen brillaron y se mordió el labio inferior, como debatiéndose entre decir algo o no, Logan se lo simplifico- ¿quieres acompañarme? Digo si no te resulta tan repulsivo
-Te prometo que hare mi mayor esfuerzo para no vomitar- dijo poniéndose la mano en el pecho, Logan rodo los ojos y refunfuño algo que Allen no entendió - Lerman deja de rezongar, levanto tu trasero y vámonos