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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Pasion en la Isla (Joe y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
—¿Te preocupas por mí, gatita?
Las comisuras de los labios se elevaron en un atisbo de sonrisa.
—No te preocupes. Me las arreglé para cuidarme bastante bien durante años. Y basta de charla. Haz lo que te digo, ¿entendido?
Los ojos de _______ se posaron, interrogantes, en los del capitán; lo que vio en esas profundidades grises esfumó el núcleo de desafío que se había formado en su vientre desde la primera vez que la poseyó.
—Sí, Joe —murmuró.[/size]
—Esa es mi chica —le susurró en el oído, la apretó contra sí y le dio un beso apasionado, para deleite de los mirones.:cheers:
La boca de ________ respondió a la dulce presión abriéndose a él, sin la menor resistencia. Le rodeó el cuello con los brazos y se sintió como desnuda cuando de pronto él la soltó
—¡Ahora! —murmuró Joe, al tiempo que giraba para golpear a los hombres que cuidaban la puerta.
Tomados de sorpresa, uno cayó al suelo y dejó espacio suficiente para que ________ pasara y saliera a la calle. La joven, asustada, echó un último vistazo a Joe y lo vio vacilar bajo la fuerza terrible de un puñetazo; notó que el resto de los hombres lo rodeaban, furiosos.
__________ corrió calle abajo, seguida por los alaridos indignados de los hombres del salón, que comprendieron que había huido. El estallido de una pistola sonó como un latigazo tras ella. Corrió como nunca en su vida, con los pulmones doloridos por la falta de aire. Pero no fue hacia el oeste, al cuartelillo de policía: corrió al Margarita, en busca de ayuda.
Las comisuras de los labios se elevaron en un atisbo de sonrisa.
—No te preocupes. Me las arreglé para cuidarme bastante bien durante años. Y basta de charla. Haz lo que te digo, ¿entendido?
Los ojos de _______ se posaron, interrogantes, en los del capitán; lo que vio en esas profundidades grises esfumó el núcleo de desafío que se había formado en su vientre desde la primera vez que la poseyó.
—Sí, Joe —murmuró.[/size]
—Esa es mi chica —le susurró en el oído, la apretó contra sí y le dio un beso apasionado, para deleite de los mirones.:cheers:
La boca de ________ respondió a la dulce presión abriéndose a él, sin la menor resistencia. Le rodeó el cuello con los brazos y se sintió como desnuda cuando de pronto él la soltó
—¡Ahora! —murmuró Joe, al tiempo que giraba para golpear a los hombres que cuidaban la puerta.
Tomados de sorpresa, uno cayó al suelo y dejó espacio suficiente para que ________ pasara y saliera a la calle. La joven, asustada, echó un último vistazo a Joe y lo vio vacilar bajo la fuerza terrible de un puñetazo; notó que el resto de los hombres lo rodeaban, furiosos.
__________ corrió calle abajo, seguida por los alaridos indignados de los hombres del salón, que comprendieron que había huido. El estallido de una pistola sonó como un latigazo tras ella. Corrió como nunca en su vida, con los pulmones doloridos por la falta de aire. Pero no fue hacia el oeste, al cuartelillo de policía: corrió al Margarita, en busca de ayuda.
Última edición por ♫ Laura Jonas ♥ el Lun 09 Abr 2012, 12:05 am, editado 1 vez
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Ohh mierda!! se metio en un quilombasoo :| Espero q aparezca joe rapidoo *-*
SIGUELAA!!!!
SIGUELAA!!!!
jb_fanvanu
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Bueno chicas ahi esta la otra parte para que vean que es LARGA esta nove, eso es solamente UN CAPI y TODAVIA FALTA UN MONTON!!!
Bueno este capi es como que lo odio pero por otra parte lo amo.
Lo odio porque la rayis se me mete en tremendo lio
Pero lo amo cuando aparece Joe
Jajajajaj bueno disfruten ahi su capi, y antes quiero decirles que ya solamente me falta un dia para volver a entrar a clases, la semana santa paso asi que ya tengo que volver a clases, solamente tengo lunes (hoy) sin clases, lo que quiere decir que ya los capi no se subiran con tanta frecuencia, sino los fines de semana y a veces cuando pueda, les digo esto para que no se sorprendan cuando ya no haya capis a menudo asi que, me voy chicas les dejo su capi mas adelante ya en mi pais son las 2 de la mañana XDDD :lol!:
Bye bye
Bueno este capi es como que lo odio pero por otra parte lo amo.
Lo odio porque la rayis se me mete en tremendo lio
Pero lo amo cuando aparece Joe
Jajajajaj bueno disfruten ahi su capi, y antes quiero decirles que ya solamente me falta un dia para volver a entrar a clases, la semana santa paso asi que ya tengo que volver a clases, solamente tengo lunes (hoy) sin clases, lo que quiere decir que ya los capi no se subiran con tanta frecuencia, sino los fines de semana y a veces cuando pueda, les digo esto para que no se sorprendan cuando ya no haya capis a menudo asi que, me voy chicas les dejo su capi mas adelante ya en mi pais son las 2 de la mañana XDDD :lol!:
Bye bye
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Ahhhhh sii q busque ayuda !! :pale: Joe al final es un tiernoo .
SIGUELAA!!
SIGUELAA!!
jb_fanvanu
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
♫ Laura Jonas escribió:Bueno chicas ahi esta la otra parte para que vean que es LARGA esta nove, eso es solamente UN CAPI y TODAVIA FALTA UN MONTON!!!
Bueno este capi es como que lo odio pero por otra parte lo amo.
Lo odio porque la rayis se me mete en tremendo lio
Pero lo amo cuando aparece Joe
Jajajajaj bueno disfruten ahi su capi, y antes quiero decirles que ya solamente me falta un dia para volver a entrar a clases, la semana santa paso asi que ya tengo que volver a clases, solamente tengo lunes (hoy) sin clases, lo que quiere decir que ya los capi no se subiran con tanta frecuencia, sino los fines de semana y a veces cuando pueda, les digo esto para que no se sorprendan cuando ya no haya capis a menudo asi que, me voy chicas les dejo su capi mas adelante ya en mi pais son las 2 de la mañana XDDD :lol!:
Bye bye
Ok ! no hay problema! Ya q no podes subir ahora todos los dias podrias subir por lo menos 3 caps cuando puedas subir ?? *-*
jb_fanvanu
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
jb_fanvanu escribió:♫ Laura Jonas escribió:Bueno chicas ahi esta la otra parte para que vean que es LARGA esta nove, eso es solamente UN CAPI y TODAVIA FALTA UN MONTON!!!
Bueno este capi es como que lo odio pero por otra parte lo amo.
Lo odio porque la rayis se me mete en tremendo lio
Pero lo amo cuando aparece Joe
Jajajajaj bueno disfruten ahi su capi, y antes quiero decirles que ya solamente me falta un dia para volver a entrar a clases, la semana santa paso asi que ya tengo que volver a clases, solamente tengo lunes (hoy) sin clases, lo que quiere decir que ya los capi no se subiran con tanta frecuencia, sino los fines de semana y a veces cuando pueda, les digo esto para que no se sorprendan cuando ya no haya capis a menudo asi que, me voy chicas les dejo su capi mas adelante ya en mi pais son las 2 de la mañana XDDD :lol!:
Bye bye
Ok ! no hay problema! Ya q no podes subir ahora todos los dias podrias subir por lo menos 3 caps cuando puedas subir ?? *-*
claro que no hay problema pero cuando subas tienes que subir 97416435'643654316487467317 caps! ok?
:risa: ya no puedo esperar a que subas mas caps!
☎ Jimena Horan ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
lau no peudo creer loq ue paso
joe es un hermoso salvando a la rayis :)
esperoq ue no le hagan daño
joe es un hermoso salvando a la rayis :)
esperoq ue no le hagan daño
andreita
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
lau te tengo una solucion cuando no puedas poner caps
pon maraton :) ajja
es enerio
pon maraton :) ajja
es enerio
andreita
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Jjaajajajja chicas sus ideas son geniales XDD
Pero para editar tengo que hacer muchisimas cosas, porque el formato que tengode la nove no es compatible con el de word y duro ahi mucho arreglando.
Ademas de que cuando subo aqui tengo que arreglar muchas cosas que me aparecen
Por eso es que duro mucho, ademas un capi ENTERO es como si fuera una maraton :lol!:
Bueno aqui les dejo el proximo capi que por cierto lo AMO
Pero para editar tengo que hacer muchisimas cosas, porque el formato que tengode la nove no es compatible con el de word y duro ahi mucho arreglando.
Ademas de que cuando subo aqui tengo que arreglar muchas cosas que me aparecen
Por eso es que duro mucho, ademas un capi ENTERO es como si fuera una maraton :lol!:
Bueno aqui les dejo el proximo capi que por cierto lo AMO
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Capitulo 7
—Tiene suerte de estar vivo —refunfuñó el doctor Sandoz, al alejarse del camastro.
Los ojos del médico recorrieron el cuerpo inconsciente de Joe, pálido y con aspecto de cadáver a la luz vacilante de la vela, en el camarote del barco.
—Si no fuese tan fuerte, la gran pérdida de sangre ya lo habría matado. De todos modos, está débil y con alta temperatura. Aún podríamos perderlo.
________ se mordió con fuerza el tembloroso labio inferior. "Joe no tiene que morir, no!" ¡Y menos aún por haberla rescatado de las consecuencias de su propio carácter caprichoso! "¡Oh, Dios!", pensó, "¿por qué fui tan tonta para escaparme a una ciudad desconocida, donde no tengo amigos?" Sabía que Joe la buscaría y en secreto la idea la regocijaba. Quiso darle una lección... ¡Y en cambio, lo había matado! Si hubiese logrado que Nick y los demás llegaran más rápido, antes de que a Joe lo apuñalaran una y otra vez...
—Jovencita, ¿me escucha? —La voz impaciente del doctor Sandoz se abrió paso entre los pensamientos de _________—.Soy un hombre ocupado y hay muchos pacientes esperándome. No puedo perder tiempo mientras usted se pierde en sus ensueños.
_________ se ruborizó y estaba por responderle bruscamente, pues aún no estaba acostumbrada a que le hablaran con tanta aspereza. Pero recordó hasta qué punto dependía Joe de la habilidad de ese hombre y se mordió la lengua. Si el médico podía salvarlo, dejaría que le hablara como le diese la gana.
—Lo siento, doctor. ¿Qué me decía? —El tono de _______ fue sumiso.
—Necesitará cuidados constantes los próximos días... quizá semanas. La recuperación del paciente depende de dos factores: su reacción a la fiebre que está subiendo y si las heridas se infectan o no. Hay que cambiar las vendas cada cuatro horas, desde ahora hasta que yo indique lo contrario, y hay que espolvorear las heridas con un polvo que dejaré. Y también tiene que tomar estas píldoras todos los días —dijo el médico, mostrándole un frasquito de vidrio—. Si no siguiera mis instrucciones, sería igual que si lo matara ahora mismo. ¿Puedo confiar en usted para que lo cuide?
Los ojos oscuros, severos, estaban fijos en ________, que asintió con fervor.
—Sí, doctor, por supuesto.
—También puede confiar en la tripulación, doctor Sandoz —intervino Nick con tono frío, desde los pies del camastro—. Nos turnaremos para cuidarlo. Esta... dama... ¡ya hizo demasiado!
—¡Yo lo cuidaré! —exclamó ________, mirando a Nick con el entrecejo fruncido; el hombre le devolvió la mirada adusta—. ¡Y lo haré mucho mejor de lo que lo harían usted y sus sucios marineros, pedante insoportable! ¡Si me hubiera escuchado, en lugar de tratar de arrastrarme al Margarita cuando yo insistía en que Joe necesitaba ayuda, podría haber llegado a tiempo para impedir que le hicieran daño!
—El capitán nos ordenó a todos que la buscáramos —replicó Nick, herido en lo más vivo—. ¿Cómo podía saber que usted decía la verdad? ¡Pensé que trataba de engañarme para que la dejara ir! Además, si usted no hubiese salido por esa ventana dejando un rastro que hasta un ciego sería capaz de ver, ahora haría mucho que habría desaparecido y todos seríamos más felices! Y el capitán...
—¡Basta! —los interrumpió el doctor Sandoz, paseando los ojos relampagueantes de uno a otro—. ¡A mí no me importa quién hizo mal o bien en esta situación! Si piensan pelearse como chiquillos, yo me iré y no volveré. Y sin duda el capitán Jonas morirá.
_______ y Nick intercambiaron miradas abatidas y se disculparon,
—Muy bien —dijo al fin el médico—. Jovencita, la hago responsable del capitán Jonas. He comprobado que las mujeres, por su naturaleza más tierna, suelen ser mejores enfermeras que los hombres. Usted —dijo, mirando a Nick— puede ocuparse de que ella sea relevada cada tanto. Supongo que usted quedará a cargo del barco mientras dure la enfermedad del capitán. Nick asintió, sin hablar.
—¡Bien! —El doctor Sandoz les sonrió a ambos—. Y ahora, Jovencita...
Dio a ________ indicaciones detalladas acerca del cuidado de Joe.
—Estaré observándola —dijo Nick a _______ con tono feroz, cuando el doctor Sandoz se fue tras dejarle los polvos y las pildoras prometidos—. Y le advierto que si Joe muriera y existiese la más remota posibilidad de que usted hubiese hecho algo para provocar su muerte, la colgaré del palo mayor. Mujer o no. ¿Entendido?
—¡Oh, váyase al diablo! —replicó _________, con rudeza. Estaba a punto de abundar sobre el tema, cuando un quejido ahogado que surgió del tema de discusión atrajo la atención hacia el capitán—. ¿Joe? —preguntó ansiosa, inclinándose sobre el camastro y apoyando una mano sobre la frente oscura para ver si la sentía afiebrada.
En efecto, tenía fiebre.
—¿Capitán? —dijo Nick, al mismo tiempo. Joe gimió y se revolvió, haciendo que su largo cuerpo se sacudiera de un lado a otro bajo la pila de mantas.
—¡Ella se fue! —comenzó a murmurar—. ¡Maldición, se fue! ¡Y nada menos que en Cádiz...! Refugio de asesinos... Como un cordero vagando entre una manada de lobos... ¡No tiene la menor probabilidad...! ¡______! ¡_______!
—Calma, Joe, estoy aquí, sana y salva como puedes ver —murmuró ______, tratando de calmarlo. Aunque sus palabras no penetraban la niebla de fiebre, al parecer Joe se calmó con el contacto suave de la mano que le acariciaba con dulzura la frente caliente.
—¿Ve lo que ha hecho? —dijo Nick con tono bajo, pero no por eso menos cruel—. Desde el momento en quejón la trajo a bordo, supe que nos traería problemas. Se lo advertí, pero él no me hizo caso. ¡Estaba loco por usted y usted casi le provocó la muerte! ¡Bruja!
—Ya he tenido bastante de su insolencia y sus insultos —dijo ______ entre dientes, sin poder evitar que su enfado se abriera paso entre el peso de la culpa que la aplastaba. No quiso pensar en la parte reconfortante de las acusaciones de Nick: que Joe estaba loco por ella, pero su corazón se derritió al oírlo. ¿Sería cierto?
—¡No se haga la dama fina conmigo! —le espetó Nick—. ¡Recuerde que yo la vi con él y sé que por dentro no es mejor que esas mujeres trotacalles! Usted se muere por lo que él puede darle: se nota por el modo en que lo mira. ¡Y tiene la audacia de afirmar que lo odia...! ¡Dios, líbrame de las mujeres!
—¡Salga de aquí! —dijo _______, en voz helada, cargada de desprecio—. ¡No toleraré que vomite semejantes injurias! ¡Si le importara Joe, cosa que no creo, comprendería que nuestra discusión sólo puede lastimarlo!
—¿Si me importara Joe...? —Nick se ahogó de indignación.— ¿Y debo deducir que a usted sí? Le ruego que me corrija si me equivoco, pero creo recordar que hace sólo una semana usted lo odiaba. Es un cambio bastante abrupto, ¿verdad?
—Estaba enfadada —confesó ______, sintiendo que la ira disminuía un poco—. Claro que no lo odio. Él... esta noche me salvó la vida. Lo cuidaré bien, Nick, lo prometo. ¡Pero sería mucho más fácil para mí si usted no observara cada uno de mis movimientos como si yo fuese a envenenarlo!
La culpa y la cólera del mismo Nick disminuyeron al ver la sinceridad que reflejaban los ojos de ________. La miró indeciso un momento y luego asintió.
—De acuerdo, confiaré en usted. Pero si algo le sucediera a él...
—Si yo puedo evitarlo, no sucederá —dijo _______, con serena confianza—. Y ahora hágame el favor de salir. El doctor Sandoz ha dicho que Joe necesita toda la tranquilidad posible y no sabemos si nuestras voces llegan a sus oídos.
Nick titubeó, luego se encaminó a la puerta y se detuvo, con la mano en el pomo.
—Enviaré a Petersham a ayudarla cuando suba a bordo. Y.. eh... lady _________.
—Llámeme _______ —dijo la muchacha—. Joe lo hace.
—________. —Nick vaciló un instante, y luego se animó—: Lamento... lamento cualquier cosa que haya dicho para ofenderla.
Sólo me preocupa el bienestar de Joe. Hace mucho que somos amigos.
—Entiendo. —________ le sonrió, señaló la puerta y Nick captó la señal. Ella tuvo la impresión de que se iba aliviado.
—Enviaré a Petersham en cuanto pueda —repitió el hombre y salió.
_______ volvió para observar a Joe. Todavía estaba inconsciente y murmuraba cosas ininteligibles. El rostro oscuro estaba pálido bajo el bronceado y la cabeza se sacudía a un lado y a otro sobre la almohada blanca y blanda. ______ observó, preocupada, que los labios y los párpados del hombre tenían un tinte azulino y supuso que se debía a la gran cantidad de sangre perdida. Cuando ella llegó al Red Dog con Nick y la fuerza de rescate reunida a toda prisa, Joe yacía en un charco de sangre que empezaba a coagularse. Junto a él estaban los cuerpos de los hombres que había logrado matar antes de que lo abatieran como a un lobo orgulloso. Esas bestias babeantes lo dieron por muerto y volvieron a sus bebidas. "Pero muchos ya no volverán a beber", pensó _______, satisfecha. Los pocos que habían escapado a la venganza sangrienta de la tripulación del Margarita no estarían en condiciones de entrar en un salón por mucho tiempo. Mientras se llevaban a Joe, ______ tropezó con un cuerpo familiar, tirado sin vida cerca de la puerta del salón. Era Billy, el que la había abofeteado: había recibido un disparo en la cabeza.
—¿_______? —llamó Joe con tono afligido.
Con ternura, _______ se inclinó sobre él, tomó la mano grande entre las suyas y la sintió muy caliente.
—Estoy aquí, Joe —dijo con serenidad, aunque sus palabras no llegaban a la conciencia del herido.
Él siguió llamándola, murmurando y removiéndose en las horas que siguieron; lo único que podía hacer ______ era estar sentada junto a él, teniéndole la mano. Una vez Joe le pidió agua con voz ronca y _______ tomó una jarra que había junto a la cama, le sirvió un vaso y se lo acercó a los labios para dejar caer sólo unas gotas en la boca del herido. El hombre tragó y pareció dormirse, pero la tranquilidad duró poco, pues la fiebre empezó a elevarse con rapidez tras un breve respiro. _______ echó agua en una palangana, apartó las mantas hasta los pies de Joe, tomó un paño húmedo y lo pasó por el cuerpo con tanta naturalidad como si fuese el propio. En ese momento, la masculinidad de Joe ya no la aterraba. Al parecer, el baño frío le brindó cierto alivio y se quedó quieto. _______ acarició con los ojos el cuerpo largo y duro, admirando los miembros que, aun en la enfermedad, tenían una apariencia fuerte y de músculos marcados: era un hombre apuesto...
Casi a regañadientes, lo cubrió otra vez hasta la barbilla y lo arropó con firmeza. La sorprendió ver por la ventana los rosados heraldos del amanecer que estriaban el cielo. Pronto sería hora de cambiar otra vez las vendas...
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Estaba cansada. Buscó una manta en el guardarropa, la extendió en el suelo, cerca del camastro, se derrumbó sobre ella y apoyó la cabeza en el colchón. Cerraría los ojos para descansarlos un poco...
—Señorita ________ —La voz de Petersham la despertó del sueño profundo—. Señorita ________, ya es casi mediodía y le traje algo de comer.
_______ se irguió, alerta de inmediato, y lo primero que hizo fue mirar a Joe, que se movía inquieto bajo la pila de mantas.
—¿Cómo está? —preguntó, conteniendo el aliento. ¿Cómo pudo quedarse dormida si él la necesitaba...?
—Casi igual —informó Petersham, con aire grave—. Entré hace unas horas y me quedé sentado junto a él. No crea que empeoró porque usted se durmió.
______ se levantó y se frotó los ojos para ahuyentar el sueño.
—Tengo que ocuparme de las heridas. El médico dijo que le cambiase las vendas cada...
—Ya se las cambié una vez. Vino el señor Nick y me explicó cómo hacerlo. Dijo que la dejara dormir, que usted había pasado momentos muy difíciles.
—Fue muy amable —dijo _______, extrañada ante la insólita preocupación de Nick por ella.
—Señorita, si se da prisa tendrá tiempo de comer y de refrescarse un poco antes de que sea necesario hacer algo más. — Como _______ meneó la cabeza, el ayudante agregó con severidad—: No ayudará en nada al amo Joe si no se cuida bien y termina usted medio muerta. _______ lo pensó un instante: quedarse sin comer no ayudaría a Joe, por cierto, y hasta podría perjudicarlo. Tenía que conservar las energías para atenderlo. "La última vez, Petersham se ocupó de las heridas del patrón, pero desde ahora", se prometió, "lo haré yo misma. Se lo debo." Y, además, en realidad quería atenderlo personalmente.
Petersham la llevó hasta una silla; _______ sintió que sus músculos, rígidos por haber dormido en el suelo, chillaron cuando se sentó. Le dolía todo. Probó a mover la mandíbula y sentía como si cada centímetro de su persona estuviese magullado. "Pero yo busqué que me pegaran", admitió para sí. "Si no hubiese sido tan tonta, ahora ninguno de nosotros estaría en tan malas condiciones."
Petersham le puso delante un apetitoso desayuno: jugo fresco de naranjas, tostadas con mermelada de frutas y hasta jamón con huevos. Después de la carne de cerdo seca y salada, y los bizcochos duros en qué consistía la dieta del Margarita en alta mar, la comida tenía un aspecto y un aroma maravillosos. Se dedicó a ella con entusiasmo y comió hasta el último bocado. Por fin, satisfecha, se echó atrás en la silla y Petersham le dirigió una mirada aprobatoria y radiante.
—Estaba delicioso, Petersham. Me siento mucho mejor.
—Pensé que así sería, señorita. Si quiere lavarse, en la palangana hay agua caliente. Falta media hora para el cambio de vendas del amo Joe.
—Gracias, Petersham. Lo llamaré cuando lo necesite.
—Muy bien, señorita —dijo el ayudante en tono grave y salió del camarote.
______ apoyó la mano con suavidad sobre la frente de Joe antes de iniciar su tocado matinal. El herido se removió inquieto y murmuró algo, pero no abrió los ojos y no dio indicios de reconocer la presencia de ______. Ella, con el entrecejo fruncido, se dio la vuelta para vestirse. Para sus ojos inexpertos, él estaba peor que la noche anterior. Mientras empezaba a lavarse, se le ocurrió llamar otra vez al doctor Sandoz, pero decidió esperar
hasta haber visto cómo estaban las heridas.
La noche anterior, mientras uno de los hombres corría a buscar a un médico, ________se había apresurado a cambiarse la ropa sucia y desgarrada de Jon por un vestido, pues en ese momento la preocupaba más el pudor que la moda. Ahora, comprobó con amargura que se había ensuciado el vestido rosado matinal. Se lo cambió rápido, se cepilló el pelo y lo peinó en un modesto moño; luego juntó la jofaina, vendas limpias y el polvo que le había dejado el doctor Sandoz.
Dejó las cosas sobre la mesilla de noche, junto a la cama, y apartó la sábana. El cuerpo desnudo de Joe era largo y resaltaba, oscuro y velludo, contra el hilo blanco. _______ se sentó en el borde del camastro y comenzó a quitar con suavidad las vendas. Jon tenía seis heridas de distinta gravedad distribuidas al azar por el cuerpo. "La peor es la que está sobre el muslo izquierdo", pensó _______. Era larga y desgarrada, y parecía haber sido infligida con una botella rota. La herida, hinchada y de aspecto temible, pasaba a escasos centímetros de la virilidad de Joe y llegaba hasta la rodilla; al mirarla, _______ sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Imaginó la sensación del cristal hundiéndose en la carne de Joe, desgarrando la pierna. "¡Dios, cuánto debió dolerle!" Y soportó ese dolor por ella...
Si bien las heridas en sí mismas eran graves, el doctor Sandoz dijo que sobreviviría a ellas. El verdadero peligro residía en la infección y en la fiebre alta que la acompañaba. Si empezaba una gangrena, Joe estaba demasiado débil para luchar contra ella. Mientras limpiaba la sangre seca de las heridas, _______ se estremeció: la única cura que se conocía de la gangrena era la amputación. Y no era muy probable que Joe, debilitado como estaba por la pérdida de sangre, sobreviviese a ella. Si sobrevivía, quedaría mutilado de por vida y ______ sabía que preferiría la muerte.
Mientras _______ lavaba con suavidad el muslo herido, Joe se debatía feroz. La joven llamó a Petersham para que la ayudase, temerosa de que el forcejeo reabriese las heridas y las hiciera sangrar otra vez. Cuando Petersham apareció, se quedó helado al ver a ________ inclinada sobre el cuerpo desnudo de Joe, mientras un mechón dorado que se había soltado de las hebillas se destacaba sobre el vello negro del pecho del capitán.
—Yo terminaré con esto, señorita _______. No es correcto que una joven como usted vea esto —dijo Petersham, cuando recuperó el habla. _______ giró sobre sus talones y lo miró, impaciente.
—No sea ridículo, Petersham. Usted sabe que ya he visto a un hombre desnudo: este hombre —enfatizó—. Y ahora, ¿puede sujetarlo, por favor, mientras le pongo este polvo en las heridas? Tengo miedo de que le duela y, si se mueve con brusquedad, quizá se haga daño.
Con el rostro rígido y enrojecido de pudor, y expresión desaprobadora, Petersham cumplió lentamente el pedido; aunque ______ percibió más que vio su incomodidad, no podía hacer nada. La salud de Joe era más importante que las nociones de corrección de Petersham.
Cuando la joven echó sobre las heridas el polvo curativo y éste comenzó a penetrar en la carne, Joe lanzó gemidos lastimeros; poco después, los gemidos se convirtieron en aullidos de dolor. _______. quería huir de ese espectáculo de dolor, pero no podía, pues Joe la necesitaba ahora más que nunca. En lugar de esconderse, acunó en los brazos la cabeza del herido y le murmuró palabras tranquilizadoras, mientras Petersham hacía lo que podía para sujetar los miembros de Joe, que se agitaban sin control. Si el capitán no hubiese estado tan débil, habrían hecho falta cuatro individuos del tamaño de Petersham para sujetarlo. ______ tembló de angustia al comprobar cuánta fuerza había perdido su audaz capitán pirata para que se lo pudiera someter con tanta facilidad.
Por fin, el dolor disminuyó y Joe se relajó. Petersham se alejó de la cama, pero ______ demoró unos instantes en apoyar con delicadeza la cabeza oscura sobre la almohada. Cuando cesó la proximidad tranquilizadora de la muchacha, Joe se agitó, inquieto, y al apoyarle _______la mano sobre la frente, se calmó otra vez.
—Milady, ¿necesita algo más?
Petersham aún se mostraba rígido y formal, señal de que estaba muy ofendido, como _______ sabía por los años pasados con Martha. La joven suspiró.
—Petersham, comprenderá usted que no son momentos para preocuparse de convencionalismos —trató de explicarle—. El capitán Jonas está muy enfermo y necesita cuidado. Los demás tienen tareas que hacer en el barco y yo tengo que atenderlo. ¿Le gustaría que me mostrara remilgada porque está desnudo y no lo cuidara? —Me encargaría gustoso de atenderlo, mi lady. Cuando el señor Nick me dijo que usted lo haría, yo no comprendí del todo la... eh... delicadeza de la tarea.
—¡Por el amor de Dios, Petersham! —exclamó _______, demasiado exasperada para hablar con rodeos—. Tiene que comprender que yo... que él... bueno, que la relación entre nosotros no es, precisamente, fraternal. En resumen, conozco bien al capitán. Su cuerpo desnudo no es una novedad para mí.
______ se sonrojó ante su propia audacia. Tres semanas atrás, no se habría creído capaz de semejante falta de pudor. Pero no había dicho más que la pura verdad y no tenía sentido disfrazarla. Levantó la vista y comprobó que Petersham la miraba con frialdad.
—Sea como sea, mi lady, éste no es un espectáculo para una persona de su sexo y de su tierna edad. ¿Necesita algo más, mi lady?
_______ suspiró y lo despidió. La mojigatería de Petersham era una dificultad que, en esos momentos, no se sentía en condiciones de enfrentar.
_______ cuidó a Joe con devoción los cinco días que siguieron. Limpió y curó las heridas, y llamó al doctor Sandoz cada vez que veía indicios de hinchazón. El tajo del muslo empezó a infectarse; el médico lo abrió y drenó pus amarillo mezclado con sangre en una palangana que ________ sostenía. Para la operación, ataron las manos y los pies de Joe al camastro; sus gritos de dolor helaban la sangre. Aunque las lágrimas caían por las mejillas de _______, no se movió de su puesto. Después recogió las vendas sucias y cuando el doctor Sandoz desató los miembros de Joe, apretó la cabeza transpirada del enfermo contra su pecho y lo acunó. Al parecer, esos murmullos inarticulados lo tranquilizaron y cayó en un sueño intranquilo, con la cabeza aún apoyada en el pecho de _______.
Además lo alimentó, dándole cucharadas de gachas poco espesas a intervalos regulares y apretándole los labios hasta que tragaba. Le daba agua y le aplicaba compresas calientes en el muslo inflamado. Cuando la fiebre subía, lo bañaba cada hora con agua fría, pero ni aun eso ayudaba a bajar la temperatura. La misma ________ se ocupaba de las funciones corporales del enfermo, pues sabía que Petersham se desmayaría si le pidiese ayuda. Su total dedicación asombró a todos, incluso a ella misma. ________, que nunca había recogido siquiera sus propios vestidos sucios, jamás imaginó que sería capaz de cuidados tan íntimos y tan carentes de egoísmo con otro ser humano.
A pesar de los tiernos cuidados de _______, el estado del herido empeoró de manera dramática. Al asistirlo, el doctor Sandoz movió la cabeza con aire grave y _______ estuvo a punto de enloquecer de angustia. El mayor peligro para Joe, en ese momento, era la alta temperatura constante. Lo único que aconsejó el médico fue que _______ lo bañase con frecuencia y que le diera de beber mucho líquido, pues de lo contrario la recuperación del capitán estaría en manos de Dios.
Con frecuencia, cuando la temperatura subía, Joe se agitaba tanto que ________ no podía controlarlo y se veía obligada a llamar a Petersham o a Nick para que la ayudaran. Poco a poco los dos hombres perdieron la rigidez y comenzaron a considerarla como uno de ellos. Para tranquilizar a Petersham, _______ le aseguró que en cuanto el estado de Joe lo permitiese, le pondrían una camisa de noche, como correspondía. Por el momento, hasta Petersham comprendía que la enfermedad de Joe era demasiado grave para que ______ perdiera tiempo preocupándose por algo tan poco esencial como el recato.
La devoción absoluta de _______ por la salud del capitán también le ganó la amistad de los miembros de la tripulación. Le hablaban con respeto cuando salía a cubierta a respirar aire fresco y ya las miradas de los marineros carecían por completo de la lujuria que las caracterizó los primeros tiempos. ______ lo agradecía.
El sexto día, _____ vio que Joe había llegado a una crisis y el doctor Sandoz lo confirmó: o le bajaba la temperatura o se moría. El doctor recomendó combinar los frecuentes baños fríos con una buena dosis de plegarias . Cuando se marchó, _______ resopló, indignada, pues si bien la plegaria era algo bueno, como había comprobado con frecuencia, uno de los axiomas preferidos de Martha era que el Señor ayudaba a los que se ayudaban a sí mismos. Guiada por esa idea, convocó a Nick, le dijo que tenía que enviar a toda la tripulación del Margarita a recorrer Cádiz en busca de hielo y se negó a escucharlo cuando protestó asegurando que en esa húmeda ciudad no se encontraba hielo. Para que Joe viviera, ella necesitaba hielo a fin de bajarle la temperatura. El Señor proveería.
Lo hizo. Menos de una hora después, Nick volvió con un gran bloque de hielo y el rostro pálido de ________ reflejó el alivio que sentía.
—¡Gracias a Dios! ¡Está empeorando! Vamos, ayúdeme con esto.
______ puso a Nick a cortar el hielo en pequeños trozos que flotaban en una gran jofaina llena de agua. Cuando el agua estuvo helada, hizo que Nick empapara una sábana y envolvió con ella el cuerpo de Joe, arrasado por la fiebre. Aunque el enfermo gemía, _______ repitió la operación, infatigable, reemplazando las sábanas cada vez que el cuerpo ardiente de Joe las recalentaba.
Trabajaron durante horas: mojaban la sábana, lo envolvían, mojaban otra vez la sábana. Por fin, de la frente de Joe comenzaron a brotar perlas de transpiración.
—¡Empezó a bajar! —murmuró _______, casi sin poder creer que las gotas fuesen reales—. ¡Oh, Nick, la fiebre cedió!
—Señorita ________ —La voz de Petersham la despertó del sueño profundo—. Señorita ________, ya es casi mediodía y le traje algo de comer.
_______ se irguió, alerta de inmediato, y lo primero que hizo fue mirar a Joe, que se movía inquieto bajo la pila de mantas.
—¿Cómo está? —preguntó, conteniendo el aliento. ¿Cómo pudo quedarse dormida si él la necesitaba...?
—Casi igual —informó Petersham, con aire grave—. Entré hace unas horas y me quedé sentado junto a él. No crea que empeoró porque usted se durmió.
______ se levantó y se frotó los ojos para ahuyentar el sueño.
—Tengo que ocuparme de las heridas. El médico dijo que le cambiase las vendas cada...
—Ya se las cambié una vez. Vino el señor Nick y me explicó cómo hacerlo. Dijo que la dejara dormir, que usted había pasado momentos muy difíciles.
—Fue muy amable —dijo _______, extrañada ante la insólita preocupación de Nick por ella.
—Señorita, si se da prisa tendrá tiempo de comer y de refrescarse un poco antes de que sea necesario hacer algo más. — Como _______ meneó la cabeza, el ayudante agregó con severidad—: No ayudará en nada al amo Joe si no se cuida bien y termina usted medio muerta. _______ lo pensó un instante: quedarse sin comer no ayudaría a Joe, por cierto, y hasta podría perjudicarlo. Tenía que conservar las energías para atenderlo. "La última vez, Petersham se ocupó de las heridas del patrón, pero desde ahora", se prometió, "lo haré yo misma. Se lo debo." Y, además, en realidad quería atenderlo personalmente.
Petersham la llevó hasta una silla; _______ sintió que sus músculos, rígidos por haber dormido en el suelo, chillaron cuando se sentó. Le dolía todo. Probó a mover la mandíbula y sentía como si cada centímetro de su persona estuviese magullado. "Pero yo busqué que me pegaran", admitió para sí. "Si no hubiese sido tan tonta, ahora ninguno de nosotros estaría en tan malas condiciones."
Petersham le puso delante un apetitoso desayuno: jugo fresco de naranjas, tostadas con mermelada de frutas y hasta jamón con huevos. Después de la carne de cerdo seca y salada, y los bizcochos duros en qué consistía la dieta del Margarita en alta mar, la comida tenía un aspecto y un aroma maravillosos. Se dedicó a ella con entusiasmo y comió hasta el último bocado. Por fin, satisfecha, se echó atrás en la silla y Petersham le dirigió una mirada aprobatoria y radiante.
—Estaba delicioso, Petersham. Me siento mucho mejor.
—Pensé que así sería, señorita. Si quiere lavarse, en la palangana hay agua caliente. Falta media hora para el cambio de vendas del amo Joe.
—Gracias, Petersham. Lo llamaré cuando lo necesite.
—Muy bien, señorita —dijo el ayudante en tono grave y salió del camarote.
______ apoyó la mano con suavidad sobre la frente de Joe antes de iniciar su tocado matinal. El herido se removió inquieto y murmuró algo, pero no abrió los ojos y no dio indicios de reconocer la presencia de ______. Ella, con el entrecejo fruncido, se dio la vuelta para vestirse. Para sus ojos inexpertos, él estaba peor que la noche anterior. Mientras empezaba a lavarse, se le ocurrió llamar otra vez al doctor Sandoz, pero decidió esperar
hasta haber visto cómo estaban las heridas.
La noche anterior, mientras uno de los hombres corría a buscar a un médico, ________se había apresurado a cambiarse la ropa sucia y desgarrada de Jon por un vestido, pues en ese momento la preocupaba más el pudor que la moda. Ahora, comprobó con amargura que se había ensuciado el vestido rosado matinal. Se lo cambió rápido, se cepilló el pelo y lo peinó en un modesto moño; luego juntó la jofaina, vendas limpias y el polvo que le había dejado el doctor Sandoz.
Dejó las cosas sobre la mesilla de noche, junto a la cama, y apartó la sábana. El cuerpo desnudo de Joe era largo y resaltaba, oscuro y velludo, contra el hilo blanco. _______ se sentó en el borde del camastro y comenzó a quitar con suavidad las vendas. Jon tenía seis heridas de distinta gravedad distribuidas al azar por el cuerpo. "La peor es la que está sobre el muslo izquierdo", pensó _______. Era larga y desgarrada, y parecía haber sido infligida con una botella rota. La herida, hinchada y de aspecto temible, pasaba a escasos centímetros de la virilidad de Joe y llegaba hasta la rodilla; al mirarla, _______ sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas. Imaginó la sensación del cristal hundiéndose en la carne de Joe, desgarrando la pierna. "¡Dios, cuánto debió dolerle!" Y soportó ese dolor por ella...
Si bien las heridas en sí mismas eran graves, el doctor Sandoz dijo que sobreviviría a ellas. El verdadero peligro residía en la infección y en la fiebre alta que la acompañaba. Si empezaba una gangrena, Joe estaba demasiado débil para luchar contra ella. Mientras limpiaba la sangre seca de las heridas, _______ se estremeció: la única cura que se conocía de la gangrena era la amputación. Y no era muy probable que Joe, debilitado como estaba por la pérdida de sangre, sobreviviese a ella. Si sobrevivía, quedaría mutilado de por vida y ______ sabía que preferiría la muerte.
Mientras _______ lavaba con suavidad el muslo herido, Joe se debatía feroz. La joven llamó a Petersham para que la ayudase, temerosa de que el forcejeo reabriese las heridas y las hiciera sangrar otra vez. Cuando Petersham apareció, se quedó helado al ver a ________ inclinada sobre el cuerpo desnudo de Joe, mientras un mechón dorado que se había soltado de las hebillas se destacaba sobre el vello negro del pecho del capitán.
—Yo terminaré con esto, señorita _______. No es correcto que una joven como usted vea esto —dijo Petersham, cuando recuperó el habla. _______ giró sobre sus talones y lo miró, impaciente.
—No sea ridículo, Petersham. Usted sabe que ya he visto a un hombre desnudo: este hombre —enfatizó—. Y ahora, ¿puede sujetarlo, por favor, mientras le pongo este polvo en las heridas? Tengo miedo de que le duela y, si se mueve con brusquedad, quizá se haga daño.
Con el rostro rígido y enrojecido de pudor, y expresión desaprobadora, Petersham cumplió lentamente el pedido; aunque ______ percibió más que vio su incomodidad, no podía hacer nada. La salud de Joe era más importante que las nociones de corrección de Petersham.
Cuando la joven echó sobre las heridas el polvo curativo y éste comenzó a penetrar en la carne, Joe lanzó gemidos lastimeros; poco después, los gemidos se convirtieron en aullidos de dolor. _______. quería huir de ese espectáculo de dolor, pero no podía, pues Joe la necesitaba ahora más que nunca. En lugar de esconderse, acunó en los brazos la cabeza del herido y le murmuró palabras tranquilizadoras, mientras Petersham hacía lo que podía para sujetar los miembros de Joe, que se agitaban sin control. Si el capitán no hubiese estado tan débil, habrían hecho falta cuatro individuos del tamaño de Petersham para sujetarlo. ______ tembló de angustia al comprobar cuánta fuerza había perdido su audaz capitán pirata para que se lo pudiera someter con tanta facilidad.
Por fin, el dolor disminuyó y Joe se relajó. Petersham se alejó de la cama, pero ______ demoró unos instantes en apoyar con delicadeza la cabeza oscura sobre la almohada. Cuando cesó la proximidad tranquilizadora de la muchacha, Joe se agitó, inquieto, y al apoyarle _______la mano sobre la frente, se calmó otra vez.
—Milady, ¿necesita algo más?
Petersham aún se mostraba rígido y formal, señal de que estaba muy ofendido, como _______ sabía por los años pasados con Martha. La joven suspiró.
—Petersham, comprenderá usted que no son momentos para preocuparse de convencionalismos —trató de explicarle—. El capitán Jonas está muy enfermo y necesita cuidado. Los demás tienen tareas que hacer en el barco y yo tengo que atenderlo. ¿Le gustaría que me mostrara remilgada porque está desnudo y no lo cuidara? —Me encargaría gustoso de atenderlo, mi lady. Cuando el señor Nick me dijo que usted lo haría, yo no comprendí del todo la... eh... delicadeza de la tarea.
—¡Por el amor de Dios, Petersham! —exclamó _______, demasiado exasperada para hablar con rodeos—. Tiene que comprender que yo... que él... bueno, que la relación entre nosotros no es, precisamente, fraternal. En resumen, conozco bien al capitán. Su cuerpo desnudo no es una novedad para mí.
______ se sonrojó ante su propia audacia. Tres semanas atrás, no se habría creído capaz de semejante falta de pudor. Pero no había dicho más que la pura verdad y no tenía sentido disfrazarla. Levantó la vista y comprobó que Petersham la miraba con frialdad.
—Sea como sea, mi lady, éste no es un espectáculo para una persona de su sexo y de su tierna edad. ¿Necesita algo más, mi lady?
_______ suspiró y lo despidió. La mojigatería de Petersham era una dificultad que, en esos momentos, no se sentía en condiciones de enfrentar.
_______ cuidó a Joe con devoción los cinco días que siguieron. Limpió y curó las heridas, y llamó al doctor Sandoz cada vez que veía indicios de hinchazón. El tajo del muslo empezó a infectarse; el médico lo abrió y drenó pus amarillo mezclado con sangre en una palangana que ________ sostenía. Para la operación, ataron las manos y los pies de Joe al camastro; sus gritos de dolor helaban la sangre. Aunque las lágrimas caían por las mejillas de _______, no se movió de su puesto. Después recogió las vendas sucias y cuando el doctor Sandoz desató los miembros de Joe, apretó la cabeza transpirada del enfermo contra su pecho y lo acunó. Al parecer, esos murmullos inarticulados lo tranquilizaron y cayó en un sueño intranquilo, con la cabeza aún apoyada en el pecho de _______.
Además lo alimentó, dándole cucharadas de gachas poco espesas a intervalos regulares y apretándole los labios hasta que tragaba. Le daba agua y le aplicaba compresas calientes en el muslo inflamado. Cuando la fiebre subía, lo bañaba cada hora con agua fría, pero ni aun eso ayudaba a bajar la temperatura. La misma ________ se ocupaba de las funciones corporales del enfermo, pues sabía que Petersham se desmayaría si le pidiese ayuda. Su total dedicación asombró a todos, incluso a ella misma. ________, que nunca había recogido siquiera sus propios vestidos sucios, jamás imaginó que sería capaz de cuidados tan íntimos y tan carentes de egoísmo con otro ser humano.
A pesar de los tiernos cuidados de _______, el estado del herido empeoró de manera dramática. Al asistirlo, el doctor Sandoz movió la cabeza con aire grave y _______ estuvo a punto de enloquecer de angustia. El mayor peligro para Joe, en ese momento, era la alta temperatura constante. Lo único que aconsejó el médico fue que _______ lo bañase con frecuencia y que le diera de beber mucho líquido, pues de lo contrario la recuperación del capitán estaría en manos de Dios.
Con frecuencia, cuando la temperatura subía, Joe se agitaba tanto que ________ no podía controlarlo y se veía obligada a llamar a Petersham o a Nick para que la ayudaran. Poco a poco los dos hombres perdieron la rigidez y comenzaron a considerarla como uno de ellos. Para tranquilizar a Petersham, _______ le aseguró que en cuanto el estado de Joe lo permitiese, le pondrían una camisa de noche, como correspondía. Por el momento, hasta Petersham comprendía que la enfermedad de Joe era demasiado grave para que ______ perdiera tiempo preocupándose por algo tan poco esencial como el recato.
La devoción absoluta de _______ por la salud del capitán también le ganó la amistad de los miembros de la tripulación. Le hablaban con respeto cuando salía a cubierta a respirar aire fresco y ya las miradas de los marineros carecían por completo de la lujuria que las caracterizó los primeros tiempos. ______ lo agradecía.
El sexto día, _____ vio que Joe había llegado a una crisis y el doctor Sandoz lo confirmó: o le bajaba la temperatura o se moría. El doctor recomendó combinar los frecuentes baños fríos con una buena dosis de plegarias . Cuando se marchó, _______ resopló, indignada, pues si bien la plegaria era algo bueno, como había comprobado con frecuencia, uno de los axiomas preferidos de Martha era que el Señor ayudaba a los que se ayudaban a sí mismos. Guiada por esa idea, convocó a Nick, le dijo que tenía que enviar a toda la tripulación del Margarita a recorrer Cádiz en busca de hielo y se negó a escucharlo cuando protestó asegurando que en esa húmeda ciudad no se encontraba hielo. Para que Joe viviera, ella necesitaba hielo a fin de bajarle la temperatura. El Señor proveería.
Lo hizo. Menos de una hora después, Nick volvió con un gran bloque de hielo y el rostro pálido de ________ reflejó el alivio que sentía.
—¡Gracias a Dios! ¡Está empeorando! Vamos, ayúdeme con esto.
______ puso a Nick a cortar el hielo en pequeños trozos que flotaban en una gran jofaina llena de agua. Cuando el agua estuvo helada, hizo que Nick empapara una sábana y envolvió con ella el cuerpo de Joe, arrasado por la fiebre. Aunque el enfermo gemía, _______ repitió la operación, infatigable, reemplazando las sábanas cada vez que el cuerpo ardiente de Joe las recalentaba.
Trabajaron durante horas: mojaban la sábana, lo envolvían, mojaban otra vez la sábana. Por fin, de la frente de Joe comenzaron a brotar perlas de transpiración.
—¡Empezó a bajar! —murmuró _______, casi sin poder creer que las gotas fuesen reales—. ¡Oh, Nick, la fiebre cedió!
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
En un exceso de alegría, cayó en brazos de Nick, que se cerraron automáticamente a su alrededor. Un instante después, _______se recobró y lo alejó, ruborizada. Al levantar la vista y mirar a Nick, lo que vio en su rostro la dejó atónita: la contemplaba con franca
adoración y sus ojos expresaban que estaba enamorado.
—Nick, suéltame —le ordenó _______, trémula y muy perturbada por esta nueva complicación.
—Lady _______... ________... —comenzó el hombre. _______ supo que tendría que interrumpirlo antes de que la situación se le escapara de las manos.
—No tienes que olvidarte de Joe, Nick —le dijo con gentileza, echando una mirada hacia el camastro al tiempo que trataba de soltar las manos.
—Joe —repitió Nick, aturdido, y luego, como volviendo en sí—: Sí, el capitán.
—Sí, Joe, el capitán —repitió _______, en suave burla. Le advirtió con la mirada que no dijera nada más y, poco después, Nick apartó las manos.
Lo siento. Por favor, perdóname —murmuró Nick, girando sobre los talones y saliendo del camarote. _______ movió la cabeza y luego volvió hacia la cama. Aunque Joe todavía estaba inconsciente, parecía estar descansando mucho mejor. De no ser por la pequeña escena con Nick, para _______ seria uno de los días más felices desde que Joe estaba enfermo. "¡Oh!", se dijo, "¿por qué todo será tan complicado?
Más tarde, mientras caminaba por e! camarote hacia la ventana, ________ pensó que el amor era algo extraño, que podía surgir en los lugares más inesperados. Era absurdo y al mismo tiempo un poco triste que Nick, que tanto la despreciaba, estuviese ahora atrapado en sus lazos. "¿Por qué será que la adoración en los ojos de un hombre me deja por completo indiferente, y si otro me mirara así, en cambio..." Al imaginar los ojos grises de Joe suavizados por el amor, a ________ se le cortó el aliento y luego rió. Joe jamás suplicaría el afecto de una dama. ¡Lo exigiría como un derecho y si se lo negara, se pondría furioso!
—_______ —llamó Joe con voz débil, como había hecho tantas veces los últimos días. Aunque la presencia de _______ nunca penetró en su mente confusa, parecía aliviarlo tenerla a su lado, sosteniéndole la mano o refrescando la frente afiebrada.
—Sí, Joe, estoy aquí —respondió ella, acercándose al camastro y contemplando con ternura la cara oscura. Lo que vio ahora la sorprendió: los ojos grises estaban abiertos, fijos en ella con mirada lúcida.:cheers:
—¡Joe! —exclamó con alegría—. ¿Me ves?
—Claro que te veo. —Si bien la voz era débil, tenía un matiz de irritación por lo aparentemente ridículo de la pregunta de _______.
-¿Cómo te sientes? —_______ se sentó junto a él, en el borde de la cama, y apoyó la mano de manera automática en la frente del hombre, notando con alivio que estaba fresca.
—Muy mal —dijo Joe, sin rodeos—. ¿Qué día es?
—Miércoles 22 de junio de 1842. Has estado inconsciente seis días.
—¿Qué sucedió? —preguntó él, frunciendo el entrecejo mientras intentaba recordar. Luego, antes de que la joven tratara de explicarle, fijó los ojos en los de ella con expresión furibunda—. ¡Pedazo de tonta! ¿Acaso no podrían haberte matado o algo peor? Por aquí, las rubias hermosas como tú significan mucho dinero para un prostíbulo. Si eso hubiera sucedido, nadie habría vuelto a tener noticias tuyas ¡y abusarían de ti hasta que murieses! ¡Por Dios, de todas las ciudades se te ocurrió elegir nada menos que a Cádiz.! ¡Y de todos los lugares de Cádiz, fuiste a parar al Red Dog, el refugio de todos los buscados de esta costa...! Cuando vi esa sábana ridícula y te seguí el rastro hasta ahí, no lo podía creer. ¡Dios, cuando oí a todos esos miserables riéndose adentro, pensé que ya era demasiado tarde!
Comenzaba a agitarse cada vez más y _______ le tomó la mano para que no se lastimara. Los largos dedos se cerraron en torno de la muñeca de la muchacha con fuerza sorprendente.
-No quiero que vuelvas a intentar nada semejante, ¿me oyes? —preguntó, con fiereza—. ¡Te mantendré a salvo aunque tenga que encerrarte! ¡Te...!:twisted:
—No será necesario, Joe —le dijo _______ con serenidad, sin intentar soltarse—. Te prometo que no volveré a huir de ti. Me quedaré hasta que estés dispuesto a dejarme ir. Ahora, tienes que estar tranquilo: has estado muy enfermo ¿Quieres un poco de gachas? ¿O agua?
Joe la contempló, hundiendo la mirada en sus ojos, y lo que vio lo tranquilizó. Le soltó la muñeca y se tendió otra vez sobre las almohadas.
—¡Gachas! —gruñó—. ¡No me sorprende estar débil como un crío si me has alimentado con eso! ¡Quiero comida de verdad y una botella de vino tinto!
—Hasta que te vea el doctor Sandez, no —negó ________ con firmeza, al tiempo que una sonrisa pugnaba por asomar en las comisuras de sus labios—. ¡Por ahora comerás gachas y te gustarán!
Joe empezó a protestar, pero al verle la expresión él también rió.
—Al parecer, ahora soy yo el que está a tu merced, gatita. Bien, haz lo tuyo. Pronto me tocará a mí.
______ le sacó la lengua en gesto juguetón y se levantó de la cama para ir hasta la puerta a llamar a Petersham. Sintió los ojos de Joe fijos en ella. Cuando el ayudante apareció corriendo, la joven le sonrió.
—Por fin el capitán se despertó y tiene hambre. Por favor, ¿puede traerle lo de siempre, Petersham?
—¡Gracias a Dios! —exclamó Petersham y corrió a buscar lo que le pedían.
—El viejo estaba preocupado por mí, ¿eh? —rió Joe cuan- do _______ se acercó y se encaramó en una esquina de la cama.
—Todos lo estaban.
—¿Todos? ¿Tú también? —Lo dijo en un tono que parecía indiferente y bajando las largas pestañas para ocultar la expresión de los ojos grises.
—Yo también —respondió _______ con sinceridad, sonriéndole cuando él le lanzó una mirada fugaz. "Yo, en especial" podría haber agregado, pero no lo hizo.
—Entonces imaginarás cómo me sentí cuando descubrí que te habías ido —murmuró, haciendo una mueca mientras atrapaba la mano de _______ y se la llevaba a los labios.
Al contacto de la boca dura con la palma de la mano los dos sintieron que los recorría una corriente eléctrica. ______ apaño la mano y lanzó una risa temblorosa.
—¡Basta! Sabes que no tienes que excitarte. Has tenido una fiebre muy alta y...
—El solo hecho de mirarte me excita —dijo el hombre, jadeante, mientras volvía a tomar la mano de _______. :twisted:
El corazón de la muchacha se aceleró pero resistió la tentación de dejarse llevar por esa calidez que la inundaba. Se levantó de un salto y caminó vivamente hacia la puerta.
—¿Dónde se habrá metido Petersham? —dijo en voz alta, regañándose para sus adentros por lo tonto de la pregunta que no hacía más que poner al descubierto su súbito nerviosismo.
-_______... —comenzó a decir Joe, interrumpiéndose de golpe cuando apareció Petersham en la puerta con un tazón de gachas humeantes.
Tras él apareció Nick. ______ tomó el tazón de manos de Petersham y lo dejó sobre la mesilla mientras los dos hombres se acercaban al camastro y Joe los recibía con una sonrisa débil.
—Lamento decepcionaros, caballeros, pero todavía no me he muerto.
—¡Gracias a Dios! —dijo Petersham, con fervor.
-Capitán, es bueno tenerlo otra vez entre nosotros —dijo Nick aferrando la mano de Joe y sacudiéndosela con vigor, hasta que ______ se vio obligada a intervenir.
—Nick —le advirtió—. Si no tienes cuidado, sangrara otra vez.
—Oh, lo lamento —dijo Nick, dejando caer la mano de Joe como si, de pronto, le quemara.
Joe entornó los ojos al percibir la familiaridad entre ellos, pero no dijo nada.
—Amo Joe, ¿cómo se siente? —preguntó el ayudante.
—Viviré —refunfuñó el aludido.
—Está muy débil —precisó _______—. Y necesita comer las gachas y descansar. Si nos disculpáis...
—Por supuesto.
Los dos hombres comprendieron la insinuación; saludaron otra vez a Joe y salieron.
—Eres una señora muy mandona, ¿no? —dijo el inválido cuando quedaron solos otra vez. La miró pensativo, mientras ______ se concentraba en revolver la avena. Entretanto, Joe intentó incorporarse para quedar sentado, pero se dejó caer hacia atrás con un gemido—. ¡Por Dios, mi pierna!
—No tienes que moverte —lo regañó ______ con severidad, al tiempo que se sentaba junto a él con el tazón de cereales a su alcance—. Si empezaras a sangrar otra vez, podrías morirte.
—¿Y cómo comeré? —preguntó el hombre, fastidiado por su propia impotencia.
—Como has estado haciéndolo hasta ahora. Así. Se colocó detrás de él y apoyó con cuidado la cabeza de Joe en su propio regazo. Luego metió una almohada debajo, de modo que él quedase semisentado y ella sostuviera el peso de su cuerpo sobre el propio. El capitán protestó pero la dejó hacer.
Por último, ______ apoyó el tazón en el regazo de Joe y le dijo:
—Ahora, si sostienes las gachas, podrás comer.
Hundió la cuchara en la papilla humeante y la llevó a la boca del hombre. Joe giró la cabeza hasta que sus ojos se encontraron con los de _______.
—¿En serio piensas alimentarme como a un infante indefenso? —preguntó, incrédulo.
________ le lanzó una mirada de advertencia.
—Así es. Y estuve haciéndolo desde que enfermaste. Si te opones, haré que te dé de comer Petersham. :lol!: Pero todavía no tienes suficiente fuerza para hacerlo solo, como descubrirías muy pronto si te dejara intentarlo.
Joe la miró y luego sonrió a desgana.
—La próxima vez que tome prisionera a una mujer, elegiré a una buena, gentil y tímida. No a una cascarrabias autoritaria que toma las riendas en sus manos a la primera oportunidad que se le ofrece.
—Muy gracioso —lo regañó _______, disgustada por la referencia a otras mujeres o prisioneras—. Abre la boca.
Joe le lanzó otra mirada de soslayo.
—Sí, señora —dijo, sumiso, abriendo la boca. Cuando las gachas estuvieron terminadas y el tazón a un lado, ________ comenzó a apartarse con suavidad, pero Joe la sujetó de la muñeca y posó la boca en el hueco del codo.
—No me dejes —le pidió con voz ronca.
—Tengo que hacerlo —dijo _______ con voz débil, luchando contra las sensaciones que esos labios tibios despertaban en ella—. Necesitas descansar.
—Quédate conmigo —murmuró Joe, recorriendo con los labios la suave piel de la parte interior del brazo—. Me parece que tú también necesitas descansar. Podemos descansar juntos.
—Joe —advirtió _______, sin convicción—. Estás demasiado débil para... para...
—Lo sé.
La miró con expresión suplicante.
—Sólo quiero que te quedes junto a mí. Así, dormiré mejor. Te aseguro que no tengo otra intención. Si intento algo, tienes mi permiso para darme una bofetada y levantarte.
—Bueno...
_______ vaciló.
—Por favor —dijo Joe, con suavidad.:)
adoración y sus ojos expresaban que estaba enamorado.
—Nick, suéltame —le ordenó _______, trémula y muy perturbada por esta nueva complicación.
—Lady _______... ________... —comenzó el hombre. _______ supo que tendría que interrumpirlo antes de que la situación se le escapara de las manos.
—No tienes que olvidarte de Joe, Nick —le dijo con gentileza, echando una mirada hacia el camastro al tiempo que trataba de soltar las manos.
—Joe —repitió Nick, aturdido, y luego, como volviendo en sí—: Sí, el capitán.
—Sí, Joe, el capitán —repitió _______, en suave burla. Le advirtió con la mirada que no dijera nada más y, poco después, Nick apartó las manos.
Lo siento. Por favor, perdóname —murmuró Nick, girando sobre los talones y saliendo del camarote. _______ movió la cabeza y luego volvió hacia la cama. Aunque Joe todavía estaba inconsciente, parecía estar descansando mucho mejor. De no ser por la pequeña escena con Nick, para _______ seria uno de los días más felices desde que Joe estaba enfermo. "¡Oh!", se dijo, "¿por qué todo será tan complicado?
Más tarde, mientras caminaba por e! camarote hacia la ventana, ________ pensó que el amor era algo extraño, que podía surgir en los lugares más inesperados. Era absurdo y al mismo tiempo un poco triste que Nick, que tanto la despreciaba, estuviese ahora atrapado en sus lazos. "¿Por qué será que la adoración en los ojos de un hombre me deja por completo indiferente, y si otro me mirara así, en cambio..." Al imaginar los ojos grises de Joe suavizados por el amor, a ________ se le cortó el aliento y luego rió. Joe jamás suplicaría el afecto de una dama. ¡Lo exigiría como un derecho y si se lo negara, se pondría furioso!
—_______ —llamó Joe con voz débil, como había hecho tantas veces los últimos días. Aunque la presencia de _______ nunca penetró en su mente confusa, parecía aliviarlo tenerla a su lado, sosteniéndole la mano o refrescando la frente afiebrada.
—Sí, Joe, estoy aquí —respondió ella, acercándose al camastro y contemplando con ternura la cara oscura. Lo que vio ahora la sorprendió: los ojos grises estaban abiertos, fijos en ella con mirada lúcida.:cheers:
—¡Joe! —exclamó con alegría—. ¿Me ves?
—Claro que te veo. —Si bien la voz era débil, tenía un matiz de irritación por lo aparentemente ridículo de la pregunta de _______.
-¿Cómo te sientes? —_______ se sentó junto a él, en el borde de la cama, y apoyó la mano de manera automática en la frente del hombre, notando con alivio que estaba fresca.
—Muy mal —dijo Joe, sin rodeos—. ¿Qué día es?
—Miércoles 22 de junio de 1842. Has estado inconsciente seis días.
—¿Qué sucedió? —preguntó él, frunciendo el entrecejo mientras intentaba recordar. Luego, antes de que la joven tratara de explicarle, fijó los ojos en los de ella con expresión furibunda—. ¡Pedazo de tonta! ¿Acaso no podrían haberte matado o algo peor? Por aquí, las rubias hermosas como tú significan mucho dinero para un prostíbulo. Si eso hubiera sucedido, nadie habría vuelto a tener noticias tuyas ¡y abusarían de ti hasta que murieses! ¡Por Dios, de todas las ciudades se te ocurrió elegir nada menos que a Cádiz.! ¡Y de todos los lugares de Cádiz, fuiste a parar al Red Dog, el refugio de todos los buscados de esta costa...! Cuando vi esa sábana ridícula y te seguí el rastro hasta ahí, no lo podía creer. ¡Dios, cuando oí a todos esos miserables riéndose adentro, pensé que ya era demasiado tarde!
Comenzaba a agitarse cada vez más y _______ le tomó la mano para que no se lastimara. Los largos dedos se cerraron en torno de la muñeca de la muchacha con fuerza sorprendente.
-No quiero que vuelvas a intentar nada semejante, ¿me oyes? —preguntó, con fiereza—. ¡Te mantendré a salvo aunque tenga que encerrarte! ¡Te...!:twisted:
—No será necesario, Joe —le dijo _______ con serenidad, sin intentar soltarse—. Te prometo que no volveré a huir de ti. Me quedaré hasta que estés dispuesto a dejarme ir. Ahora, tienes que estar tranquilo: has estado muy enfermo ¿Quieres un poco de gachas? ¿O agua?
Joe la contempló, hundiendo la mirada en sus ojos, y lo que vio lo tranquilizó. Le soltó la muñeca y se tendió otra vez sobre las almohadas.
—¡Gachas! —gruñó—. ¡No me sorprende estar débil como un crío si me has alimentado con eso! ¡Quiero comida de verdad y una botella de vino tinto!
—Hasta que te vea el doctor Sandez, no —negó ________ con firmeza, al tiempo que una sonrisa pugnaba por asomar en las comisuras de sus labios—. ¡Por ahora comerás gachas y te gustarán!
Joe empezó a protestar, pero al verle la expresión él también rió.
—Al parecer, ahora soy yo el que está a tu merced, gatita. Bien, haz lo tuyo. Pronto me tocará a mí.
______ le sacó la lengua en gesto juguetón y se levantó de la cama para ir hasta la puerta a llamar a Petersham. Sintió los ojos de Joe fijos en ella. Cuando el ayudante apareció corriendo, la joven le sonrió.
—Por fin el capitán se despertó y tiene hambre. Por favor, ¿puede traerle lo de siempre, Petersham?
—¡Gracias a Dios! —exclamó Petersham y corrió a buscar lo que le pedían.
—El viejo estaba preocupado por mí, ¿eh? —rió Joe cuan- do _______ se acercó y se encaramó en una esquina de la cama.
—Todos lo estaban.
—¿Todos? ¿Tú también? —Lo dijo en un tono que parecía indiferente y bajando las largas pestañas para ocultar la expresión de los ojos grises.
—Yo también —respondió _______ con sinceridad, sonriéndole cuando él le lanzó una mirada fugaz. "Yo, en especial" podría haber agregado, pero no lo hizo.
—Entonces imaginarás cómo me sentí cuando descubrí que te habías ido —murmuró, haciendo una mueca mientras atrapaba la mano de _______ y se la llevaba a los labios.
Al contacto de la boca dura con la palma de la mano los dos sintieron que los recorría una corriente eléctrica. ______ apaño la mano y lanzó una risa temblorosa.
—¡Basta! Sabes que no tienes que excitarte. Has tenido una fiebre muy alta y...
—El solo hecho de mirarte me excita —dijo el hombre, jadeante, mientras volvía a tomar la mano de _______. :twisted:
El corazón de la muchacha se aceleró pero resistió la tentación de dejarse llevar por esa calidez que la inundaba. Se levantó de un salto y caminó vivamente hacia la puerta.
—¿Dónde se habrá metido Petersham? —dijo en voz alta, regañándose para sus adentros por lo tonto de la pregunta que no hacía más que poner al descubierto su súbito nerviosismo.
-_______... —comenzó a decir Joe, interrumpiéndose de golpe cuando apareció Petersham en la puerta con un tazón de gachas humeantes.
Tras él apareció Nick. ______ tomó el tazón de manos de Petersham y lo dejó sobre la mesilla mientras los dos hombres se acercaban al camastro y Joe los recibía con una sonrisa débil.
—Lamento decepcionaros, caballeros, pero todavía no me he muerto.
—¡Gracias a Dios! —dijo Petersham, con fervor.
-Capitán, es bueno tenerlo otra vez entre nosotros —dijo Nick aferrando la mano de Joe y sacudiéndosela con vigor, hasta que ______ se vio obligada a intervenir.
—Nick —le advirtió—. Si no tienes cuidado, sangrara otra vez.
—Oh, lo lamento —dijo Nick, dejando caer la mano de Joe como si, de pronto, le quemara.
Joe entornó los ojos al percibir la familiaridad entre ellos, pero no dijo nada.
—Amo Joe, ¿cómo se siente? —preguntó el ayudante.
—Viviré —refunfuñó el aludido.
—Está muy débil —precisó _______—. Y necesita comer las gachas y descansar. Si nos disculpáis...
—Por supuesto.
Los dos hombres comprendieron la insinuación; saludaron otra vez a Joe y salieron.
—Eres una señora muy mandona, ¿no? —dijo el inválido cuando quedaron solos otra vez. La miró pensativo, mientras ______ se concentraba en revolver la avena. Entretanto, Joe intentó incorporarse para quedar sentado, pero se dejó caer hacia atrás con un gemido—. ¡Por Dios, mi pierna!
—No tienes que moverte —lo regañó ______ con severidad, al tiempo que se sentaba junto a él con el tazón de cereales a su alcance—. Si empezaras a sangrar otra vez, podrías morirte.
—¿Y cómo comeré? —preguntó el hombre, fastidiado por su propia impotencia.
—Como has estado haciéndolo hasta ahora. Así. Se colocó detrás de él y apoyó con cuidado la cabeza de Joe en su propio regazo. Luego metió una almohada debajo, de modo que él quedase semisentado y ella sostuviera el peso de su cuerpo sobre el propio. El capitán protestó pero la dejó hacer.
Por último, ______ apoyó el tazón en el regazo de Joe y le dijo:
—Ahora, si sostienes las gachas, podrás comer.
Hundió la cuchara en la papilla humeante y la llevó a la boca del hombre. Joe giró la cabeza hasta que sus ojos se encontraron con los de _______.
—¿En serio piensas alimentarme como a un infante indefenso? —preguntó, incrédulo.
________ le lanzó una mirada de advertencia.
—Así es. Y estuve haciéndolo desde que enfermaste. Si te opones, haré que te dé de comer Petersham. :lol!: Pero todavía no tienes suficiente fuerza para hacerlo solo, como descubrirías muy pronto si te dejara intentarlo.
Joe la miró y luego sonrió a desgana.
—La próxima vez que tome prisionera a una mujer, elegiré a una buena, gentil y tímida. No a una cascarrabias autoritaria que toma las riendas en sus manos a la primera oportunidad que se le ofrece.
—Muy gracioso —lo regañó _______, disgustada por la referencia a otras mujeres o prisioneras—. Abre la boca.
Joe le lanzó otra mirada de soslayo.
—Sí, señora —dijo, sumiso, abriendo la boca. Cuando las gachas estuvieron terminadas y el tazón a un lado, ________ comenzó a apartarse con suavidad, pero Joe la sujetó de la muñeca y posó la boca en el hueco del codo.
—No me dejes —le pidió con voz ronca.
—Tengo que hacerlo —dijo _______ con voz débil, luchando contra las sensaciones que esos labios tibios despertaban en ella—. Necesitas descansar.
—Quédate conmigo —murmuró Joe, recorriendo con los labios la suave piel de la parte interior del brazo—. Me parece que tú también necesitas descansar. Podemos descansar juntos.
—Joe —advirtió _______, sin convicción—. Estás demasiado débil para... para...
—Lo sé.
La miró con expresión suplicante.
—Sólo quiero que te quedes junto a mí. Así, dormiré mejor. Te aseguro que no tengo otra intención. Si intento algo, tienes mi permiso para darme una bofetada y levantarte.
—Bueno...
_______ vaciló.
—Por favor —dijo Joe, con suavidad.:)
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
—Oh, está bien —se rindió _______, con un suspiro—. Siempre que no lo olvides. Si empiezas a... a... Bueno, me levantaré.
—No lo haré —prometió el hombre, viendo cómo ________ se acercaba a la puerta para cerrarla.
No dijo nada mientras la muchacha se acercaba con lentitud y se detenía junto al camastro, con un suave rubor en las mejillas. Rió, conociendo la causa de ese súbito pudor.
_______ le dio la espalda y se desabotonó el vestido con lentitud. Se quitó hasta la última prenda, sintiéndose absurdamente pudorosa. Ahora que Joe estaba despierto y consciente, volvía a ella la anterior reserva. "No seas tonta", se regañó, sintiendo que el rubor le cubría las mejillas cuando se puso de frente. El sonrojo se intensificó cuando la mirada ávida de Joe se posó en los pechos apenas cubiertos. La boca del hombre esbozó una mueca provocativa a medida que su mirada ascendía hacia el rostro de la muchacha
—¿Te ruborizas, mi gatita? —se burló con ternura—. No es necesario, pues sabes que te he visto con menos ropa que ésa.
______ hizo un esfuerzo para mirar esos ojos grises, decidida a superar ese pudor absurdo, si podía.
—Lo sé —logró decir—. Eso era... era diferente.
Al ver que tartamudeaba, se sintió abrumada, y esa sonrisa perspicaz la puso más incómoda aún.
—¿Porque en esa ocasión yo te quité la ropa y ahora lo haces tú? —adivinó Joe—. Bueno, no importa, dulce. Piensa que tienes el deber de darle el gusto a un enfermo.
—Oh, cállate —dijo ______, enfadada.
—Lo haré —le prometió, al ver que la joven estaba por darse la vuelta—. Ven a la cama, por favor.
—Eres terrible, ¿sabes? Estoy pensando en hacer que Petersham te cuide desde ahora.
—Petersham no tiene tus... tus habilidades. Ven a la cama.
_______ le dirigió una mirada severa y luego se rindió. Ese hombre comenzaba a dominarla, pensó, fastidiada, mientras se metía en el camastro, del costado sano de Joe. Tendría que estar atenta para no encariñarse demasiado con él, pues lo único que lograría sería que le destrozara el corazón.
Pero pese a todas sus reservas, dejó que Joe la estrechara contra sí y acomodó la cabeza en el hombro de él, como obedeciendo a una voluntad ajena.
—Duérmete —murmuró el capitán, apretando el brazo alrededor de _______.
Y, para su propia sorpresa, _______ se durmió.
—No lo haré —prometió el hombre, viendo cómo ________ se acercaba a la puerta para cerrarla.
No dijo nada mientras la muchacha se acercaba con lentitud y se detenía junto al camastro, con un suave rubor en las mejillas. Rió, conociendo la causa de ese súbito pudor.
_______ le dio la espalda y se desabotonó el vestido con lentitud. Se quitó hasta la última prenda, sintiéndose absurdamente pudorosa. Ahora que Joe estaba despierto y consciente, volvía a ella la anterior reserva. "No seas tonta", se regañó, sintiendo que el rubor le cubría las mejillas cuando se puso de frente. El sonrojo se intensificó cuando la mirada ávida de Joe se posó en los pechos apenas cubiertos. La boca del hombre esbozó una mueca provocativa a medida que su mirada ascendía hacia el rostro de la muchacha
—¿Te ruborizas, mi gatita? —se burló con ternura—. No es necesario, pues sabes que te he visto con menos ropa que ésa.
______ hizo un esfuerzo para mirar esos ojos grises, decidida a superar ese pudor absurdo, si podía.
—Lo sé —logró decir—. Eso era... era diferente.
Al ver que tartamudeaba, se sintió abrumada, y esa sonrisa perspicaz la puso más incómoda aún.
—¿Porque en esa ocasión yo te quité la ropa y ahora lo haces tú? —adivinó Joe—. Bueno, no importa, dulce. Piensa que tienes el deber de darle el gusto a un enfermo.
—Oh, cállate —dijo ______, enfadada.
—Lo haré —le prometió, al ver que la joven estaba por darse la vuelta—. Ven a la cama, por favor.
—Eres terrible, ¿sabes? Estoy pensando en hacer que Petersham te cuide desde ahora.
—Petersham no tiene tus... tus habilidades. Ven a la cama.
_______ le dirigió una mirada severa y luego se rindió. Ese hombre comenzaba a dominarla, pensó, fastidiada, mientras se metía en el camastro, del costado sano de Joe. Tendría que estar atenta para no encariñarse demasiado con él, pues lo único que lograría sería que le destrozara el corazón.
Pero pese a todas sus reservas, dejó que Joe la estrechara contra sí y acomodó la cabeza en el hombro de él, como obedeciendo a una voluntad ajena.
—Duérmete —murmuró el capitán, apretando el brazo alrededor de _______.
Y, para su propia sorpresa, _______ se durmió.
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
bueno chicas ahi su capi de hoy, por eso les dije que amo este capi
Y el que sigue tambien
Bueno chicas me voy espero ver sus comments :D
Chaito
Y el que sigue tambien
Bueno chicas me voy espero ver sus comments :D
Chaito
♫ Laura Jonas ♥
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