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Pasion en la Isla (Joe y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
_________ lo ignoró y escrutó el rostro delgado de Joe. De pronto, él le sonrió y la miró con expresión cálida.
—Por favor —rogó.
Esos ojos grises, de reflejos plateados, y esa sonrisa, fueron la perdición de _______.
—Está bien —refunfuñó, derrotada—. Pero ten cuidado, ¿eh? Hazlo por mí.
Aunque Joe no lo sabía, esas palabras tenían un significado especial: tendría que cuidarse también por el niño.
—Por tu bien —respondió el hombre como si hiciera una promesa solemne y le dio un suave empellón hacia el dormitorio—. Ve a buscar tu capa más abrigada, pues es probable que la necesites. Por la noche hace frío en el agua.
________ obedeció: como siempre, Joe se salía con la suya. Para ella nunca había sido de otro modo. Cuando regresó a la habitación con la capa sobre el brazo, oyó que Joe decía:
—...ocúpate de que ella vuelva con el padre.
—Capitán, hay algo que tiene que saber... —comenzó Petersham, pero se interrumpió al ver a _________ en la arcada de entrada al cuarto, los ojos agrandados al comprender las consecuencias de lo que decía Joe.
Este se volvió lentamente hacia ella, con expresión sombría, que intentó disimular al ver el temor reflejado en la expresión de _______. Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas, corrió a echarle los brazos al cuello y lo estrechó con fuerza.
—Joe, tienes que venir con nosotros —le murmuró, con acento desesperado—. Voy a tener un hijo tuyo. ¡Tienes que venir!
Por un instante flotó un silencio denso. Joe se puso rígido como si le hubiesen dado un hachazo. Petersham, discreto, se alejó.
—Oh, Dios mío, no —murmuró Joe al fin, con la voz estrangulada—. ¿Estás segura?
________ lo apartó para mirarlo al rostro: tenía una expresión horrorizada.
—Estás arrepentido, ¿no es así? —exclamó, angustiada—. No querías un vínculo tan permanente como un hijo, ¿verdad? ¡Bueno, tendrías que haberlo pensado antes de violarme!
—¡Oh, _________, claro que no se trata de que no lo quiera! Es que... —Lo interrumpió el inconfundible retumbar de un cañón—. ¡Cristo, no tenemos tiempo de hablar de eso ahora!
jPetersham, llévatela de aquí!
Tras lanzar un gemido frustrado, Joe le estampó un beso rudo y apasionado, tan intenso que le lastimó los labios y, apartándola de sí, se la entregó a Petersham, para luego volver a zancadas hacia la casa. En unos segundos había desaparecido y Petersham salía de prisa
con ________ por los ventanales y cruzaba con ella el jardín.
Mientras atravesaban la pequeña isla, oían el tronar distante del cañón. Ascendían hacia el cielo espirales de humo cada vez más frecuentes a medida que los disparos afinaban la puntería, y el aire estaba colmado de un olor quemante y acre.
El hedor del fuego y la destrucción marcaban un agudo contraste con la lánguida belleza del paisaje por el que andaban a toda prisa. Los papagayos chillaban en las palmeras y los colibríes revoloteaban de un arbusto a otro, picoteando las lozanas frutas y bayas
tropicales. El púrpura de las flores de buganvilla se mezclaba con e! rosado y blanco de las hortensias en arriates exóticos y coloridos. Tras veinte minutos de caminata llegaron al mar, que resplandecía ante ellos como una alfombra infinita de plata.
Petersham la llevó al abrigo de un grupo de palmeras pequeñas; la joven se dejó caer sobre el suelo blando, apoyó la espalda contra uno de los árboles y se abrazó las rodillas. Con cierta preocupación, e! asistente la vio contemplar el mar en silencio.
—Petersham, él no quiere al niño —dijo ________ al fin. Petersham se acuclilló a su lado, le tomó la mano pequeña y fría y la frotó con vivacidad.
—Señorita _________, el amo Joe estaba angustiado. Cuando pase todo este embrollo y vuelva a la normalidad, cambiará el ánimo, ya verá.
________ lo miró sin verlo, en realidad.
—Cuando pase todo este embrollo... si Joe sigue vivo. ¡Oh, Dios, qué complicada es la vida!
La idea de que Joe podía morir o estar muriéndose en ese mismo instante se mezcló con la espantosa comprensión de que el hijo de ambos sólo era una responsabilidad no deseada para el pirata. Se mordió el tembloroso labio inferior, en un esfuerzo por contener las lágrimas, y se rodeó la cintura con los brazos, intentando controlarse. Petersham no podía hacer otra cosa que permanecer junto a ella, consciente del dolor que sufría pero sin poder aliviarlo y cada tanto le daba una palmadita en el hombro.
Con la mente hecha un torbellino, _______ contemplaba la rompiente. El único pensamiento claro era que, para ella, no había nada más importante que la preocupación por la seguridad de Joe. ¡Si volvía sano y salvo de esa batalla, no le pediría nada más a Dios!
La voz del asistente interrumpió los pensamientos de _________: levantó la vista y vio que la miraba, ansioso.
—Señorita _______, alguien se acerca. Tenemos que irnos. De súbito, ________ se puso alerta. Se levantó de prisa y corrió agazapada, junto a Petersham, hasta quedar fuera de la vista del acantilado. Desde la nueva posición no podían ver quién se acercaba, pero tampoco eran vistos, y en esa situación era preferible estar a salvo que lamentarlo.
—¡________,________!
Desde el saliente, encima de ellos, se oyó la voz de un hombre. ________ y Pertersham se miraron y luego salieron del escondite.
—¿Nick? —exclamó _________, sin poder creerlo. El hombre se colocó donde pudieran verlo; en efecto, era Nick. _______ sintió que una mano helada le oprimía el corazón. Joe había dicho que, si podía, iría él mismo. ¿Por qué no lo había hecho?. ¿Le habría sucedido algo... o al saber lo del hijo ya no quería a _________?
A medida que Nick se acercaba, bajando del acantilado, Petersham se aproximó más a la muchacha. Cuando al fin estuvo cerca, le preguntó con tono desafiante:
—¿Qué haces aquí?
En ese momento ________ recordó la reyerta entre Nick y Joe, y pensó que Petersham acertaba al mostrarse suspicaz. A Joe no se le ocurriría enviar a Nick a buscarlos... a menos que ya no le importara si Nick la quería o no.
Nick se detuvo frente a _______ y la joven vio las marcas de pólvora en el rostro y las manos del hombre.
—Joe me envió —dijo Nick a Petersham. Para ________, murió el último rayo de esperanza: si lo enviaba Joe, significaba que, como estaba encinta, ya no la quería.
—Eso no lo creo.
Con gesto protector, la mano de Petersham se cerró sobre el brazo de _______. Nick lo miró, exasperado.
—¡Oh, Petersham, por el amor de Dios! ¿Acaso crees que sería capaz de forzarla, sabiendo que está encinta? Sé reconocer la derrota y Joe me lo contó pues sabía cómo reaccionaría.
—¿Joe... te lo ha dicho? —preguntó ________, marcando las palabras.
Si Nick lo sabía, eso significaba que Joe lo había enviado, pues además de ella misma y Petersham, el único que lo sabía era Joe.
—¿El está bien? —preguntó __________, casi en un suspiro.
—Lo estaba, la última vez que lo vi —dijo Nick, con expresión dura—. Quizás ahora ya no lo esté. El, yo y otros tres hombres nos escondimos en una de las cabañas. Cuando me escabullí, los soldados estaban por hacer fuego. Este es el uniforme, ¿ves?
Estupefacta, ________ miró el uniforme de la marina británica que Nick llevaba. Recordó que lo tenía puesto la primera vez que lo viera, a bordo del Anna Creer pero, ¿qué tenía que ver...?
Petersham se recuperó más rápido:
—¿Soldados?
Nick sonrió sin alegría.
—¿Acaso no os lo había dicho? —respondió en voz baja—. Los buques estaban llenos de soldados... británicos. Supongo que vienen en tu honor, lady __________. A fin de cuentas, como dijiste en una ocasión, tu padre es un hombre muy rico.
—¡Oh, Dios mío, lo colgarán! —murmuró _______, horrorizada.
Ya imaginaba a Joe sufriendo una ejecución sumaria, pues sabía que los soldados británicos eran tan rápidos como eficientes.
—Si no muere quemado, supongo que eso es lo que le espera —admitió Nick.
—¡Tengo que ir a rescatarlo! —exclamó ________.
Nick la miró con un vago destello de respeto:
—Supuse que esa sería tu reacción —dijo—. Y estoy de acuerdo contigo, pues eres la única posibilidad de salvarse que tiene. Pero sería peligroso ir al pueblo. ¡Esos hombres están ebrios de sangre y no están en disposición de preguntar tu nombre antes de colgarte por ser la novia del pirata!
—Creo que sé manejar a soldados británicos, Nick —repuso ________, con un dejo inconsciente de altanería.
Casi por primera vez, Petersham y Nick la vieron asumir las prerrogativas de su rango y, cada uno a su modo, quedaron impresionados.
—Tal vez sí —reconoció Nick.
—No podemos perder tiempo hablando.
Mientras hablaba, _______ avanzaba hacia el acantilado. Nick y Petersham intercambiaron una mirada breve y la siguieron. Ella los miró, sorprendida.
—¿Qué hacéis? ¡No podéis venir conmigo, pues podrían colgaros!
—¿Y acaso imaginas que alguna vez podríamos enfrentar a Joe si te dejáramos sola? —dijo Nick, con tono desdeñoso—. ¡Eso, si es que llegamos a tiempo para evitar que lo cuelguen!
Ante el innecesario recordatorio, ________ apretó el paso y echó a correr, casi, sobre el suelo áspero, hasta que la detuvo una mano en el hombro.
—Acuérdese del pequeño, señorita ________ —le advirtió, mientras dirigía una mirada preocupada al rostro enrojecido de la joven.
—¡Petersham, no estoy hecha de porcelana! —le espetó la muchacha—. ¡Y ahora vamos, pues si no nos damos prisa tal vez sea demasiado tarde!
Pero e1 pueblo no quedaba lejos, pero a ________ le pareció que llevaba horas cubrir la distancia. Pasó precipitadamente junto a lo que quedaba de la casa de Joe, sin echarle más que un vistazo. Parecía que una bala de cañón había" caído sobre el techo, incendiando la estructura. No quedaba más que un esqueleto quemado. "Pero, comparada con Joe, ¿qué importa una casa?", pensó. No podía sacarse de la cabeza a Joe colgado, el largo cuerpo retorciéndose y girando en el extremo de una cuerda, el rostro apuesto hinchado y azul. No se le pasó por la cabeza la idea de que, en otra época, ella misma deseó que le sucediera exactamente eso. En el presente, lo amaba y sentía que si él moría, ella también moriría.
Sobre el grupo de chocas que antes fueron sólidas, se cernía una nube de humo negro. No quedaba una sola en pie. Por todas partes reinaba la desolación, como si una mano gigante hubiese aplastado esa zona de la isla, la hubiese sacudido y vuelto a arrojar. Los cadáveres de hombres, piratas y nativos, yacían donde habían caído. En uno de los barcos más grandes anclados en la bahía, ________ vio otros cuerpos, colgados por el cuello a los mástiles. ¡Por Dios, habían empezado a ahorcarlos! ¿Joe estaría ya ahogándose en el extremo de una cuerda, el cuerpo girando a impulsos de la brisa con los movimientos de una danza macabra?
—Por favor —rogó.
Esos ojos grises, de reflejos plateados, y esa sonrisa, fueron la perdición de _______.
—Está bien —refunfuñó, derrotada—. Pero ten cuidado, ¿eh? Hazlo por mí.
Aunque Joe no lo sabía, esas palabras tenían un significado especial: tendría que cuidarse también por el niño.
—Por tu bien —respondió el hombre como si hiciera una promesa solemne y le dio un suave empellón hacia el dormitorio—. Ve a buscar tu capa más abrigada, pues es probable que la necesites. Por la noche hace frío en el agua.
________ obedeció: como siempre, Joe se salía con la suya. Para ella nunca había sido de otro modo. Cuando regresó a la habitación con la capa sobre el brazo, oyó que Joe decía:
—...ocúpate de que ella vuelva con el padre.
—Capitán, hay algo que tiene que saber... —comenzó Petersham, pero se interrumpió al ver a _________ en la arcada de entrada al cuarto, los ojos agrandados al comprender las consecuencias de lo que decía Joe.
Este se volvió lentamente hacia ella, con expresión sombría, que intentó disimular al ver el temor reflejado en la expresión de _______. Los ojos de la muchacha se llenaron de lágrimas, corrió a echarle los brazos al cuello y lo estrechó con fuerza.
—Joe, tienes que venir con nosotros —le murmuró, con acento desesperado—. Voy a tener un hijo tuyo. ¡Tienes que venir!
Por un instante flotó un silencio denso. Joe se puso rígido como si le hubiesen dado un hachazo. Petersham, discreto, se alejó.
—Oh, Dios mío, no —murmuró Joe al fin, con la voz estrangulada—. ¿Estás segura?
________ lo apartó para mirarlo al rostro: tenía una expresión horrorizada.
—Estás arrepentido, ¿no es así? —exclamó, angustiada—. No querías un vínculo tan permanente como un hijo, ¿verdad? ¡Bueno, tendrías que haberlo pensado antes de violarme!
—¡Oh, _________, claro que no se trata de que no lo quiera! Es que... —Lo interrumpió el inconfundible retumbar de un cañón—. ¡Cristo, no tenemos tiempo de hablar de eso ahora!
jPetersham, llévatela de aquí!
Tras lanzar un gemido frustrado, Joe le estampó un beso rudo y apasionado, tan intenso que le lastimó los labios y, apartándola de sí, se la entregó a Petersham, para luego volver a zancadas hacia la casa. En unos segundos había desaparecido y Petersham salía de prisa
con ________ por los ventanales y cruzaba con ella el jardín.
Mientras atravesaban la pequeña isla, oían el tronar distante del cañón. Ascendían hacia el cielo espirales de humo cada vez más frecuentes a medida que los disparos afinaban la puntería, y el aire estaba colmado de un olor quemante y acre.
El hedor del fuego y la destrucción marcaban un agudo contraste con la lánguida belleza del paisaje por el que andaban a toda prisa. Los papagayos chillaban en las palmeras y los colibríes revoloteaban de un arbusto a otro, picoteando las lozanas frutas y bayas
tropicales. El púrpura de las flores de buganvilla se mezclaba con e! rosado y blanco de las hortensias en arriates exóticos y coloridos. Tras veinte minutos de caminata llegaron al mar, que resplandecía ante ellos como una alfombra infinita de plata.
Petersham la llevó al abrigo de un grupo de palmeras pequeñas; la joven se dejó caer sobre el suelo blando, apoyó la espalda contra uno de los árboles y se abrazó las rodillas. Con cierta preocupación, e! asistente la vio contemplar el mar en silencio.
—Petersham, él no quiere al niño —dijo ________ al fin. Petersham se acuclilló a su lado, le tomó la mano pequeña y fría y la frotó con vivacidad.
—Señorita _________, el amo Joe estaba angustiado. Cuando pase todo este embrollo y vuelva a la normalidad, cambiará el ánimo, ya verá.
________ lo miró sin verlo, en realidad.
—Cuando pase todo este embrollo... si Joe sigue vivo. ¡Oh, Dios, qué complicada es la vida!
La idea de que Joe podía morir o estar muriéndose en ese mismo instante se mezcló con la espantosa comprensión de que el hijo de ambos sólo era una responsabilidad no deseada para el pirata. Se mordió el tembloroso labio inferior, en un esfuerzo por contener las lágrimas, y se rodeó la cintura con los brazos, intentando controlarse. Petersham no podía hacer otra cosa que permanecer junto a ella, consciente del dolor que sufría pero sin poder aliviarlo y cada tanto le daba una palmadita en el hombro.
Con la mente hecha un torbellino, _______ contemplaba la rompiente. El único pensamiento claro era que, para ella, no había nada más importante que la preocupación por la seguridad de Joe. ¡Si volvía sano y salvo de esa batalla, no le pediría nada más a Dios!
La voz del asistente interrumpió los pensamientos de _________: levantó la vista y vio que la miraba, ansioso.
—Señorita _______, alguien se acerca. Tenemos que irnos. De súbito, ________ se puso alerta. Se levantó de prisa y corrió agazapada, junto a Petersham, hasta quedar fuera de la vista del acantilado. Desde la nueva posición no podían ver quién se acercaba, pero tampoco eran vistos, y en esa situación era preferible estar a salvo que lamentarlo.
—¡________,________!
Desde el saliente, encima de ellos, se oyó la voz de un hombre. ________ y Pertersham se miraron y luego salieron del escondite.
—¿Nick? —exclamó _________, sin poder creerlo. El hombre se colocó donde pudieran verlo; en efecto, era Nick. _______ sintió que una mano helada le oprimía el corazón. Joe había dicho que, si podía, iría él mismo. ¿Por qué no lo había hecho?. ¿Le habría sucedido algo... o al saber lo del hijo ya no quería a _________?
A medida que Nick se acercaba, bajando del acantilado, Petersham se aproximó más a la muchacha. Cuando al fin estuvo cerca, le preguntó con tono desafiante:
—¿Qué haces aquí?
En ese momento ________ recordó la reyerta entre Nick y Joe, y pensó que Petersham acertaba al mostrarse suspicaz. A Joe no se le ocurriría enviar a Nick a buscarlos... a menos que ya no le importara si Nick la quería o no.
Nick se detuvo frente a _______ y la joven vio las marcas de pólvora en el rostro y las manos del hombre.
—Joe me envió —dijo Nick a Petersham. Para ________, murió el último rayo de esperanza: si lo enviaba Joe, significaba que, como estaba encinta, ya no la quería.
—Eso no lo creo.
Con gesto protector, la mano de Petersham se cerró sobre el brazo de _______. Nick lo miró, exasperado.
—¡Oh, Petersham, por el amor de Dios! ¿Acaso crees que sería capaz de forzarla, sabiendo que está encinta? Sé reconocer la derrota y Joe me lo contó pues sabía cómo reaccionaría.
—¿Joe... te lo ha dicho? —preguntó ________, marcando las palabras.
Si Nick lo sabía, eso significaba que Joe lo había enviado, pues además de ella misma y Petersham, el único que lo sabía era Joe.
—¿El está bien? —preguntó __________, casi en un suspiro.
—Lo estaba, la última vez que lo vi —dijo Nick, con expresión dura—. Quizás ahora ya no lo esté. El, yo y otros tres hombres nos escondimos en una de las cabañas. Cuando me escabullí, los soldados estaban por hacer fuego. Este es el uniforme, ¿ves?
Estupefacta, ________ miró el uniforme de la marina británica que Nick llevaba. Recordó que lo tenía puesto la primera vez que lo viera, a bordo del Anna Creer pero, ¿qué tenía que ver...?
Petersham se recuperó más rápido:
—¿Soldados?
Nick sonrió sin alegría.
—¿Acaso no os lo había dicho? —respondió en voz baja—. Los buques estaban llenos de soldados... británicos. Supongo que vienen en tu honor, lady __________. A fin de cuentas, como dijiste en una ocasión, tu padre es un hombre muy rico.
—¡Oh, Dios mío, lo colgarán! —murmuró _______, horrorizada.
Ya imaginaba a Joe sufriendo una ejecución sumaria, pues sabía que los soldados británicos eran tan rápidos como eficientes.
—Si no muere quemado, supongo que eso es lo que le espera —admitió Nick.
—¡Tengo que ir a rescatarlo! —exclamó ________.
Nick la miró con un vago destello de respeto:
—Supuse que esa sería tu reacción —dijo—. Y estoy de acuerdo contigo, pues eres la única posibilidad de salvarse que tiene. Pero sería peligroso ir al pueblo. ¡Esos hombres están ebrios de sangre y no están en disposición de preguntar tu nombre antes de colgarte por ser la novia del pirata!
—Creo que sé manejar a soldados británicos, Nick —repuso ________, con un dejo inconsciente de altanería.
Casi por primera vez, Petersham y Nick la vieron asumir las prerrogativas de su rango y, cada uno a su modo, quedaron impresionados.
—Tal vez sí —reconoció Nick.
—No podemos perder tiempo hablando.
Mientras hablaba, _______ avanzaba hacia el acantilado. Nick y Petersham intercambiaron una mirada breve y la siguieron. Ella los miró, sorprendida.
—¿Qué hacéis? ¡No podéis venir conmigo, pues podrían colgaros!
—¿Y acaso imaginas que alguna vez podríamos enfrentar a Joe si te dejáramos sola? —dijo Nick, con tono desdeñoso—. ¡Eso, si es que llegamos a tiempo para evitar que lo cuelguen!
Ante el innecesario recordatorio, ________ apretó el paso y echó a correr, casi, sobre el suelo áspero, hasta que la detuvo una mano en el hombro.
—Acuérdese del pequeño, señorita ________ —le advirtió, mientras dirigía una mirada preocupada al rostro enrojecido de la joven.
—¡Petersham, no estoy hecha de porcelana! —le espetó la muchacha—. ¡Y ahora vamos, pues si no nos damos prisa tal vez sea demasiado tarde!
Pero e1 pueblo no quedaba lejos, pero a ________ le pareció que llevaba horas cubrir la distancia. Pasó precipitadamente junto a lo que quedaba de la casa de Joe, sin echarle más que un vistazo. Parecía que una bala de cañón había" caído sobre el techo, incendiando la estructura. No quedaba más que un esqueleto quemado. "Pero, comparada con Joe, ¿qué importa una casa?", pensó. No podía sacarse de la cabeza a Joe colgado, el largo cuerpo retorciéndose y girando en el extremo de una cuerda, el rostro apuesto hinchado y azul. No se le pasó por la cabeza la idea de que, en otra época, ella misma deseó que le sucediera exactamente eso. En el presente, lo amaba y sentía que si él moría, ella también moriría.
Sobre el grupo de chocas que antes fueron sólidas, se cernía una nube de humo negro. No quedaba una sola en pie. Por todas partes reinaba la desolación, como si una mano gigante hubiese aplastado esa zona de la isla, la hubiese sacudido y vuelto a arrojar. Los cadáveres de hombres, piratas y nativos, yacían donde habían caído. En uno de los barcos más grandes anclados en la bahía, ________ vio otros cuerpos, colgados por el cuello a los mástiles. ¡Por Dios, habían empezado a ahorcarlos! ¿Joe estaría ya ahogándose en el extremo de una cuerda, el cuerpo girando a impulsos de la brisa con los movimientos de una danza macabra?
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Nick y Petersham se le acercaron, cada uno de un lado, y la tomaron de los brazos, mirándola preocupados. La ausencia absoluta de disparos lo decía todo.
—La batalla ha terminado, _______ —dijo Nick con suavidad—. Será mejor que te alejes. No querrás ver a Joe muerto, ¿no es cierto? La impresión podría hacer daño al niño. Nosotros trataremos de encontrarlo y, si es necesario, iremos a buscarte.
—¡No! —exclamó ________ con acento feroz, soltándose—. ¡No está muerto, sé que no lo está!
Corrió hacia el muelle, alzándose las faldas, más rápido de lo que lo había hecho nunca en la vida. Nick y Petersham corrían junto a ella, maldiciendo por lo bajo ante la tozudez de la muchacha. Los dos creían que era tarde para salvar a Joe y en el fondo ella temía que tuviesen razón. Sin duda, habría luchado corno un demonio para no ser capturado y, para ser sincera consigo misma, debía admitir que era muy probable que fuese uno de los que mataron durante la batalla, antes de que comenzaran a colgar a los sobrevivientes. Pero, si no era así, si había siquiera una posibilidad, _______ haría todo lo que pudiese. "Aunque llegara a tiempo, no sé si podré evitar que lo cuelguen", pensó. Un soldado curtido lo pensaría dos veces antes de detener una ejecución por el hecho de que una simple muchacha se lo dijera, fuera quien fuese. Sin embargo, tenía que intentarlo.
Una tropa de soldados británicos hacía guardia en la boca del puerto, con el propósito evidente de evitar que los piratas sobrevivientes huyesen. Cuando _______ corrió hacia ellos, alzaron los mosquetes y le apuntaron.
—¡Alto! —gritó el oficial a cargo, cuando se detuvo frente a los soldados.
Al ver que se trataba de una mujer, dudó en dar la orden de fuego.
—¡No disparéis, tontos! —gritó _______, sin aminorar el paso hasta llegar junto al oficial. Tenía el rostro enrojecido y el aliento agitado pero, aun así, se irguió en toda su estatura y se las ingenió para conservar la apariencia de una dama. El oficial la miró, perplejo.
—Soy lady _________ AIdley —dijo ________, con tono cortante e imperioso—. Y exijo que se me lleve al barco donde están colgando a los piratas. ¡De inmediato, por favor!
El oficial le lanzó una mirada suspicaz y, al echar un vistazo detrás de ella, su expresión se acentuó más aún al ver a Nick y Petersham que se acercaban, cautelosos. _________ comprendió que lo único que los salvaba de que los apresara era el uniforme que vestía
Nick. De prisa, se volvió hacia ellos con una mano levantada.
—Caballeros, gracias por escoltarme —se apresuró a decir y tomó sucesivamente la mano de Nick y la de Petersham—. Estoy segura de que ansiáis volver a vuestras tareas. No os demoraré más.
Los dos la miraron unos instantes, hasta que se percataron de la advertencia en su semblante; le estrecharon la mano con solemnidad y emprendieron la marcha. Habían hecho todo lo posible por _______ y Joe y sabían que, a partir de ese momento, tenían que preocuparse por sus propios pellejos.
—¡Un momento! —ordenó el joven oficial a los dos hombres que ya comenzaban a ascender el acantilado.
Nick y Petersham se detuvieron, pero antes de que alguien hablara, _______ urgió al militar:
—¡Teniente, he dicho que exijo me acompañe al barco de inmediato! ¡No puedo esperar a que intercambie frases con esos hombres!
El teniente la miró, vacilante, y aunque no tenía modo de comprobar si era quien decía ser, recordó haber oído que cierta lady ________ estaba muerta o cautiva de esos piratas. Si esta joven era la dama en cuestión, le convenía obedecer sus órdenes, pues al parecer tenía amigos influyentes en la Corte.
—¡De inmediato, teniente!
La voz de _________ restalló como un látigo y el sobresalto del oficial fue evidente.
—¡Sí, señora! —tartamudeó, y dirigiéndose a sus hombres les ordenó que prepararan un bote para su señoría, sin demoras.
En la confusión, Nick y Petersham se fueron sin ser advertidos.
Cuando el bote estuvo listo, el teniente la ayudó a subir con gesto reverente y tanta pomposidad hizo rechinar los dientes a ________. ¡A Joe podían estar colgándolo en ese instante!
—¡Por favor, de prisa! —urgió a los remeros, de pie en la proa de la pequeña embarcación que cortaba las olas coronadas de blanco hacia las enormes fragatas.
Cuando al fin llegaron al barco donde estaban colgando a los piratas, ________ los orientó hacia la escala lateral, mientras ella se sujetaba. Colocó en posición las manos y los pies sobre la escala y comenzó a trepar como una mona, pues el temor por la vida de Joe la hizo olvidarse del miedo por su propia seguridad. Al llegar arriba, manos ansiosas la alzaron hasta depositarla sobre la borda. De pie en cubierta, casi no advirtió los numerosos pares de ojos masculinos que se concentraban en ella.
—¿Qué la trae al Lady Chester, señorita? —preguntó con aspereza una voz gruñona.
—Exijo ver de inmediato al capitán de este navío —dijo ________ con vivacidad, con un nudo en la garganta al ver los cuerpos inertes de los hombres que ya habían sido ejecutados y ahora permanecían alineados contra la baranda del Lady Chester.
Después de colgar al último, se leería un servicio fúnebre y los cuerpos serían arrojados al mar. ________ logró contenerse a duras penas para no correr hacia los cadáveres y examinar cada uno de los rostros. ¡A fin de cuentas, si Joe estaba entre los muertos, ya nada podía hacer por él, y de lo contrario, la rapidez era fundamental!
—¿En serio, señorita? —dijo la voz, divertida, y ________ le lanzó su mirada más feroz.
—¡Si, buen hombre, en serio! Soy lady ________ Aidley y estos bandidos me tenían cautiva. Según tengo entendido, su capitán sabe muy bien quién soy y se sentirá muy molesto si se entera de que no fui conducida de inmediato ante él.
Bajo la mirada helada de la joven, el robusto contramaestre entrecano se amilanó.
—¡Sí, señora! —respondió, obediente—. ¡Por aquí, señora! Con la cabeza alta y la espalda recta, ________ fue tras él a través del grupo de marineros que habían sido destacados para observar los ahorcamientos. Cuando estaban a mitad de camino, rugió un cañón tan cercano que el estrépito ensordeció a _______.
—¿Qué ha sido eso? —exclamó, indignada, apretando el paso para quedar a la altura de su sudoroso acompañante.
—Es una señal a los guardias para que saquen al siguiente grupo de prisioneros para ser ahorcados. ¡Podemos hacer cinco a la vez, mi lady!
El orgullo que resonaba en la voz del hombre asqueó a ________. Había llegado a encariñarse con sujetos similares a los que estaban colgando v descubrió que, pese a la ocupación poco digna que tenían, no eran diferentes de cualquier otro hombre, en cualquier sitio. En ese instante se sintió aliviada de saber que la tripulación del Margarita estaba lejos y a salvo. Se habían convertido en sus amigos y habría sido doloroso verlos morir.
Al oír unas pisadas detrás, ________ se dio vuelta con presteza y vio a unos veinte marineros que traían a los condenados a las horcas improvisadas. Los guardias uniformados le obstruyeron la vista de los prisioneros, pero un sexto sentido la congeló donde estaba y, un instante después, dio gracias a Dios por haberse detenido. Sobre una plataforma destartalada, erigida a toda prisa bajo un mástil que sostenía la horca, las manos atadas a la espalda y los ojos tapados, estaban los cinco individuos prontos a ser colgados. El tercero de la izquierda era Joe. Y un verdugo cubierto con una capucha negra le colocaba el lazo en el cuello atezado.
—La batalla ha terminado, _______ —dijo Nick con suavidad—. Será mejor que te alejes. No querrás ver a Joe muerto, ¿no es cierto? La impresión podría hacer daño al niño. Nosotros trataremos de encontrarlo y, si es necesario, iremos a buscarte.
—¡No! —exclamó ________ con acento feroz, soltándose—. ¡No está muerto, sé que no lo está!
Corrió hacia el muelle, alzándose las faldas, más rápido de lo que lo había hecho nunca en la vida. Nick y Petersham corrían junto a ella, maldiciendo por lo bajo ante la tozudez de la muchacha. Los dos creían que era tarde para salvar a Joe y en el fondo ella temía que tuviesen razón. Sin duda, habría luchado corno un demonio para no ser capturado y, para ser sincera consigo misma, debía admitir que era muy probable que fuese uno de los que mataron durante la batalla, antes de que comenzaran a colgar a los sobrevivientes. Pero, si no era así, si había siquiera una posibilidad, _______ haría todo lo que pudiese. "Aunque llegara a tiempo, no sé si podré evitar que lo cuelguen", pensó. Un soldado curtido lo pensaría dos veces antes de detener una ejecución por el hecho de que una simple muchacha se lo dijera, fuera quien fuese. Sin embargo, tenía que intentarlo.
Una tropa de soldados británicos hacía guardia en la boca del puerto, con el propósito evidente de evitar que los piratas sobrevivientes huyesen. Cuando _______ corrió hacia ellos, alzaron los mosquetes y le apuntaron.
—¡Alto! —gritó el oficial a cargo, cuando se detuvo frente a los soldados.
Al ver que se trataba de una mujer, dudó en dar la orden de fuego.
—¡No disparéis, tontos! —gritó _______, sin aminorar el paso hasta llegar junto al oficial. Tenía el rostro enrojecido y el aliento agitado pero, aun así, se irguió en toda su estatura y se las ingenió para conservar la apariencia de una dama. El oficial la miró, perplejo.
—Soy lady _________ AIdley —dijo ________, con tono cortante e imperioso—. Y exijo que se me lleve al barco donde están colgando a los piratas. ¡De inmediato, por favor!
El oficial le lanzó una mirada suspicaz y, al echar un vistazo detrás de ella, su expresión se acentuó más aún al ver a Nick y Petersham que se acercaban, cautelosos. _________ comprendió que lo único que los salvaba de que los apresara era el uniforme que vestía
Nick. De prisa, se volvió hacia ellos con una mano levantada.
—Caballeros, gracias por escoltarme —se apresuró a decir y tomó sucesivamente la mano de Nick y la de Petersham—. Estoy segura de que ansiáis volver a vuestras tareas. No os demoraré más.
Los dos la miraron unos instantes, hasta que se percataron de la advertencia en su semblante; le estrecharon la mano con solemnidad y emprendieron la marcha. Habían hecho todo lo posible por _______ y Joe y sabían que, a partir de ese momento, tenían que preocuparse por sus propios pellejos.
—¡Un momento! —ordenó el joven oficial a los dos hombres que ya comenzaban a ascender el acantilado.
Nick y Petersham se detuvieron, pero antes de que alguien hablara, _______ urgió al militar:
—¡Teniente, he dicho que exijo me acompañe al barco de inmediato! ¡No puedo esperar a que intercambie frases con esos hombres!
El teniente la miró, vacilante, y aunque no tenía modo de comprobar si era quien decía ser, recordó haber oído que cierta lady ________ estaba muerta o cautiva de esos piratas. Si esta joven era la dama en cuestión, le convenía obedecer sus órdenes, pues al parecer tenía amigos influyentes en la Corte.
—¡De inmediato, teniente!
La voz de _________ restalló como un látigo y el sobresalto del oficial fue evidente.
—¡Sí, señora! —tartamudeó, y dirigiéndose a sus hombres les ordenó que prepararan un bote para su señoría, sin demoras.
En la confusión, Nick y Petersham se fueron sin ser advertidos.
Cuando el bote estuvo listo, el teniente la ayudó a subir con gesto reverente y tanta pomposidad hizo rechinar los dientes a ________. ¡A Joe podían estar colgándolo en ese instante!
—¡Por favor, de prisa! —urgió a los remeros, de pie en la proa de la pequeña embarcación que cortaba las olas coronadas de blanco hacia las enormes fragatas.
Cuando al fin llegaron al barco donde estaban colgando a los piratas, ________ los orientó hacia la escala lateral, mientras ella se sujetaba. Colocó en posición las manos y los pies sobre la escala y comenzó a trepar como una mona, pues el temor por la vida de Joe la hizo olvidarse del miedo por su propia seguridad. Al llegar arriba, manos ansiosas la alzaron hasta depositarla sobre la borda. De pie en cubierta, casi no advirtió los numerosos pares de ojos masculinos que se concentraban en ella.
—¿Qué la trae al Lady Chester, señorita? —preguntó con aspereza una voz gruñona.
—Exijo ver de inmediato al capitán de este navío —dijo ________ con vivacidad, con un nudo en la garganta al ver los cuerpos inertes de los hombres que ya habían sido ejecutados y ahora permanecían alineados contra la baranda del Lady Chester.
Después de colgar al último, se leería un servicio fúnebre y los cuerpos serían arrojados al mar. ________ logró contenerse a duras penas para no correr hacia los cadáveres y examinar cada uno de los rostros. ¡A fin de cuentas, si Joe estaba entre los muertos, ya nada podía hacer por él, y de lo contrario, la rapidez era fundamental!
—¿En serio, señorita? —dijo la voz, divertida, y ________ le lanzó su mirada más feroz.
—¡Si, buen hombre, en serio! Soy lady ________ Aidley y estos bandidos me tenían cautiva. Según tengo entendido, su capitán sabe muy bien quién soy y se sentirá muy molesto si se entera de que no fui conducida de inmediato ante él.
Bajo la mirada helada de la joven, el robusto contramaestre entrecano se amilanó.
—¡Sí, señora! —respondió, obediente—. ¡Por aquí, señora! Con la cabeza alta y la espalda recta, ________ fue tras él a través del grupo de marineros que habían sido destacados para observar los ahorcamientos. Cuando estaban a mitad de camino, rugió un cañón tan cercano que el estrépito ensordeció a _______.
—¿Qué ha sido eso? —exclamó, indignada, apretando el paso para quedar a la altura de su sudoroso acompañante.
—Es una señal a los guardias para que saquen al siguiente grupo de prisioneros para ser ahorcados. ¡Podemos hacer cinco a la vez, mi lady!
El orgullo que resonaba en la voz del hombre asqueó a ________. Había llegado a encariñarse con sujetos similares a los que estaban colgando v descubrió que, pese a la ocupación poco digna que tenían, no eran diferentes de cualquier otro hombre, en cualquier sitio. En ese instante se sintió aliviada de saber que la tripulación del Margarita estaba lejos y a salvo. Se habían convertido en sus amigos y habría sido doloroso verlos morir.
Al oír unas pisadas detrás, ________ se dio vuelta con presteza y vio a unos veinte marineros que traían a los condenados a las horcas improvisadas. Los guardias uniformados le obstruyeron la vista de los prisioneros, pero un sexto sentido la congeló donde estaba y, un instante después, dio gracias a Dios por haberse detenido. Sobre una plataforma destartalada, erigida a toda prisa bajo un mástil que sostenía la horca, las manos atadas a la espalda y los ojos tapados, estaban los cinco individuos prontos a ser colgados. El tercero de la izquierda era Joe. Y un verdugo cubierto con una capucha negra le colocaba el lazo en el cuello atezado.
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Chicas ahi esta su maraton
Y perdon por subir el 2do capi tarde es que me puse en twitter a revisar lo de la boda de Garbo y en eso se me fue el tiempo :lol!:
Me voy a ir a hacer tarea si veo mas comments subo capi :D
Nos vemos
Y perdon por subir el 2do capi tarde es que me puse en twitter a revisar lo de la boda de Garbo y en eso se me fue el tiempo :lol!:
Me voy a ir a hacer tarea si veo mas comments subo capi :D
Nos vemos
♫ Laura Jonas ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Ahhhhhhhh noo Joee va ser colgado la puta madre! espero q __ pueda detener al verdugo conchudo! :@
SIGUELAA!!
SIGUELAA!!
jb_fanvanu
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Noo! A Joe no lo pueden colgar!
La rayis ttiene que detenerlos..
Siguelaaa! Lau no puedo esperar! :)
☎ Jimena Horan ♥
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
Gracias x la bienvenida :3
Ya me puse al diaa! Y.... Asdfghjkl!! Joe va a ser papa! Joe jonas sera papa :D yi propongo que se llame Adam (? O kevin! c:
Bno ya :3
Que esos culicagados me lo matan y yo que llego con 10 granadas y una metralleta y los mato .------.
Sigueeeeeee! D:
Ya me puse al diaa! Y.... Asdfghjkl!! Joe va a ser papa! Joe jonas sera papa :D yi propongo que se llame Adam (? O kevin! c:
Bno ya :3
Que esos culicagados me lo matan y yo que llego con 10 granadas y una metralleta y los mato .------.
Sigueeeeeee! D:
Invitado
Invitado
Re: Pasion en la Isla (Joe y tu)
LAU! QUEREMOS SABER QUE PASARA CON JOE NO NOS HAGAS ESPERAR MAS PLISS SIGUELAA! :D
☎ Jimena Horan ♥
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