Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 14. • Comparte
Página 10 de 14. • 1 ... 6 ... 9, 10, 11, 12, 13, 14
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
enserioooooooooo???????
aaaaiiiiiii queeee bieeennnnn
aaaaiiiiiii queeee bieeennnnn
chelis
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
CAPITULO 15
___(Tn) sabía que en la cabeza de Kevin había miles de preguntas que él deseaba hacerle pero que no se atrevía debido a su estado de shock.
Aun así se sintió en la obligación de contarle todo lo sucedido, visto que su acechador había decidió involucrarlo a él también al haberle enviado el video con aquellas imágenes que, dudaba, se borrasen pronto de su mente.
―Kev… con respecto al video… ―intentó comenzar a hablar después de que él la llevó hasta uno de los cómodos sillones que había en su oficina.
En ese momento, Calista irrumpió trayendo consigo el té de tila que Kevin había pedido para ella.
―Gracias Calista, puedes retirarte.
La mujer observó a ___(Tn), quien parecía estar presa de alguna crisis de nervios. No era para menos, el chisme había corrido como reguero de pólvora por todos los rincones de la agencia y ya todos sabían que la afamada modelo tenía con su guardaespaldas una relación que iba mucho más allá de un simple contexto laboral.
Nadie lo decía abiertamente pero muchos en Impact hubiesen querido haberle echado mano al famoso video.
Una vez que volvieron a quedarse a solas, ___(Tn) intentó retomar la conversación.
―Sé que ese video es bastante evidente pero aun así quiero explicarte que… que…
Kevin puso la taza de té en la mano temblorosa de ___(Tn).
―Cariño, eres libre de hacer con tu vida lo que te plazca, solo que me hubiera gustado que me dijeras que Joseph no era tan solo tu guardaespaldas, por lo que se ve en el video, pareciera que tú y él se conocen desde hace mucho tiempo –manifestó Kevin con una sonrisa amarga.
―Sí –respondió ella―. Conozco a Joseph desde hace mucho tiempo pero él ni siquiera lo sabe.
Kevin se quedó de una pieza.
―¿Cómo es eso?
―¿Tienes tiempo para oír la historia de una adolescente triste y lastimada?
Joseph atravesó el centro de Londres sumido en sus pensamientos después de haber llevado el video a Scotland Yard; según le había informado el detective que llevaba adelante el caso, le harían una pericia al material para tratar de averiguar de dónde había salido. Joseph carecía de optimismo, estaba seguro que el bastardo que los había filmado a ___(Tn) y a él, se cuidaría muy bien las espaldas; no era ningún novato y por lo tanto no iba a ser muy sencillo dar con su paradero. Podía haber enviado el correo desde cualquiera de los cyber cafés desperdigados por toda la ciudad y eso sí que sería como buscar una aguja en un pajar.
Joseph no podía quitarse de la cabeza que el acechador de ___(Tn) era alguien cercano a ella, quizá un antiguo amor, alguien que se enamoró platónicamente de ella y ahora buscaba dar a conocer su malsana obsesión.
Por eso era que se estaba dirigiendo a encontrarse con Patrick Cooldrige, detective y ex compañero de trabajo.
Estacionó su coche frente al pub que ambos solían frecuentar cuando aún trabajaban juntos y se bajó. Entró al lugar, una nube de humo y un fuerte olor a cerveza le dio la bienvenida. Ahora que regresaba a aquel sitio después de tantos meses se daba cuenta de cuánto lo extrañaba.
Patrick lo esperaba en la barra con un jarro de cerveza en la mano.
―¡Joseph, dichoso los ojos, amigo! –el pelirrojo soltó la bebida y le dio un fuerte abrazo.
―¿Cómo estás, Pat? ¿Cómo te trata la vida? –preguntó Joseph mientras se sentaba junto a él y pedía también una cerveza bien fría.
Patrick le sonrió.
―No me puedo quejar –alzó el jarro y brindó con él―. ¿Qué andas buscando? Porque supongo que si me has llamado con tanto urgencia es porque necesitas algo.
Ser perspicaz era sin duda una de las mejoras virtudes de Patrick y Joseph lo sabía muy bien.
―Quiero que investigues a una persona; necesito saber todo sobre ella –sacó su libreta de anotaciones en donde guardaba una foto de ___(Tn) y se la entregó.
Patrick lanzó un silbido.
―¡Vaya pedazo de hembra! ¿Quién es?
Joseph hizo caso omiso al comentario machista de su ex compañero y respondió:
―Su nombre es ___(Tn) Gibson, modelo estrella de la agencia Impact, hay un loco acechándola y creo que saber todo sobre ella y su pasado puede revelarnos quién es el maldito que ha convertido su vida en una pesadilla.
Patrick Cooldrige notó de inmediato que el interés de Joseph por aquella hermosa mujer iba más allá del ámbito profesional, había sentimientos en juego y así se lo hizo saber.
―Comprendo que quieres ayudarla, una mujer así no se ve todos los días.
Joseph dejó escapar un suspiro.
―Nadie se merece pasar lo que ___(Tn) está pasando… quiero atrapar a ese malnacido y…
―¡Hey! No hagas de esto algo personal, amigo –le aconsejo Patrick―. Deja que la policía se encargue de eso, yo puedo investigar a la muchacha y pasarte la información pero no puedes jugar al detective valiente, mucho menos cuando se nota que sientes algo muy fuerte por ella.
Joseph bebió un sorbo de cerveza, después apoyó el jarro sobre la barra y miró al pelirrojo.
―Atraparé a ese maldito, así sea lo último que haga en mi vida –aseveró.
Y Patrick Cooldrige, que conocía el carácter testarudo de Joseph Jonas a la perfección, supo que así sería.
___(Tn) bebió la tercera taza de té que Calista le había traído por expresas órdenes de Kevin. Había pasado todo el día en la agencia y desde que Joseph se había marchado a Scotland Yard no había abandonado la oficina de su jefe y amigo.
―¿Por qué no vas a observar la sesión de fotos que está haciendo Sean? –sugirió Kevin entrando por enésima vez para constatar que ella se encontraba bien.
___(Tn) se peinó el cabello con los dedos y se puso de pie.
―Quizá tengas razón, estar encerrada entre estas cuatro paredes me está trastornado la cabeza –respondió con un poco más ánimo.
___(Tn) extendió su brazo.
―Ven, iré contigo.
―¿No ha habido novedades de Joseph? –preguntó ella mientras cruzaban el pasillo hacia el set de fotografía.
Kevin negó con la cabeza y ___(Tn) ya no volvió a preguntar. La verdad es que habían pasado varias horas desde que Joseph se había marchado y ya lo echaba en falta y lo peor era que no sabía el porqué de aquella nostalgia. Tal vez se había malacostumbrado a tenerlo detrás de ella como una sombra todo el día; quizá lo que añoraba era la manera en que la miraba, los besos que le había dado, el placer que había sentido a su lado; le dolía reconocerlo pero el odio que sentía por Joseph Jonas lentamente se estaba transformando en otra cosa, igual de intensa e inquietante.
Y tuvo miedo.
Llegaron al set de fotografía justo cuando Sean se disponía a dar las instrucciones a Yamile, una de las nuevas modelos que había contratado la agencia.
El fotógrafo le dedicó una sonrisa más que atenta a ___(Tn) antes de abocarse de lleno a su trabajo.
Kevin invitó a ___(Tn) a ocupar dos sillas en un rincón y ella aceptó.
De inmediato notó las miradas disimuladas encima de ella y los cuchicheos entre las demás modelos, maquilladoras y encargados del vestuario. Era más que evidente que la noticia del video se había esparcido por toda la agencia. ___(Tn) se hundió en la silla, levantó sus piernas y las rodeó con ambos brazos. Lo único que deseaba en ese momento era salir corriendo de allí, pero Joseph no estaba y no se iría sola con un loco acechándola allí afuera.
Unos minutos después Sean se les acercó.
―___(Tn), ¿cómo estás? Te hemos extrañado…
Ella intentó sonreír.
―Estoy bien –mintió.
―Sé que quizá no es el momento de hablar del asunto –miró a Kevin esperando su aprobación para seguir hablando, cuando la obtuvo dijo―: la campaña está algo atrasad, los franceses han sido bastante considerados en darnos unos días pero creo que…
―___(Tn) regresará a su trabajo cuando se encuentre preparada para hacerlo –intervino Kevin serio.
―Sean, no quiero causarte inconvenientes –dijo ___(Tn) más angustiada de lo que ya estaba―. Creo que quizá regresar a mi trabajo sea lo mejor, necesito despejarme y pensar en otra cosa.
―Pero ___(Tn) –protestó Kevin.
Ella le sonrió.
―No quiero que ese maldito se salga con la suya, Kev. Volver a mi rutina será una manera de demostrarle que no ha podido conmigo, que no va a trastornar mi vida… créeme, necesito volver a la normalidad –alegó esperando convencer a Kevin de que la dejara regresar al trabajo.
Kevin resopló y la miró.
―Sé que nada de lo que te pueda decir te hará cambiar de opinión, solo te pido que no regreses hoy, hazlo mañana, tómate esta noche para descansar –apretó la mano de ___(Tn) con fuerza.
Aquel gesto no pasó desapercibido a un ojo adiestrado como el de Sean.
―Estará bien, Kevin, todos aquí cuidaremos de ella, además su guardaespaldas no dejará que nada malo le suceda –dijo mirando en dirección a la puerta.
___(Tn) también miró hacia allí y su corazón dejó de latir por un par de segundos cuando vio a Joseph que caminaba hacia donde estaban ellos. Se soltó del agarre de Kevin y trató de no parecer demasiado ansiosa.
―Buenas tardes –saludó Joseph fijando su atención en el rostro todavía un poco demacrado de ___(Tn).
―¿Dónde te habías metido? –exigió saber Kevin un tanto enfadado.
―Estaba ocupándome de ciertos asuntos –respondió cortante―. Scotland Yard me dijo que van a analizar el video para tratar de saber su procedencia.
―¿Crees que la policía pueda averiguar quién lo mandó? –preguntó Sean curioso.
Joseph lo miró. Aquel joven, un fotógrafo de excelente reputación, también formaba parte de su propia lista de sospechosos. No podía revelar demasiado frente a él ni frente a nadie.
―Puede que sí, puede que no –contestó Joseph para saciar su curiosidad.
―Joseph, ___(Tn) ha decidido que mañana regresa a su trabajo –informó Kevin.
A Joseph la noticia tampoco le agradó mucho, prefería tener a ___(Tn) en la seguridad de su casa… toda para él. Se estremeció al recordar lo vivido la noche anterior en el baño del restaurante.
―¿Estás segura?
___(Tn) asintió.
―Seguir escondida me va a volver loca.
Los tres hombres coincidieron con ella.
Sean regresó a su sesión de fotos y Kevin fue solicitado por su secretaria para atender una llamada urgente de uno de sus clientes más importantes.
Joseph agradeció poder quedarse a solas con ___(Tn) por fin.
―Creí que nunca se irían –dijo bajando el tono de su voz mientras se sentaba en el sitio que había desocupado Kevin segundos antes.
___(Tn) no pudo evitar sonrojarse cuando él acercó la silla y sus rodillas poderosas chocaron con las suyas.
―¿Quieres que vayamos a tu casa? –preguntó él de repente.
___(Tn) tragó saliva. Era una pregunta simple y hasta podía parecer inocente pero viniendo de un hombre como Joseph Jonas quien pretendía continuar con el juego de seducción que habían comenzado, era una amenaza latente. Porque ___(Tn) sabía que enredarse nuevamente en los brazos del hombre que había aborrecido por tanto tiempo podía convertirse en el juego más peligroso… y tentador.
―Sí –contestó con un hilo de voz mientras trataba de asimilar lo que acarrearía su respuesta.
―Vamos, entonces.
Joseph se puso de pie y la ayudó a levantarse, rozó su brazo y ___(Tn) casi dejó escapar un gemido. Las sensaciones estaban ya a flor de piel y ni siquiera habían abandonado la agencia.
No quería cometer un error que la llevase a darse cuenta que los sentimientos que la unían a Joseph poco tenían que ver con el odio y el rencor. Tenía miedo de reconocerlo abiertamente, de decirlo en voz alta pero ahora sabía que era verdad.
Amaba a Joseph Jonas y aunque pataleara y renegase de su nueva realidad, sabía que ya nada podía ser igual.
Aun así se sintió en la obligación de contarle todo lo sucedido, visto que su acechador había decidió involucrarlo a él también al haberle enviado el video con aquellas imágenes que, dudaba, se borrasen pronto de su mente.
―Kev… con respecto al video… ―intentó comenzar a hablar después de que él la llevó hasta uno de los cómodos sillones que había en su oficina.
En ese momento, Calista irrumpió trayendo consigo el té de tila que Kevin había pedido para ella.
―Gracias Calista, puedes retirarte.
La mujer observó a ___(Tn), quien parecía estar presa de alguna crisis de nervios. No era para menos, el chisme había corrido como reguero de pólvora por todos los rincones de la agencia y ya todos sabían que la afamada modelo tenía con su guardaespaldas una relación que iba mucho más allá de un simple contexto laboral.
Nadie lo decía abiertamente pero muchos en Impact hubiesen querido haberle echado mano al famoso video.
Una vez que volvieron a quedarse a solas, ___(Tn) intentó retomar la conversación.
―Sé que ese video es bastante evidente pero aun así quiero explicarte que… que…
Kevin puso la taza de té en la mano temblorosa de ___(Tn).
―Cariño, eres libre de hacer con tu vida lo que te plazca, solo que me hubiera gustado que me dijeras que Joseph no era tan solo tu guardaespaldas, por lo que se ve en el video, pareciera que tú y él se conocen desde hace mucho tiempo –manifestó Kevin con una sonrisa amarga.
―Sí –respondió ella―. Conozco a Joseph desde hace mucho tiempo pero él ni siquiera lo sabe.
Kevin se quedó de una pieza.
―¿Cómo es eso?
―¿Tienes tiempo para oír la historia de una adolescente triste y lastimada?
(¸.•´¸♥➷♥¸.•´♥¸.•´♥¸.•*¨)♥.•*¨)
Joseph atravesó el centro de Londres sumido en sus pensamientos después de haber llevado el video a Scotland Yard; según le había informado el detective que llevaba adelante el caso, le harían una pericia al material para tratar de averiguar de dónde había salido. Joseph carecía de optimismo, estaba seguro que el bastardo que los había filmado a ___(Tn) y a él, se cuidaría muy bien las espaldas; no era ningún novato y por lo tanto no iba a ser muy sencillo dar con su paradero. Podía haber enviado el correo desde cualquiera de los cyber cafés desperdigados por toda la ciudad y eso sí que sería como buscar una aguja en un pajar.
Joseph no podía quitarse de la cabeza que el acechador de ___(Tn) era alguien cercano a ella, quizá un antiguo amor, alguien que se enamoró platónicamente de ella y ahora buscaba dar a conocer su malsana obsesión.
Por eso era que se estaba dirigiendo a encontrarse con Patrick Cooldrige, detective y ex compañero de trabajo.
Estacionó su coche frente al pub que ambos solían frecuentar cuando aún trabajaban juntos y se bajó. Entró al lugar, una nube de humo y un fuerte olor a cerveza le dio la bienvenida. Ahora que regresaba a aquel sitio después de tantos meses se daba cuenta de cuánto lo extrañaba.
Patrick lo esperaba en la barra con un jarro de cerveza en la mano.
―¡Joseph, dichoso los ojos, amigo! –el pelirrojo soltó la bebida y le dio un fuerte abrazo.
―¿Cómo estás, Pat? ¿Cómo te trata la vida? –preguntó Joseph mientras se sentaba junto a él y pedía también una cerveza bien fría.
Patrick le sonrió.
―No me puedo quejar –alzó el jarro y brindó con él―. ¿Qué andas buscando? Porque supongo que si me has llamado con tanto urgencia es porque necesitas algo.
Ser perspicaz era sin duda una de las mejoras virtudes de Patrick y Joseph lo sabía muy bien.
―Quiero que investigues a una persona; necesito saber todo sobre ella –sacó su libreta de anotaciones en donde guardaba una foto de ___(Tn) y se la entregó.
Patrick lanzó un silbido.
―¡Vaya pedazo de hembra! ¿Quién es?
Joseph hizo caso omiso al comentario machista de su ex compañero y respondió:
―Su nombre es ___(Tn) Gibson, modelo estrella de la agencia Impact, hay un loco acechándola y creo que saber todo sobre ella y su pasado puede revelarnos quién es el maldito que ha convertido su vida en una pesadilla.
Patrick Cooldrige notó de inmediato que el interés de Joseph por aquella hermosa mujer iba más allá del ámbito profesional, había sentimientos en juego y así se lo hizo saber.
―Comprendo que quieres ayudarla, una mujer así no se ve todos los días.
Joseph dejó escapar un suspiro.
―Nadie se merece pasar lo que ___(Tn) está pasando… quiero atrapar a ese malnacido y…
―¡Hey! No hagas de esto algo personal, amigo –le aconsejo Patrick―. Deja que la policía se encargue de eso, yo puedo investigar a la muchacha y pasarte la información pero no puedes jugar al detective valiente, mucho menos cuando se nota que sientes algo muy fuerte por ella.
Joseph bebió un sorbo de cerveza, después apoyó el jarro sobre la barra y miró al pelirrojo.
―Atraparé a ese maldito, así sea lo último que haga en mi vida –aseveró.
Y Patrick Cooldrige, que conocía el carácter testarudo de Joseph Jonas a la perfección, supo que así sería.
(¸.•´¸♥➷♥¸.•´♥¸.•´♥¸.•*¨)♥.•*¨)
___(Tn) bebió la tercera taza de té que Calista le había traído por expresas órdenes de Kevin. Había pasado todo el día en la agencia y desde que Joseph se había marchado a Scotland Yard no había abandonado la oficina de su jefe y amigo.
―¿Por qué no vas a observar la sesión de fotos que está haciendo Sean? –sugirió Kevin entrando por enésima vez para constatar que ella se encontraba bien.
___(Tn) se peinó el cabello con los dedos y se puso de pie.
―Quizá tengas razón, estar encerrada entre estas cuatro paredes me está trastornado la cabeza –respondió con un poco más ánimo.
___(Tn) extendió su brazo.
―Ven, iré contigo.
―¿No ha habido novedades de Joseph? –preguntó ella mientras cruzaban el pasillo hacia el set de fotografía.
Kevin negó con la cabeza y ___(Tn) ya no volvió a preguntar. La verdad es que habían pasado varias horas desde que Joseph se había marchado y ya lo echaba en falta y lo peor era que no sabía el porqué de aquella nostalgia. Tal vez se había malacostumbrado a tenerlo detrás de ella como una sombra todo el día; quizá lo que añoraba era la manera en que la miraba, los besos que le había dado, el placer que había sentido a su lado; le dolía reconocerlo pero el odio que sentía por Joseph Jonas lentamente se estaba transformando en otra cosa, igual de intensa e inquietante.
Y tuvo miedo.
Llegaron al set de fotografía justo cuando Sean se disponía a dar las instrucciones a Yamile, una de las nuevas modelos que había contratado la agencia.
El fotógrafo le dedicó una sonrisa más que atenta a ___(Tn) antes de abocarse de lleno a su trabajo.
Kevin invitó a ___(Tn) a ocupar dos sillas en un rincón y ella aceptó.
De inmediato notó las miradas disimuladas encima de ella y los cuchicheos entre las demás modelos, maquilladoras y encargados del vestuario. Era más que evidente que la noticia del video se había esparcido por toda la agencia. ___(Tn) se hundió en la silla, levantó sus piernas y las rodeó con ambos brazos. Lo único que deseaba en ese momento era salir corriendo de allí, pero Joseph no estaba y no se iría sola con un loco acechándola allí afuera.
Unos minutos después Sean se les acercó.
―___(Tn), ¿cómo estás? Te hemos extrañado…
Ella intentó sonreír.
―Estoy bien –mintió.
―Sé que quizá no es el momento de hablar del asunto –miró a Kevin esperando su aprobación para seguir hablando, cuando la obtuvo dijo―: la campaña está algo atrasad, los franceses han sido bastante considerados en darnos unos días pero creo que…
―___(Tn) regresará a su trabajo cuando se encuentre preparada para hacerlo –intervino Kevin serio.
―Sean, no quiero causarte inconvenientes –dijo ___(Tn) más angustiada de lo que ya estaba―. Creo que quizá regresar a mi trabajo sea lo mejor, necesito despejarme y pensar en otra cosa.
―Pero ___(Tn) –protestó Kevin.
Ella le sonrió.
―No quiero que ese maldito se salga con la suya, Kev. Volver a mi rutina será una manera de demostrarle que no ha podido conmigo, que no va a trastornar mi vida… créeme, necesito volver a la normalidad –alegó esperando convencer a Kevin de que la dejara regresar al trabajo.
Kevin resopló y la miró.
―Sé que nada de lo que te pueda decir te hará cambiar de opinión, solo te pido que no regreses hoy, hazlo mañana, tómate esta noche para descansar –apretó la mano de ___(Tn) con fuerza.
Aquel gesto no pasó desapercibido a un ojo adiestrado como el de Sean.
―Estará bien, Kevin, todos aquí cuidaremos de ella, además su guardaespaldas no dejará que nada malo le suceda –dijo mirando en dirección a la puerta.
___(Tn) también miró hacia allí y su corazón dejó de latir por un par de segundos cuando vio a Joseph que caminaba hacia donde estaban ellos. Se soltó del agarre de Kevin y trató de no parecer demasiado ansiosa.
―Buenas tardes –saludó Joseph fijando su atención en el rostro todavía un poco demacrado de ___(Tn).
―¿Dónde te habías metido? –exigió saber Kevin un tanto enfadado.
―Estaba ocupándome de ciertos asuntos –respondió cortante―. Scotland Yard me dijo que van a analizar el video para tratar de saber su procedencia.
―¿Crees que la policía pueda averiguar quién lo mandó? –preguntó Sean curioso.
Joseph lo miró. Aquel joven, un fotógrafo de excelente reputación, también formaba parte de su propia lista de sospechosos. No podía revelar demasiado frente a él ni frente a nadie.
―Puede que sí, puede que no –contestó Joseph para saciar su curiosidad.
―Joseph, ___(Tn) ha decidido que mañana regresa a su trabajo –informó Kevin.
A Joseph la noticia tampoco le agradó mucho, prefería tener a ___(Tn) en la seguridad de su casa… toda para él. Se estremeció al recordar lo vivido la noche anterior en el baño del restaurante.
―¿Estás segura?
___(Tn) asintió.
―Seguir escondida me va a volver loca.
Los tres hombres coincidieron con ella.
Sean regresó a su sesión de fotos y Kevin fue solicitado por su secretaria para atender una llamada urgente de uno de sus clientes más importantes.
Joseph agradeció poder quedarse a solas con ___(Tn) por fin.
―Creí que nunca se irían –dijo bajando el tono de su voz mientras se sentaba en el sitio que había desocupado Kevin segundos antes.
___(Tn) no pudo evitar sonrojarse cuando él acercó la silla y sus rodillas poderosas chocaron con las suyas.
―¿Quieres que vayamos a tu casa? –preguntó él de repente.
___(Tn) tragó saliva. Era una pregunta simple y hasta podía parecer inocente pero viniendo de un hombre como Joseph Jonas quien pretendía continuar con el juego de seducción que habían comenzado, era una amenaza latente. Porque ___(Tn) sabía que enredarse nuevamente en los brazos del hombre que había aborrecido por tanto tiempo podía convertirse en el juego más peligroso… y tentador.
―Sí –contestó con un hilo de voz mientras trataba de asimilar lo que acarrearía su respuesta.
―Vamos, entonces.
Joseph se puso de pie y la ayudó a levantarse, rozó su brazo y ___(Tn) casi dejó escapar un gemido. Las sensaciones estaban ya a flor de piel y ni siquiera habían abandonado la agencia.
No quería cometer un error que la llevase a darse cuenta que los sentimientos que la unían a Joseph poco tenían que ver con el odio y el rencor. Tenía miedo de reconocerlo abiertamente, de decirlo en voz alta pero ahora sabía que era verdad.
Amaba a Joseph Jonas y aunque pataleara y renegase de su nueva realidad, sabía que ya nada podía ser igual.
Karely Jonatika
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
CAPITULO 16
Llegar a casa con la certeza de saberse enamorada de Joseph Jonas solo inquietó a ___(Tn). Se apeó del automóvil con rapidez antes de que él viniera a abrir la puerta del acompañante; hubiera entrado también corriendo a su casa pero sabía que no sería una actitud razonable de su parte.
No podía huir de Joseph, mucho menos de lo que sentía. Y podía percibir que él sospechaba algo, no había pronunciado palabra durante todo el viaje, solo de vez en cuando le lanzaba una intensa mirada que la dejaba perturbada. Sus ojos cafés decían más que mil palabras y prometían el más delicioso de los placeres.
Debatiéndose entre lo que debía y lo que quería, ___(Tn) entró en la cocina y bebió un vaso de agua fría que rodó por su garganta seca brindándole un poco de alivio.
Cuando se giró sobre sus talones descubrió a Joseph recostado contra el marco de la puerta mirándola fijamente, estudiando cada reacción suya, esperando el momento oportuno para derribar nuevamente la barrera que había construido para mantener a salvo de él.
―¿Tienes hambre?
___(Tn) trató de adivinar la verdadera intención de aquella pregunta pero cuando Joseph se dirigió a la nevera para ver que podía preparar no pudo evitar sentirse un poco desilusionada.
Una sonrisita de triunfo, que ___(Tn) no alcanzó a ver se dibujó en el rostro de Joseph mientras husmeaba en busca de algo para cenar. Tenía a ___(Tn) justo donde la quería, ahora solo trataría de jugar un poco con ella, dilatando el instante en que la hiciera suya por fin, enterrándose en aquel cuerpo que adoraba y deseaba.
―¿Espagueti o pizza? –preguntó sacando la cabeza de la nevera y mirándola divertido.
―Me da lo mismo –respondió ella hechizada por el café de sus ojos.
―Creo que un poco de pasta nos sentará estupendamente –sacó un recipiente que contenía una buena cantidad de espagueti aderezado con salsa boloñesa. Lo colocó luego dentro del horno de microondas y le pidió a ___(Tn) si podía poner la mesa.
Ella obedeció, cualquier cosa con tal de alejarse de él al menos unos cuantos minutos. Cuando hubo terminado, él llegó con la fuente cargada de pasta y una sonrisa encantadora estampada en el rostro.
―Bon appetit –dijo él imitando el acento del francés.
___(Tn) percibió el tono burlón que usó Joseph haciendo alusión a Nicholas Gauguier.
Joseph le sirvió una generosa porción y tras servirse a sí mismo sirvió vino blanco en las copas.
―Prefiero beber agua –dijo ___(Tn) levantándose para buscar una botella en la nevera.
Joseph no dijo nada, era más que evidente que ella temía volver a caer en los efectos traicioneros del alcohol. Sonrió para sí, le daría tiempo, el necesario para que se habituara al hecho de que acabaría en su cama a como diera lugar. Era algo tan tangible como el aroma a pasta que inundaba la cocina.
―¿No te ha vuelto a llamar el francés? –preguntó Joseph apenas ___(Tn) regresó a la mesa con una botella de agua mineral en mano.
___(Tn) tardó unos segundos en responder.
―No, cuando nos despedimos anoche me dijo que la había pasado muy bien conmigo…
―No lo dudo –se apresuró a decir él―. Pero creo que tú la pasaste mucho mejor que él.
Le dijo aquello último con toda la intención de incomodarla y de recordarle como se había derretido entre sus brazos. ___(Tn) tragó saliva, no sabía si estaba preparada para tener aquella conversación cargada de doble sentido. Temía que Joseph terminara por descubrir lo que ella sentía por él.
―La pasé bien… punto –respondió ella tajante.
Joseph bebió un poco de vino, la observó a través del cristal de su copa; ___(Tn) se había sonrojado y eso lo excitaba aún más. Estiró su brazo derecho por encima de la mesa y rozó los dedos femeninos con delicadeza.
―___(Tn)… no hay necesidad de fingir, somos dos personas adultas, sabemos lo que queremos… lo que deseamos –abrió la mano de ___(Tn) con la suya y dibujó pequeños círculos en la palma tibia.
___(Tn) trató de concentrarse en lo que quería decirle pero aquel simple contacto no se lo permitía, parecía que el roce de los dedos de Joseph en su mano enviaba señales de alerta al resto de su cuerpo. Se dio cuenta que ya nunca más podría ser inmune al toque de aquel hombre; Joseph Jonas ejercía un magnetismo imposible de manejar y ella se sentía completamente perdida.
―Yo… lo que sucedió anoche…
―Lo que sucedió anoche fue maravilloso, como fue maravilloso lo que pasó sobre esa mesada –dijo señalando el mueble donde habían tenido su primer encuentro.
Aquel comentario solo logró inquietar a ___(Tn), el asunto del video y de saberse espiada y expuesta a la locura de un completo desconocido estaba aniquilando sus nervios lentamente.
Joseph se dio cuenta que había dicho algo que ella no quería oír.
―___(Tn), lo siento… no fue mi intención mencionarlo…
―No te preocupes, de todos modos es algo que no puedo quitar de mi mente en ningún momento del día –respondió ella mirando hacia la ventana en donde su intimidad había sido violada. Sin poder evitarlo se puso de pie y caminó hacia la mesada. La ventana estaba abierta, no tenía cortinas, lo que aventajaba a quien quisiera espiar desde el exterior.
Echó un vistazo al edificio ubicado frente a la casa; sabía que había muchos departamentos que estaban deshabitados.
―Scotland Yard ya está investigando a los inquilinos –comentó Joseph adivinando sus pensamientos.
―No creo que den con él tan fácilmente; supongo que ni siquiera vive allí –juntó ambas manos y comenzó a temblar―. Sabe dónde encontrarme; ¿qué le impide acercarse a mí y hacer conmigo lo que quiera?
Joseph se puso de pie, se colocó a su lado y apretó sus temblorosas manos.
―Yo –le dijo intentando brindarle seguridad―. Mientras yo esté a tu lado nada malo te pasará.
___(Tn) lo miró directamente a los ojos.
―¿Me lo prometes?
―Te lo prometo.
Y entonces ella dejó que Joseph la abrazara; necesitaba que sus brazos fuertes la protegieran en aquel momento y saber que podía contar con él le dio un poco de sosiego a su corazón.
Joseph respiró hondo mientras el pequeño cuerpo de ___(Tn) se pegaba al suyo buscando apoyo. Acarició su dorada cabellera con ternura y depositó un beso en la coronilla. Se sentía bien tenerla así, entre los brazos, trasmitiéndole el calor de su cuerpo, el perfume dulce de su piel. Podía quedarse así por horas y sin pensar en hacer nada pecaminoso con ella a pesar de que la deseaba con locura. La apartó un poco para mirarla directamente a los ojos.
―¿Estás mejor?
___(Tn) asintió con un leve movimiento de cabeza y cuando volvió a apoyar su rostro en el pecho masculino, Joseph no opuso resistencia alguna.
Se quedaron allí, abrazado uno al otro, por un largo rato. Parecía que ninguno de los dos quería romper la magia que se había creado entre ellos diciendo o haciendo algo indebido.
Pero cuando el teléfono de la sala sonó, ___(Tn) se apartó de inmediato. Joseph notó el terror en sus ojos y decidió que él contestaría.
Corrió hasta la sala y cogió el aparato.
―Diga.
___(Tn) lo observaba desde su sitio, no se había movido ni un centímetro pero su cuerpo había comenzado a temblar nuevamente.
Cuando Joseph se dio media vuelta y le sonrió, ___(Tn) soltó un suspiro de alivio.
―Es Wendy, quiere hablar contigo.
___(Tn) avanzó hacia él.
―Habla tranquila, que yo recojo la mesa –le susurró al oído antes de alejarse.
___(Tn) lo observó hasta que él se perdió detrás de la puerta de la cocina y por unos cuantos segundos se olvidó que Wendy la esperaba desde el otro lado de la línea.
―Wendy, ¿cómo estás?
Desde la cocina, Joseph se tranquilizó cuando escuchó que ___(Tn) había vuelto a calmarse. Era absurdo que tuviera que vivir con miedo en su propia casa; aquello tenía que terminar. Hablaría al día siguiente con Patrick para saber si había conseguido averiguar algo en el pasado de ___(Tn) que le indicara que seguir esa línea de investigación lo estaba llevando por el camino correcto para poder hallar al culpable de su pesadilla.
Cuando ___(Tn) terminó de hablar con su amiga se sintió mucho mejor, desahogarse con Wendy había sido una muy buena catarsis, casi tan efectiva como si ella hubiera estado allí, a su lado.
En la cocina, Joseph ya había ordenado todo y así se lo hizo saber.
―¿Un café? –ofreció con una sonrisa a ___(Tn) quien se había quedado sentada en el sillón de la sala pensando en la conversación que acaba de tener con su amiga.
Dudó unos segundos antes de responder.
―No, mejor no, lo que necesito esta noche es dormir.
―Como quieras.
___(Tn) se puso de pie, sabía que estaba ocupando territorio de Joseph, él dormía en aquel sillón por las noches y supo que ya era hora de marcharse a su habitación antes de que la situación se le volviera a escapar de las manos.
―Me voy a dormir… estoy agotada –añadió a modo de justificación por su pronta retirada.
Joseph no pudo ocultar su desazón por la decisión de ___(Tn) de irse a la cama sola pero no quería forzar la situación.
―Buenas noches –le dijo acercándose a ella lentamente, alzó su rostro y la miró a los ojos―. Descansa.
___(Tn) se quedó petrificada, esperando quizá un beso o algo más pero Joseph lo único que hizo fue acariciar una de sus mejillas y dedicarle una sonrisa. ___(Tn) nunca hubiera imaginado que el Joseph Jonas que ella había conocido podría comportarse de aquella manera, como todo un caballero, con dulzura y delicadeza. Estuvo a punto de decirle algo pero prefirió callar.
―Gracias, tú también –dijo en cambio devolviéndole la sonrisa antes de retirarse y perderse tras la puerta de su habitación.
Esa noche ninguno de los dos pudo pegar un ojo, eran demasiado conscientes de la cercanía del otro y del deseo que minaba cada rincón de sus cuerpos, pero sobre todo estaban presos del recuerdo de haber estado juntos y de la firme promesa de un nuevo encuentro.
A la mañana siguiente, ___(Tn) se despertó con una resolución en mente; regresaría al trabajo, ya se había tomado un par de días y consideraba que eran suficientes. La campaña publicitaria no podía retrasarse más porque solo significaba una importante pérdida de tiempo y dinero, no solo para Impact sino para la empresa de Nicholas Gauguier.
Abandonó la habitación envuelta en su bata de felpa y se sorprendió cuando no vio a Joseph por ningún lado. No estaba durmiendo en su sillón y tampoco estaba en la cocina preparando el desayuno. Echó un vistazo al reloj de la pared, todavía no eran las nueve de la mañana.
¿Dónde se habría metido?
Entró en la cocina y puso a calentar el agua, cuando se dio vuelta encontró un papel doblado justo en medio de la mesa. Se acercó y lo leyó.
___(Tn), tuve que salir por algo importante. No te muevas de la casa hasta que no regrese… Buenos días, preciosa.
Joseph.
___(Tn) se estremeció, el «buenos días, preciosa» de Joseph retumbó en su mente sin cesar mientras se preparaba el café y untaba una tostada con mermelada de naranjas.
Lo esperaría hasta que volviera, luego le anunciaría que esa mañana volvía con su rutina habitual. ¡Al demonio con su maldito acechador!
Joseph entró en la oficina de Patrick Cooldrige y se vio invadido por la nostalgia. Hacía tiempo que no pisaba aquel lugar en donde había pasado los mejores años de su vida hasta que una gruesa diferencia con el dueño de la agencia de detectives lo había obligado a marcharse. Lo recibió la simpática Dolores con una sonrisa.
―¡Joseph Jonas, dichosos los ojos! –salió de detrás de su escritorio y le dio un abrazo.
Joseph la alzó en el aire como solía hacerlo y por un segundo parecía que el tiempo había vuelto atrás.
―¡Dolores, mi secretaria favorita!
―¡Soy la única en este lugar! –le reprochó ella fingiendo enojo―. ¿Qué te trae por aquí? Hace tiempo que no vienes…
―Seis meses para ser exactos.
La diminuta y risueña mujer sonrió con amargura.
―Nunca pensé que te irías, tú y Patrick hacían muy buena pareja.
―Sabes que fue por razones de fuerza mayor –comentó él evadiendo el tema. Recordar que había sido despedido porque no le había hecho caso a la novia de su jefe había sido un golpe demasiado duro. La mujercita se le había tirado encima y cuando él se negó a tener algo con ella, la muy zorra se encargó de hacérsela pagar y le quitó lo único sólido que tenía en su vida en ese momento; un trabajo que le gustaba y que le brindaba la satisfacción de saber que la promesa que había hecho había sido cumplida.
Patrick Cooldrige entró en la agencia en ese momento y lo invitó a pasar a su oficina. Por la expresión en el rostro de su ex colega, Joseph supo que él sí había conseguido investigar algo en el pasado de ___(Tn).
―¿Y bien? –le preguntó ni bien pusieron un pie dentro de la oficina de Patrick.
―Joseph he hecho algunas averiguaciones sobre la muchacha… ¿por qué no me dijiste que tú y ella vienen del mismo lugar?
Las palabras de Patrick dejaron a Joseph completamente confundido.
―¿Qué dices?
―___(Tn) nació en el mismo pueblo que tú, Loockwood.
Joseph tuvo que sentarse; no podía aún digerir que ___(Tn) y él pudieran haberse conocido en el pasado; mucho menos aceptar que no se hubiera dado cuenta. Repitió el nombre de ___(Tn) en su cabeza varias veces, pero cuando Patrick le reveló los demás datos que había investigado comprendió quién era ella realmente.
―___(Tn), la puritana –dijo en un susurro, completamente avergonzado por sus años de secundaria y el sufrimiento que le había ocasionado con sus burlas.
―¿Cómo dices?
Joseph miró a Patrick pero no dijo nada, seguía demasiado conmocionado por la noticia.
―¿No te acordabas de ella?
Joseph negó con la cabeza. Había tratado de olvidar aquella etapa de su vida porque no le agradaba en lo absoluto y al hacerlo había enterrado el nombre de ___(Tn) entre sus malos recuerdos.
―¿Algo más? ¿Algo que pueda ayudarnos con el caso?
―No creo, como te dije ___(Tn) abandonó el pueblo hace diez años y vivió aquí con su madrina durante la primera época, después conoció a Kevin Hoolbrok de la agencia Impact, quien la descubrió y la lanzó al mundo de la moda.
Aquella parte de la vida de ___(Tn) ya la conocía, se había convertido en una de las modelos más cotizadas de Londres y era la consentida de la agencia; lo que nunca se hubiera imaginado era que fuese la misma muchacha sosa y recatada que él se había encargado de martirizar durante la secundaria.
Ahora comprendía su rechazo apenas le vio, ella sí recordaba perfectamente quién era él. Se hundió en la silla, volvía a sentirse el mismo idiota miserable que era en la escuela, cuando se burlaba de ella llamándola ___(Tn), la puritana.
¿Cómo haría ahora para mirarla a los ojos y no morirse de la vergüenza?
―Joseph, ¿sucede algo?
Joseph miró a Patrick Cooldrige.
―¿Qué puedes hacer cuando te has dado cuenta de que has metido terriblemente la pata?
Patrick primero lo miró sorprendido pero cuando él le explicó toda la situación no pudo evitar reírse de la mala suerte de su ex colega.
Media hora después, Joseph se marchaba de la oficina de detectives con la única certeza de que las cosas entre ___(Tn) y él cambiarían para siempre a partir de ese momento.
No podía huir de Joseph, mucho menos de lo que sentía. Y podía percibir que él sospechaba algo, no había pronunciado palabra durante todo el viaje, solo de vez en cuando le lanzaba una intensa mirada que la dejaba perturbada. Sus ojos cafés decían más que mil palabras y prometían el más delicioso de los placeres.
Debatiéndose entre lo que debía y lo que quería, ___(Tn) entró en la cocina y bebió un vaso de agua fría que rodó por su garganta seca brindándole un poco de alivio.
Cuando se giró sobre sus talones descubrió a Joseph recostado contra el marco de la puerta mirándola fijamente, estudiando cada reacción suya, esperando el momento oportuno para derribar nuevamente la barrera que había construido para mantener a salvo de él.
―¿Tienes hambre?
___(Tn) trató de adivinar la verdadera intención de aquella pregunta pero cuando Joseph se dirigió a la nevera para ver que podía preparar no pudo evitar sentirse un poco desilusionada.
Una sonrisita de triunfo, que ___(Tn) no alcanzó a ver se dibujó en el rostro de Joseph mientras husmeaba en busca de algo para cenar. Tenía a ___(Tn) justo donde la quería, ahora solo trataría de jugar un poco con ella, dilatando el instante en que la hiciera suya por fin, enterrándose en aquel cuerpo que adoraba y deseaba.
―¿Espagueti o pizza? –preguntó sacando la cabeza de la nevera y mirándola divertido.
―Me da lo mismo –respondió ella hechizada por el café de sus ojos.
―Creo que un poco de pasta nos sentará estupendamente –sacó un recipiente que contenía una buena cantidad de espagueti aderezado con salsa boloñesa. Lo colocó luego dentro del horno de microondas y le pidió a ___(Tn) si podía poner la mesa.
Ella obedeció, cualquier cosa con tal de alejarse de él al menos unos cuantos minutos. Cuando hubo terminado, él llegó con la fuente cargada de pasta y una sonrisa encantadora estampada en el rostro.
―Bon appetit –dijo él imitando el acento del francés.
___(Tn) percibió el tono burlón que usó Joseph haciendo alusión a Nicholas Gauguier.
Joseph le sirvió una generosa porción y tras servirse a sí mismo sirvió vino blanco en las copas.
―Prefiero beber agua –dijo ___(Tn) levantándose para buscar una botella en la nevera.
Joseph no dijo nada, era más que evidente que ella temía volver a caer en los efectos traicioneros del alcohol. Sonrió para sí, le daría tiempo, el necesario para que se habituara al hecho de que acabaría en su cama a como diera lugar. Era algo tan tangible como el aroma a pasta que inundaba la cocina.
―¿No te ha vuelto a llamar el francés? –preguntó Joseph apenas ___(Tn) regresó a la mesa con una botella de agua mineral en mano.
___(Tn) tardó unos segundos en responder.
―No, cuando nos despedimos anoche me dijo que la había pasado muy bien conmigo…
―No lo dudo –se apresuró a decir él―. Pero creo que tú la pasaste mucho mejor que él.
Le dijo aquello último con toda la intención de incomodarla y de recordarle como se había derretido entre sus brazos. ___(Tn) tragó saliva, no sabía si estaba preparada para tener aquella conversación cargada de doble sentido. Temía que Joseph terminara por descubrir lo que ella sentía por él.
―La pasé bien… punto –respondió ella tajante.
Joseph bebió un poco de vino, la observó a través del cristal de su copa; ___(Tn) se había sonrojado y eso lo excitaba aún más. Estiró su brazo derecho por encima de la mesa y rozó los dedos femeninos con delicadeza.
―___(Tn)… no hay necesidad de fingir, somos dos personas adultas, sabemos lo que queremos… lo que deseamos –abrió la mano de ___(Tn) con la suya y dibujó pequeños círculos en la palma tibia.
___(Tn) trató de concentrarse en lo que quería decirle pero aquel simple contacto no se lo permitía, parecía que el roce de los dedos de Joseph en su mano enviaba señales de alerta al resto de su cuerpo. Se dio cuenta que ya nunca más podría ser inmune al toque de aquel hombre; Joseph Jonas ejercía un magnetismo imposible de manejar y ella se sentía completamente perdida.
―Yo… lo que sucedió anoche…
―Lo que sucedió anoche fue maravilloso, como fue maravilloso lo que pasó sobre esa mesada –dijo señalando el mueble donde habían tenido su primer encuentro.
Aquel comentario solo logró inquietar a ___(Tn), el asunto del video y de saberse espiada y expuesta a la locura de un completo desconocido estaba aniquilando sus nervios lentamente.
Joseph se dio cuenta que había dicho algo que ella no quería oír.
―___(Tn), lo siento… no fue mi intención mencionarlo…
―No te preocupes, de todos modos es algo que no puedo quitar de mi mente en ningún momento del día –respondió ella mirando hacia la ventana en donde su intimidad había sido violada. Sin poder evitarlo se puso de pie y caminó hacia la mesada. La ventana estaba abierta, no tenía cortinas, lo que aventajaba a quien quisiera espiar desde el exterior.
Echó un vistazo al edificio ubicado frente a la casa; sabía que había muchos departamentos que estaban deshabitados.
―Scotland Yard ya está investigando a los inquilinos –comentó Joseph adivinando sus pensamientos.
―No creo que den con él tan fácilmente; supongo que ni siquiera vive allí –juntó ambas manos y comenzó a temblar―. Sabe dónde encontrarme; ¿qué le impide acercarse a mí y hacer conmigo lo que quiera?
Joseph se puso de pie, se colocó a su lado y apretó sus temblorosas manos.
―Yo –le dijo intentando brindarle seguridad―. Mientras yo esté a tu lado nada malo te pasará.
___(Tn) lo miró directamente a los ojos.
―¿Me lo prometes?
―Te lo prometo.
Y entonces ella dejó que Joseph la abrazara; necesitaba que sus brazos fuertes la protegieran en aquel momento y saber que podía contar con él le dio un poco de sosiego a su corazón.
Joseph respiró hondo mientras el pequeño cuerpo de ___(Tn) se pegaba al suyo buscando apoyo. Acarició su dorada cabellera con ternura y depositó un beso en la coronilla. Se sentía bien tenerla así, entre los brazos, trasmitiéndole el calor de su cuerpo, el perfume dulce de su piel. Podía quedarse así por horas y sin pensar en hacer nada pecaminoso con ella a pesar de que la deseaba con locura. La apartó un poco para mirarla directamente a los ojos.
―¿Estás mejor?
___(Tn) asintió con un leve movimiento de cabeza y cuando volvió a apoyar su rostro en el pecho masculino, Joseph no opuso resistencia alguna.
Se quedaron allí, abrazado uno al otro, por un largo rato. Parecía que ninguno de los dos quería romper la magia que se había creado entre ellos diciendo o haciendo algo indebido.
Pero cuando el teléfono de la sala sonó, ___(Tn) se apartó de inmediato. Joseph notó el terror en sus ojos y decidió que él contestaría.
Corrió hasta la sala y cogió el aparato.
―Diga.
___(Tn) lo observaba desde su sitio, no se había movido ni un centímetro pero su cuerpo había comenzado a temblar nuevamente.
Cuando Joseph se dio media vuelta y le sonrió, ___(Tn) soltó un suspiro de alivio.
―Es Wendy, quiere hablar contigo.
___(Tn) avanzó hacia él.
―Habla tranquila, que yo recojo la mesa –le susurró al oído antes de alejarse.
___(Tn) lo observó hasta que él se perdió detrás de la puerta de la cocina y por unos cuantos segundos se olvidó que Wendy la esperaba desde el otro lado de la línea.
―Wendy, ¿cómo estás?
Desde la cocina, Joseph se tranquilizó cuando escuchó que ___(Tn) había vuelto a calmarse. Era absurdo que tuviera que vivir con miedo en su propia casa; aquello tenía que terminar. Hablaría al día siguiente con Patrick para saber si había conseguido averiguar algo en el pasado de ___(Tn) que le indicara que seguir esa línea de investigación lo estaba llevando por el camino correcto para poder hallar al culpable de su pesadilla.
(¸.•´¸♥➷♥¸.•´♥¸.•´♥¸.•*¨)♥.•*¨)
Cuando ___(Tn) terminó de hablar con su amiga se sintió mucho mejor, desahogarse con Wendy había sido una muy buena catarsis, casi tan efectiva como si ella hubiera estado allí, a su lado.
En la cocina, Joseph ya había ordenado todo y así se lo hizo saber.
―¿Un café? –ofreció con una sonrisa a ___(Tn) quien se había quedado sentada en el sillón de la sala pensando en la conversación que acaba de tener con su amiga.
Dudó unos segundos antes de responder.
―No, mejor no, lo que necesito esta noche es dormir.
―Como quieras.
___(Tn) se puso de pie, sabía que estaba ocupando territorio de Joseph, él dormía en aquel sillón por las noches y supo que ya era hora de marcharse a su habitación antes de que la situación se le volviera a escapar de las manos.
―Me voy a dormir… estoy agotada –añadió a modo de justificación por su pronta retirada.
Joseph no pudo ocultar su desazón por la decisión de ___(Tn) de irse a la cama sola pero no quería forzar la situación.
―Buenas noches –le dijo acercándose a ella lentamente, alzó su rostro y la miró a los ojos―. Descansa.
___(Tn) se quedó petrificada, esperando quizá un beso o algo más pero Joseph lo único que hizo fue acariciar una de sus mejillas y dedicarle una sonrisa. ___(Tn) nunca hubiera imaginado que el Joseph Jonas que ella había conocido podría comportarse de aquella manera, como todo un caballero, con dulzura y delicadeza. Estuvo a punto de decirle algo pero prefirió callar.
―Gracias, tú también –dijo en cambio devolviéndole la sonrisa antes de retirarse y perderse tras la puerta de su habitación.
Esa noche ninguno de los dos pudo pegar un ojo, eran demasiado conscientes de la cercanía del otro y del deseo que minaba cada rincón de sus cuerpos, pero sobre todo estaban presos del recuerdo de haber estado juntos y de la firme promesa de un nuevo encuentro.
A la mañana siguiente, ___(Tn) se despertó con una resolución en mente; regresaría al trabajo, ya se había tomado un par de días y consideraba que eran suficientes. La campaña publicitaria no podía retrasarse más porque solo significaba una importante pérdida de tiempo y dinero, no solo para Impact sino para la empresa de Nicholas Gauguier.
Abandonó la habitación envuelta en su bata de felpa y se sorprendió cuando no vio a Joseph por ningún lado. No estaba durmiendo en su sillón y tampoco estaba en la cocina preparando el desayuno. Echó un vistazo al reloj de la pared, todavía no eran las nueve de la mañana.
¿Dónde se habría metido?
Entró en la cocina y puso a calentar el agua, cuando se dio vuelta encontró un papel doblado justo en medio de la mesa. Se acercó y lo leyó.
___(Tn), tuve que salir por algo importante. No te muevas de la casa hasta que no regrese… Buenos días, preciosa.
Joseph.
___(Tn) se estremeció, el «buenos días, preciosa» de Joseph retumbó en su mente sin cesar mientras se preparaba el café y untaba una tostada con mermelada de naranjas.
Lo esperaría hasta que volviera, luego le anunciaría que esa mañana volvía con su rutina habitual. ¡Al demonio con su maldito acechador!
(¸.•´¸♥➷♥¸.•´♥¸.•´♥¸.•*¨)♥.•*¨)
Joseph entró en la oficina de Patrick Cooldrige y se vio invadido por la nostalgia. Hacía tiempo que no pisaba aquel lugar en donde había pasado los mejores años de su vida hasta que una gruesa diferencia con el dueño de la agencia de detectives lo había obligado a marcharse. Lo recibió la simpática Dolores con una sonrisa.
―¡Joseph Jonas, dichosos los ojos! –salió de detrás de su escritorio y le dio un abrazo.
Joseph la alzó en el aire como solía hacerlo y por un segundo parecía que el tiempo había vuelto atrás.
―¡Dolores, mi secretaria favorita!
―¡Soy la única en este lugar! –le reprochó ella fingiendo enojo―. ¿Qué te trae por aquí? Hace tiempo que no vienes…
―Seis meses para ser exactos.
La diminuta y risueña mujer sonrió con amargura.
―Nunca pensé que te irías, tú y Patrick hacían muy buena pareja.
―Sabes que fue por razones de fuerza mayor –comentó él evadiendo el tema. Recordar que había sido despedido porque no le había hecho caso a la novia de su jefe había sido un golpe demasiado duro. La mujercita se le había tirado encima y cuando él se negó a tener algo con ella, la muy zorra se encargó de hacérsela pagar y le quitó lo único sólido que tenía en su vida en ese momento; un trabajo que le gustaba y que le brindaba la satisfacción de saber que la promesa que había hecho había sido cumplida.
Patrick Cooldrige entró en la agencia en ese momento y lo invitó a pasar a su oficina. Por la expresión en el rostro de su ex colega, Joseph supo que él sí había conseguido investigar algo en el pasado de ___(Tn).
―¿Y bien? –le preguntó ni bien pusieron un pie dentro de la oficina de Patrick.
―Joseph he hecho algunas averiguaciones sobre la muchacha… ¿por qué no me dijiste que tú y ella vienen del mismo lugar?
Las palabras de Patrick dejaron a Joseph completamente confundido.
―¿Qué dices?
―___(Tn) nació en el mismo pueblo que tú, Loockwood.
Joseph tuvo que sentarse; no podía aún digerir que ___(Tn) y él pudieran haberse conocido en el pasado; mucho menos aceptar que no se hubiera dado cuenta. Repitió el nombre de ___(Tn) en su cabeza varias veces, pero cuando Patrick le reveló los demás datos que había investigado comprendió quién era ella realmente.
―___(Tn), la puritana –dijo en un susurro, completamente avergonzado por sus años de secundaria y el sufrimiento que le había ocasionado con sus burlas.
―¿Cómo dices?
Joseph miró a Patrick pero no dijo nada, seguía demasiado conmocionado por la noticia.
―¿No te acordabas de ella?
Joseph negó con la cabeza. Había tratado de olvidar aquella etapa de su vida porque no le agradaba en lo absoluto y al hacerlo había enterrado el nombre de ___(Tn) entre sus malos recuerdos.
―¿Algo más? ¿Algo que pueda ayudarnos con el caso?
―No creo, como te dije ___(Tn) abandonó el pueblo hace diez años y vivió aquí con su madrina durante la primera época, después conoció a Kevin Hoolbrok de la agencia Impact, quien la descubrió y la lanzó al mundo de la moda.
Aquella parte de la vida de ___(Tn) ya la conocía, se había convertido en una de las modelos más cotizadas de Londres y era la consentida de la agencia; lo que nunca se hubiera imaginado era que fuese la misma muchacha sosa y recatada que él se había encargado de martirizar durante la secundaria.
Ahora comprendía su rechazo apenas le vio, ella sí recordaba perfectamente quién era él. Se hundió en la silla, volvía a sentirse el mismo idiota miserable que era en la escuela, cuando se burlaba de ella llamándola ___(Tn), la puritana.
¿Cómo haría ahora para mirarla a los ojos y no morirse de la vergüenza?
―Joseph, ¿sucede algo?
Joseph miró a Patrick Cooldrige.
―¿Qué puedes hacer cuando te has dado cuenta de que has metido terriblemente la pata?
Patrick primero lo miró sorprendido pero cuando él le explicó toda la situación no pudo evitar reírse de la mala suerte de su ex colega.
Media hora después, Joseph se marchaba de la oficina de detectives con la única certeza de que las cosas entre ___(Tn) y él cambiarían para siempre a partir de ese momento.
Karely Jonatika
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
CAPITULO 17
Joseph entró a la casa de ___(Tn) y se sorprendió encontrarla dispuesta a salir.
―Quiero que me lleves a la agencia, no tiene caso que siga aquí encerrada, debo regresar al trabajo –le anunció mientras revisaba su bolso y se cercioraba de que no olvidaba nada. Levantó la cabeza cuando no recibió respuesta―. ¿Has oído lo que te he dicho?
Joseph la miró contrariado.
―Sí… sí –titubeó.
___(Tn) frunció el ceño, notó de inmediato que Joseph evitaba mirarla directamente a los ojos y actuaba con evidente nerviosismo.
―¿Qué pasa? Te noto raro –comentó ella pasando por su lado para salir de la casa.
Joseph la siguió, observó detenidamente su trasero enfundado en unos ajustados pantalones vaqueros y se preguntó dónde había ido a parar la jovencita que solo llevaba largas faldas y blusas cerradas hasta el cuello.
Tomó una resolución.
No le diría a __(Tn) que ya sabía quién era ella, no se sentía con el valor de decírselo sin sentirse un completo patán. No merecía perdón por su actitud de adolescente rebelde, mucho menos el perdón de quien había sido su principal víctima.
El trayecto hasta la agencia se hizo en silencio; de vez en cuando Joseph la miraba de soslayo, tratando de hallar en ella algún vestigio de quien había sido antes pero no lo halló. ___(Tn) había cambiado su apariencia totalmente, dejando escondida su imagen de puritana bajo una delicada capa de maquillaje y ropa pegada a su cuerpo. Parecía que ___(Tn) había decidido dejar atrás aquella etapa de su vida que sin dudas había sido dolorosa para ella y ahora, inesperadamente, su verdugo reaparecía.
___(Tn) tenía todo el derecho de repudiarlo pero Joseph sabía que no era repudio lo que la rubia sentía por él, no cuando había encendido como llamarada entre sus brazos. Ella deseaba a quien había odiado durante tanto tiempo y él había ignorado quien era ella.
Habían comenzado muy mal y muy en el fondo anhelaba que las cosas entre ambos acabaran bien; le gustaba la muchacha y aunque le costara reconocerlo despertaba en él sentimientos que nunca creyó poder experimentar. No era solo pasión o lujuria, ___(Tn) le inspiraba ternura; su fragilidad lo invitaba a querer protegerla, a querer estar a su lado toda la vida.
Toda la vida.
Eso era demasiado tiempo, sin embargo, la idea le fascinaba.
Llegaron a Impact a media mañana; para el beneplácito de Kevin que adoraba tener a su modelo estrella de regreso al trabajo. Le anunció que apenas Sean se desocupara continuarían con la sesión de fotos para la campaña publicitaria que dirigía Nicholas Gauguier.
Joseph no pudo evitar sentirse celoso al escuchar nombrar al francés, desde la cita en el restaurante, ___(Tn) no había vuelto a hablar con él pero Joseph sabía que el sujeto estaba interesado en ella e insistiría por acercársele.
Mientras esperaba en el pasillo por ___(Tn), quien se encontraba bajo las manos expertas de su maquilladora, Joseph se fumó un cigarrillo.
―Detesto a los hombres que fuman pero creo que contigo haría una excepción –dijo una voz ronca femenina a sus espaldas.
Joseph se dio vuelta y se topó con una morena que debía medir al menos 1,70 de estatura y que llevaba una camisa tan ajustada que sus pechos parecían dos flotadores a punto de salirse de su sitio.
―Me llamo Yamile –dijo estirando su brazo, esperando que él cogiera su mano.
Joseph lo hizo y fue sorprendido por la mujer quien la apretó descaradamente, midiendo su fuerza.
―Joseph, mi nombre es Joseph.
―Sé quién eres, guapo, el guardaespaldas de ___(Tn) Gibson –se acercó más a él y le sonrió seductoramente―. ¡Ya quisiera yo que un loco me persiga para tener a alguien como tú todo el día detrás de mí!
Joseph no era de la clase de hombres que se sonrojaba ante los piropos de una mujer pero aquella morena lograba incomodarlo.
―Yo estoy realizando una campaña de ropa interior –le anunció abriéndose la camisa para enseñarle sin pudor el sujetador de encaje rojo que llevaba.
Una sombra se recortó contra la pared del pasillo.
―___(Tn), estaba conversando con tu chico –dijo la atrevida modelo con una sonrisa de oreja a oreja.
Joseph se dio vuelta de un sopetón, allí estaba ___(Tn) observándolo seriamente vestida solamente con una bata de seda negra.
―No es «mí» chico –aclaró ___(Tn) incapaz de esconder sus celos.
―Bueno, tu guardaespaldas… tu guapo guardaespaldas –añadió la modelo paseando sus enormes ojos verdes por el cuerpo de Joseph quien continuaba sin pronunciar palabra.
―Si quieres te lo regalo –soltó ___(Tn) mirando primero a Yamile y luego a Joseph―. Cuando no lo necesite más te lo puedes quedar.
Joseph se sintió en ese momento como un trofeo en disputa y lejos de sentirse halagado, la situación lo contrariaba. Era bueno saber que ___(Tn) sentía celos de la morena pero que ella dijera que cuando no lo necesitara más se lo podía quedar, eso no le agradaba en lo más mínimo. Él no pretendía alejarse de ella una vez que atraparan a su acechador, la verdad era que ya nunca podría dejarla.
Sean apareció y se llevó a ___(Tn) casi a rastras hacia el set de fotografía dejando a Joseph en las garras de Yamile.
―Parece que nos quedamos solos nuevamente –dijo ella insinuándose contra su cuerpo.
Joseph le sonrió amablemente.
―Si me disculpas…
Y la dejó con las ganas de saber más de él al marcharse detrás de ___(Tn) y el apremiado fotógrafo.
Cuando llegó al sitio en donde ___(Tn) continuaba con su sesión de fotos, Joseph no pudo menos que emocionarse. Se había armado una habitación en el set, una gran cama cubierta por una colcha que imitaba la piel de un tigre estaba ubicada justo en el centro. Un gran espejo colgaba de la pared de enfrente y Sheena, la asistente de Sean revisaba que todo estuviera en su sitio.
Un par de minutos después, ___(Tn) entró en el escenario, la bata que llevaba se pegaba a su cuerpo y Joseph tuvo recuerdos vividos de lo sucedido entre ambos.
Ella alzó la cabeza y lo divisó en un rincón. Joseph se dio cuenta que ___(Tn) estaba enfadada con él, seguramente por su encuentro con la morena.
―___(Tn), preciosa, recuéstate sobre la cama –ordenó Sean amablemente.
Joseph sabía que la campaña que estaba realizando ___(Tn) era de unas esencias corporales por eso le extraño que aquella sesión de fotos se realizara con ella recostada en una cama. Observó con atención toda la situación, había varios hombres en el lugar, todos pendientes de lo que estaba a punto de suceder. Joseph intentó entrar en alerta, el acechador podía estar mezclado entre ellos, pero sus ojos se desviaban continuamente a la silueta femenina que yacía tendida en la cama, boca arriba y con los brazos por encima de la cabeza, según indicaciones de Sean.
La bata de seda se había abierto, mostrando los muslos de ___(Tn).
―Así, pon tu mano derecha sobre el nudo de la bata –ordenó Sean mientras no dejaba de tomar fotografías.
Luego le indicó que se sentara lentamente y cogiera el frasquito de cristal que descansaba a un lado y Joseph supuso, contenía la famosa esencia corporal. Ni siquiera le prestó atención al objeto que ___(Tn) sostenía en su mano, su mirada estaba clavada en ella y cuando siguió las nuevas directivas de Sean de recostarse nuevamente para oler el producto y su bata reveló uno de sus senos casi en su totalidad, su cuerpo reaccionó de inmediato.
Joseph también notó que el fotógrafo, además de hacer su trabajo disfrutaba de la vista que su lente privilegiada estaba captando.
Él tomaba fotos en completo silencio. ___(Tn) se movía siguiendo las indicaciones que le daba con la mano y Joseph supo en ese momento que el tal Sean estaba embelesado con la belleza de ___(Tn). Parecía que aquella toma, era solo para su regocijo personal; para poder contemplar la sensualidad de ___(Tn) en todo su esplendor. «No es para menos», pensó Joseph, pero descubrir aquello, lo inquietó mucho.
Sean estaba cerca de ella, conocía su rutina y tenía acceso a la agencia; como si fuera poco estaba embobado con ___(Tn).
Los instintos de Joseph entraron en alerta a pesar de que la dureza dentro de sus pantalones no le permitía pensar con facilidad.
Sean Pellicier se había convertido en ese momento en el sospechoso número uno en su lista.
Tras una extenuante sesión de fotos, ___(Tn) se encerró en su camerino para disfrutar de un poco de soledad; habían sido casi tres horas de completa exposición porque a Sean se le había ocurrido repetir las tomas más de una vez. ___(Tn) estaba acostumbrada a tales vicisitudes en su trabajo como modelo pero últimamente la estaban agotando tanto física como mentalmente. Como si fuera poco tenía que lidiar con la constante presencia de Joseph Jonas y con lo que él representaba ahora en su vida.
Dejó escapar un suspiro mientras se disponía a cambiarse de ropa. Había cometido quizá el mayor error de su vida al enamorarse de un hombre como él pero no lo podía evitar; había caído en su propia trampa al haber puesto sus ojos en quien no debía, en el hombre que había odiado durante tantos años.
¿Por qué el destino se burlaba de ella de aquella manera? Habría sido todo más sencillo si Joseph Jonas nunca hubiera reaparecido en su vida. Lanzó un par de improperios cuando su bolso fue a parar al suelo en un momento de distracción, se agachó y la puerta se abrió.
Yamile entró contoneándose descaradamente y mostrando una estúpida sonrisa triunfadora en su rostro.
―___(Tn), querida, ¿te molestaría si invito a tu chico a cenar esta noche?
___(Tn) trató de contenerse y la miró. Una sonrisa tan falsa como los pechos de la morena se dibujó en su rostro.
―Ya te he dicho que no es mi chico, puedes hacer lo que quieras con él.
Yamile se le acercó y le dio un fugaz abrazo.
―¡Gracias, ya mismo lo buscaré! –fue hasta la puerta y antes de salir de dio media vuelta―. ¡Ah!… y no te preocupes si esta noche no llega a dormir.
___(Tn) reprimió el impulso de arrojar su fino bolso a la mujer y apretó con fuerza los dientes. Respiró profundo durante unos cuantos segundos, terminó de vestirse y miró su reloj. Faltaban quince minutos para las seis, seguramente Joseph la estaría esperando para llevarla a la casa. No le sorprendería si él le anunciaba que esa noche tenía una cita. Rumiando su rabia abandonó el camerino y salió en su búsqueda.
Lo encontró en la recepción charlando animadamente con Kevin; mientras se acercaba los observaba a ambos simuladamente y se preguntó por qué demonios no se había fijado en alguien como Kevin, un hombre exitoso, agradable, simpático y guapo dentro de su estilo; pero no, ella, la muy necia tenía que derretirse por el único hombre que debía aborrecer.
Se acercó a ellos y sonrió casi por compromiso porque no tenía ánimos de nada, solo de llegar a su casa, meterse en su cama y no despertar hasta la mañana siguiente.
―¿Cansada? –preguntó Kevin sonriéndole con cariño.
―Un poco –respondió.
―¿Lista para irte a casa? –Intervino Joseph impaciente de estar a solas con ella después de haberla compartido con tantas personas durante toda la tarde.
___(Tn) asintió sin pronunciar palabra.
―Me ha dicho Sean que has estado estupenda en la sesión de fotos –comentó Kevin feliz por el regreso de su modelo estrella.
―Volver al trabajo era algo que necesitaba.
―Sin dudas, cariño –le puso una mano en la cintura, se acercó y le dio un beso en la mejilla―. Nos vemos mañana, descansa.
___(Tn) sonrió a su jefe y amigo y se quedó observándolo hasta que se perdió tras la puerta de su oficina, cuando se giró se topó con los ojos cafés de Joseph que la miraban intensamente.
―¿Nos vamos?
___(Tn) esperaba que de algún modo a otro, Joseph le comentara que esa noche tenía una cita con la descarada de Yamile pero su silencio la tenía un poco contrariada. Durante el viaje en auto, tampoco le comentó nada al respecto, ¿acaso pensaba hacerlo cuando llegaran a casa o simplemente saldría sin siquiera contárselo? Ésta última posibilidad hizo que se pusiera más intranquila aún; el hecho de que Joseph Jonas saliera con otra mujer le molestaba pero más le molestaba que él ni siquiera se lo comunicase.
Al llegar a la casa, ___(Tn) arrojó su bolso encima del sofá de la sala y anunció:
―Iré a darme una ducha… si tienes que salir, puedes hacerlo –lo miró atentamente, estudiando la reacción ante las palabras que acababa de soltar casi por casualidad.
Joseph se llevó ambas manos a los bolsillos de sus ajustados pantalones vaqueros y meció su esbelta anatomía hacia delante y hacia atrás antes de responderle.
―No voy a salir… tuve una invitación –confesó―, sumamente tentadora pero preferí quedarme aquí… contigo.
___(Tn) sentía como su corazón comenzaba a latir con fuerza dentro de su pecho, tenía ganas de saltar de alegría. Joseph había rechazado la sugerente invitación de la odiosa de Yamile para quedarse con ella… era demasiado bueno para ser verdad.
―No quiero que por mi culpa dejes tu vida social de lado –respondió ella tratando de restarle importancia al asunto.
―Mi trabajo es cuidarte y estar a tu lado, ___(Tn) –avanzó unos pasos hasta quedar a tan solo unos pocos centímetros de ella―. Además, nada me agrada más que tu compañía…
___(Tn) supo que tenía que escapar en ese momento y la excusa de darse un baño fue perfecta.
―¡Regreso en unos minutos! –dijo dejándolo solo en medio de la sala.
Joseph rió percibiendo la ansiedad de ___(Tn) casi por instinto; esa noche finalmente sería suya y le confesaría que ya sabía la verdad sobre quién era ella. Jugaría su última carta y haría hasta lo imposible por ganarse su perdón y su corazón.
―Quiero que me lleves a la agencia, no tiene caso que siga aquí encerrada, debo regresar al trabajo –le anunció mientras revisaba su bolso y se cercioraba de que no olvidaba nada. Levantó la cabeza cuando no recibió respuesta―. ¿Has oído lo que te he dicho?
Joseph la miró contrariado.
―Sí… sí –titubeó.
___(Tn) frunció el ceño, notó de inmediato que Joseph evitaba mirarla directamente a los ojos y actuaba con evidente nerviosismo.
―¿Qué pasa? Te noto raro –comentó ella pasando por su lado para salir de la casa.
Joseph la siguió, observó detenidamente su trasero enfundado en unos ajustados pantalones vaqueros y se preguntó dónde había ido a parar la jovencita que solo llevaba largas faldas y blusas cerradas hasta el cuello.
Tomó una resolución.
No le diría a __(Tn) que ya sabía quién era ella, no se sentía con el valor de decírselo sin sentirse un completo patán. No merecía perdón por su actitud de adolescente rebelde, mucho menos el perdón de quien había sido su principal víctima.
El trayecto hasta la agencia se hizo en silencio; de vez en cuando Joseph la miraba de soslayo, tratando de hallar en ella algún vestigio de quien había sido antes pero no lo halló. ___(Tn) había cambiado su apariencia totalmente, dejando escondida su imagen de puritana bajo una delicada capa de maquillaje y ropa pegada a su cuerpo. Parecía que ___(Tn) había decidido dejar atrás aquella etapa de su vida que sin dudas había sido dolorosa para ella y ahora, inesperadamente, su verdugo reaparecía.
___(Tn) tenía todo el derecho de repudiarlo pero Joseph sabía que no era repudio lo que la rubia sentía por él, no cuando había encendido como llamarada entre sus brazos. Ella deseaba a quien había odiado durante tanto tiempo y él había ignorado quien era ella.
Habían comenzado muy mal y muy en el fondo anhelaba que las cosas entre ambos acabaran bien; le gustaba la muchacha y aunque le costara reconocerlo despertaba en él sentimientos que nunca creyó poder experimentar. No era solo pasión o lujuria, ___(Tn) le inspiraba ternura; su fragilidad lo invitaba a querer protegerla, a querer estar a su lado toda la vida.
Toda la vida.
Eso era demasiado tiempo, sin embargo, la idea le fascinaba.
Llegaron a Impact a media mañana; para el beneplácito de Kevin que adoraba tener a su modelo estrella de regreso al trabajo. Le anunció que apenas Sean se desocupara continuarían con la sesión de fotos para la campaña publicitaria que dirigía Nicholas Gauguier.
Joseph no pudo evitar sentirse celoso al escuchar nombrar al francés, desde la cita en el restaurante, ___(Tn) no había vuelto a hablar con él pero Joseph sabía que el sujeto estaba interesado en ella e insistiría por acercársele.
Mientras esperaba en el pasillo por ___(Tn), quien se encontraba bajo las manos expertas de su maquilladora, Joseph se fumó un cigarrillo.
―Detesto a los hombres que fuman pero creo que contigo haría una excepción –dijo una voz ronca femenina a sus espaldas.
Joseph se dio vuelta y se topó con una morena que debía medir al menos 1,70 de estatura y que llevaba una camisa tan ajustada que sus pechos parecían dos flotadores a punto de salirse de su sitio.
―Me llamo Yamile –dijo estirando su brazo, esperando que él cogiera su mano.
Joseph lo hizo y fue sorprendido por la mujer quien la apretó descaradamente, midiendo su fuerza.
―Joseph, mi nombre es Joseph.
―Sé quién eres, guapo, el guardaespaldas de ___(Tn) Gibson –se acercó más a él y le sonrió seductoramente―. ¡Ya quisiera yo que un loco me persiga para tener a alguien como tú todo el día detrás de mí!
Joseph no era de la clase de hombres que se sonrojaba ante los piropos de una mujer pero aquella morena lograba incomodarlo.
―Yo estoy realizando una campaña de ropa interior –le anunció abriéndose la camisa para enseñarle sin pudor el sujetador de encaje rojo que llevaba.
Una sombra se recortó contra la pared del pasillo.
―___(Tn), estaba conversando con tu chico –dijo la atrevida modelo con una sonrisa de oreja a oreja.
Joseph se dio vuelta de un sopetón, allí estaba ___(Tn) observándolo seriamente vestida solamente con una bata de seda negra.
―No es «mí» chico –aclaró ___(Tn) incapaz de esconder sus celos.
―Bueno, tu guardaespaldas… tu guapo guardaespaldas –añadió la modelo paseando sus enormes ojos verdes por el cuerpo de Joseph quien continuaba sin pronunciar palabra.
―Si quieres te lo regalo –soltó ___(Tn) mirando primero a Yamile y luego a Joseph―. Cuando no lo necesite más te lo puedes quedar.
Joseph se sintió en ese momento como un trofeo en disputa y lejos de sentirse halagado, la situación lo contrariaba. Era bueno saber que ___(Tn) sentía celos de la morena pero que ella dijera que cuando no lo necesitara más se lo podía quedar, eso no le agradaba en lo más mínimo. Él no pretendía alejarse de ella una vez que atraparan a su acechador, la verdad era que ya nunca podría dejarla.
Sean apareció y se llevó a ___(Tn) casi a rastras hacia el set de fotografía dejando a Joseph en las garras de Yamile.
―Parece que nos quedamos solos nuevamente –dijo ella insinuándose contra su cuerpo.
Joseph le sonrió amablemente.
―Si me disculpas…
Y la dejó con las ganas de saber más de él al marcharse detrás de ___(Tn) y el apremiado fotógrafo.
Cuando llegó al sitio en donde ___(Tn) continuaba con su sesión de fotos, Joseph no pudo menos que emocionarse. Se había armado una habitación en el set, una gran cama cubierta por una colcha que imitaba la piel de un tigre estaba ubicada justo en el centro. Un gran espejo colgaba de la pared de enfrente y Sheena, la asistente de Sean revisaba que todo estuviera en su sitio.
Un par de minutos después, ___(Tn) entró en el escenario, la bata que llevaba se pegaba a su cuerpo y Joseph tuvo recuerdos vividos de lo sucedido entre ambos.
Ella alzó la cabeza y lo divisó en un rincón. Joseph se dio cuenta que ___(Tn) estaba enfadada con él, seguramente por su encuentro con la morena.
―___(Tn), preciosa, recuéstate sobre la cama –ordenó Sean amablemente.
Joseph sabía que la campaña que estaba realizando ___(Tn) era de unas esencias corporales por eso le extraño que aquella sesión de fotos se realizara con ella recostada en una cama. Observó con atención toda la situación, había varios hombres en el lugar, todos pendientes de lo que estaba a punto de suceder. Joseph intentó entrar en alerta, el acechador podía estar mezclado entre ellos, pero sus ojos se desviaban continuamente a la silueta femenina que yacía tendida en la cama, boca arriba y con los brazos por encima de la cabeza, según indicaciones de Sean.
La bata de seda se había abierto, mostrando los muslos de ___(Tn).
―Así, pon tu mano derecha sobre el nudo de la bata –ordenó Sean mientras no dejaba de tomar fotografías.
Luego le indicó que se sentara lentamente y cogiera el frasquito de cristal que descansaba a un lado y Joseph supuso, contenía la famosa esencia corporal. Ni siquiera le prestó atención al objeto que ___(Tn) sostenía en su mano, su mirada estaba clavada en ella y cuando siguió las nuevas directivas de Sean de recostarse nuevamente para oler el producto y su bata reveló uno de sus senos casi en su totalidad, su cuerpo reaccionó de inmediato.
Joseph también notó que el fotógrafo, además de hacer su trabajo disfrutaba de la vista que su lente privilegiada estaba captando.
Él tomaba fotos en completo silencio. ___(Tn) se movía siguiendo las indicaciones que le daba con la mano y Joseph supo en ese momento que el tal Sean estaba embelesado con la belleza de ___(Tn). Parecía que aquella toma, era solo para su regocijo personal; para poder contemplar la sensualidad de ___(Tn) en todo su esplendor. «No es para menos», pensó Joseph, pero descubrir aquello, lo inquietó mucho.
Sean estaba cerca de ella, conocía su rutina y tenía acceso a la agencia; como si fuera poco estaba embobado con ___(Tn).
Los instintos de Joseph entraron en alerta a pesar de que la dureza dentro de sus pantalones no le permitía pensar con facilidad.
Sean Pellicier se había convertido en ese momento en el sospechoso número uno en su lista.
(¸.•´¸♥➷♥¸.•´♥¸.•´♥¸.•*¨)♥.•*¨)
Tras una extenuante sesión de fotos, ___(Tn) se encerró en su camerino para disfrutar de un poco de soledad; habían sido casi tres horas de completa exposición porque a Sean se le había ocurrido repetir las tomas más de una vez. ___(Tn) estaba acostumbrada a tales vicisitudes en su trabajo como modelo pero últimamente la estaban agotando tanto física como mentalmente. Como si fuera poco tenía que lidiar con la constante presencia de Joseph Jonas y con lo que él representaba ahora en su vida.
Dejó escapar un suspiro mientras se disponía a cambiarse de ropa. Había cometido quizá el mayor error de su vida al enamorarse de un hombre como él pero no lo podía evitar; había caído en su propia trampa al haber puesto sus ojos en quien no debía, en el hombre que había odiado durante tantos años.
¿Por qué el destino se burlaba de ella de aquella manera? Habría sido todo más sencillo si Joseph Jonas nunca hubiera reaparecido en su vida. Lanzó un par de improperios cuando su bolso fue a parar al suelo en un momento de distracción, se agachó y la puerta se abrió.
Yamile entró contoneándose descaradamente y mostrando una estúpida sonrisa triunfadora en su rostro.
―___(Tn), querida, ¿te molestaría si invito a tu chico a cenar esta noche?
___(Tn) trató de contenerse y la miró. Una sonrisa tan falsa como los pechos de la morena se dibujó en su rostro.
―Ya te he dicho que no es mi chico, puedes hacer lo que quieras con él.
Yamile se le acercó y le dio un fugaz abrazo.
―¡Gracias, ya mismo lo buscaré! –fue hasta la puerta y antes de salir de dio media vuelta―. ¡Ah!… y no te preocupes si esta noche no llega a dormir.
___(Tn) reprimió el impulso de arrojar su fino bolso a la mujer y apretó con fuerza los dientes. Respiró profundo durante unos cuantos segundos, terminó de vestirse y miró su reloj. Faltaban quince minutos para las seis, seguramente Joseph la estaría esperando para llevarla a la casa. No le sorprendería si él le anunciaba que esa noche tenía una cita. Rumiando su rabia abandonó el camerino y salió en su búsqueda.
Lo encontró en la recepción charlando animadamente con Kevin; mientras se acercaba los observaba a ambos simuladamente y se preguntó por qué demonios no se había fijado en alguien como Kevin, un hombre exitoso, agradable, simpático y guapo dentro de su estilo; pero no, ella, la muy necia tenía que derretirse por el único hombre que debía aborrecer.
Se acercó a ellos y sonrió casi por compromiso porque no tenía ánimos de nada, solo de llegar a su casa, meterse en su cama y no despertar hasta la mañana siguiente.
―¿Cansada? –preguntó Kevin sonriéndole con cariño.
―Un poco –respondió.
―¿Lista para irte a casa? –Intervino Joseph impaciente de estar a solas con ella después de haberla compartido con tantas personas durante toda la tarde.
___(Tn) asintió sin pronunciar palabra.
―Me ha dicho Sean que has estado estupenda en la sesión de fotos –comentó Kevin feliz por el regreso de su modelo estrella.
―Volver al trabajo era algo que necesitaba.
―Sin dudas, cariño –le puso una mano en la cintura, se acercó y le dio un beso en la mejilla―. Nos vemos mañana, descansa.
___(Tn) sonrió a su jefe y amigo y se quedó observándolo hasta que se perdió tras la puerta de su oficina, cuando se giró se topó con los ojos cafés de Joseph que la miraban intensamente.
―¿Nos vamos?
___(Tn) esperaba que de algún modo a otro, Joseph le comentara que esa noche tenía una cita con la descarada de Yamile pero su silencio la tenía un poco contrariada. Durante el viaje en auto, tampoco le comentó nada al respecto, ¿acaso pensaba hacerlo cuando llegaran a casa o simplemente saldría sin siquiera contárselo? Ésta última posibilidad hizo que se pusiera más intranquila aún; el hecho de que Joseph Jonas saliera con otra mujer le molestaba pero más le molestaba que él ni siquiera se lo comunicase.
Al llegar a la casa, ___(Tn) arrojó su bolso encima del sofá de la sala y anunció:
―Iré a darme una ducha… si tienes que salir, puedes hacerlo –lo miró atentamente, estudiando la reacción ante las palabras que acababa de soltar casi por casualidad.
Joseph se llevó ambas manos a los bolsillos de sus ajustados pantalones vaqueros y meció su esbelta anatomía hacia delante y hacia atrás antes de responderle.
―No voy a salir… tuve una invitación –confesó―, sumamente tentadora pero preferí quedarme aquí… contigo.
___(Tn) sentía como su corazón comenzaba a latir con fuerza dentro de su pecho, tenía ganas de saltar de alegría. Joseph había rechazado la sugerente invitación de la odiosa de Yamile para quedarse con ella… era demasiado bueno para ser verdad.
―No quiero que por mi culpa dejes tu vida social de lado –respondió ella tratando de restarle importancia al asunto.
―Mi trabajo es cuidarte y estar a tu lado, ___(Tn) –avanzó unos pasos hasta quedar a tan solo unos pocos centímetros de ella―. Además, nada me agrada más que tu compañía…
___(Tn) supo que tenía que escapar en ese momento y la excusa de darse un baño fue perfecta.
―¡Regreso en unos minutos! –dijo dejándolo solo en medio de la sala.
Joseph rió percibiendo la ansiedad de ___(Tn) casi por instinto; esa noche finalmente sería suya y le confesaría que ya sabía la verdad sobre quién era ella. Jugaría su última carta y haría hasta lo imposible por ganarse su perdón y su corazón.
ServidasC: les subo estos capitulos solamente, porque ya quedan 5 o 4 más. Ya se acerca el final. Espero sus firmas y gracias por todas las que firmaron para que subiera el maratón. Un beso. Ciao♥
Karely Jonatika
Re: "Tu Eterno Admirador" (Joe&Tú) [TERMINADA]
AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH!!! AMEEE EL MARAAATOOONNNNN!!!!!!!!...
YYYYYY
PORFAAA QUE YA LO HAGAAAAANN O SE ENFERMARAAANNN DE LOS NERVIOOOSSSS
JEJEJEJEJE
YYYYYY
PORFAAA QUE YA LO HAGAAAAANN O SE ENFERMARAAANNN DE LOS NERVIOOOSSSS
JEJEJEJEJE
chelis
Página 10 de 14. • 1 ... 6 ... 9, 10, 11, 12, 13, 14
Temas similares
» Tu eterno admirador (HARRY Y TU) :) (3er capitulo subido) (NUEVA NOVELA COMENTEN) *.* By:Stay Strong
» "AMANTE ETERNO" (NICK Y TU) [TERMINADA]
» Hoy te prometo, amor eterno. (One Direction. Zayn Malik y tú) (Semi-hot, Romántica).{TERMINADA}
» Mi admirador secreto || Resultados♥.
» mi gran admirador secreto
» "AMANTE ETERNO" (NICK Y TU) [TERMINADA]
» Hoy te prometo, amor eterno. (One Direction. Zayn Malik y tú) (Semi-hot, Romántica).{TERMINADA}
» Mi admirador secreto || Resultados♥.
» mi gran admirador secreto
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 10 de 14.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.