One Thing ~ Larry Stylinson~

Ese día simplemente no era su día. Su mejor amigo (el único) había faltado y a él se le había olvidado cargar con su móvil y su libro por andar en las prisas de tomar el autobús por la mañana. Estaba cabreado consigo mismo. Molesto, aburrido y ansioso por que las clases terminaran de una buena vez. odiaba estar solo en el salón. Todos platicaban animadamente, riendo y jugueteando entre ellos, mientras él era olvidado en un rincón de su salón. Tampoco era como si lo marginaran. Simplemente no sabía llevar una conversación, le daba algo de nervios la gente y prefería estar solo cuando no estaba su rubio amigo.

Después del descanso, decidió sacar su libreta de dibujo y garabatear sin muchos ánimos algo con su lapicero. El profesor estaba entretenido charlando de su vida como si nada más importara y a él no le pareció mala idea. 

Trazo unas lineas suaves. empezando a dibujar el contorno de un ojo siguiendo por las pestañas y la pupila. Siempre dibujaba ojos; aunque no era muy bueno si no tenia un modelo de donde sacarlo. Cuando termino de dibujar aquella parte continuo por la cejas y el cabello. Ligeros trazos que dejaban ver un flequillo. Continuo por el contorno de la mejilla y pronto había echo un rostro sin gran detalle, era algo más al estilo anime que humano. Empezó a frustrarse en como no le salia el mentón de la forma adecuada. Borro, limpio y volvió a pasar el grafito sin tener mejores resultados. Se frustro y termino arrancando el papel y hacerlo una bola de forma tosca. 

Volvió a centrarse en el papel, pero no podía dibujar nada decente. Frunció el ceño exasperado y dejo al final el lapicero sobre la libreta y suspiro. El maestro estaba acabando su relato y empezaba a retomar las clases los últimos minutos que quedaban para dar la tarea de la semana. 

Faltaban solo 45 minutos para que terminaran las clases cuando su profesora de conocimiento, que era su tutora y algo así como psicóloga llego y se sento en el centro del grupo que habían acomodado las sillas en un circulo. Su clase era la más interesante ya que trataba de temas sociales y ese curso tocaba sobre la amistad. 

—No tenemos mucho tiempo, así que, sólo les hablare de como sera el trabajo final.— Hizo un gesto con la mano para que los alumnos terminaran su quejas y preguntas.— Se de antemano que no lo harán hasta la mera hora, pero quiero que sepan que estos trabajos que valdrán el 60 por ciento de su calificación, no calificare más que esto para su ultimo examen, así que quiero que lo tomen enserio. —Hablo de forma seria y todos esperaron pacientes, incluso Harry había olvidado de nuevo su libreta y había puesto atención a la profesora que se acomodaba sus lentes.

—Para su ultimo trabajo quiero que hagan tres regalos, tiene que ser Hechos, nada de comprarlos. —Todos se quejaron a la vez. Harry garabateo un poco en el papel sin dejar de ver a la mujer.—Déjenme terminar;  No tienen que ser caros. —recalco con paciencia y una ligera sonrisa.— Los regalos deben ser para tres amigos; uno para su mejor amigo.—Niall, pensó automáticamente.—Otro para alguien que acaban de conocer,  puede ser de algunos meses—frunció el ceño sin que alguien le llegara a la mente.— y el ultimo; Alguien que quieran conocer. 

Apenas termino, el salón volvió a cobrar vida mientras las chicas planeaban que regalos dar y a quien y hacían preguntas a la profesora. El ceño del castaño no se quito, no le gustaban esos trabajos, el solo tenia a Niall en realidad, no podía pensar en alguien que valiera la pena entregarle un regalo, menos dárselo a alguien desconocido, por más curioso que fuera, no podía simplemente llegar y darle un obsequio a alguien que seguramente le rechazaría y lo viera como idiota. 

— ¿ Y si alguien no los entrega  profesora?.—Pregunto un chico moreno.

—Tienen que hacerlo o no aprobaran el curso.— Sonrió amable y el chico chasqueo la lengua sin más.—¡Oh, se me olvidaba! Primero deben exponerlos en una clase, luego podrán entregarlos, tienen que decirnos a quien va dirigido y por que ese regalo. Es realmente sencillo, así que no tienen escusa para no hacerlo.—Miro a todos y luego a su reloj. —Bueno, esta vez dejaremos la clase hasta aquí, pueden salir en orden, antes acomoden las sillas.— Pidió mientras guardaba sus cosas y veía como los chicos acomodaban rápidamente sus asientos y salían con prisa del aula. 

—Joven Styles—Murmuro cuando casi todos se habían ido y Harry tomaba su mochila y la colgaba en su hombro.— No se le olvide decirle al joven Horan que tiene una falta si no justifica y que piense en sus regalos.

—Lo haré profesora.—Dijo y salió por la puerta.

Los pasillos estaban a rebosar de alumnos, todos yendo y viniendo sin parar. Camino sin detenerse, sin mirar a nadie, sin conversar con nadie. Extrañaba a Niall y su risa estúpida que le hacía sentir menos soló. ¿Por que carajos le había abandonado?. Salió del edificio entre un montón de humo de cigarrillo y aguanto la respiración hasta verse libre del molesto olor y caminar a su parada del autobús.

Espero, camino hacia un lado, espero de nuevo. Pasaron dos autobuses que no eran de su ruta y espero una vez más. Estaba impacientándose y maldiciendo bajamente mientras veía como se subían algunas personas a sus autobuses y se iban. Pasaron cinco minutos más y por fin pudo ver el suyo, espero a que llegara y subió y fue hasta la parte trasera después de pagar y se sento a lado de la ventana sin mucho más que hacer, era un camino de casi una hora hasta su casa y empezaba a odiarse por haber olvidado su móvil y su libro. 

El vehículo arranco con un ruido molesto y él trato de relajarse en vano. No podía estar sin hacer algo, necesitaba concentrarse en algo o se estresaria. Apenas noto que el autobús se había detenido dos cuadras después de que el se subió. Giro la mirada viendo como subía nueva gente, una señora con un niño que se apresuraba a chillar por sentarse en la ventana. Una mujer rubia y delgada, un montón de adolescentes que al parecer eran de la facultad.

 No era diferente, no era algo que interesara…No hasta que algo…o  más bien; alguien llamo su atención. Era un chico que no recordaba ver. Solía recordar los rostros de las personas, sobretodo por que de forma diaria compartía el autobús con la mayoría de ella, pero ese chico de piel un tanto aperlada y  de cabellos un poco más largo del corte normal, con un flequillo acomodado hacía un lado, no lo recordaba.

Sintió extraño que no pudiera dejar de observarlo. Y es que el chico era extrañamente interesante en ese momento. Llevaba una camisa negra con una banda de rock que no reconoció y unos jeans algo flojos y doblados a la altura de los tobillos. 

Pero su visión llego hasta ahí. El chico había pasado a los asientos traseros bloqueando su vista y Harry se sintió extrañamente decepcionado. El vehículo volvió a arrancar y el de rulos volvió a mirar por la ventana, el cielo, los edificios y los otros autos. Y aveces, sin pensarlo realmente, giraba un poco y miraba de reojo al chico que iba en la otra fila a unos asientos por detrás de él.  Tenia unos lindos labios y el flequillo se movía de su lugar y el desconocido lo volvía a acomodar de forma persistente. 

Tenia que dejar de girar cada pocos minutos para verlo. Definitivamente, estaba odiando el no haber metido el libro en su mochila la noche anterior. 

Se sentía como un acosador por mirarlo tanto. Suspiro y se concentro de nuevo en la ventana. Esto se repitió durante casi todo el camino. había esperado a que el chico bajara pronto, casi nadie vivía por su hogar, así que el chico que estaba tan tranquilo mirando por la ventana debía bajar pronto. 

Paso los dedos por los cabellos y acomodo su mochila una vez más. Se acomodo perezosamente contra el cristal y dejo que el cansancio se encargara del resto. Se concentro en mirar los autos que iban y venían. Pronto se encontró llegando a la parada donde se baja. Cuando se giro, el chico ya no estaba. Automáticamente sus hombros se cayeron, aunque no entendió la razón. Tomo la mochila y bajo del autobús. Aun tenia que ir a casa y terminar sus deberes.

Al día siguiente había llegado tarde a clases. Se había desvelado viendo una serie hasta las horas de la madrugada y apenas se levanto justo para tomar una ducha rápida, tomar su mochila –metiendo el libro sin falta- y correr al autobús escuchando los gritos de su madre deseándole buen día.

Por suerte para él, el profesor aun no pasaba lista y lo dejo pasar sin más. Se sentó de forma automática alado de la ventana junto a Niall que le saludo animadamente.

El resto del día pasó de forma normal. Las clases eran aburridas como siempre, sus compañeros eran siempre tan escandalosos y bastante groseros con los maestros. Eso era algo que le desesperaba, más cuando intentaba ponerle atención a algunas clases, como historia, que si bien no era su preferida, su nuevo profesor era muy interesante y sabía explicar. 

En el descanso Niall fue insistente  en ir a comprar algo de pizza a una tienda cercana. Platicaron como siempre de futbol o de que Niall estaba yendo a clases de Guitarra o de la nueva película que se estrenaría en unas semanas y que seria genial ir a verla.

Harry no recordaba al chico del autobús, no se le había pasado por la cabeza en todo el día hasta que se subió a su autobús y se sentó en el mismo lugar de antes. Solía sentarse en el mismo lugar, era algo ya automático. Mientras el vehículo arrancaba él saco su libro y se acomodo para leer. Sin darse cuenta que el autobús se había detenido dos cuadras delante de nuevo.

Hasta ese momento recordó al chico. Trato de mantener la vista en la escritura, pero la curiosidad le ganaba  al tiempo que la gente iba subiendo poco a poco y entonces lo vio… Era el mismo chico con esa sonrisa tranquila en sus labios. Traía los ojos ocultos por unas gafas de lectura de marco negro.  Apenas tuvo unos segundos para observarle antes de que pasara a los asientos traseros, pero fue suficiente para grabarse su rostro momentáneamente. Era jodidamente apuesto.

Agito la cabeza suavemente, negando su comportamiento tan estúpido y concentrarse en su libro de nueva cuenta.  Frunció el ceño leyendo un párrafo. Se acomodo en el asiento y volvió a releer el mismo párrafo. Era inútil. Quería girar y observar su rostro una vez más al menos. Pero le dio vergüenza. Se sentía como idiota ¿Por qué tenia que estar observando alguien como una colegiala? ¡Dios! Debía dejar eso.

Contra toda creencia suya, lo logro. Se concentro nuevamente en su libro y trato de no girar a ver al chico. Más sin embargo, al contrario del día anterior, esta vez Harry si vio donde se había bajado. El desconocido de sonrisa encantadora se había bajado una calle antes de la suya, eso quería decir que vivían  practicante cercas. Eso le hizo malditamente feliz. Había descubierto algo de él. Aunque no es como si estuviera intentando conocerlo… Pensó abochornado de si mismo y bajo saltarinamente las escaleras para caminar las calles que le faltaban para llegar a su hogar.

No se había percatado de la sonrisa que traía hasta que su hermana le pregunto curiosa.

— ¿Por qué andas tan feliz?

Harry la evadió trayendo los vasos para la comida.— Por nada, hoy sale mi serie favorita.— Y no mentía, pero tampoco iba a decirle a su hermana que estaba feliz por que aquel chico vivía por su hogar y era más fácil topárselo a que viviera a cientos de kilómetros de su casa.  ¿Pero en que diablos estoy pensando? N-no debería importarme eso…Es decir…apenas es la segunda vez que lo veo.

—O, claro Harry, como no pensé en eso antes — Sonrío con sarcasmo y siguió en lo suyo.

Se tiro en su cama sin querer pensar en nada. Puso su Ipad y dejo que la música resonara con fuerza en la habitación. Pronto Dusty como le habían puesto a su gato, se subió en la cama y le exigió atención y caricias. Poniéndose sobre su pecho y golpeando su nariz contra el mentón del muchacho. Harry sonrío encantado y le acaricio atrás del cuello recibiendo ronroneo.

Al día siguiente había estado ansioso desde que las clases habían comenzado. Hasta Niall se había dado cuenta de ello y le había preguntado. Pero… ¿Cómo contestarle si ni el mismo sabía la respuesta?

Cuando las clases terminaron, apenas y pudo tomar su autobús antes de que este se fuera y lo dejara atrás. Aquel día Harry se había sentado un poco más atrás esperando que estuviera a la misma distancia del chico y no tuviera que girar a verlo. Que solo necesitara mover un poco la cabeza para poder analizarlo bien. Poder lograr ver sus gestos y sus facciones. Aquel día al pasar las dos cuadras. Él no subió.

Se dejo caer en el asiento soltando un suspiro demasiado largo y lastimero. Ahora se sentía más idiota que nunca. Solo pensar que se había ido más atrás para verlo le hizo sentir vergüenza de si mismo. Tomo su mochila y se paso a su lugar de siempre.

No tenia si quiera ganas de leer, pero leyó para tener algo que hacer en todo el trascurso. Ya iba a mitad del libro

 ¿Qué diablos era aquello? No podía dejar que una persona sin importancia en su vida, que no conocía y que dudaba hacerlo algún día, le cambiara de aquella manera el humor. Cerró el libro y sonrío lo más sincero que pudo. Mirando a la ventana como si fuera lo más emocionante del mundo y fuera muy feliz de verlo. Luego volvió a su libro.

Pasaron casi dos semanas y todo era tan confuso. Algunos días no lo veía y se entristecía, para luego repetirse a si mismo que era una tontería y trataba de olvidarlo. Otros días lo veía subir al autobús y sentarse hasta atrás, casi a su lado. -Harry había tomado la costumbre ya de sentarse hasta atrás para cuando se lo topara-. Y así era, cuando aquel chico se  sentaba de esa manera tan suave, Harry literalmente perdía el aliento. Y se encontraba mirándolo durante todo el trascurso.

Le gustaba observarlo. Le gustaba como miraba por la ventana y fruncía los labios en una sonrisa al ver algo interesante que el no lograba ver., o al contrario, se mantenía sereno y se recostaba contra el cristal. Como movía sus manos con suaves movimientos, o como las dejaba descansando sobre sus muslos. O cuando se acomodaba el flequillo o sus lentes de manera tan concentrada que le hacía sonreír. Todo en ese chico era interesante y eso le molestaba.

Un día en particular, cuando se encontraba observando como siempre que lo topaba en el autobús, el chico de lindos labios y flequillo travieso, giro su rostro y lo miro directamente. El de rulos abrió los ojos un tanto y sintió como la sangre se le subía a las mejillas calentándolas en un rojo escarlata. Bajo la cabeza de forma rápida y miro por la ventana de forma nerviosa ¡Me miro, maldita sea¡  Se recrimino, pero cuando volvió a mirar de forma disimulada en la dirección del chico, este seguía mirando por la ventana.

Soltó un suspiro.

**

—Ya Hazza, dime… ¿Qué traes? Has estado muy raro todo el día. —Pregunto algo preocupado mientras compraba algo de comer. Harry era el tipo de chico que no contaba las cosas problemáticas de su vida. Podía quejarse de algunas discusiones entre su familia, pero lo cierto era, que lo problemático se lo guardaba para él.

—No es nada Nialler. — Respondió encogiéndose de hombros mientras se sentaban en  una mesa sola. Niall no le creyó.

—Vamos, te la haz pasado dibujando el día de hoy. —Insistió.

— ¡Oye! eso no es raro, siempre estoy dibujando.

—Ok, si. Pero hoy es más…—Estiro la bolsa de patatas fritas que tenia y Harry tomo algunas cuantas frituras y las comió.

—Es solo…que…emm…—Agacho los hombros y se sonrojo. Niall que lo estaba mirando se dio cuenta  del rojo de sus mejillas y el como esquivaba su mirada.

—¡Ohh¡ ¡Te gusta alguien¡.— Afirmo con una sonrisa.

— ¡Oh Dios, No! ¡No me gusta nadie, Niall!…—Se quejo solo aumentando su sonrojo. Luego lo pensó mejor, podía confiar en Niall, el sabía de sus gustos, y de hecho, quería compartirlo con él, se sentía mal guardándolo, sin poder hablar con alguien de ese chico. —….Bueno, eso creo…es complicado, ni siquiera se si es “Gustar”

— ¿Quién es? ¿Lo conozco? — pregunto metiendo un montón de frituras en su boca. Harry negó con la cabeza y jugueteo con sus manos. — ¿Es del muestro grupo?

— Niall, no puedo responder todo a la vez. — Se quejo. — No lo conoces, ni siquiera yo lo conozco. — El rubio le miro con duda. Harry se apresuro a explicar. — Es un chico que me…me he topado en el autobús de vuelta a casa. — Dijo atropelladamente. Era tan vergonzoso.

— ¿Y le hablas?

— ¡¿Ehh?! ¡No, claro que no¡— Chillo en vergüenza y el rubio rió.

— Joder, Harry ¿Y por que no le hablas? — Pregunto encantado ante la vergüenza de su mejor amigo. Harry era encantador, a veces dudaba de que fuera tan poco popular. Tal vez era por que el chico no tomaba confianza tan rápidamente con las personas. Pero una vez que confiaba en ti, Harry era la mejor persona que Niall conocía, siempre dando su ayuda y con una sonrisa. El problema también podría ser, que trataba de esforzarse demasiado en ser agradable y terminaba siendo tímido.

— Va a pensar que soy un acosador, Nialler. — Hace un puchero que al rubio le pareció gracioso.

— No lo creo, deberías intentarlo, seguro le agradaras. — Después de eso, el timbre toco y ambos levantaron sus cosas y fueron a sus salones. No hablaron más del tema, pero Harry sabía que no podría hablarle, aun cuando era lo más lógico.

• CAPITULO 4