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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por jessnt Miér 26 Jun 2013, 11:47 pm

NAA ME ENCANTA ESTA NOVEE!!
jessnt
jessnt


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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por chelis Jue 27 Jun 2013, 8:03 am

:roll:
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Andrea P. Jonas:) Jue 27 Jun 2013, 7:07 pm

Hoooola mis niñas bonitas :3
Ya vengo a subirles los cpas de hoy, cada vez se esta poniendo mejor pero nos es nada comparado con que falta :jojojo:bueno las dejo :maloso:

Capitulo 17

Mientras esparcía el champú por su largo cabello, dijo:
—_______, esto no está tan mal. Si hubiera sabido que era así como tenía que tratarte ni siquiera hubiera necesitado el chantaje.
—No tenías derecho a examinar mis cosas.
—Ya te advertí que me encontrarías autoritario. Es extraño, porque aún revolviendo entre tus pertenencias me han surgido más preguntas de las he conseguido contestar. ¿Para qué son esos parches que estaban en tu bolso?
Ella se encogió de hombros.
—Control de natalidad.
—¿Un anticonceptivo? —preguntó él a toda prisa. Jodidamente perfecto.
—Sí, ¿y qué? —Ella se tensó—. ¿Ahora crees que soy fácil?
—¿Susceptible con el tema, _______?
—La mayoría de los tipos de mi edad verían el tatuaje de la espalda y el parche del brazo cómo las marcas de una fulana.
—¿Fulana...? Ah, ya veo.
—No lo soy. Una fulana.
—Por supuesto que no —concordó él, tratando de ocultar la diversión de su tono de voz—. La mayoría de los “tipos de tu edad” sólo esperarían que fueras una. Y no sabrían qué hacer contigo si así lo fueras.
—Y exactamente ¿cuántos años tienes, MacRieve?
—Mil doscientos, más o menos.
Ella giró para echarle una mirada, como si la cifra que le había dado fuera una broma. Cuando él levantó las cejas, ella dijo:
—Gran Hekate, eres una reliquia. ¿No tienes un museo en el que te exhiban por algún lado?
Él ignoró sus comentarios.
—Otro misterio, no encontré una navaja de afeitar en tu bolso, pero tus piernas y tus axilas están lisas.
—Depilación láser —dijo ella, tras lo que añadió—: Puedo oír tu ceño formándose, Padre Tiempo —sorprendiéndolo porque realmente lo había hecho.
No dio más explicaciones, pero él no se daba por vencido.
—Haces que un hombre evoque otros lugares en los que estarás bien acicalada. —Ella tembló ante el mero susurro en su oído—. Estoy esperando la oportunidad de tocarte allí otra vez.
—¡Ajá! ¿Por qué crees siquiera que te dejaría?
—Sucede que me he dado cuenta de que eres una lujuriosa. Y me he desecho de tu pequeño consuelo. Descansa en el fondo del río. —Cuando ella jadeó, él dijo—: Me costó un minuto entender lo que era y otro minuto convencerme de que en verdad lo tenías. ¿Y al imaginarte usándolo? Me puse en tal estado, que apenas podía correr sin tropezar con mis propios pies.
—Otra vez intentas avergonzarme. Para ya. No voy a avergonzarme porque me parezco a las demás chicas de mi edad.
—No quiero que te avergüences, nunca en asuntos como este. Soy consciente que debes convertirte pronto en inmortal, sé que la necesidad debe ser aplastante. De hecho, la mayor parte de las hembras se sienten desconcertadas por toda esa nueva energía —dijo él—. Es mejor que tengan una mano firme que las guíe en el sexo inmortal.
—Y apuesto a que estarías feliz de ofrecerte como voluntario.
Aparentando un tono acongojado, él suspiró:
—Si debo... ahora inclínate hacia atrás para que pueda aclararte el pelo.
Ella vaciló, cediendo finalmente. Él la recompensó usando el agua que había calentado en su cantimplora.
—Ooh —gimió ella suavemente, haciendo que su eje latiera más fuerte.
—Tan sensible. —Una vez que le hubo aclarado el pelo, bajó el tono de su voz para decir—: Si no estuvieras tan cansada, haría que te corrieras unas cuantas veces.
Irguiéndose de un tirón su pelo fustigó su barbilla y su cuello.
—¡Eso no pasará! He aprendido la lección sobre ti. —Ella se alejó de él—. Esa rosa ya se ha marchitado.
—¿Qué dices?
—Me perdí en un beso, y fui encerrada en una tumba a disposición de un antiguo mal que me hizo beber sangre. Fue todo causa-efecto. En fin esas son malas noticias para ti.
—Haré que cambies de idea durante el tiempo que me has concedido.
—¿Y cómo esperas hacer eso? —preguntó ella, con mofa—. ¿Bañándome realmente, realmente bien?
—No, planeo usar mi encanto para seducirte.
—Pero tú no eres encantador. —Él le dirigió una sonrisa semi arrogante, aunque en realidad estuviera preocupado exactamente por eso—. Ni siquiera he empezado contigo. Ahora regresa aquí, tú me bañarás.
_______ le miró con el ceño fruncido. No le gustaba este nuevo lado pícaro de MacRieve porque, maldito fuera, realmente tenía algo de rudo encanto.
—Eso no va a pasar. Me voy, y no quiero que mires.
Él le dirigió una mirada perfilada con un ceño de decepción, como si ella se hubiera llevado su juguete, y sin tener una buena razón.
—Es lo menos que podrías hacer.
Cuando finalmente se giró dándole la espalda, ella se encontró a sí misma mirando de nuevo su piel y sus húmedos músculos. Con una fuerte sacudida de cabeza, se apresuró a salir del agua, inclinándose por la toalla que él había traído y se cubrió.
Arrodillándose al lado de su bolso lo saqueó, buscando algo para dormir. Tenía una camiseta larga y floja. ¿Dónde estaba? Espera... Estrechó los ojos en su dirección y lo encontró pasando una temblorosa mano sobre su rostro, sus párpados pesados.
—Me viste salir, ¿verdad? —preguntó distraídamente, comprendiendo por qué su mano derecha se encontraba oculta bajo el agua y por qué los músculos de ese brazo se movían.
—Claro que lo hice —contestó él sin vergüenza—. Y describiría la vista como una experiencia que te cambia la vida. También me has hecho reflexionar si un macho puede llegar a tener la polla tan dura que esta no pueda ser doblegado.
Ella miró airadamente el techo, irritada porque él estuviera así por ella.
—¿Cogiste mi camisa de dormir de mi bolso?
—Aye. Encontré algunas sedas allí que quiero que lleves para mí. —Desvergonzado y taimado lobo.
_______ se mordió el labio mientras inspeccionaba los tres juegos de ropa interior que él había visto, que probablemente había sentido, y quien sabía qué más: dignificada ninfómana, ramera, y traviesa ramera. Qué bien. Última vez que iba a comprar lencería con Carrow.
Se puso de pie dirigiéndose hacia la mochila de él, y hurgó en busca de la camisa más grande que pudiera encontrar. Cuando sacó una, encontró una carta doblada con un sello de lacre roto. La escritura tenía débiles manchas de sangre y era femenina.
¿Qué hembra le escribía cartas? ¿Y por qué era tan especial que la traía con él en este viaje?
Al sentir que él estaba saliendo del agua cerró su mochila. Oyó como se sacudía el pelo como un lobo detrás de ella y sintió que unas gotas de agua la golpeaban.
De espaldas a él, maniobró la toalla, procurando vestirse sin enseñar nada.
—Aunque me podría pasar toda la noche mirándote, no deberías incordiar con eso, brujilla. Ya he visto cada pulgada de ti.
Echó un vistazo sobre su hombro, sin comprender si debía estar contenta o decepcionada de que él hubiera alcanzado sus vaqueros.
—¿Qué dices?
—Soy más alto que tú, lo suficiente para verte directamente cuando estaba detrás de ti. Y mi vista es lo bastante aguda para verte fácilmente a través del agua.
No se consideraba una persona modesta, y de todos modos no era su estilo esconder su cuerpo como una virgen ruborizada.
—En ese caso... —dijo ella, dejando caer la toalla.
Él siseó soltando el aliento. Cuando ella empezó a vestirse normalmente, él rechinó:
—¿Así que no eres tímida?
¿Tímida? Ella y sus amigas hacían que las Girls Gone Wild(Serie en que mujeres jóvenes están de acuerdo en exponer sus cuerpos para la cámara. En diferentes niveles de desnudez o poses sexuales.) parecieran un círculo amigable.
—Sólo soy caritativa con los hombres lobo vejetes.
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Andrea P. Jonas:) Jue 27 Jun 2013, 7:10 pm

Capitulo 18


Atrevida, con un trasero rellenito, suaves muslos, diminuta cintura...
Nick nunca había visto una imagen tan tentadora en toda su vida. Y había vivido por mucho, mucho tiempo. Era muy consciente de que se había quedado mudo por el cuerpo de una bruja de veintitrés años.
¿Y cuando ella se inclinó desnuda para alcanzar su toalla? Si él no hubiera estado preparado para lo que sabía sería una visión de infarto, se habría ahogado por el asombro.
Ahora, mientras la veía deslizarse en sus pérfidas bragas y sujetador de seda, apenas si sofocó un gemido y en lugar de eso siguió observando.
—Nunca pensé que el dicho “salta sobre tu trasero” podría ser literal.
—No creí que te interesaras por mi trasero. Creo que dijiste que era flacucha donde esto contaba.
—Dijiste lo mismo sobre mí. Obviamente, ambos estábamos equivocados. Y me intereso por tu culo, muchísimo. Mi afecto por él crece a cada minuto.
Ella le echó una mirada fulminante, luego se puso una de sus camisas, enrollando las mangas porque la engullían. Él frunció el ceño cuando ella sacó un segundo parche, aplicándolo en el interior de su codo. Él no había tenido ni idea de para qué era o lo habría lanzando muy lejos en un instante.
Anticonceptivo en un parche. Y la maldita cosa parecía burlarse de él.
Después de poner más madera en el fuego se sentó sobre el camastro, engatusándola para que se le uniera allí.
—Ven, brujilla, te secaré el cabello.
—Puedo hacerlo yo misma.
—Esto aún es parte del trato, trato con el que estuviste de acuerdo.
Con un suspiro, ella se le unió. Fuera, la lluvia caía una vez más y comenzó a aporrear todo el extenso follaje. Dentro, el fuego crujía, bruñendo su largo cabello rojo con tonos dorados mientras él los desenredaba con sus dedos, secando los grandes rizos. Ahora que la había bañado, el olor de su cabello y piel era sublime, llenando sus sentidos.
Sí, podría hacerlo ella misma, pero él no quería perderse tareas como estas. Lo complacían de nuevas formas, calmando el constante anhelo con el que había combatido durante años. Por fin, ya no sufría de ese agónico sentido de urgencia de encontrar el medio de devolver a la vida a su compañera.
Sintió que sus párpados se ponían pesados, no sólo por el deseo, sino por la satisfacción. Casi había olvidado lo que era estar contento. La necesidad de tenerla aún lo apremiaba, incluso la saboreaba. Preferiría aguantar la lujuria insatisfecha, con la esperanza de apagarla, que la desesperación que había sufrido tanto tiempo.
Encontró que era capaz de apartar sus reservas y disfrutar de esto, sintiéndose como si estuviera exactamente donde se suponía que debía estar. Estaba tan cómodo que no podía creer lo que veían sus ojos cuando las lágrimas empezaron a caer por el rostro de ella.
—Infierno sangriento, _______. ¿Por qué lloras?
De un golpe secó sus mejillas.
—Soy tu enemiga. Debería complacerte el verme miserable.
—Debería. Pero no es así. —¿Era ella... miserable? Él exprimía su cerebro buscando algo que ella pudiera desear. Creía que había hecho avances con ella—. ¿Entonces qué necesitas? ¿Para no ser infeliz?
Ella retrocedió de un tirón, y él apenas tuvo tiempo de desenroscar los dedos de su cabello y así evitar hacerle daño.
—¡No puedo hacer esto! Esta gentileza tuya... me confunde, y estoy tan cansada y te odio tanto. —Las lágrimas continuaron su camino por su rostro.
—Maldita sea, para de llorar, _______.
En eso, ella se puso de rodillas y le asestó un puñetazo en el hombro. Su expresión decía que ella encontraba en esos golpes, sorprendentemente, satisfacción, así que lo hizo una y otra vez, dando palmadas y puñetazos.
—¡Me abandonaste allí! —Los ojos de él se estrecharon cuando evitó los tortazos, pero no la detuvo—. Y la única razón por la que regresaste fue para recuperarte otra vez.
—Si esa noche volviera a suceder, actuaría de manera diferente.
Ella finalmente se quedó sin energía, dio una palmada sin entusiasmo, luego se sentó de un tirón sobre su trasero. En un tono atontado, murmuró:
—Sólo... me abandonaste.
La bruja tenía un aire arrogante y no era tímida a la hora de usar sus poderes, su cuello aún conservaba las heridas de su ataque. ¿A pesar de eso había experimentado un momento de atónita incredulidad cuando la piedra cayó encerrándola, no sólo debido al apuro en que se encontraba, sino porque él se lo había hecho?
—Tú fuiste quien me dijo que no podría quejarme porque esto era una competición. Dijiste que todo era aceptado.
—Todo es aceptado. Sin embargo, esto no significa que quiera ser seducida por el hombre que me hizo daño. Me miraste a los ojos y me encerraste, situándome en el infierno. ¿Aún así crees que yo querría despertarme a tu lado? ¿O que me comieras con los ojos cuando tengamos sexo? —Ella descansó la frente en su palma, y él sospechó que estaba demasiada agotada para cuidar sus palabras—. Creía que eras diferente.
—La culpa de mis acciones para contigo pesa sobre mí. Y quizás te alegre saber que tu hechizo de mortalidad me afectó con fuerza. —Él exhaló un largo suspiro—. Estaba en un campo de minas compitiendo contra el vampiro y la Valquiria. Ese puñetero vampiro hizo que una mina estallará justo debajo de mí. Perdí un ojo, tenía chamuscada la mitad del rostro. Una ráfaga de metralla perforó mi torso. Acumulé herida tras herida de las cuales no podía curarme. Esta información debería complacerte.
Ella continúo llorando, sorbiéndose los mocos cuando repitió sus palabras:
—Debería. Pero no es así.
Infierno sangriento, esto es insoportable. No tenía ni idea de qué decir, no tenía ninguna experiencia en consolar a una hembra para que dejara de llorar. Así que al fin no dijo nada, fácilmente la puso en el camastro, su palma le cubrió todo el hombro.
Cuando ella miró ciegamente al fuego, él se sentó detrás de ella, usando toda su mano para retirar el cabello de su rostro y el pulgar de su otra mano para secar sus lágrimas. Cuando él rozó la punta de su puntiaguda oreja, esta se crispó en reacción.
Eventualmente sus párpados se pusieron pesados. Aunque sus ojos se cerraron, las lágrimas siguieron cayendo. Él maldijo por lo bajo y murmuró:
—Maldición, bruja, no quise... herirte.
Cuando su respiración se hizo profunda y supo que estaba dormida, bajó la mirada hacia ella, estudiándola. Su pequeña nariz de duendecillo estaba ligeramente espolvoreada por pecas, y su barbilla era delicadamente obstinada. Ese sedoso cabello rojo se rizaba sobre su fino rostro.
Sus rojos labios estaban ligeramente separados mientras dormía. Una exquisita pequeña hembra.
[/i]Y, dioses ayúdenme, podría ser... mía.[/i]
Incapaz de de detenerse, se echó detrás de ella. Cuando la rodeó con sus brazos y acercó contra él su suave y pequeñito cuerpo, ella suspiró. Como una prueba, le acarició el cuello con la nariz. Su oreja se crispó otra vez y se acurrucó más cerca contra él. Incluso dormida ella respondía como si fuera suya.
De dos cosas estaba seguro: tomarla no se parecería a nada que hubiera imaginado. Y segunda, tenía que estar seguro de ella, lo cual significaba apoderarse de esos parches a la menor oportunidad.
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Andrea P. Jonas:) Jue 27 Jun 2013, 7:14 pm

Capitulo 19

_______ despertó en algún momento de la noche, compelida por alguna razón a leer la carta de su mochila. Se temía qué a pesar de todo, la razón fueran los celos.
Sospechó que él se había despertado cuando ella dejó el camastro, pero no dijo nada cuando examinó sus cosas. ¿Realmente, qué podría decir después de que él hubiera hurgado en las de ella?
Una vez más sacó la carta y la abrió, frunciendo el ceño al descubrir que era de la Valquiria Nïx, destinada a _______. ¿Por qué MacRieve no se la había entregado? ¡En cambio el bastardo había roto el sello y la había leído!
Después de mirar airadamente en su dirección, examinó las líneas.

Mariketa,
¡Feliz Accession! Contempla, un regalo. Una llave maestra del tipo... una pieza del puzzle para la Bruja en el Cristal.
Cariñosamente como siempre
Lady Nïx,

la Proto-valquiria

Mi madre dice que no debo pasar

Demasiado cerca de aquel cristal;

¡Ella tiene miedo de que vea!

A una pequeña bruja que se parece a mí,

Con una boca roja, roja para susurrar

¡Lo que yo no debería saber!


PD: Aún me debes cincuenta dólares.

¿Qué diablos?
¿Qué cristal? ¿La propia madre de _______? ¿Por qué Nïx creía que _______ necesitaría esto?
_______ conocía a Nïx de toda la vida, y era consciente de que, tan confusa como Nïx parecía siempre, la Valquiria no actuaba sin motivo alguno. De hecho, _______ había estado alrededor de ella lo suficiente para saber que así era con todo lo que hacía, no importaba cuan aparentemente inconsecuente o tentativamente enloquecido fuera, todo era hecho con algún propósito, desde una palabra vaga hasta un toque ausente.
Con esto en mente, _______ tomó la carta, se alejó de MacRieve y el fuego y se dirigió hacia el agua. Ante la charca, ella se arrodilló y miró detenidamente la lisa superficie, preguntándose si las palabras podían ser un conjuro.
El repertorio de hechizos de _______ era al azar el mejor, pero las brujas eran las más vulnerables a los hechizos de otros en el momento que lanzaban los suyos. Un hechizo abría las puertas, y algo podría entrar.
Como Elianna le había enseñado:
—Al extenderte por poder, dejas a tu poder vulnerable.
Con el casi incontrolable e inútil poder de _______. ¿Qué tenía que perder, realmente? ¿Además de la capacidad de enviar por los aires a MacRieve?
Decidida, comenzó a murmurar las palabras, una, dos veces... al tercer rezo, su reflejo comenzó a cambiar como si el fondo hubiera sido perturbado. Entonces vio algo que nunca esperó. Sus ojos eran semejantes a espejos y su pelo se arremolinaba sobre su cabeza, aunque _______ sintiera su pelo caer pesadamente sobre su espalda en el interior de la cueva sin viento. Estaba ella en el agua, pero no estaba.
—¿Qué... qué es esto? —susurró ella.
El reflejo habló, en respuesta:
Un conjuro.
¿Mari en verdad había hecho ese conjuro?
—¿Quién eres? —exhaló ella asombrada.
—contestó el reflejo.
—¿Pero cómo?
Tú eres la Bruja del Espejo. Los reflejos canalizan tus poderes.
La voz era la de la propia _______, pero deformada, de la forma como el viento parecía susurrar diferente al pasar por las hojas.
—¿Puedo profetizar por el espejo? —Ella sabía de algunas brujas que podían hacer esto, el cual era un útil talento que poseer.
Tú eres una verdadera captromancer.
Guau. No sólo un talento útil. Los Captromancers eran sumamente raros. Se decía que no solo eran capaces de profetizar con espejos, como los astromancers hacían con las estrellas, sino que podían usarlos como instrumentos de concentración, talismanes protectores e incluso como portales para viajes.
—Pero no entiendo. Nunca he usado un espejo para ayudar a mi magia.
Ven conmigo, te mostraré.
_______ se retiró, un helado miedo se formó en el interior de sus venas.
—¿Allí?
¿Estás lista, Mari?
—¿L... lista para qué? —Ella sintió una sensación de peligro batallando con la tentación, la compulsión combatiendo con su aversión. Esto podría ser un truco de una bruja, un hechizo para quitar los poderes de _______. Ella sacudió su cabeza caóticamente.
—No, no estoy lista... no lo estoy... —Cuando una pálida mano rompió la superficie del agua, Mari deseó echarse atrás, evitar esto, pero fue atraída por la resplandeciente manzana que le ofrecía la palma casi transparente. En eso, la voz rogó con lisonja:
Sólo tienes que probarla...
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Andrea P. Jonas:) Jue 27 Jun 2013, 7:17 pm

Capitulo 20 (Cap de hoy)


Nick tragó, frotándose los ojos con incredulidad...
¬¬_______ aún estaba allí, estirándose hacia delante para aceptar una manzana que le daba una húmeda mano fantasmal.
Poniéndose de pie de un salto y arremetiendo contra ella, rugió:
—¡No la toques!
Su rugido resonó una y otra vez. En las sombras que los rodeaban, los murciélagos irrumpieron a volar. Mientras pasaba por el agua a toda prisa, por el rabillo del ojo, vio el reflejo de la bruja, pero este no se correspondía con ella. _______ no había levantado la vista hacia él; la mujer del agua mantenía sus ojos brillantes en él.
Embistió hacia _______, arrancándole la manzana de la mano, para luego arrojarla contra la pared tan fuerte que la desintegró. En el momento en que los murciélagos les revoloteaban, la empujó hacia abajo, poniéndose encima de ella en el último momento para protegerle la cabeza y el cuerpo.
Los minutos pasaron. Cuando todo finalmente se asentó, ella abrió los ojos y estos lo reflejaron, antes de aclararse gradualmente.
—Me juraste que no harías magia alrededor mío.
—Yo... yo supuse que estarías dormido.
—¡Peor aún!
Nick se había despertado para encontrar sus brazos vacíos de la tibia y curvilínea bruja, lo que le había desagradado hasta un grado sorprendente. La había escuchado hurgando en el bolso de él y había pensado que registraba sus cosas por las mismas razones que él lo había hecho en las suyas: porque estaba muerta de curiosidad por él. En cambio, ella había tratado de obtener esa escalofriante carta.
—Registraste mi bolso.
—¡Tú registraste el mío! ¿Por qué no me diste la carta? ¡Era para mí!
—Porque sabía malditamente que una cosa así podría pasar. La cosa en el agua vino por ese poema, ¿no es así? ¿Y qué infiernos era esa cosa?
—No lo sé.
—Se parecía a ti. —En una manera diabólica—. Si no sabes lo que es, ¿entonces cómo sabes que no te hará daño?
Ella intentó hacerle caso omiso.
Él exhaló.
—¿Cómo hago para protegerte si haces cosas como estas? —Era eso por lo que odiaba tanto la magia: era un enemigo que no podía ver, entender o contra el que no podía defenderse. No comprendía nada de esa rima, ni de porqué él mismo había reaccionado tan fuertemente a ella—. ¿Supongo que no tienes idea de lo que no puedes saber?
—No. Ni idea. —Su mirada parpadeaba sobre su cara.
Cuando sus ojos no parecían brujeriles, eran malditamente adorables. Rodeados por abundantes pestañas negras, eran grises como las feroces nubes de tormenta... y tan intensos como todo lo demás en ella. Sentía como si ella debiera mirarlo así. El tirón del Instinto era fuerte, haciéndolo sentir que era correcto que la protegiera y tenerla entre sus brazos a salvo era la recompensa.
La necesidad de besarla se convirtió de pronto en crítica...
—¡Oh, no de nuevo! —Trató de escabullirse de debajo de él, lo que sólo hizo que la erección se le pusiera más dura. Cuando los labios de ella se abrieron en un suspiro, él supo que había sentido su erección pulsando contra ella.
—Te pondré al otro lado de la caverna, MacRieve.
En un santiamén, le sujetó las muñecas detrás de la espalda.
—No creo que puedas, no con las manos así —le dijo mientras se relajaba hacia un lado y usaba su mano libre para comenzar a desabrocharle la camisa lentamente.
—¿Qué crees qué estás...? —Se le cortó la voz con un pequeño gemido cuando levantó su rodilla y presionó su muslo con firmeza entre los de ella, moviéndolo lánguidamente contra su sexo.
Con un beso de boca abierta contra la clavícula de ella, tiró hasta abrirle la camisa, primero de un lado y después del otro, pero dudó al desabrochar el frente de su sostén transparente. Esto era en parte, porque no tenía experiencia con la moderna ropa interior femenina; pero también porque no podía dejar de mirar sus pezones brotando justo frente a sus ojos, sobresaliendo contra el transparente material.
Finalmente cortó el broche frontal con su garra. Para el momento en que quitó el material de los tensos picos, la respiración de ella se había vuelto agitada, haciendo que la piel desnuda subiera y bajara tan tentadoramente.
Justo cuando estaba a punto de tocarla, ella luchó nuevamente y sus senos temblaron.
Él dijo con voz dura:
—Ah, belleza, ahora estás alardeando.
Ella se paralizó, su cara y su pecho ruborizándose acaloradamente.
Dijo inclinándose hacia su pezón:
—Había escuchado rumores sobre brujas de cama, escuché que si puedes cerrar tus labios en uno de estos, la bruja será esclava de tus manos.
—No soy una escla... oooh —exclamó mientras arqueaba su espalda bruscamente cuando él la lamió y chupó.
Se movió hacia su otro seno, rodeando la punta con la lengua. Cuando vio que ella no había cerrado los ojos pero lo estaba mirando embelesada, gimió contra ella.
Aunque ardía por desgarrarle las bragas y sumergirse entre sus muslos, se forzó a aflojar el agarre, tratándola con suavidad. Su piercing atrajo su mirada y le pasó las yemas de los dedos, causando que ella se sacudiera.
—En las pasadas semanas, pensé en esto con frecuencia. Besándotelo alrededor, rodeándolo con mi lengua. —Sabía que sus palabras la estaban excitando aún más, podía olfatear cuán húmeda estaba por él.
—No quiero esto —dijo ella con un escalofrío, sus ojos con los párpados pesados.
Frotó su mano hacia arriba por el costado y ella se arqueó.
—Dices esas palabras, pero tu cuerpo me dice algo totalmente diferente.
—Estás equivocado.
—Hace casi dos siglos que no tengo sexo, ni otro tipo de liberación en tres semanas. Y la última vez que me masturbé, estaba soñando con tu cuerpo debajo del mío, tal como estás ahora. Esto es suficiente para enloquecer a un macho, pero también lo hace saber que estás excitada por mí.
—No estoy nada excitada por ti.
—Miente sobre otras cosas, pero no sobre esto. Olvidas que soy un Lykae... puedo oler que estás excitada y eso me está volviendo loco. Si te acaricio entre los muslos, te hallaré mojada, ¿no es así? Te mueres por ser saciada.
—Tal vez. Pero no por ti, MacRieve —le dijo mientras sacudía con fuerza la cabeza y estrechaba los ojos—. Nunca por ti. —Parecía completamente resuelta—. Sal de encima o gritaré.
Aparentemente la joven bruja podía negar su deseo por su enemigo.
En ese momento, él deseó poseer ese talento.


Hasta mañana :bye:
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Mensaje por chelis Jue 27 Jun 2013, 8:16 pm

AAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!!!!!... Y DEJAS EN LO MAS INTERESANTEEEE!!!!!!........ NOOOOOO!!!!
PON OOTROOO PORFIIIISSS
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

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Mensaje por Andrea P. Jonas:) Vie 28 Jun 2013, 8:09 pm

Hola chicas o chica :P  igual hola :D vego a dejarles los caps de hoy :3

Capitulo 21


MacRieve se paso la mano por la boca. Para ser precisos, se alejó de ella, se recostó contra la pared de la caverna, con una rodilla en alto.
Ella puso en su lugar la camisa a la par que se sentaba muy derecha también, luego esperó por buen tiempo hasta que él finalmente dijo:
—Estoy cansado, _______. Tan malditamente cansado. He sufrido por mucho tiempo sin el tormento añadido de tu presencia.
—Oh, ¿te atormento porque no dormiré contigo?
—Tengo una fuerza en mi interior, una muy fuerte, que grita que eres mía. Sólo dime, ¿me haces desearte de esta forma?
Ella se mordió el labio... ¡no lo sabía!
—¿De verdad crees que hay una posibilidad de que pudiera ser tu... compañera? Sólo deseas tener una.
—Podrían haber varias explicaciones a eso —dijo él en un tono impasible—. No me enfadaré si ahora admites algún truco. —Ante la cara que ella le puso, él se corrigió—: Estaré colérico, pero pasará. No soy rencoroso.
Cuando ella miró lejos sin responder, él exhaló:
—_______, ¿alguna vez has sentido que has perdido el camino? ¿Tan confundida que no sabes cuan largo es tu trayecto?
Ahora mismo . Se sentía confundida por este cambio repentino de su comportamiento, y se encontró a sí misma asintiendo.
—No tienes idea. Antes. Mi camino siempre fue claro para mí. Todo era negro o blanco. Ahora, nada es como era.
—¿Cómo qué?
—Como cuándo soñaba contigo cada noche y fantaseaba sobre ti en los días en que estaba fuera luchando por recuperar a mi compañera. —Parecía avergonzado, echó un vistazo lejos, y la luz de la lumbre fundió su perfil en la sombra—. El dolor de mis heridas no era nada comparado con mi culpa. —Soltó una risa amarga—. Siempre la condenada culpa. No puedes entender lo que es sentir nada, nada más que esto.
Él se puso de pie y empezó a andar. Casi para él mismo, dijo:
—O lo que es saber qué no estás completo y nunca lo estarás. —Se pasó los dedos por el cabello, luego se paró al encontrar su mirada—. Entonces contigo, todo se ve diferente, se siente diferente, y yo... maldición _______, lo deseo. Jodidamente mucho.
Se dirigió a ella, la agarró de los brazos, y la puso de pie de un tirón. Bajó la mirada hacia ella, y con voz queda dijo:
—No me devuelvas a la vida sólo para destruirme una vez más.
La profundidad de su dolor y el desconcierto en su expresión la conmocionó. Y a pesar de todo, sintió compasión por él.
—Mira, ¿qué tal si te digo todo lo que sé, sólo la verdad, y así tú puedes sacar tus propias conclusiones? Lo expondré todo para ti, porque no lo entiendo.
Él asintió rápidamente, luego liberó sus brazos para conducirla cerca del fuego. Como si él fuera su anfitrión, le señaló que se sentara sobre el camastro. Cuando lo hizo, él aflojó su impresionante estructura ósea y se sentó frente a ella.
—Bien, MacRieve, puedo jurar por el Lore que no he intentado deliberadamente hacerte creer que soy tu compañera. Nunca he podido encantar a nadie. Mis amigas podían encantar a sus profesores de primer grado, pero nunca tuve esa capacidad.
Él empezó a tener una luz de esperanza en sus ojos, así que a toda prisa añadió:
—Pero tampoco fui nunca una vidente hasta la tumba. —Ante su mirada cuestionadora, ella se explicó—: En cualquier aquelarre, hay miembros de cada una de las cinco castas de brujas. Es por eso que nos mantenemos juntas, porque todo el colectivo es más fuerte. Bien, se supone, que tengo los poderes de las cinco castas, los poderes de una guerrera, maga, vidente, hechicera, y sanadora, pero no he sido capaz de destacar o rendir en ninguna de ellas. Entonces esta noche, de algún modo supe que venías. Esa es la parte vidente. Cuando te ataqué y maté el íncubo, era la guerrera. Hace un momento, evoqué ese reflejo.
—Y te curaste a ti misma. Si me has encantado, las tendrías todas.
Cuando ella asintió, la obvia esperanza en él se apagó.
—¿Y qué pasa con la noche de la asamblea Hie?
Ella frunció el ceño.
—No hice nada esa noche.
—Si no hiciste nada, entonces ¿por qué no podía quitar los ojos de ti? Había un jodido vampiro en el área, uno con el que había peleado, y aún así batallaba con todo para vigilarlo y no mirarte a ti. —Y estar en las nubes...
Cuándo él cruzó los brazos sobre su pecho con una cabezada de conocimiento, ella soltó:
—La noche que nos besamos, sabía que me deseabas tan ferozmente como yo a ti, y lo hacía conscientemente, e incluso estaba preocupada ¡porque te encontraba fascinante!
En vez de verse desalentado, él parecía contento con ella.
—¿Entonces me deseabas con ferocidad?
Ella sintió que sus mejillas ardían.
—Así fue en ese entonces, y así es ahora, MacRieve. Y cree esto, si alguna vez pudiera hechizar con éxito a alguien, ese serías tú, pareces ser un pararrayos para mis poderes.
—Así que también soy único para ti. ¿Tal vez puedo ayudarte de alguna forma?
Ella lo ignoró y sin prestar atención continuó:
—Puede que ni siquiera fueras tú a quien yo deseaba en verdad. La noche que me viste sin mi capa, el daño estaba hecho. Quizás sólo estaba aprovechándome de la situación...
—¿Qué quieres decir con daño? ¿Y por qué llevabas esa capa y el hechizo de encanto?
Díselo todo. Déjale que le encuentre el sentido. Ella exhaló y refunfuñó:
—Se había profetizado que un guerrero de El Lore me reconocería como su compañera...
—¿Un guerrero de El Lore? —¡Y él estaba en las nubes otra vez!—. ¡Entonces soy yo!
Dioses, él tenía la sonrisa más sexi de todas. Siempre se le veía tan amargo, tan severo, pero ahora, con un trozo de su corazón en los labios, todo su semblante cambió, sus ojos de ámbar se volvieron ascuas ardientes.
—Debo ser yo, muchacha.
—¡Pero podría ser sencillamente un truco! Me reconoces como tu compañera, cierto, pero esto no significa que lo eres o que sea real. Muy bien podría haberte encantado. Algunas brujas sólo tienen que reconocer que desean algo, y luego, de repente, es suyo. Esto podría haber pasado.
—¿Y aún crees que podrías haber dejado este encantamiento cuándo retiraste la maldición de mortalidad? Estabas débil y casi fuera de tus cabales por la fatiga y las heridas. No puedes mirarme a los ojos y decirme que serías capaz de quitar uno sin el otro.
Cuando ella frunció los labios, él alzó las cejas.
Ella apartó la mirada y dijo:
—Quizás no en el pasado...
—¿Sientes otros de tus maleficios?
Después de un momento, ella negó con la cabeza.
—Y no me hiciste nada en el Hie. Si a pesar de tener el hechizo de encantamiento esa noche pude reconocer tu esencia. —Bingo.
—Te estás adelantado, porque deseas algo definitivo. Quieres que sea blanco o negro. Y eso no es lo que vas a conseguir conmigo.
Él tenía una mirada de autosatisfacción en el rostro, junto con algo de alivio, que hizo que ella quisiera gemir por la frustración.
—Si me estás diciendo la verdad, _______, entonces realmente hay una posibilidad de que seas mi compañera.
—¿Por qué conseguirías dos? ¿Eres especial?
—Podrías ser... podrías haber reencarnado. —Frunció el ceño—. No pareces sobresaltada.
—No. Mi amiga Regin tiene un compañero reencarnado, un berserker que está loco por ella y sigue regresando. Y él nunca falta en un Accession.
—Aye, tiene sentido que el Accession pueda abastecer de combustible a estos acontecimientos, incluida tu reencarnación.
No sentía haber sido dos ella, ¿no debería notarlo de alguna forma?
—¿Era tu compañera cómo yo? ¿Nos parecemos la una a la otra? ¿Actuamos de forma parecida?
—No tienes nada en común con ella, aparte de sus nombres y orejas. También era fey.
—¿Cómo la conociste... cómo murió?
Él ignoró la última parte y contestó:
—La conocía de toda la vida. Después de una ausencia de cinco años regresé al reino de su padre, y ella se había convertido en una mujer.
—¿No deberías haberla reconocido en el minuto que la conociste?
Él negó con la cabeza.
—No es siempre así. Las hembras de especies diferentes a menudo tienen que alcanzar la madurez para provocar el Instinto.
—Yo ni siquiera tengo esa sensación sobre mí. Y un berserker siempre consigue sus memorias de sus vidas anteriores. Yo no recuerdo nada así.
—Aún eres joven.
—Supongamos que todo esto es verdad...
—Es verdad.
—... el hecho que queda es que no te quiero. Incluso si el destino ha decretado que tuviéramos un vínculo, definitivamente no lo reconozco. Aún no me caes bien.
—Si no tuviéramos ningún resentimiento entre nosotros... ¿te gustaría?
—Me sentiría atraída, pero no hay forma de que yo quisiera algo permanente contigo, con resentimiento o sin él.
—¿Qué infiernos está mal conmigo? —Sus ojos parpadearon, y el asomo de incertidumbre que acababa de revelar fue ahogado por una oleada de arrogancia—. Soy fuerte, puedo protegerte, y soy rico. Y puedo jurarte, muchacha, que una vez que experimentes el gusto de compartir mi cama, no querrás salir de ella.
Sus ojos taladraron los de ella cuando dijo lo último, y a su pesar, toda su confianza en esa área la afectó, forzándola a preguntarse qué trucos habría aprendido un inmortal de doce siglos a través de los años.
Ella interiormente tembló.
—MacRieve, cuando yo siente la cabeza con un macho, será con uno que tenga... oh, no sé... sentido del humor, o modestia. ¿Qué tal que carezca de un mordaz odio hacia las brujas? ¿Quizás que tenga pasión por la vida? ¿Es mucho pedir que haya nacido en el mismo milenio?
—Algunas de esas cosas no pueden ser cambiadas, pero sabes que no siempre fui tan... serio como soy ahora.
—Eso no importa. Sólo somos demasiado diferentes. Necesito un macho que se lleve bien con mis amigas, mis amigas brujas, que sea suficientemente normal para saber la diferencia entre el rock emo y el pop jangle, y quien será capaz de superar todos los niveles de el mundo de hielo de Zelda.
MacRieve sin duda especulaba en que dimensión de hielo estaba la misteriosa tierra de Zelda. Finalmente dijo:
—Esas diferencias son superables...
—¿Y la diferencia de edad? Sigues hablando de lo joven que soy, pero todo lo que tú haces me recuerda los años que tienes. De un momento a otro dirás algo realmente estúpido como “Cuando yo tenía tu edad...,” y no seré capaz de evitar reírme de ti.
Él frunció el ceño ante eso, pero aún así agregó:
—Cambiaré tus ideas sobre mí. Arderás por mí.
—¿En dos días? ¿Ese es tu plan? Olvídalo.
—Demonios, bruja, ¿ni siquiera sientes curiosidad de adonde nos podría llevar esto?
—No, pero tengo curiosidad por saber cómo puedes afirmar eso cuando desprecias a mi especie. ¡Lo rápido que fuiste diciéndomelo cuando sugerí que trabajáramos juntos en el Hie! Nunca olvidaré tu repugnancia. —¿Apretó él la mandíbula?—. ¿Por qué nos desprecias tanto?
Él se encogió de hombros.
—Con brujas nunca sabes qué puede suceder. Todas son caras falsas y retorcidas.
—Pero con los Lykae, ¿lo que ves es lo que hay? Oh, espera, olvidé totalmente a la bestia que vive en tu interior. Y entonces con el tiempo ves lo que puedes esperar, y es demasiado tarde, ¿verdad?
Él estrechó sus ojos.
—Pertenezco a la especie más poderosa de esta tierra, nadie es más fuerte que los Lykae, y me he entrenado para la guerra o las he luchado toda mi vida. Y tú, con tu diminuto cuerpo y la total carencia de entrenamiento, aún puedes fijarme por la garganta. Eso no es natural. Las brujas no son naturales.
—Eso no puede ser todo.
—Eso es todo de lo que te enterarás esta noche.
—¿Sabes qué? Jugaré. Si contestas una pregunta correctamente, yo podría considerar la posibilidad de darte una oportunidad de conquistarme.
—Pregunta, muchacha.
—¿Qué pasa si encontramos alguna forma de salvar todos los obstáculos entre nosotros y estamos juntos por un par de años o más, y se te da otra oportunidad para regresar por tu compañera? Podría haber otra llave. ¿La rechazarías si te la ofrecieran?
Las emociones aparecieron una tras otra por su rostro. Él restregó su mano por su nuca.
—Podría mentir, pero no lo haré. La usaría.
Los labios de ella se separaron.
—¿Entonces por qué demonios desperdiciaría mi tiempo y mis sentimientos cuándo tú no harás lo mismo? —Ella se puso de pie, saltando lejos de él—. Fin del juego, MacRieve.
—Pero tienes que entender el por qué. —De un tirón se puso en pie y la agarró por el codo—. Habría creído que podías ser tú.
—No creo que me guste tener una alma pre-poseída. Y además, me gusto a mí misma. A lo cual debo agregar el tardío florecimiento de mis poderes mágicos y mis registros legales autentificados, creo que tengo un bonito ingenio de mierda. Sin embargo ¿tú simplemente me borrarías del todo?
—No serías borrada. Sólo serías diferente.
—¿Y qué pasaría con mis amigos y familia? —No Jillian sino la verdadera familia de _______ sería una gran pérdida para ella—. ¿Y qué pasaría con la profecía de la Esperada? Tengo responsabilidades.
—Tendrías otra familia, otro destino...
—Si me he reencarnado y el alma no estaba disponible cuando nací, entonces yo no soy yo. Sabes que eso es cierto. —Ella temblaba por cuanto daño le estaba haciendo ese bastardo con eso—. Sólo una aclaración: ¡La próxima vez que cortejes a una hembra, intenta no divulgar lo fácilmente que borrarías toda su existencia con la vuelta de una llave, para poder estar con otra mujer que preferiste sobre ella!
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Mensaje por Andrea P. Jonas:) Vie 28 Jun 2013, 8:11 pm

Capitulo 22


Estúpidamente brillante, MacRieve, pensó Nick cuando se encontró mirando el techo de la caverna. Gotas de agua viajaban a lo largo de esta luchando contra la fuerza de la gravedad, antes de gotear hacia abajo por una estalactita. Suspiró. No sólo no había avanzado con ella, sino que había profundizado su odio.
Estaba acostumbrado a hacer lo que le placía, y también que otros hicieran lo que a él le complacía. Aunque cuando quiso dirigirse a ella una vez más, para explicarle, la mirada en sus ojos le había dicho que estaba a punto de quebrarse.
Nick sabía que no debía haber contestado como lo hizo. Desde luego, ella no vería la situación desde la misma óptica que él. Pero su pregunta lo había cogido completamente con la guardia baja. Debió haber esperado algo por el estilo, pero no se lo había esperado de ella.
Sólo debió haber mentido. Tan pronto como esa idea surgió, la desechó porque nunca deseaba mentir a su hembra. Pero ella podría no ser suya de ninguna manera, y ahora estaba muy lejos de conseguir la manera para hallar la verdad.
Le echó un vistazo, yacía al otro lado del fuego dándole la espalda. ¿Podía Mariketa ser realmente una versión diferente de Mariah? ¿Una versión completamente diferente? ¿O se estaba aferrando a la idea de la reencarnación porque esto lo absolvía de la culpa, por la muerte de Mariah y por su innegable lujuria por otra?
Ellas dos no sé parecían en nada, salvo por las orejas. Mariah había sido alta y ágil y tan llena de gracia, que parecía flotar cuando caminaba. La pequeña bruja meneaba sensualmente las caderas y cada paso que daba le provocaba que la sangre se precipitara a su ingle y se alejara de su cerebro. Por trigésima vez esta noche, pasó el talón de la palma de la mano a lo largo de su eje. Deseaba observarla caminar desnuda hasta una cama en la que estuviera él.
Se dijo a sí mismo que no estaba comparando a las dos hembras para determinar quién era mejor, sino sólo explorar su teoría de la reencarnación.
Infiernos, ni siquiera sabía lo que haría con una llave ahora. ¿Realmente volvería si creyera que la bruja nunca viviría?
Ese era el meollo del asunto, porque si supiera de algún hecho que borrase a la bruja, entonces podría estar seguro de que compartía un alma con Mariah. Y con esa certeza, podría quedarse con la bruja, incluso si existiera una llave, y no habría culpa alguna.
Espera. ¿Por qué elegía tan rápidamente a la bruja en una situación así? Si podía tener tan fácilmente a Mariah, ¿no la preferiría a ella? Mariah había sido el epítome de la perfección.
Aunque por primera vez, admitió Nick, con dificultad y renuencia, quizás no había sido perfecta... para él.
La mayor parte de su vida adulta, Nick había dicho que sólo ella estaba en su mente, y malditas fueran las consecuencias. La vida era demasiado larga sin ella. Pero recordó que cuando pronunciaba hasta los más suaves juramentos asustaba a Mariah, sin importar que él y su especie hubieran usado esas palabras por milenios, mucho antes de que fueran mal consideradas.
A menudo sentía que caminaba sobre cáscaras de huevo alrededor de ella. Se había esforzado en cambiar por ella, esperando convertirse en un caballero para ella. Aunque sencillamente algunos de esos rasgos fueran parte de su naturaleza.
Disfrutaba de los juegos de cama lascivos, y como todos los machos de su raza, era agresivo en la cama. Pero Mariah había sido una princesa fey viviendo en el siglo dieciocho, por lo que había poseído una actitud sexual muy restrictiva. Nunca se había excitado por Nick, nunca lo había deseado como él la deseaba. Nick sabía esto, ya que ella no había ocultado ese hecho. Con sus brillantes ojos violetas, le acariciaba bajo la barbilla mientras juraba que se encargaría de domesticar su naturaleza bestial.
Así que él se había empeñado en ignorar sus bajos instintos porque ella se habría horrorizado e incluso desmayado si él hubiera actuado guiado por ellos. Las palabras sexuales que había querido usar las sofocó. Los sitios en los que había deseado besarla fueron expulsados de su mente...
Nunca la había reclamado, y la única vez que la había tocado entre los muslos, su corazón se había hundido al encontrarla totalmente indiferente por sus atenciones. Tan fría como el hielo.
Pero cuando había acariciado a _______, había estado tierna y mojada, su cuerpo listo para recibirlo. ¿Y la forma en que habló? Eso la excitó. Sabía que la auto-complaciente bruja sería indulgente con cualquier cosa que les diera satisfacción. Esa noche en la tumba, si hubiera decidido probar su sexo, ella habría gemido por la anticipación y le habría abierto ampliamente sus piernas.
Tal vez a ella no le había hervido la sangre con el poder esa noche, sino con la pasión, una pasión alimentada por él. Nick no había comprendido hasta ahora que la carencia de deseo por parte de Mariah había afectado su confianza.
Inmediatamente, se avergonzó por sus poco caritativos pensamientos hacia ella. Había sido una muchacha dulce, y había tenido mucho que ofrecer a un macho.
Había sido una apacible fey de sangre real y de buena familia, y su matrimonio con ella habría causado una valiosa alianza entre su raza y la suya. La Elegante Mariah lo había escogido para que cuidara de ella. De todos sus pretendientes reales, y hubo muchos, ella lo había escogido a él para casarse. Habría sido una buena compañera y una madre afectuosa.
Frunció el ceño. Pero ella le había dicho que no deseaba tener niños. Sin importar cuánto tiempo él había esperado impacientemente por una familia.
Pero tampoco había sido una condenada bruja.
Nick giró sobre un costado para evitar mirar a _______. Esta confusión lo atormentaba tanto como la constante culpa, pero al menos con la culpa él sabía dónde se encontraba.
Oyó que _______ se agitaba y reconoció que su deseo por ella resurgía una vez más. Ella giró sobre un costado, luego sobre el otro. Oh, infiernos sangriento, ella no disimulaba el roce de esos sensibles pechos. Estaba dolorida por algo que él con mucho gusto mataría por darle.
Palpó su polla a través de sus vaqueros otra vez, siseando en atormentado aliento. Cientos ochenta años habían pasado desde que se había sentido atraído por alguien. Y a menos de tres metros de él, un cuerpo estremecido por la lujuria en la forma de una fantasía yacía dolorido por el toque de un macho.
¿Cuánto más podría soportar?
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Mensaje por Andrea P. Jonas:) Vie 28 Jun 2013, 8:12 pm

Capitulo 23


Sobreestimulación.
Estar al borde de la inmortalidad dejaba un montón de cosas que desear. Literalmente.
_______ no había tenido un vibrador en su bolso por nada. Necesitaba la liberación que tres veces por día le proporcionaba al igual que un enfermo la medicina necesaria, también podría haber tenido una prescripción para ello. Y ahora ansiaba un orgasmo tan desesperadamente que por un instante pensó en usar a MacRieve.
¿Cómo podía siquiera sentirse atraída por él después de su admisión? Intentó ignorar la necesidad. Piensa en otras cosas.
Ella no pensaría en cuan firmes eran sus labios o en cuan indoblegable había sido su erección cuando esta se había rozado contra su trasero.
Se preguntó si podría resolver esto por sí misma, sin que él escuchara. Dos rápidas caricias y estaría satisfecha. Al menos por un par de horas. Quizás él ya estaba dormido...
—Dioses, _______, tengo que tocarte.
No dormía.
—Vete al diablo.
—¿Crees que no notó cuánto necesitas a un macho? Sigues olvidando lo que soy.
—Sé exactamente lo que eres. Y de lo que eres capaz.
Se acercó a ella tan silenciosamente, que no se enteró que se había movido hasta que estuvo a su lado.
—Déjame ayudarte.
—Acércate más, MacRieve, y te fijaré al techo y cacarearé frente a tu cara como la bruja que soy.
Sus ojos debían haber mostrado dolor, porque él estrechó los suyos.
—Esto sólo empeorará. Si realmente estás pasando por la transición, no puedo imaginar cómo te debes sentir.
Bastante condenadamente mal. Y por mal quería decir caliente. La necesidad era implacable, no podía imaginarse cómo se acostumbraría alguna vez a esto. Ya era una adicta al sexo aún antes de estar a punto de alcanzar la inmortalidad y una eternidad de lujuria sobrehumana.
Y para empeorar las cosas no había tenido sexo, en cuatro años. El momento de su ruptura con el demonio Acton había sido lamentable, justo con la venida de los años de la capa. Cuando no había una jodida oportunidad de atraer a otro amante.
Ahora podría disfrutar del sexo una vez más. Ahora anhelaba que este Lykae la f*ollara.
—Si no me permitirás complacerte, entonces date placer a ti misma. —Ella había comenzado a notar que cuanto más excitado se ponía, más pronunciado se hacía su acento.
—Quizás lo haga... si te marchas.
—No puedo dejarte, no aquí sola. Sólo hazlo. Ambos hemos admitido que no eres tímida.
Estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo y oler su limpia esencia masculina.
—Conozco tu juego. Crees que me perderé tanto que cuando extiendas una mano, le daré la bienvenida a tu toque...
—Haré un juramento al Lore que no te tocaré. Esto te dará lo que necesitas y a mí una posibilidad para ganar tu confianza. No hay ninguna necesidad de que sufras sólo porque no confías en mí.
—¿Y exactamente qué harías tú?
—Lo mismo.
—Oh —contestó ella estúpidamente. La idea de verlo manoseando su gruesa erección hasta que se corriera hizo que el pensamiento racional abandonara su cerebro.
—Creo que me pondría de rodillas ante la idea de verte f*ollarte en este momento. —Sus dorados ojos eran tan intensos cuando la miró, como si en el mundo no hubiera nada más digno de ver—. O te devolvería el favor que me diste esta noche. —Con voz enronquecida, dijo—: _______, piensa en lo bien que se sentirá.
No podía apartar la mirada de los ojos de él, e incluso sintió asombro cuando ella misma palpó con la mano la crema del frente de sus bragas.
Las cejas de él se unieron.
—Ah, eres una buena muchacha —carraspeó él.
Ella tragó.
—Empieza tú.
Su mano voló hacia su propia cremallera. Cuando empezó a bajarla, el sonido fue sorprendentemente estrepitoso en la cueva. La abrió lentamente como si no quisiera asustarla por lo que estaban a punto de hacer. La respiración de ella se hizo rápida una vez que él agarró sus vaqueros.
Ella captó un movimiento por el rabillo del ojo alejando su atención. Una gran araña de cueva avanzaba lentamente a lo largo de la pierna de él, pero MacRieve estaba tan absorto mirándola que ni siquiera la notó.
Ella se puso de rodillas, mientras la alcanzaba. Él debió creer que ella apuntaba a su ingle porque silbó un juramento, y sus manos la tomaron de la cintura. Después de sostener a la araña con tres de sus dedos, se la presentó, mostrándosela. MacRieve la liberó bruscamente.
Cuando ella volvió a ponerse fuera de su alcance, se recostó, y los ojos de él se estrecharon.
—¿Sentías terror por ese escorpión en la tumba, pero no tienes miedo de una araña del mismo tamaño?
—No voy a tener miedo de cosas así nunca más, no después de tener insectos avanzando lentamente por todas partes... —En la más completa oscuridad, por semanas.
Los labios de ella se separaron. Qué recuerdo tan oportuno.
Un cubo de agua fría vertida sobre su cabeza no podría haberla despertado más bruscamente de ese sensual estupor. Su tono se volvió cortante cuando dijo:
—Y en realidad, creo que los íncubos cambiaron mi sensata dieta de sangre por algo, así que estoy acostumbrada. De todos modos como bruja, según las creencias tengo una conexión con todas las criaturas diabólicas.
La cara de él se demudó.
—Casi me hiciste olvidar el por qué te llaman Nicholas el Amargo. —Giró sobre su costado, lejos de él—. Pero ahora estaré en guardia.
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Andrea P. Jonas:) Vie 28 Jun 2013, 8:24 pm

Capitulo 24 (Cap de hoy)


_______ despertó a la mañana siguiente tan malhumorada como un oso al cual despertaran en invierno. Se sentía incómoda en su propia piel, exhausta por las sorprendentes demandas que el deseo insatisfecho plantaba sobre su cuerpo.
Se restregó los ojos somnolientos, exploró la cueva, pero no vio a MacRieve. Se había ido, dejando fruta para ella, la cual contempló con furia. La fruta no era su desayuno básico. No era una bebedora de café, pero era una comedora de Eggo, y no había tenido un solo gofre en semanas.
También había dejado una muda de ropa para ella y había empaquetado todo excepto su ropa de excursión y sus artículos de aseo. ¿Ahora pensaba en vestirla?
Una cosa fallaba en el conjunto: una capa. Por primera vez en años, _______ empezaría el día sin una capa o el hechizo de encanto.
¿Estaba preocupada por la predicción? Realmente no. Sospechaba que podría manejar "al guerrero inmortal”. ¿Su estrategia? Lanzarlo por los aires.
De hecho, no podía creer que hubiera tenido tanto pavor a eso y por tanto tiempo, y había fruncido el ceño al recordar todos los días en la playa que había perdido y las citas que había malogrado seguramente porque los machos creían que era una horrible pequeña troll cubierta por metros de tela escarlata.
Anoche podría haber reasumido su hechizo de encanto, pero ¿cuál hubiera sido el punto? El caballo ya estaba fuera del granero en aquel asunto. Además, no había comprendido cuan incómodo y agotador había sido para ella el hechizo de encanto hasta que se liberó de él, se sentía como si se hubiera desecho de un parásito de cinco kilos.
Una vez que se levantó y comenzó a moverse, se peinó el cabello en dos trenzas que le cubrían las orejas, como no había tenido que hacer durante años. Entonces sacó el espejo compacto de su neceser de artículos de aseo, pero no para comprobar su cabello o asegurarse que sus ojos no estaban hinchados por llorar la última noche. No, quería investigar aun más su nuevo descubrimiento.
Mirando meticulosamente al espejo, tragó, luego susurró:
—Mi madre dice que no debo pasar... —Cuando terminó de recitar toda la rima, su propio reflejo fue sustituido por el rostro con fulgurantes ojos y cabello arremolinado. _______ en realidad hacía conjuros, usando el poder adicional de otra casta. ¡Porque... era una extraña captromancer!
Decidió preguntarle el espejo algo que siempre deseó saber.
—¿Qué significa la marca en mi espalda?
En una lengua muerta, dice, la Reina de los Reflejos.
—¿Una reina? —Una bruja era considerada una reina de un elemento cuando era más poderosa en esa habilidad que cualquier otra bruja. _______ nunca había conocido una antes.
—¿Cuál es la advertencia en la rima? ¿Qué es lo que no debo conocer?
Te lo mostraré. —La mano rompió la superficie del espejo, el cristal se hizo maleable para permitirle el paso, y la manzana le fue presentada adecuadamente.
_______ estudió la fulgurante manzana, de repente su boca empezó a salivar por ella como si fuera un gofre. Sacudió la cabeza con fuerza.
—No, ¿por qué no sólo me lo dices?
Todas tus preguntas pueden ser contestadas si vienes conmigo.
—Bien, si tanto sabes, entonces dime por qué Nïx me dio la rima en vez de Elianna. O Jillian.
Coge mi mano.
—Sólo contestaras todas las preguntas a la vez, ¿verdad? —_______ estrechó los ojos ante la comprensión—. Y como todo clásico e irritante oráculo, raras veces me otorgarás una extrapolación o certeza.
El reflejo sonrió taimadamente. Genial. Un cristal mágico problemático. _______ comenzó a sospechar que este reflejo iba a demostrar parecerse a esas pequeñas notitas recordatorias que pegabas al ordenador, que al principio son de ayuda, pero al cabo de un rato sólo deseas que dejen de existir.
En cualquier caso, _______ tenía sus propias sospechas del por qué había sido Nïx quien le entregara la carta. Las Valquirias se volvían más fuertes cuando envejecían, y algunos en el Lore habían comenzado a susurrar que Nïx era lo suficientemente poderosa para afectar el resultado de un Accession. Nïx incluso había mencionado este suceso en la carta.
_______ le dijo al reflejo:
—Si eso es todo lo que tienes que decir, daré por concluida la sesión.
No olvides la manzana.
Cuando _______ la aceptó, masculló para sí misma.
—No olvides la manzana, bla, bla, bla. —Consciente de que se estaba riendo de su propia voz.
Aunque la ansiara, estaba nerviosa, sumamente tentada a darle un mordisco, pero temiendo sus efectos.
En los cuentos de hadas, los cuales casi siempre eran verdaderos, las brujas malvadas ofrecían manzanas debido a propósitos siniestros. Pero las manzanas eran consideras sagradas por todas las brujas como símbolos de conocimiento y premonición. No había más razones para considerar que era maléfica tanto como para pensar que era buena.
Sosteniéndola con ambas manos, echó un vistazo a todos lados inquieta. Quizás no debería estar sola en una tenebrosa cueva la primera vez que hiciera este salto de fe. Sí, la probaría... más tarde. Decidida, la deslizó dentro de su saco de excursión.
Cuando salió de la cueva, encontró que la niebla de la mañana era espesa, en lo alto el nublado cielo. Parpadeó y bajó el rostro, la decepción cayó sobre ella al no haber sol que pudiera sentir. Los vampiros tenían más sol de lo que ella había tenido en los últimos veintiún días.
Y probablemente no conseguiría nada parecido en las siguientes horas. En el adiestramiento para este viaje, había leído sobre las selvas de la zona y había aprendido que sólo un pequeño porcentaje de luz del sol traspasaba la canopia de la selva tropical hasta el suelo. Para captar la luz, la mayor parte de los árboles eran altos, esbeltos y delgados con denso follaje de hojas en lo alto. Lo cual hacia el ambiente extraño, a pesar de ser aún más sombrío, el bosque se extendía como un depósito con intermitentes pilares que sostenían el techo.
Vio que todos los demás estaban reunidos en las cercanías, aunque MacRieve se mantuviera a distancia a un lado. Todos los ojos cayeron sobre ella, con Cade concentrado en su cuello. Nerviosa por su escrutinio, casi deseó que se le escapara un “¡No hicimos nada!”
En cambio se giró hacia Rydstrom y le preguntó de forma casual:
—Hey, jefe, ¿cuál es el plan?
MacRieve rechinó:
—¿Quién lo hizo a él... jefe?
—Rydstrom es como un rey. —Ella lo miró de arriba a abajo—. Y tú... no.
—Soy el tercero en la línea... —Se calmó al advertir la mirada divertida de Rydstrom.
Rydstrom le contestó a ella:
—Vamos a tener que esforzarnos mucho para lograr entrar a Belice antes de tu convocatoria. Pero avísanos si necesitas descansar. —Cuando ella asintió, él continuó—: Cade quédate donde estás. Yo tomaré la delantera, las hembras permanecerán entre los machos. —A MacRieve le dijo—: Cuida la retaguardia.
Ella sabía que los ojos del Lykae estaban sobre su trasero cuando la ronca voz de él resonó:
—Cualquier día de la semana.
Entonces MacRieve se paró justo detrás de ella, los dedos de su pie tocaban los talones de ella, como si se estuviera tomando muy seriamente su trabajo.
—Si necesitas ayuda para escalar, yo te ayudaré. Evita que nada te toque, movible o inanimado. No tires de las lianas, jamás, e intenta pisar exactamente donde los demás lo han hecho. Déjalos que ellos se arriesguen. Hay serpientes en esta maleza, algunas salen fuera de su guarida para atacar. La fer-de-lance es una de ellas.
Ella había leído bastante en su investigación para saber que esta fer-de-lance era igual a malo.
—Y no bebas ningún agua que no haya sido hervida. Tengo una cantimplora en la mochila que ha sido procesada para ti. Simplemente dime si necesitas beber.
—¿Estás explicándome cosas que no son ilógicas? —preguntó ella, colocándose enojada la mochila
Tierney se rió cuando terminó de comer un plátano y rápidamente peló el otro.
—Parece que el hombre lobo no tuvo suerte anoche, ¿huh, escocés? —dijo entre mordiscos, parecía inclinado a recuperar en una mañana todo el peso que había perdido.
Recordado que MacRieve prefería a otra versión de ella, _______ echó una risa demasiado agradable sobre su hombro.
—Perdió la serie entera. Todo el banderín estaba... quebrado.
Cade le otorgó a ella una sonrisa cómplice antes de empezar a caminar.
—Observa tus pasos, brujilla —carraspeó MacRieve en su oído, su temperamento obviamente flameaba—. Ni siquiera he mostrado mi juego aún.


Nick estaba al límite después de un kilómetro y medio de viaje.
Tantas cosas podían herirla. Mientras jugaban a proteger al mortal, parecía que todo allí conspiraba en su contra. Mala agua, serpientes, alguna rana podría maditamente rebotar sobre ella.
Sentía como si estuviera llevando el más delicado cristal por una zona de guerra.
—¿Entonces planeabas vestirme después de todo? —preguntó ella una vez que dejaron atrás una desafiante elevación.
—Planeé empaquetar lo más temprano posible esta mañana, así podrías dormir un poco más. —Bajó la voz—. O terminar de hacer lo que no hiciste anoche. —Se sentía asombrado por mostrarse tan desinteresado en ese asunto. El deseo insatisfecho de ella la hacía más propensa a entrar en una cama con él, pero aún así, no podía estar de pie ante la idea del sufrimiento de ella—. Intentaba ser considerado. Aunque tenga poca experiencia en eso.
—No hablo de eso contigo. Simplemente no lo hago.
—Puedo sentir tu necesidad tan fuerte como la mía.
—Tal vez tenga esas necesidades, eso no significa que seas tú a quien elegiré para ayudarme a solucionarlo. —Su mirada fue a la deriva hasta Cade, quien ávidamente tomaba agua.
Con voz baja y ardiente, Nick dijo:
—Si siquiera consideras ponerle un ojo de apreciación una vez más, Mariketa, conseguirás que ese demonio muera. Todo lo que él quiere es “intentarlo” contigo. ¿Comprendes qué significa eso?
—De hecho, comprendo muy bien lo que significa. Es el ansia, lo sabes. Uno de mis novios fue un demonio.
—¿Novios? —Frunció el ceño—. Querrás decir amantes. ¿Cuántos estupidos amantes has tenido? —Se detuvo—. Eres fácil contigo misma, ¿entonces? ¿Con otros machos? Porque eso se acabará...
—¿Qué creías? —preguntó sobre su hombro—. ¿Qué era una virgen?
—Sólo tienes veintitrés años —dijo él, sonando bastante indispuesto, incluso para ser él—. Intento no pensar en ningún macho antes que yo. Pero si no eres una inocente, entonces esperaba que sólo hubiera sido una vez, en la oscuridad, con un torpe humano que fue tan inepto que tuviste que sofocar un bostezo o luchar contra las carcajadas.
Ella se encogió de hombros.
—Estoy segura de que el número de muescas en los pilares de mi cama no puede compararse con las tuyas.
—Aye, ¡pero tengo mil doscientos años! Incluso si hubiera tenido una hembra al año, comprenderías el por qué de la acumulación.
—Bien, soy joven. —Al instante en que él sintió un destello de tranquilidad, ella murmuró con una voz sensual—: Pero, cariño, he estado ocupada.
Los puños de él se apretaron con fuerza.
—¿Celoso?
Probablemente no creyó que él lo admitiría, pero con voz queda, dijo:
—Aye, envidio a todos los hombres que han puesto sus manos sobre ti. —Ella lo miró enigmáticamente, estudiando su expresión—. Ahora, si adivino el número de los que has tenido en tu cama, me dirás si he acertado.
Ella a toda prisa miró hacia adelante una vez más.
—No juego. Déjame en paz.
Él estrechó los ojos.
—Uno. Has tenido uno. —Los hombros de ella se pusieron rígidos de manera apenas perceptible, y él quiso desmayarse por el alivio.
—¿Por qué afirmas eso? —preguntó ella en un tono despreocupado.
—Porque cualquier macho digno de ti mataría a un rival que intentara alejarte de él. Supongo que el demonio fue el primero y el último. ¿Y cómo conseguiste que te dejara ir, entonces?
—¿Qué pasa si te digo que aún salgo con él?
Nick negó con la cabeza.
—Eso no es cierto considerando la forma en la que estuviste conmigo esa primera noche. Además, si te permitió entrar en el Hie sin estar allí para protegerte, entonces no te merece. Cuando regresemos, lo primero que haré será matarlo.
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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Mensaje por chelis Vie 28 Jun 2013, 10:04 pm

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!!! SON DINAMITA JUNTAAAA!!!!... JEJEJE ESPEREMOS QUE NO SE MATEN ENTRE ELLOOOSS!!!!!... AYEEE!!!!.. COMO DICE NICK!!! ESPERO HASTA EL PROXIMO CAAPIIISSS
chelis
chelis


http://www.twitter.com/chelis960

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Ansia De Pasión (Nick Y Tú) - Página 6 Empty Re: Ansia De Pasión (Nick Y Tú)

Mensaje por Mire Sáb 29 Jun 2013, 11:28 am

Lo siento, me desaparecí otra vez :c
La nove está genial, me encanta
Amo cuando Nick se pone celoso
Síguela pronto (:
Mire
Mire


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Mensaje por HeyItsLupitaNJ Sáb 29 Jun 2013, 2:03 pm


Hola! :3
New Reader! ;)
Me Encanto la nove, te lo juro!
Amo todo eso del macho sobre protector!
Veremos que tanto tiempo más duran sin tocarse!
Son tan perfectos esos dos! :love: 
Ah y me encanta que el Nicho este celoso!  :twisted:   
Esperando el siguiente capi! 
Nos Estamos Leyendo! *.*
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
HeyItsLupitaNJ


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Mensaje por Andrea P. Jonas:) Sáb 29 Jun 2013, 7:19 pm

HeyItsLupitaNJ escribió:
Hola! :3
New Reader! ;)
Me Encanto la nove, te lo juro!
Amo todo eso del macho sobre protector!
Veremos que tanto tiempo más duran sin tocarse!
Son tan perfectos esos dos! :love: 
Ah y me encanta que el Nicho este celoso!  :twisted:   
Esperando el siguiente capi! 
Nos Estamos Leyendo! *.*
Lu wH!;*
X
:bye:

¡BIENVENIDA! :canto: 
Que bueno que te gusta la nove :happuy:  gracias por comentar :corre: 
Andrea P. Jonas:)
Andrea P. Jonas:)


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