The Heather|NC|One Direction y más|

Pero.. ¿Esto qué es? ¡TORN! Pensé que me ibas a avisar cuando subieras el tema, pero no, Ele se ha tenido que buscar la vida. Ofende, ¿sabes? Se lo diré a tu hermana y la obligaré a que te castigue, ¡JÁ! (?
Bueno, dejando atrás ese párrafo un poco.. ¿raro? Te vengo a decir que tenéis nueva lectora, no necesito presentación creo. Así que solo pido que la empecéis pronto :).

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Cuando todos los chicos a los que habían citado aquella tarde llegaron al estudio televisivo, fueron trasladados hacia un salón. Según les habían informado, deberían quedarse allí -al menos- unos veinte minutos hasta que encuentren a las actrices acorde a la descripción que les habían enviado.

— ¿Qué opinan de todo esto? —Comenzó la conversación el moreno, llamado Zayn. Todos los presentes en el salón dirigieron su vista hacia él, que mantenía la mirada enfocada en algún punto fijo de la sala, mientras rascaba su barbilla. Ninguno se atrevió a contestar, quizá porque les pareció extraño el que le hablase a jóvenes que no conocía, o no tenían una respuesta en concreto. —Me refiero a que ¿está bien lo que hacemos, por una chica? —Esta vez los miró a todos, ahora sí, esperando una respuesta.
— Yo creo que si amas a alguien, debes arriesgarte hasta el último momento por esa persona. Aunque seas rechazado. —Sentenció Liam, con sus codos en ambas rodillas y sus manos sosteniendo su semblante.
— Concuerdo con él. —Habló el ruloso, Harry, que señaló al castaño vulgarmente.
— Aún no se porque estoy aquí, pero quiero recuperar a Emily sea como sea. —Tomó la palabra aquel rubio, Niall. Todos lo miraron, queriendo deducir quien era la dueña de ese nombre.— Mi ex. —Habló cortante, mirando hacia sus manos. Todos asintieron para sí mismos, en una forma de dar a entender que conocían su situación. Y la verdad, era que lo interpretaban a la perfección; ellos estaban allí por la misma razón. Algunos por diferentes argumentos, otros concordaban con la misma historia de porqué fue dejado. De una u otra forma, tenían algo en común; el estar desesperados por recuperar aquella mujer que en sus tiempo, los hizo tocar el cielo con las manos.

La puerta principal se abrió de golpe, dejando ver la figura de un barbudo y cincuentón hombre, que mantuvo la puerta abierta con su mano para dejar pasar a siete chicas. No tardaron demasiado para darse cuenta de que eran las actrices al ver las diferentes remeras que traían puestas con extraños garabatos que conformaban el logo principal de “The Heather”.

— Buenos días, chicos. —Habló el hombre barbudo.— Me llamo George Lunrich y soy el dueño de esta compañía. Personalmente he leído y releído cada una de sus historias, y llegué a la conclusión de que entrarán en el reality, o como quieran llamarlo. —Hablaba mientras caminaba de izquierda a derecha, con los brazos en su espalda. Las muchachas que se encontraban detrás suyo lo miraban mientras hablaba, sin embargo, los chicos que estaban del otro lado, las miraban a ellas.— ¿Escucharon? Nada de peleas, nada de locuras, nada que tenga que ver con hospitales. No quiero que ninguna de estas chicas termine lastimada. Y una cosa... Nada de enamorarse. El amor es un hoyo del que no puedes salir, y ya ha sucedido antes. —Levantó el dedo índice. — ¿De acuerdo?. —.
— Si. —Hablaron todos casi al mismo tiempo. George asintió bajando la mano, y se dirigió hacia las chicas.
— Lo mismo con ustedes, chicas. No me importa si estos chicos terminan en el hospital, obvien esa parte. No caigan.— Las miró a todas. Una por una. Las jóvenes asintieron y Lunrich prosiguió.
— Ahora, les diré con quién deben trabajar. Y nada de quejas. —Tomó una lista que yacía en una pequeña mesa en un rincón. — ¿Zayn? —Observó a los muchachos. El castaño elevó su mano en el aire, como si de una clase se tratara. — Con Jamie. —Escribió algo en su libreta, mientras que la chica fue a su lado. — Connor, con... —Releyó la nota. — Con Annie. —Annie suspiró y se fue al lado del muchacho, que con un débil “Aquí” le indicó cuál de los seis chicos restante era. — Los rubios, juntos. —Lena rió y se acercó al único chico blondo que estaba presente en aquella sala, más no sabía su nombre aún. — Snix, querida Snix, perdóname. Irás con el de los rizos. —Con una señal desganada indicó al ruloso con su birome. Éste al observar como la morocha se acercaba, le dedicó una leve sonrisa e hizo un pequeño espacio para que pudiera entrar en aquella fila. — Harriet, con Logan... ¿Mikesmall? Niño, que apellido te has tirado. —Rió torpemente, mientras la joven se acercaba a paso lento al chico, junto a un pequeño movimiento de cabeza. — Mi linda Bella Collins. —La muchacha lo miró mal, a lo que se limitó a proseguir.— Con Louis. —Habló junto a una falsa tos. — Y ya se imaginarán que ustedes dos son los últimos, así que juntos. —La pelirroja asintió y junto a una sonrisa se acercó a el castaño.
— Ahora, comenzarán a trabajar a partir del día lunes, osea, tienen todo el fin de semana para planear una estrategia. Ese día los espero a todos aquí, nada de retrasos, llegadas tardes o demás, no hay justificación. Son libres de hacer lo que quieran, buena suerte chicos. —Y con eso, todos los presentes en la sala se retiraron de allí, perdiéndose en sus mundos y viviendo otro día más.

Pero quizá, aquel lunes que se aproximaba sería distinto a los demás.