Solving my Problems (Niall Horan)

Golpeé mi puño contra la pared y sentí los cimientos de la cabaña temblar, había ido a refugiarme ahí en cuanto supe lo que había pasado. No podía creerlo… Mi propio padre estaba muerto.

Muerto.

Si yo no hubiera tomado el auto, él no habría tenido que irse en autobús y no habría chocado y no estaría muerto. Golpeé la pared con mi puño otra vez, y esta vez, el dolor que me atraviesa es por un momento mayor que el de mi corazón. Me sequé las lágrimas con furia y caminé hacia el baño para limpiar mi mano, la cual ahora estaba sangrando. Mi reflejo me devolvió una imagen de mí mismo que no fui capaz de reconocer:

Ojos azules enrojecidos, bolsas oscuras enmarcándolos, mi cara pálida sin el usual color rosa en mis mejillas, mi mano a un costado de mí goteando sangre y finalmente mi cabello rubio aplastado y decolorándose.

No sé cómo lidiar con esto, cómo sobrellevar algo que definitivamente fue mi culpa y que no puedo arreglar. Suspiré lentamente, mis ojos y mi mano doliendo, y me senté en el piso del baño, en este momento lo único que se sentía correcto y que era capaz de hacer: era llorar.

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-¡Ay Dios, es muy tarde! – Corrí y agarré mi bolso que estaba en el suelo junto a la puerta de entrada - ¡Mamá me voy!
-¡Bueno! – la oí gritar desde su pieza y me detuve un segundo para chequearme una última vez en el espejo de la entrada ¿Cabello castaño peinado hacia atrás? Listo, ¿Maquillaje? Listo, ¿Bolso y almuerzo? Listo. Me miré por un segundo más y le sonreí a mi reflejo, luego salí corriendo hacia mi auto (comprado con mi esfuerzo de años) y tomé rumbo hacia la escuela.

Cuatro meses más y estaría fuera para siempre, lista para hacer lo que siempre he querido: Modelar de verdad. Tengo un buen currículum, la agencia y el contrato, solo necesito salir de la escuela y hola al modelaje a tiempo completo. Llevo haciendo esto desde que tenía doce años y vi un cartel de que había audiciones abiertas para modelar la ropa de una tienda. Fue ahí cuando decidí probarlo y me enamoré, que me sacaran fotos, poder ponerme la ropa, así como modelar con ella, poder expresarme con mi cuerpo, eso fue lo que más me gustó de todo; si bien era un trabajo duro y demandante, amé lo diferente que podía verme con ropa que no necesariamente usaría. Mi mamá se opuso a que modelara desde un principio, cuando vio que era más como un trabajo que un hobby y sintió que yo me estaba exponiendo, pero mi papá dijo que podía intentarlo y la convenció. Quizás pensaron que no me iban a seleccionar, la verdad no lo sé.

Pero desde que me eligieron en esa primera audición no me he detenido en ningún momento, la única condición que me impuso cuando vio que las ofertas no paraban de llegar, mi mamá fue que terminara la escuela y que no podía bajar mis notas. Yo cumplí y le agradezco que me haya permitido seguir modelando porque si hay algo que amo en el mundo es hacer lo que hago; por otro lado mi mamá ya se acostumbró y asumió que esto es lo quiero hacer con mi vida, tanto ella como papá me apoyan incondicionalmente y si bien, sé que mamá hubiera querido que estudiara en la universidad ya que ella no tuvo la oportunidad de hacerlo, no lo descarto en un futuro, pero justo ahora esto es lo que quiero hacer con mi vida y que ellos estén de acuerdo conmigo y me apoyen es una de las cosas que me hacen más feliz.

Me estacioné con cuidado en el único lugar que pude encontrar y abría la puerta para bajarme, apenas había puesto mis pies en el suelo cuando alguien me gritó:

-¡Ten cuidado idiota! – Levanté mi mirada y me encontré cara a cara con Niall Horan casi estampado en la puerta de mi auto.
-Perdón – le dije, pero furiosa por dentro, había un camino después de todo, no era necesario caminar entre los autos.
-Sí, lo que sea, fíjate más la próxima vez – Y siguió caminando.
Salí del auto dispuesta a gritarle a su espalda cuando Jen rió.
-Para los motores Elle, pelearse con ese chico no te traerá nada bueno.
-Ay sí, es que me saca de quicio – le dije cerrando mi auto con llave y revisando que no hubiera nada adentro, ni ninguna ventana abierta – Desde que volvimos de vacaciones en enero que está insoportable, solía ser muy amable y risueño, pero ahora uff.
-Escuché que su familia está teniendo problemas, que sus padres se están separando o algo.
-Que mal, pero eso no justifica lo que hace, no te vi a ti atacarme así nunca.
-Quizás porque nunca podía parar de llorar – Jen enlazó su brazo con el mío - ¿A qué no sabes qué pasó el fin de semana?
-Mmm no ¿Qué?
-Bueno ya sabes que siempre me gustado Liam.
-Oh Dios, ¿Te enrollaste con él?
-Enrollarse es una palabra tan fea… - ante la mirada escéptica que le di, ella rió – Bien, unos cuantos besos nada más, ya sabes, como es un caballero…
-Umhú ¿Y estaba “tú sabes quién” ahí también?
-Por supuesto, se bebió todo lo que había, besó por lo menos a tres chicas, coqueteó con todas ellas y sé que se acostó con Leslie esta vez.
-¿Leslie? – Susurré – Ella sí que es una perra ¿No sé acostó con Mark la semana pasada cuando Louis la rechazó?
-Sí, eso oí – me dijo Jen.
-Eso oí yo también – dijo una voz masculina haciéndonos saltar.
-¡Louis! ¡No nos asustes así! – gritó Jen dándole un manotazo.
-Pues no vayan susurrando por ahí, como si estuvieran planeando un asesinato.
-¿A quién planean matar? – dijo otra voz ronca, mientras un largo brazo nos caía en los hombros.
-Harry – Me removí – Para de aplastarnos.
-Estoy abrazándolas – dijo quitando su brazo – A ti – me apuntó – no te vi este fin de semana. A ti – apuntó a Jen sí te vi. Y a ti – apuntó a Lou – te veo demasiado.
-Já, ahora ¿Cómo fue tu sesión Elle?
-Bastante bien, aún no puedo creer que apareceré en Teen Vogue, es tan irreal.
-Sí, y yo soy tu mejor amiga, es tan genial – rió Jen soñadoramente.
-Me alegro de oírlo – dijo Harry – Pero, ¿De quién estaban hablando cuando llegamos?
-De Niall – Le susurré a Harry – Jen me contaba sobre este fin de semana.
-Ah sí – dijo Lou susurrando también – Lo escuché.
-¿Qué quieres decir con lo escuché? Estuviste ahí – se quejó Jen.
-Pero no estoy siempre pendiente de él Jennifer – le respondió él y se veía venir una discusión.
-En fin chicos, necesito ir por mis cosas ¿Nos vemos al almuerzo? – les pregunté a mis amigos.
-Por supuesto, diviértete en clases – gritó Harry sumergiéndose en un pasillo lleno de gente y haciendo que todos le prestaran atención.
-Seguro – reí – Ustedes también.

Vi a Louis y a Jen caminar hacia sus casilleros (los cuales estaban uno al lado del otro) aún discutiendo, pero ahora del baile de fin de año ya que Louis era parte del consejo estudiantil y tenía a cargo la decoración del gimnasio. Caminé con lentitud hacia mi casillero, no tenía ganas de estar sentada todo el día escuchando cosas que quizás nunca en la vida usara pero, sentía a la vez que cada paso que daba era uno más que me sacaría de aquí. Es decir, he disfrutado de mi tiempo en la escuela, con mis amigos de toda la vida, he aprendido más de lo que alguna vez creí no solo contenidos sino que también experiencias de vida, tanto de mis profesores como de otros, pero… Me siento perdida aquí, sé lo que quiero pero, verlos a todos enfocándose en saber que quieren estudiar o dónde, me hace sentir marginada; cosa que es realmente estúpida porque amo lo que hago y estoy feliz por aquellos como mis amigos que más o menos saben dónde y que seguirán una vez que egresemos.

Suspiré tratando de alejar los malos pensamientos y abrí mi casillero guardando algunos cuadernos y sacando otras cosas que necesitaba, cuando algo chocó contra mí mandándome de frente contra la puerta abierta de mi casillero.

-¡Ay! – Miré a mi alrededor sobando mi frente – ¡Ten más cuidado! – le grité a Niall cuando vi que él era el causante. Estaba apoyado en su casillero muy tranquilo mirándome.
-Oh perdona, ¿Lastimé tu fuente de dinero? ¿Vas a llorar? – rió Niall cruelmente, pero no le di la satisfacción de responderle, cerré mi casillero de un golpe y me dirigí a mi salón de clases. Cuando estaba a punto de doblar en la esquina lo sentí pasar por mi lado y darme un empujón con su hombro.
-Para la otra piénsalo dos veces antes de abrir la puerta de tu auto – y con eso dicho se alejó por el pasillo hacia las puertas de escape. Negando con mi cabeza, me pregunté que habría causado que el amable Niall Horan se hubiera transformado en este monstruo.

¡Primer capítulo! Espero que les haya gustado, que se entienda y que se vayan haciendo una idea de lo que se viene :) Un besito y gracias por leer y comentar a quienes lo hagan.

Capítulo 2


-Hola – les dije a mis amigos mientras me sentaba a su lado en la mesa.
-Hola – me respondió Jen con su boca llena de comida.
-¡Oh vamos! Para de hacer eso – se quejó Harry
-¿Hacer qué? – preguntó mi amiga con fingida inocencia, pero mostrándole a Harry todo lo que tenía en su boca.
-¡ESO!
-Déjalo ya Jen – le dije a mi amiga – Al chico le va a dar una aneurisma.
-Cambiando de tema – dijo Louis que venía recién llegando con su bandeja del almuerzo – No terminamos de hablar de Horan en la mañana, lo que quería contarles era que incluso sus amigos cercanos están preocupados.
-¿Por amigos cercanos te refieres a Liam y Zayn con quiénes ustedes insisten en pasar el rato? – les pregunté, no siendo capaz de ocultar mi irritación. Cosa que ocurría cada vez que hablábamos del “rubio”.
-¿Pasó algo? Estás demasiado asesina el día de hoy – me preguntó Harry riendo.
-Agh, lo siento chicos, es que – suspiré – Tuve un encontronazo con Horan esta mañana.
-¿Aparte de lo del auto? – preguntó Lou obviamente ya al tanto de todo.
-Sí, me empujó contra mi casillero y me pegué en la cabeza con la puerta – ellos ahogaron un sonido buscando mi frente con la mirada, gracias al cielo no me había quedado marca. No tanto por mí, sino por el escándalo que mis amigos podrían armar. – Y luego me amenazó por haber abierto la puerta de mi auto ¿Quién mierda se cree que es?
-Alguien con muchos problemas – reflexionó Harry.
-No sé bien que ocurrió, porque Liam y Zayn están siendo herméticos respectos a ello, pero debe haber sido algo duro.
-No me importa realmente lo que pasó, solo quiero no tener que encontrarme más con él de esa manera.
-Bueno, mala suerte porque hablando del Rey de Roma, ahí viene entrando tu antiguo amor.
-¡Louis shhh! – Susurré con furia y más que como persona terminé sonando como una serpiente – No quiero que alguien me vaya a vincular con él.
-Bahh – dijo él desestimándolo con su mano – Nadie en su sano juicio creería que tú podrías tener algún tipo de relación con él. Eres…
-Demasiado modelo – agregó Harry pensativo, ante lo que le pegué en el codo y se manchó la ropa con comida -¡Oye!
-Me están tratando como si fuera una modelo tonta, la cual no soy – les dije enojada, ellos siempre me molestaban así, pero ahora por algún motivo, me molestó más.
-Hey, hey – dijo Jen – No te enojes, ya sabes que no lo decimos en serio.
-Lo siento – les dije tratando de calmarme – No sé por qué me lo tomé tan mal…
-Supongo que Horan te tiene mal – río Jen.
-¿Podemos sentarnos aquí? El resto del lugar está lleno – dijo de pronto una persona de pie junto a nosotros, miré y me encontré con Liam, Zayn y sí, Horan.
-Pero, sí, claro – chilló Jen haciendo que Liam se sentara a su lado, Zayn se sentó junto a Lou y Harry y Horan, que estaba evitando mirarnos, cayó como peso muerto junto a mí haciendo que parte de mi almuerzo se cayera del pote que mi mamá me había mandado.
-¡Ten cuida…! – empecé a decir, pero vi la mirada de advertencia de Harry y me serené a mí misma. ¿Quería a este chico estampando mi cabeza en la pared para la próxima? Diablos, no. Así, que agarré lo caído con una servilleta y decidí botarlo después, no iba darle la satisfacción de caer en su juego y enfrascarme con él.
-Entonces, Elle – dijo Zayn llamando mi atención – Escuché que vas a salir en Vogue, felicidades.
-Oh no – reí – ¿La gente sigue con ese rumor? Es Teen Vogue, es diferente…
-Es lo mismo para mí – dijo Liam amablemente, pero sin quitar los ojos de Jen.
-Pero no lo es, la diferencia está en que… - empecé a decir pero Horan fui interrumpida.
-No nos importa, así que haznos a todos un favor y cállate de una vez – me dijo Horan sin mirarme y jugueteando con un encendedor.
-¿Disculpa? Tu amigo me hizo un pregunta y yo le estoy respondiendo – le gruñí, este chico sí que me sacaba de mis casillas.
-Pero nadie quiere realmente oírlo – me respondió con sus amigos tratando de distraerme y salvar la conversación, y con los míos prácticamente agarrándome de los brazos para que no le saltara encima – Todos estamos hartos de ti hablando y hablando de lo linda que te ves en las revistas y esa mierda, no es un trabajo de verdad, solo te sacan fotos, deberías saber que si vendes no es precisamente por tu inteligencia.
-¡Mira quien lo dice! – Le grité y a la distancia noté que el resto de las personas en el casino estaban atentos a nuestra discusión – ¡Al menos hago algo! ¡Tú solo te la pasas de fiesta en fiesta, bebiendo y acostándote con chicas! ¿Cómo eso puede ser un mejor aporte a la sociedad?
-El día que tu trabajo sea considerado una verdadera profesión creo que no voy a ser capaz de vivir en este mundo más – me respondió condescendientemente, pero pude ver la mirada alarmada de sus amigos y ello capturó mi atención, pero no quise ser obvia con mi insulto así que no le dije que el mundo estaría mejor sin él.
-¿Bueno sabes qué? Al menos lo que hago se considera un trabajo, cosa sobre la cual tú claramente no tienes idea - le dije en cambio, poniéndome de pie, lista para alejarme de ahí.
-Pareces estar bastante informada sobre mí ¿Celosa de que no eres tú con quien me acuesto cada vez?
-¡¿QUÉ?! – grité, mi voz resonando por todo el comedor, por el reojo de mi ojo vi a Lou mirarnos boquiabierto con una expresión de risa en su cara. Maldito traidor. - ¿Cómo has podido llegar a esa conclusión? Creo que la droga ha afectado tu cerebro, evidentemente te perdiste el veneno de mis palabras – Y con eso agarré mis cosas y salí del lugar pisando el suelo con furia.

Sin embargo, para mi pesar escuché a Horan gritar:

-¡No huyas Gabrielle, hay suficiente Niall Horan para ti! ¡Estoy seguro que puedo encontrar un espacio en mí ocupada agenda para la primera chica que gustó de mí! – Tuve suerte porque ya había atravesado la puerta del comedor y porque todo fue tan bizarro que nadie rió, pero si alguien hubiera visto mis mejillas sonrojadas, habría sabido que sus últimas palabras eran verdad.

Me había gustado Horan desde que habíamos empezado a tener casilleros contiguos, y eso había sido hace cuatro años, era solo desde que había cambiado que yo le había hecho el quite. Al principio traté de hablar con él, pero pronto me di cuenta de que él no quería ayuda alguna, por lo que me di por vencida y me alejé.

Nunca se lo dije, pero él claramente lo sabía y ahora él me había recordado todo eso y lo odiaba por ello, pero por sobretodo detestaba no poder tener yo la última palabra, y también lo odiaba a él por tenerla.
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Perdón por la demora, trataré de subir todos los viernes de aquí en adelante, besito y ojalá les guste el capítulo. :)

-Aish, ¿Quién se cree qué es ese Horan? – murmuré mientras me alejaba por el pasillo hacia la azotea.
Realmente el chico se había pasado, no tenía ningún derecho de avergonzarme de esa manera, también tonta yo por responderle y caer en su juego.

No sé que pude haber visto en él alguna vez, esos momentos se sentían tan lejanos ahora, tiempos en los que mi estómago dolía tan solo por la anticipación de llegar a mi casillero y verlo. Antes amaba conversar con él por las mañanas, así como el almorzar con él cuando se sentaba con nosotros; él siempre era bueno y gracioso, un poco despistado pero era amable y siempre tenía una sonrisa en el rostro, ahora ni siquiera dirige la mirada y parece que… Bueno, en realidad no lo parece, anda constantemente enojado.

Abrí la puerta que daba hacia el techo y recibí una ráfaga helada, el clima estaba mejorando cada día, pero aún no estaba del todo cálido. Sin embargo, la brisa me hizo tomar un respiro y me sirvió de algo para botar mi rabia y tratar de dejar de pensar en el imbécil de Horan, después de todo él no merecía mi atención de esa forma, así que iba a dejarlo estar. Harry tenía razón en algo, era mejor no hacerle caso y dejarlo refunfuñar solo.

Di un paso adelante y cerré la puerta tras de mí, a veces me gustaba subir aquí tan solo para estar tranquila, muy poca gente sabía que la llave siempre estaba puesta en la puerta, así que por lo general no había nadie. Me acerqué a la orilla y miré hacia abajo, tres pisos me separaban del suelo y si bien, nunca había sufrido de vértigo no iba a arriesgarme tampoco, así que me senté con la espalda apoyada en el pequeño muro que se formaba en la orilla y respire profundamente, Horan quedando cada vez más en el fondo de mi mente.

-¿Enojada eh? – dijo una voz haciéndome saltar. Seguí el sonido de la voz que hablaba y me encontré con Joseph mirándome de vuelta, estaba sentado en la misma posición que yo, pero en una esquina en la que no llegaba el sol, por lo que no lo había visto antes.
-Joseph ¿Has estado aquí todo el rato? No te había visto – le comenté, sintiéndome un poco culpable, el chico no era una muralla después de todo, era sexy como el infierno, alto, delgado y ligeramente musculoso, con cabello castaño claro y ojos verdes que paralizaban a casi todas las chicas de la escuela.
-Sí, creo que estabas demasiado enfadada para notar algo a tu alrededor – rió él poniéndose de pie lentamente y viniendo a sentarse a mi lado.
-Lo siento, vine aquí solo a interrumpirte – murmuré sin encontrar su mirada, de pronto me sentía tímida. Oh ironía, ironía.
-No te preocupes – me dijo empujándome juguetonamente con su hombro – Después de todo fui yo quien te enseñó este lugar.
-Sí, es cierto – le dije devolviéndole la sonrisa. Como decía que ironía, efectivamente fue él quien me enseñó que la llave siempre estaba puesta, solíamos escabullirnos hacia aquí para besarnos. Hubo un tiempo en el que él era mi mundo y yo era el suyo, muchas cosas han pasado desde entonces, mi trabajo en el modelaje comenzó a ser más y más serio y él comenzó a estar más ocupado con sus voluntariados, comprometido con la comunidad y luchando porque algo como eso lo llevé a una universidad prestigiosa.

Poco a poco encontramos más difícil vernos, en parte por lo ocupados que estábamos y en parte porque no queríamos poner esfuerzo en vernos. Terminamos el año pasado, y hacía mucho tiempo que no me lo encontraba frente a frente como ahora, solos. Nuestra relación duró un año y medio, por lo que no fue solo un chico con el que estuve, sino que fue alguien al que amé, la mayor parte de mis experiencias en el amor las había vivido con él y si bien fue triste para mí terminar nuestra relación de la forma en la que lo hicimos (mayormente sin explicaciones y sin decirnos nada), viéndolo ahora aquí frente a mí mi corazón se sentía estable y no parecía tener mariposas revoloteando en mi estómago.

-Entonces, ¿Cuál es el problema? – Me preguntó sin sonreír ya - ¿Algo en lo que puede ayudar? – Oh Joseph, no sé si es porque lo conozco tan bien o porque la gente realmente no cambia, pero sabía que llegaría el momento en que intentaría saber que estaba más e intentaría arreglarlo. Ese podía ser su don, pero a la vez también era su mayor defecto, intentar arreglar cosas (o personas) cuando no necesitaban ser arregladas.
-Nada, solo discutí con Horan – suspiré tratando de sacar la amargura de mi pecho.
-¿Horan eh? – me dijo, sin sonreír otra vez - ¿Aún tienes una obsesión con él?
-¿Qué? – le dije de manera un poco brusca. Yo no estoy obsesionada con ese tipo, ¿Por qué él sugeriría algo como eso?
-No te enojes – dijo levantando sus palmas y riendo – Es solo que solía ponerme celoso de él, y rayos aún lo estoy, siempre que me acercaba a tu casillero estabas hablando con él y le ponías tal atención que me sentía desplazado, creo que nunca me miraste como a él.
-¿De qué estás hablando Joseph? – le dije sin encontrarle la gracia - Yo te adoraba, cada vez que te veía caminar hacia mí, tenía que pellizcarme para asegurarme que era realidad que tu y yo estábamos saliendo juntos. Solo me faltaba besar el suelo por el que caminabas.
-Bueno, es cierto que yo te tuve y él solo era alguien con su casillero cerca, pero tú siempre hablabas de él, o lo invitabas a venir con nosotros – de pronto su rostro estaba muy cerca del mío y sus ojos brillaban con diversión – Y sí, el chico era buena onda, pero en verdad me ponía celoso el hecho de que le prestaras atención.
-Es verdad, que solía tener un flechazo en él – suspiré admitiendo la derrota – Pero mientras estuve contigo fuiste el único al que amé y miré. Además ahora es un maldito que se la pasa insultando a la gente y con quien no quiero tener nada que ver ¿Satisfecho?
-No realmente – dijo sin alejarse de mí y con su semblante tornándose serio.
-¿Qué? – No entendía nada ¿Por qué no estaría satisfecho?
-La verdad es que – Tomó aire – Que nos hayamos encontrado aquí es algo que estaba buscando hace un tiempo, si bien resultó ser una casualidad, el hecho de que estés aquí y de que ya no quieras tener nada que ver con Horan, me da el valor para hacerte una pregunta que he querido hacerte hace un tiempo.
-Joseph yo… - Empecé a decir, temiendo lo que me iba a preguntar.
-¿Aún sientes algo por mí? – Me preguntó de golpe, como si le hubiera costado sacarlo de su sistema – Porque te he extrañado y estaba pensando que si estás de acuerdo, podríamos intentarlo de nuevo, darle una segunda oportunidad.
-Yo… Joseph… - Sinceramente me había dejado sin palabras, ¿Qué le decía al chico ahora? ¿Cómo decirle que no siento lo mismo? ¿Qué ya lo superé?
-Déjame sacarlo todo – me susurró – Ha pasado un tiempo desde que nos separamos, pero si bien al comienzo pensé que era lo mejor, no ha pasado ni un día en el que no piense en ti, ni en el que quiera volver contigo. Estamos un poco más acostumbrados a nuestro ritmo de vida ahora y siento que podemos retomar lo que tuvimos – Tomó mi rostro entre sus manos y buscó algo en mis ojos.
-Joseph – le susurré a mi vez – No creo que pueda darte la respuesta que quieres – Pensé en los momentos juntos y en todo lo bueno, pero lo malo también se entremezcló: sus amigos nunca me habían querido porque me encontraban tonta, hacían la diferencia solo debido a que me gustaba ser modelo, su madre creía que era una mala influencia para él, aún cuando nunca me dijo nada a la cara incluso él pensaba que yo desperdiciaba mi potencial en ser modelo, cuando debería ir a la universidad mejor. A pesar de eso, yo lo amaba, pero justo ahora no podía pensar en qué me había gustado de él en primer lugar.
-Por favor, tan solo dime que lo vas a intentar – susurró y pude sentir su aliento en mis propios labios, lo que hizo que mi columna temblara de forma involuntaria.

Me maldije por sucumbir a eso, pero él lo tomó como una luz verde y posó sus labios en los míos, al principio fue suave y delicado, como si estuviera reconociendo el terreno, recordándome, pero luego se puso más agresivo y yo recordé de forma súbita que me encantaba de él. No solo la forma en que besaba, ni la forma en que me tocaba, sino que la forma en que me cuidaba, como si yo fuera un valioso tesoro, como velaba por mí y me escuchaba; los recuerdos de nosotros me llenaron de nostalgia y le devolví el beso, solo tuve que abrir ligeramente mi boca para que él se apoderara de mi lengua y para que yo me sintiera transportada en el tiempo. De pronto éramos nosotros dos en mi cama, él sobre mí, yo con mi vestido de flores, mis padres no estaban y era ya de noche, a lo lejos sentía seguir la película que habíamos estado viendo, pero que habíamos interrumpido con un fugaz beso que se había transformado en algo más. Esa noche había sido maravillosa, incluso aunque habíamos despertado con mis padres llegando y él había tenido que salir por mi ventana y escabullirse por el patio trasero, esa noche era en la que nos habíamos acostado por primera vez, habíamos tocado el tema últimamente, pero no nos sentíamos preparados, sentíamos tanta presión que habíamos estado planeando hasta el último detalle. Sin embargo, esa noche sucedió y fue espontáneo, no lo habíamos planeado así, pero se sintió correcto; este beso me recordaba a esa noche, llena de esperanzas y promesas de lo que alguna vez tuvimos.

Nos separamos para tomar aliento, nuestras respiraciones resonando, mis manos bajo su camisa y las de él una en mi rostro y la otra en la parte baja de mi cintura.

-¿Aún crees que es una locura volver? – me preguntó risueño.
-Sí – respondí sinceramente – No te voy a negar que quizás nuestro rompimiento no fue muy limpio, porque tú sabes solo nos alejamos, pero creo que volver sería lo mismo.
-¿En serio? ¿Este beso no te dice nada?
-Por supuesto que sí – reí – Que aún eres un maldito buen besador.
-Elle, una oportunidad – me rogó – Es todo lo que te pido, que reconsideres nuestra ruptura. Que le des otra oportunidad a los nuestro.

Miré su rostro y pensé en el beso, ciertamente había sacado a relucir algunos sentimientos que creí olvidados.

-Está bien – dije sin estar totalmente convencida, pero cayendo por ese beso, toqué mis labios los cuales se sentían hinchados – Una oportunidad, eso es todo.
-Te prometo que todo estará bien – me besó ligeramente y me sonrió, le devolví la sonrisa y arreglé mi cabello. El timbre sonó y nos encaminamos hacia el interior.
-Nos vemos luego ¿Sí? – me dijo una vez que nuestros caminos iban a separarse.
-Seguro – le respondí y nos alejamos, yo aún con dudas, pero con la felicidad de haber olvidado a Horan por el momento.

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Nenas espero que les guste el capítulo, lo escribí con amor. Besito