Scarlet Foster {Niall Horan}

— Scarlet Foster, la chica lela del salón —dijo riendo una rubia— es una tarada. No sabe lo que hace o dice.
— ¡no le haga caso! —dijo un castaño— ella es una chica autista.
Niall Horan miraba con pena a Scarlet, la chica de cabello pelirrojo ondeado estaba suelto. Ella miraba hacia la pared, y comenzó a reír, su sonrisa era la más tierna y pura que había visto el. Scarlet era como una chica normal de 18 años, bueno no exactamente normal para los demás. Pero ellos no veían lo que Niall vio en ella, se olvidó en los prejuicios y solo vio a una chica con ganas de vivir su vida, que tiene sueños y aunque no los diga. Él sabe que los tiene, porque detrás de esos ojos verdes, hay un mundo de maravillas que descubrir.

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Scarlet Foster, miraba como cuatros chicos desconocidos, hablaban con sus compañeros. Ella no entendía quienes eran y porque estaban aquí, solo se quedaba en un rincón callada, esperando que algo apareciera. Su cabello pelirrojo estaba amarrado en una coleta alta, su mirada estaba perdida como siempre. Sus compañeros estaban extasiados porque “One Direction” la mejor banda estaba en su colegio, que digo su salón, hablaban con ellos, muchas chicas no se lo podían creer, en cierto modo se habían olvidado de la chica lela del salón que siempre pedía cosas con la mirada, la que nunca respondía por su nombre si no por el nombre “Lucy”, la chica que parece estúpida.
Scarlet camino de puntilla hasta la puerta y la abrió lentamente, salió y espero que viniera la profesora pero ella no venía y no lo iba a hacer. Ella comenzó a gritar, y a patalear en el suelo de mármol, comenzó a gritar cada vez más fuerte. Los alumnos salían a ver el espectáculo de casi todos los días, iban a reírse del espectáculo que les ofrecía gratuitamente “Scarlet la lela”. Niall salió por los gritos que provenían de Scarlet, se acercó a ella y la tomo del brazo suavemente, pero Scarlet solo empeoro y le dio una patada en el estómago.

— ¡tranquilízate! —Le dijo Niall mientras la tomaba de los brazos y la cargaba, Scarlet trato de soltarse, odiaba que le tocasen, que la miraran que le tomaran atención, Niall no comprendía porque ella actuaba de esa manera tan infantil. Scarlet le mordió los dedos a Niall y cayó al suelo y comenzó a pegarse con sus manos la cabeza una y otra vez. Él se alejó de ella. La directora se acercó a Scarlet y la llamo por el nombre de Lucy, ella dejo de pegarse. Ella se paró y miro a todos con una sonrisa alegre, como si toda la escuela no hubiera presenciado aquel acto, ella sonreía, y comenzó a recorrer sus pasos, por donde salió del salón y se metió.

—¿Qué le pasa a esa chica Lucy? —pregunto Niall mientras te tocaba en el abdomen
—Su nombre no es Lucy es Scarlet Foster —dijo una niña pequeña
— Scarlet Foster, la chica lela del salón —dijo riendo una rubia— es una tarada. No sabe lo que hace O dice.
—¡no le haga caso! —dijo un castaño— ella es una chica autista.

Niall se quedó mudo, nunca antes había visto a una chica autista, Scarlet parecía normal a sus ojos, una hermosa chica pelirroja sin algún problema mental. Volvió al salón y hablo con Harry, Zayn, Liam y Louis de la chica autista, los cuatro miraron a Scarlet que estaba sentada en un rincón ordenando siete cuadernos de todas las formas posibles, a ella le gustaba ser así, las otras personas solo veían a una niña retrasada, pero ella se sentía bien, aunque está claro que los demás nunca sabrían cómo se sentía ella, ya que nunca ha hablado en su vida. Scarlet podía hacer muchas cosas, más cosas que las personas normales, pero el problema era que no quería hacerlo, no quería salir adelante, quería ser como era, no que la cambiaran.
Scarlet estaba en su casa, se había levanto con buen ánimo, su madre estaba en su cuarto alistando su ropa, mientras ella trataba de bañarse sola, solo tenía que seguir su rutina de siempre

—¿Scarlet, estas bien? —grito su madre, pasando al baño, Scarlet asintió y siguió su rutina— Scarlet tenemos que hablar de tus problemas

Por primera vez, Scarlet miro a los ojos a su madre, sus ojos verdes derrochaban alegría y ternura, pero también firmeza. Su madre no entendía que había hecho mal, para que Scarlet saliera autista, ella nunca fumo, ni bebió o comía comida chatarra, ella se cuidaba. Pero nunca negaría a Scarlet aun teniendo los problemas que tiene su hija la adoraba, ella era su luz, era el amor de su vida. Hay madres que harían todo por sus hijas, esa era la clase de madre que tenía Scarlet. Su madre lloraba todas las noches, por su hija, ella nunca tendría una vida normal, nunca se casaría y si lo hiciera estaría preocupada por ella a cada minuto de no tenerla cerca. El padre de Scarlet las había abandonado cuando él se enteró de lo que tenía su pequeña, se fue dejándolas solas, su madre todavía no entendía porque se había ido, Scarlet era hija de los dos, no solo de ella, los dos eran sus padres. La abuela de Scarlet, siempre fue de una fantástica situación económica, era mejor vivir en la pobreza que con la abuela de Scarlet, que siempre le recriminaba cuando hacía algo o decidía algo en la vida de su nieta.

—Deben parar tus pataletas en el colegio —dijo su madre mientras le secaba su cabello— O te echaran del colegio.

Scarlet ignoro a su madre y comenzó a vestirse, para después salir de su cuarto e ir al colegio. En cuanto salió, ella miro a su alrededor, habían estado pintando las casas de al frente, Scarlet se mareo, estaba desorientada, no sabía dónde estaba, su respiración se aceleró y comenzó a correr por el camino que primero vio. Ya se había cansado y se sentó en los escalones de una casa grande, se veía que las personas que Vivian aquí eran amorosas, por como tenían su jardín.

—¿Scarlet?

Scarlet seguía en su propio mundo, estaba riendo y se había recostado en uno de los escalones. Niall miraba a la pelirroja con entusiasmo, la agarro del hombro. Scarlet dio un salto y se paró, miro el suelo y se sentó. Su rutina se había roto, había cambiado, no sabía qué hacer, o a donde ir; para ella todo había cambiado y estar hablando con Niall cambiaba su forma de ser.

—¿Qué haces aquí? —dijo Niall sonriendo— ¿me has seguido?

Scarlet ignoraba a Niall, y entro a la casa de el. Niall la siguió, era tan inocente y pura Scarlet que no notaba que esa era su casa. Ella subió hasta el tercer piso y busco su habitación, abrió la puerta. Se encontró que un extraño estaba en su habitación un chico pecoso de ojos azules, Scarlet no entendía donde estaba, quería a su madre y lo más importante quería salir de este lugar. Se estaba ahogando, el aire le faltaba. Zayn la miraba de pies a cabeza.

—¿Quién eres tú? ¿Qué haces en mi cuarto? —Zayn la cogió del brazo, pero Scarlet no grito, ni pataleo estaba tranquila— ¡espera yo a ti te conozco, eres la chica autista! ¡Chicos! ¿Pueden venir? Rápido

Zayn hablaba muy rápido para el gusto de Scarlet la estaba confundiendo, ella se tardaba en entender a las personas y lo que dicen, al parecer las personas no les importaba eso y hablaban y hablaban como si el mundo se les fuera acabar. Scarlet jalo del cabello a Zayn, en la soltó y cerró la puerta. Él no sabía qué hacer, o a quien llamar, Niall venia corriendo por el pasillo.

—Scarlet está allí ¿no? —Zayn asintió y fue en busca de Tom para que resolviera todo esto. Niall abrió la puerta y escuchaba como Scarlet escribía en el espejo— Lucy
Ella volteo, sonrió y siguió escribiendo.

—Hay que llamar al colegio —dijo Harry— ella está enferma Niall, no es una mascota que puedes quedártela hasta encontrar dueño, es una persona y tiene familiares.
—No digo que me la quiero quedar Harry, ella está perdida, no sabe dónde esta
—¡es lo que te estoy diciendo!—dijo por décima vez— Niall  esa chica…
—¡Se llama Scarlet!
—Bueno a Scarlet la están buscando Niall. ¿Entiendes buscando?-dijo Harry- No puedo negar que es una chica muy dulce, pero tienes que llevarla ahora al colegio
—Mañana lo hare.-dijo Niall— Está durmiendo

Harry rodo los ojos y se sentó al lado de Liam, quien miraba a Scarlet con curiosidad, Zayn estaba en la guía telefónica. Buscando sobre ella. Pero no había nada

-¡creo que Niall tiene razón!-dijo Liam- Mañana lo hará, ahora vámonos a dormir, Niall, Scarlet es tu responsabilidad.

Niall sonrió y miro con ternura a Scarlet, ella estaba recostada en el sofá y tenía una sonrisa en el rostro, en toda su vida Niall había sentido ese cálido calor que lo sentía cuando estaba cerca de Scarlet, ella le hacía recordar muchas cosas, buenas, malas, pero cosas que siempre recordara en su cabeza. Scarlet podía despertar muchas cosas en las personas, pero rara vez despertaba sentimientos que Niall estaba sintiendo; siempre los sentimientos eran, miedo, pena, y asco. Las personas pueden ser crueles si se lo proponen y para una persona con todas sus capacidades, gente como Scarlet le daba asco, y lo que ellos no entienden que ellos si deberían sentirlo, pero no por gente como ella, si no por ello mismo, juzgar a persona con discapacidades no son de seres humanos, son de personas que no tienen sentimientos.

(…)

—¡estaba tan preocupada por ti Scarlet! —dijo su madre, mientras retenía las ganas de darle un abrazo— muchas gracias, de verdad
—no sé preocupe Sra. Foster —dijo Niall mientras miraba con dulzura a Scalert, que miraba a la pared y se mecía
—¡esto no ocurriría Isabelle! Si Scarlet no anduviera sola por las calles —dijo la abuela de Scarlet, una señora de edad, de cabellos pelirrojos, y ojos azules— ¡eres una pésima madre! En cuanto a usted, joven puede retirarse, no es de su incumbencia estos asuntos familiares.

Niall miro con dureza a la abuela de Scarlet, se veía que era una señora que no iba permitirle acercarse a Scarlet a más de 10 kilómetros de distancia. Scarlet se paró y se puso al lado de Niall, miro a su madre y a su abuela, y sonrió, trato de tomar de la mano a Niall, pero simplemente no podía, pero a Niall le bastara que ella lo intentara. Era extraño como una persona desconocida, te hacia quererla en menos de una semana y que tus amigos del alma, le llevaron semanas incluso meses. Pero eso paso con Scarlet y Niall no quería interrumpir lo que estaba sucediendo.  La abuela de Scarlet miro a Niall con desaprobación y salió indignada de la oficina de la directora.