SURVIVE! (nc)

Una simple extracción, era como Crowded y Hale lo habían explicado. 

Dándome la información de Jia, nuestra infiltrada, y su último reporte donde escribía específicamente la cantidad de miembros rescatados y dimalinos que se habían unido a la causa, 6 personas nos habíamos encaminado a la ciudad del futuro. 

Habíamos partido al atardecer y para el momento de nuestra llegada, el sol había desaparecido completamente y sólo la característica luz blanca iluminaba aquella metrópolis. 

—Da vuelta aquí —indique a James. El pelirrojo obedeció y dobló la esquina a una calle desprolija y descuidada, típica de la periferia de la ciudad. El auto simétrico dimalino que viajaba detrás de nosotros, siguió derecho. 
Nos detuvimos en un callejón y solo James y yo bajamos de automóvil blanco, el otro soldado estaba en la parte trasera, esperando para coordinar a los sobrevivientes

Ambos nos apoyamos en el cofre, él giraba una moneda en su mano usando telekinesis.
 
—¿Por qué James?  —Se detuvo para mirarme sin entender— Me refiero a que James es un nombre tan…  Mundano. 
—Creí que ese era el punto de la nueva identidad. 
—Si, pero… ¿Como pasas de Naiad a… James?
—¿Eso es lo que no te deja dormir por las noches, Moore?
—No es un que, mi querido James, es un quien.

El hombre me miró asqueado. 

—Es solo una broma. A medias.

Mire el reloj que llevaba en la muñeca y ambos nos dimos una mirada significativa. Me empuje con los brazos, lejos del cofre y camine hasta el fondo del callejón. Asegure el arma en la parte trasera de mi pantalón y acomode la chaqueta que llevaba puesta.

—20 minutos. 

El pelirrojo asintió y se paró junto a la puerta del automóvil, la mano puesta sobre el arma.

Subí al cubo de basura y brinque fácilmente la barda, cayendo ágilmente del otro lado. 

Salí de la calle y caminé hacia el interior de la ciudad, pasando por diferentes locales. Tiendas departamentales, lo que parecían bares, cafeterías e incluso una boutique. 5 calles y después a la izquierda, recordé, y al llegar el mismo coche que nos seguía se encontraba estacionado, con Dominic recargado en él. 

—A tiempo. 
—Como siempre. 

Detrás de ellos, una calle que dirigía hacia el centro de la ciudad llegaba un puñado de personas. Varias de ellas caminaban con la capucha sobre su cabeza y otras reían escandalosamente, como un grupo de amigos en un paseo.

Dentro de ese grupo, una mujer de rostro amable nos saludó alegremente. Dominic simplemente sonrió y abrió la parte de atrás del coche.

La mujer se acercó a mí y me abrazo.

—Hay varios heridos y tres más se unieron durante la misión. —Dijo de forma casual, simplemente para no llamar la atención.

Asentí una vez, aun con una sonrisa falsa. Hice un ademán para que entraran.

—Dom, hay tres más. Hay espacio en la camioneta, los llevaré yo. —Me miro dudoso.
—Puedes llevarte a algunos que originalmente estaban en la lista, Jules.
—Estaré bien, le diré a James que viaje atrás, con ellos, y nos encargaremos cuando lleguemos a la base.
—Puedo ir con ella, si te deja más tranquilo, Dom.
—Tranquila, J, me encargare. Estoy segura que estas agotada. —Le sonreí y caminé al grupo que se camuflaba a la perfección detrás del auto. Jia se paró junto a mí.
—Orión —Señaló al primero. Un sujeto de casi mí misma edad y ojos claros, casi grises—, Nova, es el más joven del grupo, y Rigel. Son todos, los demás están en la lista que envié.
—Está bien, escuchen. Una parte del grupo viajara con este escuadrón y la otra nos dividiremos para no llamar la atención y llegar hasta el segundo punto de extracción. No caminen rápido, no miren hacia atrás, simplemente caminen con normalidad. Traten de dispersarse, y si van en grupos, que no sean mayores de 3 ¿Entendieron?
La mayoría asintió y algunos murmuraron un “Si”. Tras su afirmación, algunos empezaron a subir al automóvil de Dominic.

El coloco suavemente su mano sobre mi brazo, jalándome lejos del grupo.

—Es enserio, Juliana, yo puedo viajar con ellos.
—Y ya te dije que estaré bien. —Me pare de puntillas y le di un corto beso en los labios— James estará atento a ellos, no pasará nada.

Por supuesto que nunca debes de celebrar antes de tiempo. Justo en el momento en que ambos nos habíamos reagrupado, el chirrido de las llantas sobre el asfalto nos había puesto en alerta a todos.

Dos patrullas dimalinas se habían detenido frente a nosotros y los soldados comenzaban a bajar.

Ninguno lo había visto venir, y de no haber sido por Orión, una bala hubiera llegado directo a mi cara.

—¿Estas bien? —Pregunto. Aun aturdida asentí y acomodé la bufanda que llevaba de forma que tapara la mayor parte de mi cara y subí el gorro de la sudadera. Tome de la cintura de mi pantalón el arma.

Finalmente me fije en como llevaba su mano hacia su hombro y como sus dedos estaban manchados de sangre.

—Estas herido —Por supuesto, Julianna—. Sube ahora. Encárgate de los demás.

Los tres soldados que iban con Dom, habían reaccionado inmediatamente, respondiendo a los disparos e incluso Jia había tomado el arma del holster de uno de ellos.

Estaba segura de que el enfrentamiento no se había mantenido por 10 minutos, pero bajo la presión de salir con vida, había parecido incluso una eternidad.

Usando la puerta trasera como escudo, me levante con la pistola en mano. Uno, dos, tres tiros limpios, directo al pecho de esos seres. Volví a agacharme cuando una bala pego cerca de mí. 

—¡Eh! ¡Vega!  —El soldado se agacho junto a mí, cargando su arma y tirando del gorro para poder escucharme— Necesito que los saques de aquí— Ambos miramos a los dimalinos, que empezaban a usar sus habilidades para terminar con las patrullas y algunos protegían a los humanos que habían sido rescatados—. Te daremos una ventaja para que salgan.

Una bala le dio a Jia, justamente en el estómago y después de un golpe sordo. Cayo de espaldas. Otra más a un sobreviviente y otra había pegado cerca de donde estábamos. Uno de los aliados se agacho junto a ella para poner presión en la herida. 

—¡5 calles abajo y entren al callejón, brinquen la barda y ahí los estarán esperando! 3 horas, sin en 3 horas después de que lleguen, nosotros no estamos ahí, no regresen. ¿Entendiste? 
—Pero Moore...
—¿Entendiste? -El soldado asintió una vez. 

Dominic se agacho nuevamente para recargar y me miró, asegurándose de que estuviera bien. Bajo un poco la bufanda que tapaba la mitad de su rostro. 

—Debemos subir a Jia ahora. 

Mire a todos lados, buscando una posible ventaja que nos diera tiempo de salir de ahí. La encontré. 

Nova intentaba desesperadamente sacar lo que parecía fuego de sus manos sin resultado alguno. 
Pase por detrás de Dom hasta llegar a su lado. 

—Necesito que te concentres. Esto es de vida o muerte. Dependemos de ti. 
—Eso no ayuda en nada. 
—Lamento no darte una plática motivacional, niño. No lo pienses, simplemente siente el fluir del fuego en ti ¿Entiendes? 

Cerró los ojos, obligándose a escuchar, y sin poder evitarlo, se levantó y el fuego que emanó de sus manos, dio de lleno en las patrullas y en algunos alienígenas. Y al mismo tiempo, una bala dio directo a su pecho.
Cayó de espaldas con un golpe sordo y de forma instintiva puse mis manos sobre su pecho, intentando en vano parar el sangrado. Estaba muerto.

Fue todo lo que habíamos necesitado, una distracción, la había encontrado y ahora estaba muerto. Por mi culpa. 
Sentí a alguien jalar mi brazo y un segundo después estaba en la parte trasera del automóvil. 

La misma persona cerró la puerta de la cajuela y alguien condujo a gran velocidad por la misma carretera por la que habíamos llegado. 

Tú lo mataste. No, no lo hiciste. Algo está mal. Todo iba bien hasta que… 

—Julianna. ¿Ella subió? 

Me obligue a dejar mis pensamientos de lado hasta llegar a la base y me gire al resto de dimalinos y humanos. 
-Estoy bien. 


Finalmente habíamos llegado y había una gran movilización dentro de la Resistencia. 

Ethan y Taylor esperaban en la entrada, junto con algunos doctores. 

Sin perder tiempo, abrí la puerta y no esperaron instrucción alguna para sacar a Jia y llevarla al ala médica. 

—Él también está herido. —Señale al dimalino de ojos claros e igual desapareció entre la multitud. 
—¿Qué sucedió? —Ambos líderes se acercaron y Dominic se unió, parándose detrás de mí. 

A lo lejos vi la cabeza pelirroja de James y el soldado a quien había mandado con el resto del grupo. De una forma me había sentido aliviada de que no todo hubiera salido mal

—Hay un infiltrado. - Los tres hombres se tensaron notablemente. 
—Jules… 
—¿Estás segura? 
—Todo debía salir bien. No llamamos la atención, incluso cuando entramos a territorio dimalino. Todo estaba bien hasta que Jia nos dijo que tres más se habían unido. No estaban en el reporte. Puede ser cualquiera de ellos. 
Ethan pareció perder color y pasó una mano por su rostro, cansado. 
—Los mantendremos bajo vigilancia, a todos. Mañana nos encargaremos de ellos. Matthew y Raven trajeron a otro. 
—¿Necesitas que vaya a la sala de interrogación? 
—Lo que necesito, Moore, es a ti y a Eaton con la cabeza fría. Como dije, mañana nos encargaremos. Hay cosas que debemos discutir. 

Con una última mirada, ambos asentimos y nos alejamos del lugar.

Dominic puso su mano en mi espalda, guiándome hasta el pasillo de habitaciones. Abrió la puerta y me dejo pasar primero.

Me quite la sudadera, que, hasta el momento, no me había dado cuenta estaba manchada de sangre. La bote en algún lugar del cuarto y me senté en la cama. Pase mis manos por mi rostro y por mi cabello. Estaba cansada y necesitaba distraerme antes de ir a sacarles la verdad a golpes.

—Hey -Dom se arrodillo frente a mí, colocando sus manos sobre mis rodillas. - No fue tu culpa, lo sabes ¿Cierto? Lo encontraremos y nos encargaremos.

Asentí una vez y me incliné hacia el para juntar nuestros labios. Él se sentó junto a mí y sin dejar de besarme, poso mi cuerpo sobre el suyo de forma que estaba sentada sobre él. Puso sus manos sobre mi cintura por debajo de la blusa y yo enrede mis dedos en su cabello y tire no tan fuerte para lastimarlo, pero lo suficiente como para sacarle un suspiro y hacer que se separara un poco de mí.

—Te amo, Julianna. -Sonreí y toda preocupación desapareció de mi cabeza para ser reemplazada por él.




Un pitido obligo que despertara, o algo así. Con los ojos cerrados tantee la mesa junto a mi hasta sentir el pequeño reloj de muñeca. Abrí uno de mis ojos y miré la hora. 5:30.

Presioné los tres botones, esperando que alguno apagara el irritante sonido y volví a acomodarme por un momento mientras me despertaba.

Quité las cobijas y me senté al borde, tomando de la ropa del piso la playera de Dominic. Un quejido detrás mío y me obligo a volver a acostarme junto a él.

—Solo 10 minutos. —Murmuro soñoliento contra mi frente.
—Tengo que hacer el reporte de anoche.
—Yo te diré lo que paso ¿Lo disfrutaste tanto que olvidaste lo que hicimos? —Sonreí y levanté la cabeza para mirarlo. Tenía los ojos entrecerrados por el sueño e incluso ante la oscuridad de la habitación, parecían más brillantes—Tal vez necesitas un recordatorio.


Camine por el centro de comando, sujetando el folder en mi mano y escaneando el lugar buscando a Taylor o Ethan.

A lo lejos veo el cabello pelirrojo de James, quien ya me espera junto a la puerta que lleva a un largo pasillo donde estaban las salas de interrogación. Inclina la cabeza como saludo y le dio una última calada a su cigarrillo. Lo dejo en el cenicero de la mesa más cercana y abre la puerta para mí.

—Buenos días, jefa.
—Hey. Me alegra verte un día más entre los vivos.
—Lo mismo digo, Moore.

Ambos nos detenemos ante la única puerta que está abierta y dentro estaba uno de los dos hombres a quienes buscaba, Taylor. Miraba a través del cristal de una vista y dentro estaba Orión, el dimalino que había evitado que tuviera un agujero de más en mí.

—Hemos interrogado incluso a los que estaban en la lista. La mayoría no los reconoce. Ni a él ni al otro. Algunos más afirman que los ayudaron al momento de la extracción.
—¿Qué hay del otro? —Pregunto, cruzando mis brazos.
—Matthew esta con él. Ethan está supervisando.

Asiento una vez y le entrego el folder al rubio sin prestar mucha atención. Salgo al pasillo para entrar al mismo lugar donde Orión esta.

Antes, tomo el paquete de hojas con la información del dimalino que colgaba de la puerta.

James cierra la puerta detrás de mí y me siento frente a él.

—Así que, Orión. -Leo el archivo rápidamente, escaneando por alguna pieza importante—¿Como fue que te enteraste de Jia y cómo fue que decidiste unirte?
—Trabajo o trabajaba en el cuartel general. Vengo de una familia reconocida entre la comunidad. Por supuesto que todos tienen una opinión diferente de la situación actual.
—Y la tuya es que no debieron invadirnos. —Se encoge de hombros una vez.
—Estaban al borde la extinción.
—Y míranos ahora. Escondidos en los lugares más recónditos del planeta.
—Así como hay de los míos, que matan y torturan, también hay quienes solo buscan ayudar. Entiendo que tienen sospechas por los últimos acontecimientos —Mira de reojo el cristal detrás de mí—. Puedo ayudarlos. Como dije, mi familia estaba en una posición privilegiada.
—Así que sabes quién está informando a tu gente.
—No, no lo sé. Podría ser cualquiera.
—¿Puede ser Rigel?
Negó apresuradamente. —Ambos queríamos salir de ahí. Tal vez los humanos eran una mierda y es por eso que estaban a punto de morir, pero como nosotros, no todos son malos.

Lo mire una última vez, buscando una señal que indicara que no era quien decía ser. Pero tal vez estaba limpio, tal vez era bueno escondiendo sus emociones y tal vez había tenido muchos años de entrenamiento para este tipo de situaciones.

Acomode las hojas, golpeándolas un par de veces sobre la mesa y me levante. 

—No llegue a agradecerte por anoche, as que... Espero que tu brazo mejore pronto.

Sin dejarlo responder, abrí la puerta y volví a dirigirme detrás del cristal.

—¿Eso es todo? 
—No nos dará toda la información hoy. Esto requiere paciencia e inteligencia. Razón por la que yo me encargo de los interrogatorios y no tú, Lee.

James carcajeo ruidosamente y vi como una pequeña sonrisa se asoma en la cara de Taylor.

—Sobre todo por la parte de paciencia, Moore.

Ethan llego, con los brazos cruzados y con Matthew y algunos soldados detrás de él. El segundo negó con la cabeza. Pensaba lo mismo que yo. Necesitaban tiempo.

—Los mantendremos en vigilancia las 24 horas. En los entrenamientos, en la enfermería y si es necesario, pondremos cámaras en sus habitaciones. No saldrán para la reunión con las demás tribus, ninguno de los dos. Los vigilaremos aquí.

Todos asentimos y salimos de la habitación que de pronto se había vuelto más pequeña.

Vemos como ambos dimalinos son escoltados fuera de la habitación y cruzan una puerta diferente a la principal, para evitar que crucen por el centro de comando.

—¿Dijo algo? —Ethan pregunta directamente a mí.
—Lo mismo de siempre. Piensa que no todos somos malos y algunos de ellos lo son. No está de acuerdo con la forma en la que manejas las cosas, entre ellas, la tortura.
—¿Como puede saber lo que está pasando? —Pregunta Lee.
—¿De qué hablas?
—Dijo que sabía que estábamos preocupados por lo que pasaba.
—Incluso Apolo lo sabe. El hermano de Gallagher lo sabe. No se necesita estar dentro del centro de comando para saberlo.
—Entonces la pregunta es ¿Como no puede saber quién esta detrás de esto?
—Incluso dentro de sus círculos hay secretos y más secretos— Comenta James.
—Creo que todos aquí acordamos con él, a estas alturas puede que ninguno de ellos sea el infiltrado e incluso puede que ya hubiera estado aquí. —Responde Taylor, y la preocupación en el aire se hace más notoria.
—Como dije, los vigilaremos. A todos.


Los días habían sido atareados, bajo las tareas que los cargos superiores nos habían puesto, la coordinación del grupo para la reunión y la presión por identificar al infiltrado.

Y, sin embargo, agradecía al hecho de que estábamos a minutos de salir del lugar.

Se habían minimizado las salidas y las misiones que se daban en reuniones con todos presentes, habían cambiado y solo se daban a los líderes de los escuadrones. Por ende, nosotros habíamos pasado el resto de la semana encerrados.

Dominic y yo llegamos al estacionamiento y como la última vez, había gran movimiento ahí. Raven y su novio estaban junto a una camioneta de carga, con listas en mano y coordinando a las personas que irían a las otras tribus.

Hale y Crowded supervisaban que los suministros fueran los correctos y que James no robara comida para el camino.

El resto del escuadrón estaba ya en la camioneta en la que viajaríamos, cargando armas y municiones. 
Ambos tomamos ambos lados de una caja que llevaba rifles y escopetas hasta que una pequeña figura choco contra mí y después mi padre apareció junto a nosotros.

Apolo, quien era el que me había empujado, dibujo una ancha sonrisa en su cara y nos “ayudo” a acomodar la caja en la camioneta.

—¿Planeaban irse sin despedirse?
—¿Que se supone que teníamos que hacer? ¿Despertarte a las 4 de la mañana para que volvieras a golpearme?
—Supéralo, Jules, solo fue una vez.
—Y con eso basto —Revolví el cabello del niño y después perdió el interés en mí y se giró hacia Dominic.
—Pensé que seguías dormido. —Le digo a mi padre.
—Mucho movimiento hoy.
—Como siempre en los días de reunión.

Por supuesto que ambos teníamos claro que la posición en la que nos encontrábamos significaba que nuestras vidas siempre estaban en riesgo, pero era claro que los últimos acontecimientos lo habían puesto inquieto por la salida.

—Papa —Comencé—, estaré bien. Esta vez iré con más personas.
—Eso es lo que me preocupa, Julianna. Si se enteran de que van los altos mandos...
—Nos encargaremos, como siempre. -Lo abrace hasta que la voz de Rainy anuncio la salida del contingente.
—Ten cuidado, Julianna.
—Y tú, papá. Y tú —Me gire hacia el niño, que tenía sus brazos al rededor del cuello de mi novio intentando tirarlo—, mas te vale que no regrese y tenga una queja tuya. 

Me enseño la lengua y se descolgó del castaño.

Todos subimos a la camioneta y como habíamos planeado, las tres camionetas salieron del lugar en el orden establecido.

Todos nos manteníamos al pendiente del camino y de algún sonido fuera de lo usual, y por suerte y extrañamente, habíamos llegado sin ningún contratiempo.

Las demás tribus ya habían llegado, excepto la tribu del este.
Y entonces el infierno se desató.