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The Honey System
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Re: The Honey System
- Jen cosita bb:
- Bueno nena finalmente estoy aqui para escribirte el comentario de tu hermoso capitulo y deleitarme con él tenia tantas ganas de leer sobre Sakura y sobre Zack, sobretodo de este ultimo porque Zack es Chanyeol y ya sabes que AMO a Chanyeol como una loca de mierda el otro día soñe con él y me maldije por haber despertado de ese hermoso sueño donde estaba mi amorcito pero me consuela cuando leo un pj que tiene su fc me dejo de dar vueltas y empiezo de una buena vez- Sakura, ¿qué pasará si tus padres nos descubren?
- No pasará nada, no te preocupes, los patrones seguro se encuentran en Japón ahora mismo. Ahora fuma – acerco la boquilla de la pipa a sus labios y ella me observa espantada – Anda – su entrecejo fruncido y el ligero sudor que empieza a aparecer en su frente me hacen soltar una risa. La chica da una calada larga – Pusiste el seguro a la puerta de cualquier modo, ¿verdad?
Ay que esta Sakura se mete en cada lio encima la pobre chica se vio implicada a fumar cuando no queria y fueron descubiertas por Serena. Que igual es pendeja que cuando se fuma se deben ir a un lugar escondido y poner seguro y prender sahumerios. Le mandare a Mei para que aprendan como fumar sin que las descubran xd
Debo decir que Serena también es un poco injusta con Marie, si ya sabe como es su hija porque le hecha toda la bronca a la pobre que no tiene nada que ver. Si tal vez no debio fumar ni dejarse influenciar, pero fue la mente maligna de su hija. Que al final ella también termina mimandola
Por cierto, te confundiste de gemelas xd Maxie es la de anteojos y Jennie la de los tacones, pero detallitos(?
En cierta parte me da gracia como se mete con las gemelas pero tambien me molesta que sea tan berrinchuda y ladrona(? pero bueno, que aqui no soy enemiga de Sakura y será la consentida de Jude, asi que mejor amarla antes que odiarla xd- Basta de maldecir en la mesa – pide mi padre tratando de ser mediador entre Serena y yo.
- Tomaré los putos exámenes y cuando los apruebe los restregaré en tu cara, de ese modo no pensarás que me ando robando las tareas de los demás – empujo el plato hacia adelante y me levanto de la silla – Anota en mi cuenta lo que debo por las palabrotas… ¡Mierda, mierda, mierda!
Mira que decir palabrotas asi si mas delante de sus padres xd que yo puteo a monton delante de mis viejos, pero a esa edad me habrian enviado una mirada asesina y yo me habria callado, pero a Sakura le vale madres porque es la consentida de la casa. Y en verdad que la consienten un monton, por que yo no tengo padres asi que me dejen ser grosera?
Igual que viaje que tenga que repetir los examenes para subir de curso creanle que aunque sea una traviesa no me creo que no sea honesta respecto a su conocimiento.
Por cierto, amo que sus padres se llamen Serena y Darien es que una siempre fiel a Sailor moon, ya sabes
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- ¿Qué sucede? – da un sorbo a su bebida.
- Jamás creí verte comer una hamburguesa que no sea de Honky Tonk – frunce el entrecejo.
- Amo cualquier hamburguesa – sorbe del popote nuevamente – Pero las de Honky Tonk son mis favoritas.
Que amo esta Serena porque me recuerda a la reina Serenity siempre elegante, pero recuerdo que tenia una ortografia horrible que seguia conservando esa esencia de la Serena llorona y mala en la escuela xd De pronto quiero mirar Sailor moon- Está bien, Elliot. Trae a mamá para que le busque un traje de baño – lo observo extrañada antes de que se acerque a mí y me tome en sus brazos – Tus vacaciones hasta ahora han sido una mierda, y nosotros – señala a Elliot con la barbilla – Nos encargaremos de que no terminen así.
- Bien.
Mira que los gemelos son buenisimos hermanos yo quiero ser parte de esa familia, adoptenme
Me mori de risa cuando enterraron a Elliot bajo la tierra, siempre es genial hacer esa travesura cuando otro se despista y pam! tienes toda la arena-piedras (pq algunas playas de aqui son de piedras) todo encima por boludo Me gusta esta familia porque te das cuenta que realmente se aman entre ellos y no son los tipicos riquillos frios entre ellos, al contrario que se quieren un monton. Me llena de feels leer esto- ¿Puedo probar un vino? – pregunto sin despegar la vista de la carta.
- No – responde la voz femenina al instante.
- ¡Oh, vamos! Está con nosotros – excusa mi padre.
- Ni loca – niega.
Aqui el verdadero problema es el padre que le quiere dar vino con 16 años que yo bebia a esa edad pero bien a escondidas porque una siempre borracha pero buena muchacha
Por cierto, yo quiero las ganas de estudiar y el tiempo que tienen Serena y Darien para tantos titulos y especializaciones. Casi me da envidia, casi porque en verdad tengo envidia pero no quiero admitirlo- Porque tus hermanos son chicos.
- Vaya, papá, eso sonó estúpidamente machista.
- Sakura – advierte la rubia.
- ¿Tienes miedo de que me enamore de él o algo por el estilo?
- ¿Qué? – su ceño se frunce – No…
- ¿De que me lo tire y termine por convertirte en abuelo?
- ¡Basta, Sakura!
Punto para Sakura. Eso si fue estupidamente machista. Que ella puede tener un honey varon sin necesidad de pensar que se le va a tirar (que Zack cuando entre en accion quiero que Sakura se enamore de él como yo sé que estare enamorada de este hombre), no tiene que ser necesariamente asi y si lo es, cual es el problema? Tiene edad para enamorarse, no jodan
Ademas, para variar, seria bueno que Sakura elegiera un honey por su cuenta. Si es inteligente y le va bien en la escuela cuando quiere, tal vez tener a alguien que le agrade un poco a su lado le haria mucho mejor que forzarle a tener a una persona que no le cae bien pero ya, todo sea porque contraten al hermoso Zack- Pues ya qué – bebo de golpe el contenido de mi copa y a continuación la lanzo detrás de mí escuchando cómo el cristal se hace pedazos.
- ¡Sakura! – la miro desafiante, ella se limita a apretar los labios para evitar soltar palabrotas. Tomo la botella y la llevo a mis labios dando un trago largo – ¡Mierda, Sakura! Basta de tus rabietas.
- Dijiste una palabrota – la señalo – Papá, asegúrate de que ponga la cantidad correcta de dinero en el jarrón.
- Sí, ya basta, termina de comer – lleva una mano a la espalda de la rubia para evitar que haga un show completo.
Cuando crees que no puede ser mas odiosa ella se supera asi misma Que Serena tendra que teñirse el cabello dos veces al mes con todas las canas que le sacara esta chiquilla con todas sus ocurrencias ja
Es que la han mimado tanto que ni ellos mismos saben que hacer para que se ponga las pilas. Pero como dicen, la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer
Ahora le pusieron una honey que esta loca por Lyel mas razones para que Sakura la quiera lejos de si, encima es acosadora. Ya quiero ver la jugarreta que le pega para que renuncie- Es hipocondriaca – interviene Lyel, metiéndose en la plática como siempre, pero siendo acertado.
- No sé si estaré a gusto con ella persiguiéndome por todos lados.
- Creo que en realidad perseguirá a Lyel y no a ti – comenta con mofa Elliot – El año pasado hizo hasta lo imposible por integrarse a la clase VIP – suelta una carcajada – Todo por Lyel – le lanza un beso.- Deberías tener más pantalones en esta relación – sugiero a susurros.
- Tengo muchos pantalones en esta relación…
- Rápido, Darien – apresura al hombre mientras se dirige a despedirse de Lyel.
- Pero ella tiene más y no quiero que me pegue
JAJAJAJAJAJAJA enserio este hombre cree que puede contra Serena? Si en el anime y en el manga quien manda ahí es Serena
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Me acuerdo de este cap y me da risa porque pobre Darien que él solo ayudaba a la tipa a levantarse y Serena super celosa y enojada
Amo que le llame así porque me recuerda a otro anime preferido en mi infancia- Sakura Card Captor – saluda con emoción en su voz.
- ¡Jude!
Me encanta que con una llamada ella logra que Jude piense en volver xd y es que a esta chica la miman por todos lados, yo quiero ser ella- ¡EVIAN! – grito alargando la última sílaba de su nombre por aproximadamente treinta segundos.
- ¡SAKURA! – imita mi acción.
Amo a Evian y que sea tan desenvuelto con ella que ni le preocupa chillar como niña, mas razones para querer ser Sakura y hasta se viene antes para poder ayudarla con su malvado plan de despedir a la honey loca, pero vale que tiene un punto. nadie quiere que esa loca tenga acceso total de molestar a Lyel- ¿Y por qué la dejaste para último momento? – ahora pregunta Elliot, la mirada azul de la chica viaja hacia el piso del vehículo.
- Apenas me la entregó.
Que Jonathan deberia ser quien la haga, que Lua podría ayudarlo a hacerlo pero que no se la encaje toda de una solo porque se molesto. Estos tipos me hacen enojar
Al menos se la llevo a comer a la pobre de Lua para que descanse un poco, esas son las ventajas de caerle bien a la princesa Sakura, yo tambien quiero ser su amiga
Que densa Shayna ella quiere acosar si o si a Lyel, y aunque este sistema honey me parece abominable, creo que quiero que Sakura la despida a ver si así deja en paz al chico xd que la manden a Madagascar o algo así, no importa con tal de que deje de ser acosadora xd
Ah! y me causa mucha gracia que los gemelos no soporten a Jude xd Quizá andaran creyendo que quiere conquistar el corazoncito de Sakura, pero este es mas bien el mimero numero 3 (primero los padres de Sakura) o estan celosos porque la mima mas que ellos o también puede ser que es porque sea un cabrón y le gusta hacerse odiarAl instante el timbre suena y todos nos quedamos estupefactos, los ojos de Lyel se me clavan, me limito a tranquilizarlo con la mirada y dirigirme a revisar la cámara de seguridad. Se trata de Evian, dentro de su land rover 4x4, con lentes de sol puestos.
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJ senti el terror de los dos pobres chicos que tan loca esta esa chica para que le teman asi?- ¿Vas a asesinarla o algo por el estilo?
- Sólo le daré un pequeño susto, ¿recuerdas la historia del asesino de Texas cuya arma era una motosierra?
- ¿Leatherface?
- Sí – levanto las cejas repetidamente.
QUE ESA BROMA VA A ESTAR DE LO MEJOR, YO QUIERO LEERLA
Yo me meo encima si me aparece ese loco en el cementerio, corro lo mas rapido que puedo, mi vida esta en juego
De paso le juega una broma a las admiradoras para que dejen de molestarla, ella toda queen que mata dos pajaros de un tiro“Nos vemos el lunes, pequeña Cherí”
Que el cabron es lindo con quiere serlo, me encanta esa faceta suya- ¡Me encanta tu cabello! – una de ellas toma un mechón suelto.
- Es hermoso – interviene Shayna.
En serio me cansan los halagos bobos.
Es obvio que le moleste que sean asi. Sus halagos son mas falsos que billete de 3 pesos le quieren agradar a la fuerza y no, las relaciones se construyen, no se fuerzan y eso se aplica para todo
Me mato todo el relato de El cuartetador. Mira que si a mi me cuentas esa historia en el cementerio de por si estar ahí me voy corriendo, nada me va a hacer cambiar de opinion si en todo caso a la que quiere joder es a la acosadora.- Eres una gran amiga.
- Yo no soy tu amiga, Shayna.
- Te quiero, Sakura – se abraza a mi cuello. La alejo observando frente a nosotros el vehículo del castaño
- Vámonos.
Me río porque Shayna renuncia asi sin mas, toda asustada, y creo que ya sabe que la bromita se la jugo Sakura y se hizo la muerta pero que pesada con eso de que es su amiga que Sakura no quiere ser tu amiga, pesada. Solo esta haciendo todo el acto para no perder tres años de escuela, cosa que yo haría, pero antes de hacer eso ni hubiese aceptado ser honey. Vamos el dinero encanta y me pongo a estudiar todos los dias si se que me pagaran el dineral que pagan ellos, pero con una honey como Sakura mejor evitarse que fracasar
AYYY ahora viene la narración de Blake. Justo estoy escuchando el último album de Exo y MI CHANYEOL HERMOSO AKA ZACK me emociona y apenas lei el nombre
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- ¿A nombre de quién? – mi mano tiembla mientras sostengo el plumón frente al vaso.
- Serena – dice con tranquilidad. Lo escribo y señalo los ingredientes, después tecleo la caja registradora.
WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW Que si Sakura es una princesa, entonces Serena es una QUEEN TOTAL no quiero dejar de leer pero estoy intrigada de saber a quien pusiste como fc de esta hermosa mujer. Llego y todos estaban así y cuando saco su tarjeta negra así me muero que ya empezo todo esto de contratar a Zack! Super directo, se me hace que ya lo venia teniendo en la mira.
Por cierto, donde esta el papa de Zack que van a trasladarlo? Empiezo a sentir empatia por la situacion que vive su familia, de que luchan para sobrevivir. Acaso estas haciendo sufrir a mi hijo, Jennifer? Me haras sufrir a mi tambien por eso- Muchas gracias, Zack.
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SABE SU NOMBRE! lo sabia, ya lo tenia investigado
Sam flasheando que era una ganster xd entrandole miedo a Zack y encima la señora le quiere hablar en privado
Lo que le propone Serena es basicamente arreglarle la vida tanto como para él y su familia, hasta al papa lo mandan a San José, que, por cierto, esta en la carcel? Quiero saber que paso para que ese hombre acabara ahí, siento que voy a sufrir por la familia de Zack
Ay, y le pusiste Seiya y Mina a sus hermanitos me encanta, Jen, me estas haciendo revivir mi infancia se me parte el corazón saber que no tienen casi nada para comer y tienen que arreglarselas. Es todo tan injustoMi madre vuelve a abrazarme con fuerza y luego sin decir nada más se va hacia su habitación cantando con emoción. Estoy seguro que esto ha sido obra de Serena Tegeirian, ¿acaso esa mujer es el diablo? No me explico cómo hizo tanto en tan poco tiempo.
Que estas familias gobiernan el mundo, practicamente. Pero si es terrorifico ver como ha logrado todo lo que le dijo apenas le ha dicho que si aceptara, aunque me imagino que Serena ya sabia que lo haría. Me da cosa que este chico se sacrifique por el bien familiar siendo apenas un niño, pero realmente lo admiro y amo por eso ojala que Sakura no le haga la vida tan imposible y él pueda soportar- Me gusta esta – anuncia – ¿Crees que pueda tener una cobija de Elsa cuando llegue mi cama?
- Creo que podrás tener lo que quieras de Elsa – pellizco levemente su mejilla.
- ¡Yo quiero en frente de Mina! – la estruendosa voz de Seiya hace eco en la casa vacía – Así te puedo cuidar.
- Tú no me cuidas, tú me peleas siempre.
- Pero ya va a cuidarte – intervengo – Porque tú eres su hermanita y es deber de los hermanos cuidar de nuestras hermanitas, ¿cierto?
Tengo tantos sentimientos en este capitulo. Que Sakura me hace reir con sus locuras y Zack me conmueve el corazon por su situación y lo dulce que es con sus hermanitos al menos de todo esto les esta yendo genial y su vida va a cambiar para mejor
Ay y la personalidades de los chiquillos! Me muero que Seiya es el hermanito peleador pero cuidador de su hermanita y Mina es toda una dulzona. Los amo
Y estos tontos? ni a sus honey pueden tratar bien no se metan con mis hijasEl chico revolea los ojos y pasa por en medio de las chicas empujándolas levemente, a continuación, al que he reconocido como Lyel, hace lo mismo chocando su brazo izquierdo con la rubia de lentes. La mujer las observa apenada.- Me gusta – la chica alza los hombros un instante – Pero debes cortarte ese cabello, rebaja ambos lados. ¿Ves a mis hermanos? – asiento sin entender del todo – Algo así quedaría bien porque con ese corte de hongo pareces un idiota.
- ¡Beverly!
- ¡¿Qué?! – mira a su madre sin entender la razón de su regaño – Es sólo un consejo de imagen. Si yo luciera como una idiota me gustaría que alguien me lo dijera.
- Guárdate tus comentarios.
Sabia que Sakura iba a caer bajo el actractivo de este hermoso hombre. Y como no? Es precioso,tan solo miralo:- ZACK BELLO PRECIOSO BB :
- ¿Qué hacías con Mei?
- Uhm… Mei me explicaba más sobre el asunto de ser honey – paro en seco y lo miro de frente.
- ¿El “asunto”? – hago las comillas en el aire – No me hagas despedirte, Blake.
Celosa quien por que hablaba con Mei? jujuju que no se entere lo que viene proximo porque de seguro se le arma a los dos- ¿Te refieres a la anorexia extrema? – doy vuelta al pasillo – Sí, lo noté.
- Ah… no. En realidad, seguí tu consejo y rebajé ambos lados – se lleva una mano al cabello.
- ¿Y? ¿Esperas una fiesta de felicitaciones?
- No…
Ella borde siempre. Pero no me enojo, terminara enamorada de este chico, yo lo sé y sino te hostiagare hasta que me gane un bloque en whatsapp. Pero tampoco me importa pq te tengo en otras redes sociales para acosarte [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Oye, intente hacer el nombre del shipp pero me encuentro en un dilema. Sera Zackura, Kurazack, Sack? ahora estoy confundidisima, Emilia y Kate son mucho mejores que yo en esto, mejor que los nombren ellas a este hermoso ship xd
Amo como se llevan incluso aunque les joda a los gemelos, que se relajen que no pasa nada, no exageren xd Y Jude haciendo esperar a Mei afuera. Él siempre adorable, lo amo xd- La madre superiora estaba esperando por ti en la entrada – el chico suelta una risita traviesa.
- Lo sé.
Por cierto, amo que Sakura se lleve tan bien con Lua y Daia no puede ser tan perra con todos, con alguien tiene que llevarse bien y mira que con dos joyitas aqui vino a hacer amistad. Las amo- ¿Por qué no vas a comer algo por ahí, Baal? – recarga su palma sobre la superficie de la mesa observándome desafiante.
- Lo único que me comeré es a tu padre – sonrío burlona, el chico revolea los ojos – Se ve tan bueno.
JAJAJAJA esta rivalidad entre ambos me encanta! Jonathan no le tiene miedo a Sakura y esta dispuesta a hacerle pelea. Me mato lo del papa yo le hacia lo mismo a un compañero de la secundaria pero enserio su papi estaba buenote
Lo que observo es que hasta ahora Sakura ni planea despedirlo. Sera la belleza de este chico que le ha hecho desistir de la idea? No me emociono por las dudas, nunca se sabe con que saldra
Uyyy aparecio el primo de Jude. Estoy intrigado con este personaje porque juraria que tiene un interes en Sakura y estoy emocionada por el triangulo amoroso que voy imaginando, quiero saber como prosigue la relacion de estos dos
Awww amo a Sakura dulce con los abuelitos de Lua y ellos super consentidores que le hacen galletitas de unicornio y le hacen cafecito pero enserio que Lua se gano la loteria con estos abuelos, yo quiero que me adopten- Ella muere por mí – asegura recargando la espalda en el respaldo de la silla.
- Claro – respondemos al unísono con intensa ironía.
- Dejaré que sigas creando esa pequeña realidad que usas como mecanismo de defensa mientras Evian se come hasta al pobre de Wiz. Iré al aula.
Mei perdiendo el contro xd me encanto que hicieras que Jude le llamara Grace es que ella no deja que nadie mas que su familia y Jude le digan así, por lo que emociona que lo tomaras en cuenta
Y por cierto, ese Jude Que Mei no muere por ti, mejor dicho lo mataria si fuera necesario. Pero él todo lindo le hace caso igual. Mira con lo poco que me emociono de este hombre
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- ¿Por qué mi nombre suena tan bello dicho con tus labios? – me observa aún más extrañado de lo que yo lo miro a él.
QUE LE GUSTA QUE LE GUSTAAAAAAAAAAAAAA! y eso me tiene anfjasodnas emocionadisima
Su belleza le ayuda a sobrevivir, bien ahí mi bb
Pero luego vuelve a ser borde
- En primer lugar, mírame a los ojos cuando me dirijas la palabra. Y en segundo, no es de tu incumbencia saber dónde estoy, Blake.
Aunque ella toda linda le hace caso ESTA YENDO EN EL AMORRRRRRR YO LO SÉ LO SÉEEEEEE
Que es obvio que abusaba de su poder si se iba a desquitar con Zack porque no puede con la princesa Sakura. Ame toda la discusión sobre la humildad y la fragilidad. God Sakura saliendose con la suya Perfecta manera de terminar tan hermoso capitulo- ¿En verdad quiere que me vaya?
- Por favor… – Blake susurra a mi lado, pero deja de hablar ante el ruido que provoca el manotazo que Verónica le proporciona a su escritorio.
- Creo que no tengo que repetirlo.
- Entonces sáqueme.
Jen, corazoncito bello! Siento no haber leido antes este cap, pero ya sabes que soy una vaga de mierda xd Ame ame ame este capitulo como no tienes idea, se me hizo super largo terminar de comentar las dos ultimas partes porque me leia todo tan rapido que hasta a veces me olvidaba de comentarte xd El personaje de Sakura me encanta porque es toda una niña mimada que tiene al mundo a sus pies si quiere, pero ojo que tampoco es ninguna bruta y sabe bien de lo que habla cuando lo hace y es muy dulce y cariñosa con quienes quiere, y eso tambien me gusta aunque a veces no me gusta que me maltrate a mi Zack belloxd Y Zack, ay que me pongo estupida por este Vale que no solo es porque chanyeol es su fc, sino porque es un chico con los pies sobre la tierra, muy humilde y con un gran corazon que pone por delante a su familia sobre si mismo. Estoy emocionada por saber que tienes planeado para esta pareja tan bonita, siento que ambos se van a cambiar la vida y que sera para bien, aunque espero drama porque sabes que de eso vivo y sino como que me quedo estupida
Es un placer que estes en esta nc y me llena de felicidad que hallas aceptado estar dentro de ella, creo que ya no me imagino esta historia sin estos bellos personajes que traes y la manera en que los profundizas
Te adoro mi reina esperare ansiosa que llegue tu turno para seguir deslumbrandome con semejante obra de arte, sos oro puro
Jaeger.
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Re: The Honey System
Gracias por sus hermosos comentarios
Estaré respondiendo a sus preguntas por Whatsapp jaja
Estaré respondiendo a sus preguntas por Whatsapp jaja
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Bart Simpson
Re: The Honey System
- HOLAAA:
- ¡Hola nenaaas! Espero que dentro de toda la mierda, estén bien y a salvo Después de varios siglos, vengo a dejarles el cap. Ojalá les haga reír cuando sea que lo lean, porque estamos pasando momentos terribles y bueno, ya dejo de hablar babas. No tengo idea de quien sigue y espero haber usado sus personajes bien. Besos
Capitulo 04
Honey is Daia || Master is Evian || by Ritza.
H A C E 3 A Ñ O S
La primera vez que conocí a Evian Suisque, casi le saqué un ojo con una pelota de softball y no tenía idea que su familia podría mandarme a la calle si se les apetecía. Era mi primer día en el campamento de verano de softball, en el Club Social Suisque de San José —conocido por sus hermosos campos de golf para gente demasiado rica. La única razón por la que pude entrar fue porque Diego, mi hermano mayor, era parte de los empleados y le dieron un descuento familiar.
Así que luego de aguantar la emoción y el aburrimiento, le pedí al entrenador dejarme batear con la máquina en lo que llegaban las demás campistas. En un momento, el entrenador se fue al baño y yo terminé bateando un foul hacia un lado de las gradas. Iba a dejar la pelota allí hasta acabar, cuando escuché un chillido. Por lo que corrí a pagar la máquina y luego subí los escalones tan rápido como pude.
Pero no había heridos. Solo un chico delgado, con el cabello claro y pecas en el rostro, con un pendiente gris en una oreja. Estaba mirándome como si le quité algo preciado. Tenía la pelota en su mano.
—¡Lo siento mucho! No te di, ¿verd-
—Hay algo llamado mirar hacia donde bateas, ¿lo sabes? —me interrumpió, alzando las cejas— Es lo más básico —añadió, con una sonrisa falsa.
—No es como si lo hice a propósito —fruncí el ceño—. Vine a disculparme, asno.
—No estás haciendo muy buen trabajo disculpándote, entonces —se encogió de hombros y le dio vueltas a la pelota—. Ni bateando, aparentemente.
Reaccioné automáticamente, inflando las mejillas.
—¿Quieres que te batee el culo, a ver si cambias de opinión?
No lo pensé. Y él pareció sorprendido un momento, porque alzó las cejas; pero su sonrisa se ensanchó. Lo cuál me irritó mucho más.
En vez de responder, se puso de pie y me tendió la pelota. Siempre con su sonrisa de estúpido.
—Me gustaría verte intentarlo.
Luego se largó de allí y no volví a verlo. Lo cual me benefició, porque le juré a mi familia que me comportaría en el campamento. No más líos o me llevarían a una escuela cristiana. Y suficiente tenía con tener que ir a la iglesia los domingos.
Hasta que choqué con él llegando al estadio, en nuestro primer amistoso con otro Club de la zona. Pensando que era uno de mis amigos, cuándo en realidad era el niño rico de la otra vez. Y peor: con el mismo uniforme que yo. Se me borró la sonrisa de la cara y di un paso hacia detrás.
—Tú.
Me miró de pies a cabeza, no supe identificar si era acordándose de mí o solo para tratar de intimidarme.
—Vaya, ¿te van a dejar jugar? —inquirió, enarcando una ceja— Puedes matar a alguien.
—Vete al diablo, Ricky Ricón.
Sonrió de una forma medio tensa, enseñándome sus hoyuelos. Tal vez no le gustaba aquel término, pero me dio igual.
—Claro —comenzó a darse la vuelta—. Justo después de hablar con tu entrenador y decirle que tiene a una-
No lo dejé dar cinco pasos antes de tirar mi bolso al suelo y arrojarme encima suyo, rodeando su cuello con mis brazos y colgándome como si fuera un babuino. El chico soltó varias maldiciones y por inercia, sus brazos agarraron los míos.
—¿Estás demente? —me miró de reojo, mientras nos tambaleábamos.
—Si le dices algo al entrenador que pueda perjudicarme, voy a estarlo —siseé, apretando los brazos—. No te metas conmigo.
—Cariño, tú no te quieres meter conmigo —sonrío y trató de deshacer mi agarre—. Así que más te vale que me sueltes.
Mi plan era hacerle pasar un mal rato. Pero a lo lejos, vi a Diego acercándose así que lo empujé lejos de mí. Recogí mi bolso y arreglé unos mechones de mi cabello oscuro, metiéndolos debajo de la gorra. El chico se ajustó la camiseta y frunció los labios.
—¿Planeabas matarme? —preguntó, jadeando.
—Déjame en paz, en serio.
Le hice el signo de “te estoy mirando” con dos de mis dedos y me di la vuelta, para encontrarme con Diego a mitad de camino y rezar para que no me preguntara nada del chico idiota sin nombre. Ese día tuvimos un empate de carreras y el equipo masculino, jugando tras nosotros, perdió su partido.
Ricky Ricón era uno de los corredores más rápidos, pero también era un payaso. De lo que pude ver desde las gradas, se la pasaba haciendo caras durante todo el juego o tratando de distraer o irritar a sus contrincantes. Al final ganaron por un punto.
Las próximas veces que lo vi fue llegando o saliendo del estadio. A veces estaba llegando a practicar, en su carrito de golf —lo que confirmó mis sospechas de que es Ricky Ricón. Otras veces estaba con unos chicos en las gradas, mientras el equipo femenino practicaba. Usualmente, cuando chocábamos miradas, le sacaba la lengua, el dedo del medio o simplemente le cortaba los ojos y seguía con mi vida.
Un día se me acercó. Yo estaba saliendo de las duchas con mi bolso en mano, bate apoyando encima de mi hombro y audífonos puestos con Fall Out Boy. Hasta que alguien me los quitó a la fuerza.
—¿Qué mierda te pasa? —me giré, y me enojé aun más cuando vi que era Ricón— ¿Qué quieres?
—Así no se le saluda a alguien que se te acerca muy decentemente —dijo y me colgó los audífonos del cuello—. Yo todo decente aquí-
—Me arrancaste los audífonos, pendejo —agarré el bate con fuerza y cambio de peso—. Eres un indecente, mejor dicho.
—Ya, no te tienes que poner así —sonrió, alzando los hombros—. Solo quería hablarte de algo.
—¿Conmigo? —enarqué una ceja y di un paso hacia él— ¿Por qué?
—Es una propuesta. Puede sonar medio indecente, pero no lo es, te lo juro —alzó los brazos, como probando su inocencia.
—¿Indecente, hm?
Di otro paso hacia él y alcé un poco la cabeza, lo suficientemente cerca para que se me acelerara un poco el corazón. Se me quedó mirando con las cejas alzadas y cerró la boca. Sonreí muy lentamente y susurré:
—No. Me. Interesa.
Giré sobre mis talones y caminé con largas zancadas fuera de allí. Agarré el bate entre mi brazo y mi costilla, para poder colocarme los audífonos bien y subir la música a todo volumen. Gracias a dios no volvió a joderme.
Al siguiente día me lo topé en la entrada del estadio. Siempre llegaba una hora y media antes, porque mi hermano trabajaba a esa hora y era mejor venir con él. Usualmente me la pasaba jugando sola, escuchando música o explorando el Club. Ahora tenía a Ricky Ricón esperándome sentado en las gradas.
—Es demasiado temprano para que estés aquí —musité, tirando mi bolso en uno de los bancos.
—Lo mismo para ti, Daia Martínez —se puso de pie, estirando los brazos.
—¿Cómo sabes mi nombre? —miré de él hacia mi bate, considerando mis opciones— Nunca te lo dije.
—Tengo mis maneras —avanzó hacia mi, sonriendo—. Sé que tienes 14 años y que tu familia vino de otro país, en Latinoamérica.
Lo miré con la boca abierta, y fui a alcanzar mi bate. Solo por si acaso. Era probablemente de mi edad o un par de años mayor, con pocos músculos —pero piernas largas. Podría batearlo con algunas complicaciones.
—¿Me acosaste en Facebook? —inquirí, moviendo mi bate de un lado a otro— Porque no es divertido.
—No, lo mío es un poco más profesional —se cruzó de brazos y sonrió de una forma siniestra—. También sé que tu abuela se llama Francisca, que la operaron de un brazo y que te expulsaron de tu última escuela.
Apreté los dientes con la misma fuerza que el bate. Por un momento, pensé en dejarlo como una piñata destrozada. Mi respiración se volvió más profunda.
—¿Cómo sabes eso? —exclamé— Te puedo denunciar por acoso.
—No te acosé.
—¿Cómo le llamas, entonces? ¿Investigación criminal? —golpeé suelo con el bate— Dame una razón para no partirte la cara ahora mismo por invadir mi privacidad.
—Porque no te conviene —sonríe como si le estuviera haciendo chistes.
—Mira, niño, no sé quién eres, pero déjame en paz —tomé mi bolso del asiento y me di la vuelta.
—¡Me llamo Evian!
—¡Lo que sea, sólo déjame!
Hice que mi hermano me pidiera un taxi ese día. Y borré la información privada de mi Facebook, solo por si acaso. Pasé todo se día dividida entre las preguntas de cómo averiguó todo e imaginándome a mi misma borrando esa sonrisa superior de su cara con unos cuantos puñetazos.
Al día siguiente, no apareció por el club. Así que a pesar de que estaba relajada, estuve demasiado tensa en cada respiro de práctica que tuvimos. Hasta que el día terminó y me fui a casa en bus, porque Diego terminaba su turno más tarde.
El bus me dejaba unas cuántas calles lejos de mi casa. Andaba mucho más relajada tras dejar salir toda mi frustración bateando y corriendo, así que andaba tarareando canciones de Fall Out Boy todo el camino. Hasta que escuché personas peleando.
Antes de llegar a mi calle, hay un viejo gimnasio donde a los bullies de mi escuela les gusta pasar el rato. Ex escuela. Usualmente, molestaban o tiraban comentarios despectivos a cualquiera que pasara por allí algunas veces a la semana —mayormente en verano. Ese día, por el contrario, estaban peleando con un chico.
Iba a seguir de largo. Estaba del otro lado de la calle, solo tenía que subir el volumen de mi música. Tenía que llegar a bañarme porque se me había quedado la ropa en la casa y me dolía todo el cuerpo. Hasta que vi la nariz delgada y sangrando de Ricky Ricón. Y su sonrisa toda estúpida, con los dientes llenos de sangre.
—¿Así es cómo respondes un simple hecho, culo de elefante? —gritó Evian, limpiándose la cara— Realmente no debieron haberme tocado. Van a joderse la vida ahora.
Primero, no tenía la menor idea que hacia un pendejo sin ampollas en los pies caminando en mi barrio. Y segundo, metiéndose con Jerry y Brent. Jerry era grande, robusto, aunque su rostro era rosado —él tenía la actitud de un demonio. Enojado con todo y todos. Brent era más payaso, menos robusto, pero no le importaba irse a la violencia para entretenerse en el día. Y casi nadie se metía con ellos por lo mismo. Eran monos blancos rabiosos. Era un trabajo de equilibrio, donde todos los lados ganaban.
Sacudí la cabeza, saliendo de mi estupor y comencé a cruzar la calle.
—…tipo esta como loco. Tú te metiste con nosotros primero —exclamó Jerry, apuntándole con los dedos.
—Solo hice una pequeña observación de tu frente de rinoceronte —Evian se encogió de hombros—. Nada más.
Dios, es el idiota más grande de la tierra. Comenzaron a gritarse más insultos y podía sentir los vecinos mirando todo con ojos de halcón, pero nadie se atrevería a decir nada. Jerry era el hijo de un policía que pasaba más tiempo comiendo donas que atendiendo a la disciplina de su hijo.
—¡Tus palabras no valen nada aquí, marica! —escupió Brent.
—La suela de mis zapatos vale más que sus dos casas —Evian soltó una carcajada entre cortada, por su nariz y labio—. Mejor llévense de mí y-Ugh.
Jerry lo había golpeado en el estómago. Me encogí sobre mi misma, pero de todos modos terminé de cruzar la calle. Ajusté las correas de mi mochila para agarrar el bate bien y esperé a que Brent estuviera más alejado de Evian. Tomé impulso y estampé el bate contra los muslos traseros de Brent.
—¡Qué demonios!
Me eché hacia atrás cuando sus ojos, azules y explosivos, recayeron en mí. Jerry se distrajo y Evian aprovechó para meterle los dedos en los ojos, haciéndolo chillar agudamente. Así que no pensé y lo agarré por el brazo, echándome a correr en dirección a mi casa.
—¡Esperen, idiotas! —gritaron atrás de nosotros.
Espero que no me hayan visto la cara bien, con la gorra puesta. Apreté más el brazo de Evian y seguí corriendo, cortando por un callejón entre dos casas amarillas. Podrían ser monos blancos rabiosos, pero no eran muy rápidos.
Llegamos a mi casa en pocos minutos. Azul claro, de dos plantas con un tejado empinado de baldosas y una chimenea falsa. Saqué las llaves y abrí la puerta del garaje, suspirando de alivio cuando el auto de mis padres no se encontraba allí.
Cuando se cerraba la puerta, encendí la luz y dejé caer la mochila y el bate. Lo único que se escuchó durante un rato fueron nuestros jadeos por la corrida y el susto.
—¿Me puedes…explicar…? —apoyé las manos en mis rodillas— ¿Qué coño…fue eso?
Evian estaba jadeando más que yo. Subí la cabeza para verlo hablar y la sangre en su rostro me acordó sus heridas. Se cubría la boca con la mano, pero la sangre de su nariz no iba a detenerse así. Me miró con los ojos pesados, claramente incapaz de hablar bien.
—Te contaría, pero…—siseó—, diablos, esto duele.
—Ugh, espera aquí.
Me saqué la gorra y me rasqué la cabeza, yendo a buscar el botiquín de primeros auxilios en uno de los gabinetes del garaje. Volví con la caja gris claro y lo hice sentarse en el suelo de piernas cruzadas, conmigo frente a él.
—Qué-
—No hables. Ponte esto y echa la cabeza hacia atrás para que tu nariz pare de sangrar un momento —muevo su cabeza hacia atrás y le enseño cómo apretar la nariz con un paño, para que tampoco se manche más de sangre—. Intenta no tragarla por la boca.
Luego saco algodón para limpiar la cortada en su labio, que por suerte es corta y superficial. Le pongo un poco de ungüento y lo dejo ser.
—Ahora sí. Explícame qué fue eso, Ricky Ricón. ¿Qué haces aquí?
—Tú me trajiste…
—En este sector, quiero decir —lo miro de pies a cabeza. Sus tenis no parecen tener ni una marca de sucio—. No eres de por aquí.
—¿Tan obvio es? —hace una mueca.
—Dime o te haré sangrar por la boca otra vez —me inclino más hacia él, con los ojos entrecerrados.
—Bueno… —su voz sonó a la de un pato—, estaba buscando tu casa.
Abrí los ojos como dos huevos y casi me le tiré encima. No lo hice porque me sujetó por las muñecas, soltando su nariz ensangrentada.
—¿Estás loco? ¿Y cómo sabes que vivo por aquí? —traté de soltarme, pero no me dejaba— ¡Vete! ¡Pide un taxi o algo, ahora mismo!
—¡Déjame explicar!
—¿Qué cosa, que tienes un cerebro de lunático?
—¡Daia!
—¡Y todavía no me has dicho cómo sabes todo eso de mí!
Logré zafarme de él y nos pusimos de pie, yo demasiado enojada y asustada y el frustrado, aparentemente. ¿Qué demonios pensaba? ¿Qué era normal todo eso?
—Mira, hay una razón para todo eso, ¿bien? —intentó convencerme, hablando lentamente— ¿Me dejas explicar?
—Empieza.
Me crucé de brazos y ubiqué con la mirada donde estaba mi bate. José Andrés, mi otro hermano, siempre me decía que podía ser mi mejor arma de defensa y ofensiva en caso de necesitarla. Y viendo que estaba sola en la casa con un loco, no iba a contar mis chances.
—Quiero que seas mi honey.
—…¿Tú qué?
Se me cayeron los brazos. Aunque no me duró mucho, porque fui a levantar el bate del suelo.
—¿Qué diablos significa eso, en qué sentido? ¿Es algo como conejitas? —lo acusé, agarrando el bate, preparándome para romper la piñata.
Con toda y nariz sangrona y labios hinchados, Evian sonrió.
—¿En serio quieres que te responda eso? —alzó una ceja— Tengo una imaginación muy buena.
Lo saqué a batazos y patadas de mi garaje y le pedí un taxi para que se largara. No me importó nada de lo que dijo, que no entendí mucho entre gritos y maldiciones. Era suficiente que ahora tendría que evitar caminar por esa calle por si Jerry y Brent tenían sed de venganza, ahora tendría que lidiar con un idiota sin nada de sentido común.
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En la siguiente practica, todo fue estupendo. Evian Ricky Ricón no se asomó por el estadio. Me duché tranquilamente después de practica para ir a esperar a Diego, que salía temprano de su turno. Hoy mis otros dos hermanos llegaban a la casa para pasarse unos días de verano. Todo iba relativamente bien.
El Club se dividía en varias secciones. Era como un área polideportiva y de eventos, sin ser exactamente un resort de gran escala. Tenía sus canchas de volleyball, básquet y fútbol, así como estadios de softball y baseball. Y obviamente, los campos de golf y la piscina.
Luego se encontraban los salones de eventos, cafeterías y áreas de comida. Y tras todo eso, en el centro conectando todo, se encontraba el edificio administrativo. Diego trabajaba allí como algo que realmente no entendía, pero tenía que ver con turismo. Y cuando llegué a esperar a su oficina, nadie menos que Evian me abrió la puerta.
Me quedé estática, clavada en el suelo. Me sonrió y me fijé que su labio seguía hinchado. La nariz estaba un poco inflamada y con un poco de morado en el puente. Su cabello estaba debajo de la gorra del club, vestía ropa casual y el pendiente de plata que siempre llevaba puesto. Que ahora que me fijaba, en mi shock de saber si era él o una cruel ilusión del infierno, tenía grabado una flor.
—Dios, mátame ahora —mascullé, en español.
—Qué dramática —se hizo a un lado—. Pasa.
—¿Por qué estás en la oficina de mi hermano? —me crucé de brazo, sin moverme de donde estaba.
Evian suspiró exageradamente. Se apoyó en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, como si todo esto realmente fuera algo usual. Estaba escuchando mi bate decir: “¡pégale, pégale!” y su cara de pendejo no ayudaba en nada.
—En serio no sabes quién soy —sonrió, como si le pareciera la mejor noticia del mundo.
—No, creo que eso es obvio, señor acosador de personas —di un paso hacia atrás, entrecerrando los ojos—. Voy a necesitar tu apellido para ir a reportarte con la fiscalía, de hecho —increíblemente, sonrió más.
—Evian Suisque.
Tardé cinco segundos en reaccionar. En atar cabos que su apellido tenía el mismo nombre que el Club donde trabajaba Diego y donde yo entrenaba. Que el maldito era hijo de los dueños. Y mis ganas de volverlo un saco de papas triturado aumentó de 100 a 1000.
Mientras mi rostro cambiaba de todos los colores, él estaba riéndose. Relajado, mirándome con el mentón en alto, con sus ojos azules brillando más de lo normal. Hasta que Diego vino a meternos a la oficina y lo llamó señor Suisque, y tuve que obligarme a mi misma a cerrar la boca.
—Te dije que me llames Evian. Solo soy un adolescente —se encogió de hombros.
Repasé la oficina, tratando de ubicar algún lugar donde esconderme, como un armario. Pero era ultra minimalista. Sillones sin brazos de un color azul chillón. El escritorio con una mesa de cristal en la pared opuesta a la puerta. Un librero repleto de libros de turismo y esas cosas que no me interesan.
—Bueno. Evian. No sabía que conocías a mi hermana —comentó Diego, yéndose a sentar en su silla negra giratoria.
Por desgracia, pensé. Me tiré en el sillón y observé los cuadros de golfistas famosos repartidos por la pared junto a la puerta.
—Si, es una persona entretenida —Evian tomó asiento a mi lado—. Y complicada.
—¿Pasó algo? —Diego subió la cabeza de su computadora, mirándome.
Diego era el hermano más calmado de la familia. José Andrés, o Andresito, era más rabioso que yo. César era relativamente normal. Sin embargo, cuando Diego se enojaba, daba casi tanto miedo como mamá. Así que me senté derecha y planté mi mejor cara de lamebolas.
—No pasó nada, es solo fastidiando —le di un codazo amistoso a Evian—. Porque bateé pésimo la primera vez que nos conocimos, ¿cierto?
—Oh, claro —Evian apoyó su brazo en la espalda del sillón, siguiéndome el juego—. Solo bromeo, no hay nada de qué preocuparse.
Sonreí. Diego nos miró por un momento más antes de volver a lo suyo. Mientras, yo miré a Evian de reojo, sorprendida por su forma de adaptarse a la mentira tan rápido. Después recordé que estaba medio chiflado y se me pasó.
Me siguió fastidiando todos los días de entrenamiento. Llegaba tan temprano como yo sin obligación, para preguntarme la estúpida mierda de honey esa. Cada vez que trataba de explicarme, me iba corriendo, porque no quería que se me contagiara lo que sea que tiene la gente de su clase. Pero luego se aparecía en mis entrenamientos y me asaltaba cuando salía de hablar de los vestidores.
—¿No te cansas? ¡Me tienes harta! —chillé, un sábado por la mañana— Tu cara me da asco.
—¿Me vas a dejar decirte lo que es un honey?
—No.
—Pues no me canso.
—Vete al diablo.
—Si te vas conmigo, sí.
Pisé el suelo con fuerza, porque no podía pisarlo a él. ¿Qué te hice, Jesús, que me estás jodiendo así? ¿Es por no ir a misa?
—Todo esto no estaría pasando si me dejaras explicarte…
—No quiero saber. Suena sospechoso y tu eres demasiado irritante —fruncí el ceño.
—Me vas a hacer tomar medidas más drásticas —suspiró, con un tono lamentoso.
No lo escuché. Ni le volví a hablar. Sin embargo, el domingo en la noche, estaba jugando jenga con mi familia en la sala cuando Diego llegó acompañado de Evian y un señor mayor vestido con traje y un corbatín. Saqué la ficha muy fuerte, y terminé tumbando todas sobre la mesa.
—Perdiste —anunció Andresito, sonriendo—. Te tocan los platos.
—Cállate —fruncí el ceño—. ¿Qué haces aquí?
—¿Diego? —inquirió mi madre, levantándose del sillón.
—Hola a todos. Ma, ya te había comentado sobre la visita del señorito Evian Suisque —dijo, señalándolo con la mano. Abrí la boca—. Este es Harris, su…mayordomo.
—Pasen, pasen, bienvenidos.
—Encantados de recibirlos.
Mis padres se pusieron en acción, estrechando manos y empujándolos hacia la sala. Ahora todo tenía sentido, por qué la señora me había obligado a mi y a César a ayudarla a limpiar toda la casa un domingo por la mañana. Evian fue a saludarme, y la forma en que me sonrió me recordó su frase de “medidas drásticas” del otro día. Oh, si pudiera materializar bates con solo pensarlo.
—¿Qué haces aquí, pendejo? —susurré, apretando los dientes.
—Tú me provocaste —me dio un apretón en el hombro—. No es mi culpa.
Andrés y César empezaron a recoger el Jenga, mientras mi madre buscaba bocadillos para los invitados. Aproveché para acercarme a Diego, que estaba de pie junto a la entrada de la sala. Me sacaba casi dos cabezas y mucha musculatura, pero estaba loca por caerle a golpes.
—Eres un traidor —lo pinché en el brazo.
—Es el hijo de mis jefes, Didi —hizo una mueca con los labios—. No quiero meterme en problemas.
—Ugh. Pero está loco —me pasé una mano por la frente—. Es medio acosador.
—¿Acosador? —Diego se rascó el cabello oscuro— Creo que eso lo dices porque probablemente tiene acceso a nuestros records. Siendo rico y dueño de la empresa.
—¿Pero por qué? No es normal, al menos hacia mi, yo no trabajo en su estúpido club.
—Daia…
—Ugh, está bien. Pero aun te considero un traidor.
Me fui a sentar en un sillón individual en una esquina. Evian y Harrys, que miraba todo con ojos de escudriñamiento, estaban sentados frente a mí. El hombre tendría más de 40 años, de piel pálida y ojos pequeños con grandes ojeras. Su nariz era enorme y parecía como si todo en la habitación le causara un ligero asco.
Mi casa no era la mejor, pero era acogedora y bonita. Me crucé de brazos y me apoyé en la espalda de la silla, sin idea de qué esperar. Mi padre le empezó a hacer preguntas idiotas sobre su vida y su escuela —perdón, academia para millonarios— y todas esas cosas que uno pregunta cuando tiene que hacerlo. Hasta que mi madre, acabándose uno de los vasos de jugo, decidió preguntar:
—¿Y bien, a qué se debe esta visita sorpresa? —se cruzó de piernas y los dedos encima de su rodilla— Tengo entendido por parte de Diego que tienes una propuesta para nosotros.
—Sí, señora —Evian responde y me mira, sonriendo—. En nuestras familias, existe una tradición desde hace mucho tiempo de tener una especie de compañero o aliado en la vida que nos ayude a cargar con todas las responsabilidades de la empresa o la vida académica. En Hoj, la academia donde estudio, estos compañeros se encargan de ayudarnos a mantener el paso con la vida académica más nuestros compromisos de herederos de empresa —su voz cambió ligeramente a un tono más carismático y menos burlón. Me quedé tan sorprendida que se me olvidó mi incomodidad—. Ellos reciben pago por sus servicios que usualmente van a ahorros para la universidad. Las familias de las flores pagan las deudas de dicha familia ayudante, y además de esto: reciben una educación altísima en Hoj y obtienen una beca para la universidad que elijan.
Entonces, comencé a entender de qué estaba hablando. Y por qué lo estaba diciendo de esa forma. Se me flojaron los brazos y me quedé estática. Evian, en cambio, se puso de pie y se acercó a mí.
—Me gustaría que su hija fuera mi honey.
El silencio reinó la sala. Evian se mantuvo sereno, de pie a mi lado, con las manos en los bolsillos. Parecía alguien que acababa de caminar por fuego sin mirar y salido intacto. Yo no sabía qué hacer ni qué pensar. Estaba repitiendo lo que acababa de decir en mi mente.
—Piénselo y háblenlo —dijo, mirándome y luego a mis padres—. Harris les va a dejar un folleto que tiene lo que les dije y más detalle de los planes de pago. Mi familia Suisque es la flor del clavel, y su hija pasaría a ser una afiliación casi directa de nosotros, incluyendo todo el prestigio que eso trae.
Y se fueron, así como si nada. Deseándonos buenas noches, claro está. Algo que sabía que no iba a tener.
No quería a aceptar, ni que viniera el mismo Satán a buscarme. Pero lo único que nos faltaba vender para pagar las irresponsables deudas de mi padre eran la casa y el auto. Ninguna de las cosas era irremplazable.
Mi padre pensó que nos cayó una oportunidad del cielo. Mi madre se fue a la capilla a rezar como una loca. Por toda la semana, cada oportunidad que podían me hablaba de lo que era vivir sin deudas y lo que sería asistir a una academia con buena educación —tomando en cuenta que me habían expulsado de una escuela.
Una semana después, entendí que iba a tener que sacrificar mi sanidad mental por cuatro años de mi vida. Era eso o tener que irnos a otro estado más barato —o peor, mudarnos con la familia de mi mamá en Texas.
El equipo masculino de Baseball y Softball tenían partidos amistosos los miércoles o los sábados. Ese miércoles, me quedé luego de mi entrenamiento para ver el partido y esperar a Evian apoyándome en su carrito de golf. Tardó un buen rato para salir luego de haber perdido el partido. Estaba casi tirada en el capó del carrito, mirando las nubes cambiar de color, hasta que me cayeron gotas de agua en el brazo.
Me incorporé, ajustando mi mochila y limpiándome el agua. El cabello de Evian estaba chorreando y me recordó a un Coquer Spaniel mojado. Me fijé en su arete con un clavel grabado. Me había pasado todos esos días investigando sobre sus familias.
—Podrías haber durado un poco más…—cambié de peso en mi otra pierna.
—Puedo ir a darme otra ducha, si quieres —sonrió de lado, sin mostrar los dientes.
—No, gracias, me tengo que ir antes de que anochezca —me rasqué la cabeza y moví el pie como si lo tuviera en un resorte—. Vine a…aceptar tu propuesta. El asunto de los honey y no sé qué mierda.
—Duraste menos de lo que pensé —sus ojos me repasan de pies a cabeza—. Aposté que no me responderías hasta en una semana.
—¿Apostaste con quién? —incliné la cabeza hacia él.
—Con mi hermana —se encogió de hombros—. Mañana ven con tus padres a la oficina de Diego —dijo, metiéndose en el carrito—, ahí vamos a oficializar todo con mis padres.
—¿A qué hora? ¿Oficializar qué? —me hice a un lado, con las cejas juntas.
—Te voy a mandar la hora luego. Y tenemos que firmar y todo, hay un contrato que especifica todo el rollo.
—Ustedes los ricos sí que aman hacer cosas estúpidas.
—Y tú envidiosa —me sacó la lengua y encendió el carrito.
—¿Cómo me vas a enviar la hora si no tienes mi número?
—¿Cómo sabes que no lo tengo?
Me dedicó una sonrisa que me dejó desencajada, porque, ¿cómo se atrevió? Lo miré boquiabierta mientras puso el carrito en marcha, dio reversa y salió como todo un Ricky Ricón del parqueo del estadio. ¿En qué acababa de meterme?
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El resto de ese verano fue espectacular. Tenía dinero, nuevo colegio y las peleas en mi casa acerca de las deudas disminuyeron. Sobre todo: Evian estaba fuera del país hasta que iniciaran las clases, trabajando en la empresa de Turismo junto con su hermana y su familia. Me la pasé jugando y viendo televisión, como toda una reina.
Luego de la primera semana y media de clases, me di cuenta de que Evian me había escogido por puro capricho. Él y su melliza llegaron al colegio como en la mitad de la primera semana. Y entre esos días y el fin de semana, Evian se las arregló para jugarme 4 bromas de mal gusto.
Poner super ega en mi teclado, provocando que se salieran muchos de los botones de las teclas. Amarrar mis cordones cuando estaba durmiendo en clase de religión, haciéndome caer de cara cuando me levanté. Ingeniárselas para meter tinte verde semipermantente en mi shampoo —de mi casa—. Hacerle agujeros a mi uniforme de softball donde van los senos y la entrepierna.
—Voy a matar a tu hermano —anuncié en el almuerzo, sentándome al lado de su melliza—. ¿Te importaría?
Khaleesi era la melliza o gemela de Evian, no me acordaba nunca. Tenían ciertos parecidos: mismos ojos claros y sonrisa socarrona, autoconfiada. Pero Khal era todo lo contrario en cuanto a academia se refiere: Hacía su tarea y entregada todo, mientras yo tenía que perseguir a Evian con dos bates para que hiciera medio reporte.
—Solo si lo haces frente a mí —se encoge de hombros, sin levantar la mirada de su comida.
—No te preocupes. ¿Vas a estar en tu casa este domingo? —crucé los dedos por detrás de mi espalda— Solo necesito que me dejes pasar.
—Claro. Pero, Harris también te dejaría pasar-
—No creo, le caigo mal —me encogí de hombros—. Siempre arruga la nariz cuando estoy cerca y no huelo mal, ya verifiqué.
Khal soltó una risita y me dio una mirada de soslayo. Me habría gustado ser su honey. Estaría cobrando por estudiar, prácticamente. Pero me había tocado el demonio de Tasmania.
Mi siguiente persona para hacer el asesinato de Evian posible sería más difícil. Era uno de los mejores amigos de Evian, llamado Jonathan. El que me caía menos mal, porque el otro parecía engendrado por el mismo Satán. Me preguntaba si era algo de los ricos traer gente así al mundo.
Encontré a Jonathan caminando hacia la salida de la Academia, en plena mitad del día. Tenía menos de un mes aquí y siempre se iba de clase, pero cuando se lo mencioné a Evian, me miró tan feo que decidí callarme. Corrí hasta alcanzarlo, poniendo los brazos en alto.
—¿Qué quieres? —inclinó la cabeza hacia abajo, así de alto era— Tengo que irme.
Yo tampoco le caía muy bien.
—El domingo. ¿Crees que puedas hacerme un favor? —me crucé de brazos.
—¿Qué clase de favor? —arrugó la frente y se movió el cabello oscuro, que lo hacía ver más pálido de lo que era.
—Venganza. Planeo matar a Evian —me encogí de hombros—. Será en su casa. Solo necesito que lo lleves a una habitación y lo grabes, yo me encargo de lo demás.
Por un momento, pensé que iba a sonreírme. Pero apretó los labios y desvió la mirada. En mi cabeza, Evian y Jonathan eran como una versión inmadura y fea de Scott y Stiles de Teen Wolf. Evian no sospecharía de él.
—¿Qué gano yo? —cuestionó al final.
—Ver a Evian llorar…eso espero —miré hacia el cielo un segundo—. Si o no. Pensé que dijiste que tenías que irte.
Se tomó su tiempo para responder. Golpeé el piso con la suela de mis zapatos constantemente, esperando que el timbre no sonara. Jonathan podría irse de clase cuando le apetecía, yo no. Soltó un suspiro y se pasó la mano por la cara, y me pareció verlo un poco cansado. ¿De qué? Si no hemos hecho nada hoy. Pero no iba a meterme.
—Esta bien. Me vas a deber una.
Le sonreí genuinamente por primera vez desde que nos presentaron. Y luego me fui corriendo a comer algo antes de que la campana sonara.
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A las seis de la mañana del domingo, me encontraba llegando a la gran mansión de los Suisque. Era una enorme casa al estilo Malibú —al menos, según mi conocimiento de haber visto todas las temporadas de Hannah Montana. Con bloques rectangulares, ventanas de cristal que van del suelo hasta el techo.
Tiene tres pisos, y hasta ahora no he podido explorarla entera. Pero el suelo era de cerámica blanca que costaba mas que todo mi barrio, probablemente. El frente era un jardín donde puede caber una cancha de basquetbol y todo estaba cercado por barrotes delgados electrificados.
Un camino de piedras desiguales, probablemente granito, llevaban hasta la entrada. Otro camino de ladrillos rojos lleva hacia el garaje, que era mas grande que mi casa. Por allí fue que salió mi fiel cómplice: Jonathan, con una cara de culo que podía distinguir desde lejos.
Entrecerré los ojos y noté que tenía un pequeño control cuadrado entre sus dedos. Estiro el brazo y segundos después, los barrotes de metal negro gigantes se abrieron con un chirrido casi inaudible. Emití un “jup” y ajuste la mochila en mis hombros, estaba pesándome mas de lo previsto —pero valdría la pena.
Camine unos minutos, metiéndome por el césped y sin seguir el camino hasta la puerta de la casa. Ignore las cámaras de vigilancia en todo el lugar —no iba a pensar en nada mas que hacer mi misión realidad. Luego vería cómo saldría viva.
—Hola, ¿todos están durmiendo? —jadee un poco al llegar al garaje.
—Si, excepto la seguridad, pero como te deje pasar —Jonathan se encoge de hombros—. ¿Qué es todo eso? —miro mi mochila con los ojos entrecerrados.
—Mis herramientas. ¿Quieres ver? —sonreí, girándome para agarrar la mochila de frente.
—No, gracias —se estremeció levemente—Vamos, quiero volver a dormir.
Jonathan me guió por el garaje. Trate de no quedarme mirando todos los autos que podrían pagar el resto de mi vida si me los robaba —antes de que me metieran presa, claro. Dos land rovers, un audi y algo parecido a un auto deportivo de películas. Hasta el suelo del garaje valía mas que mi vida si lo comparaban en el mercado negro.
—¿Cómo compraste esto? —susurro Jonathan, volteando a verme mientras caminaba— ¿Usaste tu pago de ser una chica conejo?
—No, idiota —le propiné un puñetazo suave en el hombro—. Me aprendí la tarjeta de crédito de Evian. Bueno, una de muchas. No se dará cuenta.
—Eres un demonio, ¿lo sabías?
—Solo estoy dándole un poco de su merecido —sonreí de oreja a oreja—. Y si le dices que se me su tarjeta, te demando por difamación.
—Ja, como si fueras a ganarme una demanda.
Sisee una maldición, pero me calle cuando Jonathan cerro la puerta del garaje. Ahora estábamos dentro de la mansión y aunque probablemente fuera mentira, hasta el aire se sentía diferente. De inmediato avanzamos por una de las salas hasta la escalera principal, que era de mármol y madera.
No hablamos por el resto del tiempo. Hasta que me dejo en el cuarto del jaccuzzi y se fue hasta la habitación de Evian otra vez, a esperar que le diera la señal. Realmente le debía una.
A pesar de tener una piscina y jacuzzi en el patio trasero de la mansión, la familia Suisque también tenia un jacuzzi privado en una habitación techada. El suelo era de este material que no te dejaba resbalar, y había una ducha con puertas de cristal en una esquina y una sauna en otra.
Sacudí la cabeza y apoyé la mochila con suavidad en el suelo, tenia que ponerme a trabajar. Me sequé el sudor de las manos con mis pantalones deportivos y abrí la mochila, poniéndome en acción. Presione el botón para que el jacuzzi se llenara automáticamente y saqué las bolsas de tierra negra de mi mochila.
—Jonathan, ¿A dónde demonios me llevas? —escuché la voz de Evian en el pasillo de fuera.
Me oculte detrás del estante donde estaban las toallas. La videocámara estaba instalada encima de este, con una vista perfecta del jacuzzi negro. Me cubrí la boca, tratando de no explotarme de la risa antes de que todo ocurriera.
—Solo cállate y disfruta —respondió Jonathan, abriendo la puerta—. Y no te destapes los ojos hasta que yo diga.
—Espero que no sea ilegal.
Lo había traído solo con sus boxers y una bata de baño, aunque desabrochada. Jonathan tenia puesto su mismo pijama de hace un tiempo.
—¿Desde cuándo te importa eso?
—No me importa —sonrió y se volteo a verlo, aunque tenía los ojos vendados.
—Cállate y muévete.
—No me hables así, amor mío —canturreó.
Rodé los ojos. Eran exasperantes. Pero estaba agradecida, sin importar que. Jonathan me dio una mirada que no supe descifrar, entre asco y diversión. Tenía los labios en una mueca y por un momento, se detuvo. Abrí los ojos como dos huevos y señalé a que lo hiciera entrar, tratando de no hablar.
—¿Y bien? —suspiro Evian— ¿Ya me la puedo quitar?
—No. Sorpresa, te dije.
—¿Hay chicas involucradas? —sonrió como todo un cerdo y apreté los puños, para no tirarle la video cámara.
—Si —Jonathan me miró haciendo otra mueca.
—Pues dale.
Se sacó la bata y con ayuda de Jonathan, subió los escalones pequeños y se metió en el jacuzzi lentamente. Apreté los labios, esperando a que se quitara la venda.
—Esto es…raro.
Para mi sorpresa, se sentó. Me tuve que cubrir la boca con fuerza para no explotar de la risa. Evian estaba sentado, en un jacuzzi de agua mezclado con tierra negra. Y la tierra estaba repleta de lombrices. Gusanos rosados y marrón claro, moviéndose de un lado a otro, probablemente confundidas. Unas empezaron a subir por sus rodillas y brazos automáticamente.
—Espera, ¿Qué es esto? —murmuró, y por fin sus manos fueron a la venda.
Jonathan estaba frente al jacuzzi y sus hombros se sacudían con fuerza. Unas cuantas lombrices subieron por los bíceps y pecho de Evian, casi alcanzando su cuello.
—¿Qué demonios es esto? —subió la voz.
Se sacó la venda y se tomó unos segundos para parpadear, antes de bajar la mirada. Y tiró el chillido mas espectacular que había escuchado en toda mi corta vida.
—¡QUÉ DEMONIOS ES ESTO! ¡SON GUSANOS, GUSANOS!
Se puso de pie, tirando algunas lombrices, pero muchas se quedaron pegadas a su cuerpo. Empezó a sacudirse como una batidora dañada, y no pude evitar empezar a chillar carcajadas como una lunática.
—¿DAIA? ¿QUÉ DEMONIOS? —Evian chilló como una niña mimada— ¡QUITAME ESTO DE ENCIMA! ¡AHOR-SJDHS!
Con la prisa de moverse, se cayó de culo en el jacuzzi, su cabeza quedando casi hundida en el agua de gusanos. No pude y me dejé caer en el suelo, con mis ojos botando lágrimas. Jonathan tampoco podía moverse de las carcajadas.
—¡SE ME ENTRÓ EN LA OREJA! ¡DEJEN DE REIRSE Y AYUDENME!
Intenté ponerme de pie, pero fue imposible. Evian estaba pataleando como un pingüino sin equilibrio y yo estaba mirando borroso de las lágrimas. Con un par de intentos más, logró salirse del jacuzzi. Jonathan se alejó de él automáticamente, asqueado ante los gusanos que seguían pegados a Evian.
—Muy gracioso —Evian parecía temblar de la rabia y del asco— ¡Te luciste! ¡Ven acá!
Casi no me puse de pie a tiempo. Evian se tiró hacia mi y logré gatear lejos de el, aun riéndome. Me puse de pie agarrándome del estante, aprovechando que seguía sacudiéndose para sacar los gusanos. Agarré la cámara y comencé a correr, aunque con torpeza por la risa. Evian chillaba maldiciones detrás de mi.
—¡Vuelve aquí!
No podía ni responder. Chille y salí de la habitación, con la cámara sujetada como si mi vida dependiera de ello. Escuché a Evian gritándole a Jonathan traidor y que lo ayudara a sacárselas, de seguro más preocupado por si se le metían en el culo.
Subí al tercer piso de la mansión, jadeando entre risotadas y corrí de largo hasta la habitación de Khal. Su puerta era de un rosa gold, con una K en letras cursivas en el centro. Ella ya me estaba esperando, apoyada en el marco, con su pijama de cachorros.
—Pon todos los seguros que tengas —logré decir, entrando a su habitación—. Me voy a ir cuando se esté bañando.
Khal cerró la puerta y me dejó sentarme en uno de sus pufs. No dijo nada hasta que mi respiración logró calmarse casi a su estado normal. Me sequé el sudor de la frente con la mano y el resto de las lágrimas que se habían quedado en mi mejilla.
—No puedo creer que hayas hecho eso —musitó, momentos después.
—Yo tampoco —solté una risita sin aire—. ¿Quieres ver el video?
Nos entretuvimos mirando el video en su sistema de televisión de pantalla plana hasta que nos dolió el estomago de reírnos. Lo mejor, había grabado parte de la carrera que me dio Evian y hacía todo mas divertido. Solo me fui corriendo a casa luego de hacer varias copias del video y cuando Jonathan vino a avisarme que Evian estaba bañándose —y probablemente vaya a durar mas de una hora tratando de sacarse los gusanos de la cabeza.
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No se me ocurrió que lo peor que podría hacer Evian sería despedirme y hacer mi vida académica inexistente por el resto de mi vida, hasta que lo vi al día siguiente, avanzando hacia mi con una expresión que no podía adivinar qué significaba. Tenía los ojos entrecerrados, pero no estaba sonriendo ni torcía los labios. Y sus ojos parecían brillar como si fuera Hades. Las manos empezaron a sudarme, así que agarré con fuerza las correas de mi mochila y me paré derecha, esperándolo.
Como todos los días, debíamos esperar a nuestro máster al lado de la entrada. Todavía yo no era una honey oficial, así que solo lleva el uniforme sin la corbata y sin el supuesto arete que le dan a los honeys. Así que me pasó por la cabeza la cara de mis padres cuando les dijera que me despidieron porque bañé al niño rico en gusanos de tierra.
Próximo caso en noticias del mundo: adolescente muerte tras ser castigada de por vida y encarcelada por joder con un niño rico. Pero no me arrepentía, porque el video seria mi regalo de descanso en paz.
—Vamos a otro lado —ordenó, tan pronto estuvo frente a mi y siguió caminando.
Ay, mierda, estoy jodida. Inspiré y lo seguí, mordiéndome los labios. Me fijé que llevaba el uniforme arreglado por primera vez desde que empezaron las clases, incluso con la corbata bien hecha. Solo tenía la mochila en un hombro y en el otro brazo llevaba dos cajas negras.
Llegamos hasta un espacio de recibidor junto al despacho de los honeys. Era una especie de balcón integrado, con sillas de madera, una mesa y un florero con cada flor en un jarrón.
Evian se paró frente a mi, dejando su mochila en una de las sillas. Su rostro estaba mas serio de lo que lo había visto cuando jugaba softball.
—Suéltalo —mascullé, subiendo la cara un poco para mirarlo.
Estiró los brazos y me entregó las cajas. Eran un poco pequeñas para ser mi carta de renuncia —aunque uno nunca sabía nada con estos ricos. La miré con las cejas fruncidas y Evian las acercó un poco mas. Me fijé en que eran de terciopelo, con un dibujo de clavel dorado en el centro.
—¿Qué…? —lo miré y luego volví a las cajas, sintiendo mi corazón acelerarse cada vez más—. ¿Qué es esto?
—Son tu corbata y el arete de los Suisque.
Abrí la boca como un huevo y mis manos soltaron las correas de mi mochila, que cayó al suelo con un golpe suave. Evian sonrió y sus ojos destellaron como luces de fiesta.
—¿Qué-Pero tú no-¿qué? —no podía hablar bien.
—Significa que eres mi honey oficial a partir de ahora —dijo, sin mover las cajas y hablando con la lentitud de un profesor. Hice cortocircuito otra vez.
—Qué…pero…cómo, ¿qué?
Balbuceé una serie de incoherencias y él soltó una carcajada. Miraba de la caja hacia él como si estuviera ante un ejercicio de química demasiado complicado para la compresión humana. Cuando no moví los brazos, Evian dejó la caja mas pequeña en la mesa y abrió la más grande y delgada.
—Yo…tu— miré las corbatas de tres colores diferentes, según temporada—¿Es en serio?
—¿Qué cosa? —Evian sacó la corbata roja y la colgó de mi cuello, empezando a hacer un nudo. Me quedé floja. Atónita me quedaba corto.
—¿Me estás oficializando como tu honey a pesar de que te jugué esa broma? —pude decir al final, casi sin aire.
—Sí.
Me ajustó el nudo y se echó para atrás. Esta vez si tomé la caja delgada. Me pasó la otra, abierta y con el arete. Era brillante, de plata y grueso. Tenía grabado un clavel en el centro. Parecía un botón semi cuadrado y semi cilíndrico.
—¿Estás bien del cerebro? —volví a mirarlo a los ojos.
—Creo que ya sabes que no —sonrió de oreja a oreja, achicando sus ojos.
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hange.
Re: The Honey System
Capitulo 04.2
Honey is Daia || Master is Evian || by Ritza.
P R E S E N T E
Sabía que moriría algún día. Pero nunca pensé que sería por un accidente de auto, medio borracha y un lunes, porque el idiota de Evian Suisque no podía manejar como alguien decente. Da un giro en U que casi me hace caerme de culo y meterme entre el cristal frontal del auto. Sin pensarlo, empiezo a chillar todas las malas palabras que me llegan a la cabeza.
—¡Si sigues conduciendo así, me voy a tirar por la ventana y va a ser tu culpa! —chillo, pegándole manotazos en todo el brazo.
Evian me ignora y observo sus dedos apretar más el volante. El tráfico no es nada a las dos de la madrugada. Mi barrio no está tan lejos del bar, La Bahía. Aprieto los dientes, recordando que acabamos de dejar a Lua en el hospital porque Jonathan está interno. Está manejando como un loco por la posibilidad de Jonathan de recaer —entiendo lo horrible que es pensar en eso.
Pero no quiero morir porque está demasiado ocupado preocupándose mientras conduce a altas horas de la noche.
—¿Quieres que maneje yo? —intento poner ojos de borrego, pero no me salen.
—Estás borracha —gruñe y me mira de reojo—. Y no sabes manejar.
—Si sé, he estado practicando el verano —asiento varias veces.
—¿Con quien? ¿Tus hermanos?
—No. ¿Me dejas manejar? —paso la mano por mi cinturón—. Estas yendo demasiado rápido.
—Chequea si Lua te ha escrito —hace un gesto con el mentón hacia mi celular.
Se mete en una curva y acelera cuando ve la avenida vacía. El celular casi se me cae de las manos y con ojos borrosos, logro ver una notificación de Lua.
—¡Para, loco! ¡Para! —abro la conversación mientras lo empujo por el brazo— ¡Lua me escribió!
—¿Qué dice? —gira la cabeza lo mas que puede sin despegar los ojos de la calle.
—Ehm…pues, todo está bien —suelto un suspiro—, dijo que no te preocupes y que esta bien
—¿Cómo que está bien? —los hombros de Evian están tensos— ¿Entonces para que diablos lo ingresaron?
Aprieto los labios y sigo leyendo los demás mensajes. Intento que las letras no se me vayan por el jodido alcohol.
—Dice que tenía fiebre…y para hacerle chequeos-
—¿Estás segura? —me interrumpe.
—¿Estas diciendo que no sé leer? —levanto la mirada, deseando clavarle algo—. Mira, lee el mensaje tu-
—¡Estoy conduciendo! —chilla.
—¡Entonces créeme! Estoy borracha, no ciega.
Se queda en silencio por un momento y luego siento que voy a salir volando del auto. Frena con brusquedad en la entrada de mi sector. Suelto un suspiro y le paso el celular, acomodándome en el asiento ya que mi vida no peligra. A través de ojos borrosos y la oscuridad del auto, miro a Evian relajar los hombros y dejar de morderse los labios.
Cuando le empieza a responder desde mi celular, cruzo los brazos y dejo caer la cabeza contra el asiento. Hasta que abre la boca otra vez.
—Viendo al chico al que le estabas chupando la lengua, si estás ciega.
—¡Retira lo dicho, idiota! —le pego un manotazo— Estaba buenísimo.
—Tienes el gusto en el culo —arruga la cara.
—¿Tengo que ir a chequearte la vista? —le pincho una ceja—. Creo que jugar mucho softball te hizo daño.
Evian deja el celular en mi regazo y retoma la marcha del auto. Tengo que abrir los ojos porque el alcohol me hace sentirme que estoy dando vueltas. Por lo menos ahora no va con la velocidad de muerte. Observo las casas iluminadas por los focos de la calle. Y ahora que está todo bien, recuerdo la forma en que se aparecieron estos dos indigentes en el bar.
—¿Estás enojada? —pregunta cuando llegamos frente a mi casa.
En mi casa solo hay una pequeña lámpara encendida en la sala, señal de que mi madre aún está entre el sueño y despierta, esperándome. Aprieto los labios y me giro hacia Evian, aunque lo veo más como una mancha semi difuminada.
—No, estoy llorando de alegría —entrecierro los ojos—, ¿cómo demonios sabías dónde estábamos? —lo apunto con mi celular, como si fuera un arma blanca—. ¿Y qué haces en San José la primera semana de clases?
Los días que Evian y Khal toman extra de vacaciones son casi tradición. Días donde soy el ser más feliz de todo Hoj. Sin embargo, este año, a penas es el primer día y tengo a Evian Suisque sacándome de mi muy merecida fiesta.
—Te van a salir canas antes de saberlo —me sonríe de oreja a oreja.
—Eres un grano en el culo.
—En tu culo, mi amor —alza ambas cejas varias veces—. Un mago nunca revela sus trucos —se echa hacia atrás, apoyando el codo en la ventana.
—Tus trucos sucios, mejor dicho —hago una mueca con los labios.
—Esos tampoco —sus dientes blancos interrumpen con lo oscuro que está en el auto—. Tengo como tres meses sin verte, ¿no me vas a dar un abrazo?
Le respondo con un resoplido. Agarro mi bolso y salgo del auto sin decir nada, pero de todas formas escucho su risita de payaso antes de cerrarla. No arranca el auto hasta que estoy dentro de mi casa y le saco el dedo de en medio desde la ventana de la sala.
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Llego a la Academia cantando las canciones de Daddy Yankee para tratar de apaciguar mi malhumor. Jennie y Maxie ya están allí, de pie junto al camino que lleva a las nueve flores, esperando a sus masters. Agito la mano en forma de saludo, recordando como nos traicionaron anoche.
—Si alguien les pregunta, no me han visto —entrecierro los ojos y sigo caminando de largo— ¿Entendido?
—Okay.
—¿A dónde vas? —pregunta Jennie, ambas siguiéndome con la mirada— Evian estará aquí en un rato.
—Tengo diarrea, vuelvo ahorita.
Eso hace que no me pregunten mas nada. Avanzo por el pasillo de la entrada y avanzo por el lado izquierdo. Hoj es una Academia dividida en dos edificios principales a primera instancia. El área dedicada a los que se bañan en dinero todos los días, y el área que es para los que solo se bañan en dinero una o dos veces al mes.
Camino entre los pasillos lujosos, relucientes de mármol y paredes antiguas que tienen las nueve flores. Hasta llegar al patio trasero, donde hay una puerta de barrotes de hierro pintadas de negro, con ornamentos voluptuosos y con decoraciones puntiagudas que hacen imposible que me vuele. Lo he intentado.
La puerta y el mural que le sigue por todo lo ancho de la Academia es lo que une las dos escuelas. Usualmente, lo abren para profesores o cuando tenemos festivales de caridad, bailes o ferias científicas —los únicos eventos en los que se olvidan, mágicamente, del elitismo. Aunque realmente es por las apariencias.
En un lado de la puerta, hay un seguridad de pie tan firme como El Hierro detrás suyo. Me lleva al menos dos cabezas, es de piel morena y con una nariz larga y delgada. Eso y su cabello rizado recogido en un moño dan a relucir su raza árabe. Sus ojos son inexpresivos, intimidantes —por eso ninguno de los honey se atreve a cruzar al otro lado. Me detengo frente a él, le sonrío y cruzo las manos por detrás de la espalda.
—Buenos días, señor Sayid.
Me dedica una mirada de reojo y si me esfuerzo bien, puedo ver un pequeño atisbo de sonrisa en sus labios.
—Buenos días, señorita Martínez —inclina la cabeza hacia delante—, ¿cómo estuvieron sus vacaciones?
—Estupendas. Evian se fue de viaje por todo el mundo, así que fueron los mejores meses de mi vida. ¿Y la suya?
A pesar de ser intimidante (o de parecerlo), Sayid es la única autoridad que no me tiene odio por no “acatar las reglas”. Lo descubrí cuando me ayudó a esconderme de Evian en la Academia normal, después de que haberle jugado una broma a Evian en plena clase de deporte. Desde entonces, lo considero uno de los pocos adultos con sentido común.
Sayid me deja pasar y camino como si estuviera en mis aguas. Hay ligeras diferencias en los uniformes, así que los que andan por el patio, se fijan que son del otro lado. Pero poco me importa. Hay muchos que ya están acostumbrados.
Asumiendo que Evian venga hoy a tomar clases, me quedan unos 20 minutos de ocio. Y suponiendo que no va a venir, aunque este en la ciudad —lo cual es más probable—, tengo casi el doble. Avanzo por el patio lleno de árboles gigantes, que sirven para que muchos se tiren —y se duerman— en vez de estar metidos dentro y sin ser sociables. Voy directo a un grupo de tres personas.
—¡Miren quien nos visita!
La primera en levantarse es Penny, corriendo hacia mi encuentro. Su coleta pelirroja se mueve con el viento cuando se me tira encima, casi haciéndome tirar el bolso. Hace dos años, conocí a Penny y a Lizzie en el equipo de Softball del Club. Ambas vienen a la Academia desde hace años y con ello, me presentaron a Jack y a Chris.
—¿Todavía no llega tu hombre? —Lizzie se para del césped a saludarme con un abrazo.
—Ugh, no lo menciones —hago una mueca y me saco los audífonos—, quiero pretender que no existe todavía.
—En serio, tienes 3 años siendo la niñera del niño rico y aún no nos has presentado —Penny se mira las uñas pintadas de rojo y después a mí, con el ceño fruncido—, ¿por qué?
—¿Acaso te avergonzamos? —Lizzie se ajusta los lentes en la cara— Desgraciada.
—¡Claro que no!
—Yo creo que sí.
Jack se acerca y me pasa un brazo por los hombros, sonriéndome con sus dientes de lata. Chris es el último en unirse, dejando su comic de marvel tirado junto a sus bolsos en el césped.
—¿De qué hablamos? —inquiere, luego de darme un abrazo.
—Que Daia aun no nos presenta a su querido master —Jack me remueve, subiendo y bajando las cejas—. ¿Acaso lo quieres todo para ti, golosa?
—¡Asco! —le doy un codazo— Es lo opuesto. No quiero meterlo en todos los aspectos de mi vida, ya lo consume casi todo —me paso una mano por la cara, recordando anoche—. Ustedes son como un respiro.
—Esa es una excusa estúpida —refuta Lizzie, cruzándose de brazos.
Una serie de bufidos y resoplidos le siguen, y los cuatro me fulminan con la mirada. Desvío la mirada, intentando explicar de buena forma que trabajo para un psicópata.
—¿Qué tan malo puede ser? —Chris se encoje de hombros— Lo hemos visto en Instagram.
—Dicen eso porque no lo conocen.
—¿Y por qué es eso, eh? Me pregunto —el tono de desagrado y sarcasmo de Lizzie no me pasa desapercibida. Su afro se mueve al mismo tiempo que ella sacude la cabeza— Lo dices como si fuera un criminal con el cual no deberíamos asociarnos.
Por un momento, estoy tentada a decirle que eso es justamente lo que Evian es. Solo que pertenece a la clase “elitista” de la sociedad para enmascarar que está jodidamente loco.
—No es como si fuéramos a volvernos sus BFF tampoco —Penny se deja caer hacia detrás, en la manta—, pero estoy harta de que cancelemos planes porque él se aparece.
—Tú solo quieres ver si en verdad está tan bueno de cerca—la acusa Lizzie.
Penny ni siquiera se inmuta. Se encoge de hombros y sonríe de lado, mostrando el único hoyuelo que tiene. Con toda la picaría del mundo saliéndole por los poros. Suelto una risotada y aplaudo —mis amigos están locos.
—Eso también —dice, asintiendo.
—Advertencia —Jack coloca una mano en mi hombro apresurado—: La loca Pennny tiene los ojos en tu niño rico asignado, o como sea que les digan. Ten cuidado.
Sigo riéndome mientras Jack y Chris comienzan a relatar las medidas de seguridad que debo tomar cuando se trata de Penny teniendo a un chico en la mira. La chica tiene una estatura de modelo, cuerpo latino heredado de su familia de Brazil y una personalidad de confianza infinita en sí misma. Si quiere algo, lo obtendrá.
—Créeme, si pudiera quitarme esta cosa y cambiar contigo —señalo el arete de clavel—, lo haría en un instante. Pero la cláusula es una mierda.
—Por lo cual la única opción que te queda es presentarlo —Penny sonríe de lado a lado.
—Te jodiste —Chris suspira y baja los hombros, como si me diera un pésame.
Suspiro y me río en silencio. Miro un momento al cielo despejado y bajo la mirada a mis amigos, que a pesar de que paso la mayor parte del tiempo en otro lado, aún me siento parte de ellos.
—Esta bien —muerdo mi labio inferior—. Supongo que como es penúltimo año y próximamente saldremos de esta mierda, puedo presentarlos…pero no digan que no les advertí.
—¿En serio? —inquiere Lizzie— ¿Estás segura de que-?
—Si no lo hago, van a seguir jodiéndome por todo el año.
—Es verdad —concuerda Jack.
—¿Cuándo quieren, entonces? ¿Hoy al salir de clases? —saco mi celular, para buscar la agenda digital.
—Creo que eso no será necesario —masculla Chris.
—Hmmm, ¿qué? No entiend-
—Así que, aquí es donde vienes cuando no estoy en la Academia —dice una voz a mi espalda, y escucho el chasquido de una lengua.
No me tengo que levantar ni girar para saber quién es. Pero de todos modos lo hago, solo para cerciorarme. Subo la mirada y sí: Evian Suisque se encuentra frente a mí. Ahora que no estoy borracha, lo veo claro: Está un poco más alto y bronceado; su cabello castaño oscuro está mucho mas largo. Lo que sigue igual es su sonrisa, que parece saber los secretos de todo el mundo; y el desarreglo de su uniforme, con las mangas de la camisa enrolladas y la corbata floja.
Nada de eso me distrae de la atrocidad de la situación. Aprieto los dedos y pongo los brazos en jarras.
—¿Qué diablos haces aquí? —suelto, con voz atropellada.
—También te extrañé —me despeina el cabello y da un vistazo hacia mis amigos—. ¿Me presentas tú o me presento yo?
Extrañamente, ninguno ha hablado. No tengo tiempo para pensar por qué —aun no logro entender como Evian está aquí.
—Ninguna. ¿Qué haces aquí?
—Sayid no el único guardia que rompe las reglas por unos momentos —parpadea con lentitud y sonríe otra vez—. ¡Hola! Mucho gusto, soy Evian Suisque.
Me hace un lado y estrecha la mano de mis amigos. Solo me quedo mirándolo con los ojos entrecerrados. Si pudiera devolver el tiempo y taclearlo en el momento en que viene, lo haría. Cuando se voltea hacia mi, Penny abre los ojos y la boca como si fuera el hijo de David Beckam.
Que bueno, puedo admitir que Evian está bueno.
—Las he visto por el club, ¿cierto? —inquiere, poniéndose a mi lado— Lo único que la señorita Martinez nunca nos ha presentado. Qué lindo por ti, en serio.
Pero primero me arranco la lengua antes de decírselo. Lo fulmino con la mirada y lo empujo con mi hombro.
—Eso mismo le estábamos diciendo —comenta Penny, cruzándose de brazos—. Soy Penny. Ellos son: Lizzie, Chris y Jack.
—Ustedes no juegan en el club —Evian los señala, como tratando de clasificarlos—, pero si los he visto por aquí.
—¿Nos has visto? —Jack enarca una ceja, mirándome de reojo.
—Porque es un acosador-
—Con Daia, a veces-
—¿Ven? Acosador. En fin, ya se conocieron. Todos felices —aplaudo dos veces—. ¿Nos vemos luego?
—Si, después de las 3.
Jalo un poco a Evian lejos de allí, en dirección al cruce hacia el otro lado. Pero ellos nos siguen mirando, con sonrisas torcidas en sus caras.
—¿Qué es después de las 3? —masculla en mi oído.
—Nada que te incumba.
—En ese caso…—sonríe de lado y se gira hacia ellos— ¿Puedo ir? —mira directamente a mis amigos.
—¡Claro! Eres bienvenido —Jack le da un apretón de hombros y me sonríe— No lo dejes.
—Ugh.
Estamos caminando hacia el salón de clases, medio tarde. Pero Evian no corre y yo tampoco. Estoy mas concentrada pensando como me voy a zafar de su compañía esta tarde.
—¿Qué me miras? —pregunta, cuando estamos a pocas puertas de nuestro salón.
—Tu cara de marica —chasqueo la lengua—. ¿No me vas a decir cómo nos encontraste?
—No.
—¿Ni por qué estás en la academia? —ladeo la cabeza.
—Aquí estudio —se encoge de hombros.
—Evian —me pongo frente a él—, sabes a lo que me refiero. Se supone que llegabas el viernes.
—Los planes cambiaron —aprieta los labios.
—¿Por qué?
—Por quién es más correcto —se rasca detrás de la oreja.
Se me encienden todas las alarmas. Me le acerco más y cruzo los brazos, con muchas cosas cruzándome por la cabeza. El segundo timbre suena, para que las personas terminen de llegar a clase. Lo ignoro deliberadamente, mas entretenida por como Evian parece removerse ante mi mirada.
—¿Por quién? ¿Qué pasó?
Evian chasquea la lengua y mira varios puntos del pasillo histórico antes de decir algo. Me imagino diversos casos donde él se mete en problemas en Brazil o algo por el estilo, y sus padres terminan enviándolos a estudiar desde antes.
—¿Acaso estas més morena? —inquiere, agarrándome el brazo— Es por jugar todo el verano en hora pico. ¿Sabes que mucho sol hace daño?
—¿Estas tratando de cambiar de tema? —me echo hacia atrás, alejando mi brazo.
—Vamos a clase.
—¡No! Tú nunca quieres ir a clase.
—Hoy sí, quiero ver a Jonathan —replica y comienza a caminar con largas zancadas, pero le puedo seguir el paso.
—Siempre lo ves —bufo—. Y probablemente no hayan llegado aun.
—No lo vi en el verano.
—Puedes ir con Jonathan y responderme al mismo tiempo —me cuelgo de su brazo solo para entorpecerle el caminar.
Evian baja la mirada con el ceño fruncido e intenta sacudirse, pero me muevo con él, soltando risotadas e insistiendo más.
—Dime, dime, ¿Qué paso?
—¡Daia…! No jodas —gruñe— ¡Qué me sueltes!
Con su brazo libre intenta hacerme cosquillas. Lo logra por un momento, porque le doy un puntapié e intento morderle la mano. Así que ahora intenta cargarme por las piernas.
—¡Déjame, engendro! —chillo.
—¡Suéltame primero!
—¡Nunca!
Un silbato nos detiene en seco. Infragantti. Frente a nosotros esta nadie mas que Lola, la psicóloga escolar o consejera o guardiana. A veces creo que es todas las cosas que sean necesarias para “controlarnos”. Sus ojos pequeños están abiertos tanto que parece ser insano y tiene la cara toda estirada, como si estuviéramos asesinando un animal.
—Los juegos de manos están prohibidos en el campus escolar, lo saben muy bien —informa, con su voz firme y fulminándonos con la mirada—. Son a penas los primeros días de clase, por favor intenten comportarse el primer mes.
—Siempre nos comportamos, su señoría —Evian le sonríe encantadoramente y yo le sigo el juego.
—¿Cuándo ha visto que hagamos algo inapropiado? —parpadeo dulcemente.
Al mismo tiempo, Evian me pasa el brazo por los hombros y yo el mío por detrás de su cintura. Sonreímos sin mostrar los dientes a Lola, que nos mira con indignación.
—Vayan a clase. ¡Ahora!
Su forma de gritar es forzada. Como si se obligara a gritar, pero en voz baja. Evian y yo hacemos saludos militares con nuestros brazos libres y avanzamos con dirección al aula de clases. Cuando doblamos a la izquierda en el pasillo solitario, tuerzo mi pierna para darle en las pantorrillas.
—Vas a hacer que me quiten puntos de conducta desde hoy —siseo, soltándole la cintura.
—A mi también me van a quitar puntos —inclina la cabeza hacia mi, aun con su brazo en mis hombros—. ¿No te preocupa?
—Tu cagas dinero, eso no importa —ruedo los ojos.
—Envidiosa.
—Adefesio.
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Cuando Jonathan y Lua por fin llegan a clase, en la tercera hora, estoy lista para tirarme de la ventana del aula y: sobrevivir haciendo parkour imaginario o morirme en el intento. Pero me salvó la campana. Que tiempo después, estoy sentada junto a Lua, mientras Romeo y Julieta están en el otro asiento.
A pesar de que los profesores han hecho numerosas quejas de que cada honey debe sentarse con su máster, no es como si nosotras tuviéramos palabras en el asunto. Además, lo prefiero así. Evian es mejor en dosis.
Luego de la cagada con el tres en raya y la profesora, nos quedamos calladas. Intento no volver a comentar sobre el asunto de ella y Jonathan. Aunque mi culo metiche quiera seguir advirtiéndole, no puedo volverme loca por un tonto presentimiento. La clase cambia antes de darme cuenta —aunque no me quejo. La primera semana suele sentirse como una pesadilla borrosa.
Mientras la profesora habla del programa del primer semestre del año, doy un vistazo hacia una de las butacas que ha ocupado Sakura al moverse de curso con nosotras. Me agrada que esté aquí, porque es tan impredecible que es fascinante. Pero me fijo en su honey: de ojos rasgados, cabello oscuro y una vibra de chico bueno. Me inclino hacia Lua, sin despegarle los ojos.
—El honey de Sakura es bonito —susurro, con una corta sonrisa.
—Todos son bonitos para ti —Lua rueda los ojos, sin voltear a mirarme.
—Lo son, Baztan también está bueno. ¿Crees que sea un requisito para ser honey? —musito, apoyando mi mentón en mi mano— Ya sabes, como ellos son “hermosos”.
Por un momento creo que se ha enojado por lo de antes. Pero sonríe de lado y me mira de reojo antes de hablar.
—¿Eso qué nos hace a nosotras? —enarca una ceja.
—¿De qué hablas? Somos unas perras preciosas —sonrío de lado y le guiño un ojo.
—¿Le gustaría compartir ese comentario, señorita Martínez? —interrumpe la voz estridente de la profesora.
—No —apoyo uno de mis brazos en la espalda de la silla.
—Pues hágalo de todos modos —me mira con la nariz un poco arrugada.
—Como mande usted —chasqueo la lengua—. Decía que soy una perra preciosa.
—¿Qué clase de vocabulario es ese? —se lleva una mano en el pecho y da un paso hacia atrás.
—Um, inglés coloquial, es la forma en que-
—Suficiente, señorita Martínez. Salga de la clase.
—¿Por responder una pregunta? —enarco una ceja, inclinándome hacia ella, apoyando los codos en mi pupitre.
—Por hablar vulgarmente en una clase.
—No estaba ofendiendo a nadie —replico, pero de todas formas, hecho mi silla hacia tras.
—Ese no es el punto. Usted-
—¿Y cual es? —interrumpe Evian, girándose por completo hacia nosotras, con los brazos cruzados— Me encantaría saber.
—Señorito Suisque… —la profesora se remueve en su lugar—, usted sabe que-
—Ella no va a ninguna parte —hace un gesto hacia mi con la cabeza—. Puede quitarle puntos que ya sabemos que le va a quitar, pero no se va.
—¡Usted no puede…!
—Usted no puede sacarla con esos argumentos —se encoge de hombros y vuelve a sentarse derecho—. Por favor, siga explicando su clase.
Pasan momentos de un silencio tenso. Bueno, para muchos, Evian tiene los ojos tan encendidos que estoy segura de que esta riéndose en su cabeza, aunque tenga el rostro serio. Yo tengo que morderme los labios y esconder mi sonrisa con mis cabellos, mientras Lua me da codazos para que me comporte —aunque ella también se ríe por lo bajo.
La maestra desiste pocos minutos después y retoma el tema como si nada hubiera ocurrido. A veces es tedioso cuando Evian se pone de “voy a usar todo mi poder para salirme con la mía”; sin embargo, en ocasiones como esta, no me importaba un solo pepino.
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Un par de clases mas y ya es hora de comer. Con suerte, espero que Evian se vaya a comer con Jude y sea chusma lejos de mi. Pero camina a la cafetería con el resto. Sigo de largo hasta encontrar una mesa y saco mi sándwich de pollo y papas fritas.
—¿Qué rayos estas comiendo? —Sakura se sienta a mi lado, y me mira con una mueca de asco.
—Bueno —le doy un lento mordisco—. Esto se llama pan, adentro tiene pollo, lechuga y mayonesa. Y eso se llama papas fritas —las señalo—, tal vez las hayas visto en-
—Pregunto porque rayos comes sándwich con papas fritas —entrecierra sus dulces ojos de serpiente—, eres mas rara que Evian.
—Es lo mismo que comer hamburguesa con papas fritas. ¿Quieres un poco?
Le acerco mi sándwich mordido y ella retrocede, levantando los hombros y torciendo los labios.
—¡Aléjate, cochina!
Suelto una risotada al mismo momento en que ella se levanta y se va, sabrá Dios a donde. Ya me he acostumbrado a que vaya y venga a cada rato. Es entretenida.
—Estúpido Jonathan.
Eso y mas maldiciones se escuchan, saliendo de una Lua que viene con su bandeja de comida a sentarse a mi lado. Tiene el rostro enfurruñado y a juzgar por como mastica su comida, decido cuestionarla.
—¿Tan rápido te vuelves a enojar con tu amorsito? —digo, dando un sorbo a mi jugo.
—¿De quién hablas? —Lua sopla su flequillo desordenado, subiendo la mirada de su comida.
—De tu Jonathan, alias el fantasma de la Opera —hago un gesto con el mentón hacia el, que esta con sus idiotas amigos caminando hacia acá—. Viniste cantando maldiciones en su nombre.
—No es mi culpa, es un imbécil —rueda los ojos y se cruza de brazos.
—¿Por qué esta siendo un imbécil? Además de respirar, claro.
—Si, ¿Por qué estoy siendo un imbécil? —Jonathan se mete en medio de la conversación, con los brazos en las caderas— ¿Porque tengo la inteligencia de separar al autor de su obra?
Alzo las cejas y observo a Lua, que infla las mejillas y golpea la mesa con sus manos. Si las miradas pudieran pulverizar…
—No —frunce el ceño—. No cuando la autora usa sus medios para promover algo que no cree e incluso discrimina-
—¡Más razón para separarlos!
—¡Qué no! ¡Cancelada! —Lua se levanta un poco del asiento.
—¿Por qué? —Jonathan enarca una ceja y la mira con un deje de superioridad.
—¿Cómo que por qué? Por haber jugado con la infancia y adolescencia de muchos de nosotros.
Yo hace rato estoy comiendo de mis papas fritas como si fueran la palomita de las películas. Intento entender de qué están hablando, pero la tensión que emanan es mucho más divertido que ponerme a analizar sus palabras. Medito sacar el celular para grabarlos, hasta que Evian se mete. Se pone a dar golpes de barriga junto a Jonathan.
—Dejen de pelear —canturrea Evian, con una sonrisa grande—, ya sabemos que se aman. ¿Ok?
—Idiota —masculla Jonathan, desviando la mirada.
—¿De que autora hablan? —inquiere Mey, sentándose junto a Lua.
—JK Rowling —escupe Lua, sentándose otra vez—. Es transfóbica.
—Lo cual no significa que Harry Potter lo sea —interviene Jonathan.
—Significa que una de las mejores historias del mundo la escribió una transfóbica-
—Si siguen discutiendo eso por el resto del recreo, voy a tirarles mierda a todos —anuncia Sakura, llegando junto a Jude.
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Trato de prestar atención al resto de las clases luego de merendar. Tratar siendo la palabra clave, porque me pongo a soñar despierta con jugar softball junto a un Mike Trout sin camiseta y creo que se me sale la baba. Me pongo alerta cuando mi celular vibra en el bolsillo, con un mensaje de Penny por nuestro grupo. “Recuerda que nos vemos en la parada de bus”.
—Lua, ¿me haces un favor? —murmuro, inclinándome hacia ella.
El profesor esta terminando de escribir la primera asignación en la pizarra de marcador, así que aprovecho antes de que se voltee. Lua me mira con los ojos entrecerrados, pero de todos modos asiente.
—Dime que no es algo ilegal —pide, juntando las manos.
—No —le saco la lengua—, distrae a Evian por mi cuando suene el timbre de la salida. Solo por unos minutos, ¿puedes?
—Eh…
Mira hacia el otro pupitre un poco mas adelante y al costado de nosotras, donde Evian y Jonathan usan la computadora para jugar sin disimulo alguno. Vuelve a mirarme, con la ceja enarcada.
—¿Por qué? ¿Te estás escapando?
—Si, voy a verme con unos amigos de softball —ruedo los ojos—. Y Evian esta de chusma.
—Entendido —hace un saludo militar, aunque sus ojos parecen reír—. Operación huir del psicópata de Evian aprobada.
—Gracias perris —le mando un beso airoso.
Dicho y echo, cuando suena el ultimo timbre, me levanto corriendo del pupitre y me voy sin decir adiós. Ni siquiera me fijo si Evian se da cuenta de que me voy. Avanzo por los pasillos de la escuela mientras me saco la corbata del programa especial, mezclándome con los alumnos de la Academia común.
Evitando la gente y avanzando con largas zancadas, no me toma mucho alcanzar la salida de este lado de Hoj. La estación de buses que quiero tomar queda a algunos quince minutos caminando, así que me desabotono la camisa, quedándome con la blusa blanca de abajo y saco los audífonos de mi mochila.
Avanzo por la acera de Hoj y le envío un mensaje a los chicos que nos veremos allí, porque probablemente salgan en unos minutos y no quiero arriesgarme. Estoy en el coro de la segunda canción del álbum de JBalvin cuando unas pisadas fuertes se escuchan detrás de mi. Cuando me volteo, casi choco con nadie mas que Evian, corriendo como un loco hacia mi.
Ni siquiera el reguetón de “mi gente” puede hacerme sentir menos enojada. Me cruzo de brazos y lo miro de pies a cabeza: tiene el cabello y la corbata desarreglada, y se ha cambiado los zapatos escolares por unos vans. Subo el volumen de la música y retomo mi camino, ignorando la chusma.
—Buen intento —dice, sacándome un audífono de la oreja—, pero no funcionó.
—¡Idiota, no hagas eso! —le pellizco la costilla— ¿Qué eres, un espía?
—¿A dónde vas? —contraataca sonriendo, devolviéndome el auricular.
—A acosar el honey de Khal —sonrío de oreja a oreja, mirándolo de reojo—. Esta buenísimo.
Automáticamente se encoje, levantando los hombros y torciendo los labios. Con toda su delicadeza, me choca con su hombro mientras caminamos.
—Asco. Estoy hablando en serio —chasquea la lengua.
—Yo también —me relamo los labios—. ¿Acaso no lo viste bien?
—Tienes el gusto en el culo —me mira desde arriba con el ceño fruncido.
—Que bien, porque tengo un culo muy bonito —sonrío de lado y me relamo los labios—. Y él también.
—¿Con esa boca saludas a tu madre? —enarca una ceja, inclinándose hacia mi.
—Claro, si tú con la tuya todavía no estas preso —me encojo de hombros.
Pasamos el camino discutiendo. Mas bien, Evian preguntándome a donde vamos y yo respondiéndole las líneas de las canciones. No desiste. Cuando me subo al bus y Evian se deja caer a mi lado, pongo pausa y le presto atención.
—¿No tienes algo de Ricky Ricón que hacer? —levanto las cejas mientras busco otro playlist en mi celular.
—No —se recuesta del asiento—. Mi tarea de hoy es perseguir a mi querida honey —me palmea la rodilla.
—¿Incluso cuando voy al baño a cagar? —ladeo la cabeza.
—Si. Si quieres te grabo, incluso —cierra los ojos y se pone el brazo en la cabeza.
—¿Y si te pego la mierda en la boca?
—Te muerdo —dice sin pausas.
—Ja, primero te quedas sin dientes.
—¿Me estas retando? —se saca el brazo para mirarme.
—No, tu me estas retando a mi —le pincho la oreja.
—Ay, qué violenta-
—¡Tu eres el acosador!
El viaje hasta el centro comercial va de 20 a 30 minutos dependiendo de los tapones. Así que me dedico a perrear en mi cabeza mientras observo las calles de San José pasar por la ventana. Evian parece haberse dormido, hasta que me saca el audífono otra vez. Tengo que respirar hasta veinte para no tirarme arriba de el.
—Si me los rompes, me vas a tener que comprar unos beats —le doy un puñetazo en el hombro.
—Si me prestaras atención…
—Eres imposible de ignorar —le quito mi audífono y lo envuelvo en mi cuello—. ¿Qué quieres?
—Entonces…anoche, cuando te fui a buscar a tu borrachera…
—¿Qué? —miro hacia el techo, tratando de recordar todo lo que dije.
—¿Quién te enseñó a conducir? —gira la cabeza momentáneamente.
—¿Eh?
—Dijiste que estabas aprendiendo a conducir.
—Oh, sí. En el verano —me paso una mano por el pelo y me dedico a mirar por la ventana.
—Y que no te enseñaron tus hermanos.
—Nope. ¿A dónde quieres llegar? —me giro a mirarlo.
—¿Quién te estaba enseñando?
—Alguien que sabe —entrecierro los ojos—. ¿Qué tienes en la cabeza?
—¿En serio quieres saber? —me mira de soslayo, con sus ojos brillando de picardía.
—Si, y si es una asquerosidad, me voy a vengar —le sonrío de lado.
Tiempo después, estamos llegando frente a SPORTLINE, una de las tiendas de ropa y herramientas deportivas que más variedad tiene. Evian me mira de reojo cuando entramos y voy directo a la sesión de uniformes.
—¿Vinimos a comprar ropa de deporte? —hace una mueca.
—No. Vine con mis amigos y tu te pegaste, como la chusma que eres —lo fulmino con la mirada—. Cada año escolar venimos a comprar todos la misma prenda, es una tradición para el equipo de softball —explico, mientras me pongo a ver camisetas—. Antes de que vuelvan a empezar las prácticas.
—¿Y por qué no querías que viniera? —cuestiona, sentándose en uno de los sillones negros para clientes.
—Porque ayer me dañaste la noche —le digo sin voltearme.
—¿Y si no?
—Nunca vienes tan rápido —me encojo de hombros—, así que no te habría dicho.
—Me lastimas, querida honey.
Esta vez si me volteo, dejando las camisetas colgadas. Evian se lleva la mano al pecho y se echa hacia atrás, con el gesto mas falso de lastima que ha fabricado. Coloco los brazos en jarras y cambio de peso en la pierna.
—No se me olvida que no me has dicho que demonios haces aquí y no en Brasil o donde sea que te tocaba estar —aprieto los labios—. Y como mis amigos deben llegar en unos buses después-
—¿Ya viste estos tenis? —se pone de pie con rapidez, alejándose al otro lado de la tienda— Vi un video donde decía que los clavos son mas resistentes que otros porque-
—Evian, no desvíes la pregunta-
—No desvío nada, tu deja de ser metiche —se cruza de brazos.
—¿Yo soy metiche? ¿Quién fue que me acosó y en contra de mi voluntad, se apareció a dañarme la rica noche que-
—¿Cuándo lo vas a superar?
Se me desencaja la quijada. Veo la caja de pelotas de baloncesto y me muevo sin pensarlo, para sacar una y marcar su rostro con ella.
—Daia, ¿Qué haces? —Evian empieza moverse hacia mi, con los brazos en alto— Daia, los trabajadores nos están viendo. ¿En serio quieres…?
—¿Me vas a responder? —amenazo, con la mano en la primera pelota.
De reojo, veo una de las trabajadoras caminar hacia nosotros. Calculo en cuantos segundos podría salir corriendo si se la pego en la nariz al estúpido de mi master.
—¡Mi amor!
Jack me pasa un brazo por los hombros, alejándome con suavidad de mis armas mortales. Evian suspira y deja caer sus hombros, adoptando una sonrisa ladina. Veo a los demás que se nos unen.
—¿Por qué no nos esperaste en la Academia? —cuestiona Chris, mirando de mi hacia Evian.
—Estaba huyendo —me encojo de hombros.
—Espero que no de tu querido master —Lizzie sonríe, sus ojos brillando con la esencia de una serpiente—, ¿o si?
—Daia no puede vivir sin mí —Evian sonríe mostrando todos los dientes—. Así que no.
—Lo creo, nos ha dejado botados por ti —Penny se le pega, mirándolo de arriba-abajo con todo su esplendor—. ¿Qué le hiciste?
—Es mi encanto natural.
Hago un sonido de que voy a vomitar, haciendo reír a Chris. Jack me aprieta los hombros y me mira con una cara llena de picardía. Ruedo los ojos, preparándome mentalmente para una tarde el doble de agotadora.
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Otro día de clases. ¿Se puede estar harto de la escuela con menos de una semana de haber empezado? Creo que sí. Ando por los pasillos de la majestuosa academia hasta que encuentro a quien andaba buscando. De estatura media, el mismo cabello castaño claro – rubio, con su rostro angelical y frívolo parecido al de su hermano —solo que ella es un ángel de verdad, Evian es todo un hijo de Satán. Khaleesi se encuentra sentada en una de las mesas del jardín,
Avanzo hasta la mesa y me siento frente a ella. Khal me mira de reojo, pero sigue prestando atención a su libro. ¿Acaso es de biología? ¿Antes de las 9 de la mañana? Suelto un bufido por lo bajo.
—Khal —me cruzo de piernas en la silla.
—Daia —mira por encima de mis hombros—. Veo que mi hermano no esta pegado a ti.
—Anda jodiendo con Jude y Sakura —ruedo los ojos—. ¿Me vas a decir por que Evian y tu llegaron antes de lo previsto a la Academia?
—No puedo —sonríe sin mostrar los dientes—, pero no es la gran cosa. Es mas porque quisimos ayudar a alguien —se encoge de hombros—. Y por una razón estúpida, todavía no podemos hablar de eso.
La miro por un momento, con la cabeza ladeada. Acomodo la cuerda de mi mochila en mi hombro, chasqueando la lengua.
—¿Estas diciendo eso solo para que me calme? —levanto mis cejas.
—Si y no, es la verdad —levanta la mirada de su libro de verdad y arruga la nariz—. Y Evian me tiene hastiado diciendo que lo estas acosando.
—Bueno, esta bien —suelto, refunfuñando—. Desistiré por ahora. Tengo otra pregunta.
—Dispara.
Khaleesi cierra su libro y se levanta de la mesa, así que asumo que faltan pocos minutos para que el timbre de entrada suene. Me pongo de pie y empezamos a caminar hacia el aula de clases. La miro de reojo y hablo sin pensarlo mucho.
—¿Me puedo ligar a tu honey? —subo y bajo las cejas repetidas veces.
Khal suelta una carcajada, y no puedo evitar notar que la nariz se le arruga igual que la de Evian. Sacude la cabeza y me da un suave choque de hombros.
—Estás demente.
—¿Eso es un sí? —sonrío enseñando todos los dientes.
—¿Por qué me pides permiso? No me pertenece —dice, senerándose—. Sabes que la única razón porque tengo un honey es que mis hermosos padres me obligan para “seguir la tradición” —rueda los ojos y se pasa una mano por su coleta rubia—. Es una estupidez, no necesito a nadie haciéndome las tareas —suelta con dientes apretados.
—Míralo del lado bueno: en poco tiempo estaremos fuera de aquí y adiós honey —me encojo de hombros—. Y el tipo esta buenísimo, ¿Qué mas hay que pedir?
—Ja, me gustaría ver la vida de esa manera —sonríe de lado—. Y por favor, que Evian no se entere que te lo quieres ligar o lo va a despedir él.
—Evian tiene que dejar de meterse donde no le incumbe —chasqueo la lengua.
—¿De qué hablamos? —Elise aparece, enganchando su brazo al de Khal. Veo a Lily caminando detrás de ella.
—De que el nuevo honey de Khal esta buenísimo —contesto automáticamente.
—¿Verdad que sí? —Elise sacude a Khal por el brazo— ¡Le dije lo mismo!
—Aish, no me interesa —Khal rueda los ojos—. Hay otras cosas en esta vida.
—Cierto, pero una cosa no quita la otra —me encojo de hombros—. Hay tiempo para todo, como-
—¡Señorita Martínez!
Nos detenemos al instante. A unos metros de distancia, la consejera escolar se dirige hacia nosotras —hacia mi. Ruedo los ojos y me despido de las chicas, avanzando hacia Lola con los brazos en los bolsillos de mi blazer.
—Buenos días —me saluda, sonriendo sin mostrar los dientes.
—Hola —enarco una ceja—, ¿Qué sucede?
—No es nada malo —se apresura a explicar—. Estaba preguntándome si puedes ayudar a Baztan a armar su horario para él y Khaleesi —junta las manos por delante de su cuerpo—. Como has formado parte de la rutina de Evian y de ella por todos estos años, creo que eres la indicada para este trabajo. Espero que n sea-
—Oh, no, claro que si puedo —la interrumpo, asintiensdo con energía—. No hay ningún problema de mi parte.
—Oh, genial —da un aplauso suave—. Pues dejaré que tu le digas, que ya van a empezar las clases. ¡Gracias!
—Gracias a usted —sonrío de lado.
No puedo evitar hacer un bailesito con mis hombros de camino hacia el aula.
Al final del día, estamos reunidos en el salón de honeys. Al final, Zack también se nos unió, porque Mei tuvo que irse a no se donde. Tampoco me quejo, está bueno también. Y es agradable.
Están escribiendo los dos sus horarios sin comentar nada mas que para hacerme preguntas u observaciones. Los miro en silencio, con las piernas cruzadas encima de la silla.
—¿Ya decidieron cuál oreja se van a perforar? —pregunto, al final. Se ponen derechos como resortes.
—¿Qué? —sueltan, al unísono. Zack parece empalidecer.
—¿De qué estas hablando? —cuestiona Zack, mirando de mí hacia Baztan.
—Todos tenemos un arete de honey —me muevo el cabello detrás de la oreja, mostrándoles—. Tienen la flor de cada familia y cada pareja de honey / master comparte un par.
—Pense que era una especie de metáfora… —Baztan suspira, apretando la quijada.
—¿Y no pueden darnos un anillo o algo así? —Zack hace una mueca con los labios— ¿O uno de los aretes que tienen imán?
—No —enarco una ceja y sonrío—, se supone que nunca debes quitarte el arete o serás removido del sistema —chasqueo la lengua—. Así que cuando decidan qué van a ser honeys permanentes, que seguro que si…van a tener que perforarse.
Baztan frunce el ceño, con la vista fija en su cuaderno. Mientras, Zack se pone de pie y se pasa la mano por el cuello y el cabello.
—Puede ser con catetes o con pistola —continúo explicándoles, disfrutando como el pobre de Zack parece querer enterrarse—. Los catetes duelen mas, pero es casi igual el proceso de cuidado.
—Espera, espera —Zack traga en seco y abre a mas no poder sus ojos rasgados—. ¿Qué voy a hacer si me pelean en mi casa?
—No se, deberías hablar eso con Sakura —me encojo de hombros.
—No hay forma de negarse, ¿cierto? —masculla Baztan, dándole vueltas a su lapicero.
—Nope —alargo la palabra—, o yo ya me habría largado.
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Espero tener un poco de merecida paz mental cuando llego a la casa en la tarde. Me saco los audífonos cuando cruzo la puerta y me encuentro con mi madre estrellando la puerta del garaje como si quisiera romperla en pedazos. Escucho el metal chirriando del garaje y el sonido del motor del auto encenderse.
Aprieto la quijada, observando a mi madre darse la vuelta y suspirar con fuerza. Tiene el cabello desaliñado y el rostro rojo, que se empalidece al verme en la entrada de la casa.
—¡Ho-hola cariño! —una sonrisa tensa adorna su rostro cachetudo— ¿Cómo te fue hoy?
Rechino los dientes y me agacho para sacarme los zapatos, sujetándolos con los dedos.
—Evian volvió temprano de su viaje —mascullo—. Y hay dos honeys nuevos. ¿Ese que salió fue pá’?
Duda un momento en responder, sus hombros tiesos.
—Sí —su sonrisa parece ponerse más dura—. Fue a comprar algo. Entonces, ¿Evian regresó antes, eh?
Ruedo los ojos y empiezo a avanzar hacia las escaleras. No se para qué sigo preguntándole si siempre termina haciéndose la loca.
—Si es así, ¿puedes invitarlo a cenar este viernes?
Me detengo en el pie de las escaleras y me giro hacia ella, con el ceño fruncido.
—¿Qué hay el viernes?
—¡A Diego lo ascendieron! ¡Por fin le van a subir ese sueldo! —aplaude varias veces, cambiando de humor— Vamos a hacer una gran cena para celebrarlo.
—¿Y por qué Evian tiene que venir? —tuerzo los labios.
—No seas odiosa —manotea con energía—. Es una forma de mostrarnos agradecidos con él y su familia, na’más —comienza a moverse hacia la cocina—. Intenté decirle a Diego para que invite a sus jefes, pero dijo que están de viaje.
Suelto un suspiro cuando se voltea y levanto la mirada al techo. Que bueno que no estaban. Otra cena con la familia de Evian sería pura tortura. De solo pensarlo, yo misma gasto mis ahorros en comprarle pasajes para que sigan de viaje.
—Ya, le diré a Evian entonces —empiezo a subir los escalones, pero no detengo el impuslo de girarme para decirle algo más—: Si tu y pa’ prometen ser decentes y no gritarse en la mitad de la cena.
Su rostro se descompone entre shock e ira. Empieza a tartamudear incoherencias de las que solo entiendo “irrespetuosa, malagradecida, puta madre”. Aprieto los labios y espero a que me mande a mi habitación, con su cuello rojo y mejillas infladas, para seguir mi camino.
Tras ducharme, me paso la tarde entera siendo productiva: durmiendo. Aprovecho los pocos días que tengo libre antes de que empiecen los entrenamientos de softball otra vez, además de todo el lio de los juegos drops. En estos momentos es que me pregunto por qué jugué todo el verano cuando podía dormir.
Llamo a Evian alrededor de las ocho de la noche, cuando ma’ me levanta dando puñetazos en mi puerta. Pongo FaceTime mientras me dedico a peinar mi enredado cabello frente al espejo. Evian contesta a los pocos timbres, su rostro exageradamente pegado del celular.
—¿Me extrañas ya? —su voz es más profunda por teléfono.
—Por mi te devuelves a Brasil —suelto un bostezo exagerado—. Mami me dijo que te invite a cenar el viernes a la casa. ¿Puedes?
—Lo que sea por la comida de Jorge —sus ojos se abren como dos platos, brillando—. ¿Es por lo de Diego, verdad?
—¿Acaso lo sabias y no me dijiste? —entrecierro los ojos en la pantalla.
—Uh…¿no? —sonríe angelicalmente…y le sale mal.
—Ok. Eso era todo —me encojo de hombro—. Nos vemos mañana.
—¡Espera!
Agarro el celular para colgar pero Evian cambia de angulo y pausa lo que sea que esta sonando en el fondo —probablemente un juego.
—¿Estás bien? —inquiere, entrecerrando los ojos.
—Claro —no tardo en contestar—. Me acabo de levantar.
—Mentirosa. No seas-
—Me voy, Evian —pero no tranco la llamada.
—Daia, por favor —suspira y su voz se torna mas suave.
—¿Qué quieres? —lo miro a través del celular, enfocándome en poster de pokemon detrás de su cabeza.
—¿Qué dices si te paso a buscar y te doy el suvenir que te traje?
Muevo mis ojos del poster a su rostro. Evian esta serio, como pocas veces en su corta vida, y me mira esperando una respuesta. Me muerdo el interior de la mejilla y muevo uno de mis pies en círculos.
—Depende —mi voz sale un poco mas aguda de lo normal— ¿Podemos ir a comer donas?
—Claro —sonríe lentamente y se levanta del sillón, junto con el celular—. Te veo en 25 minutos.
—Okay, Ricky Ricón.
Le sonrío devuelta y tranco la llamada. Pongo el celular a cargar y me meto a la ducha, un poco más floja y despierta. Mientras lo espero tirada en el mueble de mi casa, considero darle el abrazo que le negué al otro día, cuando fue a sacarme de mi borrachera feliz. A veces Evian no es tan endemoniado, después de todo.
hange.
Re: The Honey System
Hooola a todas, prometo ponerme al día en los siguientes días, perdón por desaparecer, en serio. Las quiero un montón.
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I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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Re: The Honey System
- DAIA PERRA PRECIOSA :
Hola mi chiquii finalmente aquí después de 84 años de no hacerte comentario en este hermoso capitulo. Siento tardarme tanto nena, no te merezco pero me dejo de drama asi puedo comentar este maravilloso capitulo
A ver que el cap se empieza con Evian y Daia conociendose y eso me emociona porque podemos ver desde el comienzo a ver como la pobre de Daia cayo en este sistema horrible honey y mas siendo honey del loco y sexy de EvianLa primera vez que conocí a Evian Suisque, casi le saqué un ojo con una pelota de softball
PERO TAMPOCO ME LO ESPERABA ASÍ, EMILIA ya empezamos con el pie izquierdo de estos dos, ya me encanta—No estás haciendo muy buen trabajo disculpándote, entonces —se encogió de hombros y le dio vueltas a la pelota—. Ni bateando, aparentemente.
Reaccioné automáticamente, inflando las mejillas.
—¿Quieres que te batee el culo, a ver si cambias de opinio?
Que apenas va unos parrafos que ya amo la interaccion entre estos dos Evian tocandole los ovarios a Daia y ella siempre tan pacifica respondiendole xd y después encima se lo encuentra en el partido, Evian la amenaza y nuevamente Daia esta a punto de irse a una escuela cristiana porque se la va a dar que no tiene miedo este chico?xd—¿Me acosaste en Facebook? —inquirí, moviendo mi bate de un lado a otro— Porque no es divertido.
—No, lo mío es un poco más profesional —se cruzó de brazos y sonrió de una forma siniestra—. También sé que tu abuela se llama Francisca, que la operaron de un brazo y que te expulsaron de tu última escuela.
Evian tiene al FBI investigando JAJAJAJ mira que con fb se hubiese ahorrado dinero pero dudo que Daia lo aceptara en la red social si apenas puede verlo cara a cara xd pero me muero con él ahi, super tranqui relatandole datos que solo ella sabe y su gente cercana y Daia esta toda—Quiero que seas mi honey.
—…¿Tú qué?
Se me cayeron los brazos. Aunque no me duró mucho, porque fui a levantar el bate del suelo.
—¿Qué diablos significa eso, en qué sentido? ¿Es algo como conejitas? —lo acusé, agarrando el bate, preparándome para romper la piñata.
Con toda y nariz sangrona y labios hinchados, Evian sonrió.
—¿En serio quieres que te responda eso? —alzó una ceja— Tengo una imaginación muy buena.
JAJAJAJAJA me mori de risa con todo esto, Evian ni todo golpeado deja de pasar la oportunidad para joder a Daia
Me he perdido un poco leyendo pero ame cuando Daia toda poderosa fue a salvar el culo del niño rico y se lo llevo hasta su casa fuera de esos abusivos. Encima él andaba buscandola pero me pregunto como diablos llego a meterse con esos dos xd que espero que no le hagan nada a la pobre de DaiaSonreí. Diego nos miró por un momento más antes de volver a lo suyo. Mientras, yo miré a Evian de reojo, sorprendida por su forma de adaptarse a la mentira tan rápido. Después recordé que estaba medio chiflado y se me pasó.
JAJAJAJ como sorprenderse con Evian si esta loco xd pero creo que eso es lo que me encanta de él: es impredecible y se mete en todos los lios posibles y por conocer, encima se toma todo en gracia. Me gustaria ver que tal se pone cuando se enoje enserio y uyyyyy, ya quiero ver eso
pues claro que si mijaPisé el suelo con fuerza, porque no podía pisarlo a él. ¿Qué te hice, Jesús, que me estás jodiendo así? ¿Es por no ir a misa?
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Evian fue a saludarme, y la forma en que me sonrió me recordó su frase de “medidas drásticas” del otro día. Oh, si pudiera materializar bates con solo pensarlo.
—¿Qué haces aquí, pendejo? —susurré, apretando los dientes.
—Tú me provocaste —me dio un apretón en el hombro—. No es mi culpa.
Ahora entiendo porque Evian y Jude son amigos si a fin y al cabo hacen lo que se les da la gana y hasta se meten dentro de la casa de las chicas pa manipularlas. TREMENDO.—¿Y bien, a qué se debe esta visita sorpresa? —se cruzó de piernas y los dedos encima de su rodilla— Tengo entendido por parte de Diego que tienes una propuesta para nosotros.
—Sí, señora —Evian responde y me mira, sonriendo—. En nuestras familias, existe una tradición desde hace mucho tiempo de tener una especie de compañero o aliado en la vida que nos ayude a cargar con todas las responsabilidades de la empresa o la vida académica. En Hoj, la academia donde estudio, estos compañeros se encargan de ayudarnos a mantener el paso con la vida académica más nuestros compromisos de herederos de empresa —su voz cambió ligeramente a un tono más carismático y menos burlón. Me quedé tan sorprendida que se me olvidó mi incomodidad—. Ellos reciben pago por sus servicios que usualmente van a ahorros para la universidad. Las familias de las flores pagan las deudas de dicha familia ayudante, y además de esto: reciben una educación altísima en Hoj y obtienen una beca para la universidad que elijan.
Amo que te lo pinten como algo super bonito y para nada loco que roza prácticamente a la esclavitud, como si fuese la oportunidad de tu vida de compartir con la de un millonario de buen corazón que solo necesita a alguien que lo acompañe NO SE DEJEN ENGAÑAR, NO CAIGAN SEÑORES QUE LES MIENTE EN TODOO
Me mata que suelte la bomba y pues yo de aqui me voy señores, que ya hice lo que tenia que hacer. EVIAN POR FAVOR Nos dejas a todos sorprendidos como pendejos, vuelve aqui xd
Entiendo que la familia de Daia este en una situación jodida con las deudas y que encima a ella la expulsaron del colegio. Pero vamos que preguntarle no hace daño. SI hay un buen prestigio, pero a cambio de qué? de su hija? Pero bueno, supongo que ademas de tener un beneficio economico para su familia, también estan pensando en ella y sus estudios en una buena escuela
La esclavitud, Esperancita—¿A qué hora? ¿Oficializar qué? —me hice a un lado, con las cejas juntas.
Por cierto, me muero con Evian y su carrito de golf xd te juro que quiero uno desde que vi a Grace y Frankie escapar con uno de esos o quiza desde antes, pero me encantaaaa
Evian acosador ya tenia el numero, pero ya hasta le averiguo la operacion de la abuela, no me sorprende que ya tuviera su numero
Poner super ega en mi teclado, provocando que se salieran muchos de los botones de las teclas. Amarrar mis cordones cuando estaba durmiendo en clase de religión, haciéndome caer de cara cuando me levanté. Ingeniárselas para meter tinte verde semipermantente en mi shampoo —de mi casa—. Hacerle agujeros a mi uniforme de softball donde van los senos y la entrepierna.
JAJAJAJAJ me da pena Daia que tenga que pasar por todo esto pero me cague de risa con todo lo que le hacia el pesado de Evian de solo imaginarmelo mira que con la primera broma debio haberlo golpeado a ver si se dejaba de joder, pero bueno que Khalessi le va a abrir la puerta para hacerle pagar por pesado
"Y este es el martillo, este mi serrucho y el saca corcho para los ojos" JAJAJAJAJ—Mis herramientas. ¿Quieres ver? —sonreí, girándome para agarrar la mochila de frente.
Jonathan ayudando a Daia a vengarse de Evian, que lindo espero que no la traicione, yo sé que quiere joder a Evian al menos una vez, lo séLo había traído solo con sus boxers y una bata de baño, aunque desabrochada. Jonathan tenia puesto su mismo pijama de hace un tiempo.
—¿Desde cuándo te importa eso?
—No me importa —sonrió y se volteo a verlo, aunque tenía los ojos vendados.
—Cállate y muévete.
—No me hables así, amor mío —canturreó.
JAJAJAJAJJAJA ME MUERO QUE HASTA SACO MI PARTE FUJOSHI ahora los shippeo Evian practicamente esta ahi entregado y Jonathan listo con su pijama para desentenderse e irse a dormir, me muero que amo este hombre JAJAJAJAJAJAJA
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—¿Qué demonios es esto? —subió la voz.
Se sacó la venda y se tomó unos segundos para parpadear, antes de bajar la mirada. Y tiró el chillido mas espectacular que había escuchado en toda mi corta vida.
—¡QUÉ DEMONIOS ES ESTO! ¡SON GUSANOS, GUSANOS!
AY QUE ASCO AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJA
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Pero realmente se lo merecia si venia jodiendo a Daia hace un monton xd me encanto que Jonathan y Khal la ayudaran con la venganza, que hasta les vino bien porque se rieron y ahora tienen material para joderlo siempre que quieran—¿Me estás oficializando como tu honey a pesar de que te jugué esa broma? —pude decir al final, casi sin aire.
—Sí
Me ajustó el nudo y se echó para atrás. Esta vez si tomé la caja delgada. Me pasó la otra, abierta y con el arete. Era brillante, de plata y grueso. Tenía grabado un clavel en el centro. Parecía un botón semi cuadrado y semi cilíndrico.
—¿Estás bien del cerebro? —volví a mirarlo a los ojos.
—Creo que ya sabes que no —sonrió de oreja a oreja, achicando sus ojos.
Ay que bonita escena! Me encanto que le diera la corbata y el arete y todo porque le jugo una broma pesada pero creo entender un poco porque Evian lo hizo y me encanta es que esta loco pero es adorable, y nadie puede negarlo—¡Para, loco! ¡Para! —abro la conversación mientras lo empujo por el brazo— ¡Lua me escribió!
—¿Qué dice? —gira la cabeza lo mas que puede sin despegar los ojos de la calle.
—Ehm…pues, todo está bien —suelto un suspiro—, dijo que no te preocupes y que esta bien
—¿Cómo que está bien? —los hombros de Evian están tensos— ¿Entonces para que diablos lo ingresaron?
BUENO A VER QUE SE ENTIENDE QUE ESTE ALTERADO PERO DAIA TAMBIEN ESTA EN EL AUTO Y NO QUIERO QUE NINGUNO MUERA y claro que tampoco le dejen sin auto a Mei, que es la unica chatarra a la que se aferra
Leyendo el cap de Kate y el tuyo me hace encantarme mas la relacion entre Jonathan y Evian y mira que poco me he leido de ellos ASI QUE, NO SÉ, ESTARIA SUPER LINDO QUE HAYA MAS TRAMAS SOBRE ELLOS (lo pongo en grande para que Kate lo lea ) Evian super preocupado por su amigo que hasta ni le importa matarse con Daia adentro del auto. Maneje con cuidado, señor, por favor.—Te van a salir canas antes de saberlo —me sonríe de oreja a oreja.
—Eres un grano en el culo.
—En tu culo, mi amor —alza ambas cejas varias veces—. Un mago nunca revela sus trucos —se echa hacia atrás, apoyando el codo en la ventana.
—Tus trucos sucios, mejor dicho —hago una mueca con los labios.
—Esos tampoco —sus dientes blancos interrumpen con lo oscuro que está en el auto—. Tengo como tres meses sin verte, ¿no me vas a dar un abrazo?
JAJAJAJA Evian empujando la paciencia de Daia y siendo tan pesado como siempre ni porque pase los años madura, pero creo que ese es su encanto y me atrapaaaaaa aunque sea un invasor como Jude. Chicos, consiganse una vida y dejen a las chicas perrear
LAS PIBAS PERREAN SOLAS (y hago mencion a bad bunny aunque me cae fatal solo porque me resonó la canción cuando pensé en las chicas perreando)
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Daia es de las que no hay—¿A dónde vas? —pregunta Jennie, ambas siguiéndome con la mirada— Evian estará aquí en un rato.
—Tengo diarrea, vuelvo ahorita.—Eso también —dice, asintiendo.
—Advertencia —Jack coloca una mano en mi hombro apresurado—: La loca Pennny tiene los ojos en tu niño rico asignado, o como sea que les digan. Ten cuidado.
Penny, corazón, lo siento pero a Evian le gusta Daia así que va a ser imposible. Vete resignando y busca en nuevos horizontes
Entiendo que Daia no quiera presentarles al chico si a fin y al cabo son sus amigos fuera de todo el sistema honey y todo eso, son un respiro exactamente. Pero obvio que cede ante la presion social e igual Evian aparecio de la nada asi que se las ahorro un monton
Que bueno, puedo admitir que Evian está bueno.
Ella lo sabe y aunque es un pesado EVIAN ESTA BUENISIMOOOOOOO
ES LO QUE CREO? porque ya me pongo en alerta—¿Por qué?
—Por quién es más correcto —se rasca detrás de la oreja.
Me muero con su guerra de cosquillas, son super tiernos cuando se pelean y se molestan entre ellos pero claro hasta que los agarra Lola y los reta xd aunque con lo dulce que es apenas le sale un grito bajo, y ellos obvio siguen peleando no tienen remedio estos dos pero realmente estoy amando la quimica entre ellos, todo el tiempo te entretiene y te dan ganas de saber con que va a salir cada uno—Pues hágalo de todos modos —me mira con la nariz un poco arrugada.
—Como mande usted —chasqueo la lengua—. Decía que soy una perra preciosa.
—¿Qué clase de vocabulario es ese? —se lleva una mano en el pecho y da un paso hacia atrás.
—Um, inglés coloquial, es la forma en que-
—Suficiente, señorita Martínez. Salga de la clase.
—¿Por responder una pregunta? —enarco una ceja, inclinándome hacia ella, apoyando los codos en mi pupitre.
—Por hablar vulgarmente en una clase.
—No estaba ofendiendo a nadie —replico, pero de todas formas, hecho mi silla hacia tras.
—Ese no es el punto. Usted-
—¿Y cual es? —interrumpe Evian, girándose por completo hacia nosotras, con los brazos cruzados— Me encantaría saber.
—Señorito Suisque… —la profesora se remueve en su lugar—, usted sabe que-
—Ella no va a ninguna parte —hace un gesto hacia mi con la cabeza—. Puede quitarle puntos que ya sabemos que le va a quitar, pero no se va.
—¡Usted no puede…!
—Usted no puede sacarla con esos argumentos —se encoge de hombros y vuelve a sentarse derecho—. Por favor, siga explicando su clase.
Señora usted esta diciendo que lo diga, de que se queja si es lo que andaba diciendo Daia no se enoje. QUE POR CIERTO ES MUY CIERTO, LAS NIÑAS SON TODAS UNAS BITCHES PRECIOSAS
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Evian defendiendo a Daia, que nadie se meta con su honey además de él, por supuesto. Pero se me hizo lindo el gesto, así todo educado le pidió que siga con la clase para que no se meta en problemas Daia Me enamoras, Evian, hazte responsable y tu también, Emilia
JAJAJAJJA AMO A SAKURA QUE LE DA ASCO EL SANWICH DE POLLO no me jodas que le dice que es mas rara que Evian, que cosa—Pregunto porque rayos comes sándwich con papas fritas —entrecierra sus dulces ojos de serpiente—, eres mas rara que Evian.
—Es lo mismo que comer hamburguesa con papas fritas. ¿Quieres un poco?—¿De que autora hablan? —inquiere Mey, sentándose junto a Lua.
—JK Rowling —escupe Lua, sentándose otra vez—. Es transfóbica.
—Lo cual no significa que Harry Potter lo sea —interviene Jonathan.
—Significa que una de las mejores historias del mundo la escribió una transfóbica-
Mira que hay toda una controversia alrededor de ello. Unos la apoyan y otros no, otros como yo que todavia no entienden bien el problema ni tampoco se han informado bien no opinan xd pero he leido por ahi que en verdad separaba la lucha de la mujer biológica de la lucha de los transgeneros, que mezclarlos esta mal porque invalida la lucha de ambas organizaciones. Bueno, algo así. Antes de armar criterio me informo para no meter la pata xd
Pero si estoy como Lua que le cuesta diferenciar la obra del autor, la serie del actor y la musica del cantante. No sé, como que hay algunas cosas que no puedes dejarlas pasar por alto, pero creo que depende de uno como convive con ello, que se yo.
(yo aqui toda reflexiva, pero es que me puse a pensar en todos los que cancele y bueno xd)—¿Y si te pego la mierda en la boca?
—Te muerdo —dice sin pausas.
—Ja, primero te quedas sin dientes.
—¿Me estas retando? —se saca el brazo para mirarme.
—No, tu me estas retando a mi —le pincho la oreja.
—Ay, qué violenta-
—¡Tu eres el acosador!
Estos dos enserio me hacen reir a carcajadas, amo cuando pelean mira que Evian se fue corriendo todo looc para alcanzar a Daia y ella ya resignada que se lo iba a tener que llevar, encima quiere molestarlo con que se le va a tirar a Baztan y quien no quiere si estan todas locas por él
Por cierto, ¿quien le enseño a manejar a Daia? ¿Acaso hay algun hombre misterioso por ahi escondido? Evian celoso es oro puro, me encanta
Mira que enserio amenazarlo con la pelota xd menos mal que llego Jack y le saco la pelota antes que empezara a hacer un desmadre ahi nomas, aunque me hubiese encantado de ver, pa que mentir—Daia, ¿Qué haces? —Evian empieza moverse hacia mi, con los brazos en alto— Daia, los trabajadores nos están viendo. ¿En serio quieres…?
—¿Me vas a responder? —amenazo, con la mano en la primera pelota.
Que descarado este Evian si el primero en acosar es ÉL pero bueno, que todas estamos intrigadas porque queremos saber porque se vino antes. Y si no quiere decir debe ser importante pero bueno creo que ya se que es jujujuju tremeeeeeeeeeeeendo—¿Estas diciendo eso solo para que me calme? —levanto mis cejas.
—Si y no, es la verdad —levanta la mirada de su libro de verdad y arruga la nariz—. Y Evian me tiene hastiado diciendo que lo estas acosando.
—Bueno, esta bien —suelto, refunfuñando—. Desistiré por ahora. Tengo otra pregunta.
—Dispara.
Y ESA DAIA PREGUNTANDOLE A KHAL JAJAJAJAJAJAJAJ Es que, bueno, el que avisa no traiciona, se va a ligar a Baztan tremendo, quiero ver eso!!
¿Acaso la mama de Daia esta engañando a su papa? o enserio era el papa yendo a comprar? QUIERO SABER PORQUE AHORA ME QUEDE INTRIGADA NENA
Aprieto la quijada, observando a mi madre darse la vuelta y suspirar con fuerza. Tiene el cabello desaliñado y el rostro rojo, que se empalidece al verme en la entrada de la casa.
—¡Ho-hola cariño! —una sonrisa tensa adorna su rostro cachetudo— ¿Cómo te fue hoy?—Ya, le diré a Evian entonces —empiezo a subir los escalones, pero no detengo el impuslo de girarme para decirle algo más—: Si tu y pa’ prometen ser decentes y no gritarse en la mitad de la cena.
Señora, es lo minimo si quiere que invite al pesado de Evian, que es su jefe mas o menos, y ustedes se pongan a pelear en mitad de la mesa. COHERENCIA que es un momento incomodo, no se enoje que Daia tiene razon
Le sonrío devuelta y tranco la llamada. Pongo el celular a cargar y me meto a la ducha, un poco más floja y despierta. Mientras lo espero tirada en el mueble de mi casa, considero darle el abrazo que le negué al otro día, cuando fue a sacarme de mi borrachera feliz. A veces Evian no es tan endemoniado, después de todo.
Awww es que se ha dado cuenta que Daia estaba triste y él le invita a andar por ahi y hasta le comprara donas es obvio que, pese a que se molesten y se acosen, también han formado un lazo muy bonito donde tienen afecto, que estoy segura que el de Evian difiere al de Daia (y espero que Daia se enamore de él tambien, pa que mentir). No sé, estos dos me encantan porque se pelean y se joden entre ellos que me roba el corazoncito
Emilia, cielo, ame tu capitulo. Adore leer sobre Evian y Daia porque aunque los lei en los capitulos de las demas y en las fichas, queria leer tu capitulo para conocerlos de tu propia mano (pese a que me tarde tiempo en comentar, no odies a esta vaga). He terminado el capitulo y lo unico que quedan son preguntas y mas preguntas, Y OBVIO que ansiedad y mas ansiedad porque quiero leer mas sobre el loco de Evian y la sexy Daia amo lo carismatico que es él y ella siempre perra empoderada Ya los amo y no puedo esperar a que te toque de nuevo te quiero nena
Jaeger.
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Re: The Honey System
Nenas, aquí los comentarios a vuestros bellos capítulos *se muere de feels*. Perdón por la tardanza
- Cuando Kate construye un templo para rezar a Sakura y se enamora de Zack:
- Me puse Dynamite de BTS en bucle y ya estoy preparada para leer y comentar tu bello capítulo He de reconocer que ya he chismeado un poquito, me podía la ansía, porque desde que me hablaste de Sakura quedé toda enamorada de ella- Buenas tardes, señoritas – su voz suena profunda y grave. La chica se gira de inmediato con expresión aterrada – ¿Puedo saber qué estaban haciendo?
- Yo… yo – las palabras se tropiezan en su boca sin oportunidad de salir por completo, la chica lucha contra sí misma en busca de un frase coherente para decir, mi madre exasperada voltea a verme a mí.
- Fumando – levanto ambos hombros con desdén.
(...)
- Dame eso. Y ve a la sala de juntas de tu padre.
JAJAJAJAJAJAAJ ME MUERO. Amé cómo comenzaste el capítulo. Sakura obligando a su honey a que fume de la pipa que olvidó la anterior y la otra con sudores fríos y todo, amo a esta muchacha Cuando entra la madre, casi me atraganto de la risa. Sakura todo, estamos fumando, ¿no lo ves?, ¿te dibujo un croquis? Te digo yo que las honeys de Sakura tienen un club a lo AA en el que se juntan una vez por semana para hablar de los traumas con los que salieron de la experiencia
Serena la mandó a la sala de juntas del papá, algo me dice que eso como que te manden al calabozo
NO ME ACORDABA QUE SAKURA ERA HERMANA DE LOS GEMELOS SLJGDLFKJGFKDGJ. ME MUERO. LOS VOY A AMAR- Iré por un vaso con agua – la ganadora es Maxie.
- Gracias, Jennie.
(...)
- Me quedaré con esto, es lindo… – anuncio mientras coloco el anillo en mis dedos – Tus dedos son bastante gordos, Maxie.
Sakura reina y señora mandando a las honeys de sus hermanos a por un vaso de agua como si fueran sus esclavas. O robándole el anillo como quien lo agarra de su propio joyero ¿Puedo amar más lo perra que es? Posiblemente, esto solo empieza
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- Espero que el rápido movimiento de tu mano no sea por practicar con chicos.
No sé si te lo he dicho alguna vez, pero no sabes lo mucho que me río con tus capítulos, Jen. Es carcajada tras carcajada. Y algo me dice que con estos hermanos en particular no voy a parar de hacerlo Además estoy deseando ver más sesiones de "tortura" a Jennie y Maxie (no sé en qué clase de persona me convierte esto, pero es la verdá).
Sakura es una niña de papá Me encanta cómo Serena la mandó al frente durante la cena y Darien ni ahí De acuerdo, me molestó un poco que pensaran que Sakura adelantó un curso porque esclavizó a Mónica y no porque es inteligente y trabajó. Se puede ser la princesa del Inframundo y superdotada Aunque igual sí que es verdad que lo hizo, con ella no se sabe, pero de momento yo estoy de su lado.
Sea como sea me gustó mucho la dinámica familiar que tienen todes Ya estoy dispuesta a morir por esta familia, qué te digo, soy débil.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]¿Acaso mi madre es pariente de algún dictador loco? Quién sabe, pronto podría comenzar un campo de concentración en el que yo sería, probablemente, su única prisionera.
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Me intriga la relación de Serena y Sakura. Salta a la vista que es bastante estricta con la chica y con los gemelos me dio la impresión de que es más cálida (no sé si esa es la palabra que buscaba). Entonces, me pregunto si hay alguna razón o es que simplemente Sakura es más unida a su padre. Continuaré observando
(Vale, leyendo el siguiente tramo me di cuenta de que no es tan como pensaba. Aunque continuaré observando de todas maneras)
"Rectificar su comportamiento" dice, no sabe con quién está tratando ¿...o sí?- Está bien, Elliot. Trae a mamá para que le busque un traje de baño – lo observo extrañada antes de que se acerque a mí y me tome en sus brazos – Tus vacaciones hasta ahora han sido una mierda, y nosotros – señala a Elliot con la barbilla – Nos encargaremos de que no terminen así.
- Bien.
(...)
- ¡Tu hermano! – avisa la rubia a Lyel provocándonos una carcajada.
- A la una, a las dos… – Lyel empieza a contar para despertar al chico – Y a las tres.
- ¡Elliot! – gritamos todos al unísono, mi hermano abre los ojos de golpe e intenta moverse sin éxito alguno.
(...)
- Duh, los chicos son idiotas.
- ¿Eres idiota? – pregunto entrecerrando los ojos.
- Idiota cuenta como palabrota – anuncia Serena.
- Pues anótala en mi cuenta – respondo de mala gana.
- Ya debes aproximadamente un millón de dólares, amor – sonríe de lado con diversión.
Incluí varios diálogos aquí, sin orden de preferencia y resumiré mis feels en un gif:
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JAJAJAJAAJA ME MUERO CON DARIEN INTERVINIENDO PARA QUE SAKURA PUEDA BEBER ALCOHOL. BEST DAD EVER, DIJE
Mira, Sakura tiene un punto en eso de que no es justo que sus hermanos tengan honeys del sexo opuesto y ella no, vamos a ver. Por suerte aparecerá Zack *se muere de la emoción* Y, no dejo de repetirlo, pero la amo con todo mi corazón. Cuando se pone toda enrrabietada y niña pidiendo más alcohol, es que ¿CÓMO NO AMARLA?- El ballet parece una tortura – igual se lleva ambas manos a las caderas.
Como persona que hizo ballet desde los 3 hasta los 17 años, puedo corroborar este dato. Pero es hermoso, también. Se ha convertido en una necesidad ver más de Sakura como bailarina Ando toda intrigada por saber cómo es que Zack termina siendo el honey de Sakura cuando en teoría va a ser Shanya la hipocondríaca/ obsesionada con Lyel Imagino que Sakura la torturará y saldrá huyendo por patas, pero aun así.- Lo siento, Cherí. Me comunicaré contigo en cuando pueda.
- Está bien, recuerda recompensarme más tarde.
- Lo haré, besos.
- Adiós.
(...)
- ¿Hola? – saludo curiosa.
- ¡Mi amor! – hace ese tono de voz de chiflado, al fondo distingo el sonido de la música.
- ¡EVIAN! – grito alargando la última sílaba de su nombre por aproximadamente treinta segundos.
- ¡SAKURA! – imita mi acción.
AAAAAAAA. Desde que leí en el book tag de Emilia (sigo esperando el suyo, señora, no crea que me olvidé ) Y vi que Sakura, Jude y Evian fueron bautizados como el Trío del Mal, estaba deseando leer de ellos Este diálogo ya lo había leído por encima, pero no importa. Me encantan No creí que llegara a decir esto de Jude, pero resultó tierno cómo trata a Sakura, que se plantea ir a por ella y todo. Después cuando habla con Evian y cómo se saludan (una es de salud frágil, un respeto). No sé, los amo ES QUE VA A IR A AYUDARLA PARA DESHACERSE DE HIPOCONDRÍACA Y LUEGO LA VA A LLEVAR CON ÉL Necesito un amigo así, de verdad. Si es rico, mejor que mejor, no vamos a engañarnos- Puedes llevar la tarea del hijo de perra y hacerla mientras comes – tomo mi chaqueta y me encamino a la puerta.
- No sé…
- Elliot y Lyel quieren saludarte – canturreo escuchando la indecisión de la chica a través de la bocina – Puedo comprarte la comida que quieras – también canto eso.
- ¡Sakura! No me hagas esto…
- Y cualquier postre – continúo con mi canto chantajista.
- Quiero pay de manzana, se me hace agua la boca – su tono de voz revela una profunda nostalgia.
- ¿Mencioné que la barra es ilimitada? Siempre y cuando las bebidas no interfieran con nuestra edad, obviamente.
- ¡Está bien! Iré, ¿dónde los veo?
AAAAAAAA LAS BEBÉS INTERACTUANDO
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Las amo, estaba deseando leer de ellas y necesito escribir más de ellas en mi próximo capítulo Me encanta cómo Sakura hace imposible que se niegue a ir a cenar (aunque tampoco es que se haga mucho de rogar la otra xd). O sea morida con la escena del coche, los tres son un encanto con ella Necesito más momentos de los cuatro en el futuro. Y aún más morida cuando Sakura le abrocha el cinturón. ¿Veis que mi hija es el diablo pero también es un bebé?
¡Buen día, master!
¿Qué estás haciendo? ¿Estás con tus hermanos? Me preguntaba si puedo visitarte, tú sabes, para hablar sobre mis obligaciones como honey y de paso saludar a Lyel y Elliot, hace mucho que no los veo, espero no confundirme, son iguales. ¿Está Lyel contigo? Regresé a la ciudad sólo para visitarte.
Hágame el favor de retirarse a su cueva ¿Pero quién habla de esa forma? ¿Una psicópata? Aléjate de Lyel que te pego Me pregunto lo mismo que Sakura, cómo se le ocurre al padre contrartarla. Mucho que no sean hombres pero luego no nos fijamos si anda todo bien por la azotea.- No es una perla negra, ni contiene alcohol – me lo entrega – Pero debes empezar tus próximas mini vacaciones con una bebida refrescante.
(...)
- No importa – ahora observo al mesero – Quiero dos waffles con cerezas encima, también fruta pero sólo fresa, kiwi y durazno, para acompañar quiero jarabe de arce y café descafeinado. Luego risotto de zanahoria con hongos y un aperol spritz para beber.
Le trajo una perla negra. ¿El mejor amigo del mundo? El mejor amigo del mundo Sin olvidar que se tomó una avión a penas dos horas después de la llamada para venir con ella. E hiciste que me diera hambre con todo lo que pidió Sakura. Quién tuviera un cocinero para que me preparase todo sin tener que mover el culo
VAN A LLEVAR A LA LOCA AL CEMENTERIO Y ASUSTARLA CON LA MOTOSIERRA (creo, es que soy una gallina y nunca vi la película ) Después Evian que se pone a bailar así de la nada, amo a este niño Y amo la relación que tiene con Sakura por su no lo he repetido las veces suficientes
Me encanta que añadan a Sakura en grupos random de whats solo porque es una flor y cómo todas se vuelven locas en cuanto ella les propone pasar tiempo con ellas, aunque solo sea para espantar a Shanya.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]“Nos vemos el lunes, pequeña Cherí”
Mira, igual estoy flipando niveles extremos (o puede que no tanto). Pero conociendoos a Candela y a ti algo me dice que a lo mejor, serán algo más que amigos a los largo de la nc Así que aquí preparada por si no estoy flipando y ocurre de verdad. Ahora, como Jude haga daño a Sakuro lo aniquilo
- ¡Me encanta tu cabello! – una de ellas toma un mechón suelto.
- Es hermoso – interviene Shayna.
(...)
- ¿Conoceremos tu armario? – Jessica pregunta casi gritando.
- Escuché que tienes una tumba de perro egipcio – opina estúpidamente Kendall, la rubia “popular” entre los estudiantes comunes y corrientes de Hoj.
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Me quedé extasiada leyendo el resto del tramo. También medio asustada, porque a mí me asusta hasta mi sombra. Pero encanta cómo Sakura se pus a narrar todo, me metí de lleno en la escena *se creía que también estaba en el cementerio* POR FAVOR Y CUANDO APARECE EVIAN AL GRITO DE "¡QUIERO SANGRE!"- Pico, pico, picotón – toco su espalda una y otra vez con la vara de árbol seca que había levantado minutos atrás – ¿Shayna? – pico más fuerte – ¡La mataste, tonto!
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Sé que no debería reírme, pero de verdad que no puedo con los diálogos y Sakura toda tranquila, como si dijera: me he roto una uña por tu culpa Me ahogo con Evian todo caballeroso y mintiendo cual bellaco tras asustar a la muchacha hasta el punto de que decidió salirse de todo el asunto de ser la honey de Sakura. Y menos mal porque:- Te quiero, Sakura – se abraza a mi cuello. La alejo observando frente a nosotros el vehículo del castaño
- Vámonos.
En lugar de retirarse a su cueva mejor que se retire a que la vea un psiquiatra, porque claramente no está bien. Me recuerda a la chica esta de Jessie, que tiene una obsesión con Luke.
Se viene el punto de vista de Zack
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]- Van a transferir a mi padre.
- ¿Qué? – sus facciones se arrugan de inmediato – ¿A dónde y por qué?
- No lo sé, mamá apenas y me lo quiso decir, lo llevarán a Detroit.
(...)
Una vez que se encuentra en la puerta, uno de ellos jala la puerta hacia adentro permitiéndole la entrada y se adentra detrás de ella mientras los demás se quedan vigilando afuera.
(...)
- ¿Cómo sabe mi nombre?
- Iré directo al punto – posa una mano sobre la otra encima de su rodilla – Te he investigado, pero antes de que puedas asustarte, te aseguro que no tienes nada de qué preocuparte. Antes de decirte lo demás, ¿podríamos hablar en un lugar más privado?
Primero, no me acordaba del todo de la historia de Zack. Por lo que fui a leerla de nuevo antes de ponerme a leer el tramo. Qué mierda todo por lo que ha tenido que pasar su familia en los últimos años, todo por el podrido dinero Segundo, intenté no citar mucho porque se me va el comentario en eso, así que se viene parrafada.
Amé cómo entró Serena al Starbucks toda big boss bitch y mis aplausos a Zack por mantener la calma, además de estar dispuesto a encerrarse en el vestuario con una señora que chilla a la legua que podría hacerte desaparecer con un chasquido de dedos. Además de cómo mantuvo la calma mientras le explicaba todo el asunto de los honey Me mata la forma en la que esta gente describe todo el asunto de honey/máster y lo ponen como si no fuera la gran cosa. Zack va a tener que reunir mucha paciencia para tratar con bebé Sakura *y una aquí deseando que interactuen de una vez*
Toda la parte en la que se ponen a investigar a la Flores JAJAJAJAJA Me recordó a cuando alguna amiga tiene crush nuevo y terminamos averiguando hasta el código genético que tiene el susodicho
Para terminar, se me encogió el corazón leyendo la parte en la que Zack le hace la cena a sus hermanites No me voy a cansar de repetir lo jodido que es que estén pasando por una situación así. Además que se decidió a aceptar la propuesta de Serena después que la niña le sonriera, ¿estoy bien? no estoy bien
Qué te digo, leí poquito de él por el momento, pero con esto y con la ficha ya puedo decir sin temor a equivocarme que amo a Zack- Zack, ¿podrías ir conmigo? – giro el rostro encontrándome con mi hermana.
- Claro, vamos.
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En serio, me muero de ternura
Pd: la verdad que con todas las ventajas que te da ser honey, una hasta se lo plantea, aunque tengas que aguantar después a un niñe rique. Merece la pena
Me encanta Serena, por si se me ha olvidado decirlo. Que les llena la nevera y antes le preguntó si habían cenado. Puede que maneje gran parte del capital del mundo, pero no es una perra y eso se agradece, porque sabemos lo que puede llegar a hacer el dinero Y me sorprendió que Zack no le dijera nada a su madre sobre todo el asunto de ser honey. Pero imagino que se debe a que tal vez ella se hubiera negado de saber lo que va a tener que hacer él- ¿Por qué te ves tan pálido?
Pregunta sin siquiera gesticular algún tipo de expresión en su rostro.
- Yo... – echo un vistazo hacia las rubias – En realidad no lo sé.
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Correcto, ya estoy shippeando, no tengo remedio Sakura le dijo que parecía un hongo con ese pelo y lo llamó idiota así como si nada. ¿Cómo no voy a shippear? Soy una ansiosa de mierda y ya necesito saber cómo va a desarrollarse todo entre estas dos personas Aunque sé que me tendré que esperar De verdad, que me sorprende la calma que tiene Zack. Se limitó a observa todo sin hacer ningún comentario, ni amagos de salir corriendo.Santa Mei y Blake
Acabo de recordar que entre estas dos personas va a haber algo, se moríaCoquetos de mierda.
JAJAJAJAJAJAJA ME AHOGO. Ojalá me besaran a mí, no me escondo
Y yo, tanta agresividad con Zack, que no paran de tirarle los papeles. UN RESPETO, EH, UN RESPETO
Sakura con Lua:
Sakura con el mundo:
Las amo, hasta la más mínima interacción. Estoy deseando que vuelva a tocarme en esta nc para meter más cositas de ellas dos- ¿Te refieres a la anorexia extrema? – doy vuelta al pasillo – Sí, lo noté.
- Ah… no. En realidad, seguí tu consejo y rebajé ambos lados – se lleva una mano al cabello.
- ¿Y? ¿Esperas una fiesta de felicitaciones?
- No…
JAJAJAJAAJAJAJ esta personas es superior a mí Aunque como me enamoré de Zack me duele un poquito que lo trate así, pero puedo soportarlo. Mira, como todas las interacciones sean así, no llego viva al final de esta novela. Va a ser tu culpa, la de Candela y la de Emilia, advertidas quedáis
A ver que pasaron muchas cosas en el tramo siguiente, me pueden los feels Primero que nada me toda la ternura del mundo que Zack esté tan asombrado por la escuela (quién no? también te digo). Después la relación esta de amor-odio que tienen Sakura y Daia, morida, me encanta Es que todas las amitades/interacciones dentro de esta nc son brotp fuerte
CUANDO APARECE JONATHAN Y CASI SE COME A ZACK (basta ya de tratarlo mal, que os pego a todos) Que se trague sus celos el idiota
Lo que terminó por matarme de verdad es la pelea entre Sakura y Jonathan La amé con toda mi alma, cómo se pelean por ver con quién irá Lua y ella en plan: ¿qué tal si lo decido yo? Cuando le dice que se va a comer a su padre y Daia diciendo que está bueno, mira no puedo con estas dos personas.- Sakura – giro el rostro – ¿Hice algo mal?
- ¿De qué hablas?
- No me respondiste nada aquél día.
Aquí pasó algo más a parte de que Sakura lo manda a volvar, estaré atenta- ¡Sakura! Cuánto tiempo sin verte – el hombre estira sus manos, yo las tomo con una sonrisa y después lo saludo con un abrazo pequeño.
- Hola, Alffie. Había estado fuera del país por las vacaciones, ansiaba verlos, ¿dónde está Elena?
(...)
- ¡Sakura! – de inmediato deja la manga repostera sobre la mesa, se limpia las manos en su delantal rosa y camina hacia mí.
- ¡Elena, te extrañé! – la abrazo con fuerza moderada porque si lo hiciera con el aprecio que la tengo, seguro quebraría alguna de sus costillas, ella corresponde mi abrazo.
- Yo a ti, linda.
No sabía cuánto necesitaba el concepto abuelos de Lua + Sakura hasta que llegaste tú a mostrármelo Puro amor, de verdad. Se vienen muchas escenas entre Sakura y ellos, porque ahora también es una necesidad vital Y también tengo que poner a Jonathan, Sakura y lo abuelos en la misma escena, eso va a ser explosivo Entiendes que Elena le hizo galletitas de unicornios oscuros, la tienen adoptadísima como nieta Por mucho que Lua esté celosa. Además le va a hacer el pastel de cumpleaños para sus dieciséis Como ya he dicho, necesito más escenas de este tipo.- ¡Sakura! Llevas una falda puesta, actúa como una chica, por favor – los regaños de Elliot me hacen revolear los ojos con fastidio pues usa casi exactamente las palabras que mi madre suele decirme.
- No hay problema – Evian interviene quitándose su blazer amarrándolo en mi cintura.
- Sólo por eso estás invitado a los aposentos Uddobain.
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Termino por completo la bebida, después me levanto de ahí, deposito un beso en la mejilla de Jude y otro en la de Evian
Sakura con Jude/Evian:
Sakura con el mundo:- Al mundo le sobra fragilidad – los ojos pardos de la mujer se enfocan en mí de un segundo a otro.
Te estoy construyendo un templo para rezarte Es que la gente en general tiene la piel un poquito fina. Y es que tiene toda la razón en lo que dice de que las personas culpan a los demás de sus desgracias y de que las cosas no sean como desean porque es mucho más fácil culpar.El día de hoy, Verónica Umbridge ha aprendido correctamente lo que es ser prepotente y frágil al mismo tiempo, además de probar de su propio chocolate. Me cuesta entender por qué algunos británicos se esfuerzan por pretender ser quienes deben enseñar valores morales y éticos al mundo cuando lo único que deben hacer es ducharse más seguido.
Yo leyendo cómo Sakura pone a la profesora en su sitio, le da una lección y se sale con la suya en menos de cinco minutos:
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Aunque no puedo negar que me dio un poco de angustia por Zack, porque necesita ser su honey para poder quedarse en San José cerca de su padre y recuperar la estabilidad económica y si no logra contener un poco a Sakura, se acabó.
Jen, tengo resaca emocional tras leer tu capítulo: a masterpiece, una fakin maravilla, TODO. Amé cómo presentaste a los personajes. Ya sabes que amo a Sakura, como dije en mi capítulo a través de Lua: me encanta que sea honesta con su personalidad, aunque luego sea una caprichosa y bastante cabrona con los demás. Lo inteligente y determinada que es, mira que la amo y punto Seguimos con Zack, me quedé con ganas de saber más de él pero por el momento me encanta que tenga un temperamento tan tranquilo y cómo trata a su familia. Que esa esa otra, las familias de ambos, no puedo esperar por ver más de ellas Y BUENO DESPUÉS TODAS LAS AMISTADES LKÑJLKJFGKLJG MORIDA X3000
Cambio y corto
- Cuando Stiles Stilinski conoció a Daia eres viento, fuego, pasión, vendaval y Katherine Boi a Iorar murió:
- Yo sé que nada va a superar mis balbuceos por whatsapp, ni mis memes de Belén Esteban y Paquita Salas reaccionando a tu capítulo la primera vez que lo leí Pero vamos a intentarlo porque como dice Cande una siempre regia, zorra y diplomática (no tiene nada que ver, solo quería meterlo je).
¿Quién se halla chillanding de la simple anticipación por releer el capítulo de nuevo, sabiendo lo que va a pasar?
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Yo sé que estoy un poco mental pero en esta ocasión puedo culparte a ti y tus bellos personajes. Bueno, me dejó de retrasar el momento de mi muerte, comencemos (recordad abrochaos los cinturones):La primera vez que conocí a Evian Suisque, casi le saqué un ojo con una pelota de softball y no tenía idea que su familia podría mandarme a la calle si se les apetecía.
(...)
—No es como si lo hice a propósito —fruncí el ceño—. Vine a disculparme, asno.
—No estás haciendo muy buen trabajo disculpándote, entonces —se encogió de hombros y le dio vueltas a la pelota—. Ni bateando, aparentemente.
(...)
—¿Quieres que te batee el culo, a ver si cambias de opinión?
No lo pensé. Y él pareció sorprendido un momento, porque alzó las cejas; pero su sonrisa se ensanchó. Lo cuál me irritó mucho más.
En vez de responder, se puso de pie y me tendió la pelota. Siempre con su sonrisa de estúpido.
—Me gustaría verte intentarlo.
Así es como comienzan las buenas historias de amor. Con uno de los implicados dándole un pelotazo y el otro implicado siendo un prepotente de porquería. FIN. No lo digo yo, lo dice la ciencia de los shippeos ES QUE LA FORMA EN LA QUE SON DINAMITA PURA NADA MÁS CONOCERSE. Yo vi las chispas desde mi casa y eso que soy medio cegata. Amo como no tienes una idea que sean tan bruscos (Bueno, la diosa Daia es la bruta, Evian es solo de boquilla porque le tiene miedo, pero eso).—No, lo mío es un poco más profesional —se cruzó de brazos y sonrió de una forma siniestra—. También sé que tu abuela se llama Francisca, que la operaron de un brazo y que te expulsaron de tu última escuela.
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A mí me viene un tío, aunque sea una carajito como dices tú, suelta toda esa información sobre mi vida cuando lo único que sabe de mí es que tengo un bate y 0 miedo de utilizarlo y salgo corriendo a la comisaría a denunciarlo. Aunque claro, con las redes sociales hoy en día pueden saberse todas esas cosas
JAJAJAAJAJAJA Evian provocando a rinocerontes, después amenazando para que lo dejen en paz y diciendo que sus zapatillas valen más que ellos es lo más estúpido y temerario del mundo. Pero a mí me encanta este niño/señor, qué voy a hacerle Sobre todo cuando Daia lo agarra para que no lo desgracien y se marchan los dos a lo Peter Pan y Wendy callejeros.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—¿Y bien, a qué se debe esta visita sorpresa? —se cruzó de piernas y los dedos encima de su rodilla— Tengo entendido por parte de Diego que tienes una propuesta para nosotros.
—Sí, señora —Evian responde y me mira, sonriendo—. En nuestras familias, existe una tradición desde hace mucho tiempo de tener una especie de compañero o aliado en la vida que nos ayude a cargar con todas las responsabilidades de la empresa o la vida académica. En Hoj, la academia donde estudio, estos compañeros se encargan de ayudarnos a mantener el paso con la vida académica más nuestros compromisos de herederos de empresa —su voz cambió ligeramente a un tono más carismático y menos burlón. Me quedé tan sorprendida que se me olvidó mi incomodidad—. Ellos reciben pago por sus servicios que usualmente van a ahorros para la universidad. Las familias de las flores pagan las deudas de dicha familia ayudante, y además de esto: reciben una educación altísima en Hoj y obtienen una beca para la universidad que elijan.
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A este gente hay que reconocerles algo: saben manipular la realidad. Porque hablar de lxs Honey como algo que parece incluso hasta poético y honorífico y un montón de adjetivos así melancólicos es de admirar. Ojalá yo para conseguir que me regalen libros gratis
Dejando esto de un lado son una mierda, sinceramente. No ellos individualmente (que algunos sí, Hola de nuevo mi querido Jude). Sino todo el sistema, porque se aprovechan de las situaciones personales de esta gente para que acepten. O sea bien no está el asunto si tienen que pagarte dinero en compensación. Ahí te están diciendo de manera implícita: SAL CORRIENDO VAS A SER UNA/UN ESCLAVA/O Solo estoy diciendo tonterías, voy a tratar de ir al punto.
El caso es que Daia tiene que aceptar para pagar las deudas de su padre. Hablemos de esto, de los padres irresponsables que cargan los problemas en sus hijxs. Y no estoy diciendo que tengan que tenernos en una burbuja. Si hay que arrimar el hombro y ayudar, se hace. Pero es que al final Daia debe sacrificarse porque su padre tiene deudas que podrían haber evita. Cuestión, que la vida es un kkPor un momento, pensé que iba a sonreírme. Pero apretó los labios y desvió la mirada. En mi cabeza, Evian y Jonathan eran como una versión inmadura y fea de Scott y Stiles de Teen Wolf. Evian no sospecharía de él.
—¿Qué gano yo? —cuestionó al final.
—Ver a Evian llorar…eso espero —miré hacia el cielo un segundo—. Si o no. Pensé que dijiste que tenías que irte.
(...)
—¿Desde cuándo te importa eso?
—No me importa —sonrió y se volteo a verlo, aunque tenía los ojos vendados.
—Cállate y muévete.
—No me hables así, amor mío —canturreó.
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No puedes culparme. A ver, puedes, pero no lo vas a hacer porque yo sé en el momento en el que veas estos gifs te vas a poner a gritar igual que yo cada vez que leo estas escenas. O sea es como la tercera vez ya y la misma emoción Porque la manera en la que son Stiles y Scottversión cursisin serlo en realidad (no voy a intentar explicarme, porque yo sé que tú me entendiste) De verdad que amo la relación que tienen, se aman así literal y todos los acompañamientos: aman joderse, aman joder a los demás, aman liarla, TODO
Bueno, dejando del lado a Romeo y Julieta, ahora vamos a hablar de Daia la diosa a la que yo le rezo. Todo el plan que monta, aprenderse los dígitos de la tarjeta de Evian (porque una ladrona pero siempre con clase). Y TODO EL MOMENTO DEL JACUZZI DE LOMBRICES JAJAJAJAJAJAJAJA No lo voy a citar pero es la puta ama. Es lo que te dije la otra vez, que Daia a pesar de su situación no hace lo que le sale del pie, no permite que la condicione y pone las cosas a su favor. ES LA PUTA AMA DIJE.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]—¿Qué…? —lo miré y luego volví a las cajas, sintiendo mi corazón acelerarse cada vez más—. ¿Qué es esto?
—Son tu corbata y el arete de los Suisque.
Todas sabemos que en el momento en el que Evian notó su cuerpo infestado de lombrices y supo que había sido Daia la mente maestra detrás de ello se enamoró de ella. Es que me lo imagino: "Esta es la mujer para mí" Dio con la orna de su zapato.—Dice que tenía fiebre…y para hacerle chequeos-
—¿Estás segura? —me interrumpe.
—¿Estas diciendo que no sé leer? —levanto la mirada, deseando clavarle algo—. Mira, lee el mensaje tu-
—¡Estoy conduciendo! —chilla.
—¡Entonces créeme! Estoy borracha, no ciega.
Evian preocupado por Jonathan es otro level de preocupación Pero al final va acabar él en el hospital como siga conduciendo así. Ya sea porque se choque o porque Daia le arree con el bate (de verdad, amo a ese bate).
¿SABES QUÉ ES OTRO LEVEL TAMBIÉN? Las interacciones de estos dos seres. Ya te lo dije en su momento, pero amo amo con todo mi jart y mi alma condenada al Inframundo la manera en la que se relación. Tan tirante, provocativa, divertida y al mismo tiempo tan natural. Porque son ellos y su relación en estado puro—Eres un grano en el culo.
—En tu culo, mi amor —alza ambas cejas varias veces—. Un mago nunca revela sus trucos —se echa hacia atrás, apoyando el codo en la ventana.
—Tus trucos sucios, mejor dicho —hago una mueca con los labios.
—Esos tampoco —sus dientes blancos interrumpen con lo oscuro que está en el auto—. Tengo como tres meses sin verte, ¿no me vas a dar un abrazo?
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Repito que a mí los motes cursis no me gustan, que yo sé que Evian los usa con todo el mundo y que no es transcendental pero mi corazón hizo BUUUUM fuerte cuando lo leí. Y CUANDO LE PIDE EL ABRAZO ASÍ COMO SI NADA QUÉ QUIERES QUE ME MUERA (pa' qué pregunto si sé la respuesta).—Ninguna. ¿Qué haces aquí?
—Sayid no el único guardia que rompe las reglas por unos momentos —parpadea con lentitud y sonríe otra vez—. ¡Hola! Mucho gusto, soy Evian Suisque.
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En estos momentos odio a Evian. Porque es de lo más intrusivo en su vida y que sea tu honey no debería darte ese derecho. Daia estaba dispuesta a presentarle a sus amigos, pero le quitó la oportunidad de hacerlo en su momento, cuando ella quisiera. Y mira, deshonra sobre tu vaca (estoy venga a parafrasearte).—El honey de Sakura es bonito —susurro, con una corta sonrisa.
—Todos son bonitos para ti —Lua rueda los ojos, sin voltear a mirarme.
—Lo son, Baztan también está bueno. ¿Crees que sea un requisito para ser honey? —musito, apoyando mi mentón en mi mano— Ya sabes, como ellos son “hermosos”.
Amo a Perri y Daia No Sin Mi Bate Ya está, solo quería repetirlo una vez más, porque una siempre repetitiva nunca inrepetitiva
El momento de Daia con la profesara, desafiándola porque she doesn't give a shit MOMENTAZO. Pero el momento mayor fue cuando Evian la defendió porque solo él jode con ella, nadie más. Fin. No os atreváis los demás que os mata.—Dejen de pelear —canturrea Evian, con una sonrisa grande—, ya sabemos que se aman. ¿Ok?
—Idiota —masculla Jonathan, desviando la mirada.
—¿De que autora hablan? —inquiere Mey, sentándose junto a Lua.
—JK Rowling —escupe Lua, sentándose otra vez—. Es transfóbica.
—Lo cual no significa que Harry Potter lo sea —interviene Jonathan.
—Significa que una de las mejores historias del mundo la escribió una transfóbica-
—Si siguen discutiendo eso por el resto del recreo, voy a tirarles mierda a todos —anuncia Sakura, llegando junto a Jude.
Después de la última gran cada de Joane he decidido, para mi salud mental, que la nueva autora de Harry Potter es Emma Watson. Porque amo esa saga y no merece la autora que tiene. Declaraciones fuera de lugar hechas, aprovecho para decir una vez más que amo cómo usas a mis personajes. O SEA ES QUE LOS AMO Y AMO HACER TRAMAS CONTIGO
—Asco. Estoy hablando en serio —chasquea la lengua.
—Yo también —me relamo los labios—. ¿Acaso no lo viste bien?
—Tienes el gusto en el culo —me mira desde arriba con el ceño fruncido.
—Que bien, porque tengo un culo muy bonito —sonrío de lado y me relamo los labios—. Y él también.
—¿Con esa boca saludas a tu madre? —enarca una ceja, inclinándose hacia mi.
—Claro, si tú con la tuya todavía no estas preso —me encojo de hombros.
(...)
—¿Qué? —miro hacia el techo, tratando de recordar todo lo que dije.
—¿Quién te enseñó a conducir? —gira la cabeza momentáneamente.
—¿Eh?
—Dijiste que estabas aprendiendo a conducir.
—Oh, sí. En el verano —me paso una mano por el pelo y me dedico a mirar por la ventana.
—Y que no te enseñaron tus hermanos.
—Nope. ¿A dónde quieres llegar? —me giro a mirarlo.
—¿Quién te estaba enseñando?
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Amo (porque no tengo vocabulario) el modo en que expresas los celos de Evian sin que estos sean tan evidentes. Quiero decir, que una como lectora lo capta pero Daia no, entonces eso es lo bonito. Que yo pienso que para ella esas preguntas vienen de su lado controlador y tocapelotas. Cuando son celos en estado puro PORQUE LA AMA Y NO LO SABE
Mención especial en la que se pone a darle pelotazos para que le confiese por qué regresó antes. Porque mi diosa también va de que le da igual pero luego quiere saber—¿Me puedo ligar a tu honey? —subo y bajo las cejas repetidas veces.
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Se vienen curvas, lo noto en la pepita. Lo noto y lo sé porque me lo has dicho tú, no voy a hacer la guay tampoco. Y sé que me van a gustar esas curvas pero al mismo tiempo estoy como: TIENES AL CARAJITO IMPERFECTO JUSTO AL LADO
Me da mucha cosa la situación de Daia en su casa. En realidad empatizo, ese sería el término correcto. Porque nuestros padres tratan de ocultarnos que las cosas no van bien entre ellos pero te das cuenta. Y te duele que te hagan ver que todo está genial cuando no es así y sabes que son infelices. Después el ascenso de Diego, que cree que es gracias a Evian cuando se lo ganó él con su trabajo. Es frustrante este sistema, que te hacen creer que tus jefes son buenos por ascenderte cuando te lo ganas tú, no es por la gracia del señor—¿Estás bien? —inquiere, entrecerrando los ojos.
—Claro —no tardo en contestar—. Me acabo de levantar.
—Mentirosa. No seas-
—Me voy, Evian —pero no tranco la llamada.
—Daia, por favor —suspira y su voz se torna mas suave.
—¿Qué quieres? —lo miro a través del celular, enfocándome en poster de pokemon detrás de su cabeza.
—¿Qué dices si te paso a buscar y te doy el suvenir que te traje?
(...)
—Depende —mi voz sale un poco mas aguda de lo normal— ¿Podemos ir a comer donas?
—Claro —sonríe lentamente y se levanta del sillón, junto con el celular—. Te veo en 25 minutos.
—Okay, Ricky Ricón.
Le sonrío devuelta y tranco la llamada. Pongo el celular a cargar y me meto a la ducha, un poco más floja y despierta. Mientras lo espero tirada en el mueble de mi casa, considero darle el abrazo que le negué al otro día, cuando fue a sacarme de mi borrachera feliz. A veces Evian no es tan endemoniado, después de todo.
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Me cuesta mucho determinar su relación aún. Es decir, sé que aman joderse, que Daia quiere arrearle con el bate y que él ama molestarla. Pero cuesta darse cuenta de lo que sienten por el otro más allá de esa fijación que tienen por quedar encima en las discusiones. Yo solo sé que es una relación de lo más cotidiana, todxs en algún momento nos hemos cruzado con esa persona que nos saca de nuestros cabales, que no soportamos pero que luego necesitamos en nuestra vida. También sé que se conocen más de lo que ellos mismos creen, Evian sabe cuándo a Daia le pasa algo y viceversa. MIRA QUE NO SÉ EMILIA QUE LOS AMO CON TODAS MIS FUERZAS Y SON OTP DESDE ANTES INCLUSO DE LEER DE ELLOS (así de malite estoy con tus pjs)
Encima tú terminas de matarme con el "igual sí le doy el abrazo"
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Perdón si me he repetido mucho, soy consciente de que no he dicho nada nuevo, básicamente es lo mismo de los audios versión extendida. Pero el mensaje es claro: Evian y Daia ya tienen mi corazón. Además que he disfrutado muchísimo releyendo el capítulo. Estoy convencida de que esta va a ser una gran historia nivel Edward y Olivia (mis hijes, tan lindos). Estoy deseando seguir leyendo, así que voy a investigar a quién le toca subir para acosarla y que escriba rápido para que llegue tu turno de nuevo
Fin del recorrido, ya pueden desabrocharse los cinturones
indigo.
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Re: The Honey System
Capitulo 05
Honey is Mei Maddox and Master is Jude Uddobain Jaeger.
- I'd rather make money than fall in love:
- Desde que era niña tengo un sueño, y este es reforzado día a día desde que conozco a Jude, a las Flores y su estilo de vida: quiero ser millonaria. No exactamente llegar al punto de construir una isla por mi cuenta o ir hasta Italia para comer una pizza—que si pasa tampoco es que voy a quejarme. Simplemente tener el dinero suficiente para vivir a gusto sin tener que preocuparme por un plato de comida en la mesa y ayudar a mi familia cuando lo necesiten.
Quiero estudiar finanzas en una buena universidad, la mejor de todas. La familia Uddobain me proporcionara una beca a todo pago sin la necesidad de tener que volver a verles la cara de nuevo en el futuro, por lo que me parece justo que esté haciendo todo este trabajo por su retoño. Hoy estoy sufriendo, pero mañana gozare de la ausencia del engendro y de mi propia fortuna.
Esto es lo único que pienso los siguientes cuarenta minutos de lo que llevamos entrenando en el básquet. De estos meses que he estado junto a él, he aprendido que hay pocas cosas que le hacen feliz a Jude. Lo primero, es tocarle las pelotas a la gente cada vez que tiene la oportunidad, sobre todo si saben que no lo soportan, como en mi caso. Lo segundo es sacar fotografías. Puede recorrerse la isla entera y hacerme sesiones de fotos en mitad de la nada con tal de satisfacer su necesidad de capturar momentos de diferentes ángulos y encerrarse en su cuarto personal para revelarlas. Parece calmarlo porque vuelve con energías renovadas cuando pasa horas allí y hasta menos idiota. A mí no me molesta con tal de que no me lleve de expedición en la madrugada.
Lo tercero, y no mucho menos importante, es que adora jugar al básquet. Necesita a los menos diez minutos al día hacerlo mientras murmura cosas para sí. Nunca alcanzo escucharlo bien que dice y me gustaría saberlo, se concentra demasiado, tanto que nunca he visto esa expresión fuera del juego. Según él, entrenamos para los juegos drops de este otoño para volver a quedar en primer lugar. Jude odia es perder. No sabe lidiar con ello y se vuelve un estúpido cada vez que le ganan de mano. Pero solo con algunas personas es compasivo. Si fuera contra Sakura o Elise lo dejaría pasar sin importarle demasiado, como el año pasado en la final que dejo a Sakura ganar sin hacer un solo movimiento. Si fuera contra Jonathan y Evian o los demás masters, sacaría a relucir su lado competitivo. Yo entiendo que sea parte de su personalidad y lo cierto es que yo también soy muy competitiva. Me he acostumbrado a intentar tener las cosas en control y ser perfecta, que una derrota me sienta amarga cada vez que debo tragarla.
Pero ya no puedo más. He estado levantada desde temprano porque tuve insomnio en mitad de la noche y me quede mirando Friends con la esperanza de poder dormir aunque sea un poco, pero nada. Así que me hice un buen café y empecé el día buscando al perezoso y estudiando toda la mañana y parte de la tarde que nos sentamos a hacer los deberes. Deberes que yo hice porque Jude estaba más concentrado en su tarea de crear una empresa que ni siquiera lo discutió con Jonathan, él empezó a hacerla por su cuenta y dijo que le presentara el proyecto. Fue tan serio al respecto que pensé que hasta se creía que iban a montarse una empresa realmente.
Son de las cosas que nunca admitiré en voz alta ni porque me pagaran dinerales, y es que me gusta esa parte de Jude. En esa que se compromete enserio con lo que quiere y se ve apasionado por hacerlo. Nacer en una familia millonaria es su destino, definitivamente. Lo he prestado más atención estos últimos días y los papeles que revisa mientras yo hago sus deberes de la escuela. Y entiendo porque no quiere hacerlo: tiene cosas más importantes que aprender que literatura y filosofía, y no por ello le desagraden menos. Es culto y habla con propiedad, sabe tanto que a veces me asombra escucharlo hablar. Siempre tiene algo nuevo que enseñarme y eso me gusta. Así como me agrada que me escuche cada vez que hablo de lo que sé, como de la historia del heavy metal y sus grandes bandas o de porque Naruto debería considerarse el mejor anime de la historia y hasta se ha echado a mirar unos capítulos conmigo sobre la batalla de Pain y su oscura filosofía de la vida.
—En cierta parte, tiene razón —sentencio al final de la saga—Los humanos no podremos comprender el sufrimiento ajeno sino pasamos por una situación que nos destroce por igual o mucho peor. ”El odio existe para proteger el amor”. Me gusta.
—Pero seguirían sin comprenderse —replique al instante. Yo también había pasado por el mismo debate interno—Seguirían justificando su dolor sobre estos para sobrevivir. Solo serian victimas por el resto de sus vidas.
—Es un riesgo que se corre. Pero así fuera, entonces su dolor no hubiese sido tan grande —volteo a mirarme tan serio que me intimido e hizo revolverme el estomago con tontas abejas revoloteando—Un dolor tan grande que genere tanta empatía acabaría con todo el egoísmo. Tiene buenos fines.
Le mire con la ceja en alta y señale a la pantalla.
—¡Hizo desaparecer toda la maldita aldea!
—Imagínate si no hubiese flaqueado y revivido a todos allí —hizo una sonrisa de costado, engreída—Me gusta ese tipo. Me recuerda a mí.
Hice una mueca de desaprobación al escucharlo. Sucio mortal que se atrevió a compararse con el sexy Nagato, que si bien esta desquiciado al principio, termina por hacerme llorar y amarlo como estúpida. No será en el caso del engendro, obviamente.
En señal de protesta para terminar este estúpido entrenamiento, me tiro sobre el piso de la cancha de su patio con los brazos y las piernas estiradas. Es mi fin. Jude no me hace caso y sigue rebotando el balón sin más, jugando por su cuenta al menos diez minutos más. Cuando finaliza, se tira a mi lado, imitándome. Le miro de costado mientras él solo cierra los ojos, cruzando sus brazos por detrás y sirviéndole de soporte a su cabeza. Tiene el sudor cayéndole por todo el cuerpo y la respiración algo agitada, y aun así no se ve para nada cansado.
—Necesito que vayas a comprar unas joyas y una caja de chocolates suizos. Le diré a Sol que te dé la dirección—dice aun con los ojos cerrados, acomodándose en el suelo. Parece que va a echarse una siestita.
—No voy a hacerte las compras para tus noviecitas...
—Es para Sakura—dice abriendo un ojo y sonriéndome tan egocéntrico como siempre—No te pongas celosa, los chocolates son para ti.
—Odio el chocolate.
—Pero no el amargo. Elige el que quieras.
Me lo pienso un minuto antes de responderle.
—Prefiero una blusa.
—Bien. Sol te dará la tarjeta, cómprate lo que te dé la gana —mueve una de sus manos para despacharme y vuelve a su misma posición, suspirando. Segundos después, su respiración se relaja y me doy cuenta que ha quedado profundamente dormido.
Fetiche horrible que le da por dormirse donde sea, al mismo tiempo mi envidia personal. Mientras a mi me cuesta horrores dormir, él con acomodarse un poco ya se duerme. Me levanto sin querer desperdiciar más tiempo y camino unos pasos antes de detenerme. Volteo a mirarlo dormir sin tapujo alguno y casi me odio por desligar las mangas de mi chaqueta deportiva y colocársela sobre si. Al verlo dormido, puedo admirar lo atractivo que son sus rasgos y lo genial que se vería si solo fuese mudo y no soltara tanta soberbia. Pero supongo que no tendría ese encanto molesto que solo él puede tenerlo.
Me marcho devuelta a la mansión. Tras casi una hora de viaje, tengo la tarjeta negra de Jude y voy directo hacia la joyería mas cercana, pero la más cara también. Me soltara la bronca si llego a caer con una baratija regalada en su nombre. Jude nunca regatea para los regalos, sobre todo si va para su consentida. Una vez ya con la cadena de oro de 20 quilates, paso por las tiendas en busca de algo que sea para mí. Me pruebo una blusa rosada que me queda espectacular, y otras dos más de color negro y rojo. No me creo que le moleste que gaste un poco más.
Me llevo las bolsas directo a mi pobre destartalado automóvil y las tiro hacia atrás. Tengo que dejar el collar en la casa de la playa Uddobain para que luego Jude confirme por mano propia que el colgante es bueno. Además, me da miedo pasearme con eso en mano con la posibilidad de que un bastardo me asalte y tenga que pagar ese regalo de por vida.
Luego del trámite, conduzco hacia los suburbios escondidos de San José. No vengo tanto aquí como realmente me gustaría, o al menos no en épocas de clases. Intentar ser la número uno en clase me lleva más tiempo de lo necesario, incluso más ahora que la academia exige el doble de lo que estoy acostumbrada y tengo que pasarme tardes y noches enteras estudiando para mantener mi nota y la de Jude a flote. Mis calificaciones no pueden bajar, solo pueden subir. Es una exigencia mía, si fuera por Jude la escuela puede irse a la mierda.
Una vez que llego, tomo las bolsas de atrás en mi mano y cierro la puerta del conductor de un portazo. Paso de la casa principal, notando a Meredith espiando desde la ventana. Solo hace falta que le haga un asentamiento con la cabeza antes que vuelva a cerrar las cortinas. Siempre tan simpática.
Conocí a Mikki en el orfanato. Dos niñas tristes que encontraron consuelo en la otra tras vivencias similares y deseos compartidos. El significado de amistad me lo enseño ella cuando me busco en la guía telefónica después de que me hubiesen adoptado solo recordando el apellido de Will y dándoles a sus padres adoptivos una cantidad alta de dinero para pagar por todas las llamadas que realizo. Casi dos años después de habernos separado, al encontrarla supe que no quería volverla a tener lejos en mi vida.
Desde hace un tiempo, el padre de Mikki se marchó, prácticamente la abandono. Su madre adoptiva nunca tuvo el afán de ganar el premio a la mejor madre del año, así que le construyo un cuarto en la parte trasera de su casa para que viviese de manera más independiente. Mikki alegaba que era lo mejor, pues Meredith no la echo y le seguía pasando la mesada mensual, teníamos un lugar propio para hacer pendejadas y llevar chicos para armar una orgía. Estaba bien por un tiempo, solo que yo conocía demasiado bien a Mikki para saber que eso le afecta más de lo que quisiera.
No hace falta que golpee la puerta, saco mi propia llave que me ha entregado hace un tiempo y abro. No la encuentro sola, sino con Taylor y Baby, el primero tirado en la cama mirando futbol mientras que Baby bebe una cerveza y tiene los ojos sobre su celular. Reina el silencio incomodo, Mikki debe estar en el baño.
—Hola—saludo cerrando la puerta tras de mí, dándole una mirada de cortesía a Taylor, quien la devuelve igual.
—¡Mei! —chilla Baby saltando de su asiento y dejando bruscamente el celular en la mesa.
Nos fundimos en un abrazo que delataría un año sin vernos las caras, pero apenas han pasado dos semanas. Es inevitable, las extraño gran parte del tiempo. Pese a que quiero separarme, Baby no tiene la intención porque dura un minuto más en murmurarme cuanto me ha extrañado y lo mucho que quería verme, pero por la escuela y su trabajo no ha tenido tiempo. Decido darle lo que quiere, abrazarla con más cariño hasta que finalmente me suelta.
—¿Y Mikki?
Apenas termino de mencionarla, mi amiga sale disparada del baño a medio subirse la cremallera y vuelvo a ser arrasada por un abrazo de oso. Baby se une a esto y por poco no me siento asfixiada por tanto cariño repentino. Siempre es igual, no importa si pasando unos días o semanas. Ambas son muy cariñosas.
Taylor aclara su garganta y le agradecería sino lo detestara.
—Tengo que irme.
—Te acompaño—dice Mikki y alcanza a tomar su chaqueta antes de encaminarse a la salida—Hay uno armado, si quieres ve prendiéndolo. Ya regreso.
El lamepollas se va sin despedirse y nosotras hacemos que no existe. Baby vuelve a abrazarme cortamente y me toma de la mano llevándome hacia la mesa. Me dejo caer mientras comienza su interrogatorio de que tal la primera semana y me pasa el porro. Lo enciendo y doy dos secas antes de contestarle.
—Ya sabes, cubriéndole la mierda al niño mimado. La misma mierda de siempre.
—¿Todavía no te lo cogiste?—levanta las cejas hacia arriba y se prende un cigarrillo—No sé cómo te le aguantas.
—El dinero es más importante.
—Amén —concuerda y se estira para sacar una cerveza de la heladera—¿Gustas?
—Eso no se pregunta.
Baby se levanta para buscar un vaso para mí mientras sigue hablando. La casa de Mikki no es muy grande, solo hace falta estirarse un poco para llegar a los muebles. Inicialmente, su madre quería que tuviera su habitación separada junto con un baño, pero pronto eso se volvió borroso cuando le consiguió su propia cocina y heladera, diciéndole que tal vez estaría más cómoda si empezara a tener sus propias cosas. Se ve cool que tu madre te de un lugar para comenzar a vivir, a ser independiente. Pero cuanto tienes 17 años, te das cuenta que es más un exilio que un regalo.
Intercambio la cerveza que me ofrece Baby por el cigarro. Ella se deja caer en la silla al darle una larga pitada.
—Pensé que había dejado a ese idiota...
—Es Mikki, no va a dejarlo hasta que se aburra —le recuerdo encogiéndome de hombros.
—Me cae mal.
—A mi también, ¿pero qué podemos hacer? Su gusto es pésimo.
—No confió en él —dice preocupada. —No es un buen tipo, es un machista. El otro día la hizo llorar por una estupidez.
Baby me relata brevemente sobre el maltrato que Taylor últimamente esta infundiendo en nuestra amiga. Yo opino igual que ella, distinguiendo algunas actitudes que Mikki le da vueltas con excusas todo el tiempo. Ya le he dicho que el tipo no es bueno y que en cualquier momento va a estallar todo, pero como me tacha de prejuiciosa—con buena razón—, me ignora y dice que lo dejara cuando ella quiera, que está enamorada y que el amor es así. Error.
Sigo escuchando a Baby y frunzo el ceño al escuchar que le ha tomado con fuerza del brazo, el tipo la soltó porque noto que Baby había llegado. En ese momento, Mikki abre la puerta con una sonrisa de felicidad y saca del bolsillo una bolsa pequeña y blanca. La menea en el aire con felicidad.
—Miren lo que conseguí—canturrea. Todo eso se desvanece cuando ve mi cara de perro—¿Qué?
Me levanto de golpe dejando la cerveza en la mesa y le saco bruscamente la chaqueta, observando con atención su brazo. Tiene los dedos del cabrón marcados.
—¡Ya le fuiste con el chisme! —le grita a Baby, quien se encoge en su silla.
—¿Qué mierda te pasa? ¿Acaso no aprendes?
Se suelta de mi agarre bruscamente y sigue de largo hasta su silla.
—Solo estaba alterado. La cocaína lo pone de ese modo...
—Entonces que deje de drogarse—replico al instante sentándome nuevamente. Siento la sangre hervir—¿O acaso te tienen que maltratar para que te quieran?
Me fulmina con la mirada, sus ojos se notan heridos y luchan contra el impulso de no gritarme. A mí me vale mierda que le haya dolido. Yo le soy sincera y le digo las cosas de frente, le guste o no. No me va ser amiga de nadie si tengo que soportar que se dejen maltratar.
—No volverá a hacerlo. Me pidió perdón—repone más tranquila sin bajar las defensas—Es que vio todas mis conversaciones. Supo lo de Jasper y...
—¿Y ahora lo justificas? ¿Y qué es esa psicopateada de revisarte los mensajes?—replico al instante.
—Estas exagerando.
—Y tu estas naturalizando violencia. No vivas de esa manera, eres más inteligente.
La mirada de Baby va de una a la otra hasta que finalmente baja la cabeza por la mirada fulminante de Mikki. Suspiro y lo dejo estar, encendiendo un cigarrillo para mí. No quiero que se peleen, pero también debe entender que esa mierda con Taylor ya es demasiado toxico, y no va porque invada su privacidad, sino el que la este maltratando. La próxima vez que lo vea, juro que voy a...
—Tengo mis maneras de cobrármelas, tranquila —abre la bolsa y vierte el contenido sobre un espejo redondo que hay acostado en la mesa. Lo va picando con una tarjeta—Además, me sirve para darme mis gustos.
—Entonces, consíguete a uno que te pague tu mierda y no tengas que soportar sus estupideces —doy una fuerte calada a mi cigarrillo, procesando la ira por allí.
Mikki me ignora y prosigue a centrarse en la tarea. Baby está inquieta, pero le hago un gesto con la mano que se despreocupe. Mikki no va a seguir enojada con ella por contarme lo que sucedió. Vuelvo hacia mi amiga y la observo con atención, notando lo que antes no.
—¿Te cortaste el cabello?
Mikki levanta en alto la mirada y mueve la cabeza, bailando los cortos mechones por arriba de sus hombros.
—¿Te gusta? Taylor dijo que me quedaba bien.
Le sonrió y asiento.
—Todo te queda bien. Eres mi zorrita hermosa.
Pestañea encantadoramente mientras que Baby se ríe y le pasa el porro. Es la pura verdad. Mikki tiene una belleza singular que solo hace falta una vez mirarla para enamorarte de ella. Tiene hombres y mujeres comiendo de la palma de su mano, pues sus ojos verdes y sonrisa deslumbrante, mas la personalidad alegre y extrovertida que tiene la hacen brillar aun mas. Pero Mikki también lleva un carácter de mierda y es bastante explosiva, así que nos llevábamos como perros y gatos a veces.
—¿Qué tal el chico Uddobain? ¿Ya le entregaste tu parte trasera o sigue virgen?
—Este culo vale más de lo que me paga por mes —le acepto el cigarro mientras ella se prepara para separar en líneas—Si lo quiere va a tener que pagarme mínimo un viaje a Jamaica.
—Que sean tres y con todo pago.
—Para eso voy a tener que hacer algo más que vender mi culo.
—Yo lo hice a Taylor para darnos este gustillo—señala la merca sobre el espejo y hago una mueca de asco al escucharla, no quiero esa imagen en mi cabeza—Así que más te vale que le des todo completo.
—¿Alguien más quiere cerveza?—pregunta Baby riéndose de nuestra discusión. Trae sin que siquiera le contestemos, ya nos conoce—Yo tengo que buscar a otro que me suministre el vicio.
—¿Qué paso con León?
Mikki revolea los ojos y le dice a Baby que me cuente de principio a fin. Y eso hace, me cuenta todo el drama con el muchacho con el que esta viéndose hace unos meses, pero que todavía no formalizan nada porque, según él, quiere tomarse el tiempo de quererla correctamente. Pura mierda. Solo que no tengo tanta confianza con Baby como para ser cruelmente franca con ella. Noto de inmediato como la alegría se le apaga, lo intuí desde el tono de su voz más dulce y serena. De lo contrario andaría cantarina y riéndose a todo dar.
Una vez que termino de escucharla, le armo un filtro a lo poco que queda del cigarro y me lo termino tras unas tres pitadas.
—Baby, la única persona que puede hacer sentirte miserable eres tú misma, obvio que tienes un límite—le aclaro luego de todo su relato con León. Le encontró al pendejo un preservativo usado debajo de su cama.
—No deberías quejarte. Tu también estás ligando con otros chicos—recrimina Mikki, siempre tan ácida y honesta—Así que no te pongas en papel de victima...
—Pero yo no dejo al descubierto mis ligues—murmura Baby en voz baja, apenada.
Le lanzo una mirada fulminante a Mikki. Baby siempre me parece tan dulce que odio cuando la hacen sentir mal, eso incluye a Mikki y su mierda.
—Que te den. Tu también eres bastante estúpida en lo que se refiere al amor—me echa una mirada incrédula, lo suficiente para seguir—Te la pasas de idiota con ese drogadicto violento y soportas su mierda machista...
—Al menos yo no trabajo para uno, tarada—replica de inmediato.
—Yo cobro, distinto a ti.
—Entonces ¿eres una zorra de calidad? —replica en sorna
—Bueno, bueno—Baby interviene de inmediato, siempre siendo el equilibrio entre las dos—No peleen por mí, chicas, esto...
—Nadie pelea por ti. Ya sabemos bien las tres que eres bastante pendeja si se trata de un pene—contraataco, sobresaltándola. No se lo esperaba—Justamente como Mikki
—Tú no te ves tan librada, Virgen María. Todavía recuerdo cuando te busque en la casa de Trenton porque estabas borracha y drogada tirada en su pórtico toda llorosa.
El solo que me recuerde la humillación me hace hervir aun peor la sangre. Y es que siempre se es pendeja en el primer amor, pero yo me fui hasta el otro extremo que ni dignidad me ha quedado.
—¡Vete al coño!
—¡Primero me lo chupas!
—Pues bájate las bragas, desgraciada, que lo hare mejor que los estúpidos con los que andas.
Mikki me enseña el dedo del medio y yo levanto el mio de inmediato, librandonos en una batalla de miradas fulminantes y el dedo hacia arriba con mas intensidad que antes. Terminamos por rendirnos al mismo tiempo y proseguimos a beber cerveza, ignorandonos mutuamente. Baby se relaja y suelta un suspiro. Tiene suerte que no nos vayamos a los golpes y tenga que separarnos otra vez.
Nos entretenemos tomando otra línea de cocaína mientras hablamos de los ligues ocasionales de Mikki en el bar donde trabaja, cortesía de su documentación falsa.
—Me coquetean más chicas que hombres, eso es seguro.
—Eres hermosa, ¿cómo no?—espeto dándole un trago a mi cerveza.
—Y lo peor es que el jefe se dio cuenta que le di al ricachón—revolea los ojos con frustración—No salimos, solo andamos. Aunque la vez pasada un grupo de chicas...
—¿Se le pego e hiciste una escenita de celos?
—¡No fue una escena de celos! Solo le dije que si iba a ligar, fuera de mi vista. Yo lo hago bien disimulado...
—Sí, y por eso te descubrió, pendeja
—Vete a la mierda.
Baby nos mira nerviosas a la vez que Mikki y yo nos encendemos un cigarrillo cada una. Conocí a Baby porque era amiga de Mikki de la misma escuela. Admito que me lleve una impresión mala de ella. Baby tiene tatuajes por todo el cuerpo. Ni siquiera sabía quién era Hellboy pero ella lo tenía tatuado en el brazo. El flequillo comenzaba desde la mitad de la cabeza y terminaba casi al ras de la creciente de cabello. Se había rapado los lados laterales de la cabeza y tatuado dos diamantes violetas. Tomaba pastillas con alcohol, éxtasis, lcd, marihuana y cocaína. Era un desmadre de persona, y al conocerla descubrí que es demasiado buena para este mundo. No tiene maldad, solo es una cría aprendiendo a ser adulta y necesitando alguien que la ame de la manera que no fue amada. Hasta hace unos meses su vida era un desastre. Ahora se centra en ser mas dedicada a sus estudiante y a alejarse de las malas compañías. Ha comenzado a cambiar, pudo pasar de año ha dejado crecer su cabello para cubrir sus diamantes y tiene una operación programada para reformar sus orejas después de los expansores. No es que tenga algo de malo su anterior apariencia, sino que entendió que no era la imagen que quería que le devolviera el espejo.
La charla se extiende a chismes sobre las estúpidas que no soportamos, los viejos amigos en común y temas sin sentido. Bebemos cerveza, fumamos marihuana e inhalamos cocaína. Lo mismo de siempre cada vez que nos vemos las caras. Lo cierto es que estar aquí con ellas dos en la casa de Mikki es mi respiro. De casa, de Jude, de fingir todo el tiempo. Es este el lugar mi verdadero refugió, pues no existe aun otro en el que me sienta realmente cómoda. Tengo a estas dos maravillosas personas para compartir todo lo que pienso y siento, dejando a un lado nuestro vicio hacia lo destructivo. Solo es algo que nos distrae de nuestras penas, que acompaña nuestras charlas profundas y nuestras carcajadas limpias.
—¿Y esas bolsas? ¿Fuiste de compras?—pregunta Mikki señalando a mis pies donde se encuentra mi compra reciente.
Sonrió orgullosa de mi adquisición y las tomo, pasándole una bolsa a cada una.
—Santa se adelanto y envió esto para ustedes, mis zorras.
Baby chilla emocionada cuando ve su blusa y ni hablar de Mikki. Soy bombardeada por besos y abrazos y los soporto solo porque son de ellas. Los siguientes veinte minutos los aprovechamos colocándonos nuestras nuevas prendas y simulando un desfile con Dua Lipa de fondo. Tenemos distintos gustos musicales (Mikki y yo coincidimos en muchos, Baby en ninguno) pero las tres amamos a Dua desde que nos enseño las reglas y a no ser tan pendejas.
Estoy armando otro porro cuando noto que Mikki se ha puesto seria desde su lugar. Miro hacia Baby para confirmar que no soy la única que la ve así, pero esta tan enfrascada con su celular que ni me mira.
—Creo que estoy embarazada —dice Mikki de pronto, llamando nuestra atención.
Toda acción queda suspendida. Baby se pone tan seria como yo y la quedamos mirando sin saber exactamente qué decir. Le damos su espacio para que responda, y Mikki levanta la mirada segura antes de hacerlo.
—No lo quiero tener.
El silencio reina por la repentina confesión. Baby le estira la mano y atrapa la suya en modo de consuelo, sonriéndole. A mí me cae un balde de agua fría y pronto la furia comienza a recorrer cada célula de mi cuerpo. Tengo muchas ganas de llorar, tantas que me pellizco las piernas bajo de la mesa para no hacerlo.
—Está bien.—digo lentamente, conteniendome.
—Pero no quiero ir a lo de ese viejo—me mira significativamente, hay miedo en sus ojos—Es un desgraciado, le gusta verte sufrir.
Sonrió cinicamente y aprieto la mandíbula en el proceso, ahogándome en el terror de aquel día como si fuese ayer. Me da unos escalofríos al recordar su cochera sucia, la camilla desgastada y el olor a nafta. Nunca dejaría que fuese a ese lugar de mierda, primero la tiro de una escalera.
—Es de Taylor, ¿cierto?
—Si... y ya lo sabe.
Me sale un resoplido por inercia y la miro como si fuese lo que realmente es: una gran estúpida.
—¿Acaso eres idiota?—me golpeo la frente con la palma de la mano y escucho mi voz elevarse cada vez mas—¡¿Lo quieres tener o no?!
—¡Es que estaba asustada!—chillo en su defensa—No sabía qué hacer ni a quién recurrir.
Sus palabras solo me enfurecen aun más. Si me estaba conteniendo para no darle un mal gusto, ahora con mucha honra quiero hacerla sentir mal. ¿Por que siempre arruina las cosas? ¿Que no entiende que ahora todo es mas complicado?
—¿Y qué carajos soy yo? ¿No puedes contármelo a mí antes de contárselo a ese lamepollas?
—¡No pensé, no me grites!
—No te grito, solo te recuerdo que a veces te pasas de estúpida. ¿Por qué siempre te haces eso?
—¿Qué cosa?
—Eso, denigrarte —señalo con crueldad, todos los recuerdos del pasado me azotan y me enfurezco mas—A ti solo te importa lo que piense el pene que tienes al lado, no lo que realmente quieres. ¿Cuándo vas a valorarte de una buena vez?
Ese es el maldito problema que tengo con Mikki. Yo la adoro, la amo y es la hermana que me regalo la vida cuando no tenia absolutamente nada. Pero me caga que siempre sea lo mismo. No es su primer embarazo, es el segundo. No sabe cuidarse, no sabe amarse. Le he dicho que hay miles de razones para usar un maldito condón, le explique todo lo que ella sabe: que abortar es una mierda, que te puedes morir, que se te puede pegar una enfermedad y ser un enfermo toda la vida. Que ya no hay que confiar en nadie, y menos si tiene un historial de malas elecciones. Y ahora me viene con esta mierda cuando pensé que el año pasado finalmente había aprendido. Nada. No aprende nunca nada. Ni en su elección de hombres ni en ser una zorra consciente.
—No es el momento—me detiene Baby, noto que los ojos de Mikki se llenan de lagrimas. Ugh, odio cuando esta toda sensiblona.
—Entonces, ¿cuándo mierda es?—resoplo intentando moderar mi enojo. Es casi inútil—Voy a conseguir las pastillas, déjamelo a mí.
—¿Y qué haremos con Taylor?—murmura triste—Él parecía realmente feliz...
—Tiene 25 años. No estudia, no trabaja. Solo se la pasa haciendo trabajos temporales y gastándose todo el dinero en droga. ¿Enserio te importa lo que él quiera o tu horrible futuro a su lado?
—No todo es dinero, Mei.
—Y no todo es amor, Mikki. No me vengas con esas mierdas—empujo la silla hacia atrás y me levanto bruscamente.—Les avisare cuando consiga la mierda.
No les doy tiempo a nada mas, salgo dando un portazo y caminando con pasos largos y rápidos hacia el coche. Me subo y cierro tan fuerte que creo que la puerta va a caerse. Enciendo el jodido motor y le doy a todo dar sin importarme que vayan a meterme una multa. Estoy con toda la cocaína encima, me pone de un humor de mierda, pero no le adjudico mi reacción hacia la noticia del embarazo de Mikki. Estoy furiosa porque no sabe cuidarse, por ende, no sabe amarse. Y querer tener un hijo de ese vago. Já.
Me llega un golpe en la boca del estomago y siento la bilis llegarme a la garganta, los dedos comienzan a dormirse y una opresión empieza a marearme. Tengo que parar a un costado de la ruta porque he empezado a sudar, así que supongo que la mierda de la cocaína empieza a bajar. Nunca he sido buena manejándola, tal vez no debí haberme ido en mi momento de arrebato si sabía que esto podía pasarme.
Pasan interminables minutos en que siento que voy a morirme y tengo que abrir la puerta para devolver todo el alcohol que he consumido. Cuando eso no parece disminuir lo mal que me siento, saco la navaja escondida en la guantera del coche y me corto los dedos y los aprieto hasta que las gotas comienzan a salir. Una vez que veo la sangre espesa fluir, respiro con tranquilidad, pues los efectos malos comenzaran a desaparecer y podre regresar sana y salva a casa. Soy experta en las drogas en cuanto se trata de mantener el control. Sé cuando debo parar y tranquilizarme si sé que todo es producto de mi imaginación. Es importante escuchar el cuerpo para saber el límite, pero yo lo sobrepaso si la cocaína es pura y no tiene otras mierdas que llegan a cortarla. No siempre tienes drogas de calidad, así que aprovecho cada vez que esta frente a mí.
Otro embarazo. A veces no sé si mi experiencia les ha servido a las dos sobre por qué no deberían ser tan descuidadas. O ni eso, también tienen su propia experiencia. La primera vez fue el año pasado, por estas fechas. Baby ha pasado por lo mismo. Hace diez meses, yo casi muero en mi departamento por un aborto casero que me practico un medico retirado en la cochera de su casa. Las tres sabemos lo que es desligarnos de semejante problema, y eso nos ha bastado tanto a Baby como a mí lo suficiente para ser consciente. Pero Mikki... Mikki es una estúpida.
Una vez que me siento mejor, tomo el celular y le envió un mensaje.
"Te quiero y siempre estaré contigo."
No hace falta más de unos segundos en que recibo su respuesta.
"Te lo juro, Mei. Hare las cosas bien."
Me gustaría creerle, pero no puedo. No le respondo y solo suspiro con toda la mierda contenida. Seco las pocas lágrimas que han caído en mis mejillas y arranco, pensando cómo diablos voy a conseguir esas pastillas.
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No dormí nada la noche anterior por la noticia del embarazo de Mikki y los recuerdos que me atormentaron hasta que mis ojos se quedaron como dos pelotas de tanto llorar. Me rendí a eso de las seis de la mañana y aplique una bolsa de hielo sobre ellos para bajar la hinchazón. Sé que dije que no lloraría más por este tema y me engañé a mi misma con que ya está superado, pero no siempre puedo mantener la mentira.
Una hora después, a minutos de salir directo hacia New Paradise, Raven se levanta con el cabello alborotado y bostezando a todo dar. Me sonríe adormilada mientras va hacia la cafetera. Le he dejado café recién hecho, por lo que agradece.
—¿Vas a ver a tus padres?—se apoya sobre la isla bebiendo su taza mientras yo coloco mi bolso a un costado y le echo un vistazo a mi vestido rosa pálido.
—Sí, puede que vuelva mañana. Te avisare—me las arreglo para fingir una sonrisa y acomodo mi trenza a un costado.—Recuerda que tienes que hacer tu maleta. A las 19 sale tu vuelo.
Se le abren los ojos en grande y mira directo al calendario. Suelto una risita tonta como si me hiciera gracia lo olvidadiza que es.
—Carajo, pensé que era la próxima semana.
—La próxima semana es Chicago, pero descuida que al menos esta dentro del país —le guiño el ojo y le robo una tostada—¡Hasta el martes!
—¡Pórtate mal!—chilla una vez que estoy cerrando la puerta.
Una vez afuera, finalmente puedo quitar la absurda sonrisa que mantengo y me tomo el ascensor. Miro mi reflejo sobre los espejos de las paredes y notar que aun tengo los ojos hinchados, pero muy poco. Si Raven se dio cuenta o no, habrá pensado que fue porque recién despertaba. O tal vez no le importa, una opción que tengo más presente.
Raven es escritora de novelas adolescentes, así que siempre va a eventos de literatura donde es invitada y habla de sus nuevos libros o inspira a jóvenes a perseguir sus sueños. Tengo toda la colección de sus libros en mi cuarto, pero apenas y he leído uno de ellos. No soy una romántica aficionada, así que prefiero evitar libros o películas que hagan referencia al amor. Si escribiera terror o ciencia ficción serian mucho más interesante.
He vivido con ella cerca de dos años, y aun así no compartimos demasiado tiempo juntas. Hablamos lo necesario y a veces miramos alguna película de Brad Pitt porque nuestro amor hacia él es lo único que tenemos en común. Fuera de ello, yo siempre estoy fingiendo dentro de casa. Incluso si no está, me cuido demasiado para que el olor de la marihuana no se filtre dentro del departamento o en mi habitación. Raven tiene la mala costumbre de entrar sin tocar la puerta, así que solo me queda cerrar con llave y fumar en la ventana con medio cuerpo estirado hacia afuera con al menos tres sahumerios prendidos. También he descubierto que parece cotillear mi cuarto cuando no estoy, así que tengo un escondite para todas mis mierdas. No puedo asegurarlo, pero algo me dice que es así y no voy a esperar las consecuencias para averiguarlo.
Tengo al menos una hora para llegar a mi destino, sintonizo una estación de radio donde pasan los éxitos de los Pet shop boys. Voy entretenida sumergiéndome en los recuerdos que me traen cada una de sus canciones, y es que es inevitable escucharlos y no pensar una vez más en Trenton. He pensado montones en él desde que lo vi en La Bahía trabajando como barman, y como si fuese poco, también lo mantengo en mi cabeza por la noticia de Mikki. Me pregunto si él ya lo sabe. Mikki y Trenton siempre han sido buenos amigos, ella fue quien me lo presento aquel verano en que nos envolvimos en nuestro estúpido amor adolescente. No sé si Mikki sigue en contacto con él, le hice prometer que no me contaría nada sobre su persona nunca más. Ni siquiera si eran buenas o malas noticias. Yo estaba segura de que no querría volver a saber de Trenton Miller en la vida. Todavía sostengo esa determinación, pese que hay momentos en que me gustaría robarme el celular de Mikki y entrar a su cuenta para poder ver la de Trenton. La tiene en privado, para mi suerte, o de lo contrario me la hubiese pasado el día entero esperando a que suba una publicación o una historia para saber de él.
Pienso un momento en cambiar la estación para olvidarme de Trent un momento, pero como soy una maldita masoquista decido dejarlo al escuchar a It's a sin sonar. La voy cantando suave mientras muevo mis hombros a los compás de la música, intentando no sentirme tan identificada con la letra.
Everything I’ve ever done
Everything I ever do
Every place I’ve ever been
Everywhere I’m going to
It’s a sin
Termino con los parlantes lo más alto que dan mientras la canto con verdadera emoción. Puede que aun vea el rostro de Trent en cada acorde de la canción, pero al mismo tiempo sé que no debería dejarlo gobernar todo de mi. Le he dado tanto. Todas mis bandas preferidas, todas mis canciones favoritas, los lugares que más amo y las personas que adoro. Compartí todo con él como para dejarlo arrebatarme más de lo que ya ha hecho. Me decido a recuperar al menos a los pet shop boys y casi me salta un grito de felicidad cuando empieza a sonar West end girl.
Paro en el semáforo en rojo mientras muevo la cabeza al ritmo y golpeteo mis dedos en el manubrio. Aprovecho a mirar mi celular, tengo un mensaje de Mary Elizabeth. Hago una mueca y lo ignoro. Ya tendré que lidiar lo suficiente con ella el fin de semana como para empezar desde ahora. Sin embargo, la bocina del coche a mi lado llama mi atención. Volteo al costado y se me para el corazón al ver a Mary Elizabeth con Gregory, su padre, con su auto al lado del mío. Baja la ventanilla tan rápido que no me da tiempo siquiera de subir la mía y fingir que ni la escuche.
—¡Mei! —chilla con su insoportable voz. Plantea una falsa emoción que tengo que imitar porque no me queda de otra. —¡¿Vas para el pueblo?!
—¡Sí!—le asiento rápidamente y sacudo mi mano saludando a su padre. Gregory me sonríe sin mostrar los dientes y el ceño fruncido. Tarde me doy cuenta que han cambiado a Bob Marley y rápidamente le bajo el volumen de la música.
—¿Qué escuchabas? Sonaba fatal—dice con inocencia fingida a la vez que le echa una mirada despectivo a mi auto.
—No lo sé, solo estaba en la radio.
Para mi suerte, el semáforo se pone en amarillo.
—¡Nos vemos en el almuerzo!
Ellos arrancan antes que yo y por poco no me quedo como tonta ahí estacionada. Un bocinazo de atrás me saca de mi sorpresa y arranco el auto yendo la velocidad más reducida para no llegar junto a ellos. Puta madre, ¿acaso Gwen invito a los Garrell a almorzar? Pensé que solo la vería el domingo.
Mi celular suena con un nuevo mensaje y no dudo en abrirlo a ver si es esa bruja de Mary Elizabeth, pero solo es Jude, así que apago el celular sin más. Sabe perfectamente que los fines de semana no entran en discusión a menos que sea para algo sumamente importante del instituto, y considerando que ayer termine toda la tarea que nos dieron para este fin de semana, me doy por librada de su presencia hasta el lunes en la mañana. Tengo otros asuntos mas importantes que atender.
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Tenemos la tradición de hacer barbacoas los sábados para pasar tiempo en familia. Los domingos estamos súper ocupados con la misa y las reuniones de alcohólicos anónimos, por lo que aprovechamos los sábados para disfrutarnos entre nosotros y comer algo rico en el almuerzo. Jake y yo solemos hacer las ensaladas mientras mama se ocupa de la parrilla y papá se mantiene atento de servirnos aperitivos y refrescos y de preparar el postre. Intento no perderme una sola barbacoa familiar desde que me mude a San José. Todavía se siente raro no vivir con ellos y desearía pasar más tiempo este año, dado que el próximo iré a la universidad y enserio espero que esta esté en otro continente. No es no ame a mis padres, los amo y muchísimo; después de todo, yo no tendría esta vida si no fuese por ellos. Sin embargo, estar sujeta a ellos implica seguir sosteniendo una persona frente a ellos que no soy en realidad, y hasta hace un tiempo estaba bien para mí, pero hay momentos en los que me siento saturada y necesito maldecir antes que me deshidrate.
Rara vez tenemos invitados a nuestras barbacoas familiares, pero siempre son las mismas familias que se nos unen: los Garrell y los Johnson. Ambas han venido a nuestra iglesia desde el comienzo y hasta hace unos pocos años han empezado a tener un poco mas de dinero que el resto de la gente que vive aquí, por lo que se creen los nuevos ricos que ya hacen sus compras en San José y no visitan mas tiendas de segunda mano para poder adquirir una prenda nueva.
Los Garrell tienen dos hijos: Mary Elizabeth y Morgan. Mellizos de ojos claros y cabello castaño. Uno peor que el otro. Mary Elizabeth tiene el don de fastidiar a quien sea, siempre intentando sobresalir con nada de humildad pero es lo bastante inteligente para hacerse ver como una chica buena delante de los mayores. Morgan es un gay reprimido que detesta todo lo que este sucio y tiene una obsesión porque su jopo se mantenga en alto. Los dos son tan juiciosos que pensarías que Cristo dijo que asesinaran a aquellos que no pensaran como él. Todo lo que no esta políticamente correcto en cuanto a la religión lo aborrecen al igual que sus padres.
Luego están los Johnson, que estos tampoco son mejores. Ellos tienen dos hijos también, porque al parecer todas las familias religiosas constan de un hijo y una hija —y nos incluyo en esto. Caitlyn es tan odiosa o mas como lo es Mary Elizabeth, pero así de bien se llevan las dos por ello, y después esta su hermano Jason, que puede que sea mucho más agradable que los tres anteriores, no le quita que a veces puede ser un idiota.
He tenido que fingir ser amiga de estos estúpidos solo porque nuestros padres se llevan bien y los suyos han ayudado a los míos a remontar con la iglesia y la fundación. Además, cada vez que me negaba a jugar con ellos, William o Gwen me preguntaban por qué no quería ser amiga de ellos si eran buenos conmigo. Creo que no les basto la sinceridad que arremetió contra mí con apenas ocho años.
—Los repudio. Mejor si se meten el dedo en el culo para entretenerse en vez de molestarme con sus juegos de mierda.
Me valió media hora en el rincón y de enjuagarme la boca con agua al menos diez minutos por hablar de esa manera. Y para lo peor, tuve que jugar con ellos. Decidí que si a mis padres les hacia feliz verme con los mojigatos, entonces lo haría con tal de no verme en aprietos de nuevo. Jugué con ellos y me cobre cada una de sus jugarretas malintencionadas sin levantar sospecha alguna, siempre con mi cara de niña buena y de desentendida de cualquier asunto por el cual me culpaban. Aprendí a mentir y a salirme con la mía, jamás dejando entrever la maldad en mis acciones.
Nos encontramos en el patio sentados en la mesa de madera que papa construyo hace algunos años. Ya terminamos de comer, por lo que ayudo a mamá a dejar el postre en la mesa y servir a cada uno su porción del tiramisú. Para mi suerte, no cruce demasiadas palabras con el cuarteto de idiotas, me senté a un lado de mama y me asegure de levantarme en todo momento para ayudarla con los invitados. No tengo ánimos para soportarlos este día.
—Vimos a Mei en la carretera de aquí —dice el señor Garrell, devorando su porción—Iba escuchando una música extraña. Creo que era ese sujeto de rastas que fuma yerba. No deberías escucharlo, cariño. Es una mala influencia.
Will voltea a mirarme al igual que Gwen, ambos serios.
—Seré más cuidadosa la próxima vez —sonrió de oreja a oreja, como si no me afectase y decido servirle otra porción. Me sonríe y le devuelvo el gesto de regreso. Ojala el viejo estúpido se atore y se muera.
—¿Fueron a la ciudad?—pregunta el señor Johnson.
—Sí. Fuimos a San José a comprarle un vestido a Mary Elizabeth para el baile de cydonia.
—¡El baile! —chillo la señora Johnson—Casi lo olvido. Tenemos que ir a comprarte un vestido, cariño.
—Te lo he dicho desde la semana pasada, mama —dice Caitlyn. La veo contenerse de no revolear los ojos.
El baile de cydonia es un baile local que se hace todos los años al comienzo de octubre para celebrar la cosecha nueva. En New Paradaise, todas las calles están adornados por arboledas de cydonia que maduran en esta época del año, por lo que las personas organizan un baile. Hace tiempo la iglesia se involucro en este festejo, por lo que ahora, además de festejar, se realizan una especie de ritual en que los jóvenes juran castidad hasta el matrimonio y quienes ya lo han jurado pueden conocer a otras personas que ya lo hayan hecho. Es como si el baile fuera una presentación formal para los padres, para evaluar al sujeto en cuestionar y decidir si darle la bendición a la pareja. Mary Elizabeth sale con un chico de su secundaria que viene a nuestra iglesia y Caitlyn ha estado súper envidiosa por ello, así que de seguro aprovechara para poder hacerse de un noviecito. Morgan podrá reafirmar una heterosexualidad que no posee mientras que Jason... bueno, él no ha dicho nada en todo el almuerzo más que leer el libro que sostiene en sus manos.
—Queríamos preguntarles algo, y espero que no se lo tomen a mal —dice Lauren Johnson a mis padres.
—Habla con confianza, Lauren. Estamos en familia —le anima Gwen bebiendo su copa de jugo.
—Bueno...—se echa una mirada emocionada con su marido, quien sonríe y asiente —Hemos estado pensando y nos gustaría que Jason y Mei fuesen juntos al baile de cydonia.
Se me cae el tenedor hacia el plato. Los miro a los Johnson, a mis padres y por último a Jason, quien levanta la mirada de su libro. Nuestros ojos se encuentran porque ambos sabemos que significa eso: noviazgo con un anillo de castidad que nos condenara a casarnos algún día. Es algo así como un compromiso forzado, porque nuestros padres empezaran a tratarse como consuegros, como familia, prácticamente. Veo el terror en los ojos de Jason y quiero decirle que se niegue el primero, pero no dice absolutamente nada.
Mierda, mierda.
—¿Con Mei?—Gwen me voltea a mirar mientras una sonrisa intenta formarse en su rostro, pero la disimula bien—Bueno, nunca he pensado que Mei y Jason...
—Solo es un baile. No es como si fueran a casarse —aclara Gregory, intentando mantener la simpatía a flote.—Seria un problema que el único pastor que pueda casarlos sea el mismo que lleve a la novia al altar.
Todos se echan a reír por el chiste. Incluso yo finjo una risita que me sale algo histérica. Todos se ríen menos Will. Él se mantiene exceptivo, jugando con el último pedazo de tiramisú. Lo veo juntar sus labios y parece que va a mordérselos, pero finalmente se lleva el gran pedazo de helado en la boca. Tras unos segundos, traga y se limpia los labios con una servilleta. Levanta la vista y sonríe.
—Sería ideal que los niños pudiesen decidir si irán juntos o no. Que estos costales viejos no intervengan antes que se echen a correr.
Es suficiente para que el tema quede terminado. Comparto una mirada con Jake que está a mi lado y este simula limpiarse la frente de sudor. Yo puedo respirar bien gracias a papá. Él jamás me obligaría hacer algo que yo no quisiera.
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Tras la marcha de los estorbos y luego de limpiar lo ensuciado, Jake y William se van a la iglesia mientras Gwen y yo nos quedamos en casa tejiendo. Estamos haciendo bufandas, guantes y gorros para repartirlo en el pueblo a las personas con menos recursos. Lo que sobre tengo que dejarlo en la iglesia de San José para que se reparta a la gente en situación de calle. Se acerca el invierno y hacerlo de antemano nos prevé a no quedarnos cortas de material como los años anteriores.
Mi madre es todo lo que imito. Ella es una mujer divertida, dulce y amable por naturaleza. Le gusta reírse a carcajadas limpias, bailar the Lennon sisters y hacer tortitas para repartirlas a los vecinos. Todo el mundo la quiere porque saben que no tiene maldad, que si puede que su carácter de miedo a veces y que es mejor no hacerla enojar, pero que es todo un sol al momento en que la conoces. No me extraña que Will quedase prendado en ella, incluso si en esa época era un alma errante del buen camino.
—¡He acabado!—exclama contenta dejando de lado el gorro negro junto a los demás. Yo todavía no acabo el mío. Es súper rápida con sus manos—¿Todavía estas en ese tortura? Ven, dame.
—Está bien, yo puedo...
Pero Gwen me lo arrebata y rápidamente se pone manos a la obra.
—Gracias, mami.
—No permitiré que mi hija pase todo el día con esto —me guiña un ojo.—Mejor sigue con esa bufanda que has dejado por la mitad.
El cansancio se asienta en mis hombros mientras tomo el trabajo anterior a medio hacer y empiezo a tejer, a ver si de esas término de una buena vez con esta mierda.
—¿Qué tal la escuela? ¿Qué tal tu primera semana?
—Tranquila, por el momento. Han llegado tres honey's nuevos.
—¿Tres nuevos?—se sorprende—Los demás chicos no pueden encontrar a honey's buenos, ¿cierto?
—Mmm, eso parece—le miento. Es mejor que piense eso antes que decirle que en verdad es porque terminan espantados.
—¿Y qué tal es Jude contigo? ¿Se ha portado bien?
—Claro que sí. Ya sabes que Jude es un chico muy aplicado.
—Eso está bien. No deberías seguir trabajando con él si al final haces todo su trabajo.
Intento no mostrar ningún movimiento de mi cuerpo que le dé una sola idea de que le ha pegado a todo. Jude es un idiota que me obliga a hacer su tarea. Y no trabajo con él, sino para él, que es algo muy distinto porque si así fuese estaríamos en el mismo eslabón. Me gustaría pensar que haría Gwen si supiera todas las jugarretas que he tenido que aguantar de su parte. Saboreo la paliza imaginaria que mi madre le brindaría por cabrón.
—Mei.
—¿Si?
—¿No has pensado sobre ir con Jason al baile?
Levanto mi mirada de mis manos tejiendo y le miro sorprendida. Gwen me mira esperando mi respuesta. Meneo la cabeza.
—No me gusta Jason.
—Ha cambiado desde que te fuiste. No te he visto compartir mucho con tus amigos de aquí. Quizá hasta te sorprenda.
Me contengo para no reírme en su cara. Valdría un zape bien merecido.
—Es que es Jason. Mi amigo Jason. No me gustaría que nada cambiara solo por intentar algo que, a fin de cuentas, terminara en fracaso.
—No seas pesimista, cielo. ¿Cómo puedes saber que será un fracaso? Ni siquiera lo has intentado.
No quiero ni intentarlo. No merece la pena tener que desperdiciar mi tiempo con ese tonto. Pero Gwen no parece que se quedara tranquila con solo decirle ello.
—Me lo pensare —le sonrió ante su mirada emocionada—Pero no digas nada a su madre ni a él. No quiero tomármelo a la ligera.
—Me parece bien —asiente contenta—Jason es un buen chico, además nos daría seguridad a tu papa y a mí de que sales con alguien como él. Últimamente, las jóvenes hoy en día no saben elegir un buen partido. ¿Has sabido de la hija de la señora Bloom?
—¿De Marianne?—inquiero distraída. Ojala esta conversación no nos lleve a cotillear sobre la vida ajena de las personas del pueblo.
—Tenía una relación a distancia con un muchacho de la ciudad. Al parecer no era tan muchacho y estaba casado.
—Oh, que lastima —comento sin darle mucha importancia.
—Y ahora está embarazada—levanto la mirada al escuchar lo ultimo, sintiendo mi corazón detenerse al instante—¿Puedes creerlo? Dieciocho años y ya será mama. —las facciones de Gwen se endurecen. Voltea a ambos costados antes de acercarse hacia a mí, apunto de compartirme un secreto—No se lo digas a nadie porque tu papá me lo tiene prohibido, pero tú y yo compartimos muchos secretos —me da un golpecito de colegas en el brazo. Asiento rápidamente—Han ido a la iglesia a pedirle que la ayudase a abortar.
Siento la necesidad de golpearme la cabeza contra el suelo de solo oírle decir semejante disparate. No me la puedo creer, ¿enserio se fueron a una iglesia a pedir un aborto? ¿Es que no podían irse a otro lado a pedir ayuda? ¿Justo tiene que ser con un pastor? Pero no le digo a mama que realmente pienso que Marianne y su madre son unas estúpidas. Debió haberle hecho un aborto casero, aunque eso tampoco asegure el bienestar de Marianne al momento de hacerlo.
Me corre unos escalofríos por la espina dorsal de solo recordar lo vivido hace meses atrás.
—¿Papa que dijo?
—Pego un grito al cielo, por supuesto. Se enojo tanto que grito. ¿Puedes creerlo? Hace más de diez años que no lo escuchaba gritar.
Yo nunca lo escuche gritar en la vida sino era para alentarme en los partidos de básquet.
—¿Y qué paso al final?
—Pues, las convenció de que lo tuviesen. Que era mejor que sea madre soltera a que asesinara a su hijo. Y estoy de acuerdo con ello. Abortar es lo mismo que matar—arruga la nariz y menea con la cabeza—Yo jamás podría vivir con eso en mi consciencia. Nunca.
Tengo que apretar mis dientes para no decirle que no creo lo mismo que ella. Que abortar no es lo mismo que matar; no son sinónimos. Que yo aborte y que no me arrepiento para nada. Que me pesaría mas en la consciencia las miradas decepcionadas de ellos por revelarles que en verdad soy una zorra y me quede embarazada siendo una cría. Lo pienso una y otra vez en mi mente e intento imaginar su reacción, pero no veo más que horror de su parte.
No digo nada y el tema queda ahí.
Jaeger.
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Re: The Honey System
Capitulo 05.2
Honey is Mei Maddox and Master is Jude Uddobain Jaeger.
- fucking liar:
- Después de preparar la cena con mamá y de comer, nos tiramos los cuatro al sillón a mirar la Pasión de Cristo en silencio. De vez en cuando, papá cita algunos pasajes de la biblia y mama tiene que decirle que se calle y la deje concentrarse en la película. Jake tiene la caja de pañuelos descartables para ambos porque los dos se emocionan un montón en toda la peli. Yo intento fingir que no me aburre a horrores, y no es que no me ha hecho llorar alguna vez, es que la he visto tantas veces que soy inmune.
Creo en Dios y en Jesucristo. Rezo todas las noches por mis padres, mi hermano y mis amigas. Le pido perdón por mis pecados y le agradezco todos los días tanto lo malo como lo bueno. Hay veces en que simplemente cierro los ojos y oro con todo mi corazón. Los domingos voy a misa y realmente entrego esa hora de mi vida al Señor. Puede que esto sea motivo de burla de mi atea preferida, Mikki, pero yo no puedo negar el núcleo de mi familia: Dios. Mis padres hallaron el perdón en sí mismos en el camino al cielo que le prometen, y de ser drogadictos, alcohólicos y problemáticos con la ley pasaron a ser el pastor de una iglesia y maestra de una escuela y principales rostros de una fundación que ayuda a muchas familias y personas desamparadas. Que han mejorado como personas y han construido algo hermoso entre ambos con Dios como su guía.
Soy la oveja negra de esta familia, por más que me esfuerzo en encajar y cumplir con todas sus expectativas. Pero en realidad no soy más que una falsa. Soy una mentirosa de mierda que le vale los mandamientos, estoy en desacuerdo con todo lo que la mujer representa en la biblia y he pecado tanto que hay cosas de las que ni me acuerdo ni tampoco me arrepiento. Entonces, con todo esto en mente, lo último que le estoy pidiendo al Señor es que me dé paciencia: paciencia para poder soportar este último año e irme lejos. Ya no tener que fingir delante de quienes amo y orar porque me acepten tal cual soy el día de mañana. Necesito irme lejos porque a veces me siento ahogada estar viviendo así. Ya no quiero hacerlo, solo que me he enredado con todas estas mentiras que ya no sé como librarme de ellas sin tener que confesarme por todo.
Observo a Will sonarse la nariz a la vez que susurra una oración de perdón: perdón por los pecados que todos conocemos, que no merecemos tanta misericordia y tanto amor que Jesucristo hasta dio su vida por nosotros. Yo no me siento de esa manera, por más que quiero. No siento culpa de que alguien haya muerto por mí. Y se siente horrible tomando en cuenta mi educación religiosa.
Me tomo años desconstruirme poco a poco y asimilar que la religión solo te implica la culpa para hacerse devoto a ella, aunque no necesariamente tenga que ser así. Si Jesucristo murió por nosotros, no deberíamos sentirnos culpable por su acto de amor. Yo moriría sin dudarlo dos veces por mi familia, sobre todo por William. Moriría y reviviría para volver a morir. Iría al infierno por el más de tres días. Me quedaría una eternidad con tal de que Will siga sonriendo y haciendo chistes malos, que Gwen pueda seguir dándoles clases a analfabetas y tejer gorritos y bufandas para la gente de la fundación, para que Jake siga yendo a sus clases privadas de violonchelo y lea sus comics. Haría lo que fuera.
Una vez que termina la película, mis padres se toman un momento para limpiarse los mocos y las lagrimas. Comparto una mirada con Jake en la que nos divierte su emoción y es el primero en sugerir que oremos. Y eso hacemos, nos tomamos de las manos y oramos. Pedimos perdón, agradecemos por lo bueno y por lo mano, pedimos estabilidad y salud para todos nosotros y todo el mundo, y, al final, papá pide que nos abracemos con fuerza para recordar que el amor entre nosotros cuatro es más fuerte que cualquier cosa.
El tierno momento no se disipa porque vamos a comer lemon pie que hornee esta tarde y nos sentamos a jugar al Uno como solemos hacer. Los Beatles nos acompaña de fondo y las risas cantarinas de mi familia adornan las melodías.
Con el timbre sonando en la puerta, el hermoso ambiente desaparece. Ley de la vida o ley que se convierte cuando el engendro aparece de pronto. Jake llega con Jude en el momento en que le lanzo un +2 a Will, pero este ni refuta porque suelta las cartas de golpe al verlo entrar. A mí se me abren en grande los ojos y lo miro con el odio mas disimulado que puedo. El engendro no me mira, simplemente mantiene esa sonrisa inocente y simpático en dirección a mis padres.
—¡Jude, muchacho! —papa se levanta de su asiento y camina hacia él, abrazándolo al llegar y dándole dos palmadas en la espalda—¡Qué bueno es verte!
Tengo que fingir una sonrisa mientras pienso porqué lo extraño tanto si hace dos semanas lo vio.
—Jude, que agradable que estés aquí—mama es la siguiente en levantarse y le da un beso en cada mejilla.
—El placer es mío, Gwen, Will. Y tú también Jake —le guiña el ojo y levanta una bolsa hacia arriba—Tenia estos comics en casa, ya los leí. ¿Los quieres?
—¡Pero por supuesto! —el traidor de Jake se pone a saltar de la emoción y por poco no se pone a llorar—¡Son las primeras ediciones de Spiderman! ¡Gracias Jude!
—No hay de qué —voltea a mi madre y levanta la otra mano—Le compre este vestido a mi mama, pero me ha dicho que ya lo tenía y me pareció conveniente regalárselo a usted. ¿No le molesta?
—Ay, Jude —mama se pone roja y menea con la cabeza—No puedo aceptarlo.
—Por favor, acéptelo o va a herirme —le toma la mano a mama con mucho respeto y le deja la bolsa para volver a colocarlas juntas hacia delante.
—Acéptalo, cielo. Te lo está dando de corazón—Will pone un brazo alrededor del hombro de mama, trayéndola hacia él mientras una gran sonrisa se le extiende.
—Oh, y no me olvide de usted…
—No, no —papa levanta una mano—Ya he tenido suficiente con el traje que me regalaste, Jude. Y debo decirte que me ha sido de gran ayuda. Por favor, no.
—Temo que ni a Sol ni a mí nos gustan los mariscos, y ciertamente he pensado en usted después de pescar este gran salmón rosado…
A Will se le escapa una exclamación ahogada. Él ama el salmón y los mariscos.
—Te lo está dando de corazón—le retruca mama divertida y a la vez conmocionada.
Papa se avergüenza aun más que Gwen, pero termina aceptando y le da otro abrazo a Jude. Siempre hace eso cuando viene. Es como Santa, trae regalos para todos y se las ingenia con esas ridículas excusas. Su colección de los comics jamás las regalaría, esas deben ser nuevas y le habrá ordenado a Sol que saque las envolturas. Nunca regalaría algo que le ha comprado a su mama, ni porque lo tenga como cien veces. Y Jude no pesca, no me jodas.
En su vida habrá agarrado una caña de pescar, ni siquiera deben haber salmones en esta zona para cazar. A veces no entiendo con que tanto afán insiste en caerle bien a mi familia. ¿Es que acaso es su manera de tenerme de la vagina para que no renuncie o qué?
Me levanto para no levantar sospecha alguna de mi desagrado por su dichosa manera de sobornar a la gente que amo, así que coloco mi mejor sonrisa y finjo que estoy feliz de ver a este estúpido aquí. Finalmente su mirada recae en mí con cierta malicia disfrazada, levantando sus comisuras en alta y presumiendo su dentadura de conejo. Lo ves y parece un buen chico que ha sido bien educado, es respetuoso y no rompe un plato.
Los ovarios son lo que rompe, y exactamente los míos.
—Hola Jude. ¿Qué haces aquí tan tarde?
—Lo siento, sé que he tardado —se acerca a mí y de la mochila que lleva colgando saca una caja de chocolates. Me la tiende. Lo observo sin entender—Ya no te enojes y contesta el celular cuando te llame, por favor—pone esa voz de pobre chico que no se la creo para nada, pero los demás sí. Noto el ceño fruncido y la confusión en mis padres y en Jake—Te dije que tardaría un poco en conseguir los chocolates que te gustan, así que ya no estés enojada, ¿si?
—¿Ah?
Miro la caja de chocolates, luego a él y después a mis padres. Estos se ven sorprendidos y molestos por una actitud caprichosa que no tuve. ¡Si le dije que no quería los jodidos chocolates sino una maldita blusa que estoy usando!
—Grace Madison Maddox, ¿acaso estas pidiéndole cosas de más a Jude? —regaña mi madre con las manos en la cintura —Que te he dicho que estés peleando a Jude por algo tan tonto.
—Si quieres chocolates tienes que comprarlo con tu dinero. Ya no tienes ocho años para estar amenazando a tus amigos—esta vez es el turno de papá, aunque él es más suave.
Se me abre la boca en grande mientras tanto de pensar una manera de explicarles. Observo a Jude con ira contenida, como esta de espaldas de mis padres no pueden ver esa sonrisa engreída en su rostro, feliz de salirse con la suya. Este es su castigo por no contestarle las llamadas ¿eh?
Pese a que se me aligera la mano con tal de darle un puñetazo, simplemente sonrió con disculpas y le doy un abrazo a mi gran amigo Jude, apretándolo más de lo debido con gran disimulo.
—Te voy a matar —digo muy bajito y con los dientes apretados.
—Contesta la próxima vez y no tendremos todo este espectáculo —replica de vuelta en susurro.
Después de otro regaño no merecido, empezamos la partida de nuevo con Jude y Sol, quien ha entrado un minuto después de Jude. Les sirvo una porción de lemon pie y estoy tentada a escupirle al del estúpido si no fuese porque pueden verme desde la sala. Adiós a mi buen humor y al hermoso ambiente familiar que teníamos. Es más, cambio los Beatles por los Aretha Franklin, porque siempre soy un poco más rebelde con ella.
—¿Cómo han estado tus padres, cariño? —pregunta mamá sirviéndole café a los invitados.
—Han estado muy bien, gracias por preguntar.
—De seguro deben estar muy ocupados. ¿Les has llevado mi tarta de manzana?
—Si y les ha encantado. Les agradece por el gesto y esperan poder visitarlos pronto.
—Que no se preocupen por nosotros, de seguro no tendrán tiempo—le dice papa.
—De todas formas, desean verlos nuevamente.
—Por cierto, ¿Dónde dormirán esta noche?
—En un hotel.
—De eso nada—papa menea con la cabeza—Tenemos un cuarto de mas. Sol puede dormir allí y Jake con Mei. ¿Les parece?
Jude se rasca la nuca con pena que el idiota no tiene.
—No lo sé, no quiero incomodarlos.
—Por favor, cielo, tu nunca nos incomodas—mama le regala una gran sonrisa. —Los chicos no tienen problemas con compartir habitación. ¿Cierto?
—Mamá, ¿yo no puedo dormir con Jude? —pregunta Jake ilusionado—Quiero mostrarle mis nuevas figuras de acción y también mirar alguna peli. ¿Qué dices, Jude? ¿Se puede?
No quiero que mi hermano se vea involucrado, por lo que le paso un brazo por sus hombros y lo tiro hacia a mí.
—Oye, Jude tiene que descansar bien. Mejor duerme conmigo que hace tiempo no tenemos tiempo entre hermano y hermana, ¿Qué tal?
Jake no parece del todo contento, pero mis padres no se ven convencidos que perturbe el descanso del invitado, así que solo asiente con una sonrisa.
—En verdad, sería divertido que hagamos una pijamada —replica Jude, como siempre, llevándome la contra.
Jake festeja feliz mientras mis viejos siguen preguntándole a Jude si está seguro, a lo que responde que sí. Me duele la cabeza y casi quiero morir en este momento. Comparto mirada con Sol y él tiene la misma mirada que yo, pues después de seis meses trabajando juntos me he dado cuenta que es tan infeliz como yo en su trabajo. Maldito niño rico y mimado.
Al menos en la comodidad de mi cuarto, escucho música mientras termino de tejer la bufanda que le prometí a mama que terminaría en la noche. Escucho dos golpecitos en mi puerta. Solo espero que no sea Jude, Dios.
—Pase.
—Permiso —Will es quien entra, gracias al cielo. Trae consigo dos tazas. Me levanto de la cama rápido para ayudarlo—Descuida, solo cierra la puerta.
Lo hago y ambos nos sentamos en la cama. Las noches que duermo aquí es mi tiempo preferido, pues Will siempre se hace un tiempo en venir a darme las buenas noches con una taza de chocolate caliente aunque mama odie que haga eso porque teme que tenga pesadillas en la noche. Odio lo dulce, eso incluye esto, pero nunca rechazo nada viniendo de papa.
—Gracias, papi —sonrió y le doy el primer sorbo. Finjo felicidad al probarlo. Realmente lo odio—¿Mamá?
—Está hablando con Sol y preparándole su cuarto. Él insiste en que lo hará pero ya conoces a tu mamá —pone los ojos en blanco con cariño y diversión—No hay nada que la pare.
Me rió por ello de solo imaginarme al pobre de Sol dejarse servir cuando es él quien sirve siempre.
—Grace, recuerda que tienes que ser buena y agradecida con Jude —sermonea papá mucho mas suave, volviendo el tema de mi supuesto chantaje. Intento que no se me note el fastidio—Si necesitas dinero, puedes pedírmelo a mí. Ya sabes que todavía guardo el dinero que Jude nos envía mensualmente por tu trabajo. Después de todo, es tuyo.
—Ya te dije que no lo necesito. Ustedes y la fundación lo necesitan más. Solo pongo mi granito de arena a la comunidad.
Will sonríe y me acaricia el cabello.
—Lo sé, pero eres mi niña y mientras seas mi ángel no vas a hacerlo.
—Si es así, creo que nunca podre hacerlo, papa.
—Puede que tengas razón—se ríe y bebe su taza de chocolate. —Sabes que estoy agradecido con tu ayuda y el aporte de los Uddobain Daffoddil. Sin ustedes, seguramente nosotros…
—No empieces—papá siempre lanza el mismo discurso de agradecidimiento y prosigue por pedirme perdón por no ser lo suficientemente capaz de darnos una mejor vida a nosotros como a las demás personas. A veces no entiendo porque se castiga tanto. Cada uno hace lo que puede, esa es la verdad. —Ya haces demasiado.
—No mas que tu, mi ángel—deja una mano en mi mejilla que cubro con la mía, admirándolo con amor. —Si quieres algo, chocolates, ropa, dinero o lo que sea, se lo pides a papa, ¿sí?
—Sí, papi.
—Bien, ahora date vuelta que voy a cepillarte el cabello.
Suelto una risita que él acompaña. Desde niña, papá siempre ha cepillado mi cabello con una taza de chocolate caliente en mis manos. Mientras siento las cerdas del cepillo pasar con cuidado por el largo de mi cabello, lo único que pienso es que hubiese pasado conmigo si Will no me habría elegido. Fue él quien se acerco a mí ese día, pues Gwen se encontraba en la oficina hablando con las cuidadoras.
—Hola tú —se acerco a mí, aunque no demasiado. Estaba vestido con un traje demasiado formal para un orfanato de esa talla.
Yo estaba sentada en una esquina, castigada. Le había golpeado a un niño con una silla en la cabeza y tuvieron que llevarlo al hospital porque le abrí una herida. Tenía que estar parada hasta que las cuidadoras decidieran cuando ordenarme ir a la cama sin comer.
Le mire sin más, desconfiada. Will estaba a cinco metros de mí, sonreía tanto que se pronunciaban las patas de gallo en sus ojos, pero no perdían encanto por ello.
No le respondí.
—Me llamo William, puedes decirme Will. ¿Tu cómo te llamas?—No le respondí, espero unos segundos pero nada—Me dijeron que peleaste. ¿Quieres decirme que te hizo ese niño?
Desconfié aun más por su pregunta. Ni siquiera las cuidadoras me lo habían preguntado cuál fue la razón.
—¿Me cuentas? Lo mantendré en secreto. Palabra de explotador—juro levantando la mano en alto.
Lo observe un poco más antes de contestar.
—Me pego.
—¿Te pego? —arrugo la frente, preocupado. Parecía también triste. —¿Quieres mostrarme donde te pego?
Menee la cabeza.
—Vamos, muéstrame que puede ser algo grave. ¿Te dolió mucho?
Asentí, esta vez más tímida y un poco más sensible. Si me había dolido. En verdad, siempre me dolía ser golpeada sin razón alguna, solo ser el saco de boxeo de los niños más grandes, más conscientes de su situación que yo misma. Me levante la blusa y le mostré: tenía moretones de color violeta en mi cinturita que llegaba hasta la cadera. Los ojos de Will se volvieron más tristes, era como si quisiera llorar.
—Oh, eso está muy mal. Tu solo te defendiste, ¿no?
Me temblaba el labio inferior al asentir, mis ojos se llenaron de lágrimas que me esforcé en no soltar en ningún momento. Pero mi corazón se rompía porque era un momento tan único y desconocido para mí. Alguien se estaba preocupado enserio por lo que me sucedía, no hacia oídos sordos ni miradas ciegas.
—¿Te duele mucho?
—Un poquito —me refregué los ojos con mis manitas.
—¿Quieres un abrazo? —formo una sonrisa dulce y a la vez muy triste. Creo que tenía los ojos lagrimosos como yo, lo recuerdo porque me hicieron pensar como él podía ponerse triste por mi—Un abrazo siempre me hace sentir mejor cuando me duele algo. ¿Crees que pueda abrazarte?
Me pregunte si eso me haría sentir mejor. Si algo como un abrazo podría funcionar. Pero me anime a intentarlo y deje que me abrazara. Will se acerco despacio y se agacho. Me dio un abracito pequeño al principio, no fue hasta que empecé a sollozar que sus brazos me envolvieron por completo. No sé cuanto duro el abrazo, solo que empezaba a atardecer y que una cuidadora tuvo que pedirle que me soltase porque debían llevarme a la oficina para hablar con la rectora del lugar. Le mire esperando a que no hablase, Will solo me guiño el ojo y me soltó, no sin antes prometerme que vendría pronto a verme.
Y lo hizo. Lo hizo por tres años y tres veces a la semana. Cuando no venía en una semana, me sentía triste y solía llorar a escondidas, siendo consolada por Mikki cuando me encontraba. Llorábamos juntas porque Will y su esposa no llegaban. Lagrimas que se reemplazaban por sonrisa y felicidad cuando los veía llegar con juguetes para todos los niños y muchos dulces.
Hace diez años solo era otra huérfana sin hogar y sin amor. Hoy tengo a mi familia que amo con todo mi corazón.
Will termina por cepillarme el cabello y recoge las dos tazas. Me da un beso en la frente.
—Te amo mi angelito.
—Yo también te amo, papi —le digo con sinceridad y le doy un beso en la frente, haciéndole sonreír aun mas. Nos abrazamos cortamente y me da otro beso.
—Descansa, nena. —dice abriendo la puerta con la mano libre.
—Tú también, sueña con los angelitos.
—Siempre sueño contigo—me guiña el ojo y pongo los ojos en blanco, divertida por su piropo—Tú sueña con unicornio y cosas así, nada de chicos.
—Ninguno es como tú, ¿Cómo podría?
Suelta una carcajada y me lanza un beso en modo de despedida. Me quedo mirando la puerta con la hermosa sensación de ser amada y amar. Mi papa es el amor de mi vida, y enserio nadie podría ocupar el lugar que tiene en ella.
La puerta de mi habitación vuelve a sonar y de inmediato doy el permiso de entrar. Pienso que es Will que había olvidado de decirme algo, pero Jude entra por la puerta y la cierra tras sí. Sonríe divertido por el evidente fastidio con el que le recibo, demasiada decepcionada y sintiendo como la alegría de hace un momento atrás desaparece. Le ignoro y vuelvo a tejer la bufanda roja, no me falta demasiado para terminarla.
—No sabía que tejías —dice acercándose hacia el escritorio. Le observo de reojo sentarse en la silla de mi escritorio y toma uno de los albumnes de fotografías.
—Deberías pedir permiso primero antes de abrirlo.
—Sí, lo siento. Me olvide —se disculpa con nada de interés y sin sinceridad. Parece más entretenido pasando las páginas, las observa cuidadosamente y se toma tu tiempo antes de continuar—¿Cuántos años tenias cuando te adoptaron?
Me acomodo en la cama antes de contestarle, algo incomoda. No es que me avergüence o me haga sentir mal ser adoptada, creo que estoy mucho mejor de lo que pudiese estarlo con mis padres biológicos, independiente si no se quienes son. Nunca sabes donde pudiste terminar con los progenitores poco adecuados.
—7 años.
—¿Y te adoptaron de inmediato?
—Lo consiguieron después de un tiempo—le explico sin más.
—¿Quién de los dos no puede procrear? —esta vez pregunta mirándome. Le devuelvo la mirada con el ceño fruncido, cansina de tanto interrogatorio—Nunca me has contado de ello.
—Aja, porque nosotros nunca hablamos estas cosas, Jude.
—Deberíamos, entonces —gira la silla hasta quedar frente a mí con las piernas cruzadas, deja el álbum en su regazo.
—¿Por qué te interesa?
—Porque estoy particularmente interesado en ti, Grace.
Pongo los ojos en blanco por su coqueteo directo y vuelvo a mi trabajo de tejer. Prefiero ignorarlo antes de permitir saberle demasiado. Tengo problemas en unas puntadas, por lo que tengo que desarmarlo y volver a empezar. Me frustro fácilmente con esto porque pone en juego la poca paciencia que vengo gastando con las miles de cosas que suceden. Estoy a un respiro de lanzarlo por la ventana.
Antes que pueda hacerlo, Jude me lo arrebata de las manos.
—¿Qué haces? —le miro incrédula al verlo tejer con tanta agilidad—¿Cómo es que…?
—Mi abuela era una dictadora. Nos castigaba de esta manera cada vez que peleábamos —explica sin más.
—¿”Nos”?
—Al pelelé y a mí.
Se refiere a Keffeth, su primo paterno. No entiendo por qué lo odia tanto si el borde es él y no Keff. Este tiene más razones para odiarlo y comparto sentimiento.
—¿Alguna vez te has llevado bien con él?
Hace una mueca de asco.
—Claro que no. Yo no me junto con pordioseros.
—Pero es tu familia…
—Deja de ofenderme —dice en tono burlón, aunque está claro que quiere dejar el tema de Keff atrás.
Jude sale del enredo en el que me metí y vuelve a depositar las agujas y la bufanda en mis manos.
—Sigue. No voy a terminarlo por ti. —se dispone a abrir nuevamente el álbum de fotos y seguir ojeándolo. Yo refunfuño miserable, odio tejer.
—Deberías irte antes que mis padres entren. No les gustara verte aquí—le digo con toda la intención de echarlo. A ver si me deja joderme sola.
—Me encontré a tu padre camino aquí y le avise. Dijo que no nos quedáramos despiertos hasta muy tarde.
Desgraciado de mierda.
Unos veinte minutos después, se me escapa un suspiro sincero tras dar la última puntada. Finalmente termine esta maldita bufanda, así que al diablo: le voy a clavar las agujas a ver si se larga. Antes que siquiera pueda advertirle su cruel destino, Jude se levanta y me quita la bufanda, abriéndola a lo largo.
—¡Ey!
—Tejes como mierda—se mofa señalándome las partes mal hechas—Tu madre dijo que era para las personas en situación de calle, pero tampoco deberías dejarlos pasar vergüenza.
—Que te importa si tu no la usaras—me incorporo en mi intento arrebatársela, pero se corre—¡Dámela!
—Me la voy a quedar —se la enreda en el cuello, acomodándosela—Me servirá cuando el frío comience.
—Por favor, tienes mejores que esas —trato nuevamente de quitársela; me esquiva y menea con la cabeza.
—Es mía.
Voy por todas a golpearle la cabeza, en vano porque me toma de las muñecas con una mano y en la otra aprovecha para hacerme cosquillas. Me retuerzo a la vez que me suelta, soy una mierda de cosquillosa. Jude se divierte ensanchando sus comisuras a los costados y deja relucir a lo grande su sonrisa de conejo, entrecerrando los ojos y arrugando la nariz, realmente disfrutando mi tortura. Rió con rabia porque odio las cosquillas, me afectan tanto que termino de rodillas al suelo y abrazo mi estomago, a punto de sufrir un calambre en este.
—¡Ya basta! —le chillo molesta, aun soltando risitas histéricas que parecen querer transformarse en llanto.
—No grites, que van a pensar que estoy molestándote.
—¿Qué eso no haces?
Jude menea con la cabeza y me tiende la mano para ayudarme a levantar, aun sosteniendo su sonrisa traviesa. Se la golpeo, rechazando su ayuda. Me levanto y extiendo la mano, esperando a que me la devuelva.
—Vas a pasar vergüenza.
—Y qué.
—Si te la quedas voy a tener que tejer otra mas —le explico. Mamá no va a dejármelo pasar solo porque Jude se la quedo.
—Mañana enviare un camión entero con bufandas mucho mejores que esta—camina hacia el espejo de mi habitación y se mira en él, acomodándosela en el cuello con una postura mas coqueta y soberbia, admirándose como si fuese un maldito dios griego. Que alguien lo mate, por favor—El rojo me va bien, aunque el azul mucho mejor.
Me cruzo de brazos viéndolo siendo tan narcisista. Daffodil es su segundo apellido y creo que le queda mucho mejor el Narciso que la Madre Selva. No comprendo su afán de quedarse con una prenda tan malhecha y que haría que su diseñador personal pegara un grito al cielo al vérselo puesto, pero me respondo diciéndome que lo hace solo para fastidiarme. ¿Qué otra razón podría haber más que joderme los ovarios?
—Ya qué, quédatela —aleteo con la mano para terminar el dichoso asunto y me recuesto en la cama—Ahora vete, quiero dormir.
—No puedo hacer eso—replica girando sobre sus talones. Me pregunto que tiene con hacerme la vida imposible incluso en mi casa.
—¡Que te…!
—Jake dijo que sería injusto hacer una pijamada nosotros dos y sugirió que durmiéramos en tu cuarto, tomando en cuenta que tu cama es más grande que la suya.
Le frunzo el ceño, irritada.
—¿Y donde carajos…?
Con dos golpes en la puerta, Jake simple la abre y entra con un tazón grande de palomitas.
—¡Siento la tardanza! Estaba pensando en que les gustaría más: si salado o dulce. Me decidí por dulce porque Jude dijo que le gustaba más que lo salado.
Miro a mi tierno hermano apoyar al maldito Jude con sus mañas mientras ambos deciden tomar el control de mi tv y buscar una película en netflix para que veamos los tres. Ni siquiera preguntaron si podían venir aquí o pensaron en que me gusta más lo salado que lo dulce. Todo es Jude, Jude, Jude. Incluso en mi casa
Inspiro profundo y me lleno de paciencia para soportar esto nuevamente. Solo queda un año y podría mandar al diablo a Jude y a sus caprichos. Que este aguantándolo y le deje ganar estas batallas no quiere decir que no esté hirviendo por dentro.
Niño rico inmaduro de mierda.
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Me gusta correr en las mañanas porque me permite empezar el día con más energías y me da la esperanza de regularizar el sueño y vencer el insomnio. Así con el afán de liberar un poco de estrés, soy la primera en levantarme. Anoche miramos Spiderman y luego una maratón de One punch man hasta que los dos no-invitados se quedaron dormidos: Jake a mi lado y Jude se recostó en un colchón en el suelo, cosa que me sorprendió demasiado porque creí que me haría dormir allí—al parecer, tiene algo de modales. Yo me quede el resto de la noche mirando lo que quedaba del anime con la esperanza de dormir, pero como no ocurrió, recurrí a mirar Friends. No recuerdo a qué hora me dormí, solo que la última vez que mire el reloj eran mas de las 3 am.
Ya a las siete, levantada y sin poder dormir nada más que cuatro horas, termino de prepararme el desayuno para salir a recorrer las calles. Papá me había pedido el día anterior que llevara su ropa para la misa recién lavada y planchada a la iglesia, así que lo haría de camino. Estaba preparada para marcharme, pero de pronto apareció Jude y me ordeno que le hiciera café.
—Creí que dormirías hasta nueve—digo extrañada al verlo ya vestido. Lleva un conjunto deportivo de color negro. —¿Vas a algún lado?
—Voy a correr —se restriego los ojos con la mano y me roba una tostada. Le miro con los ojos entrecerrados por la “coincidencia” —¿Qué?
—¿Por qué eres tan acosador?
—No sé de que hablas —toma la taza de café con despreocupación y le da un gran sorbo. Yo sigo mirándole mal—Corro en las mañanas, Grace. ¿Cómo te piensas que mantengo estos músculos? —se atreve a levantarse la remera blanca, mostrando los abdominales marcados. Si no tuviese a la Virgen delante de mi de seguro me atrevo a mirar mas de la cuenta.
—Bájatela antes que alguien te vea —estiro una mano para hacerlo por él. Lo que faltaría es que mis padres lo viesen y pensaran pecado tras pecado por un simple gesto—No es apropiado.
—Creí que te agradaba todo lo que no fuese “apropiado”.
Tiene razón, pero no tengo por qué dársela. Comparto mi desayuno con Jude en silencio mientras miramos los videos de MTV hasta que terminamos. Lavo lo que ensuciamos y tomo mi mochila con la ropa de papa para hoy.
El pueblo no es tan grande, pero tampoco tan chico; casi todo nos queda a unos veinticinco minutos de distancia, así que me permito recorrer otros lugares antes de ir hacia la iglesia. Jude trota a mi lado con facilidad, irritándome. Tiene piernas largas y es más rápido que yo, así que debería adelantarse y dejarme seguir sola. Pero en cuanto bajo el ritmo, él también lo hace. Cuando acelero vuelve a imitarme.
Decido perderlo de vista, a sabiendas que no conoce el lugar tanto como yo, así que mientras trotamos por una avenida llena de pasajes, aprovecho el momento en que se distrae observando a un cachorro llorando frente a la puerta de un negocio y me salto un paredón. Corro lo más rápido que me dan mis piernas y escalo una reja que da del otro lado de la calle. Pasó por unos pasadizos más antes de verificar que no me sigue, y no, no lo hace. Retomo mi trote con alegría escuchando a Dua Lipa.
Pasan al menos media hora en que finalmente decido ir a la iglesia y dejar el traje para papá. A las diez es la misa y tengo que volver para bañarme y regresar. Ellos estarán aquí a eso de las 9 am para terminar de arreglar los últimos detalles y recibir a las personas que llegan antes. Una vez que dejo todo en el guardarropa de su oficina, cierro la capilla con la llave que me ha dado. Lista para retomar el trote hacia casa, caras conocidas hacen que frene de golpe.
—¡Mei! —Exclama Mary Elizabeth frenando su bicicleta frente a mí. Caitlyn la acompaña al igual que sus sonrisas falsas.
Nunca nos hemos llevado bien entre las tres. Hemos sido falsas una con la otra, pero al parecer ellas han creado una alianza en mi ausencia. En cierta parte las entiendo, después de todo, yo coquetee con los chicos que les gustaba y terminaban de rechazarlas por mí. No fue lo mas sororo de mi vida y es algo que me gustaría erradicar, pero quería darles por algo que le doliese para que dejaran de molestarme. Que inventar rumores sobre mí siempre le ha salido como tiro por la culata, pues nadie duda de esta Santa Mei, ángel enviada de los Cielos.
—Chicas, buenos días—les sonrió con cariño fingido, mucho mejor actuado que el suyo—¿Qué hacen tan temprano?
—Un poco de ejercicio, ya sabes. Aprovechando que siguen las mañanas de verano —dice Mary bajándose de su bicicleta, la otra la imita. Me echa un vistazo de pies a cabeza, recayendo en mis zapatillas—Parecen gastadas, ¿Qué talles eres? Puedo darte las mías.
—Oh, no te preocupes—aleteo con la mano —Son viejas, así que las uso para correr.
—Deberías tirarlas. Se ven en muy mal estado. Mira las mías, ¿a que no son geniales? —presume Caitlyn levantando su pie para refregármelo mejor.
—¡Son preciosas! Deben ser muy cómodas —pestañeo rápidamente, aun sonriendo—Por el momento las usare hasta que realmente dejen de ser servibles. No me gusta ser avariciosa hasta en lo mas mínimo.
Se miran de reojo, conscientes que lo he dicho apropósito. De todas formas, sostengo la fachada dulce e inocente. Mis zapatillas no están gastadas, solo están un poco sucias porque me la pase en pasadizos sucios y saltando cercas, pero si así lo estuviesen ni me gastaría en seguir los consejos de estas estúpidas.
—Por cierto, Mei, ¿has decidido si iras con Jason? —pregunta Caitlyn, mira a Mary Elizabeth como si le preguntara si hizo bien. Esta asiente con disimulo—Digo, sería genial que fueses mi cuñada.
—¡Que no te adelantes que la asustaras a la pobre! —se ríe exageradamente la castaña—O, mejor dicho, la ilusionaras.
Suelto una risita y meneo con la cabeza.
—No lo sé. Nunca he visto a Jason de esa manera.
—¿Por qué no? Jason se ve de tu tipo, Mei. Deberías darle una oportunidad—insiste Mary Elizabeth. —Además, él realmente parecía querer ir contigo. ¿Sabes que le has gustado desde siempre?
Claro que no. A Jason siempre le ha gustado Marianne, pero ella siempre ha sido la mala influencia del pueblo, así que sus padres no habrán querido que la invite al baile ni esta vez ni las anteriores.
—Quizá lleve a otra persona—miento para zanjar el asunto y decido ponerme en marcha— Debo irme. La misa comenzara pronto. Las veo luego.
Apenas paso de ellas con mi trote las escucho reír a carcajadas limpias. Volteo a mirarlas sin entender porque no hay un mínimo de disimulo sea por lo que sea que les de gracia. Ambas tienen la boca tapada con la mano mirando directo hacia algo, me pregunto qué diablos es hasta que lo siento. Me llevo una mano al trasero. Esta húmedo.
La. Puta. Madre.
Estallan a mas risotadas al notar que me he dado cuenta. Me congelo un momento sin saber que hacer hasta que rápidamente intento quitarme la chamarra, pero se me atora la cremallera con la remera. Estoy por soltar un grito de frustración por esta ropa de mierda de segunda mano.
—También puedo darte chamarras nuevas, me sobran algunas —dice Mary Elizabeth, aun riéndose de mí.
Intento sonreírles con pena, con vergüenza fingida aunque es bastante autentica. En verdad, me gustaría golpearlas por reírse de algo que es completamente normal entre las mujeres. Un poquito de su ayuda y comprensión vendrían bien.
—Grace…
Me sobresalto en mi lugar y doy un giro rápidamente, colocando mis manos en mi trasero. Jude ha aparecido detrás de mí y lo ha visto todo. Lo veo en sus ojos. Las risas han cesado. Esta vez sí tengo la cara roja como mi trasero e intento decirme que esto no es nada, que me ha visto en situaciones peores y más vergonzosas. Que no es el fin del mundo que me haya venido la regla y manchado mis pantalones beige.
Maldito periodo irregular.
—Ho-hola—nerviosa, volteo hacia otro lado para no encontrarme con sus ojos. De seguro debe estar formulando en su mente miles de formas de reírse de mí. Noto que lleva el cachorro que lloraba en sus manos, apretado contra su pecho. —Humm, ¿te-te lo has quedado?
—Si—dice sin más.
Nuevamente, mis “amigas” de la infancia se ríen de mi desgracia, llamando la atención del chico. Cierro los ojos y suspiro con la idea de que le robare el novio a Mary Elizabeth y el próximo que tenga Caitlyn, a ver si así dejaran de reírse por malditas. Me sorprendo cuando siento a la presencia de Jude cerca, y al abrir los ojos ya está frente a mí. Deja al cachorro en el suelo por unos segundos y se quita la chamarra, enredando las mangas en mi cintura para cubrir mi trasero. Vuelve a tomar al cachorro en una mano y me tiende una a mí. Miro mis manos manchadas de sangre.
—N-n…
—Vamos—toma de mi muñeca y tira de mí.
Caminamos al menos una cuadra hasta que doblamos y perdemos de vista a las estúpidas. Intento hacer que me suelte, pero no lo hace, tirando mas suave y como si me pidiera que lo dejase. Me guía hasta un parque cercano donde hay una canilla disponible para regar los arboles de alrededor.
—Lávate, te sentirás más cómoda.
Le hago caso en silencio. Lo hago porque ciertamente me avergüenza tener las manos así y que me haya encontrado en esta situación y siendo la burla. Mi periodo es terriblemente irregular, así que viene sin previsto y me veo en situaciones de mierda como estas. He salido victoriosas de algunas y de otras no tanto. Cuando iba al instituto Delacoure me sucedió un par de veces, pero mis compañeras no eran unas zoquetes que se burlaban de mi, más bien me hacían sentir cómoda y como no fuese de otro mundo. Pero, claro, en el instituto había sororidad, pese a que se llevaran mal una con la otra, existían límites que se respetan. Mary Elizabeth y Caitlyn son unas retrogradas de mierda, seria pedirles demasiado que no se burlen por algo que les podría pasar fácilmente a ellas.
Tras el momento sumamente incomodo, Jude compra una bebida de naranja para mí y una botella de agua para él. Le ayuda a beber al cachorro de la palma de su mano un poco de agua mientras están sentados en el césped, el canino sobre sus piernas cruzadas. Verlo de esa manera tan serena y comprensiva, sin preguntar nada y metiéndose en sus asuntos, me hace sentir un poco culpable por haberlo dejado solo. Me pregunto cómo habrá llegado a la iglesia, hasta que me recuerdo que fui yo quien le dije que más tarde pasaría por allí. Debió dar vueltas hasta llegar.
Le observo un poco más, indecisa sobre decir las siguientes palabras. Se ve de lo más entretenido jugando con su nueva mascota, molestándole. El cachorro termina por empezar a juguetear bruto y morderle la mano, pero esto solo incentiva a que Jude se ponga más pesado y le moleste aun mas.
—Gracias por lo de hace unos minutos.
Levanta la cabeza hacia a mí con los ojos levemente abiertos, sorprendido. Me cruzo de brazos, incomoda.
—De nada.
Nos quedamos callados unos segundos.
—¿No te falta algo? —pregunta centrándose en el cachorro, este gruñe y suelta ladridos dulces. Jude le sonríe y comienza a acariciarle el lomo.
—¿Qué cosa?
—No sé, como disculparte por dejarme solo—encarna una ceja en mi dirección—Estoy pensando si contarle a tus padres o no.
—Lo he hecho porque tu…
—También les diré que ignoraste a Neo.
—¿Neo? ¿Ya le pusiste nombre?
—Todas las mascotas tienen uno, hasta tu lo tienes —Hago omiso a su insulto. Levanta la cachorro en sus manos y le besa la nariz. Neo le lengüetea la nariz, haciéndole sonreír. —¿Y?
Pongo mala cara, reacia de tener que darle la razón y con la obligación a mi misma de disculparme. Habría preferido que se ría de mi con las dos imbéciles.
—Lo siento —aprieto los dientes con fuerza al decirlo.
—No te escuche, dilo más alto—sonríe burlón, lo hace solo para molestarme.
—Que lo siento.
—Mas alto—canturrea mirando hacia el can, pero su sonrisa burlona persiste.
—¡Lo siento!—casi lo grito, a ver si podemos dejar todo esto atrás.
—Mucho mejor. Ahora vámonos, tus padres y Sol deben estar esperándonos.
Titubeo en si darle la mano para ayudarlo a levantarse, pero pierdo tiempo decidiéndome porque lo hace por sí solo. Lleva a Neo abrazado a su pecho mientras este ladra por atención que Jude rápidamente le da. Ajusto las mangas de su chamarra, aun sintiendo el tacto de sus manos rozarme cuando las enredaba. Me brota un sentimiento positivo hacia él, pese a que haya una voz que me recuerde que es un pelmazo por más que tenga momentos buenos.
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Lunes y la agotadora rutina empieza desde temprano yendo a la isla por nada. Jude durmió en la casa de la playa, así que se fue por su cuenta a la escuela. Me pase todo el camino de regreso maldiciéndolo e intentando que conteste el maldito celular para recordarle que no voy a estar jugando a las escondidas con él una vez que llegue, que podríamos llegar temprano a clases al comienzo de la semana. No contesto y si tuve que buscarlo por todos sus escondites hasta que lo encontré.
Tras unas horas de clases, luego del receso los masters tienen lecciones particulares en las que los honey no pintamos para nada, así que nos despachan. En esa hora somos libres de hacer lo que se nos plazca mientras no nos salgamos del establecimiento. Algunos los aprovechan para ir a descansar a la sala, otros para reforzar sus estudios o terminar la tarea de su máster. Maxie y yo la usamos para fumar un cigarrillo, escondiéndonos en la escalera de incendios que tiene un pequeño hueco que nos deja fuera de vista de cualquiera.
A diferencia de Jennie y las demás honey, Maxie es la que mejor me cae y con la que más cercana me siento. No solo porque nos conocemos desde niñas y puedo dejar libremente las apariencias con ella, sino porque creo que es un poco como yo. Maxie está centrada en tener un gran futuro y ha elegido un camino que pueda darle beneficios desde pequeña, mas allá que fueran sus padres quienes la obligasen a trabajar con los Tegeirian, ella ha decido soportarlo. La he visto apretar los dientes sin perder un piste de paciencia ya sea con los berrinches de Elliot y el trato despectivo de Sakura y a veces de parte de Lyel. Nunca la he escuchado levantar el tono de voz ni mucho menos quejarse. Su trabajo es su trabajo y tiene sus frutos. Aprendí mucho de ella en estos pocos meses.
—¿Has pensado a que universidad iras? —pregunto tras darle una calada profunda a mi cigarrillo, centrada en los honeys masculinos que están sentados en las mesas del patio trasero.
—Cambridge. Quiero algo fuera del país —responde encendiendo otro cigarrillo justo luego de apagar el recién consumido—¿Y tú?
—Voy a esperar a que Jude se decida antes de pensar en alguna en concreto, pero tengo mis opciones —comunico sin apartarle la vista al chico nuevo. Le veo sonreírle al honey de Jason. Es lindo.
—En la universidad será todo más sencillo. No tendrás obligaciones de andar tras de él.
—Si, pero se aparecerá por doquier. Es como una cucaracha.
—Te entiendo. Sé bastante de cucarachas —pone los ojos en blanco, divertida—Así que, ¿ya lo tienes en la mira?
Señala al novato y asiento mostrándole una sonrisa picara. No me avergüenza para nada de decir que me encantan los hombres, lo que odio es que sean unos estúpidos. Pero si fuesen un poco más inteligentes y más amables, creo que estaría perdidamente enamorada de todos. Últimamente, Zack Blake parece reunir todas las cualidades que vuelven a un chico atractivo. Me he estado conteniendo en no enviarle señales que tiene gran parte de mi interés en él, la otra parte creo que todavía la tiene este chico Baztan. Todavía me puede ese lado mío que le encantan los chicos malos.
—Cuidado, no vayas a meterte en problemas—aconseja sacándome de mi burbuja. Le volteo a mirar con el ceño fruncido—Por lo que he observado, creo que a Sakura le gusta.
—¿Y quién la culpa?
—Nadie. Esta buenísimo —se encoge de hombros, aceptándolo—Pero considerando a ese pequeño demonio y al posesivo de Jude, no me creo que ninguno de los dos salga bien librados de esto.
—Ojos que no ven, corazones que no sienten.
—Recuerda lo que paso en La Bahía. Ellos aparecieron de la nada.
Me quedo pensando en sus palabras detenidamente. Que Sakura no me soporte no es novedad, yo tampoco soporto a la mocosa estúpida esa, y Jude siendo un imbécil tampoco me sorprende, pero si es cierto que podríamos salir perjudicados de algo tan simple como un pequeño romance. No es que me casaré con Zack. Quizás unos besitos y una manoseada, no demasiado porque todavía sigue siendo un honey y no puedo manchar mi reputación con él o con nadie de este entorno. Puede que cuando termine el año envíe todo a la mierda. Uy, cuando termine el año tengo una lista enorme de a quienes me tirare sin importarme nada, y Zack está en ella definitivamente.
Maxie me pasa su enjuague bucal y yo le paso mi perfume para prepararnos y entrar de nuevo. Esa es otra cosa que tenemos en común: ninguna de las dos nos dejamos en evidencia. Escondemos de nuevo la caja de cigarrillos con el encendedor en nuestro escondite y nos disponemos a disgustar el chocolate amargo que Jude me regalo.
—Debes admitir que te da beneficios.
Le envió una mirada incrédula, como si estuviese loca.
—Es un chocolate, no un beneficio. Además, esto fue después de que hiciera una escena con mis padres. Debiste verlo como toda un alma del Señor.
—Elliot no compra esto para mí —comenta llevándose un trozo a la boca—No después de que lo rechace por… ¿Cuánto?
—Ya iban veintitrés veces —me rio de solo recordarlo. Las propuestas más locas han venido de Elliot, y cada una de ellas fueron recibidas con una sonrisa amable y una rotunda negativa por parte de Maxie—¿Has pensado en salir con él después del instituto?
Es su turno de mirarme como si me hubiesen salido tres cabezas.
—No me gusta Elliot bajo ninguna forma. Ya te dije, es mi hijo y mi demonio personal.
—Pensé que tanto tiempo con él se formaría un sentimiento.
Se queda callada, pensando. Yo me trago otro pedazo mirándola detenidamente. ¿Sera?
—Puede que en un momento si sentí algo—abro la boca sorprendida por su declaración—Pero después entendí que Elliot y yo jamás podríamos funcionar. Siempre creí que a él le gustaba esta Maxie que es servicial y esta 24/7 pendiente de su culo, no la Maxie humana que tiene sentimientos y quiere tomar sus propias decisiones.
Asiento en silencio, entendiendo su punto. A veces pienso eso, quizá no con Jude porque él conoce como soy en realidad, sino con otras personas. Por ejemplo, con mis padres. No me creo que me amarían tanto ni se sintieran orgullosos de mí si supieran como es su hija. O las honey, si conocieran ese lado oscuro. He mostrado tan poco de mi yo real, que a veces no se cual es verdadero.
—¿Y qué hay de ti? ¿Has pensado en Jude de otra manera? —me guiña el ojo.
—Pienso tirármelo cuando acabe el año —le confieso, arrebatándole una carcajada—¿Qué? Esta bueno.
—Si, lo está, pero creí que lo odiabas.
—No es que lo odie, solo no lo soporto. Supongo que deberé desquitar toda frustración con él en la cama.
—¿Y qué harás con el novato? —señala hacia el frente. Al parecer han hecho buenas migas entre los tres porque se están riendo y jugando con un balón de rugby. Bien por ellos, debe ser que entre tantas mujeres necesitan un tiempo de hombres o algo así.
—Tirármele, pues.
—¿Es que te le vas a tirar a todos? —cuestiona divertida.
—No a todos, solo a Jude, Zack, Baztan, Lyel, Evian y quizás a Jonathan.
Maxie suelta una risa de hiena de solo nombrarle a casi todos los chicos del salón.
—No me jodas. Pensé que eran solo esos tres. No me sorprende Lyel y Evian, pero ¿Jonathan? ¿En serio?
—Es sexy.
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En el almuerzo, Jude se reúne con los otros dos integrantes del trío del mal —Sakura y Evian—, y yo compro unos sándwiches y aprovecho terminar de mostrarle el campus a Zack. Le llevo por la cancha de tenis donde usualmente se presentan los viernes antes del almuerzo y la cancha de básquet donde se realizan los juegos drops. Mientras terminamos el sándwich, le explico que los juegos drops se realizan cada otoño y básicamente es competir entre equipos de máster y honey contra otro equipo en un partido de básquet, pero que este no tiene reglas absolutas en cuanto se trate de sumar puntos.
—¿Y cuál es el chiste de esto? —pregunta mientras anota todo en su libreta. Ha hecho bien en conseguirse una.
—El máster que pierda deberá despedir a su honey—levanta su vista tan rápido hacia a mí con los ojos en grande. Le sonrió, se ve lindo—Pero con ese metro ochenta no me creo que tengas dificultades.
—Es un metro ochenta y cinco.
Levanto la cabeza hacia él como si intentara tratar de medirlo con la mente para verificar si dice la verdad. Zack se da cuenta y se echa a reír con gracia. Yo hago lo mismo, corriendo un mechón hacia detrás de mi oreja con una timidez que no tengo. Pero supongo que es todo este juego de coquetearle sin ser tan zorra y lanzarme al instante. Que por mi le diría si no le gustaría escondernos detrás de los arbustos, solo que no se ve un chico exactamente vaya a aceptar la propuesta. Más bien se ve algo bonachón y no tan directo como yo. Y eso me encanta. Mi gusto siempre es extremista: o muy malos o muy buenos. No me gusta lo tibio.
Caminamos alrededor de las canchas, aun conversando por lo de los juegos. Me pregunta por qué acepte el trabajo y le miento que porque me agrado el hecho de poder elegir una universidad libremente. Zack dice que lo suyo fue por conveniencia financiera.
—Es un poco frio estar aquí por eso, ¿cierto? —pregunta con cierta pena.
—Claro que no. De alguna forma, todos estamos aquí por lo mismo —le doy una palmadita en la espalda de manera de consuelo—Además, hacemos montones de cosas aquí por lo que nuestro trabajo está siendo bien retribuido y tenemos una gran educación.
—Parece una locura todo lo que hay por aquí—gira a su alrededor, mirando por todo el campus. Supongo que su altura le ayuda a poder visibilizar todo mucho mejor. —Por cierto, he escuchado que irán a La Bahía en dos semanas.
No comprendo al principio hasta que dice que fue Daia la que le dijo. Si proviene de ella, es de seguro que vayamos a tener otra aventura de copas y rumba. Solo espero que no nos interrumpan como la vez pasada.
—Si, pero no digas nada enfrente de los masters —le paro de inmediato, diciéndole con seriedad. Zack se descoloca un momento por ello—Algunos de ellos tienen el fetiche de molestarnos hasta en nuestras horas libres, así que es un secreto que mantenemos entre honeys, ¿de acuerdo?
—Entiendo. Lo mantendré en secreto.
—Y también te agregare al grupo de whatsapp. ¿Podrías darme tu número?
—Claro.
Lo hace sin dudar por lo que lo anoto rápidamente en mi celular. Me sonrió a mi misma por la estrategia. Ahora tengo su número. Le agrego al grupo y le llega de inmediato la notificación.
—¿Esclavos S.XXI? —se ríe ante nuestro chiste interno. Yo me encojo de hombros, recordando que a mí también me hizo gracia.
—Es irónico porque realmente lo somos. Somos esclavos pagos, pero a fin de cuentas esclavos.
—No me creo que sea tan así…
—Tú solo espera. Llevas apenas pocos días aquí.
Caminamos un poco más hasta llegar a la entrada principal del instituto Hoj normal. Todavía no ha pasado la hora del almuerzo por lo que tenemos un poco más de tiempo para recorrer el lugar. Y, obviamente, más momentos para coquetear.
Le detengo un momento y le hago señas para que se agache. Zack lo hace, extrañado, una vez frente a mi le quito unas hojas que han caído sobre su cabello y de paso una miga en las comisuras de sus labios. Sus ojos se intensifican al cruzarse con los míos, pero respondo con un gesto tímido y sigo caminando, sintiendo sus ojos sobre mí. Que hacer estas cosas de manera inocente me harta un poco, pero con él particularmente no me molesta.
Me alcanza en unos segundos.
—Mei, sabes —posa una mano sobre su nuca, masajeándolo. Se lo ve apenado y yo ya saboreo internamente mi victoria—Creo que no he tenido la oportunidad de agradecerte por toda la ayuda que me has dado. Incluso me prestaste tus apuntes del año pasado. Realmente te agradezco.
—No es nada —juego con mis manos y acomodo en un leve movimiento de cabeza mi cabello hacia atrás—A mí también me ayudaron mucho cuando llegue aquí. Es lo menos que puedo hacer.
—De todas formas, muchas gracias—dice más suave.
Nuestras miradas conectan en que se me es imposible no retener una sonrisita. Si tan solo fuese un poco más alta, me pondría de puntitas de pie y le daría un besito, pero no me creo que llegue de puntitas, así que solo me le quedo viendo como pendeja. Me gusta y creo que también le gusto, pues no ha quitado sus ojos sobre los míos ni ha dejado de sonreír.
Le veo el brillo indeciso que me hace acelerar el corazón. Estoy animándole por dentro para que lo diga con libertad, que aquí estoy yo para escucharlo con todo oídos.
—Si no te incomoda… ¿te gustaría ir por un helado el fin de semana?
Trato de no mostrar que me siento un poco decepcionada. Pensé que ir a tomar un café o una cerveza, pero me ha invitado a tomar un helado. Nunca un chico me invito a tomar un helado. Mikki dice que cuando te invitan a una heladería es porque son vírgenes o porque quieren comprobar que tal la chupas. Destierro las palabras de esa zorra de mi cabeza, solo logra manchar la poca inocencia y fe que me queda en los hombres.
Estoy por decirle que si antes de recordar que los fines de semana yo no estoy en San José. Mi sonrisa se desvanece y la suya también lo hace, más lento. Termina por colocar una sonrisa comprensiva.
—Lo siento, si no quieres no hay…—
—No, es que los fines de semana siempre viajo a mi pueblo —le explico rápidamente. —Pero si te parece el viernes luego de clases…
El ánimo vuelve a él, se sonríe con un poco de timidez y sigue caminando. Yo me pavoneo interiormente porque ahora tengo una cita con el novato. Ahora solo falta Baztan y quizás el honey de Jason, todavía no me decido. Mientras todo quede entre nosotros, nadie tiene que enterarse que voy por todas.
Estamos a punto de dar vuelta y caminar de regreso hacia la escuela cuando noto a alguien conocido afuera del estacionamiento. Se me para el corazón cuando cruzo miradas con Baby, tanto que creo que me he puesto completamente blanca. Para colmo, la muy estúpida levanta la mano y la sacude mientras grita mi nombre. ¿Es que acaso no entiende que ya la vi?
—¿La conoces? —pregunta Zack curioso, mira en dirección a Baby con cierta sorpresa. ¿Y cómo no? Baby no solo está cubierta de tatuajes o tiene un corte disfuncional, sino que también viste su uniforme como una zorra: la falda demasiado corta y su camisa está atada por encima de su ombligo.
—Sí, es una conocida —le sonrió intentando no perder el control.
—¡Mei, Mei! —chilla como loca. ¿Va a seguir haciéndome pasar vergüenza?
—Adelántate, iré a ver que necesita.
—¿Segura? Puedo esperarte.
—No te preocupes, iré pronto —le despido rápidamente y camino lo más rápido que puedo hacia mi amiga.
Zack se queda unos segundos más en que volteo la primera vez para chequear si se ha ido, pero en la segunda ya se está yendo, por lo que me vuelve poco a poco el alma al cuerpo. Una vez enfrente de mi amiga, Baby mira al de seguridad con una sonrisa triunfante. De seguro no la han dejado pasar.
Le tomo del brazo y la tiro hacia un costado para tener más privacidad.
—¿Qué mierda haces aquí? —pregunto escandalizada mirando a ambos costados. Si alguien más me viera con ella no sé qué escusa ponerle. Mei Maddox, la Santa Mei, nunca andaría con amistades como Baby.
—¡Me duele! —se suelta de mi agarre y se masajea la muñeca. Ni siquiera me di cuenta que aplicaba mas fuerza de la necesaria—Salí temprano de la escuela, pensé que podríamos almorzar juntas.
—Ya almorcé. Perdiste tu tiempo—digo con los dientes apretados. Yo aprecio su lindo gesto, pero ya le he remarcado que no quiero verla ni a Mikki ni a ella aquí.
—Oh—pone una mirada algo triste y me hace sentir culpable. No debería actuar así con ella.
—Si quieres a la salida te paso a buscar y vamos a lo de Mikki, ¿te parece?
La sonrisa de niña vuelve a ella.
—¡Genial! De paso me probare este vestido que intercambie con una compañera. Mira…—intenta sacar algo de la bolsa que no había notado antes, pero le detengo de inmediato.
—Está bien, me mostraras en la casa de Mikki—aprieto los dientes para llenarme de paciencia y dispersar la paranoia. Nadie más nos está viendo, aun así no dejo de voltear a los costados para saber si hay alguien cerca. —Y hablando de ella, ¿donde esta?
—No ha ido a la escuela. Se habrá quedado dormida—miente rápidamente. Me doy cuenta porque su voz se vuelve monótona cuando lo hace.
Le entrecierro la mirada con evidente desconfianza. Baby se pone nerviosa porque sabe que no le he creído un pelo. Estoy por soltarle un interrogatorio, pero una voz me detiene.
—Grace.
Me congelo en mi lugar. Ni siquiera necesito voltear para darme cuenta que esta Jude detrás de nosotros. Baby enseguida pone su mirada seductora y parece inspeccionarlo de arriba abajo. No pierdo más tiempo y le doy una palmada en el brazo para despertarla y vuelva su atención a mí.
—Te busco luego. Vete ya mismo.
—¿No me lo vas a presentar? —dice sin despegarle la mirada.
—No. Lárgate.
Doy media vuelta sin más y camino hacia Jude, intentando parecer lo más natural posible, tratando de no permitir que vea lo nerviosa que estoy. Jude entrecierra la mirada, la cual viaja de mi amiga hasta a mí. Una vez a su lado, le tomo del brazo y tiro de él.
—El almuerzo está por terminar. Regresemos.
—¿Quién es ella? —el maldito no se mueve, Baby tampoco se ha ido y sigue sonriéndole con coquetería
—Nadie. Solo vámonos.
—No se ve como nadie.
—Ya te dije que no es nadie, solo una conocida —explico rápidamente y tiro otra vez de él. Esta vez, gracias a Lennon, cede.
—¿Y qué quería?
—Solo hablar de unas cosas sin importancia. No le des tantas vueltas. ¿Has hecho tu tarea de trigonometría?
—Nop.
—Genial. Yo la hice así que solo debes copiarla. En diez minutos termina el almuerzo así que apurémonos.
Camino rápidamente aun tirando de él, esperando que el tema se quede zanjado ahí. Lo que menos necesito es que Jude este hurgando más de lo que debería. Mi relación con Mikki y Baby es una puerta a un mundo que él no conoce y no debería conocer, y mucho menos relacionarme a mí con ello. Si tan solo Jude supiera la clase de chica que era antes que decidiera cambiar toda esa mierda por algo mejor, estoy segura que su perspectiva hacia a mi cambiaría, y lo cierto es que me encuentro más asustada de lo que pensé que estaría algún día si lo descubriera.
Jaeger.
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Re: The Honey System
Capitulo 05.3
Honey is Mei Maddox and Master is Jude Uddobain Jaeger.
- everybody lies:
—Por los cielos, Jude—escucho a Grace ahogar un grito a la vez que su lindo rostro se va torciendo de frustración—¡No puedes traer un puto perro aquí a la escuela!
Me encojo de hombros y alzo a Neo en mis brazos hasta llevarlo a mi rostro, dejando que me dé todos los lengüetazos que quiera. Me rindo ante los encantos del cachorro y termino por repartir besos en su hocico. Grace hace una mueca de asco y se cruza de brazos, taladrando el suelo con el pie, impaciente.
—Deja de hacer un lío que todavía quedan diez minutos para que comience la siguiente clase—recuesto mi espalda sobre el largo del sofá, manteniendo Neo sobre mi pecho. Este lucha para salir de mis manos y seguir con sus besos. Sonrió al sentirlo nuevamente besarme.
—Si, pero el jodido salón queda a la otra punta del puto instituto. ¿Te quieres apurar y largarnos? Suficiente es cargar con tu mierda.
Pese a que los viernes significan un fin de semana en que se librara —o cuando dejo que lo haga— son los días en que Grace esta de peor humor. Sin embargo, toda esta semana se ha mantenido así: ansiosa y más agresiva que de costumbre. Algo le sucede, eso es seguro. Pero también estoy seguro que no soltará ninguna palabra aun si la sometiera a una tortura de cosquillas. No estoy dispuesto a recibir otra patada en los puntos bajos.
Dejo a Neo sobre el sofá oscuro y me levanto con pereza, demasiado cansado para querer siquiera ir a clases y perder el tiempo en estupideces que ya sé o no son relevantes. Le hago un gesto a Wiz para que se encargue del cachorro, y no hace falta mas que un asentimiento de mi más fiel empleado para saber que lo cuidara bien. Preferiría quedarme lo que queda del horario escolar escondido con mi nueva mascota, casi sintiendo pena cuando comienza a llorar al traspasar por la puerta.
—¡Apúrate! —exclama Grace tirando bruscamente de mi uniforme.
Le frunzo el ceño, pese a que ella no puede verme. Me gusta que sea una cabrona, pero odio cuando su agresividad va hacia el tacto. ¿Qué mierda le sucede?
—Compórtate—le digo apartándola suavemente y acomodándome el saco.
La frialdad con la que voltea a verme es letal. No me intimida, más bien me intriga que es lo que la tiene tan molesta.
—No seas un puto llorón y apresúrate.—la veo apretar los dientes ante cada palabra.
Le sigo con pasos vagos peses a sus ojos convertidos en dagas volteando hacia a mi cada diez segundos. Termina por tomarme de la mano y jalar de mí, caminando por el cuerpo tenso y murmurando insultos por debajo.
La decisión de contratar a Grace fue un impulso por hacer las cosas más divertidas en la escuela. Los honey que tuve antes que ella siempre acataban órdenes sin replicar, tomaban las responsabilidades y los regaños por mí y hasta algunos me tenían miedo—que no entiendo porque apenas fueron unas travesuras y nadie se murió. Pero Grace era divertida a su manera, con sus insultos y las peleas matutinas que llevarle la contraria ya se ha vuelto una costumbre para mí. Era gracioso verla forzarse por mantener esa mascara de chica inocente y dulce cuando en verdad era una jodida perra que le importaba poco y nada más allá de circulo cercano.
Grace es mentirosa, rencorosa y siempre se las cobra de alguna manera. Odia perder y es mas engreída de lo que de por si se muestra. Pero es extremadamente inteligente y sabe mantener el control sobre ella misma y sus emociones. No evito compararla muchas veces con Vitoria, mi hermana: fingiendo delante de todo el mundo para mantener la cordura y lo mucho que se ha esforzado en construir todo lo que tiene. Me pregunto a veces también si Grace sería capaz de tirarlo todo a la basura como Vitoria lo hizo en su momento.
Las siguientes horas paso dormitando sobre el escritorio, escuchando por de fondo la clase. Me cuesta dormir con profundidad desde ese incidente, por lo que no siempre estoy del todo dormido. Escucho voces, siento presencias y, aunque no es demasiado, puedo recordar un poco lo que ha estado sucediendo a mi alrededor.
—Mei, ¿crees que podamos ir por un helado la próxima semana?—escucho una voz poco conocida cerca nuestro, no sé quién es, pero estoy seguro que es un chico.
—¡Shh! —la siento moverse rápidamente. Yo sigo respirando pausadamente mientras lentamente comienzo a tomar consciencia.—Justamente eso iba a pedirte. Lo siento, tengo algo que hacer después de clases.
—Está bien. Supongo que no era un buen momento para ninguno de los dos. Pero seguirá pendiente, ¿cierto?
—Claro que si, Zack. Me encantaría.
¿Quién es Zack? ¿Es de los nuevos perros?
Espero pacientemente mientras me pregunto cuál de ellos podría ser. ¿Así que tendrá una cita? Creí que quería llegar lejos, no enredarse con perdedores como estos. Es curioso que poco tiempo haya desarrollado el sentimiento de posesividad hacia Grace, supongo que es porque ningún honey había pasado más de dos semanas a mi lado. Charles, mi psicólogo, suele decir que estoy proyectando a Vitoria en Grace y habla de algo del inconsciente que me importa poco entender. Solo no quiero que Grace salga con perdedores como este cuando toda su atención debería estar centrada en mí. Después de todo, le pago para que lo haga.
Un zape en la cabeza termina por terminar de despertarme. Estiro mis brazos hacia arriba a la vez que volteo a mirarla. Su cara de perro no ha desaparecido, pese a que hace unos segundos utilizo su voz de santurrona. Noto que ya nadie queda en el aula, habrá esperado a que todos salgan para golpearme.
—No me busques este fin de semana. Estaré ocupada.
—¿En qué?
—Que te importa. Mejor ve a buscar a tu pulgoso, a ver si Wiz no lo echo a la cacerola.
La veo levantarse dejando caer bruscamente mi mochila sobre el escritorio. Cruzamos una última mirada repleta de advertencia de su parte e indiferencia por la mía. Sale con los pasos rígidos y tiesos hacia la puerta y la veo desaparecer más rápido de lo que me gustaría. Solo hace falta que envié un mensaje y sabré que es lo que hace Grace fuera de la instalación escolar. Seria más fácil que ella me dijera que le sucede y no tener que llegar a estas instancias. Pero, como no lo hará, no me voy a quedar con la curiosidad.
Sol aparece en la entrada del instituto con Neo en sus brazos, el cachorro se remueve impacientemente en estos y me saca una sonrisa de inmediato al verlo tan emocionado. Lo abrazo con cariño mientras reparto besos nuevamente en su hocico y me pregunto porque no he tenido un perro antes. Lo recuerdo con cierto rencor: Vitoria es alérgica a los animales, así que papa y mama decidieron que no tendríamos mascotas para que fuese más justo para ambos.
—Jude —Miro hacia mi costado, Sakura camina hacia a mí con el bolso colgando en su brazo. A metros de nosotros, veo a sus hermanos fulminarme con la mirada frente a su coche —¿Dónde vas? Voy contigo.
—Claro, cariño —sonrió coqueto hacia la chica, recibiéndola con un brazo sobre su cintura.
Noto los ojos de Lyel abrirse en grande y a Elliot con la intención de arrancarme la cabeza. Sakura se da cuenta de lo mismo y deposita un besito en mi mejilla antes de adentrarse a la limusina. La sigo rápidamente y Sol no duda en arrancar un segundo, dejando a sus hermanos atrás con gritos e insultos sobre mi persona. Que crean que me quiera ligar a su hermana y actúen como estúpidos solo aumentan mis ganas de joderlos y, para mi diversión, Sakura siempre se presta para hacerles entender que nos tratamos mas como amigos.
—¿Y ese chucho?—hace una mueca de desprecio. Neo parece entender sus gestos porque le lanza un ladrido—¡A mí no me pelees, cosa horrible!
—Es solo un bebe —le recuerdo, divertido por su reacción.
—¿Y qué? Lo haré un bolso si sigue molestándome —Se acomoda en el otro extremo del asiento, dirigiéndole una mirada fulminante al cachorro.
Desde niños me he llevado mejor con ella que con sus hermanos, sobre todo porque Elise y ella han sido mis primeras amigas en el mundo. De pequeño era demasiado tímido para socializar con los otros masters, incluso con Jonathan y Evian. Será la influencia femenina que tuve de crió, pero siempre me he sentido mas cómodo con las mujeres que con los de mi propio sexo.
La veo hacer una mueca de dolor y llevando una mano sobre su vientre.
—¿Tienes la regla?—pregunto mientras acaricio a Neo, ya dispuesto a dormirse sobre mis piernas.
—Si, y es desagradable. ¿Por qué esta tortura solo va para nosotras? ¿Por qué ustedes no pueden sufrir y desangrarse por el pene?
—Biología humana —me encojo de hombros y miro hacia delante donde Sol me mira por el espejo retrovisor.—Sol, llévanos a la tienda de dulces más cercana.
—Si, señor.
La escucho suspirar, acomodándose el cabello hacia atrás.
—Por fin alguien que me trata como se debe. No como los ineptos de mis hermanos.
—¿Por qué no te deshaces de ellos? Te quedarías con toda la herencia y no tendrías que soportar sus falencias —le digo en tono serio, aunque ella percibe que es broma.
—Se hacen querer los inútiles. Pero tu mas —me regala una sonrisa que no tardo en devolver—Espero que jamás te cases para que me sigas consintiendo.
—A Elise no le molestará que siga haciéndolo.
Los compromisos entre los masters es complicado por dos razones: no quieren que se pierda el linaje familiar de las grandes cabezas, por lo que buscan casarlos con otros partidos que sean buenos, quizás no tanto como nosotros, pero sí que influya en las negociaciones. Mis padres en su adolescencia tuvieron que enfrentarse a dos familias negadas a su unión, sobre todo mi familia materna. Básicamente, al no tener otro heredero que Amelia, el apellido Daffodid se representa conmigo dentro de las flores al igual que el Uddobain. Es un poco complicado de entender porque es tan importante prevalecer, pero supongo que será por la antigüedad y el prestigio que se han formado los Daffodid, incluso antes que los Uddobain. Pueden joderse, de todas formas voy a quedarme con todo lo suyo porque es mío por derecho.
La expresión de Sakura cambia a una más seria y voltea su cuerpo hacia a mí, prestándome atención.
—Entonces, ¿se van a comprometer?
—No estamos seguros todavía.
No le cuento que Elise me confeso que está pensando en renunciar al puesto de los masters e incluso a la herencia. Un mundo como este es demasiado para ella y su alma jovial e inocente. No es tonta, sino que busca cuidarse a sí misma y sus propios intereses, algo así de perseguir sus sueños mientras vive los mejores años de su vida y no atarse a responsabilidades solo porque ha sido condenada a estas desde su nacimiento. Su familia puso un grito en el cielo cuando se los contó. Si bien el titulo de máster podría heredarse a su hermano menor, no tienen intenciones de desvincularla de la familia Cleader y perder el prestigio. ¿De qué manera quieren conseguirlo? Obligándola a casarse conmigo.
Los matrimonios arreglados es cosa común en nuestra vida, es una situación que ya damos por hecho que sucederá en el futuro. Antes que casarme con una desconocida preferiría hacerlo con mi mejor amiga. Pero si Elise no quiere casarse, tampoco me importaría echarle una mano para que se escape de su hogar, aun si eso se tratara de estar en problemas con mis padres.
—Deberían casarse. Ella siempre te ha gustado, incluso te gusta más de lo que yo te gusto —replica Sakura con cierto rencor en su voz.
Una vez me preguntaron a quien elegiría entre Elise, Sakura y Khaleesi. Dije Elise sin pensarlo y Sakura me resintió desde ese entonces. Después de todo, fuimos el primer amor del otro y nos aventuramos en un romance que recuerdo con cariño. No puedo decir que realmente la amaba, éramos muy chavales para darle un significado tan fuerte como el amor. Pero supongo que nuestra amistad fue más importante que los sentimientos de adolescentes hormonales y nuestras personalidades demasiado diferentes para ser compatible. Elise es romántica hasta la médula y yo soy un cabrón, no la merezco. Terminamos, lo que no significa que nuestros caminos deban dividirse. Sigue siendo mi mejor amiga y sigo prefiriéndola a ella por sobre todas las personas, pero Sakura no debe saber esto último.
—Nunca vas a dejarlo ir, ¿cierto?—inquiero con una sonrisa arrogante —Mira que soy cotizado, eh.
—Es que no entiendo porque la prefieres a ella antes que a mí —dice desconcertada. Pareciera que va a soltarme un berrinche.—Yo soy más linda que Elise y paso más tiempo contigo, ¡hasta me sumo en tus maldades y ella solo te regaña!
—Te consiento más que a ella.
—¿Y qué? Aun así sigues prefiriéndola.
—No te pongas así —intento tomarle de la mano, me da un manotazo y se pega contra la puerta—Anda, te comprare todo lo que quieras. ¿Quieres que te compre toda la tienda?
Una vez que dejo a Sakura en su casa, Sol la acompaña hasta la puerta de la mansión donde la recibe el mayordomo y toma las bolsas de golosinas y helado que le he comprado solo para que no siga molesta conmigo. Me habría gustado pasar más tiempo con ella, pero saber que estará haciendo mi honey en mi ausencia y la razón de su malhumor me tiene demasiado curioso para dejarlo pasar.
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Miro el mensaje nuevamente y repaso las imágenes desde el whatsapp de mi celular sin estar del todo seguro ahora si es algo en que debo entrometerme. Después de todo, ese asunto no es mío, solo le pertenece exclusivamente a ella. Pensé en marcharme de vuelta a la mansión en la playa o a la isla, esperar hasta el lunes para decirle que sé lo que compro y preguntarle que es lo que pretende hacer de ahora en adelante. Si realmente sucedió o no, si debe mantener o no su trabajo. Sería un desperdicio si Grace estuviese embarazada como presumo que así sea, ya no podría ser mi honey y adiós diversión.
Pese a que tengo las intenciones de enviarle un mensaje de rescindir el contrato, una vez que estoy por enviarlo me encuentro eliminándolo varias veces. Tiene el celular apagado, ni siquiera le llega lo que le he escrito y no me creo que en estos momentos se interese por el aparato.
—Señor, ¿quiere que baje a preguntar por la señorita Maddox?—pregunta Wiz en lenguaje de señas, volteando hacia a mi desde el asiento delantero.
—No—contesto despegando mi mirada de él, moviendo la cabeza hacia la ventanilla—Esperemos.
Y esperamos un largo rato fuera de una casa después de cambiar la limusina por un auto más común, o lo que se pueda de común. Tuvimos que pedirle al jardinero que nos prestara su chatarra para camuflarnos entre los de clase media-baja, estacionando frente la casa donde se supone que entro Grace hace horas, dejando a Sol en la mansión y llamando a Wiz para que viniese a recogerme después del seguimiento. Tuvimos que pasar por la casa de Jonathan y obligarlo a cuidar a Neo porque me arrepentí a mitad de camino de traerlo conmigo. El idiota se negó porque se encontraba demasiado cansado para querer hacer algo más que darse la vuelta y seguir durmiendo, y como Neo estaba igual de adormilado, simplemente lo deje a su lado y espere a que lo cuidase enserio cuando se percatara de su presencia o me encargaría de joderle la existencia.
Si bien, pensaba pasar mi viernes tomando cerveza y viendo lucha libre con el abuelo para revivir la época de oro de John Cena, no que estaría espiando a mi honey para saber si las pastillas abortivas eran para ella y si este aborto se estaba llevando a cabo. Quizá no fue buena idea del todo entrometerme en la vida privada de Grace. Sabía lo básico sobre ella después de investigarla: abandonada en la puerta de un hospital, viviendo una vida seguramente miserable en un orfanato que no cubría todas las necesidades correspondientes, adoptada por un pastor y una maestra que creían que podían salvar al mundo y limpiar el odio del mundo, como también la reputación que se cargaba frente a la comunidad religiosa y en el instituto anterior. También supe de sus amistades fuera en los barrios medios bajos como estos: adolescentes con usos problemáticos para beber alcohol y consumir drogas. Pero no había nada de abortos y agrupaciones destinadas a esto, ni mucho menos que Grace tuviese conocimiento para contactarse con estos.
No es demasiado tarde para marcharme y alcanzar al abuelo, quizás hasta nos tiraríamos una jugada de póker o dejar que me incite para ir a gastar dinero en uno de sus casinos personales o tener una cita con la nieta de alguna de sus pretendientes. Es estúpido que este aquí fuera perdiendo mi tiempo en alguien que simplemente podría reemplazar con un chasquido.
Pero, para mi sorpresa, me encuentro protegiendo este secreto de Grace, incluso de Sol. No me extrañaría que se la despidiera apenas se enterara, después de todo, su lealtad siempre estará inclinada hacia el patriarca de la familia Uddobain, y con eso me refiero a papá. No daría demasiadas vueltas, esperaría despedirla y ya para no vernos involucrados en escándalos. En cambio, Wiz me es mucho más leal de lo que Sol podrá serme una vez por encima de quien sea.
Tampoco me creo que persista ese nudo en mi estomago que empezó siendo pequeño y ahora parece abarcar más de lo que debería. ¿Por qué está tardando tanto tiempo allí? ¿Estará bien?
Mi celular suena con una notificación y apenas me doy cuenta cuando abro el whatsapp mas rápido de lo que me gustaría. Solo es Jonathan quejándose porque Neo le hizo pis encima mientras dormía, pero mis ojos se desvían hacia el chat con Grace y me sale un suspiro frustrado. Me ha bloqueado la muy desagradecida, ¿por qué no puede contestar mis mensajes sin tener que hacer esta acción necesaria? Solo termina por perjudicarse.
Cerca de eso de las once de la noche, cansado y hambriento, pienso en bajarme del auto e ir a tocar timbre hacia la construcción de al fondo de la casa principal. No me importa si se enoja, no es como si pudiese ir a dormir tranquilo esta noche si no sé que está sucediendo con ella. Sin embargo, antes de que pueda abrir la puerta, veo la figura de Grace salir de la pequeña casa y caminar en dirección hacia el auto. Se la ve mucho más relajada de que lo que se la veía hoy y en estas semanas.
—Síguela.
Wiz no se hace esperar y prende el motor segundo después que la pelinegra, siguiéndola a través de las calles saliendo de este barrio y entrando a otro mucho mas acomodado. Finalmente entra al estacionamiento del edifico donde vive.
—Esperemos aquí afuera —ordeno con paciencia. Salgo del auto y levanto la mirada directo hacia su ventana.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno.
Las luces de su departamento se prenden. Segundos después la veo salir por el balcón del costado lateral con un cigarrillo en las manos. Es todo lo que pude soportar mi curiosidad, por lo que ordeno a Wiz ir hacia su casa e ir a enfrentarla. No me interesa cuestionar sus decisiones, solo quiero saber si seguirá siendo mi honey o no para dejar de perder tiempo en ella. Hasta yo soy consciente que su condición no solo la jode a ella, sino también a mí. Las malas lenguas corren rumores maliciosos más rápido de lo que me gustaría, verme envuelto en un lío como este frente a mi familia y avergonzarlos es demasiado bajo, incluso para mí. Suficiente hemos tenido con decisiones estúpidas por parte de Vitoria.
Estoy decidido a preguntarle, a saber cuál es la verdad y que vendrá a partir de ello. Y por muy extraño que me sienta el peso en mí estomago, este no se disminuye ni aumenta una vez que la tengo frente a mí, observándome cansinamente mientras toma una copa de vino.
—¿Qué mierda haces aquí?
—Vine a hacerte compañía, córrete —le empujo suavemente para pasar dentro del departamento.
A contrario de la reacción de siempre, Grace no protesta y me deja pasar sin más, cerrando la puerta tras de sí. Me observa indiferente, con los brazos cruzados y todavía bebiendo. Pero son sus ojos que me expresan que no se siente tan bien como creo se hace ver. He aprendido de ella a través del tiempo juntos, quizás no demasiado para anticipar cada uno de sus movimientos, pero el suficiente para entender cuando no tiene buen ánimo y cuando sí. Incluso al enojarse es más energética de lo que se ve ahora.
—¿Quieres una copa de vino?
Nunca me ha invitado siquiera un vaso de agua las veces que aparecí en su departamento solo para matar el aburrimiento. Se lo acepto.
Nos quedamos afuera en el balcón fumando cigarrillos y bebiendo vino en silencio. No se muestra con ánimos de hablar, más bien parece pérdida donde quiera que se encuentre su mirada. Me entretengo observándola de perfil, desde su nariz pequeña, su piel blanca y delicada como mármol y las largas pestañas de sus ojos. Grace es hermosa y en una chica como ella ese rasgo es demasiado peligroso cuando sabe usarlo a su favor. Tal vez será ello o mi consciencia recordándome que su vida privada es solo suya, por más que hay parte de mí que se resista en aceptarlo.
—¿Dónde estabas?—pregunto finalmente.
No voltea cuando me contesta.
—Donde una amiga.
Otra acción inesperada: contesta con la verdad y no miente ni maldice como usualmente lo hace cuando se lo pregunto.
—¿Y qué hacían?
—La ayudaba con un problema.
Parte de mi se siente extrañamente aliviado por esa respuesta. ¿Debo suponer que las pastillas no eran para ella sino para su amiga?
—¿Era demasiado grande ese problema?
—Un poco. Pero no hay nada que se solucione en esta vida, excepto la muerte y la pendejes.
Es la primera vez que la veo de esta manera, siendo abierta conmigo. Grace no le gusta compartir sobre su vida con ajenos, menos conmigo. Ni siquiera con Daia o Lua cuenta demasiado, y eso que ellas realmente le caen bien. Se le nota cuando disimula el agrado hacia alguien, lo supe cuando comenzó a interactuar con Sakura, forzando sus sonrisas mentirosas y aun mas su actitud de santurrona.
—Entonces esas pastillas no eran para ti—suelto de golpe.
Grace voltea rápidamente hacia a mí con un gesto de sorpresa en los ojos que se van transformando en una ira que poco se detiene a contener.
—¿Me estuviste siguiendo de nuevo?—chilla histérica.
—Estabas demasiado extraña para no notarlo, Grace.
Toda paz que se encontraba en el ambiente se dispersa. Se levanta bruscamente tirando de la pequeña mesa redonda nuestras copas de vino y llevándose la botella hacia el suelo. Su respiración se agita a la vez que sus ojos se empañan de lágrimas, muerde tan fuerte su labio que se lo está lastimando.
Vaya, la cague enserio.
—¿Es que acaso tu vida de niño rico es demasiado aburrida para que te incumbas en la mía? —ruge sus palabras con ira que comprendo, por lo que me levanto lentamente, listo para ser echado a patadas. Está en su jodido derecho. Ya comienzo a arrepentirme.
—No creí que te encontraría en una situación como esta. Al menos, no a ti.
—¡Ja!—suelta una risa sarcástica. Su lado jodida comienza a salir a flote—¿No que para ti era una simple farsante? ¿Tengo que soportar tus psicopateadas solo por qué actuaba "extraña", según tu?
—Si te hace sentir mejor, me arrepient—
—No, no me hace sentir mejor—se acerca peligrosamente hacia a mí y siento la bofetada venir más pronto de lo que creía. Me ha golpeado fuerte, es la primera vez que lo hace. Le miro de nuevo a los ojos aun en shock, lucha para no soltarse a llorar—No sé qué carajos te crees que soy, pero no soy un jodido juguete tuyo con el que puedas controlar y usar a tu puto antojo, Jude. Esto es demasiado bajo, incluso para ti.
Noto como su respiración comienza a volverse más frenética. Doy un paso hacia delante, pero Grace me empuja con brusquedad.
—Lárgate. ¡Lárgate de mi casa ahora mismo!
No me da tiempo a replicar y creo merecerlo cuando sus empujones se vuelven más agresivos y me conducen fuera del departamento. Azota la puerta en mi cara y me quedo parado frente a esta. Es mi culpa, es cierto, pero no entiendo porque tiene que reaccionar de esta manera.
Levanto la mano para tocarle el timbre las veces que sean necesarios para que abra la maldita puerta. Pero tras unos segundos el timbre deja de sonar y sube el volumen de la música al máximo. Golpeo unas veces más hasta que finalmente me rindo, no lograre mas esta noche ni siquiera insistiéndole por horas. Además la cague y es entendible que no quiera verme.
Suspiro apoyándome en la pared con los brazos cruzados mientras pienso en cómo voy a solucionar esto. Tiene razón, es su vida privada. Pero yo necesitaba saber que era lo que le ocurría. Ahora lo sé, con consecuencias, pero lo sé. Por suerte y no es para ella, así que me siento un poco mas aliviado que cuarenta minutos antes.
Si, a veces soy un estúpido y me equivoco, pero preferiría morir que aceptárselo a alguien más que a mí, y ella está incluida.
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No he visto a Grace desde el sábado al mediodía que me echo a patadas de nuevo y con más gritos e insultos que el viernes en la noche. No volví a seguirla, simplemente envíe a Wiz a dormir en el coche fuera de la casa de su amiga una vez que supe que fue hasta allí, solo porque todavía no dejaba de sacarme el malestar en el estomago. El domingo solo salió a comprar a la tienda de la esquina y volvió con una bolsa cargada de frituras y helado. Termine por rendirme el lunes a la mañana cuando no la vi llegar a buscarme como todos los días.
Paso el lunes, el martes y el miércoles. Ninguno de esos días fui a la escuela esperando que la llamada del colegio la hiciera recapacitar sobre si debería volver a verme o no. Yo ya sabía sus movimientos porque ambos somos conscientes de quien termina por perder más si el contrato de máster-honey se termina.
—La señorita Maddox lo espera en su despacho, señor.
Dejo caer el balón al suelo y recibo la toalla que me brinda, caminando fuera de la cancha de básquet con pasos largos y rápidos mientras me limpio el sudor.
—Que nadie nos interrumpa por nada del mundo. Asegúrate que nadie pase por el pasillo.
Sol asiente con una breve inclinación con la cabeza. Debe pensar que solo estoy haciendo un berrinche y que no quiero ir a la escuela, intente actuar lo más normal posible frente a él, encargándome de las tareas asignadas y divirtiéndome con chicas. Sin embargo, nada podía aliviar el peso en mi pecho que se retorcía con angustia.
O dio sentirme así, con culpa. Más aun odio que sea a causa de Grace. No quiero darle ese poder.
Apenas entro en la habitación la visualizo, lleva puesto unos jeans oscuros con una chaqueta camuflada color verde, cruzada de brazos y el cuerpo tenso. Se ha atado el cabello con una cola de caballo, lo que deja más al descubierto sus ojos fulminantes que parecieran querer enterrarme vivo en una losa.
El sentimiento que lleva molestándome los días pasados se acrecienta y me cuesta por un momento manejarlo. Disimulo los nervios que han comenzado a florecer y le hago gesto a Sol para que salga de la habitación. Tras otra inclinación, mi mayordomo se marcha y nos quedamos a solas en un tenso ambiente que parece querer cortarse con un respiro de más. Le observo atento, intentando leer cuáles serán sus siguientes movimientos. Grace a veces es demasiado evidente, otras es demasiado misteriosa para mi gusto. A veces no sé como actuará y hace lo contrario a lo que espero, y generalmente no sale algo bueno de ello.
No esquiva mis ojos en ningún momento, en cambio a mí se me complica verla sin sentirme como un crío odioso. Me penetra de tal manera que es difícil poder sostenerle mirada por demasiado tiempo y me obligo a mirar hacia una mesa con aperitivos, dirigiéndome a esta.
—¿Gustas agua?—pregunto lo más neutral que puedo, sintiendo en todo momento sus ojos sobre mí con intensidad.
—No—responde rotundamente.
Dejo la jarra y el vaso de cristal sobre la cacerola de plata y giro mi cuerpo hacia la pelinegra, todavía está con la misma postura que antes y hasta más tensa. No puedo seguir evitando lo próximo, no después de lo furiosa que está conmigo. Un paso en falso y el asunto se complicaría más de lo que esta.
Camino alrededor de ella mirándola de reojo, Grace me sigue con la mirada hasta que llego detrás del escritorio, me siento en la silla y le hago un gesto para que ella lo haga también, sin embargo se queda parada con los brazos cruzados. Me acomodo nuevamente el saco y muerdo mis labios, esperando a que hable.
Grace estampa su mano sobre el escritorio, sobresaltándome. Una vez que la retira veo unas hojas apiladas frente a mí. Las tomo con curiosidad y echándole una mirada interrogativa, pero al volver a las hojas me doy cuenta que es una carta de documento, específicamente un contrato.
—¿Qué es esto?
—Léelo primero y después lo discutimos —se sienta finalmente en la silla, no por ello menos tensa.
Centro mi atención en los papeles.
"Por este medio, queda pactado las siguientes normativas que se deberán cumplir al pie de la letra en la relación laboral y personal de Jude Alexander Uddobain Daffodid y Grace Madison Maddox..."
—Vaya, hasta mi nombre completo pusiste —comento en un tono de broma, intentando aligerar el ambiente. Grace no responde, por lo que prosigo a leer las clausulas.
"1) El contacto entre los nombrados no se limitara mas allá de la escuela y actividades extracurriculares como el entrenamiento para los juegos drops o una fiesta importante en que se requiera estrictamente la asistencia de la señorita Maddox.
1. El señor Uddobain no se pondrá en contacto con la señorita Maddox en caso de no ser por lo mencionado anteriormente.
2. Se respetara la vida de afuera de los involucrados, por lo que seguir, acosar y cuestionar sobre la vida privada de cada uno está terminantemente prohibido. A su vez, está prohibido hablar sobre el volver a mencionar el tema..."
Dejo de leer para mirarla con la ceja alzada.
—¿Quién demonios te asesoro? Esta escrito horrible.
—Lo redacté yo misma—replica con el ceño fruncido y los puños apretados. Pareciera que en cualquier momento me sentara un golpe—Es simple, Jude: mantente en tus límites. No puedes entrometerte en mi vida personal como si yo te debiese algo. Suficiente hago con realizar tus tareas y limpiarte el culo con cada cagada que haces, incluso fuera de mi horario de trabajo.
—Te pago lo suficientemente bien para que trabajas las 24 horas para mí.
—Si, pero no por ello significa que tengo que vender mi vida a cambio de unos billetes. Preferiría una paga más baja en vez de tener que seguir tratando con tu lado psicópata.
Respiro profundamente antes de exhalar por la nariz. Si, hice mal en seguirla y mandarla a investigar. Pero la conozco hace poco, relativamente, y nunca se sabe que harán las personas incluso si las conoces hace años. Nunca sabes de quien vendrá el puñal por la espalda.
—Solo me ocupo de lo mío.
—Exacto. Ocúpate de lo tuyo, pero yo no soy de tu propiedad. Y no entiendo cómo puedes pensar que alguien te pertenece.
Se me cierra la garganta al momento en que quiero espetar, la culpa no me deja avanzar ni tampoco el arrepentimiento. Sé que tiene razón, solo que soy demasiado orgulloso para admitirlo o querer cambiar mis acciones. No solo lo hago para cuidarme, es que enserio me preocupe de que algo estuviese sucediéndole y yo sin enterarme. ¿Y si el embarazo era suyo? ¿Me lo habría dicho?
—¿Y si te pago mas para evitarnos todo este rollo?
La mirada decepcionada y molesta que me dirige Grace me sienta mucho peor de lo que me imaginaba, por lo que desvió mis ojos porque no puedo seguir sosteniéndola. ¿Por qué simplemente no deja las cosas como están y hace todo este lió?
—Me gusta el dinero, a decir verdad. Me encanta. Creo que después de mi familia, es lo que más amo—se sincera sin vergüenza alguna, y es su mirada determinante la que me pone en alerta—Pero no estoy dispuesta a soportarlo. ¿Qué te crees? ¿Qué soy tu puta que por un par de billetes haré lo que quieras? Pues no, Jude. Este es mi límite. Así que lo tomas o lo dejas.
—¿Y si no lo tomo qué? ¿Vas a renunciar?—digo en tono burlón, recordándole quien estará mas jodida de los dos si llega a esa instancia.
—Renunciar no es una opción para mí. Pero quizás debería cobrármelas de otra manera —sonríe altanera, como si supiera algo que yo no. Me pongo tenso y comienzo a molestarme. Grace es capaz de traicionarme, no tiene lealtad alguna hacia a mi.—No te metas conmigo, Jude. He sido paciente y buena en todo este tiempo, no me obligues a llegar a instancias que no quiero.
—A ver, ¿qué instancias? ¿Qué sabes?—me inclino hacia la mesa, retándola a que lo diga.
Grace se queda quieta, aun así segura de sí misma y sus palabras. La analizo determinadamente, puede que no sepa nada y quiera doblegarme a base de mentiras, aunque tampoco estoy dispuesto a quedarme sentado y dejar que haga lo que quiera conmigo.
—Has comprado ilegalmente pastillas para abortar. ¿Crees que a tus padres les gustaría ello?
La veo tensarse y sonrió engreído por tenerla en la palma de mi mano, justo como me gusta que estén las cosas. Me descoloca un momento su sonrisa llena de seguridad.
—Lo que no me creo que le gustará a tus padres será que sepan que has perdido dinerales en un negocio estúpido que hiciste cuando te dijeron que no hicieras, y que encima de eso, no has recuperado ni la mitad.
Paso la lengua por una de mis mejillas intentando controlar la ira que acrecienta. Tomo uno de los dulces del tazón siempre disponible en mi escritorio y me lo llevo a la boca para no soltarle un grito. Verme mas alterado solo aumentara su confianza y yo dejare al descubierto cuanto me afecta. Era un negocio simple, o eso creí. Ni Amelia ni Alexander estaban de acuerdo y dijeron que era demasiado joven para involucrarme en esos asuntos, pero creí que sería fácil y que les dejaría asombrados con mi capacidad. No conté con que ese imbécil se fugara con mi dinero. Pude atraparlo, pero para esto se gasto más de la mitad y preferí darle una paliza antes de llevarlo a la corte y se descubriera mi ineficiencia. Lo que no entiendo es cómo Grace sabe todo esto.
—¿Creíste que eras el único que observa al otro? No se me pasan desapercibidos tu malhumor ni tampoco tus secretitos con Sol. Además, te escuche cuando le decías a Wiz que lo enviara derecho al hospital por el asunto de la estafa. Y también lo he grabado.
Mueve su celular en el aire con superioridad. Miro profundamente el aparato y en un segundo me estiro para rebatárselo. Grace es más rápida y se lo estampa dentro del brasier. Le hago una sonrisa, pese a que no tengo ánimos ni buen humor. Nos incorporamos al mismo tiempo, dispuestos a pelear con dientes y uñas si es necesario.
—No me molestaría meter mi mano dentro de tus lindas tetas. ¿Me lo das mientras te lo pido de buena manera?
—Genial, acoso se sumara a la demanda. No me creo que tu madre, militante activa al feminismo, le guste todo este show de macho patriarcal. Y para que sepas, estoy grabando todo ahora mismo.
No dudo un segundo más antes de saltar sobre el escritorio y correrla. Grace es rápida, tiene lindas piernas que son ágiles como una gacela, pese a no ser demasiado alta. Escapa de mí de un momento a otro, saliendo a tropiezos de la oficina. Le sigo por detrás gritando que la detengan, pero se hace un arma con un bate de béisbol que lleva uno de los empleados después de recoger el desorden que deje afuera. No duda un segundo en plantearles unos golpes a los guardias e incluso se atreve a amenazar a Sol, quien levanta las manos hacia arriba con una expresión neutral pero ojos divertidos. De seguro debe estar feliz de que me jodan.
Grace se escapa por una ventana y se me para el corazón de verla saltar por el segundo piso, por lo que me acerco rápidamente a comprobar que está bien. La muy desgraciada cayó sobre la cama elástica que deje afuera, por lo que no se ha hecho ningún daño y se apresura a bajar de allí. Me sube el dedo del medio en forma de victoria. Estoy por saltar también, pero los guardias me toman por detrás.
—¡Señor, no!
—¡Suéltenme, maldita sea!—grito ya molesto y me retuerzo con fuerza para que me dejen libre.
—¡La isla está llena de seguridad, la atraparan tarde o temprano!
Eso no me deja tranquilo, por lo que corro hacia las escaleras y las bajo de dos en dos. Llego abajo y veo a Grace esquivando a los guardias como la escurridiza que es. Levanto una mano en su dirección para que se queden quietos, después de todo es un asunto entre ambos.
Me acerco un poco con las manos en alto, lo que no minimiza que siga a la defensiva, dando un paso atrás cada vez que acerco uno.
—Vamos a calmarnos, ¿de acuerdo?
—Jodete. Ojala que te jodan por el culo, desgraciado de mierda —suelta con odio que no se detiene a explayar.
—Si, lo sé. Ojala yo también pueda joderte a ti.
Mi broma no le gusta una mierda, por lo que toma una piedra del suelo y me la lanza. La esquivo de pura gracia y le miro incrédulo.
—¿Sabes el juicio que te armo si esa roca me rozaba la cara?
—Ya tienes cara de estúpido, ¿qué haría un poco más o un poco menos?
—Tu despido inmediato y un millón de dólares de demanda.
Mi amenaza no surge efecto en ella, pues sabe que tiene todas las de ganar.
—Si, pero no me creo que tu padre le guste un escándalo como ese. Imagínate, el hijo de los Uddobain denunciando a la hija de un pastor que le sirve de Honey y que encima se encarga de hurgar en su vida privada y que la explota laboralmente. Porque también tengo pensado exponer toda tu mierda. Si yo me hundo, te juro que te vienes conmigo, Jude Uddobain.
Lo suyo no es una amenaza, es una advertencia de lo que hará. Me tranquilizo, poniendo la espalda derecha y con un semblante serio, listo para negociar. O eso es lo que intento hacerle creer.
—¿Quieres que firme ese estúpido contrato? Bien, pero borra todo lo que estas grabando.
—¿Me crees pendeja? Por supuesto que no—entrecierra la mirada, completamente desconfiada, y hace bien—Lo borrare a fin de año, después de que cumplas con cada una de mis condiciones.
—No confió en ti. ¿Cómo sé que no lo expondrás antes de tiempo?
—Porque tú tienes un secreto mío, así que es mejor callarnos por el bien de ambos.
Le miro entre molesto y frustrado por dejarla salir con la suya. Me niego a que todo sea como ella quiere, me niego a perder contra Grace. La veo cerca de la piscina y no lo dudo un segundo más antes de correr hacia ella. Tarda en responder, pero ya es suficientemente tarde cuando la abrazo y nos lanzamos hacia la piscina. El agua nos recibe completamente helada y el frío llegar hasta mis huesos. Salgo hacia arriba y veo a Grace batallar por lo mismo, por lo que la abrazo por la cintura para mantenerla a flote. Sus golpes y gritos no tardan en llegar.
—¡No sé nadar, imbécil de mierda! —reparte manotazos en mi pecho que lo único que me hacen es sonreír por lo histérica que esta, pero también duelen.—¡Porque no te mueres de una vez!
Me toma por sorpresa cuando hunde mi cabeza sobre el agua y no tengo tiempo en tomar respiro, por lo que termino tragando agua de mas y lucho para volver hacia la superficie. Una vez que logro salir victorioso, la abrazo de tal manera que sus brazos quedan apresados contra mi pecho.
—¡Echaste a perder mi celular, simio estúpido! ¡¿Ahora como mierda voy a comunicarme?!
—Luego te compro otro, de todas formas no te servía de nada —le muestro esa sonrisa soberbia que tanto odia, por lo que no tarda en soltar más palabrotas.
—Para que te quede claro, tengo más copias de tu maldito audio de la estafa...
—Me da igual. Las cosas no se harán como tú quieras. El jefe soy yo.
—¡Jefe de qué si solo eres un niñato inmaduro!—patalea para alejarse de mi. La suelto y ella pronto se hunde, por lo que la sostengo de un brazo para evitar que se ahogue.—¡Y ahora quieres matarme!
—No exageres, eres tú la que se muere por hundirme. Lo que no me molestaría si fuese en la comodidad de una superficie, o si quieres podemos hacerlo aquí. No jodería...
—¡Aghh, cállate de una puta vez, Jude! ¡Eres un bruto de mierda!
Estoy por soltar una gilipollez con la intensión de cabrearla más, solo porque es más divertido verla de esta manera. Pero una risotada en lo alto nos hace detener nuestro espectáculo y miramos hacia la misma dirección. En el balcón se encuentra el abuelo Uddobain fumando un abano y sin poder parar de reír. Grace se encoge en sí misma, con una expresión de terror al verse descubierta.
—¡Eso, preciosa, pon a ese idiota en su lugar! —aplaude con devoción, haciéndome sonreír por su actitud.—Venga ya, salgan de esa piscina antes que se resfríen, los espero en mi despacho que tenemos cosas de que hablar.
Se da media vuelta para entrar dentro de la casa. Grace aprovecha para darme un último manotazo y acepta la ayuda de los de seguridad para sacarla de allí, por más que hace unos momentos los tenía dándoles con el bate y la promesa de romperle las piernas. Uno de ellos me pasa una manta, pero la uso en ella. Grace no deja que se la coloque, simplemente me la arrebata todavía molesta y se aferra a esta tiritando de frió. Me llega la culpa de verla así, quizá debí pensar mejor antes de lanzarnos contra la piscina.
Envió a Grace a una de las habitaciones de huéspedes y ordeno a unas empleadas a buscarle ropa adecuada para ella. Tras treinta minutos en que ambos nos aseamos con agua caliente para evitar un resfriado, nos encontramos los dos frente al abuelo con los papeles de Grace, leyendolos. John Uddobain es el patriarca oficial de la familia, pese a que se haya alejado de los negocios y dejado todo en manos de su hijo. Siempre ha sido un viejo controversial que se veía enfrascado en escándalo tras escándalos por tus amoríos con los personajes de la farándula, quizá es por ello que mi padre aborrece tanto los escándalos y evita que todo llegue a la prensa. Pero el viejo cambio radicalmente después de que la abuela se enfermara, llevando una vida más casera y mas dedicado en su relación.
Después de que la abuela murió, el abuelo renuncio a su puesto y comenzó a vivir con nosotros tras su depresión. Paso de ser ese tipo rígido y arrogante a un viejo con ganas de explorar el mundo, aventurándose por la selva como si fuese Indiana Jones. Solía acompañarlo en mis vacaciones, pero se acabo después de que un caimán intentara comernos y mama le pusiera un putazo sin importarle que fuese su suegro. En definitiva, se volvió como un adolescente más y también un gran confidente, así que Grace no debería de preocuparse. El viejo nunca dice nada.
—Debo decir que me han hecho el día más interesante y feliz de lo que creí que sería cuando desperté —suelta una risita y observa divertido el contrato—Cariño, no sé quién te asesoro, pero incluso si el enclenque firmara esto no tendría validez.
Volteo hacia la pelinegra con una sonrisa socarrona mientras esta me la devuelve fulminante. Le dije que la asesoraron mal.
—Tengo a un abogado a una llamada de distancia, ¿quieres que le llame?
Es mi turno de fulminar, esta vez hacia mi abuelo. Grace parece descolocada y algo desconfiada, pero la sonrisa del abuelo parece hacerla dudar.
—Se supone que yo soy tu nieto.
—Si, y por ello sé que eres un pelmazo cuando quieres—menea la cabeza con decepción fingida—Mira que te entiendo, esta señorita es hermosa. Me recuerda a mi dulce Kotoko...
—¿La amante japonesa con la que engañabas a mi abuela?—recalco cada palabra, a ver si eso le jode más de lo que me jode a mí que se este volviendo en mi contra.
—Auch—finge dolor a la vez que pone una mano sobre su corazón, su sonrisa burlona indica que poco y nada le importa.—Te llamas Grace, ¿cierto?
—Si. Lamento haberle dado una mala imagen y que haya visto el espectáculo con su nieto —la Grace dulce y respetuosa vuelve, aunque en vano porque el viejo ya la vio en su peor estado.
—No te preocupes, hasta a mi me saca de quicio este bebe de mama —gruño al escucharle nombrarme así. No hay derecho—Por el momento, deja que me ponga en contacto con mi abogado para que este documento tenga sentido. ¿No tienes más exigencias, señorita?
Veo que ella no sabe bien que responder, por lo que menea con la cabeza en negación. El abuelo le sonríe con verdadera simpatía, esperando a que ella le brinde su confianza.
—Bueno, es mejor que vayas a tu casa. O al menos a comprarte un nuevo móvil. —el abuelo me hace un gesto con la barbilla que no logro entender—Dale tu tarjeta de crédito. ¿Creíste que te saldrías librado sin consecuencia alguna?
—No esperaba que las consecuencias vendría contigo metiendo tus narices en mis asuntos.
—Tengo una nariz y tu una única salida si no quieres que sea yo el que le diga a tus padres que te estafaron —se ríe burlándose de mi. Siento las mejillas enrojecerse por la furia y la vergüenza.—Ahora hazlo.
A regañadientes se la dejo en la mesa con brusquedad. El abuelo y Grace parecen ponerse de acuerdo porque voltean los ojos en blanco. Grace no duda un segundo en tomarla, dirigiéndome una sonrisa socarrona. Se ha salido con la suya, maldita sea.
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No sé que han hablado el viejo y Grace, pero ella ha vuelto a la escuela y de mejor humor, como si las cartas se hubiesen volteado a su beneficio. No la dejo ser tan feliz en la semana, pues me escapo un par de veces de clases y me voy a dormir en algunos escondites de la escuela que ella todavía no logra conocer. Cree que seis meses le bastan para sobrepasar todos los años que llevo metido aquí dentro.
El viernes incluso está de buen humor, pese a que se le nota un poco ansiosa para irse de una buena vez. En la clase de economía proseguimos con el proyecto semestral de crear nuestra propia empresa. Para ello nos dan un aula aparte a cada grupo y no tardo demasiado en exponer en el pizarrón la idea que he estado desarrollando en mis tardes libres. La escuela me importa una mierda, no siento que me estén enseñando algo que no pueda aprender por mi cuenta, que ya no sepa o que me sirva para mi profesión, pero la clase de Economía es distinta. Esto si sirve para quienes seremos la cabeza de nuestra familia de mañana.
Jonathan se mantiene escuchándome con pereza, como si le valiera mierda la propuesta. Grace por su lado bosteza y hace anotaciones en su libreta. La única que no se ve feliz es Lua.
—Veo que has hecho un gran trabajo armando el proyecto por tu cuenta, pero ¿en qué momento metemos bocado nosotros?—señala a su máster y a mi honey algo molesta.
—¿Y me importaría tu opinión por qué...?
La boca de Lua se abre con indignación y veo como poco a poco se va enojado.
—Porque es un proyecto entre todos, no solo existes tú, pedazo de arrogante.
—Cuando sepas mas de negociaciones y empresas que yo, vienes y me dices. Pero no pierdas tu tiempo porque aun así no me importaría.
—No veo que te importe algo más que tú y tu culo soberbio, así que tampoco me gastaría en tratar con imbéciles.
—Felicidades, ya tratas con el peor imbécil de la historia —replica Grace con indiferencia, centrada en su libreta.
Lua y Jonathan voltean a ella, algo sorprendidos por su contestación. Grace en general no se mete mas que para ser de mediadora, y por más insultos que reciba de Lua o de otra persona, jamás se pone en mi contra. Le miro desconfiado porque sé que ha hecho ese movimiento apropósito, no es tan descuidada para dejarse ver con otro máster e incluso con Lua, que es algo así como su amiga. Tiene algo entre manos y no me gusta.
—Al fin que insultas a este macho neandertal —dice la rubia contenta—Ahora deberías darle unos cuantos golpes a ver si deja de ser tan mandón y narcisista.
Grace le sonríe sorna y voltea a una mirada socarrona en mi dirección. Le fulmino con la mirada de inmediato, es oficial que algo se trae entre manos.
Cruzo la vista con Jonathan, quien levanta las cejas como si buscara una explicación que todavía no quiero darle, menos frente a las dos honey.
—Estoy de acuerdo con todo lo que has dicho —dice finalmente para zanjar el tema anterior—Y por favor, deja a las chicas también participar en la idea.
Frunzo el ceño y meneo con la cabeza. Jonathan pone los ojos en blanco y mira hacia su honey.
—Lo intente —informa desinteresado, y como no si esto de la herencia familiar y los negocios le vale una mierda.
—¡Ni siquiera has hecho un esfuerzo!—reclama Lua y voltea hacia a mi todavía molesta—Yo también tengo ideas para la empresa, así que...
—¿Te callas si te dejo mostrar cual es la tuya?—digo cansino, extendiéndole el marcador indeleble.
Con una sonrisa confiada y lista con su libreta, Lua me arrebata bruscamente el marcador y yo prosigo a sentarme a un lado de Jonathan, listo para escuchar a ver que tiene para presentarnos. No evito mirar de reojo a Grace, quien ahora esta más interesada y prosigue a oírle atentamente e ir rápidamente a su libreta para anotar.
Grace es muy organizada en cuanto a la escuela. Ella siempre se adelanta a los hechos, y pese a que tenemos que entregar una tarea para la semana entrante, ya me tiene ese mismo día jodiéndome para que la haga. Estudia los contenidos por anticipado y explica muy bien cómo resolver cada problema de matemática o se explaya sobre los libros y las posibles teorías que se arman en su mente. Me gusta hablar con ella porque sientes que aprendes más, así que las conversaciones con Grace se vuelven interesantes cuando no nos ocupamos en jodernos el uno al otro.
Una vez que terminen las clases, no se niega al decirle que me acompañe a llevar a Neo al veterinario para que lo revise. Incluso hasta me atrevo a pedirle que me lleve en su auto, consciente de que Sol estará atento a lo que hablemos. Grace lo hace sin replicar, aunque no por ello no se moleste un poco.
Tras que Neo recibe una vacuna y le compro unos bocaditos por aguantarse la inyección, en silencio nos dirigimos hacia la casa de la playa.
—Tenemos que hablar. Vamos a una cafetería.
Grace voltea hacia a mi aprovechando el semáforo en rojo. Su semi sonrisa tranquila y calmada me pone los pelos de punta y más en alerta.
—¿Me lo estas ordenando o me lo estas preguntando?
Hago presión con mi lengua sobre mi mejilla para evitar darle el gusto. Prendo un cigarrillo dentro del auto, haciéndole fruncir el ceño.
—Ni siquiera yo fumo aquí dentro.
—Genial, ya estoy estrenando tabaco en tu chatarra —le suelto con acidez, abriendo un poco la ventana para que se despeje el ambiente—¿Nos tomamos un café o no?
—En mi departamento, entonces.
Hubiese preferido un lugar público para evitar un futuro golpe de su parte y mas gritos, pero Grace se ve demasiado tranquila que no puedo dejar de estar en alerta. Voy a tener que joderlo al viejo para que me diga qué demonios se traen entre manos, porque no me creo que solo venga de ella.
Grace me ofrece una taza de café sobre la mesa una vez en su departamento. Neo esta en el suelo recorriendo el lugar y olfateando. Sonrió cuando le veo levantar su patita y mearle el sillón. Grace no se ha dado cuenta y espero que lo haga cuando el olor se quede prendado en su sofá.
Doy un sorbo al café antes de hacer una mueca de asco y lo dejo sobre la mesa, más alejado de mí. Ella pone los ojos en blanco.
—Entiendo que no es el café suizo que te mandas a pedir, pero por los cielos, bébetelo.
—No, gracias. Preferiría no matar mi buen gusto y ser conformista con semejante porquería.
—Pero que delicado —suelta con sarcasmo y prosigue a dejar su tasa al igual que yo.—Bien, ¿de qué quieres hablar?
—¿Que conversaste con el abuelo?
La sonrisa de Grace se ensancha, se toma su tiempo en acomodarse el cabello y rebuscar en su celular. Comienza a dolerme la cabeza por tanta intriga que estoy a nada de arrebatárselo otra vez.
—Pues me convenció de no mandarte al frente con tus padres. Pero, a cambio, me dio algo jugoso para extorsionarte. Y no me avientes el celular que tengo copias hasta donde no te imaginas.
Deja el móvil en la mesa y un video comienza a reproducirse. Me quedo en transe ante el escándalo que se produce y el ridículo que hicimos con Jonathan y Evian en mi cumpleaños número 14. Paro el video en el momento en que Evian me vomita encima y se me cae parte de su mierda en mi boca. Hago una mueca de asco y empujo con fuerza su celular entre furioso y con ganas de vomitar. Nunca voy a perdonar ese pendejo por ello, mucho menos a mi abuelo por grabar ese momento de mierda.
—Y no te pienses que no tengo más, que hasta me ha pasado las veces que te disfrazabas con Sakura y que fuiste el modelo principal de Elise para sus vestidos y crops.—siento como la sangre abandona mi cara y Grace no lo resiste mas antes de soltar una risotada llena de malicia—¿Quién diría que te gustara disfrazarte? Por poco y me he creído que tienes otra vida, Judith.
Inspiro profundamente por la nariz para retenerme antes de que enserio aviente su celular por la ventana. Me hago hacia atrás con la espalda chocando contra la silla, maldiciendo al viejo desgraciado y también a mis amigas. ¿Y por qué no? A mí también por siempre querer cumplir sus caprichos.
Judith es el nombre con el que me bautice desde niño al probarme vestidos y jugar a la hora del té con las chicas, y si bien no es secreto para Khalessi, Elise y Sakura, jamás hablamos de esto después de que mi abuelo nos encontrase cuando teníamos once años. A partir de allí deje de hacerlo, más consciente de que no necesitaba ponerme un vestido para sentirme parte de su grupo o que no tenía nada de malo llevarme mejor con ellas que con los chicos.
Pero que Grace lo sepa es como si me exhibieran desnudo frente a toda la nación.
—Entonces, así quedamos —sentencio finalmente tras unos segundos de pensar. Gano la batalla, para qué mentir—No me inmiscuyo en tu vida y tú dejas de hurgar en la mía.
—¡Que bien que por fin nos estemos entendiendo! —suelta con alegría excesiva y actuada—Ahora, creo que me merezco algo, ¿cierto?
Aprieto mis labios porque primero muerto antes que hacerlo.
—Oh vamos, no te gustaría que tus amiguitos se enteraran de esto, ¿cierto?
—Era un crío. Me cuesta decirle que no a mis chicas preferidas.
—Oh, ¿enserio? Siendo así, no debería molestarte que...
—Lo siento —mascullo por debajo, apretando los dientes con fuerza.
Ladea su cabeza para acercar su oído en mi dirección.
—Disculpa, que no te he escuchado. ¿Lo dices más fuerte?
Me estiro hasta quedar a nada de su oreja y chillo.
—¡LO SIENTO!—se tira hacia atrás con sobresalto y una mano sobre su oído. Yo me siento en mi lugar con una sonrisa satisfactoria. Grace no duda en fulminarme con la mirada, pero me da igual—Ahora si escuchaste, ¿cierto?
—Pedazo de imbécil.
Podrá haber ganado esta batalla, pero ni significa que no vaya a vengarme después. ¿Extorsionarme a mí? Por favor, como si lo dejase permitir tan fácilmente.
Nos quedamos callados un momento en que Grace se da cuenta que Neo le ha meado toda la casa y se pone a chillar mientras comienza a trapear. Yo le hago mimos a mi mascota por su buena acción del día y prometo jugar con él mas tarde. Ahora que lo tengo a Neo los días ya no se sienten tan solos ni tan largos, más bien es una compañía incluso cuando estoy con demasiados papeles y necesito distraerme un momento.
Vuelvo la atención hacia Grace que ha bajado su malhumor y se mantiene atenta a su celular dejando de lado el trapeador. Lleva una expresión seria y prosigue a responder el mensaje con rapidez. Suenan las notificaciones un par de veces en que vuelve a contestar de manera tan rápida. Y un suspiro pesado y algo triste salen de ella. Ya no se ve tan confiada y segura como hace un momento, sino más bien desanimada.
He querido preguntarle esto todos estos días, pero no sé bien si hacerlo. Ya ha dejado en claro que tiene cartas bajo la manga para joderme si sigo inmiscuyéndome, es solo que no he dejado esto en mente desde ese entonces.
—Grace —le llamo. Ella voltea hacia a mi sin ganas—¿Tu amiga está bien?
Me observa profundamente con desconfianza, como si temiera decir algo de más. Titubea un momento antes que otro mensaje le llega y prosigue a leerlo de inmediato. Con la mirada perdida en este, contesta:
—Espero que si lo esté.
Sé que prefiere que no me meta en sus asuntos, pero no quiero callarme y que no lo sepa.
—En todo caso, puedes contar conmigo…
No se me pasa desapercibida la sonrisa burlona y algo tensa que forma.
—Que sabrás tú, niño rico. No te necesito en lo absoluto.
Me encojo de hombros. Sabía que se lo tomaría mal, pero no está de más que lo tome en cuenta para cuando lo necesite.
Jaeger.
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Re: The Honey System
Capitulo 05.4
Honey is Mei Maddox and Master is Jude Uddobain Jaeger.
- que es malo y que es bueno realmente:
El fin de semana me entretengo con el abuelo mirando videos de las luchas de John Cena mientras bebemos cerveza hasta que el viejo se le ocurre que deberíamos ir a uno de sus clubs con su nueva novia. La señora Matilde ronda a eso de los cincuenta y es bastante simpática y divertida, parece estar en la misma sintonía que el abuelo porque hasta se ríe de sus chistes malos. No una risa falsa, sino mas bien que parece pasársela genial. Me negué a desperdiciar mi noche en su cita, así que llame a Jonathan y Evian para que me hagan compañía.
Los dos llegan al momento en que el abuelo hace sus trucos de magia para encantar a su novia y nos vamos hacia la zona vip donde tenemos una mesa de billar.
—¿Como va el entrenamiento para los juegos drops?—pregunta Evian mientras bebe su cerveza.
—Regular, como siempre —comenta Jonathan.
—Hemos estado practicando con Grace.
—¿Es el próximo mes?
Asentimos con Evian al mismo tiempo que volvemos al juego. Los juegos drops son divertidos porque hay demasiada competencia. Ninguno quiere perder a su honey, hasta Jonathan, que no se gasta en nada innecesariamente, le pone un poquito mas de esfuerzo. Por mi parte, no me preocupo. Siempre soy el primero en el juego, con o sin honey a mi lado.
—Por cierto, ¿qué ha pasado con Mei? Jonathan me dijo que se veía rara ayer.
Le dirijo una mirada fulminante a mi amigo, quien se encoge los hombros. Maldito cotilla.
—Pues nada, Grace es así.
—¿La dulce y respetuosa Mei?—dice incrédulo.
—Tú mismo la viste el otro día que llego a mi guarida en la escuela.
Evian se queda pensando con el palo entre sus manos, apoyando el mentón en estas. Jonathan se levanta con pereza y se centra en hacer su tiro. Una bola entra y se prepara nuevamente para hacer otro tiro.
—¿Y siempre es así o solo cuando eres un estúpido?
—Que halagador es saber la buena opinión que tienes de mí.
Evito contesta la pregunta. Si Grace no quiere mostrarse tal cual es porque tiene sus motivos.
—Tienes que admitir que a veces te pasas de línea, Jude—no logra embocar a otra bola, pero eso no le molesta. Se endereza enviándome una mirada—¿Otra vez la seguiste?
—¿Soy tan evidente?—me burlo, ladeando la cabeza hacia el costado con una sonrisa traviesa.
—Eso es un sí, entonces.
Llega el turno de Evian y paramos nuestra conversación para ver si logra anotar otro punto. No lo logra, así que sonrió victorioso porque solo queda un punto para poder ganarles. Me tomo mi momento antes de dar el último golpe y fallo miserablemente.
Jonathan es el siguiente y termina por ganar él, por lo que exijo otra ronda que ninguno se niega, suficientemente conscientes que no voy a dejarlos en paz hasta que gane.
—Si tanto desconfías de ella deberías despedirla —aconseja Jonathan.
—Creo no haberte pedido tu opinión.
—Tampoco me pidieron ser tu amigo, pero aquí estoy —se encoge de hombros nuevamente. Yo le sonrió y meneo con la cabeza, divertido.
—Cuéntanos, yo sé que quieres hacerlo—Insiste Evian dándome un empujón leve con su brazo en el mío.
Omito toda información de más y les cuento. Que Grace estaba extraña la semana pasada y decidí que debería seguirla. Que descubrí algo de su vida privada y se lo dije porque no quería guardármelo para mí y creí que ella debería saber que lo sé. La pelea en la mansión y el poder que le dio el abuelo para joderme.
Nunca fui muy unido a Jonathan y a Evian, mucho menos con los demás masters, salvo las chicas. Pese a que mis padres siempre me animaban a interactuar con más chicos, y sobre todo con los de mi misma clase, era demasiado tímido y llorón para soportar los juegos brutos en que estos dos se envolvían. Mi tranquilidad y bienestar la encontré con las chicas, compartiendo tardes de té, mirando Hannah Montana, bailando las canciones de Rihanna y hasta jugando a los power rangers para salvar al mundo de los extraterrestres y los maleantes.
Supongo que la amistad que construimos se dio de manera más natural al ir creciendo y no por una imposición de nuestras familias. De todas formas, pese a los años, se siente nuevo el compartir mis pensamientos con ellos.
—Ella tuvo razón para molestarse —sentencia Evian después de escucharme atentamente—Eres un psicópata siguiéndola.
Le miro como el hipócrita que es, más molesto porque se lave las manos.
—Las hemos perseguido juntos, no me jodas.
—¡Tú me indujiste a ser así! —se toca el pecho con ofensa fingida—Fueron tú y tus ideas macabras sobre chicos persiguiéndolas y molestándolas. No hubiese puesto un pie en ese antro si no fuese por ti.
Jonathan y yo intercambiamos miradas en que coincidimos en que nuestro amigo es un vil mentiroso.
—No le eches toda la culpa a Jude que bastante mayorcito eres para decidir por ti mismo.
Esta vez parece que Evian se molesta enserio porque mira a Jonathan como si le hubiese dado un puñal por la espalda. Genial, ahora se viene una pelea de pareja.
—No me puedo creer que me digas esto, Jonathan Lyss.
—¿Qué? ¿Acaso no eres un parásito que no deja tranquila a la pobre de Daia?
Se me escapa una risotada por la cara del idiota de Evian al escucharlo. Amaga hablar un par de veces, pero cierra la boca aun ofendido.
—Y tu de qué te ríes si eres peor que este —señala Jonathan, menos serio y más divertido, hasta se atreve a sonreír.
—No voy a negarlo, no soy tan cara dura como Evian.
—Para que quiero enemigos si los tengo a ustedes como amigos. ¡Deshonra!
—Ya sabemos lo que eres para tu familia, no lo repitas que ya de por si es triste—aleteo la mano, molestándolo.
Me sorprendo cuando Evian me encesta el taco, el rubio solo me saca la lengua como el infantil que es. Le devuelvo el golpe con mi taco y de pronto nos vemos en una batalla usando el palo de billar como espada.
—Oigan, basta. Están haciéndome pasar vergüenza—Jonathan se coloca en el medio y nos quita los palos a ambos, dejándolos detrás de su espalda. —Jude, deja de ser un psicópata. Evian, deja a Daia tener vida propia, consigue más amigos si te aburres.
—¿Ya no puedo ir a tu casa que me mandas a buscar a otros amigos?
—Si sigues viniendo en la madrugada, entonces no, no vengas a mi casa.
Ambos se enfrascan en una discusión absurda en que yo aprovecho a beber mi cerveza. Se supone que somos menores de edad y aquí no podemos estar, pero después de que el abuelo se jubilara pensó que no había suficientes clubs en San José, así que compro algunos y desde entonces que tenemos pase vip y barra libre. Llamo a una mesera y le pido por favor si nos trae más cerveza para Evian y para mí con una botella de agua para Jonathan. Es mejor que se cuide antes que tenga otra recaída.
Sé que hice mal con Grace, y aunque me cueste admitirlo en voz alta, no significa que no he reflexionado en ello. Me molesta ser así también y es difícil de cambiarlo cuando soy demasiado impulsivo que no pienso en el momento de hacerlo. Me muevo por cuenta propia, como si no tuviese consciencia. Si se trata de Grace, quiero saber que hay mas allá de lo que esconde con su sonrisa angelical. Es demasiado intrigante para querer seguir quedándome con la duda.
Veo a la pareja pelear en que vuelve el tema de las pastillas a mi mente. Una parte de mi dice que está mal lo que Grace hizo al darle esas pastillas a su amiga, a que incite ese acto. Otra dice que no es mi maldito asunto y deje de meter mis narices en lo que no me incumbe.
—¿Qué piensan sobre el aborto?
Es suficiente para que ambos dejen de pelear y se centren en mí con una mirada sorprendida.
—¡¿Mei está embarazada?! ¡¿Abortará?!—chilla Evian, llamando la atención de todos, incluso del abuelo que está del otro lado.
—Cállate, idiota —mascullo con los dientes apretados, volviendo a él—Claro que no. Solo estoy preguntando.
—¿Y tiene relación con Mei?—digo que no, pero ninguno de los dos me cree, suficiente es que crucen la mirada. Maldigo por ser tan evidente—Bueno, este o no relacionado con Mei, si quieres saber mi opinión...
—Que bueno es que la des cuando se te la pide —interrumpo en mi intento de aflojar el ambiente tenso formado.
—Creo que en vez de entremeternos en vidas ajenas—prosigue como si nada en un tono calmo y pensativo.—Si no es nuestro asunto, no podremos hacer demasiado.
Entiendo a lo que quiere decir, pero no me convenzo con sus palabras. Evian se queda callado, seguramente pensando las palabras de Jonathan al igual que yo. Jonathan siempre ha sido el más sabio de los tres, quien tiene los pies mas sobre la tierra y el más maduro, así que decido tomar su palabra en cuenta.
—Ey, chicos —nos llama el abuelo, lo veo acercarse a nosotros con una sonrisa de lado. Ha dejado a Matilde atrás, quien se ocupa de hablar con una muchacha sentada a su lado.
Le doy un puntapié al escandaloso de Evian y este no duda en devolvérmelo. Jonathan suspira frustrado por nosotros.
—Escuche embarazo y me he asustado —pone una mano sobre su pecho con una sonrisa tensa—¿Quieren sentarse para tener la charla?
Meneamos con la cabeza. Por supuesto que no, suficiente sabemos para querer que un viejo de setenta años nos dé la charlita sobre la flor y el aguijón de la abeja.
—Entonces, ¿nadie embarazada?
Negamos otra vez, callados.
—Oh menos mal, pensé que tenía que patearles el culo a alguno para que se haga responsable —se ríe de su propio chiste, aunque no existe broma alguna en sus palabras.—Recuerden lo que siempre les dije. A una mujer...
—Se la conquista con el estomago. Buen restaurante y no regatees en gastos —recita Evian de memoria.
—Si, pero también que...
—Que cuando diga que no es que es no. Que debemos parar aun si la tenemos adentro —continua a completar Jonathan.
—Si, eso es sumamente importante. Pero...
—Que son flores con distintas bellezas pero que son todas excepcionales y cada una se trata con otra delicadeza.
—Santos cielos, ¿yo digo todo eso?—vuelve a reírse de sí mismo, esta vez con orgullo—Que bueno es enseñarles a neandertales como ustedes a ser buenos hombres.
—Aprendemos del mejor neandertal, no se olvide —suelta Evian dándole un guiño, haciéndonos reír a Jonathan y a mí.
El abuelo le encesta un zape que nos hace carcajearnos aun mas por la desgracia ajena. Nos obliga a sentarnos en los sillones y esperamos con impaciencia a que termine sus charlas sobre cómo ser hombres dignos y la mezcla con sus aventuras amorosas. Se apoya con la espalda contra la mesa de billar y se cruza de brazos, listo para su monologo.
—Recuerdo cuando conocí a mi preciosa María. Fue en Guatemala y en cuanto la vi supe que era la mujer con la que había soñado toda mi vida.
John siempre fue un enamorado de las mujeres y se resistía a atarse a una, así que siempre tiene una historia de un romance pequeño y del cual siempre saca una lección importante que enseñarnos. No ha mencionado a María, si a Kotoko, Mara, Elizabeth, Hyeyong, Rubí, Lawan, Abigail y a Lucianne, entre otras, así que su historia no es tan repetitiva como las anteriores que he escuchado mas de tres veces.
—María venia de una familia muy precaria y era demasiado orgullosa para querer vivir como mi concubina...
—¿No será mas bien como amante?—replique al instante. El viejo me ignora a la vez que mis amigos comparten sonrisas.
—Y cuando la conocí estaba embarazada, así que mucho menos quería enredarse conmigo —se encoge de hombros, dejándonos un poco sorprendidos—¿Qué? No tiene nada de malo que una mujer me rechace.
—Eso es nuevo, abuelo John. Siempre cuentas sobre tus victorias —le recuerda Evian. Y como no si el viejo se la pasa pavoneándose que ha conquistado a más Miss que nadie en el planeta.
—Un buen hombre como yo también puede ser rechazado. No está mal que alguien no comparta los mismos sentimientos que nosotros. Es parte de la vida aprender a aceptar el rechazo o una perdida. Es solo que nos cuesta entender que algo o alguien no es para nosotros y somos pesimistas en creer que no existe el mas allá con una mirada más positiva.
Le escucho y pienso que tal vez esas charlas motivacionales con su grupo terapéutico al que hemos ido juntos le han estado sirviendo de algo.
—En fin, ella solo me quería como su amigo, y como mis negociaciones en Guatemala no acaban y no manejaba bien el idioma, la contrate como mi traductora. Vivimos dos meses llenos de alegría, pero el día en que me iba María no apareció. Pensé que ya no quería nada conmigo. Volví a Guatemala dos años después y la busque en su vieja casa...
—¿Y qué paso, abuelo? ¿Te volvió a rechazar o qué?—inquiere Jonathan, el más aburrido de los tres.
El viejo hace una sonrisa triste y menea con la cabeza.
—No alcanzo a hacerlo. María murió tras un aborto casero días antes de que me marchara. Por ello nunca vino a despedirme.
Se me cierra la garganta al escuchar el final de su historia de amor mientras me viene a la mente de inmediato Grace. De solo pensar en esa situación me pesa el pecho en negación. No me imagino a Grace embarazada, mucho menos muerta por un aborto.
Tras nuestro silencio, el abuelo nos observa detenidamente antes de proseguir.
—Me hubiese gustado que María compartiera conmigo su indecisión sobre ser madre, también sobre su situación para no querer tenerlo. Supongo que también fue mi culpa porque era demasiado cerrado y aferrado a imposiciones sobre lo que está bien o que está mal—reflexiona pasándose una mano en la nuca, masajeándola. —Cuando una mujer está embarazada y decide no tenerlo, es su decisión. ¿Qué podemos hacer nosotros, si no es nuestro cuerpo quien lo gesta? No todos atravesamos la misma situación ni nacemos con el privilegio en que nosotros cuatro o los más cercanos de su entorno nacieron. Ustedes ven distintas realidades con los honeys, ¿cierto?
Asentimos entre los tres, dándonos una mirada corta.
—Pero sea cual sea la realidad, hay cuestiones en que no podemos entrometernos porque no es nuestro embarazo. Es de la otra persona y, cuando eso sucede, debemos estar abiertos a escuchar su decisión si decide compartirla y acompañarla si quiere que la acompañemos. No es fácil, nunca lo fue por más que algunas personas te lo pinten como si fuese un acto cruel y frió. Cada quien tiene sus razones y decide sobre su vida, el mismo privilegio que tenemos nosotros para decidir. No seamos juiciosos y aprendamos a comprender a los demás. Después de todo, esa persona no necesita que la cuestionen más de lo que ya se ha cuestionado a sí misma.
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El señor Jang, profesor de la clase de Educación para la vida, dice las mismas palabras que al comienzo de cada actividad y clase: no somos masters, no somos honey, solo somos personas conectando con una historia diferente para contar. Después de Economia y Derecho, esta es mi materia preferida. La tranquilidad y simpatía natural que emana el señor Jang es una de las razones, nunca se molesta ni levanta la voz, tampoco mantiene esa actitud prepotente y exigente con la que nos tratan otros profesores ni se aloca como el profesor Hart. Supongo que es por ello que nos portamos mejor en su presencia, hasta Sakura parece haberle cogido un poco de respeto cuando este le dice que si se siente cansada o indispuesta, puede sentarse o ir a la enfermería.
—Solo se me ha bajado un poco el azúcar —murmura en un tono reacia, siempre demasiado a la defensiva para dejarse ayudar.
—Tengo la solución para ello—el señor Jang levanta un dedo en alto con una sonrisa extendida, como si hubiese tenido la mejor idea de todo el mundo. Camina hasta su escritorio y revisa en su portafolio hasta encontrar una barra de chocolate, que se la extiende a Sakura.—Siento no poder darle a todos, pero traeré muchos mas la próxima clase.
La rubia titubea antes de tomarlo y mira el chocolate despectivamente. El señor Jang le mira con sus manos entrelazadas, esperando a que la chica se lo coma. Sakura le observa una vez mas antes de ponerse a comer el chocolate en silencio.
—Gracias —dice a secas y a mi me saca una sonrisa divertida.
El señor Jang le sonríe en respuesta. Hay una urna en mitad de la mesa con el mantel blanco, dos concerjes le ayudar a acomodar el pizzarron blanco detrás de la mesa, y tras agradecerle, vuelve hacia nosotros moviendo el marcador indeleble en el aire.
—El día de hoy nos dividiremos en grupos de tres. Por favor, todos formen una fila y saquen un papel.
—Ian, ve —Jason mueve el mentón en dirección a la urna.—Sacalos tu.
Ian no replica y camina hacia en dirección de la mesa.
—Dije que todos, Jason. Por favor, acércate —dice con paciencia el señor Jang.
—Pero si él ya va por mi, ¿por qué me tengo que acercar?
—Porque tenemos que ir todos, no solo tu honey —replica Elise dando un paso hacia delante, caminando detrás de Ian. —Anda, muévete que no tenemos todo el día.
Veo todas las intenciones de Jason de contestarle, y no sera de buena gana. Camino detrás de Elise y le dirijo una mirada retadora que no tarda en devolver, se aproxima lentamente y se posiciona detrás de mi. No me jodería volver a golpearlo, nunca nos hemos llevado del todo bien y mucho menos cuando se atreve a insultar a Elise.
Mi mejor amiga voltea hacia a mi para regalarme una de sus sonrisas que no dudo en devolver. Elise Cleader siempre ha sido la chica mas linda del mundo, o al menos para mi. Amo el color y el largo de su cabello rojo aunque a ella le apene. Sus ojos son de un profundo azul que se ha vuelto mi preferido, sin mencionar el camino de pechas en sus mejillas hasta el puente de la nariz. A veces me pregunto porque la deje ir, otras me recuerdo que Elise es demasiado buena para mi. Demasiado importante para lastimarla, aunque no sea intencional.
Proseguimos a sacar nuestros papeles y los mantenemos cerrados hasta que el profesor pide que los abramos. Me toca el numero 7, por lo que rebusco entre el grupo para saber quienes le han tocado el mismo. Solo espero que me toque con Grace o las masters.
—¿Quien tiene el 3?—pregunta Lua levantando su papel en alto.
—Aqui —dice Evian y Grace, acercándose a ella.
Miro a Jonathan, Sakura y Khalessi, pero los veo juntarse con otras personas. Volteo a mirar hacia Elise, quien sostiene el seis en lo alto.
—Casi.
—¿El 7?—escucho decir a Daia.
La veo reunirse con el nuevo honey, que no se de quien es. Suspiro un poco molesto y prosigo a acercarme, escuchando la risita de Elise a mi espalda. No me gusta tratar con extraños y ella mejor que nadie lo sabe, pero decido callarme y seguir con la actividad. Daia apenas me mira, esta centrada en el chico mientras que este hace un saludo desganado con la cabeza. Ni siquiera me molesto en responderle o darles una segunda mirada.
—Genial. Ahora que están reunidos, la tarea es la siguiente: entre los tres pensaran una manera eficaz para ayudar a una causa. Puede ser lo que ustedes desean, ya sea para el medio ambiente, animales y con personas. Es un tema libre en que decidirán por su cuenta, así que no se limiten a lo que he pedido, pueden explorar otro tipo de problemática si lo prefieren. Tendrán hasta fin de clases para exponerlo y trabajaremos en ello la próxima clase para proseguir a armar un proyecto por la causa. Esa sera su calificación por el resto del semestre, así que échenle muchas ganas y esfuerzos.
Quizás esta sea la esta razón de que todavía no logra ser mi clase preferida. Tener que separarnos y armar grupo con otras personas es lo que mas me molesta, sobre todo si son con personas que apenas conozco. Daia lleva mas tiempo que el novato, pero no hemos cruzado demasiadas palabras entre nosotros tampoco.
Me siento en mi lugar mientras Daia ocupa el suyo, el novato se muestra indeciso sobre donde sentarse, por lo que se lo hago saber cuando corro la silla de Grace hacia delante. No, conmigo no será.
—Ignóralo, solo tiene un humor ácido —le comenta Daia con sarcasmo y palmea el asiento a su lado.—Ven, siéntate aquí.
—Gracias —masculla Baztan sin dirigirme una mirada.
—Bueno, manos a la obra. Díganme, ¿han pensado en algo?
Ninguno responde, ¿que espera? Hace unos segundos atrás nos dieron la actividad.
—Bien, supongo que no. Yo he pensado en los animales. Hagamos algo por ellos.
—Que cliché—pongo los ojos en blanco. Ni siquiera se esforzó por pensar.
—Disculpa, no entiendo el idioma pendejo. Habla bien, ¿si?—dice socarrona y prosigue a ignorarme por completo, dirigiendo toda su atención sobre el novato—Dime, ¿tienes mascotas? ¿Algún perro o algún gato?
—Tengo un gato.
—¡Un gato! Amo a los gatos, yo también tengo uno.
—Evian dijo que tenias perros porque los gatos le dan alergia a...
—Evian no sabe lo que dice —aletea la mano en busca de callarme y vuelve a su antigua conversación.—Y dime, Baztan, ¿a que secundaria ibas antes? Supe que fuiste quarterback en tu antigua escuela. ¡Te ves en buena forma!
Lo que faltaba, que Daia se ponga a coquetear con el chico. El tal Baztan le sonríe y comienza a contestar todas sus preguntas y, mientras la conversación evoluciona a un coqueteo descarado por la morena y uno mas leve por parte del castaño, prosigo a sacar una hoja y un papel para escribir la idea de salvar a los animales con tal de ignorarlos.
La idea empieza sencilla en el momento y voy rebuscando en mi cabeza las posibilidades. El proyecto principal es un refugio para las mascotas en situación de calle. Hago el plano del lugar. Seria un espacio verde donde no se transite autopistas ni calles transitadas, mas bien en un barrio tranquilo donde los animales no se estresen ante los sonidos constantes de la ciudad. Deberíamos redactar un pedido al municipio de dicho vecindario de obtener un espacio citando las leyes a favor de la protección animal y con la finalidad de volverlo un espacio de bienestar ciudadano, evitar la sobre población de animales en la calle. Una vez conseguido, difícilmente, pero hipotéticamente conseguido, proseguiríamos a tener un apoyo por parte del Estado y a sumar voluntarios y empleados fijos de confianza que puedan ocuparse de los animales del refugio. Podríamos hacer convenios con centros de cuidados de animales para obtener un descuento mientras promocionáramos sus establecimientos. Incluso podríamos pedir donaciones a empresas importantes que apoyen la causa. Según dependiendo la cantidad de animales, es que deberíamos pensar en otras soluciones para mantener el lugar en caso de que el aumento sea demasiado y considerando el respaldo que daría Estado.
Termino mas rápido de lo esperado, por lo que lo reviso una vez mas antes de dejarla bruscamente sobre la mesa, sobresaltando a los presentes.
—¿Y ahora qué? —Daia voltea hacia a mi cansina y mira hacia la hoja extrañada—¿Lo hiciste tu solo?
—Si fuese por ustedes estaríamos con esta estupidez hace rato. Preséntala tu.
Baztan la toma soltándome una mirada mordaz que no tardo en devolver. Ignoro a ambos y dejo caer mi cabeza entre mis brazos sirviéndome de almohada. Al menos podre dormir aunque sea unos minutos antes que termine la clase.
Anoche no pude dormir bien y es por la estafa de los meses pasados. Cada vez que me acuerdo de ese imbécil huyendo con mi dinero me hierve la sangre y no puedo dejar de castigarme por haber sido un crió incrédulo. Era simple, unas inversiones en bienes raíces no hacían la diferencia, ni siquiera estaba a mi nombre, sino el de Wiz. Pero ese imbécil se fugo y tarde en hallarlo. Me valió el dinero, mi orgullo lastimado todavía es algo que me jode. Desde entonces, revisar cada papel minuciosamente fue como una obsesión.
Mis padres siempre han dicho que debo aprender del negocio familiar mientras iba creciendo, por lo que manejar estadísticas y cuentas desde pequeño ha sido mi desayuno todos los días. Al principio no entendía nada, empece demasiado joven. Con el tiempo y clases extras, empece a entender las conversaciones de mis padres sobre el trabajo y me permitieron hacer las preguntas que quisiera, aun si eso derivaba a otro interrogatorio. Siempre eran mas felices cuando me interesaba en el patrimonio familiar. A los quince años, me dieron mi primera oportunidad de manejar una joyería a nombre de los Daffodid con la supervisión de Sol y John. Sabia cuan importante era para mis padres que yo lo hiciera, no solo porque pensaban que estaba preparado, sino también por mis abuelos maternos.
Los Daffodid nunca estuvieron de acuerdo entre la unión con los Uddobain, pero supongo que el abuelo quería demasiado a mama para dejarla ir, así que acepto de mala gana el casamiento, lo que no significara que por ello nos quisiera a papa o a mi. Así que eso hice, me responsabilice de la joyería y hasta trabaje allí después de clases por un tiempo. No puedo decir que fui el mejor administrando, cometí muchos errores pero aprendí mucho. Sol y John siempre estaban ahí para que no meta la pata hasta el fondo y me enseñaron demasiado.
El que me hayan estafado es como haberles fallado. No puedo permitirme otro error mas ni ahora ni nunca.
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Siento como sacuden mi hombro con suavidad, hasta me atrevería a decir con cariño. Me despierto lentamente en que la luz del atardecer llega a molestar mis ojos, así que me toma un momento antes de abrirlos. Empiezo a divisar a Elise poco a poco. Esta extiende una sonrisa en su rostro que imito de inmediato. Volteo a mirar todo el aula. No hay nadie.
—¿Y Grace?
—Le he dicho que se vaya tranquila a casa. ¿Acaso no te acuerdas que nos acompañarías de compras?—ladea la cabeza hacia el costado.
Me sale una sonrisa por inercia al verla tan tierna. Lo he olvidado, así que arrugo la nariz mientras le veo con disculpa.
—Perdona, he tenido la cabeza en las nubes esta última semana.
—Que va, no eres el único —me da un golpecito en el brazo y tiende su mano hacia a mi—Venga, que ya he guardado todos tus libros. Sakura y Khalessi están impacientes.
Entrelazo nuestras manos y cuelgo la mochila encima de la mesa en mi hombro. Salimos del aula aun con las manos entrelazadas, hablando sobre lo que me he perdido de la clase y sobre como Daia le dijo a Sang Tae que me deje dormir porque yo hice gran parte del proyecto. Bufo divertido porque en verdad lo hice todo, pero tampoco tengo manera de asegurar si ellos no escribieron algo después.
Fuera de la escuela diviso a Khalessi hablando por teléfono y Sakura bebiendo agua con una pajita. Alza las manos hacia arriba con un suspiro de frustración.
—¡Apúrense que se hace tarde! Ya hemos esperado demasiado.
—Solo fueron diez minutos —replica Khal.
—Diez minutos mas agobiantes de mi vida. ¡Vamonos!
—Pero, ¿en que...?—me callo al ver a Elise dejarme las llaves del auto estacionado frente nuestro. Sonrió y tomo las llaves, dispuesto a ser su chófer—No se diga mas, señoritas.
Sakura se sube de copiloto mientras que las demás atrás, prosigo a seguirlas y prendo el motor, segundos después nos alejamos de la academia Hoj. Mi amiga marca la dirección y aprovecha para poner Dua Lipa a todo volumen, entusiasmando a las pasajeras de atrás.
—Bien, ahora díganme quien no ha visto Enola Holmes. ¡Que nadie mienta porque sabemos lo caliente que es Henry Calvin! —chilla Elise soltando un gritito, emocionadisima.
—Sam Claffin esta mas guapo, pese a que su personaje me cayo pésimo —responde Khalessi de inmediato.
Sakura se voltea hacia atrás, estirando su cuello.
—¡Tewkesbury es el mas caliente! ¡No se como les puede gustar los viejos!
—¡Ni te atrevas, Tegeirian! ¡Ni te atrevas a repetir esas palabras maliciosas e ignorantes! —exclama Elise de manera dramática y exagerada. —Oh, mi alma joven y estúpida, ¿te has caído de tu cuna echa en oro o ha sido que el destino te ha obligado a compartir morada, educación y fallos con tus jóvenes e igual de estúpidos hermanos?
—¡No entiendo si hablas así, tarada! Lo único que entendí es que mis hermanos son unos estúpidos.
Me rió por la dramatización y como Khal le sigue la corriente fingiendo un desmayo. Sakura empieza a enumerar los momentos en que se enamoro del chico de Enola y Elise enfrasca en que no hay hombre mas hermoso que Calvin.
Les escucho distraído mientras fijo mi atención en la calle y en mover la cabeza al compás de la canción de Dua. Ha medida que avanzo y acato las indicaciones del gps, mas me doy cuenta que no son lugares donde solemos salir de compras. Mas bien parece de clase media, con puestos en la calle y tiendas de segunda mano. Sakura voltea a mirarme horrorizada y suelto una risa por su reacción.
—¿Qué se supone que es esto? ¿Dónde me trajeron? Jude, ¿Tú sabias de esto?—pregunta rápidamente hacia las muchachas y luego hacia a mi. Respondo la última negando con la cabeza.
—Elise y yo vinimos la semana pasada y hemos encontrado buenas tiendas con excelentes precios.
—Khalessi, por favor, no me digas que estas regateando una prenda por unos cuantos dolares —espeta Sakura incrédula.
—Miles, querrás decir —replica Elise divertida por su reacción—Anda, te prometo que encontraremos algo que te guste y te lo comprare yo. ¿Que dices?
—Que estas de puta loca. Anda, bájense que Jude debe llevarme a Prada, andado —chasquea con los dedos rápidamente.
Pese a la negativa de Sakura, las chicas finalmente la convencen con que harán lo que ella quiera en la próxima salida y cada una cruza su brazo con el de ella, seguramente para retenerla por si se echa a correr. Las sigo por detrás con las manos en los bolsillos mientras ingresamos en la primera tienda. La rubia sigue quejándose, pero Khal pronto encuentra algo que le llama la atención a la chica y Elise revuelve entre una montonera de ropa en liquidación.
La tarde prosigue entre tiendas que Sakura odia, pero mas de quejas no pasa y hasta en un momento se pone a ver ropa en la sección de chicos. Khal y Elise van con montones de bolsas en los brazos mientras discuten sobre donde estaba la ultima tienda a la que fueron la semana pasada donde tenia vestidos con volados antiguos.
—Jude, ven—me llama Sakura minutos después. Me paro frente a ella y dejo que coloque una chaqueta en mi pecho, como si estuviera midiendo—Tienes mas músculos que esos dos, así que supongo que les quedara.
—Pensé que odiabas estos lugares.
—Si, pero les comprare ropa horrible y les obligare llevar —dice con malicia que comparto, así que le ayudo a rebuscar entre la ropa.—Por cierto, no te agradecí por el collar de la vez pasada. Me ha quedado estupendo, lo usare en acción de gracias.
—Te quedaría bien con tu vestido de color esmeralda, hace resaltar tus ojos.
—¡Justamente he pensado en usar ese!
Entrelazo mi mano con la de Sakura mientras vamos a pagar sus compras. Una vez con bolsas en la mano, salimos en busca de un café cercano. Las chicas se apiadaron de su cansancio, por lo que nos tomaremos un descanso por el momento.
—Mejor a ese bar —pide inocentemente, apuntando hacia el negocio de la esquina.
—Claro que no, somos menores.
—¿Y eso que tiene que ver, Khal? Tenemos a Jude. Anda, usa tu magia y haznos entrar.
Hago una sonrisa divertida en que miro a Sakura y las otras dos chicas negando con la cabeza. Pero como tengo inclinación hacia los problemas y no quiero decirle que no a mi caprichosa preferida, tiro de su mano aun unida a la mía y me encamino hacia la puerta del bar. Un muchacho sale en ese momento afuera, observándonos con una ceja alzada.
—Lo siento, no es establecimiento para menores.
Sakura sacude nuestras manos en un movimiento impaciente. Saco del bolsillo ya preparado un rollo de billetes y se lo dejo en la mano. El empleado lo mira por un momento y duda en devolverlo, finalmente hace un gesto con la cabeza para que pasemos.
—Digan que van de parte de Daniel.
La rubia me sonríe en grande, contenta por haber echo su magia preferida. Elise y Khal nos siguen, la primera mas molesta por usar trucos bajos, aun así no replica.
—Pidan lo que quieras —no es necesario decirles que yo les pago, mimarlas ya es una costumbre.
—Descuida, yo invito —insiste Elise siendo la primera en acercarse a la barra. —Disculpa...
Una chica no mas grande que nosotros voltea hacia nosotros y prosigue a sonreír amable. Elise pide una ronda de cerveza para todos, se ve un poco desconfiada en tomar los pedidos cuando ve que somos unos chavales, pero al decir que venimos parte de Daniel, su rostro cambia y prosigue a servirnos.
Nos sentamos en una mesa de la esquina, siendo nosotros y una pareja alejada a unas cuantas mesas. El lugar apenas abre, así que seguramente a partir de las siete que se empezara a llenar. Son apenas las seis. Mi mirada vuelve repetidamente a la chica con el cabello castaño, casi rubio. Lleva unos ojos verdes que hacen resaltar con su piel blanquecina y su sonrisa deslumbrante. La observo unos momentos mas, preguntándome de donde la conozco.
—Creo que a Jude le gusto la mesera —dice Khal en tono de burla.
Vuelvo a las chicas un poco desorientado, todas observándome con sonrisas llenas de picarda.
—¿Qué?
—Deberías ir a pedirle su numero si tanto te atrae —aconseja Elise a mi lado, dándome un codazo en el brazo en muestra de animo.—Se ve muy linda, ¿por qué no?
—Si, es linda. Pero no me interesa realmente —me encojo de hombros, realmente no estoy en modo ligador, prefiero quedarme a pasar el tiempo con ellas.
—A que te apuesto a que no puedes conseguir tu numero —me reta Sakura, en busca de provocarme.
Me rió y meneo con la cabeza.
—¿Y que pasara si pierdes?
—Nada. ¿Por que iba a pasarme algo? No vas a lograrlo.
Le miro divertido, pensando si realmente debería ir hacia ella y hacerle perder. Sakura pone una sonrisa victoriosa cuando me levanto y me acerco a la barra, llamando la atención de la mesera. La chica me sonríe amable, acercándose después de dejar un pedido del otro lado de la barra. No tardo en ladear la cabeza y comenzar a marcar la sonrisa coqueta.
—¿Si? ¿En que puedo ayudarte?
—Solo quería preguntarte tu nombre. Creo que te he visto en alguna parte y me ha entrado curiosidad.
—Oh—su sonrisa disminuye, aun mas suave y sutilmente coqueta—Me llamo Mikki, ¿y tu como te llamas?
—Jude Uddo... espera, ¿eres la amiga de Grace? —pregunto al reconocer de un segundo a otro la fotografía en los informes, y no solo en ellos, sino también en sus libros de fotos y el fondo de pantalla en su celular.
Mikki abre los ojos sorprendida e intrigada. Se acerca un poco mas y estira sus manos a lo largo de la barra.
—¿Conoces a Mei? ¿De donde...? ¡Oh espera! ¿Eres el riquillo odioso?—inquiere soltando una risita con verdadera gracia.
Frunzo el ceño al descubrir como mi cariñosa honey se expresa de mi. Mikki sigue sonriendo y pronto me siento incomodo por verme atrapado en esto. ¿Por qué diablos les hice caso?
—Que placer que Grace hable tan bien de mi.
—Ni te imaginas —comenta con ironia—Le encanta hablar de ti, habla hasta por los codos.
—Me imagino que si.
Me quedo callado porque no sé que mas decir además de que soy un gilipollas.
—Bueno, ya sabes mi nombre, aunque creo que no puedas hacer demasiado ya sabiendo quien soy —se encoge de hombros soltando un suspiro fingido.
—¿Y por qué no?—estiro mi codo en la barra, sin rendirme.
—Porque te shippeo con mi mejor amiga. ¿Qué te crees? Ya decidimos no compartir chicos, de todas formas no tenemos el mismo gusto —aletea una mano al aire, sorprendiéndome por la confesión —En vez de eso, te diría que a Mei le gustan los chocolates amargos, una cerveza bien fría después de un largo día y esta enamorada de los Pet Shop Boys, aunque le he dicho que los sobre valora demasiado.
—No pensé que con las maravillas que habla Grace de mi darías todos esos sutiles y para nada obvios consejos —bajo la cabeza para profundizar la mirada y dejar mi sonrisa de costado.
Mikki suelta una risita cantarina en la que arruga la nariz. Es preciosa y encantadora, lastima que sea la mejor amiga de Grace.
—Es una cebolla ácida y muy difícil de pelar, pero es muy jugosa y crujiente por dentro una vez que se abre. Solo tenle paciencia y échale un poco mas de ganas —me guiña un ojo en forma de complicidad.
Al final vuelvo a la mesa con las chicas con su numero porque le he pedido que me lo anote por si necesitara algún consejo con Grace. Mis amigas piensan que he ligado, yo solo creo que gane una aliada sin siquiera proponermelo.
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Khal y Elise se marcharon después de que llamaran a sus chóferes, Elise y yo decidimos quedarnos un poco mas y caminamos a los alrededores tomados de la mano después de que insistiera en que aun no quería irse. A la vez que paseamos con las manos entrelazadas, le comento la charla con Mikki una vez que nos quedamos solos, sintiéndome demasiado en confianza con ella para compartirle.
—Bueno, al menos ella podrá decirte como proseguir con Mei.
—¿Por que todo el mundo cree que ella me gusta?
—Porque te la pasas coqueteandole y nunca niegas cuando te lo dicen. Además, eres demasiado obvio.
Le sonrió en respuesta y seguimos caminando aun de la mano, cambiando de calle. Ni siquiera sé bien donde estamos, pero Elise parece tener mas idea. Me pregunto cuantas veces habrá venido aquí.
—¿Sabes? He estado buscando alquileres por esta zona.
Volteo hacia ella algo sorprendido por su confesión. Hace una sonrisa a medias que no llega a sus ojos y la corre rápidamente. Le doy un breve apretón en la mano para animarla a continuar, lo que le da fuerzas para hacerlo.
—No estoy segura si quiero comprometerme contigo, Jude.
Supe que era una posibilidad desde el momento en que nos comunicaron las intenciones de ambas familias, lo supe en el momento en que Elise bajo la cabeza en esa cena y la vi apretando su dentadura. Me dolió, si, pero no lo suficiente para no entender que esto va mas allá de lo que vivimos como pareja. Se trata de su vida, de sus propias decisiones.
—No voy a casarme con otra mujer que no sea como tu, así que puedes tomarte todo el tiempo que quieras—le digo en busca de darle una solución. Hacerle entender que no es necesariamente casarnos ya, que mientras tanto puede buscar su libertad de otra manera en que no le exija esforzarse de mas.
Sin embargo, sé que mis palabras son en vano. Independencia es lo que busca la pelirroja, el poder sobre su vida, un poder que hasta hace pocos años descubrió que no poseía después de que la separaron de la nana que le crió toda la vida. Para Elise fue un golpe demasiado fuerte que acusaran a Nana de robarles joyas que mas tardar aparecieron luego de que Nana hiciera maletas y se marchara. Ya era demasiado anciana y su corazón no lo aguanto. Elise ni siquiera pudo ir a su entierro y lloro por muchos meses entre mis brazos y cariños que no sirvieron de mucho para apaciguar su dolor. Desde entonces, huir de su familia y el futuro impuesto es su meta, y esta dispuesta a llegar a las ultimas consecuencias por ello. La conozco demasiado bien para saber que no se rendirá tan fácilmente.
—Después de este año, voy a buscar un trabajo y me mudaré aquí—se detiene un momento, aun sosteniendo con firmeza nuestras manos. Rehuyo de su mirada, pero con un gesto tierno toma de mi mentón y me obliga a observar sus hermosos ojos de mar, encandilándome con su propio horizonte—Sé que estas preocupado y de seguro mi familia hará un lio. Seré desheredada y desterrada, también me dolerá. Es que ya no quiero seguir haciendo lo que ellos quieren. Y no será solo un compromiso, luego vendrán cuestiones mas importantes y no voy a dejar que te hundas conmigo.
—Sabes que no me importaría hacerlo si es contigo, Elise. Eres mi mejor amiga—respondo sinceramente, presintiendo ya el desprecio de su familia y las demás flores sobre ella. Lo sé porque cuando Vitoria se fue ocurrió lo mismo. La familia de Elise no tendrá piedad con ella, a diferencia de la mía.—¿Me dejas cuidarte?
Menea lentamente la cabeza con una sonrisa extendiéndose en su rostro.
—Ya me has cuidado demasiado, Jude. Deja que me cuide por mi misma, ¿si?
No quiero hacerlo, no porque no crea que no puede, sino porque me siento mas cómodo con la idea de hacerlo por mi mismo. Pero Elise no me pertenece, de echo nadie me pertenece, por lo que me acerco lentamente y le doy un casto beso en los labios, solo para expresarle lo mucho que la quiero y que siempre estaré con ella sea cual sea su decisión. Elise sonríe esta vez mas tímida y se aferra a mi brazo, escondiendo su cara en este. Le sonrió por su reacción y paso un brazo alrededor de su cintura, estrechándola contra mi.
Pasamos al menos media hora caminando sin rumbo fijo mientras hablamos sobre la escuela y me cuenta sobre su salida con Khal de la vez pasada. Yo hablo sobre la salida con Jonathan, Evian y el abuelo, pero decido no comentarle sobre el tema de conversación. Derivaría a mas preguntas y ya no quiero seguir sonando como un chismoso, por lo que procedo a cambiar de tema de regreso al auto.
Nos perdemos un poco hasta que uso el gps, recordando brevemente la tienda en que paramos la primera vez. Transitamos por un parque desolado ya con la noche sobre nosotros, el vecindario es mas tranquilo de lo que pensé, mas bien se ve familiar, pues mas que familias y parejas mayores no vemos. Quizá sería un buen lugar para que Elise se mude.
—Oye, Jude, ¿esa no es Mei?
Rápidamente miro en dirección a la que señala. Efectivamente es Grace en compañía con Mikki, aunque por las expresiones de ambas nunca esta de buen humor. Siento a Elise tirar de mi para irnos detrás de unos arbustos, escondiéndonos de la vista de las dos chicas. Le observo interrogante, preguntándole porque hizo eso.
—No sé, fue por inercia —se justifica tan confundida como yo.—Mejor nos vamos, ¿cierto?
Le asiento y proseguimos a levantarnos lentamente y hacer como que no estábamos a punto de espiarlas.
—No entiendo tu puto problema —escuchamos decir a Mikki con rabia contenida.
Nos agachamos de inmediato, demasiado tarde para salir corriendo sin vernos expuestos. Me levanto un poquito para echarle una miradita al panorama, Grace esta con los brazos cruzados mientras que Mikki con las manos en su cintura. No se cual tiene peor cara, pero no pareciera que su discusión vaya a terminar bien.
—¿Qué cual es mi problema? Mi problema es que te vas a joder la vida si tienes a ese bebe, ese es mi puto problema. Tienes que abortarlo.
Le tapo la boca a Elise antes que pueda hacer un respiro de mas. Me echa una mirada entre sorprendida e incrédula, pero no la respondo. Así que es Mikki quien esta embarazada.
—Mei, es mi vida. No puedes controlarla.
—No te estoy controlando, solo no estoy de acuerdo con esta decisión. Me metí en montones de líos para darte esas putas pastillas y me dices que las has tirado, ¡y obligaste a Baby a que me mienta! —exclama Grace colérica, pero también se la escucha realmente lastimada. Me imagino que esta con la mirada que me envio ese viernes en su departamento en que le confesé que la seguí y me remueve el estomago—¿Cuanto creías que ibas a durar con esa mentira? ¿Hasta que el bebe hablara y caminara?
—Solo quería esperar el momento indicado para decírtelo.
—¿Y cual era ese, Mikki? ¿Cual?
—¡No lo sé, Mei! Pero sabia que ibas a reaccionar así... ¿por que no entiendes que quiero a Taylor y él me hace feliz?
Grace se queda callada, ninguna dice nada por largos minutos en que finalmente se rompe con un manotazo, sobresaltándonos.
—¡Suéltame!
—¿Qué putas es eso, Mikki?—pregunta Grace en un tono de voz que indica lo mucho que se contiene. En vano, pues un grito es lo que prosigue—¡¿Te hace feliz?! ¿Eso te hace feliz? ¡Por Dios, Mikki, mira como te ha dejado el brazo!
Mas allá de la furia que azota sus palabras, la voz de Grace se rompe. Me quedo quieto al igual que Elise, mas callados por la gravedad de la situación que por escondernos.
—Mei... por favor, no quiero abortarlo. Taylor realmente quiere que seamos una familia...N-no me mires así—la voz de Mikki se quiebra y deja escapar unos sollozos—Yo quiero esto. Enserio lo quiero. Por favor, no me obligues a ser infeliz por el resto de mi vida.
Grace no contesta, simplemente se instala un silencio en que anticipo su respuesta.
—Estas haciendo justamente eso, Mikki. Lo peor es que no te das cuenta.
—Mei...
—¿Quieres tener el bebe? ¡Bien! Tenlo, odio a los niños pero al tuyo lo soportare —dice con la voz ahogada sin despejar lo mucho que le molesta la decisión de su amiga. Suelta un sonoro resoplido antes de proseguir—Pero no te aferres a Taylor. No te aferres a nadie, mucho menos quien cree que le perteneces y te castiga cuando le haces ver que no es así.
Mikki finalmente rompe en un llanto escandaloso como si fuese un niño, asomo la cabeza una vez mas viendo como Grace la arrulla entre sus brazos en un tono cálido y maternal, susurrándole palabras de amor y aliento.
—Estaré contigo siempre, Mikki. No dejare que ese gilipollas ni nadie te lastime. Eres mi mejor amiga.
La muchacha chilla aun mas, aferrándose a sus brazos.
—Te amo, Mei. Y lo siento, enserio lo siento...
—Yo también, bebe. Venga, vamos a casa que pediré sushi y helado —dice mas suave y cariñosa, constatando la pelea de hace unos minutos atrás.
Elise y yo nos quedamos escondidos el suficiente tiempo en que nos aseguramos que no hay muros en la costa y salimos con fingida despreocupación, volteando a ambos costados a ver si no somos atrapados. Sin embargo, no hay rastros de las dos chicas, por lo que proseguimos a continuar en silencio de camino al auto.
El silencio no se rompe hasta el momento en que llegamos fuera de los portones de su mansión. Pese a que insisto en dejar el coche y llevarla hasta la puerta de la casa, Elise menea con una sonrisa suave.
—Llevatelo, luego enviare a uno de los empleados a buscar el auto. Es mejor si mis padres no te ven.
Asiento entendiendo a que quiere llegar, es mejor si dejamos de alimentar la idea de ambas familias de vernos juntos. Me apresuro a hablar al verla desabrocharse el cinturón, colocando una mano sobre la suya. Elise levanta la mirada con curiosidad y paciencia, esperando.
—Sé que no es necesario, pero ¿podrías no contar sobre...?
—Si sabes que no es necesario, ¿por que te molestas en preguntar? —su sonrisa se extiende aun mas con la promesa tacita.
Le devuelvo la sonrisa y acepto el beso de despedida en mi mejilla. No arranco el auto hasta que la veo entrar, sacudiendo mi mano en respuesta a su gesto.
Decido dormir esta noche en la isla Uddobain, allí puedo descansar mucho mejor, pese a que no me crea que pueda hacerlo demasiado después de hoy. Todavía siguen rondando en mi cabeza la escena de hace un rato y se suman las del abuelo. Me bombardea las expresiones de Grace y su manera de actuar estas semanas como también su semblante alterado y triste que mostró esa noche en su departamento.
Me tiembla el pecho y me molesto por ello. Grace no es realmente importante, me repito. Solo es mi honey y mi diversión personal, puedo desecharla con solo chasquear los dedos y conseguir a alguien mucho mejor que la reemplace. Solo es una tonta mas que finge algo que no es porque tiene miedo de que las personas vean que en verdad es una perra insensible y egoísta, que solo le importa su bienestar propio y se aprovecha de quien puede. Sin embargo, mientras mas pensamientos maliciosos me obligo a pensar de ella, mas estúpido me siento. Grace no es egoísta ni tampoco insensible, solo que ella decide con quien serlo. Tiene un grupo reducido de personas con quienes se abre y se deja ser, así como me sucede a mi. Puede que Mikki sea su alma gemela, así como Elise es la mía. Que daría lo que fuera por ella sin importarle consecuencias. ¿Será por ello que se enojo tanto con Mikki? ¿Yo estaría tan molesto con Elise si no abortara con una relación así?
Me veo con mas pensamientos en que no me atrevo a siquiera proseguir. Yo habría incitado a Elise a abortar, claro después de mandar a matar al hijo de puta que le pusiera una mano encima. No me importaría que Elise me odiara toda la vida, lo haría sin dudarlo.
El camino a la isla se hace interminable, tanto que tengo que parar a mitad de camino para sacar mi celular y marcarle. Sé que dije que no volvería a llamarla, pero se me hace imposible seguir resistiéndome al impulso.
Tarda unas cuantas veces hasta que en la cuarta llamada responde.
—¿Que quieres? —pregunta desanimada. Me fijo la hora, apenas ha pasado casi una hora desde que la vi.
—¿Dónde estas?
—Ocupada. ¿Qué quieres, Jude?
Callo unos momentos sin saber como proseguir. ¿Qué le digo? ¿Que la escuche a escondidas y ahora sé que esas pastillas eran para Mikki? ¿Que me preocupa un poco sobre como esta? ¿O que me veo confundido, descubriendo cosas en ella que no conocía o no quería ver, encontrándome con sentimientos raros en mi?
No digo nada, simplemente pregunto lo que realmente quiero saber.
—¿Estas bien?
Se mantiene callada y sé que no ha cortado porque alcanzo escuchar el sonido de la televisión por detrás. Suelta un suave suspiro, casi desapercibido.
—No. —dice rotundamente, sacudiéndome por dentro pesadez.—¿Podemos hablar mañana? Estoy ocupada —repite enfatizando la ultima palabra.
—Llámame mañana. Adiós.
Dejo caer el celular tras escuchar los pitidos de la llamada terminada. Me quedo en el auto todavía tratando de asimilar todo lo que viene pasando, comprendiendo finalmente que no debí meter mi nariz donde no me incumbe. Si me hubiese mantenido en mi linea, entonces no me vería envuelto en este dolor de cabeza.
No te aferres a nadie, mucho menos quien cree que le perteneces y te castiga cuando le haces ver que no es así.
Recuerdo las palabras de Grace, preguntándome como ha llegado a esa conclusión por si sola. Pienso y pienso en ella, esperando que jamás haya tenido que atravesar nada de eso. Ni golpes ni abortos.
Jaeger.
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Re: The Honey System
Holaaa como estan bellas??
Me demoré un montón para leer los caps, perdón. No hay excusa pero si los lei!! solo que colgue el postear los comentarios,, lloro.
Bueno decidí que voy a dejar un pequeño comenatario de lo que me acuerdo y prometo comentar bien para esta ronda nueva!!
Me demoré un montón para leer los caps, perdón. No hay excusa pero si los lei!! solo que colgue el postear los comentarios,, lloro.
Bueno decidí que voy a dejar un pequeño comenatario de lo que me acuerdo y prometo comentar bien para esta ronda nueva!!
- 1C:
- Cande!!
Primero déjame decirte que la selección de personajes que tenes es chef's kiss te amo jungkook y la reina IU!!
Amo también el apellido Uddobain, le da un aire fresco no se explicarlo mmm como la menta, de hecho Jude me da esa vibe, sacando lo idiota ew jhajsh
Me choca que se comporta de esa manera con Mei, bueno sabemos que tambien Mei no es el ángel mejor portado, tiene un carácter… cuidado con ella ajhsjas El punto es que pobre ella le va a dar un ataque por lidiar con el niño uddobain yo si fuera honey y encima de este chico me mato de una
Igual tienen sus lados buenos! Me gusta ese lado responsable que tiene con la empresa familiar, es el unico heredero pero aún así él esta ahi y se encarga siendo TAN joven Y Mei, ella es de por sí, es buena solo que Jude saca lo peor de ella. Eso sí, amo que no se someta a él! FUERZAS NENA!!
Algo en lo que me voy a las piñas es la escena en donde los honeys se van a bailar... MAN QUE HACEN LOS RIQUILLOS AHÍ, FUERA! SHU! ES EL MOMENTO DE LAS CHICAS!!
Espero que estos caps que subiste aparezco un Jude humanizado, por favor no me hagas odiarlo.
- 2K:
- Kate!!
Ocupas a Jimin estoy y el personaje que tiene DIOS ES INTENSO además de que ESTA ENFERMO NO ME TOQUEN ESTOY TRISTE
Me encanta la relación que hay entre ellos, osea hay infancia de por medio y llegar a más nunca fue opción (aunque hay una tensión entre ellos fakk ). Siento medio difícil, el hecho de que ahora son master y honey, todo esta cambiando porque hay cierta linea de limite yy no se, tengo sentimientos encontrados.
Perdon pero yo me enamore de jonathan y encima ES ARTISTA, tiene su propio estudio AY CJAU LUA ÉL ES MIO.
Una cosa, tal vez me equivoque, pero percibo dos lados de jonathan, tipo en tu capítulos parecía calmado, diferente y no se "bajoneado" por todo el quilombo que tiene con la familia, pero luego los capítulos de las demás chicas como que es juguetón y es el bestie de Evian
- 3J:
- Hola Jenn!! te puedo decir asi?? me copie de las demás perdón
SAKURA ES UNA REINA algo pesada en ciertos extremos PERO SIGUE SIENDO LA REINA.
Y Zack... encima es chanyeol, la torre de exo ahre ES UN TIERNO QUIERO ABRAZARLO
Amo como todos en general presumen los ricos que son, tipo hoy estoy en milán y mañana me voy a brazil CHAU QUIEN COMO ELLOS.
Aún no estoy segura de que tipo de relación pueden llegar a tener porque ella es muy filosa y él una masita.
Amo que sakura no sea una tonta más, es INTELIGENTE por eso reitero lo de REINA. Por favor dale una oportunidad al niño te LO PIDO,, I'M LOOKING FORWARD POR ESTOS DOS
- 4E:
- Ems!!
Ya que todo el mundo lo dice, DAIA I GOT YOU PERRI
Tiene una actitud, que debo admitir que en los caps previos donde parece se me hacia algo molesta pero meh ahora me cae bien.
Igual siento como en el caso de Mei y Jude, Daia tiene que lidiar con Evian que si Jude ya me parecia algo exagerado Evian esta a la par o es su competencia nO PUEDE SERRR
Yo le hubiera pegado con el bat eh digo
LA BROMA DE LAS LOMBRICES AJSHAJ CJAU UNA GENIA, IT WAS HE DESERVES
Bueno en fin, solo voy a concluir con: los que se pelean se aman ahre.
14th moon
Re: The Honey System
Hola Flor, bienvenida otra vez y no te preocupes por haber tardado! Muchas gracias por tu comentarioooo, me encanto
hange.
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