Cartas perdidas.

● título: cartas perdidas
● autor: posy (zaturn.)
● adaptación: no
● género: general
● contenido: sanito, nada de malas palabras):
● advertencias: ninguna
● otras páginas: solo en el foro.

cartas perdidas

Pasó una vez más sin mirar el interior del buzón. Últimamente evitaba a toda costa pasar cerca de él, lo esquivaba como si fuese una peste de las más contagiosas, pero muy dentro de su consciencia estaba segura de que no podría hacer seguir mintiéndose a sí misma.
Cada día que pasaba para ella era una nueva oportunidad de que la carta que tanto ansiaba llegara. Así que los dejaba, aferrada a una idea que bien sabía no tenía sentido ni base, ni cabeza, ni cuerpo. Murmuraba para ella misma que al día siguiente lo haría, que solo debía esperar un poco más para que aquella carta llegase a sus manos, para que las divinidades le enviaran una señal de que no todo estaba perdido. Día tras otro lo evitaba, con manos empuñadas al rededor de la idea de la esperada llegada. ¡Pero Dios de los océanos!, exclamaba su madre, aquella era una simple carta, no el resultado de una prueba ni algún mensaje de su padre, ¿por qué debería comportarse de tal manera? 

Dentro de ella lo sabía, no lo aceptaba, mas tenía pleno conocimiento, y casi todas las noches, antes de quedar completamente dormida, contemplaba la idea de no volver a oír sus palabras impresas en una carta maltrecha. O simplemente oler aquel sabor a café de mala calidad y sentir la tinta escurrida entre las amarillentas páginas, o incluso servilletas, en las cuales él solía responderle de vez en cuando, cuando el trabajo no le daba tiempo para plasmar aquellas bellas palabras en una hoja decente. 

Ese día fatídico el dolor vino como una bofetada inesperada, cuando abrió el buzón convencida a no dejarse romper por un simple documento. Pero sus rodillas fueron débiles y el no haber visto nada dentro del contenedor de lata la golpeó mucho más fuerte de lo que había pensado. Con el corazón tenso como su puño entró a su habitación y cerró la puerta de un portazo. Si bien no era una carta, al menos era un paquete el que estaba dentro del buzón. Quizá cuánto tiempo había pasado ahí. No todo estaba perdido, se dijo, aún habían esperanzas. 
Pero no esperaba encontrar un reproductor de mp3 de aquellos antiguos. Frunció el ceño. Grabar un mensaje en mp3 significaba tiempo, tiempo que ella sabía, él no tenía mucho. 

Su rostro era un puzzle cuando conectó sus desgastados audífonos al aparato roído por el paso de los años. Estaba lista, por primera vez en mucho tiempo, para escuchar su rasposa voz, su tono grave y aquella risa oscura que de vez en cuando se escapaba de sus suaves labios. Cerró los ojos, recordando su rostro. Aún no apretaba el botón para que la grabación comenzara; primero dejaría correr su imaginación. ¿Dónde estaria Rhett cuando estaba grabando? ¿En el café que quedaba frente a su departamento o en la sala de la oficina? Quizá en el estudio, componiendo nuevas melodías. 
Las imágenes de Rhett aparecieron frente a sus ojos como recuerdos borrosos, como manchas dolorosas en el corazón y como latidos acelerados. Rhett. Su nombre dejaba un sabor extraño a su boca, el cual no era extranjero, sino que le recordaba a casa. Rhett. Rhett... Quería repetir su nombre en voz alta. Y así lo hizo. Rhett.
Y la grabación comenzó con un silencio que inundó sus oídos. Esperó. Contó hasta diez, pero no salía sonido alguno. Por un momento pensó que se había equivocado. Entonces sonó. Tip, tip, tip-tip, tip. Othela frunció el ceño. Y de nuevo, una vez más, tip-tip-tip, tip, titip, tip, tip.
Pronto el dolor y la desesperación la consumieron. ¿Eso era todo? No. Imposible. No, no, no y no. Rhett no haría eso, Rhett no la dejaría en el aire, él nunca jugaría con ella. ¿O sí? Se quitó los audífonos y, con preocupante calma, Othela dejó caer el aparato y todo lo que venía con él en el basurero más cercano de la casa. Se limpió las manos y volvió a su habitación. No habían más cartas. No habían más recuerdos. No más amor. No, no más. 

Pero si Othela hubiera leído aquella pequeña nota escondida en la caja y hubiera escuchado atentamente aquellos sonidos escondidos en el silencio y en las barreras, habría entendido el verdadero mensaje. Te amo. Volveré pronto. Por favor no me olvides.

OhporDios. OhporDios. OhporDios. Esto es tan emocionante LKJFDKLG. Ya, me calmo. Ih, de verdad amé tu comentario, muchas gracias por dejarme saber lo que piensas de la historia. De verdad muchas gracias.
Ahora, a lo importante: la historia. Para serte sincera no sé el final, sí, es muy raro. Es como si los personajes fueran personas reales y yo solo estuviera ahí viendo cómo actúan¿?. Aun así yo también creo que la historia tiene un final triste, o sea Othela no entendió lo que Rhett quería decirle. OHHH, ME ENCANTÓ ESO DE QUE RHETT ES UN SOLDADO DE GUERRA. Yo lo había imaginado como una persona que estaba lejos, pero lo del soldado es genial, me encantó. ¿Y qué otras conclusiones sacaste? Estaría feliz de conocer tus pensamientos acerca de la historia, de verdad.

Muchas gracias por tu comentario. Me hiciste el día (semana, mes y año). ¡Un gusto!