Summer Stories.

Abrí mis ojos. Aquel brillo intenso que sobrepasaba las finas cortinas había acabado mi hermoso sueño. Pesadamente, quité las sábanas que se encontraban cubriéndome. Lentamente coloqué mis pies en el frío suelo y comencé a arrastrarlos hasta el baño. Me admiré unos segundos en aquel espejo que cubría gran parte de la pared y seguido comencé a lavarme la cara para despejarme un poco.
Sabía que hoy era un día importante, o al menos para mi. Tanto mis amigas cómo yo, llevábamos meses procurando pasar el mejor verano y se nos ocurrió la idea de compartirlo juntas.
A veces pienso cómo sería convivir tres meses con ellas ¿Una locura? Si, puede ser.
Bajé las escaleras a paso lento y me dirigí hacia la cocina, dónde se encontraba mi madre haciendo quién sabe qué.
—Buenos días—Saludó ella con su dulce voz de todas las mañanas. Me senté en la mesa y la miré.
—Buenos días—Contesté al segundo. Ésta giró y pude ver en sus manos uno de esos ricos desayunos que siempre prepara. Froté mis manos al verla ponerlo delante de mi—¡Qué hambre!—Exclamé y le di un mordisco a la tostada.
—Cielo ¿A qué hora se irán?—Preguntó. Sabía lo preocupada que estaba mi madre al saber que me iría tres meses de casa, pero creo que ya soy lo suficiente mayor cómo para saber lo que hago.
—No sé, tengo que esperar a que Summer venga con las chicas—Dije.
—¿Llevará ella su coche?—Asentí y ella forzó una sonrisa.
—Mamá, tranquilízate. Todo saldrá bien, en serio—La intenté tranquilizar. Ella tan solo suspiró y asintió.
Me levanté de la silla y coloqué el desayuno en el fregadero.
—Iré a colocar las cosas que me faltan—Me sonrió y subí rápida las escaleras para dirigirme a mi cuarto.
Lo cerré y comencé a coger la ropa que necesitaría para ir a ese lugar. No sabía muy bien qué haríamos ni a dónde iríamos, pero sí se que Haven había conseguido una casa cerca de Florida.
Nunca antes había ido allí, pero por lo que me han contado es un lugar hermoso.
—Mierda—Murmuré al ver que la maleta no se me cerraba. Me coloqué encima de ella y con todas mis fuerzas intenté cerrarla hasta que lo conseguí.
Me tiré bocarriba en la cama y solté un leve suspiro. Estaba realmente cansada y a la vez ansiosa por irme ya.
Un sonido proveniente de mi móvil empieza a retumbar en mis oídos, lo cojo rápida y sonrío al ver el nombre de Summer en la pantalla.
—¿Si?
—¡Elena!—Exclama mi amiga desde la otra línea—Baja, te estamos esperando en el coche—Sonreí.
—Está bien, ya voy—Colgué y cogí mi maleta.
Después de bajar con dificultad la escalera me dirigí hacia dónde estaba mi madre para despedirme de ella. Me abrazó y comenzó a besar mis mejillas.
—Mamá—Murmuré incómoda.
—Lo siento cariño—Dijo separándose de mi—Te echaré mucho de menos.
—Y yo—Le sonreí y seguido me dirigí hacia la puerta. Tras ellas se encontraban mis cuatro amigas montadas en un coche impresionante. Nada más verme comenzaron a chillar, cosa que me hizo reír.
—Corre, se nos hace tarde—Grita Juliette desde dónde estaba.
Metí la maleta en el maletero y en un salto me coloqué al lado de Spring. Giré para mirar ahora a mi madre que se encontraba apoyada en el marco de la puerta.
—Adiós—Le dije y al instante Summer comenzó a conducir.
—Ésto va a ser impresionante—Exclama Haven ansiosa. Asentí.
—Y tanto, pasar un verano juntas—Murmuré. Se me iba a hacer raro no irme tres meses a casa de mis abuelos, o viajar con mi madre a Alemania para ver a mis tíos, pero era una nueva experiencia y estaba ansiosa por comenzar a disfrutarla.
—Habrán chicos—Añadió Spring mientras mordía su labio inferior, todas comenzamos a reír.
—Seguro que no encontraremos ninguno, somos demasiado tímidas—Reí.
—Lo dirás por ti—Añadió Haven y sí, lo decía por mi. Nunca antes había tenido alguna relación con un chico y apenas había besado a ninguno.
Es cómo si tuviera pánico a superar uno de mis mayores miedo y por eso me oculto tras el orgullo, por eso ningún chico ha durado tras mía y lo comprendo.
A veces pienso lo mal que llevaría una relación y si sería capaz de durar tiempo con alguien, pero sé que no sería capaz, primeramente por cómo soy.
Sin decir ninguna palabra me digné a mirar el paisaje que pasaba rápidamente por mis ojos mientras que más de un pensamiento invadía mi mente.
Hablar de ese tema, por alguna razón, me deprimía.
Después de un par de horas en aquel coche, Summer se dignó a parar el coche.
—Mierda—Exclamó.
—¿Qué ocurre?—Preguntó Juliette preocupada.
—El coche no arranca—Maldijo. Se levantó del auto y salió de un portazo. Abrió la parte de delante y comenzó a mirar lentamente los motores.
—Creo que deberíamos ayudarla—Murmuró Spring mientras la miraba.
—Pues vete tú, eres la más lista de aquí—Escupió Haven malhumorada.
—Tampoco soy una empollona ¿Sabes?
—Oh si, sí que lo eres—Le contestó. Yo solo admiraba aquella escena ¿Es que acaso iban a pelearse desde el primer día? Antes de que Spring contestara coloqué mi mano en su boca.
—Iremos las cuatro a ayudarla, y no quiero que se peleen desde el primer día. Mierda, es verano—Las dos suspiraron y seguido salimos del coche para ayudar a Summer con él.
—¿Qué le ocurre?—Preguntó Juliette. Ella tan solo se encogió de hombros.
—No lo sé—Murmuró—Ah no, espera—Se alargó y apretó un botón rojo. De repente, el coche se puso en marcha.
—¡Bien!—Exclamamos todas a la vez. Nos montamos en él y Summer no tardó en meterse en la autopista.
Después de unas dos horas, Summer paró en frente de una gran casa. Abrí mis ojos y lentamente la fui analizando.
—Haven..¿Es aquí?—Pregunté boquiabierta. La chica asintió.
—A sí es.
—Pero es..enorme—Añadió ahora Juliette.
—Lo sé, pero eso es lo bueno de tener un tío propietario de algunas casas de playa—Reí ante aquel comentario y después de unos segundos salimos a coger nuestras maletas.
—Según mi tío—Dijo Haven de repente mientras admiraba su móvil—La llave se encuentra dentro del gran masetero de la entrada.
Summer comenzó a correr y se acercó a una gran planta que había al lado de la puerta.
—¡Aquí está!—Gritó emocionada. Haven asintió y agarró la llave para ahora meterla en la cerradura y abrir la gran puerta.
Quedé asombrada al ver que aquella casa iba a ser nuestra por tres largos meses, era cómo si por algún casual fuéramos famosas hiendo a una casita de verano, era increíble.
—¡Me pido la habitación más grande!—Gritó Spring mientras comenzaba a subir las escaleras.
—Oh no, eso ni hablar—Añadí yo y la comencé a seguir.
Paré de repente al encontrarme un pasillo repleto de puertas. Di mi primer paso admirando cada puerta, estaba sin duda, en la decisión más difícil de mi vida.
Una puerta blanca, situada al fondo del pasillo me llamó la atención. Me acerqué a ésta y giré el pomo para luego quedarme prendida en una hermosa habitación.
Parecía que una princesa había dejado la habitación en mis manos, era realmente hermosa. Si hubiera venido cuándo tan solo era una niña, uno de mis sueños ya se hubiera cumplido. 
Entré en aquel cuarto y comencé a dar vueltas sobre mí misma. Abrí una de las puertas que se encontraban dentro y me sorprendió ver un vestidor, siempre había querido uno y éste era ideal. Cerré la puerta y abrí la que estaba al lado.
En ésta había un baño enorme. Predominaban el color dorado y blanco, era realmente bonito. Salí y coloqué mis maletas encima de la gran cama que se encontraba allí. Cerré la puerta y bajé rápida las escaleras. 
Parecía que las cinco nos habíamos puesto de acuerdo al vernos bajar las escaleras a la misma vez.
—¡Dios, ésta casa es hermosa!—Exclamó Juliette.
—Y tanto—Murmuré.
—Chicas—Se acercó Summer y nos colocó su brazo por encima de nuestros hombros—Sin duda, éste va a ser el mejor verano de nuestras vidas—Sonreímos.
Me alegraba poder oír eso, y estaba en toda la razón. Tan solo habíamos acabado de empezar uno de los mejores días de nuestras vidas.
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