De Amores y Guerras (Nick Jonas)

POV Tara

La vida da muchísimas vueltas, hay cosas que simplemente son inevitables. Y eso fue lo que paso aquel día que lo conocí… así es como empieza esta historia… un día común y corriente, que se transformo en algo increíble…



Ese día me levante temprano, eh hice lo de todas las mañanas, desayune y vi televisión con mi hermanos; por desgracias de la vida, mi padre me pidió ir a una de las reuniones de la disquera. Normalmente esos trabajos los hacia mi hermano Sean, pero el tenia un examen muy importante en la universidad y se le hacía imposible ir. Subí a mi habitación, tome un baño y me puse ropa para la ocasión… no muy formal… pero tampoco casual… me mire al espejo… y había que admitir que me quedaba muy bien.




Tome mi bolso y mi celular. Baje las escaleras, me despedí de la abuela y le dije al chofer que me llevara a la dichosa reunión. No era una chica muy sociable ni alborotada. Me gustaba la tranquilidad y que la gente me diera mi espacio. Odiaba a las personas altaneras y la injusticia. A veces solía ser caprichosa y traviesa. También está el asunto de la bipolaridad… pero nada que no se pueda arreglar. En eso iba pensado… a veces mi personalidad me metía en demasiados problemas. Si algo iba mal era inevitable quedarme callada.


20 minutos de camino… nos detuvimos frente al enorme edificio. Salí del vehículo y me quede mirando las puertas unos minutos sin saber que hacer… me limite a entrar al lugar. No había mucho que decir, pero tenía un toque moderno que me encantaba, había muchos carteles con nombre de bandas que Hollywood Records se encargaba de promocionar.


Me detuve en la recepción, donde una chica me miro y sonrió – en que puedo ayudarla? – me pregunto.


- tengo una reunión con los accionistas – le dije simplemente, ella se me quedo mirando extraña… supongo que era por el hecho de que nunca me paseaba por aquí – vengo a nombre de Stuart Baxter… soy su hija – le informe.


- Oh disculpe! Es que no sabía… – se excuso mientras ella se le prendía el bombillo y me guiaba a la sala correspondiente. Cuando entre al lugar, todos se me quedaron mirando, yo no reconocí a nadie de ahí en realidad, ellos estaban en la misma condición que yo.


Me presente y todo el asunto. La junta se dio sin más percances. Tome nota de las cosas que considere importantes, preste atención, lo único que no hice fue hablar, soy de las que prefieren escuchar. Dure 2 horas metidas en la sala. Cuando dijeron que la reunión había llegado a su fin, me sentí aliviada.


Salí de la sala con parsimonia… comencé a recorrer los pasillos con la esperanza de salir de ahí lo más pronto… me apetecía un cappuccino de caramelo y tortitas, pero por más que camine y camine no encontré la salida.


-y ahora como rayos salgo de aquí – susurre para mí misma, mientras media mis opcciones.


-I want someone to love me, for who I am. I want someone to need me. Is that so bad? I want someone to love me, for who I am.- escuche que alguien cantaba, la letra era hermosa… me identifique mucho con esas palabras… sin proponérmelo, comencé a acércame al lugar de donde prevenía esa voz que se me hacia conocida de algún lado… pero por alguna extraña razón no recordaba de donde.


- Nothing makes sense. Nothing makes sense anymore. Nothing is right. Nothing is right when you're gone. Losing my breath, losing my right to be wrong. I'm frightened to death. I'm frightened that I won't be strong – la música provenía de una puerta plateada que tenía un pequeña rendija, la curiosidad me mataba… era como si esa voz me estuviera hechizando… como si quisiera que yo la escuchase más de cerca. Mire a ambos lados del pasillo, cerciorándome que no hubiese nadie alrededor. Entonces me asome por la abertura.


En ese cuarto había un hombre… perfecto… cabello rizado, ojitos pequeños y hermosos lunares esparcidos por su rostro. Su boca tenia forma de corazón… umm sexy sin lugar a dudas. Además de que tenía un cuerpo de infarto… en menos de 5 minutos lo escanee de pies a cabeza y lo grabe de manera permanente en mi memoria.


Cuanto me gustaría ser la guitarra que reposaba en sus brazos. Verlo cantando tan desprendido del mundo, con esa pasión que sonaba en cada nota me hacia desfallecer. No sabía quién era… y no era de mucha importancia en estos momentos.


Seguí observándolo unos minutos más con una sonrisa en el rostro, este chico sí que sabía transmitir sentimientos con la música.


- Señorita Baxter!! Tengo un buen rato buscándola – dijo espantándome la recepcionista.


- Lo siento… me perdí – me excuse, mientras miraba de manera distraída la puerta del ‘’pecado’’.


- su chofer la espera – informo ella, mientras yo la seguía… pero por alguna razón sentía que algo se me había quedado en esa puerta. Baje a la primera planta, Salí del edificio y me adentre en el vehículo. Mi corazón latía a mil por hora, mis mejillas estaban sonrojadas y tenía una sensación de calidez en mi interior.


Qué rayos me pasaba!